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LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA EXTERIOR DE ESTADOS UNIDOS DURANTE LA GUERRA FRÍA ESTEBAN BERNAL CARRASQUILLA Trabajo de grado para obtener el título de Magíster en Relaciones Internacionales Director MAURICIO PÉREZ SALAZAR PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES BOGOTÁ 2012

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LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA EXTERIOR DE ESTADOS UNIDOS DURANTE LA GUERRA FRÍA

ESTEBAN BERNAL CARRASQUILLA

Trabajo de grado para obtener el título de Magíster en Relaciones Internacionales

Director MAURICIO PÉREZ SALAZAR

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES BOGOTÁ

2012

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CONTENIDO

Pág.

INTRODUCCIÓN 1

METODOLOGÍA 6

1. ACERCA DEL PODER Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES. 8

EL PODER BLANDO COMO CATEGORÍA DE ANÁLISIS

1.1 CUATRO PREGUNTAS SOBRE EL PODER 8

1.1.1 ¿Qué es poder? La disciplina de las relaciones internacionales 9

1.1.2 ¿Quiénes hacen uso del poder? Los actores del sistema 10

Internacional

1.1.3 ¿Para qué y cómo se usa el poder? La noción de extranjero 17

1.1.4 ¿Cuáles son las fuentes de poder y cómo se clasifican? Poder duro 19

y poder blando

1.2 EL PODER BLANDO Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES 20

1.2.1 Fuentes de poder blando: el caso de los Estados Unidos 25

1.3 DIPLOMACIA PÚBLICA Y DIPLOMACIA CULTURAL COMO 28

HERRAMIENTAS DE POLÍTICA EXTERIOR

1.4 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 35

1.4.1 Tradiciones de pensamiento 35

1.4.2 Teorías 36

1.5 CONCLUSIÓN 38

2. LA DIPLOMACIA DEL JAZZ Y LA GUERRA FRÍA 40

2.1 SOBRE LA GUERRA FRÍA Y SUS INICIOS 40

2.1.1 La Guerra Fría cultural 44

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2.1.2 Estados Unidos y la Guerra Fría cultural 46

2.2 LA DIPLOMACIA DEL JAZZ 50

2.3 CONCLUSIÓN 69

3. JAZZ 72

3.1 INICIOS DEL JAZZ 72

3.1.1 Raíces 73

3.1.2 Los embajadores del jazz 82

3.1.3. El jazz en otros países 85

3.2 CONCLUSIÓN 88

CONCLUSIONES 90

BIBLIOGRAFÍA 94

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1

INTRODUCCIÓN

Entre 1956 y 1978, Estados Unidos incluyó dentro de su programa de política

exterior una iniciativa bastante peculiar: se destinarían recursos para financiar las

giras de músicos de jazz por el mundo entero. Desde una perspectiva general es

difícil entender la razón de tal decisión, debido al contexto internacional del

momento: la Guerra Fría se extendía rápidamente por todas las latitudes del

planeta; la carrera armamentista estaba en aumento y el arsenal nuclear de

Estados Unidos y de la Unión Soviética preocupaba a hombres y mujeres de todo

el mundo; la situación económica de Europa no era la mejor, pues había quedado

devastada tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, y los esfuerzos de Estados

Unidos a través del Plan Marshall eran una de las pocas opciones que tenía

Europa para no colapsar; en América Latina, la precaria situación de la

democracia daba pie para que dictadores se hicieran con el poder. Los golpes de

Estado eran frecuentes y había vulnerabilidad ante las ideas de izquierda; en

África y en el Sudeste Asiático, el fin de las colonias europeas representaba un

reto para occidente, que no quería ver a ambas regiones caer bajo las garras del

socialismo.

Entonces, ¿por qué Estados Unidos, potencia mundial, primera economía del

mundo y pionero en desarrollos militares decidió usar parte de su dinero (así haya

sido en una proporción diminuta) para promover el jazz en otros países? Es esta la

pregunta que da pie para el desarrollo de la presente investigación.

Si se observa con detenimiento se puede ver que la pregunta es capciosa y que

puede generar bastantes dudas y complicaciones. La situación sociopolítica

interna de Estados Unidos para la época en la que se decidió aprobar esta

iniciativa, conocida como diplomacia del jazz, era difícil. A pesar de la

proclamación de emancipación durante el siglo XIX, la aprobación de las leyes de

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segregación conocidas como Jim Crow tenía a la población negra en descontento.

Como eran ellos los principales exponentes de la música jazz, se genera una

inquietud sobre el origen de esta iniciativa sui generis, pues incluía a personajes

de dicha población segregada.

Dizzy Gillespie, un trompetista negro muy reconocido en la escena del jazz de la

época fue designado como el primer embajador del jazz durante el gobierno de

Dwight D. Eisenhower, y tuvo la misión de salir con su orquesta de gira por

Eurasia y Latinoamérica para compartir su música con públicos extranjeros. Su

gira fue un éxito y dio pie para que más adelante otros músicos negros de la talla

de Louis Armstrong, Duke Ellington y Charles Mingus, entre muchos otros,

salieran de su país de gira por el mundo, y recibieran jugosos honorarios. Otros

músicos blancos del jazz como Dave Brubeck y Benny Goodman tuvieron también

la oportunidad de hacerse embajadores y compartir su música, inclusive en países

socialistas. La fama y reconocimiento de estos músicos internacionalmente les

proporcionó la oportunidad de compartir a través de los medios de comunicación

su opinión acerca de la política tanto doméstica como internacional de Estados

Unidos. Fue así como muchos de ellos expresaron su desaprobación por la

segregación que tenía lugar en su país y en otras regiones como en África. Se

mostraron también inconformes con las políticas de intervención de Estados

Unidos en el contexto de la Guerra Fría. ¿No representan acaso esos dos

ejemplos una contradicción para el plan de política exterior de Estados Unidos?

¿Era falta de coordinación o de planeación que estos músicos encontraran

espacios para expresar dichas ideas? Siendo la seguridad nacional la principal

preocupación de este país –en concordancia con la teoría realista en relaciones

internacionales-, ¿no es la diplomacia del jazz una contradicción en su política

exterior? Se vislumbrará una respuesta a estas dudas a lo largo del texto.

La hipótesis que surge a partir de las preguntas anteriores y la cual se buscará

validar en la investigación es la siguiente: en el contexto de la Guerra Fría, en el

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cual el conflicto se desarrolló en frentes diversos, el jazz fue una herramienta útil

para que Estados Unidos encontrara la victoria, y se sumó a una serie de razones

que pusieron fin a la guerra. Inicialmente hay que hacer algunas aclaraciones

previas que justifican el estudio. Esos frentes que se mencionan en los cuales se

libró la guerra son de distinta naturaleza. Estuvo implicado el tema político, el

económico, el militar, y el cultural. ¿Por qué éste último? Porque la Guerra Fría,

como se verá, fue una guerra de ideas, un enfrentamiento entre capitalismo y

socialismo. Si bien ambos son modelos de organización económica y política, su

desarrollo inevitablemente terminaría permeando la esfera social, y por ende,

cultural. El estilo de vida capitalista y el estilo de vida socialista implicaban ciertas

organizaciones de la sociedad, y las interacciones de sus integrantes produjeron

patrones culturales. Por otro lado, en el caso de Estados Unidos, el jazz, género

que había nacido décadas antes de la Guerra Fría y que tiene raíces en diálogos

culturales que hubo entre África y el mundo occidental siglos atrás, fue (y sigue

siendo) parte esencial de la cultura estadounidense, lo que la hace especial y

única frente a otras. Claro está que cada país tiene su cultura autóctona, especial

y única, pero en el caso de Estados Unidos, el jazz lograba internacionalizarse

desde antes de la guerra y era en general bastante aceptado en otras geografías.

Aquí radica su importancia en este periodo de conflicto.

Desde la disciplina académica de las relaciones internacionales, perspectiva que

enmarca este estudio, se justifica también la importancia de la diplomacia del jazz.

Uno de los objetivos de la disciplina es el análisis de las dinámicas de poder, y la

Guerra Fría, como todo conflicto, se puede explicar a partir de dichas dinámicas.

Para no perder la guerra, cada bando (Estados Unidos y la Unión Soviética), debía

hacer uso de sus recursos, y éstos eran tan variados como los frentes de la guerra

que ya se mencionaron. No solo la riqueza material y las armas servían como

recurso para imponerse frente al enemigo; la cultura y los valores, eran un

elemento preciado que, gracias a la internacionalización de las ideas, producto del

desarrollo en materia de medios de comunicación, mejoraban o empeoraban la

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imagen de cada uno, en un mundo que se tambaleaba entre uno y otro modelo.

Teóricos de las relaciones internacionales como Joseph Nye, consideran estos

recursos intangibles (cultura, valores) como fuentes de poder. Y es claro que entre

más poder tuviera cada uno de los enfrentados en la guerra, más posibilidades

iban a tener de aceptación del modelo que defendían. Por otro lado, el desarrollo

de las teorías de las relaciones internacionales explica cómo diferentes actores

internacionales empezaron a desempeñar un papel importante en la guerra. Si

bien desde el realismo se considera que los Estados eran los únicos actores

importantes del sistema, esta teoría también tiene en cuenta la importancia del

poder de influencia y el poder de la opinión pública. La diplomacia del jazz puede

explicarse desde ambos tipos de poder. El transnacionalismo por su parte,

considera la aparición de nuevos actores en la escena internacional como las

Organizaciones No Gubernamentales (ONG), las Corporaciones Trasnacionales

(CTN) y los individuos, lo que da paso a que se hable de los embajadores de jazz

como actores internacionales. El enfoque sistémico da la oportunidad al analista

de hacer uso de elementos de distinto origen, e inclusive de hacer estudios

empíricos para comprobar la relación que hay entre sistemas y sub-sistemas

(donde el primero puede ser el sistema internacional y el segundo los Estados; o

también el Estado y la sociedad y la cultura; o la familia y los integrantes de ésta).

Sabiendo todo esto, los objetivos de la investigación son los siguientes: explicar

por qué un país que tiene un gran músculo militar y económico recurre en un

periodo de conflicto a una herramienta alternativa, como lo fue la diplomacia del

jazz. A través del ejemplo concreto de la diplomacia del jazz, ilustrar todos los

aspectos considerados por Joseph Nye en su formulación del término de poder

blando. Igualmente, a través del mismo ejemplo, explicar la relación real que

existe entre los conceptos de poder blando, diplomacia cultural, y diplomacia

pública. Finalmente, dar a entender la importancia del individuo como actor del

sistema internacional, valiéndonos de las acciones que llevaron a cabo los

embajadores del jazz.

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Para lograr lo anterior, el trabajo fue organizado en tres partes: en el primer

capítulo se trabajarán los conceptos básicos de las relaciones internacionales;

entre ellos, la definición de dicho concepto, el surgimiento de los tipos de actores

que en ellas intervienen, y el concepto de poder. Dentro de este último, se

profundizará en el aporte de Nye y su “poder blando”, el cual se entenderá como

herramienta de diplomacia pública y cultural. Se citarán algunas generalidades

sobre teorías de las relaciones internacionales, con el objetivo de remplazar

ciertas concepciones. Esto permite justificar que en el tercer capítulo se referencie

parte de la historia del surgimiento del jazz en Estados Unidos y en otros países.

En el capítulo intermedio se hablará de parte de la historia de la Guerra Fría, sus

orígenes y algunas de sus etapas. Se hará una breve descripción del contexto

internacional del momento en el que surgió la diplomacia del jazz. También se

hablará sobre la llamada Guerra Fría Cultural, que tuvo sus orígenes en Europa y

que luego se extendió a todo el mundo. Finalmente, se dedicará buena parte del

capítulo a relatar el fenómeno de la diplomacia del jazz, sus principales

expositores, los países que visitaron, y el impacto de la. Al final, el trabajo cierra

con conclusiones.

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METODOLOGÍA

El tema de la diplomacia del jazz se trabajó como un estudio de caso. Esta

investigación es en gran parte de tipo histórica, pues busca rescatar un aspecto de

la Guerra Fría que no ha sido estudiado a fondo y del cual la bibliografía es

bastante escasa. Se encontraron solo dos libros que tratan enteramente de este

tema: el de Penny M. Von Eschen del 2004, “Satchmo bloyws up the world. Jazz

ambassadors play de Cold War”, y el de Lisa E. Davenport del 2009, “Jazz

Diplomacy: promoting America in the Cold War”. En términos generales, ambos

libros relatan las giras realizadas por los embajadores del jazz, ciertas situaciones

de carácter político, económico, social y militar de los países o zonas que visitaban

estos músicos, y la situación de los derechos civiles de los negros en Estados

Unidos durante los años en que se llevó a cabo la iniciativa. Recogen además

ciertos testimonios de los embajadores del jazz, políticos, ciudadanos, y medios de

comunicación, que tratan de ilustrar el impacto que tuvo la diplomacia del jazz en

otros países. Sin embargo, la falta de detalles de esta información genera

inquietudes que pueden desembocar en futuras investigaciones.

Para complementar la investigación, en el marco teórico se hace un énfasis

especial en el trabajo que ha realizado Joseph Nye con su concepto de poder

blando, el cual aquí se relaciona con otros como diplomacia pública y diplomacia

cultural; con esto se trata de explicar otro tipos de acciones en política exterior que

no son comúnmente analizados en las relaciones internacionales. De igual manera

que con la diplomacia del jazz, la búsqueda bibliográfica no fue sencilla, por lo que

fue necesario realizar un viaje a la Universidad de Pensilvania en Filadelfia. El

resto de la información, aquella correspondiente a la historia de la Guerra Fría, las

teorías de las relaciones internacionales y la historia del jazz, fue encontrada en

bibliotecas nacionales y bases de datos.

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Vale la pena aclarar que en este estudio, si bien se menciona que la diplomacia

pública y cultural no es un fenómeno reciente, ni está ligado únicamente con la

Guerra Fría, no se profundiza en la historia de esta actividad. La diplomacia del

jazz no fue la única iniciativa de diplomacia cultural implementada por Estados

Unidos; quizás tampoco fue la más importante. Se reconoce que este país con

tradición fílmicas, educativas, científicas y tecnológicas bastante fuertes, hizo

frente a la Guerra Fría cultural con más que el jazz. Cada una de estas categorías

puede dar pie para desarrollar otras investigaciones que expliquen de manera más

completa la diplomacia pública norteamericana

Tampoco se dedica mayor espacio a relatar las acciones de diplomacia pública y

propaganda que la Unión Soviética realizaba a la par que los Estados Unidos. Si

bien la diplomacia del jazz pudo haber surgido como contraparte a la Campaña

por la Paz de los soviéticos, en la cual se buscaba desprestigiar al país

norteamericano, no se recogió mucha información de las actividades del primero.

Podría ser interesante establecer comparaciones entre lo que cada bando hacía

en este frente de guerra.

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1. ACERCA DEL PODER Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES. EL

PODER BLANDO COMO CATEGORÍA DE ANÁLISIS

A través de un marco teórico se busca en esta sección rescatar la importancia de

aspectos que no son comúnmente incluidos en el análisis de situaciones

internacionales. Se vislumbrará el rol que desempeña el individuo como modelo y

actor de las relaciones internacionales. Con ello se entenderá que la cultura y los

valores (elementos idiosincráticos) pueden ser usados como herramientas de

poder en la arena internacional

1.1 CUATRO PREGUNTAS SOBRE EL PODER

La diplomacia del jazz fue un fenómeno que se desarrolló durante las décadas de

los años 50, 60 y 70; ésta, fue una herramienta de la política exterior

estadounidense durante parte de la Guerra Fría. Este estudio se sitúa en un

contexto en el cual existió, como siempre ha ocurrido en las relaciones

internacionales, una dinámica de poder que definía la forma en que se

relacionaban los actores implicados en el conflicto. La idea general que se tiene

cuando se habla de la Guerra Fría es, que hubo una lucha entre los dos polos que

mejor quedaron posicionados luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, es

decir, Estados Unidos y la Unión Soviética. Sin embargo, este fue un conflicto de

escala global, ya que estuvieron implicados en él, actores de diversos tipos que

incluían y trascendían lo estatal: Europa era importante no solo por haber sido

escenario del fin de la Segunda Guerra Mundial y de inicio de la Guerra Fría, sino

por haber perdido su papel colonizador en África y el Sudeste Asiático. Las ONG y

grupos económicos y financieros también cobraron mucha importancia (aunque no

son nuestro objeto de estudio) De igual manera, algunos individuos lograron

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convertirse en figura públicas internacionales y actuar internacionalmente. Este fue

el caso de los embajadores del jazz, que fuera de llevar el mensaje de libertad y

democracia, hacían su propia diplomacia, al luchar por los derechos civiles de los

negros, y al solidarizarse con luchas similares en otras partes del mundo.

De lo anterior, y teniendo en cuenta que nuestro campo de estudio son las

relaciones internacionales, se pueden sacar a relucir ciertos puntos importantes.

Se mencionaron términos como actores y dinámicas de poder, los cuales son el

principal objetivo de análisis en esta disciplina. A continuación se definirán los

límites de esta primera parte con base en cuatro preguntas que son claves para

entender la importancia del término “poder” en relaciones internacionales. Primero,

¿qué es poder?, segundo, ¿quiénes hacen uso del poder?, tercero, ¿para qué y

cómo se usa el poder?, cuarto, ¿cuáles son las fuentes de poder y cómo se

clasifican? Con esto se busca establecer una base conceptual para que a lo largo

de todo el texto se entiendan tanto la naturaleza como el por qué de la diplomacia

del jazz como herramienta de política exterior. Dicho fenómeno se puede

relacionar con cada una de las preguntas recién formuladas, aunque esto no se

hará inmediatamente.

Se empieza entonces afirmando que la disciplina académica de las relaciones

internacionales busca estudiar las dinámicas de poder, razón por la cual es

indispensable entender este último término.

1.1.1 ¿Qué es poder?, la disciplina de las relaciones internacionales.

Raymond Aron1 aborda en principio el término desde un sentido general que

involucra distintos niveles de análisis, pues para él, el poder es la “capacidad de

hacer, producir o destruir”, y éste se puede ver reflejado tanto en aspectos que

conciernen a la naturaleza en general (desastres naturales, jerarquías en especies

animales, etc.), así como en la forma en la que se relacionan los seres humanos.

1 ARON, Raymond. Paz y guerra entre las naciones. Madrid: Alianza, 1985. p. 79.

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10

En el caso de los últimos, el poder se entiende como la capacidad que tiene el

individuo de obtener los resultados que éste desea2, y según Aron, esto lo hace

influyendo sobre la conducta de otros. Es de esta forma que se entiende el

comportamiento de los actores de las relaciones internacionales. Se definirá ahora

dicho término.

Esther Barbé3 considera que “relaciones internacionales” es un concepto con una

dimensión doble, pues corresponde bien a “un sector de la realidad social” en el

que se establecen relaciones de carácter internacional, o a la “consideración

científica de dichas relaciones”. Es entonces a través de la ciencia que se puede

limitar el alcance de tal concepto y los elementos que lo conforman. Varias son las

consideraciones que deben hacerse al respecto para el presente propósito: Barbé

cita a Truyol para explicar que las relaciones internacionales son un concepto que

trasciende los límites impuestos por una comunidad política o Estado; continúa,

afirmando que los actores del sistema internacional no son solo los Estados, sino

que debe tenerse en cuenta también al individuo, ya que éste representa un

“elemento básico de cualquier colectivo con actividad internacional”;

adicionalmente, cita a Manning, quien considera que las relaciones internacionales

se definen gracias a las acciones que se ejercen hacia un lado u otro de una

“frontera política nacional”; y finalmente, retoma las ideas de Rosenau sobre la

amplia gama de relaciones internacionales, siendo éstas de tipo “sociales,

culturales, económicas y políticas”.

1.1.2 ¿Quiénes hacen uso del poder?, los actores del sistema internacional.

Para entender a la diplomacia del jazz como parte de la política exterior de

Estados Unidos es necesario entender al Estado como actor del sistema

internacional; igualmente, es preciso comprender el papel del individuo en la

conformación del Estado, y por ende, como actor del sistema.

2 NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics. Nueva York: Public Affairs,

2004. p. 1. 3 BARBÉ, Esther. Relaciones Internacionales. Madrid: Tecnos, 1995. cap. 2.

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Con respecto a la primera consideración que hace Barbé, se debe describir al

Estado moderno europeo, aquel que surgió en 1648 con la Paz de Westfalia: éste

se conformó luego de varias etapas en las que el poder político se territorializó,

como por ejemplo en las ciudades–Estado, los imperios tradicionales, el

feudalismo, las monarquías absolutas y las monarquías constitucionales4. Con

anterioridad a la Paz de Westfalia, ya eran comunes en territorio europeo ciertas

prácticas y desarrollos en la manera de administrar el poder político, pues ya se

reconocían algunos límites territoriales, sistemas de leyes, recolección y

administración de impuestos de manera centralizada, el desarrollo de la

diplomacia y la creación de ejércitos permanentes5. Es entonces el Estado

westfaliano el que durante el siglo XIX unificaría al planeta dando forma al sistema

internacional actual6, en parte por su papel en la “confección del mapa político del

mundo moderno”7. Si bien ya se ha dicho que éste no es en la actualidad el único

actor del sistema internacional, ha sido considerado como el “actor soberano por

excelencia de las relaciones internacionales de los últimos tres siglos”8. Lo anterior

se debe a su capacidad al interior de su territorio para la “imposición coercitiva de

decisiones u órdenes, que resulta practicable debido a los hábitos de obediencia

existentes entre la población”9, o en palabras más familiares, gracias a que posee

el monopolio del uso legítimo de la fuerza. Al estar legitimado frente a su población

como la Institución que representa los intereses de sus ciudadanos, el Estado se

posiciona internacionalmente como el jugador clave del sistema. Se tiene

4 HELD, David. La democracia y el orden global. Buenos Aires: Paidós, 1997. p. 64-65; JESSOP,

Bob. The Future of the State in an Era of Globalization. En: Internationale Politik und Gesellschaft, Friedrich-Ebert-Stiftung, Nº. 3 (2003); p. 30-31. 5 Ibíd., HELD, p. 58.

6 WILHELMY, Manfred. Política internacional: enfoques y realidades. Buenos Aires: Grupo Editor

Latinoamericano, 1988. p. 79. 7 HELD, David. La democracia y el orden global, óp. cit., p. 53.

8 PASTRANA, Eduardo. Extinción o reinvención del Estado – Nación frente a los desafíos globales.

En: Desafíos. Nº 12 (enero-junio 2005); p. 270. 9 DEUTSCH, Karl W. El análisis de las relaciones internacionales. Buenos Aires: Paidós, 1968. p.

90.

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entonces definido al Estado moderno por sus tres elementos constitutivos sin los

cuales su existencia ofrecería dudas: territorio, población y gobierno10.

Esta innovación implica varios cambios en la forma en que se relacionan tanto

individuos como estructuras políticas; se tendrán en cuenta solo dos: primero,

surge una pluralidad de Estados sin un ente superior que los gobierne, pues éstos,

al reconocerse mutuamente en igualdad de derecho, no consideran la autoridad

de alguno sobre los otros11. Esto es interpretado en relaciones internacionales

como la condición anárquica del sistema internacional. Segundo, al conocer sus

límites territoriales y sus limitaciones para su supervivencia (puesto que ningún

Estado es completamente autosuficiente), reconoce la diferencia con sus vecinos

a quienes ve como extranjeros, y establece relaciones con ellos. De esta forma se

va desarrollando el concepto de interés nacional a través de la llamada “razón de

Estado”, idea que en la Europa de los siglos XVI y XVII “identificaba al portador de

la dinastía con el interés del Estado, como guía de racionalidad para la conducta

del estadista”12. Dicho concepto de racionalidad se refiere al actuar de tal forma

que se busque el mayor beneficio al menor costo.

