La historiografia en Occidente desde 1945

6
La historiografia en Occidente desde 1945 Antonio MoRALEs MOYA Departamento de Historia Contemporánea Universidad Complutense. Madrid Actualmente todo es historia. «Todo acontecimiento —ha dicho Paul Veyne— es digno de la historia.” El historiador establece sin li- mitaciones su campo de trabajo —aquí está, seguramente, la innova- ción radical de la Escuela de Annales»: no bastan las fuentes, hay que saber interrogarías, pues todo depende, en último término, de la ca- lidad de las preguntas—; con autonomía plena dibuja la urdimbre de su asunto —los hechos no hablan por sí mismos—, desglosándolo del campo inmenso de la realidad vivida. Así se recogen en un libro actual, como objetos típicos de los nuevos intereses de la historia, los siguien- tes temas «paradójicos, ora en razón de su aparente intemporalidad, como el clima, el cuerpo, el mito, la fiesta, ora en razón de sus lazos con las ciencias nuevas y su desvío hacia la historia: el inconsciente del psicoanálisis, el lenguaje de la lingtiística moderna, la imagen ci- nematográfica, los sondeos de la opinión pública; ora en razón de su trivialidad nuevamente promovida a la historia: la cocina, que da fe a la par de los sectores de importancia creciente en el campo de la historia, el de la civilización material y el de las técnicas; ora, en fin, del escandaloso trastorno de óptica que se les inflinge: el libro consi- derado producto de masas y no como producción de élite, ejemplo par- ticular de la revolución cuantitativa en historia»’. Hoy día se realizan trabajos tan distintos entre si y tan ajenos al quehacer tradicional de los historiadores como el de Elisabeth Badinter: «¿Existe el amor maternal?», cuya pregunta clave es la de si el amor de la madre por el hijo es un instinto innato que proviene de una naturaleza femenina, J. Le GOFF y P. NORA> Hacer la historia, vol. 1. Nuevos problemas, Barcelo- na,1978, pp. 1011. Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea, a.> 8. Ed. Univ. Comp!. Madrid, 1987

Transcript of La historiografia en Occidente desde 1945

Page 1: La historiografia en Occidente desde 1945

La historiografia en Occidentedesde 1945

Antonio MoRALEs MOYADepartamentode Historia Contemporánea

Universidad Complutense.Madrid

Actualmente todo es historia. «Todo acontecimiento —ha dichoPaul Veyne— es digno de la historia.” El historiador establecesin li-mitaciones su campo de trabajo —aquí está, seguramente,la innova-ción radical de la Escuelade Annales»: no bastanlas fuentes,hay quesaberinterrogarías,pues todo depende,en último término, de la ca-lidad de las preguntas—;con autonomíaplena dibuja la urdimbre desu asunto—los hechosno hablanpor sí mismos—,desglosándolodelcampoinmensode la realidadvivida. Así se recogenen un libro actual,como objetostípicos de los nuevos interesesde la historia, los siguien-tes temas «paradójicos,ora en razón de su aparenteintemporalidad,como el clima, el cuerpo,el mito, la fiesta, ora en razón de suslazoscon las ciencias nuevasy su desvío hacia la historia: el inconscientedel psicoanálisis,el lenguajede la lingtiística moderna, la imagen ci-nematográfica, los sondeos de la opinión pública; ora en razón desu trivialidad nuevamentepromovida a la historia: la cocina, que dafe a la par de los sectoresde importanciacrecienteen el campode lahistoria, el de la civilización material y el de las técnicas;ora, en fin,del escandalosotrastorno de óptica que se les inflinge: el libro consi-deradoproducto de masasy no como producciónde élite, ejemplo par-ticular de la revolución cuantitativa en historia»’. Hoy día se realizantrabajos tan distintos entre si y tan ajenosal quehacer tradicionalde los historiadorescomo el de ElisabethBadinter: «¿Existeel amormaternal?»,cuya preguntaclave es la de si el amor de la madreporel hijo es un instinto innato que provienede una naturalezafemenina,

J. Le GOFF y P. NORA> Hacer la historia, vol. 1. Nuevosproblemas,Barcelo-na,1978,pp. 1011.

Cuadernosde Historia Modernay Contemporánea,a.> 8. Ed. Univ. Comp!. Madrid, 1987

Page 2: La historiografia en Occidente desde 1945

292 Antonio Morales Moya

o si, por el contrario, resulta de un comportamientosocial históricoque varía segúnlas épocas2; o el de Denis Boudriot, sobreel peso ma-terial del «habitat»parisiensedel siglo xviii 3; o el de 3. Moussief Mas-son: «The OceanieFeeling. The origins of Religions Sentiments inAncíent India» ~, intento riguroso de utilización de categoríaspsicoana-líticas para estudiarlos componentesdel sentimiento religioso en laIndia; o el de EtienneBroglin: <(Le Tempsprofané’>, acercade la per-cepciónglobal del tiempoen la sociedadilustradade mediadosdel xviiiy que se extiendehastamediadosdel siglo xxx 5; o los de1. P. Vernant,tratando de reconstruir la psicología histórica del mundo antiguo,interrogándosesobreel estatutode la memoria,de las imágenes,de lossímbolos,del deseo,de la persona...Desdeestaperspectivaha abor-dado la tragediagriegao nos ha abierto las puertasdel olimpo ~.

