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Conzplutum, 6, 1995: 105-122 LA COLONIZACIÓN DEL BOSQUE LLUVIOSO TROPICAL CENTRO-AFRICANO Julio Mercader Florín * Rnsuwnív.- La distribución y extensión de selvas y sabanas han oscilado cíclicamente desde el Plioceno Fi- nal hasta la actualidad, especialmente durante el Pleistoceno, por lo que la ocupación del bosque lluvioso tro- pical ha variado enormemente en cada época. Aunque la viabilidad y cronología de la colonización inicial de las selvas de la Cuenca del Zaire son cuestiones controvertidas, creemos que su secuencia cultural es tan anti- gua como la de Africa Oriental o Meridional En términos arqueológicos predecimos que los enclaves ocupa- dos en fases hipotermales son resultado de explotación mixta de ámbitos de sabana y selva. En consecuencia su dispersión afecta a toda la franja ecuatoriaL Aquellos otros lugares paralelos al reestablecimiento a gran escala de la masa forestal se localizarían en el cinturón penfé rico boscoso asociados a episodios de recupera- ción térmica y pluvial. El núcleo interno de la selva permanecería sin colonizar hasta que en el Holoceno Su- perior productores y cazadores-recolectores subsisten en el mismo, gracias al manejo conjunto del ecosisrema. Aasm4a. - T/:e dístribution and extension of tropical ram forests and savannas have oscíllated cyclically from the Late Pliocene to date, especially during the Pleistocene, for which rite human occupation of rite ram foresí has varíed greatly in tite past Even thougit ihe viabilitv and chronology of tite minal colonísation of tite Zaire Basin s rainforesis are controversíal topícs, 1 belíeve that its cultural sequence is os oídas tite one exís- ring in Eastern ano’ Southern Africa. In archaeological temis it is expected thai tite sites titat were occupied titroughout hypothermal síages .vould be tite result of a rnixed exploitation of savanna ano’ rainforesí envíron- menís. In consequence. its dispersion affecrs tite entire equatorial regio?:. Titose otiter locations parallel to tite re-establishment of tite forest to a wider scale, would be located wititin tite peripheric belt and would be asso- ciated wirh episodes of ihermal and pluvial recuperation. Tite internal nucleus of tite ram forest would be unín- habited until Late Holocene times, duríng which farmers and itunter-gatherers subsist in it thanks to tite co-management of tite ecosystem. P~q±anJv~s CM ¡u: Selva. Sabana, Coloitización, Explotación mixta, Periferia. Núcleo, Africa Central ICsr Wonns: Rainforesí. Sava,tna. Colonisation, Mixed exploitation. Periphery. Core, Central Africa. 1. INTRODUCCIÓN El observador no acostumbrado suele deri- var sus imagenes de la selva a partir de libros de via- jes, informes etnógraficos y novelas románticas, for- jando a partir de ellos numerosos tópicos sobre el ecosistema. su ocupación humana y arqueología. La fuente mitológica de base es la tendencia al superlati- vo que suele causar la vegetación tropical, así, el eco- sistema se concibe ante todo como una maraña impe- netrable, olvidando que esa morfología caótica y ce- rrada existe sólo en las márgenes de los ríos y no en la totalidad del espacio boscoso donde, por el contra- * l3ecario de FPI. Departamento de Prehistoria. Facultad de 28040 Madrid. rio, el espacio abierto es considerable y la visibilidad aceptable. También solemos imaginar la selva como un paraje extremadamente cálido con niveles de hu- medad ambiental cercanos a la saturación cuando en realidad las temperaturas no son extremas y la con- centración de agua varía con la época y el lugar. Es común, además, pensar que la selva es un medio sin oscilación térmica, siendo ello inexacto, puesto que hay fluctuaciones entre el día y la noche y porque además la variación existente entre raiz, tronco y ho- jas de un mismo árbol es considerable, ya que la cú- pula queda expuesta al sol, pero tronco y base se de- sarrollan en sombra permanente. Geografia e Historia. Universidad Complutense de Madrid.

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Conzplutum, 6, 1995: 105-122

LA COLONIZACIÓN DEL BOSQUE LLUVIOSO TROPICALCENTRO-AFRICANO

Julio MercaderFlorín *

Rnsuwnív.- La distribución y extensión de selvas y sabanas han oscilado cíclicamente desde el Plioceno Fi-nal hasta la actualidad, especialmente durante el Pleistoceno, por lo que la ocupación del bosque lluvioso tro-pical ha variado enormemente en cada época. Aunque la viabilidad y cronología de la colonización inicial delas selvas de la Cuenca del Zaire son cuestiones controvertidas, creemos que su secuencia cultural es tan anti-gua como la de Africa Oriental o Meridional En términos arqueológicos predecimos que los enclaves ocupa-dos en fases hipotermales son resultado de explotación mixta de ámbitos de sabana y selva. En consecuenciasu dispersión afecta a toda la franja ecuatoriaL Aquellos otros lugares paralelos al reestablecimiento a granescala de la masa forestal se localizarían en el cinturón penférico boscoso asociados a episodios de recupera-ción térmica y pluvial. El núcleo interno de la selva permanecería sin colonizar hasta que en el Holoceno Su-perior productoresy cazadores-recolectores subsisten en el mismo, gracias al manejo conjunto del ecosisrema.

Aasm4a.- T/:e dístribution and extension of tropical ram forests and savannas have oscíllated cyclicallyfrom the Late Pliocene to date, especially during the Pleistocene, for which rite human occupation of rite ramforesí has varíed greatly in tite past Even thougit ihe viabilitv and chronology of tite minal colonísation oftiteZaire Basin s rainforesis are controversíal topícs, 1 belíeve that its cultural sequence is os oídas tite one exís-ring in Eastern ano’ Southern Africa. In archaeological temis it is expected thai tite sites titat were occupiedtitroughout hypothermal síages .vould be tite result ofa rnixed exploitation of savanna ano’ rainforesí envíron-menís. In consequence. its dispersion affecrs tite entire equatorial regio?:. Titose otiter locations parallel to titere-establishment of tite forest to a wider scale, would be located wititin tite peripheric belt and would be asso-ciated wirh episodes of ihermal andpluvial recuperation. Tite internal nucleus of tite ram forest would be unín-habited until Late Holocene times, duríng which farmers and itunter-gatherers subsist in it thanks to titeco-management of tite ecosystem.

P~q±anJv~sCM ¡u: Selva. Sabana, Coloitización, Explotación mixta, Periferia. Núcleo, Africa Central

ICsrWonns: Rainforesí. Sava,tna. Colonisation, Mixed exploitation. Periphery. Core, Central Africa.

1. INTRODUCCIÓN

El observadorno acostumbradosuelederi-varsusimagenesde la selvaa partir de libros devia-jes, informesetnógraficosy novelasrománticas,for-jando a partir de ellos numerosostópicossobre elecosistema.su ocupaciónhumanay arqueología.Lafuentemitológicadebasees la tendenciaal superlati-vo quesuelecausarla vegetacióntropical, así,el eco-sistemaseconcibeantetodocomounamarañaimpe-netrable,olvidando queesamorfologíacaóticay ce-rradaexistesólo en las márgenesde los ríos y no enla totalidaddel espacioboscosodonde, por el contra-

* l3ecariodeFPI. DepartamentodePrehistoria.Facultadde

28040Madrid.

rio, el espacioabiertoes considerabley la visibilidadaceptable.Tambiénsolemosimaginarla selvacomoun parajeextremadamentecálidocon niveles de hu-medadambientalcercanosa la saturacióncuandoenrealidad las temperaturasno sonextremasy la con-centraciónde aguavaríacon la épocay el lugar. Escomún,además,pensarque la selvaes un medio sinoscilacióntérmica, siendo ello inexacto, puestoquehay fluctuacionesentreel día y la nochey porqueademás la variación existente entre raiz, tronco y ho-jas de un mismo árbol es considerable, ya que la cú-pula quedaexpuestaal sol, perotroncoy basese de-sarrollanensombrapermanente.

Geografiae Historia. UniversidadComplutensede Madrid.

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Otros rasgosdiagnósticosdel Bosque Llu-vioso Tropical (BLT de ahora en adelante)son susformacionesde hoja ancha localizadasmayoritaria-menteen sueloscon buen drenaje.Estassuelenserperennesy alcanzancomo mínimo30 m. de altura, sibien se documentantallas muchomayores.Abundantambiénlas epífitasy lianas.

Climáticamentehablando,el umbral pluvio-métrico es 1600 mm. de precipitación anual regular-mente distribuida,

La distribución de recursos,la existenciademicroclimasy la comunicaciónentresus habitantesquedadeterminadapor su estructuratridimensional,por el frente queseparazonasiluminadasde zonasen sombray, enel casode bosquesmonodominantes.por unaclaraestratificaciónmásdiThminadaen BLTmixtos (Richards1983).

La granvariabilidadderivadela grancanti-daddebosquesexistentesen unamismaregión(bos-que perennede Tierras Bajas,bosque semi-perennede TierrasBajas,Bosquemontano,Bosquepantano-so, manglar, etc.) y de las característicasúnicasdecadauna de las zonasgeográficasen las que existe(Neotrópicos—selvascentroy sudamericanas—,Pa-leotrópicos—Africa Central y SudesteAsiático—.NE. de Australia o Pacífico Insular), junto a la yaconsabidaenormeespeciación.gradode endemismoy diversidaddel BLT.

El reconocersu dinamismohistóricoes unaconcesiónreciente.Hastahacepocosañosla ideaim-peranteconcebíala selva comouna formación relic-ta. casi una pieza de musco, estática, donde cadamiembrodel ecosistema,incluyendoel hombre, erarepresentantede formas ancestralesaisladasencl es-pacioy el tiempo. Hoy el retrato quese nosofreceesotro en el que, inclusoa escalamicroespacial.las va-riacioneshistóricascii forma. estmcturay composi-ción del conjuntosonconsiderables.

La colonizaciónhumanade la selva es untemacontrovertido,conviviendoimágenesde enormey escasaantiguedadde ocupación. Obsérveseque,por un lado, se da por sentadoque la granexpansiónhomínidadel PleistocenoAntiguo llega a China des-de la grancunaafricanaevitandointroducirseen te-rrenoscolidantesal Africa Oriental por tratarsedeespaciosforestales.Pero,por otrq se aceptaque laspoblacionesactualesdel BLT son restosancestralesde la poblaciónpaleolíticalocal quedespiertaal neo-lítico sólamentedespuésde contactarcon el hombreblanco, luego se presuponeque siemprehan estadodondeahoraestán.

