La empatía a la luz de la fenomenología - data.over...

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Julio-Diciembre 2015 O26 rev.latinoam.bioet. / ISSN 1657-4702 / Volumen 15 / Número 2 / Edición 29 / Páginas 26-41 / 2015 Ensayo de investigación y reflexión realizado en el curso de un seminario de fenomenología con el profesor Luis Flores, segundo semestre 2014. Estudiante de doctorado en Filosofía, de la Universidad Pontificia Católica de Chile, Santiago de Chile. Correo electrónico: [email protected] * ** Fecha de aceptación: mayo 18 de 2015 Fecha de evaluación: abril 18 de 2015 Fecha de recepción: marzo 12 de 2015 Cécile Furstenberg ** La empatía a la luz de la fenomenología: perspectivas en el contexto del cuidado * THE EMPATHY TO THE LIGHT OF PHENOMENOLOGY: PERSPECTIVES IN THE CARE CONTEXT A EMPATIA, À LUZ DA FENOMENOLOGIA: PERSPECTIVAS NO CONTEXTO DO CUIDADO

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    rev.latinoam.bioet. / ISSN 1657-4702 / Volumen 15 / Nmero 2 / Edicin 29 / Pginas 26-41 / 2015

    Ensayo de investigacin y reflexin realizado en el curso de un seminario de fenomenologa con el profesor Luis Flores, segundo semestre 2014.Estudiante de doctorado en Filosofa, de la Universidad Pontificia Catlica de Chile, Santiago de Chile. Correo electrnico: [email protected]

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    Fecha de aceptacin: mayo 18 de 2015Fecha de evaluacin: abril 18 de 2015Fecha de recepcin: marzo 12 de 2015

    Ccile Furstenberg**

    La empata a la luz de la fenomenologa:perspectivas en el contexto del cuidado*

    THE EMPATHY TO THE LIGHT OF PHENOMENOLOGY:

    PERSPECTIVES IN THE CARE CONTEXT

    A EMPATIA, LUZ DA FENOMENOLOGIA: PERSPECTIVAS NO CONTEXTO DO CUIDADO

  • LA EMPATA A LA LUZ DE LA FENOMENOLOGA: PERSPECTIVAS EN EL CONTEXTO DEL CUIDADO / Ccile Furstenberg

    rev.latinoam.bioet. / ISSN 1657-4702 / Volumen 15 / Nmero 2 / Edicin 29 / Pginas 26-41 / 2015

    RESUMEN

    SUMMARY

    RESUMO

    Palabras clave

    Keywords

    Palavras-Chave

    As relaes intersubjetivas so complexas e interessam-lhes para diferentes reas de estudo, desde as cincias, a filosofia, a tica, a psicologia, a sociologia at a poltica. A empatia um termo frequentemente usado nas diferentes reas, embora o seu significado e as suas caractersticas tenham aceitaes variadas. Em primeiro lugar, apresentara-se a origem a emergncia da noo de empatia na filosofia e especial-mente em fenomenologia; em segundo lugar, vai ser descrita no campo da sade seu interesse mostrando como emerge, define e surge entre os conceitos de cuidado e de solicitude. Finalmente, ser mostrada a contribuio possvel da filosofia para enriquecer as reflexes em contextos de cuidados a partir do relato e da anlise de uma situao anterior que experimentei em minha prtica como enfermeira.

    The intersubjective relations are complex and are interested in different fields of studies from Sci-ences to Philosophy, Ethics, Psychology, Sociology to Politics. The empathy is a term frequently used in different fields though its sense and its characteristics have varied acceptances. In first place, it will be presented the origin and the emergency of empathy notion in philosophy and especially in phenomenolo-gy. In second place, it will be described in healths field its interest showing as it is outlined, defined and aroused between the concept of care and of solicitude. Finally, it will be proved the possible contribu-tion of philosophy to enrich the reflections in contexts of care from short stories and the analysis of a previous situation lived in my practice as a nurse.

    Las relaciones intersubjetivas son complejas y les interesan a distintos campos de estudios, desde las ciencias, la filosofa, la tica, la psicologa, la sociologa hasta la poltica. La empata es un trmino frecuen-temente utilizado en los distintos campos, aunque su sentido y sus caractersticas tengan aceptaciones variadas. En primer lugar, se presentar el origen y la emergencia de la nocin de empata en filosofa y especialmente en fenomenologa; en segundo lugar, se describir en el campo de la salud su inters mos-trando cmo se perfila, define y surge entre los concepto de care y de solicitud. Finalmente, ser mostrado el aporte posible de la filosofa para enriquecer las reflexiones en contextos de cuidado a partir del relato y del anlisis de una situacin anterior vivida en mi prctica como enfermera.

    Fenomenologa, Einflhung, intersubjetividad, cuidado de salud, tica.

    Phenomenology, Einflhung, intersubjectivity, healthcare, ethics.

    fenomenologia, Einflhung, intersubjetividade, cuidados de sade, tica.

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    Cmo citar: Furstenberg, C. (2015). La empata a la luz de la fenomenologa: perspectivas en el contexto del cuidado. En: Revista Latinoame-ricana de Biotica, 2(29), 26-41.

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    INTRODUCCIN

    En la Antigedad Aristteles define a los hombres como animales polticos. Las relaciones interhumanas constituyen la trama de su existencia y forjan la vida en so-ciedad. La amistad (-) es una virtud o algo acompa-ado de virtud, y adems es lo ms necesario en la vida (Aristteles, 1985, p. 323). La virtud es propia del hombre, es adquirida por hbito y se ejerce. La amistad no solo es necesaria sino tambin hermosa, sin ella nadie querr vivir. Se aparenta con la benevolencia (-) de la cual, a su vez, se distingue. Las relaciones se hilvanan con el tiempo y sufren las vicisitudes de las pasiones humanas, de las pruebas del tiempo y contexto, localizaciones geogrficas divergentes, se modulan, pero permanecen presentes en el entramado de las existencias humanas. La simpata en su etimologa griega significa : con; : experiencia, afeccin, dolencia, sufrimiento. En el siglo IV a.C., fue un trmino utilizado en medicina y en filosofa, y fue la afec-cin de una cosa por otra. Se encuentra en la seccin VII de algunos efectos de la simpata de Los problemas (2004, pp. 136, 141) de Aristteles, ejemplos como el efecto del bostezo sobre otra persona, efectos de algunos ruidos sobre los sentidos, etc. Si la autenticidad del tratado puede ser planteada, las reflexiones no dejan de ser de esta poca. Junto a la simpata se asociaba la nocin de

    unidad cuando se refera a las relaciones entre cuerpo y alma, el impacto de una dolencia fsica sobre el alma, por ejemplo, o la transmisin de una enferme-dad o el contagio cuando se refera a algo exterior y su efecto en el humano. La palabra simpata con

    el tiempo deriv hacia la expresin de una comunicacin afectiva, un sentimiento de agrado en el compartir con otro. La compasin etimolgicamente viene del latn (com: con y passio: sufrir) y no es ms que la traduccin de la palabra griega de simpata. Sin embargo, el significado de compasin se ha distinguido, con el tiempo, claramente de la simpata. La compasin es el sentimiento por el cual uno es llevado a percibir o sentir el sentimiento del otro y es movido para remediarlo. El ejemplo de Antgona en la tragedia de Sfocles relata una actitud compasiva que se traduce por la decisin de sepultura del cuerpo de su her-mano Polinices contra las decisiones de Creonte. En efec-to, prohibi para l un entierro digno por haber traicionado a su patria. El trmino de empata por su etimologa viene del griego : en y . Se encuentra en la antigedad la utilizacin del adjetivo y en la obras de Aristteles

    y Plutarco se traduce por mu, afect, passionn, forte-ment affect (Magnien y Lacroix, 1969, p. 36); adems, se perfila entre los trminos de simpata y compasin. Este trmino reaparece tardamente con un sentido que se esculpi en el mbito de la filosofa y de las ciencias. El tr-mino de empata fue utilizado por Robert Vischer en 1873 en alemn Einfhlung, sentido desde el interior en su tesis de doctorado ber das optische Zeitgefhl (Vischer, 1873) para designar la empata esttica, el modo de relacin de un sujeto con una obra de arte que permite acceder a su sentido. El concepto fue reutilizado por Lipps en filosofa del espritu y desarrollado por Husserl en fenomenologa como modo de expresin de las relaciones intersubjeti-vas. Husserl used the term Einfhlung in a very broad way to refer not merely to emotional but all cognitive and experimental states of the other. Husserl uses the Ger-man sich einfhlen which is a reflexive verb that literally means to feel ones way into (Husserl, 2012, p. 95). El psiclogo Titchener tradujo el trmino de Einfhlung por empathy en 1909. En las ciencias mdicas, la empata fue privilegiada en el mundo laico respecto de la compasin que tena una connotacin teolgica marcada. Segn Kit-wood (1997, pp. 129, 130), la empata ofrece una percep-cin y sensibilizacin de lo vivido por el otro y tiene que ser ponderada por un buen conocimiento de s para evitar la proyeccin, adaptar la accin al contexto. A su vez, en el mbito de las neurociencias, se descubrieron las neu-ronas espejo, que permiten una empata de la inmediatez y explican los aprendizajes por la imitacin; su asiento se encuentra en el rea de Broca en el cerebro.

