La Fe en Jesucristo Dios y Hombre

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LA FE EN JESUCRISTO DIOS Y HOMBRE 1. EXISTENCIA HISTÓRICA DE JESUCRISTO Los documentos de la historia que nos hablan de Jesús se pueden reducir a tres fuentes: los cristianos, los judíos y los romanos, tal como se expone en el siguiente esquema: 1.1. TESTIMONIOS CRISTIANOS Los datos cristianos que tenemos, en especial los escritos del Nuevo Testamento, prueban la existencia histórica de Jesucristo y tienen garantía de autenticidad bien probada. Además, la abundante literatura cristiana, que muy pronto surgió, prueba con infinidad de datos la vida y los milagros de Jesucristo, así como lo más destacado de sus enseñanzas. 1.2. TESTIMONIOS JUDÍOS Los testimonios judíos del tiempo de Jesús se pueden dividir en dos grupos. a) Escritos rabínicos Como es lógico, los escritos que proceden de los rabinos judíos sobre Jesús son escasos y dan interpretaciones parciales e irreverentes. Así sucede, por ejemplo, en el libro llamado Talmud, uno de los principales textos religiosos judíos. b) Escritos históricos

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LA FE EN JESUCRISTO DIOS Y HOMBRE

1. EXISTENCIA HISTRICA DE JESUCRISTOLos documentos de la historia que nos hablan de Jess se pueden reducir a tres fuentes: los cristianos, los judos y los romanos, tal como se expone en el siguiente esquema:1.1. TESTIMONIOS CRISTIANOS

Los datos cristianos que tenemos, en especial los escritos del Nuevo Testamento, prueban la existencia histrica de Jesucristo y tienen garanta de autenticidad bien probada.Adems, la abundante literatura cristiana, que muy pronto surgi, prueba con infinidad de datos la vida y los milagros de Jesucristo, as como lo ms destacado de sus enseanzas.1.2. TESTIMONIOS JUDOSLos testimonios judos del tiempo de Jess se pueden dividir en dos grupos. a) Escritos rabnicosComo es lgico, los escritos que proceden de los rabinos judos sobre Jess son escasos y dan interpretaciones parciales e irreverentes. As sucede, por ejemplo, en el libro llamado Talmud, uno de los principales textos religiosos judos.b) Escritos histricosEn concreto, el historiador judo Flavio Josefo, en sus libros Antigedades judas y La guerra de los judos, escritos a finales del siglo i, habla de Jess y da detalles de su vida. Llama la atencin la simpata que parece manifestar Flavio Josefo hacia Jess:En este tiempo vivi un tal Jess, hombre excepcional si es permitido llamarle hombre, porque llevaba a cabo obras prodigiosas. Era el maestro de la gente que se mostraba dispuesta a recibir

la verdad; arrastr a mucha gente que se mostraba dispuesta entre judos y griegos. Se pensaba que era el Cristo, pero, segn el juicio de los principales entre los nuestros, no lo era. Por este motivo, Pilato lo crucific y le dio muerte (Flavio Josefo, Antigedades judas, 18).1.3. TESTIMONIOS ROMANOSA pesar de que la figura de un hebreo, trabajador manual que acaba su vida condenado a muerte en la cruz, no debera llamar la atencin a los escritores romanos, lo cierto es que importantes cronistas del Imperio romano nos han dejado claros testimonios de la vida de Jess. Los ms explcitos son tres:Plinio el Joven (62-114), gobernador de la provincia romana de Bitinia, consulta al emperador Trajano sobre la conducta a seguir en el cumplimiento del Decreto que condenaba a muerte a los cristianos.Otros testimonios importantes proceden del historiador Tcito (59-119); en SL obra Anales de Roma (116) habla de los cristianos con ocasin del incendie de Roma y la falsa acusacin de Nern contra ellos. El texto de Tcito afirma que en tiempos del emperador Nern los cristianos eran odiados por sus crmenes y aade que se les castig con penas horribles, siendo desgarrados por los perros, clavados en cruces y quemados a modo de antorchas nocturnas. Concluye el texto diciendo que la represin no fue tanto por conveniencia pblica cuanto por la crueldad del emperador (Tcito, Anales de Roma, 3, 15).Tambin el historiador romano Suetonio (70-160) en su obra Vida de los Doce Csares, en el captulo dedicado al emperador Claudio hace alusiones a le persona de Jess y tacha al cristianismo de supersticin malfica.2. HISTORICIDAD, AUTENTICIDAD Y VERACIDAD DE LOS EVANGELIOS Los datos fundamentales acerca de la existencia de Jess de Nazaret, de su vida y doctrina, los conocemos por el Nuevo Testamento, especialmente, por los cuatro evangelios. Ahora bien, la cuestin est justamente en precisar la credibilidad de lo que dicen los evangelios. Las cuestiones que se plantean al respecto son tres:1. Historicidad: se trata de conocer quin es el autor de un libro y, si es posible, datar la fecha en que fue escrito.2. Autenticidad: se trata de saber si el texto que conocemos responde exactamente a lo que escribi su autor, o si, por el contrario, se ha aadido o suprimido algo.3. Veracidad: en el supuesto de que sepamos quin y cundo se escribi una obra y nos conste que el libro el cual leemos es el mismo que sali de la pluma del autor, cabe an preguntar, cmo podemos estar seguros de que el autor es veraz, es decir, narra lo que realmente ocurri?2.1. HISTORICIDAD DE LOS EVANGELIOSEn relacin con los autores, los primeros documentos cristianos constatan que Mateo, Marcos, Lucas y Juan son los autores de los evangelios. As, por ejemplo, Papas, obispo de Hierpolis y discpulo de san Juan, en su obra Explanacin de los orculos del Seor (a. 130), menciona expresamente como autores a los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. La Tradicin de la Iglesia es unnime en este punto.En cuanto a las fechas, los datos son ms imprecisos, pero los investigadores modernos han sealado una franja entre los aos 45 y 70 para la composicin de los evangelios sinpticos. La composicin del evangelio de san Juan se sita a finales del siglo I.

