La mujer del currumbaco / El último amante del baile folclórico margariteño
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8/12/2019 La mujer del currumbaco / El último amante del baile folclórico margariteño
http://slidepdf.com/reader/full/la-mujer-del-currumbaco-el-ultimo-amante-del-baile-folclorico-margariteno 1/1SOL DE MARGARITA PORLAMAR, 7 DE MAY0 DE 200EDICION ESPECIAL ANIVERSARIO4
El baile del currumbaco es algoprácticamente desconocido en
Coche y casi toda Margarita,pero en la familia de Magda-
a Marín –y eso es más o menosmo hablar de todo el pueblo de Alta-
cia, municipio Gómez- no hayen no la haya visto zarandearse alde ese contagioso ritmo que ella y
s amigas inventaron en una tarde deo, hace ya bastantes años.“A mí me gustaba mucho bailar yponía con esos muchachos. Hastarraban una cabuya, la pasaban y yoponía a saltar en el medio. Despuéso la burriquita y también la bailabauego salió el currumbaco. Un día es-amos dos cuñadas y yo y lo inventa-s, con palmadas y pasos ¡y esa
te se reía!”.Creatividad es lo que menos lea a esta mujer que, para mantener12 hijos que tuvo con su marido, leó provecho a lo primero que se en-tró por delante en la playa: las con-s de mar.“Lo de las conchitas tiene años.
mo 40 años hace que mi hijo ibamigo. Inventamos el pavorreal, con
as conchitas más bonitas que traíanCoche. Ponía las tres conchas yía así: dos pa’lante y una pa’tras.onces mis hijos fueron trabajando ysaben hacer animalitos de todas cla-hasta nacimientos y tortuguitas… ame agrada mucho todo esto”, dice,tada junto a un elaborado altar de la
gen del Valle.También hacía pantuflas. Empezó
abricarlas mucho tiempo después deirle a su mamá que ya no iría más a
La Galera, hasta donde caminaban para
buscar el pescado que vendían a pie depueblo en pueblo. “Yo tenía diez años.Buscábamos leña, buscábamos agua.Andábamos por ahí por todos esos
montes, pasábamos trabajos negros.
Hoy no pasa la gente tanto trabajo”,cuenta.
Pero la diversión no le ha faltadonunca. El año pasado la nombraron
Miss Simpatía en las fiestas de su pue-blo y no hay carnaval en el que no sedisfrace. “Cuando yo era moza yo pa-rrandeaba mucho. Siempre he sidomuy alegre... ¡me llaman bolera! ¡Jaja- ja! Menos mal que mi mamá er a unapersona cristiana y no me decía muchosino que se reía”.
A los 21 años se enamoró y su ma-trimonio duró 54 años, hasta la muertede su esposo. “Convivimos una vidafeliz. No tuvimos pleito, sólo amor.Aquí no se peleaba”, dice orgullosa,mientras uno de sus hijos lo confirma:
“cuando se ponían a vender pescadopapá lavaba y ella escamaba”.
No aguantó dos veces nuestra solicitud de bailar un poco y, después dreírse a gusto durante un buen ratoremató: “A mí el joropo me encantpara bailarlo, pero lo que me gusta ela música de Margarita. A mí mponen una música y así como yo estyo bailo. De las canciones de ahoryo bailo la de la mesa que más aplauda. Me gané el concurso. ¡Ponme uCD de los Chupi-Chupi pa’ que tveas!”.
Magdalena Marín
La mujerdel “currumbaco”
FUE UNA de las primeras que empezó a construir figuras con conchas marinasMAGDALENA Marín no aguanta dos
pedidas para empezar a bailar
“A mi esposo no le gustaba bailar. El tenía un radio y lo ponía desde
bien temprano y yo bailaba toda la mañana. Una vez le bailé en panta-
leta. Una hija mía me trajo unas pantaletas con un muñequito que mehacía así y le bailé. Y cuando le pregunté si le había gustado me dijo:
‘no seas tan moderna’ ¡jajaja!. El se reía mucho conmigo”
T a n y a M i l l á n
En pleno mes de abril, lo primeroque llama la atención en la casade Efraín Agreda es el pesebreque reina en la esquina más no-
a del zaguán. “Ese tiene 22 años ahí”,ponde con total naturalidad. “Es queme gusta desmontarlo”, explica.Nacido en El Tirano, municipio An-
n del Campo el 17 de mayo de 1933,
e bailarín y coreógrafo es uno de losos de su generación que cultivó laeñanza de la danza durante largoss, después de estudiar en la EscuelaArtes Plásticas de La Asunción en laada del 60.“Por tres años caminé desde aquí
ta La Asunción. Hacía escultura, pin-a y cerámica. Luego arte puro, comobachillerato. Ahí me gradué en el 66.emás estudié danza folclórica, cuan-empezó el profesor Jaramillo y vinolos Arboleda, primer bailarín del Re-o de Maravilla, el grupo de Yolandareno”.Hoy, dedicado a la venta de flores y
diseño de arreglos, habla con nostal-
de aquellos días en los que daba cla-de danza en los liceos. “Pero hacemo 10 o 12 años que yo me fui de-cionando, porque se molestaban los
muchachos si uno los regañaba. Un muchacho no te sabe bailar un bolero, perle pones un reggaeton y bueno… ahorbailan esa música”.
Para Efraín Agreda, lo más bonitdel mundo es la música folclórica margariteña y sus bailes. La Burriquita, EPájaro Guarandol, El Carite y El Robalson sus diversiones favoritas, pero entr
las coreografías despiertan su admiración dos montajes hechos por sus antguos maestros: la Suite Margariteña y lPelea de Gallos.
“Ahí hacíamos llorar a la gente, balar a la gente. Salían ocho en escena ahí mismo quedaba uno. Y lo monté, lllevé al cuatricentenario de Caracascuenta.
Pero la capital no fue el único lugade tierra firme hasta donde llegaroestas creaciones dancísticas. Este hombre, gran entusiasta del baile desde sutiempos de muchacho, representó Margarita en la primera Feria de la Chnita, en Maracaibo y en la V Feria dSan Sebastián, en San Cristóbal, con uéxito que todavía hoy le llena de orgullo. “Yo decía: ¿qué me ve la gente a mque soy tan feo?. Porque me aplaudíatanto que yo decía: Ay, mi madre, ¿serque ahí detrás viene Miss Venezuela?”.
Efraín Agreda
El último amante del bailefolclórico margariteño
EFRAIN AGREDA es famoso en El Tirano por sus enseñanzas como coreógrafo
“El baile más difícil es el tango.
Porque está el tango de la
Pampa y el tango salón. El
primero es con puras figuras, es
agresivo. Le ponen mucha
pasión al tango, lo viven. Y así
tiene que ser al bailar la música
margariteña. Un buen bailarín
desde cuando sale a escena
tiene que salir bien firme y
transmitirle el baile al público”
J O S É F É L I X R O D R Í G U E Z