    De esta manera, en la primera parte se presentar el concepto de empata (Einfhlung), como fue presentado en filosofa y desarrollado en particular en fenomenologa por Husserl. En la segunda parte, se revelar paralela-mente el concepto de empata desarrollado en las ciencias de la salud y sus matices que podran ser los conceptos de care, cuidado o de la solicitud. En la tercera parte ser ex-puesta una situacin concreta vivida y se pondr de relieve el inters de una mirada complementaria de la filosofa y de las ciencias a partir del tema de la empata.

    LA EMPATA Y SU ORIGEN EN LA FENOMENOLOGA. LA INTERSUBJETIVIDAD. EL CONCEPTO DE INFLHUNG

    Si el trmino de empata ya se introdujo en filosofa en el siglo XIX, fue Lipps (Stein, 2004, pp. 28-34) quien le dio nfasis insertando la empata en el anlisis de las

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    relaciones intersubjetivas. Se trata de la experiencia de la conciencia ajena. La empata es un vivenciar propio la vivencia de otro, en la cual se integra la vivencia de recuerdo y la esperada, en un vivenciar presente. La empata se parece al consentir; Lipps da el ejemplo de la alegra del otro aprehendida y distingue la empata positiva cuando el vivenciar concuerda con la vivencia del otro, y la empata negativa cuando algo impide a una concordancia entre ambas vivencias, ya que un estado de nimo por ejemplo opuesto al suyo impide la percep-cin de la vivencia del otro. Esto se da de forma patol-gica en los nios autistas. Husserl retoma las conside-raciones de Lipps, pero se distancia de l en algunos puntos, en particular por la ausencia de diferenciacin ntida entre la vivencia del yo y la vivencia ajena que se-gn este autor se vuelven una. La vivencia del otro se percibe en el vivenciar propio por proyeccin o analoga (teora ya representada por J.St. Mill). Husserl se opone a este modo de ver, pues segn l el vivenciar del yo es originario y la vivencia del otro no lo es.

    No se puede prescindir de un buen conocimiento de la fenomenologa para entender el concepto de Ein-fhlung como es presentado en este contexto. Adems, la traduccin misma de la palabra presenta dificultades; en efecto, se encuentra en algunos traductores resisten-cia ante la traduccin comnmente admitida de empata, algunos prefieren impata (Iribarne, 1988, p. 14) o intro-pata (Flores, 1982, p. 72) o endopata (Ferrater Mora, 1941). La Einfhlung no es la Einsfhlung, las distincio-nes son sutiles y significativas. Scheler explains it as an act where a unity between oneself and the other is experienced [] Einsfhlung relates to the vital sphere, whereas, sympathy, empathy, and similar acts relate to the intellectual and bodily sphere (Bornemark, 2014, p. 263). Sus ejemplos dados de la relacin madre e hijo en el embarazo y la primera infancia, o de las experiencias sexuales, pueden ser considerados desde la Einsfhlung, pero tambin desde la empata y la fenomenologa ge-ntica. Segn Stein, en la empata, contrariamente a la Einsflhung, hay una diferencia corporal y de vivencias que separan claramente el uno del otro.

    Cmo apareci la nocin de intersubjetividad y de empata en la obra de Husserl? Se pueden notar dos periodos que marcan la evolucin del pensamiento de Husserl y su fenomenologa. Se consideran sus prime-ras investigaciones como expresin de una fenomeno-loga esttica y se observa un periodo de transicin

    entre 1913-1921, o sea, entre la redaccin de Ideas I e Ideas II para desembocar en la fenomenologa genti-ca. The proper understanding of genetic phenomeno-logy is achieved only when Husserl moves beyond the schematic approach of static phenomenology toward an approach that involves the genealogy of the pure ego as well as the genealogy of those objects of the egos expe-rience (Donohoe, 2004, p. 31).

    La nocin de historia y de tiempo est involucrada en esta concepcin de la fenomenologa gentica. Eleg presentar primero la aparicin del concepto de empata a travs de las Meditaciones cartesianas que son compi-laciones de las conferencias dadas en Francia en la Sor-bonne entre el 23 y 25 de febrero de 1929. En efecto, Husserl abandon la redaccin de las Ideas II en 1928. La obra es anterior a las conferencias dadas en Francia; sin embargo, la recepcin de las ideas de la fenomenologa de Husserl se propag en Francia por medio de las con-ferencias y la traduccin hecha por Lvinas de las Medi-taciones cartesianas. Esto tendr una repercusin notoria en la recepcin y reaccin respecto de sus escritos y de su modo de percibir la relacin intersubjeti-va. En las Meditaciones cartesianas Husserl (1979) instaura las relaciones intersubjetivas en la quinta meditacin despus de una am-plia presentacin de la constitucin del ego transcendental aplicando la metodologa de la o reduccin, del filsofo francs Descartes. Husserl busca el ego cogito puro para conseguir una ciencia uni-versal del yo y para esto procede de forma anloga a Des-cartes; pone el mundo entre parntesis. Lo primero que hay que analizar es cmo procede el juicio. Los actos de juicio pueden ser la intencin (Meinen) o proceder de la evidencia (Evidenz). La evidencia, en el ms amplio sen-tido del trmino, es una experiencia de algo que es y que es de tal manera, o sea, justamente, un verlo en s mismo con la mirada del espritu (Husserl, 1979, p. 17). Lo que es puesto por el juicio es su correlato: la cosa o estado de cosas (Sachverhalt). Husserl se propone exponer la fenomenologa como ciencia: la ciencia quiere juzgar ex-presamente y fijar el juicio, la verdad, a ttulo de verdad expresada (1979, p. 17). La naturaleza corporal y el mun-do objetivo son luego un fenmeno mo, el mundo experi-mentado en mi vida reflexiva. Por la reduccin fenomeno-lgica-transcendental capto mi yo puro despus de haber puesto entre parntesis las vivencias de los fenmenos mos y el mundo objetivo. El yo trascendental tiene que

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    entenderse como el ultimo y concreto lugar de todo darse, de toda mostracin y legitimacin (1979, p. 37). Pero no se puede extraer el ego de su gnesis e historia. El ego se constituye para s mismo, por as decirlo, en la unidad de una historia (1979, p. 101). La fenomenologa de Husserl, en primera instancia, tiene un aspecto est-tico, despus su fenomenologa se torna gentica: el yo se encuentra en un mundo, su cultura, sus instituciones que interfieren en la constitucin del yo y a su vez frente al cual se posiciona. La fenomenologa gentica es posi-tiva cuando el sujeto es activo, la razn prctica, la comu-nicacin, la accin constituyen originariamente nuevos objetos (1979, p. 103). La fenomenologa gentica es pa-siva cuando la cosa est pre-dada en la intuicin, y de la

    sntesis pasiva aparece la cosa. Pero precisamente esa sntesis, como sntesis de esa forma, tiene su historia que se anuncia en ella misma (1979, p. 105). Esta gnesis de las apercepciones configura una habitualidad propia. Husserl empieza la quin-

    ta meditacin con la posible crtica de solipsismo que se encierra en el proceso de reduccin fenomenolgica que desemboca en el yo puro. Esta preocupacin lo consu-me a travs de distintas obras, y trata de responder la siguiente pregunta: No habr, pues, que estigmatizar como solipsismo transcendental a una fenomenologa que pretenda resolver los problemas del ser objetivo y se pretenda ya como filosofa? (1979, p. 119).

