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    LA MEMORIA DOLOROSA: LOS DESAPARECI-

    DOS UNIVERSITARIOS

    Estela NOLI, Mara Eugenia RODRIGUEZ PONTET, Mariano CORBALAN, RuyZURITA*

    AbstractTHE PAINFUL MEMORY: THE DISAPPEARED MEMBERS OF THE UNIVERSITY COMMUNITY.A summary of the effects of the Terrorism of State in the setting of the National University of Tucumnfrom 1974 to 1983 is shown, according to the investigation carried out by the Investigating BicameralCommission of Violations of Human Rights in the Province of Tucumn, university commissions, andinvestigations on recent history and testimonies collected during interviews in depth by theInterdisciplinary Group of Archaeology and Anthropology of Tucumn (GIAAT). It is analized how thisfact affected the various university spheres and faculties, the leadership of the university movement, andteaching and non-teaching sectors. The mechanisms of security and vigilance implemented in the facul-

    ties are also analyzed in order to send information to the security forces of the kidnappings carried out inthe very seats or settings of university extension.

    Los aos previos

    La universidad tucumana de los aos previos a la dictadura militar de 1976-1983 noescap al clima de los tiempos que se han llamado "los setentas", sobre los que hoyse tienen miradas muy opuestas: o se los considera una "primavera" previa al des-pliegue del terrorismo de Estado o se descalifican con connotaciones de violencia eintransigencia. En el anlisis de estas posiciones del presente, Marcos Mayer inter-preta que "hay algo de mitolgico en ambas posturas". Segn su periodizacin, lossetentas abarcan una etapa -nacional e internacional- que se abre mundialmente conel mayo francs de 1968 y que en la Argentina tomar especiales expresiones en elcontexto cclico de dictaduras que rompan el orden democrtico y los grandes movi-

    mientos sociales de resistencia a sus polticas como el cordobazo, rosariazo y tucu-manazo, extendindose hasta el proceso de debilitamiento institucional que sigui ala muerte de Juan Domingo Pern (01/07/1974). Una de las caractersticas salientesde ese momento fue el ingreso de la juventud como actor poltico propiciando cam-bios culturales en la vida poltica y social con una lgica en la que se impona "sobretodas las razones", la razn poltica.5Esta atmsfera "setentista" se fue desarrollando en un clima de marcado autoritaris-mo que despleg la llamada "Revolucin Argentina" (1966-1973), tomando comoblanco las universidades, las que fueron intervenidas y tomadas por fuerzas de segu-ridad, quienes ingresaron al espacio universitario en la llamada "noche de los basto-nes largos"-26 de julio de 1966- en la que fueron apaleados estudiantes y docentesde la Universidad de Buenos Aires, escena que simboliz el tipo de relacin que se

    propona ese gobierno con los intelectuales y con las innovaciones sociales que reco-rran el mundo, las que fueron reprimidas en la Argentina.6A este clima de intolerancia, en la universidad tucumana se sumaba la situacin pro-vincial de profunda agitacin social por la crisis de la economa regional, con el cie-

    *Grupo Interdisciplinario de Arqueologa de Tucumn - Fac. de Ciencias Naturales e Instituto MiguelLillo UNT - [email protected]

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    rre de ingenios azucareros, con una crisis indita en el campo tucumano: moviliza-ciones, desempleo, ollas populares y migracin masiva. El cierre de los ingeniossumi en la pobreza no solo a los obreros -de fbrica y del surco-, sino a los secto-res medios de la provincia, al paralizarse virtualmente la actividad mercantil en lasreas de influencia de los ingenios cerrados y reducirse visiblemente la actividad eco-nmica de toda la provincia.7En este contexto se desarroll una profunda politizacin universitaria que se expre-