2.2. AUTENTICIDAD DE LOS EVANGELIOSComo puedes imaginar, no conservamos el original (el primer pliego donde fueron escritos) de los evangelios, como de ninguna obra de la Antigedad. Pero conservamos muchas copias manuscritas muy antiguas, unas 6000 en griego y ms de 40 000 manuscritos antiguos procedentes de lugares muy diversos y escritos en distintas lenguas. A estos manuscritos antiguos se les llama cdices*.Todo este abundante material ha sido sometido a un minucioso examen con ayuda de la tecnologa ms avanzada y se ha comprobado que -con pequeas variaciones- todos los cdices dicen lo mismo.

2.3. VERACIDAD DE LOS EVANGELIOSEl mismo san Lucas, en el prlogo de su evangelio, expresa el deseo de ser riguroso en la narracin (Lc 1, 1-3).Los evangelios, ms que una biografa, son propiamente una historia predicada de la vida de Jess. Por eso, cada evangelista selecciona y agrupa las enseanzas y los hechos de la vida de Jesucristo segn le parece mejor. Los cuatro evangelistas relatan los mismos hechos, pero cada uno lo hace de un modo diferente. Por ejemplo, san Juan cuenta cosas que los evangelios sinpticos no haban mencionado.Algunas variantes que se dan en las narraciones tienen otro origen: derivan de la naturaleza misma de los evangelios. Es decir, los evangelistas no intentaron hacer una crnica histrica y rigurosa de la vida de Jess, sino mostrarnos su Persona, su vida y sus enseanzas.3. JESUCRISTO ES VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBREA partir de los datos que nos transmiten los evangelios, tenemos pruebas suficientemente serias que muestran la humanidad y la divinidad de Jesucristo. Los discpulos de Jess fueron

