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NO. 21. OCTUBRE 2004. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA 191NÓMADAS

ENTRE SENDEROSY BÚSQUEDAS:

UNA EXPERIENCIA DE VIDADESDE LA EDUCACIÓN POPULAR

Y LAS PEDAGOGÍAS DE BORDE

Nydia Constanza Mendoza R.*

* Licenciada en Ciencias Sociales y Magíster en Educación Comunitaria de la Universi-dad Pedagógica Nacional, Especialista en Estudios Culturales de la Pontificia Universi-dad Javeriana. Actualmente se desempeña como profesora de la Universidad Pedagógi-ca Nacional. E-mail: [email protected]

El presente artículo recrea la vida de Lola Cendales,una educadora e investigadora popular que desde los már-genes de la academia y a través de ella ha logrado, junto conDimensión Educativa –equipo de trabajo al cual pertene-c e–, elaborar reflexiones sobre lo educativo y lo pedagógicoen contextos no formales, así como diseñar e implementarpropuestas de investigación cuyo sentido se orienta a la trans-formación de las prácticas sociales de los sujetos que seinvolucran en ellas.

Palabras clave: Educación popular, alfabetización, sis-tematización de experiencias, reconstrucción colectiva dela historia.

ORIGINAL RECIBIDO: 10-X-2004 – ACEPTADO: 12-X-2004

This article recreates Lola Cendales’ life, a teacher andpopular researcher who, together with Dimensión Educa-tiva –a workgroup to which she pertain– has made somereflections about educational and pedagogical problems innon formal contexts and has designed and implementedsome investigation proposals directed to the transformationof social practices of the subjects involved in them.

Key words: popular education, literacy, systematizationof experiences, collective reconstruction of History.

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Presentación

Uno de los elementos definitivos en la estructuraciónde las personas y los grupos sociales es la imagen y co-nocimiento que construyen sobre su pasado. En efecto,la memoria, como esa producción de recuerdos y olvi-dos, representaciones e imaginarios de los que dispone-mos, permite nutrir el sentido de pertenencia y desplegaracciones y relaciones cotidianas.

Volver sobre la vida y la trayectoria pedagógica einvestigativa de Lola Cendales es recrear algunos pa-sajes de esa imbricada trama de recuerdos y olvidosde una de las representantes del campo de la educa-ción popular. En consecuencia, este texto, tejido a dosvoces, tiene una clara intención: recrear la vida deuna mujer que, al margen de la academia y a través deella, ha logrado, junto con Dimensión Educativa –equi-po de trabajo al cual pertenece–, elaborar reflexionessobre lo educativo y lo pedagógico en contextos noformales, así como diseñar e implementar propuestasde investigación cuyo sentido se orienta a la transfor-mación de las prácticas sociales de los sujetos que seinvolucran en ellas.

Los fragmentos de los que se hace la memoria,unidos y potenciados, son la bitácora que orienta esteescrito; por ello, su énfasis no está tanto en hacer unrecorrido cronológico de la trayectoria vital de estainvestigadora y educadora popular, como sí en recrearalgunos momentos significativos que permiten profun-dizar en sus reflexiones pedagógicas, apuestas políti-cas y trabajos colectivos.

El trabajo con gamines: el comienzode la transformación de la miradasobre la pedagogía

Desde su formación como educadora, su prácticainicial se había orientado al trabajo en contextos for-males; sin embargo, si hay un momento clave parareorientar la mirada sobre este tipo de procesos es elaño 1977 cuando se vincula al programa Bosconia-LaFlorida del padre Javier de Nicoló:

Yo conocí el Programa Bosconia-La Florida por Javierde Nicoló. Mi primera aproximación al mundo delniño de la calle fue a través del Patio de la 11; allíllegaban los muchachos durante el día y se les ofrecían

algunos servicios: lavandería, enfermería, duchas conagua caliente, algo de comida; los muchachos jugabany conversaban con los educadores. Trabajamos con loque se denominaba la “Operación Amistad” que erahacerse amigo del muchacho. Al principio fue tenazporque yo no entendía nada ni sabía qué hacer ni quédecir. Para ese momento yo estaba terminando la Li-cenciatura1 en la Javeriana y dictaba clases en la se-cundaria de un colegio; entonces quedé sin piso y conuna sensación de inutilidad e incompetencia. Pero es-taban los muchachos y ellos, a pesar de la situación enque estaban, eran un canto a la vida.