    s, en mayor medida, en reivindicaciones del estudiantado: rechazo al arancelamien-to, por becas, apertura y mayores plazas en los comedores universitarios. Las facul-tades y los comedores universitarios se convirtieron en "caja de resonancia" de laconflictividad social: luchas obreras, barriales, villeras, encontraban su acompaa-miento en la amplia militancia estudiantil. La libertad de universitarios presos fueotra de las banderas que moviliz al estudiantado despus del secuestro del ex- pre-sidente Aramburu y con el inicio de actividades de organizaciones guerrilleras en elpas, que reclutaron parte de sus integrantes en el estudiantado universitario, ademsde otros sectores sociales.Especial importancia tuvo el crecimiento -a fines de los sesenta y comienzos de lossetenta- del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), que tuvo su ncleo dirigenteen estudiantes de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad Nacional deTucumn y form clulas en facultades y sindicatos tucumanos.Las agrupaciones estudiantiles crecieron en este periodo, disputndose y coordinan-do la conduccin del movimiento estudiantil. Simplificando, las nuevas tendencias -como se las llamaba en la poca- provenan de dos vertientes en expansin: la "nuevaizquierda", surgida al influjo de la Revolucin Cubana, que haba producido unaradicalizacin de la izquierda en la Argentina y en toda Amrica Latina y elIntegralismo peronista, de origen catlico, que en Tucumn form grupos de orien-taciones encontradas como el Humanismo, FANET, el Peronismo Revolucionario,que devino Peronismo de Base y Montoneros. 8 Agrupaciones reformistas, con mayortradicin en el estudiantado, eran mayoritarias en las Federaciones UniversitariasNacionales -la FUA La Plata y Crdoba- y en la conduccin de los Centros deEstudiantes locales. Trotskistas, maostas y grupos de izquierda nacional completa-ban la amplia diversidad de propuestas polticas que circulaban en el estudiantado.

    As la universidad tucumana fue un espacio ampliamente politizado dentro del para-digma setentista del modelo deliberativo que se expresaba en el ritual de la asamblea.Las nuevas agrupaciones generaron propuestas organizativas alternativas a la hege-mona de los grupos reformistas en la conduccin de los centros de estudiantes quefue la formacin de "Cuerpo de Delegados" y "Comisiones" -como las que conduje-ron los dos tucumanazos. Estructuras flexibles, nacidas al calor de la participacindirecta en movilizaciones, estrategia que permita imponer la mayora militante a lamayora a secas. Estos modelos de conduccin se experimentaban en el mundo sin-dical combativo de esos aos como forma de sortear el poder de las burocracias quehaban abierto la negociacin con los militares. Centros de estudiantes y cuerpos dedelegados coexistieron e interactuaron, no sin conflictos, durante el periodo. El estu-diantado tucumano fue un actor central en la resistencia a la dictadura de la llamada

    Revolucin Argentina, a pesar de las profundas diferencias internas logr cohesin yobtuvo un alto grado de simpata y apoyo popular, capital social que despleg en losdos tucumanazos.9 Centrada en reivindicaciones estamentales, la propuesta de lajuventud universitaria trascenda ampliamente stas problemticas, el comunicado dela Coordinadora del Comedor (Universitario) del jueves 12 de noviembre de 1970 -en pleno Tucumanazo- expresa sintticamente: "El rector Paz y el gobernador

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    Imbaud son responsables de lo sucedido, son los ejecutores de los planes imperialis-tas, del cierre de los ingenios que, bajo el disfraz de una supuesta diversificacinsomete a los trabajadores a un severo rgimen de explotacin. Hacemos llegar nuestroapoyo al paro y la lucha de la CGT, lo que no significa un apoyo a su conduccin.Agradecemos el apoyo popular recibido en esta jornada de lucha" (Crenzel 1991: 93).El apoyo y la simpata de la poblacin haban generado que el gobierno, en esas jor-nadas de lucha, enve por radio un mensaje a los "padres de familia", recomendn-