testigos de su vida, de sus milagros, de su Resurreccin. Nosotros, a travs de los evangelios, que son fuentes histricas, autnticas y veraces, hemos conocido estos hechos, que nos muestran a Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre.Nosotros no hemos escuchado directamente sus enseanzas ni le hemos visto resucitado; pero s estamos en condiciones de reconocer que todo eso es verdadero, tal como lo narran los testigos en los evangelios. Tan solo necesitamos la fe, que Dios da a quien no pone obstculos y se abre a ella con sencillez y humildad.Si nos acercamos a la figura histrica de Jesucristo, vemos claramente que sus obras y sus palabras, sus discursos y sus milagros tienen un objetivo claro: mostrarnos que l es el Mesas prometido, o sea, el Hijo de Dios, igual al Padre. Por ello, la vida de Jesucristo hay que entenderla en clave de divinidad. He aqu una serie de datos que muestran que Jess quiso dejar claro que l era Dios:a) Por sus afirmaciones. En primer lugar, lo ratifica con sus palabras: "El que cree en m, tiene la vida eterna (Jn 3, 15-16). O tambin: El que cree en m, se salvar; y el que no cree en m, se condenar (Me 16, 16). Que l es Dios lo expresa afirmando que es igual al Padre: l que me ve a mi, ve al Padre (Jn 14, 9), hasta el punto de hacer esta afirmacin inaudita: Yo el Padre somos una sola cosa (Jn 10, 30). Y esta otra sentencia: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6).b) Por sus obras. Tambin sus obras manifiestan que l es Dios. As, cuando los oyentes encuentran resistencia para creer, Jess afirma que l existe antes de Abraham (Jn 8, 5658), y aade: Si no me creen a m, al menos crean por(as obras(Jn 10, 38), pues l hace las mismas obras que su Padre (Jn 10, 36-38). Y llevac) a cabo numerosos milagros con los que confirma su divinidad.d) Se confiesa el Hijo de Dios. Jess confiesa que l es el Mesas, el Hijo de Dios igual al Padre. Este argumento es tan decisivo que exige que lo confiesen los Apstoles. Por eso los somete a examen y les pregunta: Quin dicen ustedes que soy yo?Y Pedro, en nombre de los Doce, confiesa: T eres et Cristo, ettijo de 'Dios vivo (Mt 16, 13-16).e) Jess se mostr como Dios incluso ante sus enemigos. Y as fue claramente entendido por ellos. Por eso le rechazan los jefes del pueblo, porque se haca igual a Dios (Jn 5, 18). Y la acusacin ltima por la que es condenado a muerte en el Sanedrn es por la blasfemia de mostrarse igual a Dios (Mt 26, 65-66; Me 14, 63-64; Le 22, 70-71).La veracidad de todos estos signos qued patente y garantizada con el hecho de su Resurreccin. El mismo Jess les haba dado como argumento mximo de su condicin de Mesas el dato concreto de que resucitara al tercer da despus de muerto (Mt 12, 38-41), hecho que l haba predicho numerosas veces (Mt 16, 21; 17, 22-23; 20, 19; 26, 32).Definicin de la doctrina catlica sobre Jesucristo:Los primeros cristianos no se plantearon la necesidad de dar una explicacin sobre el misterio de Cristo, es decir, de la unin de su humanidad y su divinidad. Sin embargo, a finales del siglo i comenzaron a surgir diversas interpretaciones errneas que llevaron a la Iglesia a definir la doctrina verdadera sobre Jesucristo. Esta doctrina fue establecida principalmente en los cuatro primeros Concilios ecumnicos.

SINTESIS

1. La existencia histrica de Jess est probada por numerosos documentos cristianos, judos y romanos.2. Dentro de los testimonios cristianos destacan los escritos del Nuevo Testamento.3. Los principales testimonios judos estn en el Talmud y en Flavio Josefo.4. Los testimonios romanos estn en Plinio el Joven, Tcito y Suetonio.5. Los evangelios son libros histricos, autnticos y veraces:a) Histricos, porque conocemos el nombre de sus autores y el tiempo en que fueron escritos.b) Autnticos, porque los que han llegado hasta nosotros son los mismos que los escritos por sus autores en el siglo i.c) Veraces, porque nos muestran la verdad sobre Jesucristo, su Persona y sus enseanzas para nuestra salvacin.6. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Su divinidad se prueba por sus afirmaciones, sus actitudes, sus milagros y, en especial, por su Resurreccin.

MILAGROS Y LAS PROFECIAS

1. QU SON LOS MILAGROS?1.1. LAS CONDICIONES DEL VERDADERO MILAGROPara que se pueda hablar de milagro se requiere que se den cuatro requisitos:a) Hecho sensible. Lo sensible puede ser fsico o moral. Milagro fsico es, por ejemplo, la conversin del agua en vino. Existen tambin verdaderos milagros morales, tales como una conversin repentina. Es el caso, por ejemplo, de la conversin de san Pablo.b) Que se suspendan las leyes de la naturaleza. Es decir, que ese hecho sensible acontezca sin que siga el curso normal de las leyes de la naturaleza. El milagro no anula las leyes fsicas, sino que suspende su cumplimiento. Lo normal es la ley de la gravedad; pues bien, sera un milagro que en un momento concreto, por el querer de Dios, esa ley no se cumpliese.c) El milagro debe ser causado por Dios. Lo que constituye un milagro es la intervencin especial de Dios. La Medicina puede lograr la curacin de un cncer; pero eso requiere tratamiento y tiempo; se dara un milagro si se produce de modo instantneo, fuera de las leyes de la Medicina, despus de invocar a Dios. Tales son los milagros debidos a la intercesin de un santo o, por ejemplo, en un santuario mariano.d) El milagro es un signo religioso. Para hablar de milagro se requiere que ese hecho extraordinario tenga una significacin religiosa. Mediante el milagro, Dios manifiesta su ayuda y amor al hombre. Y muchas veces, el milagro es una respuesta de Dios a una oracin llena de fe.1.2. LO MARAVILLOSO Y LO MILAGROSOEs evidente que no conocemos todas las leyes que rigen la materia y la vida: la psicologa ofrece resultados en ocasiones asombrosos. Hay fuerzas ocultas en lo profundo del ser humano que pueden dar lugar a hechos sorprendentes que, en ocasiones, superan una explicacin racional; y sin embargo no son verdaderos milagros.Estos factores desconocidos hacen que la Iglesia sea muy prudente al calificar como milagro un hecho en apariencia extraordinario. Pero no hay duda de que se dan ciertas acciones que ni tienen ni pueden tener una explicacin racional. Por ejemplo: existe una ley desconocida que pueda convertir espontneamente el agua en vino? Una persona enferma de lepra, con grave deterioro de los tejidos, puede ser curada de modo instantneo? Es posible retornar a la vida a un muerto slo al imperio de la voz que lo ordena? Cuando estos o similares hechos ocurren, despus de invocar a Dios -y se prueba fehacientemente que as ha sucedido- es evidente que nos encontramos ante una accin de Dios, o sea, ante un milagro.En consecuencia, son milagros tanto aquellos que narra la Biblia, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, como los que han acontecido en tiempos recientes y que la Iglesia ha reconocido como claras intervenciones de Dios, despus de una minuciosa investigacin. Los milagros, en sentido teolgico, son hechos extraordinarios en los que, sin lugar a dudas, se manifiesta el poder de Dios y su amor a los hombres.