En el Patio conocí a dos personas (educadores) quepara mi fueron clave: “papá López”, un mago para tra-bajar con los pequeños, y ‘Majo’, para trabajar con losgrandes; con ellos conocí el mundo de la calle y deellos, sobre todo de ‘Majo’, el valor de la conversa-ción porque eso era lo que él hacía, conversar con losmuchachos. Ni el uno ni el otro eran maestros (‘Majo’tenía 4º de primaria y había sido gamín), no preten-dían enseñar nada a nadie, sencillamente querían a losmuchachos y estaban con ellos. El Patio fue mi prime-ra experiencia de educación no formal.

En el Programa encontré un equipo de educadoresextraordinario por su calidad humana y profesional,por su compromiso, por su creatividad; es que la escue-la, por ejemplo, tenía que ser tan variada y tan atracti-va como un circo para que estos muchachos que habíanroto con todo, que de alguna manera se habían libera-do también de la escuela, quisieran quedarse. Allí palpéen concreto “La pedagogía del impacto de Makaren-ko”2 y los cambios que genera el arte, el teatro, la plás-tica, la música, y el valor pedagógico de la fiesta. En elPrograma se trabajaba por períodos. Cada período ter-minaba en una gran fiesta, la fiesta de la comunidad,la fiesta de la cosecha... la fiesta era una estrategiapedagógica.

En una de las reuniones de educadores, Germán Mariño–quien era asesor del equipo– nos pasó un documentosobre la educación en el Programa, allí empezamos adiscutir y a trabajar en la formación de educadores. ¡Ydesde entonces, hasta el día de hoy!

Una experiencia educativa desde lospostulados de Celestin Freinet3

Luego de este proceso, Lola Cendales se vinculacomo asesora metodológica al colegio Claretiano deBosa, institución que para la época tenía una experien-

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cia reconocida en el campo educativo, gracias a la re-flexión que el equipo de maestros venía realizando so-bre el compromiso del educador. Lola se incorpora aeste debate e inicia una propuesta de trabajo inspiradaen Freinet:

Yo tenía referencias de Bosa por una amiga que traba-jaba allá; lo primero que me llamó la atención fue-ron las reuniones de profesores que resultabanacaloradísimas; pero, claro, era que se estaba forman-do el sindicato y se estaba peleando una guarderíapara los hijos de los profesores. Las dos cosas se logra-ron. Luego, Héctor Guzmán, el rector, insistía a tiem-po y a destiempo que había que salir a los barrios (losestudiantes no vivían en Bosa, eran de los barrios declase media del sur), que los muchachos tenían queconocer la realidad.

Estando en Bosa salí por primera vez a desfilar el 1º demayo; recuerdo que hacíamos y repartíamos chapolasy gritábamos las consignas del momento. El debatepolítico en el colegio era interesante, pero lo pedagó-gico estaba en desventaja; conscientes de esto y de quehabía que llegar al desempeño de los maestros en elaula de clase, hacía un año estaban implementando laeducación personalizada.

Para este momento llegó de Venezuela el LaboratorioEducativo a dictar un seminario-taller sobre Freinet.Esto era otra cosa y yo quedé encarretada; entonces

con Juan de Dios Díaz (coordinador de primaria) yAlicia Zúñiga (profesora de 1º de primaria) le propu-simos al rector hacer una experiencia Freinet en elcolegio que resultara demostrativa para los profesores.Héctor se animó y ordenó acondicionar dos salonesque estaban en uno de los extremos del colegio; comoya era marzo, se invitó a los niños del barrio Class, elmás cercano, a que participaran.

Todos los días nos reuníamos a planear las experien-cias de aprendizaje y todas las modalidades de expre-sión que pudieran trabajarse con los niños y niñas. Allíno había cartilla, ni planas, ni se enseñaban las letrasuna por una. Los niños, por ejemplo, hacían una acti-vidad, realizaban una salida o leían un cuento y den-tro de todas las actividades de expresión posibleshacían un dibujo y lo comentaban ante el grupo. Laprofesora escribía en el dibujo una de las frases que elniño había dicho y se la leía; el dibujo quedaba enuna de las paredes del salón para que los niños leyeransus propios textos.

