LA EXPERIENCIA EN BACHILLERATO DE JÓVENES...
Transcript of LA EXPERIENCIA EN BACHILLERATO DE JÓVENES...
LA EXPERIENCIA EN BACHILLERATO DE JÓVENES INDÍGENAS
OAXAQUEÑOS EN COMUNIDADES DE ALTA MARGINACIÓN
Ivania de la Cruz Orozco
Profesora-Investigadora
Universidad de la Sierra Sur
Resumen
La presente investigación es un estudio de caso múltiple cuyo objetivo es conocer la
experiencia en bachillerato de estudiantes indígenas en zonas consideradas de alta
marginación en el estado de Oaxaca. Tanto el marco teórico como la revisión de literatura y
los métodos con que se recolectó la información tuvieron como fin entender los beneficios
que los estudiantes indígenas esperan obtener de una educación de nivel medio superior.
Para esta investigación se realizó trabajo de campo en tres escuelas: un CECyTE, un
COBAO y un IEBO ubicados en comunidades de Valles Centrales, Istmo y Sierra Norte,
respectivamente. La información utilizada para realizar este trabajo provino de entrevistas a
profundidad, un sondeo y observaciones a lo largo de ocho meses. La información
recolectada fue analizada a la luz de dos elementos teóricos: i) las definiciones y tipos de
capital propuestas por Pierre Bourdieu y ii) la agencia. Ambos elementos permitieron
entender las decisiones y acciones que los estudiantes toman desde el momento que
solicitan admisión al bachillerato hasta el momento de su graduación.
Los hallazgos de esta investigación sugieren que la mayoría de los estudiantes ven
al bachillerato como un paso para alcanzar una aspiración educativa mayor: la graduación
de una institución de educación superior. Asimismo, los estudiantes entrevistados
expresaron que el bachillerato les brinda conocimientos y habilidades que, ellos esperan, les
serán útiles en el mercado laboral. Desafortunadamente, los beneficios que los estudiantes
esperan obtener de su certificado de bachillerato difícilmente son alcanzables. La falta de
empleo estable y bien remunerado, así como los costos de asistir a la universidad limitan
significativamente las aspiraciones educativas, laborales y personales de los jóvenes
indígenas oaxaqueños que habitan zonas de alta marginación. A pesar del panorama
desalentador que enfrentan los egresados de bachillerato, la participación en esta
investigación de familiares permitió conocer beneficios personales y colectivos que pueden
esperarse de una juventud egresada de bachillerato en el largo plazo. Los hallazgos de esta
investigación resultan relevantes ante la reciente reforma constitucional que hace
obligatorio el bachillerato y la ausencia de políticas públicas complementarias que permitan
a la juventud indígena tener experiencias escolares plenas y de calidad.
INTRODUCCIÓN
El presente artículo contiene hallazgos sobre los beneficios que los jóvenes indígenas
esperan obtener de sus estudios de bachillerato. Dichos beneficios están basados en las
percepciones (las formas en que ellos observan, entienden e interpretan su realidad), sus
opiniones (puntos de vista y juicios), así como en sus aspiraciones y ambiciones educativas
y profesionales.
La primera parte del artículo contiene información sobre las aspiraciones educativas
y profesionales de estudiantes indígenas en su último año de bachillerato. Posteriormente,
se realiza una comparación entre dichas aspiraciones y las circunstancias que los
estudiantes indígenas enfrentan después de su graduación. Lo anterior permite saber hasta
qué punto los estudiantes pueden alcanzar sus metas. Posteriormente, se incluyen en el
análisis las voces de padres de familia de alumnos de bachillerato. Estos actores conforman
una red de apoyo para los estudiantes de bachillerato y tienen opiniones distintas a las de
los estudiantes respecto a los beneficios (tanto individuales como familiares y sociales) que
traen los estudios de bachillerato.
Para obtener información sobre los beneficios que los estudiantes indígenas esperan
obtener de un certificado de bachillerato, se realizaron entrevistas a estudiantes del último
año de bachillerato y padres de familia. Los cuestionarios utilizados contenían preguntas
abiertas que invitaban a los participantes a comentar las ventajas que traería un certificado
de bachillerato. Las entrevistas fueron transcritas y codificadas. Las categorías resultantes
se agruparon por tipo de participante (estudiante y padre o madre de familia). Para
corroborar la información que emergió de las entrevistas se utilizó información de notas de
observación y de un cuestionario que se aplicó a todos los estudiantes del último año de
bachillerato. Esta información adicional permitió corroborar la validez de las categorías
emergentes de la data.
Cada caso se analizó de manera independiente. Los tres casos fueron el de un
CECyTE-Emsad en Santa María Peñoles, un COBAO en Tolosa Donají y un IEBO
Asunción Cacalotepec. Cuando se completó el análisis de data para cada caso, se
compararon las categorías que emergieron para cada tipo de participante y fue así como se
obtuvo información sobre los beneficios de estudiar bachillerato desde el punto de vista de
los estudiantes en las tres escuelas y desde el punto de vista de padres en las tres
comunidades donde se realizó trabajo de campo. Los hallazgos presentados en este artículo
sobre los beneficios que se esperan obtener de los estudios de bachillerato corresponden a
las categorías que predominaron para los tres casos incluidos en este estudio de caso
múltiple.
Razones por las que los estudiantes indígenas deciden cursar estudios de bachillerato
Existen estudios que afirman que la educación media superior trae beneficios
considerables. De acuerdo a un estudio sobre este nivel educativo en México, las escuelas
constituyen un espacio en el que los estudiantes pueden obtener conocimiento, habilidades,
hábitos y valores que resultan en la posibilidad de adquirir beneficios económicos y no
económicos (INEE, 2011b). Los beneficios económicos pueden intercambiarse en el
mercado de trabajo, mientras que los no económicos están asociados con una mejor calidad
de vida (mejor salud, por ejemplo) (Feinstein et al. citados en INEE, 2011b). Además, por
ser un prerrequisito de entrada a la educación superior, la educación media superior permite
a los egresados considerar la posibilidad de inscribirse y graduarse de la universidad. Para
los estudiantes indígenas de bajos recursos, estos posibles beneficios constituyen un fuerte
incentivo para cursar estudios de bachillerato.
