LA HYBRIS DEL PUNTO CERO. CIENCIA, RAZA E N ÓMADAS N O. 26. A BRIL 2007. U NIVERSIDAD C ENTRAL C...

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Nómadas (Col) ISSN: 0121-7550 [email protected] Universidad Central Colombia Esteban Quitián, Edicsson Reseña de "LA HYBRIS DEL PUNTO CERO. CIENCIA, RAZA E ILUSTRACIÓN EN LA NUEVA GRANADA (1750-1816)" de Santiago Castro-Gómez Nómadas (Col), núm. 26, 2007, pp. 247-250 Universidad Central Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105115241025 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550

[email protected]

Universidad Central

Colombia

Esteban Quitián, Edicsson

Reseña de "LA HYBRIS DEL PUNTO CERO. CIENCIA, RAZA E ILUSTRACIÓN EN LA NUEVA

GRANADA (1750-1816)" de Santiago Castro-Gómez

Nómadas (Col), núm. 26, 2007, pp. 247-250

Universidad Central

Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105115241025

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LA HYBRIS DEL PUNTO CERO. CIENCIA, RAZA EILUSTRACIÓN EN LA NUEVA GRANADA (1750-1816)

Editorial: Pontificia Universidad JaverianaAutor: Santiago Castro-Gómez

Ciudad: BogotáAño: 2005

Número de páginas: 346

Edicsson Esteban Quitián*

Como resultado de su inves-tigación doctoral en la JohannWolfgang Goethe-Universität deFrankfurt, el filósofo Santiago Cas-tro-Gómez presenta esta publica-ción como aporte al entendimientode la formación de una cultura crio-lla pre-nacional en Colombia. Enefecto, el período acotado por elinvestigador colombiano, 1750-1816, corresponde al momento dela profundización de las reformasborbónicas en las colonias españo-las, hasta la caída del primer expe-rimento de autogobierno criollo.No obstante, dicha periodización esengañosa ya que puede inducirnosa considerar éste como un ensayohistórico en el sentido disciplinar.Por el contrario, el enfoque recurri-do por el autor es transdisciplinar,no sólo porque como el mismo loafirma, sus fuentes se mueven en-tre las borrosas fronteras del ensa-yo político, la literatura y el artículo

científico, sino porque su perspec-tiva se inscribe en lo que podemosdenominar una Genealogía de lacolombianidad.

El texto pues, persigue desde elethos colonial y las formaciones ilus-tradas de la medicina, la historianatural y la geografía, la clave de lacultura criolla neogranadina. Perolejos de seguir un camino especula-tivo, el documento moviliza una su-gerente tesis en la que reside su mayoraporte: el imaginario de la pureza desangre es la clave de esta cultura y esdesde este lugar de enunciaciónque los criollos traducen y acoplanel imaginario científico de la objeti-vidad. Así, el apartheid colonial en-tre criollos y castas coincide con elproyecto ilustrado de la ruptura en-tre doxa y episteme, como dos carasde una misma moneda: el ejerciciode un saber/poder que permite eldominio criollo sobre los gruposhumanos construidos y clasificadoscomo razas impuras. Si bien Castro-

Gómez sustenta su trabajo principal-mente en tres conceptos heterogé-neos, habitus (Bourdieu), biopolítica(Foucault) y colonialidad del poder(Quijano, Mignolo, Dussel), es estaúltima noción la que posibilita ubi-car el trabajo dentro de los denomi-nados estudios poscoloniales y, másespecíficamente, dentro de la corrien-te latinoamericana de la modernidad/colonialidad/decolonialidad.

Por una parte, la noción de ha-bitus permite al autor entender elimaginario de la blancura comocapital cultural heredado de lasfamilias “distinguidas” neograna-dinas, que es reconvertido y reditua-do a partir de su articulación condistintos saberes legítimos (teolo-gía, medicina, etc.). De otro lado,el concepto de biopolítica posibilitaa Castro-Gómez la inscripción delproblema en el contexto de la ad-ministración imperial española, enel momento en que ocurre el rele-vo del proyecto evangelizador para

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dar paso a las reformas borbónicasy el ascenso de la concepcióneconómica del Estado. Pero es fi-nalmente con el concepto de colo-nialidad del poder que se conectan,en términos de Mignolo, los diseñosglobales con las historias locales.Nuestro autor afirmará entoncesque el diseño global, biopolítico,correspondiente a la vinculaciónentre conocimiento y economíapolítica como estrategia de la coro-na española para extraer el mayorbeneficio de sus colonias y mante-ner su ventaja competitiva frente alas potencias emergentes (Francia,Inglaterra y Holanda) y; la historialocal, la apropiación de los criollosdel conocimiento científico promo-vido por Madrid para reproducir sudominio sobre las castas, en otraspalabras, que las relaciones de arti-culación, pero también de choque,entre biopolítica imperial y habituslocal, se inscribirán y serán posiblesen el marco de la colonialidad delpoder.