Recuerdo que en el colegio había (hay) una piscinacubierta y para los niños eso era un misterio; nosotrosaprovechamos su curiosidad, preparamos la batea(mimeógrafo manual hecho con gelatina) y organiza-mos una tarde de piscina. La experiencia fue tan in-tensa (una niña me decía: yo nunca había visto tantaagua azul y tibia) que la primera palabra escrita porellos para acompañar sus dibujos fue ‘Piscina’. Esostextos se imprimieron en la batea y se socializaron a los

Lola Cendales con comunidades del Bajo Atrato, en el Chocó. 1989.

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padres de familia. Los niños, al final de año resultaronleyendo y escribiendo mejor que cualquier niño alque en las mejores condiciones le enseñan con losmétodos convencionales.

En octubre de ese año, cuando yo me fui para Nicara-gua, se veía que la experiencia no debía continuar enlas instalaciones del colegio (como una anexa para ni-ños pobres). Al año siguiente estuvo en un barrio deBosa y a partir del año 81 se retomó y se inició el mismoproceso en la escuela oficial ‘Filodehambre’4 en Neiva.

La educación de adultos desde unaconcepción alternativa

En la búsqueda por los márgenes de lo educativoformal, Lola se encuentra con un grupo de formadorescon quienes realiza un trabajo de educación de adul-tos desde una visión alternativa a las propuestas ofi-ciales y empieza a construir lo que sería DimensiónEducativa:

Germán Mariño, con quien trabajé en el ProgramaBosconia-La Florida, me invitó a participar en un gru-po que se venía reuniendo para trabajar una propuestaalternativa de primaria para adultos. Ahí estaba MarioPeresson, impulsor de una propuesta de alfabetizaciónen barrios de Bogotá, quien con Germán y VladimirZabala habían escrito “Lucharemos: una antología yuna propuesta de alfabetización para adultos”. Tam-bién estaba Jorge Posada.

Cada uno tenía su trabajo en diferentes espacios y nosreuníamos algunos fines de semana para debatir la pro-puesta y diseñar materiales. Se alcanzaron a publicar“Fichas de ciencias para aprender a hacer ciencia”, “Lahistoria que nos contaron y la que debemos hacer” y“Origen, desarrollo y función del lenguaje”. Cuandoya teníamos algo para proponer organizábamos talle-res que ya en ese entonces llamábamos de educaciónpopular, aunque el término no tenía la connotaciónque hoy tiene. Algunos los hicimos en el colegio deEvaristo Bernate –el ISNEM5 – y venían personas defuera de Bogotá.

Por aquello de los efectos perversos, después de algu-nos años vimos que esos materiales que habían sidohechos para primaria, algunos profesores los utilizaronen secundaria; eso pasó con el de lenguaje, en que unade las unidades para tercero de primaria trabajaba elúltimo discurso de Allende. Estos son como los ante-cedentes de Dimensión Educativa.

La campaña de alfabetización enNicaragua y las proyecciones haciaAmérica Latina

Hacia 1979 Dimensión Educativa era un grupoque trabajaba la alfabetización y la educación básicade adultos desde los planteamientos de Freire6 , pre-cisamente de allí surge el nombre; ellos pretendíanser la dimensión educativa de los procesos sociales ypolíticos. Durante el primer semestre de este año es-taban (como en toda América Latina) a la expecta-tiva de los procesos que se venían desarrollando enNicaragua:

El año 79 fue clave. Yo andaba encarretada con laexperiencia de Freinet en Bosa y trabajaba en el Pro-grama de Universidad Abierta y a Distancia de la U.Javeriana en lo que se llamaban los “núcleos deinteracción”7 . En ese primer semestre del 79 había unagran expectativa sobre la situación de Nicaragua, lasnoticias que llegaban eran del recrudecimiento de laguerra. El triunfo de la revolución –el 19 de julio– fuemotivo de alegría y de ilusión por todo lo que repre-sentaba para América Latina. A los pocos meses deltriunfo, Fernando Cardenal organizó una jornada deplaneación a la cual invitó entre otros a Mario Peressony Germán Mariño, a quienes conocía a través de Lu-charemos (que Ernesto –el poeta–, su hermano, le ha-bía llevado de Colombia).

