La Cuestión Nacional Otto Bauer

32
ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 9 LA CUESTIÓN NACIONAL SEGÚN OTTO BAUER. NOTAS CRÍTICAS EN TORNO A UN CLÁSICO DAMIÁN LÓPEZ Damián López es docente de la Universidad de Buenos Aires y becario doctoral del CONICET. Dirección laboral: Instituto de Historia Argentina y Americana «Dr. Emilio Ravignani», UBA. 25 de mayo 221,  piso. e-mail: [email protected] Una versión preliminar de este trabajo fue presenta- da como ponencia en las XII Jornadas Interescuelas realizadas en Bariloche en octubre de 2009. El autor agradece a Patricio Geli y a Alberto Pérez, por sus comentarios. Resumen Miembro de la socialdemocracia austríaca, y ali- neado en el «centro» hasta 1917, cuando pasa a conformar el ala izquierda del partido, Otto Bauer (1881-1938) produjo una de las obras más inte- ligentes de la historia del marxismo sobre el pro- blema nacional. Publicada en 1907, La cuestión nacional y la socialdemocracia sorprende aún hoy por su profundidad y refinamiento teórico. Este artículo tiene por objeto el análisis de los aspectos nodales de la teoría baueriana sobre la nación, contenida fundamentalmente en ese libro, teniendo presente el particular contexto previo a la Primera Guerra y la concreta finalidad con el que fue producido originalmente. Summary Part of the Austrian socialdemocracy , and aligned at the «centre» up to 1917, when he pass to the left wing of the party, Otto Baeur ( 1881-1938) made one of the most intelligent works in the history of the Marxism on the national problem. Published in 1907, The national question and the socialdemocracy surprises even today be- cause it deepness and theorical refinement. The object of this article is to analyses the main aspects of Bauer theory on nation contained fundamentally in that book, bearing in mind both the particular context previous to the First World War as the concrete finality into was it original written.

Transcript of La Cuestión Nacional Otto Bauer

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 9

    LA CUESTIN NACIONAL SEGN OTTO BAUER. NOTAS CRTICAS EN TORNO A UN CLSICOdamin lpEz

    Damin Lpez es docente de la Universidad de

    Buenos Aires y becario doctoral del CONICET.

    Direccin laboral: Instituto de Historia Argentina

    y Americana Dr. Emilio Ravignani, UBA. 25 de

    mayo 221, 2 piso.

    e-mail: [email protected]

    Una versin preliminar de este trabajo fue presenta-

    da como ponencia en las XII Jornadas Interescuelas

    realizadas en Bariloche en octubre de 2009. El autor

    agradece a Patricio Geli y a Alberto Prez, por sus

    comentarios.

    ResumenMiembro de la socialdemocracia austraca, y ali-

    neado en el centro hasta 1917, cuando pasa a

    conformar el ala izquierda del partido, Otto Bauer

    (1881-1938) produjo una de las obras ms inte-

    ligentes de la historia del marxismo sobre el pro-

    blema nacional. Publicada en 1907, La cuestin

    nacional y la socialdemocracia sorprende an

    hoy por su profundidad y refinamiento terico.

    Este artculo tiene por objeto el anlisis de los

    aspectos nodales de la teora baueriana sobre

    la nacin, contenida fundamentalmente en ese

    libro, teniendo presente el particular contexto

    previo a la Primera Guerra y la concreta finalidad

    con el que fue producido originalmente.

    SummaryPart of the Austrian socialdemocracy, and aligned

    at the centre up to 1917, when he pass to the

    left wing of the party, Otto Baeur (1881-1938)

    made one of the most intelligent works in the

    history of the Marxism on the national problem.

    Published in 1907, The national question and

    the socialdemocracy surprises even today be-

    cause it deepness and theorical refinement.

    The object of this article is to analyses the main

    aspects of Bauer theory on nation contained

    fundamentally in that book, bearing in mind

    both the particular context previous to the First

    World War as the concrete finality into was it

    original written.

  • 10 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    Resulta bastante corriente sealar el llamativo desfasaje existente entre la emer-gencia y expansin del nacionalismo y los Estados nacionales durante los siglos XIX y XX y el tardo desarrollo de teoras y estudios de caso que los analizaran en profundidad. Como es sabido, el boom sobre tales temas se produjo fundamen-talmente a comienzos de los 801, aunque aun antes pueden rastrearse algunos importantes antecedentes que, desde las ms diversas corrientes de interpretacin, y segn el autor que se trate, fueron rescatados posteriormente en cuanto habran anticipado elementos relevantes. Entre esta diversa bibliografa, que va de Ernest Renan a Karl Deutsch, algunas veces se incluyen los debates sobre la cuestin nacional dentro del marxismo, destacndose aqu por su cantidad y calidad la produccin de importantes figuras de la Segunda Internacional (1889-1914) como Karl Kautsky, Rosa Luxemburg, Lenin, etc2. Sin embargo, en este segundo caso se trata en general de investigaciones que se centran en el contexto especfico de produccin y en la discusin terica al interior del marxismo; los libros de referencia sobre el nacionalismo, en tanto, normalmente otorgan poca relevancia terica a aquellos aportes.

    Aunque esta percepcin sobre la inactualidad terica de los acercamientos al problema nacional por parte de los miembros de la Segunda Internacional es materia de un arduo debate que no podemos presentar aqu por razones de espacio, puede decirse que en trminos generales existen ciertos dficit comunes en la mayora de ellos que en parte la sustentan. Es que en rigor se trataba de los primeros esfuerzos por analizar un fenmeno prcticamente no tematizado en la obra de Marx y Engels. A partir de este pobre legado, los marxistas de la Segunda Internacional debieron ensayar posiciones en relacin a un fenmeno que cobraba cada vez mayor relevancia, y debe reconocrseles que, tal vez impulsados por necesidades prcticas, produjeron algunas obras de gran profundidad comparadas con las disponibles en aquel contexto. Debe destacarse, por otra parte, que esos estudios slo pueden comprenderse en relacin con otros debates que delimitaban las distintas posiciones en pugna dentro de la Segunda Internacional: la cuestin colonial, la discusin

    1 Entre los trabajos ms importantes pueden citarse, Anderson (1993) [original de 1983]; Armstrong (1982); Breuilly (1990) [original de 1982]; Gellner (1988) [original de 1983]; Hroch (1985); Smith (1986). 2 Entre ellos pueden citarse los traducidos al espaol de Davis (1972); Lwy y Haupt (1980); y Lwy (1998).

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 11

    en torno al reformismo, etc. Esto ltimo implicaba cierto desplazamiento terico hacia problemas relacionados, aunque no idnticos, al de la caracterizacin de los Estados y movimientos nacionales. Por eso, en esos escritos nos encontramos gene-ralmente con elementos relevantes para una teora sobre el nacionalismo, aunque estos se hallan dispersos, ya que se articulan en funcin de resolver otros problemas; como resultado, su lectura nos deja muchas veces la sensacin de una elusin, o subvaloracin de la problematicidad propia del fenmeno nacional.

    Existe sin embargo una obra producida por un miembro de la Segunda Inter-nacional a la que no puede reprochrsele formalismo alguno ni subestimacin del papel histrico de las naciones en el siglo XX que comenzaba. En ella se intentaba ensayar el mtodo marxiano de investigacin social en un nuevo campo de tra-bajo. Se trata del brillante libro del marxista austraco Otto Bauer La cuestin de las nacionalidades y la socialdemocracia3, una de las obras ms lcidas y eruditas producidas dentro de esta tradicin, y tal vez la ms importante sobre el tema en su propio tiempo. Terminado en 1906, el libro fue publicado por primera vez en 1907, y cont con una segunda edicin en 1924.

    Muy influyente y discutido dentro de la Segunda Internacional, el trabajo de Bauer es a veces citado, pero escasamente valorado, por la mayora de los investigadores actuales del nacionalismo. Pero aquellas razones que explican en parte la percepcin sobre la inactualidad del aporte de los miembros de la Segunda Internacional (dejamos de lado el hecho de que un anlisis ms preciso matizara esto), difcilmente puedan esgrimirse en el caso de Bauer. Aunque el contexto sea compartido, su trabajo requiere especial atencin, lo cual slo se ha reconocido en escassimos casos. A poco ms de cien aos de la publicacin de un libro con sabor a clsico, el objetivo de este artculo es, aunque sin pretender ser exhaustivo, recorrer algunos problemas nodales del mismo, estableciendo un balance preliminar sobre el aporte de esta obra y su relacin con algunos debates actuales entre los ms influyentes estudios del nacionalismo. Pero antes de esto, ser necesario comenzar diciendo algo sobre el especfico contexto de produccin del libro, ya que no es casual que el mismo haya sido escrito por un miembro de la socialdemocracia austraca, perteneciente al denominado austromarxismo, en los albores de la crisis de un Estado multinacional como el imperio austrohngaro.

    3 Bauer (1979).

  • 12 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    EL AUSTROmARxISmO y LA SOCIALDEmOCRACIA

    El rtulo austromarxismo hace alusin a un grupo de intelectuales y polticos miembros del Partido Socialdemcrata Austraco, nucleados en sus inicios en el crculo Porvenir (Zukunft) fundado en 1903. Entre sus miembros ms prominen-tes se encontraban Max Adler (1873-1937), Rudolf Hilferding (1877-1943), Karl Renner (1870-1950), Friedrich Adler (1879-1960), Gustav Eckstein (1875-1916) y Otto Bauer (1881-1938). A partir de 1904, el grupo comenz a editar la serie Marx-Studien, donde aparecieron libros de una sorprendente erudicin y profundidad. Entre los ms importantes, pueden citarse Causalidad y teleologa en la lucha en torno a la ciencia, de Max Adler (1904), El capital financiero, de Hilferding (1910) y La cuestin de las nacionalidades y la Socialdemocracia, de Bauer. Poco despus, desde 1907 comenz a publicarse Der Kampf (La lucha, fundada por Renner, Bauer y Adolf Braun), revista poltica del partido en la que los miembros del grupo volcaron sus posiciones, y donde Bauer escribira ms de un centenar de artculos.