    Husserl vuelve al mundo que es en s mismo con otros egos. Desde la base del yo transcendental:

    El alter ego se anuncia y verifica: tenemos que ver cmo, en qu intencionalidades, en qu sntesis, en qu motivaciones se configura en m el sentido alter ego y, bajo el ttulo de una expe-riencia concordante del extrao, se verifica como siendo e inclusive como estando presente ah l mismo en un modo que le es propio (1979, p. 122).

    La teora transcendental del extrao es la Einfhlung. El yo y sus vivencias forman una monada y cada alter ego es otra monada en un mundo objetivo. Se constituye un ego, no como yo-mismo, sino como reflejndose en mi yo propio, en mi monada [] es constituido como alter ego, y el ego que designa la expresin alter ego como uno de sus momentos soy yo mismo en mi propiedad (1979, p. 127). En la autoconciencia Husserl describe una forma de percepcin de s como otro, pero se distingue de la percepcin del otro como alter ego. La apercepcin

    del otro es primero apercepcin de su cuerpo fsico en el modo de estar aqu, en cuanto experimentado por el otro en su esfera mondica (1979, p. 155). Esto indica la intencionalidad constitutiva con la pareja noesis-noema. Pero el otro es otro mismo y transciende mi esfera de intencionalidad. No es accesible el ser del otro anima-do en su forma originaria, as como el ser propio. Cada monada se encuentra en relacin de intersubjetividad en una nica comunidad universal. En la vida concreta se enfrenta el sujeto a un contexto temporo-espacial en el cual se presentan los otros. Husserl concluye repitiendo que slo despus vendra la fenomenologa intersubjeti-va fundada sobre la egologa solipsista (1979, p. 202) y termina con las palabras dlficas: (p. 204). Lvinas pronto tom distancia con el modo de concebir la intersubjetividad presentado por Husserl en la quinta meditacin; dio un giro determinante poniendo el otro como anterior a toda intencionalidad del yo. El otro apare-ce en la diacrona antes de toda sntesis del yo.

    Otros escritos de Husserl sobre la empata enrique-cen estas sobrias y esquemticas presentaciones de las meditaciones y permiten moderar las crticas prematu-ras. En el seminario de filosofa estudiamos la seccin segunda la constitucin de la naturaleza animal de las Ideas II (2005). Igualmente, la cuestin de la intersubjeti-vidad y empata viene desarrollada al final, pero aparece enfocada de manera distinta. En esta seccin Husserl presenta al yo puro ya no tan etreo, puesto que tiene menciones permanentes como sedimentos (2005, p. 148). En efecto, Husserl en la introduccin de la segunda seccin dice que la existencia objetiva del ser anmico depende de las condiciones de posibilidad de la dacin intersubjetivas (2005, p. 130). La empata es la media-cin para la experiencia de la intersubjetividad. Pero esto necesita una primera etapa: la intracomprensin de lo anmico, o sea que lo anmico sea empatizado (2005, pp. 130, 131). La asociacin de la palabra intracompren-sin con la de empata no es anodina y a su vez se tra-duce por la aprehensin de lo anmico como lo mo. Esta traduccin general de la empata corresponde a la de Wisp (1986) Lobjet de lempathie est la comprhen-sion. Lobjet de la sympathie est le bien-tre de lautre [] En somme, lempathie est un mode de connaissan-ce ; la sympathie est un mode de rencontre avec autrui (p. 318). Las fronteras entre empata y simpata no son tan evidentes en la realidad. Segn Stein, la simpata es ms un compartir sentimientos, emociones, Mitfhlung,

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    Si el trmino de empata ya se introdujo en filosofa en el siglo XIX, fue Lipps quien le dio nfasis insertando la empata en el anlisis de las relaciones intersubjetivas. Se trata de la experiencia de la conciencia ajena. La empata es un vivenciar propio la vivencia de otro, en la cual se integra la vivencia de recuerdo y la esperada, en un vivenciar presente.

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    mientras que la empata es una experiencia propia de lo que se expresa en otro a travs de su cuerpo, estado anmico. La empata es un modo de aprehensin com-prensiva que es integrada en las vivencias propias, pero no a modo de vivencia originaria.

    Husserl detenidamente describe el yo, su unidad como yo puro y yo hombre, la constitucin del fenmeno por el yo y las vivencias que pertenecen al yo. Se destaca la distincin del yo corporal (Krper) del yo anmico (-Leib) o cuerpo vivido. Flores (2012, p. 96) describe cuatro fun-ciones o intencionalidades bsicas del cuerpo vivido: 1. la funcin cognitiva; 2. la funcin dentica; 3. la funcin sintomtica (sus estados psquicos o su trasfondo cul-tural), y 4. la funcin esttica (en el sentido de la belleza u otro criterio esttico). Por el cuerpo y las sensaciones se realiza una copresentacin del objeto en paralelo con la presentacin de la vivencia anmica. Husserl inserta una reflexin que muestra lo visto en las Meditaciones cartesianas, o sea que el yo puro con su corriente de conciencia se presenta con referencia a una conciencia intersubjetiva a una multiplicidad abierta de yo puros o de sus corrientes de conciencia-separados mondi-camente unos de otros, que estn unificados por em-pata mutua en un nexo constituyente de objetividades intersubjetivas (Husserl, 2005, p. 148). El experimento mental solipsista del yo y la comprensin de su modo de integracin a la realidad llega a sus lmites. Para percibir el yo hombre como cosa animada inserta en el mundo en su integridad tenemos que salir del sujeto propio y volvernos a los animales que nos salen al encuentro en el mundo externo (Husserl, 2005, p. 201). Se entiende por animales a los seres dotados de anima. Husserl decla-ra la necesidad del otro y de los otros para posicionar al yo en el mundo en el cual est.

    La condition dapparition dautrui comme alter ego prsuppose une modalit de transfert du sens moi, con-temporain de la prise de conscience de mon existence, aux autres qui deviendront ainsi des moi, mme si d-rivs (Courtine-Denamy, 2014, s. p.). La transferencia como condicin de posibilidad de la aparicin del otro muestra la diferencia entre la protopresencia y la apre-sencia. El otro aparece con su corporalidad en protopre-sencia pero con su nima en apresencia: Los cuerpos que se hallan frente a m externamente los experimen-to, como otras cosas, en protopresencias Urprsenz; la interioridad de lo anmico, por apresencia Appr-zens (Husserl, 2005, p. 205). El paso instantneo de la

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    percepcin del cuerpo fsico al cuerpo anmico se realiza por introyeccin. According to Husserl, in empathy I directly apprehend a physico-psychic complex of body and soul, an animate body that is introyected into it tan individual psychic life (Husserl, 2012). Nunca se tendr del otro la percepcin de sus propias vivencias, sino per-cepciones de sus vivencias traducidas segn mi interpre-tacin, mon ressent. No se puede hablar de fusin de vivencias, adems la corporeidad se inserta en un espa-cio. El otro no puede estar en el mismo espacio que yo; aun cuando por la ubiestesia se pueden sentir tocando partes del cuerpo como la mano, lo que percibo del otro es sentido desde mi cuerpo vivido, con mis sensaciones percibo franjas de la realidad del otro, su aspecto Aspekt. El otro se inserta en una experiencia tempo-espacial a partir de mi yo solipsista. Lo que veo u oigo localiza al otro en un campo de visin, a una cierta distancia y le puede conferir movimiento, pero sigo percibindolo des-de mi cuerpo con sus sentidos. La vivencias se dan en el presente; sin embargo, incluyen una retencin de lo recin pasado y retenido y una protensin del futuro que es anticipado. El ejemplo dado de la meloda de la m-sica es evocativo. En efecto, al or una meloda todava conservo algo de la meloda recin captada y, a la vez, anticipo lo que sigue. El otro, en cuanto cosa Ding,

