La Figura y Acción Del Docente

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LA FIGURA Y ACCIÓN DEL DOCENTE, RETOS Y PERSPECTIVAS INTRODUCCIÓN Ya sea dentro o fuera de las aulas, el trabajo del docente es algo muy serio. No de balde, Fernando Savater menciona en una de sus aclamadas obras que para educar se requiere valor y que la educación encierra un valor que no cualquiera es capaz de aprovechar o mejor dicho, sacar a la luz en aras de las nuevas generaciones. Es por eso, que la labor pedagógica y una de sus figuras, el docente, siempre están en el ojo del huracán; y más ahora que las exigencias sociopolíticas o económicas del mundo globalizado exigen personas preparadas en mente, en emociones, en actitudes y sobre todo en habilidades prácticas para un contexto cambiante y que dicho sea de paso, avanza a pasos agigantados más allá de lo que la historia del hombre pueda constatar hasta la fecha. Este ensayo, en marco de anterior, analiza el rol que el docente debe asumir ante los retos del siglo XXI, la naturaleza “real” del aprendizaje como un proceso significativo y su vínculo con el discurso posmoderno de la “educación por competencias”, los cambios que la didáctica presenta y como esto implica un nuevo tipo de formación docente. Cada uno de estos apartados, amplios por naturaleza serán puntualizados de forma sintética y sustancial para rescatar el propio aprendizaje y experiencia del autor. ROL DOCENTE Y APRENDIZAJE Definido en ocasiones solo como “transmisor de conocimientos” (teóricos en su mayoría) o hasta “guía del aprendizaje” (cual gurú); el docente enfrenta un primer reto: asumir un verdadero rol profesional, personal y social que lo identifique mejor dicho como organizador y mediador del encuentro del alumno con el conocimiento en palabras de Díaz Barriga (2010) puesto que no es solo su tarea colocar en las mentes de niños o jóvenes un cúmulo de datos validados social y científicamente hablando, sino hacer cercana a las nuevas generaciones el ansia por aprender, la necesidad apremiante de conocer porque se aprende y la urgente motivación de aprender de forma permanente. Ahora bien, no solo se requiere identidad para enseñar, sino el conocimiento para enseñar adecuadamente; y aunque sería extenso enlistar las características del “buen docente” podríamos como Perrenoud, aventurarnos a decir que no basta con los saberes teóricos de la asignatura sino hay que sumar un conjunto de habilidades propias de la enseñanza, actitudes adecuadas de un formador y un sentido ético de continuar aprendiendo aún a pesar de conocer “de muchos años” cierta estrategia o contenido programático y hasta ejercer el pensamiento crítico para la propia o cercana experiencia educativa. Pero la cuestión no se detiene ahí, puesto que lo que realmente hace a un docente de excelencia es el segundo reto: poseer una perspectiva sobre el aprendizaje que impacte y beneficie a los estudiantes como actores principales de la educación. Esto, considero, es la mayor cualidad que se requiere de un docente, pues dependiendo del interés por mediar el aprendizaje y en verdad involucrar a los estudiantes en su formación, es que una enseñanza será eficaz, real, válida y sobre todo significativa para el medio sociocultural en que las nuevas generaciones se desenvuelven. La profundidad de este tópico requerirá, a su debido tiempo,

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Breve artículo sobre el papel del docente y como realiza su actividad desde la perspectiva constructivista

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  • LA FIGURA Y ACCIN DEL DOCENTE, RETOS Y PERSPECTIVAS

    INTRODUCCIN Ya sea dentro o fuera de las aulas, el trabajo del docente es algo muy serio. No de balde, Fernando Savater menciona en una de sus aclamadas obras que para educar se requiere valor y que la educacin encierra un valor que no cualquiera es capaz de aprovechar o mejor dicho, sacar a la luz en aras de las nuevas generaciones. Es por eso, que la labor pedaggica y una de sus figuras, el docente, siempre estn en el ojo del huracn; y ms ahora que las exigencias sociopolticas o econmicas del mundo globalizado exigen personas preparadas en mente, en emociones, en actitudes y sobre todo en habilidades prcticas para un contexto cambiante y que dicho sea de paso, avanza a pasos agigantados ms all de lo que la historia del hombre pueda constatar hasta la fecha. Este ensayo, en marco de anterior, analiza el rol que el docente debe asumir ante los retos del siglo XXI, la naturaleza real del aprendizaje como un proceso significativo y su vnculo con el discurso posmoderno de la educacin por competencias, los cambios que la didctica presenta y como esto implica un nuevo tipo de formacin docente. Cada uno de estos apartados, amplios por naturaleza sern puntualizados de forma sinttica y sustancial para rescatar el propio aprendizaje y experiencia del autor.

