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www.derechoycambiosocial.com ISSN: 2224-4131 Depósito legal: 2005-5822 1 Derecho y Cambio Social LA CONSTITUCIÓN CUBANA Y EL TRABAJO POR CUENTA PROPIA. A PROPÓSITO DE LA ACTUALIZACIÓN DEL MODELO ECONÓMICO Jorge Olver Mondelo Tamayo 1 Fecha de publicación: 01/07/2015 Sumario: I. Palabras iniciales. II. Cuba, la Constitución y el trabajo por cuenta propia. III. Laboro, ergo sum. IV. Consideraciones finales. V. Bibliografía. Resumen El “trabajo por cuenta propia” cobra fuerza en la sociedad cubana actual. Denominada de este modo, es una modalidad de empleo nacida en los años sesenta y que ha ido cobrando mayor auge a partir de la reforma constitucional de 1992. Desde el año 2010 el gobierno cubano ha tenido ante sí el reto de rescatar su economía y en medio de ello el trabajo por cuenta propia se amplía a diversas actividades que no eran realizadas antaño por estas nuevas “formas de gestión económica”. Normas diversas se encargan de satisfacer una vieja demanda dirigida al reconocimiento de aquellas labores que ya se venían realizando, pero no contaban con un respaldo expreso de las instituciones estatales. Ello trae consigo la búsqueda de mecanismos con mayor eficiencia y viabilidad, pues se aspira según la postura oficial del Gobierno y el Estado que el trabajo por cuenta propia represente el 40% del volumen de la economía nacional. Sobre algunos rostros del trabajo por cuenta propia, de sus éxitos y derrotas visibles ya en la sociedad cubana, versan estas líneas. 1 Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente, Cuba. Abogado en ejercicio. Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente, Cuba. (2007-2012). Cursando la Maestría en Derecho Constitucional y Administrativo, Cuba. (2013). [email protected]

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Derecho y Cambio Social

LA CONSTITUCIÓN CUBANA Y EL TRABAJO

POR CUENTA PROPIA.

A PROPÓSITO DE LA ACTUALIZACIÓN DEL

MODELO ECONÓMICO

Jorge Olver Mondelo Tamayo1

Fecha de publicación: 01/07/2015

Sumario: I. Palabras iniciales. II. Cuba, la Constitución y el

trabajo por cuenta propia. III. Laboro, ergo sum. IV.

Consideraciones finales. V. Bibliografía.

Resumen

El “trabajo por cuenta propia” cobra fuerza en la sociedad

cubana actual. Denominada de este modo, es una modalidad de

empleo nacida en los años sesenta y que ha ido cobrando mayor

auge a partir de la reforma constitucional de 1992. Desde el año

2010 el gobierno cubano ha tenido ante sí el reto de rescatar su

economía y en medio de ello el trabajo por cuenta propia se

amplía a diversas actividades que no eran realizadas antaño por

estas nuevas “formas de gestión económica”. Normas diversas

se encargan de satisfacer una vieja demanda dirigida al

reconocimiento de aquellas labores que ya se venían realizando,

pero no contaban con un respaldo expreso de las instituciones

estatales. Ello trae consigo la búsqueda de mecanismos con

mayor eficiencia y viabilidad, pues se aspira según la postura

oficial del Gobierno y el Estado que el trabajo por cuenta propia

represente el 40% del volumen de la economía nacional. Sobre

algunos rostros del trabajo por cuenta propia, de sus éxitos y

derrotas visibles ya en la sociedad cubana, versan estas líneas.

1 Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente, Cuba. Abogado en

ejercicio. Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente,

Cuba. (2007-2012). Cursando la Maestría en Derecho Constitucional y Administrativo,

Cuba. (2013). [email protected]

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Palabras claves: trabajo por cuenta propia, Constitución,

modelo económico cubano, lineamientos.

Abstract

The “self-employment” is gaining strength in Cuban society

nowadays. So called, is a form of employment born in the sixties

and has become ever more popular since the constitutional

reform of 1992. Since 2010 the Cuban government has been

faced with the challenge of rescuing its economy and it means

the self-employment is extended to various activities that were

not performed before by these new “forms of economic

management”. Various legal rules are responsible for meeting

an old demand led to the recognition of those activities that were

already doing, but did not have an explicit endorsement of the

state institutions. All that brings the search for mechanisms with

higher efficiency and viability, because is an aspiration of the

official position of the State Government that the self-

employment represents 40% of the volume of the national

economy. About some faces of self-employment, their visible

successes and defeats in Cuban society, relates these lines.