    o cuerpo aprendido, lo constituyo en protopresencia; un sujeto animado lo constituyo en apresencia, su subjetividad anmica interior no puede ser consti-tuida como originaria mo, pero la puedo percibir, comprender, sentir. Estas cosas no son puestas

    como meros noemata, sino como existencias relativas, y las verdades referibles a ellas tienen su verdad relativa, subjetiva (Husserl, 2005, p. 211). El reconocimiento de la mismidad presente en el otro no se puede separar del reconocimiento concomitante de su singularidad y dife-rencia con mi yo propio. La intersubjetividad anmica est enraizada en la naturaleza. El espritu, en cuanto enlaza-do con su cuerpo, pertenece a la naturaleza. Pero pese a esta coordinacin, pese a esta sujecin, l mismo no es naturaleza (2005, p. 331). Esta motivacin emptica ha-cia m mismo y hacia el otro tiene alguna semejanza sien-do cada uno libre e individual en sus actos de conciencia. As lo hago con todos los hombres que encuentro en el crculo de mi entorno: me vivo en cada uno y co-vivo su hacer y padecer y co-tengo su mundo circundante, po-nindolo en referencia al mo precisamente en la medida en que subsiste la conformidad (2005, p. 405).

    Si indagamos algo ms en los trabajos de empata de Husserl vemos que extiende las relaciones intersubjeti-vas en la vida de una comunidad, una cultura y una his-toria. Adems, Husserl apela al sentido de la responsa-bilidad en la vida propia y para los dems en sus escritos relacionados con la tica.

    De suerte que en la voluntad tica de este in-dividuo ha de entrar tambin el poner cuanto est de su parte en la empresa tica del segundo. Tam-bin esto es exigencia categrica: el mejor ser y el mejor querer y obrar, posibles del otro forman par-te de mi propio ser y querer obrar, y a la inversa. Desear la bondad no solo para m, son para toda la comunidad como comunidad de hombres de bien, y tener que incorporar esta empresa al crcu-lo de mis fines prcticos, de mi voluntad practica: todo ello pertenece a mi vivir autnticamente hu-mano (Husserl, 2002, p. 50).

    LA EMPATA EN EL CUIDADO. EL CONCEPTO DE CARE, SOLICITUD

    En el mundo de la salud, la relacin entre el profe-sional de salud y el paciente es particular. No se trata de una intersubjetividad cualquiera, ya que hay una rela-cin de cuidado que implica un proyecto de salud o de vida para el paciente. Hay una disimetra en la relacin, pues por una parte est el paciente frgil, vulnerable, enfermo y por el otro el profesional de salud con su competencia y atencin profesional. Si existe una ten-dencia moderna a optar por un modelo de relacin m-dico paciente calcado sobre el modelo econmico don-de se considera ms bien el paciente como un cliente, la experiencia muestra que la objetivacin del paciente no resulta muy eficiente en proyectos de salud cuando en particular se trata de pacientes con enfermedades severas, crnicas y cuyo pronstico es sombro. Des-de la Antigedad, la filosofa se empea en prestar sus servicios a la medicina explorando los misterios de la vida, la muerte, la enfermedad, el sufrimiento, incluso guindola por medio de la tica que preconiza las bue-nas conductas, una gua prctica para tomar decisiones ajustadas. Henderson, enfermera de profesin en Esta-dos Unidos en el siglo XIX, prosigui estudios de mags-ter y doctorado, y favoreci el movimiento de insercin de la investigacin y de la filosofa en las ciencias enfer-meras. A partir de un concepto de persona como ser

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    bio-psico-social, present un concepto de cuidado que involucra la atencin a las 14 necesidades bsicas del hombre que comprenden las necesidades biolgicas, psicolgicas y sociales fundamentales.

    Las multiplicidades de estudios e investigaciones relativas a las relaciones entre profesionales de la salud y pacientes se incrementaron paradjicamente con una tecnologizacin paralela de la medicina y las problemti-cas que esto conlleva. Los cuidados paliativos y los traba-jos pioneros de Cicely Saunders en St. Christophers hos-pice en el siglo XX fomentaron los aportes de la filosofa en el campo de la salud y en especial para el cuidado de los pacientes en fase terminal. Hay tambin un fuerte movimiento en Estados Unidos conocido como Ethics of care, cuya promotora fue Gilligan con connotacin femi-nista, que fue traspasado en el mbito de la salud:

    As an ethic grounded in voice and relations-hips, in the importance of everyone having a voice, being listened to carefully (in their own right and on their own terms) and heard with respect. An ethics of care directs our attention to the need for responsiveness in relationships (paying attention, listening, responding) and to the costs of losing connection with oneself or with others. Its logic is inductive, contextual, psychological, rather than deductive or mathematical. (Gilligan, 2011, s. p.).

    La mayor presencia de mujeres como enfermeras permiti una fcil adaptacin del concepto de care y dot al cuidado de una tonalidad maternal.

    El concepto de to take care valorado por Hesbeen se desmarc frente al to cure. Esto implica una con-sideracin de la persona como sujeto en el cuidado y no objeto de cuidado. Las actitudes profesionales o disposiciones requeridas son la calidez, la escucha, la disponibilidad, la simplicidad, la humildad, el humor y la compasin. Se observa que la compasin es valorada, a pesar de que la tendencia actual en el mundo europeo laico es la de reemplazarlo por la empata que tiene una connotacin racional ms fuerte.

    Se nota tambin un inters por el concepto de soli-citud descrito por Ricoeur (1990): spontanit bienvei-llante, soucieuse de laltrit des personnes, intimement lie lestime de soi au sein de la vise de la vie bonne (p. 222). La solicitud no comprende tanto la ayuda prc-tica como el concepto de to take care, que incluye todas estas actitudes de cuidados del cuerpo, de bienestar. La

    solicitud tiende a ello, pero es ms referida a la dispo-sicin, una atencin. La solicitud es tambin fcilmente adaptable a la relacin mdico-paciente y da la ventaja de recordar la importancia de la reciprocidad en la re-lacin; hecho que permite considerar al paciente en el mismo plano y no subrayar tanto la asimetra inducida por la fragilidad. La solicitud es una actitud de benevo-lencia hacia el otro, cuyo secreto son los tres elementos que la caracterizan: rversibilit, insubstituabilit, simili-tude (Ricoeur, 1990, p. 225).

    Ce lien naltre en rien lespace vital de chaque personne, au contraire il le restaure et le soutient. Cest l que la proximit et la distance paradoxa-lement peuvent se rejoindre. La sollicitude invite la proximit. La prsence est aidante, lorsquelle soutient tout en naccaparant pas lespace dci-sionnel de lautre, lorsquelle conserve cette dis-tance relationnelle qui est le reflet du respect de laltrit (Furstenberg, 2011, p. 90).

    La empata se ha vulgarizado en el mundo de la salud; se recurre frecuentemente a ella para calificar las rela-ciones con los pacientes, los prjimos, pareciera incluso tener alguna receta mgica. El concepto de empata se di-funde fcilmente. El trmino es fcilmente adoptado por todo tipo de profesionales de salud sin connotacin espe-cfica femenina o masculina. Pero la palabra es entendida de forma muy distinta, parece que no se puede discernir con claridad. Se distingue la empata de receptividad, de la comprensin, de la interpretacin, del lenguaje.

    Lempathie est la capacit dune personne se mettre la place dune autre afin de mieux la cerner. Souvent considre comme une qualit, lempathie est indispensable dans le milieu mdical. En effet, les profes-sionnels de la sant doivent faire preuve dempathie pour comprendre un patient et surtout lui expliquer avec les mots justes sa maladie, le droulement des examens ou dun traitement. Faire preuve dempathie est notamment indispensable quand les profession-nels travaillent auprs des enfants, des personnes ges ou des personnes handicapes1.

    Si se encuentra una tendencia a evitar el trmino de compasin por su connotacin teolgica y a optar por la empata que conserva ms distancia entre el yo y el

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    En el mundo de la salud, la relacin entre el profesional de salud y el paciente es particular.

