La costa más virgen, la más amenazada -...

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Al final del puente, un guardia jurado y una barrera impiden el acceso al islote de Toralla, junto a una de las mayores playas de Vigo. Sólo los residentes y sus invitados pueden entrar en ese vestigio del desarrollismo de los años sesenta, constituido por una torre de 70 metros cimenta- da en la misma ría y 30 selectos chalés que llegan hasta donde rompen las olas. En Toralla no hay dominio público, servidumbre de paso ni zarandajas, sino una comuni- dad de propietarios y una socie- dad, Toralla, S.A., con una conce- sión sobre la isla hasta 2064. Hasta finales de los años noven- ta, el guardia y su barrera custo- diaban esta franja de tierra de no más de cinco hectáreas, pero una sentencia del Tribunal Su- premo obligó a retrasar el pues- to de control y a permitir el acce- so público a las dos pequeñas playas de la isla. Se trata, en realidad, de un único arenal dividido por el pro- pio puente, un ejemplo más del daño que el urbanismo ha infligi- do a uno de los lugares de ma- yor belleza natural del litoral. Con las islas Cíes como telón de fondo, la brutal torre de 21 plan- tas tiñe el paisaje de hormigón. Toralla era un caso aislado en Galicia, que tiene casi la ter- cera parte de la costa peninsu- lar española, y que había perma- necido intacta a la fiebre de ur- banizaciones turísticas. Hasta ahora. En los 86 municipios de la costa gallega se han construi- do, en toda la historia, 816.000 viviendas. Los ayuntamientos es- tán ahora recalificando hasta la tierra de las macetas para poder edificar 680.000 en sólo 13 años; más que las previstas, por ejem- plo, en la Costa del Sol. La tramitación de macrour- banizaciones (de entre 1.000 y 5.000 viviendas) costeras trasla- dan a las rías gallegas el modelo mediterráneo: apartamentos, adosados, campos de golf y mari- nas en primera línea de playa, zonas en las que hasta ahora só- lo se podía construir vivienda aislada. Incluso están siendo tra- mitadas por inmobiliarias levan- tinas, como Lábaro o Pedro J. Pedrajas. El mejor ejemplo de la impor- tación del método Mediterráneo es Miño, un bello municipio en la ría de Betanzos en el que se están construyendo 1.300 vivien- das con campo de golf y hotel, sin depuradora ni red propia de abastecimiento de aguas. El Ayuntamiento expropió más de un millón de metros cuadrados de suelo forestal para darle la concesión a la inmobiliaria Fade- sa. Es la primera expropiación que se realiza en Galicia para acometer una urbanización pri- vada con venta obligatoria del suelo a seis euros el metro cua- drado. Fadesa lo vende ahora en- tre 2.000 y 6.000. “Es una presión inmobiliaria que nos deshace el país de arri- ba abajo y por eso queremos pa- rar el golpe”, asegura el presi- dente socialista de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño. El 16 de mayo de 2007, el Gobier- no gallego publicó la denomina- da Ley de los 500 metros, un do- cumento de medidas urgentes para suspender todas las edifica- ciones a menos de 500 metros del mar. “Aún estamos a tiem- po”, opinan en la Consellería de Política Territorial, indicando que su objetivo es tratar de evi- tar la marbellización de la costa gallega. “El problema de la costa galle- ga es que está sin ordenar. A no- sotros nos da igual edificar a 500 que a 3.000 metros de la costa, lo que pedimos es que se nos diga dónde, con transparen- cia y con planes urbanísticos aprobados”, subraya