Key words: self-employment, Constitution, Cuban economic

model, guidelines.

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“Trabajar es lo verdadero, y decir sin miedo

lo que se piensa: he ahí las dos raíces.”

José Martí

(La Nación, Buenos Aires, 20.II.1890)

I. Palabras iniciales

Teoría y praxis política llevan en Cuba caminos difíciles signados por los

cambios que se acometen en medio de lo que se ha dado en llamar

actualización del modelo económico. He ahí un punto que ha centrado gran

parte de los debates populares, políticos y académicos desde que salieron a

la luz los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la

Revolución.2 He ahí la realidad cubana en los albores del siglo XXI,

inmersos en la tarea de revitalizar nuestra economía en medio de una aguda

crisis.

La Constitución, en muchos aspectos, nos aparece de pronto como la

inadaptada en un medio donde se necesita de su protagonismo. Mientras

tanto, los cambios –acelerados o no- irrumpen para recordarnos que nuestra

sociedad está en un momento de grandes transformaciones. La prolífica

producción de normas responde a los criterios de los Lineamientos y su

implementación; pero nuestra carta magna encuentra la oposición de una

parte importante de ese variopinto mosaico legislativo que parece

prevalecer sobre su contenido –el de la Constitución- cada vez más alejado

de la realidad, pero con evidente necesidad de “actualizarse” también.3

En medio de esta situación comienza a hablarse de la ampliación del

trabajo por cuenta propia a otras actividades que no se contemplaban

antaño. Normas diversas se encargan de satisfacer una vieja demanda

dirigida al reconocimiento de aquellas labores que ya se venían realizando,

pero no contaban con un respaldo expreso de las instituciones estatales.

Ello trae consigo la búsqueda de mecanismos con mayor eficiencia y

viabilidad. Sobre algunos rostros del trabajo por cuenta propia, de sus

éxitos y derrotas visibles ya en la sociedad cubana, versan estas líneas.

2 CUBA. PARTIDO COMUNISTA DE CUBA. VI CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA.

Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución. 18 de abril de 2011.

3 Existe una marcada tendencia en la doctrina constitucional cubana a favor de la reforma del

texto vigente como paliativo de la situación que en el orden normativo generan los cambios

económicos. Otras posiciones abogan por la convocatoria de una constituyente que nos dote de

una nueva carta magna.

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II. Cuba, la Constitución y el trabajo por cuenta propia

Del trabajo por cuenta propia se habla en Cuba desde mucho antes de lo

que imaginamos. No es un fenómeno nuevo, aunque así lo veamos en

aparente golpe de vista que tiene antecedente inmediato en la reforma

constitucional de 1992. Generalmente asociamos el nacimiento de estas

modalidades de empleo en el período comprendido con posterioridad a la

caída del campo socialista y la desintegración de la Unión Soviética. Lo

cierto es que desde 1967 existe trabajo por cuenta propia en Cuba y en la

Constitución existen atisbos desde 1976, momento de su promulgación.

Es necesario realizar una salvedad antes de penetrar en el intríngulis

del asunto. El proceso revolucionario liderado por Fidel Castro tuvo la

conducción de los destinos de la Isla en los años posteriores a 1959. Los

primeros 16 años correspondieron a un período que se conoce como

“Provisionalidad”, toda vez que se estaba gestando la institucionalidad de

la República. Es menester recordar que estuvo marcado por las acciones

propias de una revolución radical y se asumió, bajo el tutelado de la Unión

Soviética, las doctrinas del marxismo-leninismo.

El importante intelectual cubano Guillermo Rodríguez Rivera describe

una parte de la realidad en cuanto a los comercios minoristas:

“En esas circunstancias, el valor de los operarios que ejercían los oficios

que solucionaban los problemas que son inevitables en la vida cotidiana,

ideando incalculables innovaciones y sustituciones, crecía claramente. Pero

esos oficios – el electricista, el plomero, el carpintero, el mecánico, el

cristalero, el cerrajero, etc., etc. – que se trasmitían de padre a hijo por

generaciones, empezaron a ser denostados: se les llamaba a los que los

ejercían, despectivamente, como a los vendedores callejeros, merolicos.,

tomando una expresión extraña al léxico cubano, que llegaba de una

telenovela mexicana.”4

En años tan tempranos como 1967, y poco antes de que se anunciara

la llamada “Ofensiva Revolucionaria”,5 se inicia la supresión de un

significativo grupo de negocios minoristas, actividades desarrolladas por

pequeños comerciantes, permitiéndose solamente el desarrollo de unas

4 Rodríguez Rivera, Guillermo. Aquella ofensiva. 18 de abril de 2010. Disponible en:

<www.rebelion.org/noticia.php?id=104279>. Consultado el 10 de noviembre de 2013.