    doles "Que cuiden la participacin de sus hijos en los sucesos" y "no prestar ayuda alos manifestantes", amenazndolos, con que "se reprimir con la firmeza y la ener-ga necesaria" (Crenzel 1991: 94). Por otro lado, en la esfera estrictamente universi-taria, en estas luchas existi una fuerte articulacin entre el estudiantado y los no-docentes. Los trabajadores no-docentes, en sus reclamos del 14 de noviembre de1970, para levantar su paro exigan, junto con los estudiantes, la renuncia del rectorPaz, mejoras de salario y la satisfaccin de los reclamos estudiantiles respecto alcomedor (Crenzel 1991).En 1972, la inminencia del retorno de Pern, modific el mapa poltico universitariocreciendo masivamente la integracin de estudiantes a la Juventud UniversitariaPeronista, muchos de los cuales ingresaron a Montoneros. No slo fueron adhesio-nes individuales sino que agrupaciones completas, como el Grupo de EvolucinTucumn, que controlaba el Centro de Estudiantes de Medicina y tena una ampliabase en Filosofa y Letras, se encolumnaron "peronizando" la universidad.La sociabilidad setentista tucumana, universitaria, derivaba de la asamblea en lasfacultades, a las de los comedores, a las manifestaciones y "actos relmpagos" calle-jeros de protestas y, finalmente, a los cafs, como "El Buen Gusto" y "La FrancoArgentina", bodegones y peas. Ah se produca un cruce cotidiano entre artistas, perio-distas y militantes de todas las agrupaciones, que deponan o continuaban sus discusio-nes. El teatro de esos aos era un espacio de amplia convocatoria de esa militancia uni-versitaria, inscripta en una cultura de mezcla, lectora del diario La Opinin, la RevistaCrisis, fervorosa lectora de los autores de "boom" latinomaricano, privilegiada por ladifusin de textos y fascculos a bajo precio de Centro Editor de Amrica Latina. 10En el mbito acadmico, la preocupacin social y el ingreso de paradigmas marxis-tas en las ciencias sociales, acompaaba esta atmsfera. Merecen destacarse los estu-

    dios de sociologa rural del equipo de Miguel Murmis, clsicos para pensar el campotucumano. Institucionalmente este movimiento se expres, sin embargo, en formaminoritaria, en el Instituto de Sociologa de la UNT. 11En ese universo politizado y deliberativo de la Universidad, los niveles de compro-miso poltico de los estudiantes y egresados jvenes, no docentes y de un sector delprofesorado, eran muy dismiles, como as tambin sus propuestas y actividades:desde los militantes de organizaciones guerrilleras, muchos de los cuales pasaron ala clandestinidad o estaban en prisin, los militantes de partidos que no compartanla estrategia de la lucha armada para sus propsitos revolucionarios, algunos "fun-cionarios" -militantes rentados por las estructuras partidarias- miembros de losComits Centrales de sus partidos y, tambin locales; estudiantes que participabanslo en agrupaciones estudiantiles, algunas como periferia de partidos y otras inde-

    pendientes de toda organizacin extra-universitaria, con su actividad centrada en ladisputa de los centros de estudiantes y en las comisiones de delegados, con fuerteinsercin en su medio y desarrollo conjunto de carreras, muchos de ellos estudiantesnotables.12 Junto con ellos un amplio grupo de activistas, a veces intermitentes, decomisiones de facultades y de los comedores, simpatizantes de "comprar la prensa",intelectuales marxistas sin compromiso con agrupacin ni partido alguno, conversa-

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    dores y discutidores, enrolados en posiciones filosficas en las antpoda que encon-traban estimulante la discusin con los militantes. Esta enumeracin slo quiere darcuenta de la gran variedad de perfiles que componan el "ambiente universitario".Esta enumeracin -por razones de exposicin-, discrimina artificialmente la comple-ja trama en la que se involucraron los distintos actores sociales ya que, en muchasocasiones, una misma persona cumpla varias de esas actividades en un mismo tiem-po o travs del tiempo.

    Este ambiente, que comparta varias de las actividades antes mencionadas: facultad,comedor, manifestaciones, cafs, teatro, pea, a veces tambin pensiones y residen-cias, en el caso de los estudiantes de otras provincias del noroeste argentino y de pa-ses limtrofes. Era una madeja entrecruzada, en una vida universitaria intensa, porrelaciones de parentesco, pareja, amistad, compaerismo, en una sociedad provin-ciana ya interrelacionada.La represin ilegal a la guerrilla y a toda actividad poltica o social -que coincidicon represin legal durante 1974- iniciada en octubre de 1974, afect masivamentea este conjunto diverso y multiforme sin distingos y a sus bordes. Aqu se diferenciade la represin ilegal en otras ciudades que fue, en mayor medida, ms selectiva.Conviene recordar que el 5 de febrero de 1975 haba comenzado el llamadoOperativo Independencia creando una zona de operaciones militares en la provincia,con el objetivo de neutralizar y/o aniquilar a la guerrilla rural que haba formado unacolumna en las laderas del Aconquija.13A partir del Golpe de Estado de 1976, la universidad fue ocupada militarmente, fue-ron cesanteados profesores y auxiliares docentes y estudiantiles y se les prohibi suingreso a la universidad. Si desde 1974 la represin utiliz formas variadas, legalese ilegales, como los secuestros, detenciones y desapariciones, a partir de marzo del`76 la represin tom la forma dominante del secuestro y desaparicin.