Desafortunadamente, el acceso a y la graduación de la educación media superior es
aún un camino largo y complicado para muchos estudiantes mexicanos. En el año escolar
2009-2010, 48% de los mexicanos entre los 15 y 17 años no estudiaban (INEE, 2012). Las
tasas de eficiencia terminal son bajas: 58.5% de los estudiantes de bachilleratos públicos
que comenzaron sus estudios en 2005 se habían graduado para 2008(INEE, 2010).A pesar
de las dificultades que los estudiantes enfrentan para concluir bachillerato, el no graduarse
de este nivel educativo trae aún más dificultades. Cerca de la mitad de los jóvenes entre 15
y 17 años que no están inscritos en educación media superior tampoco tienen un trabajo
(Székely, 2012). Esta cifra es alarmante si se considera además que la probabilidad de que
estos jóvenes vuelvan a la escuela es muy baja y sus oportunidades para ganarse la vida son
muy limitadas. Entre los jóvenes no inscritos en bachillerato, solo 17% tienen posibilidad
de encontrar trabajo (Székely, 2012). Además, los jóvenes sin estudios de bachillerato
pueden tardar más de un año en encontrar trabajo, y éste suele ser inestable, mal pagado y
sin oportunidades de desarrollo profesional (Székely, 2012).
Como se ha mencionado, el no contar con un certificado de bachillerato
automáticamente elimina cualquier aspiración a cursar educación superior. Existen estudios
que muestran que las familias indígenas de escasos recursos se beneficiarían
considerablemente de tener miembros con educación superior, pero la realidad es que en
zonas de alta y muy alta marginación se carecen de recursos económicos para cubrir los
costos de una carrera universitaria(Carnoy et al., 2002). Bajo condiciones de marginación,
los estudiantes indígenas difícilmente se gradúan de bachillerato y, por ende, no pueden
acceder a los niveles educativos que les permitirían interrumpir el ciclo de perpetuación de
pobreza(Székely, 2012).
La educación media superior se hizo obligatoria en México para el ciclo escolar
2012-2013. Al momento de seleccionar las escuelas en las que se realizó trabajo de campo
los estudiantes no se inscribían a bachillerato por obligación, sino por elección. La
siguiente sub sección presenta resultados sobre las razones por las que los estudiantes que
participaron en la investigación decidieron inscribirse en bachillerato así como los
beneficios que esperaban obtener de un certificado.
El Bachillerato como Escalón hacia la Educación Superior
En teoría, la educación media superior debería brindar a los estudiantes conocimiento
académico y habilidades prácticas, así como preparar a los estudiantes para convertirse en
miembros activos de la sociedad. Sin embargo, los programas curriculares en México
suelen concentrarse en la preparación para cursar estudios universitarios, como si este fuera
el camino natural a seguir por los egresados de bachillerato (Zorrilla Alcalá, 2008). Pocos
subsistemas de bachillerato, incluido el COBAO, cuentan con áreas de especialización
diseñadas para preparar a los estudiantes a incorporarse a instituciones de educación
superior. Dos de los tres bachilleratos incluidos en este estudio (CECyTE-Emsad y IEBO)
no brindaba a los estudiantes una preparación adecuada para realizar estudios superiores.
Lo anterior coincide con la evidencia de que solo una minoría de egresados accede a la
educación superior y son menos aún los que consiguen graduarse. A pesar de esto, todos y
cada uno de los estudiantes entrevistados expresaron el deseo de seguir estudiando al
concluir su bachillerato. De ellos, la minoría sabía qué tipo de programa querían
cursar.Federico, un estudiante en Santa María Peñoles, comentó que deseaba convertirse en
ingeniero en Comunicaciones y Tecnología. Federico sabía que dicho programa de estudios
era ofrecido en el Instituto Politécnico Nacional en Ciudad de México (Entrevista, 9 de
febrero de 2011). José, un estudiante en Tolosa Donají, comentó que siempre le había
gustado trabajar con ganado y dado que era bueno en eso, deseaba inscribirse en una
escuela de veterinaria (Entrevista, 18 de marzo de 2011). Ximena, a una estudiante
sobresaliente en Asunción Cacalotepec, expresó tener seguridad en que se convertiría en
ingeniero en la misma escuela donde estudiaba su hermano mayor o bien, buscaría un
programa sobre Ecología y Medio Ambiente (Entrevista, 19 de octubre 2011).
Algunos otros estudiantes no tenían información precisa sobre programas académicos
de educación superior, pero expresaron firmemente que deseaban convertirse en
profesionistas porque tenían una vocación. Flor, una estudiante en Santa María Peñoles,
comentó que quería dedicar su vida a la danza folclórica. Aunque no estaba segura de que
existiera una carrera universitaria dedicada a las artes, Flor sabía que el baile era su
vocación (Entrevista, 29 de noviembre de 2011). Miguel, un estudiante en Asunción
Cacalotepec, quería inscribirse en la carrera de Educación Física para poder continuar
practicando su deporte favorito: el basquetbol (Entrevista, 6 de diciembre de 2011). Miguel
había ganada varios trofeos jugando basquetbol y, dado que no había maestro de educación
física ni entrenador en su bachillerato, él estaba a cargo de dirigir el entrenamiento del
equipo escolar. Benito, un estudiante en Tolosa Donají, comentó que quería ir a la Escuela
de Derecho porque un título de abogado le permitiría adquirir los conocimientos y
habilidades para ayudar a sus paisanos. Benito comentó que muchos intermediarios se
aprovechaban de los campesinos en su comunidad, ya que compraban sus productos a bajo
precio y los venían mucho más caros (Entrevista, 30 de mayo de 2011).
La mayoría de los estudiantes entrevistados no tenían información acerca de los
programas de educación superior ni pudieron explicar algún tipo de vocación, pero esto no
evitaba que expresaran su aspiración de graduarse de una institución de educación superior.
Gisela, una estudiante en Tolosa Donají, comentó que sentía la necesidad y la obligación de
dar a sus padres una buena calidad de vida y corresponder al sacrificio que por ella habían
hecho toda su vida. En su opinión, un título universitario le permitiría devolver o retribuir
lo que había recibido de su familia (Entrevista, 29 de marzo de 2011). De igual forma,
Carmen, estudiante del bachillerato en Asunción Cacalotepec, comentó que un título
universitario le permitiría ayudar a su madre, quien era viuda. Addi, de Tolosa Donají, y
Ximena, de Asunción Cacalotepec, comentaron que un título universitario les facilitaría la
vida porque les permitiría sortear algunas dificultades y acceder a mejores oportunidades
que las que habían tenidos sus padres, quienes llevaban una vida de trabajo duro.
El Fin de un Sueño: ¿Por qué los egresados de bachillerato no pueden acceder ni completar estudios universitarios?
En Oaxaca la gran mayoría de quienes egresan de bachillerato se incorporarán al
mercado de trabajo o permanecerán en sus comunidades de origen trabajando en sus
hogares o en el campo con su familia (Székely, 2013). Existen múltiples razones por las
cuales los estudiantes que desean cursar estudios de educación superior no pueden cumplir
sus aspiraciones. La primera razón tiene que ver con la enorme distancia entre las ciudades
donde están ubicadas las universidades y las comunidades de origen de los estudiantes. En
el estado de Oaxaca los caminos sinuosos entre las los centros urbanos y las comunidades
indígenas hace de los traslados algo difícil y costoso. Es común que las comunidades no
tengan caminos transitables y carezcan de servicios accesibles de transporte entre los
hogares y las escuelas.
