La nave que somos hacia una configuración prosaica del sentido ...
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ANEXO 2
CARTA DE AUTORIZACIN DE LOS AUTORES (Licencia de uso)
Bogot, D.C., 4 de septiembre de 2012
Seores Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J. Pontificia Universidad Javeriana Cuidad Los suscritos:
Enver Joel Torregroza Lara , con C.C. No 79683163 En mi (nuestra) calidad de autor (es) exclusivo (s) de la obra titulada: La nave que somos. Hacia una configuracin prosaica del sentido del hombre.
(por favor seale con una x las opciones que apliquen) Tesis doctoral X Trabajo de grado Premio o distincin: Si x No cual: Laureada presentado y aprobado en el ao 2012 , por medio del presente escrito autorizo (autorizamos) a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se indican a continuacin, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida ser facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseanza y la investigacin. En consecuencia, las atribuciones de usos temporales y parciales que por virtud de la presente licencia se autorizan a la Pontificia Universidad Javeriana, a los usuarios de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J., as como a los usuarios de las redes, bases de datos y dems sitios web con los que la Universidad tenga perfeccionado un convenio, son:
AUTORIZO (AUTORIZAMOS) SI NO 1. La conservacin de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos
de grado de la Biblioteca. x
2. La consulta fsica o electrnica segn corresponda x 3. La reproduccin por cualquier formato conocido o por conocer x 4. La comunicacin pblica por cualquier procedimiento o medio fsico o
electrnico, as como su puesta a disposicin en Internet x
5. La inclusin en bases de datos y en sitios web sean stos onerosos o gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrn las mismas facultades que las aqu concedidas con las mismas limitaciones y condiciones
x
6. La inclusin en la Biblioteca Digital PUJ (Slo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestra y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mencin de honor.)
x
De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a ttulo gratuito por el mximo tiempo legal colombiano, con el propsito de que en dicho lapso mi (nuestra) obra sea explotada en las condiciones aqu estipuladas y para los fines indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada a la finalidad perseguida, sin nimo de lucro ni de comercializacin. De manera complementaria, garantizo (garantizamos) en mi (nuestra) calidad de estudiante (s) y por ende autor (es) exclusivo (s), que la Tesis o Trabajo de Grado en cuestin, es producto de mi (nuestra) plena autora, de mi (nuestro) esfuerzo personal intelectual, como consecuencia de mi (nuestra) creacin original particular y, por tanto, soy (somos) el (los) nico (s) titular (es) de la misma. Adems, aseguro (aseguramos) que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los lmites autorizados por la ley, segn los usos honrados, y en proporcin a los fines previstos; ni tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a la imagen, intimidad, buen nombre y dems derechos constitucionales. Adicionalmente, manifiesto (manifestamos) que no se incluyeron expresiones contrarias al orden pblico ni a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboracin, presentacin, investigacin y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es de m (nuestro) competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica Universidad Javeriana por tales aspectos. Sin perjuicio de los usos y atribuciones otorgadas en virtud de este documento, continuar (continuaremos) conservando los correspondientes derechos patrimoniales sin modificacin o restriccin alguna, puesto que de acuerdo con la legislacin colombiana aplicable, el presente es un acuerdo jurdico que en ningn caso conlleva la enajenacin de los derechos patrimoniales derivados del rgimen del Derecho de Autor. De conformidad con lo establecido en el artculo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artculo 11 de la Decisin Andina 351 de 1993, Los derechos morales sobre el trabajo son propiedad de los autores, los cuales son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables e inalienables. En consecuencia, la Pontificia Universidad Javeriana est en la obligacin de RESPETARLOS Y HACERLOS RESPETAR, para lo cual tomar las medidas correspondientes para garantizar su observancia. NOTA: Informacin Confidencial: Esta Tesis o Trabajo de Grado contiene informacin privilegiada, estratgica, secreta, confidencial y dems similar, o hace parte de una investigacin que se adelanta y cuyos resultados finales no se han publicado. Si No x En caso afirmativo expresamente indicar (indicaremos), en carta adjunta, tal situacin con el fin de que se mantenga la restriccin de acceso.
NOMBRE COMPLETO No. del documento de identidad FIRMA
Enver Joel Torregroza Lara 79683163 Enver Torregroza FACULTAD: FILOSOFA PROGRAMA ACADMICO: DOCTORADO EN FILOSOFA
ANEXO 3 BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J.
DESCRIPCIN DE LA TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO FORMULARIO
TTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO
La nave que somos. Hacia una configuracin prosaica del sentido del hombre.
SUBTTULO, SI LO TIENE
--- AUTOR O AUTORES
Apellidos Completos Nombres Completos
Torregroza Lara
Enver Joel
DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO Apellidos Completos Nombres Completos
Cardona Surez
Luis Fernando
FACULTAD
Filosofa
PROGRAMA ACADMICO
Tipo de programa ( seleccione con x ) Pregrado Especializacin Maestra Doctorado
x Nombre del programa acadmico
Doctorado en Filosofa
Nombres y apellidos del director del programa acadmico
Diego Antonio Pineda
TRABAJO PARA OPTAR AL TTULO DE:
Doctor en Filosofa
PREMIO O DISTINCIN (En caso de ser LAUREADAS o tener una mencin especial):
Laureada
CIUDAD AO DE PRESENTACIN DE LA
TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO NMERO DE PGINAS
Bogot 2012 464
TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con x )
Dibujos Pinturas Tablas, grficos y diagramas Planos Mapas Fotografas Partituras
x SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO
Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a travs de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedar solamente en formato PDF.
Ninguno MATERIAL ACOMPAANTE
TIPO DURACIN (minutos) CANTIDAD FORMATO
CD DVD Otro Cul? Vdeo Audio
Multimedia Produccin electrnica Otro Cul?
DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAOL E INGLS Son los trminos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Seccin de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo [email protected], donde se les orientar).
ESPAOL INGLS
Antropologa filosfica Philosophical Anthropology Metaforologa Metaphorology Deconstruccin Deconstruction Fenomenologa Phenomenology Hermenutica Hermeneutics Ontologa Ontology Modernidad - aspectos filosficos Modernity - philosophical aspects Blumenberg, Hans Blumenberg, Hans Heidegger, Martin Heidegger, Martin Gmez Dvila, Nicols Gmez Dvila, Nicols Marquard, Odo Marquard, Odo Derrida, Jacques Derrida, Jacques Gehlen, Arnold Gehlen, Arnold Scheler, Max Scheler, Max Kant, Immanuel Kant, Immanuel Lwith, Karl Lwith, Karl Voegelin, Eric Voegelin, Eric Jung, Carl Gustav Jung, Carl Gustav Nietzsche, Friedrich Nietzsche, Friedrich Cassirer, Ernst Cassirer, Ernst Ortega y Gasset, Jos Ortega y Gasset, Jos
mailto:[email protected]
Arendt, Hannah Arendt, Hannah RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAOL E INGLS
(Mximo 250 palabras - 1530 caracteres) RESUMEN El propsito de la investigacin es mostrar la necesidad de defender la configuracin prosaica de lo humano que da a da hacemos todos con recursos provisionales y prestados, tomando distancia de los propsitos sobredimensionados de aquellas filosofas que abogan por un encuentro directo con nuestra realidad ms cruda, o que defienden un proyecto de construccin absolutista del ser del hombre que, en vez de salvarlo, termina ahogndolo. La hiptesis afirma que la posibilidad de la existencia del hombre, que en este trabajo se entiende en trminos de la existencia de un sentido de lo humano y, por tanto, de un mundo con sentido para el hombre , depende de esa configuracin prosaica de nuestro hogar, que cada maana hay que empezar nuevamente. Tal elaboracin de mundos con sentido que slo existen mientras el hombre exista, y viceversa se logra mediante el aprovechamiento de recursos simblicos v.g. la metfora, el concepto que nos permiten poner una cosa en vez de otra, aplazando por fortuna el encuentro directo con nuestra problematicidad ontolgica constitutiva. Pensar la realidad del hombre slo es soportable filosficamente mediante y en metforas y conceptos, diseminando una mundana prosa que no llega a su trmino, que no puede y no debe llegar a su punto final, por ms vocacin de herosmo pico que tenga una filosofa, por ms temerario sea su impulso de sumergirse en las profundidades, enfrentando aquello de lo que no podemos hablar directamente sin quedarnos mudos. ABSTRACT The aim of the research is to show the need to defend the prosaic reconfiguration of humanity that we set up every day by using temporary resources. This implies to discuss the overvalued achievements of the philosophies that advocate a direct encounter with our raw reality, or that defend an absolutist project of construction of the being of man that ends by suffocating him instead of offering any kind of salvation. The hypothesis states that the possibility of existence of man, understood as the existence of a sense of the human and, consequently, of a world with a meaning for man depends on that prosaic configuration of our home that we have to reenact every morning. The development of meaningful worlds that exist only as long as man exists, and vice versa is achieved through symbolic resources, such as the metaphor or the concept. This allows us to replace one thing with another, merrily deferring the direct encounter with our constitutive ontological problematicity. To think man's reality is philosophically bearable only through metaphors and concepts, that is, by spreading a mundane prose that does not, that cannot and that should not come to an end. This in spite of the vocation for epic heroism that characterizes philosophy, and in spite of its temerarious impulse to dive into the depths in order to face what we directly cannot speak of, not without becoming speechless.