Al retomar la idea de Truyol que Barbé rescata, se observa que las relaciones

internacionales trascienden a los Estados, pues éstos no son actualmente los

únicos global players, debido a la emergencia de otros actores con proyección

internacional. Inclusive, antes de y durante la era westafliana existían otros actores

que regulaban las relaciones entre individuos; sin extender el tema se puede citar

como uno de ellos a la Iglesia católica, institución que inclusive en la actualidad

desempeña un papel importante en las relaciones internacionales.

10

TRUYOL Y SERRA, Antonio. La sociedad internacional. Madrid: Alianza Universidad, 1983. p. 102. 11

ARON, Raymond. Paz y guerra entre las naciones, óp. cit., p. 84. 12

WILHELMY, Manfred. Política internacional: enfoques y realidades, óp. cit., p. 86-87.

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Actualmente se consideran como actores internacionales aquellos que se

relacionan de cierta forma que traspasan fronteras. Algunos ejemplos de éstos

pueden ser: las ONG, las corporaciones transnacionales (CTN), las

organizaciones delincuenciales internacionales, los organismos multilaterales

creados por los propios Estados como la ONU, e inclusive los individuos. La

emergencia de actores internacionales no es un fenómeno reciente; no se puede

afirmar que el establecimiento de fronteras nacionales en 1648 les otorgaba a los

actores que las traspasan el adjetivo “internacional”, puesto que esto limitaría el

concepto a una zona geográfica y dejaría de lado el análisis de las relaciones

entre individuos que se consideraban distintos o extranjeros entre sí. Su origen se

relaciona con los procesos de globalización que según ciertos académicos, se han

desarrollado desde hace ya varios siglos.

Más allá de los hechos que la comprueban, la globalización puede entenderse

como concepto desde la antigüedad, cuando surgieron teorías sobre la redondez

de la tierra; el hecho de reconocer los límites de ésta, hacía que surgieran

preguntas sobre quién la controlaría13. Pero fue quizás con el descubrimiento de

América que la historia mundial comenzó, cuando se empieza a globalizar la

economía y el hombre toma consciencia de la limitación en recursos14, y cuando

las diferentes culturas empiezan a interactuar. Lo anterior no significa que previo al

Descubrimiento no hubiera habido relaciones internacionales; ejemplos como los

intercambios entre culturas y no entre Estados durante la Edad de Bronce15, o las

dinastías en China que se destronaban unas a otras, o la Guerra del Peloponeso,

en la cual se enfrentaban dos Estados hegemónicos, o las Cruzadas, las rutas de

la seda y las especias, representan casos de relaciones internacionales. Lo que se

busca plantear es que es a partir del Descubrimiento que existe la posibilidad de

13

BARTELSON, Jens. The Social Construction of Globality. En: International Political Sociology. Nº 4 (2010); p. 223. 14

OSPINA, William. Los nuevos centros de la esfera. Bogotá: Punto de Lectura, 2001. p. 17-19. 15

ARNDT, Richard T. The First Resort of Kings: American cultural diplomacy in the twentieth century. Estados Unidos: Potomac Books, Inc, 2005. p. 1.

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que distintos actores, incluyendo y trascendiendo las “comunidades políticas”, a lo

largo y ancho del planeta, interactúen (es de esta forma como nace el jazz, música

de negros en los Estados Unidos, y a lo que se le dedicará un espacio en otra

sección).

Estos procesos de globalización que actualmente han construido redes que

conectan al planeta entero, recibieron un impulso importante desde el periodo

conocido como modernidad, que se sitúa en la Europa de la Ilustración y de la

revolución industrial. Para Anthony Giddens16, “modernidad” es un concepto ligado

al mundo industrializado, en el cual el cambio en los mecanismos de producción

altera el estilo de las relaciones sociales. En ese nuevo marco de relaciones se

destaca el papel del Estado nacional como una institución de vigilancia. Se resalta

además la importancia de la reflexividad generalizada que se gesta desde este

periodo gracias al desarrollo de las ciencias sociales; uno de los estandartes de la

modernidad es la razón, y la continua referencia a ésta, hecho que es propio de

dicho periodo, otorga importancia también al papel del individuo en las relaciones

sociales. Por último, sostiene que al hablar de modernidad no se puede

desatender el cambio tecnológico no solo en las formas de producción sino

también en los medios de comunicación, por lo cual el texto impreso que siglos

después se convertirá en señal electrónica es un elemento esencial que perdura

hasta la actualidad.

En segundo lugar, y según lo citado más arriba por Barbé, en el estudio de las

relaciones internacionales es preciso no omitir al individuo. Es de éste que surge

el Estado, el cual en últimas se comporta de manera similar al primero. Esto se

entiende al referirnos a algunas ideas sobre la naturaleza humana. La concepción

platónico-aristotélica resalta el impulso de supervivencia, el cual lleva a los

16

GIDDENS, Anthony. Modernidad e identidad del yo: el yo y la sociedad en la época contemporánea. Barcelona: Península, 1997. cap. 1.

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hombres a establecer relaciones de mutua ayuda17. Por otro lado, a grandes

rasgos, Hobbes18 reduce la visión de sus predecesores y determina que la

condición de similitudes entre hombres genera una intención de dominio. La

relación de esta naturaleza humana con el comportamiento del Estado en lo

internacional se puede ver reflejada en lo que Vallespin19 y Bull20 determinan como

lo característico de una primera etapa del Estado westfaliano. Sin embargo, en

ésta se resalta la tradición hobbesiana, que considera que la paz es solo “un

periodo de recuperación de la última guerra y de preparación para la siguiente21.

Como el Estado reconoce la amenaza de otros Estados, busca tanto garantizar la

seguridad de su población, como de mantener el orden interno22. Se entiende así

la denominación de los “dos mundos de la política mundial” que Beck retoma de

Rosenau: existen dos sociedades globales, la de los Estados y la del resto de

actores que “tejen y destejen un vasto entramado de relaciones sociales”23, a lo

que se agrega que éstas “inciden en la distribución del poder a nivel mundial”24.

Establecida esta relación, podemos rescatar la caracterización que Truyol hace de

las relaciones internacionales, a las que considera, apoyándose en Weber, como

relaciones de tipo social. Weber afirma que el entrelazamiento de cualquier tipo de

acciones intencionadas que produzcan consecuencias son consideradas

relaciones sociales25.

17

RAYNOLDS, P.A. Introducción al estudio de las Relaciones Internacionales. Madrid: Tecnos, 1977. p. 49. 18

Sobre la concepción hobbesiana de la naturaleza humana véase VÁSQUEZ, John A. (comp). Relaciones internacionales: el pensamiento de los clásicos. México D.F: Limusa, 1994. p. 261-264. 19

VALLESPIN, Fernando. El futuro de la política. Madrid: Taurus, 2000. p. 95. 20

BULL, Hedley. La sociedad anárquica: un estudio sobre el orden en la política mundial. Madrid: Los Libros de la Catarata, 2005. p. 76-77. 21

Ibíd. p. 77. 22

VALLESPIN, Fernando. El futuro de la política, óp. cit., p.95. 23

BECK, Ulrich. ¿Qué es la globalización?: falacias del globalismo, respuestas a la globalización. Buenos Aires: Paidós, 1998. p. 49. 24

BARBÉ, Esther. Relaciones Internacionales, óp. cit., p.107. 25

TRUYOL Y SERRA, Antonio. La sociedad internacional, óp. cit., p. 17-21.

Page 19: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

16

Ahora, el papel del ser humano como actor del sistema internacional es importante

para el análisis de las relaciones internacionales, ya sea si a éste se le toma como

parte de un colectivo (político o no), o si se le toma como individuo. Se entiende su

importancia como parte de un colectivo político si se remite a la matriz que

Rosenau propone para el análisis de la política exterior, en la cual una de las

variables incluye los valores, creencias, talentos y experiencias de los tomadores

de decisiones26. Indiscutiblemente, en el juego político pesa lo que un individuo

con poder considere que debe o no debe hacerse. Como parte de un colectivo no

político, como una CTN, se puede poner de ejemplo el papel que desempeñan los

encargados de las negociaciones internacionales: ellos utilizan sus habilidades

personales para ganar más en una negociación. Y finalmente, en cuanto al

individuo como actor del sistema internacional, se cita de nuevo a Rosenau27,

quien enfatiza que, debido a herramientas que han surgido tras avances

tecnológicos, en especial en materia de medios de comunicación, los individuos

han encontrado la forma de convertirse en actores internacionales sin

necesariamente pertenecer a un colectivo. Rosenau pone de ejemplo los

disturbios en Seattle en 1999 durante una cumbre de la Organización Mundial del

Comercio, a la que asistieron ciudadanos no solo estadounidenses para protestar

en contra de la globalización.

Se puede citar otro ejemplo sobre esta última parte que además dará un adelanto

sobre la diplomacia del jazz: Von Eschen28 narra cómo Louis Armstrong durante

una gira (no patrocinada por el gobierno estadounidense) pasaba fácilmente de

Berlín del Este a Berlín del Oeste sin contar con documentos de aprobación

soviéticos ni estadounidenses, hazaña que ni siquiera el embajador

estadounidense podía realizar; inclusive, debido a su reconocimiento y fama

mundial, oficiales de ambos bandos pedían autógrafos al trompetista. Así no

26

ROSENAU, James N. The Study of World Politics. Nueva York: Routledge, 2006. p. 172. 27

Ibíd., p.203. 28

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War. Massachusetts: Harvard University Press, 2004. p. 11-12.

Page 20: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

17

estuviera en ese momento trabajando para el gobierno de los Estados Unidos, sus

declaraciones en las que aseguró su intención de probar que “la música era más

fuerte que las naciones” lo convierten sin duda en un actor político internacional.

1.1.3 ¿Para qué y cómo se usa el poder?, la noción de extranjero. Como se ha

dicho más arriba, la conducta humana puede llevarse al plano estatal. Para

sobrevivir, los Estados hacen uso de su poder para así garantizar su seguridad, el

acceso a materiales para su consumo, el acceso a mercados, y así lograr un mejor

posicionamiento en el sistema internacional. Un concepto clave para entender

estas relaciones entre Estados es el extranjero, pues es a través del

reconocimiento de las fronteras y de lo que éstas separan, que los Estados

establecen relaciones con otros. La tercera consideración de Barbé, sobre la

importancia de las fronteras políticas nacionales para entender las relaciones

internacionales es ahora desarrollada.

Para Duroselle29, la noción de extranjero es de suma importancia para entender

tanto la naturaleza de las relaciones, así como los distintos tipos de actores

involucrados en éstas. El extranjero, independientemente de si es bueno o malo,

es lo diferente, y según la relación que se ha hecho, es en principio visualizado

como “hombre” diferente, y dada la importancia que se ha dado al individuo como

actor internacional, se ve que el hombre es el factor que “introduce lo aleatorio”.

Es así como se obtiene una variedad en los tipos de relaciones internacionales, de

acuerdo a la última consideración de Barbé. De nuevo según Duroselle30, estas

relaciones pueden ser pacíficas o conflictivas. Se pueden clasificar dentro del

primer tipo, las relaciones comerciales, financieras, culturales, y algunas político-

militares.

29

DUROSELLE, Jean-Baptiste. Todo imperio perecerá. Teoría sobre las relaciones internacionales. México D.F: Fondo de Cultura Económica, 1998. cap. 1. 30

Ibíd., caps. 12-13.

Page 21: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

18

Tanto en el segundo tipo, como en algunas de las sub-clasificaciones del primero,

como en la comercial y las político-militares, se ve que estas relaciones se rigen

por elementos típicos del poder. Lo anterior, básicamente, porque en el plano

estatal, se busca que las relaciones con otros estén determinadas en el marco de

la política exterior, por lo que se recurre a la idea que tiene Morgenthau sobre la

política internacional31: que ésta es una constante lucha por el poder, el cual

siempre es el fin inmediato. A lo anterior se puede agregar el aporte de Aron32,

quien considera que tanto la seguridad como la fuerza y la gloria son considerados

objetivos eternos.

El hecho de que un Estado destine recursos para dicha empresa implica una clara

definición, en el sector político (formuladores y tomadores de decisiones), de los

intereses nacionales. Primero, es necesario afirmar que en todo sistema social,

según lo concibe el sociólogo Talcott Parsons, citado por Deutsch33 es

fundamental el logro de fines, lo cual conlleva a una posible modificación de

conductas (que en el plano internacional provoca reacciones de otros actores).

Más adelante, Deutsch asegura que en el caso de los Estados Unidos (el actor de

interés en este estudio), son el presidente y el Congreso los principales

encargados de la definición del interés nacional y de las acciones que se realizan

a favor de alcanzar los fines ligados a éste. Desafortunadamente, según

Duroselle34, la definición del interés nacional es muchas veces abstracta y

responde a los intereses particulares del tomador de decisiones, en este caso, el

presidente, así públicamente se proclame que el interés nacional es el que

corresponde al interés del mayor número de personas. Sin embargo, los autores

aquí mencionados coinciden en que a grandes rasgos se puede definir el interés

nacional en términos de seguridad.

31

MORGENTHAU, Hans J. La lucha por el poder y por la paz. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1963. p. 44. 32

ARON, Raymond. Paz y guerra entre las naciones, óp. cit., cap. 3. 33

DEUTSCH, Karl W. El análisis de las relaciones internacionales, óp. cit., p. 29. 34

DUROSELLE, Jean-Baptiste. Todo imperio perecerá. Teoría sobre las relaciones internacionales, óp. cit., p. 125-127.

Page 22: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

19

Adelantando de nuevo hacia la diplomacia del jazz, se puede considerar esta

estrategia de política exterior como una herramienta para lograr un objetivo de

interés nacional estadounidense durante el periodo de la Guerra Fría: la expansión

de la zona de influencia, con el doble propósito de contrariar ciertas imágenes

negativas que se podían tener globalmente sobre los Estados Unidos (un país

racista, un país culturalmente débil e insulso), y el propósito de ganar corazones y

mentes, en un contexto de lucha entre el capitalismo y el comunismo soviético. Lo

anterior ocurrió estableciendo relaciones de tipo cultural con otros países, en

especial, con aquellos considerados vulnerables a la influencia soviética.

Se cierra este apartado entonces, concluyendo que en el plano internacional los

Estados hacen uso del poder a través de medios como: “persuasión, regateo,

amenaza y uso de la fuerza”35, de manera similar al individuo.

1.1.4 ¿Cuáles son las fuentes de poder y cómo se clasifican?, poder duro y

poder blando. Para Barbé36, el poder puede clasificarse de dos maneras: como

recurso y como influencia. Con éste, el Estado busca dar forma a sus relaciones

internacionales para acceder a mayores beneficios. Al relacionarse con otros

Estados busca influir en sus actitudes con dicho propósito, a través del uso de su

poder. Este poder puede, según Barbé ser tangible o intangible, y se pueden dar

ejemplos de cada uno según la clasificación de Duroselle37, quien afirma que las

fuerzas pueden ser de tipo demográfico, económico, y de valores. En las dos

primeras categorías se puede situar el tamaño de la población y los recursos

naturales (entre otras muchas sub-categorías que se han encontrado); en la

segunda, se pueden citar ejemplos como la cohesión social, el nacionalismo, la

aceptación de ideas como la libertad y la democracia.

35

Ibíd., p.135. 36

BARBÉ, Esther. Relaciones Internacionales, óp. cit., p. 142. 37

DUROSELLE, Jean-Baptiste. Todo imperio perecerá. Teoría sobre las relaciones internacionales, óp. cit., cap. 7.

Page 23: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

20

Sin embargo, para efectos prácticos se hace referencia a Joseph Nye38, quien

establece que el poder es en resumidas cuentas, la capacidad de influir sobre

otros actores para obtener los resultados deseados (incrementar beneficios);

clasifica además al poder en dos categorías: poder duro (hard power), y poder

blando (soft power). En relación a ideas expresadas más arriba, el poder duro

viene siendo aquel recurso tangible que puede relacionarse al músculo económico

y al músculo militar. Según esto, se puede decir de manera escueta, que mientras

más riqueza produzca un país y mientras más armas tenga, más poderoso va a

ser, y más fácilmente podrá influir en otros actores. Sin embargo, como ya se ha

dicho, dada la naturaleza de las relaciones sociales, la coacción no es la única

manera de obtener resultados deseados; es entonces el poder blando una

herramienta que puede ser usada inclusive en situaciones de gran tensión

internacional (como en este caso, la diplomacia del jazz durante la Guerra Fría), y

que de manera indirecta puede generar buenos resultados.

1.2 EL PODER BLANDO Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES

El término de poder blando fue acuñado por primera vez por Joseph Nye en

199039. Nye escribió sobre éste en un contexto de fin de la Guerra Fría, mientras

que los Estados Unidos, aunque posicionados como la única nación súper –

poderosa del mundo, veían el reposicionamiento de otros actores en el sistema

internacional. El autor observa que Japón, un país con un territorio muy limitado,

se acomodaba en el sector económico por encima de otros grandes países. De la

misma manera, actores como las CTN, a pesar de su falta de músculo militar

podían hacer uso de su capital para obtener resultados e influir en las decisiones

políticas. Surge entonces en Nye la idea de que el término poder en política

internacional debía ser revisado, pues éste no se constituía solamente por los

elementos que tradicionalmente se tienen en cuenta. Es más, el término se vuelve

38

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp.cit, cap. 1. 39

NYE, Joseph S. Soft Power. En: Foreign Policy. Nº 80 (1990), p. 153-171

Page 24: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

21

difuso ya que a lo largo del siglo XX ocurrieron unos cambios en el plano

internacional que afectaron dicha concepción: “interdependencia económica,

actores transnacionales, nacionalismo en los Estados débiles, el despliegue de la

tecnología, y el cambio en las agendas de política”40. Todos estos cambios

representan entonces un reto para aquel actor internacional que busque

incrementar sus beneficios, ya que el hecho de confiar solamente en sus

capacidades militares o económicas para obtener resultados positivos puede salir

muy costoso o ser contraproducente. Por esta razón Nye considera al poder

blando como un segundo aspecto del poder, pues más allá de ser la capacidad de

ordenar para conseguir algo, establece la posibilidad de obtener algo porque otro

quiere darlo.

En su libro del 200441, Nye profundiza en su término. Asegura que un país puede

obtener resultados en política internacional debido a la admiración de otros países

hacia los valores y los logros del primero. Dicha preferencia hacia un país, o las

intenciones de seguir su ejemplo, provienen de las habilidades que éste tenga

para mostrar sus recursos intangibles, como “una personalidad atractiva [en el

caso del presidente, embajadores, ministros de relaciones exteriores, etc.], la

cultura, los valores políticos y las instituciones, y las políticas que son vistas como

legítimas y con autoridad moral”. Son entonces estos recursos intangibles los que

Nye considera como poder blando.

Aunque en su estudio, Nye hace referencia al poder blando de otros países, se

centra en la importancia que éste tiene en los Estados Unidos. Lo hace así porque

el sistema democrático ha sido reconocido en gran parte del planeta y el referente

del siglo XX en democracia es este país. Además de ser actualmente la única

súper-potencia del mundo (en términos militares y económicos), Estados Unidos

ha sido un país con un gran potencial de poder blando desde hace varios siglos.

40

Ibíd., p. 160. 41

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, op. cit., cap. 1.

Page 25: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

22

Para Carnes Lord42, Estados Unidos ha poseído este recurso inclusive antes de

ser reconocido como potencia, pues se ha destacado en la historia debido que es

una nación devota de la libertad y las leyes, abierta a todo topo de inmigrantes,

opuesta a políticas estrictamente coercitivas. Ha sido tan conveniente para los

Estados Unidos su poder blando, que en debates actuales en ciencias sociales

sobre la naturaleza de los procesos de globalización del siglo XX, se han

preguntado los académicos si éstos son un resultado de dicho recurso

norteamericano. A lo anterior, Lord concluye que “el poder blando americano de

manera inevitable está dando forma al comportamiento de las personas y los

gobiernos alrededor del mundo, así éstos sean o no simpatizantes de los Estados

Unidos43.

Aunque puede ser debatible según la mirada que se le dé al caso del poder

blando, Nye se centra en que su país es líder debido a su ideología, y

complementa esta idea asegurando que en los países autoritarios es dudosa la

efectividad del poder blando, dado que los líderes de éstos confían más en la

coerción y la impartición de órdenes que en la actitud occidental y democrática.

Para Nye el poder blando es entonces “un gancho de la política democrática”44.

Agrega además un tercer concepto, poco desarrollado hasta ahora, que se refiere

al poder astuto (smart power), el cual es una mezcla de poder duro y poder

blando. Para el autor, el poder astuto posiblemente puede garantizar el alcance de

objetivos, pues complementando al poder blando, el poder duro puede servir para

crear mitos de grandeza e invencibilidad, lo que puede influir en la actitud de los

interlocutores. Esto se refuerza con el comportamiento internacional de un líder

político que conoce el poder duro y blando de su nación. Así se logra la anhelada

influencia, que puede surgir de lo atractivo de la cultura y valores propios, o de la

42

LORD, Carnes. Losing hearts and minds?: public diplomacy and strategic influence in the age of terror. Connecticut: Praeger Security International, 2006. p. 16. 43

Ibíd., p. 19. 44

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp cit., cap. 1.

Page 26: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

23

habilidad de “manipular la agenda de opciones políticas de tal manera que los

otros fallen en expresar algunas preferencias porque parecen irreales”45.

Sin embargo el poder blando no depende del duro. Nye relata que la URSS, a

pesar de incrementar su poder militar veía una notable disminución en su poder

blando, en especial luego de las invasiones de Hungría y Checoslovaquia46. Si nos

remitimos a un episodio que narra Judt,47, se puede entender además que el

poder blando puede ser usado por individuos e instituciones no gubernamentales:

Judt reconoce el papel del Papa Juan Pablo II en el fin del Estado totalitario en la

Polonia comunista. Wojtyla como Papa había ganado mucha popularidad debido a

sus ostentosas actuaciones en distintos países, y debido a esto, sus tres

peregrinaciones a Polonia causaron un revuelo importante entre los trabajadores

que buscaban que su derecho a la organización sindical independiente fuera

reconocido. Si bien el Papa buscaba “refrendar la pervivencia pasiva del

cristianismo bajo el régimen comunista”, no negaba la necesidad de un mejor

entendimiento entre ambos en Polonia. Por ser el Papa, los comunistas no podían

arriesgarse a prohibir su regreso, inclusive durante el periodo de imposición de la

ley marcial a principio de los años ochenta. El Papa simbolizó para los

trabajadores, un apoyo a su causa; fueron éstos, quienes organizados en el KOR

y en el sindicato independiente Solidaridad alentaron la revolución polaca del 80.

Otro ejemplo en el plano gubernamental es el de la URSS

No obstante, Nye48 observa ciertas limitaciones que tiene el poder blando: primero,

es importante que para que éste sea efectivo, existan receptores e intérpretes que

tengan en cierta medida, disposición para él. Agrega que el poder blando no tiene

mucha funcionalidad si se concentra en el territorio de una nación, pues es una

45

Ibíd., cap. 1 46

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp. cit., cap. 1. 47

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945. Madrid: Santillana, 2006. p. 843-849 48

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp. cit., cap. 1.

