La Dama Guía Didáctica Novelada Del Claustro Románico de Santa María de l'Estany, Barcelona
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La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,1
La esfera de luz y la
misteriosa dama de
Santa María de
l’Estany
(Guía didáctica novelada de la
lectura de un claustro románico para
alumnos de Secundaria y
Bachillerato)
Fernando Ezquerra Lapetra
Del Grupo Ailbe, Equipo de investigación adscrito a Círculo Románico
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,2
1
Desde hacía un rato, Biel estaba nervioso y no paraba de dar
vueltas en la cama. Tenía fiebre, mucha fiebre. Aquellas imágenes
tan inquietantes no le dejaban tranquilo. Dormía y volvía a
despertarse.
En medio de estas imágenes, ya no recordaba si había quedado
en su casa para estudiar con Claudia, Clara, Marta y Pol. ¿Era de
noche? ¿Estaba soñando? Recordaba muy bien que pasado mañana,
tenían un examen de Ciencias Sociales y no entendía el tema. Era un
palo. Trataba de monjes, sacerdotes y caballeros. A él, le gustaba
jugar en la play 3 con el juego de Medieval Moves. No entendía por
qué les hacían estudiar aquellas cosas tan aburridas del arte
románico. Era aquel arte que decían que imitaba la forma como los
romanos trabajaban la piedra y que se había producido entre los
siglos XI i XIII. Pero, en realidad, no estaba nervioso por lo que
tenían que estudiar, sino porque venía Clara, una compañera de su
clase. Los otros que vendrían, por muy amigos que eran, habían sido
la excusa perfecta para que su madre no pusiese impedimentos. Eso
creía. Esas imágenes. La fiebre. Sabía que su madre no se negaría si
venía Pol, su amigo desde la guardería.
Estas imágenes, estas imágenes... El timbre de la puerta sonó
Biel bajó o creyó que bajaba las escaleras casi volando. Abrió la
puerta y se encontró con el grupo de sus amigos. Estaban muy
contentos. Para ellos, ir a estudiar a casa del Biel era todo un lujo, ya
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,3
que vivía en una casa muy grande y su habitación ocupaba toda la
planta del piso superior.
Va, venid, pasad, no os quedéis aquí, les dijo Biel.
Tenemos poco tiempo para jugar una partida a la play antes de que
mi madre vuelva de comprar. Ha ido a buscar una buena merienda.
Todos subieron sin decirse nada. En el fondo, todos ellos eran
unos viciados de los juegos electrónicos y, en especial, del Medieval
Moves. Todos formaban parte de un club de juego y se
intercambiaban correos electrónicos y mensajes por el gmail y por el
facebook sobre cómo iban sus partidas.
La habitación de Biel era una pasada. Tenía un altillo de madera
donde estaba su gran cama dentro del espacio que ocupaba todo el
piso. El espacio inferior estaba lleno de mesas, sillas, estanterías
llenas de juguetes y hasta un circuito gigante de Scalextric. No
perdieron el tiempo y todos se pusieron alrededor de la enorme
pantalla del ordenador del Biel.
¿Quién comienza la partida? preguntó Marta, una chica muy
despierta y espabilada que siempre saca muy buenas notas.
Es mi turno, respondió Pol, un chico inteligente y ágil de
mente. Recordad que me tocó ser el príncipe Rigoberto por sorteo y
que soy el que más vidas tiene llevando su brillante armadura.
De acuerdo, respondió Clara, una chica muy simpática.
Pero, que no se te escape ninguno de los monstruos aterradores.
No te preocupes intervino Biel, con una dulce voz, no
dejaré que te pase nada malo. Los monstruos no te podrán hacer
daño.
Ya ha salido tu caballero, sentenció Claudia, una chica muy
sensible, toda una artista.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,4
Ninguno pudo decir nada más Cuando Pol indicaba el inicio del
juego, un golpe muy fuerte de luz llenó toda la habitación. Los chicos
se restregaron los ojos. Poco a poco, delante de ellos, se hizo la
noche más oscura. Y después, sintieron el viento y el galopar de un
caballo. La habitación ya no estaba, había desaparecido. Los cinco
amigos se encontraron en medio de un paisaje que no reconocían. Y
aquel caballo se dirigía hacia un gran edificio. Vieron que se trataba
de un monasterio o de alguna cosa similar, pues se veía
perfectamente la silueta de una gran iglesia rodeada de muchos
edificios. El silencio era espeso. No se veía a nadie.
¿Qué nos ha pasado? ¿Dónde estamos? preguntó Marta.
Tengo mucho miedo y mucho frío respondió Clara. ¿Qué
has hecho, Pol? ¿Qué tecla has tocado?
Callad, ordenó Pol, yo no he hecho nada. Sólo he abierto
el juego, como siempre. Pero, esto no es un sueño. Estamos los cinco
juntos. En cuestión de segundos, hemos pasado de la casa de Biel a
este lugar tan extraño. Tenemos que saber de qué se trata. Tenemos
que seguir aquel caballo. Seguro que tenemos un destino por jugar.
No me vengas con fantasmadas y fantasías de las tuyas.
Estamos perdidos y no es un sueño. No queríais aventuras, dijo
Claudia, pues ya las tenéis.
Va, callad, tenemos que entrar como sea en ese
edificioordenó Biel.
Los cinco amigos no podían avanzar. Aquella noche, el viento
soplaba muy fuerte. Ellos no lo sabían, pero los habitantes de
aquellas tierras tenían miedo cuando el viento circulaba de esa forma.
Los perros habían ladrado de una manera extraña toda la noche. La
gente de aquel altiplano conocía perfectamente el significado de esos
ladridos. Ellos jamás habían oído hablar de ese sitio, chicos urbanitas
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,5
como eran de la ciudad de Barcelona. Se encontraban en el altiplano
del Estany, muy cerca de Moià, a la comarca del Bages, entre Vic y
Manresa. Los chicos no identificaron el lugar por sí mismos. Era una
geografía que desconocían. Además, ellos tampoco sabían que, una
vez más, al Estany de Santa María, volvería a ser una noche de
muertos. Pero, ¿quién seria el afortunado de recibir la visita de la
dama?
2
Los niños llegaron al monasterio sin
decir ni una sola palabra. Estaban muy
sorprendidos. Sólo había pequeñas
hogueras colgadas en una especie de
nidos de hierro, tanto en las esquinas de
las dos únicas calles con las que contaba
el pueblo como en el interior del
monasterio. Aunque ninguno quería
hablar, los cinco eran conscientes de lo
que les había pasado. Con el rayo de la
luz, habían vuelto al pasado, a la Edad
Media. Por las dos calles, no habían
encontrado ni coches ni motos ni bicis,
tampoco farolas ni siquiera una pequeña
farola de luz. En los tejados, tampoco se
veían antenas de televisión. Debido a las
casas de piedra bien trabajadas y,
también, por la existencia de aquella
enorme iglesia, comprendieron que
habían retrocedido hasta la época del
románico. Habían jugado demasiadas horas al Medieval Moves para
no reconocer esos paisajes urbanos propios de esa época histórica.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,6
Encontraron una ventana abierta en el interior de la iglesia y
entraron. Dentro, el viento no hacía daño. Vieron que tenían que
entrar en una especie de patio interior. Todo era oscuro. Todo, menos
una ventana que estaba iluminada.
Estoy alucinando, esto es un claustro románico, dijo Pol.
¡Mirad, mirad qué esculturas!
Calla, sabio, no grites respondió malhumorada Marta,
ninguno tiene que saber que estamos aquí.
Los cinco amigos se dirigieron hacia la única habitación te tenía
luz. La luna iluminaba el interior del claustro en el que también había
un pozo. Al pasar, con la poca luz que proporcionaba la luna, vieron
cómo de los capiteles del claustro salían figuras de hombres y de
mujeres, pero también de monstruos.
Estas figuras son iguales a los monstruos del juego, pero
hechas de piedra dijo Clàudia mientras señalaba las imágenes de
los capiteles.
Calla de una vez, ordenó Biel. No sabemos lo que nos
podemos encontrar y, menos todavía, con quien. Allá, en aquella
habitación, hay personas despiertas.
Los cinco amigos se llegaron hasta la ventana. Sin hacer ruido,
miraron en su interior. No se podían creer lo que verían. Sentados
junto al fuego, dos hombres se miraban fijamente. Eran dos ancianos
que parecían muy conscientes de que se les habían pasado los años.
Su piel arrugada era toda una evidencia. Sus cabellos blancos
indicaban que el tiempo no se había detenido. Su manos temblorosas
cogían lo que, desde fuera, parecía un vaso de vino caliente. Pero, a
estos dos hombres no era el frió lo que más les preocupaba. Entre los
dos, planeaba una extraña bola de luz que se aguantaba por ella
misma sin estar sujeta al suelo de la habitación, tampoco al techo. Se
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,7
aguantaba sola, sin la necesidad de ningún hilo o cuerda, a un metro
y medio del suelo de la habitación. Dentro de esta esfera, se veían
imágenes.
¡Es una pasada, parece la proyección de un ordenador de
última generación! argumentó Pol.
Ninguno pudo decir nada más. Tres hombres vestidos de
monjes o de sacerdotes los habían cogido por detrás sin decir ni una
sola palabra. Cuando quisieron reaccionar, ya era demasiado tarde.
Los habían obligado a entrar en la habitación en la que se
encontraban aquellos dos hombres tan misteriosos.
¿Quiénes sois vosotros?, les comenzó a preguntar el que
tenia la pinta de ser un viejo guerrero. ¿Qué hacéis aquí?
Ninguno de los cinco chicos respondió. Estaban maravillados de
entender las palabras de aquel hombre.
¿No tenéis lengua? preguntó ahora el que iba vestido de
monje o de sacerdote. ¿Por qué no respondéis?
Después de unos instantes, Biel comenzó a hablar, aunque le
temblaban las piernas.
Somos cinco amigos de la ciudad de Barcelona.
¿Conocéis al rey? preguntó el caballero.
Me parece que el que nosotros conocemos no es el mismo por
el que preguntáis ahora respondió Clàudia. Diría que nosotros
venimos del futuro.