el presiden- te de la Federación de Promoto- res Inmobiliarios de Galicia, Ja- vier Garrido Valenzuela. La peculiaridad del litoral ga- llego, y lo que ha generado ma- yor contestación social al urba- nismo que en otras zonas de Es- paña, es que nunca ha vivido del turismo. La economía costera gallega sigue basándose en la pesca, el marisqueo y la indus- tria asociada al mar (astilleros, conserveras, cetarias, frigorífi- cos, piscifactorías), y no en pelo- tazos inmobiliarios. La otra peculiaridad es que la costa gallega tiene una elavada densidad de población, pero la mayoría del litoral está exento de macrourbanizaciones. Eso no quiere decir que la costa esté desocupada, sino que predomi- na la vivienda aislada (legal o ilegal). Según los datos del Minis- terio de Medio Ambiente, el 15% del primer kilómetro de costa gallego ya está artificialmente ocupado. Es una ocupación ma- yor a la de Baleares o Canarias, que tienen una longitud de cos- ta similar a Galicia pero una ex- plotación turística muchísimo mayor. En la franja marítima ga- llega hay unos 300 núcleos de población, todos con puerto ma- rinero y casco urbano histórica- mente construido ante el mar. “Hasta ahora la costa gallega só- lo disponía de demanda de edifi- cación local, para el veraneo de la Galicia urbana, y ahora hay una fuerte demanda nacional e internacional”, dice el presiden- te de los promotores. Debido a su malas comunica- ciones y a la maldición climática, Galicia salió casi intacta de la fie- bre inmobiliaria de los años ochenta y noventa que destrozó otras zonas del litoral. Pero en 2001 se detectaron los primeros desembarcos inmobiliarios a gran escala. Las grandes inmobi- liarias (Metrovacesa, Valleher- moso, ACS, OHL, Urbis...) que hasta entonces no operaban en Galicia iniciaron la compra de grandes extensiones de suelo rús- tico en la costa. Fuentes del sec- tor calculan que los grandes juga- dores han comprado unos 30 mi- llones de metros cuadrados de li- toral con la intención de lograr su recalificación y construir. La oleada de convenios urbanísticos con ayuntamientos fue tan volu- minosa que incluso empezaron a publicarse anuncios en los perió- dicos gallegos demandando abo- gados expertos en urbanismo. En 2002, la Xunta (entonces gobernada por el PP) aprobó la Ley del Suelo de Galicia y obligó a todos los municipios a adaptar su urbanismo en un plazo máxi- mo de tres años. La norma era más restrictiva, aunque abría la puerta a recalificar suelo me- diante convenios específicos. Dos años después, los ayunta- mientos informaron de que te- nían sobre la mesa 45 convenios p t e c p r a a c d l 1 Masificación urbanística a pie de playa en el municipio de Malpica, en la Costa da Morte. / xurxo lobato La Xunta cree que aún está “a tiempo” de parar la ‘marbellización’ Una torre de 70 metros en una isla privada arruina el paisaje de las Cíes La costa más virgen, la más amenazada La fiebre del ladrillo invade la costa gallega, donde hay previstas 680.000 nuevas viviendas L La destrucción del litoral / Costa norte MANUEL V. SOLA / PABLO LÓPEZ Vigo U e t C u t 1. GALICIA EL PAÍS prosigue la serie sobre las agresiones al litoral español con una investigación propia sobre el urbanismo salvaje en las costas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. En noviembre, este periódico publicó el análisis de la costa mediterránea basándose en un informe del Ministerio de Medio Ambiente. 18 EL PAÍS, lunes 7 de enero de 2008 ESPAÑA