Al regreso de esa reunión ellos traían una carta de in-vitación para que nos vinculáramos lo antes posible.Yo había seguido el proceso porque la revolución ni-caragüense, por sus características, había generadomucha solidaridad; es más, unos tres meses antes habíaleído un libro sobre Sandino que me regaló un profe-sor de Bosa; pero de ahí a imaginar que yo podría estaren ese escenario... es que era inimaginable. De maneraque no había nada qué hacer porque era “ahora o nun-ca”. En cuestión de días rompí con todo y me fui.

En la Cruzada me vinculé al equipo de capacita-ción que estaba empezando a diseñar la estrategia.El trabajo era muy intenso porque estaba la expec-tativa de todo un pueblo. La primera actividad des-pués de todos los debates posibles, de elaborarmateriales y hacer la convocatoria fue la capacita-ción de “los 80”: 40 maestros y 40 miembros de laJuventud Sandinista. Se hizo así porque los maes-tros garantizaban la parte pedagógica y los jóvenessu entusiasmo, y en algunos casos mayor formaciónpolítica. Después, estos 80 capacitaron a otros 500 yéstos se fueron multiplicando en un efecto cascada

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1. Lola Cendales, Mario Peresson y Germán Mariño durantela Cruzada de Alfabetización en Nicaragua en 1980.

2. De izquierda a derecha: Carlos Miñara, Jairo Santa, RosaBernal, Germán Mariño, Lola Cendales y Mario Peresson,equipo de Dimensión Educativa. 1993.

3. Lola Cendales interviene en la jornada pedagógica de la IVAsamblea del Ceaal. Cartagena. 1997.

4. Lola Cendales participó en el Seminario Internacional deEducación No Formal que se celebró en Santiago de Chileen 1999.

5. Lola Cendales en el Encuentro Andino de Educación NoFormal que se realizó en Quito en el año 2000.

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(con apoyo de materiales y seguimiento) hasta lle-gar a una fuerza alfabetizadora de aproximadamen-te unas 110.000 personas.

Para alfabetizar en el campo se cerraron los colegios desecundaria y las universidades (menos carreras comomedicina y agronomía) y 60 mil muchachos se movili-zaron y vivieron con los campesinos durante cincomeses. Allí comprendí que una tarea así es posible cuan-do hay voluntad política y capacidad de convocato-ria. Era impactante ver todo un pueblo en función deesta tarea nacional, todo un pueblo alfabetizándose.

En Nicaragua conocí a Freire; él se reunió con el equi-po, escuchó y fue muy respetuoso de lo que estábamoshaciendo. Recuerdo que su charla se centró en el temade la alfabetización como propuesta político-pedagó-gica. Yo había leído la Pedagogía del oprimido y Educa-ción como práctica de la libertad por un compañero en launiversidad; y esa lectura fue alimentando una postu-ra crítica y un horizonte distinto al quehacer educati-vo; es más, el trabajo de alfabetización y primaria básicaque hacíamos en Colombia estaba inspirado en la Edu-cación Liberadora.

Durante el tiempo que estuvo Fernando Cardenal enel Ministerio de Educación, aproximadamente seisaños, volvimos con Germán Mariño unas cinco vecespara apoyar la educación de adultos; claro que las co-sas ya eran distintas porque la guerra de contrarrevolu-ción con apoyo externo hacía estragos; entonces todolo que en el primer año uno veía promisorio en refor-ma agraria, salud, educación, se advertía en declive.Allí uno podía ver cómo los procesos sociales no sonirreversibles, cómo la política no puede estar desliga-da de la ética y cómo no se puede perder la distanciacrítica, así uno se sienta muy identificado con un pro-yecto de sociedad.

En el año 81 hicimos, con algunos compañeros, lo quesería una sistematización de la Campaña; salieron dostomos, pero sólo se publicó uno con el título ¡Venci-mos!8. En el 2005 se celebran los 25 años de la Cruzada.¡Increíble! Seguramente será un buen motivo para elencuentro, para recordar y para volver a soñar.

