La integración entre religión y ciencia

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La integracin entre religin y ciencia

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La integracin entre religin y ciencia1. Introduccin

Una temtica de gran inters en la actualidad es la relacin que se puede dar entre la religin y la ciencia. No es un problema menor y detrs de las respuestas que se dan a esta cuestin se juegan diversos sentidos de vida (materialismo vs espiritualidad, agnosticismo vs creencia en Dios, etc.). Nosotros apostaremos a mostrar que se puede dar una integracin y complemento entre estos dos mbitos del saber humano y que, adems, se puede ser un hombre o mujer de creencias profundas y, al mismo tiempo, un cientfico de primer nivel.2. Un camino difcil

La integracin entre religin y ciencia no ha tenido va expedita e, incluso hoy, hay voces y ambientes que se oponen a tal integracin, calificando a religin como una supersticin irracional que debe ser dejada de lado por el conocimiento fundado en la racionalidad sin lmites que proporciona la ciencia.

Histricamente, en el inicio no hubo un conflicto entre ciencia y religin. De hecho hasta el siglo 19 nadie se planteaba que hubiera confrontacin entre ellas. Los pioneros de la ciencia moderna eran personas religiosas, y el mismo Galileo siempre se consider catlico. Pensaban que el universo contena una serie de leyes que se alcanzaban mediante la ciencia, leyes que procedan del designio creador de Dios, quien las haba implantado en el cosmos. Incluso Descartes y Bacon sostenan que el proyecto de la nueva ciencia era parte del plan divino para con la humanidad. El avance de ideologas de tipo cientificista y materialista en la segunda mitad del siglo 18 llev a las ideologas anti-religiosas del siglo 19, entre las que destacaron el positivismo y el marxismo. En este ambiente se formul la tesis del conflicto entre ciencia y religin. Dos libros publicados en los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo 19, y traducidos en todo el mundo, formularon y defendieron la tesis del conflicto, segn la cual a lo largo de la historia ha existido un continuo conflicto entre ciencia y religin. Uno fue publicado por John William Draper en 1864, el otro, ms amplio, fue publicado por Andrew Dickson White en 1896. Ambos libros han sido muy influyentes y se siguen publicando en la actualidad, contribuyendo a la persistencia de la tesis del conflicto. Esta tesis sigue estando en el ambiente cientfico actual (pe R. Dawkins). Sin embargo, los estudiosos estn de acuerdo en que tal tesis es falsa y no corresponde a los hechos histricos. La relacin entre ciencia y religin ha sido muy amplia, variada y compleja en las diversas pocas, y con frecuencia ha sido positiva. A pesar de todo, la idea de que existe una oposicin entre ciencia y religin sigue viva. Esto se explica, en parte, debido a que cientficos no creyentes sostienen ideas extremas que producen un gran impacto en la opinin pblica. Esas ideas van acompaadas por un notable talento para la divulgacin, lo cual convierte a esos cientficos en una especie de orculos de la ciencia, porque a los ojos de muchos representan lo que la ciencia, con toda su autoridad, dice sobre la religin hoy da.3. Campos distintos que se complementan y potencian.

Ciencia y religin coinciden curiosamente- en volcarse sobre el cosmos y el hombre, pero abordados desde perspectiva muy distintas. La religin lo hace slo en cuanto ambos estn vinculados con Dios; el inters de la religin por el universo y el hombre es desde una perspectiva teocntrica: le interesa conocer a partir de lo creado la existencia de Dios, establecer una relacin vital con l, descubrir el gobierno divino del universo. La ciencia, en cambio, estudia el universo hace desde la perspectiva de la realidad material y sus procesos: busca la descripcin, explicacin (cmo se producen y funcionan) y prediccin del cosmos en su dimensin fenomnica-cuantificable, mediante el mtodo experimental-matematizado.Ciencia y religin son rdenes distintos. Una y otra hacen preguntas que slo ellas pueden contestar. As, la ciencia remite a los procesos y objetos espacio-temporales que puede ser verificados o falseados mediante el control experimental, para responder al cmo operan dichos objetos en el orden de los fenmenos medibles o cuantificables, qu relaciones guardan con otros objetos y procesos espacio-temporales, y cmo predecir su comportamiento. La religin, por otra parte, va mucho ms all, y se pregunta cul es el sentido de la existencia y la muerte, por qu existe el dolor, de dnde proviene todo, quin es el hombre, qu viene despus de la muerte. Ella busca establecer cual es la relacin y dependencia que el cosmos tiene con Dios, y cmo el ser humano puede acceder a una relacin con Dios a partir de la informacin que le provee el cosmos, qu sentido ltimo tiene mbitos de la experiencia humana como el amor y el trabajo. En el contexto de la religin revelada ests preguntas se amplan, ya que el creyente se interroga por la naturaleza del rostro del Dios revelado, el misterio de persona y acciones de Jesucristo, el camino para acceder para la comunin de vida y amor con Dios Uno y Trino. Son preguntas que la ciencia obviamente nunca se podr contestar.