No me hagas reír.
Le contestó el caballero, un hombre fuerte que se había
levantado del taburete que ocupaba y los miraba de cerca.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,8
¡Esto es imposible!
No, amigo conde de Cardona, respondió el sacerdote los
chicos dicen la verdad.
Después, hizo un gesto con la cabeza a los tres hombres
vestidos con ropa eclesiástica como él y esperó a que abandonasen la
habitación.
Cuando hemos convocado la fuerza del Dios de la luz, por
unos instantes, se ha abierto una puerta en la intercesión espacio-
tiempo. Seguro que, en ese preciso momento, ellos han hecho lo
mismo.
¿Nosotros? se atrevió a hablar Marta, nosotros sólo
estábamos jugando a un videojuego.
¿Qué? ¿Qué?, ¿estabais jugando a qué...? preguntó muy
enfadado el conde de Cardona.
Estábamos jugando con una máquina... quiso explicar la
Clara.
Es mejor que no expliquéis nada más por el momento dijo
el sacerdote. El tiempo se acaba. Si habéis llegado hasta aquí, Dios
nuestro señor os ha enviado para que nos ayudéis. Nos tenemos que
poner en marcha. Manos a la obra, es hora de trabajar. Después, ya
hablaremos de nuestras vidas.
Pero, ¿qué estabais haciendo? preguntó Pol.
Intentábamos impedir que una dama muy especial llegue al
claustro para robar el secreto que conduce a la vida eterna
respondió el sacerdote.
¿Qué secreto? se atrevió a pregunta Biel
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,9
El del camino espiritual que esconden las imágenes de piedra
de los capiteles del claustro respondió el conde. Venid con
nosotros, tenemos que conseguir tapar la puerta que se abrirá de
aquí a poco tiempo aprovechando la boca del pozo del claustro. Esto
sólo pasa esta noche. Esta puerta de luz es el lugar por el que querrá
entrar la dama.
Entonces, los cinco amigos se quedaron de piedra. El sacerdote
cogió la bola de luz en sus manos como si se tratara de una pequeña
farola y se dirigió a la puerta. Todos lo siguieron. Fuera, en el
claustro, le esperaba el resto de la comunidad de sacerdotes, los
llamados canónigos regulares de San Agustín, con pequeñas velas en
las manos. Cuando vieron que el viejo sacerdote salía acompañado
del conde de Cardona y de cinco chicos, comenzaron a cantar en una
lengua que los chicos no conocían; pero, por lo que habían estudiado,
supieron que la comunidad de sacerdotes estaba cantando en
gregoriano, el canto en latín de la Iglesia a la Edad Media.
3
El conde de Cardona sabia que, en cualquier momento, la dama
podría salir por la boca del pozo, ya que era el camino escogido por
los muertos para comunicarse con los vivos. De hecho, todos los
templos románicos estaban construidos sobre unas corrientes de
agua, ya fuese natural o artificial. El agua era una buena conductora
de la energía a través de la magia de les piedras. Sin agua, piedras y
la luz del sol, los templos románicos jamás se habrían podido
levantar. Por eso, cuando su amigo el abad de los canónigos del
monasterio de Santa María de l’Estany, le había pedido que viniese
para ayudarlo a que la dama no encontrase el plano del camino
espiritual que conduce al premio de la vida eterna, el de la verdadera
inmortalidad, no lo había dudado ni un solo instante.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,10
El abad se puso en medio
del claustro, cerca de la
boca del pozo. Extendió sus
brazos y dejó en suspensión
la bola de luz. La comunidad
de canónigos calló. La bola
se desplegó como si se
tratase de una pantalla de
cine en tres dimensiones,
en 3D. Y se llenó de imágenes.
Es nuestra infancia, amigo abad dijo el conde.
Calla, calla y escucha, respondió el abad.
En la pantalla, dos niños estaban en medio de la plaza de una
pequeña ciudad. Pero, estaban rodeados de tumbas. Al ver las
imágenes, los cinco amigos tuvieron un presentimiento y se cogieron
de las manos. Alguna cosa extraña estaba a punto de pasar. Parecía
que ninguno de los cinco tuviese miedo. De repente, los dos niños de
la pantalla transparente de luz comenzaron a hablar.
¿Por qué me has hecho venir al cementerio?
Sólo los que quieran ser buenos caballeros verán a la dama
paseando entre las tumbas.
¿Qué dama?
La que nos acompañará siempre, desde el primer día en el
que matemos a un infiel. Será nuestra amada fiel. Jamás nos
abandonará, Jamás nos dejará solos. Siempre cabalgará con nosotros
hasta el final.
¿Quién te ha dicho esto?
Mi abuelo, el conde de Cardona.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,11
En la pantalla de luz, un viento surgido de la nada llenó las
imágenes de volumen, como si se tratara de una película en 3D. Era
tan fuerte que hacía que los vestidos de la comunidad de canónigos
se moviesen sin parar. Con un cielo lleno de estrellas y sin la
protección de la niebla, a la dama no le costaría encontrar la salida
del pozo.
Un día, cuando seamos viejos, la dama contestó el otro
muchacho vendrá por el camino real desde Vic, pasando por Tona
y subiendo por Collsuspina, llegará hasta Moià. De aquí, la dama lo
tendrá muy fácil. Sólo tendrá que bajar hacia el altiplano del Estany.
Me das miedo, contestó el chico que había dicho que era
nieto del conde de Cardona cuando hablas así, pareces un profeta,
un mago, un adivinador del futuro.
Cuando venga a buscarnos, la dama acabará rápido. Es una
experta en el arte de matar. Es la gran asesina. Tendremos que
luchar sin parar, si no queremos que la dama nos acabe cortando la
cabeza de un solo golpe con un alfanje de los infieles.
La pantalla se puso por unos instantes de color negro. Y, de sus
entrañas, salió un fuerte ruido, como de una explosión. Todos se
quedaron muy quietos y sin saber qué decir.
Esto, no tiene buena pinta dijo en voz baja Clara.
Ninguno pudo contestar. La pantalla volvió a encenderse por
ella misma con una nueva explosión de luz blanca. En medio de ella,
la imagen de un rey a caballo. Era el rey de Aragón con su túnica
blanca, que recubría su armadura, toda llena de sangre. Incluso, sus
armas, su señal de rey y su escudo estaban llenos de sangre. El rey,
montando su caballo blanco, salió de la pantalla y cabalgando por el
aire se acercó al grupo de cinco jóvenes. Los miró les habló de forma
enigmática.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,12
Ayudad al conde de Cardona y a su amigo, el abad de Santa
María de l’Estany. Sin vosotros, la batalla está perdida. Hace años, al
acabar el día de su primera batalla, el joven y nuevo conde de
Cardona conoció por primera vez la presencia silenciosa de la dama.
Cuando el ejército de infieles daba por perdida la batalla y nuestras
tropas cristianas lo perseguían, en un acto reflejo involuntario, el
joven conde se subió la visera de su yelmo porque tenía calor. Una
flecha le hirió en el rostro. Por la noche, la dama se acercó como
nunca a su tienda con la intención de abrazarlo. Las oraciones de otro
caballero, ahora abad, hicieron posible que la dama marchase al
amanecer, cuando la fiebre abandonó el cuerpo del joven conde de
Cardona. No lo olvidéis, sin vosotros, esta batalla está perdida.
4
La pantalla chupó la imagen del rey; pero, al hacerlo, también
se llevó a los cinco amigos. De hecho, no les dio tiempo a pensar
sobre lo que pasaba. En cuestión de milésimas de segundo, sus
cuerpos se transformaron en una especie de batido de plasma, como
una imagen de luz sin materia.
Los cinco se encontraron cabalgando junto al rey y
persiguiendo un ejército de infieles. Habían ganado la batalla. Los
cinco se sentían muy cansados, como si hubiesen luchado todo un
día. Al llegar junto al río, el rey dio la orden de regresar al
campamento. Los cinco amigos se sentían felices. Cuando entraron
en el campamento, recibieron la noticia. El joven conde de Cardona
estaba gravemente herido. Un joven caballero se les acercó y los
invitó a que le acompañasen. Los condujo a una gran tienda de
campaña. Era la capilla del campamento cristiano. Les ordenó con la
cabeza que se pusieran de rodillas y los invitó a rezar.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,13
En un primer momento, los cinco no supieron cómo y se
quedaron parados. De hecho, Pol y Clara no estaban ni bautizados.
Sólo Clàudia había hecho la primera comunión. Cómo rezar era la
pregunta interior que todos ellos se hacían. Pero, cuando el joven
caballero se puso de rodillas y lo imitaron, al tocar sus rodillas el
suelo de la tienda, sus cabezas se llenaron de oraciones, de rezos.
Sin saber cómo lo hacían, comenzaron a responder la oración dirigida
por el joven caballero.
Según rezaban, se abrió el misal, el libro de oraciones que
había sobre el altar, y de su interior comenzaron a salir unas letras
que, suspendidas en el aire, se iban encadenando en palabras que
reconocían. Sin darse cuenta, Clara se puso a leer en voz alta el
mensaje.
Pasarán los años. El caballero acabará conociendo que la dama
siempre viene a estas tierras desde la catedral de Vic. A una dama
como ella, le gusta la compañía noble tanto de los reyes como de los
obispos y de los nobles. Por esto, algunas noches, siempre coge su
caballo de viento y cabalga por todas las tierras del reino. Os hemos
convocado desde el futuro al reino que no tiene tiempo, al reino
donde las conciencias puras como las vuestras son eternas. Tenéis
que saber que sin vosotros, cuando transcurra su vida, el conde de
Cardona estará perdido. En el momento de su último viaje, tenéis que
estar a su lado. Volved con la luz. En estos momentos, el ya viejo
conde de Cardona os necesita.
Clara no pudo añadir ni un solo comentario a las palabras que
acababa de leer. De nuevo, una fuerza extraña los arrojó de la
pantalla y acabaron en el suelo junto a la boca del pozo del claustro.
Una rama del abeto que presidía el patio pegó con mucha fuerza
contra el contrafuerte cerrado de una de las ventanas del segundo
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,14
piso del claustro. Todos los hombres allí congregados y los chicos se
asustaron.
