La Destrucción de Las Indias Aproximacion Desde La Contemporaneidad

7/23/2019 La Destruccin de Las Indias Aproximacion Desde La Contemporaneidad

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LA GUERRA DE CONQUISTA O LA DESTRUCCIN DE INDIAS:

-Una Aproximacin desde la Contemporaneidad-

Jos Mara Rojas G.Cali, Colombia, Octubre 2006

Abstract

Explaining who the conquerors were socially and understand their actions, is the purpose of thishistorical and sociological exploration. Why return to the starting point in the historical process

of structuring companies that currently make up the national territorial units of Latin America?There are several reasons that lead us to this determination and will be discussed here in detail inorder to give an account of the implications of conquest in historical reality that extends to thepresent.

Resumen

Explicar quines fueron socialmente los conquistadores y comprender sus acciones constituye elpropsito de esta exploracin histrico-sociolgica. Por qu retomar el punto de partida en elproceso histrico de estructuracin de las sociedades que actualmente conforman las unidades

territoriales nacionales de la Amrica Latina? Varias son las razones que nos llevan a estadeterminacin y aqu sern examinadas en detalle con el fin de dar cuenta de las implicaciones dela conquista en realidad histrica que se extiende hasta la actualidad.

A Juan Friede, mi profesor, in Memoriam

A Evo Morales, primer presidente indgena de Hispanoamrica

A Hugo Chvez, gran lder de la causa bolivariana


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INDICE

No. Pgina

NOTA INTRODUCTORIA 4

CAPITULO I 6

LA ESPAA QUE CONQUIST AMRICA

CAPITULO II 10

UN EMPERADOR PARA ECHAR A ANDAR HACIA ATRSLA RUEDA DE LA HISTORIA

CAPITULO III

LA ESTRATEGIA DEL TERROR 22

A. El Requerimiento 26

B. Pacificar 361. La matanza ejemplar 402.

Quemar al jefe 413. Mutilar 444. Aperrear 465. Montear 516.

Ranchear 51

C. Poblar 53

D. Cristianizar 56

CAPITULO IV.

CRITICA DE LA GUERRA DE CONQUISTA: BARTOLOMDE LAS CASAS, DEFENSOR DE LOS INDIOS 62


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A. La Idolatra 69Objeciones y Rplicas

B. El fin de la Fe 78Objeciones y Rplicas

C. La Barbarie 84Objeciones y Rplicas

D. Victimizacin de Inocentes 87Objeciones y Rplicas

E. La Responsabilidad del Rey 92

CAPITULO V.

UNA APROXIMACIN DESDE LA CONTEMPORANEIDAD85

LAS LECCIONES DE LA HISTORIA 99

1. Los nuevos conquistadores 1022. La vieja iglesia catlica 1043. La necesidad de un modelo alternativo 1054. La solidaridad latinoamericana 1065. Las nuevas guerras imperiales 1066. El oro blanco de los Andes 108

BIBLIOGRAFA CITADA 111


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NOTA INTRODUCTORIA

Por qu retomar el punto de partida en el proceso histrico de estructuracin de las sociedadesque actualmente conforman las unidades territoriales nacionales de la Amrica Latina? Variasson las razones que nos llevan a esta determinacin. En primer lugar est el actual protagonismopoltico de los pueblos indgenas, cuyo hecho ms relevante es el acceso de Evo Morales a laPresidencia de Bolivia. Es ste un acontecimiento ejemplar, especialmente para las naciones conun fuerte contingente de poblacin indgena, como Ecuador, Guatemala y Per. Pero, qu decirde pases, como Colombia, donde la poblacin indgena es una pequea minora? En este caso elacontecimiento no es menos relevante y se est obligado a preguntar por qu en estas sociedadesla poblacin indgena es demogrficamente tan pequea y, tambin, se est exigido a revalorar la

importancia histrica de las luchas sociales que los supervivientes de los pueblos indgenas libranhoy por su territorio, su cultura y su economa.

Otra razn para volver, en pleno auge de la globalizacin neoliberal, sobre el perodo histrico dela Conquista de Amrica, est dada por el papel que progresivamente va asumiendo la antiguametrpoli en el contexto de la Unin Europea como representante de intereses de los paseshispanoamericanos, intereses que cada vez ms son los suyos propios y particulares en tanto quelas grandes empresas espaolas se elevan a la categora de multinacionales mediante fuertesinversiones de capital en las antiguas colonias.

Y, finalmente, volvemos al problema (el tema, como es lo usual en el lenguaje de polticos,

burcratas y acadmicos) de la Conquista porque, al menos en Colombia, la celebracin de los500 aos del descubrimiento del nuevo mundo, no dio lugar a que historiadores, etnlogos ysocilogos produjramos documentos en los cuales retomramos las grandes tesis polmicassobre el encuentro de dos mundos como se le denomin eufemsticamente a dicha celebracin.Tan estril e insulsa celebracin por parte de los intelectuales colombianos talvez podraexplicarse en buena parte porque un ao antes, en 1991, la Asamblea Constituyente que elaboruna nueva Constitucin para Colombia, no solamente cont con la presencia destacada de losindgenas, sino tambin porque, por primera vez en la historia, se consign en la Constitucinque Colombia es una nacin culturalmente diversa y que, como tal, los indgenas tienen derechoal territorio y a regirse en sus relaciones sociales por sus propios usos y costumbres. Adems,dada su situacin demogrfica minoritaria, se estableci una circunscripcin especial para que los

indgenas puedan elegir directamente dos representantes al Senado de la Repblica. Tantrascendentales logros polticos de los indgenas hicieron que la conmemoracin de los 500 aosde la llegada de Coln a Amrica pasase a un segundo plano y que este evento quedasecircunscrito al mbito de las relaciones diplomticas entre los dos pases. Del lado de Espaa, elgobierno socialista estaba interesado en destacar la dimensin progresista del acontecimiento y


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proyectarlo hacia el futuro, ocultando toda referencia al inicio de la gran matanza, mientras que el

gobierno colombiano, constitucin en mano, se poda mostrar, en concreto, orgullosamenteprogresista. En estas circunstancias, ante tanta hipocresa histrica, el retiro del comit decelebracin de los faustos oficiales de Germn Arciniegas, un anciano intelectual reaccionario,no trascendi como un rechazo a la apologa y a la ausencia de sentido crtico en la celebracin,sino como la actitud de un reaccionario ante dos gobiernos progresistas.

Las atrocidades cometidas por los espaoles en el proceso de ocupacin del territorio americano,consistentes en el saqueo, el robo, el incendio, el engao, el secuestro, la tortura, la esclavitud, laservidumbre y el exterminio fsico de las poblaciones nativas que opusieron alguna resistencia alinvasor, no deben ser olvidadas. Por el contrario, requieren una explicacin y una comprensinsociolgicas. Que tan dramticos e inhumanos hechos hayan dado lugar en su poca a que en

otras naciones europeas, no menos colonialistas e incluso, refinadamente crueles en sus guerrasde conquista, se haya construido laLeyenda Negraque mucho ha afectado la imagen histrica deEspaa, en ningn caso amerita que se procure ignorar, ocultar y olvidar ese pasado histrico.

Ms an, cuando la misma Espaa guerrera y atroz tuvo el honor de traer al mundo a Bartolomde las Casas, testigo crtico, infatigable luchador y defensor de la causa de los indgenas, pacifistaa ultranza, terico fundador del indigenismo y de la etnologa americanas. Las Casas,contemporneo de los conquistadores, lleg a ser acusado por los defensores de la empresaviolenta de la conquista como inspirador de la leyenda negra. Todo lo que la Espaa democrticade hoy pueda pretender de ejemplarizante y de legitimador en sus relaciones paternales con lospases latinoamericanos est en la obra de Bartolom de las Casas. Por ello sorprende que en

1992, y an ahora, el gobierno socialista espaol no haya emprendido la tarea de difundirmasivamente la obra de Las Casas. Bien vale la pena recordar que durante el gobierno deFrancisco de Toledo, nombrado Virrey del Per en 1568 fueron recogidas y prohibida lacirculacin de las obras lascasianas con el expreso beneplcito de Felipe II (Friede, 1978, p. 76).

El dramtico despliegue de conflictos tnicos y religiosos en el mundo actual tiene profundasraces histricas que la obra de Las Casas nos ayuda a comprender en profundidad y nos permiteidentificar la responsabilidad histrica que tienen pases hoy desarrollados en la gnesis de estosconflictos que estn llevando a la autodestruccin de pases subdesarrollados. Si bien el conflictoque arrastra desde hace ms de 50 aos la sociedad colombiana no es ni tnico ni religioso,considerando los protagonistas y sus acciones hay enormes similitudes con lo ocurrido en la

guerra de conquista hace 500 aos. En el desarrollo de este texto procuraremos poner demanifiesto algunas de tales similitudes. De nuevo, retomamos la conquista porque mucho nospreocupa el presente.


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CAPTULO I

LA ESPAA QUE CONQUIST AMRICA

Explicar quines fueron socialmente los conquistadores y comprender sus acciones constituye elpropsito de esta exploracin histrico-sociolgica. La tarea implica abordar una ampliacomplejidad social. Comencemos por las cuestiones del poder y de la dominacin.

