La Eficacia Del Qigong

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LA EFICACIA DEL QIGONG COMO TERAPIA Entrevista a Ma Xuzhou Teresa Rodríguez La Dra. Ma Xuzhou es especialista en tratamientos de enfermedades oftalmológicas a través del Qigong. Tanto su padre como ella han contribuido a la investigación y elaboración de un método específico que trata las dolencias oculares de todo tipo. Como apoyo a su labor médica emplean además como herramientas los ejercicios de Qigong tradicional de los 6 sonidos terapéuticos y el lavado de médulas. Ma Xuzhou desgrana en esta entrevista algunos momentos de su vida personal, acercándonos a la figura de su padre, muy importante para ella, y también a los motivos que la impulsaron a investigar en el campo de las afecciones oculares. Usted es hija de Ma Litang, un eminente médico tradicional y también gran luchador, a quien parece admirar mucho. ¿Podría hablarnos de su trayectoria? Mi padre nació en la provincia de Hebei, que es muy conocida debido al gong fu que se practica allí. Existen diversos estilos de wushu que han nacido en este lugar y todos son muy populares. La raíz del gran desarrollo de estas disciplinas podemos encontrarla en la China antigua, ya que hubo un famoso emperador que durante su reinado promovió la creación de numerosos gimnasios en esta región para que todo el que quisiera pudiese entrenar wushu. Gracias al apoyo imperial pudieron darse las condiciones adecuadas para que estas prácticas evolucionasen, y por eso llegaron a formarse estilos muy diferentes, cada uno con sus características particulares. Dentro de esta provincia muchos de ellos tuvieron como origen la ciudad de Zan Zhou, así que mi padre, como tantos otros, de pequeño practicaba gong fu.

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el qigong es una terapia que tiene muchas controversias en este articulo se aclaran su eficacia

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LA EFICACIA DEL QIGONG COMO TERAPIA

Entrevista a Ma Xuzhou

Teresa Rodríguez

La Dra. Ma Xuzhou es especialista en tratamientos de enfermedades oftalmológicas a través del

Qigong. Tanto su padre como ella han contribuido a la investigación y elaboración de un método

específico que trata las dolencias oculares de todo tipo. Como apoyo a su labor médica emplean

además como herramientas los ejercicios de Qigong tradicional de los 6 sonidos terapéuticos y

el lavado de médulas. Ma Xuzhou desgrana en esta entrevista algunos momentos de su vida

personal, acercándonos a la figura de su padre, muy importante para ella, y también a los

motivos que la impulsaron a investigar en el campo de las afecciones oculares.

Usted es hija de Ma Litang, un eminente médico tradicional y también gran luchador, a quien

parece admirar mucho. ¿Podría hablarnos de su trayectoria?

Mi padre nació en la provincia de Hebei, que es muy conocida debido al gong fu que se practica

allí. Existen diversos estilos de wushu que han nacido en este lugar y todos son muy populares. La

raíz del gran desarrollo de estas disciplinas podemos encontrarla en la China antigua, ya que hubo

un famoso emperador que durante su reinado promovió la creación de numerosos gimnasios en

esta región para que todo el que quisiera pudiese entrenar wushu. Gracias al apoyo imperial

pudieron darse las condiciones adecuadas para que estas prácticas evolucionasen, y por eso

llegaron a formarse estilos muy diferentes, cada uno con sus características particulares. Dentro

de esta provincia muchos de ellos tuvieron como origen la ciudad de Zan Zhou, así que mi padre,

como tantos otros, de pequeño practicaba gong fu.

Cuando tenía 15 años se puso enfermo de tuberculosis y

vomitaba gran cantidad de sangre. En aquella época en China no existían apenas medicinas que

tratasen este tipo de enfermedad. Entonces mi abuela decidió llevarle a un gran maestro de

Qigong que estaba enseñando en Hebei para que le mostrase los ejercicios que trataban esta

enfermedad. En aquel tiempo las personas eran más bien pobres y aprender así suponía que mi

padre tenía que salir muy temprano de casa e ir cargado todo el día con una mochila donde

llevaba su comida y bebida, y pasaba casi toda la jornada fuera. Estuvo trabajando a diario con

este maestro durante seis meses y después de este tiempo volvió a tener un buen color en la cara

y comenzó a recuperarse satisfactoriamente. Después de vivir esta experiencia mi padre sintió un

gran interés por el Qigong.