Entre los aportes más impor-tantes del grupo latinoamericanode la “modernidad/colonialidad”,en el que se insertan autores comoAníbal Quijano, Enrique Dussel,Walter Mignolo, Catherine Walsh,Ramón Grosfoguel y el propio Cas-tro-Gómez, se encuentran: la pre-misa según la cual la modernidadinicia en 1492 con la formación deun sistema mundo moderno y co-

lonial; la afirmación de que mo-dernidad y colonialidad no sonsucesivos en el tiempo, sino simul-táneos en el espacio; la idea de queel colonialismo posee una dimen-sión subjetiva y epistémica, lacolonialidad; y por último, la im-portancia asignada a la raza y laetnicidad como problemas cru-ciales del orden geopolítico. El es-critor asume estos postulados paraanalizar la particularidad de la sub-jetividad criolla en la Nueva Gra-nada, en consecuencia, su pesoespecífico consiste en aportar des-de su investigación un estudio decaso que permite profundizar las lí-neas generales enunciadas por elgrupo. De esta manera, la propues-ta del grupo de la “modernidad/colonialidad” empieza a superar sumomento inaugural de enuncia-ción de las problemáticas básicas,para avanzar hacia la consolida-ción de una tradición-otra quelegitima lugares de enunciación noeurocentrados.

El texto se organiza en cincocapítulos. El primero, bajo la pre-misa de que la Ilustración no es unfenómeno intraeuropeo, ya que cir-cula y se produce en distintos pun-tos del sistema-mundo, propone larelación entre ciencia y geopolítica.El camino escogido por el autor esla vinculación entre la emergenciade una ciencia del hombre y la lu-cha por el control imperial de las

colonias americanas. En síntesis,podríamos decir que en el sigloXVIII el conocimiento provincianoeuropeo utiliza un otro colonial,América y los americanos, paraproducirse como conocimiento uni-versal. Tal astucia es lograda me-diante la construcción de unahistoria progresiva de la humanidad,que culmina con la raza blanca eu-ropea y que se legitima a través dela postulación de una correspon-dencia entre el orden natural y elorden social (fundamentalmente entérminos evolutivos), proyecto ilus-trado que Castro-Gómez denominacosmópolis. El segundo capítulo ras-trea la emergencia de la subjetivi-dad criolla en la Nueva Granada yestablece una disputa con BenedictAnderson confesada solo al final deltexto. A diferencia del autor inglés,el colombiano entiende la forma-ción de la futura elite nacional nosólo desde la labor intelectual. Elautor propone entonces estudiar “laprofesión, la vestimenta, el uso dellenguaje, el tipo y lugar de la vivien-da, el modelo de relación familiar”(2005: 81) como lugares de construc-ción y escenificación de la blancurapor parte de los criollos neogra-nadinos. Debemos señalar, sin em-bargo, que esta propuesta merece undesarrollo más amplio, difícil dellevar a cabo en una investigacióncentrada en la producción de cono-cimientos como la que reseñamos. Elcapítulo efectivamente se orienta al

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modelo universitario colonial, comolugar privilegiado de análisis delhabitus criollo, e incluso recurre alconcepto de ciudad letrada de ÁngelRama, para enfatizar el encerra-miento que establece la elite alre-dedor de su saber/poder, comodefensa frente a la posibilidad demezcla racial.

Los tres capítulos siguientes secentran en conocimientos específi-cos, a partir de los cuales se soportala tesis de la apropiación neograna-dina del aparato epistémico ilustra-do desde el imaginario de la purezade sangre. El tercer capítulo se tejealrededor de la práctica médica.Este apartado muestra la encarna-ción de la biopolítica ejercida porel Estado borbón, en la reorganiza-ción de las prácticas frente a la sa-lud y la enfermedad. Principalmenteel cambio consiste, según Castro-Gómez, en el paso de la concep-ción privada y mágico-religiosa delcuidado de los enfermos a una con-cepción pública y económica re-presentada por el hospital público.Aunque es inevitable asociar degolpe esta mirada con la perspecti-va del Nacimiento de la clínica, e in-cluso a pesar de tratar temas comoel rediseño de la arquitectura delhospital, el escritor se abstiene devincular el capítulo con los desa-rrollos de Foucault en torno a loslugares de encierro y el poder dis-ciplinario. En cambio, privilegia el