    No se trata de una intersubjetividad cualquiera, ya que hay una relacin de cuidado que implica un

    proyecto de salud o de vida para el paciente.

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    otro, vale la pena relevar un texto maravilloso la parbo-la del buen samaritano (Luc 10, 29-37)2. Hay dos trmi-nos traducidos como compasin y misericordia que son interesantes en su etimologa griega. Al contrario del sa-cerdote y del levita que vieron a un hombre medio muer-to en el camino y pasaron de largo, el samaritano lo vio y ; se encuentra en el diccionario (Magnein y Lacroix, 1969) i: tre touch dans ses entrai-lles, tre mu de piti. Adems, se puede observar que el nombre de la misma raz significa: 1-vis-cres, organes internes, 2-entrailles, sein de la mre, 3-me, ou partie de lme sigeant dans les organes le

    coeur et le foie (Magnein y Lacroix, 1969). Luego lo cuid, lo cur y le busc alojamiento. A la pregunta de Jess sobre quin de estos tres fue prjimo, , del que cay al borde del camino, Jess contest: el que practic la misericordia con l

    . : piti, com-passion (Magnein y Lacroix, 1969) est acoplado con el verbo hacer. La empata puede ser en ciertos casos parecida a la compasin, pero por mucho que en la em-pata yo tenga un mundo comn con el otro, yo tengo mis fines y el otro los suyos; comprendo al otro, pero no lo asumo [] En el compadecer simptico se trata de un padecer con el otro, de un sumergirse en el otro de forma tal que se pueda hablar de un padecer en comn (Crespo, 2012, p. 27). La empata luego parece ser un modo de relacin que no involucra a la modificacin de la vivencia del otro sujeto por el yo. Podra ser que en ciertos casos su modo de accin no sea tan efectivo como el de la compasin.

    La bsqueda de la apropiacin de la empata con-siderada desde la fenomenologa se abre camino en el contexto moderno de la salud; se observa un inters de investigacin al respecto. La empata aporta una consi-deracin del otro que no puede ser separada de un buen conocimiento de s y que empieza por ah. Allende una fenomenologa, en el sujeto, se abre el horizonte de una fenomenologa del cuerpo vivido en intersubjetividad (Intersubjetivitt), cuya clave es la empata (Einfhlung) (Flores, 2012, p. 103). A su vez, necesita un conocimien-to y una experiencia en fenomenologa.

    Stein, alumna de Husserl, escribi su tesis sobre el problema de la empata (2004). Ella misma trabaj de vo-luntaria seis meses en la Cruz Roja en un proyecto huma-nitario en un hospital en Repblica Checa que le impact mucho. Present su tesis justo despus de trabajar all; luego la repas durante su voluntariado. Sus experiencias dejaban en ella una huella que tena que quedar forzosa-mente marcada en el escrito filosfico de la empata [] No hay por tanto una desconexin entre empata analiza-da filosficamente y empata como posibilidad de relacin paciente-enfermera (Nogales Espert, 2008, p. 124). En su tesis Stein recurri frecuentemente, al igual que su maestro, a ejemplos concretos para aclarar sencillamen-te sus propsitos. Present la empata tambin como la comprensin del fenmeno de la vida y del continuum de vida. Aplicada a las ciencias mdicas, Stein dijo que la em-pata del mdico tiene la ventaja de la mirada entrenada, del conocimiento que le permite no quedarse como mu-chos en el primer grado de empata y progresar hacia la transferencia de la empata dentro del estado patolgico

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    (2004, p. 89). Se apoy mayormente en las Ideas II de Husserl, y aport su anlisis personal afinando algunos puntos: las relaciones entre empata y psicologa con las teoras de imitacin (nachahmungstheorie), asociacin (assoziationstheorie) e inferencia por analoga (analogies-chlutheorie), la empata como condicin de constitucin del individuo propio y el mundo, las fragilidades de la em-pata, engaos y correcciones, la empata como medio de percepcin de la vida espiritual de las personas.

    Spiritual empathy, in contrast with sensual empathy, is what enables me to identify and understand spiritual persons, i.e. Is who cons-ciously perform one mental act because of another. It involves understanding the others motivations (why he thinks he does what he does as distinct from why he does it I can also know the latter of animals and plants), and these moti-vations can be followed in so far as what is felt gets expressed in a glance, an attitude, in langua-ge or in art (Lebech, 2009, p. 20).

    Se encuentra una propensin actual a valorar el en-foque fenomenolgico de la empata en medicina. Sve-naeus (2014a) explica: Empathy in medicine is an emo-tional account of the patient that makes it possible to see how and why he is suffering and thereby making way for the ethical decisions and actions being formed and taken by the doctor or other health-care professio-nals []. Empathy is about seeing, understanding and caring for the other person, but it is also about the fee-ling of the being seen (pp. 247-248).

    Con la apercepcin hombre que se da del otro en la empata est tambin dada eo ipso la posibilidad de las relaciones mutuas, de la comunicacin entre hom-bres (Husserl, 2005, p. 203). La empata es la palan-ca que favorece la comunicacin verbal o no verbal, ya que suscita una disposicin de atencin al otro que le da la posibilidad de salir de un encierro provocado por la prdida de estima de s a causa de la enfermedad del abandono de los prjimos o de una prdida de co-municacin verbal. El lenguaje verbal no es necesario para que haya posibilidad de empata que s necesita la existencia de la vida anmica consciente. La enferme-dad efectivamente puede dificultar la comunicacin y las relaciones sociales. La empata reinserta al hombre enfermo con discapacidades fsicas o mentales en una familia, una comunidad e incide en la tica.

    RELATO DE UNA SITUACIN CONCRETA A LA LUZ DE LA EMPATA. PERSPECTIVAS

    Mientras desarrollaba mi ensayo, me acordaba de una situacin vivida en Guyana francesa el ao pasado. Trataba de ver una aplicacin concretos en el campo de la salud y valorar los aportes posibles de la fenomenologa.

    El contexto Trabajaba en Guyana como enfermera y cuidaba a ni-

    os en cuidados paliativos a domicilio o nios con enfer-medad crnica severa en fase avanzada. La historia ocu-rre en Saint Laurent du Maroni, departamento francs situado en Amrica Latina. La poblacin de la Guyana es una composicin de culturas locales diversas, fruto de la mezcla de las personas nativas con personas emigradas de distintos horizontes y refugiados. Llegu a Guyana en octubre de 2012 y cuid a Pascal durante ms de un ao, junto con otros nios, durante las jornadas de trabajos a domicilio diurnas con guardias nocturnas en caso de necesidad o urgencias. El organismo francs con profesionales metropolitanos constaba con m-dicos, enfermeros, auxiliares, puericultores, psicloga, kinesiterapeuta y dietista. Cada jornada se organizaba en funcin de las ne-cesidades mdicas de cuidados y de la loca-lizacin. Los desplazamientos se realizaban en vehculos. Segn las temporadas y dificultades de cuidado tena que visitar desde 5 hasta mximo 13 nios dentro de los cuales algunos necesitaban de 2 a 3 pa-sajes al da. Los nios eran mayormente bushinengus o amerindios de etnias muy distintas y pocos recursos. En varios domicilios no haba agua corriente, la gente se provea con agua de lluvia; tampoco haba electricidad. Tenamos que adaptar los cuidados a las condiciones y posibilidades locales. Aprendimos el taqui-taqui o nen-gutongo, lenguaje usual dominante de los africanos lo-cales y conocido por los amerindios. El cuidado que voy a relatar concierne a un nio bushinengu de 12 aos, Pas-cal, de la comunidad Samaraca, una etnia de los antiguos esclavos originarios del centro de frica y refugiados de Surinam. Pascal sufra de insuficiencia motriz cerebral crnica severa y minusvalismo; tambin presentaba mltiples discapacidades como afasia completa, incapa-cidad de efectuar movimientos voluntarios coordinados de los miembros, una flaqueza impactante, pesaba 10 kg por 1 m10 cts y la columna estaba deformada por una

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    importante cifosis, adems de diversos problemas neu-rolgicos. Verlo estremece. Su cuerpo lo tiene tan solo con un paal, ya que el calor impregna todo el ambiente y los problemas neurolgicos de Pascal provocan mu-chos sudores. Sus miembros son rgidos con temblores espsticos por momentos, o estiramientos de un miem-bro. En este cuadro pattico lo que conmociona es su cara de ngel, suave con una mirada clara y perspicaz en su momento, atenta y vaga a la vez, perturbada por un nistagmo, solo le quedan vestigios de las capacidades visuales. Est rodeado de hermanos y hermanas. Su pa-dre falleci, su madre abandon a los nios y quien los cuida es la abuela, que ni siquiera tiene la nacionalidad francesa. El to que cobra el seguro de Pascal es bandido y no da seales de vida, se guarda el dinero; se sabe que estuvo ya en la crcel, pero sali y ahora el proceso por juicio de tutela se prolonga.