El matrimonio de los Reyes Catlicos, Fernando e Isabel, se llev a cabo en 1469. Esta uninsellara la concentracin del poder que le dio identidad poltica a Espaa. Desde luego la eleccinde Fernando por parte de la joven princesa no obedeci a un proyecto poltico de unidad nacional,sino a particulares asuntos del corazn, segn la historia romntica sobre el acontecimiento. La

nobleza castellana procur evitar este matrimonio y busc candidatos entre los parientes de losreyes de Portugal, Inglaterra y Francia. Pero se impuso la obstinacin de Isabel. Dice Puiggrs:

Castilla, enclavada entre Aragn, Portugal y el reino rabe de Ganada, con supueblo sumido en la negra miseria y sus castillos convertidos en guaridas de noblesdespticos y asaltantes de caminos, estaba entonces gobernada por el crpulaEnrique el Impotente, hermanastro de Isabel(Puiggrs, 1989,p.40).

La nobleza castellana, ni fue un dechado de virtudes caballerescas ni de ardor nacionalista. DonQuijote es su ilusoria representacin. Siempre extranjerizante, busc en los Habsburgos y losBorbones la verdadera realeza.

Cuando Fernando asciende al trono de Aragn, aos despus de su matrimonio con Isabel, elsoberano aragons era el ms poderoso monarca de Italia1 y su reino el ms prspero deEuropa (Puiggrs, 1989,p.58). El epicentro de la prosperidad fue la ciudad de Barcelona, capitalde Catalua. El proceso de reconquista (a los moros) de los territorios de Aragn y Cataluaconsolid una fuerte burguesa en Barcelona, capaz no solamente de controlar la ciudad, sinotambin de hacer de sta (desde finales del siglo XII) el ncleo de expansin econmica ypoltica por todo el Mediterrneo. Era una burguesa constituida predominantemente por judos,conversos y rabes, cuya riqueza lleg a su punto ms alto a mediados del siglo XV. Un noblebohemio a su paso por Barcelona hacia 1465-67 escribi:

En fin, con ayuda de Dios llegamos a Parsalaun (Barcelona), bella y gran ciudad,capital de Catalua, situada a orillas del mar. Tiene gran comercio con todo elmundo y gran trfico por mar. Se cree que los de Parsalaun (Barcelona) poseen

1El reino de Aragn inclua Sicilia, Npoles, Crcega, Cerdea, Atenas, Neopatria, Baleares, Valencia,Provenza, Roselln, Vallesjin, Conflent, Catalua y Aragn.


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tantos buques como los venecianos, y hay en la ciudad gentes muy ricas y poderosas.

Es opinin comn que Parsalaun (Barcelona) posee tanta riqueza como todo el reinode Aragn y de Catalua.(Mnzer, 1952, p.304)2.

Barcelona haba llegado a ser uno de los centros comerciales y manufactureros ms importantesde Europa. Sin embargo, los desmedidos gastos del reino y las continuas guerras llevaron a losreyes de Aragn a contraer enormes deudas, cuyo pago trasfirieron a las ciudades catalanas, enparticular a Barcelona. Las tensiones sociales y polticas generadas por tales obligaciones de pagollevaron al estallido de rebeliones populares que, hbilmente manipuladas por los nobles, como lade los campesinos payeses, se dirigieron, con motivaciones religiosas y racistas contra esaburguesa juda, conversa y rabe, cuya consecuencia fue el abandono de la ciudad por parte delos burgueses no cristianos. En los albores de la conquista de Amrica, Barcelona estaba hundida

en la decadencia. Fernando el Catlico no fue el protector ni menos an el representante de unariqueza burguesa en Aragn. No es de extraar que su papel en la conquista de Amrica hayasido tan mediocre.

El acceso de Isabel al trono de Castilla implic tener que superar la decidida oposicin de unsector importante de la nobleza, agrupado en el partido de la Beltraneja, nombre de la hijaadulterina de Juana, la esposa de Enrique IV el Impotente. Cuando ste muri y fue proclamadaIsabel como reina de Castilla, la Beltraneja cas con el rey Alfonso de Portugal y su partido losproclam reyes de Castilla en alianza con el rey de Francia, a quien se le ofrecieron las tierras queocupara si invada a Castilla. Isabel asegur su trono definitivamente en las batallas del Toro yAlbuera. El ejrcito victorioso de Isabel pasa a constituirse en el ncleo de un ejrcito nacional

que monopoliza el uso de las armas, con lo cual se inicia la desmilitarizacin de la nobleza y suconversin en una nobleza cortesana, directamente dependiente de los favores reales.

Paralelamente se va consolidando el poder real como una monarqua absoluta. Es sta la formaque asume la unidad nacional espaola: dos reinos unidos por el matrimonio de sus respectivosreyes que tienen de comn el logro de la concentracin de un poder absoluto y ser catlicosfervientes. Con los reyes catlicos la Iglesia catlica espaola llega a ser el ms poderosoinstrumento de coaccin que asegura la dominacin de la monarqua absoluta sobre laextranjerizante nobleza castellana y la heterognea y heterodoxa burguesa catalana. Desde luegola monarqua no expresaba los intereses de los artesanos, ni de los campesinos ni, en general, delpueblo llano de las ciudades. Por el contrario, los organismos representativos las cortes y los

Concejos Municipales- que se fueron configurando en el largo proceso de reconquista de losterritorios que estuvieron bajo ocupacin de los moros desde el siglo VII, fueron prcticamentedesactivados y ocupados puesto que los procuradores o diputados de las ciudades eran a

2 Citado por Puiggrs, 1989, p.51.


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menudo designados a dedo por los reyes, lo mismo que los concejales de los municipios

(Puiggrs, 1989, p.64). Durante 16 aos, entre 1482 y 1498 las cortes no fueron citadas.

Por bula papal de 1478 y con el propsito de perseguir y exterminar judos y mahometanos laInquisicinse estableci en Castilla en 1480. Ya para este ao se haba consolidado una reformade las costumbres eclesisticas bajo la conduccin del arzobispo Francisco Ximnez de Cisneros.Fue una reforma bsicamente disciplinaria y no del dogma, que puso a los eclesisticos en unasituacin de mayor dependencia respecto de la corona. Habiendo definido sus enemigos por fueradel cristianismo judasmo e islamismo- la Iglesia catlica espaola, disciplinada y subordinada alos reyes Catlicos, se hizo inmune al contagio del luteranismo dogmtico, del calvinismo y decualquier reformismo dogmtico. Y en sus relaciones con la silla apostlica romana, lamonarqua espaola no tuvo que recurrir, como en Inglaterra, al establecimiento de una Iglesia

nacional, independiente de Roma. As quedaron establecidas las condiciones, en ptimo grado,para que la Iglesia Catlica espaola y la corona espaola asumieran la vanguardia de laContrarreforma en Europa.

Los tribunales de la Inquisicin comenzaron su trabajo de modo intenso e implacable. La prcticade la tortura, los acusadores annimos, los testigos sin rostro y la ejecucin pblica en la hoguerade quienes, bastaba ser acusados, eran condenados por hereja, trajo consigo no solo una seriaperturbacin del sistema jurdico y penal acostumbrado para juzgar a quienes cometaninfracciones de las normas jurdicas, sino que tambin suscit la rebelin abierta contra losinquisidores, en Sevilla en 1481 y en Toledo en 1485. En este mismo ao en Aragn fueasesinado el inquisidor Pedro de Arbus. Durante la primera dcada de la instalacin de la

Inquisicin, los reyes catlicos tuvieron que intervenir mediante la promulgacin de providenciaspara proteger a judos ricos que por varias generaciones venan siendo proveedores de vituallas yde finanzas a la corona en la guerra de Castilla contra los moros. Como los inquisidores podanapropiarse de los bienes de los condenados por hereja, los ricos burgueses fueron los primerosacusados. La Inquisicin permiti y propici que la motivacin por la apropiacin de la riquezaajena se encubriera perfectamente en la motivacin religiosa por la conservacin de la fe catlica.

Mientras hubo en Espaa un Estado islamista no pudieron los monarcascastellanos prescindir de la ayuda econmica de los judos y stos se esforzaron enservir al Estado espaol para no ser maltratados ni expulsados (Puiggrs, 1989,p.73).

Sin embargo no haban transcurrido tres meses desde que el 2 de Enero de 1492 el ejrcitocastellano tom a Granada, ltimo baluarte de la resistencia de los moros, cuando en Marzo 31 deese mismo ao los Reyes Catlicos promulgaron el edicto mediante el cual se ordenaba laexpulsin de todos los judos de Castilla y Aragn. Eran los tiempos del famoso Inquisidor


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Torquemada, un converso, es decir, de origen judo. El famoso refrn espaol: no hay cua que

ms apriete que la del mismo palo, tiene aqu una formidable verificacin emprica.

Las estimaciones sobre el nmero total de judos expulsados fluctan entre los 160.000 y los2.000.000, lo cual da una idea de la importancia demogrfica de la poblacin juda en los reinosde Castilla y Aragn. Pero su importancia socioeconmica era mucho mayor. Prsperos negociosdel comercio, de la industria y del arriendo de rentas pblicas, as como lujosas propiedadesurbanas y rurales constituan el enorme patrimonio econmico de los judos en los dominios de launificada y victoriosa corona espaola. Los cristianos castellanos que adquirieron por sumasirrisorias todos esos comercios e industrias no tenan la experiencia de manejo ni los animaba unespritu empresarial, as que lisa y llanamente se comieron y bebieron tales riquezas, con lasnecesarias consecuencias recesivas para el conjunto de la economa y la sociedad espaolas.