La religin, adems, no es formalmente un conocimiento abstracto (que es propio ms bien de la teologa)en lo que tiene de saber, sino un conocimiento concreto y vital, por el que se busca penetrar en el misterio de Dios y tener una experiencia de vinculacin con l. Es una experiencia de tipo subjetiva donde se vivencia una salvacin objetiva y una relacin con Dios en cuanto ser real, existente y trascendente. En esa dinmica la religin se hace preguntas que no se hace la ciencia y busca las respuestas por un camino de racionalidad que no sigue la lgica del mtodo de las ciencias experimentales.

Todo esto nos indica que estamos frente a dos rdenes distintos, pero no opuestos sino complementarios. En realidad, el desafo que se plantea en torno a la ciencia y religin, es el que ambas se pueden integrar en unidad y armona, en donde las dos reas tienen su lugar especfico, se complementan y contribuyen a enriquecer la visin del cosmos y del ser humano, reconociendo, eso s, que la religin, por apuntar a cuestiones ms esenciales del ser humano y tener como objeto a Dios, conlleva una importancia y prioridad mayor que la ciencia. sta ltima tiene que integrarse en una relacin donde la religin tiene una mayor jerarqua. Se trata, en definitiva, de mostrar que se puede ser un creyente convencido y autntico, a la vez que un cientfico serio y de excelencia. 4. La ciencia y su ayuda a la religin.

La ciencia presta una valiosa y variada ayuda al hombre religioso. De hecho el conocimiento que ofrece la ciencia mueve al creyente a contemplar a Dios en lo que clsicamente se denominan causas segundas, ayudado para esto con la inestimable virtud de la sabidura. La cosmovisin que ofrece la ciencia lejos de alejar de Dios es una plataforma desde la cual el hombre se eleva a percibir detrs de ella la presencia y accin de Dios. As, por ejemplo, la fsica aplicada al universo que estudia sus diferentes fenmenos a nivel macro (Bing-bang, la expansin del universo, formacin de planetas, soles, etc) o la biologa a nivel microscpico (proceso bioqumicos, fisiolgicos, neurolgicos, etc) le ayuda al hombre religioso a percibir la trascendencia y omnipotencia de Dios, as como su sabidura, orden y belleza. A su vez, tanto la fsica y la evolucin biolgica, que descubren que los seres vivos e inanimados se forman gradualmente mediante procesos, le llevan al creyente a establecer que parte del designio creacional de Dios es informar al universo en su despliegue con la ley del desarrollo dinmico y paulatino. La cuestin de la autoorganizacin de la vida, de la imposibilidad estadstica del azar en el surgimiento de estructuras complejas (p.e., cerebro, adn, ojo humano), los modelos cientficos, llevan a descubrir a Dios como autor, gobernador y fin del universo.

Todo esto, adems, provee de un gran acopio de conocimiento a la religin para que pueda desarrollar con mayor consistencia la disciplina denominada teodicea o teologa natural. La ciencia le ofrece su conocimiento como material a la razn teolgica para elaborar una imagen de Dios en su relacin con lo creado ms consistente y slida. De este modo el creyente puede enriquecer la imagen teolgica del universo y del ser humano a partir del dato cientfico.

Junto con esto, a ciencia ejerce una saludable funcin crtica sobre la religin. En efecto la crtica racional que ella hace a la religin a partir de sus mtodos, procesos y conocimiento impide que la religin se desvirte al inclinarse por el plano de la irracionalidad y fantasa en lo referente a sus creencias. Podramos decir que la ciencia en su funcin crtica ejerce una criba sobre el saber y la experiencia religiosa. Esto indudablemente depura y hace ms consistente a la religin.