En los 80 y primeros90 la polémicalejos desimplificarsese ha agudizadocon nuevaspropuestas,hipótesisy datossugestivossobrela antiguedadde la

colonizacióndela selva,existiendoevidenciasque a-puntanen ambasdirecciones,destacandoel enormeempujepromovidopor algunasde esaspropuestasyla réplicaa las mismas.

La arqueologíacii el BLT se encuentraensu infancia, dadoque por mucho tiempo se aceptóqueel interésarqueológicodeestasáreasera casi nu-lo, anteunapreservaciónpésimade restosorgánicos.visibilidad escasadc yacimientosy depósitosaltera-dospor numerosasbioturbaciones.En consecuencia.sondemasiadoescasoslos investigadoresen estoslu-gares.derrochandoasí un granpotencial. Al respec-to, quizás la mejor aportaciónde este artículo fueseanimara los interesadosa descubrirel BLT.

2. PALEQECOLOGiA DEL BLT:EXPANSIÓN Y RETROCESO DELAS MASAS FORESTALES

Las zonasecuatorialesaparecenhoy domi-nadaspor angiospermasy, en consecuencia,parecerazonableequipararlos origenesde la selva con losorígenesde éstas(Flenley 1979: 15). A ello hay quesumarIela incapacidadde otras plantaspara formarun “canopy” cerrado,siendo ésteel rasgomás típicoen las formaciones de BLT. por lo que la existenciade angiospermases también un requisito estracturaly florístico (Kersha~vel alil 1991: 7)

La primera vez que las angiospermasen-cuentranrepresentaciónconsiderableen el registrofósil es en el Cretácico.entre141 y 65 millones deaños(ma.), en el Mesozoico,siendoel límite de IDOma.una fechaclave.va quesólo entoncesla vegeta-ción de la Tierra empiezaa adquirir partede suas-pecto actual (Truswell 1990: 7). Es a lo largo delTerciario,entre65 ;, 22.5 ma., cuandogradualmen-te las similitudesentrelas floras modernas y las fósi-les empiezana ser evidentes,sin que las especiesdeentonces parezcan exigir condiciones ambientales de-masiado diferentes a las actuales. No obstante, sólo elNeógeno (Mioceno y Plioceno),entre 22,5 y 2 ma..contemplala apariciónde floras de BLT con morfo-logíasmodernas.

Es en el límite entrePliocenoy Pleistoceno.oscilandoentre2 y 3 millones de años,cuandoa con-secuenciade variacionesen la órbita y orientaciónaxial del planetase produjeronmásde 21 fluctuacio-nesglaciales/intergíacialescíclicasde cortaduraciónen latitudesextratropicalesque repercutieronen lostrópicos. Así, el análisisde sedimentosoceánicoslle-va a la conclusiónde queépocasglacialesfiera delos trópicosconllevaron un ligero descensotérmico.tendenciaa laaridez~’ modificaciónaltitudinalde los

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cinturonesde vegetaciónen los trópicos. De la mis-ma forma, épocasintergíacialesen ámbitostempla-dosimplicaron regímenesde alta pluviosidad,ascen-so térmicoy expansiónforestalen latitudestropica-les. Aunquetalesavancesy recesionesde la coberte-ra selváticaparecenya documentarseen el Tercia-rio Tardío, en torno a 8 ma. (Hamilton y Taylor1991).esen el Pleistocenocuandoestosperiodosgla-ciales e intergíacialesadquierenun caráctercíclicoconstantequedurantelos últimos 2 millonesde añosha modelado pendularmentela fisonomía del BLTprovocandosuexpansióno retroceso.

Durantemuchotiempose aceptóqueelBLTera una formaciónenormementeantiguay homogé-neafruto de la estabilidadclimática de estasáreasdurantemillonesde años. La investigaciónreciente,sin embargo,acumulósuficientecantidadde anoma-líasqueconcerníanvarios tipos deevidencias:i) Porun lado, se descubrieronrasgosgeomorfológicosdeámbitossecos(pe. dunas fósiles) en contextos quesupuestamentehabíansido húmedosdesdesiempre,u) Por otro, los estudiospaleoambientalesde las dosúltimas décadasreflejabanespectrospolínicos suge-rentesde paisajesabiertos,iii) A ello habíaquesu-mar informespaleoclimáticosque reflejabandescen-so de temperaturasvarios gradospor debajode lasactualesy sequíaambientaly, por último. iv) la pa-leobiogeografiade numerosasespeciesfaunisticasy

botánicasse presentabasospechosamenteheterogé-neae incongruentecon un mareoconsideradohastaentoncesextremadamenteestable.

El planteamientode la hipótesis de los refu-gios forestales fue resultadode la conjunciónde to-daslas fuentesde informacióncitadasya, siendosuspionerosHafl’er (1969), en los Neotrópicosy 1-Lamil-ton (1972-74),en los Paleotrópicos.Ellos primero yotros despuésdescubrieronque la distribucióny gra-do de endemismode pájaros, mariposas, lagartos,primatesy plantasleñosasera muy elevadosen cier-tas áreasaisladas.frente a otraszonasen las que lahibridación y escasoendemismoeran la nota domi-nante.Siguiendoel conceptoclásico en zoologíade“alopatría” concluyeronqueel aislamientoprolonga-do era necesarioparaexplicar un alto gradode espe-ciación y endemismoy recurrierona un criterio pa-leocliináticocomo mejor candidatocausalde tal ais-lamiento. Así, idearon que. durantelas oscilacionesglaciares del Plio-Pleistoceno.la masacerradadelBLT sufrió aperturay/o reducciónde hastamás del50% (Lieth y Werger1989).Por ello, encadaunadelas glaciacionesde los últimos 2-3 ma.cabíaesperaruna enormefragmentaciónde la masaforestal, queen su lugar contemplóel aislamiento de conjuntosInsulares” deBLT rodeadosen mayoro menorgra-

do por un mar desabanas.Por lo tanto, áreasde granespeciacióny particularismo hoy se correspondencon reductosforestalesdel Pasado.Por el contrario.la mejoria climática de fasesintergíacialesperutitiael avancede la masaforestala partirde los reductosformadosen fasesglacialesy. enconsecuencia,la co-lonización de los espaciosde sabanacircundantescontemplabahibridación y diversificaciónde espe-cies. Por lo que zonasde escasoendemismoy granhibridaziónhoy se correspondencon áreascoloniza-dasa partirde refugiosforestalesantaño.

Como era de esperar,un planteamientoasíde atractivo fue rápidamenteaceptado,a veces deforma pococrítica, causandoalgunasde susinconsis-tenciasgrancontroversia.

Paraempezarproblamentenuncaconocere-mosla paleogeografiaexactadel BLT encadauna delas fasesglacialese intergíaciales,sin olvidar que lamayor parte de la información se concentraen elTardiglacial,por lo quela extensióny carácterde losrefugios forestalesduranteel PleistocenoAntiguo yMedio sondesconocidos.Tampocohayacuerdosobreel númerode refugios existentes(p.e. Cf. flg. 3 y ‘4enHamiltony Taylor 1991).

En otros casosse ha señaladola no repre-sentatividadestadísticadelas muestrasmanejadasdecaraa la configuraciónde zonasendémicas,junto algransesgointroducido en la recogidade datos(Nel-son 1990).

Varios investigadoreshan demostradoqueno toda la especiacióndocumentableen esaszonastuvo su origenen el aislamientoglacial de los refim-gios. sino que las diferenciasen circunstanciasam-bientalescomo la pluviometría,los suelos, la exis-tenciade grandesbarrerasfluviales, la aparicióndeeventosgeomorfológicosde granmagnitud,como ellevantamientode los Andes (Gent¡y 1989; Van derHammenet alii 1991) y las alteracioneshidráulicaspor inundacióndel BLT (Colinvaux 1985),justificanpartede la especiación.junto al hechode que no escreible que todos los endemismosy formas híbridasobservableshoy en la selva holocenahayansurgidoen los últimos 10000 años (Livingstone 1980). Nocabedudade quetoda la diversidaddel BLT no pudooriginarseen los reductospleistocenos:algunostaxo-nessurgiríanen ellosy otrosno.

Es incontestableel poderheurísticoquetuvoestahipótesisy el uso recurrentede la misma paraexplicar grandesprocesosde interésparabiogeégra-fos. ecólogos,etnógrafosy arqueólogos,sin embargoresulta crítico el que estos refugios no hayansidoconstatadosen términos palcoecológicosque pernu-tan contrastarque realmenteexistieronmasasfores-tales en todos los enclaves geográficosdondesesu-

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poneexistíanrefugios.Muy por el contrario,enalgu-noscasosestopudoserasí (p.e.enAfrica Centro-Oc-

cidental.Maley 1991: 86, o en la CuencaCentraldelZaire. Colin et a/ii 1991), pero en otros definitiva-menteno (pe. en la AmazoniaOccidental.Latrubes-

se.E. comunicaciónpersonal).Sin duda, la hipótesisde los refugiosfores-

talesdel Cuaternarionosha hechoverque el BLT esun ente dinámicoy variablea escalamicroespacialytemporal, queno es hoy lo que fue en la Prehistoria,queni siquieraen el Holocenotodaslas formacionesactualesestabanestablecidasdesdeel principio, sino

que significativamentealgunasde ellas puedensermuy recientes.Ahorabien, no es probablequeexis-tieseunamasaforestalúnicaque se fragmentó.enco-gió y creó reductos,queal fin y al cabogozabandelamisma estabilidadque el antiguomodelopresuponíapara la totalidaddel conjunto. Más bien,parecequelas masasforestalesde diversaenvergaduray compo-sición hanestadodesplazándosey quenuestrasgran-des preguntashoy no son si existen o no islas bos-cosas,sino dondeseencontrabanlas masasforestalesen cadamomentoy regióny qué rasgosconstitutivosteníanéstas.