2. FUERON REALES LOS MILAGROS DE JESS?Que Jess haya llevado a cabo numerosos milagros es un dato repetido en el Nuevo Testamento. En concreto, cabe mencionar los 35 milagros narrados en los evangelios (vase el cuadro de la pgina siguiente). Pero, adems, los evangelios aluden con frecuencia a que Jess hizo otros muchos milagros. As, por ejemplo, san Mateo escribe: Jess recorra toda galilea, enseando en las sinagogas, predicando el evangelio del Reino y curando en El pueblo toda enfermedad y toda dolencia. Se extendi su fama por toda Siria y le traan a todos los que padecan algn mal; a los atacados de diversas enfermedades y dolores y a los endemoniados, lunticos, paralticos, y l los curaba. Grandes muchedumbres le seguan de Galilea y de la Decpolis y de Jerusaln y de Judea, y del otro lado del jordn (Mt 4, 23-25). Narraciones similares a esta se repiten en los otros evangelistas. Cabe mencionar otros dieciocho pasajes en los que se alude a las numerosas curaciones que haca Jess, con expresiones tales como: Le llevaban muchos enfermos y los sanaba a todos (Mt 8, 16-17; 15, 29-31; Me 1, 32-34; 3, 7-10; 6,53-56; Lc 4, 40-41).Los relatos de estas curaciones milagrosas, unidos a los 35 milagros explcitamente narrados en los evangelios, nos llevan a la conclusin de que la actividad milagrosa de Jess fue casi constante a lo largo de su vida pblica.3. POR QU JESS HACA MILAGROS?3.1. MANIFIESTAN SU DIVINIDAD Y DESPIERTAN LA FEHaca Jess todos esos milagros para sorprender a los presentes con acciones prodigiosas? No; Jess haca los milagros con una finalidad bien precisa: manifestar su poder divino y despertar la fe en l como Dios.La reaccin de los que ven sus milagros es diversa, segn los casos: los Apstoles creen en l, las muchedumbres lo siguen admiradas y sus enemigos deciden matarlo. Podemos analizar las distintas reacciones que nos transmiten los evangelios:a) Los Apstoles. Reconocen su divinidad a la vista de sus milagros. As, despus de ver a Jess andando sobre las aguas, se postraron ante l diciendo: Verdaderamente T eres el Hijo de Dios (Mt 14, 22-33).b) El pueblo. La muchedumbre le segua admirada y muchos judos creyeron que Jess era el Mesas anunciado por los profetas a la vista de sus milagros: Muchos creyeron en l viendo los milagros que haca (Jn 2, 23).c) Los enemigos. Tambin sus enemigos reconocen que Jess hace mltiples milagros. Por ello, se renen para decidir su muerte ya que este hombre hace muchos milagros. Si U dejamos, todos creern en T (Jn 11, 47-48).d) Finalmente, es el propio Jess el que apela a sus milagros para demostrar su condicin divina: ya que no creen en Mi, crean en (as obras que Jo hago (Jn 10, 38). Sus milagros son la garanta de que es el enviado del Padre (Jn 5, 35; 10, 25). Y emplaza a sus enemigos afirmando que l hizo obras que ningn otro hizo (Jn 15,24).

3.2. SIGNOS DE SU AMOR Y DE SU REINOJess, al hacer un milagro, demuestra, ciertamente, que l es el Seor de la naturaleza, pero se propone tambin otro fin: demostrar su amor y misericordia hacia los hombres.