Aunque el edicto del 31 de Marzo de 1492 prohiba a los judos sacar de Espaa el oro y la plataamonedada, de hecho, valindose de intermediarios, pudieron transferir inmensos recursosfinancieros a plazas extranjeras, a la vez que burlaban las normas fiscales. De este modo, ni lacorona ni la sociedad espaola se beneficiaron de la expulsin de los judos. Por el contrario, laextincin de industrias y comercios junto con la prdida de fuerza de trabajo calificada(fundidores, tejedores, curtidores, sastres, zapateros, zurradores, plateros, sederos, especieros,etc.) que fue expulsada, Espaa llev a cabo, con justificaciones religiosas y con la presin de laInquisicin, la ms asombrosa liquidacin de riqueza urbano-industrial. Y como si esto no fuesesuficiente para el cabal empobrecimiento de Espaa, aos ms tarde, el famoso cardenal Ximnezde Cisneros orden la conversin en masa de los moros que haban quedado en el reino de

Granada y luego su expulsin, tambin en masa, en 1501 y 1502, de tal modo que la salida de losmoros, excelentes agricultores, sell la ruina de Espaa. Pues bien, esta fue la Espaa queconquist Amrica. Es la Espaa cuyo poder hegemnico est emblemticamente representadopor la alianza de la cruz y la espada; ms especficamente, por la alianza de la intoleranciareligiosa y la guerra racista, por la alianza de la clereca inquisitorial catlica y la rapaz noblezafeudal castellana.

El fin de la guerra de reconquista con la destruccin del reino moro de Granada por los ejrcitosde los catlicos, la expulsin de los judos del territorio de Espaa y el descubrimiento del nuevomundo, son tres acontecimientos histricos separados por pocos meses durante el ao de 1492.Son acontecimientos que significan un formidable despliegue poltico, militar e ideolgico del

poder concentrado en los reyes catlicos. Espaa se poda mostrar al mundo como un gigante.Pero era un gigante con pies de barro. Su base econmica haba quedado fracturada ydesarticulada por la expropiacin y expulsin de la burguesa industrial y comercial no cristiana.Entonces Espaa ech a andar hacia atrs la rueda de su historia y la conquista de Amricaconstituye la ms dramtica constatacin de esa marcha hacia atrs.


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CAPTULO II

UN EMPERADOR PARA ECHAR A ANDAR HACIA ATRSLA RUEDA DE LA HISTORIA

Debieron transcurrir 25 aos entre el descubrimiento de Amrica por Cristbal Coln y elmomento en que las cortes castellanas reunidas en Valladolid en 1518 le juraron fidelidad aCarlos, nieto de los reyes catlicos por parte de su madre Juana la Loca y nieto del emperadorMaximiliano de Austria por parte de su padre Felipe el Hermoso. Carlos, nacido en Gante, creciy se educ en los Pases Bajos, de tal modo que cuando accedi al trono de Espaa, muerto suabuelo Fernando de Aragn y regente de Castilla, no saba siquiera la lengua de Castilla y era culturalmente- un extranjero, para beneplcito de la extranjerizante nobleza castellana. La reina

de Castilla Isabel la Catlica muri en 1504 y dos aos despus, en 1506, muri Cristbal Colnen Valladolid. Haban transcurrido 14 aos desde las capitulaciones de Santaf de Granada, el 17de Abril de 1492, por las cuales los reyes catlicos otorgaron a Cristbal Coln el privilegiadottulo de Almirante sobre las tierras que descubriese, adems del cargo de Virrey para el gobiernode las mismas, el derecho a percibir la dcima parte del oro, plata, perlas, piedras preciosas,especieras y cualquier mercanca que trocaren, ganaren, hallaren y ovieren dentro de loslmites del dicho almirantadgo3. Durante esos 14 aos Coln realiz cuatro viajes al nuevomundo y se perfilaron los rasgos fundamentales de lo que habra de ser la Conquista, como se ledenomin a una larga guerra de saqueo y exterminio de los pueblos nativos de Amrica porquienes tuvieron el privilegio de venir a hacer fortuna en las Indias: los sbditos de la corona deCastilla.

El historiador Francisco Lpez de Gomara, al servicio del conquistador Hernn Corts, escribiuna Historia General de las Indias (Hispania Vitrix!), historia que, como las de todos los cronistasque participaron directa o indirectamente en los acontecimientos de la Conquista, es una apologade los conquistadores. Como en toda apologa, los hechos no se explican, ni siquiera seinterpretan, sino que se narran o hilvanan como leyenda, es decir, segn la valoracin queentronca con los intereses y el poder dominante en una poca determinada. Como era imposibledesconocer el mrito de Coln al descubrir el Nuevo Mundo, ese mrito se subordin a un podery un inters que logr imponerse. Dice Lpez de Gomara:

Puso Cristbal Coln, alrededor del escudo de armas que le concedieron estasletras:

3Vase la Capitulacin y el texto Apelacin Final de Cristbal Coln al rey Fernando, reivindicandolas concesiones de la Capitulacin, publicado por Carvajal S. A. en Cali el ao de 1992 con motivo de lacelebracin del V centenario del descubrimiento.


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Por Castilla y por Len

Nuevo mundo hall Coln

De donde sospecho que la Reina favoreci ms que el Rey el descubrimiento de lasIndias; y tambin porque no consenta pasar a ella ms que a Castellanos (Lpez deGomara, 1985, pp.50-51. El subrayado es nuestro).

Que solamente Castellanos pudieran lucrarse del saqueo y destruccin de Indias es el resultadodel predominio de la nobleza castellana representada por Isabel la Catlica sobre la burguesamediterrnea, tmidamente representada por el rey burgus, el catalanote como eradenominado despectivamente el rey Fernando de Aragn. Nada pudo cambiar esta correlacin defuerzas. Ni siquiera el hecho de que Fernando hubiese sobrevivido a la muerte de Isabel por dos

lustros, lleg a debilitar una poltica que impeda pasar a las Indias, a los aragoneses, catalanes,valencianos y, en general, a todos los vasallos del Rey Catlico. Y mucho menos se permitaviajar al Nuevo Mundo a judos, moros y conversos.

El testamento de Isabel, desde luego redactado por sus consejeros, quienes eran a la vez agentespolticos de la nobleza de Castilla, afirm categricamente que las Islas tierra firme del marocano... fueron descubiertas conquistadas a costo de estos mis Reinos con naturales dellosde lo cual se segua que solamente a los sbditos de Castilla y de Len corresponda el trato y elprovecho de las Indias y de todas las que se descubrieran de aqu en adelante en otra partealguna (Puiggrs, 1989, p.114).

En 1503, un ao antes de su muerte, Isabel haba fundado la Casa de Contratacin en Sevilla, unpuerto fluvial de difcil acceso, con el objeto de poner bajo el control directo de la corona deCastilla todo el trfico con las Indias. De este modo, ciudades como Barcelona, Valencia yMlaga, puertos mediterrneos con excelente infraestructura, asiento de flotas martimas, deexperimentados marineros y de poderosos comerciantes, quedaron excluidas de toda posibilidadde establecer vnculos econmicos y sociales con el Nuevo Mundo.

Por lo dems, las dificultades tcnicas de navegacin por el ro Guadalquivir hasta Sevilla, a 87kilmetros del mar, se traducan en enormes sobrecostos que se trasladaban a los precios de lasmercancas. Pero estas irracionalidades econmicas, sumadas a las desastrosas consecuenciassocioeconmicas (la enorme destruccin de riqueza industrial y comercial) que trajo la

implantacin de los tribunales de la Inquisicin y la expulsin de moros y judos, fueron lacondicin para que la nobleza feudal castellana monopolizara el poder y para que, a diferenciadel resto de Europa, Espaa echara a andar hacia atrs, hacia el feudalismo, la rueda de lahistoria. Y todo esto fue posible gracias a la inmensa riqueza representada por el oro acumulado


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durante siglos por los pueblos del Nuevo Mundo, riqueza violentamente robada por quienes

tuvieron el privilegio de venir a las Indias: los sbditos de la corona de Castilla y Aragn.

Entre los aos de 1509 y 1538 el 85.1% de los espaoles que pasaron a Amricaprovenan de Castilla, Len, Extremadera, Albacete y Andaluca; el 5.5% de Galicia,Asturias, Santander y Vasconia; el 2.1% del Ebro (Navarra, Logroo, Aragn) y sloel 1.1% del Mediterrneo (Catalua, Valencia, Murcia, Baleares) (Puiggrs, 1989,p.99).

Los datos estadsticos ilustran elocuentemente la operatividad de la Casa de Contratacin deSevilla como instrumento de ejecucin de una poltica de la Corona de Castilla que, estandotodava Isabel en el Trono, prohibi a todos los extranjeros viajar a las Indias. Para los efectos

de esta poltica era extranjero todo aquel que no fuese castellano. Precisamente una de lasprimeras vctimas de esta poltica fue el mismsimo Cristbal Coln. Ya en su segundo viaje, en1593, Coln haba tenido que infligir castigos a quienes rechazaron la autoridad que Cristbalhaba delegado en sus hermanos Bartolom y Diego mientras se haca a la mar desde la isla LaIsabela para descubrir la tierra firme, segn se haba comprometido con los reyes catlicos,quienes le ayudaron a financiar 1500 hombres, entre ellos 12 clrigos dirigidos por fray Buil, uncataln de la orden de San Benito. Este fraile estorb el ejercicio de la justicia a Coln, otorgadapor los reyes catlicos en las capitulaciones, justicia que pona en entredicho para estorbarmuertes y afrentas de espaoles(Lpez de Gomara, 1985, p.56). Haber castigado a este fraile levali a Coln ser acusado de abusos ante los reyes catlicos quienes segn el citado historiadorle reprendieron los castigos que hizo y le aconsejaron que, en adelante, se llevase pacficamente

con los espaoles que iban a servirlos en tierras tan lejanas (Lpez de Gomara, 1985, p. 56).Era evidente que Coln con el apoyo de sus hermanos, los genoveses, como significativamenteles denomin el historiador Lpez de Gomara, difcilmente iba a poder ser simultneamentedescubridor, gobernador, gran beneficiado y suprema justicia, segn el texto de lascapitulaciones, en tierras tan lejanas.