Page 27: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

24

herramienta que debe ser dispersada en otras latitudes. Finalmente, cree que el

poder blando funciona mejor en el alcance de metas medias como la promoción

de la democracia, derechos humanos y libre mercado. Como ya se vio en la

sección anterior, la meta a largo plazo es la seguridad, la supervivencia, y para

esto, sería necesaria la interacción de ambos poderes, pues según Rugh49, solo

el poder duro no alcanza para garantizar el interés nacional [estadounidense].

Antes de nombrar las fuentes de poder blando es necesario precisar que no se

pretende aquí reconocer el aporte de Nye como algo en entero novedoso;

tampoco que esta categoría de análisis se acomode desde todos los puntos de

vista a lo que Nye defiende, lo que volvería monolítico este tratamiento. Ya otros

teóricos de diversas áreas del conocimiento han encontrado conexiones entre el

acontecer cultural (en el más amplio sentido de la palabra) y el político-económico.

Al tomar como punto de partida a Nye se está dejando de lado, por ejemplo, el

análisis que Gramsci hace sobre los métodos por medio de los cuales el Estado o

la clase dominante no solo se impone sobre una clase subordinada, sino que

también logra hacer que ésta acepte una forma de organización social. Es esto lo

que a grandes rasgos se considera como hegemonía cultural y que incluye el uso

de elementos simbólicos y el papel de las instituciones para crear cambios

culturales y legitimar la acción de la clase dominante. La lectura que Jackson Lars

hace de Gramsci50 da para inferir que la importancia del aspecto cultural como

parte del poder radica en que fuera de lo económico y lo político, es cuando se

produce un cambio profundo en la concepción general de las personas sobre la

realidad que están viviendo. Esto quiere decir que de la mano con los cambios

políticos y económicos se va formando una realidad cultural a la que la clase

49

RUGH, William A. The Case for Soft Power. En: SEIB, Phillip (edit.). Toward a new public diplomacy: redirecting U.S. foreign policy. Nueva York: Palgrave Macmillan, 2009. p. 7. 50 JACKSON LEARS, T.J. The concept of cultural hegemony: problems and possibilities. En: The

American Historical Review [en línea]. Vol. 90, Nº3 (1985). p. 567-593. [Consultado el 12 de abril

de 2011]. Disponible en Http://www.jstor.org/stable/1860957

Page 28: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

25

subordinada se acomoda. Esto nos podría dar herramientas para extender y

problematizar lo que Nye considera sobre las fuentes del poder blando.

A partir de las ideas de Gramsci podría hacerse un análisis más detallado que el

que más adelante se hará, sobre la conexión con aspectos políticos y económicos

que tiene el surgimiento de un movimiento cultural tan importante como lo ha sido

el jazz en Estados Unidos. Adicionalmente, el concepto de hegemonía cultural

podría dar ciertas luces para el análisis de los choques culturales que hubo en la

Guerra Fría cultural. Sin embargo, se parte de las ideas de Nye, que son de

carácter más sencillo, teniendo en cuenta (y corriendo el riesgo de dejar de lado

muchas otras opiniones válidas) que muchas de las acciones emprendidas por

cada bando en la Guerra Fría se justificaban para la defensa de, dicho de manera

sencilla, el capitalismo o el socialismo.

1.2.1 Fuentes de poder blando: el caso de los Estados Unidos. Nye51

considera que el poder blando proviene de tres fuentes: la cultura, los valores

políticos y la política exterior. En el primer caso, define a la cultura como un

“conglomerado de valores y prácticas que le dan sentido a una sociedad”, y

encuentra en ella dos sub-categorías: la alta cultura y la cultura popular. Reconoce

que ambas sub-categorías desempeñaron un papel importante en la Guerra Fría,

pues actividades de alta cultura como teatro, danza, ópera y exposiciones de arte

tuvieron la oportunidad de ser presentadas en la Unión Soviética. Inclusive, recoge

el relato de un sorprendido músico soviético, que como la mayoría, consideraba

que el Occidente decadente no podía producir orquestas maravillosas que

interpretaran de manera adecuada la música clásica, percepción que cambió en el

momento en que vio las presentaciones de orquestas provenientes de Estados

Unidos. Por otro lado la cultura popular estadounidense, así no sea considerada

como positiva en muchas partes del mundo, es percibida como excitante, exótica,

moderna, e innovadora. Es más, en el periodo de postguerra, según lo relata el

51

Ibíd., cap. 1.

Page 29: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

26

historiador Reinhold Wagnleitner, recordado por Nye, la cultura popular

estadounidense fue rápidamente asumida por los europeos; ésta ayudó, gracias a

connotaciones constitutivas como la libertad, liberalidad y naturalidad, a

democratizar estas sociedades.

La cultura estadounidense tiene para Nye un valor especial pues fue gracias a

ésta, y por supuesto a otros aspectos, que se logró el objetivo importante de la

política exterior norteamericana de la época: ganar la Guerra Fría. La cultura

popular de Estados Unidos pudo situarse por encima de la Unión Soviética en un

periodo inicial en el que esta última gozaba de gran aceptación en los años de la

postguerra debido a su posición anti-nazi, junto con el atractivo de la ideología

comunista en un periodo de descontento general hacia las políticas tradicionales.

Otros aspectos de la cultura estadounidense que han sido parte del ventajoso

posicionamiento de este país en el sistema internacional son: el intercambio y

avances científico-tecnológicos, la educación, los deportes, y los medios de

comunicación. Estados Unidos, por ser pionero en todos los anteriores es

admirado en todo el mundo y se ha convertido en destino principal de miles de

estudiantes y científicos que encuentran facilidades para desarrollar sus

actividades en este país52. Nye53 y Lord54 reconocen la importancia de los

intercambios educacionales y científico-tecnológicos entre norteamericanos y

soviéticos durante la Guerra Fría, especialmente por el papel que jugaron en la

caída del comunismo soviético. Gracias a los intercambios, Estados Unidos ejerció

alguna influencia en estudiantes rusos que después tendrían cargos políticos y

desempeñarían un rol en pro de los derechos humanos y la liberalización.

52

LORD, Carnes. Losing hearts and minds?: public diplomacy and strategic influence in the age of terror. óp cit., p. 18. 53

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp. cit., cap. 1. 54

LORD, Carnes. Losing hearts and minds?: public diplomacy and strategic influence in the age of terror, óp. cit., p. 18.

Page 30: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

27

Todo lo anterior es considerado por Charles W. Freeman55 como potencial para

ejercer influencia cultural. Para él, la cultura nacional puede exportarse y así

proyectar el prestigio que se ha logrado gracias a los éxitos internos en ámbitos

morales, intelectuales, científicos, artísticos y económicos. Freeman piensa que el

intercambio cultural es parte importante de la estrategia de política internacional,

ya que las experiencias que viven los extranjeros cuando habitan otro país genera

un mejor entendimiento de las culturas y de los Estados; paralelamente, el hecho

de aprender el idioma que se habla en el país que habitan genera la adopción de

elementos culturales a través del vínculo que se genera con los nacionales de

dicho país pues “conocer el idioma de alguna nación es conocer algo de su alma y

es estar más abierto a sus ideas”.

En cuanto a la segunda fuente de poder blando que identifica Nye, Rugh56 agrupa

a la democracia y el sistema político, los procesos electorales, la responsabilidad

de los líderes políticos, la transparencia del gobierno, el sistema de cortes y la

protección legal de los ciudadanos, la posibilidad del acceso al poder por parte de

las minorías, y la garantía de la libre expresión. La idea general que se tiene sobre

las oportunidades que tienen los ciudadanos e inmigrantes en los Estados Unidos

parte de aquí. Es por esa razón que durante la Guerra Fría, al presidente

Eisenhower le incomodaba la idea de que la segregación racial que se practicaba

en el sur del país fuera a convertirse en un motivo de oposición a los Estados

Unidos, lo que evidentemente le significaría un problema en la empresa de

convencer a nuevos Estados de adoptar el capitalismo. Más adelante se verá que

esta pudo haber sido una de las razones por las cuales surgió la diplomacia del

jazz.

55

FREEMAN, Charles W. Arts of power: statecraft and diplomacy. Washington D.C: United States Institute of Peace Press, 1997. p. 41. 56

RUGH, William A. The Case for Soft Power. En: SEIB, Phillip (edit.). Toward a new public diplomacy: redirecting U.S. foreign policy. óp. cit., p. 9-11.

Page 31: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

28

Finalmente, el poder blando puede surgir de las políticas exteriores de los países,

claro está, dependiendo del impacto que éstas tengan. Por ejemplo, el

compromiso con la tolerancia religiosa y el plan de reconstrucción de Europa luego

del fin de la Segunda Guerra Mundial tuvieron en general un impacto positivo en

las sociedades europeas; estas políticas demostraban tanto la prosperidad como

la generosidad de los Estados Unidos57. Nye dice que es a través del

establecimiento de objetivos y medios de alcance de éstos que los países

formulan una agenda de política exterior; si en dichas políticas se busca la

inclusión de valores, y si esos valores son compartidos por otros países, hay

posibilidades de impacto positivo58.

1.3 DIPLOMACIA PÚBLICA Y DIPLOMACIA CULTURAL COMO

HERRAMIENTAS DE POLÍTICA EXTERIOR

El poder blando se usa entonces a través de la diplomacia pública y cultural. A

pesar de que en algunas discusiones teóricas se hayan establecido diferencias

entre ambos términos, en este texto se afirma que el segundo hace parte del

primero. El hecho de que sean diferentes no significa que su naturaleza sea

opuesta o que uno contradiga al otro. La revisión bibliográfica que se hizo dará

una luz al respecto. Se empezará con dos ejemplos que se encontraron, el

primero, clasificado como un acto de diplomacia pública, y el segundo, como un

acto de diplomacia cultural:

Luego de la derrota en la guerra franco-prusiana (1870-1871), el gobierno francés

recurrió a la creación de la Alianza Francesa con el objetivo de recuperar su

prestigio. Esta asociación ha estado encargada desde entonces de la difusión de

la lengua y la literatura francesa y ha llegado a extenderse por más de 140 países,

consolidando la proyección de su cultura como parte significativa de la diplomacia

57

Ibíd., p. 10-11. 58

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp cit., cap. 1.

Page 32: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

29

de Francia59. El anterior ejemplo es uno de los más recurrentes en la bibliografía

norteamericana sobre el uso de la diplomacia pública; si bien no es históricamente

el primero, pues como se dijo anteriormente, desde la antigüedad el hombre ha

intercambiado bienes culturales materiales e inmateriales, es una de las primeras

referencias sobre la acción cultural con proyección internacional de un Estado

nacional, y en este caso, un ejemplo considerado por Nye como acto de

diplomacia pública. Aunque el presente objetivo no es hacer un recuento fiel a la

historia del desarrollo de este tipo de acciones, ni de la diplomacia en sí, se puede

citar un ejemplo anterior desarrollado por los Estados Unidos, clasificado como

diplomacia cultural.

Para Édgar Montiel, jefe de la Sección de Políticas Culturales de la UNESCO, el

primer acto de diplomacia cultural de Estados Unidos fue el nombramiento de

Benjamín Franklin como embajador americano en Francia durante la Guerra de

Independencia en el siglo XVIII60. En retrospectiva, se puede observar que ambos

actos corresponden al esfuerzo de un gobierno por establecer un vínculo con otro

(s) actor (es), el cual servirá como un camino de entendimiento mutuo entre

ambos. Por un lado, la Alianza Francesa imparte cursos de lengua francesa,

ofrece conciertos de músicos franceses, proyecta películas realizadas en países

francoparlantes, organiza exposiciones de artistas franceses, además, les da la

oportunidad a músicos, artistas y estudiantes de otros países de desarrollar sus

habilidades tanto en territorio nacional como en Francia, lo que en últimas genera

un diálogo entre ambas culturas. En el segundo ejemplo, es bien conocida la

influencia del proceso de independencia de los Estados Unidos en Francia,

gracias a la difusión de ideas de emancipación y libertad que los americanos

tuvieron durante su búsqueda de la libertad. Seguramente, Franklin como

59

NYE, Joseph S. Public Diplomacy and Soft Power. En: The ANNALS of the American Academy of Political Science. [en línea]. [consultado el 12 de Julio de 2011]. Disponible en http://ann.sagepub.com/content/616/1/94 60

COLOMBIA. MINISTERIO DE RELACIONES INTERNACIONALES. Encuentro andino sobre diplomacia cultural. Bogotá: Comité Editorial Ministerio de Relaciones Exteriores, 2008. p. 35.

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30

embajador se encargó de compartir con los franceses aquellos ideales propios de

una mente brillante, y sin duda debió haber asumido parte de la cultura francesa.

Un resultado de la amistad que se forjó entre ambos países se vio hacia finales del

siglo XIX cuando Francia le obsequió a los Estados Unidos la Estatua de la

Libertad, uno de los símbolos prominentes del país norteamericano.

Ya que la naturaleza de ambos actos es la misma, se puede pasar ahora a las

definiciones sobre diplomacia pública y cultural para establecer similitudes y

diferencias: además de la importancia que Nye otorga al poder blando, asegura

que éste es un recurso por medio del cual una serie de mensajes son enviados a

otros lugares, por lo que se da por sentado que tiene que haber unos receptores

para esos mensajes; estos receptores constituyen una variable de suma

importancia, al igual que el contexto (social, político y económico) en el cual

reciben dicho mensaje61. En el cuarto capítulo de su libro, relata la primera

referencia al término de diplomacia pública, hecha por Edward R. Murrow, locutor

y director de la Agencia de Información de los Estados Unidos (USIA) durante la

administración Kennedy: la diplomacia pública se refiere a “las interacciones con

no solo los gobiernos extranjeros sino en principio con actores no

gubernamentales”62. En primera instancia se entiende que la diplomacia pública es

realizada por los gobiernos que a través de un acto deliberado buscan

comunicarse con el público de otros países; dicho puente puede construirse (y es

de hecho construido) sobre la base del poder blando, pues de esta forma puede

mejorarse la imagen de un país en el exterior63, objetivo harto mencionado más

arriba. Se complementa esta idea con los pensamientos de Guolin Shen64, quien

cree que el objetivo de la diplomacia pública es comprometer ciertos públicos

61

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp. cit., p. 44. 62

Ibíd., p. 107. 63

RUGH, William A. The Case for Soft Power. En: SEIB, Phillip (edit.). Toward a new public diplomacy: redirecting U.S. foreign policy, óp. cit., p. 12-14. 64

SHEN, Guolin. The view from China. En: SEIB, Phillip (edit). Toward a new public diplomacy: redirecting U.S. foreign policy. Nueva York: Palgrave Macmillan, 2009. p. 99.

Page 34: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

31

extranjeros que se espera que apoyen las metas (de política exterior) que se

tienen.

Sin embargo, la diplomacia pública no es una actividad exclusiva de los gobiernos

nacionales ya que ésta hace parte de algo mayor que los hechos públicos (de

gobierno), pues incluye las actividades de los sectores privados y las sociedades.

Entonces, la movilización y el uso de los recursos del sector privado son

importantes, ya que éste puede representar tanto los fines de un país como sus

propios valores en el exterior; de esta forma, la sociedad y la cultura, desde el

sector privado o público, se muestran al mundo entero65. Es por esto que Melissen

diferencia a la diplomacia pública de la diplomacia tradicional, pues la última

involucra a los representantes de los Estados y a otros actores internacionales,

mientras que la primera tiene como objetivo a las sociedades extranjeras,

especialmente a los “grupos no oficiales, las organizaciones y los individuos”66.

Marta Ryniesjka-Kieldanowicz67 recoge las ideas de varios teóricos que han

definido y redefinido a la diplomacia pública, con lo cual se complementa la

definición hasta ahora trabajada. Para Guillon, tanto la influencia en la opinión

pública exterior como el impacto de los reportajes de eventos en el extranjero (a

través de medios de comunicación) son objetivo de la diplomacia pública. Malone

relaciona al concepto con la idea de “emprendimiento” en materia de información,

educación y cultura, con lo cual se establecen metas a corto y largo plazo (opinión

sobre las políticas diarias de un gobierno, versus el asumir la cultura del

interlocutor). Tuch introduce el término de comunicación inter-cultural para

demostrar que los gobiernos estableen ambientes comunicativos para reducir el

65

LORD, Carnes. Losing hearts and minds?: public diplomacy and strategic influence in the age of terror, óp. cit., p. 15. 66

MELISSEN, Jan. The new public diplomacy: soft power in international relations. Nueva York: Palgrave Macmillan, 2005. p. 5. 67

RYNIESJKA-KIELDANOWICZ, Marta. Cultural Diplomacy as a Form of International Communication. En: Institute for Public Relations (s.f.). [en línea]. [consultado el 20 de julio de 2011]. Disponible en www.instituteforpr.org.

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32

nivel de errores, malentendidos y percepciones negativas de sus políticas

exteriores.

Ahora, se ha dicho que la diplomacia cultural hace parte de la diplomacia pública

por las ideas de Nye: “además de ser relaciones públicas, la diplomacia pública

consiste en la transmisión de información y la venta de una imagen positiva, al

igual que la construcción de relaciones a largo plazo que faciliten la acción de

política exterior”68. Son estos dos puntos los que llevan a inferir que la diplomacia

cultural, es decir las acciones que involucran el intercambio cultural (un concierto,

una feria del libro, una exposición de arte, un programa de becas estudiantiles,

entre muchos otros ejemplos) son un intercambio de comunicación y valores que

hacen positiva la imagen de un país y forjan relaciones duraderas con otros

actores, en especial, la sociedad civil. Así, según lo describe Nye, aunque las

comunicaciones diarias (la información sobre la formulación e implementación de

política nacional y exterior) y la comunicación estratégica (recurrencia a los

objetivos de política exterior) sean dos dimensiones de la diplomacia pública, la

tercera dimensión – el desarrollo de las relaciones con actores clave a través de

becas, intercambios y otros69 – podría entenderse como intercambio cultural o

diplomacia cultural. Estas tres dimensiones son definidas por Lord como

información, acción política, y educación y cultura70. Entonces, diplomacia cultural

es el intercambio de aspectos de la cultura (información, arte e ideas) entre

naciones y ciudadanos con el objetivo de fomentar el entendimiento recíproco;

ésta, difiere de algunos actos de diplomacia pública en que su objetivo es a largo

plazo, pues trasciende al propósito de cambiar la apreciación negativa sobre un

acto de política exterior71; adicionalmente, está menos alineada con objetivos

68

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics, óp. cit., p. 107. 69

Ibíd., p. 109. 70

LORD, Carnes. Losing hearts and minds?: public diplomacy and strategic influence in the age of terror, óp. cit., p. 30. 71

LA PORTE, Teresa. La diplomacia cultural americana: una apuesta por el recurso al poder blando. Real Instituto Elcano. [en línea]. [consultado el 20 de julio de 2011]. Disponible en

Page 36: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

33

específicos de la política (que se pueden alcanzar a través de la coerción) y de la

búsqueda de la aceptación de políticas, pues su funcionamiento se basa en un dar

y recibir, o como ha sido llamado en Estados Unidos, una “calle en dos sentidos”72.

La diplomacia cultural es considerada como una de las piedras angulares de la

diplomacia pública73, y una herramienta para alcanzar los fines de política exterior

en materia de seguridad nacional. Como figura en el Departamento de Estado de

Estados unidos, la diplomacia cultural es importante para este país pues entre

otras cosas ayuda a:

“Crear cimientos de confianza con otras personas que pueden ser usados por

líderes políticos para alcanzar acuerdos políticos, económicos y militares. Motiva a

otros pueblos a darle a los Estados unidos el beneficio de la duda al respecto de

temas específicos de política, o a pedir colaboración bajo la presunción de

intereses compartidos. Demuestra los valores e interés en los valores por parte de

Estados Unidos y combate la noción popular de que los estadounidenses son

superficiales, violentos y ateos. Afirma que los estadounidenses tienen valores

como la familia, la fe y el deseo de educación […]. Establece relaciones con otros

pueblos, las cuales se mantienen aunque haya cambios de gobierno. Llega a

miembros influyentes de sociedades extranjeras […]. Provee una agenda positiva

para la cooperación a pesar de las diferencias políticas […]74.

Ya establecidas las diferencias entre ambos tipos de diplomacia, se remite la

pirámide de M. McClellan, citado por Ryniejska–Kieldanowicz75, quien busca

explicar a la diplomacia pública (que incluye a la diplomacia cultural) en contexto

http://www.realinstitutoelcano.org/analisis/1045/1045_Teresa_La_Porte_diplomacia_cultural_americana.pdf. 72

SCHNEIDER, Cynthia P. The unrealized Potential of Cultural Diplomacy: “Best Practices” and What Could it be, if Only…, En: The Journal of Arts Management Law and Society, vol. 39 (2009). p. 261. 73

SADDIKI, Said. El papel de la diplomacia cultural en las relaciones internacionales. En: Revista CIDOB d´Afers Internacionals. Nº. 88 (2009). p. 109. 74

ESTADOS UNIDOS. U.S. DEPARTMENT OF STATE. Cultural Diplomacy: The Lynchpin of Public Diplomacy, Report of the Advisory Committee on Cultural Diplomacy. [en línea]. [consultado el 22 de Julio de 2011]. Disponible en http://www.state.gov/documents/organization/54374.pdf 75

RYNIESJKA-KIELDANOWICZ, Marta. Cultural Diplomacy as a Form of International Communication. En: Institute for Public Relations (s.f.), óp. cit., p. 4-5.

Page 37: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

34

de la diplomacia tradicional: en la punta de la pirámide se encuentra el diálogo

oficial gubernamental; en el siguiente nivel se encuentra la información de dos

niveles en la que juegan un papel los forjadores de opinión (diplomacia pública); le

sigue el desarrollo del conocimiento sobre cierto país a través de los intercambios

académicos y culturales (diplomacia cultural); continúa el nivel de “curiosidad” en

el cual se busca la interacción a través de acciones culturales como conciertos y

enseñanza del idioma (diplomacia cultural); la base de la pirámide viene siendo la

consciencia que se tiene sobre tal país a través del real entendimiento de su

sociedad, a quien se dirigen los actos de diplomacia pública/cultural:

Figura 1: Pirámide de Mc.Clellan.

Finalmente, es necesario aclarar que de manera errada se ha relacionado a la

diplomacia pública con el concepto de marca (branding). Lo anterior, debido a que

se basan en el manejo de las emociones y de los valores, a través de la

transformación de éstos en símbolos que puedan ser fáciles de entender y que

puedan tener impacto en diferentes situaciones y grupos76. Es por esta razón que

la diplomacia pública es erróneamente confundida por algunos con propaganda.

Aunque Melissen77 reconoce que se comparten elementos con ésta al buscar

influir en un público al que se le da una información, la diferencia está en lo que

Nye considera como una vía de dos direcciones en la cual se establece un diálogo

76

Ibíd., p. 10. 77

MELISSEN, Jan. The new public diplomacy: soft power in international relations, óp. cit., p. 16-19.

Acción

Compromiso

Conocimiento

Curiosidad

Consciencia

Page 38: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

35

en el que ambos participantes son locutores y receptores. Adicionalmente, la

diplomacia pública es una herramienta de ayuda para mejorar las relaciones

internacionales, y no considera al mundo globalizado como un mercado

interdependiente para “vender” su producto78.

1.4 TEORÍAS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Para justificar que en la última sección de este trabajo enmarcado en la disciplina

de las relaciones internacionales se escriba sobre la historia del jazz, es necesario

comprender ciertas modificaciones en algunas teorías de las relaciones

internacionales.