5 Fidel Castro pronunció un discurso el 13 de marzo de 1968 donde plantea la realización de una

“ofensiva revolucionaria” y da a conocer que se realizará la nacionalización los

establecimientos que todavía se conservaban en manos privadas.

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cuantas que tendrán sustento en la Ley 1213 de fecha 27 de junio de 1967.6

Este panorama antecede al nacimiento de la Constitución cubana de 1976,

pero en medio de los debates7 de esta primera etapa de la joven Revolución

en que las medidas radicales en el área económica nos irán llevando

gradualmente a un período de profunda estatización. Con la doctrina

marxista-leninista en el discurso político se tergiversa el concepto de

socialización por el de estatización, que irá ganando espacio gradualmente

en los años posteriores.8

La entrada de Cuba al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME)

en años posteriores anulará cualquier intento autónomo de crear un modelo

de dirección económica auténtico y alejado de los vicios de la excesiva

centralización. En líneas que evocan aquellos momentos, FERNANDO

MARTÍNEZ HEREDIA enfatiza:

“La férrea necesidad rigió esa elección, pero esta obligó a Cuba a adoptar

un modelo que respectivamente cerraba puertas a un desarrollo económico

armónico, autónomo y sostenido. La práctica y la ideología económicas,

fueron influidas cada vez más por el llamado socialismo real, lo que afectó

negativamente la dirección económica, la eficiencia de los actores, el papel

de la actividad económica en las transformaciones socialistas de los

individuos, de las instituciones y la sociedad en su conjunto, y al proyecto

socialista nacional”.9

El 24 de febrero de 1976 se promulga la primera Constitución de la

República de Cuba declarada socialista, aunque omitido el vocablo en su

denominación.

6 Para mayor información, VID: LIMONTA MONTERO, Reynier y Jorge Olver Mondelo Tamayo.

La Constitución Económica en Cuba. ¿Reforma o constituyente? (Trabajo de Diploma).

[Inédito] Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente, Cuba. 2012.

7 Recordemos importantes contrapunteos cubanos en diversas áreas del conocimiento que van

desde las artes hasta las ciencias exactas, protagonizadas por importantes personalidades como

ERNESTO GUEVARA, CARLOS RAFAEL RODRÍGUEZ, BLAS ROCA, ALFREDO GUEVARA,

CHARLES BETTELHEIM, ALBERTO MORA, entre otros.

8 Se advierte una diferencia entre el término “estatización” y el de “socialización”. El primero

alude a la centralización que realiza el Estado de los medios fundamentales de producción, en el

que su ámbito decisorio se puede extender a otras actividades no desarrolladas por él

propiamente. La socialización que defienden MARX y ENGELS radica, esencialmente, en el

carácter social de la producción versus la forma capitalista de apropiación. Estos criterios se

esbozan para aclarar el uso diferenciado que se pueda hacer de ambos términos. Para mayor

información, vid: MARCELO YERA, Luis. Repensando la economía socialista: El quinto tipo de

propiedad. La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2010.

9 MARTÍNEZ HEREDIA, Fernando. En el horno de los 90. La Habana: Editorial Ciencias Sociales,

2005, p. 141.

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El trabajo por cuenta propia encontró en los artículos 14 y 22.2 una

limitante que el constituyente cubano previó de ese modo. El primero basa

el sistema socialista de economía en la propiedad socialista de todo el

pueblo sobre los medios de producción y en la supresión de la explotación

del hombre por el hombre, en concordancia con dirección ideológica del

proyecto nacional. El artículo 22.2 establece la propiedad personal “sobre

medios e instrumentos de trabajo personal o familiar que no se emplean

para explotar el trabajo ajeno”. Esta importante limitación al actuar de los

particulares marchaba en correspondencia con una práctica social propia de

la Revolución que triunfó en 1959.

Desde una época tan temprana se reconoce que las entidades del

Estado no son suficientes para realizar todas las actividades necesarias para

la población y que muchas de estas deben ser asumidas por pequeños

actores de la economía capaces de solventar esas necesidades básicas. Nace

entonces, bajo el imperium de la Constitución de 1976, el Decreto Ley 14

del año 1978, que amplía el desarrollo de actividades por cuenta propia al

no asegurarse que las empresas y unidades presupuestadas estatales puedan

satisfacer en su totalidad las necesidades de determinados productos o

servicios indispensables para la población y las propias entidades estatales.