Las consecuenciasde lo anterior a la horade estudiarla colonizacióndel BLT sonimportantesya que:

a) Ésta no puedeplantearseproyectandolaimagenmasivae impenetrabledel ecosistemaactual

sobreel del pasado.No parecequeen épocasglacia-les del Pleistocenohayanexistido grandesmasasfo-restalesqueocupar,por lo que la colonizaciónde lasselvas pleistocenastiene una dimensióntotalmentedistinta a la queenfrentanlas poblacionesdelos in-tergíacialesy del Holoceno.Seguramenteambospro-blemas fueron resueltosmediante distintas estrate-gias de ocupación y adaptación,pero estamoscon-

vencidosde que la colonizaciónse produceindepen-dientementede la magnitudde la formaciónforestal.

b) Aún másimportantees el hechode queduranteenormeslapsosde tiempoexistióuna repeti-da y considerableextensiónde lassabanasa costadela masaselvática(Van der Hammen 1983) creandoun paisajepolimorfo de ecosistemascaleidoscópicosy cambiantes,cuyacolonizaciónatraía gentesde loscuatropuntoscardinales,conectandoo desconectan-do los cinturonesde sabanaquecircundabanel BLTy permitiendola explotaciónde distintosecosistemascon tecnologíasalternativasy complementariasentresí en un mismocrisol de interacción:¡a fronteraen-treBLT y sabana.

3. LA COLONIZACIÓN DEL BLT:TENDENCIAS Y RESISTENCIASEN EL DEBATE INTERNACIONAL

Los estudiososdel BLT hanaceptadodesdesiempre que aquellasgenteshoy cazadoras-recolee-toras en contextos de selva representanlos restosmarginalesde la población“paleolítica” local, hastaque en fecha posteriorcontactaroncon poblaciones“neolíticas” de las quepasarona (inter)depender.Es-ta “prehistoria idílica congelada”seríala quedescu-brirían los primerosetnógrafosy la queeligirían a lacartatodosaquellosarqueólogosquenecesitabanras-gosvivos queyuxtaponera su concepciónpaleonto-lógica,estadialy estáticade las formasculturalesdelPasadoy del Presente.

De rebatir el valor inferencial.metodológicoy ético que la extrapolaciónde rasgosetnográficoscontemporáneostieneen la construcciónde modelosparala Prehistoriase encargaronya etnógrafos,ar-queólogosy etnoarqueólogosen el foro “revisionis-ta”. A él habráque sumarlas implicacionesdel de-bateinternacionalsobrela colonizacióndel BLT quepresentamosa continuación:

3.1. Tendencias: De 1986 a 1989 al menos10 auto-resen 4 publicacionesabrenun nuevodiscursosobreel poblamientode las selvasdel Globo con unatenazhipótesis. Los distintos investigadoresllegarona lasmismasconclusionesde forma independiente,aun-quesólamenteal final deesteperiodoel problemaseplanteasistemáticamentea nivel global. Así, Han yHan (1986: 51), sonlos primerosen publicaren larevistaamericana[JumanEcologjv:

that evergreenforestsof the Ituri wereessentially uninhabited until recently. Small-scaleshifling cultivation haspermittedhunter-gathererstooccupy these environmentson a permanentbasis.Ourstudíesindicatethatagriculturehasmadethe fo-rest a more hospitableenvironment,both by provi-ding a reliable sourceof energy-densefoods,availa-ble through exchange.andby producingpatehesofsecondaryforestin xvhich hunter-gathererscould fo-rage.”

Sólo un año despues,en la misma revista,Headland(1987) llegaa conclusionesparecidasparael casodelas selvasFilipinas.

Bailey y Peacocken 1988 demuestranhastaquépuntola dietade los cazadoreses de origenpro-ductor, estimandoquehastaun 68%del computoca-lórico del total consumidoprocedede las huertasdesus vecinos agricultores (Bailey y Peacock 1988:109-110).peroademásexponenya (Idem: 112):

that there is no hard evidence—ar-

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chaeologicalor otherwise—to supportthe hypothesisthat Pygmiesor, for that matter, any humanpopula-tion hasever existedin the ram forest habitatof theCongoBasinindependentlyof agriculture.”

Así, en 1989 el equipodel Dr. Bailey de laUniversidaddeCalifornia en Los Angeles, exponelallamada“hipótesisnula” (Baile>’ et a/ii 1989),segúnla cual no hanexistidopoblacioneshumanas,ni mo-dernasni homínidas,capacesdevivir en los BLT delglobo con anterioridada la colonizaciónagrícola deestosecosistemas.Parademostartal extremoel equi-po citadoemprendióuna revisiónbibliográfica exten-sivade la evidenciaecológica,etnográficay arqueo-lógicade cazadoresviviendo estrictamenteen y de laselva, concluyendoque los factores limitantes paralas poblacionescazadorasson: 1) la escasezde carbo-hidratosdisponiblesen el BLT, por lo queesnecesa-ria la presenciaproductoraquecultive esoscarbohi-dratosy que luego los intercambiencon sus vecinoscazadorespara que las estrategiasde caza-recolec-ción lleguena subsistiren la selva,y u) la producti-vidadescasade los BLT en términosde comidaacce-sible al hombre,esto es,escasezde caza,pescay derecursosrecolectables.Dicen, además,que no hayevidenciaetnográficao arqueológica,salvo posiblesexcepcionescomo la de Malasia, quefalsee suhipó-tesis.

La contestaciónal planteamientogenerónu-merososestudiosecológicosy etnográficosconsidera-dospocofructíferospor el equipode Bailey, indepen-dientementede lo detallados,eleganteso sofisticadosque llegasena ser, ya que la informacióngeneradasolía ser ambiguay echabaen falta una perspectivatemporalamplia quepermitieseun buengradode re-solución, por lo que la contrastacióndefinitiva de lahipótesisrequeríadeun armazóndiacrónicoquesólounaperspectivaarqueológicapodíaofrecer.

SegúnBayley y Headland(1991: 280), la e-videnciaarqueológicanecesariapara demostrarquelos cazadores-recolectoreshan subsistidoen el BLTsin acceso a carbohidratosmediante contactocongruposproductoresconsisteen:

1. Datos convincentesde que el grupo ar-queológicoencuestiónsedesenvuelveenun contextode selva.

2. La ocupacióndebeseranteriora la apari-ción de la agriculturasistemáticaen la zona. Prefe-rentementela cronologíadebeser anterior al 9000b.p.

En la misma publicacióndel 89, de formaimplícita, exigentambiénqueel contextoen cuestiónno se halle cerca de ámbitosabiertosde sabana,yaunquenuncaexponencual es el límite espacialdeesa cercanía,lo cierto esque la presuponena gran

escala,ya que en su revisión de los casosa escalamundial, los BLT del NF. de Australia quedanex-cluidos por considerarprobableque sus habitantesestuvieranen contactoo explotaranámbitosabiertosvecinos.Tambiénse excluyenaquelloscasosquetu-vieran accesoa recursosmarítimos, o para el caso,fluvialeso lacustres,ya quequedanfueradela explo-tacióndel BLT ts. (Baile>’ eta/ii 1989: 70-71).

Porlo tanto.4 exigenciasarqueológicasmásson:

3. Queel grupobajoestudioviviese en luga-res interioresdela selvaalejadosdeámbitosabiertos.

4. Queel complejosituacionaly deexplota-ción de gentesqueviven en el BLT no incluyaámbi-tosde sabanacolindantes.

5. Que tampocoexistacontactocon gentesquevivanen esosenclavesde sabana.

6. Que virtualmentese viva en aislamientoeny exclusivamentedel bosque.Estoes,su estrategiacazadora-recolectoratienequeser“pura

El hechode que la selvano seauna forma-ción climácicay hayasidoprofundamentealteradaymodeladacomo artefactocultural, permiteplantearquealtasproporcionesdebosque“pristino, primarioo natural” son en realidadantrópicascon origen enépocaprehistórica(Balee 1989: 2). Estoimplica queno es posible reconstruirpatronesrecolectores(pe.de recogidade tubérculossilvestres) que pudiesenhacer que las estrategiascazadorasy recoleetorasfuesenviables en el BLT, ya que la distribución yabundanciade estos recursoshoy día en contextosantropizadosno pudieronser igualesen formacionessin alteraranterioresa la apariciónde la agriculturasistemática,ya queestasespeciesrequierenla mayorcantidaddeluz existenteen formacionessecundarias.En consecuencia,quehoy puedanexplotarsefuentesde carbohidratossilvestres,no conlíevaqueestoses-tuviesendisponiblesenel BLT de laPrehistoriaante-rior a la apariciónde la producción(Bailey y Head-land 1991: 270-271).Es inherentequeesos“bosquesculturales” sólo soncreadospor gruposproductores.No es que losautoresignorenque las estrategiasca-zadomstambién manejany diseñansu medio, sinoque seda por sentadoqueel tipo dealteraciónreque-rido parasu argumentaciónesunacuestiónde escalaagricola.De aqui surge,pues,otra condiciónarqueo-lógicamás:

7. Que el grupo arqueológicodebió residiren areasno antropizadasa escalaequiparablea laagrícola”.

3.2. Resistencias:De 1990 a 1993 la contestaciónala hipótesisno se hizo esperary fue canalizada,fun-damentalmente,entrespublicaciones:American An-

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lío JUHOMERCADER FLORÍN

thropologist (1990-1991),el monográficoespecialde[fuman Eco/ogv (1991) >‘ La publicacióncolectivadeMAB-UNESCO (Hladik et alii [993).

Es justo aclararque gran partede las criti-casvertidashan sido cuestiónde retóricay metalin-guistica. En otros casos,no se fue más allá de labúsquedaparticularista del contraejemplodel tipo“cisne negro” como excepcióna la regla: “todos loscisnessonblancos”. Pero, por supuesto,también hahabidoaportacionesquemerecenscrdestacadas:

Townsend (1990) y Colinvaux y Bush(1991) fueron losprimerosencriticar la propuestadeBailey y otros, siendo especialmenteinteresantesal-gunosde los comentariosen la segundaobracitada,dondeya se apuntandebilidadessignificativasde lahipótesisnula en lo concernientea la gran riquezay

explotabilidaddel ecosistemaselvático(Colinvaux y

Bush 1991: 155). al carácterirreal de la imagenca-zadora-recolectoraexpuestapor sus contrincantes,yal actualismode baseen la hipótesisnula; así,el he-cho de que los cazadores-recolectoresde hoy no pue-dan subsistir en el BLT no implica que no los ca-zadoresde antañotampocolo hiciesen (Idem: 157-158).