En efecto, si analizamos los 35 milagros que nominalmente nos consignan los evangelios, entre ellos no se encuentran hechos maravillosos ni espectaculares como, por ejemplo, los milagros de Moiss ante el Faran en Egipto, el paso del Mar Rojo, etc. Por el contrario, los milagros de Jess son signos del amor de Dios, que se compadece de todas las miserias humanas. Solo los que hemos llamado milagros csmicos tienen cierto carcter maravilloso. Pero aun estos persiguen ayudar a los discpulos a descubrir la divinidad de Jess. La mayora de los milagros de Jess son muestras de su amor y compasin ante las necesidades de sus oyentes.Adems, los milagros de Jesucristo sanando toda do(encia(Mc 6, 56) son signos del Reino de Dios que, con la venida del Mesas, se inaugura en la historia. Con ellos, Jess quiere mostrar que Dios est de nuestra parte, siempre dispuesto a ayudarnos. Y cuando se pide un milagro y este no sucede, l alienta nuestra confianza, pues tiene poder para darnos en cada caso lo que ms nos conviene.Jess acompaa su palabra con signos y milagros para atestiguar que el Reino est presente en l, el Mesas. Si bien cura a algunas personas, l no ha venido para abolir todos los males de esta tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado. La expulsin de los demonios anuncia que su Cruz se alzar victoriosa sobre el prncipe de este mundo (Jn 12, 31) (CEC, Compendio n. 108).4. LOS MILAGROS DE LOS APSTOLESJess haba prometido a los Apstoles que ellos mismos haran milagros(Me 16,17-18). Pues bien, los Hechos de los Apstoles testimonian que, desde el principio de la extensin del cristianismo, la accin de los Apstoles fue confirmada con la fuerza del milagro. As, por ejemplo, conocemos por los relatos del Nuevo Testamento algunos hechos milagrosos obrados por algunos Apstoles.Pero los milagros realizados por los Apstoles tampoco se limitan a estos hechos concretos, sino que, a imitacin del Maestro, obraron numerosos milagros.Los Hechos de los Apstoles dice que la muchedumbre concurra de las ciudades vecinas a jerusaln, trayendo enfermos y atormentados por los espritus impuros, y todos eran curados (He 5,16). Asimismo refiere que san Esteban haca prodigios y grandes seales en el pueblo (He 6, 8).Y de san Pablo relata que en feso tuzo muchos milagros, de modo que hasta los pauelos y delantales que haban tocado su cuerpo, aplicados a los enfermos, hacan desaparecer de ellos las enfermedades (He 19, 11-12).A diferencia de Jess, que haca los milagros por su propio poder, los Apstoles hacen milagros en el nombre de Jess (He 3, 6).5. EN JESUCRISTO SE CUMPLEN LAS PROFECASLa profeca consiste en el anuncio de un conocimiento recibido de Dios con una finalidad desalvacin. Jess se present ante sus contemporneos como profeta y como aquel en quien secumplan las profecas del Antiguo Testamento. San Lucas narra cmo Jess hizo aparicinentre sus conciudadanos en la sinagoga de Nazaret, ley una profeca de Isaas sobre el Mesas ydijo: !Hoy se Ha cumplido esta 'Escritura que acaban de or (Le 4, 21).En Jess se cumplieron muchas profecas mesinicas del Antiguo Testamento. Estas sonalgunas de ellas:- El Mesas es el Emmanuel (Mt 1, 22).- Su estancia en Egipto (Mt 2, 15).- El Mesas sufrir la Pasin (Mt 8, 17; 12, 17).- Su entrada triunfal en Jerusaln (Mt 21,4).- Ser vendido por 30 monedas de plata (Mt 27,9 ). Etctera.Llama especialmente la atencin el hecho de que el mismo Jess advierte que las profecas mesinicas se estn cumpliendo en l. As, cierto da dijo a las autoridades del pueblo judo: Estudian las Escrituras -pensando encontrar en ellas la vida eterna; pues bien: ellas estn dando testimonio de M (Jn 5, 39).

SINTESIS

1. Los milagros son hechos extraordinarios en los que se manifiesta el poder de Dios y su amor a los hombres. Para que exista un milagro se requieren cuatro condiciones: 1) un hecho sensible; 2) fuera de las leyes de la naturaleza; 3) causado por Dios; 4) como signo religioso.2. Dios hace milagros como medio para suscitar la fe en l. La fe es una virtud teologal mediante la cual el hombre se adhiere a Dios y a las verdades que nos transmite, tal como l nos las ha revelado y la Iglesia nos ensea.3. Los evangelios narran 35 milagros de Jess. Pero, adems, aluden con frecuencia a que Jess hizo otros muchos milagros. Jess haca los milagros con una finalidad precisa: manifestar su poder divino y despertar la fe en l como Dios.4. Jess, al hacer un milagro, se propone tambin otro fin: demostrar su amor y su misericordia. En efecto, la mayora de los milagros de Jess son muestras de su amor y compasin ante las necesidades de sus oyentes.5. La reaccin de los que ven sus milagros es diversa: a) los Apstoles creen en l; b) la muchedumbre le sigue admirada; c) sus enemigos deciden matarlo.6. Conocemos por los relatos del Nuevo Testamento algunos hechos milagrosos obrados por algunos Ap stoles. De este modo, Dios confirm la misin de los Apstoles con la fuerza de los milagros que ellos obraron en nombre de Jess resucitado.En Jess se cumplieron muchas profecas mesinicas del Antiguo Testamento. Y el mismo Jess advierte que estasprofecas se estn cumpliendo en l.