    Es importante aclarar que los austromarxistas no conformaban una lnea poltica definida dentro del partido, y aunque se distinguan por una actitud similar ante la labor intelectual, sus investigaciones muestran una llamativa variedad temtica y de intereses. En lo poltico, si bien coincidan en la conviccin de que las mejoras econmicas, sociales y polticas dentro del capitalismo eran posibles y un objetivo sustantivo para la socialdemocracia, se oponan a la versin revisionista que sostena que las mismas iran abonando gradualmente la transicin hacia el socialismo sin necesidad de luchas a veces violentas ni revolucin poltica. Pero ms all de este consenso muy general, las diferencias dentro del grupo eran evidentes; luego de la crisis de la primera guerra, estas diferencias se agravaran, y aunque todos seguiran dentro del campo socialdemcrata, lo haran alinendose al centro, derecha o iz-quierda del partido segn el caso. En cuanto al trabajo intelectual, muchas veces se ha presentado a los austromarxistas como marxistas kantianos, definicin que sin ser inexacta las influencias fueron ms variadas en el grupo en general y con diversos matices en cada miembro en particular, debe interpretarse ms en el sentido de una concepcin compartida sobre los criterios de cientificidad que en el de un homogneo esfuerzo por constituir una corriente terica coherente (slo Max Adler y en cierta medida Bauer intentaron explcitamente elaborar una sntesis entre el marxismo y el neokantismo en boga en la Viena de principios del siglo pasado). Como indica el historiador del marxismo Leszek Kolakowski, lo sustancial de la influencia kantiana sobre los austromarxistas fue despertar

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 13

    su inters en reexaminar los amplios fundamentos tericos y epistemolgicos del marxismo, que la crtica kantiana en particular haba mostrado plagada de vacos y ambigedades4. Era necesario, por tanto, posicionarse desde un punto de vista crtico, y esto implicaba una revisin del legado de Marx, otorgando bases slidas a la teora y avanzando en campos que no se encontraban suficien-temente desarrollados en su obra (por ejemplo en una teora sobre el Estado y sobre la nacin). Esto dio lugar a una prctica terica flexible y atenta al dilogo con diversas tendencias, ya que crean que esta actitud era imprescindible para otorgarle un firme estatus cientfico y actualidad prctica.

    Los austromarxistas conformaban un grupo inserto dentro del particular campo del movimiento obrero, sindical y poltico socialdemcrata austraco, movimiento de masas unificado bajo la coordinacin del partido. La importancia de este ltimo se haba puesto de manifiesto desde muy temprano, ya que a poco de ser creado (fines de 1888) organiz en 1890 las movilizaciones ms grandes de Europa por la reduccin de la jornada laboral a 8 horas. De estructura y programa, en cuya redaccin tom parte Kautsky similar a su par alemn, el partido contaba con sindicatos, crculos, asociaciones, etc., que no solamente intentaban organizar las luchas por las mejoras econmicas y polticas, sino tambin intervenir en la cultura, vida cotidiana y ocio de los trabajadores. Al igual que otros partidos socialistas europeos, la democratizacin poltica fue desde los inicios uno de sus principales objetivos, jugando un rol central en la lucha por la ampliacin del sufragio. As, luego de una serie de manifestaciones por la reforma electoral entre 1893 y 1895, se sancion una primera apertura al voto de las clases bajas que permiti a los socialdemcratas obtener 14 diputados en el parlamento imperial (Reichsrat) en 1897. Una segunda reforma forzada en parte por las manifestaciones y huelga general de 1905 dio lugar a que en 1907 la socialdemocracia obtuviera 87 diputados, convirtindose en el partido mayoritario del parlamento. En fin, la organizacin socialista austraca pareca ser un ejemplo dentro de la Segunda Internacional: culta y disciplinada, sin disidencias internas importantes y de gran xito en la obtencin de resultados en sus objetivos inmediatos; representaba, de alguna manera, aquel modelo previo a la conmocin de la primera guerra, de vin-culacin entre socialismo y democracia, y de confianza en que si bien era necesaria una intervencin de las fuerzas progresistas para superar los males del capitalismo,

    4 Kolakowski, 1982: 241.

  • 14 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    aquellas conquistas paulatinas confirmaban que el desarrollo histrico estaba de su parte, determinando por s mismo la cercana del triunfo final.

    Hasta su muerte, el lder indiscutible de la socialdemocracia austraca fue Vctor Adler (1852-1918). Ms organizador que terico, Vctor Adler siempre demostr un carcter conciliador entre las distintas tendencias partidarias, y breg incansable-mente por la unidad. De posiciones cercanas a Kautsky, se opuso al revisionismo, aunque intent mediar a fin de evitar posibles fracturas en el movimiento. De gran prestigio en la Segunda Internacional, sus intervenciones siempre fueron conside-radas de peso, a tal punto que con la muerte de August Bebel, en 1913, se lo vio como uno de los lderes de la misma. Ante la crisis que dio lugar a la Primera Guerra Mundial, Vctor Adler adhiri al inicio de las hostilidades, aduciendo el peligro que significara la agresin rusa, a lo cual se sumaban los estrechos vnculos con Alema-nia. Sin embargo, en la socialdemocracia austraca se conformara rpidamente un grupo antibelicista (uno de los miembros ms importantes del mismo fue Friedrich, hijo de Vctor Adler, quien renunci a su cargo de secretario del partido, y en 1916 mat al Primer Ministro austraco, el conde Karl Von Strgkh). Ante la muerte de Vctor Adler, poco antes de la proclamacin de la primera Repblica Austraca, en 1918 (ya convertida en un pequeo Estado compuesto por los territorios con mayora alemana del desmembrado imperio), Otto Bauer se transformara en el lder del partido hasta que en 1934 el gobierno de derecha recientemente instalado en el poder determinara la ilegalidad y el exilio obligado.

    Pero antes de que la guerra quebrase a la Segunda Internacional y pusiese fin al mismo Imperio Austro-Hngaro, los socialdemcratas austracos pudieron sostener con orgullo que su partido era tambin un ejemplo en cuanto a las posi-bilidades de colaboracin entre movimientos obreros de distintas nacionalidades, considerndose como una internacional en pequeo. Efectivamente, a partir del programa de Brnn de 1899, haba quedado establecida una organizacin que reconoca secciones nacionales con instituciones propias y gran autonoma, aunque compartan un comit ejecutivo unificado. El Imperio se caracterizaba por ser un Estado multinacional que abarcaba a una muy variada cantidad de grupos con culturas e identidades bien diferenciadas, distribuidos territorialmente en algu-nos casos de manera relativamente clara, pero en muchos otros muy abigarrada; el partido ensay entonces una estructura federal a fin de apaciguar las posibles tensiones que podra ocasionar la hegemona de los alemanes sobre el resto. Vale aclarar, de todas maneras, que esta solucin slo era efectiva para la mitad austraca

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 15

    del Imperio. En la zona hngara, exista una organizacin socialista independiente del partido austraco por otra parte mucho ms dbil5. Tampoco las minoras bajo autoridad imperial hngara participaban del movimiento austraco. Los rumanos, eslovacos, y otros grupos bajo el gobierno hngaro debieron soportar una agresiva poltica de magiarizacin que contrastaba con la relativa tolerancia hacia las minoras en la zona austraca.

    Por otro lado, si bien desde el Congreso de Brnn la socialdemocracia austraca adquiri una estructura federativa, con representacin de alemanes, checos, pola-cos, eslovacos, ucranianos, italianos y eslavos, slo los tres primeros grupos tenan relevancia a la hora de definir la orientacin partidaria. Dado su menor nmero y caractersticas sociales (se encontraban en zonas de escaso desarrollo econmico, donde la socialdemocracia tena menos adherentes), el papel del resto era menor. Adems, la hegemona alemana era un hecho difcilmente disimulable: en torno a esta hegemona, discutida sobre todo por las vigorosas tendencias autonomistas checas, comenzara una disputa que oblig a repensar el problema nacional y su relacin con la organizacin partidaria. Es en este clima que Otto Bauer escribira, a partir de un pedido de Vctor Adler, La cuestin de las nacionalidades y la socialdemocracia.

    LA NACIN COmO COmUNIDAD DE DESTINO

    No se capta todo el fenmeno nacional sino por sus ambivalencias. Sin las ambivalencias, la visin necesariamente resulta truncada. Las ambivalencias, ya sean explcitas o implcitas, abundan siempre, en el interior de una misma concepcin, entre concepciones competidoras o rivales6.

    Comenzaremos nuestro anlisis de la compleja teora contenida en la obra ma-yor de Bauer con una sinttica exposicin de los pasos argumentativos que all se desarrollan para llegar a una definicin de nacin. La intencin de este recorrido

    5 Desde 1867, el reconocimiento de la independencia hngara haba definido la conformacin de un Estado dual unificado por el soberano en comn, y as se delimitaron dos zonas muy diferentes en lo econmico, social y poltico. 6 Gil Delannoi, La teora de la nacin y sus ambivalencias, en: Delannoi y Taguieff, 1993: 9.

  • 16 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    es detectar ciertas tensiones tericas que, en rigor, nos colocan frente a la propia problematicidad del fenmeno nacional, emergiendo as el ncleo de la riqueza y la actualidad del texto. Se propone, en fin, una lectura instalada en las ambigedades conceptuales, en la apertura a preguntas que an hoy se hallan con una mirada de respuestas en pugna, determinadas en parte, como bien indica Gil Delannoi en la cita precedente, por las propias contradicciones de su objeto de estudio.