El monográficode ¡fuman Eco/ogy confir-ma el carácterextremadamentecontrovertidode lahipótesisensus5 réplicasde 9 autores.

Bahuchety otros (1991: 222) conectanconColinvaux y Bushen su ataque a la argumentaciónactualistade Baile>’ al señalarque hoy día ¡os recur-sos forestales utilizados por cazadores-recolectoresno se explotanal limite, ya que tras el largoperiodode dependenciade recursosagrícolas,partede los a-limentos explotadosantiguamente,ahora se sitúanmuy a bajo en el rankingde preferencias.Aún más,es probableque la poblacióncazadoraactualsea in-capazde distinguir >‘ explotar recursosantañoco-mestiblespor haberperdidola capacidadde identifi-carlosy procesarloscomoalimentos.

EndicottvBelwood (1991)presentanel casoarqueológicoy etnográficomalayo comola granex-cepciónparala contrastaciónde la hipótesisnula,al-go en lo quelos propioscreadoresdela hipótesises-tándeacuerdo(Baile)’ y Headland1991: 280-281).

El libro editadopor l-lladik y otros (1993)contienetambién variasaportacionesde interés. A.Hladik y E. Dounias(1993)remarcanla importanciaque los tubérculossilvestreshan podido teneren lacolonización del BLT, tanto cazadora-recolectora(Idem) como productora(Bahuchete/a/ii 1991: 235-236), realizandoun estudiocuantitativode la dispo-nibilidad, diversidad,ecología,toxicidad y valor nu-tritivo de los tubérculos. Los autoresdocumentanqueestasplantas aparecenen formaciones“primarias”

cerradasy “secundarias”ligeramentemás abiertas,predominandoenbosquesmixtos y semicaducifolios,observandoquesonlos BLT monodominates(p.e. losde aquellapartedel Ituri en la quetrabajóBaile>’) losque resultanmenoshospitalariosy productivos.

En el mismo libro. Hladik y otros (1993)aprecianque los ocupantesprehistóricosde la selvahandebidoinfluenciar la evolucióndel ecosistemaenla mismamedidaqueel restode los organismosqueallí habitaban,por lo que la respuestaa la pregunta¿hastaquépunto puedela selva mantenerpoblacio-nescazadoras-recolectoras?dependeráde lo bienqueestaspoblacionesmanejenel bosque.Ahorabien,es-te es manejable.La imagensalvaje, impenetrabley

determinantede la selvapartede nuestraconcepciónoccidentalde la misma y no debepro>’ectarsea unpasadono-occidental.Balée (t989: 4) refleja igual-mentecomo nuestraclasificacióny percepciónde laproductividadde algunosde los rasgosfisicos másimportantesquesustentanel ecosistema.pe. los sue-los del BLT, nosconducea deformarla supuestaca-pacidadde las poblacionesprehistóricaspara hacerqueel medio rinda. Por lo tanto,casoslímite al mar-gen, todo ecosistemaes productivo si se sabemani-pularadecuadamente.

3.3. Discusión:Desdemi punto de vista la hipótesisdeBailey tiene 3 principalesconjuntosdeproblemas:

1) Las implicacionesarqueológicasrequeri-daspara la constrastaciónde la misma sonnumero-sasy exeluyentes.Son tambiéndemasiadooptimistasenlo concernienteal carácterdel registroarqueológi-co y al grado de resolucióndisponibleen Arqueolo-gía,haciendoquela hipótesisno seafalseableanteLaambiguedadquegeneransusexigencias,La naturale-za relativa del dato arqueológicoy su escasopoderresolutorio y lo circular de la argumentaciónen laque incurre, protegiendode estaforma el núcleodela hipótesisy haciéndolaasí incontestable.

Mis objeccionesparticularesa la mismason:

i) Si bien documentarpalcoecológicamentela existenciade espaciosforestaleso de sabanaesviable, no ocurre lo mismo cuandollega el caso detenerquedemostrarla existenciade un hábitaten lu-gares“interiores” deun contextoforestal “primario”.donde,además,se subsistesobre unabaseestricta-mentecazadora-recolectoraqueno contemplaen suambito de acción espaciosde BLT “secundario”,desabanao agrícolasconcuyoshabitantesinteractuarode losqueobtenersustento.

Así, en términos espaciales,no es fácil de-terminar la situación “interna” de un enclaveen un

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LA COLONIZACIÓN DEL BOSQUELLUVIOSO TROPICALCENTRO-AFRICANO 111

contexto forestalprehistórico,menosaún cuandonoestáclaroqué indicadoresusarparadiscriminar en-tre contextos“primarios” y “secundarios”.

Entre otras causas,la generaciónde espa-cios secundariostienen origen antrópico. Como tal,el procesodeaperturaes registrable.perono es fácildilucidar si tal efectotieneorigen natural/culturalocazador-recolector/productor;así,por ejemplo, la do-cumentacióndel uso del fuegocomo agentede con-trol ambientaltopa conserios impedimentosecológi-cos, sedimentológicosy arqueológicos(Clark 1983;Head 1987;Horton 1982).

u) La contrastaciónde marcosforestalesle-janos a fronterasespacialesy culturalesde ámbitosabiertos, lacustreso costeroses casi imposible,alu-diendoéstoa la circularidadimplícita enla hipótesisnula. Un buencasoejemploes el de losBLT de Aus-tralia a los queBailey y otros (1989: 71) no prestanatención,excluyéndolosen surevisión por considerarque su extensióngeográficaes demasiadopequeñacomo paradescartarque susocupanteshubiesenex-plotado las zonasabiertascolindantesal W. o losre-cursoscosterosalE.

El casoaustraliano,lejosde ofrecerel esca-so interésmostradopor el equipode Bailey, pudieraserespecialmenteilustrativo y didáctico sobrevariosaspectosde la colonizacióncazadora-recolectoradelBLT enotros lugares.Hoy dia, las formacionesfores-talestropicalesdel NF. deQueenslandconsu 1,2 mi-llonesde Ha. (distribuidosen sectoresrectangularesorientadosdeN. a 5. con unasdimensionesdeunos60 por 100 Km.) ofrecencaracterísticasparticularesen su composición,estructura,dinamismo(StockeryUnwin 1989; Tmswell 1990) y explotaciónaborigensinagricultura(Harris 1978;Boutland 1988; Horsfally Hall 1990;Horsfall 1991 a, b).

Aunque ignoramosla extensiónde las ma-sasforestalesen épocasglaciales,sí sabemosquees-tas estándispersasy que susbsistenen un mar desabanas.Es fácil imaginarqueen numerosospuntosde la geografíaglobal esosreductospudierontenerenvergadurassemejantesa las existenteshoy en elNF. de Australia. Es también de suponerque en elPleistocenoel BLT teníasiemprecercafronterasfisi-casy/o culturalesconotros espaciosmásabiertos,al-go que también es observableen el conjunto actualaustraliano.

En el NE. de Australia se reconoceuna“cultura de la selva”, con 12 sociedadesaborígenesdiferentesy adaptacionesespecificasque las indivi-dualizan de las fonnas culturalesvecinas (Harris1978). Sonde destacar:la pequeñaestaturade sushabitantes,la explotaciónconjuntade selvas(Eneroa Septiembre)y espaciosabiertos(OctubreaDiciem-

bre) en el régimenanual,la dependenciade especiestóxicasy el conocimientode técnicasde destoxifica-ción. una alta densidadpoblacionaly sedentarismo,juntoa unaantropizaciónintensadelbosquemedian-te usodel fuegoy culturamaterialdistintiva.

El casoaustralianoresulta,pues, alecciona-dor en dossentidos:

a) De algunaforma, la distribucióny exten-sión de la selvaaustralianaofreceduranteun inter-glacial (el Holoceno)la fragmentariedady escasaex-tensiónde lasmasasforestalesquesuponemostípicasen el restode las zonasdel Globo en épocasglacia-les. En Australiapareceestarclaroque este tipo deadaptacionesforestalestípicasobservablesen el Ho-loceno surgenen tomo al 10000 BP, dadoqueentre40000 y 10000 el BLT australianoparecehaberdes-aparecidopor motivos climáticos (Horsfall 1991;Horsfall y Hall 1990; Truswell 1990), constatandoaquí lo que en otrasáreases máscontrovertido:quela extensiónreducidade la masaforestaly la cerca-nía a espaciosabiertoso costerosno implica que nose forjen adaptacionesa contextosde selvay creenmanifestacionesculturalesfruto de la colonizacióndel BLT enmomentosen los quela coberteravegetalno esmasivaen extensión.Por loquenumerosasfor-masculturalesde la “selva” handebidoexistir endi-versasfasesdel Pleistoceno,aunquelas manifesta-cionesde mayor escalay especificidadparecenserHolocenas.

b) No puedepedirseque losyacimientossu-jetos a examenesténsituadosen contextos “puros”de selva, o sea,fueradel radio de acciónde influen-cias de contextos no-forestalesporque éstossegura-menteno existierondurantela mayorpartede laHis-toria Pleistocenade la colonizaciónde laselva.

iii) No es aceptablequeel registroacontras-tar tengaquesermásantiguo que9000 bp.. por seréste un límite cronológicoestablecidodeforma intui-tuiva. ParaBaile>’ y Headland(1991: 280), la eviden-cia anteriora 9000b.p. es máspersuasivapor garan-tizar que la ocupaciónregistradaes innegablementeanteriora la apariciónde la produccióndealimentos.Obviamente,tal límite cronológicono es aplicableaescalaglobal. Así, pe., en el África Central las fe-chas másantiguaspara la aparición de marcadoresconvencionalesasociadosa producciónincipiente sesitúanentomo a 6000 b.p., en el casodc piedrapu-lida (Clist 1986) y 5000 b.p. paralas cerámicasmásantiguas(Clist 1990). Ahorabien, ignoramosen quéfechasse origina o establecela producción,o queés-ta implicaseen todas sus modalidadesdeforestacióny/o cultivo sistemáticoa unaescalasensibleal análi-sis paleoecológicoregional. Además,la mayorpartedelas fechasde contextosproductoresenAfrica Cen-

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tral se sitúanen la segundamitad del primermilenioantesde nuestraera,o sea,2500-2000b.p. (DeMaret1985;Clist 1989).