Junto con esto la ciencia le proporciona un importante conocimiento a la religin para que pueda comprender la de base neurofisiolgica, psicolgica y sociolgica de la experiencia religiosa. As, por ejemplo, neurobiologa ha establecido cmo entra en juego la corteza cerebral en la actividad meditativa y contemplativa. Un conocimiento que permite proveer de herramientas para mejorar en caso de necesidad- el soporte fisiolgico de estas actividades eminentemente espirituales, a la vez que, entender sus patrones fisiolgicos. La psicologa permite estudiar los aspectos conductuales que hay sobre la base de la vivencia religiosa. Ms an, la psicologa y medicina moderna potencia al hombre religioso para estabilizar y mejorar aspectos clnicos que pueden influir negativamente en su vivencia de fe, como son por ejemplos las manas, depresiones, obsesiones, alteraciones neurolgicas de la corteza cerebral, etc. Algo similar sucede con el conocimiento de la sexualidad desde las perspectivas neuro, fisio, y psicolgicas con que la mujer y el hombre se introducen en el acto sexual. Tal acopio cientfico provee de una informacin de primer nivel para orientar hacia el plano donativo y espiritual la unin fsica entre esposo y esposa, y hacer as que el acto sexual se asemeje al acto creador de Dios, se transforme en acto donativo al modo trinitario.

5. La religin y su ayuda a la ciencia.

Por su parte la religin es una dimensin que enriquece notablemente la actividad cientfica, dndole una plataforma de significado e interpretacin supracientfica al dato de las ciencias.

As por ejemplo conviene recordar la tesis de John Henry Newman, quien se preguntaba porque la ciencia haba nacido en la Europa cristiana. La respuesta para l era que haba una matriz cultural impregnada por una mentalidad en la que se conceba el mundo como creado por Dios y, por lo mismo, regido por leyes. Los primeros cientficos creyentes todos- tenan la conviccin de que al explorar cientficamente el mundo estaban descubriendo por medio de la ciencia aquellas leyes con que Dios haba dotado a la creacin: el marco de la legalidad divina implantada en el cosmos dio la conviccin pre-cientfica para descubrir posteriormente por medio del mtodo matemtico-experimental las leyes propias del universo fenomnico. De ah que, por ejemplo, la reflexin de la evolucin ley con que Dios ha determinado el surgimiento y extincin de las creaturas en la naturaleza- lleva a descubrir a Dios en el gobierno divino de lo creado segn un plan: es la causa primera que acta a travs de causas segundas (como lo es el azar). Por eso-como ya lo hemos advertido- la imagen de la naturaleza que la cosmovisin cientfica actual ofrece, la racionalidad implcita que hay en ella, en donde se incluye la autoorganizacin, la existencia de patrones o modelos, el dinamismo, la informacin, conducen a Dios como fuente del ser y el obrar, y abren el horizonte para volver a plantear la cuestin de la finalidad insita en el naturaleza, hecho que remite a la Causa inteligente que la ha dotado de tal finalidad.

La religin adems, inscribe a la ciencia en un horizonte de sentido que gua su actividad, la humaniza y la refiere a Dios. Es un horizonte que ella misma no se puede dar y sin el cual queda pobre, a medio camino. Ella se hace preguntas mediadas por la filosofa- que el mismo cientfico no puede hacerse a partir de la ciencia, pero que es fundamental para darle sentido a su quehacer, esto es: qu es la ciencia, cul es su significado en el mbito del saber humano, qu finalidad tiene en el la vida del ser humano, cules son sus lmites y peligros. As, la religin sita a la ciencia en cuanto actividad humana en el lugar preciso que tiene dentro del plan de Dios.La religin, junto con esto, tambin le ofrece una plataforma tica a la actividad cientfica. La ciencia, indudablemente, tiene un talante moral: el avance que ella produce, los mtodos que utiliza, la informacin que obtiene tienen una innegable veta moral que la ciencia por s misma no puede responder: necesita de la religin (especialmente de su visin de hombre y de la tica). Un ejemplo concreto: se puede experimentar con un feto humano que ha sobrevivido a un aborto? Por otro lado un cientfico tiene el legtimo derecho a preguntarse: Qu sentido existencial tiene la actividad que realizo?, Qu consecuencias moral tiene para el ser humano la actividad cientfica que estoy realizando?, est informacin que estoy obteniendo ha sido por medio lcitos?, se pueden congelar y experimentar con los embriones humanos?, he obrado ticamente bien durante la investigacin?, el avance en el conocimiento y bienestar humano justifica cualquier intervencin cientfica en el ser humano, la naturaleza y mundo animal? Son todas dudas que asaltan a un cientfico y que la misma ciencia no puede responder. Es indudable que la cosmovisin religiosa le provee de la matriz para responderse esas preguntas.