    La Universidad Nacional de Tucumn durante la Dictadura Militar y sus meca-

    nismos internos de delacin

    En la UNT existieron y funcionaron, durante la dcada de 1970, aparatos de seguri-dad fundados en la denominada Doctrina de la Seguridad Nacional, que tenan comoobjetivo extender y llevar a la prctica los postulados sobre los que se sustentaba, con

    la puesta en marcha de mecanismos autoritarios y aberrantes. En este sentido, tantoen el mbito universitario como en otros, toda persona que difera con aquellos pos-tulados era considerada "enemigo poltico interno", motivo por el cual muchas deellas fueron "blanco" de persecucin, secuestro, tortura y posterior desaparicin.Para proceder con los objetivos de esta doctrina fue creado, por el Rector Juan JosPons, el Servicio de Seguridad y Vigilancia de la UNT en marzo de 1976, con ante-rioridad al Golpe de Estado del da 24, quin design a Ismael Haouache con el cargode asesor en seguridad y vigilancia del Rectorado 14. Entre los antecedentes deHaouache -conocido como "el Turco"- se destacaba su actividad antisemita y de pro-vocacin antidemocrtica.Segn una declaracin del rector Pons, el nombramiento de Haouache habra sidoproducto de una reunin con el entonces jefe de la polica, Tte. Coronel Antonio

    Arrechea. Cabe destacar que en ningn momento desde su creacin, el Servicio deSeguridad y Vigilancia (SSV) tuvo una reglamentacin clara de sus funciones ni atri-buciones, irregularidad mantenida a lo largo del tiempo por diferentes resoluciones,15durante las gestiones de los tres interventores de la UNT que siguieron al golpe deEstado de 1976: Barroso, Cornejo y Landa.Siguiendo el Informe del Frente Unidad Lista Agronoma y Zootecnia Independiente

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    (FULAZI, 1986), se pueden determinar dos etapas en la existencia del SSV. La pri-mera, se extendera desde su creacin hasta la renuncia de Haouache en 1977, etapaen la que el servicio desempe un papel activo en la represin parapolicial y mili-tar. La segunda etapa, cuando el SSV se transforma en un organismo que canalizabalas informaciones suministradas por las facultades, a otros servicios con mayor capa-cidad operativa: SIDE, Polica Federal, Destacamento de Inteligencia 142, Comandode Brigada V, entre otros.

    En el informe elaborado por la Comisin Especial de Derechos Humanos de la UNTen 1986, se destaca que con el SSV "se formalizaron (en el seno de la universidad)las actividades que nada tienen que ver con lo estrictamente acadmico:

    Informacin y denuncias provenientes de las distintas facultades dirigidas al SSV,

    para luego ser sistematizadas y remitidas a los organismos especficos de inteligen-

    cia de las fuerzas de seguridad. Estos a su vez procesaban estos datos y los clarifi-

    caban para aportar a los grupos de tareas encargadas del seguimiento y secuestro

    de ciudadanos, muchos de los cuales formaban parte de la comunidad universita-

    ria". 16

    Una nota periodstica con fecha del 27 de marzo de 1976, consigna que ese da elDelegado Militar Coronel Eugenio Barroso, entonces a cargo del Gobierno de laUNT, ordeno el "fichaje" de todos los miembros de la comunidad universitaria, tareaque desemboc en la censura, persecucin y desaparicin de estudiantes, no docen-tes y profesores. Algunos de los trabajadores docentes y no docentes fueron afecta-dos por la ejecucin de cesantas masivas que en Tucumn sumaron 350 agentes alos que se les aplic la ley 21.260. Al mismo tiempo, algunos empleados que con-servaron sus puestos de trabajo padecieron persecuciones y humillaciones sistemti-cas por parte de las autoridades oficiales, como el caso del personal que trabajaba enel comedor universitario a quienes masivamente se les redujo su nivel de profesin:"la gente que estaba en el comedor universitario en esa poca, que muchos de ellos

    eran cocineros recibidos y especialistas, a todos los rebajaron de nivel, directamen-

    te los rebajaron de nivel a todo el personal del comedor universitario. El artculo 1,

    deca rebajar el nivel, el artculo 2 le daban, creo, unos das, para que se notifiquen,

    y el que no estaba de acuerdo, que diga, para que se le aplique el artculo tal de la

    ley antisubersiva que exista".17 Segn este mismo testimonio, el SSV se encontra-

    ba "entrando por la calle Lamadrid en el que hay un garaje en el rectorado. Hay unaescalera arriba que ahora, actualmente, es la Secretara de Comisiones del Consejo