Del tercer viaje, que inici en Mayo de 1497, retorn con sus hermanos (presos y con grilletes)dos aos despus, en 1499, acusado por su alcalde mayor Roldn Jimnez de toda clase dearbitrariedades, abusos de poder y ocultamiento de riquezas en desmedro de la Corona. Aunquequed libre y fue perdonado por los reyes catlicos, Coln perdi definitivamente el gobierno delas Indias y muri litigando porque se cumpliesen sus derechos consignados en las

capitulaciones. Transcurridos diez aos desde el descubrimiento, en 1502, Cristbal Colnrealiz su cuarto y ltimo viaje a las Indias. Esta vez el gobernador de la Espaola, Nicols deOvando le impidi desembarcar en Santo Domingo y, posteriormente, en Jamaica tuvo queenfrentar por las armas la rebelin dirigida por los hermanos Francisco y Diego de Porras. Estafue la primera batalla entre espaoles en las Indias (Lpez de Gomara, 1985. p.59). Porque


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despus vendran otras y otras, dentro de una lgica de deslealtades, robos y crmenes entre los

que venan investidos de autoridad real para gobernar o de permisos para conquistar y los quehabiendo hecho fortuna sin Dios ni ley enviaban delegados o llegaban a Espaa en persona aentregar la quinta parte del oro para el rey y a reclamar ttulos sobre las tierras y poblaciones quehaban conquistado.

No fue mucho lo que hizo el rey Fernando por enderezar esta lgica perversa. Los historiadoresque posteriormente hicieron la apologa de la Conquista, optaron por opacar del todo su figurahistrica, excluyndolo incluso de los mritos de haber apoyado decididamente el primer viaje deColn, el viaje del descubrimiento. En el documento que consigna las Capitulaciones de Santafde Granada se puede constatar que el nombre de Juan de Coloma, Secretario Principal del reyFernando de Aragn, se encuentra registrado al pie de cada capitulacin y el documento en su

conjunto aparece registrado por Juan Ruiz de Calcena, registrador de la Cancillera Real deAragn, todo lo cual indica que el apoyo decisivo al proyecto de Coln, provino de Fernando yno de Isabel.

Informado del descubrimiento de Coln por los emisarios de los reyes catlicos, el papaAlejandro VI emiti una bula en Mayo de 1493, otorgando a los hijos en Cristo, Fernando eIsabel, reyes de Castilla, Len, Aragn Sicilia y Granada, el privilegio de extender la fecatlica a todas las poblaciones asentadas en tierras localizadas al oeste de una lnea, de polo apolo, sobre las islas Azores y las islas de Cabo Verde. Sin embargo el historiador Lpez deGomara al transcribir en su Historia General de Indias el texto de la bula en latn, no tieneescrpulos en afirmar inmediatamente antes de la trascripcin:

Y porque las hallaron los espaoles (se refiere a Las Indias), hizo el papa, de supropia voluntad y motivo, y de acuerdo con los cardenales, donacin y merced a losReyes de Castilla y Len (), de todas las islas y tierra firme que descubriesen aloccidente, con tal de que al conquistarlas enviasen all predicadores a convertir alos indios idlatras (Lpez de Gomara, 1985. p.52).

Es Lpez de Gomara quien saca de la bula papal a Fernando de Aragn. Con semejantesinterpretaciones no debe sorprender que se haya inventado la leyenda segn la cual Isabel deCastilla empe y vendi sus joyas personales para financiar el primer viaje de Coln. En lahistrica alianza de la espada y la cruz, que simboliza la presencia de Espaa en Amrica, debe

saberse por qu la espada fue exclusivamente castellana y la cruz romana.

Pero esta santa alianza tuvo en Espaa y Europa una concrecin emprica individualizada en elEmperador Carlos, V del Imperio Romano-Germnico y I de Espaa. Carlos, como ya se hamencionado, hijo mayor de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, nieto de los reyes catlicos y del


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Emperador Maximiliano, tuvo la buena estrella de heredar reinos y coronas por doquier, sin

poseer ms mritos que los de la sangre. Naci el 24 de Febrero de 1500 en Gante, en los PasesBajos, de donde no sali sino hasta haber cumplido los 17 aos, rumbo a Espaa, siguiendo elconsejo de su tutor Adriano de Utrecht, Cardenal de Tortosa y futuro papa Adriano VI, quienhaba constatado que su protegido tena fuertes resistencias sociales y polticas para serreconocido como heredero de los tronos de sus abuelos Isabel de Castilla y Fernando de Aragn.

Muerto en 1514 el rey Fernando, abuelo de Carlos, el muy poderoso y ya mencionado Cardenalde Toledo Ximnez de Cisneros, haba quedado como Regente de Espaa puesto que Juana laLoca, legtima heredera, permaneca confinada en Tordesillas bajo la presin de la noblezacastellana. Ximnez de Cisneros se inclinaba por Fernando, hermano de Carlos, quien era elpreferido de su abuelo Fernando el Catlico y haba permanecido siempre a su lado. As que los

dos cardenales defendan intereses nacionales opuestos en la persona de los jvenes herederosCarlos y Fernando.

El primer viaje de Carlos a Espaa tena dos objetivos iniciales, indispensables para asegurarselos reinos de sus abuelos maternos: el primero, convencer a su madre Juana la Loca querenunciase definitivamente a la corona de Castilla y, el segundo, lograr que su hermano Fernandosaliese de Espaa. Dos objetivos relativamente difciles si se tiene en cuenta que Carlos nuncahaba vivido ni con su madre y ni con su hermano, que, adems, conoca tan mal el castellanoque no hablaba ni lo entenda cuando conoci Espaa, en 1517, aunque varios espaolesresidan en su Corte de Flandes (Tyler, 1959. p.16).

Antes de cumplir los 15 aos Carlos haba sido declarado mayor de edad como Duque deBorgoa. Este ducado lo haba heredado de su padre Felipe el Hermoso, quien a su vez lo habarecibido de su madre Mara de Borgoa, hija de Carlos IV el Atrevido y esposa del EmperadorMaximiliano. Sin embargo el ducado de Borgoa estaba territorialmente reducido al FrancoCondado, puesto que Carlos el Atrevido haba intentado independizar el ducado de la rbita delrey de Francia, declarando la guerra a Luis XI en 1472 y alindose con Eduardo IV de Inglaterrapara invadir a Francia. Embarcado en guerras con la Lorena, Alsacia y los suizos lleg alterritorio de Neuchtel, su aliado a la fuerza, tom el castillo de Grandson y, con suacostumbrada ferocidad, ahorc a cuatrocientos hombres de la guarnicin (Tyler, 1959. p.33).Luego de un combate el 5 de Enero de 1477 el cuerpo de Carlos el Atrevido apareci destrozadoy desfigurado cerca de Nancy, con lo cual el ducado de Borgoa pas de tener una realidad

material a una puramente simblica, la que va a heredar Carlos por la va de su abuela paterna.

Carlos se cri rodeado de retoos de familias borgoonas, con algunos principitos alemaneselegidos por Maximiliano. Pero no hablaban alemn (Tyler, 1959. p. 16). El futuro Emperadorde los alemanes, Carlos V, tampoco hablaba el alemn! Su tutor y sus cortesanos borgoones


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alimentaron la realidad simblica de su ducado con historias de caballera. De la educacin

recibida solamente le qued el gusto por la msica, la poesa y la cacera.

No sin razn se ha dicho de l que pas por su poca (el Renacimiento) como unmedieval extranjero. No parece que relacionara al Tiziano, a quien admiraba, ni a laarquitectura neoclsica, que l favoreca, con la idea de un renacimiento, o con losalbores de un da que dispersaba las sombras. Le gustaba poco el latn. Nunca seaplic al griego. Raras veces lea literatura antigua, ni an traducida. Cuando jovensu autor favorito era un caballero del Franco Condado, Olivier de la Marche, quehaba pertenecido a la corte borgoona... y que muri en 1502, con unos ochentaaos de edad (Tyler, 1959. pp.24-25).

El tema constante de ste su nico autor de cabecera, no era otro que el de la caballera, en prosay en verso. Llena la cabeza con ideas en contrava de su poca (como dice Tyler) este hombre nopodra figurar en la historia sino echando atrs la rueda, contra el Renacimiento, comoabanderado afortunado del orden feudal. Fue nombrado rey de Castilla a los 18 aos de edad yEmperador de Alemania a los 19, siendo un extrao a ambas culturas, puesto que desconoca porcompleto tanto el castellano como el alemn. La suerte le allan el camino hacia el trono deCastilla con la muerte del Cardenal Ximnez de Cisneros en noviembre de 1517, justo un daantes de pisar tierra espaola. Y, estando en Barcelona, recibi la noticia de la muerte de suabuelo Maximiliano en Enero de 1519, quien era el menos interesado en dejarle heredero delImperio Romano Germnico.