Un ejemplo de la ayuda tico-antropolgica que la religin le puede dar a la ciencia se encuentra en la cuestin del problema ecolgico. La religin le proporciona la ciencia una plataforma desde donde abordar las problemticas medioambientales. Como punto de partida est la conviccin de que Dios ha creado todo, ama lo creado y lo cuida. Desde esta perspectiva, el dominio del hombre creado a imagen y semejanza de Dios, debe ajustarse a la mirada que Dios tiene sobre su creacin; slo en esa medida es legtimo el dominio sobre todo lo creado. No olvidemos que en clave cristiana, Cristo ha venido a redimir lo creado, a extirpar de la creacin todo lo que sea pecado y hacer que responda al designio original de Dios. El creyente cristiano debe relacionarse con la creacin bajo esta perspectiva, no puede destruirla ni utilizarla arbitrariamente; ha salido de las manos de Dios, Dios la ama y ejerce su bondad sobre ella, Cristo ha redimido la naturaleza del pecado. El mejor ejemplo de lo que estamos hablando es s. Francisco de Ass: el modo que tuvo el de relacionarse lo creado, la actitud y mentalidad frente a la creacin es justamente el designio de Dios para le hombre religioso. Desde esa perspectiva enfoca todo el conocimiento que la rama ecolgica le proporciona al ser humano, y el creyente se ajusta a las leyes fenomnicas de la naturaleza, entendidas desde la cosmovisin religiosa recin explicada. Todo esto ciertamente no resuelve ningn problema ecolgico ni ninguna manipulacin cientfico-tcnica indebida de la naturaleza. Sin embargo pone las bases morales y espirituales para su resolucin, inscriben la actividad cientfica en torno al medio ambiente en una plataforma de sentido, y la proyectan en un horizonte al cual la ciencia por s misma no puede acceder.

6. El reto moderno de ser cientfico y creyente en unidad armoniosa.

Es indudable que en la actualidad hay un nmero importante de cientficos algunos de ellos muy conocidos- que enarbolan las banderas del agnosticismo y atesmo, abriendo una brecha entre ciencia y religin. Pero tal postura no procede ni de la ciencia ni de la religin, ms bien tiene su origen en una deformacin cuasi-religiosa de la ciencia (cientificismo) y de una compresin errada del fenmeno religioso, especialmente del cristianismo. Enarbolar la ciencia en contra de la religin es un camino metodolgicamente inviable, camino que no se deriva de la ciencia, sino de una actitud ante la religin que intenta fundarse -ilegtimamente por cierto- en el conocimiento y mtodo de la ciencia. Ciencia y religin tienen sus mbitos autnomos propios, pero a la vez se pueden integrar en una unidad de vida en donde se mantenga la autonoma de ambos, pero abierta a una real y saludable interaccin entre las dos. Por ello no existe contradiccin entre la ciencia y religin, ms bien, sobre la base de la unidad e interaccin entre ambas, se puede ser un excelente cientfico y un profundo hombre religioso. As se posee dos saberes que se potencian y se integran en una cosmovisin de la realidad.

Todo esto nos hace ver que un creyente no le tiene miedo a la ciencia, y que se puede comportar como tal mientras realiza el quehacer cientfico. Ms an, puede descubrir a Dios y vivir unido a l, mientras se hace ciencia, ofrecindole con amor y competencia esa misma actividad cientfica. Se puede entender as que la ciencia procede de Dios y conduce a l en cuanto que el la ha querido como medio para conocer el universo fsico. Adems, puede percibir con la luz de la fe la mano de Dios y su gobierno sabio a partir de la visin del cosmos que el saber cientfico le va proveyendo en sus diferentes ramas, por ejemplo en la fsica y la biologa. As han procedido innumerables cientficos; aval y prueba de vida de que ciencia y religin por integrarse en plstica unidad. En 1874, John William Draper public su famoso libro History of the Conflict between Religion and Science (Historia del conflicto entre la religin y la ciencia), una especie de manifiesto de los racionalistas de fines del siglo XIX que vean en la ciencia el instrumento ideal para eliminar a la religin, a la que consideraban como una supersticin anacrnica.

En 1896, Andrew Dickson White ampli todava ms la documentacin al respecto con su obra A History of the Warfare of Science with Theology in Christendom ( Una historia de la guerra entre la ciencia y la teologa en la cristiandad). La obra de White est llena de errores e inexactitudes que hace pasar por datos incontrovertibles que incluso hoy en da convencen a cientficos sin conocimientos exhaustivos de los hitos histricos mencionados.