Muy semejantees la situaciónen Amazoniay AméricaCentral,dondeformasincipientesde hor-ticultura podríandocumentarseentre9000-7000b.p.(Cookey Piperno 1993),aunqueenPanamálascerá-micasy formasde agriculturatodavíabásicassurgenentomoa5000b.p. (Cooke 1984),y en la Amazoniaalrededordel 3000b.p. (Meggers1987).

En el SudesteAsiático Belwood (1985) y

Endicotty Belwood (1991)reflejanla granpersisten-cia de los complejos hoabinhiensesen los últimos10000 años,sin embargo, la filiación productoradelos mismosno esen absolutoevidente,dandola im-presiónde que, al igual queen las otras zonas, laproducciónsistemáticaesun fenómenomásreciente.

El Pacífico insularno es incluidoporquelacolonizacióninicial del mimo fue llevadaa caboporgentesproductorascon cerámicas,luego no pareceposibleencontrarevidenciacontra la hipótesisnulaensusBLT.

El casoaustralianoes diferenteporqueaúncuandolas fechasmásantiguasdepresenciahumanaen el BLT no superanhoy los 6000 años (Boutland1988; Horsfall y Hall 1990; Horsfall 1991), nuncaexistieronenel continenteestrategiassistemáticasdeproducción.Por lo queen la ocupacióndel BLT aus-traliano tenemosla convicción de que si existieroncazadores-recolectoresen contextosde selva,aunqueen los últimos 5000 años se produjeronnumerosasformasde intensificaciónquasí-productorasa lo lar-go y anchodetodoel continente.

A mi entender,pues,losdefensoresde la hi-pótesisnula eligieron ese marcadorcronológicodeforma aleatoria,por lo que no compartimosla reti-cenciade Bailey y Headland(1991: 280) a ¡ahoradeaceptar aquellos contextos culturalesposterioresa9000BP como evidenciacapazdecontrastarconvin-centementesu hipótesis, siendo necesarioentenderlos rasgosparticularesde cadaregiónpara determi-narla validezde cadacasoejemplosujetoa examen.

2) P. Brosius(1991: 134) advieneel movi-miento pendularque ha sufrido la investigaciónre-cienteen los estudiosde adaptacionescazadoras-re-colectorasal BLT, según el cual, del presupuesto“básico” aislacionistapasamosal interactivo “revi-sionista” dicotomizandotal oscilación la situaciónhasta tal extremo que se difuminan las auténticascuestionesde interéscultural:

No creemosque importe el que las estrate-gias de caza-recolecciónpuedano no subsistir conindependenciadeestrategiasproductorasen elBLT o

que la caza-recolección“pura” seaposibleo no. Elanquilosamientoen cualquierade estascuestioneshaprovocadoreconstrucecionesde procesosculturalescaracterizadaspor su irrealismo, simplicidade inte-résanecdótico.Así, pues,aunquelos sistemas“mix-tos” seanunacondiciónnecesariaen la explotacióndel BLT ¿enquécambiaéstola colonizacióndel eco-sistema?¿acasola co-explotaciónimpide la conquis-ta del ecosistema?¿Noeséstaversatilidadla queha-bla dela capacidadhumanapara hacerproductivoyexplotablecualquiermedio?¿sonlas formascultura-les del BLT menosefectivasen su éxito adaptativopor incluir explotaciónparalelade espaciosabiertos,o más bien todolo contrario(Cf el casoaustralianocit. enHarris1978)?

3) En la actualidadlosBLT estánensuma-yor parte habitadospor gentesquepracticanun sis-tema mixto de subsistenciaen el que caza-recolec-ción y produccióninterdependen.En algunoscasos,especialmenteen el centroafricano, perotambiénenel asiáticoy enel australiano,estasestrategiasperte-necena poblacionesgenéticay étnicamentedistintas.Así, lo quepodríamosllamar “la cuestiónpigmea”nosintroduceen uno de los capítulosmásambiguosy controvertidosen la contestaciónde la hipótesisnula.

Convencionalmentese aceptaque la pobla-ción pigmeaes la que habitó primero el BLT, alu-diendo a su escasaestaturacomo el rasgogenéticomásconvincenteen lo queadaptaciónal medio sel-váticocálido y húmedose refiere, sin quehayadudade que tal estaturaes resultadode emigracióna laselvaen tiempoinmemorial (Hiernaux 1977). Cava-lli-Sforza (1986: 414415)calculaque la derivage-néticanecesariaparaconducimosa los rasgosactua-les de la poblaciónpigmeacentro-africanarequeriría,segúnel índice con el que se calcule, entre 6000 y26000 años,por lo queen cualquiercasosu indivi-dualización étnicase produjo probablementeen elPleistocenoFinal.

Varios autores(iBahuchetet a/ii 1991; Ba-huchet1993) estimanquela poblaciónpigmeayare-sidía en la selvacuando las formas de producciónaparecenen escenamediantela “expansiónbaintú”,mientrasquelos queapoyanla hipótesisnuladefien-denque la poblaciónpigmeavivía antañoen las zo-nasperiféricasde la masaselvática,de tal forma quecuandolos agricultoresde roza colonizanpor prime-ravez la selvacreansuficienteconcentracióndecar-bohidratosy alteran la productividaddel BLT au-mentandosus recursoscinegéticos.Serian, pues,es-tos dos rasgoslos queatrajeron a la poblaciónpig-meacazadora-recolectoraquedesdeentoncesvive en

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LA COLONIZACIÓNDEL BOSQUELLUVIOSOTROPICAL CENTRO-AFRICANO 113

asociacióncon sus vecinosproductoresde quienesdependieronparala colonizaciónde la selvay otrosmúltiplesaspectos.En términosbiométricosy genéti-

cos la hipótesisnula no puedeexplicar ni sudiscor-danciacon las fechasde derivagenéticacomentadas

supra,ni tampocoporquésólamentelospigmeosde-sarrollarontal adaptacióna la selva,y no susvecinos

que incluso penetraronen la selvacon anterioridad(?Bahuchetel clii 1991: 218).

Aún más, los que creenque la población

primigenia es la pigmea,creen queesadivergenciagenéticacomentadaestácausadapor aislamientoy

que las pruebasde esto son linguisticas,genéticasyculturales(Bahuchet1993:49-50), detal maneraquela formaciónde refugiosforestalesentomo al man-mo rigor glacial deI 18000 b.p. causaquelas pobla-

cionesantañodispersaspor la masaboscosaahoraseconcentrenen estasislasde selva,quedandoaisladospara configurar en eseaislamiento las poblaciones

queconocemoshoy. De estamaneracadapoblaciónpigmeahoy conocida se quedóen distintosrefugios

cuaternarios,lo que explica la ligera divergenciaexistenteentreellas.Luego, la selvavolveráa recon-quistarel espacioantesarrebatadopor la sabana,pe-ro no seráhastael 5000b.p. cuandolos pigmeoscon-tactenconlosagricultoresy entresí.

A pesardelo atractivodel modeloaprimera

vista, Bahuchetno contemplael límite cronológicoinferior facilitado por Cavalli-Sforzaparatal deriva

(entre 6000-10000b.p.) claramentediscordanteconla cronologíadel cénit tardiglacial. Tampocole da

importanciaa queexista un granlapsusentre la fe-

chade divergencia(estimadapor él entomoa 15000h.p.) y la de contactoposterior (5000 b.p.), sin que

sepamoslo queocurre en todo esetiempo. Además,ya se comentaronen otra partedel trabajo los gran-des incovenientesparala aceptaciónde la existenciade esosrefugios forestalesestáticoscomo fuentesde

endemismos,animaleso humanos,junto al hechodequeexistanotraspoblacionesquecompartanlas cau-sasde tan bajaestaturaen mediosambientesno sel-váticos(Bailey 1992).

En cualquiercaso,que el fenotipopigmeoocualquierotraadaptaciónal BLT seade origentardi-glacial u holocenoantiguono implica queno existie-senotras“culturas dela selva” conanterioridada esa

fechao queéstastenganqueser igualesa lasconoci-dasenépocasmásrecientes.

4. ARQUEOLOGÍA EN EL BOSQUELLUVIOSO TROPICAL CENTRO-AFRICANO: EL ESTADO ACTUALDE LA CUESTIÓN

4.1. El marcoPaleoambiental

Hoy sabemosquedurantelos últimos 8 mi-llonesdeañoshantenido lugarnumerososespisodios

de cambioclimáticoy consecuenteremodeladode lasformacionesboscosasy de sabanaen el África tropi-cal (Hamilton y Taylor 1991), aunqueno es hasta2,43 M. a. cuandose producela primeragrantrans-formaciónde los cinturoneslatitudinalesde vegeta-

ción asociadaa la primera glaciaciónseptentrional.El estudioconjuntode marcadorespaleoccológicosyde sedimentosmarinospermiteadmitir que las fasesglacialesde latitudesno tropicalesse correspondencon episodiossecosy descensode las temperaturas

en la franjatropical, situándoseéstasde40 a 70 C pordebajodelasactualesenAfrica Oriental(VanZinde-renBakkery Coetzec1969-71)y 80a90 C en AfricaCentral y Occidental(Van Zinderen Bakker 1982),mientrasque las fasesintergíacialesse traducenen

aumentotérmicoy mayorpluviosidad.En la actualidadel monzóncargadode hu-

medadinvade las costasdel Golfo de Guinea,par-tiendo de las aguascálidasdel Atlántico, penetrando

haciael interior y proporcionándolea la CuencadelZaire gran cantidadde precipitaciónhastaalcanzarla zonainterlacustredel Rift.

El descensotérmico glacial implicó el en-friamientode las aguasmarinasde la zonaenal me-

nos30 C, aceptandoque la mayorcausade la aridezdocumentableen los trópicos húmedosdurantefasesglacialesfueel descensoenel contenidode humedaddelas masasde airegeneradasen los océanos,siendo

ello consecuenciadel potencial evaporativo menorexistenteen una atmósferacon temperaturasreduci-

das (Hamilton 1982: 230),aunqueel ascensode co-n-ientesfrías (Benguela)a latitudes tropicalesy lageneraciónde unacoberteranubosaestratiformecasi

permanentea partir de las aguasatlánticaspudieroncausarun enfriamientoy escasaslluvias en los terre-noscontinentalesvecinosa consecuenciade la filtra-ción solar causadapor la pantalla nubosa,permi-tiendo el descensode formacionesboscosasde mon-tañaa las tierras bajas(Maley 1987). No obstante,

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siempreexistieronzonasque recibían grancantidadde lluvias orográficaso costerasquede algunamane-ra debieronpermitir formacionesforestaleshúmedas(Van Zinderen Bakker 1982: 90), densaso abiertasen mayoro menorgrado, inclusoenel máximoesta-dial del 18000 b.p. (Male>’ 1991).