Maximiliano saba poco de su nieto mayor, del que deca que, si no fuera por suaficin a la caza, le negara el parentesco (Tyler, 1959. p.16).

Y, como si estos dos acontecimientos no fuesen suficientes, su buena estrella alumbr una vezms: su tutor Adriano de Utrecht, a quien haba dejado de Regente en Espaa, subi al trono deRoma, con el nombre de Adriano VI, habiendo sido elegido papa el 9 de Enero de 1522.

Otras dos muertes le haban sido no menos convenientes: la de su ayo y consejero ntimo,Chivres, en Mayo de 1521 y la de su Canciller Juan de Sauvage en Junio de 1518, dosborgoones rapaces, quienes manejaban los intereses del joven Carlos, conde de Borgoa, yquienes se haban adelantado como sus emisarios ante las cortes de Castilla y Aragn a preparar

el primer viaje de Carlos a Espaa, por expresa indicacin de su tutor el cardenal Adriano.

A las resistencias que suscitaba el heredero extranjero en Castilla y Aragn, se agreg el odiogeneralizado a los enviados borgoones, quienes


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vendan empleos y cedan en arriendo las rentas del Estado espaol a los propios

espaoles, a la vez que ordenaban allanamientos de casas y ocupacin de temploscon cualquier pretexto para quedarse con los frutos del despojo (Puiggrs, p. 127).El canciller Sauvage era acusado de haber reunido medio milln de ducados con laventa de cargos pblicos en los pocos meses que pas en Espaa (Tyler, p.40)

Estos rateros borgoones, ntimos del joven duque aspirante a la corona de Espaa, suscitaron laindignacin popular de la burguesa y de no pocos jerarcas de la Iglesia catlica en Castilla,Aragn, Catalua y Valencia.

Carlos de Gante entr no muy triunfalmente en los reinos de sus abuelos maternos,acompaado de mil cuatrocientos soldados y dos mil marineros alemanes,

ponderable respaldo militar que el precavido Maximiliano de Austria puso a sudisposicin para resguardarlo del descontento del pueblo espaol(Puiggrs, p.124).

El descontento se tradujo inicialmente en la formulacin de un pliego de 88 peticiones,presentadas por los procuradores de las ciudades, entre los cuales haba no pocas del siguientetenor: que se reconociese a Juana seora de estos reinos, que no saliera de Espaa el infanteFernando, que no exportasen metales ni se llevase moneda de Espaa, que no se dieran cargos niprebendas a los extranjeros, que se respetasen las autonomas de las ciudades y que el reyaprendiera a hablar castellano. Carlos no tuvo escrpulos en aceptar todo esto, con lo cual lascortes reunidas en Valladolid le rindieron fidelidad en 1518.

Casi de inmediato varios hechos evidenciaron la nula disposicin de Carlos a cumplir talespeticiones. As por ejemplo, nombr arzobispo de Toledo, en reemplazo del recin muertocardenal Ximnez de Cisneros, a un sobrino de su consejero Chivres, el joven Guillermo deCroy que slo contaba con 19 aos de edad. Acto seguido envi a Flandes a su hermanoFernando. Luego sigui a Zaragoza y Barcelona, donde hizo lo mismo y algo ms: conocida lamuerte de su abuelo Maximiliano, estando en Barcelona, sus cortesanos tuvieron la idea deproclamarlo Emperador del mundo. Entonces se aplic a la tarea de comprar los votos de losprncipes electores alemanes, para lo cual necesitaba muchsimo dinero. Obtuvo de las cortes deCastilla 600.000 ducados y recurri una vez ms a los prstamos de los banqueros alemanes eitalianos, Fugger, Welser, Grimaldi, Martn, con quienes ya estaba endeudado.

Para su coronacin imperial en Alemania se estima que salieron por Barcelona y La Corua2.400 millones de moneda espaola, hecho que signific ignorar una ms de la peticionesfirmadas en Valladolid. Ms an, habindose comprometido a no nombrar extranjeros para losaltos cargos, Carlos, antes de salir para Flandes el 20 de Mayo de 1520, nombr como su Regente


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a Adriano de Utrecht. El 28 de Octubre de 1520 fue coronado Emperador del sacro Imperio

Romano Germnico en Aquisgrn y recibi del papa Len X4 permiso para usar el estilo deemperador electo hasta su coronacin por mano del papa mismo (Tyler, p.53), lo cual no habrade ocurrir sino al cumplir los 30 aos el 24 de Febrero de 1530 de manos de Clemente VII,siendo la ltima vez que un papa invisti a un emperador germnico.

No acababa de salir Carlos por la Corua rumbo a Flandes y Aquisgrn, cuando estall laInsurreccin de los Comuneros, como se denomin al levantamiento de las comunidadescastellanas e iniciada por el cabildo de Toledo, la ciudad a la cual Carlos le haba nombradocardenal al joven borgon Guillermo de Croy, un hecho que haba causado enorme disgusto entoda Espaa (Tyler, p.45). La insurreccin cont con el apoyo de algunos nobles nacionalistaspartidarios de Juana y de su hijo Fernando, algunos jerarcas de la Iglesia como Antonio Acua,

obispo de Zamora y la gran mayora del bajo clero. Rpidamente surgieron lderes popularesrevolucionarios como Juan Bravo en Segovia, Juan de Padilla en Toledo y Juan Zapata enMadrid, que condujeron al pueblo en acciones armadas. La insurreccin de Medina del Campo,donde participaron valientemente los comerciantes al lado del pueblo fue derrotada por elmercenario Alonso de Fonseca al servicio del regente, el cardenal Adriano de Utrecht. Fonseca

hizo arrojar alquitrn sobre la ciudad y, adems de novecientas casas, quedaronreducidos a cenizas los depsitos de mercancas mayores de Espaa, en torno de loscuales se realizaban tres ferias al ao de renombre en toda Europa (Puiggrs,p.140).

Este hecho de barbarie provoc que el movimiento se extendiera al resto de ciudades y regionesde Espaa. Por iniciativa de la ciudad de Toledo se conform una Junta Santa con sede en vila,Junta que si bien no tena objetivos radicales y de largo alcance declar caduca la autoridad delcardenal-regente y se proclam a s misma autoridad suprema (ibid). El 29 de Agosto de 1520se produjo el levantamiento de Valladolid y Juan de Padilla al mando de sus guerrilleros se tomel Palacio de Tordesillas donde estaba confinada la reina Juana. Se le pidi que firmara lasresoluciones de la Junta Santa y asumiera el trono pero ella se neg. Este hecho desconcert altriunfante movimiento. Ya el regente Adriano le haba escrito a Carlos:

tan slo con que ella hubiera firmado un sencillo documento se acababa tu reinadoen Espaa (Puiggrs, p.141).

4El papa Len X muri en noviembre de 1521 y el 9 de Enero de 1522 el tutor de Carlos y en esemomento regente de Espaa, Adriano de Utrecht fue nombrado Papa con el nombre de Adriano VI. Sumuerte ocurri el 14 de Septiembre de 1523 y dos meses despus fue elegido papa un cardenalitaliano con el nombre de Clemente VII.


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Carlos, coronado Emperador en Aquisgrn, respondi tajantemente que no estaba dispuesto a

gobernar con la Junta. Entonces el sector popular de la Junta, conducido por Juan de Padilla, sepropuso tomar el poder. El sector de la nobleza que estaba en la Junta se uni a la nobleza queapoyaba al regente de Carlos. As el conflicto poltico por el poder, pas a ser un conflicto declases. El radical obispo de Zamora Antonio de Acua permaneci al lado de los rebeldes y elviernes santo de 1521 fue llevado en andas por el pueblo de Toledo hasta la catedral, ydeclarndolo obispo de la ciudad en reemplazo del borgon de Croy nombrado por Carlos. Perola extensin y fortaleza social del movimiento popular no se corresponda con su fortalezamilitar.

Las fuerzas realistas reorganizadas y dirigidas por la flor de la nobleza castellana,derrotaron a las de Padilla, Bravo y Maldonado en los campos de Villalar el 23 de

Abril de 1521. Los tres murieron degollados: sus cabezas se exhibieron en la picotapara escarmiento (Puiggrs, p.142).

Aunque la derrota de Villalar no signific el final del movimiento comunero, el cual se prolongcon las germanas en Valencia hasta comienzos de 1524 y en Mallorca hasta 1523, s despej elcamino para el regreso de Carlos a Espaa en Julio de 1522. Entonces pudo cobrar para s lavictoria de sus fieles sbditos, flor de la nobleza castellana como los denomina Puiggrs. Elorgulloso Emperador Carlos V, cuyo escudo ostentaba la frase NON PLUS ULTRA, se mostrimplacable en el castigo a los vencidos: impuso

el destierro y la confiscacin de bienes a los doscientos noventa y tres jefes

revolucionarios que an conservaban la cabeza sobre sus hombros (Puiggrs, p.147).

Y al obispo Antonio Acua, calificado como el segundo Lutero, por el papa Adriano VI, leconden a la indigna pena de la muerte por garrote.

