La Comunión Cerrada

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 SOBRE LA CENA DEL SEÑOR Y LA COMUNIÓN CERRADA La Cena del Señor es una ordenanza instituida por Jesucristo, enseñada por los apóstoles y practicada por la iglesia a través de su historia. Hay varios aspectos acerca de su significado y propósito que no trataré aquí, pero fundamentalmente es un memorial o recordatorio de la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Entre las iglesias bautistas hay básicamente tres sistemas para decidir quiénes pueden tomar la Cena del Señor. El primer sistema es el de “Comunión Abierta”. En las iglesias que adoptan este sistema, el pastor anuncia a la congregación que cualquier persona que es cristiana puede tomar el pan y la copa. No es necesario ser bautista o miembro de una iglesi a bautista. Tampoco es necesario ser bautizado en agua, aunque a veces se enfatiza que es recomendable que el que es creyente sea obediente al mandato del Señor. El único requisito es s olamente ser cristiano. El segundo sistema es de “Comunión Cercana” o “Denominacional”.  Esto significa que una iglesia requiere que los que toman la Cena del S eñor en aquella iglesia deben ser miembros de una iglesia de la misma denominación. Visitantes que no son miembros de la i glesia celebrando la Cena del Señor pueden acercarse a la mesa y tomar la Cena si son miembros de otra iglesia de la misma fe y práctica. Si se trata de una iglesia bautista, miembros de otras iglesias bautistas pueden tomarla juntos. El tercer sistema es el de “Comunión Cerrada”. Esto significa que solamente los que son mi embros de la iglesia local que está celebrando la C ena del Señor pueden tomarla, y que l os visitantes y miembros de otras iglesias no la pueden tomar. Este es el sistema que recomendamos y fomentamos en nuestra iglesia y vamos a discutir las razones para hacerlo así. El propósito de este estudio no es condenar ni censurar las otras igl esias bautistas o de otro tipo que tienen un sistema diferente. Debemos mantener nuestras propi as convicciones, pero también debemos evitar el espíritu de juicio y condenación de las iglesias que celebran la Cena del Señor en una manera diferente. UN CUERPO UNIDO Es importante entender que la Cena del Señor debe ser celebrada y observada en la iglesia local, como una congregación unida. Se nos dice en 1 Corintios 11:17- 22, “Pero al anunciaros esto que si gue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la igl esia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo”. Pablo está hablando acerca de la iglesia local - no aceptamos el concepto de una iglesia universal e invi sible. No se trata de cualquier reunión informal de creyentes sino de una iglesia o cuerpo local. Es necesario que todos en la iglesia estén unidos en compartir la Cena del Señor, en sus motivos de comerla y en su entendimiento acerca del significado de la Cena del Señor. No es bueno celebrar la Cena del Señor en una reunión ecuménica, porque en estas reuniones ecuménicas hay personas que piensan, como los católicos, que la hostia es el cuerpo y sangre li teral de Cristo, y hay otras p ersonas como los luteranos que creen en la presencia real de Cristo en la hostia, y hay otros que creen como nosotros que la Cena del Señor es una cena memorial para anunciar que Cristo ha muerto por nosotros. No hay

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SOBRE LA CENA DEL SEÑOR Y LA COMUNIÓN CERRADA

La Cena del Señor es una ordenanza instituida por Jesucristo, enseñada por los apóstoles y practicada

por la iglesia a través de su historia. Hay varios aspectos acerca de su significado y propósito que no

trataré aquí, pero fundamentalmente es un memorial o recordatorio de la muerte de nuestro Señor

Jesucristo. Entre las iglesias bautistas hay básicamente tres sistemas para decidir quiénes pueden tomar

la Cena del Señor.