Y junto a la amplitud temáticala pluralidad de orientaciones.Son,ciertamente,muy diversaslas que subyaceno fundamentanel trabajode los historiadores actuales: se presta una creciente atención a lahistoriografía; asistimos a la disgregaciónde la historia en disciplinasparcialesy en items; no obstante,es perceptiblela vuelta al cultivo dela historia nacionalperiodificada; persistenen muchos historiadoresel sentidode la totalidad o de la globalidad de suquehacer;es patente—y no necesariamentecontrario a lo anterior— el augede la perspec-tiva individualizadora, trátesede hacerde nuevo unahistoria de o conpersonas,o de estudiarel acontecimiento;y a la preocupaciónpor lacientificidad hay que oponer el retorno de la forma narrativa, delrelato, de la descripción;en fin, se prestaatenciónal discurso,al textohistórico, al «enunciante”, se cultiva el estilo literario, se profundizaen los problemaslingúísticos... La investigaciónhistórica no sólo cu-bre hoy una inmensaextensión—nada le es ajeno—, sino que se ma-nifiesta en una variedad de enfoquesteóricos de legitimidad indiscu-tible: ninguno de ellos puedepretenderun imposible monopolio. Nopenetreel dogmático en los dominios de Clio.

Escribir historia, por tanto, viene a ser expresiónde una libertadque se manifiestade diversasaunquerelacionadasformas. Ante todo>en la definición del objeto de su estudio por el investigador: «Todoacontecimientoes digno de al historia», siempre que dispongamosdelos conceptosy categoríasnecesariaspara pensarlo. El historiadorescogelibrementeuna ruta, que nunca podrá recorrer en toda suam-

2 Barcelona,198t.P. D. BounaIoT, La construction locative parisiennesous Louis XV, París,

IV, multigrafie, 1981.Dordreebt, 1980.Cfr. Enquáte.Qá va l’histoire. P. Chaunu. Le Dé/mt, 23 <janvier, 1983), pá-

ginas 183-187.6 Cf r. it. P. VERNANT, La mart dans le yeux,Hachtte, París, 1984; con P. VinAL-

NAQUET: Mythe et tragédieII, La Decouverte,Paris, 1986.

Page 3: La historiografia en Occidente desde 1945

La historiografía en Occidentedesde1945 293

plitud, al entrecruzarsecon otros caminos: cualquier entidadhistóricano es sino una encrucijadade posibles itinerarios (Veyne).

Por otro lado, como en cadaépoca—el génerohistórico ha experi-mentadograndes cambios a lo largo de su evolución..—, el estudiosodivide la historia en diversasramaso tipos: económica,política, socio-lógica, biográfica..., ya que la historia es un continuo sin delimitacio-nes fijas, sin una jerarquía natural entresus partes.Libertad tambiénpara romper la sumisión al tiempo y al espacio.El historiador puededesvincularsede las unidadesde espacioy tiempo para entregarseporentero y exclusivamentea la trama. La historia adquiere entoncesamplia soltura para inventar categoríasy encontrarnuevos ite.rns quele permitirán renovarsepermanentemente.Es cierto que hay una vuel-ta, ya lo he indicado, a la historia nacional periodificada,pero su re-ducción frente a la historia de items, en frase de Domenach,«nos Ii-bera de nuestro etnocentrismo(,.3, nos descolonizay nos abre a lariqueza del mundo»~. Independencia,también, en cuanto al método.El método de la historía se funda,en último término, en la experiencia,en la riqueza intelectual y vital del historiador desdela que rastrea,seleccionay ordenasus materiales.

Libertad> en fin, frente a los míseroscondicionantesde la historiamilitante, de la historia centradaen fines partidistas,frente al «presen-tisco>’: la consideraciónde que la historia sólo es relevanteen la me-dida en queestáal servicio deunapedagogíapolítico-moral, tratándose,en definitiva, de fundamentarunapraxis transformadoradel presentey del mundo, de acuerdocon una utopia de futuro mejor, suponeunaorientación estáticahacia un porvenir cerradoy prefijado, y, cabera-zonablementepensar,prefiguradoen esas«burocraciascerradas,auto-rreclutadas,monopolizadorasde todos los poderes,al servicio de unaideología soberanaque, a guisa de pantalla, impide toda lectura obje-tiva de lo real» (Chaunu).