La nave que somos Hacia una configuracin prosaica del sentido del hombre
ENVER JOEL TORREGROZA LARA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE FILOSOFA
DOCTORADO EN FILOSOFA BOGOT
2012
La nave que somos Hacia una configuracin prosaica del sentido del hombre
ENVER JOEL TORREGROZA LARA
TESIS PARA OPTAR AL TTULO DE DOCTOR EN FILOSOFA DIRECTOR:
LUIS FERNANDO CARDONA SUREZ, DOCTOR EN FILOSOFA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE FILOSOFA
DOCTORADO EN FILOSOFA BOGOT
2012
Bogot, de iunio de 2O12
ProfesorDiego Anlonio PinedqDecono AcodmicoFocultod de FilosofoPontificio Universidod Joveriono
Estimodo profesor Pinedo,
Recibo un cordiol soludo. Presento lo tesis de Enver Joel Torregrozo Loro, titulodo Lo novegue somos. Hocio una configurocin prosoico del senlido del fiombre cormo requisito porooptor ol ttulo de Doctor en Filosofo.
En esto investigocin Enver exomino los posibilidodes obiertos en el proyecto ontropolgicode Hons Blumenberg (1920-199) poro otender o lo incesonte bsquedo deoutocomprensin y outoconfigurocin de nuestro modo peculior de ser en un mundo que senos revelo en codo momento como omenozonte y enigmtico. Siguiendo os los indicocionesmetodolgicos de su ontropologo metoforolgico, esto investigocin despliego lo metforode lo nove como soporte y configurocin de lo que somos, pues como lo seolo el mismoBlumenberg el ser humono no puede ser simplemente un temo, sino ms bien el nico sitiodonde es holloble nuestro temo. Poro otender o esto indicocin de comino, Enver bosqueiocon sumo cuidodo y originolidod el decurso de esto metforo seolondo sus posibilidodeshermenuticos y discutiendo los posiciones ms significotivos de lo ontropologo filosficocontemporneq o portir de Mox Scheller, pues lo bsquedo de un puesto del hombre en elcosmos ho sido el horizonte que ho determinodo lo configurocin de lo humono en el mundomoderno. Es de resoltor en esto discusin el esfuerzo oqu desorrollodo por deconstruir(Derrido) o lq luz de lo metoforologo el discurso sobre el hombre como un problemomoderno, ms ol! del desmonte heideggeriono de lo metqfsico de lo subietvidod;iguolmente, se debe subroyor el sugerente dilogo entoblodo por Enver entre el filsofo deLbeck y el filsofo colombiono Nicols Gmez Dvilo (19'13-.l994), entre otros. Porqodelontor este dilogo esto tesis cuento con uno odecuodo investigocin bibliogrficq tontoo nivel de fuentes primorios como de titeroturo secundorio. Y otendiendo q su poutometodolgico de reolizor uno explorocin metoforolgico podemos seolor tombin que suconstruccin es reolmente lo de un teiido bien eloborodo con los elementos que nos ofreceel mundo de !o vido del hombre, constituyndose os en un coso eiemplor de estosposibilidodes de troboio filosfico y un oporte genuino o nuestro comunidod ocodmico.
Uno vez revisodo el monuscrito finol de esto investigocin doctorol, considero que cumple ocobo lo Focultod y, por ello, solicito que se inicien los trmites
pblico.-
ndo Cqrdonq
En memoria de mi madre y su amor de todos los das.
Agradecimientos
Mi hijo Sebastin ms de una vez me ha contado la prosaica historia de cmo fue que se hundi
el Titanic tras aos de contarme el cuento de cmo desaparecieron los dinosaurios; dos
historias cuyas coincidencias an me tienen pensando . A l, de quien he aprendido tanto para
este trabajo, y a mi amada Catalina Micolta, piloto de mi nave, toda mi gratitud por su amor
cotidiano ms all de toda medida. Les debo el fundamento de mi mundo; sobre todo la
conviccin feliz de que tras la prdida de los queridos no naufragamos, sino que seguimos
flotando, en casa, trabajando nuestro hogar.
Agradezco al profesor Luis Fernando Cardona Surez por la enorme dedicacin y cuidado con la
que me ha acompaado a todo lo largo del proceso de elaboracin de esta tesis doctoral y
especialmente por haberme dado a conocer la obra filosfica de Hans Blumenberg, guindome en
su comprensin y compensando de este modo el impacto que ha tenido en m el pensamiento de
Nicols Gmez Dvila. Gracias a sus agudos comentarios y sus incisivas preguntas, pero tambin
gracias a su gua y amistad, este proyecto de investigacin filosfica logr encontrar su propio
cauce temperado, manteniendo la tensin necesaria, sostenida semana tras semana en cada una de
nuestras conversaciones, para que no se desbocara lo que en filosofa es casi un sino .
Este trabajo de investigacin no habra sido posible sin el apoyo decidido de la Universidad del
Rosario, de la que honrosamente soy uno de sus profesores, a travs de la Beca-crdito y la
descarga laboral otorgada por su Comit de Becas en el ao 2008 y renovada en el ao 2011.
Agradezco especialmente a mi Decano, el Doctor Eduardo Barajas Sandoval, pues no slo me
facilit todas las condiciones necesarias para el desarrollo de mis estudios doctorales, sino que
adems me ha ofrecido siempre la gua del maestro de vida que es y la oportuna mano del amigo
para enfrentar los cambios de clima en la travesa. Su generosidad para compartir con otros su
saber en el gobierno de la nave, logrado en el oleaje del mundo de la vida, me ha dado no pocas
pistas sobre cmo orientar las modestas reflexiones que aqu se apuntan.
Todos mis amigos y colegas, pero tambin mis hermanos, sabrn reconocerse en algn pasaje,
alguna nota, en la apropiacin afortunada de una idea o en la crtica a una opinin dicha algn
da, pues me colaboraron la mayor parte de las veces sin saberlo y sin estar pendientes de ello
en la composicin de este texto. A todos ellos les doy las gracias, pues lo que aqu se refleja
slo ha sido posible gracias a su amistad y su confianza, soporte de la tarea cotidiana de vivir.
Varias entrevistas acadmicas, algunas de ellas breves pero muy ricas, me ayudaron mucho en el
desarrollo de la investigacin. Doy gracias a: Mariano Crespo Pontificia (Universidad Catlica de
Chile, Santiago) por sus comentarios al proyecto; Alberto Fragio (Eidgenssische Technische
Hochschule, Zrich) por su orientacin en la interpretacin de la amplia obra de Blumenberg;
Bernando Nante (Fundacin Vocacin Humana, Buenos Aires) por sus generosas luces sobre el
pensamiento simblico en Jung; Roberto Rubio (Universidad Alberto Hurtado, Santiago) por su
cordial invitacin a presentar mi proyecto ante un selecto grupo de colegas suyos en Santiago
donde recib importantes crticas al espritu de mi metafrica ; Guillermo Hoyos (Pontificia
Universidad Javeriana, Bogot) por sus comentarios sobre la fenomenologa; Carlos Arturo
Lpez Pontificia (Pontificia Universidad Javeriana, Bogot) por sus pistas para rastrear el
problema en Foucault; Bruno Mazzoldi (Universidad de Nario, Pasto) y Juan Fernando Meja
(Pontificia Universidad Javeriana, Bogot) por invitarme a presentar una conferencia sobre el
problema en Derrida y por su gua y amistad, ya de varios aos, en la interpretacin de este gran
filsofo; Mery Castillo (Universidad del Rosario, Bogot) por su gua en la lectura de Arendt;
mis colegas y amigos de la Universidad del Rosario, con quienes he compartido y discutido
partes importantes de este trabajo en nuestra lnea de investigacin, Mara del Rosario Garca,
Adriana Serrano, Juan Esteban Constan y Enrique Serrano; y Guillermo Serrano (Universidad
Tecnolgica de Bolvar, Cartagena de Indias), con quien he conversado la totalidad del proyecto
ms de una vez y a quien le debo adems su profunda amistad. Tambin quiero agradecer a mis
antiguos alumnos de las Facultades de Ciencia Poltica y Gobierno y de Relaciones
Internacionales de la Universidad del Rosario y ahora profesores o jvenes investigadores, por el
apoyo que me prestaron en la bsqueda de informacin: Diego Cediel, Javier Crdenas, Toms
Molina y Diana Carvajal. A ellos, como a todos los que han pasado por mis clases, muchas
gracias por escucharme desarrollar algunas de estas reflexiones en voz alta.