El primer sistema es el de “Comunión Abierta”. En las iglesias que adoptan este sistema, el pastor

anuncia a la congregación que cualquier persona que es cristiana puede tomar el pan y la copa. No es

necesario ser bautista o miembro de una iglesia bautista. Tampoco es necesario ser bautizado en agua,

aunque a veces se enfatiza que es recomendable que el que es creyente sea obediente al mandato del

Señor. El único requisito es solamente ser cristiano.

El segundo sistema es de “Comunión Cercana” o “Denominacional”. Esto significa que una iglesia

requiere que los que toman la Cena del Señor en aquella iglesia deben ser miembros de una iglesia de la

misma denominación. Visitantes que no son miembros de la iglesia celebrando la Cena del Señorpueden acercarse a la mesa y tomar la Cena si son miembros de otra iglesia de la misma fe y práctica. Si

se trata de una iglesia bautista, miembros de otras iglesias bautistas pueden tomarla juntos.

El tercer sistema es el de “Comunión Cerrada”. Esto significa que solamente los que son miembros de la

iglesia local que está celebrando la Cena del Señor pueden tomarla, y que los visitantes y miembros de

otras iglesias no la pueden tomar. Este es el sistema que recomendamos y fomentamos en nuestra

iglesia y vamos a discutir las razones para hacerlo así.

El propósito de este estudio no es condenar ni censurar las otras iglesias bautistas o de otro tipo que

tienen un sistema diferente. Debemos mantener nuestras propias convicciones, pero también debemos

evitar el espíritu de juicio y condenación de las iglesias que celebran la Cena del Señor en una manera

diferente.

UN CUERPO UNIDO

Es importante entender que la Cena del Señor debe ser celebrada y observada en la iglesia local, como

una congregación unida. Se nos dice en 1 Corintios 11:17-22, “Pero al anunciaros esto que sigue, no os

alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís

como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre

vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.

Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer, cada uno se

adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en

que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué

os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo”. Pablo está hablando acerca de la iglesia local - no aceptamos

el concepto de una iglesia universal e invisible. No se trata de cualquier reunión informal de creyentes

sino de una iglesia o cuerpo local.

Es necesario que todos en la iglesia estén unidos en compartir la Cena del Señor, en sus motivos de

comerla y en su entendimiento acerca del significado de la Cena del Señor. No es bueno celebrar la Cena

del Señor en una reunión ecuménica, porque en estas reuniones ecuménicas hay personas que piensan,

como los católicos, que la hostia es el cuerpo y sangre literal de Cristo, y hay otras personas como los

luteranos que creen en la presencia real de Cristo en la hostia, y hay otros que creen como nosotros que

la Cena del Señor es una cena memorial para anunciar que Cristo ha muerto por nosotros. No hay

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unidad entre los que celebran la Cena del Señor como un memorial, como la Biblia dice en Lucas 22:19,

y los que comen la Cena del Señor para ser salvos y para recibir un beneficio místico.

La Cena del Señor es un memorial, no un sacramento. Nosotros participamos en la Cena del Señor en

nuestra iglesia porque entendemos que somos salvos por la fe en Jesús y no porque tomarla nos salve o

nos mantenga salvos. Entendemos que el propósito de la Cena del Señor no es sacrificar a Cristo otra

vez, sino es para celebrar el sacrificio que Cristo ha hecho una vez para siempre, Hebreos 10:12.

UNA ORDENANZA PARA LA IGLESIA

La Cena del Señor es una ordenanza (mandato) de la asamblea local, no de una reunión ecuménica, ni

de un club de estudiantes en la universidad, ni de un pastor visitando a un enfermo en el hospital.

Debemos celebrarla como iglesia.

El ejemplo de las escrituras nos enseña que cuando observamos la Cena del Señor en la iglesia,

solamente los que han sido bautizados en agua por autoridad de una iglesia neotestamentaria pueden

tomar parte en la Cena. Lo vemos en Hechos 2:41-42, “Así que, los que recibieron su palabra fueron

bautizados; y se añadieron aquel día tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,

en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.