    Superior, esa era la oficina de seguridad, una escalerita que llevaba ah arriba y ah

    estaba".18 En este mismo testimonio tambin se recuerda los mtodos represivos uti-lizados por los miembros del SSV sobre los trabajadores universitarios: "en dos oca-siones me tuvo sentado como tres o cuatro horas apuntndome en la nuca, nada ms

    porque yo era peronista y dirigente gremial". 19El destino de la documentacin levantada por el SSV es incierto, segn un entrevis-tado "aos despus se llevaron de ah en unos camiones, ya con la vuelta de laDemocracia prcticamente, se llevaron en unos camiones los ficheros donde estaban

    registradas todos los universitarios por la secretaria de la universidad, y lamenta-

    blemente, cuando los muchachos de Franja Morada y los que integraban las comi-

    siones de derechos humanos, todos ellos han llegado para quemar eso, ya lo quequemaron fue para quemar lo que no se haban llevado" 20.En una entrevista realizada a un dirigente estudiantil durante la apertura democrti-ca, este explica que "en el '83 se quema en una hoguera pblica la documentacinmilitar que se haba encontrado". Y el mismo concluye sosteniendo que: "Fue un

    acto de reivindicacin". 21

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    Ser secuestrado en la Universidad: el caso del estudiante Juan Carreras

    No slo la Universidad fue un mbito de delacin, sino que tambin sus dependen-cias fueron espacios fsicos donde se realizaron secuestros y/o desde donde se inves-tig a las personas para su posterior secuestro. El estado de militarizacin, persecu-cin e impunidad que se viva en la UNT ante la presencia de los llamados "gruposde tarea", puede ser recuperado a travs de diferentes testimonios, siendo uno de los

    ms notables, el caso de Juan Francisco Carreras, estudiante de Bioqumica, quedurante su secuestro la Facultad fue zona liberada. El testimonio sobre tal episodioexpresa que: "mientras l se encontraba rindiendo un examen escrito de la materiaFisiologa, se present en la sala [aula del tercer piso del Instituto de Bioqumica]

    un sujeto que pregunt si all se encontraba Juan Francisco Carreras, a lo que las

    autoridades examinadoras asintieron, entonces sali afuera a esperar que termina-

    ra de rendir () Cuando ya sala a la calle rodeado por estos cuatro hombres, se

    encontr de frente con un profesor y le rog 'Profesor, aydeme, haga algo para que

    no me lleven' y el profesor no pudo hacer nada"22.La instauracin de los aparatos represivos en el mbito universitario y su legitima-cin por parte de las autoridades oficiales, no slo queda demostrada por el caso deJ. Carreras, sino tambin en el hecho tales autoridades hayan puesto a disposicin laEscuela Universitaria de Educacin Fsica (EUDEF) y el Pabelln de CiudadUniversitaria de San Javier, para que funcionaran como centros clandestinos dedetencin (CCD) (Ataliva 2004).

    Algunas observaciones sobre desaparecidos de la UNT

    Hasta aqu hemos visto cmo los aparatos de vigilancia y represin, tanto en momen-tos previos a la dictadura militar como durante la misma, utilizaron y controlaron sinningn impedimento de las autoridades de la UNT, distintos espacios fsicos de suposesin con el objetivo de instaurar el terror a travs de la violencia ejercida sobreestudiantes, docentes y no docentes de dicha institucin. En este contexto, el accio-nar de distintos mecanismos represivos deriv en la desaparicin de un gran nmerode personas de la comunidad universitaria local.En este sentido, hemos estimado que, sobre la base del anlisis de diferentes fuentes