1.4.1 Tradiciones de pensamiento79. Reafirmando que la Guerra Fría fue en

principio una guerra de ideas, se puede entender lo que la tradición hobbesiana

indica al respecto: que los intereses de un Estado son excluyentes respecto al de

los de otro (capitalismo versus socialismo). Desde la tradición grociana, se

argumenta que los conflictos son limitados por la existencia de reglas e

instituciones (ejemplo: la firma del Tratado de Prohibición Limitada de Pruebas

Nucleares en 196380). Finalmente, con la perspectiva kantiana se entiende el

papel de los individuos en las relaciones internacionales, que están definidas por

los lazos sociales entre hombres de distintas nacionalidades, que cooperan entre

sí, y que no están en conflicto, pues éste ocurre entre gobernantes y no entre

pueblos (estas ideas justifican los tratados de cooperación cultural firmados

durante el periodo tratado, la diplomacia pública/cultural, la diplomacia del jazz, y

el impacto que ésta tuvo entre la población extranjera a Estados Unidos).

78

Ibíd., p. 19-21. 79

BARBÉ, Esther. Relaciones Internacionales. óp. cit., p.. 47-48. 80

POWASKI, Ronald E. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917 – 1991. Barcelona: Crítica, 2000. p. 182-184.

Page 39: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

36

1.4.2 Teorías81. El principal expositor de la teoría realista fue H. Morgenthau,

quien se ubicaba en la tradición hobbesiana de pensamiento, y buscaba que se

orientara la política exterior norteamericana bajo la idea de que la supervivencia

de su país estaba amenazada por las armas nucleares soviéticas; entonces, el

tema de la seguridad nacional se convertía en el principal de la política exterior. La

imagen del mundo (y en éste, los Estados como los únicos actores) desde la

teoría realista es de Estados como “bolas de billar”, impenetrables, unitarias, en

choque y en un escenario de anarquía; las comunidades entonces no entran en

contacto (lo que representaría un impedimento a este estudio). Sin embargo, con

el proceso de distensión en la Guerra Fría, en el cual los aspectos de baja política

(determinada por factores sociales y económicos) entraron en escena, por lo cual

esta teoría empezó a perder validez.

Keohane y Nye propusieron otra perspectiva con el transnacionalismo,

argumentando que el Estado no era el único ni más importante actor de la escena

internacional, y que dejaba de ser impenetrable; pasaba a ser un actor

fragmentado, pues a su interior, la interacción entre actores económicos, sociales,

culturales, etc., disminuía su importancia como actor unitario en lo internacional.

La imagen del mundo cambia, en la medida en la que se van forjando múltiples

conexiones (a través del comercio, la tecnología, las comunicaciones) que

demuestran la existencia de una sociedad mundial y la interdependencia en ella.

Esto último justificaba la cooperación en el plano internacional.

Para el estudio que se ha realizado, el enfoque sistémico82 permite, desde lo

teórico hasta lo real (lo práctico, lo histórico) abordar el análisis desde otras

perspectivas. “Sistema” puede entenderse en ciencias políticas como un marco

para la recolección de datos haciendo uso de todo tipo de variables (dependientes

e independientes, que interactúan entre sí). En lo real, permite concebir al Estado

81

BARBÉ, Esther. Relaciones Internacionales, óp. cit., p 60-68. 82

DOUGHERTY, James E., PFALTZGRAFF, Robert L. Contending Theories of International Relations. A comprehensive survey. Nueva York: Harper Collins Publishers, Inc., 1990. p. 136-141.

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37

como un sistema con componentes particulares (subsistemas) interdependientes.

Lo anterior, se puede llevar de la misma manera al plano internacional (sistema =

arena internacional, subsistemas = Estados, CTN, ONG, individuos, etc.).

Talcott Parsons83, uno de los teóricos que trabajaron enfocándose en los sistemas,

afirma que las relaciones sociales también tienen lugar en éstos, lo cual

proporciona otra herramienta para este estudio, pues el individuo (protagonista de

las relaciones sociales) hace parte de varios sistemas o subsistemas (familia,

trabajo, comunidad, sociedad, Estado-nación). En las relaciones sociales, según

Parsons, deben tenerse en cuenta tres subsistemas: el de la personalidad, el

social, y el cultural, que interactúan y afectan al gran sistema al que pertenecen.

Por esta razón, afirma que las interacciones generan un desarrollo o cambio

cultural que afecta a los sistemas sociales. Estas interacciones mantienen o

debilitan el equilibrio de un sistema mayor. En el caso del Estado-nación, la familia

ayuda al mantenimiento o cambio de patrones, mientas que la cultura desempeña

un rol de integración. Se hace énfasis en que esto puede llevarse al plano

internacional: el jazz sirvió como una herramienta de rebelión y desequilibrio tanto

en Estados Unidos como en otros países.

La teoría sistémica permite que el análisis de las políticas internacionales se

realice teniendo en cuenta variables como “el estudio de la interacción entre un

sistema político nacional y los subsistemas domésticos – como la opinión pública,

los grupos de interés y la cultura – para poder analizar patrones de interacción”84.

Para profundizar en la relación entre cultura y relaciones internacionales, se

pueden rescatar varias afirmaciones que hace Wendt85: a pesar de que considera

que los sistemas sociales se estructuran gracias a condiciones materiales,

83

Ibíd., p. 142-145. 84

Ibíd., p. 148. 85

WENDT, Alexander. Social Theory of International Politics. Cambridge: Cambridge University Press, 2003. p. 139-186.

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38

intereses e ideas, son estas últimas las que proporcionan una base para articular

la relación entre los tres elementos, pues “sin ideas no hay intereses, sin interés

no hay condiciones materiales significativas, y sin condiciones materiales no hay

realidad". Las ideas pueden interpretarse también como conocimiento, y éste

puede ir estructurándose de manera individual y/o colectiva, convirtiéndose en

parte de la cultura de una sociedad. De la misma manera, la cultura termina

influyendo en los tomadores de decisión tanto en lo doméstico como en lo

internacional. El conocimiento del otro y de la cultura del otro influye también en la

forma en la que se interactúa en el plano internacional, pues se van constituyendo

unas creencias sobre la “racionalidad, las estrategias, las preferencias y las

creencias” de aquél. La cultura propia y el entendimiento o interpretación de la

cultura de los otros, provoca la intención de predecir el actuar ajeno.

Además de lo anterior, se cree que el entendimiento e interpretación de la cultura

propia, da, en el caso de la diplomacia del jazz, los argumentos suficientes para

justificar el patrocinio de giras de jazzistas por el mundo, con el objetivo de difundir

aquello que hace parte de la cultura estadounidense: la libertad.

1.5 CONCLUSIÓN

Si se observa todo lo que se ha dicho desde que se hizo referencia al poder

blando, se puede concluir que la cultura es importante en las relaciones

internacionales porque es un medio que puede usarse para que los actores del

sistema internacional trabajen de manera más cercana y puedan compartir sus

intereses comunes86, para que se entiendan y se logren establecer vínculos entre

los distintos tipos de actores del sistema internacional, en el cual la sociedad civil y

el individuo juegan un papel importante, tanto por ser receptores, como por tener

la capacidad de actuar internacionalmente. Y es que la cultura siempre ha estado

86

STAMATOUDI, Irini. Meditation and cultural diplomacy. En: Museum International. Vol. 61. Nº. 1-2 (2009). p. 116.

Page 42: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

39

presente en la política exterior, pues es concebida como uno de los pilares de

ésta, junto con la política en sí (seguridad) y la economía87. Inclusive Morgenthau,

el padre del realismo en las relaciones internacionales reconoce a la diplomacia

sutil – aquella que busca ganarse los corazones y las mentes de los ciudadanos –

como necesidad en las metas que buscan alcanzar los Estados88.

Y las artes, como tipo de expresión cultural que puede estar libre de contenidos

políticos explícitos, tienen el suficiente potencial para traspasar las barreras

políticas inclusive bajo circunstancias problemáticas89, como se verá en el caso de

la diplomacia del jazz.

87

HARVEY, E. Relaciones culturales internacionales en Iberoamérica y el mundo. Madrid: Tecnos, 1991. p. 19; SADDIKI, Said. El papel de la diplomacia cultural en las relaciones internacionales, óp. cit., p. 108. 88

Ibíd., SADDIKI, p. 110. 89

SCHNEIDER, Cynthia P. The Unrealized Potential of Cultural Diplomacy: “Best Practices” and What Could it be, if Only…, óp. cit., p. 262.

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40

2. LA DIPLOMACIA DEL JAZZ Y LA GUERRA FRÍA

“El jazz es un cruce entre la total disciplina y la anarquía. Los músicos se ponen de

acuerdo en el tempo, la tonalidad y la estructura de los acordes, pero más allá,

cada uno es libre de expresarse. Esto es jazz. Y esto es América… es la reflexión

musical de la forma en la que las cosas suceden en América. Nosotros no

tendemos a reconocerlo aquí, pero la gente en otros países puede sentir este

elemento de libertad” Willis Connover, director del programa Music USA de VOA. 1

Se dijo en el anterior capítulo que la diplomacia del jazz fue una herramienta que

Estados Unidos usó en su política exterior en el marco de la Guerra Fría. Antes de

hablar de este plan, es necesario otorgar una sección al relato del origen de dicho

conflicto, unas generalidades sobre éste, y sobre el tema cultural.

2.1 SOBRE LA GUERRA FRÍA Y SUS INICIOS

La Guerra Fría fue un conflicto en el que se enfrentaron los dos grandes súper

poderes que se mantuvieron en pie tras el fin de la Segunda Guerra Mundial:

Estados Unidos y la Unión Soviética. En general, la Guerra Fría se basó en el

ímpetu por defender una de dos ideas: capitalismo (además de democracia y

libertad) o socialismo (que aunque se mostraba como positivo, al interior era

totalitarista). Para esta empresa, los dos contrincantes llegaron a tener en sus

manos el poder suficiente para no solo destruir al enemigo, sino para destruir al

mundo entero; se dice que la suma del arsenal nuclear de Estados Unidos y Rusia

era suficiente para acabar con la vida en el planeta Tierra varias veces.

1 Citado por SCHNEIDER, Cynthia P. Culture Communicates: US Diplomacy That Works. En:

MELISEN, Jan (edit). The new public diplomacy: soft power in international relations. Nueva York: Palgrave Macmillan. p. 153.

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41

El escenario era muy complicado, no solo en la Europa ocupada por soviéticos y

estadounidenses, sino en los países del Tercer Mundo que se encontraban en

unas situaciones políticas, sociales y económicas difíciles. Tony Judt2 hace una

descripción detallada de la situación europea en los primeros años de postguerra:

la destrucción física del continente tras la última ofensiva soviética durante el

último año de guerra junto con los bombardeos de los aliados; el saldo de 39

millones de muertos y muchos más millones de desplazados; las guerras civiles en

países que habían sido absorbidos por la Unión Soviética o en donde ésta había

colocado gobiernos afines a la causa socialista; el ascenso de los partidos

políticos de izquierda en países de gran importancia como Francia e Italia. Cabe

resaltar acá que un hecho importante en la historia de la recuperación de Europa

tiene que ver con la aprobación del Plan Marshall en Estados Unidos en 1947, el

cual buscaba ayudar a su principal socio comercial (Europa) para evitar una futura

crisis devastadora de talla mundial; dicho paquete, aunque fue ofrecido sin

distinción a los países de toda Europa, fue rechazado en el Este debido a la

oposición soviética.

Dentro de las razones que Judt identifica que dieron inicio a la Guerra Fría oficial

(pues según el autor, ésta había empezado desde el fin de la Primera Guerra

Mundial) se pueden enumerar: el interés soviético por el control tanto de Europa

del Este (producto de las reparticiones por el acuerdo nazi-soviético en la Guerra y

las reparticiones secretas de la zona balcánica y la venta de Polonia y otros

Estados en las conversaciones de Yalta en 1945), como de la ocupada Alemania y

Checoslovaquia, en donde había depósitos de uranio que interesaban a Stalin; la

renuencia de la URSS a hacer parte del sistema financiero de Bretton Woods

debido al intervencionismo económico que éste implicaba, lo cual provocó la

reacción del funcionario George Kennan quien con su “telegrama largo” reconocía

el enfrentamiento que se acercaba; la ocupación rusa de Berlín, en donde

2 JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945. Madrid: Santillana, 2006. caps. I, II

y III.

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42

impusieron un gobierno comunista de facto sin consultar con los aliados; el interés

de Estados Unidos y Gran Bretaña en fusionar las economías de Alemania

Occidental y posteriormente buscar la administración conjunta de Alemania, lo

cual los soviéticos no aceptarían; finalmente, la obstaculización al “tráfico de

superficie entre Alemania Occidental y las zonas de ocupación de los aliados

occidentales en Berlín” en 1948 marcaba el inicio de la Guerra Fría3.

Los Estados Unidos reconocían como peligrosas las políticas de Stalin, quien

además de tener una presencia activa en Europa, buscaba el crecimiento del

poder comunista al presionar en Persia, Manchuria, Turquía y Libia, entre otros4. Y

es que la presencia de los rusos en Irán (que había sido ocupado también por

británicos durante la Segunda Guerra Mundial) era prueba de su interés por

extender su área de influencia hasta territorios que no le habían sido atribuidos5.

En 1947, el presidente Truman había declarado un cambio en la política exterior

de los Estados Unidos, pues a partir de ese momento debería ayudar a devolver la

libertad a los pueblos en los que se había impuesto un régimen totalitario6. La

preocupación norteamericana aumentó cuando triunfó la revolución comunista de

China en 1949 (aunque los chinos no estaban plenamente alineados con el

socialismo ruso, al igual que la Yugoslavia de Tito).

La Guerra Fría tuvo varios momentos críticos en donde se ejerció la fuerza,

aunque no necesariamente entre Estados Unidos y la Unión Soviética, quienes no

tuvieron una confrontación directa. Se rescatan acá algunos de los más

importantes: la Guerra de Corea entre 1950 y 1953; la Guerra de Vietnam, de

mediados de la década de los 60 hasta mediados de la década de los 70; la

guerra afgano-soviética, de finales de los años setenta hasta el fin de la Guerra

3 Ibíd., cap. 4.

4 KNAPP,Wilfrid. La partición de Europa. En: LUARD, Evan (edit.). La Guerra Fría. Buenos Aires:

Troquel, 1966. p. 48. 5 PEREIRA CASTAÑARES, Juan Carlos. Los Orígenes de la Guerra Fría. En: Cuadernos de

Historia. Nº. 28. Madrid: Arco Libros, 1997. p. 28. 6 Ibíd., p. 21.

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43

Fría entre 1989 y 1991. En cada uno de estos conflictos cada bloque luchó para

defender su ideología. Vale la pena adicionar a los sucesos mencionados, el

periodo de 13 días de crisis en Estados Unidos luego de haber encontrado en

1962 misiles nucleares soviéticos en Cuba, lo que llevó a los norteamericanos a

pensar en la posibilidad de una guerra nuclear. Finalmente, tanto en Latinoamérica

como en África, Estados Unidos consideraba que las situaciones sociales,

políticas y económicas hacían que ciertos países fueran vulnerables a la influencia

soviética, razón por la cual no solo apoyó dictaduras sino que también desarrolló

operaciones conjuntas en contra de grupos revolucionarios como en Nicaragua o

en Bolivia (que terminó ésta con la muerte del Che Guevara)7, por no hablar de los

complots para asesinar a Fidel Castro.

Se sugirió anteriormente la particularidad de la Guerra Fría; fue una guerra de

“valores e ideas que dominó en las relaciones internacionales de la segunda mitad

del siglo veinte [y que] evolucionó a una competencia en la esfera del poder duro,

[y no] de manera contraria”8; fue un enfrentamiento “político–espiritual y

psicológico–propagandístico” en el que el comunismo pretendía “dominar la

conciencia de las masas”9, y los elementos de lucha de ambos bloques

trascendían la fuerza militar; en concordancia con estas ideas, Pereira explica que

dentro de los elementos de la política exterior soviética se resaltaba la “utilización

instrumental de los ideales revolucionarios (paz, seguridad, socialismo) para lograr

el máximo apoyo de la opinión pública internacional a [su] política exterior”10. Estos

ideales revolucionarios fueron una herramienta de desacreditación y desprestigio

de los Estados Unidos, por ejemplo durante la Guerra de Vietnam, a la que los

soviéticos le hicieron una fuerte oposición; en cuanto a seguridad, en Europa del

7 KALFON, Pierre. Che, Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Barcelona: Plaza & Janés

Editores, 1997. cap. 8. 8 MELISSEN, Jan. The new public diplomacy: soft power in international relations. Nueva York:

Palgrave Macmillan, 2005. p. 4. 9 PEREIRA CASTAÑARES, Juan Carlos. Los Orígenes de la Guerra Fría, óp. cit., p. 13.

10 Ibíd., p. 24.

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44

Este se tenía la percepción de que la vía comunista era una mejor opción frente a

dicho tema11.

La Guerra Fría se libró en diversos frentes; fuera de la carrera armamentista y de

la ayuda (o adjudicación) en las guerras internas de otros países como en

Afganistán o en Vietnam, o el apoyo a las dictaduras en Latinoamérica y África,

tanto Estados Unidos como la Unión Soviética tenían objetivos de política exterior

relacionados con cultura, arte, entretenimiento, ciencia y tecnología, que eran

desarrollados por agencias específicas. Europa fue en un principio el escenario

académico/intelectual/cultural en el que empezó a librarse la llamada Guerra Fría

cultural, que luego fue extendida a todo el planeta por los dos bloques en

confrontación.

2.1.1 La Guerra Fría cultural. Durante toda su historia, el ser humano ha

plasmado en las diversas formas de expresión cultural el acontecer político,

económico, social, religioso, etc. La cultura, sea cual sea la interpretación que se

tenga de ésta, termina permeada por lo que sucede fuera de sus límites. En la

pintura, la escultura y el dibujo pueden evocarse tanto la belleza y la justa

proporción, como la desesperación por los estragos de una guerra o un deseo

como la libertad. En la música se puede plasmar en sonidos o palabras la crítica a

un sistema social o a un personaje de la vida política, el desencanto por una

situación como la esclavitud, el deseo de alcanzar la paz y el mutuo

entendimiento. Aunque la producción de los ensayistas y filósofos no es siempre

considerada como arte, su obra puede llegar a un público que la asuma y la

convierta en una práctica; este gremio se ha dedicado a poner en palabras ideas

que pueden servir a cambiar el mundo.

Pues bien, durante los años que siguieron al fin de la Segunda Guerra Mundial,

que Judt identifica como postguerra, y el largo periodo de Guerra Fría, ocurría en

11

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., cap. V.

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45

Europa (el objeto de estudio de Judt) y casi paralelamente en el resto del mundo la

Guerra Fría cultural. Los ideales de izquierda tenían entre los intelectuales, artistas

y periodistas europeos como Jean Paul Sartre, Albert Camus, Simone de

Beauvoir, Benedetto Croce, Alberto Moravia y Jerzy Andrzejewski (solo por citar

unos pocos) una recepción abierta, favorable y a veces entusiasta. Los líderes de

los partidos comunistas europeos, apoyados por la URSS, tenían enlistados a

jóvenes intelectuales que hacían parte activa de la vida cultural del continente.

Para preocupación de Estados Unidos, en estas esferas, en las que además se

hacía una fuerte crítica al nazismo y al fascismo, la previa oposición que hicieron

los soviéticos al Eje les servía para ganar adeptos12.

Sin embargo, la falla que tenía el ideal soviético, la cual terminó socavando el

comunismo a ultranza en Europa, era el totalitarismo estalinista, pues en el

occidente de Europa, la gente era testigo de que en el suelo donde estuvieran los

soviéticos, imponían a la fuerza su sistema social. En Polonia, Hungría y Rumania,

la gente no aprobaba dicha imposición, pero el poder militar soviético era tan

grande que prevalecía en estas gentes el deseo de sobrevivir13. La muerte de

Stalin en 1953 y la posición un poco más blanda de Krushchev, sin duda, abrieron

los ojos de los izquierdistas europeos, quienes más allá de apoyar al comunismo

real y existente, se quedaron con solo la idea14. De todas formas, en vida, Stalin

había hecho un gran esfuerzo para engrandecerse a sí mismo y a su causa a

través de la cultura. A través de documentales, y versos como los de V. Lukss, se

veía a Stalin y a su Ejército Rojo como los que realmente habían derrotado a

Hitler15.

En Italia, muchos artistas e intelectuales que hacían parte del enorme Partido

Comunista Italiano fueron patrocinados en años anteriores por el Estado fascista,

12

Ibíd., p. 297-300. 13

Ibíd., p. 200-203. 14

Ibíd., p. 304-305 15

Ibíd., p. 264-265.

Page 49: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

46

el cual establecía normas que regulaban su producción, práctica que se mantuvo

incluso después de la muerte de Mussolini. Francia por su parte, se convirtió en un

lugar de peregrinaje de los intelectuales europeos. El apoyo o la contradicción a

los ideales en pugna se podía observar en las producciones de Sartre, Simone de

Beauvoir, Camus y Raymond Aron, entre muchos otros16.

La Guerra Fría cultural era ya un hecho para cuando los Estados Unidos

aprobaron el Plan Marshall, que no era del todo aceptado en Europa, pues ponía

en duda la completa independencia de los europeos; adicionalmente la tensión de

1948 por Berlín y el inicio de la Guerra de Corea desacreditaban aún más a los

Estados Unidos por su actitud imperialista. Como respuesta, Stalin lanzó un

programa llamado Movimiento por la Paz, el cual se convirtió en el estandarte

soviético de la Guerra Fría cultural de los primeros años. Para la Unión Soviética

era un hecho más que positivo que en Europa Occidental se considerara a la

cultura estadounidense como oscurantista, tosca y amoral. La gente protestaba

por los cientos de plantas de Coca–Cola que se inauguraron en el continente17

2.1.2 Estados Unidos y la Guerra Fría cultural. Para los inicios de la Guerra

Fría, Estados Unidos no tenía mucha experiencia en la diplomacia pública/cultural

oficial. Si bien en siglos anteriores hubo ciertos actos correspondientes a esta

categoría, el apoyo directo a través de la creación de agencias fue posterior al de

países como Francia y Rusia.

Uno de los primeros intentos oficiales de Estados Unidos en materia de diplomacia

pública ocurrió durante la Primera Guerra Mundial y correspondió a la creación del

Comité de Información Pública durante la presidencia de Woodrow Wilson. Este

comité se creó con el propósito de difundir información e ideas propias de la

tradición política estadounidense tanto en su propio territorio como en el

16

Ibíd., p. 310-327. 17

Ibíd., p. 329-332.

Page 50: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

47

extranjero. La idea del comité era buscar apoyo por parte de los ciudadanos

norteamericanos a la participación en la Primera Guerra Mundial, y paralelamente

mejorar la imagen de los Estados Unidos entre los países aliados y los países

neutrales, así como para reducir la moral del enemigo a través de campañas

informativas18.

Fue después de la Gran Guerra que Estados Unidos se dejó tomar ventaja en este

campo. La Unión Soviética había establecido en 1925 la Sociedad para las

Relaciones Culturales con Naciones Extranjeras, por medio de la cual

institucionalizó actividades de promoción en el exterior que incluían emisiones de

radio, publicaciones e intercambios. Por otro lado, la Alemania Nazi formó el

Ministerio de Propaganda con fines similares19. Estados Unidos, al notar la

susceptibilidad de ciertas naciones latinoamericanas a las campañas publicitarias

nazis, creó la División de Relaciones Culturales del Departamento de Estado en

193820.