De pequeño era un niño muy inteligente. Con 7 años de edad escribía las recetas de las medicinas

que prescribía a sus pacientes un médico tradicional chino que era ciego. Mi padre le ayudaba, era

muy aplicado y le gustaba hacer bien sus tareas. En la práctica de wushu aprendía tambien muy

deprisa y alcanzó pronto un nivel muy alto, superando a muchos luchadores locales. Tenía una

capacidad muy grande para absorber todo lo que le enseñaban. Con apenas veinte años fundó un

gimnasio en el norte del país que con el tiempo llegó a ser muy conocido. Estudió medicina

tradicional y cuando tenía alrededor de veinticuatro años ya daba clases de Qigong en los

hospitales y también trataba a sus pacientes con los métodos tradicionales de la medicina. Alcanzó

una gran reputación en su trabajo, ya que poseía un profundo conocimiento de la cultura china y

esto hizo que tuviese la oportunidad de conocer a personas eminentes dentro del taoísmo y el

budismo que llegaron a ser amigas suyas.

En 1932 comenzó a trabajar en un hospital para tratar a las personas mayores. En ese momento

enseñaba a sus pacientes el Qigong de las 6 sílabas y el lavado de médula. Trabajó con estos

métodos y contribuyó a mejorarlos al integrar en ellos los conocimientos que provenían de su

experiencia en el campo de la medicina tradicional. Y a pesar de su gran dedicación a su labor

como médico aún encontró tiempo para continuar practicando el boxeo. En este momento de su

vida era muy difícil vencerle como luchador. En el año 1958, tras la Revolución Cultural, se

organizó por primera vez el Campeonato Nacional de Wushu, competición que ha perdurado hasta

nuestros días. Fue a partir de esta fecha cuando comenzó a escribir sobre todo lo concerniente al

Qigong para la preservación de la salud. Además, estuvo al frente del primer programa de

televisión que se realizó en mi país para enseñar a la gente a practicar Qigong y publicó artículos

con regularidad en los periódicos más importantes. En este sentido fue un pionero en los medios

de comunicación al explicar cómo cualquier persona podía practicar wushu y preservar su salud.

Usted ha seguido los pasos de su padre y actualmente contribuye al desarrollo de los

conocimientos que él le ha transmitido. ¿Cuándo decidió estudiar con su padre?

Empecé a aprender con él los primeros movimientos de Qigong a los cinco años, como tenía el

profesor en casa no necesité acudir a ninguna escuela. Mi padre se levantaba todos los días a las

tres y media de la mañana para entrenar. Yo tengo tres hermanos que entonces eran muy poco

disciplinados, y cuando mi padre venía a buscarles para ir al entrenamiento ninguno le seguía y se

quedaban en la cama durmiendo. Así que me tocaba a mí levantarme a esa hora, porque de

pequeña yo era una niña muy buena y si mi padre me decia que había que hacer algo, lo hacía.

Para ser sincera tengo que decir que no me apetecía demasiado ir tan temprano a practicar con mi

padre, pero tenía que hacerlo de todos modos.

A mí no me gustaba mucho entrenar, pero cuando fui un poco más mayor un día participé en una

gran exhibición que se celebró en Beijing y cuando acabé mi actuación me aplaudieron muchísimo.

Me puse tan contenta que le cogí el gusto a eso de practicar. Tenía 12 años y antes de salir me

maquillaba muy bien y me vestía con trajes muy bonitos, y cuando todo el mundo me aplaudía me

sentía realmente felíz. Después de este descubrimiento iba a todas las exhibiciones que podía, y

allí donde se programaba una me apuntaba enseguida para participar. Pero cuando llegó la edad

de ir al instituto mi madre no quiso que entrenase tanto porque pensaba que debía concentrarme

más en los estudios para poder ir después a la universidad. Se necesita mucho tiempo para

entrenar y mantener un buen nivel, así que tuve que elegir. Continué practicando durante mis

años de estudiante, incluso en la época de la universidad, pero con una intensidad mucho menor.

Desde el principio me interesó la medicina, algo que me viene de familia porque como he dicho

antes mi padre era médico tradicional chino y mi madre también ejercía la medicina, pero

utilizando los métodos occidentales. Yo quería hacer enfermería, pero en aquellos tiempos en

China esta carrera no gozaba de tanto prestigio como la de medicina, así que mis padres me

convencieron para que estudiase esta última. Cuando terminé mis estudios comencé a trabajar en

el hospital de mi madre.

Usted es muy conocida por haber creado un método de Qigong específico para todo tipo de

problemas oftalmológicos, con el que los pacientes pueden obtener muy buenos resultados

clínicos. ¿Qué le impulsó a investigar y elaborar este sistema?

Tuve un hijo que a los cinco años se clavó una varilla metálica en el ángulo externo del ojo y perdió

la vista. Después de intervenirle quirúrgicamente la hemorragia existente no se había absorbido y

el consejo de los médicos fue extirpar el globo ocular para evitar el riesgo de contraer una

infección grave. Mi padre y yo decidimos tratar de salvarle el ojo y ayudarle a recuperar la visión

con remedios provenientes de la medicina tradicional china y también con la práctica de ejercicios

de Qigong. Por entonces yo había comenzado a estudiar la especialidad de oftalmología. Como

madre vivir la experiencia de que tu propio hijo pierda la vista de un ojo es algo muy duro. Me

sentía muy afligida y preocupada, y en mi interior experimentaba el impulso de hacer algo al

respecto. Todos los días mi padre y yo nos encargábamos de que mi hijo realizase los ejercicios de

Qigong para los ojos y que tomase las prescripciones que provenían de la medicina tradicional.