Es la hora, dijo el conde de Cardona temblándole la voz en
sus labios .
Sí, esto parece. Pero, no tienes que tener miedo. Ella, la
dama, sabe que aquí es un buen lugar para dar una vez más su
último y cálido abrazo a alguien que le quiera enseñar su camino
hacia la eternidad. El camino que se esconde en el significado de las
esculturas de este claustro.
¿Qué quieres decir abad?
Se atrevió a preguntarle Biel quien ya se había incorporado del
suelo y caminaba hacia el lugar en el que se encontraban los dos
hombres.
Chico, lo que has oído. Ninguno de los aquí presentes os
tenéis que preocupar, nosotros seremos más listos que ella. No
podemos dejar que el camino de la eternidad. Un día, ella también
tiene que morir para siempre. Alguien la tiene que matar.
Supongo que hablas de matar a
la dama, quiero decir, a la
muerte, preguntó Marta.
¿Morirá algún día la muerte?
interrogó muy nervioso Pol
Y tanto que sí contestó
el abad. Los hombres que
superemos la prueba final
seremos eternos por siempre al
lado de Dios Nuestro Señor. Ella
no tiene que encontrar el camino
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,15
reservado a los hombres que conduce a la eternidad. Algún día, tiene
que morir para siempre, para siempre.
¿De qué camino hablas? preguntó Claudia.
De aquel camino que perdimos cuando el primero de todos
nosotros los hombres, el que se llamaba Adán, pecó en el Paraíso por
querer ser como Dios.
¿Adán pecó porque quería ser como Dios? preguntó Clara.
¿De qué mundo venís vosotros que no sabéis esto? les
preguntó malhumorado el conde de Cardona.
Veo que la fe cambiará con el paso del tiempo sentenció el
abad Por esto, es tan importante no perder esta batalla. Ella, la
dama, tiene que morir para que los buenos hombres puedan ver a
Dios cara a cara durante toda la eternidad. Los hombres tienen que
volver a ser eternos como, en el principio, cuando no existía ni el
tiempo, lo eran en el Paraíso, al lado de Dios y de sus ángeles. Pero,
si no la podemos matar hoy, la prueba la tenemos en que vosotros
habéis venido desde un tiempo futuro para ayudarnos, como mínimo
tenemos que conseguir que todo su cuerpo de serpiente no pueda
llegar a salir por la boca del pozo. Así, su poder será limitado y no
será capaz de interpretar de forma correcta el camino de la eternidad
escrito a las esculturas de este claustro. Ella podrá continuar
matando hombres, pero los hombres que consigan el camino de las
piedras del claustro resucitarán.
Sin que ninguno de los presentes diese crédito a lo que veía con
sus propios ojos, de la boca del pozo comenzaron a salir fuertes
llamaradas de fuego. El aire del claustro se llenó de un olor extraño.
Todo el conjunto del monasterio comenzó a oler a azufre, el olor que
tiene el Infierno según el único libro profético de los cristianos, el que
llaman el Apocalipsis o Libro de la Revelación.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,16
5
Agua, traed toda el agua que podáis ordenó rápidamente el
abad.
En cuestión de unos diez minutos, entre todos habían apagado
las misteriosas llamas que habían salido del pozo. Después, cansados
por el esfuerzo y por el miedo que habían pasado, todos los
sacerdotes, el conde de Cardona y los chicos se sentaron en el suelo,
en medio del claustro, unos al lado de los otros para entrar en calor.
La noche era fría y no podían dejar solo aquel mágico camino de
piedra.
¡Santa Maria, ruega por nosotros! comenzó a decir el
abad.
¡No hace falta que digas esto gritó el conde. La dama no
viene por ti. Ya sabes que viene por ella misma.
¿Cómo haremos para que no pueda interpretar el camino?
preguntó Biel.
Piensa en la vida de Cristo, tal y como está reflejada en los
capiteles de este claustro, en la galería o panda de Septentrión.
La del norte, que ese nombre lo sé por sociales. Pero,
nosotros sabemos pocas cosas de la vida de Cristo dijo Pol. Yo no
estoy ni bautizado.
¿Y sois de Barcelona?
Les preguntó el conde medio enfadado, medio incrédulo de oír
lo que oía.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,17
En Barcelona, no pueden existir cristianos que no estén
bautizados.
Las cosas han cambiado mucho contestó Marta. Ahora
hay muchos catalanes que ni están bautizados.
¿Catalanes que no están bautizados?
Ahora, el que reflexionó en voz alta y de manera espantada fue
el abad.
Por casualidad, ¿estáis en la Era del Anticristo? preguntó
nervioso el conde
Ni Anticristo ni nada, sentenció Claudia. Ahora, una gran
parte de los catalanes no están bautizados.
Tampoco van a misa confirmó Clara.
Abad, ¿estos son los que nos tienen que ayudar a que la
dama no interprete el camino de la eternidad? preguntó el conde.
Sería mejor que, en lugar de tantas palabras, nos pusiésemos a
rezar.
No corras tanto, conde,
seguro que están aquí porque son
chicos y chicas que tienen una
gran y pura conciencia.
El abad calló. Por unos instantes,
en el claustro sólo se oía la lejana
voz del viento. Cuando el silencio
comenzaba a hacer daño, el abad
se puso de pie y caminó unos
pocos pasos hasta llegar a una de las paredes con capiteles del
claustro.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,18
¿Sabéis alguna cosa de la vida de Jesucristo? se atrevió a
preguntarles el abad.
La verdad, muy poca cosa respondió sincero Pol.
El claustro, para todos nosotros, los canónigos que seguimos
la regla de San Agustín, un gran santo que vivió hace muchos años
dijo el abad representa el lugar donde iremos después de morir,
la Jerusalén celestial, el Cielo. El lugar donde el conocimiento será
total, ya que veremos a Dios cara a cara y la eternidad será nuestro
premio.
Por esto, chicos, explicó el conde las matemáticas, como
la expresión del conocimiento más puro del ser humano, fueron tan
importantes en el momento de su construcción.
Los números, chicos, son los símbolos en los que Dios creó el
mundo. Y, por esto, nosotros también los hemos utilizado para crear
la arquitectura sagrada del claustro.
El abad dejó de hablar y miró con ternura a los cinco amigos. Al
ver que todos estaban muy atentos, continuó.
Para nosotros, los cristianos, Dios se ha manifestado en
nuestra historia de tres maneras diferentes en las figuras del Padre,
del Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Por esto, el tres fue el número
clave en el momento de construir nuestro claustro. Tres por tres son
nueve (3x3=9) y el 9 es el número en el que se ha pensado la
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,19
distribución de todos los capiteles de nuestro claustro. Este claustro
que ahora nos rodea.
Chicos del futuro –dijo el conde de Cardona mientras se
apoyaba en la pared norte del claustro, ahora comenzaréis a
entender su verdadero simbolismo. Cada galería, pared, panda o cara
interna del claustro está construida por una doble fila de 9 capiteles.
Cada galería tiene la suma de 2 veces (como 2 son las naturalezas de
Jesucristo, humana y divina) el 9, es decir, 18 capiteles. Si sumáis
1+8 vuelve a dar el numero 9. Pero, ¿y qué pasa a partir de aquí?
Preguntó el cabalero sabiendo que el abad conocía
perfectamente la respuesta a su pregunta y que continuaría con su
explicación.
Es mejor que os pongáis de pie, si queréis aprender su
significado. Este es el camino del hombre que busca a Dios a través
de la Divina Sabiduría, la Hagia Sophia de los griegos. Este es el
simbolismo circular que envuelve el cuadrado. ¿Cómo vais de
matemáticas?
Los cinco amigos no respondieron. Estaban tan entusiasmados
por la aventura que vivían que no fueron capaces de responder.
Mirad continuó el abad, y daos cuenta de cómo el conde y
yo sumamos a partir este capitel, que llamamos el número 1, las
cuatro galerías o paredes interiores de las columnas y capiteles del
claustro de Santa María de l’Estany. La Galería de Septentrión, la del
norte que decís ahora vosotros, está formada por la suma de 9+9
capiteles. Son 18 capiteles en total, o lo que es lo mismo 1+8=9. El
primer 9.
Ahora, comenzó a explicar el conde nos desplazamos en
esta dirección hacia la Galería de Poniente, la que marca occidente,
donde está el Finis Terrae, espero que os suene. Bien, si a los 18
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,20
capiteles de la galería de Septentrión les sumamos los 18 de esta
segunda galería de Poniente tenemos un total de 36 capiteles, o lo
que es lo mismo (3+6=9). El segundo 9.
El caminohablaba de nuevo el abad continúa por la
Galería de Mediodía, la que indica el sur, hacia donde se encuentra la
tierra de los infieles. Si a los 36 capiteles de las dos anteriores
galerías les sumamos los 18 de esta tercera, tenemos 54 capiteles, o
lo que es lo mismo (5+4=9). El tercer 9.
El camino se acaba dijo el conde en la Galería de Levante,
la del este, el lugar por donde cada mañana vuelve la luz de Dios al
mundo. Si a los 54 capiteles de les otras tres galerías, sumamos los
18 de esta cuarta y última galería tenemos 72 capiteles, o lo que es
lo mismo (7+2=9). El cuarto 9.
Además, añadió el conde si multiplicamos el 9 que sale de
la suma de cada galería por las 4 galerías obtenemos el número 36,
un número sagrado, ya que el número 3 representa a Dios y el 6 al
hombre.
¿Por qué el número 6 representa al hombre? interrumpió la
explicación Pol.
Porque Dios creó al hombre en el sexto (6) día de la Creación,
ya que Dios, al séptimo día, descansó, tal y como nosotros los
canónigos hacemos cada domingo en este claustro. Ahora, ya
conocéis el camino del 9, el número del 3 veces 3, Dios.