TABLA DE CONTENIDO
ndice de abreviaturas......... 11
Introduccin............. 17
1. La tarea de la antropologa filosfica.... 59
1.1. Sntoma de indigencia............ 59
1.2. Una aguda flecha en el viento........ 81
1.3. La apora de la pregunta............. 90
1.4. El valor prctico de una tarea metafsica.......... 103
1.5. La funcin antropolgica de la antropologa filosfica... 117
2. Ser con problemas de mundo....... 131
2.1. El incmodo lugar del hombre.......... 131
2.2. El puesto del cosmos en el problema del hombre......... 146
2.3. Girando en el trnsito del cosmos al mundo..... 159
2.4. Nostalgia de mundo.......... 169
2.5. El problema gnstico como problema hermenutico........... 180
3. El valor humano de una poca mundana........ 193
3.1. La modernidad como problema antropolgico..... 193
3.2. La poca de la conquista de un problema......... 202
3.3. Posicionamiento de una categora de ruptura histrica.... 211
3.4. Crtica al sustancialismo histrico como sustancialismo antropolgico..... 219
3.5. El valor que una poca puede depositar en s misma ... 233
3.6. La poca como reaccin ante la recidiva gnstica 241
3.7. Modernidad con mesura.... 253
4. El trabajo diario de hacerse a una existencia con sentido. 271
4.1. La elaboracin de una existencia alivianada. 271
4.2. Un herosmo de tamao humano...... 285
4.3. Sobreviviendo al naufragio del siglo.... 300
4.4. Un trato indirecto y oscilante con la realidad del hombre 315
4.5. La funcin antropolgica de la animalidad... 334
4.6. La descarga de una divinizacin insoportable.. 342
5. Como si fuese una metfora...... 361
5.1. Echando al agua una metafrica....... 361
5.2. Embarcados....... 371
5.3. Navegando en la circunstancia..... 383
5.4. Arte natatorio.... 393
5.5. El trabajo del hombre 403
Conclusiones en trminos de aprendizajes nuticos....... 421
Referencias bibliogrficas......... 434
Fuentes primarias. 434
Fuentes secundarias..... 455
Tabla de imgenes..... 463
NDICE DE ABREVIATURAS
A El animal que luego estoy si(gui)endo. J. Derrida AA Akademie-Ausgabe. Ac Apologa de lo contingente. O. Marquard Aes Aesthetica und Anaesthetica. O. Marquard Af Antropologa filosfica. A. Gehlen Afi Antropologa filosfica. O. Bollnow AmS sthetische und metaphorologische Schrifften. H. Blumenberg An Anthropologie. O. Marquard AnF Antropologa filosfica. E. Cassirer Ant Antgona. Sfocles Ap Adis a los principios. O. Marquard Apol Defensa de Scrates. Platn Asp Antropologa en sentido pragmtico. I. Kant Arq Sobre los arquetipos del inconsciente colectivo. C.G. Jung BB Besprechung des Buches Die Legimitt der Neuzeit. K. Lwith Beh Borges en el hogar: 1935-1958. J.L. Borges Bh El barco que se hunde. R. L. Stevenson Bm Biblioteca mitolgica. Pseudo Apolodoro Carm Carmina. Horacio CC Contemplator Coeli. H. Blumenberg Cce La crisis de las ciencias europeas y la fenomenologa trascendental. E. Husserl Ceh Conceptos en historias. H. Blumenberg Cf Los conceptos fundamentales de la metafsica: mundo, finitud, soledad. M. Heidegger Ch La condicin humana. H. Arendt Cim Ciencia y meditacin M. Heidegger Cj Crtica del juicio. I. Kant CoH Conditio Humana. H. Plessner Confess Confessionum. Agustn de Hipona Cons Consolacin de la filosofa. Boecio C.M Consolacin a Marcia. L. A. Sneca Crp Crtica de la razn pura. I. Kant Csh Carta sobre el humanismo. M. Heidegger Cuh Sobre los cuentos de hadas. J.J.R. Tolkien Dcc Del culto a la cultura. J. Taubes Dcf La deconstruccin en las fronteras de la filosofa. J. Derrida De Derrida, un egipcio. P. Sloterdijk De Cael. Acerca del cielo. Aristteles De f. invis De fide rerurm quae non videntur. Agustn de Hipona De Gen. c. Man De Genesi adversus Manichaeos. Agustn de Hipona De Off De officis. M.T. Cicern. Dfh Dificultades con la filosofa de la historia. O. Marquard dG Die Genesis der kopernikanischen Welt. H. Blumenberg Dh Discurso sobre la dignidad del hombre. G. Pico della Mirandola Dis La diseminacin. J. Derrida Dlg De la gramatologa. J. Derrida Dpv La Doctrina de Platn acerca de la verdad. M. Heidegger
Dra Descripcin de la retrica antigua. F. Nietzsche Dsh Descripcin del ser humano. H. Blumenberg E Esferas. P. Sloterdijk Ec Eclesiasts EC Enquiry Concerning Human Understanding. D. Hume Ed Espacios diferentes. M. Foucault EdD Elegas de Duino. R. M. Rilke EdS Entrevista del Spiegel. M. Heidegger E.E tica Eudemia. Aristteles Ef De la esencia del fundamento. M. Heidegger Eim La poca de la imagen del mundo. M. Heidegger ELR El libro Rojo. Liber Novus. C.G. Jung E.N tica Nicomquea. Aristteles Enf El ensayo como forma. Th. Adorno EM An essay on Man. A. Pope Eo Escatologa occidental. J. Taubes Epf Entre el pasado y el futuro. H. Arendt Eph El porvenir del hombre. M. Scheler Epv El principio vida. Hans Jonas Es Estancias. M. Heidegger Esc Escolios a un texto implcito. N. Gmez Dvila Evc Levolution cratrice. H. Bergson Ex xodo Ex.Th Excerpta ex Theodoto. Clemente de Alejandra Exm Extraamiento del mundo. P. Sloterdijk Fab Fbulas. Higinio Fc Filosofa de la compensacin. O. Marquard Fel Felicidad en la infelicidad. O. Marquard Ffs Filosofa de las formas simblicas. E. Cassirer Fh La fbula del hombre. J. L. Vives Fip Los filsofos presocrticos. G.S. Kirk, J.E. Raven y M. Schofield Fmc Fundamentacin de la metafsica de las costumbres. I. Kant GA Gesamtausgabe. M. Heidegger GE Geschichte und Eschatologie. R. Bultmann Ges Geschichtsbegriff und Geschichtsinteresse. H. Lbbe GG Galileo Galilei: Sidereus Nuncius. H. Blumenberg Gn Gnesis Gne La gnosis y el espritu de la antigedad tarda. H. Jonas Gp Gua de perplejos. M. Maimnides H El hombre, su naturaleza y su lugar en el mundo. A. Gehlen Hch El hombre en el centro de la historia. K. Lwith He Hombre y espacio. O. Bollnow HH Los himnos de Hlderlin Germania y El Rin. M. Heidegger Hl El hombre de la luna. H. Blumenberg Hm Historia del mundo y salvacin. K. Lwith I Ideas relativas a una fenomenologa pura y a una filosofa fenomenolgica. E. Husserl Ian Una lectura de Kant. M. Foucault Iar La inquietud que atraviesa el ro. H. Blumenberg Icf Individuo y cosmos en la filosofa del Renacimiento. E. Cassirer Ih La idea del hombre y la historia. M. Scheler
Il Investigaciones lgicas. E. Husserl Is Isaas Jr Jeremas Kpm Kant y el problema de la metafsica. M. Heidegger KS Kosmos und System. H. Blumenberg Ktp Kavafis. Toda su poesa. K. Kavafis L La legitimacin de la Edad Moderna. H. Blumenberg Laa La aventura, el aburrimiento, lo serio. V. Janklvitch Lcj La ciencia jovial.La Gaya Scienza. F. Nietzsche Lm La muerte. V. Janklvitch Llm La legibilidad del mundo. H. Blumenberg Lg Lgica. I. Kant Lp Historia de la literatura como provocacin. H. R. Jauss M Mrgenes de la filosofa. J. Derrida Mbm Ms all del bien y del mal. F. Nietzsche Met Metafsica. Aristteles Meteor Meteorolgicos. Aristteles Mi De sui ipsius et multorum ignorantia. F. Petrarca MP Mmoires pour Paul de Man. J. Derrida MQ Meditaciones del Quijote. J. Ortega y Gasset Mr Mximas y reflexiones. J.W. Goethe Mv La metfora viva. P. Ricoeur N Naufragio con espectador. H. Blumenberg Nc La nueva ciencia de la poltica. E. Voegelin Nac De la naturaleza de las cosas. Lucrecio Nes Nuevos escolios a un texto implcito. N. Gmez Dvila Nie Nietzsche. M. Heidegger Not Notas. N. Gmez Dvila NPh Nietzsche. Philosophie de lternel retour du mme. K. Lwith Nt El nacimiento de la tragedia. F. Nietzsche Nyc Novelas y cuentos. Voltaire OC Edipo en Colono. Sfocles Od Odisea. Homero P Pensamientos. Pascal Pc La posibilidad de comprenderse. H. Blumenberg Pf La proposicin del fundamento. M. Heidegger PGd Pidiendo un Goethe desde dentro. J. Ortega y Gasset PH El piloto de Hiroshima. G. Anders Ph Phnomenologie und Anthropologie. E. Husserl Phaid Fedn. Platn Phc El puesto del hombre en el cosmos. M. Scheler Phil Filebo. Platn PhP Phnomenologische Psychologie. E. Husserl Pm Paradigmas para una metaforologa. H. Blumenberg Poet Potica. Aristteles Pol. Politeia. Aristteles Polit Poltico. Platn Pp La promesa de la poltica. H. Arendt. Ppa Prlogo para alemanes. J. Ortega y Gasset Pr Prometheus. H. U. von Balthasar
PrO El primer libro de Ortega. Julin Maras Prov Proverbios Psr Psicologa y religin.C.G. Jung Pyc Las palabras y las cosas. M. Foucault Pv Poesa y verdad. J. W. Goethe Qsp Qu significa pensar? M. Heidegger R La risa y el llanto. H. Plessner Ra El reaccionario autntico. N. Gmez Dvila Reg Regulae ad directionem ingenii. R. Descartes Ret Retrica. Aristteles Rgn La religin gnstica. H. Jonas Rmt La risa de la muchacha tracia. H. Blumenberg Rv Las realidades en que vivimos. H. Blumenberg S Die Stufen des Organischen und der Mensch. H. Plessner Sa Sobre los acantilados de mrmol. E. Jnger Sak Sakularisierung und Selbstbehauptung. H. Blumenberg Sc Salidas de caverna. H. Blumenberg Sda El Seor de los anillos. J.R.R. Tolkien Ses Sucesivos escolios a un texto implcito. N. Gmez Dvila Sgh El santo, el genio, el hroe. M. Scheler Sil El Silmarillion. J.R.R. Tolkien Sl Sobre la lnea. E. Jnger Sbs Seminario La bestia y el soberano. J. Derrida Svm Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. F. Nietzsche Sub Subjetividad. J. Ritter Sum. theol Summa Theologica. Toms de Aquino Sup Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida. F. Nietzsche Symp Banquete. Platn Syt Ser y tiempo. M. Heidegger T Textos I. N. Gmez Dvila Ta Temblores de aire, en las fuentes del terror. P. Sloterdijk Teh Teologa de la historia. H. U. von Balthasar TH Treatise of Human Nature. D. Hume Theait Teeteto. Platn Tm Trabajo sobre el mito. H. Blumenberg Tn Teologa del nuevo testamento. R.K. Bultmann Tp Teologa poltica I. C. Schmitt TpII Teologa poltica II. C. Schmitt Tr Tractatus lgico-philosophicus. L. Wittgenstein Tra El trabajador. E. Jnger Tt Tiempo de la vida, tiempo del mundo. H. Blumenberg UH ber den humanismus. M. Heidegger UW Vom Umsturz der Werte. M. Scheler Ve La vida del espritu. H. Arendt Vp Vida y Poesa. W. Dilthey VPh Die Verfhrbarkeit des Philosophen. H. Blumenberg VS Die Vollzhligkeit der Sterne. H. Blumenberg VU Vom Ursprung und Ziel der Geschichte. K. Jaspers WbM Wirklichkeitsbegriff und Mglichkeit des Romans. H. Blumenberg Za As habl Zaratustra. F. Nietzsche
Volvemos a preguntar: qu es el hombre? Un trnsito, una direccin, una tormenta que barre nuestro planeta, un retorno o un hasto para los dioses? No lo sabemos. Pero hemos visto que en esta esencia
enigmtica sucede la filosofa.