Después de un año y medio aproximadamente mi hijo comenzó a percibir una leve claridad en el

ojo y a los dos años de tratamiento la hemorragia se había absorbido por completo. Tuvieron que

transcurrir cinco años más hasta que pudo recuperar la vista en su totalidad. Ahora que hablo de

esto puedo hacerlo de forma relajada, pero durante los ocho años que tardó en recuperarse sufrí

mucho. Mi hijo aún tiene una cicatriz, pero en la actualidad puede pilotar barcos, algo que le

apasiona, lo que significa que su vista está realmente bien.

Después de esta experiencia me invitaron a un programa de la televisión china para explicar el

método de Qigong para los ojos y también los remedios de medicina tradicional que empleamos

en la sanación de mi hijo. Tras la emisión de este programa se produjo una verdadera avalancha

de personas que querían venir a mi consulta para que las tratase, y ya puedes imaginarte lo que

eso significa en un país como China. Hasta mi hijo bromeaba conmigo diciéndome que había

utilizado su imagen para hacerme popular.

Este sistema ha surgido de la experiencia clínica de mi padre y de la mía propia. Todos los años

unos setenta pacientes recuperan la vista gracias a este martillo. Con él es posible lograr alguna

mejoría o incluso encontrar la solución a muchas dolencias que actualmente la medicina alopática

no puede tratar. Hablamos de problemas graves como puede serlo cualquier tipo de pérdida de

visión, degeneración macular, etc. Los casos de miopía o hipermetropía, por ejemplo, son más fácil

de tratar.

¿Cuál es la función de este martillo y cómo lo utilizan?

Creamos el martillo a partir de otro que ya existía en la medicina tradicional china y que era eficaz

para tratar todo tipo de patologías. Mi padre le cambió una pieza y lo adaptó para lograr una

acción más específica sobre los ojos. Con él golpeamos ciertos puntos de acupuntura, de forma

que hacemos que la sangre y el qi acudan a la zona. Mi marido siempre me acompaña durante los

tratamientos porque para hacerlos de manera correcta son necesarias dos personas que golpeen

simultáneamente la rama derecha e izquierda de cada meridiano que nos interesa. Cuando

hacemos el tratamiento con el martillo no golpeamos sobre la cabeza, realizamos la percusión en

el cuerpo utilizando puntos distales.

Si un paciente recibe tratamiento ¿cada cuánto tiempo debe acudir a la clínica?

No hace falta tratarse todos los días, con una vez en semana es suficiente. Pero si necesitamos que

los pacientes se traten en casa les explicamos los puntos que deben estimularse y además se los

dibujamos en el cuerpo para que puedan percutirse ellos mismos en el lugar correcto. Aun así

deberán acudir a consulta cada semana para que podamos volver a evaluar su estado y decidir si

tenemos que introducir o no alguna variación en el tratamiento.

En Italia traté a un niño de tres años con un fuerte temblor de los ojos, psoriasis y un problema en

la sangre. Actualmente no existe solución en la medicina alopática para el problema de los ojos y

de la sangre que él tenía, e incluso un médico le había dicho a sus padres que no albergaran

demasiadas esperanzas de que sobreviviese. Hoy día tiene siete años, su madre le hace el

tratamiento a diario y tanto la afección de la piel como la de la vista han mejorado de forma

notable. En mi experiencia clínica existen muchos casos como este.

¿Cómo plantea una consulta para un paciente que va a verle para tratarse mediante los

ejercicios de Qigong?

Para evaluar el estado de salud de un paciente me gusta hacer una integración de las dos

medicinas, oriental y alopática. Para mí es muy importante atender a los dos puntos de vista.

Normalmente hago un historial clínico completo según la medicina occidental, solicitando

analíticas o radiografías si son necesarias, y después paso el diagnóstico a los conceptos de la

medicina tradicional china. De este modo decido qué es lo que necesita cada persona. En general

los oculistas suelen enviarme a sus pacientes, yo realizo una evaluación del problema, aplico un

tratamiento y después se los vuelvo a enviar para que ellos puedan realizarles un exámen

completo y así determinar el grado de mejoría que tiene el paciente. Para conocer la eficacia del

método aplicado me apoyo en los resultados clínicos y científicos.

¿Podría explicarnos algo más de su método de Qigong para los ojos? Si posee algunas etapas

determinadas, algunos movimientos específicos, etc...