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E Próxima entrega:La costa de Asturias.

Al final del puente, un guardiajurado y una barrera impiden elacceso al islote de Toralla, juntoa una de las mayores playas deVigo. Sólo los residentes y susinvitados pueden entrar en esevestigio del desarrollismo de losaños sesenta, constituido poruna torre de 70 metros cimenta-da en la misma ría y 30 selectoschalés que llegan hasta donderompen las olas.

En Toralla no hay dominiopúblico, servidumbre de paso nizarandajas, sino una comuni-dad de propietarios y una socie-dad, Toralla, S.A., con una conce-sión sobre la isla hasta 2064.Hasta finales de los años noven-ta, el guardia y su barrera custo-diaban esta franja de tierra deno más de cinco hectáreas, perouna sentencia del Tribunal Su-premo obligó a retrasar el pues-to de control y a permitir el acce-so público a las dos pequeñasplayas de la isla.

Se trata, en realidad, de unúnico arenal dividido por el pro-pio puente, un ejemplo más del

daño que el urbanismo ha infligi-do a uno de los lugares de ma-yor belleza natural del litoral.Con las islas Cíes como telón defondo, la brutal torre de 21 plan-tas tiñe el paisaje de hormigón.

Toralla era un caso aisladoen Galicia, que tiene casi la ter-cera parte de la costa peninsu-lar española, y que había perma-necido intacta a la fiebre de ur-banizaciones turísticas. Hastaahora. En los 86 municipios dela costa gallega se han construi-do, en toda la historia, 816.000viviendas. Los ayuntamientos es-tán ahora recalificando hasta latierra de las macetas para poderedificar 680.000 en sólo 13 años;más que las previstas, por ejem-plo, en la Costa del Sol.

La tramitación de macrour-banizaciones (de entre 1.000 y5.000 viviendas) costeras trasla-

dan a las rías gallegas el modelomediterráneo: apartamentos,adosados, campos de golf y mari-nas en primera línea de playa,zonas en las que hasta ahora só-lo se podía construir viviendaaislada. Incluso están siendo tra-mitadas por inmobiliarias levan-tinas, como Lábaro o Pedro J.Pedrajas.

El mejor ejemplo de la impor-tación del método Mediterráneoes Miño, un bello municipio enla ría de Betanzos en el que seestán construyendo 1.300 vivien-das con campo de golf y hotel,sin depuradora ni red propia deabastecimiento de aguas. ElAyuntamiento expropió más deun millón de metros cuadradosde suelo forestal para darle laconcesión a la inmobiliaria Fade-sa. Es la primera expropiaciónque se realiza en Galicia paraacometer una urbanización pri-vada con venta obligatoria delsuelo a seis euros el metro cua-drado. Fadesa lo vende ahora en-tre 2.000 y 6.000.

“Es una presión inmobiliariaque nos deshace el país de arri-ba abajo y por eso queremos pa-rar el golpe”, asegura el presi-dente socialista de la Xunta deGalicia, Emilio Pérez Touriño.El 16 de mayo de 2007, el Gobier-no gallego publicó la denomina-da Ley de los 500 metros, un do-cumento de medidas urgentespara suspender todas las edifica-ciones a menos de 500 metrosdel mar. “Aún estamos a tiem-po”, opinan en la Consellería dePolítica Territorial, indicandoque su objetivo es tratar de evi-tar la marbellización de la costagallega.

“El problema de la costa galle-ga es que está sin ordenar. A no-sotros nos da igual edificar a500 que a 3.000 metros de lacosta, lo que pedimos es que senos diga dónde, con transparen-cia y con planes urbanísticosaprobados”, subraya el presiden-te de la Federación de Promoto-res Inmobiliarios de Galicia, Ja-vier Garrido Valenzuela.

La peculiaridad del litoral ga-llego, y lo que ha generado ma-yor contestación social al urba-nismo que en otras zonas de Es-paña, es que nunca ha vivido delturismo. La economía costeragallega sigue basándose en lapesca, el marisqueo y la indus-tria asociada al mar (astilleros,conserveras, cetarias, frigorífi-cos, piscifactorías), y no en pelo-tazos inmobiliarios.

La otra peculiaridad es que lacosta gallega tiene una elavadadensidad de población, pero lamayoría del litoral está exento

de macrourbanizaciones. Esono quiere decir que la costa estédesocupada, sino que predomi-na la vivienda aislada (legal oilegal). Según los datos del Minis-terio de Medio Ambiente, el 15%del primer kilómetro de costagallego ya está artificialmenteocupado. Es una ocupación ma-yor a la de Baleares o Canarias,que tienen una longitud de cos-ta similar a Galicia pero una ex-plotación turística muchísimomayor. En la franja marítima ga-llega hay unos 300 núcleos depoblación, todos con puerto ma-rinero y casco urbano histórica-mente construido ante el mar.“Hasta ahora la costa gallega só-lo disponía de demanda de edifi-cación local, para el veraneo dela Galicia urbana, y ahora hayuna fuerte demanda nacional einternacional”, dice el presiden-te de los promotores.