Cuando el abad acababa de decir esas palabras, se oyeron tres
fuertes golpes que salían del interior del pozo. La estructura de
hierro, que aguantaba la polea con la que los canónigos sacaban el
agua, se dobló como si fuese de mantequilla. Todo era ruido. Los
hombres comenzaron a tener mucho miedo, mucho miedo.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,21
6
Todos los canónigos se arrodillaron para rezar. De la boca del
pozo, salía todo tipo de animales repugnantes: ratas, ranas,
murciélagos y serpientes, muchas serpientes. Los animales daban
vueltas alrededor de los cuerpos de unos hombres que habían dejado
de rezar para ponerse a gritar.
De repente, del interior del pozo aparecieron las cabezas de
tres hermosas mujeres. Poco a poco, abandonaban el pozo
mostrando su desnudo cuerpo. Gritaban desnudas, mientras se iban
tocando de forma provocativa sus pechos.
Tapad, tapaos los ojos ordenó
el abad. Es una tentación que
acompaña a la próxima y maligna
manifestación de la dama.
Pero, sus canónigos no
estaban para escucharlo. Algunos
de ellos luchaban con todas sus
fuerzas contra los animales. No
obstante, uno de los jóvenes
canónigos no le hizo caso Al ver
que los animales no le hacían
nada, miró directamente el
cuerpo de una de las mujeres que
todavía estaban saliendo del
pozo. La extraña dama, al ver cómo la miraba aquel joven canónigo,
sacó el resto de su cuerpo. No tenía piernas y si una gran cola de pez
y patas de ave. Se acercó al joven canónigo arrastrándose por el
suelo del patio interior del claustro. Llegándose a dónde se
encontraba el joven sacerdote, lo abrazó dándole un beso en la boca.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,22
Después, le dio un fuerte golpe con la cola. El joven canónigo salió
disparado y cayó a unos cuantos metros de distancia. Cuando su
cabeza chocó contra el enlosado del patio, se partió por la mitad.
Chicos del futuro ordenó el abad, sujetaos de las manos.
Vosotros cinco juntos formáis la conciencia pura que nos tiene que
salvar a todos.
Los cinco chicos obedecieron formando un círculo. Las tres
sirenas se dirigieron hacia ellos. El abad no paraba de gritar.
No abráis los ojos. No abráis los ojos. Agarrad fuertes
vuestras manos pensando en las cosas bonitas de la vida.
Los chicos sentían cómo eran acariciados por unas manos
suaves y delicadas y cómo sus ojos eran rozados por unos cabellos
que olían a mar. Pero, fueron fuertes y no abrieron los ojos. De
repente, se volvió a producir el silencio. Todos los animales y las tres
sirenas desaparecieron. Poco a poco, todos abrieron los ojos. Sólo la
presencia del cadáver del joven canónigo era la prueba evidente de
tan misteriosa manifestación.
Esta visión mortal no tiene una única explicación. La dama
conoce el principio del camino. Conoce que todo se inicia con el
primer capitel exterior de la galería de Septentrión, la orientada hacia
el norte y la más cercana a nuestra iglesia. En aquel capitel 1, se
narra la creación del primer ser humano, la de Adán y su mujer Eva,
los primeros padres de toda la humanidad, nuestros primeros padres.
Pero también se narra en imágenes la historia del pecado original, la
primera vez que un ser humano desobedeció a Dios al aceptar la
fruta del Árbol del bien y del mal que les ofreció la serpiente mientras
les engañaba diciéndoles que, si comían aquella manzana, serían tan
sabios como Dios y que no morirían jamás. Después, vino la
expulsión del Paraíso, la pérdida de la inmortalidad y la condena al
trabajo.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,23
De esto me acuerdo dijo Marta. Nosotros somos como
somos porque los llamados primeros padres no hicieron bien las
cosas.
Entonces, chica comentó el conde, también sabrás que,
como ha dicho el abad, Adán y Eva pecaron porque querían ser como
Dios; pero que, a pesar su pecado, Dios, que es bueno, no abandonó
al hombre. Por eso, envió a su único hijo, nuestro señor Jesucristo. El
hijo de Dios vino al mundo a través de una mujer, la Virgen María.
Esto, comentó Pol si que los conocemos, que en casa
colocamos el belén cada año para Navidad.
¿Que hacéis qué? preguntó el abad.
La representación del nacimiento de Cristo con figuritas de
barro o de plástico contestó Biel.
¡Cómo cambiarán las cosas! comentó el abad en voz alta.
Dejaos de hablar del futuro, que la dama no espera dijo
malhumorado el conde. Además, si hacéis esto por Navidad, ya
sabéis que Jesucristo, el hijo de Dios, vino al mundo para salvarnos a
todos y regresarnos, después de morir, al Cielo, al Paraíso. El hijo de
Dios, Cristo, con su muerte en la cruz salvó al mundo. Por este hecho
de su muerte en la cruz, todos podremos volver junto a Dios, al Cielo.
¿Os queda claro?
Hombre, claro si que nos queda respondió Clara, pero no
sé si entiendo todas estas cosas.
Calla, ordenó Claudia, que todavía nos largarán más
rollos, como los que nos dan los profesores en el cole.
Veo que os aburrís porque no entendéis las cosas
argumentó el abad. Pero, tenéis que saber que las imágenes del
claustro están pensadas incluso desde la perspectiva de los que
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,24
tienen que meditar y, sobre todo, guardar el secreto del misterio que
esconden estas esculturas de piedra. Nosotros, los canónigos de
Santa María de l’Estany, somos los guardianes del camino. En la
galería norte, los números impares hablan de los hombres. El capitel
1 habla de Adán y de Eva, como ya hemos comentado. Aquí
comienza un camino mágico. Pero no todos los capiteles intervienen
en el desarrollo de la vía del espíritu que lleva hacia la eternidad. ¿La
queréis conocer?
Los chicos dijeron que sí con la cabeza. La verdad era otra. No
entendían del todo lo que aquellos hombres les explicaban. Además,
tampoco entendían por qué los otros canónigos no decían nada y se
limitaban a cumplir con las órdenes del abad.
El abad aplaudió tres veces. De repente, de entre las piedras,
comenzaron a salir pequeños filamentos de luz. Poco a poco, fueron
doblándose sobre sí mismos hasta formar la esfera lumínica que
sostenían los dos hombres cuando los conocieron.
Ya no me acordaba de la esfera de luz dijo Pol.
Hemos salido de su interior y, después, ha desaparecido.
Ninguno se ha dado cuenta de esto comentó Clara.
La esfera de luz que decís tiene vida propia respondió el
conde. Pero este es otro misterio que ahora no toca. Mirad y callad,
por favor.
Los chicos hicieron caso al conde y callaron. Los hermosos
filamentos de luz que salían desde los diferentes capiteles se iban
ordenando en una progresión lógica. De hecho, no se colocaban antes
los que iban primero, sino que cada filamento esperaba su turno,
como si supiesen qué filamento tenía que estar el primero en la
sucesión de la cadena de la luz. Después de unos minutos, la esfera
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,25
de luz estaba formada y se desplazó hasta detenerse entre las manos
del abad.
¿Estáis dispuestos a ayudarnos? preguntó el abad.
Y tanto que sí, respondió decidido Pol. Nosotros somos
ahora la conciencia de este santo y antiguo camino y lo tenemos que
conocer para poder defenderlo de la dama.
Por esto, tenéis que saber que la esfera de luz da vida a los
hombres de buena conciencia y mata a los que tienen malos
pensamientos comenzó a explicarse el abad. Además, ella es la
que dirige el camino que se tiene que hacer. Cada vez, el camino es
uno, pues pasa por capiteles diferentes del claustro. Cuando se le
convoca, la esfera se detiene en cada capitel que, esa vez, es
necesario conocer para hacer entero el camino. Guardaremos
silencio. Ella nos iluminará.
La esfera de luz tocó el primer capitel ennegreciéndolo con el
color de la negra noche.
Es el signo del pecado de nuestros primeros padres,
comentó el conde.
Después, rápidamente, la esfera abandonó el primer capitel y
se desplazó hacia el número 3. Todo él se iluminó de colores y de una
luz amarillenta. Las imágenes esculpidas a la piedra tomaron vida y
se pusieron a gesticular, como si formasen parte de un espectáculo
teatral. Representaban las diferentes escenas esculpidas que se
correspondían con paisajes del Nuevo Testamento, la colección de
libros introducida por los cristianos en la Biblia. Además, el ambiente
se llenó de un perfume especial.
Es el olor del lirio, explicaba con voz temblorosa el abad
la flor símbolo de la virginidad de María, la madre del nuestro señor.
Es la flor que, según una antigua tradición cristiana, el ángel Gabriel
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,26
le ofreció a la Virgen María en el momento de su aceptación de ser la
madre de Dios. La esfera de luz está quieta delante del capitel que
está dedicado al primer hombre, en realidad una mujer, que supo
hacer este camino de regreso a Dios. De hecho, cuando murió, su
alma fue subida directamente al cielo por los ángeles. Por eso, en
este monasterio de Santa Maria de l’Estany, cada año, celebramos su
Asunción a los cielos como una de las grandes fiestas donde no falta
ni la representación escénica ni la música de alabanza a la madre de
Dios.
Se trata de la Virgen María, ¿no? preguntó Marta.
Esto, respondió Claudia no vale. Tu madre se llama María
Asunción.
Al escuchar esta explicación, el abad sonrió. Al menos no todo
se perderá, pensó. Levantó los ojos y se encontró con los de su
amigo el conde. También él tenía la cara feliz.
El capitel número 3, efectivamente, continuó el abad
habla de la Virgen María: su presentación en el templo de Jerusalén
cuando era pequeña, el tema de la Anunciación y el de la Visitación.
es curioso, la Virgen recibió la visita del ángel Gabriel para anunciarle
que sería la madre de Dios y ella fue a visitar a su prima Isabel.
Recordad le interrumpió el conde que Santa Isabel era la
madre de San Juan el Bautista, un santo muy importante para los
cristianos, pues fue el último de los hombres santos, el último profeta
que anunció la venida del Mesías, del Salvador, de nuestro señor
Jesucristo.
Sí, nosotros todavía celebramos su fiesta con hogueras
comentó Claudia, el 24 de junio. Mi padre me lo ha explicado. Es
el solsticio de verano.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,27
Esto que explicas está muy bien argumentó el conde.
Saberlo está muy bien. Pero, mirad...
