LA GATA TRAVIESA

 Como no había ratones para jugar Sandy, la

gata traviesa, decidió hacerlo con un grano de maíz que encontró en el piso. Lo movía en todas las direcciones: para allá, para acá, de derecha a izquierda. Sin querer, Sandy llevó al grano hasta el patio de la casa y en uno de sus manotazos el grano cayó en un hueco.

Sandy se lanzó al rescate. Estiro y estiro su brazo para alcanzarlo, pero no le fue posible y en sus intentos por sacarlo terminó por echarle tierra encima. Sandy pidió ayuda a la lluvia, al sol y a la misma tierra para sacar el grano del hueco. Todos le dijeron que si que la ayudarían, pero que debía tener mucha paciencia.

Todos los días Sandy regresaba al lugar para ver si el sol, la lluvia o la tierra habían cumplido su promesa. Pero nada, no hallaba su grano.

Días después, allí donde cayó su granito comenzó a crecer una planta. Primero era muy pequeñita, luego se hizo mediana y por ultimo muy grande.

Sandy la veía y la veía y no podía creerlo. Su sorpresa fue mayor cuando en la parte de arriba de la planta apareció una mazorca bella, hermosa, con un verde resplandeciente. Sandy la observaba, cuando de repente alguien corrió las hojas de la cubierta de la mazorca y le dijo:

Sandy, soy yo, tu granito de maíz. Vuelvo en compañía de mis hermanos y pronto estaremos a tu lado para que juguemos todos juntos.

LA GATA TRAVIESAAUTOR: CARLOS WILLIAM GOMEZ R.

(COLOMBIANO)

PRESENTADA POR:MARYORI CAMPO ROJAS

ESTUDIANTE DE LENGUA CASTELLANAV SEMESTRE

UNIVERSIDAD DE PAMPLONA