Debido a su malas comunica-ciones y a la maldición climática,Galicia salió casi intacta de la fie-bre inmobiliaria de los añosochenta y noventa que destrozóotras zonas del litoral. Pero en2001 se detectaron los primerosdesembarcos inmobiliarios a

gran escala. Las grandes inmobi-liarias (Metrovacesa, Valleher-moso, ACS, OHL, Urbis...) quehasta entonces no operaban enGalicia iniciaron la compra degrandes extensiones de suelo rús-tico en la costa. Fuentes del sec-tor calculan que los grandes juga-dores han comprado unos 30 mi-llones de metros cuadrados de li-

toral con la intención de lograrsu recalificación y construir. Laoleada de convenios urbanísticoscon ayuntamientos fue tan volu-minosa que incluso empezaron apublicarse anuncios en los perió-dicos gallegos demandando abo-gados expertos en urbanismo.

En 2002, la Xunta (entoncesgobernada por el PP) aprobó la

Ley del Suelo de Galicia y obligóa todos los municipios a adaptarsu urbanismo en un plazo máxi-mo de tres años. La norma eramás restrictiva, aunque abría lapuerta a recalificar suelo me-diante convenios específicos.

Dos años después, los ayunta-mientos informaron de que te-nían sobre la mesa 45 convenios

para edificar 35.000 apartamen-tos y 17 campos de golf en zonasen donde no estaba autorizadoconstruir. Ninguno adaptó suplaneamiento a la nueva ley, pe-ro aprovecharon el plazo de tresaños que tenían para adaptarsea la ley para seguir dando licen-cias, muchas de dudosa legali-dad. En los mejores lugares dela costa (Rías Bajas, Costa da

Morte, Mariña de Lugo) aflora-ron urbanizaciones de cuño me-diterráneo. La situación reventóa finales de 2006. La Xunta em-pezó a suspender las normas ur-banísticas en varios ayuntamien-tos o a rechazar los nuevos pla-nes con inflación recalificadora.

Al mismo tiempo, el presiden-te gallego anunció la redacciónde una ley urgente para prote-

ger la costa, que establece unamoratoria de dos años para cons-truir a menos de 500 metros delmar en los municipios sin pla-neamiento adaptado a la ley.Hoy están suspendidos los pla-nes de urbanismo de cinco muni-cipios costeros (Tui, Sada, Vivei-ro, Barreiros y O Grove) y la Xun-ta ordenó reelaborar planes tanimportantes como el de Vigo.

Sólo uno de los 86 alcaldes dela costa ha adaptado su urbanis-mo a la Ley de Suelo de 2002 ypor ello queda eximido de la sus-pensión de construir a menos de500 metros del mar. Se trata deIsaac Maceiras (PP) regidor deA Pobra do Caramiñal, en la ríade Arousa. Su nuevo plan au-menta la edificabilidad en un297%, una constatación de loque está por llegar a la costa ga-llega. “A Pobra es un pueblo quenació bonito, es bonito y mien-tras yo sea alcalde seguirá sien-do bonito”, asegura Maceiras.

La suerte que ha tenido elnuevo Gobierno gallego (PSOE-BNG) es que urbanísticamenteaún estaba todo por hacer, conlo que ha podido parar el golpe.A excepción de A Pobra do Cara-miñal, el resto del litoral gallego(85 ayuntamientos) están en si-tuación urbanística de alegali-dad, al no haber adaptado antesde 2006 sus planes a la nuevaLey del Suelo de Galicia. Esto eslo que ha permitido a la Xunta

aplicar la suspensión de edifica-ciones a 500 metros del mar atoda la fachada marítima, desdeRibadeo hasta A Guarda.

La medida cautelar afecta auna franja de 60.000 hectáreas,que representa el 13% del suelode los municipios costeros, labanda más deseada por las cons-tructoras. La Ley de los 500 me-tros ya ha bloqueado, de hecho,un total de 30 millones de me-tros cuadrados que, estando amenos de medio kilómetro delmar, ya habían sido recalifica-dos como urbanizables.