En 1942 crean la Oficina de Información sobre la Guerra (OWI en inglés), con la

cual buscan una ayuda para ganar la Segunda Guerra Mundial gracias a

programas de información que incluían publicaciones, proyecciones de películas e

intercambios; esta oficina trabajó en Europa bajo el nombre de Servicio de

Información de Estados Unidos (USIS en inglés)21. En el mismo año, crean la

emisora Voice Of America (VOA), que desempeñaría un papel muy importante

durante la Guerra Fría, y que pasaría a formar parte del Departamento de Estado

18

FITZPATRICK, Kathy R. The future of U.S. public diplomacy: an uncertain fate. Boston: Brill, 2010. p. 16-17; CULL, Nicholas J. How we got here. En: SEIB, Phillip (edit.) Toward a new Public Diplomacy: Redirecting U.S. Foreign Policy. Estados Unidos: Palgrave Macmillan, 2009. p. 26. 19

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p. 333; TUCH, Hans N. Communicating with the world. U.S. public diplomacy overseas. Nueva York: St. Martin´s Press, 1990. p. 9. 20

CULL, Nicholas J. How we got here, óp. cit., p. 27. 21

FITZPATRICK, Kathy R. The future of U.S. public diplomacy: an uncertain fate, óp. cit., p. 17-18.

Page 51: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

48

en 1945 tras la abolición de la OWI durante el mandato del presidente Harry

Truman22.

VOA debutó en febrero de 1942 y se convirtió en un instrumento activo de la

política exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial hasta la

actualidad, pero en especial durante la Guerra Fría, cuando transmitía en

diferentes idiomas a todas las áreas del mundo, especialmente hacia los países

europeos y asiáticos con regímenes comunistas23. En la década de los 50, VOA

pasó a depender de la Agencia de Información de Estados Unidos (USIA), la cual

creció exponencialmente hasta los años que marcaron el fin de la Guerra Fría;

para dicha época, USIA contaba con presencia en 175 países y financiaba clases

de inglés, al igual que la publicación de libros y revistas en distintos idiomas, y

coordinaba actividades culturales. Por su parte, VOA transmitía programas para

millones de personas alrededor del planeta24. Estos programas fueron reforzados

por el establecimiento en 1946 del programa de becas Fulbright, que consistía (y

aún está vigente) en el subsidio de estudio, y otros gastos para estudiantes

extranjeros que quisieran estudiar en Estados Unidos.

Los principales agentes de la diplomacia pública estadounidense fueron USIA,

VOA, Radio Liberty (RL) y Radio Free Europe (RFE), estas dos últimas, emisoras

creadas en 1950 Y 1953, y financiadas secretamente CIA, y que se encargaron de

difundir ideas occidentales más allá de la cortina de hierro. A pesar de los

constantes intentos de sabotaje por parte de la URSS, la diplomacia pública

estadounidense continuó en pie con su propósito de informar a los habitantes de

más allá de la cortina de hierro sobre las bondades del estilo de vida

norteamericano. Parte de estas transmisiones llegaron a Polonia y sirvieron para

22

KRUGLER, David F. The VOA and the domestic propaganda battles. Columbia: University of Missouri Press, 2000. p. 1. 23

TUCH, Hans N. Communicating with the world. U.S. public diplomacy overseas, óp. cit., p. 15. 24

FITZPATRICK, Kathy R. The future of U.S. public diplomacy: an uncertain fate, óp. cit., p. 19-22; KRUGLER, David F. The VOA and the domestic propaganda battles, óp. cit., p. 2; TUCH, Hans N. Communicating with the world. U.S. public diplomacy overseas, óp. cit., p. 18.

Page 52: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

49

promover al movimiento Solidaridad y al colapso del mandato soviético en Europa

del Este25.

Como contrapartida al Movimiento por la Paz de Stalin de 1948, los Estados

Unidos lanzan el Congreso para la Libertad Cultural en 1950, bajo el auspicio

secreto de la CIA, aunque patrocinado también por la Fundación Ford y por

intelectuales de todo el mundo; funcionó durante 17 años en 35 países publicando

artículos y noticias, y organizando exposiciones artísticas, conciertos y

conferencias, todo esto, para comunicar al mundo la necesidad de una pax

americana, cimentada en parte en el atractivo de la cultura popular

estadounidense, que gozaba tanto de aceptación en algunos sectores como de

rechazo en otros, en especial por los soviéticos (aunque se verá que esto no es

del todo cierto, dado el éxito de la diplomacia del jazz en la URSS)26 .

En 1955, un año antes de que empezara la diplomacia del jazz, Willis Conover, un

reconocido disc jockey empezó a transmitir por VOA un programa llamado Music

USA, en el cual programaba todo tipo de jazz y entrevistaba a grandes músicos de

la escena. En 1959 empezó su peregrinaje desde Túnez hasta Finlandia

atravesando a Europa; fue aclamado en Polonia donde organizaron un concierto

en su honor. Su fama lo llevó después a Rusia, Belgrado (Serbia) y Tallin

(Estonia). Durante esos años la fiebre por el jazz creció tanto que nacieron clubes

de jazz en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia, la URSS, España,

Finlandia, India, Turquía e Indonesia27. No fue en Europa Occidental sino en la del

25

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p. 334-335; LORD, Carnes. Losing hearts and minds?: public diplomacy and strategic influence in the age of terror. Connecticut: Praeger Security International, 2006. p. 21; ORLOVA, Victoria V. The view from Russia, En: SEIB, Phillip (edit.). Toward a new Public Diplomacy. Redirecting U.S. Foreign Policy. Estados Unidos: Palgrave Macmillan, 2009. p. 69; TUCH, Hans N. Communicating with the world. U.S. public diplomacy overseas, óp. cit., p. 15-16. 26

Ibíd., JUDT, p. 332-335; STONOR SAUNDERS, Frances. La CIA y la Guerra fría cultural. Madrid: Debate, 2001. p. 14-15. 27

BARNOUW, Erik. The image empire. A history of broadcasting in the United States, Nueva York: Oxford University Press, 1970. p. 133-134.

Page 53: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

50

Este, en África, Asia y Latinoamérica en donde Estados Unidos usó su arma

secreta: la diplomacia del jazz.

2.2 LA DIPLOMACIA DEL JAZZ

En el año de 1956, durante la presidencia de Dwight D. Eisenhower se aprobó

oficialmente la primera gira en el exterior de un músico de jazz estadounidense y

su banda, patrocinada por el gobierno de los Estados Unidos. Dizzy Gillespie, un

trompetista nacido en 1917 en el sureste del país sería designado como el primer

embajador del jazz. A pesar de que por esos años la cultura popular

norteamericana ya gozaba de aceptación en diversas partes del mundo, era algo

irónico -si se mira desde adentro de los Estados Unidos- que a un

afrodescendiente se le diera la oportunidad de hacerse cargo de la misión de

representar en el exterior los valores de los que los políticos de su país se

ufanaban (en especial, democracia), dado que para ese momento a los

afroamericanos no se les habían reconocido sus derechos civiles28.

En un contexto de fin de la Guerra de Corea y en plena carrera armamentística,

era extraño que se desarrollara la iniciativa de la diplomacia del jazz. Sin embargo,

en 1955 se produjo un cambio en las actitudes de los enfrentados, luego de que

en la Convención de Ginebra se firmara un acuerdo de intercambio cultural29.

Eisenhower se mostraba más amable ante un Krushchev que encabezaba un

proceso de “desestalinización”30. La convención de Ginebra en 1955 sirvió, según

Davenport31, como base para las iniciativas culturales de Estados Unidos frente a

28

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War. Cambridge: Massachusetts, Harvard University Press, 2004. p. 1-3. 29

KISSINGER, Henry A. La diplomacia, México D.F: Fondo de Cultura Económica, 1995. p. 503-504; POWASKI, Ronald E. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, Barcelona: Crítica, 2000. p. 146. 30

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p. 454-456. 31

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War. Estados Unidos: The University Press of Mississippi, 2009. p. 27-33.

Page 54: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

51

la URSS, pues tras la convención se estableció una diplomacia directa y

personalizada.

En su afán por competir contra la excelente tradición rusa, Estados Unidos

necesitaba un tipo de arte que difícilmente pudiera imitarse en otras geografías, y

nada era más adecuado que el jazz, pues este género, si bien tenía raíces

africanas, era completamente estadounidense. Y quién mejor que Dizzy Gillespie,

un activo y vanguardista músico de jazz que pasó a la historia como gran

trompetista, compositor y arreglista, para mostrar al mundo una vez más, la

excepcionalidad norteamericana – así la excepcionalidad de Gillespie no fuera del

todo reconocida en su país por su color de piel-.

Sin embargo, en Alemania del Este, en los países con regímenes comunistas y en

la Unión Soviética, el jazz fue objeto de fuertes críticas por parte de de los

dirigentes soviéticos, quienes consideraban a este género como “decadente y

alienante”32. En la Alemania del Este de los años 50, por ejemplo, el bebop, un

subgénero del jazz que rompía la tradición, y que fue iniciado entre otros, por

Gillespie, fue prohibido; los alemanes del este estaban en búsqueda de una

“cultura nacional alemana auténtica”, y el Partido Socialista Unificado de Alemania

(PSUA) identificaba, al igual que los soviéticos, a la cultura norteamericana como

una herramienta para el imperialismo33.

Sin importar las campañas soviéticas contra la cultura americana, el jazz tenía una

excelente recepción y crítica entre la gente de más allá de la cortina de hierro,

según lo establecido por Barnouw en la anterior sección. A pesar de la desventaja

que enfrentaba Estados Unidos en Europa, dada la posición de las élites acerca

de la tradición y la cultura común para la cual la cultura popular americana

32

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p. 335. 33

POIGER, Uta G. Searching for proper new music: jazz in Cold War Germany. En: MUELLER, Agnes (edit.) German pop culture – how American is it?, Estados Unidos: University of Michigan Press, 2004. p. 87.

Page 55: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

52

representaba una amenaza34, el jazz ya había alcanzado gran popularidad en

Francia. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial se establecieron en Francia unas

comunidades afroamericanas pertenecientes a los Harlem Hellfighters, de la

infantería estadounidense, quienes se encargaron de popularizar el jazz en la

región. Desde el periodo de entreguerras, Europa se había convertido en una

excelente plaza para el jazz, que movía mucho dinero35.

Gillespie, amigo cercano del político Adam Clayton Powell Jr., a quien quizás deba

agradecérsele la iniciativa de la diplomacia del jazz, inició su gira con una orquesta

de 18 músicos36. Su primer concierto tuvo lugar en Irán en marzo de 1956, y su

gira se dividió en dos: primero pasó por parte de Eurasia, incluyendo Turquía,

Yugoslavia, Grecia, Siria, Pakistán y Líbano; en segundo lugar, se embarcó con su

banda hacia Latinoamérica y visitó Brasil, Argentina, Ecuador y Uruguay. Durante

su periplo, Gillespie enfrentó ciertas dificultades: la falta de apoyo por parte de

oficiales del servicio exterior americano, dada su raza y el monto que se había

destinado para la gira (92.000 dólares); situaciones de orden sociopolítico como

los aumentos de tensión en Oriente Medio por el anuncio del presidente egipcio

Gamal Abdel Nasser sobre la nacionalización del Canal de Suez; las acciones

violentas de estudiantes griegos ante el apoyo del gobierno de los Estados Unidos

a la dictadura derechista; finalmente, tuvo que competir también con las buenas

críticas que generaron los medios de comunicación griegos ante una previa

presentación del Ballet Folclórico de Rusia. Sin embargo puede decirse que la gira

de Gillespie fue un éxito tanto personal como para la imagen externa de los

Estados Unidos, debido a las ovaciones que recibió, al contacto que hizo con otros

músicos locales (llegó a grabar con el argentino Astor Piazzolla y a tocar para

importantes músicos del Brasil como Joao Gilberto, Astrud Gilberto, y Antonio

34

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p. 335. 35

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 7-8. 36

KAPLAN, Fred. When ambassadors had rhythm. En: New York Times, Nueva York (2008, 29 de junio), p. AR.17.

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53

Carlos Jobim) y al decidir tocar no solo para las élites (como esperaba el

Departamento de Estado) sino para la gente de todas clases sociales. Gillespie

hacía su propia política exterior al negarse a tocar a puertas cerradas como se lo

indicaban; también al exponer en las entrevistas que se le hicieron, su perspectiva

sobre el racismo en los Estados Unidos: la respuesta era simple, su banda era

democrática porque estaba conformada por blancos, negros, e inclusive una

mujer. De vuelta en Estados Unidos Gillespie es condecorado por Eisenhower tras

una presentación en la Casa Blanca37.

Tras el éxito de Gillespie, el Departamento de Estado de los Estados Unidos

decidió financiar una segunda gira de jazz. Esta vez, el clarinetista de ascendencia

rusa Benny Goodman, el rey del swing, representaría a su país en Asia. Goodman

y su banda interpretaban un género que para la época no gozaba de tanta

popularidad como en años pasados. Tocaban el muy reconocido swing de la

década de los 30. Si bien desde los años 40 se empezó a gestar el bebop, el

swing seguía sonando en Europa; inclusive en la Alemania nazi fue permitida

temporalmente la reproducción de este género, mientras que otras formas más

vanguardistas fueron prohibidas. De igual manera sucedió años más tarde en

Alemania del Este38.

En diciembre de 1956 Benny Goodman inicia una gira de siete semanas por el

Sudeste Asiático. Ofreció conciertos en Tailandia, Singapur, Malasia, Camboya,

Birmania (Myanmar), Hong Kong, Corea del Sur, Japón, Indonesia, Filipinas,

Taiwán y Vietnam del Sur. Desde finales de la década de los 40, Goodman había

estado vinculado al Departamento de Estado y VOA como consultor para las

radiodifusiones en Rusia. Von Eschen identifica varios aciertos de la gira de

37

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 46-53; POWASKI, Ronald E. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, óp. cit., 149-152; VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 30-41. 38

POIGER, Uta G. Searching for proper new music: jazz in Cold War Germany, óp. cit., p. 5-6.

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54

Goodman. Primero, como un elemento simbólico importante, la orquesta que él

dirigía estaba conformada por blancos y negros, Segundo, en Tailandia además

de los conciertos, tuvo la oportunidad de tocar con el Rey Adulyadej, quien

además de ser fanático del jazz, tocaba saxofón, clarinete y trompeta. Tercero,

además de organizar jam sessions (sesiones de improvisación) con músicos

locales, interpretó con su orquesta arreglos de canciones tradicionales de la

región, por lo que se ganó el corazón de los espectadores y los dirigentes

políticos, quienes en más de un país lo condecoraron. Cuarto, la empatía que

tuvieron Goodman y el rey Adulyadej dio pie para que en 1960 el presidente

Eisenhower invitara a este último a Estados Unidos, visita en la que hubo

interacción en materia musical entre el rey y músicos locales. Quinto, a pesar de la

situación racial al interior de los Estados Unidos, Goodman reconocía que en su

orquesta tocaban músicos negros desde hacía muchos años, por lo cual según él,

éste era un ejemplo de los avances en cuanto a tal situación39. Aunque alejada de

la realidad, la posición de Goodman era útil para los planes de política exterior de

Estados Unidos.

A pesar de los buenos comentarios de Von Eschen sobre la gira de Goodman,

Davenport reconoce algunos escollos que el rey del swing tuvo que enfrentar. En

algunos casos, como en el de Camboya, la realeza no disfrutaba ni asistía en su

totalidad a los eventos que se le programaron a Goodman, y en Corea del Sur y

en Tokio, la mala logística y los retrasos generaron comentarios bastante

negativos40. Aunque en términos generales los resultados de la gira fueron

bastante buenos, la zona del Sudeste Asiático, de gran importancia para Estados

Unidos en la dinámica de la Guerra Fría, debía ser objeto de una diplomacia

pública impecable; los movimientos sociales que se gestaban por esos años en la

zona debido al fin de las colonias francesas daban cuenta de una situación difícil

39

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 43-47. 40

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 54-56.

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55

para los Estados Unidos, porque se consideraba a esta región como frágil ante la

influencia comunista.

Recordemos que unos años antes la revolución comunista china había triunfado, y

que en Vietnam se estaban apoyando a los movimientos de izquierda, por lo que

más adelante Estados Unidos se embarcó en una penosa guerra. La proclamación

de independencia que había hecho Ho Chi Minh en 1945, la ofensiva del Vietminh

en 1946 y el apoyo de la izquierda nacional francesa a la causa revolucionaria

vietnamita ponían en peligro dicha zona41. Las interpretaciones del gobierno

estadounidense ante la escalada comunista en Vietnam dieron pie para la

formulación en 1950 de la teoría del dominó, que consideraba el riesgo de que

cayeran Birmania y Tailandia si lo hacía primero Indochina42. En 1954 tras la caída

de la Indochina francesa en la batalla de Dien Bien Phu y la posterior división de

Vietnam en una entidad del norte y una del sur, daban pie para que Estados

Unidos aumentara su interés en el control de la zona43, de allí que Eisenhower y

su secretario de Estado Dulles hicieran esfuerzos para crear la Acción Unida para

“contener el avance comunista en Indochina”44.

Los movimientos independentistas no solo ocurrieron en Asia. Los africanos

empezaban a luchar por sus derechos y su libertad, lo que puso en juego las

colonias que los europeos tenían en dichas latitudes. Los intereses de los Estados

Unidos en el continente aumentaban en la medida en la que personalidades como

Lumumba en el Congo Belga o Mandela en Sudáfrica reunían más adeptos para la

lucha por la libertad. Se hace énfasis en que las nuevas naciones del mundo eran

susceptibles de adoptar alguno de los dos modelos sociales en competencia

durante la Guerra Fría.

41

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p.417. 42

KISSINGER, Henry A. La diplomacia, óp. cit., p. 615. 43

JUDT, Tony. Postguerra: una historia de Europa desde 1945, óp. cit., p.417-419. 44

KISSINGER, Henry A. La diplomacia, óp. cit., p. 622-623.

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56

Hechos como la independencia de Ghana en 1957 y la tendencia de su presidente

Kwame Nkrumah a más o menos alinearse, o por lo menos reconocer la bondad

del modelo soviético (se habían declarado neutrales, sin embargo Nkrumah

estudiaba el modelo económico se la URSS), hicieron que Estados Unidos

volviera su mirada a la región45.

En 1957, la Banda de Jazz de Nueva Orleans de Wilbur De Paris empezó su gira

en África y visitó las regiones belga y francesa del Congo, Tanzania, Túnez,

Sudán, Etiopía y Kenia. Según Davenport, su gira fue bastante positiva para el

plan que tenía Estados Unidos en la región, pues ayudó a mejorar su imagen por

diversas razones como: el puente que estableció la banda con músicos locales,

dado el reconocimiento de De Paris sobre las raíces africanas del jazz; la negativa

a tocar en establecimientos en donde había indicios claros de segregación; y el

apoyo al plan de generación de contactos culturales entre los británicos y los

africanos al enfatizar la “multi–racialidad”46.

A la vez que los ojos del mundo se dirigían al África por su situación colonial y

segregacionista, la lucha por los derechos civiles en el interior de los Estados

Unidos presentaba una fuerte escalada. La imagen que se tenía en el resto del

mundo sobre la segregación racial americana le hacía zancadilla al plan de

diplomacia pública. Aunque pueda verse contradictorio, el Departamento de

Estado decidió financiar una gira de un músico blanco del jazz: Dave Brubeck.

Este pianista y compositor nacido en California en 1920, y representante de un

sub-género del jazz conocido como cool, viajaría por el mundo, comunicando la

bondad y virtuosismo del hombre blanco americano, que distaba mucho de ser,

como se pensaba popularmente, un ignorante. Su banda, a excepción del

contrabajista, estaba integrada por hombres de raza blanca47.

45

VEIGA, Francisco, DA CAL, Enrique U., DUARTE, Ángel. La paz simulada. Una historia de la Guerra Fría, 1941-1991. Madrid: Alianza, 1998. p. 171-175. 46

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 57-59. 47

Ibíd., p. 74.

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57

Brubeck inició en 1958 su gira en el occidente de Europa. Pasó por Gran Bretaña,

Alemania del Este (a la cual ingresó sin visa) y del Oeste, Holanda, Bélgica,

Suecia y Dinamarca; a pesar de las recomendaciones del Departamento de

Estado de volver a casa, Brubeck quiso pasar la cortina de hierro y buscó por

cuenta propia una visa para Polonia, que no consiguió fácilmente. Su terquedad lo

llevó luego de Polonia, a Turquía, Afganistán, Pakistán, India, Sri Lanka, Iraq e

Irán. Para Von Eschen, la gira de Brubeck mostró lo mal planeada que estaba

para entonces la diplomacia del jazz, pues el hecho de haber pasado la cortina de

hierro sin una visa de tránsito de Alemania del Este le significó problemas de tipo

legal que casi ponen fin a su viaje. Afortunadamente, la fama de Brubeck lo

precedía, por lo que recibió ayuda de funcionarios alemanes quienes le dieron los

papeles necesarios para que continuara con su gira. A pesar de los errores

logísticos del Departamento de Estado, Brubeck consiguió no solo interactuar

como sus predecesores con músicos de las escenas locales de los países que

visitó, sino que además enriqueció su repertorio y su discografía con

composiciones que nacieron de sus experiencias en los países que conoció. La

lucha por los derechos civiles y la libertad al interior de los Estados Unidos,

apoyada por Brubeck, alcanzó la esfera internacional gracias a su posición frente

a este tema. Tanto él como su esposa, Iola Brubeck, reconocían que el jazz en

Polonia era prohibido hasta antes de 1955-195648. Fue durante esos años que en

Polonia tomó forma el proceso de “desestalinización”, cuando Wladyslaw Gomulka

ascendió al poder, y mientras afirmaba que eliminaría la opresión del comunismo

polaco49. De regreso a casa y luego de anotarse varios éxitos por su gira con el

Departamento de Estado, Brubeck continuaba luchando por los derechos civiles

de los negros, razón por la cual desaprobó la cancelación de sus conciertos en

48

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 47-56. 49

POWASKI, Ronald E. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, óp. cit., p. 148.

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58

algunas universidades del sur del país, ya que en su banda había un integrante de

color50.

Para el año de 1959, Estados Unidos enfrentaba en la Guerra Fría cultural el reto

de hacerle frente a un generalizado cambio de posición del mundo frente a los

éxitos en materia de ciencia y tecnología de la Unión Soviética. Fuera del enorme

gasto de la URSS en el patrocinio de giras de los más representativos bailarines

de ballet, las mejores orquestas sinfónicas y los invencibles deportistas, quienes

por lo general ganaban más medallas que los Estados Unidos en las

competencias internacionales, la URSS le marcó un gol a su contrincante tras el

lanzamiento del satélite espacial Sputnik. En el mundo entero se pensaba que los

soviéticos estaban mejor posicionados que Estados Unidos en ciencia y

tecnología51.

Entre 1959 y 1960, la diplomacia del jazz continuó, pero con un cierto bajo perfil.

