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  • 7/26/2019 La figura femenina en Pas porttil.

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    Curso electivo: Novelas, ciudades e ideologas.Estudiante: Andrea Dubois

    Acercamiento ala representacin femeninaen Pas porttil

    Silencio, mujer/ dijo/de nada valdr tu queja/

    ni en este momento/ ni en los otros.Miy estrini

    No sorprender! a nadie a"rmar #ue Pas porttiles una novela donde

    se entrela$an, en un aparente caos, diversos mundos, tiempos y

    vidas. En este via%e decisivo #ue debe reali$ar el menor de los

    &ara$arte con'uyen el presente y el pasado de una familia (y si se

    #uiere, de un pas) a trav*s de la evocacin de la memoria. +os planosgenerales en los #ue se desarrolla este %uego narrativo de

    perspectivas espaciotemporales son tres: el presente de Andr*s, es

    decir, el momento en el #ue atraviesa la capital del pas para cumplir

    la accin- el pasado inmediato, su llegada a Caracas y su iniciacin en

    la militancia guerrillera, y el pasado m!s remoto, #ue abarca la

    istoria y la tradicin de los &ara$arte, as como su inevitable cada

    en la desgracia./odemos percibir entonces dos grandes realidades en la novela:

    una tradicin feudal antigua y el des#uiciado ritmo moderno de la

    ciudad. Ambos planos se entrela$an de forma magistral en el te0to,

    poniendo en evidencia los paralelismos entre ambos conte0tos: si

    bien el espacio y el tiempo son otros, los problemas no parecen

    cambiar o arreglarse, al contrario, se van eredando inevitablemente

    todas las in%usticias, las dudas, los fracasos y la violencia #ue vienenacecando a los &ara$arte (y al ser umano) desde tiempos

    inmemorables, y #ue parecieran tener siempre una resolucin tr!gica.

    1odas estas e0periencias se mani"estan, por supuesto, en los

    persona%es, o m!s bien en las sombras en las #ue se an convertido

    dicos persona%es debido a sus circunstancias. 2n grupo muy

    interesante de persona%es de la intraistoria de los &ara$arte y de la

    novela en general lo constituyen las mu%eres. Esta minora, relegadacasi siempre al plano ntimo del ogar, sufre directamente las in%ustas

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    (78;). Es evidente #ue los roles #ue deba cumplir cada g*nero eran

    en muy marcados y cerrados, por lo #ue salirse de la norma era

    desa"ar toda una tradicin establecida por generaciones.

    6eorgina #uiso en algn punto tomar las armas al igual #ue sus

    ermanos, pero sus deseos fueron vistos como una bofetada a las

    4buenas5 costumbres, por lo #ue no le #ued otra opcin m!s #ue

    dedicarse a los o"cios 4apropiados5 de una mu%er de la *poca. 3u

    presencia en la novela es tambi*n interesante debido a #ue es uno de

    los pocos persona%es femeninos #ue tiene la oportunidad de escoger

    un futuro para s misma:

    +a nica #ue pudo aber cortado los ilos, fugarse, rellenar y tapiar

    todos los agu%eros #ue la conducan al desenlace inevitable, elegirla otra vida, acerse modista en Madrid con todo lo amable #ue fuesu marido al llevarla a conocer el mundo.

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    sucio, fuera de orden. @ue una muerte #ue nadie llor a e0cepcin de

    ortensia, #uien guard su luto por el resto de su vida.

    ortensia es un persona%e muy silencioso, casi fantasmal, #ue

    andaba por la casa vestida siempre de negro, y dedicada nicamente

    a la tarea de recoger las cartas. De su istoria sabemos muy poco,

    sin embargo 4decan #ue para ortensia no ubo sol, ni luna, ni

    nunca tuvo #uince aBos. No #uedaba un solo retrato donde ella

    estuviera sonriendo ni se conocen los %uegos #ue aca.5 (6on$!le$

    +en, 789). Esta descripcin nos abla de una mu%er #ue

    aparentemente siempre fue vie%a, siempre perdida en su mundo

    interior regido por la religin y el culto a la muerte. ortensia de

    algn modo intent eliminar la culpa y los pecados de su familia a

    trav*s de un luto aparente #ue no era por los muertos sino por los

    vivos: 4los vestidos negros para ella, m!s #ue la manera de mostrar

    duelo, fueron como una e0piacin5 (789)

    A pesar de no estar del todo presente, de ser casi una aparicin

    en medio del a%etreo del ogar, ortensia tambi*n rompe con las

    normas establecidas para las mu%eres de la *poca al no contraer

    matrimonio y a dedicarse a una silenciosa vida del ogar,

    desapercibida por la mayora. Este acto es de una rebelda mnima,

    pero contundente, #ue la relega a una vida de soledad escogida

    voluntariamente. Ella escoge el e0ilio, un e0ilio acia un mundo

    interior impenetrable.

    =tra de las mu%eres relevantes en la istoria es la distinguida

    Ang*lica. 3i bien no es una &ara$arte por la$os de sangre, se

    convierte en una al momento de su matrimonio con ctor afael.