Además, los fiscales iniciaronen 2006 la imputación de alcal-des, concejales, arquitectos ypromotores por supuesta co-rrupción urbanística. Galicia es,tras Andalucía, la autonomíacon más casos de corrupciónabiertos por las nuevas Unida-

des de Delitos Urbanísticos de laGuardia Civil en los últimos seismeses. Hay en marcha 14 opera-ciones por prevaricación, mal-versación de fondos públicos, co-hecho o incumplimiento mani-fiesto de la legalidad urbanísti-ca. A ellos se añaden otros diezcasos en curso abiertos antes demarzo de este año.

El pelotazo está en el tejado.La mayoría de los ayuntamien-tos costeros han contratado con-sultoras urbanísticas privadas ytienen casi elaborados planes pa-ra duplicar su edificabilidad. Elcaso más inminente es Vigo (delPP pasó en mayo al PSOE yBNG) donde se mantiene unaedificabilidad un 101% superiora la actual, con más de 110.000viviendas nuevas.

La presión que está ejercien-do sobre la Xunta y los ayunta-mientos el sector inmobiliario ybuena parte del mundo empre-sarial gallego, es enorme. Ha-blan de inversiones de más de84.000 millones de euros, casidiez veces el presupuesto de laXunta. Las hectáreas que hancomprado en Galicia son la ma-yor amenaza para la más exten-sa de las costas de la España pe-ninsular.

1

Masificación urbanística a pie de playa en el municipio de Malpica, en la Costa da Morte. / xurxo lobato

La Xunta cree queaún está “a tiempo”de parar la‘marbellización’

Una torre de 70metros en una islaprivada arruina elpaisaje de las Cíes

Es la segundaautonomía con máscasos de corrupciónurbanística

La presión de lasinmobiliarias sobrelos consistorios vale84.000 millones

La costa más virgen,la más amenazadaLa fiebre del ladrillo invade la costa gallega,donde hay previstas 680.000 nuevas viviendas

La destrucción del litoral / Costa norteLa destrucción del litoral / Costa norte

MANUEL V. SOLA / PABLO LÓPEZVigo

Una torre de 70 metros y 21 plantas enel islote de Toralla, en la ría de Vigo,tiñe de hormigón el paisaje de las islasCíes (abajo). El islote es propiedad deuna sociedad privada, Toralla, SA, has-ta el año 2064. / xurxo lobato

A la derecha, aspecto que presentan el puerto y la playade Ribeira, un bello municipio de la costa coruñesa, conparte de su territorio incluido en el Parque Nacional delas Islas Atlánticas. Debajo, plaga de urbanizaciones yedificaciones aisladas en O Grove, en la isla de La Toja,en la Ría de Arousa. / x. l.

1. GALICIAEL PAÍS prosigue la serie sobre las agresiones al litoral español con una investigación propia sobre elurbanismo salvaje en las costas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. En noviembre, este periódicopublicó el análisis de la costa mediterránea basándose en un informe del Ministerio de Medio Ambiente.

18 EL PAÍS, lunes 7 de enero de 2008

ESPAÑA

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E Próxima entrega:La costa de Asturias.

Al final del puente, un guardiajurado y una barrera impiden elacceso al islote de Toralla, juntoa una de las mayores playas deVigo. Sólo los residentes y susinvitados pueden entrar en esevestigio del desarrollismo de losaños sesenta, constituido poruna torre de 70 metros cimenta-da en la misma ría y 30 selectoschalés que llegan hasta donderompen las olas.

En Toralla no hay dominiopúblico, servidumbre de paso nizarandajas, sino una comuni-dad de propietarios y una socie-dad, Toralla, S.A., con una conce-sión sobre la isla hasta 2064.Hasta finales de los años noven-ta, el guardia y su barrera custo-diaban esta franja de tierra deno más de cinco hectáreas, perouna sentencia del Tribunal Su-premo obligó a retrasar el pues-to de control y a permitir el acce-so público a las dos pequeñasplayas de la isla.

Se trata, en realidad, de unúnico arenal dividido por el pro-pio puente, un ejemplo más del

daño que el urbanismo ha infligi-do a uno de los lugares de ma-yor belleza natural del litoral.Con las islas Cíes como telón defondo, la brutal torre de 21 plan-tas tiñe el paisaje de hormigón.