Los tres mil miembros nuevos de la iglesia de Jerusalén fueron bautizados primero, y luego participaron

en el partimiento del pan. Los bautistas han entendido que la Cena del Señor es cerrada a todos los que

no han sido bautizados, y todas las denominaciones grandes entre los protestantes han entendido lo

mismo, y los católicos también. Todas estas denominaciones han enseñado que la Cena del Señor es

solamente para las personas que han sido bautizadas (según sus varias definiciones de la naturaleza del

bautismo). El historiador anglicano Dr. Wall dijo en el siglo 19 que “nunca ha existido una iglesia que ha

dado la comunión a personas no bautizadas”. Hay iglesias que tienen un sistema de comunión abierta,

que invitan a todos los cristianos a participar en su Cena del Señor, sean bautizados o no sean

bautizados, y no reconocen que su sistema es más liberal que el sistema de las denominaciones

protestantes y católicos que dicen que las personas no bautizadas no pueden tomar parte en la Cena del

Señor.

Cuando una iglesia bautista adopta el sistema de comunión abierta, esto es un paso grande en el camino

hasta el interdenominacionalismo, porque las iglesias que ofrecen comunión abierta están diciendo por

su ejemplo que el bautismo no es importante, la obediencia al Señor y el compromiso con la iglesia.

Es importante mencionar que los bautistas no somos protestantes. Los protestantes salieron de las

iglesias católicas en el siglo XVI y retuvieron muchas de las costumbres de los católicos, como el

bautismo de infantes. Los bautistas existieron antes de los protestantes, antes de los católicos, y no son

protestantes. Existimos antes porque nuestras enseñanzas son las mismas de la iglesia primitiva y no las

de las iglesias derivadas del catolicismo. No debemos aceptar personas que no se hayan comprometido

con las enseñanzas de nuestras iglesias y el hacerlo es abrir la puerta al Ecumenismo.

La Cena del Señor es solamente para las personas que han aceptado nuestras enseñanzas y renunciado

a cualquier otra enseñanza que no respalde la autoridad de la iglesia local. Las iglesias Católicas,

Luteranas, Metodistas, Wesleyanas, Congregacionalistas, Presbiterianos, Episcopalianos, son iglesias

que no comparten nuestras doctrinas neotestamentarias y por ende no se les debe permitir ser parte de

la Cena del Señor en nuestra iglesia local. Muchas iglesias evangélicas, aunque manifiestan que creen en

la salvación por fe, no creen en la salvación eterna, evidenciando una salvación por obras.

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Si creemos que la iglesia verdadera es aquella que continua enseñando las verdades neotestamentarias,

manteniendo los principios fundamentales que la han distinguido a través de la historia desde su origen,

no podemos aceptar a los que no creen estos principios en la cena de nuestro cuerpo local. Por eso

creemos que la Cena del Señor debe ser cerrada. De igual manera que tenemos requisitos para la

membresía de nuestra iglesia, no aceptamos como válido el bautismo de ninguna persona que haya sido

bautizada en una iglesia de falsa doctrina o que no tenga una identificación con las verdades

neotestamentarias distintivas de la iglesia.

LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA

Además, el sistema de comunión abierta es un sistema liberal y peligroso porque invalida el programa

de disciplina en la iglesia. Cuando un miembro está expulsado de una iglesia por enseñar doctrina falsa o

por mala conducta, esto significa que no puede tomar parte en la Cena del Señor de aquella iglesia. El

apóstol Pablo hizo referencia a esto al decir que “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la

carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”, en 1 Corintios 5:5. El propósito de la

disciplina es que el miembro expulsado sienta vergüenza de su conducta mala, se arrepienta de su

pecado y vuelva a la membresía de la iglesia y a la comunión de la Cena del Señor.

Pero bajo el sistema de comunión abierta y denominacional, este miembro expulsado puede juntarse

con otra iglesia sin arrepentirse de su pecado, y luego puede volver a la Cena del Señor de su iglesia

anterior, la iglesia que le expulsó, y puede tomar parte de la Cena del Señor sin ninguna restauración.