La historia que hoy se hace en el mundo occidental, en la que elplacer y la curiosidadse reafirmancomo impulsos motores,hay, pues,que colocarlabajo el signo de la libertad, de la continuadarenovación,de la aperturade nuevos horizontes.Dar cuentade esta situación,pro-mover la reflexión sobre la actual historiografía, resultan, es claro>tareasfundamentalesen un ambientecientífico como el nuestro,dis-tante de los modelosculturales avanzados,tardíamentepermeable alas nuevascorrientes>autocomplaciente,excesivamentesometidoal im-perialismo>«absorbenteprimacía» de la historia social> al influjo ex-cluyentede unaconcepcióndeterminista de las fuerzas materiales,yase trate de un marxismo tendentea convenirseen ideología académi-ca, ya de un sociologismo que enquista los hechos>reducidosa mera

1. M. DOMENAeR, Las ideas contemporáneas,Barcelona,1983, p. 48.

Page 4: La historiografia en Occidente desde 1945

294 Antonio Morales Moya

justificación en el sempiternoesquema«Economía>sociedad,civiliza-ción» 8 De aquí el interés quereviste la publicación del libro La histo-riografía en Occidentedesde 1945. Actitudes> tendenciasy problemasme~odoldgicos,que recogelas Actas de las III ConversacionesInterna-cionalesde Historia, celebradasen la Universidad de Navarra (Pam-plona, 5-7 abril 1984) ~, al recogeren trabajos de calidad a veces ex-cepcional, siempre muy alta, la evolución historiográfica, bien en unconjunto nacional, bien en un segmentotemático o cronológico, dealgunos pa:ses occidentalesdurante los últimos cuarentaaños> asícomo los nuevosenfoquesy aproximacionesen diversasramaso «te-rritorios» de la historia: historia intelectual, de la cultura e historiareligiosa; historia demográficay social; historia política e historia eco-nómca,junto con los correspondientesdebates.

En la Pí-esentación,V. Vázquezde Parga justifica el sentido de di-chas conversaciones:contribuir a «esclarecerel horizonte en que semueve la investigación histórica en Españay ayudar a la búsquedade nuevos caminos,en.un momento de vacilaciones,incertidumbre yconfusión»,y señalalas limitaciones —obviamenteinevitables— de laempresa.En efecto,se echan de menos estudiossobreAlemania—elde Engels se centra en la historiografía medieval—, Estados Unidos,Italia o los PaisesNórdicos, o acercade ciertas disciplinas: historiamilitar, historia de las relacionesinternacionales..,o referenciasa cier-tas perspectivas:microhistoria, historia oral...

En la Primera Parte, Ch. O. Carbonelí estudia brillantemente la«Evolución general de la historiografía en el mundo, principalmenteen Francia», para acabarponiendo de relieve la crisis de una «nuevahistoria», contestadapor Chesneaux,Coutau-Bégariey Morineau, asícomo la de la enseñanzade la historia y el resurgimiento,inesperadohaceunos años,de la biografía, las monografíaslocales y la historiapolítica y militar. PeterBurke analiza «La historiografía en Inglaterradesde la segundaguerra mundial»> recogiendolas polémicasfunda-mentalesy ofreciéndonosuna selección, año por año, de los libros—en algunos casos artículos— más significativos. Odilo Engels nosmuestra«Algunos aspectosdel estado actual de la investigaciónale-mana sobrela EdadMedia». Y sobreel mismo períodoversanlas apor-taciones—muy completas—de L. Adao da Fonseca: «La historiogra-fía medievalportuguesa(1940-1984)’>y de Miguel Angel Ladero: «Apro-ximación al medievalismo español(1939--984)».Finalmente> 1. Olába-rrí examina«La recepciónen Españade la revolución historiográficadel siglo xx», y pone acertadamentede relieve la escasareceptividad

Cf r. A. BEsANgON. «Sur trois idéesrequesen matieréd>bistoire russeet surtrois genresd’histoire», Comnientaire, 10 (óté, 1980), pp. 252-253.

Edición a cargode V. Vázquezde Parga, 1. Olábarri y A. Florístán Imizcoz.Edicionesde la Universidadde Navarra. Pamplona,1985.

Page 5: La historiografia en Occidente desde 1945

La historiografía en Occidentedesde1945 295

de los historiadoresespañolesa las recientesmodificaciones del pano-ramahistoriográfico: «A mi juicio —escribe—seaprecianalgunossín-tomas (..j, pero todavíadébiles.Es verdadquehaceya añosse ha ha-blado y escrito sobre la decadenciade los «Annales»,pero por partede historiadoresmarxistas>cuyos postuladosno están menospuestosen discusiónen la presentesituación de cambios.También en los añossesentase hanhecho en Españaagudascríticas de la nueva historia einteligentes defensasde la tradicional (.. -). Sin embargo>en la medidaen que la ascendenciade la historiografía de los principales paisesdeoccidente sobre la españolasigue siendo muy grande>es de esperarque, en breveplazo, el debatesobrelas <‘nuevashistorias»y sobreelfuturo de nuestradisciplina se hagamás vivo en nuestro país y se en-riquezca así el actual panoramade la ciencia histórica española.Undebateque> a mi modode ver —concluye—,deberíacontribuir a unasíntesis entre las más innovadoras aportacioneshistoriográficas denuestrosiglo —que han contribuido grandementea un análisis riguro-so de las estructurasy los ambientesen los que vive el hombre—y latradicional, y a mi juicio perenne,condición humanísticade nuestradisciplina’>.

La SegundaParte,«Los territorios de la historia»> comprende,den-tro del apartado 1 —«Historia intelectual y de la cultura e historiareligiosa»—,dos textos, fundamentales>de E. Cochrane: «Historia delas ideas e historia de la cultura», y de J. de Vignerie: «Historia reli-giosa». El concepto de ««cultura popular», el esquematismo,la utili-zación por los historiadoresde las ideas de conceptosmetahistóricos,la desapariciónde los ideas en sus contextos,lo que permite «unapreponderanciacasi tiránica de la dimensión social»,y hacede aque-llas el producto automático de las «condicionessocio-políticas»,o unahistoria religiosa> en la que la propia religión desaparecesepultadapor el sociologismo,el marxismo o el estructuralismo, son objeto deuna crítica aguday desmitificadora.Notableinteréspresentantambiénlos de B. Bennasar:«Historia de las mentalidad’»y de E. Mérida-Nico-lich, «La historiografía sobre la cultura españolaen los siglo xviiiy xxx».

En el apartado2 —«Historia demográficae historia social»—>la in-vestigaciónde R. Pillorget: ‘<Historia social de los tiempos modernos»,resulta, con su rechazodel tópico establecido,del lugar común> de im-prescindible consulta. Gran utilidad informativa revisten las exposi-ciones de D. Herlihy. «Avancesrecientesde la demografíahistórica yde la historia de la familia»> de J. P. Poussou:«Crecimientodemográ-fico y progresoeconómico»y de P. Molas Ribalta: «La historia socialde la Españamoderna».

Dos colaboraciones:la magnífica de A. Kriegel, que realiza unapuestaal día de «Lahistoria del movimiento obrero»>y otra> muy su-

Page 6: La historiografia en Occidente desde 1945

296 Antonio Morales Moya

gestiva>de Tuselí: «La historia política de la EspañaContemporáneaen los diez últimos años»,integranel apartado3 —«Historia política».

En el apartado4 —‘<Historia económica’>—,serecogensólidasapor-tacionesde H. van der Weey C. Dancet: «Una aproximacióncuantita-tiva a la historia económicaen Europadesdela Primera GuerraMun-dial»; M. Cattini y M. A. Romina: «Tendenciasy problemas de la his-toriografía agraria europea(1945-1980)»y V. Vázquezde Parga: «Lahistoria económicaen Españadesde 1940».

Cierra el libro un debatefinal —hay que subrayarel interés dc lasintervenciones,tanto en ésta como en las demás discusionescon lasque concluyecadabloque de ponenciasacercade los siguientestemas:

¿ Es posible mantenerel carácterunitario de la ciencia histó-rica? Más en concreto: la historia entendida como disciplinahumanísticay la concepciónde la historia como ciencia social,¿puedenconjugarse,o son mutuamenteexeluyentesy hay queaceptarla «coexistencia»al menos de dos disciplinas indepen-dientes?

2.0 ¿Cómoabordar en la investigaciónhistórica fenómenoscom-plejos, en los que confluyen muy distintos factores,si el cono-cimiento riguroso de cadauno de dichos factoresexige por símismo un grado de especializaciónque sólo despuésde muchosañosde esfuerzopuedealcanzarun investigador?Y, sobretodo,¿quéfórmulas habrán de arbitrarsepara la elaboración cien-tífica de síntesisgeneralesque integren satisfactoriamentelasaportacionesparcialesde las distintas especialidadeshistóricasen explicacionesglobales del desarrollode la Humanidada lolargo de los tiempos?

3.’ ¿Cuáles la función de la Historia?¿Debesernuestradisciplinaun armapara la construcción del futuro político o social o essolamenteel fruto de los gustose interesespersonalesde quie-nesescribenhistorias?¿Cuál es el público de los historiadoresy en qué medida deben influir las demandasde ese públicosobre la tarea historiográfica? ¿Qué papel juega el conceptode «verdad»en el trabajodel historiador o en la crítica de sus

resultados?