La esfera de luz hizo que las figuras del capitel 3 se pusiesen a
caminar por el aire y se acercasen a contemplar las escenas de piedra
que estaban desarrolladas en el capitel contiguo. Todo se llenó de
una luz blanca, intensa y densa. La comunidad de canónigos cantó
una hermosa pieza en latín. Como si la esfera se alegrase por lo que
oía, comenzó a dar vueltas iluminando el capitel 5 con más intensidad
de luz.
Es el capitel argumentó el abad en el que se habla de la
infancia de Jesús: su nacimiento en el portal de Belén, la Adoración
de los tres reyes magos y la huída a Egipto para que no fuese
asesinado por los soldados del rey Herodes, el rey judío que mandaba
entonces. Si Jesucristo no hubiese tomado la carne humana, el
camino no sería posible. Por eso, la esfera siempre pasa por este
punto. Por esto, la Iglesia lo celebra con toda una semana de fiesta,
la llamada Octava de Navidad, y con el color blanco como el color
litúrgico con el que se visten esos días todos los sacerdotes.
No pudo decir nada más. Del quinto capitel, el rayo de luz
blanca pasó a iluminar el capitel número 7. Los canónigos dejaron de
cantar. El claustro se pobló de silencio.
En el capitel número 7, explicó el conde en voz baja se
habla del Bautismo de Cristo, de las bodas de Caná y de las
Tentaciones a Jesús por parte del Demonio. En el desierto, Jesucristo
supo ganar las tentaciones del Maligno. Pero los hombres fallan.
Tenemos que dejar que la esfera de luz nos guíe.
No pudo decir nada más. Unas misteriosas y extrañas voces
que provenían de dentro del pozo comenzaron a gritar.
Tibi dabo, tibi dabo...
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,28
¿Alguien está hablando de la montaña mágica del Tibidabo de
Barcelona? preguntó Biel.
No, son las palabras del Maligno respondió el abad,
tapaos los oídos rápidamente. En latín quiere decir, yo te daré y son
las palabras que el Demonio dijo a Jesús cuando le tentaba en el
desierto. No las escuchéis o moriréis.
Los cinco amigos le hicieron caso. Se taparon los oídos. Pero,
no por eso, dejaron de mirar lo que hacía la esfera de luz. Se
quedaron estupefactos. La mágica bola de luz se convirtió en una
enorme boca que se iba tragando aquellas palabras que tomaban
forma tangible y cuerpo material en el momento en el que salían de
la boca del pozo y llegaban al patio. Sin dejar de taparse los oídos,
Marta gritó.
Pasa como en el comecocos, el juego antiguo con el que se
divierte mi madre y al que jugamos el otro día los cinco en casa.
Marta comenzó a imitar el gesto con su boca. Aunque no se
habían sacado las manos de los oídos, todos entendieron lo que les
quería decir. A pesar de que era una situación muy tensa, se pusieron
a reír. El abad, el conde y todos los canónigos estaban muy
nerviosos.
7
Todo cambió. Las palabras al tocar el suelo se convertían en
pequeñas serpientes que comenzaban a subirse por las piernas de los
canónigos. Todo se llenó de gritos. Los cinco amigos también
gritaban. Clara se vio rodeada por pequeñas serpientes y comenzó a
gritar como una histérica.
Escupidlas encima, vuestra saliva hará que dejen de tener
cuerpo, forma material. Todavía sois inocentes y, por eso, vuestra
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,29
virtud no está contaminada por el pecado. Cuando acabéis con las
serpientes que os atacan a vosotros, ayudad a mis canónigos, por
favor.
Aunque no entendían muy bien lo que les decía el abad, el
grupo de amigos le hizo caso y comenzaron a escupir sin dejar de
parar. Las serpientes se volatilizaban y desaparecían después de
producirse una pequeña explosión. Poco a poco, volvió la calma. Los
amigos no se habían dado cuenta; pero, mientras hacían lo que les
había ordenado el abad, la esfera de luz no había parado de comerse
todas las palabras que había podido. Debido a esta indigesta comida,
se había hinchado como un globo gigante y ocupaba más de la mitad
del patio interior del claustro. Todos los canónigos se habían
refugiado en el otro lado por miedo a que su explosión los matase. Se
pusieron muy nerviosos. Parecía como si la esfera de luz estuviese a
punto de reventar, ya que no paraba de aumentar su volumen. Un
fuerte ruido los lanzó a todos al suelo. Un olor desagradable llenó
todo el patio del claustro. Cuando se incorporaron, todos pudieron
comprobar con sus propios ojos cómo la esfera de luz había vuelto a
su medida natural.
La esfera se ha tirado un pedo, gritó Biel.
Es una cerda, contestó Marta.
¿Estáis locos para hacer este tipo de comentarios? dijo
enfadado el abad. La esfera nos acaba de salvar la vida a todos. No
la pongáis nerviosa y, sobre todo, que no escuche vuestras tonterías.
¿Qué quieres que nos haga la esfera? preguntó Pol
haciéndose el valiente.
Ninguno de los chicos ni de las chicas tuvo tiempo para
responder. La esfera de luz se desplazó rápidamente sobre ellos y
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,30
comenzó a dejar caer una lluvia de piedras de hielo sobre sus
cabezas.
No seas animal, gritó muy asustada Claudia.
Nos matarás, sentenciaba Marta
Los cinco se cubrieron sus cabezas con sus brazos y con sus
manos. Sin un motivo aparente, la esfera de luz paró. Al hacerlo, de
su interior salió una fuerte, expresiva y potente sonrisa acompañada
también por una potente voz.
Dejaos de jugar. Somos pocos para luchar contra el Maligno.
Y todavía no ha hecho acto de presencia la dama. Esto sólo son
juegos del Demonio, ilusiones para distraer nuestra atención. Se
tiene que salvar el sagrado camino. Tenemos que preparar trampas a
la dama y a sus soldados. Tenemos que custodiar la seguridad del
camino que conduce a la inmortalidad. Seguidme.
La esfera de luz calló y, en un ágil vuelo, volvió a enlazar con
un camino de luz brillante los capiteles 3, 5 y 7. Después, se paró
delante del número 9.
Este capitel número 9, argumentó el abad está colocado
alterando el orden natural de las escenas, es decir, tal y como se
narran en los evangelios, los libros que explican la vida de Cristo. En
este capitel, se esculpieron los temas del encuentro de los tres reyes
magos con el rey Herodes, la matanza de los inocentes y la
presentación de Jesús en el templo. Esto se tenía que haber colocado
antes del tema de la huída a Egipto.
¿Por qué pasa esto, abad? preguntó Clara
El misterio, el misterio o la manera de cómo evitar que las
brujas, en las noches de luna llena, ronden a los sacerdotes en el
interior del claustro con la intención de enamorarlos y seducirlos
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,31
haciéndolos caer en los pecados mortales de la carne. Por eso,
algunas veces, pedimos que estas mujeres malditas sean esculpidas
dentro de los claustros. Al pasar junto a ellas meditando, su forma
de sirenas nos recuerda que no debemos caer en la tentación del
sexo. La dama conoce que los hombres son débiles en este tema y,
por esta razón, ha hecho aparecer aquellas mujeres con cola de pez
desde el interior del pozo.
Abad, ¡les estás tomando el pelo a los niños! gritó enfadado
el conde.
Querido conde,¿no es esto lo que dice la gente del pueblo?
¿No dice el pueblo que es imposible vivir sin el amor de una mujer y
que todos los sacerdotes tienen amantes? Además, incluso vosotros,
los hombres nobles del rey de Aragón, os acabáis creyendo estas
historias. Sois estúpidos. Mejor sería que reflexionaseis como
nosotros los sacerdotes hacemos. Nosotros, cada día, tenemos
presente el significado del misterio de la muerte de Cristo tal y como
pasa en tres capiteles de esta galería norte. En el 11, la entrada de
Cristo en Jerusalén; en el 13, se colocó la Última Cena y Jesús
lavando los pies a sus discípulos y, en el 15, el prendimiento de Jesús
y el beso de Judas, la flagelación y la crucifixión. Jesús murió por
salvar a todo el mundo.
Durante unos minutos, que parecieron horas, se produjo un
nuevo silencio en el claustro. La esfera de luz comenzó a dar vueltas
sobre sí misma. Los hombres dejaron de hablar, como si ya no
tuviesen nada que decirse, como si las palabras fuesen la causa de
tanto miedo en los corazones de los hombres. Tenían miedo, mucho
miedo al caminar de la dama y, para ellos, hablar de la muerte de
Jesucristo en la cruz eran palabras mayores.
El viento volvió a soplar fuerte por encima de los tejados del
monasterio. A pesar de la distancia, se oía cómo transitaba por el
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,32
lago levantando ondas en aguas que no estaban acostumbradas a
temblar. Pero, los hombres tenían miedo. Y el conde comenzó a
ponerse nervioso. Todo su cuerpo era un continuo movimiento.
¿Qué te pasa? ¿Qué tienes? le preguntó el abad al ver cómo
temblaba. ¿No estarás viendo fantasmas?
Todo está en calma, señor comentó Pol, sólo es el viento.
Tengo miedo y también me estoy meando, la edad y el frío no
perdonan. Pero, mirad, mirad que está haciendo la esfera. Después
de la muerte, viene el misterio.
Todos miraron la nueva
maniobra de la esfera de luz. Se
había desplazado un poco hasta
detenerse junto a un capitel en el
que un ángel sostenía una balanza.
Todo el capitel, así como su fuste, se
puso de color rojo.
Es el color de la sangre,
afirmó asustada Marta.
Sí, continuó el conde, el capitel 17 habla de cómo se hace
el juicio a un alma. Por esto, tengo miedo. Este capitel habla de cómo
el arcángel San Miguel, el capitán general de las tropas del Cielo,
pesará las almas de todos los hombres para acabar decidiendo cuáles
irán al Cielo y cuáles irán al Infierno con Satanás.
No tengáis miedo, que nadie tenga miedono paraba de
exclamar el abad la esfera está hablando de forma clara. El capitel
se ha iluminado con una luz blanca. El peligro ha pasado.