Dimensión educativa: un equipo dereflexión-acción e investigación

Dimensión Educativa constituye para Lola el es-pacio de reflexión y de proyección de su trabajo: através de los últimos años ha realizado trabajos funda-

mentalmente en el área de la alfabetización, la recons-trucción colectiva de la historia y la sistematizaciónde experiencias sociales y pedagógicas:

Nosotros llegamos de Nicaragua con la vivencia deuna campaña de alfabetización de carácter nacional ynos encontramos, por una parte, con la campaña SimónBolívar del gobierno de Turbay y, por otra, con lasexpectativas de muchos grupos que trabajaban consectores populares sobre el proceso nicaragüense y enconcreto sobre la cruzada de alfabetización. En estecontexto empezamos a pensar y a diseñar una propues-ta nacional, elaboramos un proyecto para conseguirfinanciación. Con este apoyo, el único que hemos re-cibido a nivel externo para educación, elaboramosuna cartilla y un cuaderno de orientación para losalfabetizadores que se llamó Luchemos.

Todos los talleres empezaban con el análisis de coyun-tura y la presentación del video de la cruzada de Nica-ragua. En una ocasión esperábamos 70 personas yllegaron 106. Esta era la tarea que había que hacer enese momento. Después, grupos y organizaciones nossolicitaron apoyo a proyectos locales; la formación dealfabetizadores era muy importante, no sólo porque dela calidad de la formación dependía la calidad de laalfabetización, sino porque se convertía en la posibili-dad de formar futuros líderes.

Paralelo a esto escribimos Educación popular y alfabe-tización en América Latina9 conocido como “El LibroAzul”, donde hacíamos una conceptualización y aná-lisis de la educación popular en el lenguaje de la épo-ca y una propuesta para realizar proyectos dealfabetización. Por el trabajo realizado fuimos invita-dos a algunos países de América Latina. Luego de cin-co años hicimos una evaluación de nueve experienciasque nos permitió hacer conciencia de la situación, re-conocer cosas interesantes, pero también embarradasque habíamos cometido en algunas ocasiones. Vimosentonces la necesidad de ampliar los marcos concep-tuales y metodológicos y recontextualizar los trabajosque veníamos realizando.

Ligado a la alfabetización fuimos encontrando en lapráctica la importancia de la historia. Jorge Posada,Mario y yo empezamos a escribir un texto que aborda-ra tanto la parte conceptual como la metodológica. Eltexto lo terminamos de escribir con Alfonso Torres ylo titulamos Los otros también cuentan10. Con Alfonso,quien tiene formación en historia, hemos hecho traba-jos interesantes con diferentes poblaciones. Pensamosescribir ‘algún día’ un segundo libro que se llamará“Nosotros también contamos”.

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El tema y la práctica de la sistematización11 surgen enla educación popular como una respuesta a la necesi-dad de ver qué estaba pasando con muchos trabajosque se hacían desde esta propuesta educativa. En estetema se han hecho avances en América Latina; sinembargo, existen diferencias. Para nosotros la siste-matización es una modalidad de investigación cuali-tativa, con todas las implicaciones que esto tiene.Las últimas dos experiencias en las cuales he partici-pado han resultado muy interesantes. Una fue la sis-tematización de 14 experiencias de participaciónpolítica de mujeres; aquíligamos con mucha fuer-za sistematización y for-mación, pues se tratabade cualificar el análisis,porque si uno no enrique-ce la mirada no puede vernada distinto; insistimosy creamos condicionespara la lectura de textosespecializados, para laconfrontación y para elanálisis de los distintoscontextos. Después hici-mos la sistematización delas sistematizaciones12.

El otro es la sistemati-zación de proyectos pro-ductivos en el MedioAtrato. Éste ha sido elreencuentro con un pro-ceso en el cual participéhace como veinte años,cuando se realizó, paramí, uno de los trabajosmás interesantes de alfa-betización y donde me dicuenta de que antes deenseñar a leer y escribirhay que empezar por le-trar el ambiente, es decir, por la posalfabetización13.