Martin Heidegger
Metaphora circula en la ciudad, nos transporta como a sus habitantes, en todo tipo de trayectos, con encrucijadas, semforos, direcciones prohibidas, intersecciones o cruces, limitaciones y prescripciones de
velocidad. De una cierta forma metafrica, claro est, y como un modo de habitar somos el contenido y la materia de ese vehculo: pasajeros, comprendidos y transportados por metfora. []
Pero, qu es lo que estoy haciendo desde hace un momento? He levantado anclas y voy a la deriva irresistiblemente. Intento hablar de la metfora, decir algo propio o literal a propsito suyo, tratarla como
mi tema, pero estoy, y por ella, si puede decirse as, obligado a hablar de ella more metaphorico, a su manera. No puedo tratar de ella sin tratar con ella, sin negociar con ella el prstamo que le pido para
hablar de ella.
Jacques Derrida
La filosofa es el conjunto de afirmaciones indemostrables y no contradecibles que se eligen desde el punto de vista de su capacidad de rendimiento. No son otra cosa que hiptesis, con la diferencia de que
no contienen ninguna indicacin de posibles experimentos u observaciones, sino que, exclusivamente, permiten entender algo que, de otro modo, permanecera totalmente desconocido y extrao para nosotros.
Hans Blumenberg
Cuando un hombre cae al agua, es el agua su problema; el nadador, en lugar de buscar algo fuera, se apoya, para flotar y sobrevivir, en el agua misma que amenaza anegarlo. No existe otro mtodo que este natatorio cuando nuestro problema es, ni ms ni menos, el de la realidad, es decir, cuando se trata de la
metafsica.
Julin Maras
Los problemas metafsicos no acosan al hombre para que los resuelva, sino para que los viva.
Nicols Gmez Dvila
INTRODUCCIN
Habentibus symbolum facilis est transitus.
Johann Daniel Mylius, Philosophia reformata (1622)
Quien quiera abordar filosficamente el problema del hombre no puede pretender satisfacer de
manera absoluta nuestras profundas ansias de seguridad ontolgica. Asumir semejante
compromiso, por ejemplo, mediante el proyecto de sacar a la luz la esencia del hombre, sera
condenar al fracaso la tarea de afrontar el problema de una realidad que tiene, valga la frmula,
problemas con la realidad. Sin embargo, con decir esto, no se quiere ciegamente dar crdito al
desprecio, muy habitual en nuestra poca, con el que se juzga todo intento por dar cuenta
metafsicamente de la esencia del hombre, as se trate de una actitud que, no obstante, merezca
ser explicada. Esto es as porque el problema aqu implicado no se reduce a encontrar un camino
adecuado para no incurrir en el pecado de construir teoras con vocacin ontoteolgica o
naturalista otra ontoteologa inconfesada , que conceptualicen rgidamente el trnsito del
hombre por el mundo, ocultando la variedad en la unidad, ignorando las mutaciones por el afn
de encontrar las regularidades y expulsando los elementos marginales por pretender defender los
lmites racionales de una definicin pura. Mucho menos se trata de un problema que se reduce a
mantener una actitud sistemtica de rechazo frente a cualquier consideracin esencialista de la
realidad humana, como si con ello se estuviese adoptando a priori una posicin filosfica y
humanamente sana. Sin negar totalmente el valor que puedan tener ambas actitudes, el inters por
rechazar aproximaciones sustancialistas ya sean metafsicas o cientifistas se puede entender
mejor como un sntoma histrico del problema de fondo, ms que como su factor constitutivo
originario. Hay algo del problema del hombre que se manifiesta en el deseo de no definirlo como
una substancia sin cambios, por lo que una comprensin de ese problema debe permitir explicar
no slo por qu en algunos momentos se ha querido con ahnco establecer la esencia del hombre,
sino tambin por qu, en otros momentos, lo que ms se ha deseado es evitar caer en una
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posibilidad as, considerndola como una trampa tanto para la filosofa como para el hombre
mismo. En pocas palabras, estamos ante un problema de origen hermenutico.
Para explicar la dificultad implicada en querer ponerle punto final a la bsqueda de una
definicin del hombre, no basta con argumentar una condicin de total impotencia intelectual o
una falta absoluta de recursos conceptuales. Tampoco se explica mediante el artilugio de afirmar
que nos encontramos en la etapa primitiva de una investigacin an por desarrollar, albergando
la esperanza de que en algn futuro no tan lejano podamos dar en el blanco. Si hay un fracaso en
una empresa as, ste debe ser entendido, ms bien, como la constatacin histrica de una
dificultad de orden trascendental y no como un mero asunto de lentitud en el avance de las
ciencias. El aparente desgaste con el que se habran topado muchos de los proyectos de
antropologa filosfica en el ltimo siglo, al por ejemplo delegar su responsabilidad a la ciencia
gentica, la neurofisiologa o a la poltica o a todas a la vez! , hay que verlo como una
manifestacin, entre otras, del profundo drama implicado en el proyecto de autoconfiguracin
humana que, en ocasiones, llamamos modernidad, y no como su causa. A pesar de que en
ocasiones semejante proyecto ha sido caracterizado como un planteamiento ms en el largo
guin de la existencia humana, hay que reconocer que termin desnudando la condicin
problemtica del ser humano en un inusitado estilo ontolgico, hacindonos dudar no slo de que
algo as como el hombre haya existido antes de la modernidad, sino tambin de que pueda
existir en ella, esto es, ahora, y no slo ms adelante dando por descontado que esto ltimo ya
se teme . En este sentido, la modernidad ha resultado ser la confirmacin del carcter aportico
de las condiciones de posibilidad de existencia del hombre. Apora que se puede resumir diciendo
que tales condiciones de posibilidad, abiertas en la modernidad, son las mismas que amenazan
con impedir su realidad. Slo descubrindose el hombre en un ocano insondable e indefinido
puede ser algo, pero ese mismo ocano profundo e indomable amenaza continuamente su
existencia, poniendo en riesgo no la vida de unos individuos o de una especie, sino, lo que
es ms grave, la posibilidad de que esa vida y esa existencia se desarrollen en un entorno de
significatividad y, con ello, el sentido que pueda tener aquello que, abreviadamente, llamamos
humano.
Al anunciar el fracaso de los proyectos antropolgicos esencialistas no se expone, por tanto,
una certeza a priori, que nos permitira trazar con seguridad la frontera entre lo que se puede
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conocer y lo que no, entre lo que se puede decir y aquello sobre lo que mejor sera callar, como lo
habra querido establecer, en un momento, uno de los ms grandes pensadores del siglo XX.1Se
trata, antes bien, de una experiencia concreta de la imposibilidad implicada en las condiciones de
posibilidad de una realidad. Vale la pena reiterarlo, al estilo del enunciado paradjico de una
deconstruccin que est en obra: as como ocurre con el hombre, aquello que hace posible la
tarea de pensar lo humano es lo que la imposibilita. No obstante, el movimiento de vaivn
inverso tambin existe: aquello que imposibilita la tarea es lo que la hace posible, de una forma
anloga al rgano-obstculo del que habla Janklvitch al pensar la muerte (Lm, 99-108),
potenciando una idea que ya estaba en las consideraciones de Bergson sobre la visin (Evc, 62-
63). Por lo que el fracaso merece aqu una revaloracin, que le haga justicia a nuestra finitud y
a nuestras contingencias, permitiendo ver, a travs de la rotunda inconsistencia y atrevimiento
de la pregunta por el ser del hombre, las ms certeras (pero no absolutas) posibilidades
humanas. En este orden de ideas, hay que aadir algo a la afirmacin que sirve de entrada a este
texto: la bsqueda reflexiva de una esencia de lo humano conduce al fracaso, por fortuna.