    En busca de una definicin satisfactoria de nacin, Bauer parte de la existencia de diversidades que aparecen en la estructura bsica del espritu, en el gusto intelectual y esttico, en el modo de reaccionar a los mismos estmulos, cosas en que fijamos la atencin si comparamos la vida espiritual de las diferentes naciones, su ciencia y su filosofa, su poesa, msica y arte plstica, su vida pblica y social, su estilo y sus hbitos de vida7. Se trata de caractersticas culturales que distinguen a los miembros de diferentes naciones. Por eso las naciones se presentan, en primer lugar, como comunidades de carcter. Ahora bien, esta constatacin, segn Bauer, no nos explica de ninguna manera el obrar de los individuos de tal o cual nacin: cada connacional tiene adems de connotaciones comunes al resto, otras derivadas de su especfico lugar de residencia, clase, profesin, etc. (que son otros tipos de comunidades de carcter), a las que se suman las propiamente individuales. De esta manera, Bauer critica a quienes intentaron, en su tiempo, construir estereotipos nacionales que explicaran las acciones individuales (en su opinin, esta perspectiva se ejemplifica con los estudios de Werner Sombart sobre los judos). En sntesis, para Bauer la nacin es una comunidad de carcter relativa, ya que es solamente una de las mltiples determinaciones del carcter individual.

    Por otra parte, Bauer critica toda concepcin sustancialista que mantenga la perdurabilidad del carcter nacional, sea desde lo racial o desde un enigmtico espritu del pueblo segn l, un esencialismo metafsico del romanticismo, ya que El carcter nacional es modificable. La comunidad de carcter vincula a los miembros de una nacin durante determinada poca, pero de ningn modo a la nacin de nuestro tiempo con sus antepasados de hace dos o tres siglos8. De esta manera, como indica Elas Palti, si bien Bauer sostena la existencia de caracteres nacionales identificables, su rechazo a la idea de que stos se encontra-ran inscriptos por siempre en cada nacin en particular abri una primera fisura

    7 Bauer, 1979: 10 (la cita pertenece al prlogo a la segunda edicin).8 dem, p. 25.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 17

    en las versiones genealgicas de la nacin9. Pero si estas versiones organicistas y cuasinaturalistas eran rechazadas por la mayora de los miembros de la Segunda Internacional, la particularidad del anlisis de Bauer consiste en su nfasis en que, lejos de tratarse de un mero constructo ideolgico burgus, o un fenmeno real pero de importancia fundamentalmente tctica en tanto secundario frente al conflicto de clases, la conformacin de las comunidades de carcter nacional eran un hecho social (al decir de Durkheim), cuya emergencia provena de causas profundas que merecan ser indagadas desde el marxismo: El carcter nacional no es una explicacin, sino algo por explicar. Con la constatacin de la diferencia entre los caracteres nacionales la ciencia no ha resuelto el problema de la nacin, sino que slo lo ha planteado10. De esta manera asumi la problematicidad de la nacin como objeto de estudio, surgiendo de all su preocupacin por desarrollar una teora explicativa de lo nacional.

    El punto nodal de esta teora pasaba por concebir a la nacin como una trama diacrnica, en un desarrollo fundamentado sobre bases materialistas. En ella la existencia de la comunidad de carcter nacional no significa que los individuos de una nacin sean similares entre s, sino que sobre cada connacional actu la misma fuerza, siendo esta fuerza la historia de un grupo humano en su lucha por la existencia. As, la concepcin materialista de la historia puede comprender a la nacin como el producto jams finiquitado de un proceso que se opera per-manentemente, y cuya ltima fuerza motriz son las condiciones de la lucha del ser humano con la naturaleza, las transformaciones de las fuerzas productivas humanas, las modificaciones de las relaciones de trabajo humanas. Esta concepcin hace de la nacin lo histrico en nosotros11. Aunque Bauer no explcita en su libro la definicin de fuerzas productivas, su anlisis se resiste a una interpretacin eco-

    9 Palti, 2002: 10-11.10 Bauer, 1979: 27.11 dem, p. 131.

  • 18 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    nomicista. La ascendencia comn12 y fundamentalmente la conformacin de una comunidad de tradicin cultural (costumbres, usos, religin, etc.), son, segn este autor, las dos modalidades mediante las cuales la historia comn el determinante bsico se sirve para ser eficaz, y construir el carcter nacional.

    Queda conformado as un sistema que enfticamente coloca a la historia en comn como explicacin ltima del singular carcter de cada nacin. En el mis-mo, cada uno de los elementos que tradicionalmente se esgriman como signos de nacionalidad (territorio, ascendencia, lengua, costumbres, etc.), se ordenan jerrquicamente en un esquema que aclara la relacin de recproca dependencia entre ellos. De all se entiende la crtica de Bauer a las teoras sobre la nacin que enumeran sin sistematizar a esos elementos (el autor las denomina teoras emp-ricas). Finalmente, se trata de aproximaciones que slo describen formalmente, sin explicar, el fenmeno, con el agravante de que ese formalismo implica desco-nocer casos en los cuales no se presenta alguno de los elementos de la definicin de nacin que se considere13. De aqu se desprende tambin la crtica a la teora kautskiana del nacionalismo por lengua en comn14, ya que, para Bauer, la lengua es un elemento importante, pero no ms que un medio de la comunidad de comunicacin, parte a la vez de una comunidad de cultura.

    12 Bauer no rechaza de plano el componente biolgico para su explicacin de la nacin, sino las teoras de tipo determinista, que colocan una aptitud nacional ahistrica que deviene de una composicin gentica especial. Segn sostiene, son las condiciones de vida de los hombres (relaciones entre ellos y con la naturaleza), las que, tamizadas por un proceso de seleccin natural, dan lugar a una cierta composicin gentica que vuelve a re-actuar con lo social. De todas maneras, considera que es la comunidad cultural, y no la ascendencia comn, lo definitorio para la conformacin de una nacin. As, por ejemplo, una comunidad de ascendencia comn puede conformar ms de una nacin, y comunidades de diversa ascendencia natural fusionarse en una unidad cultural. 13 Bauer sigue tambin aqu la tradicional crtica al objetivismo que populariz Renan, aunque sin adherir a sus conclusiones: ante cada factor objetivo que se enuncie como esencial para la definicin, pueden citarse contraejemplos de naciones en los cuales el mismo no se presenta. Se sigue de aqu la distancia con respecto a la definicin objetiva de nacin de Stalin. 14 Kautsky cuyas posiciones fueron cuanto menos hasta 1914 dominantes en el campo socialdem-crata conceba a las naciones como un fenmeno burgus, cuya condicin material de posibilidad era contar con un mercado unificado, y cuyo principal instrumento era la lengua en comn.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 19

    Como se ve, comunidad es un concepto central de este anlisis, concepto de amplia difusin en el medio alemn y que Bauer toma, aunque con ciertos cam-bios, de la famosa obra Comunidad y Sociedad de Ferdinand Tnnies15. Mientras la sociedad (gesellschaft) se caracteriza por conformarse a travs de una vinculacin por normas exteriores (como la moral, el derecho, la lengua, etc.), la comunidad (gemeinschaft) surge por la accin duradera de una misma fuerza, el mismo modo de existencia o el mismo destino, transformndose en un vnculo intrnseco, y por lo tanto una voluntad esencial. En sus propias palabras, Yo veo la esencia de la sociedad en la cooperacin de los seres humanos bajo un estatuto exterior, y la esencia de la comunidad en el hecho de que el individuo, en cuanto a su ser espiritual y fsico, es producto de innumerables interacciones entre l y los dems individuos ligados en una comunidad, y por ende forma de manifestacin del carcter comunitario en el carcter individual16.

    En su ensayo Observaciones sobre la cuestin de las nacionalidades (1908), Bauer aclara que detrs de su libro subyaca la idea de basarse en una sociologa formal, que distinguiera las diferentes formas de asociaciones o instituciones socia-les que median entre el desarrollo de los procedimientos laborales y las relaciones de produccin con las manifestaciones concretas de la conciencia individual que, en rigor, son las manifestaciones empricas inmediatas de la historia17. Aunque la elaboracin de esta proyectada doctrina de las formas sociales finalmente no se concret, en el libro sobre las nacionalidades contamos sin dudas con un esbozo de la misma. Para Bauer, la nacin es la fundamental comunidad social en la que se manifiesta acabadamente el carcter social humano. Y esto se debe a que se trata de una comunidad de cultura cristalizada a partir de una historia en comn. Pero al mismo tiempo, la nacin es un fenmeno fluido reconfigurado constantemen-te en el presente. De esta manera en ella se conectan las dimensiones pasadas y contemporneas, el carcter histrico y las experiencias presentes18. Llegamos as a la definicin ltima de nacin: Nacin es un conjunto de seres humanos vin-

    15 Tnnies (1947) [original de 1887].16 Bauer, 1979: 134. Una definicin ms extensa se encuentra en Bauer, 1978c: 173-174.17 dem, p. 173.18 Vale la pena destacar la importancia de este punto de la teora baueriana, que puede relacionarse con la tensin entre pasado y presente sealada actualmente por Homi Bhabha para el espacio imaginario del pueblo. As, sostiene este autor, a partir de la tensin entre lo constatativo y lo performativo la nacin emerge a la vez como objeto y sujeto. Vase Bhabha, 2002, cap. 8.

  • 20 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    culados por una comunidad de destino (schicksallgemeinschaft) en una comunidad de carcter19. Y Comunidad no significa mera homogeneidad comunidad de destino no significa sometimiento a un mismo destino, sino vivencia comn del mismo destino, en permanente comunicacin y continua interaccin recprocas20. Por eso, la nacin se diferencia de otros conjuntos de carcter internacional como la clase social o profesin, determinadas por experiencias comunes (homogeneidad de destino) pero sin la misma densidad de comunicaciones e interaccin.

    FUNDAmENTOS DE LA NACIN

    Nos encontramos entonces con una aparente paradoja: mientras podramos afir-mar que el nfasis de Bauer en el concepto de comunidad de destino, conlleva una concepcin que al historizar sobre determinantes sociales a la nacin lo distancia de todo sustancialismo nacionalista (la historia en comn funciona como base de la conformacin de las naciones), su afirmacin de que las naciones son las formas de comunidad fundamentales en la mediacin entre las estructuras econmicas y el individuo, lo posiciona cercano a un formalismo apriorista que difumina el carcter histrico ya no de los especficos contenidos de cada nacin, sino de las formaciones nacionales en s 21. De hecho, en La cuestin de las nacionalidades se presenta un grandioso cuadro histrico en el cual desde el comunismo clnico germnico, hasta en el futuro socialista, la comunidad nacional ocupa un lugar primario como formacin social humana. Si bien Bauer no se ocupa de analizar otras formaciones precapitalistas fuera de aquellas que antecedieron a la nacin alemana de poca capitalista, pareciera que para l la comunidad nacional es un fenmeno transhistrico, sustentado en determinantes antropolgicos inmanen-tes, existente en el pasado remoto y cercano, y no un fenmeno emergente en el contexto de la modernidad y el desarrollo capitalista.