No es raro que en el artículo 1, se establezca que los trabajadores

vinculados a un centro de trabajo podrán prestar por cuenta propia los

servicios o elaborar los productos debidamente autorizados, siempre que se

cumplan los requisitos que enumera taxativamente, entre los cuales incluye

que sea el trabajador autorizado con ayuda familiar no retribuida o sin ella,

pero sin contratar mano de obra asalariada –lo que va en consonancia con

el principio de no explotación del hombre por el hombre-. El artículo 2

establece que aquellos que no se encuentran vinculados también pueden

desarrollar las actividades bajo determinados requisitos.

La situación antes descrita prevalece hasta la llegada del Período

Especial10 y con posterioridad al IV Congreso del Partido Comunista de

Cuba (PCC). Tanto el Congreso del PCC como la Asamblea Nacional del

Poder Popular (ANPP), asumirán conscientemente la necesidad de ampliar

la actividad por cuenta propia en la búsqueda de alternativas para paliar la

10 Me refiero a la política der sobrevivencia en Cuba con posterioridad al derrumbe del Campo

Socialista de la Unión Soviética, nuestro principal socio comercial (ver datos que se ofrecen en

este trabajo). Se llamó realmente “período especial en tiempo de paz”.

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terrible situación que enfrentamos por la dependencia que hasta ese

momento habíamos tenido de la Unión Soviética.11

Oficialmente, es con el Decreto Ley 141 de septiembre de 1993 que se

amplía la actividad del trabajo por cuenta propia. Servirá de impulso

importante para la economía nacional al aumentarse la oferta de bienes y

servicios, en esta ocasión de la mano de particulares.

Con estas medidas se ampliaron las actividades ofreciéndose mayores

posibilidades de empleo a la población aunque las cifras iniciales dejaron

mucho que desear, si tenemos en cuenta que era mucho menor el número

de trabajadores por cuenta propia que realizaban su actividad con licencia -

180 916 personas hacia abril de 1997-, que aquellos que laboraban al

margen de las regulaciones existentes –medio millón-. A mediados de

1995, de 170 mil trabajadores existentes, más de un cuarto –50 mil-

residían en la capital del país, lo que denota un desarrollo demográfico

desigual del llamado sector informal.12

Desde su surgimiento y hasta los cambios de la década de los ´90s en

Cuba, el trabajo por cuenta propia hallará en la Constitución de la

República sus principios más generales y de obligatoria observancia. El

legislador y los decisores políticos tendrán en cuenta que el trabajo por

cuenta propia no puede exceder nunca la concepción de ser una actividad

familiar, con cierta autonomía, sin tergiversación del concepto de

propiedad personal. La necesidad de ampliarlo en nuestro territorio

nacional y las circunstancias que lo determinaron no afectaron los pilares

fundamentales que desde la Constitución se erigían como veladores de los

valores creados desde antes de 1976. La Constitución reformada siguió los

caminos de su predecesora en cuestiones de propiedad personal y el

combate de la explotación del hombre por el hombre.

Las regulaciones de las actividades por cuenta propia en los años

noventa lograron solventar las necesidades de una época, mas no lograron

resolver el gran dilema que se avecinaba en los años posteriores. Las

nuevas políticas económicas del país a partir 2010, plantearía a este debate

nuevos dilemas.

11 En 1989 el 83,1 % del intercambio comercial de Cuba se producía con países socialistas; el

9,9 %, con países capitalistas y el 7 % con países subdesarrollados. Vid: RODRÍGUEZ, José Luis.

La economía de Cuba ante la cambiante coyuntura internacional (I). En: Antología del

pensamiento económico cubano, Tomo III. La Habana: Editorial Félix Varela, 2008, p. 365.

12 VALDÉS, Nelson P. El Estado y la transición en el socialismo: creando nuevos espacios en

Cuba. Temas. La Habana: Caribe, número 9, enero-marzo, 1997, pp. 101-111.

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III. Laboro, ergo sum

Un reconocido intelectual cubano contaba en una conversación de

circunstancia, sobre la visita que realizara un día a un pequeño restaurante

particular, más conocido como “paladar”. En aquella ocasión preguntó a

la muchacha que le servía la mesa, dónde había un baño. Se asombró

mucho cuando la joven le dijo que no había ninguno. Un tanto aturdido y

otro poco necesitado le preguntó si no podía ir al mismo baño que utilizan

los empleados como ella. Cuál no sería su sorpresa al explicársele que los

empleados tampoco iban al baño. Ya por una cuestión de curiosidad le

interrogó un poco más sobre el horario que tenía y el tiempo de que

disponía para ir al baño o comer algo. La respuesta fue más inquietante de

lo esperado: el horario de trabajo era de doce horas seguidas y solo comían

o iban al baño al terminar su jornada, en caso contrario perdían su empleo.