LA MUERTE Y LA RESURRECCIN DE JESUCRISTO

1. LAS AUTORIDADES JUDAS RECHAZARON A JESS1.1. LA IDEA QUE TENAN LOS JUDOS ACERCA DEL MESAS PROMETIDO La mayora de los judos de su tiempo pensaban que el Mesas sera una especie de lder poltico que acabara con el dominio de Roma e instaurara en Israel un reino que estara a la cabeza de las naciones. De esta interpretacin no se libraban ni siquiera los Apstoles. Por eso, poco antes de la pasin de Jess, discuten acerca de quines de ellos iban a ocular los primeros puestos (Mt 20, 20-28; Me 10, 35-45). E, incluso, cuando lo vieron resucitado algunos preguntaron a Jess: "Es Ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel (Hc 1, 6; Lc 24, 21). El conflicto entre las autoridades y Jess surgi precisamente sobre la interpretacin de su misin como Mesas: Los judos esperaban a un Mesas liberador poltico, y Jess predica la liberacin del pecado. Esperaban un Mesas que los liberara de los romanos, y Jess no se subleva contra Roma. Esperaban un Mesas triunfador, y Jess los invita a tomar la cruz de cada da y a seguirlo. Adems, por lo que nos narran los evangelios, muchos jefes -sacerdotes, escribas, fariseos-, se haban ido distanciando del sentido profundamente religioso de la Revelacin, y haban cado en una prctica religiosa meramente externa y legalista. Jess conden con gran dureza la hipocresa de los fariseos y de los escribas del pueblo de Israel.1.2. JESS ES PROCESADO Y CONDENADO A MUERTELa oposicin de los dirigentes del pueblo contra la Persona de Jess y sus enseanzas lleg a tales extremos que, como ensea san Juan, despus de la resurreccin de Lzaro, los jefes judos tomaron la resolucin de matara (Jn 11, 53).Los cuatro evangelios narran con detalle el proceso de condena seguido contra Jess. Despus de prenderlo en el Huerto de los Olivos en la noche del jueves al viernes, Jess fue juzgado por el Sanedrn*.La acusacin ms grave que pes sobre Jess fue que se ha hecho Hijo de >ios(Jn 19, 7), siendo, como ellos decan, un simple hombre, por lo que pretender estar a la altura de Dios era una horrible blasfemia.A la maana siguiente, presentaron a Jess ante el procurador Poncio Pilato para que ejecutara la sentencia, puesto que a ellos no les estaba permitido hacerlo. Pero al interrogarlo, Pilato no encontr en l culpa alguna y reiteradamente lo declar inocente (Le 23, 13-15; Jn 19, 4). Sin embargo, ante la insistencia de los judos, y para no enemistarse ms con ellos, orden la flagelacin y despus la condena a morir en la cruz, muerte que los romanos reservaban solo a los esclavos.Estas fueron las circunstancias externas que motivaron la muerte de Jess, pero la causa verdadera y ltima fue el fin mismo de la Encarnacin, o sea la muerte redentora de Jess para la salvacin de los hombres. San