Para muchos estudiantes, incluso el viaje para pedir informes sobre la admisión a
universidades es un gasto fuerte para la familia. Si los estudiantes no tienen amigos o
familiares que puedan hospedarlos en las ciudades donde las universidades se localizan, es
muy poco probable que consideren la opción de seguir estudiando después de graduarse de
bachillerato.
Los egresados de bachillerato que quieren cursar estudios de educación superior
deben contar con recursos para cubrir gastos de transporte, manutención (renta, ropa y
comida) y gastos escolares (exámenes de admisión, cuotas de inscripción y materiales). A
pesar de que los estudiantes que tienen apoyo de OPORTUNIDADES también pueden
solicitar la beca PRONABES (un recurso otorgado a estudiantes de escasos recursos
inscritos en instituciones públicas de educación superior), estos fondos apenas cubren los
gastos en que los estudiantes y sus familias incurren. Si bien es cierto que los estudiantes
que participaron en esta investigación y sus familias hicieron un esfuerzo colectivo
importante para alcanzar la meta de graduarse de bachillerato, esos esfuerzos difícilmente
pueden extenderse cuatro o cinco años más para completar una carrera universitaria. Lo
anterior no se debe a que los estudiantes y sus familias carezcan de aspiraciones educativas,
sino que generalmente la familia debe aún cubrir los gastos escolares y de manutención de
miembros más jóvenes de la familia.
A propósito de la necesidad de un esfuerzo colectivo para apoyar a los estudiantes
que desean cursar estudios superiores, una maestra en Tolosa Donají comentaba al recordar
su propia experiencia en la universidad que durante los primeros meses es fundamental
contar con el apoyo moral y económico de la familia (Entrevista, 27 de Mayo de 2011).
Muchos estudiantes brillantes como Gisela, Cintia, Gladis e Isabel tenían aspiraciones de
cursar estudios superiores pero ni siquiera podían costear el examen de admisión. Muchos
graduados de bachillerato cuentan con el talento necesario para realizar estudios en
instituciones de educación superior, pero la falta de recursos les impide hacerlo.
Una segunda razón por la cual los egresados de bachillerato no pueden cumplir sus
aspiraciones de realizar estudios superiores es el cada vez más difícil proceso de admisión.
Estudiantes entrevistados para esta investigación comentaron que algunos graduados de
cohortes previas habían solicitado admisión a instituciones de educación superior pero no
pasaron el examen de admisión. Rubi, una estudiante en Santa María Peñoles, mencionó
que la mayoría de sus hermanos se habían graduado del bachillerato pero que solo uno
había logrado ser admitido a una institución de educación superior:
Mi hermana pronto se graduará de la universidad. Ella estudia Administración
de Empresas. Pero a mis otros hermanos no les alcanzó para pagarse los
estudios y migraron a Estados Unidos después de graduarse de bachillerato.
Otro de mis hermanos entró al Ejército después de su graduación (de
bachillerato). Una de mis hermanas hizo examen en la escuela de medicina
pero no quedó y ya no lo volvió a intentar (Entrevista, 24 de febrero de 2011).
Una tercera dificultad que enfrentan los graduados de educación media superior para
continuar sus estudios es el número limitado de lugares para alumnos de nuevo ingreso en
universidades públicas. En la UNAM, 62,682 estudiantes solicitaron admisión para 2012 y
solo 6,500 (10.64%) fueron admitidos (Hernández, 2012). En la Universidad Autónoma
Benito Juárez de Oaxaca, la universidad estatal, cerca de un tercio de los aplicantes fue
admitido (González Cruz, 2012). La competencia por ingresar a las universidades públicas
es tan fuerte que incluso hay cursos privados de preparación, algunos de los cuales se
imparten de manera clandestina. Una egresada de bachillerato en Tolosa Donají comentó
que había pagado cerca de $2000 pesos por un curso de tres semanas que la preparó para el
examen de admisión a una Escuela Normal. Cabe señalar que este monto no incluía
transporte, comida ni gastos personales (Entrevista, 1 de junio de 2011). A pesar del costo
elevado, esta egresada comentó que el curso de había sido muy útil pues los libros de texto
usados contenían ejercicios muy similares a las preguntas del examen de admisión.
Afortunadamente, esta persona aprobó su examen y es ahora una maestra de pre-escolar. Al
preguntarle por sus compañeras de bachillerato que habían presentado el examen a la
misma Escuela Normal, la entrevistada comentó que recordaba a dos que no habían
aprobado el examen de admisión y comenzaron a trabajar sin volver a intentar ingresar a
una institución de educación superior. Dada esta competencia, el soborno es una opción
para aquellos con los recursos para comprar su admisión a una universidad pública.
Nicolás, un estudiante de bachillerato que aspiraba a convertirse en maestro comentó: "Se
dice que si pagas 8,000 pesos, sí entras a la Escuela Normal" (Entrevista, 12 de abril de
2011).
Varios de los egresados de cohortes anteriores que no fueron admitidos a
instituciones públicas de educación superior se inscribieron en instituciones privadas.
Cuando una familia envía a alguien a estudiar a una institución privada, deben pagar una
cuota mensual de colegiatura además de gastos adicionales. Desafortunadamente, la falta de
espacios en universidades públicas para todos los egresados de bachillerato ha generado
una oferta de educación privada de baja calidad. Los gobiernos federal y estatal han
permitido la creación de instituciones privadas que brindan educación superior a pesar de
no contar con un profesorado de tiempo completo (que además no realiza investigación) ni
brindar servicios ofrecidos por universidades públicas, como actividades culturales y de
recreación (Silas Casillas, 2005).
Las familias de escasos recursos que envían a sus hijos e hijas a estudiar en
universidades privadas hacen un gran esfuerzo por cubrir las colegiaturas y gastos
adicionales. Nicolás, un estudiante de bachillerato en Tolosa Donají, comentó que uno de
sus hermanos mayores no había sido admitido a una Escuela Normal y la familia lo apoyó
para estudiar en una pequeña institución privada que ofrecía cursos los fines de semana. Lo
anterior hizo posible que el hermano de Nicolás pudiera trabajar durante la semana y
estudiar los sábados y domingos (Entrevista, 12 de abril de 2011). La madre de Nicolás,
quien vende comida en la cafetería del bachillerato en Tolosa Donají, comentó que mandar
a su hijo a una institución privada de educación superior había sido un reto enorme para la
economía familiar:
Tuvimos que pedir prestado dinero. Puede usted preguntarle a la secretaria del
bachillerato; yo le pedía dinero para pagar la colegiatura de mi hijo. No
tenemos ingreso fijo porque mi marido maneja un taxi y yo vendo comida aquí
en la cafetería.(Entrevista, 12 de mayo de 2011)
A pesar de la baja calidad de la educación que proveen las instituciones privadas de
educación superior (que son más bien empresas con fines de lucro), éstas brindan ciertas
ventajas a sus estudiantes: la posibilidad de obtener un título de educación superior, muy
pocos requisitos para ingresar y horarios flexibles que permiten combinar estudio y trabajo.