Era cierto. Sin que nadie se hubiese dado cuenta, la esfera de
luz había hecho cambiar la coloración de toda la columna. Ahora la
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,33
pieza de piedra era tan blanca que parecía hecha toda ella de cristal.
De hecho, se podía ver a través de su interior. Los cinco amigos
estaban alucinando. El espectáculo era brutal. Poco a poco, la luz que
rodeaba el fuste del capitel se fue transformando en una especie de
almendra de cristal. Delante de los chicos, se estaba produciendo un
misterio.
Es una mandorla de luz, una almendra mística gritaba fuera
de sí el abad. Es el transporte sagrado que utilizan los ángeles de
Dios para llevar las almas de los hombres buenos al Cielo.
El espectáculo no tenía precio. Ahora, cambió la tonalidad del
capitel y todas las figuras de piedra se pusieron en movimiento
representando un juicio celestial. El arcángel San Miguel dio por
acabado el juicio pronunciando una sentencia.
Alma, has superado tu juicio personal, puedes comenzar a
subir hacia el Cielo.
Después de la sentencia de San Miguel, el niño representado
dentro de uno de los platos de la balanza dejó su lugar y, moviendo
sus brazos como si fuesen alas, voló fuera del capitel hasta colocarse
dentro de la mandorla de luz que le esperaba en medio del patio del
claustro. Delante de la mirada incrédula de todos, dos ángeles
bajaron del Cielo y se llevaron la almendra de luz con el alma dentro.
Según subía, el alma era la representación total de la alegría como
correspondía al nuevo niño en el que el alma liberada se había
transformado. Cuando la mandorla desapareció de la vista de todos,
la esfera emitió un fuerte ruido y cambió de dirección.
No olvidéis jamás lo que habéis vistoles aconsejó el abad,
todos somos unos privilegiados. Este fenómeno místico sólo se ve con
los ojos de la fe. Algún día, lo comprenderéis.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,34
8
Los cinco amigos no daban crédito a todo lo que estaban
viendo. Estaban excitados y muy nerviosos. En el fondo, todos ellos
sabían que nadie los creería cuando explicasen todo lo que estaban
viviendo.
Esto es mucho mejor que un videojuego indicó Marta.
Calla, calla, que esto, todavía no se ha acabado la cortó
Clara.
La esfera de luz había reiniciado su camino. Pero, ahora, iba
más despacio, como si tuviese que pensar qué capiteles tenía que
marcar con la luz y cuáles no. Algunos canónigos ya no podían con
más emociones y acabaron mirando el misterio sentados en el suelo
tapándose con unas mantas que el canónigo portero había ido a
buscar.
La esfera inicia ahora la parte más peligrosa del camino les
dijo el abad. Ahora, no es un camino lineal el que tiene que hacer.
A partir de aquí, los capiteles no hablan de la vida de ningún
personaje en particular. Ahora, es el momento del lenguaje simbólico
y tenéis que recordar de memoria el número de los capiteles donde la
esfera de luz se detendrá sólo por un breve instante. Sólo quien, al
final del recorrido, recuerde de memoria la combinación numérica
podrá ser un buen guardián del camino santo que conduce hacia la
eternidad. Estad atentos, la esfera tiene que entrar en la galería de
poniente, la que indica el occidente, el lugar donde cada día el sol se
esconde para morir, el símbolo del punto geográfico desde donde
regresará Jesucristo. Esta galería habla de nosotros, de animales
alados, de diablos, del mundo de Lucifer.
La esfera se llenó por dentro de un color morado. De su
interior, comenzó a salir un humo perfumado. Todo el claustro olía a
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,35
presagio y a muerte. Todos volvieron a ponerse muy nerviosos. De
repente, la bola de luz sacó de su centro como unas espadas
metálicas y comenzó a dar vueltas sobre sí misma.
Dejad distancia, apartaos de su lado aconsejó el conde.
Os podría herir e, incluso, mataos con sus espadas de energía
luminosa. La esfera está a la defensiva.
Pero tú, como buen caballero cristiano, interrumpió el
abad también sabes cómo se tiene que luchar contra el Maligno.
Además, mira, se acaba de parar al capitel 32. Es el capitel en el que
ordené esculpirte, viejo amigo conde de Cardona, combatiendo como
un guerrero contra una fiera que es el símbolo del Maligno en el libro
santo del Apocalipsis. La esfera sabe en todo momento lo que se está
haciendo. Es el momento del combate espiritual. Además, la esfera es
consciente de que, en este lado del claustro, también está esculpido
cómo son de estúpidos los hombres.
Por esto, viejo amigo abad, razonaba de nuevo el conde
ahora la esfera se detiene en el capitel 34, precisamente delante de
una imagen que habla de hombres que se comportan como si fuesen
un burro o que prefieren la compañía de las sirenas, el símbolo de las
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,36
tentaciones que hacen que los hombres se aparten del camino de
Dios.
¿Por qué se detiene la esfera? preguntó Biel
Todavía no es el momento de la luz del Finis Terrae explicó
el abad, todavía no es el momento del Juicio Final cuando este
mundo se acabe para siempre. ¿Qué capiteles ha señalado la esfera?
Hasta ahora, es fácil respondió Pol, sólo dos, los números
32 y 34.
Dos números simbólicos, explicó el abad. Si sumas el
primero de ellos, (3+2) te da el número mágico, el 5, el del
pentagrama. El 3 como el número de la Trinidad de Dios (Padre, Hijo
y Espíritu Santo), el 2 como el número de las dos naturalezas de
Jesucristo, la humana y la divina. Si haces el mismo con el segundo,
(3+4) te da el segundo número mágico, el 7, el número de la obra
creadora de Dios, el número de su naturaleza. El 3 como el número
de la Trinidad de Dios y el 4 como el número de las 4 naturalezas en
las que se manifiesta Dios.
Esto último suena muy complicado señaló Claudia.
¿Cuales son estas cuatro naturalezas?
Intentaré explicarlo en pocas y sencillas palabras: La primera,
no es creada y es creadora, es Dios mismo, el Dios que nos ha creado
y ha creado todo el universo. La segunda, es creada y creadora,
simbólicamente, Jesucristo, que con su muerte en la cruz ha
permitido al hombre regresar a Dios. La Tercera es creada pero no
creadora, el mundo y nosotros mismos, los hombres. La cuarta, no es
creada ni creadora, Dios en sí mismo, la parte de Dios que ninguno
puede conocer y en la que acabará todo.
Hostia, qué rollo, me he perdido dijo Biel, pero seguro
que es muy interesante.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,37
Eres tonto, gritó Pol. Es la esfera perfecta, el gran
símbolo matemático, la perfección de toda figura geométrica que nos
explicó el otro día el profe de mates. Todo ha salido de Dios y todo
volverá a Dios, como esta esfera de luz...
Pol no pudo decir nada más. Por encima de los tejados del
monasterio se sintió un fuerte ruido. Sobre el pavimento del patio,
comenzaron a caer trozos de grandes ramas arrancadas de forma
violenta. Todo era confuso. Unos gritos estridentes llenaban de
presagios de muerte la noche. Todos los canónigos se pusieron en
movimiento y se fueron a refugiar bajo el pequeño tejado interior del
claustro. Los cinco amigos los imitaron.
Un dragón rojo de siete cabezas y diez cuernos aterrizó en
mitad del patio. Era tan grande que tenía que colocar sus alas
dobladas para que pudiesen caber. Sus pares de ojos eran
aterradores. Aunque quería girar su cuerpo sobre sí mismo, no podía.
No paraba de mover sus siete cabezas y con sus 10 cuernos iba
arrancando las tejas que cubrían el segundo piso del claustro.
Es el dragón apocalíptico gritó uno de los canónigos.
Todos se pusieron a correr en dirección hacia la pequeña puerta
que comunicaba el claustro con la iglesia.
Hacéis bien, hacéis bien, marchad, marchad, gritaba el
conde. Lo que busca es tenernos a todos juntos para concentrar la
fuerza del fuego de sus siete cabezas y eliminarnos a todos de una
sola vez. Nos tenemos que separar para que nos tenga que eliminar
uno a uno. Abad, refúgiate con los chicos en el interior de la puerta
de las sala capitular.
El abad obedeció a su amigo el conde. Los cinco amigos se
quedaron a su lado, refugiándose al abrigo de la puerta de la sala de
reunión de los canónigos. Aunque nadie se había dado cuenta,
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,38
mientras la mayoría de canónigos se refugiaba en la iglesia y el abad
y los chicos en la puerta de la sala capitular, el conde se había
dirigido al interior del monasterio para coger su escudo y su espada
de caballero de cuerpo y medio. Al regresar, se puso delante de una
de las siete cabezas del dragón y, levantando su enorme espada con
las dos manos, se la cortó de un solo golpe. Lo mismo hizo con otras
dos cabezas. Todos se quedaron sin palabras, no por la acción tan
valiente que acababa de realizar el conde sino porque, al dragón, de
forma automática, le volvieron a salir y a crecer tres nuevas cabezas.
Es inútil tu combate, le explicó gritando el abad. No es
una lucha contra un cuerpo de carne y huesos. Este dragón es una
representación espiritual del verdadero dragón rojo del libro santo del
Apocalipsis. Vuelve hacia el interior del claustro y ven a rezar con
nosotros. Sólo una oración dirigida a Dios hará posible que este
dragón nos deje en paz. Todos conmigo: Padre nuestro...
Yo no sé rezar, dijo Claudia.
Tampoco yo, contestó Pol.
Eso ahora no importa nada sentenció el conde que ya había
entrado en el interior del claustro arrastrando su gran espada y su
escudo decorado con sus armas mobiliarias . Seguid e imitad
nuestras palabras.
El claustro se fue llenando de las improvisadas oraciones de los
niños. Los canónigos salieron del templo y se unieron a la oración.
Los chicos no sabían ni lo que estaban diciendo, no por el hecho de
las oraciones sino porque la comunidad de canónigos se había puesta
a rezar en latín.
A pesar de esto, esa cadena mágica de palabras hizo su efecto
terapéutico y sanador. El dragón rojo emitió un fuerte chillido y
desapareció por el mismo lugar por el que había entrado.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,39
Esto es una pasada, una auténtica paranoia comentó
Marta. Si salimos de esta, cuando lo expliquemos, nadie nos creerá.