Juan lo dice reinterpretando la expresin del Sumo Sacerdote Caifas: Conviene que un hombre muera por el pueblo (Jn 18, 14). San Juan comenta: No dijo esto de s mismo, sino que, como era pontfice aquel ao, profetiz que Jess haba de morir por el pueblo, y no slo por el pueblo, sino para reunir en uno a todos los hijos de Dios, que estn dispersos (Jn 11, 51 -52).2. LA MUERTE REDENTORA DE JESUCRISTOLa muerte violenta de Jess en la cruz no fue fruto de las circunstancias, sino que respondi al proyecto de Dios. San Pedro se lo recuerda a los judos en su primer sermn: Jue entregado segn el designio determinado por 'Dios (He 2, 23).Ya, al inicio de su vida pblica, Juan el Bautista lo present como elcordero de (Dios que quita elpecado demundo (Jn 1, 29; 36).Estaba determinado por Dios Padre que su Hijo, Jesucristo, sera el Redentor del gnero humano, ofreciendo su vida por nosotros. San Pablo ensea que muri por nuestros pecados segn [as 'Escrituras (1 Co 15, 3). Esta enseanza es la que los cristianos profesamos en el Credo: Por nuestra causa fue crucificado. La misma doctrina aparece en el libro de los Hechos de los Apstoles (He 3, 18; 7, 52; 13, 29; 26, 22-23).La fe catlica profesa que la muerte de Cristo tiene un doble sentido:1. Manifiesta el gran amor de Dios al hombre (Rm 5, 8; Jn 4, 10).2. Es como el rescate pagado por Jesucristo a Dios Padre por nuestros pecados (Rm 5, 10 y 8, 32; 2 Cor 5, 21).El Catecismo de la Iglesia Catlica resume la doctrina acerca de la muerte salvadora de Jess en los siguientes trminos: La redencin de Cristo consiste en que l ha venido a dar su vida como rescate por muchos (Mt 20, 28) (n. 622).3. LA RESURRECCIN DE JESUCRISTO3.1. LA VERDAD ESENCIAL DEL CRISTIANISMOCon la misma certeza con que confesamos en el Credo la muerte de Jesucristo, los catlicos creemos en su Resurreccin. Es ms, la resurreccin de Jesucristo es la verdad esencial del cristianismo y el fundamento de toda nuestra fe. Estas son las principales pruebas que la garantizan:1. Las contundentes afirmaciones que nos transmiten los cuatro evangelios.2. Las enseanzas de los dems escritos del Nuevo Testamento, que mencionan el hecho de la resurreccin de Jesucristo como el dato central e incuestionable de la predicacin de los Apstoles y de los otros testigos (He 1 y 1 Cor 15).3. Adems, las santas mujeres y los Apstoles encontraron el sepulcro vaco y Jess se apareci en diversas ocasiones y circunstancias.Los mismos guardias que custodiaban el sepulcro relatan la Resurreccin, y los jefes judos aceptan esa narracin, pero inventan la increble historia de que los discpulos habran robado el cadver mientras ellos dorman: Sobrevino un gran terremoto (...); de miedo de temblaron los guardias y se quedaron como muertos (...). Algunos de los guardias vinieron a la ciudad y comunicaron a los prncipes de los sacerdotes todo lo sucedido. 'Reunidos estos en consejo con [os ancianos, tomaron bastante dinero y se lo dieron a los soldados, dicindoles: 'Digan que, viniendo [os discpulos de noche, lo robaron mientras nosotros dormamos, y si alcanzase la cosa a odos del gobernador, nosotros [os convenceremos para que no os inquietis. "Ellos,

tomando el dinero, hicieron como se es haba dicho. "Esta noticia se divulg entre los judos hasta el da de hoy (Mt 28, 2-4; 11-15).3.2. LAS NARRACIONES DE LA RESURRECCINLos cuatro evangelistas cuentan lossucesosqueocurrieron

inmediatamente despus de la resurreccin de Jess. Existen algunas diferencias en esas narraciones. Para comprender las discrepancias, es preciso tener en cuenta los siguientes datos:1.Los cuatro evangelios noson una nica crnica que narre minuciosamente todos y cada uno de los detalles de la vida de Jess.2. En las narraciones de los evangelios hay matices distintos, pues cada autor sagrado tiene inters en subrayar detalles diversos. Es lo mismo que acontece cuando varios periodistas narran con verdad un mismo acontecimiento.3. Las diversas narraciones de los evangelios no son contradictorias, sino complementarias. Por ello, siendo verdadero lo que narran, unos omiten detalles o cuentan datos segn conviene en cada narracin. As, por ejemplo, san Pablo da noticia de una aparicin ante ms de 500 personas, dato que conocemos exclusivamente por haberlo transmitido l (1 Cor 15, 3-8).3.3. FUERON REALES LAS APARICIONES DE JESS?La resurreccin de alguien que estaba muerto no es algo fcil de creer: necesitaramos muchas pruebas para aceptarla, pues a primera vista nos parece increble. As, algunos crticos racionalistas* afirmaban que, en realidad, las apariciones de Jess no fueron ms que ilusiones o alucinaciones, fruto de la sugestin en hombres primitivos y fanticos. Esta dificultad se resuelve por s misma si se tienen en cuenta las siguientes circunstancias:1. No cabe la sugestin, precisamente porque ni las mujeres ni los Apstoles esperaban resurreccin alguna.2. Jess mismo, cuando se aparece, tiene que convencerlos de que es l, de que no es un fantasma.3. No se trata de una sola aparicin, sino de muchas, en circunstancias muy diversas y a personas distintas.4. Finalmente, las apariciones no son simples visiones y conversaciones con un ser ms o menos distante, sino que Jess come con ellos, enciende el fuego, se deja tocar, les ensea las llagas, etc.3.4. IMPORTANCIA DE LA RESURRECCINEs evidente que la resurreccin de Jess es un hecho de una trascendencia incomparable. Es sin duda el milagro mayor que narra el Nuevo Testamento. Ms an, l mismo lo seal como la prueba mxima para mostrar su divinidad.Asimismo, los Apstoles fundamentan la veracidad del cristianismo en que Jesucristo resucit de entre los muertos, tal y como haba profetizado. A este hecho extraordinario recurre, por ejemplo, san Pedro en su primer discurso (He 2, 24-36); y se lo recuerda al pueblo (He 3, 13-26) y a los jefes judos (He 4, 10-12). Por su parte, san Pablo lo propone como el centro de la fe cristiana (1 Cor 15, 13-19).