Davenport recoge en su investigación giras que Von Eschen quizás desconoció o

no tuvo en cuenta. Si bien no fueron tan importantes, pues inclusive Davenport

dedica pocas líneas a éstas en su relato, es necesario que aquí se mencionen. En

1959 Jack Teagarden, otro músico blanco, se iría de gira por Asia. Teagarden,

trombonista, vocalista y compositor, visitó en 1959 a Corea del Sur, Taiwán,

Vietnam, Pakistán, Sri Lanka, India, Filipinas, Malasia, Hong Kong y Japón. Al

igual que en la gira de Goodman, Teagarden tocó para la realeza en Tailandia y

Camboya. Ese mismo año, la Banda de Herbie Nichols, integrada también por

blancos, tocó en Grecia, Egipto, India y Sri Lanka. Y finalmente, en 1960, el

flautista Herbie Mann, quien presentaba una música que se caracterizaba por la

fusión de ritmos distintos al jazz, se embarcó hacia África y tocó, aunque de

manera mucho menos exitosa que la de otros embajadores del jazz, en Sudán52, y

50

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 77. 51

NYE, Joseph S. Soft power: the means to success in world politics. Nueva York: Public Affairs, 2004. p. 73-75. 52

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 78-80.

Page 62: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

59

en otros 14 países (no se logró identificarlos)53. Con la gira de Mann se

interrumpió momentáneamente el patrocinio de giras de músicos blancos por parte

del Departamento de Estado, pues paralelamente a los movimientos en pro de los

derechos civiles en Estados Unidos, se financió la gira de uno de los más

importantes músicos del jazz de la historia, el cual es reconocido como Von

Eschen como el verdadero embajador: Louis Armstrong.

Desde mediados de los años 50, Satchmo, trompetista y vocalista nacido en

Nueva Orleans en 1901, se encontraba fuertemente involucrado en la lucha por

los derechos civiles en Estados Unidos. No solo fue un incansable defensor de la

libertad de los afroamericanos en su país, sino que también fue un influyente

músico del jazz, recordado por su extensa obra y su jovialidad. Ya en los años 50

el Departamento de Estado había reconocido la importancia que tendría el hecho

de tener de aliado a tan importante personalidad en la empresa de la Guerra Fría

cultural. Armstrong había rechazado en una ocasión la oportunidad de convertirse

en embajador del jazz. En 1957, cuando el presidente Eisenhower decidió no

enviar tropas para proteger a los estudiantes afrodescendientes que iban a

integrarse a la escuela de Little Rock, se produjo el distanciamiento de Satchmo,

debido a su posición antisegregacionista. Sin embargo entre 1960 y 1961 accedió

a salir de gira por el mundo gracias al patrocinio público54.

Fuera del ejemplo citado en el anterior capítulo en el que Satchmo pasa de un

lado a otro de Berlín, cabe resaltar que años antes, en la Alemania nazi su música

había sido prohibida, y él se convirtió en un símbolo de resistencia, mientras que

su música se distribuía clandestinamente. Durante la gira de 1955, realizada con

recursos privados, Satchmo reconocía públicamente, luego de ver la aceptación

de su música por parte de los soviéticos, que “la música era más fuerte que las

53

MARKOW, Seth. He Da Mann, legendary flutist Herbie Mann embraces the world in his jazz, En: Honolulu Star – Bulletin, (Julio 19, 2002), Honolulu Star. 54

BERRETT, Joshua. Louis Armstrong & Paul Whiteman, two kings of jazz, Estados Unidos: Yale University Press, 2004. p. 203; KAPLAN, Fred. When ambassadors had rhythm, óp. cit., p.17.

Page 63: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

60

naciones”55. A pesar de los inconvenientes de unos años antes, Armstrong acepta

la oferta del Departamento de Estado y comienza su aventura por África (aunque

previamente va a Europa).

Satchmo visita a la recién independizada Ghana, luego va a Nigeria, Camerún, el

Congo, Uganda, Kenia, Tanganica (en un futuro, Tanzania), Rodesia (Zambia y

Zimbabue), Nyasalandia (años más tarde, Malaui), Senegal, Mali, Sierra Leona,

Liberia, Sudán, y República Árabe Unida (Egipto y Siria). Su viaje tiene lugar

cuando en el África se empiezan a independizar las colonias europeas, razón por

la cual dicho continente empieza a ser realmente importante para los objetivos de

política exterior de Estados Unidos. Von Eschen rescata algunos de los éxitos de

la historia de Armstrong como embajador del jazz, como: la preocupación del

Secretario de Estado John Foster Dulles, durante la administración Eisenhower

por la cancelación de los conciertos de Satchmo debido a la crisis de Little Rock, y

el alcance mundial que estaba teniendo la situación de segregación

estadounidense; la promesa de Armstrong de regresar al continente negro, que le

había hecho en la década anterior a Kwame Nkrumah, quien se convertiría en el

primer ministro de Ghana y quien lo recibió junto con miles de espectadores en un

conmovedor concierto; la reivindicación por parte de Armstrong sobre las raíces

africanas del jazz; finalmente, su profesionalismo y entendimiento de la labor que

estaba llevando a cabo, tras hacer declaraciones públicas sobre las mejoras en la

situación racial de los Estados Unidos56.

Davenport, por su parte, reconoce que la gira de Armstrong coincidió con el

periodo en el que llega a su fin la administración Eisenhower y comienza la de

John F. Kennedy, quien tenía una posición diferente frente a los problemas

raciales de los Estados Unidos. Sin duda alguna, los esfuerzos de Kennedy en

cuanto a este tema lograron un mejor desempeño que los de su predecesor.

55

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 9-11. 56

Ibíd., p. 58-72.

Page 64: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

61

Además, luego del incidente de Little Rock, el jazz tomó otro impulso mundial,

seguramente, ayudado por Satchmo, quien ayudó a reivindicar esta música que,

por ejemplo, era prohibida en Sudáfrica por aquellos días en los que Armstrong

visitaba el continente negro57.

Tras el éxito de Armstrong en su gira de 1960-1961, el Departamento de Estado

decide financiar por segunda vez una gira del Cuarteto de Góspel Golden Gate, el

cual entre los años de 1958 y 1959 había visitado Laos, Vietnam e India, entre

otros países de Asia y Medio Oriente. Esta vez, el cuarteto se dirigiría al África y

visitaría Marruecos, Egipto, el Congo, y Rodesia, entre otros. Por su parte, el

baterista Cozy Cole visitaría Ghana en 1963 durante un periodo de relaciones

diplomáticas tensas entre el país africano y los Estados Unidos debido al

racismo58.

A finales de los años 50 y principios de los años 60 la situación mundial se

complicaba para los dos grandes rivales de la Guerra Fría. Las movilizaciones

tanto al interior de Estados Unidos, como en África a favor de la abolición de la

segregación racial representaban por un lado un impedimento para el mejor

posicionamiento internacional de los americanos, y por el otro, una ventaja para la

supremacía de los soviéticos. Para los americanos, la organización del Frente

Nacional para la liberación de Vietnam del Sur, dirigido por comunistas,

representaba también un reto para su política exterior, y la inclinación de Castro

en Cuba hacia los lineamientos socialistas, luego de la fracasada operación de

Bahía Cochinos, sin duda no les complacía59.

Por otro lado, los soviéticos también encontraban problemas, si bien de tipo

sociopolítico. El levantamiento húngaro en 1956 preocupaba a una URSS que no

57

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 87-88. 58

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 78. 59

LUARD, Evan (edit) La Guerra Fría, Buenos Aires, Troquel, 1966. p. 36-37.

Page 65: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

62

quería ver escurrirse como arena entre sus dedos a otro país considerado como

satélite (ya había ocurrido en el 48 con la Yugoslavia de Tito)60. En 1958 los

soviéticos tuvieron que lidiar con una crisis en Berlín, pues su sector occidental

empezaba a presentar tintes capitalistas y democráticos. Millones de alemanes

orientales se cambiaron de ciudad, al ver más oportunidades del otro lado. La

crisis de Berlín del 58 puso en alerta de guerra nuclear a los dirigentes políticos

involucrados61. Por otro lado, en 1961 ocurrió otra crisis en Berlín, debido al muro

que levantaron los alemanes del oriente con apoyo de los soviéticos, como

respuesta a los esfuerzos que hacía el canciller de Alemania del Oeste, Konrad

Adenauer, en pro de las fugas de refugiados62. Si a esto se le suma la posterior

Crisis de los Misiles en Cuba en 1962, se puede con seguridad, afirmar que la

Guerra Fría empezaba a calentarse.

La situación política mundial no significó un retroceso en el esfuerzo por otros

medios de ninguno de los dos grandes contrincantes de esta guerra. Si bien

Sputnik había sido un gran avance tecnológico/científico para la URSS, el logro de

haber puesto en órbita el 12 de abril de 1961 a Yuri Gagarin, el primer hombre en

el espacio, daba de nuevo cierta ventaja a los soviéticos. Estados Unidos, por su

parte, alcanzó la meta espacial en mayo del mismo año con Alan B. Shephard, y

Kennedy expresaba su intención de hacer que un hombre americano pisara la

luna. Paralelamente, el Departamento de Estado continuaba con su iniciativa de

embajadores del jazz.

Durante esta escalada en las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética

se aprobó una segunda gira de Benny Goodman, esta vez, en territorio enemigo.

La decisión de enviar a este defensor de un género pasado de moda, en especial

60

KISSINGER, Henry A. La diplomacia, óp. cit., p. 539-556. 61

POWASKI, Ronald E. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, óp. cit., p. 160-161. 62

VEIGA, Francisco, DA CAL, Enrique U., DUARTE, Ángel. La paz simulada. Una historia de la Guerra Fría, 1941-1991. óp. cit., 179-180.

Page 66: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

63

en un contexto interno de “luchas” entre géneros vanguardistas del jazz, no fue

para nada a la ligera: Rusia siempre se había enorgullecido por su tradición

“clásica” en la música y por el alto nivel de sus orquestas. Pues bien, Goodman,

aunque no era un innovador, era un gran intérprete y un excelente clarinetista,

además de ser representante de un género orquestal comúnmente asociado con

las big bands, integradas por gran variedad de músicos (algo más cercano a las

grandes orquestas soviéticas). Durante su gira por la URSS no solo ofreció

conciertos, sino que también interactuó con músicos de la escena clásica local.

Para los soviéticos, quienes habían rechazado la oferta de una gira de Armstrong

(pues no apoyaban la doble moral estadounidense, esto, refiriéndose al tema

racial), era grato recibir a un músico con ascendencia rusa, (aunque fuera judío,

siendo Rusia en general, bastante antisemita), y líder de una banda “mulata”,

integrada por blancos y negros. Al primer concierto de este astro del swing, asistió

Krushchev y la élite rusa63. A pesar de que para Von Eschen la gira de Goodman

no fue un completo éxito, debido a la difícil personalidad del clarinetista, lo cual

impedía una buena relación con sus músicos y los oficiales americanos y

soviéticos, Davenport relata lo bien que los diferentes públicos lo recibían64.

El gobierno de los Estados Unidos era consciente de la mala fama que ganaban

en el mundo debido a sus posiciones radicales, como por el secreto apoyo al

asesinato de Lumumba, y a la ayuda que prestaron a los anticastristas para la

situación de Bahía Cochinos. Un año después de lo de Cuba, el Departamento de

Estado decide enviar de gira por Latinoamérica al Grupo de Jazz de Paul Winter65.

Al relatar la siguiente gira, tanto Davenport como Von Eschen citan un hecho

importante para la historia de Estados Unidos que tuvo lugar unas semanas antes

del despegue de Duke Ellington como embajador del jazz. El Doctor Martin Luther

63

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p.92-118. 64

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 118-120. 65

Ibíd., p. 120.

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64

King Jr., pronunció el 28 de octubre de 1963 su famoso discurso “yo tengo un

sueño” en el cual expresaba su deseo de reivindicar los derechos de la gente de

tez negra en los Estados Unidos. Y es que la década de 1960 no solo significó

para los Estados Unidos sino para el mundo en general, un periodo de cambios y

conflictos de alta intensidad en materia racial, en algunos casos, como el de

Angola y Sudáfrica, acompañados por violencia. Por su parte, el presidente

Kennedy buscaba ganar la Guerra Fría con apoyo tanto de los blancos como de

los negros, en casa y en el extranjero, tarea poco fácil66. Kennedy también era

consciente del agravante de que en las encuestas, la URSS fuera líder en

percepción gracias a su programa espacial y a su capacidad nuclear67.

Por las razones anteriores, se escogió al prolífico Duke Ellington como embajador

del jazz, y se le envió de gira por Siria, Jordania, Afganistán, India, Sri Lanka,

Pakistán, Irán, Iraq, Líbano y Turquía. Este grandioso pianista y compositor nacido

en 1899, accedió a hacerle frente a la misión que se le encomendó, ya que la

posición de Kennedy frente al tema racial era más aceptable, según Ellington, que

la de Eisenhower. El Duque también estaba involucrado en las protestas por los

derechos civiles en su país y para la época de su gira, había acabado de lanzar al

mercado su disco My people, con el que conmemoraba los 100 años de la

proclamación de emancipación. Afortunadamente para Ellington, llegó la

oportunidad de salir al exterior en una larga gira, hecho que podía usar como una

plataforma para dar a conocer al mundo la dignidad y la cultura negra

estadounidense que resistía a la penosa tradición de segregación americana. A

pesar de esto, aunque apoyaba la causa racial en su país, Ellington era un patriota

republicano (esto, en cuanto a su filiación partidista), convencido de la promoción

de la democracia americana. Su escogencia como embajador del jazz no pudo

haber sido más acertada. Su gira, que iba especialmente dirigida a una zona que

estaba presentando muchos problemas de orden sociopolítico y que además se

66

BORSTELMANN, Thomas. The Cold War and the color line: American race relations in the global arena. Estados Unidos: Harvard University Press, 2001. p. 135-137. 67

NYE, Joseph S. Soft Power: the means to success in world politics, óp. cit., p. 9.

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65

encontraba en una posición poco amistosa con Estados Unidos, fue interrumpida

tras el asesinato del presidente Kennedy el 22 de noviembre de 196368.

Kissinger explica que la política exterior de los Estados unidos desde finalizada la

Segunda Guerra Mundial se caracterizó por el llevar al extremo la universalidad de

los valores norteamericanos, lo que los llevó a inmiscuirse en asuntos internos de

otros países, ya que para ese entonces no había una real distinción entre la

política interna y la política externa. El caso de Vietnam es particular, pues desde

1950 cuando surgió la teoría del dominó, se previó que una Indochina comunista

sería desastrosa para los objetivos norteamericanos en la Guerra Fría. En 1950,

cuando esa región todavía era una colonia francesa, Estados Unidos aportaba un

tercio del dinero que Francia gastaba para mantener su posición, sin importar la

imagen que ellos querían comunicar sobre su falta de apoyo al colonialismo.

Kissinger relata como uno a uno, los presidentes estadounidenses, desde Truman

hasta Johnson llevaron hasta más allá de los bordes lógicos la idea de la defensa

de la libertad y la democracia, lo que los metió en esta vergonzosa guerra. En lo

que duró la administración Kennedy, el personal norteamericano en Vietnam

creció unas 18 veces; sin embargo fue en la administración Johnson cuando

decidieron entrar de lleno a la guerra69. El escenario en Indochina no era entonces

el más adecuado para desarrollar la diplomacia del jazz, por lo que Estados

Unidos continuó con su programa en el África, haciéndole frente al aún latente

tema racial.

En cuanto al tema cultural, desde principios de los años 60 hubo picos en la

continuidad de las actividades. Había críticas por parte de observadores oficiales

ante la eficacia de la diplomacia cultural, por lo que tal vez la gira de Ellington fue

68

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 97-98; VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p.121-143. 69

KISSINGER, Henry A. La diplomacia, óp. cit., caps. XXV y XXVI

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66

una de las más recordadas durante esos años70. Sin embargo, el éxito de Ellington

fue tal, que en 1966 se le envió de gira por segunda vez, y en esta ocasión el

Duque visitó Senegal, invitado por el presidente y famoso poeta senegalés

Leopold Sedar Senghor. Esto ocurrió en el marco del Primer Festival de las Artes

Negras en Dakar71. Las condecoraciones que recibió Ellington reafirmaban su

posición como embajador del jazz, por lo que más adelante viajó también a

Jamaica en1969, y a Etiopía y Zambia en 1973 (con una gira intermedia que se

relatará más adelante).

Para la época en la que se celebró el festival en Senegal, Estados Unidos había

ampliado su lista de géneros a usar en la labor de la diplomacia cultural. Además

del jazz, usaba también el góspel (ya se había visto con el Cuarteto Golden Gate),

porque además de su carácter religioso y espiritual, lo consideraba más cercano a

la realidad africana, ya que a través de los cantos se hacía memoria al trabajo de

campo y al esclavismo. El éxito que tuvo la cantante Marion Williams en Dakar

animó al Departamento de Estado a enviarla después a otros países africanos

(Kenia, Costa de Marfil, Nigeria, Togo, y República Árabe Unida), y unos años más

adelante, en 1971 a la también cantante de góspel Mahalia Jackson de gira por la

India. El Departamento de Estado también atestiguó el éxito del coreógrafo Alvin

Ailey (quien trabajaba en especial con gente de color) entre los senegaleses, por

lo que entre 1967 y 1970 estuvo de gira con su compañía por Europa, por África

del norte y por la Unión Soviética. En 1967, el pianista Randy Weston, de

ascendencia africana y caribeña, y con su estilo notablemente influido por la

música negra inicia su gira por Senegal, Marruecos, el Alto Volta, Nigeria, Ghana,

Camerún, Gabón, Liberia, Sierra Leona, Costa de Marfil, Líbano, República Árabe

Unida y Argelia72.

70

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 98. 71

BRATTON, Elliot. Jazz and the Cold War. En: The New Crisis, Vol. 105 (1998, febero-marzo), Iss 1, p. 14-19, Estados Unidos. 72

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 148-171.

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67

Las críticas mundiales contra Estados Unidos y su guerra en Vietnam eran el pan

de cada día y en Europa del Este, dice Davenport, se quisieron congelar las

relaciones con el país norteamericano, lo que llevó al Departamento de Estado a

aprobar la gira de Woody Herman junto con su orquesta en Checoslovaquia. Más

allá de la cortina de hierro, y a pesar de las intenciones de los socialistas, el jazz

gozaba de bastante popularidad, gracias a diversos festivales como: el Festival de

Jazz de Checoslovaquia – Karlovy Vary73; el Jazz Jamboree de Varsovia, en el

que actuó Dave Brubeck en 1970; el Primer Festival de Jazz de Bucarest,

celebrado el mismo año, y en el cual además de Brubeck (junto con el saxofonista

Gerry Mulligan), tocó el Cuarteto de Earl Hines; en el Festival de Newport de

Yugoslavia repetía Brubeck, y tocó también el famoso pianista y activista Charles

Mingus. Éste último era conocido por su constante crítica a la política exterior

estadounidense, por lo que su patrocinio en el exterior fue una jugada sensata del

Departamento de Estado, al apoyar la variedad en su programa de diplomacia del

jazz. El Festival de Newport, que no tenía sede oficial, sino que era una iniciativa

privada itinerante, recibía el apoyo del Departamento de Estado y también estuvo

encargado de realizar una Semana del Jazz Americano en Europa del Este,

reuniendo a músicos que de manera privada (y no como embajadores del jazz) se

encontraban en esas latitudes, como Ellington, Preservation Band, Ornette

Coleman, los Gigantes del Jazz y Gary Burton, para que tocaran en

Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia, Hungría y Rumania entre octubre y

noviembre de 1971, año en el que el multi–instrumentista Lionel Hampton también

actuó en varios de esos países74.

Todas estas giras más o menos coincidían con el cambio de gobierno de Johnson

a Nixon, quien había declarado en su discurso de toma de posesión un cambio de

actitud hacia el mundo comunista, con el que a partir de entonces, según él, se

buscaría una negociación. Empieza con Nixon un periodo de Guerra Fría llamado

73

DAVENPORT, Lisa E. Jazz diplomacy: promoting America in the Cold War, óp. cit., p. 123-126. 74

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 187-197.

Page 71: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

68

“distensión”, junto a Kissinger, quien entró al gobierno como consejero de

seguridad nacional y más tarde se convirtió en secretario de Estado. Juntos,

desarrollaban una “paradiplomacia” por medio de la cual lograban interactuar con

los comunistas, como cuando decidieron apoyar un enfrentamiento de equipos de

ping-pong con los chinos. Nixon, era el primer presidente de Estados Unidos en

visitar la URSS desde F.D. Roosevelt75 .

Duke Ellington recibió del presidente Nixon una condecoración en la Casa Blanca,

lugar donde celebró su cumpleaños número 70, antes de embarcarse en una gira

por la URSS, Europa del Este y Latinoamérica. En el subcontinente americano

visitó entre noviembre y diciembre de 1971 a Brasil, México, Uruguay, Argentina,

Chile, Perú, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Venezuela y Puerto rico.

Posteriormente en 1972, fue a Japón, Filipinas, Hong Kong, Tailandia, Sri Lanka

Laos, Indonesia, Malasia, Australia y Nueva Zelanda. Aunque el Duque se ofreció

para tocar en Vietnam, no lograron encontrar un patrocinador local76.

Desde 1973 hasta 1978, año en que terminó el patrocinio del Departamento de

Estado a la diplomacia del jazz, ocurrieron otras giras recogidas en el relato de

Von Eschen. En noviembre de 1973 se realiza en Belgrado el New Jazz Festival,

que gozó con la presencia de la cantante Sarah Vaughan, el aclamado guitarrista

y cantante de blues B.B. King (quien posteriormente va a Senegal, Ghana y

Nigeria), Miles Davis (uno de los más grandes del jazz americano), el pianista

Oscar Peterson y su trío, y Ellington, entre otros. Algunos de ellos tocaron también

en Zagreb y Liubliana (parte de la antigua Yugoslavia). Gillespie acepta una vez

más la oferta de ser embajador y va en 1973 a Kenia y Tanzania. En 1974 en el

Festival de Jazz de Newport, tocan en Polonia, Rumania, Hungría y Serbia, los

75

POWASKI, Ronald E. La Guerra Fría. Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, óp. cit., p. 209-213; VEIGA, Francisco, DA CAL, Enrique U., DUARTE, Ángel. La paz simulada. Una historia de la Guerra Fría, 1941-1991. óp. cit., 157, 209. 76

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War, óp. cit., p. 204-221.

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69

saxofonistas Sony Rollins, Stan Getz y el pianista McCoy Tyner. Por su parte,

Mingus actuó un año después en el mismo festival, que tuvo lugar en Hungría y

Rumania, mientras que Sarah Vaughan lo hacía en Polonia. Ante la retirada de

Vietnam y la Crisis de Watergate se pedía en Estados Unidos una política exterior

más discreta, lo que coincidió con el impulso por parte de Kissinger de un último

plan de “cultura como control de daños”, que incluía una gira entre 1975 y 1976

del armonicista Junior Wells y el guitarrista Buddy Guy por Camerún, Chad,

República Centroafricana, Zaire (República Democrática del Congo), Ghana,

Benín, Togo, el Alto Volta, Níger, Costa de Marfil, Senegal, Guinea y Sierra

Leona. En 1976 McCoy Tyner repite junto con el pianista Gil Evans, el guitarrista

Muddy Waters, el saxofonista Sonny Rollins y la cantante Betty Carter en

Rumania, Polonia, Checoslovaquia y Portugal. Finalmente, el trompetista Clark

Terry es el encargado de cerrar los conciertos de jazz patrocinados por el

Departamento de Estado, con una gira que incluía a Egipto, Grecia, Turquía,

Afganistán, Pakistán e India.77

2.3 CONCLUSIÓN

Se entiende según lo que se habló de la naturaleza humana en el primer capítulo,

que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial los dos grandes poderes que

quedaron en pie hayan pasado a ser rivales. En el nuevo contexto la guerra se

reafirmó como dice Fulbright, en el juego de los reyes78; con la particularidad de

que este juego se libró en diferentes campos de batalla. La diplomacia del jazz fue

tan solo una pequeña parte del frente cultural, el cual a su vez fue solo una de las

muchas caras de la Guerra Fría. Y en este frente cultural jugaron papeles

importantes también expresiones como el cine, la literatura, la pintura y la danza,

77

Ibíd. P. 223-249. 78

FULBRIGT, J. William. The Price of the Empire. Nueva York: Pantheon Books, 1989. p. 6.