    El cuidado a domicilio de Pascal Mientras tanto Pascal tiene derecho al cario, pero

    solo se le dan los restos de comida. Se respeta a los endebles, pero se privilegia en estos contextos cultu-rales a los nios vigorosos. Pascal, con 12 aos, vivi a la sombra con una alimentacin de sostn mnima a un ritmo de 3 o 4 biberones al da, avena con agua y, si ms se puede, leche. Fue devuelto a su madre despus del nacimiento con su minusvalidez profunda. Algunas

    crisis convulsivas necesitaron hospitalizaciones bre-ves para empezar un tratamiento adaptado bajo control. La abuela despus se encarg de l y rechaz toda medicalizacin tcnica, as como la proposicin de una operacin para gastrostoma.

    El hospital confi por la precariedad del estado de sa-lud y el riesgo de abandono o falta de cuidado apropia-do en tal contexto social el cuidado de Pascal a los profesionales de cuidado a domicilio. La abuela ganaba dinero ejerciendo la medicina tradicional all mismo con grupos de mujeres embarazadas o ms frecuentemente cruzando la frontera el rio Maroni para ejercer en Surinam. Cuando se iba no saba bien cundo volva, dependa de cmo se les presentaran las ocasiones all mismo, y el celular no tena cobertura all. Luego dejaba a la hermana mayor de 14 aos el cuidado de Pascal; para esto, ella faltaba a clase, y una ta vecina tambin estaba atenta y referente en tal caso. Cada vez que la abuela se ausentaba Pascal se debilitaba y se pona muy tieso. El equipo de salud viva difcilmente la

    situacin ya que por una parte el hospital haba acepta-do el rechazo de la abuela de la gastrostoma, y por otra parte se saba que se le podra ofrecer mejores condi-ciones de vida, pero las condiciones de vida limitadas no lo permitan. Las circunstancias frente al estado de salud crtico de Pascal condujeron a dejarlo en cuidados paliativos. El prvulo se encari con Pascal porque la situacin vivida le impact mucho. Los mdicos hacan un retrato muy negativo de las capacidades cognitivas de Pascal, y optaban por una descripcin clnica lmite similar a los llamados vegetativos crnicos.

    El prvulo, Pascal X (tambin llamado Pascal) empez a observarle ms y un da se qued scotch (expresin tpica francesa para notar un asombro mayor, insospecha-do): estaba cuidando a Pascal, entregndole remedios, cuando lleg la abuela, vestida de negro, con una cara sombra. La abuela vio al prvulo Pascal X, le tena cario ya que aseguraba los cuidados de Pascal desde haca un ao, y rompi a llorar. Pascal yaca, como de costumbre, acostado o sentado en una silla ergonmica adaptada a su cuerpo. Pascal X, como era sensible y racional a la vez, no saba muy bien cmo reaccionar delante de esta profusin de emocin femenina y se qued molesto. Pascal, el nio minusvlido, tuvo una pseudoconvulsin, con temblores y contracciones como sola ocurrirle cuan-do se pona ms tenso, y repentinamente se ech a llorar sin moderacin. La abuela se sinti tan conmovida que se apacigu y le dio cario. Explic a Pascal X que falle-ci un pariente cercano y volva del entierro. Pascal X al contarme su experiencia todava se emocionaba y desde ese momento sinti ganas de tomar la defensa de Pascal en el sentido de no optar por un dejar venir la muerte y baisser les bras sin ms. Por lo que me concierne, me encari tambin rpidamente con Pascal; su rostro angelical y su sonrisa repentina me hacan pensar. No toleraba ver que pasar hambre. Se le vean sobresalir todas las cosquillas. No poda comer nada slido por los problemas de deglucin y masticacin dados los daos neurolgicos, adems se demoraba horas en tragar muy poco. Tena reflejos de succin y deglucin cuando esta-ba bien despierto y animado, pero el bibern solo conte-na avena y agua la mayor parte del tiempo. La dietista ya haba dejado de repetir a los familiares que tenan que enriquecer los biberones, sabiendo que la gastrostoma podra ser una posibilidad ms conveniente segn ella. Ya no vea el motivo de luchar ms, pues a su parecer la familia no se empeaba. La ergoterapeuta tena una

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    LA EMPATA A LA LUZ DE LA FENOMENOLOGA: PERSPECTIVAS EN EL CONTEXTO DEL CUIDADO / Ccile Furstenberg

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    reaccin algo similar ya que se motiv para ver cmo me-jorar la movilizacin; una retraccin mayor de una mano la mantena en una posicin viciosa que se fijaba ms y ms. Pero dadas las condiciones actuales la operacin igual fue rechazada. Ambas distanciaron sus visitas. Como enfermera me tocaba el contacto diario y a veces dos o tres veces al da. Varias infecciones pulmonares provocadas por inhalaciones durante las comidas nece-sitaban cuidados especiales. Me decid por encargarme de mejorar los biberones, complementndolos con ali-mentos lquidos enriquecidos con vitaminas para nios, ya lo vea en la tumba por quedarle puros huesos. Me estremeca la situacin, pero esta dio un giro importante.

    Entre la vida y la muerte, la reanimacin Un da llego al domicilio de Pascal, es de medio da.

    La abuela no est, supuestamente se fue a trabajar en Surinam. La hermana mayor lo lleva en brazos y tiene un bibern en la mano para darle. l yace como dormido, la boca la tiene abierta. Lo miro ms detenidamente, me llama la atencin el hecho de que tiene pocas reaccio-nes. Me fijo en el abdomen visible de Pascal: nada, no respira. Siento mi cuerpo como paralizarse como si el tiempo se parase, pero rpidamente reacciono porque la hermana se dispone a darle el bibern (el chupador est algo cortado para que pueda pasar la avena cocida algo espesa). Siento mi corazn dar un vuelco, la deten-go en su gesto y le digo que no puede seguir o de lo contrario se va a ir el alimento por la tubera equivoca-da ya que no reacciona, no respira. En poco tiempo se me vienen mltiples ideas y dudas a la cabeza. Est en cuidados paliativos. Habr que dejarlo irse o ya est al otro lado? No respira; entonces mi reaccin por su-puesto es tomarle el pulso, tengo el estetoscopio, as que puedo tomarle el pulso con ms seguridad ya que por las retracciones de las manos no se puede percibir bien manualmente. El pulso est a 28/min, fatal para su edad. Su pulso habitual es aproximadamente a 90-100/min. Adems sufre de problemas cardiacos. Le digo a la hermana que se est yendo. Contacto al mdico con una llamada a celular pero no contesta, est ocupado. Es urgencia o no lo es? Si Pascal est en cuidado pa-liativo con pronstico entablado para qu moverse o se trata ms bien de acompaar? Son buenas pregun-tas que no consigo contestar con claridad. A su vez la mayor referente, la abuela, est ausente. La hermana le cuenta a otro hermano que corre afuera. En apenas

    dos minutos acuden todos los vecinos africanos de la misma comunidad y se amontonan en esta habitacin exigua. Todos empiezan a entablar unos quebrantos de lgrimas culturales, que remueven las entraas. La ta me dice que hay que llamar el SAMU. Le digo que se calme, hago lo necesario. Trato de llamar nuevamente al mdico de la organizacin, sigue ocupado. Me digo que no sirve de nada llamar al SAMU si no hago las maniobras cardiorrespiratorias mientras tanto, ya que se demoraran aproximadamente una hora en llegar.