En cierta forma, estas universidades promueven equidad al brindar a los estudiantes
provenientes de hogares de recursos bajos y medios la oportunidad de recibir una
educacióny hacerse de credenciales que les permitirán competir en el mercado de trabajo
(Silas Casillas, 2005).
Los pocos graduados de bachillerato que logran acceder a la educación superior
siguen enfrentando retos para graduarse. Los maestros de bachillerato en Santa María
Peñoles comentaron los casos de varios egresados suyos que habían desertado de
instituciones de educación superior porque no pudieron cubrir los costos que implicaba.
Otros jóvenes habían desertado por otras razones, como que no les gustaba el programa que
habían elegido o que tenían dificultades para habituarse a la ciudad en la que se encontraba
la universidad.
Los bachilleratos donde se realizó esta investigación no ofrecían una instrucción
adecuada para elegir un programa universitario. Solo el bachillerato en Tolosa Donají
ofrecía cursos de orientación vocacional. El personal de los bachilleratos en Santa María
Peñoles y en Asunción Cacalotepec organizaba viajes de un día a ferias universitarias para
que los estudiantes buscaran folletos e información general sobre las instituciones y
programas de educación superior.Sin embargo, ninguno de los bachilleratos había podido
organizar viajes a una universidad u oportunidades para que los estudiantes conversaran
con estudiantes y profesores de educación superior. La falta de conocimiento sobre los
programas de educación superior constituye un serio problema para los estudiantes que
desean y tienen los recursos necesarios para seguir estudiando después de concluir el
bachillerato. Muy pocos de los estudiantes entrevistados conocían a estudiantes y egresados
de educación superior. Quienes habían podido conversar con estudiantes y egresados de
educación superior comentaron que estas personas habían tenido un impacto positivo y
significativo en ellos. Por ejemplo, Lupe, una estudiante de Santa María Peñoles, comentó
que su tía era enfermera y que la invitaba a la clínica de la comunidad para observar su
trabajo. Esto resultó en el deseo de Lupe de convertirse en enfermera (Entrevista, 14 de
febrero de 2011). Otros estudiantes de bachillerato como Nicolás en Tolosa Donají y Pedro
en Santa María Peñoles, comentaron que habían decidido qué programa de educación
superior les gustaría estudiar después de platicar con estudiantes universitarios que les
habían compartido sus experiencias (Nicolás, Entrevista, 12 de abril 2011; Pedro,
Entrevista, 2 de febrero de 2011).
Los pocos años de educación escolarizada que tienen los padres de estos estudiantes
implica una falta de capital cultural en la forma de información sobre programas e
instituciones de educación superior y contactos que les informen sobre cómo deben
prepararse los aspirantes a educación superior para aumentar sus posibilidades de ser
admitidos. Asimismo, la orientación vocacional en la escuela es fundamental para las
trayectorias escolares.Cuando se les pregunta a los estudiantes sobre qué programas de
educación superior desearían cursar, la gran mayoría responde que quisiera ser maestro o
trabajadora social, a lo cual se dedican los profesionistas con quienes tienen mayor contacto
en sus comunidades. Algunos otros estudiantes mencionan simplemente los nombres de sus
cursos favoritos en el bachillerato o las profesiones de sus maestros de bachillerato. La
limitada o nula orientación vocacional que los estudiantes de bachillerato reciben
incrementa el riesgo de que los estudiantes que pueden inscribirse en instituciones de
educación superior elijan programas que no coinciden con sus habilidades e intereses. Esto,
a su vez, incrementa la probabilidad de que estos pocos estudiantes privilegiados deserten.
Realidades del Mercado Laboral en Oaxaca
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OECD, 2012), las tasas de desempleo en México son mayores para gente con mayor
escolaridad. Las tasas de desempleo para los egresados de educación superior son mayores
que las de los graduados de bachillerato. De hecho, las tasas de desempleo entre
poblaciones egresadas de educación superior y media superior son mayores que las de
egresados de secundaria (OECD, 2012).La asociación positiva y contraintuitiva entre años
de educación y desempleo podría explicarse por una posible disonancia entre las
habilidades adquiridas por la población con educación escolarizada y las necesidades del
mercado laboral, así como por una mayor demanda de trabajo con poca paga en el país
(OECD, 2012).
En las tres comunidades que se incluyeron en este estudio, la relación antes señalada
entre desempleo y educación no se sostiene. Parece haber una alta demanda de trabajadores
con salario bajo, pero las tasas de desempleo de los egresados de bachillerato no son
mayores que las de los egresados de secundaria. De acuerdo con estudiantes de bachillerato
y antiguos egresados, un certificado de bachillerato brinda a los graduados una ventaja
comparativa respecto a los no graduados al momento de competir por los escasos trabajos
disponibles en la comunidad o en las comunidades a las que migran después de graduarse
de bachillerato. Actualmente, los empleadores de las comunidades visitadas prefieren, y
algunas veces exigen, que los empleados cuenten con un certificado de bachillerato. La
desventaja de esta situación es que es muy común contratar a gente sobre calificada para
trabajos que no requieren de mucha preparación, como empleados de gasolinera, cajeras o
acomodadores en tiendas. Isabel, una estudiante en Tolosa Donají comentó un ejemplo de
los beneficios de contar con certificado de bachillerato al mencionar que su hermano, quien
desertó del bachillerato un semestre antes de graduarse, no había podido competir por un
trabajo en Ciudad Juárez por no contar con el certificado.
A pesar de que los estudiantes están conscientes de que un certificado de bachillerato
difícilmente les ayudará a encontrar un trabajo con excelente salario, ellos esperan al
menos poder encontrar trabajos que sean menos pesados físicamente que el trabajo en el
campo. Muchos estudiantes comentaron que la vida de un campesino es dura y apenas
brinda productos para autoconsumo. Además, el trabajo en el campo conlleva varios
riesgos, como la falta o exceso de lluvias que arruinan la cosecha. Los estudiantes también
esperan encontrar mejores trabajos que los que tienen sus familiares que han migrado a
zonas urbanas. Pedro, un estudiante en Santa María Peñoles, tiene hermanos quienes
trabajan como albañiles en Ciudad de México. Habiendo visto cuan pesado físicamente es
ese trabajo, Pedro espera poder encontrar un trabajo menos demandante tras graduarse de
bachillerato (Entrevista, 2 de febrero de 2011). Carmen, una estudiante en Asunción
Cacalotepec, tiene hermanas quienes trabajan como empleadas domésticas en Oaxaca.