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70

apoyadas por medios de comunicación como las emisoras que compartían con el

mundo en más de 35 idiomas79 el mensaje de libertad de Estados Unidos.

Sin embargo la diplomacia del jazz fue un evento histórico de gran interés y que se

desarrolló durante más de dos décadas. En éste se vieron además implicadas

grandes personalidades que según se ha resaltado a lo largo del texto, se estaban

convirtiendo en figuras públicas internacionales. Estados Unidos logró con la

diplomacia del jazz convertir un elemento cultural innato en una herramienta de

política exterior. Esto se comprueba si se entiende que las giras no fueron

planeadas a la ligera, ya que cubrieron a gran cantidad de países, muchos de los

cuales estaban pasando por situaciones sociopolíticas difíciles. Con esta iniciativa

logró Estados Unidos usar más allá que su músculo militar y económico, su poder

de influencia, el cual ha descansado desde hace mucho años en su cultura

popular, la cual a pesar de las críticas que ha recibido, en especial durante la

Guerra Fría, ha sido internacionalmente adoptada y se ha convertido en parte

esencial de su poder blando. Desde la popularidad de sus películas, pasando por

la adopción de su música (más allá del jazz, el rock) y llegando hasta sus

productos alimenticios o prendas de vestir de consumo masivo, Estados Unidos ha

logrado ser centro de atención por algo más que su actitud política en la arena

internacional. Como lo observa un noruego citado por Nye: “la cultura americana

está convirtiéndose en la segunda cultura de todos. No necesariamente remplaza

las tradiciones locales, pero sí activa un cierto bilingüismo cultural”80.

La música tiene un efecto subversivo. No es casualidad que Nelson Mandela haya

reconocido ante Gillespie que su música lo había acompañado en sus años de

cautiverio, o que Ellington lanzara un disco con el que conmemoraba la

proclamación de emancipación, justo antes de su partida como embajador del

79

NINKOVICH, Frank. United States Information Policy and Cultural Diplomacy. En: Foreign Policy Association. Nº 308 (1996). Nueva York. p. 19. 80

NYE, Joseph S. The paradox of American power. Why the world´s only superpower can´t go it alone. Nueva York: Oxford University Press, 2002. p. 71.

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71

jazz81. El rock & roll fue estandarte de los hippies; los espirituales negros, el de los

esclavos de los campos de algodón; el jazz, el de quienes luchaban por los

derechos civiles y la emancipación de los negros. La música (y en general, las

artes), como dijo Louis Armstrong, traspasan las barreras de lo nacional. En el

capítulo siguiente se analizará cómo una música autóctona de Estados Unidos

logró llevar ese mensaje de emancipación y libertad a diferentes pueblos del

mundo.

81

Ibíd, p. 121, 251.

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72

3. JAZZ

Es necesario retomar la historia del surgimiento del jazz para entender que éste no

es solo un género musical sino todo un movimiento cultural que apareció como

elemento de protesta en Estados Unidos, y que en algunos casos se extendió a

otros países de la misma manera.

3.1 INICIOS DEL JAZZ

El jazz es un género musical que se popularizó en Estados Unidos y el mundo

durante todo el siglo XX, en especial desde la segunda década de éste. Como se

vio en el capítulo anterior, por los años posteriores al fin de la Gran Guerra,

estadounidenses que habían participado en ésta decidieron quedarse en Europa,

y fue así como el ragtime y otros géneros que aportaron a la constitución de lo que

hoy en día se conoce como jazz, empezaron a gozar de gran aceptación al otro

lado del Atlántico. Su popularidad en el resto de América (continental e insular) se

entiende gracias a las raíces africanas de gran parte de la población americana, y

al aporte que la música cubana ha hecho al mismo.

El jazz es un género aun vigente y ha llegado a transformar la cultura musical de

gran variedad de países, lo cual cualquier fanático de la música popular podría

corroborar. Hoy en día se celebran cientos, quizás miles de festivales de jazz

alrededor del mundo, y contando con mucho más que músicos negros (el jazz es

popularmente considerado como un género negro, sin embargo se hará un breve

complemento a tal idea). Las facilidades que los medios de comunicación han

proporcionado a las artes han servido para que la cultura popular estadounidense

se difunda a lo largo y ancho del planeta, logrando una adopción de ésta, que ha

incluso modificado, en el caso de la música, los estilos propios de algunos países.

En el caso de Colombia, por ejemplo, en los festivales de jazz se puede ver que

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73

cada vez más hay una mayor participación de elementos folclóricos típicos

colombianos, y que los expositores del jazz nacional combinan elementos

“clásicos” del jazz estadounidense (la instrumentación, el estilo de improvisación)

con otros típicos de su país (estilo de las frases, métricas y ritmos). Cada país en

el que se hace jazz cuenta con sus propios estilos y sub-géneros, y quizás sea

esto algo del valor agregado que tiene dicha música, pues desde que se inició, ha

logrado conectar a compositores, intérpretes y oyentes con su pasado y sus

raíces. Si bien este estudio no busca explorar el área de la historia musical de

algunas civilizaciones, ni la historia del jazz en países distintos a Estados Unidos,

no se puede negar que los elementos culturales africanos (una de las más

importantes raíces del jazz) han influido en la constitución de la cultura americana

y la europea (en menor medida), continentes en donde actualmente es bastante

agitado el mundo del jazz.

3.1.1 Raíces. No se puede negar que el jazz es estadounidense. Sin embargo sus

orígenes son bastante variados. La historia de sus inicios puede realizarse a tres

niveles de profundidad. Aunque se mencionarán los tres, se hará énfasis en los

que corresponden a la historia más reciente. El nivel más profundo de análisis

corresponde a lo que Gioia1 identifica como las raíces africanas del género, y el

impacto cultural que ocurrió cuando hubo un contacto entre África y la civilización

occidental. Lo anterior ocurrió hacia el siglo VIII con la incursión norafricana en la

Península Ibérica, que influiría en el futuro desarrollo cultural europeo, y

posteriormente en América tras el Descubrimiento. Es bien conocida la influencia

que tuvo en la música española, por ejemplo, el legado que los moros dejaron, del

cual surgieron instrumentos como la guitarra y se desarrollaron géneros como el

flamenco. La guitarra, por ejemplo, ha sido uno de los instrumentos irremplazables

tanto en el blues como en el jazz. Se dice también que el banjo (instrumento de

cuerda) pudo haber sido desarrollado en África; éste, también desempeñó un

papel importante en el desarrollo del género.

1 GIOIA, Ted. Historia del jazz. México D.F: Fondo de Cultura Económica, 2002. p. 11-19.

Page 77: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

74

El siguiente nivel de estudio hace referencia a la interacción que ocurrió entre los

esclavos africanos que pasaron a habitar América del Norte y sus amos. A

Estados Unidos llegaron los esclavos negros desde las primeras décadas del siglo

XVII. La relación que más adelante tuvieron con los herederos del colonialismo

europeo se tradujo en la creación de géneros musicales nuevos como los

espirituales negros, que terminarían dando paso al blues, el jazz y el góspel2.

Estos esclavos trabajaban en los campos de algodón y tabaco en el sur de

Estados Unidos y muchos de ellos acoplaban sus creencias religiosas y ritos a la

tradición protestante de la que eran testigos. Aprendieron de sus amos las formas

musicales europeas y los temas de las canciones (amantes, Dios, dramas de la

vida, soldados que van a la guerra), a los cuales les acomodaban su sentido

armónico y rítmico3. En un principio, musicalizaban a su manera las letras de los

textos religiosos protestantes de tal forma que no molestasen a quienes servían;

sin embargo fueron encontrando en la música un vehículo por medio del cual

expresaban sus deseos de libertad, y llegaron a adaptar los textos originales a su

realidad y así expresar sus ansias de liberación4. Este género que se iba

consolidando con el tiempo fue de gran importancia para los esclavos, quienes lo

empezaron a usar como un canto de trabajo con el que expresaban su “dolor, su

opresión y su pobreza, así como sus añoranzas y deseos5. A través de su música,

con la cual demostraban solidaridad entre ellos y satirizaban a sus amos, estos

esclavos lograron preservar parte de la cultura africana6.

No se puede asegurar que el jazz haya nacido en algún lugar o alguna fecha

específica. Sin embargo en los relatos históricos se pueden encontrar dos

referencias siempre comunes al respecto: Nueva Orleans y el siglo XIX. Para

2 DENIS-CONSTANT, Martin. El góspel afroamericano. De los espirituales al rap religioso. Madrid:

Akal, 2001. p, 11-19. 3 BOECKMAN, Charles. Breve Historia del Jazz. Cool, Hot, Blue. Buenos Aires: Editorial Víctor

Leru, 1979. p. 21. 4 HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans. Chicago: The

University of Chicago Press, 2007. p. 124-126. 5 GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 22.

6 HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 89.

Page 78: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

75

lograr captar el origen del jazz es necesario entender el contexto de la época y la

región. La música religiosa, folclórica, los minstrel shows, el ragtime y las bandas

ambulantes que tan populares fueron durante esos años, pueden haber sentado

cada uno, las bases para que se desarrollara el jazz en una zona en donde

además de lo anteriormente narrado, había barcos de vapor (importantes para el

jazz de inicios del siglo XX), ciudades pioneras, un punto de desarrollo importante

de la Guerra Civil, y la emancipación de los esclavos7. El tercer nivel de estudio se

centra en lo que ocurría en Nueva Orleans, Louisiana y alrededores.

En la zona sur de Estados Unidos surgieron dos importantes géneros, uno musical

y uno músico/teatral que fueron de gran importancia tanto para el diálogo

intercultural como para el posterior desarrollo del jazz. Fueron el ragtime y el

vaudeville o minstrel show. El ragtime es un género proveniente del centro de los

Estados Unidos y cuyo principal expositor fue Scott Joplin, pianista negro nacido

en Texas en 1868. La música de Joplin y otros compositores de ragtime era de

carácter alegre y se distinguía por manejar combinaciones de distintos ritmos y

formas de acentuarlos8. El aporte que hizo Joplin al jazz desde el ragtime tiene

que ver con la maestría con que éste combinaba la música africana (en especial

en aspectos rítmicos) con las tradiciones de composición europeas, lo que le

permitía moverse entre la cultura intelectual y la cultura popular9. El vaudeville por

su parte, era un show teatral en el cual hombres blancos que pintaban sus rostros

para parecer negros hacían una parodia sobre la vida de éstos; en ella se

mezclaban elementos propios de la cultura negra como el acento al hablar y la

música. Muchas veces estos shows estaban acompañados por ragtime, lo que

ayudó a popularizar tanto al género como al tipo de baile que se creó en torno a

éste, conocido como cakewalk. El vaudeville llegó a gozar de mucha popularidad

durante el siglo XIX, lo que permitió que las orquestas y coros que participaban en

7 BOECKMAN, Charles. Breve Historia del Jazz. Cool, Hot, Blue, óp. cit., p. 16-17.

8 Ibíd., p. 28-29.

9 GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 34-43.

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76

los shows estandarizaran su producción musical10. Inclusive llegó a conocerse en

el extranjero, a través de músicos como Joel Walker Sweeney (fundador del grupo

Old Joel´s Minstrels), quien actuó para la Reina Victoria en 1843, o los Jubilee

SIngers del Fisk College, quienes también viajaron a Europa en 1872 y lograron

despertar su curiosidad hacia la América negra11

Nueva Orleans por su parte, ha sido desde siempre una ciudad musical: los

colonos franceses luchaban con los indios norteamericanos mientras sus bandas

de guerra los acompañaban; las compañías de ópera y orquestas sinfónicas que

se conformaron a principios del siglo XIX ayudaron a mantener la tradición

europea de música erudita en una ciudad muy educada en las artes; los negros

emancipados que llegaron buscando un mejor futuro en una ciudad casi libre de

racismo tuvieron la oportunidad de comprar todo tipo de instrumentos para

empezar a experimentar con nuevos sonidos; las bandas de metales (cornetas,

trompetas, trombones, etc.) se popularizaron hacia finales del siglo XIX y su

música empezó a incorporar elementos novedosos provenientes de géneros como

el ragtime y el blues, para dar a los músicos la oportunidad de improvisar12

(elemento esencial del jazz). Esta era una ciudad en la que había un real diálogo

intercultural, pues había una tradición latina y católica en donde los negros tenían

mayor libertad de expresión13, y en donde interactuaban elementos culturales

europeos, caribeños, africanos y norteamericanos14.

Louisiana era un estado en el cual los negros encontraban mayores libertades que

en aquellos herederos de costumbres protestantes. El fin de la Guerra Civil y la

declaración de emancipación en la década de 1860 convirtieron a Nueva Orleans

en una ciudad de oportunidades para los negros. Inclusive encontraban espacios

10

BOECKMAN, Charles. Breve Historia del Jazz. Cool, Hot, Blue, óp. cit., p. 27-28. 11

ARNDT, Richard T. The first resort of kings. American cultural diplomacy in the twentieth century. Dulles, Virginia: Potomac Books Inc., 2005. p. 399. 12

Ibíd., p. 31-42. 13

Ibíd., p. 23-24. 14

GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 11-19.

Page 80: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

77

para organizarse y protestar ante los intentos de regresar a los años de

segregación (intentos exitosos, por cierto). Las famosas huelgas de los

trabajadores del puerto, la redacción de una Constitución en 1865 en la cual se

promulgaba la igualdad de derechos, o la creación de la Asociación para la Mutua

Ayuda y la Protección Benevolente (PBMAA por su sigla en inglés) en 1870, son

prueba de esto15. Un ejemplo similar en el caso de la música corresponde a las

iglesias de negros, y los centros estudiantiles para negros que se inauguraron en

el sur de Estados Unidos tras el fin de la Guerra de Secesión, algo bastante

novedoso para la época. En el caso de las primeras, el ritual acompañado de

música negra alcanzó un buen nivel de respeto y aceptación. En el segundo caso,

los estudiantes organizaban coros para recolectar recursos (estas universidades

no recibían mucho apoyo económico) y lograron estandarizar los espirituales

negros, acomodándolos a formas europeas, para lograr mayor popularidad. De la

misma manera buscaban demostrar que la cultura negra era “respetable y

decente, y que poseía emoción y autenticidad al mismo tiempo”16.

Por otro lado, la actitud más tranquila que había en Nueva Orleans frente a la

cuestión racial fomentó un fenómeno social que también aportó a la creación del

jazz. Debido a la confluencia de culturas tan variadas en la ciudad, era obvio que

tarde o temprano iba a ocurrir un proceso de criollización. Los criollos (creoles) en

la ciudad eran producto de las mezclas entre españoles, franceses y

estadounidenses (ingleses, irlandeses, alemanes, etc.) con indios americanos,

negros, y caribeños. Esto significó para la ciudad, su enriquecimiento a partir del

diálogo intercultural que allí tuvo lugar17. Lo anterior reafirma y complementa la

idea que se referenció más arriba sobre la riqueza cultural de Nueva Orleans de

finales del siglo XIX.

15

HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 17-19. 16

DENIS-CONSTANT, Martin. El góspel afroamericano. De los espirituales al rap religioso, óp. cit., p. 47-48. 17

HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 19-23

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78

Sin embargo, estos años de benevolencia y oportunidades llegaron a su fin con el

establecimiento de las llamadas leyes Jim Crow de segregación racial, las cuales

cortaron con las aspiraciones que para entonces tenían los negros18. A pesar de

los impedimentos que Jim Crow representaba para ellos, Hersch defiende la idea

de que tal vez la situación racial dio pie para que el jazz surgiera, pues provocó

inconformismo en las poblaciones negra y criolla, las cuales lo expresaban a

través de las artes para así reivindicar su identidad. Dado que Jim Crow era un

sistema que basaba la clasificación racial teniendo en cuenta el color de la piel y

no el origen, algunos criollos lograron salvarse de la segregación, por lo cual

tuvieron la oportunidad de fomentar el activismo político y cultural, en parte,

promoviendo eventos musicales. Y la música que usaban para dichos eventos,

una mezcla de blues, espirituales y un jazz primitivo, alentaba (dada su naturaleza

mestiza) la continuación de las alianzas inter-étnicas19. Sin embargo, cabe resaltar

el aporte importante que hizo una pequeña élite criolla a la cultura musical de

Nueva Orleans. Esta clase, surgida de las mezclas entre españoles y franceses

con esclavos, era una fracción criolla educada que tras la aprobación de las leyes

segregacionistas perdió ciertos beneficios; para esta pequeña población, que vio

cómo su estatus social se venía abajo y con ello sus posibilidades laborales, la

música como trabajo podía ser una alternativa. A diferencia de los músicos de la

calle, esta élite estaba muchas veces instruida musicalmente, por lo que ayudó a

introducir elementos académicos a la música popular; si bien para esa época, tal

vez el ragtime era el único género desarrollado desde la academia (pues las

piezas eran generalmente escritas en partitura y así se difundían), el blues y los

espirituales se enseñaban y aprendían “a oído”, es decir, de manera informal20. No

cabe duda de que este aporte fue bastante significativo, ya que en el siglo

siguiente el jazz se convertiría en lo que muchos han llamado la “música clásica

de Estados Unidos”

18

DENIS-CONSTANT, Martin. El góspel afroamericano. De los espirituales al rap religioso, óp. cit., p. 43. 19

HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 23-37.. 20

BOECKMAN, Charles. Breve Historia del Jazz. Cool, Hot, Blue, óp. cit., p. 44-46.

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79

Gracias a Jim Crow surgieron agrupaciones como la Asociación Natural para el

Avance de la Gente de Color (NAACP, por su sigla en inglés), que entre otras,

difundía a través de la música, un mensaje de orgullo negro21. Y es que la música

ha sido para los negros, según lo afirma Gioia, un elemento importante para su

vida, el cual trasciende sus funciones de entretenimiento, y se convierte en parte

de su realidad y refuerza su espiritualidad; de esta manera se ve en Nueva

Orleans la “integración de la ejecución musical en el tejido cultural”22.

Los minstrel shows, el ragtime, los espirituales y la música de bandas de metales

se combinaron y crearon al jazz. Aunque no hay evidencia anterior a los últimos

años del siglo XIX sobre el origen del blues, sí se conoce la relación que éste tuvo

con el jazz: una de las características que más resaltan de la voz de los negros es

su gran potencia, y en una época en la que no existían medios para amplificar los

instrumentos, muchas veces estos cantantes estaban en necesidad de ser

acompañados por orquestas que gracias a su instrumentación, sonaban a mayor

volumen que el que proporcionaba uno de los formatos típicos del blues (guitarra y

armónica)23. Quizás esta relación que hubo entre ambos géneros significó más

adelante la adopción de elementos de uno con respecto al otro: en el blues del

siglo XX y XXI, es típico encontrar formatos de big band en los que hay presencia

de instrumentos del jazz como piano, trompeta, trombón y saxofón. Por su parte,

en el jazz muchas veces se utilizan progresiones armónicas de blues, y también

es muy común la adaptación al jazz de canciones de dicho género.

Las condiciones eran entonces apropiadas para que ocurriera lo que Gioia

identifica como “americanización de la música africana”, producto de la amalgama

cultural, lo que empezaba a dar real forma al jazz de Nueva Orleans24. A diferencia

21

DENIS-CONSTANT, Martin. El góspel afroamericano. De los espirituales al rap religioso, óp. cit., p. 43-44. 22

GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 19. 23

COOK, Nicholas, POPLE, Anthony. The Cambridge History of Twentieth-Century Music. Cambridge: Cambridge University Press, 2004. p. 126. 24

GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 11-12.

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80

(o en complemento) de Gioia, Hersch opina que en la ciudad, una de las cosas

que ocurrieron, fue la “africanización de la música americana”, lo cual puede

observarse por ejemplo, con el aporte que hizo el pianista Jelly Roll Morton (1890-

1941), quien alguna vez se hizo llamar el padre del jazz, al hacer ciertos cambios

a la pieza que es conocida hoy como la marcha patriótica de los Estados Unidos

bajo el nombre de Stars and Stripes Forever, composición de John Philip Sousa.

Morton utilizó tanto sus conocimientos como intuición musical para transformar

dicha marcha en una canción de jazz, haciéndola negra, lo que según Hersch,

insertó a los negros a la cultura americana central, y de paso cambió también

dicha cultura25. Nueva Orleans se había convertido para la época de Morton y del

cornetista Joe “King” Oliver (1885-1938), en el epicentro del jazz.

Sin embargo, el género no fue siempre bien acogido en altos círculos sociales

porque surgió de barrios de mala reputación, donde eran muy comunes tanto la

prostitución como el alto consumo de alcohol y las actividades criminales26. Fue

por esto que desde sus inicios, el jazz fue catalogado como una amenaza a la

pureza racial, y asociado casi que exclusivamente con los negros y su supuesto

estilo de vida libertino y degenerado. El potencial que tenía el jazz para acabar los

límites raciales y unir a personas de distinta procedencia (social y étnica), fue

considerado por los blancos segregacionistas como una amenaza a la tradición

nacional estadounidense. Las distintas publicaciones en periódicos locales sobre

las consecuencias sociales en torno al jazz afectaron gravemente su aceptación y

su capacidad de evolución en Nueva Orleans.27

Hacia el año de 1917 en Storyville, el barrio que fue el primer escenario de Morton,

Oliver y Louis Armstrong, fueron cerrados los bares donde tocaban jazz, debido al

aumento de incidentes violentos. Nueva Orleans se convertía en un lugar cada vez

menos apropiado para los grandes pioneros del género, quienes buscaron otros

25

HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 1-3. 26

BOECKMAN, Charles. Breve Historia del Jazz. Cool, Hot, Blue, óp. cit., p. 10. 27

HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 4-5.

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rumbos a través de los barcos a vapor que viajaban por el Mississippi. Muchos de

ellos fueron contratados como músicos en los barcos y entretenían no solo a su

tripulación y pasajeros, sino que despertaban la curiosidad de los habitantes de las

ciudades en donde estos barcos atracaban. De esta forma su música empezó a

recorrer de sur a norte el territorio estadounidense, consiguiendo cada vez más

fanáticos. Otros más aventureros como Armstrong, llegaron a Chicago, ciudad que

se fue convirtiendo en el segundo epicentro del jazz28.

En el mismo año, luego de la entrada de Estados Unidos a la Primera Guerra

Mundial, el General John J. Pershing, debido a su admiración por los soldados

americanos negros, decidió enviar a Francia a aquellos que conformaban las

bandas de marcha; éstos, lograron cautivar al público francés luego de enseñarles

las polirritmias del jazz, y abrieron un espacio que posteriormente sirvió para el

éxito del saxofonista y clarinetista Sidney Bechet (1897-1959) y la bailarina y

cantante Josephine Baker, (1906-1975), quienes vivieron en Francia29.

Un estudio detallado de la historia del jazz ocuparía sin duda una extensión

bastante considerable. Lo que se acaba de relatar de manera tan resumida y

dejando de lado muchos detalles, corresponde sólo una pequeñísima parte de tan

enorme área del conocimiento. Sin embargo, lo que se busca es establecer que el

jazz se gestó en un contexto sociopolítico particular, y que desde mediados del

siglo XX los diferentes gobiernos estadounidenses involucrados en la Guerra Fría

hicieron uso de este género con el fin de ganar la guerra. Independientemente del

conocimiento que tuviera el gobierno sobre la historia de su cultura mestiza y el

impacto que pudiera tener en el extranjero, a los músicos a los que se patrocinó se

les presentó la oportunidad de no solo representar los valores de su país, sino que

también encontraron espacios para internacionalizar su lucha por los derechos

civiles, mejorando la imagen estadounidense (no en lo político sino en lo cultural).

28

BOECKMAN, Charles. Breve Historia del Jazz. Cool, Hot, Blue, óp. cit., p. 44-50. 29

ARNDT, Richard T. The first resort of kings. American cultural diplomacy in the twentieth century, óp. cit., p. 400.

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La genialidad del jazz y todo lo que el género representa, sirvió como germen que

poco a poco debilitó al sistema totalitario soviético y al colonialismo racista en

África (paradójicamente apoyado por Estados Unidos).

Unas consideraciones finales deben hacerse antes de pasar a la sección de las

conclusiones. Una tiene que ver con algunos de los protagonistas de la diplomacia

del jazz, y otra con respecto al impacto del jazz en otros países.

3.1.2 Los embajadores del jazz. De igual manera que con la historia general del

jazz, hablar de la vida y obra de sus más grandes expositores, entre los que se

encuentran algunos de los embajadores, sería muy extenso, por lo cual se tendrán

en cuenta solo unas cuantas anécdotas de unos cuantos de ellos.

Louis Armstrong, como ya se vio en este y en el anterior capítulo, fue uno de los

más reconocidos jazzistas de todos los tiempos. Oriundo de Nueva Orleans, es

reconocido como el músico que más esfuerzos hizo por hacer circular el jazz en su

país y el exterior, desde su salida de la ciudad en 1917. Nació y creció en un

barrio peligroso de la zona jazzística Storyville (de ahí que identificara a las

prostitutas, vagos y criminales como “su gente”). Su estilo se forjó gracias a su

relación con la iglesia negra y su música, junto con las enseñanzas de su maestro

King Oliver. Desde muy pequeño fue consciente de la situación racial

estadounidense y las experiencias que tuvo al respecto le crearon cierto temor,

por lo que aparentaba en público aceptar hasta cierto punto el racismo. Sin

embargo, a través de su música libró una batalla contra la segregación: a algunas

canciones con contenido racista que grabó, les cambiaba las letras o les daba un

aire jovial, para disminuir el impacto que éstas tenían en la población de color.

También mezclaba inteligentemente géneros populares y serios, promoviendo la

mutua consciencia del “otro” entre las distintas clases sociales. Las canciones

folclóricas a las que les introdujo elementos africanos ayudaron a sentar una base

para el diálogo intercultural, y que así los afroamericanos hicieran parte de la

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cultura estadounidense, y que los blancos adoptaran la música negra. Estas

innovaciones que tenían su firma ayudaron al futuro desarrollo del rocanrol (que

también jugó un papel importante en la Guerra Fría). Su jovialidad y personalidad

carnavalesca no lo hacían menos comprometido con la causa social, lo que se

puede observar, por ejemplo, en su particular forma de relatar su concierto en el

Congo mientras era embajador del jazz: afirmaba que cuando llegó a tocar, la

guerra civil tras el asesinato de Lumumba se tomó un receso para deleitarse con

su música. También se justificó hablando sobre su trompeta y su música diciendo

que “una nota era una nota en cualquier lenguaje” cuando le preguntaron en el

Líbano el por qué de su futuro concierto en Israel. Sin embargo también demostró

su indignación con una fuerte carta al presidente Eisenhower, condenando su

ineficacia al no actuar tras el incidente de Little Rock30. El mismo incidente lo llevó

a rechazar convertirse en uno de los primeros embajadores del jazz31

A Duke Ellington lo precedía su fama, no solo por ser un excelente músico, sino

también por su posición política. Era una persona con una gran consciencia social,

muy orgulloso de la herencia afroamericana. Desde su ciudad natal, Washington

D.C., estuvo influenciado por un interés común en la historia negra y por los

músicos negros, por lo que creía que la música tenía la habilidad de expresar

sentimientos raciales. De ahí que buscara adaptar a su música elementos de la

música clásica32. A través de la forma en la que concebía sus obras, desafió al

racismo impuesto en Estados Unidos y a las normas tradicionales de composición

musical. Su intento por componer obras largas emulando las formas clásicas para

dar vía libre a la “expresión negra” es un claro ejemplo. Black, Brown, and Beige,

una larga composición que recogía partes de la historia negra de Estados Unidos,

Symphony in Black y Sepia Panorama daban argumentos para que el Duque

30

HERSCH, Charles. Subversive sounds: race and birth of jazz in New Orleans, óp. cit., p. 183-202. 31 BORSTELMANN, Thomas. The Cold War and the color line: American race relations in the

global arena. Estados Unidos: Harvard University Press, 2001. p.122. 32

PORTER, Eric. What is that thing called jazz? African American musicians as artists, critics, and activists. Los Angeles: University of California Press, 2002. p. 35-39.

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84

reuniera a los fanáticos del jazz, a las audiencias interraciales y a quienes estaban

en contra de Jim Crow, para que se unieran a su lucha por la unidad, la dignidad y

el progreso social33. A Ellington lo confundía la palabra “jazz” pues para él, el

género era “música negra”; creía que esta música tenía la capacidad de romper

las divisiones entre alta y baja cultura, entre expresiones folclóricas y populares, y

entre música americana y europea34. Como embajador del jazz (posición que

rechazó en 1963 por la tibia posición de Kennedy ante la situación racial) quiso

demostrar a sus espectadores las mejoras en su país en el tema de segregación

al dirigir una banda mestiza. Igualmente, su aceptación de los anhelos del

gobierno de llevar la democracia a otras partes del mundo le dio a su gira una

perspectiva positiva para éste. Sin embargo, era consciente de los impedimentos

que representaba el segregacionismo para el avance de su país, pues como dijo

en un artículo que escribió, la superioridad soviética en la carrera espacial, se

debía en parte a la inexistencia de segregación en dicho territorio35.

Dizzy Gillespie fue uno de los principales expositores del subgénero del jazz

nacido en los años 40, llamado bebop. A través de éste, Gillespie y otros lucharon

por su real aceptación como artistas profesionales en una época crítica de

segregación racial. Con las innovaciones que introdujeron al jazz (formatos más

pequeños, incremento en la dificultad armónica, rítmica y melódica, aumento en la

importancia de los solistas) buscaron situarse a la altura de “compositores

clásicos, dramaturgos, poetas, pintores y escultores36. La recepción de la

producción musical de este nuevo género que empezaba a popularizarse hacia los

años del fin de la Segunda Guerra Mundial, logró un cambio de percepción sobre

el lugar que debía ocupar la cultura afroamericana en Estados Unidos. Su

33

GAINES, Kevin. Duke Ellington, Black, Brown, and Beige, and the cultural politics of race. En: RADANO, Ronald & BOHLMAN, Philip V. (edit.) Music and the racial imagination. Chicago: The University of Chicago Press, 2000. p. 587-596. 34

PORTER, Eric. What is that thing called jazz? African American musicians as artists, critics, and activists, óp. cit.,p. 36-38. 35

VON ESCHEN, Penny M. Satchmo blows up the world: jazz ambassadors play the Cold War. Cambridge: Massachusetts, Harvard University Press, 2004. p.123-124. 36

GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 274.

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popularidad entre la población joven ayudó a elevar las demandas políticas

afroamericanas y sentó las bases de la llamada “contracultura”37. Fue por esto que

Gillespie como embajador del jazz dijo que él “no iba al extranjero a excusarse por

las políticas racistas de Estados Unidos”. Sin embargo contribuyó a cambiar la

percepción que en otros países se tenía sobre el racismo estadounidense. Para él,

el hecho de que un negro fuera el líder de una banda multirracial, era suficiente

para explicar que en su país, hechos como el linchamiento de negros era una

época pasada38.

3.1.3 El jazz en otros países. No caben dudas sobre el impacto que el jazz ha

tenido en países distintos a los Estados Unidos. Gioia hace un brevísimo recuento

del impacto que ha tenido el jazz en algunos países y para algunos músicos que

han incorporado y adaptado el género a su producción musical. Desde finales de

los 60, cuando el jazz se internacionalizó (se verá más adelante que esto ocurrió

unas décadas antes),el impacto se observó en países como Bulgaria y Turquía

con el híbrido entre el jazz y la música balcánica; en Escocia con el jazz para

gaita; en India con jazz para violín y tabla; en Noruega con la adaptación de la

música tradicional al jazz; en Brasil y Cuba donde la influencia del género es clara

en el bossa nova y el latin jazz; el jazz indígena en Sudáfrica39. Sin embargo, fuera

de los cambios en la cultura musical de algunos países, el jazz también ha

desempeñado un rol sociopolítico. En el caso de Checoslovaquia, por ejemplo, el

género floreció tras la ocupación nazi y sirvió como una herramienta de expresión

y oposición a la música y a la represión alemanas40. La historia particular de cada

caso puede ser bastante larga. Sin embargo, para cerrar con la información que se

ha recogido a lo largo de esta investigación se mencionarán algunos. En

37

PORTER, Eric. What is that thing called jazz? African American musicians as artists, critics, and activists, óp. Cit., p. 54-55. 38

BORSTELMANN, Thomas. The Cold War and the color line: American race relations in the global arena, óp. cit., p. 122. 39

GIOIA, Ted. Historia del jazz, óp. cit., p. 500-503. 40

TRUHLÁR, Antonin. A brief story of jazz in the heart of Europe. En: Jazz Notes [en línea]. (8 de abril de 1996). [consultado el 23 de dic. de 2011]. Disponible en http://www.jazzhouse.org/library/index.php3?read=truhlar1

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Sudáfrica, por ejemplo, el vaudeville ha sido desde la época del apartheid una

herramienta que ha cumplido con un rol sociopolítico importante, al jugar una carta

de “persuasión moral” que tenía el valor suficiente para demostrar a los colonos

que los negros eran dignos de un mejor trato en lo económico, lo social y lo

político. A diferencia del vaudeville clásico estadounidense, el sudafricano era

interpretado por negros, como en el caso de los Darktown Strutters, un grupo local

conocido en la década de 1940 y que cumplía su papel de “abreojos” y educador

para que tanto los negros como los blancos admiraran las bondades del

virtuosismo músico-teatral negro. Otro aspecto que logró reivindicar al negro en

Sudáfrica tenía que ver con el factor económico, pues con el paso del tiempo y el

espacio que ganaron los músicos sudafricanos, se empezó a formar una clase

social negra con riquezas materiales. Músicos como Reuben Caluza tuvieron la

oportunidad del país para grabar y vender discos en los que mostraban al mundo

su música en muchos casos influenciada por el ragtime y el swing; tras acumular

una pequeña fortuna se sentó un precedente importante para la historia del

apartheid. El jazz estuvo en Sudáfrica ligado a organizaciones de protesta como la

Unión de Trabajadores Comerciantes e Industriales (ICU, por su sigla en inglés),

las cuales promovían conciertos de jazz en sus propias salas de concierto. El valor

sociopolítico del jazz se incrementó cuando se empezaron a hacer fusiones con

elementos propios de la cultura musical, como el estilo marabi y la danza indlamu,

creando no solo un jazz africano o mbaqanga, sino también un espíritu

africanista41.

En el caso de la costa swahili, receptora desde hace miles de años de influencias

culturales, sociales, políticas y económicas de diferentes partes del mundo, se ha

convertido en una zona cosmopolita en donde también se desarrolló un tipo de

jazz. El género dansi, o jazz urbano, se desarrolló desde los años 40 cuando

41

BALLANTINE, Crhistopher. Music and Emancipation: The Social Role of Black Jazz and Vaudeville in South Africa between the 1920s and the Early 1940s. En: Journal of Southern African Studies. [en línea] Vol. 17, Nº 1 (marzo de 1991). p. 130-150. [consultado el 23 de dic. de 2011]. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/2637289

Page 90: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

87

Tanganica (más tarde parte de Tanzania) estaba en proceso de independencia.

Los músicos locales y el dansi, que recibió la influencia del swing y los ritmos

cubanos, funcionaron como medio para la “apropiación simbólica de poder y

capital cultural para probar su igualdad y habilidad para gobernarse a sí mismos

[…]”. Desde sus inicios, el género estuvo ligado a asuntos políticos; en la época

previa a la independencia de Zanzíbar (isla perteneciente a Tanzania), los

activistas políticos promovían eventos en los que se tocaba dicha música y

paralelamente se buscaba educar a la juventud en temas económicos y políticos.

En Dar es Salaam, por su parte, los músicos de dansi asociados a grupos pro-

libertad, funcionaban como distractores en momentos en los que los grupos tenían

reuniones42.

En Finlandia, el jazz que había llegado luego de la Gran Guerra gracias a los

alemanes, se desarrolló paralelamente entre la clase burguesa y la clase

trabajadora, siendo esta última la que a través de la ayuda de organizaciones

políticas de izquierda patrocinaba actividades de ocio en las que se hacía jazz con

instrumentos tradicionales como el acordeón. En los años 20, la sociedad

finlandesa llegó a sentirse fascinada con la cultura negra norteamericana, y

consideraba que ésta les había enseñado a ver que “la vida diaria americanizada

podía estar llena de ritmo, color y alegría”. Tras el fin de la Segunda Guerra

Mundial ocurrieron en Finlandia una serie de incrementos en las políticas

socialdemócratas que apoyaban la educación, los programas sociales y las artes;

de éstas surgieron movimientos sociales juveniles que compartían las ideas en pro

de los derechos civiles de los afroamericanos43.

42

ASKEW, Kelly M. As Plato Duly warned: music, politics, and social change in Coastal East Africa. En: Anthropolical Quarterly. [en línea]. Vol. 76, Nº 4 (otoño, 2003). p. 611-629. [consultado el 23 de diciembre de 2011]. Disponible en http://www.jstor.org(stable/3318282 43

AUSTERLITZ, Paul. Jazz consciousness: music, race and humanity. Middletown, Connecticut: Wesleyan University Press, 2005. p. 124-145.

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88

En la Unión Soviética, los africanos y afroamericanos que llegaron a Rusia tras los

planes de intercambio educativo que se implementaron, además de tener menos

restricciones que la población nacional en cuanto a la posibilidad de expresar su

descontento con el sistema (muchos no estaban de acuerdo con la ideología

soviética), insertaron en la población ideas y costumbres occidentales ligadas a la

libertad; entre ellas, estaba el escuchar jazz. La fascinación de los estudiantes

rusos frente al género era evidente, y se interesaron por las raíces históricas de

éste. Las sesiones en las que se oía jazz sirvieron para crear lazos de

camaradería más allá de lo ideológico entre soviéticos, estadounidenses y

africanos. Esto funcionó para dar comienzo a movimientos contraculturales en la

URSS44.

3.2 CONCLUSIÓN

Ubicándonos en un punto intermedio entre Nye y las teorías de las relaciones

internacionales referidas en el primer capítulo, se puede cerrar esta sección del

trabajo resaltando la importancia del jazz como poder blando en Estados Unidos.

Si bien para Nye el hecho de que los valores y la cultura hacen parte del poder

blando de una nación, el desarrollo de su concepto no busca evocar los procesos

mediante los cuales éste se constituye. Por otro lado, el desarrollo de las teorías

de las relaciones internacionales durante la Guerra Fría (incluido el

transnacionalismo, del mismo Nye), permite entender la entrada en escena de

nuevos actores en la arena internacional. Y para la labor del analista, la referencia

a la teoría sistémica genera herramientas para integrar aspectos distintos a los

comúnmente remitidos en la historia de la Guerra Fría.

Es así como se afirma que la historia del jazz, no solo como música sino como

todo un movimiento cultural, reivindica su valor. Dicho valor puede ser entendido

44

MATUSEVICH, Mazim. Black in the U.S.S.R. En: Transition [en línea]. Nº 100 (2008), p. 69-71. [consultado el 23 de dic. de 2011]. Disponible en http://www.jstor.org/stable/20542541

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89

de varias formas. Como se vio en la historia de los inicios del jazz, funcionó como

un instrumento para que los negros, los criollos, e inclusive algunos blancos

protestaran en principio contra la esclavitud y luego en pro de los derechos civiles.

Paralelamente sirvió para crear lazos de fraternidad entre estadounidenses, algo

que seguramente fue percibido por los receptores de la diplomacia del jazz. Al

conjugarse la historia particular de cada embajador del jazz con la oportunidad de

salir al extranjero a dar a conocer su música, se logró no solo internacionalizar

esta expresión cultural norteamericana, sino que además se encontró un camino

para llevar a la arena internacional un elemento que siempre ha estado ligado al

jazz: la libertad. A pesar de la situación interna de Estados Unidos, la constante

referencia a la libertad que tuvo esta música sirvió a los distintos gobiernos

estadounidenses como una herramienta en un periodo en el cual la expansión del

área de influencia dependía en gran parte de la aceptación de dicho elemento de

libertad.

Aunque es difícil ponderar hasta qué punto el jazz hizo parte de las luchas por la

libertad en algunos países durante la segunda mitad del siglo XX, los pocos

ejemplos que se escogieron revelan que esta música lleva consigo un mensaje en

contra de la represión y en pro de la fraternidad.

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90

CONCLUSIONES

La diplomacia del jazz fue un fenómeno que no puede desligarse de la historia de

la Guerra Fría. Si bien hoy en día Estados Unidos sigue apoyando esta iniciativa,

no tiene la importancia que tuvo en los años estudiados. La abolición de la USIA

unos años después del colapso de la Unión Soviética es prueba de esto. La

peculiaridad de la iniciativa de la diplomacia del jazz generó las inquietudes que

dieron forma a esta investigación. Es por esta razón que el texto se mueve entre la

teoría y la historia.

Sin embargo, no se buscó con esta investigación dar una explicación completa y

profunda sobre los elementos aquí tratados. El poder blando y la diplomacia

pública son mucho más complejos que lo que Nye y otros autores citados

observan. Cada país, dada su situación interna, tiene poderes intangibles de

distinta naturaleza, que para efectos de análisis deben ser extensos e

interesantes. Además, cada gobierno los usa de manera distinta, por lo que no se

puede con el ejemplo de la diplomacia del jazz entender en su totalidad los

procesos por medio de los cuales la diplomacia pública se formula y se

implementa. No se pretende tampoco entender con la diplomacia del jazz la

Guerra Fría cultural, pues solo se analizó una de muchas iniciativas

estadounidenses, dejando de lado no solo las otras, sino las llevadas a cabo por la

URSS, y por los otros muchos países que estuvieron implicados en la Guerra Fría.

Se espera que esta investigación se aprecie solo como un pequeño aporte a una

extensa área del conocimiento y del análisis de situaciones internacionales, así

como a un periodo histórico que está lejos de perder su vigencia.

Con el marco teórico y la evidencia en los siguientes capítulos se logró resaltar la

relación que existe entre individuo como modelo de las relaciones internacionales

y como actor de éstas. Gracias a las concepciones de algunos como Platón y

Page 94: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

91

Aristóteles, complementadas por Hobbes, Kant, Grocio y Weber se estableció que

el Estado, el cual históricamente ha sido el principal actor de las relaciones

internacionales, actúa de manera similar al individuo cuando se relaciona con

otros. Ya que las relaciones de estos varían entre el conflicto y la cooperación, se

entiende que en el caso de la Guerra Fría hubieran surgido iniciativas pacíficas

entre Estados Unidos y la Unión Soviética. De la misma manera, que la diplomacia

del jazz hubiera sido usada como una herramienta de política exterior en un

periodo de tanto peligro para la seguridad nacional estadounidense.

Por otro lado, el marco teórico sentó una base para reconocer a los embajadores

del jazz como actores gubernamentales y no gubernamentales en el sistema

internacional. Esto se evidenció en el relato histórico al resaltar que los

embajadores del jazz promovieron la internacionalización de los valores

“universales” estadounidenses de libertad y democracia. Sin embargo actuaron de

manera individual al buscar apoyo internacional para la lucha que llevaban a cabo

en pro de los derechos civiles en Estados Unidos, y al solidarizarse con las luchas

antisegregacionistas en otros países. Las referencias a las olas de globalización

que se han sucedido permiten concluir que los avances tecnológicos, en especial

en comunicaciones sirvieron de herramienta para la internacionalización de dichos

actores.

Dichas referencias a la globalización permiten también resaltar el valor que tiene el

jazz y todo el movimiento cultural a su alrededor, como poder blando. La historia

del jazz, con raíces en los diálogos interculturales euro-africanos del siglo VIII

recibió un impulso con el descubrimiento de América. Si estos hechos se

relacionan con lo que Nye y otros comprenden como poder blando, se entiende el

inmenso valor de dicha música y su potencial como herramienta en la Guerra Fría.

La diplomacia del jazz es un ejemplo real que evidencia el logro de los resultados

que se esperan obtener con un plan de diplomacia pública, como el

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92

establecimiento de una vía en dos sentidos que permita el diálogo intercultural, y

el conocimiento y la adopción de otras culturas. Además, según lo relatado en los

dos últimos capítulos funcionó para desarrollar planes de política exterior que el

Departamento de Estado de Estados Unidos reconoce como importantes como: la

creación de cimientos de confianza con otras personas, el llevar un mensaje no

solo a las élites sino al ciudadano común, demostrar la existencia de valores en

Estados Unidos, y lograr el otorgamiento del beneficio de la duda ante políticas

domésticas e internacionales del país.

En cuanto a las teorías de las relaciones internacionales que se mencionaron en el

marco teórico, la diplomacia del jazz sirve para complementar o modificar

(depende de cómo se mire) a la visión realista. La complementa si nos remitimos a

la clasificación del poder que hace el realista británico H.E. Carr en 1939: poder

económico, poder militar y poder sobre la opinión1.

Dicho poder sobre la opinión puede ejercerse de manera más efectiva si no solo

se usa el poder duro. Por otro lado, la modifica si se tiene en cuenta que con el

transnacionalismo de Keohane y Nye se admite la aparición de nuevos actores en

el sistema internacional diferentes de los Estados. También por tener el

transnacionalismo una imagen del mundo en la que los Estados no son “bolas de

billar” impenetrables y que impiden el contacto entre culturas de diferentes

naciones. Finalmente, porque comprende al Estado como un actor fragmentado

en el cual los procesos internos (sociales, económicos, políticos) pueden afectar el

comportamiento de éste en la arena internacional.

Finalmente, la importancia de la diplomacia del jazz se entiende si se hace

referencia al contexto internacional tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Que

esta iniciativa pasara por un Oriente Medio con crisis petroleras, por un Sudeste

1 NYE, Joseph S. Soft Power: the means to success in world politics. Nueva York: Public Affairs,

2004. p. 8.

Page 96: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

93

Asiático cercano a regímenes comunistas, un África en revolución, una América

Latina con dictaduras, una Europa receptora de ideas de izquierda, y hasta por la

misma Unión Soviética, demuestra la seriedad del plan. Las giras se realizaron en

momentos de tensión en cada zona a la que llegaron, lo que demuestra la no

aleatoriedad de las mismas.

Page 97: LA DIPLOMACIA DEL JAZZ: UNA HERRAMIENTA DE POLÍTICA ...

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