La tesis del conflicto se difundi ampliamente, pero es falsa. Se puede comprobar viendo lo que Draper y White dicen sobre el caso Galileo, que sin duda es el caso ms importante de colisin entre ciencia y religin. Tanto Draper como White tratan del caso Galileo. Draper comete serias inexactitudes: afirma que el libro de Coprnico demostr la verdad del heliocentrismo, lo cual es falso; que los descubrimientos astronmicos de Galileo fueron denunciados y atacados por la religin, cuando en realidad fueron aceptados y, en su viaje a Roma en 1611, Galileo fue homenajeado triunfalmente por esos descubrimientos por parte de los eclesisticos; dice que los jueces de Galileo saban que Galileo tena razn, y que Galileo estuvo en prisin, todo lo cual es igualmente falso. White presume de establecer sus afirmaciones sobre documentos recientemente publicados, pero tambin comete serios errores: presenta sin razn los descubrimientos astronmicos de Galileo como si hubieran provocado una seria reaccin por parte de los eclesisticos, y, de nuevo falsamente, afirma que Galileo fue repetidamente amenazado con la tortura y estuvo en prisin la tesis del conflicto ha sido criticada en nuestros das desde perspectivas tan diversas como la del agnstico Stephen Jay Gould. M. ARTIGAS, Ciencia y religion, EUNSA, Pamplona, 207, pp, 79-81.

Puede verse, por ejemplo: John H. Brooke, Science and Religion: Some Historical Perspectives (Cambridge: Cambridge University Press, 1991); C. A. Russell, The Conflict of Science and Religion, en: Science and Religion. A Historical Introduction, editado por G. B. Ferngren (Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 2002), pp. 3-12; D. B. Wilson, The Historiography of Science and Religion, in: Science and Religion. A Historical Introduction, editado por G. B. Ferngren (Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 2002), pp. 13-29. Idem.

Pensemos por ejemplo en el dolor fsico. La ciencia se preguntara por el origen fisiolgico del mismo, buscar descubrir, describir y predecir su mecanismo neurofisiolgico. Ms an, mediante la ciencia aplicada, buscar descubrir un tratamiento para mitigar y eliminar el dolor. Hasta all llega la ciencia. La religin, en cambio, se interrogar por el hecho mismo del dolor: su existencia, su significado, su lugar en el plan y voluntad de Dios. A la luz de la fe buscar asignarle un significado teocntrico, e incorporarlo con ese significado en la experiencia creyente. La ciencia, a todas luces, es impotente en este nivel.

Pensemos en los modelos cientficos del universo que nos ofrece la fsica moderna, son un excelente base y punto de partida para elevarse a percibir racionalmente en el orden de la fe el gobierno sabio que Dios tiene del cosmos, y la legalidad que le ha impreso a la creacin.

Este ha sido el leitmotiv de muchos cientficos creyentes, incluso camino de conversin para ms de alguno: en los diseos, modelos y resultados de la fsica y biologa descubren una realidad que va ms all de aquellos modelos y resultados. Advierten un orden imposible de remitir al azar, una finalidad, sabidura, belleza inexplicables a partir del solo dato de la ciencia. Por ello remiten esa percepcin supracientfica al Dios creador, autor de ese maravilloso diseo descubierto en el quehacer cientfico.

Detrs de la crtica del cientificismo a la Nueva Era, est la objecin que viene del dato y mtodo de las ciencias sobre la falta de racionalidad, credibilidad y aparato probatorio de muchos de los postulados y tcnicas neoeristas.

Cfr., J.H.Newman, Oxford University Sermons, , Longmans, London 1898, pp. 1-15.

Muchos autores, como Alfred North Whitehead, han puesto de relieve que el cristianismo actu como factor positivo en el nacimiento de la ciencia moderna, que tuvo lugar en la Europa cristiana de los siglos XVI y XVII. Stanley Jaki ha tratado ampliamente este tema. M. ARTIGAS, op.cit.

La evolucin se puede contemplar como el modo que Dios ha querido utilizar para traer a la existencia lo que existe en el mundo, utilizando cauces naturales. M. ARTIGAS, Ciencia y religin, EUNSA, Pamplona 2007, p. 107.

La combinacin de azar y necesidad, de variacin y seleccin, junto con las potencialidades de la autoorganizacin pueden ser consideradas fcilmente como el camino utilizado por Dios para producir el proceso de la evolucin. Ibd., p. 115,