Aunque Carmen está muy agradecida por el dinero que le envían para cubrir gastos
escolares, ella espera poder encontrar un mejor trabajo después de su graduación de
bachillerato. Abril, una estudiante de Asunción Cacalotepec, se salió del bachillerato luego
de cuatro semestres para trabajar en la ciudad de Oaxaca como empleada doméstica.
Después de un año, Abril regresó a la escuela porque, afirma, se dio cuenta de que ese
trabajo era muy duro: “Yo sé lo que es trabajar y es duro. Quiero graduarme del
bachillerato para tener mejores oportunidades en la vida” (Entrevista, 18 de octubre de
2011). Muchas estudiantes también comentaron que esperaban poder encontrar un trabajo y
evitar convertirse en amas de casa tras graduarse del bachillerato.
La ventaja que los graduados de bachillerato tienen sobre los graduados de
secundaria en términos de poder encontrar mejores trabajos no significa que exista
abundancia de mejores trabajos (bien pagados y/o físicamente menos demandantes). La
falta de empleo afecta a la juventud indígena incluso antes durante el bachillerato. Flor, una
estudiante en Santa María Peñoles, comentó que ella se sentía constantemente estresada por
la falta de dinero para cubrir los gastos escolares y no había nada que pudiera hacer al
respecto. (Entrevista, 7 de diciembre de 2010).A pesar de su disposición y deseo de
trabajar, simplemente no había empleo para ella en la comunidad.La gente que no desea o
no puede estudiar en una institución de educación superior comienza a buscar trabajo
después de graduarse. Algunos estudiantes pueden ayudar a su familia en el trabajo del
campo o en negocios familiares. Silvio y Francisco, estudiantes en Tolosa Donají,
trabajaron en una tienda y un lugar donde lavan autos, respectivamente. Otros graduados de
bachillerato usan su capital social (información y recursos brindados por familiares y
amigos) para entrar al mercado laboral local.
Tolosa Donají es una agencia municipal ubicada al lado de la carretera federal que
conecta a los estados de Oaxaca y Veracruz. Miles de autobuses, camiones de carga pasan
por esta carretera. El tránsito ha creado un mercado de trabajo para conductores de
vehículos de carga. Polo, un estudiante del bachillerato en esta comunidad, comentó que su
madre lo estaba animando para que siguiera los pasos de un tío y se convirtiera en
conductor (Entrevista, 27 de mayo de 2011). Otra opción viable era convertirse en policía o
soldado, debido a la presencia en la región de la policía local y federal. Polo y Francisco
también estaban considerando solicitar un trabajo con la policía porque dichos empleos
brindan un ingreso estable y oportunidades de desarrollo profesional. Sin embargo, Polo
comentó que a él y a su familia les preocupaban los peligros que conlleva este tipo de
trabajo. La guerra contra las drogas iniciada por el gobierno federal comenzó en 2006 y ha
resultado en decenas de miles de muertes, incrementando los riesgos de integrarse a la
fuerza policial. Otra opción para Polo era convertirse en traficante de drogas. Tolosa Donají
está ubicada en una región del estado en la que se cultivan drogas no legales. En la
comunidad se comenta que muchas personas se dedican a producir y distribuir drogas. Polo
comentó que tenía un padrino que se dedicaba a traficar drogas y aunque no le agradaba
mucho la idea de trabajar para el crimen organizado, reconocía que tenía ante sí la opción
de hacerlo (Entrevista, 27 de mayo de 2011). Como se ha descrito, existen desventajas
políticas, económicas y sociales que dejan a los estudiantes de escasos recursos con muy
pocas opciones de trabajo. Además, dichas opciones brindan beneficios reducidos y
conllevan altos riesgos.
Egresados de los tres bachilleratos incluidos en este estudio suelen buscar empleo en
negocios locales o seguir trayectorias laborales sugeridas por sus familiares. Muchos de los
egresados de bachillerato entrevistados encontraron trabajo como cajeras, asistentes y
choferes; algunos de ellos comentaron que esperaban poder ahorrar un poco y solicitar
admisión a una institución de educación superior un año después de la graduación. Algunos
otros graduados de bachillerato permanecieron en sus comunidades de origen trabajando en
el campo o en sus hogares.
A pesar del pronóstico desalentador que enfrentan los jóvenes indígenas que se
gradúan de bachillerato, hay ventajas importantes que obtendrán con su certificado. En la
siguiente sección se incorporan al análisis las voces de padres de familia, cuyas opiniones
dan otra dimensión al conjunto de beneficios que conlleva la conclusión del bachillerato.
Los Beneficios del Bachillerato: La Perspectiva Padres de Familia
Los beneficios que los estudiantes indígenas esperan obtener de su certificado de
bachillerato pueden agruparse en dos categorías: 1) Habilidades y conocimiento que es
permitirán acceder al mercado laboral y 2) Cumplir con uno de los prerrequisitos para
cursar estudios de nivel superior. Para entender mejor hasta qué punto pueden obtenerse
realmente dichos beneficios, se invitó a participar en esta investigación a padres de familia.
Antes de presentar las opiniones de estos participantes, añado una breve nota sobre uno de
los sesgos más fuertes que como investigadora me acompañaron desde el diseño de la
investigación hasta las primeras semanas del trabajo de campo. Dicho sesgo se corrigió (o
disminuyó) después de hablar con quienes integran el círculo de adultos que acompañan a
los estudiantes de educación media superior en las comunidades que se incluyeron en esta
investigación.
El Sesgo de la Investigadora: Por qué los Estudios Universitarios No Son el Fin Último
Como se ha señalado, uno de los sesgos que más afectó el diseño y las preguntas de
investigación, así como los instrumentos de recolección de data y su análisis preliminar fue
la idea de que el fin último de los estudios de educación media superior es completar una
carrera universitaria. Este sesgo me acompañó las primeras semanas del trabajo de campo
probablemente por mi propia experiencia escolar y porque los estudiantes que entrevisté me
señalaban que uno de los beneficios de su certificado de bachillerato era que cumplíanel
principal requisito para alcanzar su siguiente aspiración: convertirse en profesionistas.
Poco después de comenzar mi trabajo de campo en Santa María Peñoles, me percaté
con sorpresa de que los estudiantes más destacados del bachillerato querían y tenían la
capacidad de realizar estudios universitarios pero empezaban a admitir que eso difícilmente
sucedería. Mis opiniones personales sobre la trayectoria escolar “deseable” o “ideal” me
hicieron pensar que todo el esfuerzo que estaban haciendo los estudiantes era en vano.
¿Para qué cursar bachillerato si no podían acceder a y concluir una carrera universitaria?