Duranteañoslas secuenciascuaternariasdelÁfrica Orientalse hanutilizado como modeloparalatotalidaddel continente.Sin embargola comparacióndetalladaentre ambasregionesrefleja que si bienpuedenestablecersepatronescomunesen los grandesprocesos,no esposiblecorrelacionareventosde mag-nitud media o menorya que los regímenesclimáti-cos no sonsiemprecoincidentes(Maley 1990).

Las secuenciasdel Plio-Pleistoceno,Pleisto-cenoAntiguo,Medio y partedel Superiorsonprácti-camentedesconocidas.De épocaPlio-Pleistocenahayregistro de BLT cerrado,segúnconfirma el análisisde restos macrobotánicosdel Alto Semliki, en laCuencaOriental del Zaire limítrofe con la zona in-terlacustre(Dechampsy Maes 1990), observandoyala tendenciaal desplazamientode la masaforestalhaciael nortey de los bosques-galeriay sabanasha-cia el sur.Pareceser tambiénqueduranteel Pleisto-ceno Antiguo y Medio existió un gran lago en laCuencaCentraldel Zaire, desecadoduranteel Pleis-tocenoRecientey del que hoy sólo quedanreductos(Petters1987: 34-36).

La mayorpartede la informaciónpaleoeco-lógica disponiblese encuadraenla última glaciación(e. 70000-10000h.p.)o en el Holoceno.Sus grandesfasesclimáticasson:

1- Maluekiense (70000-40000b.p.): des-censotérmico,aridezy deforestación.

2- Njiliense (40000-30000b.p.): fase inter-estadialcáliday húmeda,Reforestación,

3- Leopoldvilliense(30000-12000b.p.): úl-timo estadial. Enfriamientoy tendenciaa la sequíaque provoca el descensodel cinturón latitudinal devegetaciónde montañaa las Tierras Bajas.Posterioraridezextremaconpredominiodeespaciosabiertosyausenciade coberteravegetalarbóreaen tornoal cé-nit hipotermal del 18000 h.p. En el 14500 b.p. seproduceel reestablecimientode la vegetaciónarbóreasemejantea la existenteal inicio de estafase y alre-dedor del 12500 b.p. tendrálugar la expansióndelBLT deTierrasBajas(Adebisí 1991).

4- Kibangiense(12000-Actualidad):KibangienseA (12000-4000b.p.): mayor

humedady elevación térmica. Expansión forestalmásalláde suslímitesactuales,

KibangienseB (4000-Actualidad):apertu-ra y/o mutabilidaddel bosquedebidasa episodiosdesequía. incendios naturalese instrumentalesy otras

perturbacionesambientales(Hart et alii e.p.) en dossubfases: i. 4000-3000 b.p. (Schwartz 1992), u.2500-2000b.p. (Maley 1992).

4.2. La secuenciacronoló2ico-cultural

1) OcupaciónPlio-PLeistocena:Los sondeosarqueológicosefectuadosen las orillas del Lago Ru-tanzigey en los márgenesdel Semliki (Harriset clii1990) han proporcionadoconjuntos industrialesdetipo Olduvaiense,faunafósil de mamíferos,reptiles,peces,moluscos,coprolitos y maderasfósiles en laformación SengaSa. El examendel enclave indicaqueesteconjunto cultural datadopor asociaciónfau-nística en 2,3-2,0 Ma, estabadepositadooriginal-menteen la carnada“Luso”, erosionándosedespuésyredepositándoseen un contextodel PleistocenoFinaly Holoceno.A pesarde este problema, el complejoarqueológicomuestra integridad en su asignaciónpliocena final, ampliando nuestra concepción delámbitogeográficopor el que se expandenlos homí-nidosal incluir el África Centraly mostrandola va-riedadde ecosistemasutilizadospor susprimerosha-bitantesqueahoratambiénse documentanen ámbi-tos forestales,tal y como sugierenlas especiesma-crobotánicasidentificadas por Dechampsya citadasarriba,

Este descubrimientoes importantepor de-mostrarqueel poblamientode la zonaes tan antiguocomo el documentadoparalas áreasorientalesy me-ridionalesclásicas.Reiteramosqueno debemospro-yectar nuestraimagensobre la extensióny carácterdel BLT del presenteal pasado.Esestaproyecciónlaque impide darsecuentade la entidadtan distintaala actualquelas masasselváticastuvierondurantelamayorpartedel Pleistoceno.Queestasexistíanes in-dudable, aunqueignoremossu paleogeografiay ex-tensión,como tambiénnoslo parecequese coloniza-seny explotasenmedianteestrategiasmixtasduranteal menospartedel año.

el hrica2Ée~~% (Achelense):La investigaciónensobreel PleistocenoAntiguo, Me-

dio y partedel Superiorha cesadopor completo enlas últimas décadas.Estose debió a la dificultad deencontrarenclavesno alterados(DeMaret 1985),pe-ro también, sin duda,a las grandesimposibilidadeslogísticasque la documentaciónde enclavesde asig-naciónESA, y MSA. en contextosfluvialeso al ai-re libreplanteaenelBLT.

Hoy tan sólocontamosconinformesde anti-guasexcavacionesy salvamentode urgenciay conestudios de materiales sin contexto (Kamwanga1985).

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LA COLONIZACIÓN DEL BOSQUELLUVIOSO TROPICALCENTRO-AFRICANO 115

Los siguientessitios ofrecenindustriasde fi-liación achelense:

i) LlanuradeKinshasay GombePoint, en elZaireOccidental.

u) Kamoay Luena,en el Sudestede Zaire.iii) Ngoere en Haute-Shanga,República

Centro-africana.iv) Nyarnnazi,Burundi.La mayorpartede ellos han sido clasifica-

doscomo Achelenseavanzadoy puedenencontrarsealgunasreferenciasindustrialesy cronológicasorien-tativas, sin pretenderser exhaustivos,en Alimen1957 (i y u); Nenquin1967 (iv); Cahen1969-71 (u);Bayle desHermens1971 (iii) y DeMaretet alii 1977(i y u).

3) MSA. (Sangoensey Lupembiense):Es-tos doscomplejosabarcanaquellasindustriasqueen-lazanlas últimasmanifestacionesachelensestodavíadocumentablesen contextossangoensesy las prime-ros artefactosdel PleistocenoFinal y HolocenoIni-cial de la L.S.A. Ambas,además,se solapanentresi.

Las datacionesson escasase inciertas,pu-diendo centrar el Sangoenseentre 70000 b.p. y40000 b.p., mientras que los complejosLupembien-sespodríanpartir del final del Njilienseparaenlazarcon los conjuntosmicrolíticos del PleistocenoFinal,aunqueinsistimosqueel Sangoiensees contemporá-neo con repertoriosachelensesy lupembienses(McBreartv 1987).

ConvencionalmenteSangoensey Lupem-biensese identifican como industriasforestales,sinembargo,ambasevolucionanen un marcohipoter-mal árido, frío y depaisajesabiertosquedesde70000b.p. hasta10000 b.p. sólo incluye una fase forestal(la del interestadialNjiliense 40000-30000bp.) a to-daslucesmal conocida,climática, ecológicay cultu-ralmente,por lo que sendasindustriasevolucionanmayoritariamenteen marcosabiertos, siendo dificilestimarsu valor adaptativoen contextosde explota-ción puramenteforestaleso mixtos,que tambiénde-bieron existir. Estoes, desconocemosqué facies deamboscomplejossonresultadode la colonizacióndelBLT.

Los marcadoresarqueológicossangoensesson: picos, algunos choppers,hachasnucleiformes.industriassobre lascaspreparadas,raederasy ras-padores.

Así mismo, los indicadores lupembiensesson: puntasbifaciales,hojasconretoquebifacial pla-no en forma de daga, también raspadoresnucleifor-mes o en extremode hoja, piezasfoliáceas, lascaseigualmentepicosy cantostrabajados.

Los siguientes enclavesson una muestra

significativade sitios confiliación Sangoense(a par-tir de SangoBay, bordedel Lago Victoria en Tanza-ma)

í) Mbomou, en la RepúblicaCentro-africa-na

u) Makabay Ouesso,Congo.iii) Enclavesde Ruanday Burundi (29 sitios

presentadosconjuntamentecomo Sangoenses!Lu-pembienses,de cuyo total desconocemosqué canti-dadpuedeserconsideradeuno u otro tipo).

iv) StanleyPool (orilla derecha),Zaire.y) Lopé, Médoumaney Ndendé en Gabon

presentanun problemaadicional por ser encuadra-bIesenla faseMaluekienseperono ofrecerrasgosin-dustrialessangoenses.Su caracterizaciónindustrialno achelense:choppers,picos,hachasde manoy nú-cleos,junto a su posiciónestratigráficay cronología(70000-40000bp.) muestranrelación de antenorí-dad respectoa complejostípicosSangoensesy Lum-pebienseslocales documentadosen enclaves comoKangoy Kafélé.

Algunos sitios de asignaciónLupembiense(apartir deLupemba,Kasai,Zaire)son:

i) Lupemba,Kasal,Zaire.u) Kamoa,Katanga,Zaire.iii) Masango,Burundi.junto a los sitios de

Ruanday Burundi citadosya.La fragmentariedadde la evidenciamaterial

es obvia, ignorandola caracterizacióny secuenciadeamboscomplejosenla prácticatotalidaddel áreaba-jo estudio, estandotodavíapor definir la identidadcronológico-culturalde unos complejos respectoaotros, puesno siempreestáclara la ordenaciónse-cuencialentreellos, su dispersión,funcionalidad,re-lación entreambose inclusión de complejos indus-trialesanterioresa la L.S.A., pero en faciesdistintasa las definidascomo Sangoenseso Lupembiensestí-picas. Pueden encontrarsereferenciasen Alimen1957 (Sangoense,iv.; Lupembiense, i); Nenquin1967 (Sangoense,iii y Lupembienseu); Cahen1969-1971(Lupembiense,u); Cahen y Van Noten1969-1971(Lupembiense,iii); Bayle des Herniens1971 (Sangoense,i); Clist 1989 (Sangoense,y.);

Lanfranchi 1990 (Sangoense,u).