Toralla era un caso aisladoen Galicia, que tiene casi la ter-cera parte de la costa peninsu-lar española, y que había perma-necido intacta a la fiebre de ur-banizaciones turísticas. Hastaahora. En los 86 municipios dela costa gallega se han construi-do, en toda la historia, 816.000viviendas. Los ayuntamientos es-tán ahora recalificando hasta latierra de las macetas para poderedificar 680.000 en sólo 13 años;más que las previstas, por ejem-plo, en la Costa del Sol.

La tramitación de macrour-banizaciones (de entre 1.000 y5.000 viviendas) costeras trasla-

dan a las rías gallegas el modelomediterráneo: apartamentos,adosados, campos de golf y mari-nas en primera línea de playa,zonas en las que hasta ahora só-lo se podía construir viviendaaislada. Incluso están siendo tra-mitadas por inmobiliarias levan-tinas, como Lábaro o Pedro J.Pedrajas.

El mejor ejemplo de la impor-tación del método Mediterráneoes Miño, un bello municipio enla ría de Betanzos en el que seestán construyendo 1.300 vivien-das con campo de golf y hotel,sin depuradora ni red propia deabastecimiento de aguas. ElAyuntamiento expropió más deun millón de metros cuadradosde suelo forestal para darle laconcesión a la inmobiliaria Fade-sa. Es la primera expropiaciónque se realiza en Galicia paraacometer una urbanización pri-vada con venta obligatoria delsuelo a seis euros el metro cua-drado. Fadesa lo vende ahora en-tre 2.000 y 6.000.

“Es una presión inmobiliariaque nos deshace el país de arri-ba abajo y por eso queremos pa-rar el golpe”, asegura el presi-dente socialista de la Xunta deGalicia, Emilio Pérez Touriño.El 16 de mayo de 2007, el Gobier-no gallego publicó la denomina-da Ley de los 500 metros, un do-cumento de medidas urgentespara suspender todas las edifica-ciones a menos de 500 metrosdel mar. “Aún estamos a tiem-po”, opinan en la Consellería dePolítica Territorial, indicandoque su objetivo es tratar de evi-tar la marbellización de la costagallega.

“El problema de la costa galle-ga es que está sin ordenar. A no-sotros nos da igual edificar a500 que a 3.000 metros de lacosta, lo que pedimos es que senos diga dónde, con transparen-cia y con planes urbanísticosaprobados”, subraya el presiden-te de la Federación de Promoto-res Inmobiliarios de Galicia, Ja-vier Garrido Valenzuela.

La peculiaridad del litoral ga-llego, y lo que ha generado ma-yor contestación social al urba-nismo que en otras zonas de Es-paña, es que nunca ha vivido delturismo. La economía costeragallega sigue basándose en lapesca, el marisqueo y la indus-tria asociada al mar (astilleros,conserveras, cetarias, frigorífi-cos, piscifactorías), y no en pelo-tazos inmobiliarios.

La otra peculiaridad es que lacosta gallega tiene una elavadadensidad de población, pero lamayoría del litoral está exento

de macrourbanizaciones. Esono quiere decir que la costa estédesocupada, sino que predomi-na la vivienda aislada (legal oilegal). Según los datos del Minis-terio de Medio Ambiente, el 15%del primer kilómetro de costagallego ya está artificialmenteocupado. Es una ocupación ma-yor a la de Baleares o Canarias,que tienen una longitud de cos-ta similar a Galicia pero una ex-plotación turística muchísimomayor. En la franja marítima ga-llega hay unos 300 núcleos depoblación, todos con puerto ma-rinero y casco urbano histórica-mente construido ante el mar.“Hasta ahora la costa gallega só-lo disponía de demanda de edifi-cación local, para el veraneo dela Galicia urbana, y ahora hayuna fuerte demanda nacional einternacional”, dice el presiden-te de los promotores.