El propsito de la presente investigacin es mostrar la necesidad de defender la configuracin
prosaica de lo humano, que da a da hacemos todos con recursos provisionales y prestados,
descargndonos de los propsitos sobredimensionados implcitos en filosofas que abogan por un
encuentro directo con nuestra realidad ms cruda, o que defienden un proyecto de construccin
absolutista del ser del hombre que, en vez de salvarlo, termina ahogndolo. La propuesta que aqu
elaboramos, temporal, prosaica y prestada en suma, hipottica , como cualquier otra
elaboracin a escala humana, consiste en afirmar que la posibilidad de la existencia del hombre,
que en este trabajo se entiende en trminos de la existencia de un sentido de lo humano y, por
tanto, de un mundo con sentido para el hombre , depende de esa configuracin prosaica de
nuestro hogar, que cada maana hay que empezar nuevamente. Defendemos aqu que tal
elaboracin de mundos con sentido que slo existen mientras el hombre exista, y viceversa
se logra mediante el aprovechamiento de recursos simblicos v.g. la metfora, el concepto
que nos permiten poner una cosa en vez de otra, aplazando por fortuna el encuentro directo con
nuestra problematicidad ontolgica constitutiva. Cotidianamente los seres humanos trabajamos 1 Hacemos alusin aqu a la clebre proposicin final del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein, publicado en 1921, haciendo una modificacin, pues el texto dice: De lo que no se puede hablar, hay que callar [Wovon man nicht sprechen kann, darber mu man schweigen] (Tr, 7). Sobre esta proposicin vase ms adelante la nota 69 del Captulo 1.
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para tomar distancia del abismo nihilista, del absolutismo de una realidad inhumana que
continuamente amenaza con hundir el frgil sentido de nuestra existencia. Si el hombre llega a
ser algo, lo es como un modo de ser transitorio carente de ser propio: al no tener un puesto en el
cosmos, no le queda ms remedio que hacerse a un mundo con materiales prestados para
tener en l un lugar. Su condicin problemtica de ser abierto implica que tiene que trabajar su
ser ante la amenaza constante de la nada, tejiendo ropajes para vestir su ser desnudo, cocinando la
realidad cruda e insoportable, crendose un mundo significativo de smbolos que le permitan
sobrevivir, haciendo representable lo irrepresentable. El modo de ser humano consiste en diferir
el enfrentamiento con nuestra realidad; una realidad que no podemos mirar a los ojos sino
indirectamente, mediante rodeos y desplazamientos que constituyen la cultura. Por ello, pensar la
realidad del hombre slo es soportable filosficamente mediante y en metforas y conceptos,
diseminando una mundana prosa que no llega a su trmino, que no puede y no debe llegar
a su punto final, por ms vocacin de herosmo pico que tenga una filosofa, por ms temerario
sea su impulso de sumergirse en las profundidades, enfrentando aquello de lo que no podemos
hablar directamente sin quedarnos mudos. Filosofar es aqu pensar indirectamente nuestro modo
de ser indirecto. Si cabe definir una hiptesis de navegacin en esta investigacin filosfica, se
puede decir con brevedad que aqu se intenta pensar el hombre como si fuese una metfora.
Como buena hiptesis, en ningn momento pretendemos que sta sea considerada una respuesta
final al problema del hombre. Las soluciones finales no son humanas; son ms bien propias de
quienes creen poder actuar como dioses todopoderosos, en un tiempo en el que incluso la imagen
de Prometeo, el hroe constitutivo de toda una poca, merece ser elaborada a una escala
apropiada, acorde con nuestro tamao y no con el de un Titn. En este contexto, la hiptesis hace
formalmente caso a su contenido al ser entendida como un recurso metafrico para mantener la
nave a flote y no naufragar en el ocano del sinsentido; a la vez, se trata de un vehculo para
trasportarnos a travs del despliegue argumentado de un problema filosfico que en este trabajo
obtiene una de sus posibles elaboraciones.
La presente investigacin busca, por tanto, interpretar la discusin contempornea enmarcada
bajo el ttulo de la antropologa filosfica, sin pretender ser la continuacin estndar de las
distintas formas posibles como se ha reconstruido este debate filosfico. Pero esto es as no
porque se argumente la existencia de una mejor forma de articulacin de tal debate, que se
acercara mucho ms al ideal de una supuesta realidad histrica. En la medida en que una
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reconstruccin de un debate filosfico depende al ciento por ciento de los propsitos de que
quien la hace, obviamente, aqu no creemos en la posibilidad de hacer algo substancialmente
mejor a lo que se ha hecho con los distintos intentos de hacer historia de la antropologa
filosfica. No nos interesa tampoco hacer una historia semejante, as inevitablemente se
desprendan posibles imgenes generales de un debate como efecto no programado del ejercicio
deconstructivo. Lo que nos interesa ms bien es desplegar una tarea a la vez crtica y
hermenutica, que incluye tanto el examen de las condiciones aporticas de posibilidad de la
antropologa filosfica como proyecto filosfico moderno su historicidad , como la
elaboracin de una apropiacin valorativa de la misma, en trminos de su funcionalidad para
lidiar con nuestra problematicidad ontolgica constitutiva. Si la presente investigacin se ha de
enmarcar con el ttulo de la antropologa filosfica, no es porque tenga a una disciplina o a un
paradigma con ese nombre como marco de referencia, ni porque aqu se analice su substancia. Al
contrario, es porque aqu se intenta lidiar con sus posibles funcionalidades para la vida del
hombre, aplicndole una mirada antropolgicamente filosfica a la antropologa filosfica. No
partimos del puerto seguro de una antropologa filosfica ya consolidada, ni es sta el vehculo
que nos ha de trasportar; es ms bien entre los restos de su naufragio, en medio del mar, como
nos aprovechamos de ellos para navegar, hacindonos a una nave dctil para enfrentar las olas.2
En el mundo moderno, el acto de pensar y, por esa va, conocer al hombre, se ha constituido,
trascendental e histricamente, en una tarea aportica que suele tener que suponer alguna idea de
hombre, lo suficientemente firme como para hacer que el ejercicio mismo se despliegue, pero lo
suficientemente opaca como para permitir que la reflexin y la vida humana misma tengan
sentido. El compromiso inevitable con un concepto de hombre cualquiera, asumido como
presupuesto, parece pervertir per se la tarea de dar cuenta de lo humano como inquietud que
cotidianamente est por hacer, enfrentando paradjicamente la pregunta por el hombre y por
ende, a la antropologa filosfica con el mismo proyecto moderno de autoconfiguracin
humana que le ha dado vida.3 En este sentido, la ciencia del hombre como saber consolidado no
2 Como se explica con ms detalle ms delante, el presente trabajo se apoya tanto en la metafrica nutica, que ya Hans Blumenberg ha aprovechado como paradigma de metfora de la existencia en Naufragio con espectador: Paradigma de una metfora de la existencia [Schiffbruch mit Zuschauer. Paradigma einer Daseinsmetapher] de 1979, entre otros textos, como en la transformacin de la antropologa filosfica en antropologa escptica en la obra de Odo Marquard. 3 Al respecto, la famosa crtica de Heidegger al proyecto de la antropologa filosfica sintetizada en la nota 10 a su conferencia de 1938 La poca de la imagen del mundo [Die Zeit des Weltbildes]: La antropologa es aquella
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slo no es posible, sino que no debe serlo. Sin embargo, al mismo tiempo, la posibilidad de
radicalizar una incertidumbre as sostenida sobre lo que el hombre es o puede ser, desarrollada en
el marco de expectativas absolutas que an se mantienen as sea en su trasfondo , puede
fcilmente minar la posibilidad de mantener vivos unos contornos que le otorguen estabilidad a la
realidad humana, poniendo tambin en peligro el proyecto de autoafirmacin humana que hace
viable el mundo moderno, al amenazar con destruir su frgil seguridad ontolgica hecha a punta
de incertidumbres.
El problema antropolgico no es, por tanto, que la pregunta por el ser del hombre no tenga
ninguna respuesta, pues s las tiene y son muchas, ni que la tarea de configurar una reflexin
sobre la condicin humana nazca muerta por una imposibilidad esencial insalvable; pues si bien
en realidad es una tarea aportica, no por eso es imposible como tarea circular, que encuentra
respuestas posibles a su inquietud constante en la misma constatacin de la apora y de la
circularidad, en su recorrido.4 La obtencin de respuestas definitivas, que la pregunta por el
hombre secretamente anhela, pero descaradamente reniega para seguir siendo pregunta,
constituye una amenaza tan definitiva a nuestra seguridad ontolgica, como la radicalizacin
programada de las relativas incertidumbres sobre la que construimos da a da nuestro ser mvil.
Esta es la razn por la cual las empresas paralelas, pero no siempre coincidentes, de la
antropologa filosfica y de las ciencias del hombre, surgidas en la modernidad, hacen parte
tambin del problema del hombre, en virtud de los riesgos inherentes a sus particulares formas de
desplegarse, no siendo solamente un conjunto de respuestas posibles a la problematizacin de lo
humano que merecen, en todo caso, ser aprovechadas.