,La resurreccin representa, pues, la prueba definitiva para demostrar la divinidad de Jess. En efecto, Jesucristo muestra su condicin divina en el hecho de que es superior a la muerte. La Cruz fue la gran seal del amor a los seres humanos, pero su Resurreccin al tercer da es la garanta mxima de que no es un simple hombre: Cristo no poda permanecer en el sepulcro, sino que deba resucitar para ser glorificado y reinar en el Cielo como Dios y hombre verdadero, intercediendo por nosotros.Jess de Nazaret es Dios porque, muerto por nuestros pecados, resucit segn las Escrituras (1 Cor 15, 4). Y resucit segn l mismo lo haba predicho (Mt 28, 6).De la extraordinaria importancia de la resurreccin de Jess, se siguen algunas consecuencias decisivas para la vida cristiana:1. Jesucristo vive. La fe de la Iglesia es la fe en Jesucristo vivo y misteriosamente presente en la Iglesia, especialmente en la Eucarista. Gracias a esta conviccin, los cristianos de los primeros tiempos anunciaron su nombre por todo el mundo, aun a costa de sufrir persecuciones e incluso el martirio. Y, hoy da, la Iglesia sigue proclamando el mismo anuncio.2. El cristianismo es verdadero. La resurreccin de Jesucristo garantiza para siempre que sus enseanzas son verdaderas. Aunque los Apstoles, despus de su muerte, sufrieron una profunda decepcin, sin embargo, en el da de su Resurreccin y, ms an, al recibir el Espritu Santo en Pentecosts, se reafirmaron plenamente en la fe en Jesucristo muerto y resucitado.3. La resurreccin de Cristo es la confirmacin de la resurreccin universal de todos los hombres. Esta es la argumentacin de san Pablo: Si Cristo resucit, tambin nosotros

resucitaremos, pues Cristo fui resucitado de entre los muertos como primicia de [os que duermen (1 Cor 15, 20-22).4. La Resurreccin es seal de que el bien triunfa sobre el mal. La resurreccin deJesucristo muestra que el mundo est salvado. Por ello, a pesar de la abundancia de losmales presentes, el cristiano cree que el fin del mundo mostrar que el bien triunfa sobre elmal. En la resurreccin de Cristo se fundamenta la esperanza y el optimismo cristiano. Jess, despus de resucitar y aparecerse numerosas veces a sus discpulos, subi al Cielo ante la vista de ellos, anuncindoles que pronto les enviara el Espritu Santo (He 1, 4-14).SINTESIS

1. La mayora de los judos del tiempo de Jess pensaban que el Mesas sera una especie de lder poltico.2. Algunos jefes judos decidieron matar a Jess ya que Este no responda a la idea de Mesas que esperaban. Adems, Jesucristo criticaba duramente la decadencia moral y religiosa en la que haban cado. Le hicieron detener en el Huerto de los Olivos, fue juzgado por el Sanedrn y entregado a Pilato para que lo matase.3. La causa verdadera y ltima de la pasin y muerte de Jess fue la salvacin de los seres humanos. La muerte de Cristo manifiesta el gran amor de Dios al ser humano y es como el rescate pagado por Jesucristo a Dios Padre por nuestros pecados.4. Al tercer da Jesucristo resucit de entre los muertos por su propio poder. La resurreccin de Jess es la verdad esencial del cristianismo y el fundamento de toda nuestra fe.5. Los cuatro evangelistas narran los sucesos acontecidos tras la muerte de Jess. Estas crnicas se complementan ya que cuentan con verdad un mismo acontecimiento con distintos matices segn conviene a cada narracin.6. La hiptesis segn la cual la Resurreccin habra sido un producto de la credulidad de los Apstoles no tiene consistencia. Por el contrario, su fe en la Resurreccin naci -bajo la accin de la gracia divina- de la experiencia directa de la realidad de Jess resucitado.7. La Resurreccin representa la prueba definitiva para demostrar la divinidad de Jess.8. De la resurreccin de Jess se siguen algunas consecuencias decisivas: reafirma la fe de la Iglesia en Jesucristo vivo y en su presencia misteriosa en la Iglesia -especialmente en la Eucarista-, garantiza para siempre que sus enseanzas son verdaderas, es la confirmacin de la resurreccin universal de todos los hombres y es seal de que el bien triunfa sobre el mal.