La Función Policial y El Desarrollo Social

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La Función Policial y el Desarrollo Social La modernización del Estado y el desarrollo de políticas públicas de seguridad adquieren un perfil diferente y un carácter urgente. La seguridad ciudadana destaca y pone énfasis en un enfoque más integral sobre las necesidades y las responsabilidades del Estado, en lo que dice relación con las condiciones para sustentar un adecuado desarrollo y ejercicio de políticas en el sector. Desde esta perspectiva, las implicancias de la modernización del aparato público en los países impactan sobre la función policial en diversas facetas. Asimismo los organismos nacionales e internacionales reconocen y asumen “modernización” y “reformas” como factores para los procesos claves y mejorar el estado de la seguridad pública y ciudadana en un país o una comunidad. Existe consenso en que, entre las medidas reconocidamente eficaces para la reducción de la inseguridad, criminalidad y violencia, las reformas al sistema policial, al sistema judicial y al sistema penitenciario, son necesarias más allá de las acciones socio- preventivas, de intervenciones orientadas a la organización y participación de la comunidad, de la modificación del contexto macrosocial, de las acciones propias y necesarias para el control de situaciones delictivas, o de las exigibles en materia de justicia alternativa y en el ámbito de las informaciones. Dichas reformas se inscriben, generalmente, en el contexto de las “políticas de reforma institucional del sistema de seguridad”, compuestas por líneas de trabajo, tales como: Modernización policial, Estrategia de descentralización, Fortalecimiento de la gobernabilidad local, Fortalecimiento del control de la seguridad privada, y la Reforma de la persecución penal. Es por ello que la tendencia actual es la instalación y la consolidación de

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Nuevo Modelo de Policia

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La Función Policial y el Desarrollo Social

La modernización del Estado y el desarrollo de políticas públicas de seguridad adquieren un perfil diferente y un carácter urgente. La seguridad ciudadana destaca y pone énfasis en un enfoque más integral sobre las necesidades y las responsabilidades del Estado, en lo que dice relación con las condiciones para sustentar un adecuado desarrollo y ejercicio de políticas en el sector. Desde esta perspectiva, las implicancias de la modernización del aparato público en los países impactan sobre la función policial en diversas facetas. Asimismo los organismos nacionales e internacionales reconocen y asumen “modernización” y “reformas” como factores para los procesos claves y mejorar el estado de la seguridad pública y ciudadana en un país o una comunidad. Existe consenso en que, entre las medidas reconocidamente eficaces para la reducción de la inseguridad, criminalidad y violencia, las reformas al sistema policial, al sistema judicial y al sistema penitenciario, son necesarias más allá de las acciones socio-preventivas, de intervenciones orientadas a la organización y participación de la comunidad, de la modificación del contexto macrosocial, de las acciones propias y necesarias para el control de situaciones delictivas, o de las exigibles en materia de justicia alternativa y en el ámbito de las informaciones. Dichas reformas se inscriben, generalmente, en el contexto de las “políticas de reforma institucional del sistema de seguridad”, compuestas por líneas de trabajo, tales como: Modernización policial, Estrategia de descentralización, Fortalecimiento de la gobernabilidad local, Fortalecimiento del control de la seguridad privada, y la Reforma de la persecución penal. Es por ello que la tendencia actual es la instalación y la consolidación de esfuerzos para reformar las instituciones vinculadas a las políticas de seguridad pública y ciudadana, buscando un modelo de seguridad democrática. Esto consiste en una reformulación de la “gestión de seguridad”, en términos tales que se entienda que esto implica el desarrollo de condiciones que permitan la regulación eficiente de la criminalidad y la violencia, individual o social, incluyendo la violencia de las propias instituciones encargadas de la seguridad y del orden público y su eficacia. Atendidas tanto la brecha entre la oferta pública y la demanda ciudadana como la necesidad de eficacia y calidad de los servicios de los órganos responsables, sin lugar a dudas, la gestión de la seguridad en la región plantea la necesidad de mejorar la capacidad del aparato y de las autoridades públicas para administrar y resolver con eficacia los problemas ligados a la inseguridad ciudadana a través de políticas públicas. De esta forma, en el centro de la gestión de seguridad pública y ciudadana radican la ejecución de las políticas públicas de estado, de gobierno e institucionales, y no sólo los enfoques y eventuales “doctrinas” criminológicas, principios tradicionales o innovadores de la política.

La función policial es un tema muy extenso y relativamente nuevo debido que las funciones policiales se han modificado con la nueva estructura policial que se esta instaurando en Venezuela, que el gobierno

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revolucionario llamó El Nuevo Modelo Policial, modelo que gracias a la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad se esta llevando a cabo en toda la extensión de nuestro país.

Los cuerpos policiales deben asumirse como promotores y garantes de los derechos humanos.  Como establece la nueva misión de la Policía, la debido que la policía es: “un órgano de carácter civil, profesional, predominantemente preventivo, donde su misión es garantizar los derechos de las personas frente a situaciones que constituyan amenazas, vulnerabilidad, riesgo o daños a la integridad física, sus propiedades, el libre ejercicio de sus derechos, el respeto de sus garantías, la paz social, la convivencia y el cumplimiento de la ley además facilitar la resolución de conflictos mediante el diálogo, la mediación y la conciliación, conforme a los estándares nacionales establecidos”.

Los cuerpos policiales ya no deben reprimir, sino prevenir el delito; que sean controlados, pero que sobre todo se autoncontrolen y se limiten a actuar apegados a las leyes en nuestro país, y no de acuerdo a intereses personales que en muchas ocasiones, conllevan a la vulneración de derechos. Asimismo, cuerpos policiales que no discriminen, que asuman a todas las personas que forman parte de la sociedad como un ser humano, como un par que siente y padece igual que cualquier funcionario o funcionaria policial, pero que sobre todo tiene los mismos derechos que los policías uniformados y uniformadas.

En la nueva función policía nos llevaría a ser dignos garantes de los Derechos Humanos, lo que nos haría crecer como institución al ritmo de crecimiento de la Sociedad. Esta sociedad que es cambiante y se desarrolla cada día para buscar su mejoras y oportunidades basados todos en el bien común la paz ciudadana y alcanzar la suprema felicidad.