    Y es que efectivamente, para Bauer la nacin, no existe en virtud de un estatuto exterior, sino que por lgica, y no histricamente, preexiste a todo estatuto. No es casual que como nota a esta afirmacin Bauer cite a Max Adler, ya que puede inferirse que crea que la nacin era la formacin social en que se concretizaba en el

    19 Bauer, 1979: 142.20 dem, p. 121.21 Este punto es destacado por Mrmora, 1986: 203-204.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 21

    mbito cultural el ser social del hombre, un atributo constitutivo de la conciencia que Adler conceptualiz, en clave neokantiana, como a priori social (o sea, un atributo trascendental no histrico, sino condicin previa a la experiencia donde se sustenta la universalidad de la ciencia). De acuerdo con esto, Bauer agregaba que si bien la interaccin y cooperacin humana que da lugar a la ciencia se basa en normas necesarias (lo contrario lo hara recaer en una suerte de relativismo cultural radical), al pasar al mbito cultural nos encontramos con que estas normas son exteriores, ya que la humanidad en cuanto gnero no es una comunidad22. De all se sigue que el carcter social del hombre se presente en concreto en for-maciones de recproca interaccin general, y en su opinin la nacin, en cuanto comunidad de destino, era aquella en que esta estructura primaria se encontraba en su mximo grado de desarrollo.

    Sin embargo, es necesario aclarar que adems de historizar los concretos conteni-dos culturales de las naciones, Bauer reconoce diferencias cualitativas en las etapas histricas de las mismas, determinadas por las formaciones econmico-sociales del caso. Por otra parte, su anlisis destaca ejemplos de extincin o disgregacin, as como de unificacin o emergencia de comunidades nacionales, por lo que debe tenerse en cuenta que no adscriba a un evolucionismo organicista para explicar el desarrollo de cada nacin existente. Y pese a esto, si tanto la existencia como las caractersticas de las naciones concretas son, en cuanto precipitados histricos, contingentes, la forma social nacional parece presentarse, pese a todas sus variantes, como necesaria, por encontrarse fundamentada en el carcter social humano.

    Pero en qu consiste exactamente esta necesidad de la forma nacional para Bauer? Dado que este no poda desconocer la existencia de otras formaciones sociales en la historia, formaciones que incluso prevalecieron en determinados pe-rodos y espacios sin siquiera solaparse con aquellas que conceba como nacionales, resultaba imposible postular esta necesidad en trminos de efectiva universalidad histrica (cabe destacar, de todas maneras, que en La cuestin de las nacionali-dades no se analizan casos de este tipo). Nos referimos aqu, sobre todo, a las comunidades locales, mucho ms estrechas que una nacin, pero al fin y al cabo tambin plausibles de presentarse como comunidades de destino. En su libro, Bauer intent delimitar las diferencias entre estos dos tipos de comunidad, pero lo hizo en casos en que las comunidades locales se hallaban dentro de la nacin,

    22 Bauer, 1978c: 173.

  • 22 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    con tendencias hacia la autonomizacin tnica y cultural. De all que su solucin haya sido presentarlas como fases evolutivas hacia la nacin, bien sea por su final separacin y conformacin como naciones autonomizadas del tronco comn es el caso de los Pases Bajos, desgajados del cuerpo global de la nacin alemana, o por su integracin en unidades ms amplias (nacionales) a partir de un proceso en el cual el estrechamiento de vnculos culturales entre las clases dominantes con-forma una comunidad entre los cultos, embrin de la nacin que posteriormente incluir a las clases subalternas (aunque como veremos ms adelante, resulta crucial en la teora baueriana el nfasis en que esto nunca termina de darse del todo en una sociedad de clases). Siendo as, la nacin no podra confundirse con las ms estrechas comunidades locales que incluye, ya que estas ltimas jams forman una comunidad natural y cultural que se autodetermine y est determinada por su propio destino, sino que se hallan en estrecha comunicacin con la nacin global y por ende tambin estn determinadas por el destino de ella23.

    La necesidad de la forma nacional se concibe por tanto como una determi-nacin ontolgica del ser social. Pero esto no significa que las naciones deban presentarse en todo espacio y lugar, sino que slo mediante su existencia puede desarrollarse una caracterstica sustancial humana, como lo es para Bauer una cultura orgnica. O sea que, la condicin de posibilidad para la emergencia de una comunidad nacional como formacin social proviene de esta caracterstica sustancial. El problema de esta formulacin es que parece colocar como finalidad necesaria el desarrollo de un tipo de cultura que, de hecho, slo puede darse en comunidades ms amplias que las que caracterizan a las comunidades locales. Adems, desconoce la posibilidad de que otros tipos de comunidad ms amplias que las nacionales alcancen el mismo grado de organicidad, autodeterminacin e intercomunicacin interna, bajo un tipo de estructuracin, en cuanto comunidad, distinta a la nacional. As, no existira tampoco segn Bauer la posibilidad de superar el horizonte trazado por la forma nacional, siendo sta la consumacin final de la socializacin humana, ms all de que se den modificaciones en su contenido.

    23 Bauer, 1979: 142.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 23

    LA EmERGENCIA DE LAS NACIONES mODERNAS

    Hemos delimitado la tensin terica que presenta la formulacin baueriana entre, por un lado, la postulacin de races neokantianas de un a priori social humano que en cuanto fundamento antropolgico inmanente determina las condiciones de posibilidad para la conformacin de comunidades nacionales y, por otro lado, una perspectiva historicista no evolucionista que destaca la nece-sidad de que se presenten una serie de condiciones para que la forma nacional se efectivice. Es interesante destacar aqu que la posible resolucin hegeliana a esta tensin era rechazada por Bauer, quien crea que era preciso escapar de una versin historicista organicista (un desarrollo ya contenido en el germen) para defender una perspectiva materialista, donde la contingencia ocupaba un rol central, ya que en el destino de la nacin no domina ningn espritu universal racional que haga de lo racional un ente y del ente algo racional, sino la ciega necesidad de la lucha por la existencia24. As, la precondicin antropolgica que constituye la base de su explicacin, debe complementarse con una exposicin histrica que fundamente de qu manera pudo finalmente concretizarse una socializacin acabada bajo la forma de comunidades de destino nacionales. A esto debe sumarse que Bauer enfatiza la distincin cualitativa entre las formaciones nacionales premodernas su referencia es el comunismo clnico basado en la mera comunidad de ascendencia y la nacin moderna donde la integracin cultural no se encuentra determinada por factores biolgicos. De aqu se sigue, por tanto, la importancia que adquiere en su libro el esclarecimiento sobre el proceso de constitucin de las naciones. Y es en la exposicin de este proceso donde, segn nuestra interpretacin, encontramos los elementos ms penetrantes de la teora baueriana, relativizndose el peso de una crtica rpida por sus rasgos esencialistas crtica que, si se ha seguido nuestra exposicin, se ver no creemos de todas maneras injustificada.

    En La cuestin de las nacionalidades nos encontramos con abundantes pginas que ilustran la manera en que la evolucin econmico-social europea determin la conformacin de las primeras naciones modernas. As, Bauer destaca cmo, ya en el seno del feudalismo, se produjeron procesos de integracin (y diferencia-cin) cultural entre las clases dominantes, surgiendo las primeras comunidades lingsticas vinculadas por lenguas vernculas (en un principio de ninguna manera excluyentes). El desarrollo de la produccin mercantil y la economa dineraria,

    24 dem, p. 152.

  • 24 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    as como la progresin en la centralizacin estatal que se profundiza a partir de la baja Edad Media, seran las bases sobre las que se fundamenta este proceso. Ya ms adelante, el desarrollo capitalista, fundamentalmente a travs de la movilidad social y espacial, posibilita la ampliacin y profundizacin de las bases nacionales. En vnculo con esto, la consolidacin de los Estados genera estructuras burocrticas, sistemas escolares, ejrcitos, etc. que intensifican esta tendencia. Finalmente, indica Bauer, la democracia y el sufragio universal permiten la participacin de las masas en una cultura que cada vez ms se delimita en trminos nacionales.

    Esta explicacin sobre el proceso que sintetizamos brevemente por razones de espacio nos sorprende por su agudeza y profundidad, sobre todo si tomamos en cuenta la escasa y pobre literatura sobre el tema en el tiempo en que fue producido. As, segn Miroslav Hroch, uno de los ms importantes especialistas sobre los movimientos nacionales en Europa, Bauer fue el primero y en esto aventajara incluso a muchos tericos actuales sobre el tema en comprender la relacin entre el proceso de conformacin nacional y las transformaciones sociales generadas por el desarrollo capitalista25. Por eso, en nuestra opinin, aun reconociendo la tensin terica existente por el apriorismo defendido por Bauer, es posible una lectura que rescate su explicacin histrico social sobre las condiciones de posibilidad para el surgimiento de las naciones.