    ROL DOCENTE Y APRENDIZAJE Definido en ocasiones solo como transmisor de conocimientos (tericos en su mayora) o hasta gua del aprendizaje (cual gur); el docente enfrenta un primer reto: asumir un verdadero rol profesional, personal y social que lo identifique mejor dicho como organizador y mediador del encuentro del alumno con el conocimiento en palabras de Daz Barriga (2010) puesto que no es solo su tarea colocar en las mentes de nios o jvenes un cmulo de datos validados social y cientficamente hablando, sino hacer cercana a las nuevas generaciones el ansia por aprender, la necesidad apremiante de conocer porque se aprende y la urgente motivacin de aprender de forma permanente. Ahora bien, no solo se requiere identidad para ensear, sino el conocimiento para ensear adecuadamente; y aunque sera extenso enlistar las caractersticas del buen docente podramos como Perrenoud, aventurarnos a decir que no basta con los saberes tericos de la asignatura sino hay que sumar un conjunto de habilidades propias de la enseanza, actitudes adecuadas de un formador y un sentido tico de continuar aprendiendo an a pesar de conocer de muchos aos cierta estrategia o contenido programtico y hasta ejercer el pensamiento crtico para la propia o cercana experiencia educativa. Pero la cuestin no se detiene ah, puesto que lo que realmente hace a un docente de excelencia es el segundo reto: poseer una perspectiva sobre el aprendizaje que impacte y beneficie a los estudiantes como actores principales de la educacin. Esto, considero, es la mayor cualidad que se requiere de un docente, pues dependiendo del inters por mediar el aprendizaje y en verdad involucrar a los estudiantes en su formacin, es que una enseanza ser eficaz, real, vlida y sobre todo significativa para el medio sociocultural en que las nuevas generaciones se desenvuelven. La profundidad de este tpico requerir, a su debido tiempo,

  • abordarle de manera ms especfica a lo largo de otros trabajos posteriores y complementarios.

    DIDCTICA E INFLUENCIA EN EL APRENDIZAJE Partiendo de la premisa por la cual un docente tiene clara sus concepciones de enseanza y aprendizaje, viene al encuentro un tercer reto: Disponer de un bagaje didctico que influya y haga significativo el proceso de aprendizaje. Y aunque parezca sencillo, aqu es donde encontramos la parte prctica de la educacin. En la forma de ensear y sobre todo de establecer la relacin docente-alumno desde el aprendizaje es donde se ponen de manifiesto y evidencia el discurso y la accin. De hecho, este es uno de los campos de investigacin ms prominentes entre los profesionales, encontrando estudios sobre estrategias didcticas, planeacin o evaluacin educativa y hasta el conocido pero poco comprendido currculum oculto que puede ser una mayor evidencia de la praxis educativa que el diseo curricular comn. Es de reconocer, por experiencia propia, que la cuestin didctica es en verdad compleja y de mltiples aristas por no decir facetas; porque dependiendo el nivel acadmico, el contenido programtico, la formacin para la enseanza y sobre cualquier cosa las caractersticas del alumnado es que el proceso de enseanza-aprendizaje se perfila, se pule, se orienta y llega a cubrir ciertas metas o propsitos explcitos o implcitos tanto del docente, como de la institucin y el sistema educativo. Afortunadamente, no solo la pedagoga sino toda una gama de ciencias de la educacin aportan al docente diversas perspectivas y fuentes para la concrecin de su labor. Saberes tericos y prcticos de disciplinas como la psicologa de la educacin o la investigacin educativa plantean un enfoque centrado en reconocer e inducir al docente a percatarse de la complejidad de su labor pero al mismo tiempo la oportunidad de revisar si su didctica est encaminada al aprendizaje o todava necesita redireccionar su prctica para alcanzar an ms su meta: Educar.