    Este matrimonio, ltimo deseo del padre de Ang*lica, e%empli"ca

    perfectamente el con'icto entre el prototipo del 4maco5 de la *poca

    y el car!cter sumiso #ue deban asumir las mu%eres. Ang*lica era,

    ante todo, una mu%er #ue se distingua de las dem!s mucacas del

    pueblo: 4aba sido educada en un colegio de niBas en Caracas y

    saba bordar. Cuando regres, ya seBorita, ablaba de t. Era

    distinta5 (9), representaba, por lo tanto, el opuesto de todo lo #ue

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    caracteri$aba a ctor afael. Desde su #uietud, sin embargo,

    Ang*lica le ace reconocer a su futuro marido su propia vulgaridad:

    4ctor afael era un caballo cerrero. F por primera ve$ se dio cuenta,

    por#ue Ang*lica sin decir una palabra, se lo i$o notar.5 (9?).

    Ang*lica se nos presenta entonces como una %oven delicada,

    "na, con un car!cter m!s afn al ambiente urbano de Caracas. A

    pesar de esto mantena siempre un semblante sobrio, silencioso y

    serio. En ella se presentaba el con'icto de todos a#uellos #ue an

    conocido la vitalidad de la ciudad y #ue por alguna ra$n se ven

    obligados a volver a la provincia. +a incomodidad, la incesante

    sensacin de no pertenecer, de #uerer irse de ese lugar, acompaBan

    siempre a Ang*lica en su estada en 1ru%illo, aun#ue no lo demuestra

    pblicamente: 4F Ang*lica se #uedaba seria, pensando, por#ue ella

    esperaba volver a Caracas, ya casi no era de estas tierras y aun#ue

    %am!s lleg a decirlo, pues era muy prudente, se senta incmoda en

    a#uella casa olorosa a remedios5 (6on$!le$ +en, 98).

    Ang*lica renuncia entonces a su sueBo de regresar a la capital.

    /adece silenciosamente los tratos y las pruebas a las #ue la somete

    su marido, asumiendo estoicamente el papel #ue le a sido impuesto:

    mientras andaba por los barriales, Ang*lica 4ya casi no poda m!s, y

    aun#ue tuviera ganas de llorar, no se atreva a llorar5 (9>?). Esto

    podra verse tambi*n como una pe#ueBa muestra de rebelda (como

    la de ortensia), sin embargo, el car!cter tan sereno con el #ue

    Ang*lica acepta todo a#uello #ue la agobiaba pareciera apuntar m!s

    bien a una p*rdida de la fe, al desencanto, a la resignacin fatal ante

    el asto de la e0istencia. +o observamos cuando la pare%a llega a su

    verdadera casa, un lugar m!s cmodo #ue el #ue aban visto en un

    principio: 4G).

    2na situacin muy similar es la #ue sufre Ernestina. ita

    6nut$mann, re"ri*ndose a la relacin entre Ang*lica y vctor afael,

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    asegura #ue el mismo 4representa un contrapunto sentimental al de

    Ernestina5 (9>8: 7;;). Ambas istorias de amor trastocado se

    narran casi sucesivamente, como alentando al lector a #ue considere

    los paralelismos entre ambas istorias. +a de Ernestina es sin

    embargo una istoria de amor m!s desgarradora por#ue antes del

    episodio #ue la sumi en un llanto eterno ella s conceba una ilusin,

    una esperan$a- en a#uella *poca antes de su compromiso con

    8: 7;J). 1oda su vida de

    seBorita estuvo destinada siempre al matrimonio, aun#ue su sueBo

    iba m!s all!, deseaba irse del pueblo, conocer las ciudades y ale%arse

    de"nitivamente de a#uella casa. 3u ilusin se incrementaba cuando

    contemplaba el cuadro #ue le aba regalado

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    a enfermar, di%o Eudocia. 8: 7;8).

    Ernestina se convierte entonces en el signo visible de una tragedia

    #ue ya vena gest!ndose desde los inicios de la casta familiar,

    tragedia #ue deber! enmendar Andr*s en el presente urbano de la

    capital.

    Es posible rastrear esta situacin en otra de las obras de

    Adriano 6on$!le$ +en. En el cuento 4+os invisibles fuegos5 (Uno y

    otros cuentos, 7II), Dorila, protagonista del relato, es una mu%er del

    interior del pas #ue estuvo prometida en su %uventud a casarse y

    abandonar el pueblo- su familia, representacin del poder patriarcal,

    no permite la unin y asesinan al mucaco para evitar futuros

    escapes. Esta relacin evidente entre ambos te0tos es #ui$!s lo #ue

    llev a =rlando Arau%o a denominar los cuentos de Adriano como

    muBones de novela (9>87: 7I8) #ue seran posteriormente

    desarrollados en Pas porttil.