El primer Lutero, el alemn, ya haba sido condenado en la dieta de Worms mediante edictofirmado por Carlos recin coronado Emperador en Aquisgrn. Al perseguir herejes y rebeldesCarlos V asumi rigurosamente la tarea de espaolizarse y ser el Emperador del mundo, unmundo cristiano. Carlos va a permanecer de modo continuo hasta 1529 en Espaa, perododurante el cual aprendi el castellano; tranquiliz a sus banqueros con los enormes tesoros que le

envi Hernn Corts como quinto real que le corresponda del saqueo y destruccin del imperiode Moctesuma en Mxico; se cas con Isabel de Portugal por una dote de 900.000 ducados;derrotados los franceses por las tropas imperiales en la batalla de Pava en Italia, celebr susveinticinco aos de edad con la captura de su archienemigo el rey Francisco I de Francia;autoriz a los banqueros Fugger y Welser para comerciar con Las Indias, levantando la


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prohibicin establecida por su abuela Isabel la Catlica y permitindoles establecer sus agencias

dentro de la misma Casa de Contratacin de Sevilla; ms an, en 1527 los Welser obtuvieron enconcesin toda la costa de Venezuela con el ttulo de adelantados y el derecho a designarherederos (Puiggrs, p.181). En 1531 los Fugger consiguieron acuerdos similares para el sur delcontinente americano, desde el estrecho de Magallanes hasta el Per. Pero quiz lo ms relevantede su permanencia de siete aos consecutivos en Espaa, fue haberle demostrado al papaClemente VII por qu era l, Carlos V, el Emperador del Mundo Cristiano.

Las tropas imperiales que estaban en Italia sin recibir pago y al mando del duque de Borbn setomaron Roma por asalto el 6 de Mayo de 1527 e iniciaron su saqueo generalizado, sin detenerseante las dignidades eclesisticas.

Se at a muchos cardenales, obispos y prelados, las manos a la espalda, y se lospase por las calles hasta que pagaran su rescate. Los templos y conventos fueronsaqueados, se rob los vasos sagrados, los ornamentos de las iglesias, etc. Todos losconventos fueron violentamente abiertos y despojados, las tumbas violadas, y sequit al cadver del papa Julio II un anillo de oro5

Entretanto, en un alarde de cinismo y de hipocresa Carlos orden misas y procesiones en todaEspaa, donde resida, para rogar a Dios por la libertad del papa que l mismo mantenaprisionero y utilizaba como rehn para sacar ventajas polticas (Puiggrs, p. 168). No por todoesto Carlos dejaba de ser el abanderado de la contrarreforma. Ya que para el papado el enemigoodiado era el apstata Lutero, la Silla Apostlica cantaba aleluyas por el arrepentimiento del

prncipe que la hiciera vctima de robos (Puiggrs, p. 168) y los cardenales reunidos enconsistorio no tuvieron escrpulos en proclamar, tres aos despus, en 1530, que el EmperadorCarlos era un ngel enviado por el cielo para la salvacin de la cristiandad, mientras que elmismo papa Clemente VII, con sus propias manos coronaba la cabeza imperial.

A este ngel enviado del cielo hereja y deudasle acompaaron toda la vida. Durante 35 aosde su largo reinado como Emperador abander las luchas contra las reformas de Lutero, sin xito,por decir lo menos. En efecto, desde que firmara un edicto condenatorio contra Lutero en la dietade Worms en 1521, recin coronado Emperador, antes que detenerse, lo que se produjo fue laexpansin de las doctrinas de Lutero por todo el Imperio. Ms an, al convertirse alProtestantismo la mayora de los prncipes electores alemanes, Carlos vio frustrada la transmisin

de la corona imperial a su hijo Felipe. El punto final lo puso la paz religiosa de Augsburgo el 25de Septiembre de 1555, al establecer que fuera quien fuese el emperador tendra que reconocera los protestantes en el Imperio con la misma categora oficial que los catlicos (Tyler, p.239).

5(Puiggrs, p.167), cita textualmente el libro Memorias para la historia del asalto y saqueo de Romade Antonio Rodrguez Villa, Madrid, 1875, p.15.


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Al final de su vida, habiendo renunciado a todos sus reinos, excepto al ttulo de Emperador, en

febrero de 1557 despidi a los noventa y ocho borgoones que le acompaaban desde Flandes yentr en la casa donde iba a residir los diecinueve meses que le quedaban de vida (Tyler,p.249). En esta casa, el monasterio de Yuste en Extremadura, ante sus ms ntimos se declararrepentido de no haber matado a Lutero.

Las deudas no solamente le acompaaron toda la vida, sino que las hered su hijo Felipe yarruinaron a Espaa. Se estima que al retirarse al monasterio de Yuste en el soleado valle dePlasencia las deudas totales del emperador ascendan a 52.800.000 ducados (Puiggrs, p.187).De nada haba servido el oro que durante 65 aos haba venido fluyendo desde Indias, al igualque perlas y esmeraldas. Los enormes tesoros robados a los nativos de Mxico, Per, la NuevaGranada y Venezuela slo haban servido para desatar la inflacin de los precios, el

encarecimiento del crdito y la ruina de las industrias de Espaa. El monopolio comercial, lavoracidad, suntuosidad y despilfarro de la nobleza castellana, sumados a los exorbitantes gastosde un emperador embarcado en interminables guerras, hicieron que toda la riqueza de Amricaapenas alcanzara para sostener una clase parasitaria de la sociedad.

En manos de los negociantes catalanes, la Amrica espaola habra enriquecido ala metrpoli en vez de arruinarla (Tyler, p. 229).

Carlos vivi siempre al da, pidiendo dinero prestado en Flandes, Augsburgo e Italia y

pagando en Espaa con el tesoro de Amrica. Las flotas llegaban a Sevilla dos

veces al ao, y las obligaciones de la Corona con sus banqueros eran satisfechas enprimavera y otoo (Tyler, p.233).

En rigor, no eran totalmente satisfechas puesto que los ingresos ordinarios de la Corona estabanenteramente agotados con varios aos de anticipacin (Tyler, p.220). Adems el Consejo deHacienda de la Corona espaola no era notificado de todos los prstamos de Carlos, comotampoco saba cunto sacaba el emperador de sus riquezas de Las Indias (quintos reales, Casa deContratacin). Ocurri que el emperador muy poco permaneca en Espaa6. Entonces quienesadministraban la Corona de Espaa, vendan las rentas y an as no alcanzaba para pagar lasobligaciones bancarias de Carlos. Como los banqueros tenan dificultades para cobrar losprstamos, la Corona solo consegua prstamos por encima del 43% anual.

6De sus cincuenta y ocho aos y siete meses de vida, estuvo aproximadamente veintiocho aos enlos Pases Bajos, dieciocho en Espaa, ocho en el Imperio, dos y medio en Italia, seis meses enFrancia, cuatro meses y medio en frica, dos meses en la Lorena y unas seis semanas en Inglaterra(Tyler, p.23).


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Hubo caso de pago tardo en que un prstamo de 339.000 coronas cost 960.000.

Los atrasos crecan dos millones de ducados por ao, o sea el doble de lo que alprincipio del reinado haba sido el ingreso en bruto normal (Tyler, p.221).

La riqueza en metales preciosos arrancada a las Indias entre 1503 y 1560 ha sido estimada entre150 y 173.4 millones de ducados. Si a esto se agrega la suma de la deuda que dej el emperador,se obtiene un indicador monetario aproximado de lo que cost el Imperio del Mundo a losIndios Herejes de allende el mar ocano!

Talvez se podra decir que Carlos V estuvo a la altura de todo este desastre porque vivi en untiempo distinto al de toda Europa. Durante los 38 aos que fue Emperador nunca fue a visitar elterritorio de su amada Borgoa, pero pidi a su hijo Felipe II que nunca renunciara a sus derechos

sobre el ducado de Borgoa, nuestra patria (Tyler, p.22).

A la sombra de este rocambolesco personaje, quien se reconoce originario de una patria ficticia yque result tan costoso e intil tanto para la pretensin de un Imperio Espaol como de unaIglesia Catlica Universal, sus sbditos castellanos llevaron a cabo una larga guerra dedestruccin de Las Indias. Veamos en qu consisti esa guerra.


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CAPTULO III

LA ESTRATEGIA DEL TERROR

Ante acontecimientos histricos ya lejanos, cuya irracionalidad e inhumanidad son evidentes ens mismos, antes que la condena o la absolucin de los protagonistas, como es lo usual en loshistoriadores, cuyas narraciones constituyen hoy nuestra base documental, hemos optado porun procedimiento metodolgico para la comprensin de tales acontecimientos, el cual yautilizamos en un trabajo de investigacin documental7. Se trata del procedimiento de interpretarlos conflictos socioculturales en trminos de ESTRATEGIAS. La estrategia, construida por elinvestigador, permite comprender racionalmente la irracionalidad de los actores y de losacontecimientos. No tiene entonces sentido discutir si la estrategia existi o no existi.

Podra afirmarse que hay prcticamente un consenso entre legos y estudiosos en cuanto acaracterizar a la Conquista de Amrica por los Espaoles (los de Castilla y Len) como unaguerra. Y la guerra es siempre un conflicto llevado a sus ltimas consecuencias. Si hoy seexaminaran los actos de guerra de los Conquistadores a la luz de los preceptos de la Justicia PenalInternacional, la totalidad de esos actos de guerra tendran que ser calificados como Crmenes deLesa Humanidady sus autores seran, lisa y llanamente, Criminales de Guerra. Entonces, latarea que hoy enfrentamos los estudiosos de tales acontecimientos, cuando quinientos aosdespus todava quedan sobrevivientes de las vctimas, es la de puntualizar en qu pudo consistirla estrategia de guerra de tales criminales.