La antropologa filosfica y las ciencias del hombre conforman empresas de configuracin
reflexiva de la condicin humana que, como otras elaboraciones retricas modernas, responden a
los retos ontolgicos abiertos por una poca. Decimos aqu que son empresas modernas no en el
sentido secundario, y aqu irrelevante, de ser versiones, cercanas a nosotros, de la tarea metafsica
y relativamente constante de comprensin de nuestra existencia; hiptesis que valdra la pena interpretacin del hombre que, en el fondo, ya sabe qu es el hombre y por eso no puede preguntar nunca quin es. En efecto, si hiciera esta pregunta, tendra que declararse quebrantada y superada a s misma. Y cmo esperar semejante cosa de la antropologa, cuando lo nico que tiene que hacer propiamente es asegurar a posteriori la autoseguridad del subjectum? (Eim, 90). Sobre la deconstruccin heideggeriana de la antropologa filosfica vase el captulo 1 del presente trabajo. 4 Dice Gmez Dvila: Despus de definir al hombre tenemos que modificar inmediatamente nuestra definicin, porque la conciencia de esa definicin lo transforma (Esc, I, 17, 4).
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mantener en la medida en que nuestra capacidad para establecer los lmites de nuestra poca no
est totalmente fuera de duda. Decimos que son empresas modernas ms bien en el sentido de ser
el resultado de la aparicin del hombre como problema, ya que esto es lo que constituye la
modernidad. No es slo que la pregunta por el hombre sea un asunto moderno, sino que
justamente lo moderno es haber abierto la pregunta por el hombre, convirtindolo en la
posibilidad, el problema y la tarea fundamental de nuestra poca, o de la poca en la que la
nocin de poca hace poca por decirlo parafraseando a Hans Blumenberg (L, 455-477) .
En este sentido, al ser la posibilidad y el problema fundamental de una poca, la pregunta por el
hombre no puede ser considerada una tarea filosfica de menor rango, ni en sentido terico ni en
sentido prctico, hacindonos dudar del eventual carcter disciplinar y marginal de la
antropologa filosfica. Como preocupacin terica la pregunta antropolgica podra
fcilmente ser considerada la empresa ms ambiciosa de la filosofa y las ciencias modernas, al
mismo tiempo que es la ms evasiva en su formulacin, puesto que no slo exige cruzar las
fronteras (valga decirlo: necesarias) entre las ciencias naturales y las humanas, conquistadas da a
da y con tanto esfuerzo en el lapso de apenas dos siglos, sino que no puede ser planteada en
propiedad como tarea cientfica. Existe una dificultad inherente a todo esfuerzo por proponer y
realizar una empresa terica que tenga como objeto responder la pregunta por el hombre,
dificultad que va ms all tanto de los meros obstculos tcnicos en la obtencin y anlisis de
informacin, como de la ausencia temporal de un aparato conceptual apropiado que podra tal vez
ser elaborado en el futuro mediante esfuerzos interdisciplinarios. Parte de las razones y la
naturaleza de semejante dificultad constitutiva de todo proyecto antropolgico con vocacin
terica tendrn que ser expuestas a lo largo de esta investigacin (en los captulos 1 y 2, pero
tambin en el captulo 4). Podemos adelantarnos, sin embargo, sealando rpidamente y como
ejemplo que la primera paradoja de un proyecto como ste sera el tener como propsito dar
respuesta a una pregunta metafsica, que slo adquiere su preciso y actual sentido en el justo
momento en el que el desarrollo de los proyectos cientficos modernos, con abierta vocacin
antimetafsica, obligan a su explcita formulacin.
La pregunta por el hombre no es un asunto de mera especulacin terica o investigacin
emprica, sino una posibilidad conquistada y una necesidad inaplazable constitutiva del mundo
moderno. Al mundo moderno lo caracteriza la conquista de la posibilidad de preguntar por el
hombre. Pero esa pregunta, adecuadamente comprendida, no se echa al agua en pos de una
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definicin final, sino que es un cuestionamiento diario que obliga a construir, en las actividades
cotidianas, nuestro propio ser. Ganada a pulso tras largas batallas, la posibilidad de indagar por
nuestro propio ser y, por tanto, de elaborarlo, devino prontamente en una tarea prctica, con tan
profundas implicaciones metafsicas, nunca antes esbozadas, que no resulta extrao que en su
versin ms radical esto es, absoluta represente, irnicamente, la mayor amenaza posible
de la modernidad para la modernidad (como mostraremos en los captulos 3 y 4). Por razones
anlogas y, en ocasiones, por las mismas razones, la tarea de la antropolgica filosfica es
tambin una urgente necesidad, sin la cual buena parte de la modernidad del mundo moderno
puede venirse a pique.
Son innumerables las razones por las cuales la pregunta fundamental de la antropologa filosfica
no puede ser considerada una cuestin de menor rango en sentido prctico. A lo largo de la
presente investigacin, el lector podr encontrar muchos argumentos al respecto y que giran en
torno al propsito central de plantear filosficamente el problema. Por el momento baste con
enunciar rpidamente el problema prctico al que se enfrenta el hombre moderno. Hoy en da el
ser del hombre est en juego. Qu podamos entender por ser humano o por humanidad resulta
decisivo para nuestra vida diaria, no slo porque de ello depende el que podamos vivir una vida
con sentido, a nivel personal o social, sino porque de ello tambin depende el aparato jurdico-
poltico que establece los lmites a las acciones humanas, la interpretacin de los conceptos
morales en los que se basan nuestras valoraciones del mundo y nuestras decisiones, el sentido de
la prctica mdica y el futuro de la investigacin biolgica, y, finalmente, pero no en un lugar
menos importante, nuestra relacin con la naturaleza en general y no slo con la propia, por slo
proponer algunos pocos ejemplos. Resulta palmariamente evidente que tales problemas
acuciantes no pueden ser simplemente resueltos mediante la formulacin de definiciones
acabadas de lo humano que cancelen nuestros terrores y nuestras angustias, generados por las
amenazas continuas de una vida sin sentido en un universo inhumano. No slo porque las
definiciones no cancelan la angustia o el terror, as sean un valioso recurso para su elaboracin,
mediante el simple gesto de la denominacin. La cuestin no es en cada caso de mero
conocimiento terico lgicamente satisfactorio, de tranquilidad construida a punta de fronteras
categoriales y de conceptos estables, as no neguemos la necesidad de la ilusin jurdico-poltica
de la estabilidad, y as consideremos que los conceptos cumplen una funcin importante a la hora
de navegar. El problema ms bien radica en el asunto prctico de las decisiones que hemos de
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tomar, de las acciones que hemos de realizar y, ms bsico an, de los modos como hemos de
vivir. Cuando decimos que el ser del hombre est en juego decimos al mismo tiempo que el
sentido de lo humano corre riesgo; que el hombre est bajo amenaza significa que la posibilidad
misma de la significatividad peligra. Pero no porque esto sea una consecuencia necesaria de la
modernidad, antes bien, es porque el mundo moderno es el escenario en el que se hace
descaradamente evidente, de una forma que no deja de revestir alguna novedad, la
problematicidad ontolgica constitutiva del hombre. Hilar y precisar las mltiples dimensiones
de esta condicin humana frgil y amenazada requiere que se explique tambin por qu el
problema del hombre puede ser comprendido como la cuestin fundamental ms apremiante del
mundo moderno, constituyndose en uno de los propsitos parciales de esta investigacin.
La pregunta central que anima el presente trabajo filosfico no es tanto qu es el hombre?
sino, ms bien, cmo es posible el hombre? o, en otras formulaciones complementarias,
cmo es posible hacerse a un mundo significativamente humano en el que nuestra existencia
tenga algn sentido? y cmo es posible hacerse humanamente a una idea de hombre?. Para
tratar con tales cuestiones hemos adoptado una estrategia metodolgica que se nutre alternativa y
complementariamente sin querer negar las posibles tensiones de la fenomenologa, la
hermenutica existencial, la estrategia deconstructiva, la antropologa fenomenolgica e incluso
cierta amplificacin simblica; todos ellos modos de proceder que recibieron su impulso inicial
en los trabajos de Edmund Husserl, Martin Heidegger, Jacques Derrida, Hans Blumenberg y Carl
G. Jung, como sus ms destacados proponentes, respectivamente. Tales modos de filosofar han
sido tomados prestados aqu en calidad de usufructo y no de fieles discpulos, seguidores o
comentaristas. Tanto es as, que podemos encontrar aqu, en distintos momentos, no slo posturas
crticas frente a algunos planteamientos de estos autores, sino tambin metamorfosis en la marcha
de sus mtodos de reflexin, que se desatan a partir de otras posturas distantes o cercanas.
Lo anterior explica tambin por qu no se ha desaprovechado la oportunidad de nutrir este trabajo
de las enseanzas filosficas metodolgicas o no de pensadores muy dispares que, no
obstante, tienen en comn tambin el haberse enfrentado al problema del hombre, de una forma
que ha resultado muy til para la argumentacin, como Nicols Gmez Dvila, Odo Marquard,
Arnold Gehlen, Ernst Cassirer, Jos Ortega y Gasset, Helmuth Plessner, Otto Bollnow, Franco
Volpi, Peter Sloterdijk, Julin Maras o Immanuel Kant, etc.; junto a aquellos otros pensadores de
los que tambin hemos aprendido, as sea de una forma mucho ms indirecta: Joachim Ritter,
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Hans Jonas, Eric Voegelin, Karl Lwith, Max Scheler, Jacob Taubes, Hannah Arendt, Friedrich
Nietzsche, Michel Foucault, Ernst Jnger, etc.
