LA CONTAMINACIÓN POR PLOMO

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LA CONTAMINACIÓN POR PLOMO La contaminación por plomo es un problema de salud pública, por estar directamente relacionado con el ambiente natural donde habita el ser humano. La intoxicación por plomo se conoce desde la antigüedad. En el siglo II a. C. Discórides, un médico griego, afirmó que “el plomo hace que se pierda la cabeza” y describió por primera vez la intoxicación por plomo en niños, debida a pinturas que contienen ese metal. Después se sucedieron una serie de denuncias relativas a la intoxicación por plomo, que en muchos de los casos resultaron polémicas, especialmente por hacer referencia a niños y su impacto en su capacidad de aprendizaje. Posteriormente, en la década de los setentas se realizaron diversos estudios que pusieron de manifiesto los problemas cognitivos de los infantes con el plomo. Para las décadas de los noventas se ha establecido que “para gran parte de la población, la exposición humana al plomo es excesiva, ocasiona enfermedades y debe reducirse”. Hoy se reconoce que los niños que han habitado viviendas, jugado o usado utensilios o juguetes pintados con pinturas con base de plomo y también expuestos a aires con emisiones vehiculares, tienen mayores posibilidades de presentar plomo en su organismo. Las partículas, reconocidas por nosotros como el humo que lanzan los vehículos, contienen una serie de contaminantes que pueden poner en peligro la salud del ser humano, especialmente en niños y ancianos, quienes han resultado ser más sensibles a ambientes que tienen grandes concentraciones de contaminantes, que entran principalmente por las vías respiratorias.

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LA CONTAMINACIÓN POR PLOMO

La contaminación por plomo es un problema de salud pública, por estar directamente relacionado con el ambiente natural donde habita el ser humano.

La intoxicación por plomo se conoce desde la antigüedad. En el siglo II a. C. Discórides, un médico griego, afirmó que “el plomo hace que se pierda la cabeza” y describió por primera vez la intoxicación por plomo en niños, debida a pinturas que contienen ese metal.

Después se sucedieron una serie de denuncias relativas a la intoxicación por plomo, que en muchos de los casos resultaron polémicas, especialmente por hacer referencia a niños y su impacto en su capacidad de aprendizaje.

Posteriormente, en la década de los setentas se realizaron diversos estudios que pusieron de manifiesto los problemas cognitivos de los infantes con el plomo. Para las décadas de los noventas se ha establecido que “para gran parte de la población, la exposición humana al plomo es excesiva, ocasiona enfermedades y debe reducirse”.

Hoy se reconoce que los niños que han habitado viviendas, jugado o usado utensilios o juguetes pintados con pinturas con base de plomo y también expuestos a aires con emisiones vehiculares, tienen mayores posibilidades de presentar plomo en su organismo.

Las partículas, reconocidas por nosotros como el humo que lanzan los vehículos, contienen una serie de contaminantes que pueden poner en peligro la salud del ser humano, especialmente en niños y ancianos, quienes han resultado ser más sensibles a ambientes que tienen grandes concentraciones de contaminantes, que entran principalmente por las vías respiratorias.