Esta anécdota no deja de causarme menos impresión que la del

interlocutor de la muchacha que sin malicia de ningún tipo, respondía las

preguntas que le hacían. El resultado de la conversación nos muestra tan

solo uno de los tantos desatinos que en esta materia nos queda por resolver,

y digo “nos queda” porque esta es una labor de todos, de los que como

ciudadanos palpamos esta realidad a diario y de aquellos que están

investidos con la autoridad necesaria para actuar ante situaciones de este

tipo.

Si la máxima de Descartes era “Cogito, ergo sum”, la realidad del

cuentapropista en Cuba le plantea ya una moraleja: Laboro, ergo sum. El

problema radica que mientras labora –y en la espera de ser algo realmente,

de ser valorado como persona, como trabajador, al menos legalmente con

profunda incidencia en la práctica social-, el tiempo pasa y el limbo

jurídico en que van quedando muchas cuestiones en torno al mismo se

acentúa.

Las regulaciones sobre la figura del cuentapropista en Cuba le esbozan

nuevos dilemas a su realidad, ora por la ausencia de regulación, ora por las

contradicciones entre las normas.

Las confrontaciones entre el texto constitucional y normas de inferior

jerarquía, solo acentúan las diferencias sociales que no hallan la medida del

actuar cotidiano, por no sentir la fuerza de la ley. Lo que aquí podamos

señalar es apenas una pequeña contribución de la academia patria para

desenredar la madeja que nos envuelve en su hilambre.

En septiembre de 2010, el órgano oficial del PCC, publicó un listado

con una serie de actividades autorizadas para el ejercicio del trabajo por

cuenta propia que formaba parte de una política nacional que se venía

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implementando como antesala del VI Congreso de la organización.13 En

abril del año siguiente se aprueban finalmente, luego de un amplio proceso

de debates populares, lo que sería la versión final de los Lineamientos,

facilitando la proliferación de las actividades por cuenta propia.

En septiembre de 2011, se aprueba la Resolución 33 del Ministerio de

Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en la que se reglamenta el trabajo por

cuenta propia y se determinan las actividades que podrán ser ejercidas bajo

esta modalidad, 181 en total.14 En diciembre de ese mismo año, se anuncian

las aspiraciones oficiales de que estas nuevas modalidades de empleo

lleguen a alcanzar el 40 % del volumen de nuestra economía.15

Cifras más recientes indican que un 78,3 % de las formas de gestión

de empleos se realizan de manera estatal.16 Esto nos deja con un 21,7 % de

empleos en el sector “cuentapropista”. En contraste, en septiembre de

2013 suman 436 342 personas las que se dedican a actividades por cuenta

propia, considerablemente superior a las 157 300 con que contaba el país

en el año 2010.17 La tendencia es a continuar su aumento

considerablemente durante los años 2014 al 2015 y con posterioridad. El

último Censo nacional de Población y vivienda arroja los siguientes datos:

existe un millón 659 948 personas menores de 35 años laboralmente

activos.18

Se señalan muchas ventajas de la flexibilización del trabajo por cuenta

propia. Se alude al acceso a un régimen de seguridad social que los

laboralistas alaban19; la posibilidad de obtener créditos bancarios; el

13 Actividades autorizadas para el ejercicio del trabajo por cuenta propia. Granma. La Habana:

24 de septiembre del 2010, p. 5.

14 CUBA. MINISTERIO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL. Resolución 33 de 4 de septiembre de

2011. Gaceta Oficial de la República de Cuba. No. 029, Extraordinaria, de fecha 7 de

septiembre de 2009, pp. 309-315.

15 Intervención Especial del entonces Ministro de Economía y Planificación, MARINO MURILLO

JORGE, en la Asamblea Nacional del Poder Popular con motivo de la aprobación por esta de los

Lineamientos…, en diciembre de 2011.

16 Este dato fue ofrecido por el sitio web cubadebate.com con fecha 24 de septiembre de 2011,

en un artículo titulado Cuba tiene 11 millones 167 mil 325 habitantes, según Censo.

17 Martínez Hernández, Leticia. Ajustando mecanismos. En: Granma. La Habana: Edición

única, Año 49, No. 230, 26 de septiembre de 2013, p. 3

18 VID: Informe Nacional del Censo de Población y Vivienda. Disponible en:

<http://www.one.cuinformenacional2012.htm>. Consultado el 26 de septiembre de 2014.