Este sistema anula el poder de la iglesia de disciplinar a los miembros desordenados.

El Apóstol Pablo nos mandó en 2 Tesalonicenses 3:6, “pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de

nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la

enseñanza que recibisteis de nosotros”. Es claro que debemos apartarnos de los miembros que andan

desordenadamente. Pero si estos miembros desordenados y expulsados pueden volver a nuestracomunión y la Cena del Señor porque son miembros de otra iglesia bautista, esto anula e invalida

nuestro sistema de disciplina en la iglesia.

No debemos comer la Cena del Señor con los que se llaman hermanos pero son desordenados, 1

Corintios 5:11, “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que llamándose hermano, fuere

fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”. Algunas

veces no sabemos si los miembros de las otras iglesias son hermanos ordenados o desordenados.

Sabemos esto solamente acerca de los miembros de nuestra propia iglesia. Es importante saber esto

porque la Cena del Señor es cerrada a los que no son dignos de tomar parte, 1 Corintios 11:27-30, “De 

manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpadodel cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba

de la copa, porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y

bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen”.

Cuando el Apóstol dice que hay muchos que duermen, se refiere a personas que murieron porque

tomaron parte de la Cena del Señor indignamente. No estamos haciendo un favor a nuestros visitantes

si abrimos la Cena del Señor a personas que tal vez no son dignas de tomar parte, y les decimos que

cada uno se pruebe a sí mismo. La iglesia debe dar la Cena del Señor a aquellos que son miembros de la

iglesia y no están bajo disciplina, y los que la iglesia ha aprobado para tomarla, o sea sus miembros,

deben probarse a sí mismos antes de tomarla.

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No podemos saber los corazones de todos nuestros visitantes, y tenemos el mandamiento del apóstol

Pablo de no comer con los que se llaman hermanos pero son fornicarios, avaros, idólatras, maldicientes,

borrachos, o ladrones. Pablo está hablando acerca de la Cena del Señor, porque en 1 Corintios 5:9-10

Pablo dice que no es posible evitar todo contacto con los pecadores sin salir del mundo. Esto es

imposible, pero es posible y necesario evitar el compañerismo con los pecadores alrededor de la mesa

del Señor, 1 Corintios 5:7-8, “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin

levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que

celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes

sin levadura, de sinceridad y de verdad”.

Por esa razón, el sistema mejor es el sistema de comunión cerrada, comunión solamente para los

miembros de nuestra iglesia local. Conocemos nuestros propios miembros, conocemos sus maneras de

vida, conocemos que nuestros miembros no están llevando la levadura de malicia y maldad a la Cena del

Señor, y que podemos celebrar la fiesta en sinceridad y en verdad.

La exclusión en la Cena del Señor de los que no son miembros de la misma iglesia no significa que no

podamos tener comunión con otros. La comunión no depende de si participamos o no en la Cena delSeñor con otros, aunque es representada en ella. Hay una comunión que es con todos los que son hijos

de Dios, porque estamos en Cristo, y tenemos en común un mismo Señor y Salvador. También hay una

comunión con la propia iglesia, con lo que estamos comprometidos como miembros trabajando como el

cuerpo de Cristo. Este cuerpo es representado en cada iglesia local, y así cada iglesia al tomar la Cena del

Señor demuestra la unidad en la iglesia, tal como Pablo enseña en 1 Corintios 10:16-17, “La copa de

bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la

comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo;

pues todos participamos de aquel mismo pan”.

Los que son miembros de otra iglesia pueden tomar parte en la Cena del Señor en su propia iglesia. Los

que son creyentes pero no son miembros de ninguna iglesia son invitados a ser bautizados en nuestra

iglesia en obediencia al mandato del Señor, o trasladar su membresía a nuestra iglesia y tomar parte con

nosotros de la Cena del Señor.