4) L.S.A. (Tshitoliense):Aunqueofrecemosambasdenominacionescomo equivalentespor en-contrarseasí en la mayorpartede la bibliografía, esconvenientesaberque los conjuntosindustrialesde laEdadde PiedraTardía en el Africa Central son di-versosy queexisten industrias de la L.S.A. quenopuedenconsiderarseTshitolienses(y. pe. el casodeGabón,Clist 1989: 75). Estasanomalíassonrazona-blesen el estadoactualde nuestroconocimientoy se

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116 RJLIOMERCADERFLOPIN

observarontambiénenlas industriasantiguas.Todaslos repertoriosde la L.S.A. se inclu-

yen en el Kibangiense(Holoceno)y se encuadranenun marcoen el quegradualmentese introduceel cli-ma actual,con altas temperaturasy establecimientodel BLT tal y como lo conocemoshoy. No obstante,pudieraserque las formas másantiguasse adentrenenel Leopoldvillienseavanzado(PleistocenoFinal).

Las industrias tshitoliensestípicas se en-cuentranen la CuencaMeridional del Zaire, en lazonade contactoentreZairey Angolay aquílos con-juntosmásantiguosse remontanal 14500b.p. (Clark1968, cit. en Miller 1988: 131), aunquela mayoríade las industriasL. SA., no necesariamenteTshito-lienses,estándatadasen el Holoceno Antiguo y enotros casosen el Holoceno Recientee incluso ennuestraera.

Es dificil establecerlas diferenciasartefac-tualesentreel Tshitoliensey el restode los comple-jos, por lo que la mayor parte de los autoresen-cuentranestadenominaciónpoco operativapor estardemasiadocircunscritaen el espacio,por ignorar sitiene o no valor secuencialy por no disponerde unacaracterizaciónapropiada,así, pues,es convenientealudir sin mása “industriasde la L,S.A.”. Estastie-nenen común: a)Falta de estandarizacióncreciente,por lo que la talla es másatípicaconforme avanzaelHolocenoy al revés.b) Escasezde útiles tipo y con-secuentepredominio de formasatipicasy debrissu-perioral 95 %. e)El cuarzoesel soportemáscomún.d) Pequeñotamañodelas industrias,e)Núcleosdis-coidales,poliédricosy amorfos,escasamenteprepara-dos. O La mayor parte del lascadoes simple, sinpreparaciónprevia. g) En la categoriade útilesdefi-nidos hay raspadores,denticulados,retoquebifacialen foliáceos,pedunculadosy azuelasconel extremodistal pulido (en épocaya avanzada),geométricos,hojas,hojitasy muyeventualmentealgodeLevallois.

Sonsitios significativos:i) Lac Tumba, Batekey Matupi en el Zaire

Central,5W. y NF. respectivamente.u) Niari, Brazzaville, Ntadi-Yomba,Pointe

deBacongo,en Congo.iii) La Sabliere,Owendo,Lopé 2, Mandilou,

Lac Noir, Nzogobeyok,Ikengué,Ndendé,enGabón.iv) ShumLaicay Abeke,enCamerún.y) Kandaloy Mucucu1 ¡Mamba,Ruanda.Puedenencontrarsereferenciasen Caheny

Mortelmans 1973 (i Zaire SW.); Fiedíer y Preuss1985 (i Zaire Central), VanNoten 1977, 1982 (i Zai-re NE.); De Maret 1985 (y); De Maret el a/ii 1987(iv); Clist 1989, 1990 (iii); Lanfranchi1990 (u).

Otrascuestionesde interésen el debateso-bre loscomplejosde laEdaddela PiedraTardíason

detipo ambiental,cronológicoe industrialy tecnoló-gico.

Las industriasSangoensesy Lupembiensessiemprehan sido consideradascomo de tipo “fores-tal”, mientrasque los complejosmicrolíticostípicosde la L.S.A. eranconcebidoscomoadaptacióna ám-bitos de sabana.La evidencia paleoambiental,sinembargo,apuntaa lo contrario,juntoal hechodequeen enclavescomo ShumLaica y Abeke en Camerun,las industrias microliticas “L.S.A.” se encuentranasociadasa especiesfaunísticasforestales,nadade locual resultasorprendentesi se tieneen cuentael ca-rácterholocenode la mayorpartede estasindustriasparalelasal establecimientode la granmasaboscosahoy conocida,y el carácterabiertodelos paisajesdelPleistocenoSuperior.Tambiéndebetenerseen cuen-ta queenaquellosenclavesenlosquese pensóen lasindustriasmicroliticas como fruto de ambientesa-biertos,en realidadasistimosa repertoriosde explo-taciónen contextosmixtos, dondela fronteracon elBLT seencuentracerca.Estemismo patróndeexplo-tación dual de paisajesherbáceosy selváticoses ladocumentadaen el hogar Tshitolienseclásico delZaire 5W. en su fronteracon Angola, donde la in-dustriapareceestarideadaen función de la explota-ción paraleladedosecosistemas.

Personalmenteno creoque las industriasdela “L.S.A.” aparezcancomo consecuenciadel cambioambientaly despoblamientoarbóreoacaecidosen elcénit tardiglacial, ya que la existenciade un patrónclimático caracterizadopor el descensotérmico, lasequíay la sabanizaciónde las zonasarbóreasse do-cumenta,cuandomenos,desdeel inicio de la últimaglaciaciónen torno a 70000b.p. (no sólamenteen el18000 b.p.), exisitiendoun único interestadialaso-ciadoa reforestaciónentre40000y 30000B.P.

Sin embargo,no existe microlitismo en fe-chastan tempranas.La basecronológica de las in-dustriasTshitolienseses 14500 b.p. (fechaal mismotiempo discordanterespectoal máximo glacial quesupuestamenteorigina los paisajesa los que el mi-crolitismo se adapta),mientrasque los microlitos deMatupi en las cercaníasdel Iturí, NE. Zaire, se re-montana 33000b.p. Estecontrovertidoy contestadoenclaveeshoy por hoy unaexcepción.Así, supoderresolutivo en cuantoa cronologíasigue tan en cua-rentenacomo la asignación“microlitica” de los ma-terialesen cuestión,puescomo bien comentaseDeMaret (1985: 132-133), las industriasde Matupi sonmicrolíticas simplemente porque los guijarros decuarzotrabajadosno permitían otro tamaño,siendoen lo demásuna industriaabsolutamenteatípica, conpredominio del debrísy escasezde tipos definidos,quepor otra parte opinamossonmás coincidentes

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conlaspropiascaracteristicasdel cuarzocomo mate-ria primay, sobretodo, conla falta de sistemáticain-dustrial culturalmentetípica de los tiemposrecientesen Á.frica Centraly no de aquellosotros de la últimaglaciación.

Porúltimo, merecemenciónla coexistenciaentretecnologíaslíticas, cerámicasy de hierro fre-cuenteen numerososlugaresy queen algunoscasosbien pudieraser fruto de remociónde niveles (DeMaret 1985: 133) y pisoteo,causandola mezcla deestratos,el movimientovertical deartefactosy la dis-posiciónen el mismo plano horizontalde elementosno contemporáneosentresí. Esteproceso,sin embar-go, tiene límites espaciales,existiendo un umbralmás allá del cual la circulación vertical se detiene.Por ello, la contrastaciónde tal convivenciaentredistintas tecnologíasrequeriráun marcode valora-ción tafonómicacritico, con el objeto de determinarla fechaen la cual se abandonala tecnologíalítica,algo quetampocoseríasorprendentese produjeseenla era actual,bastantedespuésde que su relevo, elhierro, entrapor primeravez enescenay permite lasustitución generalizaday sistemáticade aquellasfuncionespara las que se utilizaba la piedra,varian-do tal fechaentreregionesy unoscontextoscultura-les y otros.

5) Neolítico, Edad del Hierro (ExpansiónBantú): Bajo esta rúbrica se agrupan los últimoscomplejosprehistóriéosdel Africa Central.En nume-rosasocasioneslas tresdenominacionesse asimilanentresí, dadoqueparaun grannúmerode autoreslaapariciónde la producciónde alimentosy la irrup-ción de dosnuevastecnologías(la cerámicay el hie-rro) sonlos grandesmarcadoresde movimientospo-blacionalestransafricanosquepartiendode su hogarcentralenel Camerúnmeridionalseexpandenen su-cesivasoledasprimeropor el África Centraly a con-tinuaciónpor las regionesorientalesy meridionales.Las transformacionessocio-económicas,culturalesylinguisticasacarreadaspor la ExpansiónBantú se-rian así la basedel complejo panoramaobservablehoy. Sin ánimo de entraren la problemáticade suscausas,origen, paleolinguistica,rutasy modelosdeavance,sobrela que se hanescritonumerosascontri-buciones,sídebemosseñalaralgunasde susexpecta-tivas arqueológicasy las contradicionesen las queéstasentran.

SegúnEhret(1982) tal expansióndebió co-menzarentomo a 50004000b.p., avanzandoa par-tir de frentes de frontera previamenteestablecidos.Desdeun punto de vista linguistico no hay razonesparacreerque la colonizaciónbordeala selva,comoopinanun grannúmerodearqueólogos,sinoquepor

el contrario es expresión de migración de gentesadaptadasa la vida en el BLT quehacendeesteeco-sistemasuprimer blancoexpansivo.No quedanpuesgrandesvacíosde terreno.Inicialmente,se ocupaelNW y Centrodel BLT y despuéslas áreasmeridio-nalesy orientalesde la masaforestal.A priori, ahorao en épocasmuy anteriores,debió serviable la pene-traciónen la masaforestala travésde las grandesar-tenasfluviales. Estasgentessonagricultoras,vivenen pobladosde magnitudconsiderableal aire libre yexplotanel ñame, las calabazas,la palmerade aceitecentro-africanay recolectanfrutos aceitosossilves-tres.Tienencabrasy penos.

En contrade lo comúnmenteaceptado,eltrabajodel hierro no pareceestarasociadoa las pri-merasfasesexpansivasque,en consecuencia,se pro-duciríanen la L.S.A, por lo que el marcadortecno-lógico de estosprimerosmomentosseriala cerámica.Este escenariosin embargocontempladesajustesse-cuencialesy decontenidoquemerecenmención.

a) No apreciamosla unidad de cambiosso-cio-económicoso tecnológicos que supuestamentedebieranvenirjuntossi realmentenosencontrasemosante la expansión,colonización y asentamientodesucesivasoleadasmigratorias.