19 Profesores de la Disciplina de Asesoría Jurídica y Administración de Empresas de la Facultad

de Derecho de la Universidad de Oriente, Cuba, así lo corroboran. Asimismo el autor de esta

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intercambio comercial con entidades estatales; se eliminan restricciones en

la comercialización gastronómica y en las capacidades de los “paladares”;

se autoriza el arrendamiento de locales para barberías, centros

gastronómicos y otras utilidades; se aumenta el espacio con posibilidades

de arriendo dentro del hogar, así como el tiempo de alquiler; se permite

contratar mano de obra asalariada; entre otras.

A esto sumaría, como un atrevimiento, que dentro de las políticas

nacionales de empleo se disminuiría considerablemente las cifras de

desempleo que exhibe Cuba, al no contarse las personas que quedaron

“disponibles” como desempleados y al incorporarse a alguna actividad por

cuenta propia tampoco caerían dentro de estos índices negativos.

No es menester de este autor negar los cambios que se implementan,

pero sí considero oportuno reflexionar sobre algunas cuestiones puntuales

que necesitan valoración; la primera de ellas, partiendo de la

conceptualización.

Desde su génesis –como hemos visto-, este tipo de actividad se

concibió para ser desarrollada en un ambiente familiar, sin la contratación

de mano de obra asalariada. Este es uno de los primeros pilares que se

fracciona con las nuevas regulaciones. El artículo 5 de la citada Resolución

33/11 (MTSS) autoriza la contratación de mano de obra asalariada por

parte de los trabajadores por cuenta propia.

En consonancia, la Ley Tributaria,20 Capítulo II, Título VII, sobre el

impuesto por la utilización de mano de obra asalariada, establece las

condiciones para el cobro de este a personas naturales que contraten fuerza

de trabajo. En clara función promocional, favorece al cuentapropista que

contrate menos de cinco trabajadores eximiéndole del pago de dicho

impuesto, haciéndolo efectivo solo por una cifra mayor a la expresada.

Todas estas normas legales obvian un precepto constitucional –

artículo 14- en que se consigna expresamente: “En la República de Cuba

rige el sistema de economía basado en la propiedad socialista de todo el

ponencia considera relevante el tratamiento dado a este sector, en tanto la política nacional

prevé un incremento de sujetos a incorporarse a este tipo de actividad.

20 CUBA. ASAMBLEA NACIONAL DEL PODER POPULAR. Ley 113 Del Sistema Tributario, de 23

de julio de 2012. Gaceta Oficial de la República de Cuba. No. 53. Ordinaria. 21 de noviembre

de 2009, pp. 1693-1768.

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pueblo sobre los medios fundamentales de producción y en la supresión de

la explotación del hombre por el hombre.”21

Escuché interpretar en algún lugar que el trabajador contratado por un

cuentapropista –como el ejemplo de la joven que utilicé al comenzar este

comentario-, si le pagan bien y no se siente explotado, entonces no lo está;

que no se puede hablar de explotación del hombre por el hombre en este

supuesto. Me parece totalmente descabellado. ¿Todo lo que se ha enseñado

sobre marxismo, todo lo que he leído, todo lo que se ha combatido por años

de pronto se me presenta como una idea absurda? Perdonen los que así

piensen, pero eso no deja de ser explotación del hombre por el hombre y

tenemos ya ejemplos de normas que la defienden. Esta idea subjetivista de

la explotación no es concebible, como si pudiéramos hacer depender de la

voluntad de cada sujeto el que exista o no esta categoría.

Por demás, la propia denominación de trabajador por cuenta propia se

emplea tanto para el sujeto que contrata como para el contratado, lo que

dificulta ciertas cuestiones que analizaremos más adelante. La confusión

tiende a ubicar en un mismo plano lo que en teoría se llama “trabajador

por cuenta propia” y a su empleador.

Por si fuera poco, el artículo 21, referido a la propiedad personal,

establece que se “garantiza la propiedad sobre los medios e instrumentos

de trabajo personal o familiar, los que no pueden ser utilizados para la

obtención de ingresos provenientes de la explotación del trabajo ajeno.”

La gran pregunta sería qué ocurre con el arrendador –de cuartos o de una

casa completa- que contrata trabajadores para hacer más eficiente su

servicio, por poner tan solo un ejemplo, cuando el inmueble ha dejado de

ser para satisfacer una necesidad habitacional para convertirse en el

principal medio de ingresos. Sirva la reflexión para cualquiera de los bienes

que catalogamos como propiedad personal y que aparecen de pronto

directamente relacionados con alguna actividad por cuenta propia.