Obviamente, aprovechamos tambin en el curso de la navegacin la obra siempre contempornea
de muchos autores clsicos, antiguos, medievales y modernos, por lo que enumerarlos a todos
sera ocioso. Al mismo tiempo, el lector encontrar referencias a algunos textos literarios, no
como mero objeto de anlisis sino como funcional recurso de amplificacin simblica, de
potenciacin de una hermenutica vital y de prctica textual diseminadora. Trabajando ms al
servicio de la presentacin filosfica (deconstructiva) de un problema que a la tarea exegtica o
histrica de comprensin de una obra o del decurso de una posicin terica, el presente trabajo
doctoral es ms una tesis problema5, con las implicaciones y compromisos que ello acarrea,
que una tesis de autor, esto es, una reflexin centrada en la obra de un nico pensador o en un
circuito de pensadores,6 as nos sintamos particularmente muy afines metodolgica y
propositivamente a la valiosa obra filosfica de Hans Blumenberg y tengamos tambin, por
tanto, como constante trasfondo los retos que ha planteado la permanente lectura y relectura de la
obra de Martin Heidegger.
Para ir presentando los elementos esenciales de la estrategia metodolgica de escritura y reflexin
que alienta esta investigacin, vale intentar decir unas pocas palabras preliminares sobre el
motivo por el cual en el pensamiento de nuestra poca existen recelos con respecto a las empresas
filosficas que pretenden definir la esencia del hombre. Pareciera que existiera el temor de que un
empeo as se pudiese constituir en una amenaza, que merece ser denunciada y condenada,
aunque no est siempre del todo claro qu es lo que est en riesgo. No podemos por supuesto
abandonar el deseo de formular una definicin de lo humano, que delinee los contornos
5 Por tesis problema tampoco entendemos aqu el proceder scholar consistente en rastrear analtica y sistemticamente la discusin de un problema en el conjunto de escritos de un pensador o en una de sus obras en especial, as como tampoco es el inters aqu reconstruir, en discusin argumentada con las posibles hiptesis de interpretacin, ya ofrecidas por una seleccin especialistas, la historia de la posicin de un autor o su sistema de pensamiento a partir del anlisis y comparacin de diversos pasajes dispersos en sus escritos y en los que se habla de un problema. No asumimos a priori la existencia de un problema antropolgico al que intentaramos dar respuesta filosfica, ya que en el presente trabajo, ms que deconstruir tesis antropolgicas, procuramos mostrar en el trayecto desconstrucciones no programadas de la problemtica antropolgica, siendo la problemtica lo que ms se problematiza. Ms adelante, a lo largo de los distintos captulos, el lector encontrar argumentos para dudar, por ejemplo, de la existencia de una conjunto de preguntas filosficas atemporales, hacindose nfasis en el carcter presente y actual esto es, moderno de lo que por economa hemos denominado problema del hombre, pregunta por el ser del hombre o pregunta antropolgica. Aqu tambin nos ocupamos, porque es inevitable, de lo humano de los problemas filosficos, de una cierta antropologa de las preguntas filosficas. 6 Trabajos que son los ms habituales en nuestro medio acadmico.
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conceptuales de su esencia, simplemente motivados por los hbitos intelectuales de una poca,
por la fuerza de los lugares comunes o por la constatacin ciega de un supuesto fin de la
metafsica que las trompetas apocalpticas no dejan de cantar. Si tenemos que dejar a un lado los
esencialismos y las sustancializaciones, si hemos de mirar con desconfianza las definiciones
seguras para reemplazarlas por otro tipo de abordajes, debe ser empero por una necesidad
inherente al problema mismo y no por una indefinida indisposicin hacia la metafsica, que
muy probablemente se ancle en unos compromisos metafsicos ms ptreos y dogmticos que
aquellos que pretende rechazar (hablamos aqu ms del rechazo positivista de la metafsica que
de su metamorfosis en esa segunda lengua de la metapsicologa y la psicologa profunda, de la
que ha hablado Peter Sloterdijk, que ve en la metafsica el sntoma de un furor perdido y
modernamente bajo control burgus Exm, 211-217 ).
La necesidad de orientar por un camino distinto la reflexin sobre lo humano, que no repita la
senda de las definiciones esencialistas, slo se hace evidente de modo satisfactorio en la medida
en que se confirme trascendentalmente la dificultad histrica que implica el surgimiento del
hombre como problema metafsico en la modernidad, algo que esperamos mostrar en la marcha.
Slo as se puede explicar por qu la tarea antropolgica ya no deseara ser algo distinto de lo que
es, aceptando, con una reconfortante sensacin de descarga, el no tener que demostrar o probar
los lmites claros y distintos de una sustancia que no existe. Hay que advertir, no obstante, que
semejante descarga de la pesadez metafsica, operada en el seno de la tarea antropolgica
contempornea, no implica una negacin definitiva ni un rechazo absoluto del inobjetable valor
de las sustancializaciones, como vehculos que nos permitan mediar con otras cargas, otorgndole
a nuestra amenazada existencia una fugaz y simulada, pero indispensable, seguridad ontolgica
temporal. De todas formas, algo se puede decir sobre la problemtica general de la empresa
terica de abordar la cuestin del hombre en el mundo moderno, antes de obtener una
confirmacin en la nave del hombre, esto es, antes de emprender la navegacin, poniendo a
prueba sus posibilidades sus posibles modos de ser y confirmando, en los valores modernos
y en los contextos modernos, las razones por las cuales nos hemos de desplazar de una
antropologa con vocacin de univocidad a una antropologa como tarea prctica de
configuracin prosaica de la existencia.
El problema a primera vista podra tener la apariencia de un desencuentro: el de una pregunta
supuestamente muy vieja en un mundo muy nuevo. Examinando el significado que puede tener
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en el mundo moderno la pregunta antropolgica, cabe afirmar que la actualidad de una pregunta
as, no es, como pudiese parecer, un esfuerzo de actualizacin de una tarea antigua que,
habindose perdido en los devaneos del tiempo, renace ante nuestros ojos gracias a una empresa
deconstructiva, que devela su sentido originario perdido tras siglos de rutinas filosficas. No se
trata aqu de desconocer el innegable valor con el que el pensamiento heideggeriano se enfrent
al problema del fin de la filosofa. Por ejemplo, Martin Heidegger pudo en su momento
transformar el amenazante fin de la filosofa que tan justo terror produce en el alma occidental
en el fin de un desvo, el de la ontoteologa, dndole un nuevo respiro a una actividad muy
antigua, al descargarla de viejos aparejos metafsicos con unos ms frescos. Sin embargo, no slo
hay que reconocer que de esos aparejos no nos podemos desembarazar, como si de trajes viejos
se tratase, puesto que an habitamos las milenarias estancias metafsicas, as ellas estn en ruinas
reconocimiento de una clausura que no llega a su fin, y que Jacques Derrida constat con
precisin gramatolgica (Dlg, 20). Tambin hay que reconocer que el sentido de la pregunta
antropolgica no es el de la recuperacin de una inquietud arcaica, que por anclarse en la antesala
ms remota del pensamiento, resulta ser la ms presente de todas las preguntas. La actualidad de
la pregunta por el hombre corresponde, ms bien, a su particular lugar y su singular funcin
dentro del entramado de preocupaciones que constituyen ese espacio multidimensional de sentido
que llamamos modernidad. Prueba de ello es el mismo trabajo de Heidegger, que intentando
recuperar una pregunta fundacional de la filosofa, la pregunta por el ser, no pudo hacerlo sino
replanteando la pregunta metafsica del mundo moderno: la pregunta por el hombre
hacindonos sospechar que el problema del ser era precisamente ese .
Siendo Heidegger uno de los ms destacados filsofos contemporneos en la tarea de plantear
abiertamente el problema del hombre como el asunto central de la filosofa de nuestro tiempo,
tambin es el principal objetor de todo proyecto de antropologa filosfica que no ponga en
cuestin sus conceptos fundamentales. El propsito de abordar la cuestin del hombre que anima
la presente investigacin no puede pasar por alto, empero, las objeciones heideggerianas y, por
ello, en el presente trabajo doctoral haremos uso de una antropologa more metaphorico, en el
sentido en el que Hans Blumenberg ha reavivado para nuestros tiempos el lugar de la metfora
para la filosofa con propsitos antropolgicos en particular, aquellas enseanzas
metaforolgicas interpretadas en el marco de sus reflexiones sobre el mito o en el marco de su
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teora de la inconceptuabilidad [Unbegrifflichkeit]7 ; un proceder metodolgico que se
desprende de la Destruktion heideggeriana de la metafsica.8 A la vez, defenderemos el valor
prctico de la tarea metafsica implicada en una antropologa de este tipo, siguiendo para ello la
ruta trazada por la antropologa escptica de Odo Marquard9 de la que hablamos con ms
detalle en el Captulo 1 . Ms que una respuesta terica que apela a una supuesta claridad y
distincin conceptual apriorsticamente enarbolada, nuestra reflexin responde a la necesidad
prctica de configurar metafricamente el problema del hombre; necesidad a la que la teora,
como praxis textual o simplemente como praxis tambin se subordina.