    consultada para esta investigacin,23 la comunidad universitaria secuestrada-desapa-recida dentro del perodo 1974-1983, alcanzara un nmero de 186 personas. Estacifra supera la presentada por el Informe de la Comisin Bicameral (1991), en la quese presentaron 140 denuncias sobre desaparecidos de dicha comunidad. Tal diferen-cia podra explicarse como el resultado de las dificultades presentadas en el momen-to de la realizacin del informe, debido a que muchas denuncias sobre las sistemti-cas violaciones a los derechos humanos no fueron realizadas, como producto deltemor generado por el aparato represivo de la ltima Dictadura Militar.La unificacin de la informacin contenida en todas las fuentes analizadas, ha per-mitido que los casos de desapariciones de la comunidad universitaria pudieranampliarse ms all de las denuncias hasta ahora conocidas, lo cual ha favorecido atener una mayor aproximacin respecto a lo sucedido durante ese perodo.

    Si bien la unificacin de la informacin contenida en las fuentes analizadas, ha per-mitido tener una mayor aproximacin a lo sucedido durante ese perodo en cuanto ala cantidad de universitarios desaparecidos de la UNT, de todas maneras, deberamosconsiderar la posibilidad de que estos resultados puedan modificarse ante nuevasdenuncias, ya que como mencionamos anteriormente, existen diversas dificultadespara la realizacin de las mismas. 24

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    Otro aspecto a resaltar es aquel que dificulta precisar si aquellas personas desapare-cidas que figuran en las fuentes analizadas como solamente "estudiantes", sin ningu-na otra informacin sobre la institucin a la que pertenecan o el nivel educativo enel que se hallaban, corresponden a alguna de las unidades acadmicas o colegios per-tenecientes a la UNT.En el Grfico 1 figuran los porcentajes de estudiantes universitarios desaparecidos encada Facultad de la UNT. En el mismo, puede apreciarse que la Facultad de Filosofa

    y Letras es la que presenta mayor cantidad de estudiantes desaparecidos, a la que leprosigue la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y luego la de Arquitectura.Exponemos, en el Grfico 2, la relacin existente entre los estudiantes universitariosdesaparecidos de la UNT representados en el Grfico 1 y otros sectores de la comu-nidad universitaria, entre ellos docentes, no-docentes, egresados secundarios y estu-diantes secundarios de colegios pertenecientes a la UNT, y profesionales egresadosde la UNT. Cabe aclarar que el porcentaje de estudiantes de nivel secundario egresa-dos de colegios de la UNT que figura en el segundo grfico, representa solamenteaquellos que, en el momento de su secuestro y posterior desaparicin, no figurabancomo pertenecientes a ninguna unidad acadmica de nivel universitario.

    A modo de conclusin

    Con este trabajo hemos presentado una revisin de la informacin editada, a la que

    se sumaron aportes de nuestra investigacin tendientes a comunicar a las jvenesgeneraciones como afect el Terrorismo de Estado entre los aos 1974-1983 a lacomunidad de la UNT.Falta mucha investigacin sobre este perodo histrico en aspectos puntuales quepermitiran comprender como articularon su accionar los organismos represivos, eneste caso el Servicio de Seguridad y Vigilancia, con otros actores sociales que, porcolaboracin y silencio, permitieron que estas prcticas genocidas 25 se desarrollaranen el seno de nuestra comunidad. Hay mucho que rastrear sobre los efectos del "olvi-do manipulado" (Ricoeur 2004) que se ejerce desde el poder a travs de la configu-racin de un relato cannico -"la teora de los dos demonios" en Argentina- que des-posee a los actores sociales de la posibilidad de narrarse a s mismos, as como del"olvido de la huida" (Ricoeur 2002) que consiste en no querer ser, no querer tomar

    cuenta de lo que sabemos ocurri.El funcionamiento de estos mecanismos en densas tramas de relaciones universita-rias del presente -pues el pasado no slo es memoria, sigue viviendo en nosotros-ayudara a comprender porqu a pesar de los esfuerzos de grupos y de actores socia-les desde el retorno de la Democracia, a travs de la formacin de Comisiones deVerdad Universitarias, no se ha pronunciado un amplio debate y mayores investiga-ciones sobre este pasado traumtico. Pues con el retorno de la Democracia no se dioen forma paralela un proceso de revisin y remocin de los principales colaborado-res civiles, investigadores, docentes y no docentes de las intervenciones militares,como s ocurri en otras universidades nacionales. Tampoco existi sancin socialcuando profesionales de la Universidad Nacional de Tucumn, aceptaron acompaarla gestin de gobierno de Antonio Domingo Bussi (1995-1999), denunciado como elprincipal responsable de secuestros y desapariciones en la Provincia de Tucumn.Como a planteado Kristeva (2002) "Si no se habla de la generacin anterior, algodel trauma intergeneracional permanece enquistado, se siente la desazn pero no se

    la puede nombrar. La posibilidad de relatar los hechos que constituyen la memoria

    pasada es algo muy importante. Nunca se podra terminar de hacerlo".