    1anto Dorila como Ernestina encarnan de algn modo la p*rdida

    de la gracia, el abandono de los dioses. 3us cuerpos y sus e0istencias

    se convierten en la prueba viviente de una tradicin ancestral #ue

    fracas por#ue no aba forma de evitarlo. ablando sobre el cuento

    de Adriano, Arau%o apunta #ue 4se establece un paralelismo entre la

    se#uedad de la mu%er y la de la tierra5 (7I>). +o mismo sucede en la

    novela cuando Eudocia recuerda cmo, %usto antes de la boda de

    Ernestina, presinti de forma casi prof*tica la llegada de la

    4maldicin5 familiar:

    Esa noce del 9 de mar$o, antes de #ue usted viniera al mundo,

    noce de 9>7>, la desgracia cay sobre esta casa, s*palo, por#uenunca se me a #uerido creer. abl Eudocia y volvi a seguir:

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    desde esa ve$, estoy segura, se nos metieron las garrapatas en las

    paredes, todo era pulga y pio%os y se sec la astromelia y el viento

    se llev el $inc de la barda. (p. 9J)

    Con esta sentencia se de"ne tanto el futuro de los &ara$artecomo el futuro de la misma Ernestina. Con ella desaparecen las

    mu%eres de la familia, sin embargo, esa "gura femenina y

    signi"cativa para la istoria va a ser representado por Delia en el

    presente cara#ueBo. Delia representa de algn modo todo lo #ue las

    &ara$arte no pudieron tener por su conte0to istrico: tiene

    posibilidad de escoger su propio rumbo, tiene acceso a estudios

    universitarios, es parte activa de la luca armada en contra del abusodel poderK

    Delia se desenvuelve en un plano enteramente urbano y tiene,

    aparentemente, los mismos derecos #ue sus camaradas masculinos.

    En su car!cter convergen todas las actitudes #ue no posee Andr*s y

    #ue no puede llegar a alcan$ar debido al fracaso perenne de su lnea

    familiar: 4+a descon"an$a, s. F Delia estaba segura. El miedo, s. F

    delia estaba "rme. +a confusin, s. F Delia estaba clara.5 (77I). Ella yAndr*s forman una pare%a #ue muestra las diversas facetas de una

    situacin similar, ambos est!n metidos en la luca poltica, uno

    seguro y el otro no, y sin embargo, ambos tendr!n desenlaces

    lamentables.

    Delia, con su olor a mandarinas, se convierte r!pidamente en la

    visin de la mu%er ideal de Andr*s: 4por all vena Delia, o por

    cual#uier parte, da lo mismo, no era ella, pero se pareca a #uien unotoda la vida est! esperando5 (79). Delia es la visin ideali$ada de la

    seguridad y de la insurreccin poltica. Es interesante #ue la rebelda

    de Delia no solo se d* en lo pblico sino tambi*n en lo ntimo. 1oda

    a#uella supersticin mo%igata en torno a la se0ualidad femenina ace

    #ue el desenfado de Delia acia su propia virginidad sea percibido

    como un acto de insurreccin:

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    42na mucaca debe ser pura y limpia, la castidad es grata a Dios

    y a los ombres, di%eron, el #ue da la mano da el bra$o, repitieron,

    es feo y as#ueroso, vas a sufrir muco, te abrir!n un ueco

    enorme, se te llenar! de pus, podras #uedar est*ril, duele, duele

    muco, no lo agas, se burlar!n de tiK5 (p 7)+o interesante de la situacin de Delia es #ue a pesar de #ue

    cambia el conte0to espacial y temporal, su desenlace es el mismo

    #ue el de las &ara$arte. +os persona%es femeninos en esta novela

    tienen pocas oportunidades de surgir en su entorno, por lo #ue

    suelen encontrarse entre dos opciones "nales: la muerte o el e0ilio.

    Algunas eligieron la muerte voluntariamente como la ta 6eorgina. A

    otras les cay el peso de la in%usticia, como a Delia y a Ang*lica.=tras simplemente decidieron uir de su realidad al nico lugar

    donde no las poda alcan$ar nadie: su propia interioridad, espacio

    lleno de recuerdos y fantasmas, nicos acompaBantes en a#uel

    terreno solitario e inf*rtil.

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    Referencias

    Arau%o, =. (9>87). Narrativa venezolana contempornea.

    (pp.7I77?). Caracas: Editorial 1iempo Nuevo.

    6on$!les +en, A. (sin feca de edicin). Pas porttil.Coleccin

    El Dorado.

    . (7II). 4+os invisibles fuegos5 en Uno y otros cuentos.

    Caracas: Monte Lvila Editores (pp. 7>;J).

    6nut$mann, . (9>8). 4Adriano 6on$!le$ +en. /as

    port!til: entre el documento y la "ccin5. (En lnea). ecuperado el

    I7 de mayo de 7I9J. Disponible en

    ttp:OOrevistas.ucm.esOinde0.ppOA+POarticleOvieQOA+P8899I7;9AO

    7>IJ

    http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI7575110231A/24906http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI7575110231A/24906http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI7575110231A/24906http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI7575110231A/24906
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