Unido a esta situación, aparece el dilema sobre la denominación del

nuevo tipo de propiedad que se adopta, pues evidentemente, no es personal.

Parece existir un silencio sostenido y nadie se atreve a llamarlo de otra

manera. Recuerdo que muchos de los camiones particulares que veo

prestando sus servicios en varias ciudades, conservan un rotulado:

“Porteador privado”.

21 CUBA. COMISIÓN REDACTORA. Constitución de la República de Cuba de 1976. En:

AA.VV.Selección legislativa de Derecho Constitucional. La Habana: Editorial “Félix Varela”,

2004. El subrayado es del autor de este trabajo.

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Volviendo al tema de las viviendas que prestan servicios de hospedaje

a extranjeros y turistas nacionales, además de los porteadores privados,

valdría la pena preguntarse si no se tergiversa ab initio aquello de que la

propiedad personal no se debe emplear para obtener ingresos provenientes

del trabajo ajeno.

En otra arista del problema, se nos presenta la aptitud para el

desarrollo de una actividad, no solo por la posibilidad del individuo de

desempeñarse en una labor determinada, sino por la falta de exigencia por

parte de las autoridades encargadas de autorizarlas, de títulos u otros

documentos que acrediten la tenencia de conocimientos necesarios para

desempeñarse en el rubro que se solicita. Ello atenta contra la calidad de

los servicios que suelen ser realizados por individuos que pudieran carecer

de calificación o adiestramiento suficientes.

Otro de los peligros que nos plantea la desregulación en determinadas

áreas, es la aplicación de categorías con pobre desarrollo normativo, como

es el caso de la oferta y la demanda. Se nos presenta de pronto como una

reguladora de precios22, en que los individuos tendrán libertad para

decidirlos libremente, sin que pueda incidir sobre ellos más fuerzas que las

de la conciencia. La liberalidad de los precios es aprovechada en ocasiones

como la posibilidad de encarecer los servicios o bienes, abierta la brecha

para el lucro excesivo, donde el costo social es enorme.23

Todo esto es una consecuencia propia de la desregulación y las

contradicciones señaladas. Y regresamos al problema de la denominación.

Debemos distinguir ante todo al empleador del empleado, tendríamos que

establecer los derechos y deberes que corresponden a cada uno, y esta es

una de las primeras cosas que deberían hacerse para comprender los límites

reales de la actuación de los diversos sujetos que intervienen en la relación

laboral que se crea.

Con el Código de Trabajo vigente hasta finales de 2013 no se

reconoce al trabajador por cuenta propia como sujeto del Derecho Laboral.

Los derechos laborales reconocidos a los trabajadores cubanos no pueden

ser exigidos por estos trabajadores contratados por particulares. Y quedan

22 Cuando se entiende en estudios de economía política que estas categorías no son las únicas

que intervienen en el proceso de formación de los precios.

23 Ejemplo claro de ello fue la provincia de Santiago de Cuba, en el año 2011. Con la

autorización de la oferta y demanda en el servicio de los porteadores privados, subieron

súbitamente los precios, provocando descontentos en la población que trajeron como

consecuencia una rebaja, estabilizándose tras una semana de oscilación.

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detrás las vacaciones anuales pagadas, la licencia de maternidad, los días

feriados y festivos, entre otras conquistas. Ni la Constitución ni otras

normas establecen el salario mínimo a pagar a los trabajadores por cuenta

propia. El llamado “sector informal” también requiere del reconocimiento

de estos derechos erga omnes, inalienables.

Con el nuevo Código se les reconoce esa condición, pero

materialmente es reprochable el sostén material de tales derechos, pues

quedan al arbitrio del contrato, que se convierte en instrumento de

explotación del trabajador contratado. Al quedar sujeto a determinadas

condiciones laborales negociables entre el trabajador contratado y el

empleador, el individuo puede quedar indefenso. El mercado laboral es

amplio, existe mano de obra expectante por ocupar un sitio vacío, donde el

salario sea aceptable, aunque ello implique abandonar parte de estas

conquistas históricas de los movimientos sindicales.

Por otro lado nos quedan las dificultades para acceder a la jurisdicción

laboral, no existiendo vías para evitar un desempleo arbitrario –como una

empleada en estado de gestación- o la negativa de pagar lo acordado o el

disfrute de vacaciones merecidas tras un año de trabajo ininterrumpido.

Recordemos que la posibilidad de invocar la Constitución –y los derechos

que en ella se reconocen- presenta no menos dificultades. El Código

discutido y aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular a finales

de 2013 parece destinado a saldar esta deuda, pero a la vez deja muchas

interrogantes abiertas.