    Pero adems, segn lo visto hasta aqu, la teora baueriana sobre la nacin permite vislumbrar otro aspecto relevante sobre la emergencia de las naciones que forma parte de uno de los principales debates actuales sobre el tema. As, el distanciamiento de Bauer de todo sustancialismo evolucionista, fundado en su insistencia sobre el carcter cambiante de los contenidos de las comunidades de destino, y donde la contingencia histrica es el sustrato sobre el cual se fundamen-ta la existencia nacional, se articula con un vivo inters por indagar el complejo proceso a partir del cual las formaciones prenacionales se transforman en naciones. Segn su punto de vista, entonces, si bien no existira ninguna necesariedad en los procesos de integracin y disgregacin que llevan a la conformacin de una nacin en concreto, slo analizando el modo en que la historia (concebida en forma materialista, como el resultado de una serie discontinua) conform un determinado precipitado, una determinada configuracin nacional, se com-prenden tanto sus especficos contenidos como las razones de su existencia. De

    25 Hroch, 1993: 11.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 25

    all que su teora, se nos presenta como un antecedente fundamental de aquellas que actualmente remarcan la importancia de analizar el proceso de formacin nacional e identidades nacionales en relacin con ciertas precondiciones dadas por la existencia de un pasado en comn. Esta posicin denominada generalmente primordialismo, y que se estableci en oposicin al modernismo, abriendo uno de los ms vigorosos debates dentro del campo de estudios sobre las naciones y el nacionalismo rechaza la idea de mera continuidad o evolucin; pero aun reconociendo el carcter moderno de las naciones, cuyo surgimiento implicara la conformacin de comunidades cualitativamente distintas a las de su pasado premoderno, se pregunta sin embargo sobre por qu fueron concretamente slo algunas las que lograron constituirse con xito26.

    LA NACIN COmO PROyECTO

    Una vez definida la nacin como comunidad de destino, y explicadas las con-diciones que posibilitaron su emergencia en su forma moderna, Bauer intenta demostrar porqu, en verdad, sta es an una realidad contradictoria e inacabada, trabada en su posible devenir de comunidad totalizadora. Es que para l, de hecho, el proceso de conformacin de las naciones modernas se encontraba limitado por el mantenimiento de la explotacin y la estructuracin en clases propias del capitalis-mo. Desde este punto de vista argumentaba que, si bien el crculo que participaba en la cultura nacional se haba ampliado cada vez ms desde su primera existencia bajo la forma de cultura de la nobleza y burguesa feudales, an a comienzos del siglo XX esta cultura continuaba siendo en el fondo la de las clases dominantes, ya que las grandes masas no pertenecen a la nacin, que nicamente puede ser comprendida como comunidad cultural, sino que slo son las tributarias de la na-cin, en cuya explotacin descansa, por supuesto, el soberbio edificio de la cultura nacional, del que a su vez siguen estando excluidas27. Si la explotacin econmica impeda la plena integracin de las clases trabajadoras a la comunidad cultural

    26 El nombre de primordialismo fue acuado por Anthony Smith (tal vez el especialista sobre naciones y nacionalismos ms prestigioso en la actualidad) para describir una posicin crtica frente a las teoras modernistas que dominaron el campo a partir de la dcada de los 80. Segn Smith, el problema del modernismo es que, en su afn por invertir los argumentos clsicos de los nacionalistas, desconocen la relevancia de las tradiciones y herencias preexistentes sobre las que opera el nacionalismo moderno. 27 Bauer, 1979: 67.

  • 26 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    nacional, tambin lo impeda la necesidad de las clases dominantes de defender esa explotacin; por eso, segn Bauer, si bien instituciones como la escuela y el ejrcito implicaban una nacionalizacin de las masas, su carcter conservador al mismo tiempo relegaba a las mismas de la posesin de la alta cultura espiritual. Lo mismo ocurra, en su opinin, con la democracia, el amor juvenil de la burguesa y el miedo de su senectud, retaceada de mil maneras ya que poda convertirse en instrumento de poder para las clases subalternas. De aqu se extraa, entonces, un programa que sorprendentemente, y distancindose de toda una tradicin del pensamiento marxista, vinculaba la crtica al capitalismo y la lucha por la demo-cratizacin con el desarrollo de las culturas nacionales. En esta concepcin, slo el socialismo permitira que las clases subalternas aseguraran la satisfaccin de sus necesidades vitales inmediatas, tuvieran tiempo de ocio, contaran con una verda-dera educacin formativa, etc.; tambin all se dara por primera vez una plena autonoma y la posibilidad de una voluntad colectiva conciente realizndose en la historia, por lo cual se producira, en contra de la opinin marxista convencional, una creciente profundizacin y delimitacin de las diferencias nacionales.

    Segn Bauer los partidos socialdemcratas deban defender por tanto una posi-cin en la cual las luchas sociales se articularan con el objetivo de integracin interna de la nacin. Esta poltica, que denominaba evolucionista-nacional tendra por objetivo tanto una ampliacin de la democracia (igualdad en el sufragio, libertad de prensa, reunin y asociacin, etc.) como las mejoras educativas y econmicas, diferenciando y oponindose a aquella orientacin conservadora nacional que slo intentaba conservar la peculiaridad nacional para mantener el orden social existente. De esta manera, se profundizara el proceso de conformacin nacional al irse ampliando la participacin de las clases subalternas en la cultura nacional, propiedad por el momento de las clases poseedoras.

    A pesar de la innegable originalidad y agudeza poltica de este nfasis de Bauer sobre la necesidad de articular la lucha por la apropiacin de la cultura nacional con las tradicionales reivindicaciones socialdemcratas, debe sealarse que resultaba una conclusin derivada de algunos presupuestos que consideramos sumamente controversiales. As, por ejemplo, se sostiene la idea de superioridad de una alta cultura nacional que no es problematizada en ningn momento (muchos pasajes del libro dejan traslucir que el trmino alta cultura no slo se atribuye por su mayor amplitud y autodeterminacin en relacin con las culturas locales, sino tambin de modo valorativo). Pero ms importante, tampoco se problematiza el hecho de

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 27

    que la cultura nacional se encuentra cruzada por relaciones de poder y dominacin, lo cual hubiese obligado a plantear de manera mucho ms compleja que mediante la lucha por la apropiacin su vnculo con las clases subalternas. Sin embargo, en su afn por destacar el hecho de la exclusin del goce de la alta cultura nacional por parte de las clases explotadas, y de polemizar contra las posiciones marxistas que slo vean a la nacin como un instrumento de dominacin burguesa, Bauer eludi tratar la funcin de articulacin social de la nacin en el capitalismo, fundamentada justamente en una integracin y cohesin de todas las clases de la sociedad, sea como individuos o colectivamente como sujetos subalternos. Nos referimos al hecho, acertadamente remarcado por Mrmora, de que una de las principales caractersticas de la nacin es la de conformarse como un sistema de hegemona 28.

    En realidad, podra decirse que este problema se vincula con la concepcin de Bauer sobre la categora de comunidad, la cual, como ya vimos, se conceba en trminos de horizontalidad y reciprocidad. Por eso, las relaciones verticales de do-minacin slo podan ser externas a la misma. La lucha de clases apareca entonces articulada a la nacin slo en el sentido de que era necesario lograr que la comunidad nacional se ampliase y profundizara. De todas maneras es preciso aclarar, para evitar el anacronismo, que esta oposicin entre las relaciones de dominio y reciprocidad eran el terreno conceptual propio del contexto de produccin de Bauer. Justamente, uno de los aportes fundamentales de la posterior obra gramsciana sera reformular ese campo, planteando por primera vez el carcter contradictorio del proceso de integracin y dominacin al que precisamente alude el concepto de hegemona, y que en nuestra opinin es una dimensin crucial del fenmeno nacional.

    LA CRTICA AL SUBjETIvISmO

    Adems del sustancialismo en su forma materialista o espiritualista, en el contexto de elaboracin del libro de Bauer exista otra teora que contaba con numerosos adherentes. Nos referimos al denominado subjetivismo, teora que incluso reconociendo la necesidad de que se presentasen algunos factores obje-tivos en que basarse, insista en que lo distintivo de la nacin era la conciencia o voluntad comunitaria. En su famoso texto Qu es una nacin?, Ernest Renan

    28 Mrmora, 1986: 172-187.

  • 28 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    sintetizaba esta posicin: Una nacin es, pues, una gran solidaridad constituida por el sentimiento de los sacrificios que se han hecho y de los que an se est dispuesto a hacer. Supone un pasado, pero se resume, sin embargo, en el presente por un hecho tangible: el consentimiento, el deseo claramente expresado de con-tinuar la vida comn. La existencia de una nacin es (perdnenme la metfora) un plebiscito de todos los das29.

    En su libro, Bauer divida a las teoras subjetivistas en dos lneas: una psicolgico-intelectualista, que encuentra en la conciencia de copertenencia y de diversidad de un grupo lo que distingue y constituye a una nacin; otra, psicolgico-voluntarista, y cuyo mximo exponente sera el mismo Renan, que localiza los fundamentos de la nacin en la voluntad de unidad y libertad poltica. Bauer criticaba ambas lneas, ya que no explicaran porqu se es conciente de pertenecer o se tiene la voluntad de unin a cierto grupo determinado; y especficamente al voluntarismo porque no dara cuenta de aquellos casos en que la voluntad de unidad poltica no se corresponde con criterios nacionales.

    La primera objecin descansa en la comprobacin de que, a pesar de la im-portancia que pudieran tener los factores subjetivos para la existencia nacional, stos no se dan sobre el vaco, sino sobre una concreta historia que delimita las fronteras, contenidos y alcances de la comunidad nacional. Pese a lo atinado de esta crtica, debe remarcarse aqu que Bauer la fundamentaba en una concepcin sobre la nacin en la cual, en su lmite, la existencia nacional no dependera de la conciencia subjetiva, ya que los individuos podran encontrarse determinados por la cultura nacional sin necesidad de tener conciencia de copertenencia o voluntad de unin con los connacionales. Esta sorprendente posicin, era necesaria para fundamentar su ya mencionada conviccin acerca de la existencia de naciones (bajo la forma de comunidades de ascendencia) en el perodo premoderno. Pero aun si, como argumentramos anteriormente, este aspecto de su teora puede relativizarse debido a que al mismo tiempo se seala la abrupta diferencia cua-litativa y discontinuidad entre este tipo de comunidades de destino y la nacin moderna una de cuyas caractersticas fundamentales es justamente la aparicin de una conciencia de pertenencia, debida a una serie de experiencias entre las que

    29 Renan, 2000: 65. Una lectura atenta de este texto clsico complejiza su comn adscripcin a un simple voluntarismo. Vase Palti, 2002: 67-84.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 29

    se destacan la mayor densidad de comunicaciones y el contacto con extranjeros, no puede dejar de sealarse que implica un serio dficit, en nuestra opinin el ms importante del libro.