Cuando conocí a egresados de los bachilleratos visitados y supe que muchos trabajaban en
sus hogares o en el campo, que se habían convertido en padres de familia de tiempo
completo, que trabajaban en negocios locales como meseros, cocinero o cajeros, empecé a
preguntarme si los tres años invertidos (en términos de tiempo, recursos y el costo de
oportunidad) habían valido la pena. Afortunadamente, el vivir en las comunidades donde se
ubicaban los bachilleratos visitados me brindó la oportunidad de conocer, convivir y charlar
con dichos egresados, con maestros de otras escuelas, padres de familia y líderes
comunitarios que me ayudaron a corregir mi visión sesgada sobre el significado y los
beneficios de la educación media superior en comunidades indígenas que enfrentan altos y
muy altos niveles de marginación. A continuación se presenta la perspectiva de los Padres
de Familia.
Opiniones de Padres y Tutores: El Bachillerato como Proyecto Colectivo
Con base en la data recolectada durante el trabajo de campo, es posible afirmar que
los padres y tutores constituyen la principal fuente de apoyo para los estudiantes de
bachillerato. Son los padres o tutores quienes animan a los jóvenes a continuar sus estudios
luego de graduarse de secundaria o quienes acceden a apoyar sus estudios tres años más.
Las formas de apoyo van desde ánimo, consejo y compañía hasta dinero. Al preguntarles
por qué brindan apoyo a sus hijos durante los años de bachillerato, los padres entrevistados
explicaron cuáles eran los beneficios que ellos esperaban obtener de contar con un egresado
de bachillerato en sus familias.
El primer beneficio mencionado por los padres entrevistados es el conjunto de
habilidades y conocimiento que, en su opinión, permitirá a sus familiares egresados del
bachillerato valerse por ellos mismo. Los padres esperan que sus hijos e hijas tengan vidas
independientes y autosuficientes. Una madre en Tolosa Donají comentó "Quiero que mi
hija se sepa ganar la vida. Aunque no nos dé, con que no nos pida; lo que importa es que no
nos pida, que no dependa de nosotros para vivir" (Entrevista, 11 de mayo de 2011). Otra
madre en la misma comunidad comentó "Una educación le permitirá a mi hija no depender
de nadie. Aunque se case con un borracho, que no se queden sin comer” (Entrevista, 20 de
junio de 2011).
Los padres de familia consideran que las habilidades y conocimientos adquiridos en
sus años de bachillerato constituyen una fuente de empoderamiento e independencia, una
preparación para la vida que constituye el legado más importante que pueden dejarles a sus
hijos. Una madre en Tolosa Donají afirmaba "La educación es la única herencia que les
dejo a mis hijos. Dinero no les voy a dejar" (Entrevista, 17 de junio de 2011).
Los padres de familia entrevistados también expresaron que una educación en
bachillerato ayudaría a los egresados a ser responsables ante sus propias familias en el largo
plazo. La madre de una estudiante en Tolosa Donají comentó "La educación le permitirá a
mi hija sacar a delante a sus hijos (Entrevista, 22 de junio de 2011). De igual forma, la
madre de Polo expresó que esperaba que los conocimientos adquiridos durante el
bachillerato le permitieran a su hijo comunicarse y llevarse mejor con sus futuros hijos
(Entrevista, 2011).
A pesar de los desafíos que enfrentan los padres para mantener y apoyar a sus hijos a
lo largo de su trayectoria en bachillerato, ellos expresaron sentirse orgullosos de brindar
dicho apoyo. Muchas madres y padres manifestaron una enorme satisfacción por darle a sus
hijos e hijas la oportunidad que ellos no tuvieron. Una madre en Santa María Peñoles
comentó "En mis tiempos teníamos que trabajar. No había de otra. Hoy les digo a mis hijos
que deben aprovechar las oportunidades que tiene; estudiar es un privilegio (Entrevista, 16
de febrero de 2011). Otra madre en Tolosa Donají expresó lo siguiente al recordar su propia
trayectoria educativa:
Yo no acabé la secundaria porque mi familia no tenía para pagar los costos del
estudio, no porque yo no quisiera estudiar. No había becas como la de
OPORTUNIDADES. Además, a mí me crió mi abuela, quien tenía ideas
machistas. Ella pensaba que las mujeres debían quedarse en su casa porque si
iban a la escuela tendrían novios y se embarazarían (Entrevista, 20 de junio de
2011)
Los padres entrevistados dijeron que esperaban que sus hijos superaran a su
generación en términos de conocimiento, mentalidad y calidad de vida. Un padre en Santa
María Peñoles, por ejemplo, dijo que esperaba que la educación del bachillerato evitara que
su hijo se quedara atrasado (Entrevista, 2011). Otro padre en la misma comunidad comentó
"Yo no quiero que mis hijos sean como yo, que no sepan nada y no puedan hablar español.
Yo quiero que ellos sean de mente abierta y tengan una vida diferente (Entrevista, 16 de
febrero de 2011).
Los padres entrevistados estaban conscientes de que es posible sobrevivir si una
educación y usaban experiencias personales para probarlo. Sin embargo, ellos esperaban
que sus hijos e hijas tuvieran una vida más agradable y menos dura que la que ellos habían
llevado. Un padre en Santa María Peñoles compartió una experiencia propia para
explicarlo:
Yo fui un chofer de autobús por muchos años. Pasé tanto tiempo sentado tras
el volante que había días que no podía moverme. Mi muchacho me dijo que él
también podía ser chofer de autobús para ganarse un dinero pero yo quiero
algo diferente para él. También trabajé en Estados Unidos un tiempo y mi hijo
dice que está pensando en migrar, pero yo no quiero eso para él. Es muy difícil
y peligroso. Yo me lastimé el pie cruzando la frontera y nadie me ayudó. Si mi
hijo se lastima cruzando la frontera, estoy seguro de que lo abandonarían. Yo
no quiero que él pase eso. Quiero que estudie y encuentre un buen trabajo
(Entrevista personal, 20 de febrero de 2011).
El segundo beneficio que los padres esperan obtener de un certificado de bachillerato
es la posibilidad de solicitar trabajos que, aunque sean mal pagados, no serán tan
demandantes físicamente. Los padres esperan que la educación le permita a sus hijos
escapar de la difícil vida de campesino en su comunidad de orgien, o en el norte, a donde
mucha gente va a trabajar todos los años. Las tres escuelas incluidas en este estudio están
ubicadas en áreas donde la actividad económica principal es la agricultura y donde se viven
altos niveles de marginación. Los padres expresaron que cuando la cosecha es abundante,
hay para que todos coman. Pero cuando la cosecha no se da bien, las familias sufren para
sobrevivir. En la opinión de los padres, la educación le permitirá a sus hijos evitar la vida
de campesino, la cual está llena de incertidumbre y mucho trabajo físico.