IV. Consideraciones finales

Sin lugar a dudas son muchos los retos que nos quedan en este largo

camino que desde ya se nos muestra complicado e indetenible. Nos

corresponde aportar nuestro granito de arena a esclarecer este mare

magnum de situaciones reales. Sin lugar a dudas, todas las dificultades que

en la materia se puedan afrontar, atentan contra la seguridad jurídica y la

estabilidad del ordenamiento jurídico cubano, todo ello sin contar con el

enorme costo social que significaría la falta de protección de aquellos que

tienen un sitial de honor reservado en la historia de Cuba, consagrados en

el primer artículo de nuestra Constitución: los trabajadores.

Sin ánimos de considerar estas palabras como conclusiones es preciso

señalar las principales cuestiones abordadas:

- La Constitución cubana de 1976 no contempla la posibilidad de

contratar mano de obra asalariada, lo que se expresa en el artículo 21. Sin

embargo la legislación que regula el trabajo por cuenta propia y la Ley

Tributaria reconocen la contratación de mano de obra asalariada.

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- El propio artículo 21 de la Constitución reconoce la propiedad

personal sobre bienes que no pueden ser empleados para la obtención de

ingresos personales, tergiversándose en la concepción actual del trabajo por

cuenta propia.

- Algunos derechos laborales (Derecho al trabajo, al descanso,

vacaciones anuales pagadas, licencia de maternidad) correspondiente a los

trabajadores por cuenta propia no hallan suficiente asidero material que

garantice su realización.

- Errores conceptuales no permiten distinguir entre el sujeto contratado

y el empleador, poniendo a ambos en un plano de igualdad relativa que no

existe.

- No se encuentra reconocido en el texto constitucional la garantía de

que el pago salarial de los trabajadores por cuenta propia debe

corresponderse con el salario mínimo nacional.

En los intentos por hacer del contenido algo espectacular –señala un

amigo- nos hemos olvidado de la forma y cuando algo no tiene forma

decimos que está deforme. Cuando privilegiamos el contenido sobre la

forma, entonces se corre el peligro de no contar con uno u otra. De ahí que

encontremos urgente el camino adecuado para dar solución a este

problema, para darle forma legal a lo que va naciendo mutilado a pesar de

verter tantos esfuerzos para su desarrollo. Nuestros esfuerzo deben

encaminarse hacia lo que debe ser, revertir lo que es.

V. Bibliografía

LIMONTA MONTERO, Reynier y MONDELO TAMAYO, Jorge Olver.

La Constitución Económica en Cuba. ¿Reforma o constituyente?

(Trabajo de Diploma). [Inédito] Facultad de Derecho de la

Universidad de Oriente, Cuba. 2012.

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tipo de propiedad. La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 2010.

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Editorial Ciencias Sociales, 2005.

MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, Leticia. Ajustando mecanismos. En: Granma.

La Habana: Edición única, Año 49, No. 230, 26 de septiembre de

2013.

RODRÍGUEZ RIVERA, Guillermo. Aquella ofensiva. 18 de abril de 2010.

Disponible en: <www.rebelion.org/noticia.php?id=104279>.

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RODRÍGUEZ, José Luis. “La economía de Cuba ante la cambiante

coyuntura internacional (I)”. En: Antología del pensamiento

económico cubano, Tomo III. La Habana: Editorial Félix Varela,

2008.

VALDÉS, Nelson P. El Estado y la transición en el socialismo: creando

nuevos espacios en Cuba. Temas. La Habana: Caribe, número 9,

enero-marzo, 1997.

Otras fuentes de consulta:

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Tributario, de 23 de julio de 2012. Gaceta Oficial de la República de

Cuba. No. 53. Ordinaria. 21 de noviembre de 2009.

Cuba. Comisión Redactora. Constitución de la República de Cuba de 1976.

En: AA.VV.Selección legislativa de Derecho Constitucional. La

Habana: Editorial “Félix Varela”, 2004.

Cuba. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Resolución 33 de 4 de

septiembre de 2011. Gaceta Oficial de la República de Cuba. No. 029,

Extraordinaria, de fecha 7 de septiembre de 2009.

Cuba. Partido Comunista de Cuba. VI Congreso del Partido Comunista de

Cuba. Lineamientos de la política económica y social del Partido y la

Revolución. 18 de abril de 2011.

Informe Nacional del Censo de Población y Vivienda. Disponible en:

<http://www.one.cuinformenacional2012.htm>. Consultado el 26 de

septiembre de 2014.