    Es necesario sin embargo precisar que esta falencia de la teora baueriana slo se nos presenta tan claramente debido a la importancia que adquiere el carcter identitario en las concepciones contemporneas sobre el fenmeno nacional. En este sentido se han orientado trabajos ya clsicos, como los estudios de Anthony Smith sobre las identidades nacionales o los de Benedict Anderson, en los cuales se enfatiza el carcter imaginado de la nacin. Incluso se podra afirmar que gran parte de los debates actuales se centran en la discusin sobre el carcter de las representaciones de la nacin. En el contexto de produccin del libro de Bauer, en cambio, an se operaba con categoras como conciencia, voluntad, etc., sus-tentadas sobre una concepcin de las subjetividades muy alejada de aquella que ya ms avanzado el siglo XX, con el desarrollo de las teoras sobre las ideologas e imaginarios, llegara a convertirse en un punto de partida casi ineludible dentro de las ciencias sociales. Debemos por tanto tener presente nuestra distancia con los horizontes conceptuales en los cuales se inscribe la concepcin baueriana, antes de realizar una crtica apresurada.

    As y todo, cabe destacar que en su libro Bauer establece una relevante diferen-ciacin entre formar parte de una nacin, tomar conciencia de esa pertenencia, y el sentimiento que en general acompaa a esa conciencia. Para l, la conciencia nacional nace primariamente del contacto con medios y personas extraas a la nacin, y el sentimiento nacional del displacer que se siente generalmente ante el choque con elementos extraos al propio sistema de representaciones, determinado nacional-mente. De esta manera, podemos afirmar que mientras el primer punto colocara a Bauer en una antigua problemtica de la conciencia, el segundo lo acerca a una perspectiva ampliamente compartida en la actualidad, segn la cual la identidad se establece como una funcin relacional, en tanto diferencia respecto a un otro.

    Continuando con los argumentos de Bauer, luego de presentar esta objecin general al subjetivismo, intenta refutar su especfica variante que liga la existencia nacional a la voluntad de unidad poltica. Para esto, expone los casos de naciones que tienen por voluntad pertenecer a colectividades ms amplias (por ejemplo, miembros de algunas minoras en Estados multinacionales) y de miembros de naciones que, divididos en varios Estados, no desean la unificacin nacional bajo un mismo cuerpo poltico (como el caso de muchos alemanes en Austria). Aqu

  • 30 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    Bauer critica aquello que desde el siglo XIX fuera conocido como principio de nacionalidad: todo grupo nacional deba contar con su propio Estado, y cada Estado abarcar una sola nacin.

    Sin dudas, La cuestin de las nacionalidades tena como objetivo poltico explcito fundamentar la poltica de la socialdemocracia austraca a favor de la autonoma cultural, y contra la separacin, de las minoras nacionales del Imperio Habsburgo. Sobre todo intentaba atacar a las tendencias separatistas de los checos la minora ms importante en la zona austraca del imperio, que se desarrollaban incluso entre algunos socialdemcratas de esa nacionalidad. Esto no dejaba de tener consecuencias para la misma organizacin, ya que los sindicatos de zonas con mayora checa comenzaron a sostener la necesidad de contar con una central propia, poniendo en crisis la unidad sindical30, e incluso la unidad partidaria.

    El partido logr capear esta situacin y sobrellevar las disidencias dando lugar a una solucin de equilibrio que impidi el disgregamiento. Pero de todas maneras, se trataba de un equilibrio inestable. Si la revolucin rusa de 1905 haba abierto una primera fisura del slido consenso poltico e ideolgico que haba caracterizado al movimiento austriaco, luego del triunfo socialdemcrata en la conquista de los objetivos de ampliacin democrtica de 1907 finaliz una etapa de estrecha colabora-cin y unidad. En aquel contexto, la intervencin de Bauer a favor de la autonoma cultural de las nacionalidades y del mantenimiento del Estado multinacional no haca ms que fundamentar la lnea hegemnica del partido. As, en gran parte de La cuestin de las nacionalidades se destaca la preocupacin por analizar los problemas concretos de las nacionalidades del imperio, la organizacin y la tctica socialdemcrata bajo esta posicin31. Pero antes de repasar las conclusiones prcticas

    30 Un claro ejemplo de este conflicto se registra en 1907, cuando durante el Congreso Internacional de Sindicatos Obreros, el lder socialdemcrata checo Antonin Nemec (1858-1926) desconoci la censura a su posicin separatista. 31 Pero rpidamente, el clima de inestabilidad llev a Bauer a un paulatino distanciamiento de lo defen-dido en su libro. Segn comenta en su prefacio a la segunda edicin de la obra (1924), la orientacin reaccionaria y expansionista del imperio Habsburgo, que se plasm en la anexin de Bosnia y Herzegovina en 1908, agrav los conflictos nacionales, y volvi cada vez ms difcil el compromiso con un Estado menos proclive a conceder reformas necesarias para evitar un estallido que pareca cada vez ms cer-cano. Segn Bauer, su cambio de posicin a favor de la autodeterminacin nacional volvi rpidamente anacrnico el objetivo poltico de La Cuestin de las nacionalidades, pero no implic la necesidad

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 31

    de este anlisis, nos interesa ver cmo este particular contexto y el posicionamiento de Bauer en el mismo, incidieron sobre algunos aspectos de su sistema explicativo, dejndonos comprender mejor ciertos nfasis, elusiones y tensiones de su teora.

    En este sentido, destacamos dos aspectos. En primer lugar, el hincapi de Bauer en definir a la comunidad nacional sobre todo como una unidad cultural, deslin-dndola en gran parte de sus connotaciones polticas, se relaciona con el trazado de una firme diferenciacin entre sta y el Estado, subestimando la importancia de los factores polticos para la constitucin de un cuerpo nacional. Para Bauer, el Estado es en realidad una forma de sociedad, un tipo de unin basado en normas exterio-res. Conceptualmente, el mismo no requiere de la nacin para fundamentarse, e histricamente, la conformacin de los Estados modernos en Europa habra sido independiente del principio nacional: la soberana poltica, unificada y fundamen-tada en el concepto de pueblo, es por tanto diferente a la de comunidad nacional. Aun cuando puedan solaparse, no existe un vnculo necesario entre pueblo soberano y nacin: el Estado multinacional puede entonces ser perfectamente sustentable, e incluso lo ms conveniente para aquellas minoras que se encontraran con graves dificultades econmicas, y con la imposicin de condicionamientos polticos por parte de las grandes naciones, si tuvieran un Estado propio.

    En relacin con estos argumentos, muchos tericos actuales del nacionalismo (por ejemplo Anthony Smith), estaran de acuerdo con que los conceptos de Estado y nacin no deben confundirse, ya que los Estados no son comunidades nosotros agregaramos, siguiendo a Gramsci, que esta diferenciacin conceptual no debera de todos modos implicar el desconocimiento de la relacin entre la sociedad civil y el Estado, aunque la discusin con la concepcin weberiana del Estado nos llevara aqu demasiado lejos. Otros incluso confirmaran la idea de que el separatismo poltico en los Estados multitnicos se debe al ideolgico lase errneo y peligroso criterio nacionalista de que debe existir un vnculo necesario entre ethnos y Estado (por ejemplo, Hobsbawm). Ninguno, en cambio, desconocera que un grupo tnico se diferencia de una nacin justamente por el hecho de que esta ltima implica, adems del concepto de comunidad cultural, un tipo de identidad poltica que determina

    de cambios sustantivos en la teora sobre la nacin all desplegada. Crea firmemente que aquel libro mantena su ncleo de verdad, y por lo tanto, luego de criticar sus conclusiones polticas, era posible seguir sosteniendo sus fundamentos tericos sin cambios. Esperamos que la lectura de este artculo sirva para demostrar que en verdad esta afirmacin oculta un problema mucho ms complejo.

  • 32 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    una serie de creencias, motivaciones y acciones vinculadas al poder poltico. Como ya destacara Weber, Siempre el concepto de nacin nos refiere al poder poltico y lo nacional si en general es algo unitario es un tipo especial de pathos que, en un grupo humano unido por una comunidad de lenguaje, de religin, de costumbres o de destino, se vincula a la idea de una organizacin poltica propia, ya existente o a la que se aspira y cuanto ms se carga el acento sobre la idea de poder, tanto ms especfico resulta ese sentimiento pattico32.

    El segundo aspecto que quisiramos destacar es la relevancia que adquiri para Bauer explicar el origen del surgimiento de los nuevos movimientos nacio-nalistas que, como en el caso checo, comenzaban a luchar por la constitucin de un Estado propio. En su opinin, la novedad de los reclamos de estos grupos se deba a un proceso preliminar de conformacin nacional que se fundamentaba en el aumento de la movilidad social e intercomunicacin en diversas regiones de Europa central. Pero all, a diferencia de Europa occidental, las clases detentadoras del poder poltico no cumplieron un papel relevante, ya que estaban sumamente comprometidas con la cultura de sus dominadores imperiales. A partir de las transformaciones sociales que se producan, fueron entonces los sectores medios (maestros de escuela, el bajo clero, pequeos funcionarios, etc.), y sobre todo la intelectualidad, los que originaron un movimiento a favor de la recuperacin de una tradicin cultural largamente olvidada. Este desarrollo, que en el caso checo comienza en la primera mitad del siglo XIX, se profundiza debido a que estos sectores encuentran en el Estado y los sectores dominantes a un grupo que man-tiene una cultura vista ahora como fornea. Finalmente, esta cultura tradicional reconfigurada ampla su crculo hacia los sectores subalternos, dndose entonces el despertar de los pueblos sin historia33. As, destaca Bauer, Todas las contradic-ciones sociales dentro del pas aparecen como contradicciones nacionales, porque

    32 Weber, 1998: 367. En esta lnea de anlisis se encuentra el agudo trabajo de John Breuilly. En su libro ms importante sobre el tema, este autor sostiene que en verdad es necesario enfocar el problema del nacionalismo como una forma de poltica que se basa en la apelacin a la existencia de ciertas caractersticas naturales no polticas sobre las que se legitima la necesidad de un Estado propio. Puede adems verse su crtica al enfoque de Bauer en Breuilly, 1990: 341-343. 33 El rtulo de pueblos sin historia (un trmino de races hegelianas) haba sido acuado por Engels para criticar a los movimientos nacionales de los eslavos centroeuropeos que en su opinin no tenan razn de ser, ya que se trataba de poblaciones en vas de ser absorbidas por otras ms desarrolladas. Existe un excelente estudio sobre este tema en particular de Rosdolsky (1980).