El tercer beneficio que mencionaron los padres tiene que ver con las "ganancias"
colectivas de contar con una persona educada en la familia y en la comunidad. Muchas
madres y padres entrevistados comentaron que vale la pena invertir en más años de
educación porque la gente educada puede ayudar, inspirar y apoyar a sus parientes. Un
padre que manda a su hija al bachillerato en Santa María peñoles compartió un ejemplo
interesante sobre las ganancias colectivas de la educación:
Hay un muchacho de Yuta (una agencia municipal cercana), es de donde
nosotros somos. Ese muchacho estudia la universidad en Chapingo. Cuando
está de vacaciones, él regresa a la comunidad y les platica a los muchachos
sobre su experiencia universitaria. Él los anima a seguir estudiando y les da
información sobre cómo pedir ingreso, beca y en general sobre la vida como
universitario. Yo quisiera que mi hija fuera a esa universidad (Entrevista, 16 de
febrero de 2011).
En términos de los beneficios que trae una juventud educada a la comunidad en el
largo plazo, un padre en Santa María Peñoles comentó: "Todos tienen que trabajar para la
comunidad ocupando un cargo y yo mandé a mi muchacho al bachillerato porque quiero
que sepa cómo escribir un oficio o un documento oficial (Entrevista, 16 de febrero de
2011). Además, varios padres en Tolosa Donají comentaron que antes de que se
construyera el bachillerato en la comunidad, había altos niveles de crimen. En el pasado, la
juventud local no siempre tenía la oportunidad de seguir estudiando después de la
secundaria y muchos jóvenes se unían a pandillas y acababan en la cárcel. El bachillerato
en la comunidad brindó a los jóvenes la oportunidad de recibir una educación, lo cual en la
opinión de varios padres resultó en un descenso en los niveles de crimen.
Las opiniones compartidas por padres de familia y tutores en las tres comunidades
incluidas en esta investigación sugieren que la educación es vista como un proyecto
colectivo. Sin embargo, la educación no es un fin en sí mismo, sino un medio. Los padres
esperan que la educación brinde a sus hijos la oportunidad de tener una vida independiente
y honrada, así como de contribuir a sus comunidades. En resumen, los padres entrevistados
expresaron que enviar a sus hijos a bachillerato traía beneficios no solo a quienes reciben la
educación, sino a las familias y a la comunidad. Los padres aspiran a que sus jóvenes
consigan movilidad social, pero están conscientes de los desafíos estructurales que les
rodean: ellos saben que un certificado de bachillerato no resultará en ingresos constantes y
abundantes, pero sí les evitará algunas dificultades en la vida.
Conclusión
Las condiciones estructurales, como la pobreza, desigualdad, falta de oportunidades y
trabajos mal remunerados, complican e incluso obstruyen el cumplimiento de aspiraciones
educativas y profesionales de los estudiantes indígenas que habitan en zonas de alta y muy
alta marginación. El deseo de ser un profesionista con un buen trabajo se realice solo para
una minoría de egresados de bachillerato. Los pocos afortunados que logran realizar
estudios de educación superior suelen tener parientes en zonas urbanas donde se encuentran
las universidades. Tener quien hospede a los estudiantes significa una reducción
considerable de gastos de alojamiento. Este capital social se usa para incrementar el capital
cultural del individuo y la familia.
Otros estudiantes logran entrar a instituciones de educación superior porque sus
familiares pueden pagar una colegiatura o porque ellos trabajan durante la semana y
estudian durante los fines de semana. Sin embargo, la mayoría de los egresados de
bachillerato se vuelven trabajadores sobre calificados por ocupar puestos que requieren
menos habilidades que las que ellos poseen.
Casi todos los estudiantes entrevistados expresaron el deseo de realizar estudios de
educación superior y consideraban que el certificado de bachillerato era un medio para
concretar ese deseo. Sin embargo, las familias de escasos recursos rara vez pueden costear
los cuatro o cinco años de más de escolaridad. Los estudiantes y sus familiares discutieron
las múltiples complicaciones relacionadas con estudiar en una universidad, tales como la
distancia entre las universidades y las comunidades de origen, la dificultad para conocer y
elegir programas académicos, aprobar el examen de admisión, entre otros. Los
entrevistados en Santa María Peñoles y Tolosa Donají también mencionaron que la venta
de lugares para estudiar en escuelas normales y otras instituciones públicas de educación
superior complicaba más la posibilidad de seguir estudiando más allá del bachillerato. Los
presentes hallazgos son consistentes con la literatura sobre acceso a la educación superior
por parte de estudiantes provenientes de familias de escasos recursos económicos en
México (Ornelas, 2008) y el extranjero (Bajaj, 2010).
Irónicamente, las condiciones desafiantes y abrumadoras que enfrentan los egresados
de bachillerato no desalientan a los estudiantes y a sus familias de seguir invirtiendo en la
adquisición de capital cultural. Este hallazgo es consistente con estudios de Bajaj (2010)
sobre estudiantes de escasos recursos económicos en Zambia, quienes a pesar de las pocas
probabilidades de obtener beneficios económicos o movilidad social como resultado de más
años de educación, aspiran a continuar estudiando porque es mayor la incertidumbre que
enfrentarían si no contaran con más años de educación. Este hallazgo también es
consistente con los hallazgos de Sharp (2002) sobre cómo los padres y estudiantes en
Madagascar continúan invirtiendo en educación formal porque les parece su única opción
para aspirar a un mejor futuro (Sharp, 2002 citado en Bajaj 2010).
Los constructos teóricos con que se analizan los hallazgos de la investigación son los
conceptos de capital propuestos por Bourdieu. Los hallazgos sugieren que los estudiantes
valoran la educación media superior porque constituye capital cultural institucionalizado
que puede usarse para seguir acumulando capital cultural (continuar estudios de educación
superior) o para acumular capital económico (un trabajo que les provea de recursos
económicos constantes). Sin embargo, el capital cultural adquirido por estudiantes que
habitan zonas de alta marginación difícilmente les permite sortear los retos estructurales
que enfrentan, tales como la incapacidad del sistema de educación superior de admitir a
todos los aspirantes, los elevados costos privados de la educación superior y la falta de
trabajos para todos los egresados de bachillerato. Tal como afirma Bourdieu (1973), los
grados académicos son más útiles para los individuos que ya tienen capital social y
económico y que saben cómo usarlo para incrementar su poder. El capital cultural
adquirido en bachilleratos ubicados en zonas de alta marginación no puede por sí solo
proveer de movilidad social.
A pesar del panorama desafiante que enfrentan los egresados de bachillerato que
participaron en esta investigación, existen algunos beneficios que acompañan al capital
cultural generado. Dichos beneficios son perceptibles en el largo plazo y tienen que ver con
mejoras de vida a nivel intra e intergeneracional. Estos hallazgos son consistentes con
estudios que sugieren que la educación brinda a la juventud indígena varios beneficios
como oportunidad de competir por empleos con sueldos mejores que los que tienen
egresados de secundaria, acceso a un estrato más elevado incluso dentro de la clase baja o
acceso a un estrato bajo de la clase media (Bartolomé, 2005; Luykx, 1999).