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    AgradecimientosA Felicidad Carreras, Daro Maman, Alfredo Maziad y Alberto No, quienes aportaron sus valiosos tes-timonios para este trabajo y para el Archivo GIAAT. A nuestros compaeros del GIAAT, en particular, aDiego Leiton y Vctor H. Ataliva.

    BibliografaAltamirano, C. 2004. No hay que quedarse en la denuncia. En Diario La Nacin, edicin del 05/06/2004,p.14

    Ataliva, V. H. 2004. Atravesando marcas: la Universidad Nacional de Tucumn y el Terrorismo de Estado.La Escuela Universitaria de Educacin Fsica como caso de estudio. Trabajo presentado en el I Congresode Historia de la UNT. San Miguel de Tucumn.Crenzel, E. 1991. El Tucumanazo. Facultad de Filosofa y Letras, Universidad Nacional de Tucumn,Tucumn.COMISIN BICAMERAL. 1991. Informe de la Comisin Bicameral Investigadora de las Violaciones delos Derechos Humanos en la Provincia de Tucumn (1974-1983). Instituto de Estudios Polticos paraAmrica Latina y frica, 340 pp. Impreso en Espaa.CONADEP. Comisin Nacional sobre la Desaparicin de Personas. 1984. Nunca ms. EUDEBA, 490 pp.,Buenos Aires.D'Andrea Mohr, J. L. 1998. El escuadrn perdido. Planeta, Buenos Aires.D'Andrea Mohr, J. L. 1999. Memoria Debida. Ediciones Colihue, Buenos Aires.Feierstein, D. 2002. Historia, memoria y hegemona: hacia un anlisis de los discursos sobre genocidio.En Godoy, C. (comp.), Historiografa y memoria colectiva. Mio y Dvila Editores, Buenos Aires.Feierstein, D. 2004. Una discusin abierta: la violencia poltica argentina y su peculariedad genocida. EnFeierstein, D. y G. Levi (comp.), Hasta que la muerte nos separe. Poder y prcticas sociales genocidas en

    Amrica Latina, pp. 61-87. Ediciones Al Margen, La Plata.FULAZI, Frente Unidad Lista Agronoma y Zootecnia Independiente. 1986. La ciencia al servicio de ladependencia. Apuntes para la discusin de la Universidad del Proceso. Mimeo, San Miguel de Tucumn.Gonzlez Breard, E. 2001. La guerrilla en Tucumn. Una historia no escrita. Crculo Militar, 295 p.,Buenos Aires.Guber, R., L. Cas Bottos y S. Visacovsky. 2004. Una asignatura pendiente: la antropologa social argen-tina en los `60 en el Norte Argentino. Mundo de Antes 3, pp. 13-19. Instituto de Arqueologa y Museo,Universidad Nacional de TucumnKristeva, J. 2002. Memoria y salud mental. En AA.VV. Porqu recordar?. Granica, Barcelona.Mayer, M. 2004. Los Setentas. Revista "" 34, pp. 6-11, edicin del 22/05/2004.Pavetti, O. 1994. 1966: Tucumn y el cierre de los ingenios. Tesis de Licenciatura indita. Facultad deFilosofa y Letras, UNT, Tucumn.Ricoeur, P. 2002. El olvido en el horizonte de la prescripcin. En AA.VV. Porqu recordar?. Granica,Barcelona.Ricoeur, P. 2004. La memoria, la historia, el olvido. Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires.

    Romero, L. A. 1994. Breve Historia Contempornea de la Argentina. Fondo de Cultura Econmica,Buenos Aires.Vilas, A. E. 1977. Diario de Campaa. Tucumn: Enero a Diciembre de 1975. Manuscrito, Baha Blanca.Wingard, A. s/f. El Teatro Tucumano en los sesenta. Manuscrito en posesin de los autores.