Antes tenemos que salir recordó Biel. Por cierto, ¿dónde
se ha metido la esfera de luz?
Se ha escondido como un cobarde sentenció Claudia.
No creo que sea esta la razón dijo Clara.
Ya está la lista contestó Pol.
Callad, no discutáis más les recriminó el abad. La esfera
de luz estaba haciendo lo que tenía que hacer. Mirad hacia el pozo.
Todos miraron hacia el pozo. La esfera de luz se había
transformado en una pieza ovalada luminosa que cubría en forma de
escudo toda la boca del pozo.
Parece un ovni, gritó Marta.
¿Un, qué? preguntó el conde.
Una nave espacial, una máquina de viajar con la que los
extraterrestres viajan por el espacio hasta la Tierra para visitarnos.
¿Qué?, el conde no salía de su expectación.
Callad, callad y dejos de decir tonterías. La esfera tiene un
destino histórico y no podía dejar que la dama montase el dragón
explicó el conde. Era muy peligroso que la dama cogiese el
dragón como su caballo de guerra. Esto es lo que pasará en el
momento del Juicio Final, cuando el mundo se acabe. El libro sagrado
del Apocalipsis así lo explica.
El conde no pudo decir nada más. La esfera se dirigió hacia la
galería del Mediodía o del sur, donde la luz toca todo el año.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,40
La esfera ha tomado el camino de la luz comentó el abad.
Así nos lo recuerda esta galería hablando de la vida y de las
costumbres a la Tierra de todos nosotros los hombres. Mirad, el
capitel que ahora ilumina de tantos bonitos colores es el número 39.
Sus imágenes hablan de los dos modelos de vida que puede aceptar
un buen cristiano: el que llevan los canónigos, los sacerdotes; el que
lleva el conde, que es el mismo que viven vuestros padres. En este
capitel, yo estoy representado como un sacerdote que dice misa y el
conde como un valiente caballero.
Y también, en este capitel, replicó el conde está
representada la dama que hoy vendrá a buscarme definitivamente.
No digas tonterías. Esta es una dama normal, una mujer que
buscaba un novio. El conde, como vuestros padres, ha escogido un
camino, el de querer a una mujer; yo, otro.
¿Tú no has querido jamás a una mujer? le preguntó
Marta.
Yo, no respondió el abad.
Vaya vida más aburrida, contestó Biel.
Esta, joven, es su opinión argumentó un poco nervioso y
ofendido el abad. He dedicado con alegría mi vida a Dios.
Preguntadle al conde.
No soy tan estúpido, gritó el conde. Conozco las
diferencias entre tu vida y la mía y, ahora, los cinco chicos también.
Yo he tenido mujer y ocho hijos, unas criaturas tan especiales y
únicas como estos cinco chicos. Tú, abad, no. Seguramente, mis hijos
sean el único motivo por el que ha merecido la pena vivir esta vida,
como estos chicos son para sus padres, independientemente del
tiempo histórico en el que ellos ahora estén viviendo.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,41
No digas esto. Estás pecando contra Dios respondió
malhumorado el abad.
Tú sabes que es la verdad. No sólo he matado animales como la
liebre con la que se me ha representado en el capitel 39, también he
matado muchos infieles en las guerras. También yo he servido a Dios,
de otra manera a como tú lo has hecho. ¿Por qué piensas que la
esfera se ha detenido y ha iluminado esta escena?
Calla, conde, calla dijo Pol. La esfera está haciendo un
nudo de luz que parece no tener ni principio ni fin. No tiene ninguna
unión. No está atada. ¿Hacia dónde va?
Parece que quiere atar este capitel respondió Marta con
otro.
Sí, afirmó el abad. Ahora, nos llevará a un nuevo capitel
importante, el número 42. Aquí, Dios nos ha dejado representar a su
hijo como un gallo. Este es un símbolo que quiere decir que, igual
que el gallo anuncia la primera luz de la mañana cada día, así Cristo
es la primera luz del universo. También hemos podido poner el
símbolo del león, que con su fuerza representa la idea de la justicia
de los reyes. El Dios cristiano es un Dios bueno, muy bueno
La esfera continuaba haciendo su nudo eterno de luz y no paró
hasta llegar a una imagen singular que acabó iluminando.
Es un Dios que no nos ha dejado jamás solos como le pasa a
la oveja que es atacada por una ave en el capitel 49 comentó el
conde Por eso, la esfera está enlazando esta serie de capiteles que
nos hablan del buen Dios.
El conde calló. La esfera se había detenido delante de un capitel
con una iconografía, una imagen, especial. El conde, al ver que la
esfera hacía tomar vida a la figura que ocupaba el centro del capitel,
se puso a llorar. Como pudo, continuó explicando.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,42
La esfera se ha acordado de mí, aunque yo ya no soy el joven
guerrero que os hice representar en el capitel 51. En las batallas
contra los infieles, siempre me he visto como un guerrero inmortal.
Mi espada de cuerpo y medio ha reducido a polvo a enemigos,
muchos enemigos Los he cortado por la mitad de un solo golpe.
Siempre he estado orgulloso de mi escudo, de mi señal de conde de
Cardona, con mi flor, el cardo.
La esfera dejó de hacer su nudo eterno. Giró sobre sí misma y
se dirigió hacia donde se encontraban los hombres y los niños.
Después, de su interior salió una voz ronca que les habló.
Recordad estos números: 39, 42, 49, 51. Representan los dos
modelos de vida que los hombres lleváis en esta tierra.
Después, todo calló. No sólo se produjo el silencio, también la
esfera dejó de emitir luz. Todos se restregaron los ojos. Habían
pasado de la luz a la oscuridad y seguro que esto significaba alguna
cosa o era el anuncio de que alguna nueva cosa estaña tenía que
pasar en el patio del claustro. Los hombres callaron. Y, después, cada
uno a su manera, se puso a esperar.
9
Sin avisar. Fue así. Las piedras de contención del pozo se
convirtieron en una escalera que llegaba hasta el tejado interior del
claustro. Espantados por el ruido que las piedras hacían según se
iban colocando, los canónigos corrían en todas las direcciones
buscando la salida. Tenían tanto miedo que ni giraban la cabeza para
ver qué pasaba. Sólo el abad, el conde de Cardona, los cinco chicos y
la esfera de luz permanecieron en el claustro.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,43
Viejo amigo, chicosdijo el abad mirad lo que nos recuerda la
esfera con los otros capiteles que ha puesto en movimiento.
Era cierto. Ahora, eran unos cuantos capiteles los que habían
abandonado su ubicación encima de los diferentes fustes de algunas
columnas y habían tomado vida en medio del patio interior del
claustro.
Ya no es el tiempo de las muchachas de los capiteles 55 y 56
comenzó a decir el conde, ni de la muchacha que se peina en el
capitel 57, a mi lado mientras lucho contra la fiera porque se ha
enamorado de mi, ahora toman vida algunos capiteles de la galería
de Levante, la del este, el lugar sagrado por donde sale la luz de
Dios. Es nuestro tiempo, abad, el tuyo y el mío. Esto se ha acabado
para nosotros dos, no para estos chicos. No tenemos que querer
alargar más nuestra vida de manera estúpida como el toro que toca
el rabel en el capitel 59. Nuestra vida se ha acabado. Atrás quedan
nuestros días, como el de mi boda en el capitel 61. Abad, es el
momento de los monstruos alados, de las fieras del maligno
representadas al capitel 62 que vienen a por nosotros. Esta escalera
pertenece a la dama y la esfera de luz sabe que nos está haciendo
ver algunos instantes de nuestra vida antes de conducirnos hacia la
muerte.
El abad no respondió. Sin decir nada más, el conde se acercó a
la pared del claustro donde había dejado su espada y su escudo, los
cogió y comenzó a dirigirse hacia la escalera. Al llegar a la escalera,
volvió su cuerpo y miró con ternura tanto a su amigo, el abad, como
a los chicos.
No te preocupes por mí, viejo amigo. Estoy bien. La dama me
espera en la profundidad de esta escalera. Deja que esta mujer tan
especial me dé el último abrazo. Después, venid a recogerme y poned
mi cuerpo sobre el altar. Amigo mío, haz que todos los canónigos
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,44
recen y canten por la salvación de mi alma y, sobre todo, enterradme
en el claustro para que nadie se olvida de mí.
Después, puso dos dedos dentro de su boca y, como si quisiera
llamar a su caballo de guerra, silbó muy fuerte. La esfera de luz hizo
girar los capiteles que había seleccionado de la galería de Levante y
los hizo adoptar la forma de un majestuoso caballo de piedra. El
conde lo montó y se puso a galopar hacia el exterior del monasterio,
saliendo por encima de los tejados, hacia la luna y la estrellas. El
abad aplaudió por tres veces las palmas de sus manos y esperó hasta
que la esfera de luz adoptó la forma de una armadura de guerra
sobre su cuerpo.
Pase lo que pase les dijo el abad a los niños no tengáis
miedo. Es nuestro momento. Venid conmigo.
Todos le siguieron. El abad detuvo sus pasos en el capitel 65 en
el que había representada una Maiestas Dómini, Jesucristo en el
momento glorioso de su vuelta
a la Tierra en el momento del
Juicio Final. Ahora bien, en el
claustro de Santa Maria de
l’Estany, la representación de
los cuatro evangelistas conocida
como Tetramorfos era especial,
pues eran cinco los animales
representados. Parecía como si
se quisiera insistir en la
naturaleza humana de Cristo. De hecho, se había duplicado el animal
que representaba a San Lucas, el toro, como símbolo de la muerte en
cruz de Cristo. La muerte, siempre la muerte, la dama.
Abrazaos a la columna y cerrad los ojos. Sobre todo, no
miréis. Es el momento de la dama. Hermosa dama blanca hermana
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,45
de la luz, ¿a qué esperas? Pasa. Estoy preparado para recibir tu
último abrazo. Me tienes que tomar como sacrificio. Hoy, tampoco
sabrás el secreto que conduce al camino de la eternidad.