Al respecto, vale la pena poner un ejemplo. La divisin de la condicin humana en alma y
cuerpo, propia del dualismo metafsico occidental dominante, parece haber constituido para
muchos el principal escollo para comprender la verdadera esencia del hombre, constituyendo un
obstculo agotador e insalvable. Pero el dualismo alma-cuerpo, ms que ser un obstculo, se ha
convertido en un motor de las ciencias del hombre en el mundo moderno. Al habitar la frontera
cada vez ms necesaria en el mundo moderno entre el cuerpo y el alma, lo humano escapa
a todo esfuerzo por determinar su ser, a todo intento por dominar su espectro o su promesa
en los cauces metdicos de algn campo cientfico que quiera abrogarse el derecho de
7 Aunque ms adelante se comentan tesis clave de Paradigmas para una metaforologa [Paradigmen zu einer Metaphorologie] de 1960, uno de los primeros libros publicados de Blumenberg, a lo largo del trabajo se adopta una comprensin de la metfora ms cercana en su espritu a sus trabajos posteriores, principalmente Trabajo sobre el mito [Arbeit am Mythos] de 1979 y Aproximacin a una teora de la inconceptuabilidad [Ausblick auf eine Theorie der Unbegrifflichkeit], el apndice del ya mencionado Naufragio con espectador, tambin de 1979. Vase adicionalmente la publicacin pstuma Theorie der Unbegrifflichkeit, editada por Anselm Haverkamp en 2007. 8 Seguimos aqu la interpretacin ofrecida por Csar Gonzlez Cantn en su tesis doctoral de 2004 de la Universidad Complutense de Madrid, consignada con precisin en su ttulo: La metaforologa en Blumenberg como destino de la analtica existencial (vase tambin Gonzlez Cantn 2003 y 2005). Sobre cmo el pensamiento de Blumenberg es una reaccin a Heidegger vase: Villacaas (2004), Mller (2005, 50-59), Fragio (2010b). Como ya lo ha hecho tambin Alberto Fragio (2009, 261), en algunos de sus cuidadosos estudios sobre el pensamiento de Blumenberg, compartimos la opinin de la riqueza y valor del trabajo de Gonzlez Cantn, quizs uno de los ms completos e incisivos. 9 La antropologa escptica de Marquard implica el despliegue de una hermenutica escptica cuyo valor radica en cumplir de modo diverso funciones hermenuticas y antropolgicas (tales funciones son la pregunta cuya respuesta es la hermenutica), como, por ejemplo, compensar con una hermenutica literaria los excesos y riesgos implcitos en la idea de libro o texto absoluto (que slo provoca guerra civiles). Vase Pregunta por la pregunta cuya respuesta es la hermenutica (en Ap, 125-152). All tambin Marquard habla de la inevitabilidad de la metfora (as como en otros lugares habla de la necesidad de la narracin y del mito: en Ap, 99-123; Fc, 63-67): toda filosofa se ve obligada a pensar con metforas. Para que salga un buen grog suele estimarse que el agua es prescindible, que el azcar es aconsejable, pero que el ron es absolutamente necesario. Respecto a la filosofa vale una receta semejante: puede o no estar formalizada, conviene que posea una terminologa, mas su estructura metafrica es absolutamente necesaria; de lo contrario no merecera la pena, en el primer caso, beber y, en el segundo, filosofar. (Ap, 127). La misma metfora la expone Marquard en su discurso en memoria del filsofo de Lbeck, la mejor introduccin hecha hasta ahora a su pensamiento, titulado Descarga del absoluto [Enlastung vom Absoluten] (en Fc, 116).
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investigarlo en propiedad. Habitante de los intersticios que separan y a la vez vinculan a las
ciencias modernas, la pregunta por el hombre no slo es una inquieta cuestin, que no encuentra
lugar sino navegando en el imposible lugar metafsicamente instituido entre las ciencias
naturales y las ciencias del espritu; tambin constituye la inquietud misma que sacude, como
pregunta de fondo nunca directamente abordada, a todo el proyecto cientfico de la modernidad.
Cierto fracaso de las ciencias modernas es la victoria de lo humano en la modernidad.
Que del hombre en cuanto tal, como tema de estudio, poco o nada hayamos querido saber, si lo
comparamos con todo lo que en nuestro tiempo sabemos gracias a nuestra voluntad de poder,
constituye otro sntoma antropolgico de su problematicidad. Eludimos la cuestin del hombre
para poder avanzar (es decir, simplemente hacer) el trabajo cientfico y filosfico
especializado, suponiendo que el asunto est resuelto, que no es relevante, no es necesario o
simplemente renunciando a l, argumentando que no se puede responder cuando no es
suplantado por otra discusin, como Dios o el cerebro . Al mantenerlo en ese nivel de
oscuridad, al sostenerlo hundido en el denso fondo de nuestras preocupaciones actuales, ponemos
al descubierto nuestra indefensin, la carencia de instrumentos espontneos para abordar el vaco
substancial sobre el que giramos. Nuestra poca se ha construido sobre el problema irresoluble
en sentido absoluto, no relativo del hombre, no slo porque toda ella es un conglomerado
dispar de esfuerzos por resolverlo, sino tambin porque sobre el olvido o represin de lo
problemtico del problema se elevan todas las dems preocupaciones de nuestra civilizacin. El
hombre moderno ha querido en ocasiones dejar a un lado, como una preocupacin no humana,
extra-mundana, esto es, metafsica, la cuestin ms humana y la que ms le compete a diario:
su ser.
Todo ello, se entiende, como una estrategia, entre otras, para sobrevivir humanamente, en la
medida en que necesitamos de cierta distancia de la metafsica, de un alivio para poder andar sin
cargas tan pesadas, de algo de aire para una respiracin humana10. Al habitar un problema
metafsico tambin nos podemos ahogar, si renunciamos a intentar nadar sobre unas aguas que no
dominamos. Tanto es as que la pregunta por el hombre, de la que se ocupa la antropologa
filosfica, se encuentra completamente dispersa, en fracciones difcilmente compatibles y no
articulables, en cada una de las ciencias cultivadas en el mundo moderno; la antropologa 10 En el fragmento de la carta de Franz Kafka a Max Brod del 7 de agosto de 1920 que sirve de epgrafe al primer captulo de la primera parte de Trabajo sobre el mito de Blumenberg (Tm, 11).
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filosfica permanece sin lugar propio en el trabajo universitario y ni las filosofas llamadas a
darle unidad pueden enfrentar satisfactoriamente el reto. No se trata de una queja; en
absoluto hay que considerar la bsqueda de unidad o consenso un imperativo. Se trata de una
efectiva constatacin que pone de manifiesto la presencia de una dificultad filosficamente
significativa en virtud de su ausencia programada. La ciencias humanas que estrictamente
hablando son todas, as no sepamos siempre qu es el hombre que las constituye son otra
prueba fehaciente de que la pregunta por el hombre es la cuestin fundacional del hombre
moderno, aquella que atraviesa todos su proyectos de conocimiento. Pero justamente, por ello, es
la cuestin ms obviada, olvidada o descuidada de todas; no por falta de voluntad, porque los
proyectos cientficos modernos se multiplican sin cesar buscando asir lo humano, sino por una
carencia de instrumentos propios para trabajar con nuestra problematicidad ontolgica. La
carencia no es slo aqu la indefensin que nos obliga a tener instrumentos, sino tambin y sobre
todo no tener un nosotros mismos con el que trabajar, no tener un ser propio y no poder ser en
propiedad.
Aunque Martin Heidegger quiso emprender la tarea de una recuperacin de la pregunta eludiendo
inteligentemente el trmino hombre, que inexorablemente remita tanto a la metafsica
fisicalista de los positivistas, como a la metafsica del alma cristiana o al dualismo cartesiano, su
empeo trascendental por descargar de contenidos la reflexin filosfica, heredado de la epoj
fenomenolgica husserliana, habra vaciado hasta cierto punto de realidad su analtica existencial
del Dasein la crtica es de Jorge Eduardo Rivera (2007, 80-81), la explicacin nuestra . Max
Scheler llevara a cabo un ejercicio muy distinto, al querer que su propuesta de un hombre
espiritual se constituyese en una superacin del dualismo, gesto que puede constituirse en la
forma ms ineficaz de superarlo. Pero el trabajo del primer Heidegger y el del anciano Scheler
son slo dos entre los variados aportes a la cuestin antropolgica en la filosofa del siglo XX,
por lo que no hay que pensar que el problema surge de una decisin de su voluntad. El mismo
Heidegger, pero tambin Cassirer, Gehlen y ms tarde Marquard, han tenido razn en subrayar
cun esencial ha sido y es la antropologa para la poca moderna. Ser moderno no es solamente
saltar a caballo por el tema del hombre, reprimir la pregunta, como paradjicamente podemos
constatar; ser moderno es preguntarse, quiz por vez primera, por el hombre.
Cmo hacer naves con olas? Si pretendiramos abordar la cuestin del ser del hombre con una
teora pura, nos encontraramos rpidamente con reservas, objeciones y tropiezos que a duras
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penas nos dejaran cruzar el umbral de la puerta. Si de lo que se trata es de buscar un enunciado
que establezca lo que el hombre es, el punto de partida de una empresa as no puede ser otro que
el uso de la palabra hombre en algn sentido especfico. En este sentido, podra plantearse la
investigacin terica como un empeo metdicamente establecido de superar toda aproximacin
inicial al concepto, que se supone incompleta o superficial, para acceder a un concepto ms
elaborado, profundo o elevado. Sin embargo, proponer un camino terico de esta ndole, no slo
implicara suponer que la aproximacin inicial es un modo inadecuado de concebir al hombre,
sino tambin que tal tarea de superacin es necesaria. