La Hoja en Blanco

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Una oportunidad blanca La hoja en blanco siempre es un reto en cualquiera de los casos, el artista, el escritor, el matemático, el químico, quién sea, siempre se sentirá reatado por un espacio que llenar con formas creativas, analíticas, puras, especulativas. No importa, qué se haga, la hoja siempre nos reclama. Siempre nos interpela, y nos llama a ser originales, auténticos. No caducos, no miméticos. Un llamado a ser nosotros, a exponer un legado, un comportamiento. Una historia, nuestros pensamientos, o tal vez, la vida que nos toco vivir. Siendo la hoja un acervo de nuestras experiencias, de nuestras palabras, de nuestro idioma, de nuestro vocabulario, una cosmovisión del mundo que experimentamos, lleno de sentimientos que atraviesan todo nuestro andar. Así, la hoja en blanco se transforma en una pequeña puerta, una oportunidad de ser libres, de re- crear lo que en nuestra corta realidad no somos capaces de hacer a plenitud. Una hoja que habla de impregnar nuestros olores a través de las letras, de nuestros trazos, de nuestros conceptos, de nuestras lecturas. Una especie de barman que preparan coktails de color purpura, o con tragos fuertes que hablan de lágrimas, aventuras, amores, triunfos, inventos, carreras, películas, pasiones, deportes, canciones, letras, llamadas, novelas, formulas, temperos, precauciones, disparos, muertes, sonrisas, nacimientos, estrategias, con citas para almorzar, citas para seducir, comidas, recuerdos, olores, colores, afeitadas, caricias, miradas, sabores, vestidos, preguntas, respuestas, duchas, gritos, sermones, misas, creencias, dioses, guerras, idiomas, perdones, caminatas, orgullos, cervezas, dinero, más dinero, capitalismo, política, masoquismo, bondage, dolores, enfermedades, fotos, redes sociales, medias veladas, medicinas, ruanas, camas, horas, testigos, vuelos,

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Una oportunidad blancaLa hoja en blanco siempre es un reto en cualquiera de los casos, el artista, el escritor, el matemático, el químico, quién sea, siempre se sentirá reatado por un espacio que llenar con formas creativas, analíticas, puras, especulativas. No importa, qué se haga, la hoja siempre nos reclama. Siempre nos interpela, y nos llama a ser originales, auténticos. No caducos, no miméticos. Un llamado a ser nosotros, a exponer un legado, un comportamiento. Una historia, nuestros pensamientos, o tal vez, la vida que nos toco vivir. Siendo la hoja un acervo de nuestras experiencias, de nuestras palabras, de nuestro idioma, de nuestro vocabulario, una cosmovisión del mundo que experimentamos, lleno de sentimientos que atraviesan todo nuestro andar. Así, la hoja en blanco se transforma en una pequeña puerta, una oportunidad de ser libres, de re-crear lo que en nuestra corta realidad no somos capaces de hacer a plenitud.

Una hoja que habla de impregnar nuestros olores a través de las letras, de nuestros trazos, de nuestros conceptos, de nuestras lecturas. Una especie de barman que preparan coktails de color purpura, o con tragos fuertes que hablan de lágrimas, aventuras, amores, triunfos, inventos, carreras, películas, pasiones, deportes, canciones, letras, llamadas, novelas, formulas, temperos, precauciones, disparos, muertes, sonrisas, nacimientos, estrategias, con citas para almorzar, citas para seducir, comidas, recuerdos, olores, colores, afeitadas, caricias, miradas, sabores, vestidos, preguntas, respuestas, duchas, gritos, sermones, misas, creencias, dioses, guerras, idiomas, perdones, caminatas, orgullos, cervezas, dinero, más dinero, capitalismo, política, masoquismo, bondage, dolores, enfermedades, fotos, redes sociales, medias veladas, medicinas, ruanas, camas, horas, testigos, vuelos, horas, sumisiones, sexo, pudores, abandonos, crímenes, homosexualismo, golpes, más golpes, balas, carencias, lujos, pobreza, miseria absoluta, facturas, bragas, guitarras, blues, rock, controles, peinados, familias, novias, cumpleaños, en fin una oportunidad. Y tú ¿qué harías con una hoja en blanco?