    FORMACIN DOCENTE Una pregunta vlida podra ser: Si se requiere un saber terico y prctico profundo para ser docente A qu tipo de formacin es a la que debe inclinarse quien desea ejercer dicha profesin? Schn (1992) responde con su propuesta del docente prctico reflexivo. Dando paso a un cuarto reto para el docente: Perfilarse como un profesional analtico-reflexivo de su propia prctica para poder ejercer su autonoma intelectual. La propuesta de Shn, secundada en opinin por un servidor, responde a ciertas necesidades que el colectivo docente exige desde hace tiempo: La formacin continua y eficiente que no siempre puede encontrarse en algunas polticas educativas de capacitacin docente y que se halla ante una brecha peculiar: La unin entre la teora educativa y la prctica pedaggica eficaz en las aulas. Pero, qu implica ser un docente analtico, reflexivo y autnomo intelectualmente? Un primer punto sera reconocer algo que Dewey explico hace ya casi un siglo: Aunque pensar es una accin que todos podemos hacer (por naturaleza) no todos estamos o somos conscientes de la

  • accin de pensar y lo que de ello se deriva. Esto referido al hecho de que, aunque la labor docente siempre implica cambio, adaptacin y mejora, irnicamente estas no se pueden concretar si no se piensa de forma reflexiva y se ejerce una accin autnoma de adecuacin pedaggica. Lo anterior relega al docente a ser un ejecutor u operario de tareas programadas sin una retroalimentacin adecuada y respectiva adecuacin profesional. Citando al mismo Shn (1992) la enseanza [debe darse] a travs de la reflexin en la accin y esta cualidad no inalcanzable, en la medida en que el docente analice su propia labor, identifique brechas o sesgos y sobre todo est dispuesto a redireccionar su accin pedaggica reconociendo sus aciertos pero tambin sus errores terico-prcticos.

    LAS COMPETENCIAS Y EL DOCENTE Si bien el enfoque de educacin por competencias no es nuevo y se ha instaurado en nuestro sistema educativa por un tiempo considerable, es menester reconocer que existe cierta vaguedad conceptual que hace de la palabra competencia una razn de duda e interpretacin contextual que afecta tanto a los maestros como a los alumnos en el sentido de la claridad de su sustento terico y su funcionalidad. Retomadas de un contexto laboral y de miras a la productividad empresarial, las competencias son motivo de anlisis no solo en los planes y programas sino, y sobre todo, en la prctica educativa; puesto que nos da apertura a un quinto reto para el docente: Poner en marcha un indicador(es) de competencias(s) en el aula de manera que cumpla su objetivo de aprendizaje y composicin (conocimiento, habilidad, actitud y valor) a la par. Un punto particular de este reto, desde la perspectiva personal, es la concrecin de dicha(s) competencia(s) en un marco de resolucin de problemas de carcter contextualizado. Aunque el concepto es general y la experiencia en Mxico todava est en desarrollo; el enfoque por el cual se promueve que el alumno ponga en juego todo un grupo de saberes para resolver un problema es positivo y til. La educacin, como se mencion al iniciar este escrito, tiene una gran demanda para responder a los cambios que el ritmo de vida moderno y problemas mundiales requieren. Lo anterior nos sita ante un sexto y ltimo reto docente: Construir las propias competencias docentes como un requisito indispensable para la concrecin de las competencias en los alumnos. Y ese no es un reto menor, puesto que atae o cubre los cinco retos anteriores y que se ha puesto sobre la mesa con sus respectivas cualidades.

    CONCLUSIN Como se pudo observar a lo largo del texto, no son pocos los retos que un docente del siglo XXI tiene que enfrentar para responder profesional y ticamente a su vocacin o papel en el proceso educativo; por lo que es apremiante una autoevaluacin del trabajo pedaggico por la cual el docente reconozca, identifique y modifique sus necesidades profesionales, su experiencia didctica, sus concepciones terico-metodolgicas y el valor que le asigna o con el cual asume su papel como mediador del conocimiento humano existente o por surgir.