Volver al Medio Atrato me ha dado la posibilidad depalpar, por una parte, los avances de la organización y,por otra, las consecuencias de la agudización del con-flicto en la zona. El reto ha sido hacer la sistematiza-ción con una comunidad eminentemente oral. Lacoordinadora de una de estas empresas, por ejemplo,es analfabeta, entonces se trataba de que el análisiscrítico que se iba haciendo se asumiera y se incorpora-ra a la narrativa oral. Estas empresas comunitarias eneste momento se han convertido en espacios de resis-

tencia, no generan ganancias, pero sí motivos para que-darse o para retornar.

Todos los procesos de sistematización en los que he par-ticipado han resultado distintos, porque al fin y al cabola metodología es una construcción que se hace a partirde los objetivos, del tema y de los sujetos involucrados.Estos trabajos, que han sido realizados desde DimensiónEducativa, para mí han sido muy importantes, por elequipo14, por la afinidad ideológica, por la calidad pro-fesional y por la confianza que existe en la labor que

cada uno realiza. DesdeDimensión Educativa hepodido participar en elespacio de la CEAAL15,conocer encuentros y de-sencuentros en el debatesobre la educación popu-lar a nivel continental yparticipar en el proceso desu reconceptualización.

Dimensión Educativa hasido un grupo pequeñoque ha trabajado desde laeducación popular y yohe formado parte de esaconstrucción, de ese ca-mino recorrido, donde nohan faltado dificultades,como es obvio, pero don-de permanece viva la es-peranza y el sentido debúsqueda.

Indudablemente, elprincipal aporte de LolaCendales y el equipo deDimensión Educativa enel campo de la reflexiónmetodológica ha sido eldiseño de procesos como

la Recuperación Colectiva de la Historia (RCH) y laSistematización de Experiencias. Estos se reconocencomo modalidades de investigación participativa quebuscan la construcción de conocimiento como uncompromiso para la salida de problemas sociales queinvolucran a los afectados en su identificación, estu-dio y solución16.

En este sentido, si hay un rasgo que define la laboreducativa e investigativa, que tanto Lola como el equi-po de Dimensión han configurado durante todos estos

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años, es el de reflexión permanente. A través de lasinvestigaciones que realizan ha sido posible que esteequipo replantee sus apuestas y acciones educativas ylogre estar abierto a la posibilidad de conocer nuevasexperiencias y reflexiones.

El reencuentro con la academia

Las reflexiones sobre el campo de lo educativo y lopedagógico, así como los procesos investigativos reali-zados por Lola Cendales y el equipo de Dimensión, seefectuaron al margen de la academia formalizada. Sinembargo, estas mismas reflexiones fueron las que la lle-varon a vincularse a ella de nuevo:

Por invitación de Mario Sequeda, con quien había-mos compartido debates y trabajos en alfabetización yeducación de adultos, me integro al diseño de la Maes-tría en Educación Comunitaria, en la Universidad Pe-dagógica Nacional, que se planteó desde siempre conuna orientación de educación popular.

Yo vuelvo a la academia con lo que sé, con el acumu-lado en educación popular, en recuperación colectivade la historia, en diálogo de saberes, en sistematiza-ción de experiencias y con lo que he hecho fuera de laacademia. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando la re-construcción de la práctica pedagógica de los estu-diantes que inician la especialización en pedagogía.

Este vínculo parcial con la academia resulta impor-tante por el aporte mutuo entre educación popular yacademia, que por algún tiempo no se vio necesario,pero que hoy recobra interés porque se reconoce quela educación es un espacio donde se disputan visionesdel mundo, proyectos sociales e históricos y donde haytambién una posibilidad de aporte a la construcciónde un pensamiento crítico.

El reencuentro con la academia, la creación dediseños metodológicos participativos, el acercamien-to a propuestas pedagógicas innovadoras desde losplanteamientos de Makarenko y Freinet, así como elacompañamiento permanente y comprometido a dis-tintas organizaciones y grupos en el país han estadoanimados por las reflexiones y reelaboraciones prove-nientes de la educación popular. Esta corriente políti-co-pedagógica que se ha venido consolidando a partirde diferentes experiencias y discursos en América La-

tina, desde mediados de los años setenta, ha constitui-do unos sentidos, enfoques y orientaciones metodo-lógicas con desplazamientos y cambios17.