BIBLIOGRAFÍA
Bajaj, M. (2010). Intergenerational perspectives on education and employment in the
Zambian Copperbelt. Comparative Education Review, 54(2), 175-197.
Bartolomé, M. A. (Ed.). (2005). Visiones de la diversidad: Relaciones interétnicas e
identidades indígenas en el México actual [Visions of diversity: Inter-ethnic
relationships and indigenous identities in current Mexico]. (Vol. 2). México, DF:
INAH.
Bourdieu, P. (1973). Cultural reproduction and social reproduction. In R. Brown (Ed.),
Knowledge, education, and cultural changes (pp. 56-69). London, England:
Tavistock.
Carnoy, M., Santibañez, L., Maldonado, A., & Ordorika, I. (2002). Barreras de entrada a la
educación superior y a oportunidades profesionales para la población indígena
mexicana [Entry barriers to higher education and professional opportunities for
Mexican indigenous population]. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos,
32(3), 9-43.
CECyTEO. (2011). Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Oaxaca [Oaxacan
Council for Scientific and Technological Studies].Retrieved January 12, 2013, from
www.cecyteo.edu.mx
COBAO. (2012). Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca [Oaxacan High School
Council]. Retrieved January 12, 2013, from www.cobao.edu.mx
CONAPO. (2012). Índice de marginación por localidad 2010 [Marginalization Index by
locality 2010].México, DF: Consejo Nacional de Población.
de Hoyos, R., Martínez de la Calle, J. M., & Székely, M. (2009). Education and social
mobility in Mexico. México, DF: Secretaría de Educación Pública.
González Cruz, L. (2012, June 11). Menos de la tercera parte de los aspirantes logran
espacio en la UABJO. [Less than a third of applicants enter Oaxaca's State
University] Quadratín.
Hernández, M. (2012, July 16). Ingresa a la UNAM sólo el 10%. [Only 10% of applicants
enter Mexico's National Public University]. Reforma.
IEBO. (2012). Instituto de Estudios de Bachillerato de Oaxaca. [Oaxacan Institute of High
School Studies]. Retrieved January 12, 2013, from: www.iebo.edu.mx
INEE. (2011a, July). Panorama educativo de México: Indicadores del sistema educativo
nacional 2009 (Educación media superior).[Mexico's Educational Diagnosis:
Indicators of the national educational system (High School)]. México, DF: Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación.Retrieved February 15, 2012, from:
http://www.inee.edu.mx/images/PanoramaEMS2009/panoramams. pdf
INEE. (2011b). La educación media superior en México. Informe 2010-2011. [High School
in Mexico: 2010-2011]. Retrieved November 5, 2001, from:
http://www.inee.edu.mx/images/informe2011/ informe2011final.pdf
INEE. (2012). Panorama educativo de México 2010: Indicadores del sistema educativo
nacional. Educación básica y media superior.[Mexico's educational diagnosis
2010: Indicators of the national educational system. Basic education and high
school].México, DF: Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
INEGI. (2004). La población indígena en México. [Mexico's indigenous population].
México, DF: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
INEGI. (2005). Conteo de población y vivienda 2005. [Population and household count
2005]. México, DF: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
INEGI. (2008). Perfil sociodemográfico de Oaxaca. [Oaxaca's sociodemographic profile].
Segundo Conteo de Población y Vivienda 2005.
INEGI. (2010). Censo de población y vivienda 2010. [National population and household
census 2010]. Retrieved September 1, 2012, from: http://www.inegi.org.mx
ISIA. (2013, March 16). Instituto Superior Intercultural Ayuuk. Retrieved April 20, 2013,
Luykx, A. (1999). The citizen factory: Schooling and cultural production in Bolivia.
Albany: State University of New York Press.
Mir, A. (1972). Orígenes socioeconómicos, status de la escuela y aspiraciones y
expectativas educativas y ocupacionales de estudiantes de secundaria.
[Socioeconomic backgroud, school status, and educational and professional
expectations of middle-school students]. Revista Mexicana de Sociología, 34(2),
169-192.
OECD. (2005). Panorama de la educación 2005: Breve nota sobre México. [Education at a
glance 2005: Brief country note: Mexico]. Retrieved from: http://www.oecd.org/
dataoecd/28/22/35354433.pdf
OECD. (2008). Panorama de la educación 2008: Nota informativa de la OCDE para
México. [Education at a glance 2008: OECD's country note: Mexico]. Retrieved
from: http://www.oecd.org/dataoecd/24/57/41288187.pdf
OECD. (2012). Education at a glance 2012 - Country note: Mexico. Paris, France: Author.
Ornelas, C. (2008). Política, poder y pupitres: Crítica al nuevo federalismo educativo.
[Politics, power and desks: A critique to new educational federalism]. Siglo
Veintiuno Editores.
Post, D. (1985). Student expectations of educational returns in Peru. Comparative
Education Review, 29(2), 189-203.
Post, D. (1994). Through a glass darkly? Indigeneity, information, and the image of the
Peruvian university. Higher Education, 27(3), 271-295.
Riveramar, M. L. (2003). Santa María de la Encarnación Xoyotla: A Nahua community of
peasants and migrants. In R. Cortina & M. Gendrau (Eds.), Immigrants and
schooling: Mexicans in New York (pp. 205-225). New York, NY: Center for
Migration Studies.
SEDESOL. (2007). OPORTUNIDADES: Un programa de resultados.
[OPORTUNIDADES: An effective program]. Retrieved from:
http://www.oportunidades.gob.mx/
Sharp, L. (2002). The sacrificed generation: Youth, history, and the colonized mind in
Madagascar. Berkeley: University of California Press.
Silas Casillas, J. C. (2005). Realidades y tendencias en la educación superior privada
mexicana. [Realities and tendencies of the Mexican for-profit higher education].
Perfiles Educativos UNAM, 7-37.
Stake, R. E. (2006). Multiple case study analysis (Kindle Edition). New York, NY:
Guilford Press.
Székely, M. (2008, October 13). Sistema nacional de bachillerato. En el marco del 1er
Congreso ANEPPI. [National High School System. Presentation at the ANEPPI
Congress]. Youtube. Retrieved from: http://www.youtube.com/watch?
v=mTXx7UpJgY
Székely, M. (2012, October 15). Del olvido a la oportunidad. [From abandonment to
opportunity]. Reforma, Suplemento Educación, México.
Székely, M. (2013). Educación superior y desarrollo en Oaxaca. [Higher education and
development in Oaxaca]. World Bank.
Zorrilla Alcalá, J. F. (2008). El bachillerato mexicano: Un sistema académicamente
precario. Causas y consecuencias. [Mexican high school: an academically
precarious system. Causes and consequences]. Iisue. Universidad Nacional
Autónoma de México.