    Me decido a cambiar a Pascal de pieza para no ago-biarme con este revoltijo de llantos, lo acuesto en una cama y pido a la hermana mayor y a la ta que calmen a la gente. El pulso va desapareciendo. Empiezo los socorros de urgencia, las maniobras cardiorespiratorias, pero con tranquilidad dada a su fragilidad: no le quiero romper las costillas ni tampoco forzar, ya est en un estado lmite. No estoy convencida de que lo vaya a resucitar ya que tengo la impresin de intentar de reanimar un cadver. Pero pienso en que por lo menos vean que intento algo y se calmen un poco. Estoy como algo ausente al entorno, solo mirando el abdomen. Despus de unos minutos, tan largos y densos, veo que Pascal vuelve a respirar, pero de forma muy endeble. Me emociono, veo que hay algo de reflejo, no est todava con una respiracin autnoma marcada. Sigo unos minutos en-treviendo una posibilidad de recuperacin. Siento que el cuerpo se anima un poco, algo de vida recobra. El pulso sube: salvado! Tranquilizo a los vecinos que ya han de-jado de estremecerse. Llamo al mdico, que por fin est disponible, y le cuento que dado la ausencia de la abuela y el susto de la hermana mayor, iba a llamar el SAMU para hospitalizarlo. El doctor me confirma la decisin y se encarga de avisar el servicio de urgencia y la unidad de pediatra del hospital para pedir una hospitalizacin directa. Llegan para el transborde y pido a la hermana mayor que lo acompae.

    La historia y la vida de Pascal siguen Pascal qued una semana hospitalizado; esper-

    bamos a la abuela. Mientras tanto lo alimentaron por sonda nasogstrica, lo que le hizo ganar peso, pero lo dejaban unido a una mquina. Los comentarios en la or-ganizacin eran variados, Pascal X, el prvulo, admir mi valenta, no saba lo que l mismo hubiera hecho en tal caso. La dietista y la ergoterapeuta no entendieron,

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    ya que segn ellas estaba claro que ya no se deba ha-cer nada ms que dejarlo morir. Otros vacilaban en sus opiniones. La abuela volvi y se estremeci. La llev al hospital y cuando vio a Pascal se le vea una gran emo-cin, lo abraz y le dijo que lo quera. Pascal abra mucho sus ojos, pareca sensible pero algo ausente. Siguiendo los deseos de la abuela, transfirieron a Pascal a su do-micilio sin sonda nasogstrica, pero con alimentacin li-quida enriquecida, vitamnica. Queran ahora sostener el estado general y protegerlo de un descuido prematuro. Pascal se fortaleci. Instalaron la electricidad en la casa, luego se compraron una televisin barata y constataron que Pascal era atrado por la movilidad de las imgenes y giraba la cabeza hacia la tele frecuentemente, y a ve-ces reaccionaba con risas al mismo tiempo. No supimos si la luz de la televisin o el movimiento de las imge-nes producan esta atraccin. Pascal tuvo otra infeccin pulmonar y gracias a la electricidad pudimos alimentarlo por sonda. La abuela ya no se opona, lo encontraba me-jor as corporalmente, aunque ahora le costaba tomarlo en brazos y baarlo, ya que haba aumentado de peso.

    Lo baaba en un cuenco con agua tibia donde haban previamente hervido hierbas naturales medicina-les. La dietista y la ergoterapeuta volvieron a ase-gurar un sostn profesional en este contexto de mejora, quedaron bastante impresionadas: gua-

    tita llena, corazn contento. Pusimos en contacto a la abuela con una madre que viva a unos minutos y que tena un nio con sntomas parecidos, aunque era ms joven. El nio ya tena una gastrostoma bien to-lerada. La abuela se qued ms tranquila y cambi de idea en cuanto a la operacin. Los mdicos queran, sin embargo, ver una estabilizacin de estado de salud para poder confirmar la intervencin quirrgica; estimaban una espera de medio ao conveniente.

    El relato termina ac, ya que despus me fui de Gu-yana. La despedida de la familia fue emocionante, ya me senta algo integrada en la historia de la vida de la familia. La vida e historia de Pascal siguen.

    Las reflexiones aplicadas a la situacin vivida La situacin vivida puede enriquecer la presentacin

    terica de la empata y permite ver el arraigo de los apor-tes filosficos en el mundo de la salud. Sera largo re-calcar todos los puntos interesantes relacionados con el tema escogido. Relevar entonces las dos situaciones contundentes: el momento de cuidado de Pascal por

    Pascal X, el prvulo, con la abuela de duelo y el momen-to de reanimacin. La experiencia de relatar la situacin vivida es interesante. Me di cuenta de que espontnea-mente pas al presente cuando llegu al momento de reanimacin y luego volv al pasado cuando relat la hos-pitalizacin y el final de la historia. En el momento ms crucial vivido escrib espontneamente en presente. No creo que sea fortuito, el presente parece expresar mejor este momento en el que cada instante es cuestin de vida o de muerte para Pascal.

    El momento cuando Pascal se pone a llorar espon-tneamente en presencia de la abuela en duelo llorando de pena hace pensar: la relacin de fusin entre ambos pareca evidente. Pero qu perciba Pascal de su abuela? Poco vea. Perciba su tono de voz, el calor de su cuerpo, su manera de tomarlo en brazos. Cuando la abuela se ausentaba, lo pasbamos con muchos sustos, ya que en estas ocasiones presentaba complicaciones notorias de los sntomas. Pascal era como prisionero en su cuerpo rgido, al cual no lograba dar movimiento coordinados voluntarios; los movimientos mayormente era expresio-nes de perturbaciones del sistema nervioso o reflejos. Sin embargo, tena mmicas del rostro que parecan per-sonales y se podan percibir, as como manifestaciones generales de bienestar o molestias. Dado el avance de la enfermedad no se sabe muy bien si Pascal reaccion por contagio emocional o si se podra interpretar segn la teora de las neuronas espejos.

    El sistema de neuronas espejo constituye un mecanismo fisiolgico de resonancia motora y puede participar en la imitacin y quizs en el con-tagio de las emociones. Los datos neurofisiolgi-cos y neuropsicolgicos actuales no respaldan la idea de que este mecanismo sea responsable de la comprensin de las emociones y de la empata. Esto es especialmente cierto si se considera que la empata pertenece a las emociones sobre uno mismo de la propia conciencia, que se basan so-bre complicadas redes nerviosas distribuidas en el cerebro, incluidas la corteza prefrontal medial y ventral (Pereira, 2010, s. p.).

    Dada la ausencia de imagen cerebral de Pascal, solo se pueden hacer suposiciones. Lo que llam la atencin del parvulario es ver que esta relacin emocional de Pascal fue un alivio para la abuela mientras que l se sinti muy impotente y molesto para reconfortarla. Es

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    LA EMPATA A LA LUZ DE LA FENOMENOLOGA: PERSPECTIVAS EN EL CONTEXTO DEL CUIDADO / Ccile Furstenberg

    La empata se expresa de forma muy distinta por y para cada uno, y vara segn la situacin

    de vida, el estado: profesional de salud, familiar cercano, vecino, enfermo; las experiencias

    personales y pertenencias culturales.

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    conocido que en las primeras etapas de duelo la actitud de ayuda no tiene que focalizarse tanto en la verbaliza-cin, sino ms bien en una presencia. No hay mayor an-gustia que la de tener la impresin de estar encerrado en el mundo traumtico desconocido del duelo si no se tiene a alguien que empatice al lado.

    Ya haba reanimado a una persona mayor, en una oportunidad previa, con maniobras cardiorespiratorias, y se recuper. Encontr esta experiencia muy impactante. Pascal era un nio minusvlido con pronstico sombro. Solo se atinaba ya en sostener un confort de vida mni-mo con control de sntomas, dejando que la vida se apa-gara, por agotamiento. No poda aceptar que muriera de hambre, pero tampoco vea perspectivas muy alentado-ras en este cuadro. La reaccin cultural comunitaria de los vecinos apoy mi decisin por la reanimacin cardio-rrespiratoria. La ausencia de la abuela tambin influy, pues no poda asegurar que en este contexto crucial ella confirmara el deseo de dejar que la vida decida natural-mente su momento de muerte.