    Grfico 1: Estudiantes secuestradosdesaparecidos por Facultad.Fuente: Comisin Bicameral (1991).Elaboracin propia.

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    Grfico 2: Secuestrados-desaparecidosuniversitarios segn posicin relativa enla comunidad universitaria.Fuente:

    Comisin Bicameral (1991).Elaboracin propia.

    Juan Francisco Carreras en su escritorio (Archivofamiliar de Felicidad Carreras).Casa natal de Juan Francisco Carreras en Beln, Catamarca (Archivo familiar de Felicidad Carreras).Familia Carreras, antiguos pobladores de Beln, Catamarca (Archivo familiar de Felicidad Carreras).

    Citas1 Grupo Interdisciplinario de Arqueologa y Antropologa de Tucumn (GIAAT), Facultad de Ciencias

    Naturales e Instituto M. Lillo, Universidad Nacional de Tucumn. San Martn 1545 (altos) CP: 4000,correo electrnico: [email protected] [email protected] GIAAT, [email protected] GIAAT, [email protected] GIAAT, [email protected] Mayer (2004).

    6 Sobre la Revolucin Argentina y su desenlace, ver: Romero (1994).7 Sobre el cierre de los ingenios de 1966, remitimos a Pavetti (1994) y Crenzel (1997), entre otros.8 Sobre las nuevas tendencias polticas en las universidades setentistas, vase Altamirano (2004).

    9 Sobre la importancia y diversidad del movimiento estudiantil, en Crenzel (1991).10 Sobre la importancia de las producciones teatrales del periodo, vase Wingard (s/f, MS).11 Guber et al. (2004).12 Alberto No, hermano del dirigente Vctor No. Entrevista realizada por E. Noli. San Miguel deTucumn, diciembre 2004 (Archivo GIAAT).13 Sobre el Operativo Independencia, desde la perspectiva de las fuerzas de seguridad, ver GonzlezBreard (2001). Tambin: Vilas (1977).14 Haouache fue designado con categora administrativa 22 (Res. No131-76), en: FULAZI (1986).

    4%

    3%

    9%

    5%

    18%

    61%

    ESTUDIANTES

    UNIVERSITARIOS

    ESTUDIANTES NIVEL

    SECUNDARIO

    EGRESADOS NIVEL

    SECUNDARIO

    DOCENTES

    NO DOCENTES

    PROFESIONALES

  • 7/24/2019 La Memoria Dolorosa Los Desaparecidos Univ

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    15 Resoluciones N 196-77, gestin del interventor Cornejo y N 879-80, gestin del interventor Landa.Citado en FULAZI (1986).16 Comisin Especial de Derechos Humanos (1986) Informe y listado sobre miembros de la comunidaduniversitaria detenidos desaparecidos entre el 6 de noviembre de 1974 y el 10 de diciembre de 1983.Universidad Nacional de Tucumn. Indito. Agradecemos a Daro Maman el habernos facilitado estedocumento para el Archivo GIAAT.17 Alfredo Maziad. Entrevista realizada por M. Corbaln. San Miguel de Tucumn, noviembre de 2004(Archivo GIAAT).18 dem.

    19 dem.20 dem.21 Daro Maman. Entrevista realizada por M. Corbaln, San Miguel de Tucumn, noviembre de 2004

    (Archivo GIAAT).22 Comisin Bicameral (1991: 264).

    23 Informe de la Comisin Bicameral (1991); Informe de la Comisin Especial de Derechos Humanos dela UNT (1986); Nunca Ms (1984); D'Andrea Mhor (1998, 1999); archivos periodsticos de diarios nacio-nales y locales; base de datos confeccionada por abogados y familiares de detenidos desaparecidos; yentrevistas realizadas por el GIAAT a familiares de desaparecidos, militantes polticos, amigos y allega-dos (Archivo GIAAT).24 Por ejemplo, hemos constatado a travs de distintas entrevistas que se carecera de informacin sobreestudiantes extranjeros desaparecidos, debido a las dificultades que poseen sus familias para efectuar lasdenuncias ante los organismos correspondientes.25 Sobre la utilizacin del concepto de genocidio a los crmenes de la dictadura argentina, hay una ampliadiscusin, ver Feierstein (2002, 2004).