Dependiendo de la parte del ojo que esté más afectada podemos centrarnos en un órgano y un

meridiano concreto. Por ejemplo, los párpados pertenecen al bazo, el ángulo interno y externo

corresponden al corazón, la parte blanca es reflejo del pulmón, el iris pertenece al hígado y la

pupila al riñón. A través de esta teoría y tratando a los órganos implicados es posible llegar a

solucionar las enfermedades oculares. Este tipo de Qigong es muy sencillo, puede aprenderse en

dos horas. No hay niveles, ni etapas, ni nada. Hasta un niño puede aprenderlo.

Cuando regresé a China después del periodo que viví en Italia el gobierno chino me propuso

enseñar este método al pueblo. Lo hice y llegaron a aprenderlo 300 millones de personas. La vista

es muy importante no sólo en el ámbito personal, sino también en el laboral, y por eso nuestros

gobernantes creen que es vital mantener sana a la población. Actualmente puedo salir del país,

pero sin permanecer demasiado tiempo fuera de él. En China éramos muy conocidos debido a los

programas de televisión y los artículos en los periódicos y en el gobierno me decían que la gente

me buscaba y no me encontraba por ninguna parte.

Usted trabaja frecuentemente con niños ¿cómo se las arregla para que logren mantener la

mente tranquila y realicen las concentraciones que se les pide durante los ejercicios?

En general los niños chinos son muy obedientes. En cambio, a los niños occidentales les gusta que

estén muy pendientes de ellos. Así que les abordo con movimientos que les hagan sentirse

atendidos y que puedan captar su atención hacia las zonas que tenemos que trabajar. Enseño a los

niños paso a paso, pero antes de mostrarles el Qigong les hago el tratamiento con el martillo, que

es muy agradable, y lo planteo como un juego. Primero les pido que miren a un punto, que lo

enfoquen y después del tratamiento les hago que lo vuelvan a mirar y observen si descubren algún

cambio. La vista es algo muy sensible y todos notan enseguida variaciones en ella. Juego con ellos,

estimulo su curiosidad y les implico activamente en lo que estamos haciendo. Después les enseño

los ejercicios.

Me gustaría que nos explicase el papel que juega una correcta alimentación en la salud ocular.

Como hemos dicho antes, los ojos tienen una relación directa con ciertos órganos, y si éstos no

están bien alimentados la vista se resentirá. Un niño debe nutrirse bien para que su energía esté

plena. Hay niños que normalmente tienen mala digestión, comen poco o sufren diarrea a menudo.

Todos estos problemas pueden llegar a repercutir en la visión. Lo primero que tienen que hacer es

mejorar la función del sistema digestivo y al absorber los nutrientes que les faltan su vista

mejorará sólo con eso. Tuve el caso de un niño con hipertensión ocular y sin ningún otro síntoma

salvo estreñimiento. Regulamos su sistema digestivo para solucionar el estreñimiento y en cuanto

esto se produjo se equilibró también la tensión ocular. Por eso es muy importante cuidar lo que

comemos. La salud de los ojos es primordial, si hay alguna dolencia que se manifiesta en ellos,

seguro que existe algún problema en un órgano interno.

Para finalizar, en sus cursos habla de la importancia de abrir el corazón para disfrutar de un

estado emocional libre y sano. ¿Podría hablarnos más de esto?

Es muy importante estar relajados y soltar el corazón para percibir los sentimientos que tenemos.

Además es vital que cuando hagamos cualquier cosa la hagamos con gusto, porque de lo contrario

estaremos generando bloqueos de todo tipo. Tenemos que estar abiertos a todo lo que hacemos y

realizarlo amorosamente. Por eso cuando viajo a cualquier lugar para impartir un curso siempre

enseño desde mi ser más profundo e intento dar todo lo que una persona puede aprender en ese

momento, porque si alguien se beneficia con ello, yo también lo hago. Mucha gente en China me

pregunta por qué revelo mi método de forma tan abierta y piensan que es algo que debería

guardar. A veces alguien viene, aprende mis ejercicios y después ya no vuelvo a verle más. Creo

que eso está bien, porque así se abre un espacio para conocer a nuevas personas. Para un médico

lo más importante es que los pacientes sanen, que puedan mantener por sí mismos un buen

estado de salud y que no tengan que volver a visitarme. Esa es la mejor contribución que uno

puede hacer y el mejor pago que puede obtener.

Traducción del chino al español: Alberto Pinho

Fotografías: Teresa Rodríguez

Teresa Rodríguez es diplomada en Medicina Tradicional China y profesora de Qigong. Dirige

grupos en España, Francia, Italia y Chile dedicados al Camino de la Mujer. Creadora de Tao

Danza es bailarina en contextos meditativos y conciertos por la paz.

[email protected]

www.taodanza.com

Tomado de www.taichichuan.es