En este sentido, lo educativo popular, desde susvariados matices, reconoce la intencionalidad polí-tica de la práctica pedagógica, aspecto que ha sidocentral en los procesos de acompañamiento educati-vo e investigativo realizado por Lola y el equipo deDimensión. No obstante, la lectura sobre lo educati-vo popular ha sido también objeto de reflexión per-manente para este colectivo, lectura que ha transitadoentre la educación liberadora de Freire, el compro-miso con los sectores populares y el reencuentro conla pedagogía.

La labor desarrollada por Lola Cendales y el equipode Dimensión Educativa desde la educación popular,las pedagogías de borde18 y los procesos de investigaciónparticipativa se constituye en un importante aporte parael mundo académico. Plantea nuevos sentidos al ca-rácter político de los procesos pedagógicos y la improntade reconocer otros saberes y experiencias ante los cua-les la Universidad no puede seguir de espaldas sino, porel contrario, debe entrar a dialogar con ellos.

En este sentido, recrear la vida de una educadorae investigadora popular como Lola Cendales es evi-denciar la importancia del trabajo colectivo, la nece-sidad de realizar procesos de investigación y de reflexiónpedagógica permanentes y el imperativo que nos con-cierne hoy: pensar y asumir la transformación social yeducativa.

Lola Cendales: una mujer de mágicas palabras quecon su sencillez, vitalidad y fortaleza ha dejado hue-lla en jóvenes que encontraron opciones distintas almundo de la calle; en niños desescolarizados que entrejuegos y risas aprendieron a leer y a escribir; en hom-bres y mujeres de un país como Nicaragua que leapostaron a transformar radicalmente sus condicio-nes de vida; en comunidades negras y organizacionesde mujeres que exploran, en su historia y en la siste-matización de su saber, una manera distinta de versey asumirse; en educadoras que, como yo, a través demujeres como ella, reconocemos que sigue siendovigente, además de posible, construir en el día a díahorizontes de futuro.

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Citas

1 Lola es Licenciada en educación, con especialización en Filosofíade la Universidad Javeriana, Bogotá.

2 A. Makarenko (1889-1939) escritor y pedagogo soviético quepostuló la importancia del aprendizaje colectivo, la articulacióndel trabajo manual con el trabajo intelectual y la definición deuna perspectiva de la felicidad humana como horizonte de senti-do. Su trabajo más reconocido es “Poema pedagógico”. Véase: A.Makarenko, Poema pedagógico, Moscú, Progreso, s.f.

3 Celestin Freinet. Pedagogo francés (1896-1966), orientadorde un movimiento europeo en pro de la escuela popular, basa-do en principios como la cooperación, la solidaridad, el trabajoy la autonomía. Se dio a conocer por su propuesta educativaactiva, el método natural de lecto-escritura y el desarrollo dealgunas técnicas orientadas para tal fin: texto libre, periódicomural, correspondencia interescolar e imprenta en la escuela.Véase: Hugo Mondragón, Hacia una pedagogía popular, Bogo-tá, Dimensión Educativa, 1980.

4 Colectivo Escuela Popular Claretiana, Filodehambre, una expe-riencia popular de innovación educativa, Bogotá, Presencia.

5 Instituto Social Nocturno de Enseñanza Media –ISNEM–.

6 Paulo Freire (1921-1997), pedagogo latinoamericano, único de pro-yección mundial. Creador del método de alfabetización concien-tizadora e impulsor de la educación liberadora y de la pedagogía de laesperanza. Entre sus principales trabajos están Educación como prácticade la libertad (1967), Extensión o comunicación (1969) y Pedagogía deloprimido (1970), libro con el cual sería conocido internacionalmente.Como educador, investigador y asesor de muchas experiencias educa-tivo-populares en América Latina, logró en los noventa sistematizarsu trayectoria pedagógica en libros como Pedagogía de la pregunta,Cartas a Cristina, Pedagogía de la esperanza, Política y educación,Cartas a quien pretende enseñar y Pedagogía de la autonomía. Estostextos han circulado entre organizaciones educativas orientadas conuna intencionalidad transformadora; sin embargo, su obra no esconocida y poco discutida entre quienes se forman para ser educado-res en los escenarios educativos formales.