    All entran en consideracin modos divergentes de percibir la vida, la enfermedad y la muerte, en contex-tos personales y culturales distintos. Es preciso relevar la relacin cercana entre empata y toma de decisin. La manera de comprender al otro y su situacin induce una forma de reaccin y accin que no se realiza solo sino en interaccin con las propias empatas de los de-ms respecto al enfermo. La relacin entre empata y la prudencia o phronesis aristotlica propuesta en el artcu-lo de Svenaeus puede abrir perspectivas interesantes:

    I will argue that empathy is a basic condition and sour-ce of moral knowledge by being the feeling component of phronesis, and by the same power, it is also a motiva-tion for acting in a good way (2014b, p. 293). La expe-riencia personal de maniobra cardiorespiratoria fue para m emocionante ya que el cuerpo de Pas-cal se demor en recuperar una respiracin autnoma. Estos momentos cuando uno trata de insuflar vida en el corps-machine segn la expresin de Julien Offray de La Mettrie son conmovedores. Vea el abdo-men moverse, pero llev un tiempo recuperar una fun-cin autnoma. Cuando Pascal volvi a respirar solo fue un momento cuasi mgico: se pasa de la machine al cuerpo-animado. Se percibe lo que es la introyeccin en su realidad misma. Pascal despus recuper reacciones faciales, expresiones de la ipseidad propios, su tpica sonrisa, etc. Permaneca esta parte de misterio: qu siente l de su vida, de su cuerpo, de los dems?

    La empata se expresa de forma muy distinta por y para cada uno, y vara segn la situacin de vida, el esta-do: profesional de salud, familiar cercano, vecino, enfer-mo; las experiencias personales y pertenencias culturales.

    La empata como copresencia (Komprsentation) se desenvuelve en el tiempo y en un espacio. El espacio vivido en fenomenologa se diferencia en distintos mo-dos (Flores, 2003, p. 268): el cognitivo, el dentico, el sintomtico, el esttico y el sagrado. El lugar de vida del enfermo modifica su estado anmico. As Pascal vi-va de manera muy distinta cuando se encontraba en su

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    Julio-Diciembre 2015

    rev.latinoam.bioet. / ISSN 1657-4702 / Volumen 15 / Nmero 2 / Edicin 29 / Pginas 26-41 / 2015

    entorno familiar, comunitario o en el hospital. A su vez la presencia o no de prjimos, en particular de la abuela, se nota en los sntomas observados que presentaba Pascal. La influencia de lo vivido espacialmente en estos dos contextos para los enfermos podra ser en fenomenolo-ga el tema de una investigacin interesante. Se tiende hoy en da a volver a favorecer los cuidados a domicilio y en particular los cuidados paliativos. Esta reintegracin de los enfermos y de la muerte en la sociedad induce a que las relaciones intersubjetivas o empata incluyan la enfermedad, la dependencia, la muerte como naturales y componentes de la relacin y que la relacin con el enfermo no es una especificidad relegada a especia-listas, profesionales de la salud.

    CONCLUSIN

    Empathic medical care may provide patients with a sense of personal connection and perceived control over their health that results in more effective coping strategies, influencing health outcomes through chronic modulation of physiological stress responses (Decety y Smith, 2014, p. 235). La referencia de la empata en filosofa necesita una iniciacin a la fenomenologa para poder ser comprendida. Las referencias a la empata

    en el mundo mdico abarcan modos de expresiones divergentes hasta formulaciones dependientes de

    las neurociencias y de las neuronas espejo. Las neurociencias a su vez se encuentran con sus l-mites, ya que la causalidad no logra determinar la motivacin de los actos del libre albedro. Es

    una complementariedad que deja abiertas las posibili-dades descubiertas ulteriores de ambos campos y es enriquecedora para ambas disciplinas, como lo mostr el congreso Neurociencias. Teora, prctica y reconfigu-raciones del libre albedro (2014) en la Universidad Pon-tificia Catlica de Chile.

    Son notorios los aportes de la filosofa para identi-ficar y precisar las relaciones medico pacientes o pro-fesionales de la salud/ paciente o prjimos/ pacientes, permitieron forjar los conceptos de care, solicitud, proximologa, empata.

    Expuse una situacin de vida que me afect duran-te mi tiempo de ejercicio de enfermera cerca de nios con enfermedades graves, varios con cnceres diversos, hidrocefalia, sndrome de Dandy Walker, sida, en los contextos sociales difciles de la gente local de Guyana.

    Hay enfermos con funciones cerebrales tan daadas que tienden a ser despreciados en un mundo donde la ra-zn es lo que valora la autonoma de accin y decisin. Husserl permite otorgar una vida anmica a tales sujetos aunque no se pueda traducir con seguridad su modo de empatizar por la ausencia de lenguaje verbal. Husserl dice en distintas ocasiones que la empata empieza con uno mismo, esto quiere decir que los hombres ajenos son aprehendidos, en analoga con el yo propio, como sujetos de un mundo circundante de personas y cosas hacia los cuales se comportan en sus actos (Husserl, 2005, p. 276). Esto supone que la empata se ejerce y se pueden adquirir habilidades.

    El traspaso de un concepto de la filosofa al campo de la salud puede diluir o cambiar su sentido. Intent ver si la empata tal como es entendida en fenomenologa poda aportar reflexiones tiles que permitan ayudar a mejorar las relaciones intersubjetivas en este contexto y facilitar la toma de decisiones para el otro vulnerable y enfermo. Encuentro interesante la relacin entre em-pata y la virtud de prudencia aristotlica. La empata en el campo de la salud tiene efectos positivos para los enfermos y ayuda en las tomas de decisiones y a unir la teora con la prctica. La empata asocia la emocin, la razn y la experiencia. En el campo de la salud se busca un modo de relacin intersubjetiva que alivie al otro do-lorido o sufriendo, que lo ayude para enfrentar la enfer-medad. La fenomenologa presenta una empata como modo de relacin intersubjetiva ms amplia que puede, sin embargo, tener un alcance en el campo de la salud. Hay que considerar no solo la empata desde el punto de vista personal, sino en los efectos que produce en el otro y viceversa as como en la manera de comportar-se en el mundo. La fenomenologa podra para algunos contribuir a favorecer los procesos de sanacin y pro-mover la humanizacin de las relaciones entre profesio-nales de salud, paciente y prjimos.

    De la misma manera, las relaciones entre la empa-ta segn la fenomenologa y la responsabilidad segn Lvinas se podran conjugar. Cuando se profundizan los textos de Husserl las crticas conocidas de Lvinas po-dran ser temperadas y quizs se podra optar por una complementariedad ms que por una oposicin. Las obras de Lvinas Entre nous, Essai sur le penser lautre o Descubriendo la existencia con Husserl y Heidegger podran alimentar la reflexin. Cest prcisment dans ce rappel de la responsabilit du moi par le visage qui

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    LA EMPATA A LA LUZ DE LA FENOMENOLOGA: PERSPECTIVAS EN EL CONTEXTO DEL CUIDADO / Ccile Furstenberg

    rev.latinoam.bioet. / ISSN 1657-4702 / Volumen 15 / Nmero 2 / Edicin 29 / Pginas 26-41 / 2015

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    REFERENCIAS

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    lassigne, qui le demande, qui le rclame quautrui est le prochain du moi (1995, p. 206). Ms all de la empata, Lvinas presenta la responsabilidad al amor del prjimo en el sentido fuerte sin concupiscencia. A su vez, el amor no es ausente en las obras de Husserl, pues se encuentran trabajos recientes que lo destacan: El amor como motivo tico en la fenomenologa de Edmund Hus-serl (Crespo, 2012), Con afirmaciones que recuerdan

    al agustiniano amor meus, pondus meus, o al ordo amoris scheleriano, Husserl sostiene que es el amor de cada persona lo que, en ltima instancia, revela la individualidad de sta (p. 23). Hasta qu punto el amor comple-ta los lmites de la empata o la colma? El amor comprende de por s la empata? Las preguntas quedan abiertas.