En ese preciso momento, cuando el abad calló, por la escalera
comenzó a subir un cortejo de esqueletos. El ruido que producían era
aterrador. Los esqueleto subían armados como caballeros y llevando
grandes escudos, se protegían con cascos de combate y arrastraban
por el suelo toda clase de armas. Todos iban riendo. Detrás de ellos y
desde las profundidades del pozo, surgió una gran serpiente. Según
iba subiendo, su cuerpo hacía un ruido extraño al resbalar sobre las
piedras. Cuando la gran serpiente llegó al tejado en el que se
acababa la escalera, sucedió un hecho extraordinario. Según la luz de
la luna se reflejaba en la cabeza y el cuerpo de la gran serpiente, ésta
se iba transformando en una hermosa y espectacular mujer.
Es mi momento dijo el abad, refugiaos en la columna que
os acabo de mostrar, esa en la que Jesucristo está representado en
un trono y con cuatro animales a su alrededor: un hombre, un toro,
un león y un águila. Mi armadura de luz es ahora vuestra, os
pertenece y siempre os protegerá.
El abad abandonó la protección de la luz de la esfera. De hecho,
él mismo se arrancó la armadura de luz con la que protegía su cuerpo
y la lanzo al aire. La armadura de luz se rompió en partes y adoptó la
forma de cinco pequeñas armaduras que fueron a incrustarse en los
cuerpos de los cinco amigos. El viejo canónigo se dirigió hacia la
escalera. Una hermosa dama le esperaba. Los chicos vieron como la
abrazaba sonriendo. Después, el cuerpo sin vida del abad cayó en
medio del patio del claustro desde el tejado. De repente, una niebla
espesa cubrió todo, también la mirada de los chicos. No se veía nada,
ni el resplandor de les cinco pequeñas armaduras de luz. Todo era
niebla y silencio.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,46
Pasados unos minutos, que a los chicos les parecieron eternos,
un fuerte ruido de piedras que caían les asustaron todavía más.
Después, nuevamente, se produjo el silencio y la niebla desapareció.
Como si no hubiese pasado nada, todas las piedras habían vuelto a su
lugar: las del pozo a hacer de pozo, las de los capiteles a hacer de
capiteles historiados, llenos de imágenes. Sólo la presencia de dos
cuerpos eran testigos del que allí había pasado. Junto al cuerpo del
abad, también yacía el conde de Cardona. Los chicos dejaron de
abrazarse a la columna. Las cinco pequeñas armaduras de luz se
volvieron a unir formando la esfera de luz que tan bien conocían.
¡Qué pasada! exclamó Biel.
¿Están muertos? preguntó Claudia.
Míralo tú si quieres, yo no me acerco respondió Clara.
No seamos un grupo de cobardes comentó Pol. Nos han
tratado muy bien y nos han ayudado. No los podemos dejar así.
Tendríamos que avisar a los otros sacerdotes, argumentó
Marta.
Mientras los cinco amigos no sabían qué hacer y dudaban de lo
que sería más conveniente, el conde de Cardona se comenzó a
mover. Después, se puso de pie como pudo y se acercó al cuerpo del
abad.
Abad, buen amigo abad...
No pudo continuar. Su amigo no le respondió. No se movía. El
conde se agachó. Vio que su amigo le sonreía desde el suelo. Pero,
estaba muerto. Entonces, la esfera de luz se puso al lado del conde y,
de su interior, dejó caer un papel. El conde de Cardona se agachó
nuevamente y lo recogió del suelo. Lo leyó en voz alta.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,47
Viejo amigo, cuando tengas este papel en las manos, sabrás que la
dama no venía por ti, sino por mí. Desde hace días, tengo muy claro
el mensaje del capitel 65. También yo como la Virgen María acepté el
anuncio de la fe que por siglos trae el ángel Gabriel a los hombres.
Ella tuvo una Visitación del ángel, yo una invitación a la fe cuando era
muy joven, casi un niño. Ahora sé que Cristo, en forma de Maiestas
Dómini, eso que se llama un Pantocrátor, volverá a la Tierra por
segunda vez, sentado en un trono celestial como el rey de reyes que
es. Será el momento del Juicio Final. Todos tendremos que rendir
cuentas de nuestras vidas. Cristo vendrá acompañados de los cuatro
símbolos de los hombres que nos han explicado mejor su vida, los
evangelistas representados como animales simbólicos en la figura
que se llama un Tetramorfos.
El conde dejó de leer. No podía más. Se puso a llorar. En el
suelo, yacía su mejor amigo. Ahora, comprendía los símbolos y su
amigo había hecho el último camino siguiendo el recorrido que
representan los cuatro animales de un Tetramorfos: como hombre,
que representa al evangelista San Mateo, había vivido como un ser
humano dentro de la carne; como toro, que representa al evangelista
San Lucas, había muerto. Pero, como león, que representa al
evangelista San Marcos, estaba convencido de que el alma de su
amigo el abad había resucitado y que, en aquellos momento, estaba
ya con el águila, que representaba al evangelista San Juan y el
camino de vuelta al Cielo.
El conde lloraba sin parar mientras recordaba estas cosas que
un día le había explicado su amigo al confesarle que dejaba su vida
de caballero para hacerse canónigo y poder seguir así el camino del
conocimiento que representaba el águila de San Juan Evangelista, el
discípulo que más quiso Jesucristo y el único que reposó sobre su
pecho en la Última Cena.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,48
El conde sonrió. De repente, entendió el significado del capitel
66. El águila era la clave; por esto, sobre la cabeza del águila, se
había esculpido una llave, es decir, una clave. Sólo el camino del
conocimiento podía llevar al Dios de la luz, aquel Dios que había dicho
de él mismo: Ego sum lux mundi, yo soy la luz del mundo.
El caballero miró a los niños y con un gesto de sus ojos hizo
que la esfera de luz se volviese a romper en cinco partes. Cada una
de las cinco partes se fue depositando encima de las cabezas de los
chicos. Todos ellos notaron como se mojaban con una lluvia suave
que les hacía felices por dentro.
Ahora, sois los guardianes de estos misterios del claustro de
Santa María de l’Estany. Vosotros conocéis los números de la
revelación, de la verdad del camino. Vosotros sois la nueva luz y la
conciencia del mundo y tenéis que guardar en vuestra memoria el
camino que conduce hacia la eternidad. La dama lo intentará
conseguir más veces. Por favor, no dejéis que la dama se haga
eterna, los hombres ya no podrían regresar más a Dios. No dejéis
que nada malo suceda ni al mundo ni a los hombres hasta que Él
vuelva en persona por segunda vez, Nuestro Señor Jesucristo,
nuestra salvación.
¡Biel!, ¡Biel!, hoy han venido tus amigos, Pol, Claudia, Clara y
Marta para ver cómo te encuentras. Supongo que ya no tienes fiebre,
¿no? Estos últimos días me tenías muy preocupada. Decías cosas
muy extrañas por efecto de la fiebre. Por cierto, ¿de qué conoces tú
el monasterio de Santa María de l’Estany?
Madre, madre, respondió Biel. Son cosas mías. Déjalos pasar,
tenemos que hablar de muchas cosas.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,49
Propuesta pedagógica
Recuerda que la palabra claustro viene del verbo latino CLAUDERE que
significa cerrar. Todo claustro consiste en un patio interior cuadrangular
compuesto por cuatro lados. Cada uno de los lados contiene una galería
porticada con arquerías que descansan sobre columnas, ya sean simples
o dobles. Cada galería toma el nombre de panda. En cada una de las
pandas, se realizaban los trabajos escultóricos sobre los diferentes
capiteles. El conjunto suele ir cubierto con un tejadillo. En medio de todo
claustro, existe un pozo con su aljibe o cisterna para recoger el agua.
Por lo general, se edificaba pegado a la pared norte de la nave de una
catedral o de una iglesia monasterio. En definitiva, el claustro era y es un
lugar de recogimiento en el que tanto los monjes como los canónigos
realizaban y realizan gran parte de su vida monacal. Como anécdota final,
decirte que es un lugar único; ya que su acceso está restringido al
público, al ser considerado un espacio de uso exclusivo para los monjes
o canónigos conformando lo que se llama su clausura.
1. Busca información sobre la situación geográfica de Santa Maria
de l’Estany: municipio, comarca, provincia...
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,50
2. ¿Qué se entiende por arte románico?
3. ¿Cuál es la datación histórica del arte románico?
4. Busca información sobre quién era un canónigo regular de san
Agustín.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,51
5. ¿Quién es la dama de la que habla el relato? ¿Por qué?
6. ¿Quiénes son los principales personajes del relato?
7. Explica cuál es la simbología de un claustro románico.
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,52
8. ¿Cuantas galerías, caras o pandas interiores tiene un claustro
románico? ¿Cómo se orientan?
9. ¿Cuál es el número mágico con el que se construyó el claustro
de Santa Maria de l’Estany?
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,53
10.¿De qué personaje explica la vida la galería de Septentrión o
norte? ¿En cuantos capiteles?
11.¿Qué tema se explica en el capitel número 1? ¿Qué personajes
bíblicos están representados?
12.A la panda norte o de Septentrión, ¿qué capitel es el que varía el
orden cronológico? ¿Por qué?
13.Dibuja el capitel llamado del pesaje de las almas. ¿Que personajes
aparecen en él?
14.¿Qué simbolismo numérico tienen los capiteles 32 y 34 de la
galería de occidente?
15.¿Qué dos clases de vida están dibujadas a la galería de Mediodía o
sur?
16.Dibuja la forma de vida con la que se representa al abad del
monasterio de Santa María de l’Estany al claustro.
17.¿ Cómo se representa al conde de Cardona en el claustro? ¿cómo
se reconoce?
La esfera de luz y la misteriosa dama de Santa Maria de l’Estany,54
18.Define qué es una Maiestas Dómini y qué es un Tetramorfos.
19.Dibuja el capitel del claustro que representa esta simbología,
Maiestas Dómini y Tetramorfos. ¿Qué característica tiene que le hace
ser una representación única?
20.Señala, en el plano del claustro, los capiteles que representan el
camino de la eternidad.