Los arqueólogostambiénaceptanquelasce-rámicasy la producciónde alimentossonanterioresal manejo del hierro, por lo que ambastecnologiasquedanseparadaspor variossiglos. Sin embargo,lasazuelasde piedrapulida sonal mismotiempo ante-rioresa la cerámica(Clist 1986) de lo que se deduceque algún tipo de horticultura y arboriculturadebióproducirseen las tradiciones“L.S.A.” adoptandounaeconomíamixta que, entoncesy ahora, en ÁfricaCentral y fuera de Africa, parece ser la estrategiamásadaptativaen contextoscambiantesy fronterizosen los trópicoshúmedos.Por tanto, la produccióndealimentosen el BLT no es simultánearespectoa laapariciónde la tecnologíacerámica,ni fue originadaen contextosde poblacionescolonas.

b) La aparición de la primera cerámicaenambientesarqueológicos,quepor lo demásno mues-tran ningunasolucióndecontinuidadrespectoa fasesprecedentes,no demuestraemigración,ni confirmala primera oleadade expansiónbantú en territoriosforestales.Aunquetal tecnologíaofreceventajasin-negables,no es de por sí un agenteefectivoen la co-Ionización de nuevosespacios.Creemosque las ce-rámicascirculanpor todoslos espaciosregionalessinnecesidadde recurrir a eventosmigratorios.Proba-blementesu origenúltimo seael Africa Occidental,dondesuscronologíasformativasson másantiguas,perono por ello puedeaceptarsequetodos losencla-vesdondeseencuentrancerámicasfueradesu hogar

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original fueron ocupadoso testificanexpansiónalgu-na. No nos cabe duda de que su aparición indicacambiossocio-culturalesy poblacionales,pero insis-timos que su presenciaen enclavesno representati-vos de gentes“bantúes”.en cl sentidodefinido arri-ba, sólo confirma queexiste interacciónentrepobla-cionescreadoras,portadorasy receptorasde tecno-logía, cazadoras-recolectoras.productoraso mixtas.Porello, numerososlugaresmostraránun elenco ma-terial virtualmentemuy parecidoal de sus vecinosy

reiterativoentoda la región. Es posible,así,quereal-menteexistiesencontingentesoriginariosdel AfricaOccidentalen los terrenosadyacentes,siendoésta laúnicatransformaciónatestiguadapor la cerámica.elrestode los rasgossocio-culturales>‘ las transforma-cioneshipotéticamenteligadas a ellos estántodavíapor confirmar.

También nos parece divergente el que almenos4 tradicionescerámicasdiferentes(Obobogoen Camerún,Imbongaen el centrodel Zaire. Ngovoenel Bajo Zairey Batalimo/Malubaen Zaire Centraly RepúblicaCentro-africana)hayansido detectadas(Clist 1989), subrayandola heterogeneidadde basecontrariaa la homogeneidadpredeciblepara un úni-co sustratopoblacionalcolonizador.

e) Mayor índice de cambiopodríaregistrar-se enépocamástardíacuandoel hierro segeneralizay causala reiteradagradualde las industriaslíticas alsercapazde desempeñarsusmismasfuncionesconmayoréxito. Estamayorefectividadtecnológica,jun-to al desarrollode complejosagrícolasqueahoraseestablecenconfirmeza, debidoa la favorableacogidade las poblacioneslocalespreadaptadascomo conse-cuencade siglosde prácticahortícola,arboricultorayrecolectorade especimenessilvestres semejantesalos cultivados,sugierende forma másconvincentelaexistenciade movimientos colonizadoresque se in-troducenen la gran ¡nasa forestal. Su conquistadelecosistemaselváticoes la mássistemáticay profundade las realizadashastael momentoy en ella no sóla-menteparticipanlas poblacionesforáneas,sino quesu éxito dependede la explotaciónconjuntadel me-dio consusvecinosya practicantesde formasde sub-sistenciamixta.

Los contingentesétnicos colonizadoresnosonsiempre homogéneos.Así, resultaespecialmentesignificativo el casode las Tierras Altas Orientalesdel Uele e Ituri (Zaire), dondeal menostrestradicio-nes linguisticas y culturales convergen (Vansina1990: 167-177: Schocnbmn1993).confirmandoquelas zonasde fronteraentreBLT y sabanacreanámbi-tos naturalesenormementevariadosy ricos cuyaex-plotación atrajo a poblacionesde todos los puntoscardinales, forjandoun embudopor el quese filtra

toda la colonizaciónde los BLT situadosinmediata-menteal 5. y al W.

Es de destacartambiénla grandivergenciacronológicaexistenteen ¡a aparicióndel hierro entrelas zonasorientalesy las occidentales:las fechasdeGabón(Clist 1989. 1990) nos remontana los siglosy y IV a.c., mientrasque en el Surdel Zairedescien-den a los siglos II y V de nuestraera (De Maret1990), e incluso despuésen el sectorNF. (Kanimba¡990). Parece,pues,que los centrosde difusiónori-ginal se sitúanen áreasdiferentespara los ámbitosoccidentaly central,siendoel áreadeNok en Nigeriay Ureween la zonainterlacustrelas queactúancomofocosde origen paraambasregionesrespectivamen-te.

Los encla~’esarqueológicosmás representa-tivos deestaépocasonlos siguientes:

i) Shum Laica, Abeke y Obobogoen Came-run.

u) Batalimo en la República Centro-africa-na.

hango

iii) Njolé. Kangoy Okala,enGabón.iv) Tschissanga,enCongo.y) Gombe.Ngovo. Sakuzi.Mbandakae ls-

en Zaire.Puede encontrarse documentación sobre

ellos en: DeMaret 1985 (i); DeMaretel a/ii 1987 (i)De Maret 1985; Clist 1986 (u); Clist 1989 (iii); Lan-franchi 1990 (iv); Clist 1986;DeMaret 1990 (y).

5. CONCLUSIONES

Resultaciertamenteparadójico que los eco-sistemasmásricos del mundoseanpobresy pocoap-tos parael poblamientohumano,lo queno equivaleadecir que los BLT del globo no fueran colonizadoshasta fecha reciente. La dinámica de colonizaciónglobal confirma quela especiehumanaha conquista-do la totalidad de ecosistemas,algunosde ellos másinhospitosque la selvaecuatorial.Bastacon aceptarque todo medio es habitablesi las estrategiasde ex-plotaciónson efectivasy quecuandola inhabitabili-dadcrece también lo hace la efectividaddel sistemacultural en un intento de adaptacióny dominio delmareo.

El BLT. pues.fue colonizableen todo mo-mento y sucronologíacultural se inicia en enfechastan antiguas como las documentadasen AfricaOrientalo del Sur. cuandolos homíidosempiezanaampliarel abanicode posibilidadesde explotacióny

contemplanlas ventajasde los ecosistemas“mosai-co” existentesen todo el ¡Úrica Central dondedesa-rrollar tácticasmixtasy establecerseen nuevastie-

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rras. La colonizaciónde estosámbitosfue, por tanto,inevitable.¿Cómosi no podemosentenderquemillo-nesde kilometros cuadradosseanevitadospor la es-peciehumanaensuprocesoexpansivoglobal?

Sin duda,la pertinazideadel dominiofores-tal cerradocomo desiertohumanode todos los tiem-pos radica en la proyecciónde nuestrapercepcióncultural de la selvacomovorágineherméticay mási-va, elaboradaconimágenesdel BLT actual, sobrelospaisajesy formasculturalesdel pasado.Creemosquela dimensióny carácterde la colonizacióndela selvavariaronen el espacioy en el tiempo.Pareceserquesóloenfasesintergíacialeslacoberteravegetalse ce-rrabay planteabaproblemasde conquistasemejantesa los observadosenel Holoceno.Sin embargo,la en-vergaduradela empresaen la mayorpartedel Pleis-tocenoimplicabala domesticaciónde espaciosfores-tales de escasaextensióninmersosen ámbitosabier-tos.

En cualquierade los casosdebió optarsepordiferentesestrategiasmixtas, dondela ocupacióndela selvase realizacomo partedeun modelode habi-tat amplio que incluye otros ecosistemasy/o formascomplementariasde subsistencia,al menos durantepartedel régimen anual. Por supuestoes probablequeen épocasintergíacialesde reforestaciónla colo-nizaciónde enclavesinternadosen el núcleoselváti-co y el hábitatpermanenteallá no fuesenviableshas-ta queen el último intergíacial,el Holoceno,la tec-nologíadel hierro, las rozasagrícolasy la interacciónentre fórmulas culturales cazadoras-recolectorasyproductorashicieronposiblellegary establecerseen

talesregionesdel interior.Que esopudieseocurrir crea dos expectati-

vas importantesparael antropólogo:1. No importa que la colonizaciónseaperi-

férica o que susestrategiasde explotación,cazadoraso productoras,seano no ‘puras”, dependano no desusvecinos. Susestratagemasdeexpansiónhansidooriginadaspor un marcoespecifico, el BLT, y enconsecuenciasus manifestacionesculturalesson re-sultadode habersetenido queenfrentara un espaciocomoel dela selva.Portanto, las culturasdel bosquelluvioso tropical sonuna creaciónespecífica,siendoese carácter, su variabilidad y su interacción conotras creacioneslo quenos interesacomo estudiososdel comportamientohumanoenelPasado.

2. Las implicacionesarqueológicasde estemodelopredeciríanenclavesen la geografiainternadel Africa Centralconcronologíapleistocenaasocia-daa mediosmixtos de sabanay selva.En fasesinter-glacialeslos sitios tendríanposiciónperiféricay ha-bríaausenciade los mismos en zonasinteriores.Loslugaresarqueológicosdel HolocenoAntiguo se si-túan en el cinturón más externode la masaforestalactual,mientrasque los yacimientosdel núcleointer-no boscosodebenserdel HolocenoReciente,concro-nologíasposterioresa la apariciónlocal del hierro yasociadosa complejosproductoresy cazadoresenin-teracción.Porello, todo intento de contrastacióndela hipótesisnula requerirácontrastaciónen sitios ar-queológicosdel HolocenoAntiguo en el cinturón pe-riférico forestal.

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