Debido a su malas comunica-ciones y a la maldición climática,Galicia salió casi intacta de la fie-bre inmobiliaria de los añosochenta y noventa que destrozóotras zonas del litoral. Pero en2001 se detectaron los primerosdesembarcos inmobiliarios a

gran escala. Las grandes inmobi-liarias (Metrovacesa, Valleher-moso, ACS, OHL, Urbis...) quehasta entonces no operaban enGalicia iniciaron la compra degrandes extensiones de suelo rús-tico en la costa. Fuentes del sec-tor calculan que los grandes juga-dores han comprado unos 30 mi-llones de metros cuadrados de li-

toral con la intención de lograrsu recalificación y construir. Laoleada de convenios urbanísticoscon ayuntamientos fue tan volu-minosa que incluso empezaron apublicarse anuncios en los perió-dicos gallegos demandando abo-gados expertos en urbanismo.

En 2002, la Xunta (entoncesgobernada por el PP) aprobó la

Ley del Suelo de Galicia y obligóa todos los municipios a adaptarsu urbanismo en un plazo máxi-mo de tres años. La norma eramás restrictiva, aunque abría lapuerta a recalificar suelo me-diante convenios específicos.

Dos años después, los ayunta-mientos informaron de que te-nían sobre la mesa 45 convenios

para edificar 35.000 apartamen-tos y 17 campos de golf en zonasen donde no estaba autorizadoconstruir. Ninguno adaptó suplaneamiento a la nueva ley, pe-ro aprovecharon el plazo de tresaños que tenían para adaptarsea la ley para seguir dando licen-cias, muchas de dudosa legali-dad. En los mejores lugares dela costa (Rías Bajas, Costa da

Morte, Mariña de Lugo) aflora-ron urbanizaciones de cuño me-diterráneo. La situación reventóa finales de 2006. La Xunta em-pezó a suspender las normas ur-banísticas en varios ayuntamien-tos o a rechazar los nuevos pla-nes con inflación recalificadora.

Al mismo tiempo, el presiden-te gallego anunció la redacciónde una ley urgente para prote-

ger la costa, que establece unamoratoria de dos años para cons-truir a menos de 500 metros delmar en los municipios sin pla-neamiento adaptado a la ley.Hoy están suspendidos los pla-nes de urbanismo de cinco muni-cipios costeros (Tui, Sada, Vivei-ro, Barreiros y O Grove) y la Xun-ta ordenó reelaborar planes tanimportantes como el de Vigo.

Sólo uno de los 86 alcaldes dela costa ha adaptado su urbanis-mo a la Ley de Suelo de 2002 ypor ello queda eximido de la sus-pensión de construir a menos de500 metros del mar. Se trata deIsaac Maceiras (PP) regidor deA Pobra do Caramiñal, en la ríade Arousa. Su nuevo plan au-menta la edificabilidad en un297%, una constatación de loque está por llegar a la costa ga-llega. “A Pobra es un pueblo quenació bonito, es bonito y mien-tras yo sea alcalde seguirá sien-do bonito”, asegura Maceiras.

La suerte que ha tenido elnuevo Gobierno gallego (PSOE-BNG) es que urbanísticamenteaún estaba todo por hacer, conlo que ha podido parar el golpe.A excepción de A Pobra do Cara-miñal, el resto del litoral gallego(85 ayuntamientos) están en si-tuación urbanística de alegali-dad, al no haber adaptado antesde 2006 sus planes a la nuevaLey del Suelo de Galicia. Esto eslo que ha permitido a la Xunta

aplicar la suspensión de edifica-ciones a 500 metros del mar atoda la fachada marítima, desdeRibadeo hasta A Guarda.

La medida cautelar afecta auna franja de 60.000 hectáreas,que representa el 13% del suelode los municipios costeros, labanda más deseada por las cons-tructoras. La Ley de los 500 me-tros ya ha bloqueado, de hecho,un total de 30 millones de me-tros cuadrados que, estando amenos de medio kilómetro delmar, ya habían sido recalifica-dos como urbanizables.