sentido macro político de la apro-piación del cuerpo enfermo: másque el encierro y la exclusión, lacorona buscaría la rehabilitación decuerpos productivos. Por otro lado,el capítulo muestra las tensionesoriginadas entre biopolítica y habitus,a partir del acceso de las castas alos títulos universitarios de medi-cina. Mientras la corona promueveel acceso de los mestizos adinera-dos a las cátedras, los criollos venen esa posibilidad una amenaza asu aristocracia étnica. Sólo unaminoría de criollos ilustrados asu-mirá plenamente la política borbó-nica. En este sentido, se matiza latesis básica de la investigación: lacoincidencia entre pureza de san-gre y privilegio epistémico se pro-duce como parte de las luchas porel privilegio cultural.

Si bien el capítulo señala la mo-nopolización de la legitimidad de losconocimientos por parte del Estado(la regulación de los saberes sobresalud y enfermedad), este movi-miento se complementa con la ex-propiación epistémica que sufren lascastas por parte de los criollos. Estees el tema del cuarto capítulo, ob-servado en la floreciente disciplinade la historia natural (botánica yzoología). Tanto los títulos acre-ditados en Medicina como las ex-pediciones botánicas, permitenentender la coincidencia entre dospresupuestos cruciales de la moder-

nidad/colonialidad: a la clasificaciónracial jerárquica de la poblaciónmundial generada con el descubri-miento de América, correspondeuna jerarquía de conocimientos, se-gún la cual, el conocimiento verda-dero solo puede producirse enEuropa, mientras las poblacionesindígenas y africanas están sumidasen la superstición. Entre estos dospolos, los criollos neogranadinosnegocian su lugar epistémico, sincuestionar los parámetros eurocén-tricos de clasificación. Así ocurrecon el saber indígena y africano so-bre animales, plantas, métodos decuración, lengua, etc., del cual seapropian criollos y europeos en lasdistintas expediciones y el cual atri-buyen de modo colonial: el conoci-miento de las castas proviene de dioso la naturaleza, mientras el conoci-miento blanco procede de la genia-lidad científica. El último capítuloindaga sobre el conocimiento geo-gráfico como uno de los instrumen-tos básicos del proyecto borbón enlas colonias: la geografía física per-mite tanto delimitar los dominios(en disputa constante), como ubi-car los recursos agrarios que desdelos fisiócratas aparecen como el fun-damento de la economía. Pero lageografía, vinculada con las tesisambientalistas, permite igualmenteconocer el carácter de las distintaspoblaciones racializadas. Este esque-ma le permite a Castro-Gómez re-lacionar las disputas “científicas” por

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el carácter moral e intelectual de losamericanos, ocurrido a uno y otrolado del atlántico, y que se traduceen formas de disputa colonial por elterritorio y la población neogra-nadina, desde las distintas posicionesgeopolíticas, epistémicas y racialesque ocupan criollos, españoles y eu-ropeos en general.

Finalmente, considero el con-cepto de la Hybris del punto cero quele da título al documento, comouna herramienta útil para volversobre proyectos epistémicos que sesitúan por fuera del periodo colo-nial, pero no de la colonialidad delpoder. La idea de un punto de vis-ta que no admite ningún punto de

vista sobre sí, la desmesura quealude a la posición del Deus abscon-ditus, el lugar desde el cual obser-vo, clasifico, controlo y administroa otros sin que mi posición esténunca en cuestión, no solo es ocu-pada por “científicos” europeosdurante el periodo colonial, tam-bién es ocupada y deseada por crio-llos ilustrados para quienes laaristocracia racial coincide con laaristocracia de la razón, y continúasiendo ocupada por no pocos cien-tíficos sociales contemporáneos.Sería igualmente interesante iniciarla pesquisa del otro lado, ¿cuálesson las voces que emergen del ladooscuro de la Hybris del punto cero?El mismo autor reconoce que en su

texto escasamente aparecen las for-mas de resistencia de las castas, lastácticas subalternas de saber, ¿siguesiendo sostenible entonces lo quehoy es ya tradición de los estudiosposcoloniales, buscar la voz subal-terna en las huellas dejadas en laarena de una playa marciana, esdecir, en los textos que han imagi-nado un punto cero como lugar deenunciación?

* Profesional en Estudios Literarios y Espe-cialista en Estudios Culturales de la Uni-versidad Javeriana. Estudiante de la Maes-tría en Investigación en Problemas Socia-les Contemporáneos del IESCO-UC. Pro-fesor de la Universidad Pedagógica Na-cional. E-mail: [email protected]