Aunque sea consustancial a la guerra (Claussewitz, 1972) el uso ilimitado de la fuerza, el poner alenemigo en situacin de total indefensin (desarmarlo) y el destruir su voluntad de resistencia yocupar su territorio, los conquistadores utilizaron procedimientos de crueldad espantosos parasometer a su voluntad a grandes poblaciones indgenas, de millones de habitantes, a muchas delas cuales exterminaron en su totalidad. En los aproximadamente 60 aos que dur la Conquista(1492-1552), tanto por el objetivo, como por el mando y los combatientes, se despleg unaguerra bastante irregular, mucho ms prxima a la Empresa Criminal, al accionar de bandasdelincuencialesque a la Guerra de Guerrillas.

El objetivo siempre fue la apropiacin de la riqueza indiana, representada por el oro, las piedraspreciosas (esmeraldas, perlas, principalmente), los alimentos, los tejidos y la fuerza de trabajo

indgena. Esta apropiacin, generalmente violenta, fue denominada Rescate por los invasores.Los primeros rescates los hizo Cristbal Coln en su primer Viaje a las Indias, el del

7Vase nuestro Informe de Investigacin para el Banco de la Repblica, Bogot, 1989, titulado: LaEstrategia Insurreccional Socialista y la Estrategia de Contencin del Conservatismo Doctrinario. Ladcada de los aos veinte en Colombia.


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descubrimiento en 14928. Aqu el rescate tiene la forma del intercambio desigual, la del oro y

dems riquezas indianas que los caciques en persona o sus representantes, en uso de lagenerosidad y hospitalidad caractersticos de los pueblos nativos, ofrecan a los recin llegados,quienes por sus barbas, sus atuendos, sus armas y sus caballos fueron considerados no pocasveces como enviados de los dioses indios, o como la confirmacin de algn acontecimientopredicho en la riqueza de sus narraciones mticas.

A cambio de las riquezas indias, los invasores ofrecan baratijas de vidrio, agujas, espejos y, engeneral, mercancas de nfimo valor. Desde luego, sus lujosos vestidos, sus armaduras, suscaballos y sus armas, jams llegaron a formar parte de estos desiguales intercambios. Para losinvasores era absolutamente claro el carcter desigual de estos intercambios que correspondan alobjetivo de apropiarse de la riqueza indiana. Ms an, la abundancia del obsequio, as como el

uso decorativo del oro (aretes, brazaletes, pectorales, narigueras) en la presentacin personal delos indgenas, constituan para los invasores evidencias acerca de la magnitud de las riquezas quepodan rescatar.

Es preciso advertir que el uso de este trmino lingstico, cuyo significado original en el contextode la guerra de reconquista que los espaoles libraron contra los moros durante siete siglospudo estar dado por el sentido de recuperar algo que se haba perdido; por el contrario, en elcontexto de la guerra de conquista(puesto que los invasores no venan a hacer meras visitas) elrescatecobr explcitamente para los indgenas los significados del robo, la estafa y el engao.Ms an, el rescate se constituy en el motor de toda la crueldad, de todos los crmenes de lesahumanidad cometidos por los espaoles durante los sesenta aos que dur aproximadamente la

guerra de conquista.

El rescate, en su significado actual, como pago forzoso por la recuperacin de la libertad de unapersona que ha sido secuestrada, es decir, que el rescate tiene como presupuesto otro delito, el delsecuestro, tambin se practic durante la guerra de conquista, solo que entonces ninguno de losdos actos tena el significado de delito. En 1529 el alemn Ambrosio Alfinger, gobernador deVenezuela en el marco de la capitulacin de Carlos V a favor de los banqueros Welser, rescatoro bajo esta modalidad que, desde luego, el no se invent, sino que era una prctica corriente.Dice el historiador Juan Friede:

8 Tom diez indios, cuarenta papagayos, muchos gallipavos, conejos (que llaman hutas), batatas,ajes, maz, de que hacen pan, y otras cosas extraas y diferentes de las nuestras, para testimonio delo que haba descubierto. Meti asimismo todo el oro que haba rescatado en las carabelas ydespus de despedirse de los 38 compaeros que all quedaban.... parti con dos carabelas.... y lleg aPalos en cincuenta das, de la misma manera como hemos dicho que hall las Indias (Lpez deGomara, 1985, p. 49. El subrayado es nuestro).


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En el pueblo de Tamara, Alfinger mand hacer un corral, donde metieron a muchos

indios, con el fin de que pagaran su rescate. No se les daba de comer hasta que loentregasen, por lo que muchos murieron de hambre. La misma tctica us el capitnEsteban Martn en el pueblo de Ipari (o Yxara o Ipara), situado en la provincia delos pacabueyes. Meti un centenar de indios en el corral, para que se rescatasen, ymurieron, dice un testigo, las tres partes sin rescatar, por lo cual todo estdespoblado (Friede, 1961. p. 226. El subrayado es nuestro).

Al rescatar, los espaoles no se reconocan como ladrones ni criminales, como actuaronrealmente, sino como emisarios de un rey lejano en cuyo nombre actuaban. Se ha dicho que lapresencia de los espaoles en Amrica no estuvo motivada exclusivamente por el nimo del lucroo del enriquecimiento ilcito, como se dira hoy en Colombia, sino por objetivos altruistas como

la cristianizacin y la civilizacin de unos pueblos brbaros. Y se trae a cuento la bula papalencomendndole a los Reyes Catlicos tan sublime misin. Desde luego la catlica Isabel,algunos cardenales, obispos y frailes lo intentaron. Pero no solamente no hubo acuerdo sobre elmtodo sino que se impuso el mtodo de los conquistadores porque, entre otras cosas, este tuvosus defensores y sus teorizadores en la misma corte de Castilla, como se ver en el Captulo IV deeste texto.

Al examinar la estrategia de esta guerra de conquista se da cuenta a su vez de cmo se logra elobjetivo de esta guerra que hemos caracterizado como irregular, tambin por el mando y loscombatientes. Como ya se ha dicho, el monopolio del poder que le conferan las Capitulacionesde Santa Fe con el Almirantazgo de Las Indias, solo le alcanz a Coln para los dos primeros

viajes. Al tercero regres preso a Espaa, en 1499, y desde entonces, exceptuando el perodo deDiego Coln, su hijo, la gobernacin de la Espaola, donde se establece la cabeza de puente paratodas las empresas de conquista de las dems islas del Caribe y de la Tierra Firme, estuvo enmanos castellanas. Desde entonces ya no hubo un poder de mando unitario en la guerra deconquista.

Ya se ha dicho cmo Isabel la Catlica no solo se apropi sino que test para el reino de Castillay de Len el monopolio de las relaciones econmicas, polticas y militares con Las Indiasallende el mar ocano. Este era un monopolio econmicamente impracticable, no solo porqueEspaa estaba arruinada, Castilla en especial, sino tambin porque ciudades burguesasmediterrneas como Barcelona y Valencia quedaron excluidas y, para rematar, Espaa tuvo que

arrastrar el largusimo, costossimo e intil reinado de Emperador Carlos V.

Despus de Coln, la Corona no volvi a asumir la financiacin de grandes viajes para hacerdescubrimientos en Las Indias. Se limit a otorgar burocrticos permisos, a travs de la Casa deContratacin de Sevilla, para viajes cofinanciados por particulares y al mando de algn


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aventurero. Organizar un viaje desde Espaa resultaba muchsimo ms costoso que si se

organizaba desde Santo Domingo en la Espaola. Fue as que desde muy temprano la Conquistatuvo el carcter de empresa privada. La participacin del Estado se circunscribi a la percepcinde los quintos reales, esto es, a la quinta parte de los rescates que los conquistadores lereconocan al rey y mediante los cuales se les legitimaban los actos de guerra con el otorgamientode ttulos de Adelantados, Gobernadores e, incluso, Marqueses (Corts y Pizarro). Fue astambin como la guerra de conquista se caracteriz por una Atomizacin del Podereconmico,poltico y militar.

La guerra de conquista no se hizo con un ejrcito estructurado en unidades de mandojerarquizadas y unificadas en un mando superior, con responsabilidad poltica en la conduccin yejecucin de las operaciones militares. Ya hemos dicho que la Corona de Castilla no contaba con

la magnitud de los recursos necesarios para una empresa de esta ndole. La guerra de conquista sellev a cabo mediante una multiplicidad de pequeas y medianas empresas blicas. Con limitadosrecursos financieros y en especie se poda avituallar un pequeo grupo de combatientes almando de un jefe sin responsabilidad poltica alguna, pero capaz de imponerse por tener atributosde mando adquiridos en la ejecucin de actos de crueldad en desarrollo de otras empresas blicasy no en una escuela o en una institucin de capacitacin militar. Los ttulos militares para elmando (capitanes, tenientes, como fue lo usual) se autoconferan o se reciban de un jefe, cuyottulo tena procedencia semejante9.