Además, los fiscales iniciaronen 2006 la imputación de alcal-des, concejales, arquitectos ypromotores por supuesta co-rrupción urbanística. Galicia es,tras Andalucía, la autonomíacon más casos de corrupciónabiertos por las nuevas Unida-

des de Delitos Urbanísticos de laGuardia Civil en los últimos seismeses. Hay en marcha 14 opera-ciones por prevaricación, mal-versación de fondos públicos, co-hecho o incumplimiento mani-fiesto de la legalidad urbanísti-ca. A ellos se añaden otros diezcasos en curso abiertos antes demarzo de este año.

El pelotazo está en el tejado.La mayoría de los ayuntamien-tos costeros han contratado con-sultoras urbanísticas privadas ytienen casi elaborados planes pa-ra duplicar su edificabilidad. Elcaso más inminente es Vigo (delPP pasó en mayo al PSOE yBNG) donde se mantiene unaedificabilidad un 101% superiora la actual, con más de 110.000viviendas nuevas.

La presión que está ejercien-do sobre la Xunta y los ayunta-mientos el sector inmobiliario ybuena parte del mundo empre-sarial gallego, es enorme. Ha-blan de inversiones de más de84.000 millones de euros, casidiez veces el presupuesto de laXunta. Las hectáreas que hancomprado en Galicia son la ma-yor amenaza para la más exten-sa de las costas de la España pe-ninsular.

MiñoSada

VigoIslote de Toralla

Tui

O Grove

Viveiro

PORTUGAL

OURENSE

LUGO

A CORUÑA

PONTEVEDRA

Fuentes: INE e Instituto Geográfico Nacional.

Urbanismo salvaje en la costa gallega

EL PAÍS

VIVEIRO• Plan urbanístico suspendido.

TUI• Plan urbanísticosuspendido.

SADA• Plan urbanístico suspendido.

MIÑO (A CORUÑA)5.100 habitantes. Urbanización Costa Anácora, 1.300 viviendas, campo de golf y hotel. Sin red de abastecimiento de aguas. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha anulado la concesión a Fadesa.

VIGO• Planea aumentar la edificabilidad en un 101% con más de 112.000 viviendas nuevas.

ISLOTE DE TORALLA• No se ha realizado el deslinde marítimo –terrestre. Propiedad de una empresa privada, Toralla S.A. hasta 2064. Una torre de 70 metros y 30 chalés.

O GROVE• Plan urbanístico suspendido.

Población (nº de habitantes)

Costa (kilómetros)

Urbanización del primer kilómetro de costa

Porcentaje deslindado (3º trim. de 2007)

PONTEVEDRA

943.117398

25,1%84%

LUGO

356.595144

8,5%100%

A CORUÑA

1.129.141956

13,9%70%

Masificación urbanística a pie de playa en el municipio de Malpica, en la Costa da Morte. / xurxo lobato

La Xunta cree queaún está “a tiempo”de parar la‘marbellización’

Una torre de 70metros en una islaprivada arruina elpaisaje de las Cíes

Es la segundaautonomía con máscasos de corrupciónurbanística

La presión de lasinmobiliarias sobrelos consistorios vale84.000 millones

La costa más virgen,la más amenazadaLa fiebre del ladrillo invade la costa gallega,donde hay previstas 680.000 nuevas viviendas

La destrucción del litoral / Costa norteLa destrucción del litoral / Costa norte

MANUEL V. SOLA / PABLO LÓPEZVigo

Una torre de 70 metros y 21 plantas enel islote de Toralla, en la ría de Vigo,tiñe de hormigón el paisaje de las islasCíes (abajo). El islote es propiedad deuna sociedad privada, Toralla, SA, has-ta el año 2064. / xurxo lobato

A la derecha, aspecto que presentan el puerto y la playade Ribeira, un bello municipio de la costa coruñesa, conparte de su territorio incluido en el Parque Nacional delas Islas Atlánticas. Debajo, plaga de urbanizaciones yedificaciones aisladas en O Grove, en la isla de La Toja,en la Ría de Arousa. / x. l.

1. GALICIAEL PAÍS prosigue la serie sobre las agresiones al litoral español con una investigación propia sobre elurbanismo salvaje en las costas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. En noviembre, este periódicopublicó el análisis de la costa mediterránea basándose en un informe del Ministerio de Medio Ambiente.

EL PAÍS, lunes 7 de enero de 2008 19

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