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 33

    las clases dominantes hace tiempo se han vuelto alemanas. El odio enardecido que emerge bajo el signo omnipotente de la inmensa convulsin econmica contra los burcratas, la nobleza y la clase capitalista tena que aparecer, necesariamente, como odio de los checos contra los alemanes; si las masas de abajo haban tomado conciencia de s mismas y se crean tanto como los ricos y poderosos, esto tena que conducir a que se contrapusiera a la nacionalidad alemana la checa, al idioma seorial alemn, el idioma popular checo como equivalentes34.

    Ahora bien, esta explicacin nos parece uno de los puntos ms altos del libro de Bauer. Sorprende, por otra parte, su proximidad con elementos nodales del trabajo de Miroslav Hroch sobre los movimientos nacionales en centroeuropa. De hecho, este autor propone una periodizacin en tres fases que coincide en gran parte con la caracterizacin que acabamos de sintetizar, y sobre todo, destaca de manera casi idntica que adems de la importancia de la intensificacin de la movilidad social y la comunicacin, el xito de la agitacin nacional sobre las masas se debi a la articulacin de las tensiones y conflictos sociales y polticos con las diferencias lingsticas (y a veces religiosas)35.

    EL PROGRAmA DE LA SOCIALDEmOCRACIA AUSTRACA PARA LAS NACIONALIDADES

    Si muchos elementos de la teora de Bauer nos sorprenden, tampoco dejan de hacerlo sus conclusiones prcticas. Sin embargo, gran parte de las mismas no fueron el resultado de una elaboracin propia, ya que las extrajo del trabajo pre-cedente de Karl Renner36, el otro autor austromarxista especialista en el problema nacional. Renner haba publicado ya varias obras, entre las que se destacan Estado y Nacin (1899) y El combate de las nacionalidades austracas por el Estado (1902), donde desde el punto de vista de la sociologa y teora del derecho, defenda la

    34 Bauer, 1979: 215.35 Puede verse una exposicin detallada y ejemplificada de estos argumentos en Hroch (1985); o bien en forma ms sinttica en el artculo de Hroch (1993).36 Miembro prominente del austromarxismo, Renner tuvo una dilatada carrera dentro del partido so-cialdemcrata austraco. En 1907 fue elegido diputado, y durante la primera guerra se convirti en el lder del ala derecha socialpatriota. En 1918, luego de la disgregacin del Imperio, fue Canciller de la Repblica Austraca en el gobierno de coalicin de los socialdemcratas y socialcristianos. Pasado un perodo de escasa actividad durante los 30, fue elegido Presidente de la Repblica luego de la segunda guerra, cargo que ejerci hasta su muerte en 1950.

  • 34 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    frmula de la autonoma nacional personal como solucin a los conflictos que enfrentaba el Estado multitnico. Segn Renner, el derecho a la autodetermina-cin nacional en trminos de separacin poltica era insostenible, ya que resultaba imposible determinar el sujeto jurdico al cual le incumba. El problema era que el Estado se encontraba organizado de manera centralista-atomstica, lo cual significa que slo reconoca dos instancias: por un lado, los individuos, y por el otro, el pueblo, en cuanto fuente de soberana indivisible. Justamente, una de las caractersticas del Estado moderno haba sido la abolicin de los organismos intermedios como fuente de derecho. En el caso austraco, adems, se daba una complejsima situacin debido al emplazamiento no delimitado de los distintos grupos tnicos. Por eso, en su opinin, la solucin no poda pasar por un princi-pio nacional territorial. El principio personal, en el cual los individuos podran elegir voluntariamente su adscripcin nacional, tal cual sucede con la pertenencia a una determinada religin, era entonces la nica forma de evitar un permanente conflicto por los derechos culturales.

    Segn Renner, este principio se aplicara de todas maneras en vnculo con el territorial. Su propuesta consista en la divisin, lo ms precisa posible del Impe-rio en distritos nacionalmente homogneos. Estos distritos contaran con amplia autonoma en cuestiones culturales y llevaran adelante la administracin general. En el caso de los distritos nacionalmente heterogneos, las asociaciones nacionales seran las responsables de las funciones culturales. De esta manera, podran dividirse las funciones segn dos lneas: por un lado, los distritos regidos por el principio territorial cumpliran con las funciones administrativas estatales locales sin vincula-cin con cuestiones nacionales; por el otro, los distritos nacionalmente homogneos y las asociaciones pertenecientes a la misma nacionalidad que se encontraban en distritos heterogneos, contaran con una representacin en un concejo propio, reconocindole el Estado funciones como el cobro de impuestos sobre los miembros de su nacin con fines culturales. Renner caracterizaba esta propuesta como un sistema dual que divida tajantemente las cuestiones polticas estatales de las cultu-rales nacionales: debemos dividir en dos las actividades del Estado, separando los problemas nacionales de los polticos. Debemos organizar a la poblacin de manera doble; primero sobre las lneas de nacionalidad, y en segundo lugar en relacin con el Estado, y en cada caso en unidades administrativas de diversa forma37.

    37 Springer (seudnimo de Karl Renner), citado en Kogan, 1949: 214.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 35

    Siguiendo estas ideas, Bauer argumentaba en su libro que la socialdemocracia deba luchar por desarticular el ordenamiento centralista-atomstico del Estado, culpable de que las aspiraciones culturales de las minoras nacionales se transfor-masen en abiertos conflictos polticos: La organizacin centralista-atomstica, que hace inevitable la lucha nacional por el poder, es por eso intolerable para el proletariado. La primera exigencia de una poltica constitucional proletaria en el estado de las nacionalidades es el reclamo por una organizacin tal que en ellas las naciones no estn obligadas a pelear por el poder dentro del estado. () El poder de las naciones de satisfacer sus necesidades culturales debe estar asegurado legalmente para que la poblacin no est ya obligada a estructurarse en partidos nacionales, para que el conflicto nacional no haga imposible la lucha de clases38. Para Bauer, las aspiraciones nacionales eran fundamentalmente de carcter cultural. Si desde el punto de vista de las clases subalternas, eran tambin sociales y polticas, por ser integradas al cuerpo de la nacin dejando de ser meras tributarias de la misma, lo eran ms bien en contra de las clases dominantes de su propia nacin; y como es evidente, esta lucha no poda ser dirigida por los grupos nacionalistas, ya que estos de ninguna manera perseguan ese objetivo, sino simplemente apoyar un proceso de separacin poltica que liberara a su nacin del dominio externo, pero que consolidara a una nueva clase dominante verncula. Era necesario, por tanto, que la socialdemocracia, movimiento que bregaba por la superacin de la sociedad de clases, y con ello por la real integracin de las masas a la nacin, defendiese un programa para la organizacin del Estado multitnico que evitara la transformacin de las reivindicaciones sociales de las minoras nacionales en una lucha por los derechos culturales en contra de la nacin dominante como un todo, ya que esta ltima inclua tambin sus propias clases explotadas. De lo que se trataba, en fin, era que primara la solidaridad de clase sobre las luchas nacio-nales, a fin de evitar la hegemona de los grupos nacionalistas sobre los sectores subalternos de su propia nacin.

    Por supuesto, esta posicin implicaba tambin una frrea defensa en contra de las tendencias separatistas en el seno del partido. Dado que el Estado multinacional era perfectamente viable si se consegua que se rigiese por el principio de personalidad para las cuestiones culturales, no exista motivo para que la socialdemocracia se disgregase. Pero como el propio Bauer reconoci unos pocos aos despus, este

    38 Bauer, 1979: 307.

  • 36 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    programa result impracticable, y el principio de la autonoma nacional personal qued totalmente olvidado, como una rareza arqueolgica en un mundo regido indiscutidamente por los Estados nacionales.

    A pesar de todo, nos encontramos con que en la actualidad diversos trabajos comienzan a reivindicar la importancia de este antecedente para las teoras sobre el multiculturalismo. Por ejemplo, Ephraim Nimni sostiene que si el multicul-turalismo contemporneo se caracteriza por la inclusin, el reconocimiento, y la representacin de sectores sociales tnicamente diversos en una misma unidad poltica, con seguridad no es equivocado ver a Bauer y Renner como precursores del mismo39. Para este autor, el principio de la autonoma personal tiene como ventaja sobre el territorial el hecho de que, como muestra la experiencia, las fronte-ras territoriales siempre crean minoras y mayores posibilidades de discriminacin tnica; adems, el principio de personalidad supera la necesidad de protecciones especficas para las minoras, ya que en todos los casos asegura que estas no estn sujetas a las mayoras en cuestiones culturales, gracias a que cuentan con sus propias organizaciones transterritoriales, con un estatus de corporacin pblica.

    Estemos o no de acuerdo con esta posicin, lo cierto es que aqu, como en tan-tos otros casos que se discutieron anteriormente, el trabajo de Bauer surge como una estimulante lectura que nos permite reflexionar sobre diversos aspectos de los problemas nacionales que an hoy continan debatindose, en una mirada de visiones en pugna que conforman un vastsimo y complejo campo.