Ahora bien, la disciplina y la solidaridad del grupo se podan mantener eficientemente porqueentre ms grande fuese el rescatey ms pequeo el grupo, mayor era la cantidad de riqueza que

le corresponda a cada combatiente en el reparto. As mismo, la distancia que mediaba entre elcombatiente y el jefe era muy corta. El combatiente, adems del incentivo de la participacin enel rescate, tena la posibilidad de convertirse en Jefe de una nueva empresa criminal. Se dieronentonces todas las condiciones estructurales (objetivos, financiacin, mando, reclutamiento) paraque las empresas militares de la guerra de conquista operaran como bandas criminales.

Son tales caractersticas estructurales las que permiten comprender por qu estos pequeosgrupos de combatientes (lo normal era que las bandas estuviesen constituidas poraproximadamente 100 hombres, de los cuales entre 40 y 50 iban a caballo) llegasen a extremos detemeridad y de crueldad cuando enfrentaban guerreros indgenas que los superaban 10 y hasta100 veces en nmero. Las ventajas de las armas defensivas (armaduras, escudos) y ofensivas

(dagas, espadas, arcabuces, ballestas, por ejemplo) y la gran movilidad con los caballos les

9 Durante las guerras civiles del Siglo XIX en Colombia y durante el perodo denominado de laviolencia, entre 1948 y 1968, los jefes de las bandas armadas se autoconferan ttulos militares. As,por ejemplo, Teniente Roosevelt, Capitn Chispas, Capitn Desquite, Mayor Incendio, MayorMediavida, General Mariachi, General Vencedor, General Peligro.


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permita a los espaoles infligir grandes prdidas a los indgenas, atacar y matar o capturar

directamente al jefe principal de los indgenas y efectuar rpidas retiradas, cuando lo imponanlas circunstancias de las batallas.

Los historiadores han exaltado el valor, el arrojo y el herosmo de los conquistadores, idealizandosu espritu guerrero sin considerar las ventajas estratgicas que los favorecan ni la materialidadde los objetivos que los movan a la guerra. Y cuando la atrocidad de los horrendos crmenescometidos era inocultable e injustificable, se apel a la leyenda del bajo origen social de loscombatientes e, incluso, a su condicin de delincuentes comunes en Espaa. Nada de todo esto seajusta rigurosamente a la verdad histrica.

Aunque se pueden contar en los dedos de la mano el nmero de conquistadores de origen hidalgo

(y fueron todava menos los que llegaron a la condicin de Jefes), s fue importante la migracinde segundones quienes, por la institucin del mayorazgo, no tenan asegurada fortuna en Espaa.Lo usual fue que los segundones estudiasen leyes y teologa, obteniendo el ttulo de Licenciado,mediante el cual podan desempearse como burcratas de la Corona y segn la propia astucia,falta de escrpulos y capacidad de intriga y apadrinamiento, llegar a ocupar altos cargos yenriquecerse. Y, definitivamente, aquellos licenciados que no lograban hacer carrera en Espaa,se embarcaban para Las Indias, donde automticamente entraban en la categora de letrados10.

Finalmente, antes de entrar a considerar los componentes de la estrategia del terror, es precisodestacar que fue la atomizacin del poder la que hizo posible que: 1) la estrategia del terror sefuese configurando y enriqueciendo tcticamente a medida que la guerra de conquista se fue

extendiendo en el tiempo y en el espacio, y 2) las decisiones, directrices, edictos y leyesemanadas de la Corona y del Consejo de Indias con el propsito de humanizar le guerra e,incluso, proteger a los indgenas, no solamente no se cumplieron sino que se incorporaron a laestrategia del terror. Es lo que procuraremos dejar en claro a lo largo de la exposicin de laestrategia.

A. EL REQUERIMIENTO

Debieron transcurrir 15 aos despus de la llegada de Coln a Las Indias en 1492 para que seperfeccionase este importantsimo componente de la estrategia del terror. Como veremos msadelante, el requerimiento es un discurso justificatorio de toda la experiencia criminal adquirida,

fundamentalmente en la isla La Espaola, para continuar la misma guerra de conquista en el restode las islas del Caribe y en tierra firme, durante los cuarenta aos siguientes, en el marco de unalegislacin que pretendi ser protectora de los pueblos nativos del continente americano.

10En la tradicin legalista de pases como Colombia no cabe duda que el elemento que aqu se ledenomina Doctor, se enraiza profundamente en el dicho licenciado espaol.


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Ya se ha sealado que estando Coln en su tercer viaje, en 1499 qued fracturada la unidad demando en Las Indias con el nombramiento de Gobernador que hicieron los reyes catlicos en lapersona de Francisco de Bobadilla, caballero de la orden de Calatrava, para que dirimiera elconflicto de intereses y las mutuas acusaciones entre Cristbal Coln y su rebelde AlcaldeFrancisco Roldn Jimnez.

Llevaba Coln dos aos largos navegando por el Caribe, visitando las islas ya descubiertas en susdos viajes anteriores y reconociendo la costa de tierra firme desde Paria hasta el Cabo de la Velaen la actual Venezuela, cuando fue tomado preso por Bobadilla y remitido a Espaa. En estos dosaos se consolid la presencia de los espaoles en la Espaola, isla elegida por Coln en suprimer viaje para dejar 38 espaoles con la misin de aprender la lengua y costumbres de los

nativos y facilitar de este modo un asentamiento definitivo. No nos cabe duda que la eleccin dela Espaola para un asentamiento estable de los invasores se debi a una casualidad, gratsimapara los espaoles y trgica para los nativos. En efecto, puesto que los espaoles crean haberllegado al oriente asitico preguntaron a los nativos por la isla de Cipango (el Japn actual) yestos los llevaron, tierra adentro, a Cibao, lugar donde se encontraban riqusimas minas de oro11.

Desde un comienzo, desde 1942, el oro se present a los espaoles, quienes lo venan a rescatar,bajos dos formas: a) el oro labrado en joyas, que haba sido extrado y acumulado por los nativosdurante siglos y b) el oro de las minas, que requera el trabajo de extraerlo. Cada forma del oroimplicaba, necesariamente, poner en prctica procedimientos diferentes de rescate. En lainvencin de los procedimientos los espaoles demostraron tener una monstruosa imaginacin

para hacer el mal, con una crueldad inagotable. El nico procedimiento pacfico para el rescatefue el intercambio desigual del oro bajo la forma de aderezos personales y de utensilios para lavida domstica. Ya se ha dicho que el intercambio desigual se haca en virtud de los valores dehospitalidad y generosidad de parte de los indgenas y de la codicia y el nimo deenriquecimiento de los recin llegados. A pesar de su generosidad, a los indgenas les resultabainsensato despojarse de todo su oro labrado en objetos decorativos y tiles que para ellos tenanun altsimo valor esttico y menos an podan explicarse por qu los espaoles queran todo suoro y sin embargo lo fundan en lingotes12.

11Preguntaron por Cipango; ellos entendieron Cibao, donde haba mucho oro; no caba en s de gozoCristbal Coln oyendo nombrar a Cibao y viendo grandes seales de oro all, y ser la gente sencilla y

tratable; ni vea la hora de volver a Espaa a dar la buena nueva de todo aquello a los ReyesCatlicos (Lpez de Gomara, 1985, p. 49).12En 1512, transcurridos ya 20 aos de la guerra de conquista, estando Vasco Nez de Balboa en lacosta atlntica de la actual Panam, Panquiaco, hijo del poderoso cacique Comagre, dio a Balboacuatromil onzas de oro en joyas y piezas primorosamente labradas. El junt aquel oro con lo queantes tena, lo fundi, y sacando la quinta parte del Rey, lo reparti entre los soldados (Lpez deGomara, 1985. p.100). Como algunos soldados rieron por el reparto, Lpez de Gomara pone en boca


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Agotada la generosidad de los indgenas, rescatar el oro que an stos conservaban implic paralos espaoles pasar del engao pacfico al robo violento. Entonces el rescate del oro por elinvasor se ti de sangre nativa. Secuestrar, mutilar, torturar y quemar a las personas, montear,aperrear y ranchear, fueron los procedimientos, a los cuales nos referiremos en detalle msadelante, ideados por los espaoles para apropiarse violentamente del oro acumulado durantesiglos por los indgenas. Ahora bien, para rescatar el oro de las minas era preciso pasar por eltrabajode extraerlo. Entonces los invasores idearon procedimientos para apropiarse de la fuerzade trabajode los nativos.

Para poder tener la fuerza de trabajo indgena a su disposicin los espaoles tuvieron que colocara los indgenas en situacin de total indefensin y aniquilar toda voluntad de resistencia. Como

solamente la guerra permite conseguir estos resultados, los espaoles necesariamente tenan quedeclarar y hacer la guerra a los indgenas. El requerimiento, como veremos ms adelante, vienea ser el elemento fundamental para poder declarar la guerra y, por esta va, legitimar el rescateviolento del oro indiano.

A los espaoles que llevaron a cabo la guerra de conquista no les importaba en absoluto llegar atener un conocimiento etnolgico de cada grupo sociocultural indgena para establecer un sistemade dominacin que les permitiera apropiase de su fuerza de trabajo. Por el contrario, la guerra deconquista se dirigi enteramente a la desintegracin del grupo y a su destruccin. Elprocedimiento del repartimiento, sintetiza la direccionalidad de la guerra de conquista. Enefecto, una vez puesto el poblado o grupo indgena en situacin de indefensin, el Jefe de la

Cuadrilla de conquistadores proceda a repartir entre sus combatientes, para su servicio personal,a todos los indios, hombres y mujeres, nios y adultos, obviamente sin tomar

La Destrucción de Las Indias Aproximacion Desde La Contemporaneidad

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