La mujer en la historia

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El rol de la mujer en la El rol de la mujer en la historiahistoria

El rol social de la mujer ha cambiado a lo largo de la historia. Durante siglos, la sociedad consideró que la mujer debía limitarse a cumplir con sus funciones de esposa y madre. Con el tiempo, las mujeres comenzaron a ocupar roles sociales mas relevantes en distintas funciones, tanto en el mundo del trabajo como en la política.

En la actualidad, es habitual encontrar mujeres ejerciendo la presidencia de un país o dirigiendo grandes empresas.

La igualdad de género, de todas formas, aún no se ha alcanzado en plenitud.

Para las mujeres, la conquista de la esfera pública comenzó en las urnas. El siglo XIX fue paradójico, por un lado se abría a la modernidad con rápidas transformaciones industriales y tecnológicas. Por otro, para la ley, hombres y mujeres no eran iguales. El primer Código Civil argentino, sancionado en 1859, determinaba la inferioridad jurídica de las mujeres. A finales de esa centuria, las primeras feministas levantaron clamores contra aquella inhibición de derechos.

La inmigración masiva en la Argentina fue basal para escribir aquí la historia del feminismo. Así resultó Buenos Aires sede del Primer Congreso Femenino Internacional, realizado en 1910. Hasta las mujeres de las clases dominantes se sumaron lentamente a la demanda de derechos.

En 1932 se obtuvo en la cámara de Diputados el proyecto de sufragio femenino, pero su discusión jamás llegó al Senado. Hubo que esperar hasta 1947, con la férrea posición de Perón y de Eva, para que las mujeres conquistaran el derecho al voto.

Ya en los 60, la asistencia masiva de las mujeres a la universidad y la aparición de la píldora anticonceptiva se convirtieron en otros de los hitos que abrieron el mundo femenino.

“Fue un punto de inflexión alrededor de la sexualidad, porque las mujeres podían disponer de una maternidad no forzada. Esta nueva subjetividad femenina explica la temprana transición demográfica de nuestro país” (Dora Barrancos)

De la casa a la fábrica, entre fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, el trabajo fue otra de las dimensiones que cambió las relaciones de familia. Las fronteras que históricamente separaban los espacios de actuación entre hombres y mujeres se fueron desdibujando.

Eran tiempos en los que las mujeres tenían un lugar conflictivo y ambiguo tanto en las organizaciones obreras como en las protestas.

En esas décadas hombres y mujeres realizaron numerosos esfuerzos para organizar asociaciones constituidas exclusivamente por las trabajadoras.

A la defensa del colectivo de los trabajadores y trabajadoras, y de los interesas del género, pronto se añadió la lucha por la tutela del hogar.

Y Dios creó a la mujer con la costilla de Adán. En el mundo del trabajo, esta parábola sedimentó la discriminación

que, todavía hoy, erosiona la igualdad. Las evaluaciones sobre habilidades, destrezas y capacidades para

trabajar se basan en criterios inequitativos. Todavía hoy, por las mismas tareas, los varones ganan más que las mujeres.

¿Por qué se discrimina a las mujeres? La naturaleza de lo femenino como subalterno, débil y solo proclive a las

emociones es una invención estrictamente humana. Hay una naturalización solemne de la discriminación de género. Esa legitimación de la diferencia provoca un estereotipo que socava la posibilidad de cambio.

Este afiche intenta hablar acerca de las tareas invisibles que las mujeres realizamos en nuestras casas y que cuentan con escaso o ningún reconocimiento, por no hablar de remuneración económica.

Todas las mujeres somos imágenes, aún para nosotras mismas. El acto de mostrarse adquirió para la mujer una dimensión significativa. En la imagen se ponen en juego las relaciones de poder; pueden ser instrumentos de liberación o de represión.

El siglo XIX impuso un cambio en la manera en la que los hombres construyeron su imagen, porque el varón depositó en la representación de la mujer su poder, su dominio y su riqueza. Esto fue acompañado del desarrollo de los medios gráficos y del aumento de la reproductibilidad de la imagen.

“A lo largo de la historia, hay mujeres que se proyectaron poderosas e idolatradas frente al mundo. Una mujer bellísima, con gran presencia mediática, es una mujer con el poder de ser imitada”.

“La mujer asume la mirada masculina. Se ve a sí misma como sabe que es mirada.” (Según Malosetti Costa).

A lo largo de todo este tiempo, ¿Qué ganaron y qué perdieron las mujeres? (Según

Dora Barrancos)

• Perdimos cosas que no deben ser objeto de ningún duelo: la virginidad obligatoria, el mandato de no ser adúlteras, la sexualidad restringida.

• Ganamos la voz para denunciar la violencia y también para decir ‘no’ o ‘sí’ cuando lo queremos.

Mientras hombres y mujeres trabajamos para el cambio, hoy la rebeldía es animarse a dar pasos notables hacia la libertad, a descubrirnos diferentes y a romper con violencias, porque nada conspira más contra la plenitud del ser humano que las constricciones del miedo respecto del devenir.