7 Eran grupos de maestros que se reunían a trabajar los módulos yver el programa de televisión; como no había créditos, los maes-tros, en su mayoría maestras de escuelas públicas, se reunían por elúnico interés de encontrarse, estudiar y cualificar su trabajo.

8 Ministerio de Educación en Nicaragua, Comisión EvangélicaLatinoamericana de Educación Cristiana, Dimensión EducativaColombia, ¡Vencimos! Nicaragua: Cruzada Nacional de Alfabeti-zación. Tomo I, México D.F.

9 Mario Peresson, Germán Mariño y Lola Cendales, EducaciónPopular y Alfabetización en América Latina, Bogotá, DimensiónEducativa, 1983.

10 Lola Cendales, Alfonso Torres, Mario Peresson, Los otros tam-bién cuentan. Elementos para una recuperación colectiva de la histo-ria, Bogota, Dimensión Educativa, 1992.

11 La sistematización de experiencias puede definirse como una pro-ducción colectiva de conocimiento, un proceso de interpretacióncrítica y una tarea de recuperación, comprensión y comunicaciónde la experiencia, que podría precisarse además “como un procesode interacción y de negociación de sentidos que se reconstruye apartir de condiciones muy concretas”. Al igual que la Recupera-ción Colectiva de la Historia, la sistematización supone un volver

sobre el acumulado de saber de las organizaciones y grupos, ha-ciendo un análisis del momento que vive dicha experiencia, ladefinición de unos temas o ejes orientadores del proceso, la re-construcción descriptiva de la práctica, su análisis e interpreta-ción y la socialización de los resultados.

Al respecto véase: Lola Cendales, “Experiencias de Sistematiza-ción”, en: Sistematización de Experiencias.Búsquedas Recientes,Revista Aportes, No.44, Bogotá, Dimensión Educativa, 2000,p.103.

12 Varias autoras, Plena ciudadanía... ¡Ciudadanía plena! Sistemati-zación de experiencias ACDI, Colombia, Fondo para la Igualdadde Género, 2004.

13 De acuerdo con Lola, el proceso de postalfabetización, para lascomunidades del Medio Atrato, consistió en que dado el pocointerés que despertaba el material realizado por los habitantes dela zona, luego de iniciar el proceso de alfabetización fue necesa-rio generar las condiciones para retomar, desde una motivacióndistinta, el proceso de lecto-escritura, Por ello, se realizaroncuatro cartillas sobre los momentos importantes que vivía lacomunidad: La siembra de arroz, La pesca, La fiesta patronal yCuando alguien se muere. Esta estrategia se entiende como “letrarel ambiente”.

14 El equipo de trabajo está integrado por: Germán Mariño, MarioPeresson, Jairo Santa, José Naranjo, Fernando Torres y CarlosMiñana, quien estuvo durante algún tiempo y continúa vincula-do en algunos momentos.

15 Consejo de Educación de Adultos de América Latina, Lola fuevicepresidente entre 1994 y 1997.

16 Alfonso Torres Carrillo, Enfoques cualitativos y participativos enInvestigación Social, Bogotá, UNAD, 1997.

17 Alfonso Torres Carrillo, “Educación Popular, subjetividad y suje-tos sociales”, en: Pedagogía y Saberes, No. 15, Bogotá, Universi-dad Pedagógica Nacional, 2000.

18 La referencia a las pedagogías de borde intenta agrupar las re-flexiones pedagógicas críticas del lenguaje y la experiencia quebusca generar “contradiscursos” o “posturas subjetivas resisten-tes”. En términos de Peter Mclaren y Henry Giroux: “generar unnuevo lenguaje de análisis mediante el cual puedan colocarse auna distancia crítica de las posturas subjetivas que les resultanmás familiares, con el fin de participar en una praxis culturalmejor diseñada para promover el proyecto de transformación so-cial”, p.40. Véase: Peter McLaren, Multiculturalismo Revolucio-nario. Pedagogías de disensión para el nuevo milenio, México, SigloXXI, 1998.

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