    CONCLUSIONES

    Luego de este recorrido en el que analizamos los elementos ms importantes de la teora sobre la nacin expuesta por Bauer, quisiramos concluir destacando la re-levancia de la misma en el contexto de las diversas aproximaciones que se ensayaron para comprender este fenmeno ambivalente y elusivo. Es que de hecho, adems de haber sido el estudio ms penetrante sobre este difcil terreno dentro de la tradicin marxista en el perodo de la Segunda Internacional, y probablemente tambin en comparacin con el resto de las investigaciones producidas desde otras perspectivas

    39 Nimni (1999: 291). Una posicin similar se defiende en Roach (2004). Vale la pena destacar, por otra parte, que el mismo Nimni fue el editor de la primera versin inglesa completa del clsico de Bauer, en el 2000.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 37

    polticas y tericas antes de la primera guerra, la lectura de Bauer nos permite vislum-brar aspectos que siguen siendo sustanciales desde una aproximacin actual al tema. As, resulta difcil sobreestimar la profundidad del concepto baueriano de comunidad de destino, que como vimos permite remarcar el carcter fluido, de reconfiguracin permanente de la nacin, al tiempo que muestra la consistencia de la misma en tanto hecho social que articula en una particular precipitacin su historia, presente y proyeccin futura. Hemos destacado, sin embargo, algunas inconsistencias y elu-siones del concepto. As, su fundamento en una firme oposicin entre las categoras de comunidad y sociedad implica una desestimacin de los efectos de integracin y hegemona social que conlleva la nacionalizacin de los sectores subalternos. Por otra parte, criticamos el nfasis de Bauer en definir a estas comunidades de destino en trminos estrictamente culturales, perdindose de vista los rasgos polticos de la nacin, y desvinculando a esta ltima de sus relaciones con el Estado. Finalmente, tambin subrayamos la necesidad de integrar en esta concepcin las dimensiones identitarias e imaginarias puestas en juego en el fenmeno nacional.

    En nuestra opinin, y pese a la tensin causada por la bsqueda de los fun-damentos antropolgicos de las naciones, Bauer propone una profunda y aguda explicacin para el surgimiento de las naciones modernas, que sin dudas puede concebirse como antecedente de algunas de las perspectivas actuales. Pero es sobre todo en su anlisis sobre la emergencia y desarrollo de las naciones sin historia donde encontramos uno de los ms destacables aspectos de su libro. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que esta explicacin fue pensada para el especfico caso de las naciones centroeuropeas, y que la teora de Bauer no fue producida con la pretensin de cubrir otros casos. La expansin del principio nacional y la consti-tucin de naciones en todo el globo durante el siglo XX obligan en cambio a que las teoras actuales tengan que poner a prueba sus premisas en una interminable variedad de casos sumamente dismiles.

    Por ltimo, intentamos explicar los vnculos entre la teora de Bauer y el comple-jo contexto en el cual fue producida. Aunque las propuestas con las que concluye La cuestin de las nacionalidades no provinieran de una elaboracin propia, es evidente que la coherencia y concatenacin lgica de los argumentos y conceptos presentados, as como las tensiones, elusiones y aporas que producen, slo son comprensibles teniendo en cuenta los objetivos prcticos que se pretenda tuvieran por efecto. Aqu, donde tal vez menos habra cabido esperar una reivindicacin sobre la posible actualidad del texto, nos encontramos con el rescate del princi-

  • 38 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    pio de personalidad nacional, un principio considerado utpico en su tiempo, y largamente olvidado en un mundo dominado por la lgica incontestable de los Estados nacionales. Y ms all que coincidamos o no con esta lectura, parece irnico concluir un artculo que abrimos con el comentario sobre la subvaloracin o desconocimiento de la importancia del trabajo de Bauer por parte de la mayora de los especialistas sobre naciones y nacionalismos, comentando su actualidad para el examen de la apremiante realidad o visualizacin de la misma de las migraciones, minoras subalternas, conflictos interculturales, etc. que urden la trama sobre la que debe pensarse el problema nacional en el presente.

    BibliografaaGnElli, arduino (1977): Socialismo e problema delle nazionalit in Otto Bauer, en: AAVV, Storia

    del marxismo contemporaneo, vol. 2, Miln, Fon-

    dazione Giangiacomo Feltrinelli, pp. 97-127.

    andErson, bEnEdict (1993): Comunidades imagi-nadas. Reflexiones sobre el origen y la difusin

    del nacionalismo, Buenos Aires, FCE.

    armstronG, john (1982): Nations before nationalism, Chapel Hill, University of North Carolina Press.

    avinEri, shlomo (1991): Marxism and nationa-lism, Journal of Contemporany History, vol. 26,

    N 3-4, pp. 637-657.

    bauEr, otto (1978a): El camino del poder, en: Karl Kautsky, La revolucin social. El camino del

    poder, Mxico, Cuadernos de Pasado y Presente

    N 68, pp. 292-303.

    bauEr, otto (1978b): El obrero y la nacin, en: AAVV, La Segunda Internacional y el problema na-

    cional y colonial (Segunda Parte), Mxico, Cuader-

    nos de Pasado y Presente N 74, pp. 248-258.

    bauEr, otto (1978c): Observaciones sobre la cues-tin de las nacionalidades, en: AAVV, La Segunda

    Internacional y el problema nacional y colonial

    (Segunda Parte), op. cit., pp. 172-185.

    bauEr, otto (1979): La cuestin de las nacionalida-des y la socialdemocracia, Mxico, Siglo XXI.

    bhabha, homi (2002): El lugar de la cultura, Buenos Aires, Manantial.

    bottomorE, tom y GoodE, patrick (eds.) (1978): Austro Marxism, Oxford, Clarendon Press.

    bourdEt, yvon (1968): Otto Bauer et la rvolution, Paris, EDI.

  • ESTUDIOS SOCIALES 41 [segundo semestre 2011] 39

    brEuilly, john (1990): Nacionalismo y Estado, Bar-celona, Pomares-Corredor.

    chattErjEE, partha (2008): La nacin en tiempo heterogneo y otros estudios subalternos, Buenos

    Aires, Siglo XXI/CLACSO.

    colE, GEorGE douGlas hoWard (1986): Historia del pen-samiento socialista, tomos III y IV, Mxico, F.C.E.

    davis, horacE (1972): Nacionalismo y socialismo. Teoras marxistas y laboristas sobre el naciona-

    lismo hasta 1917, Barcelona, Pennsula.

    dElannoi, Gil y taGuiEFF, piErrE-andr (1993): Teoras del nacionalismo, Barcelona, Paids.

    GEllnEr, ErnEst (1988): Naciones y nacionalismo, Madrid, Alianza.

    hobsbaWm, Eric (1991): Naciones y nacionalismo desde 1780, Barcelona, Crtica.

    hobsbaWm, Eric, haupt, GEorGEs y otros (dirs.) (1980): Historia del marxismo, tomo III, Barcelona,

    Bruguera.

    hroch, miroslav (1985): Social preconditions of national revival in Europe, Cambridge, Cambridge

    University Press.

    hroch, miroslav (1993): From nacional movement to the fully-formed nation. The nation-building

    process in Europe, New Left Review, N 198.

    kolakoWski, lEszEk (1982): Las principales co-rrientes del marxismo, tomo II. La edad de oro,

    Madrid, Alianza.

    koGan, arthur (1949): The Social Democrats and the conflict of nationalities in the Habsburg

    Monarchy, Journal of Modern History, vol. 21,

    N 3, pp. 204-217.

    lEsEr, norbErt (1966): Austro-Marxism: A re-appraisal, Journal of Contemporany History,

    vol. 1, N 2, pp. 117-133.

    lWy, michaEl (1998): Patria o planeta? Naciona-lismos e internacionalismos de Marx a nuestros

    das, Rosario, Homo Sapiens.

    lWy, michaEl y haupt, GEorGEs (1980): Los marxistas

    y la cuestin nacional, Barcelona, Fontamara.

    maitron, jEan y haupt, GEorGEs (dirs.) (1971): Dic-tionnaire biographique du movement ouvrier

    international, tomo I (Austria), Paris, Les ditions

    Ouvrires.

    mrmora, lEopoldo (1986): El concepto socialista de nacin, Mxico, Cuadernos de Pasado y Pre-

    sente N 96.

    nimni, Ephraim (1999): Nationalist multicultu-ralism in late imperial Austria as a critique of

    contemporany liberalism: the case of Bauer and

    Renner, Journal of Political Ideologies, vol. 4,

    N 3, pp. 289-314.

    palti, Elas (2002): La nacin como problema. Los historiadores y la cuestin nacional, Buenos

    Aires, F.C.E.

    rEnan, ErnEst (2000): Qu es una nacin?, en: Fernndez Bravo, lvaro (comp.), La invencin

    de la nacin. Lecturas de la identidad de Herder

    a Homi Bhabha, Buenos Aires, Manantial.

    roach, stEvEn (2004): Minority rights and the dialectics of the nation: Otto Bauers theory of the

    nation and its contribution to multicultural theory

    and globalization, Human Rights Review, vol.

    1, issue 1, pp. 91-105.

    rosdolsky, roman (1980): Friedrich Engels y el problema de los pueblos sin historia, Mxico,

    Cuadernos de Pasado y Presente N 88.

    smith, anthony (1986): The ethnics origins of nations, Oxford, Blackwell.

    smith, anthony (1997a): La identidad nacional, Madrid, Trama.

    smith, anthony (1997b): Gastronoma o geologa? El papel del nacionalismo en la reconstruccin de las

    naciones, en: Zona Abierta, N 79, pp. 39-68.

    tnniEs, FErdinand (1947): Comunidad y sociedad, Buenos Aires, Losada.

    WEbEr, maX (1996): Economa y Sociedad. Esbozo de sociologa comprensiva, Mxico, F.C.E.

  • 40 [La cuestin nacional segn Otto Bauer] DAmIN LPEZ

    Registro bibliogrficolpEz, daminLa cuestin nacional segn Otto Bauer. Notas

    crticas en torno a un clsico, en: Estudios so-cialEs, revista universitaria semestral, ao XXI, N 41, Santa Fe, Argentina, Universidad Nacional

    del Litoral, segundo semestre, 2011, pp. 9-40.

    Descriptores DescribersNacin / Segunda Internacional / Austromarxismo

    Nation / Second International / Austromarxism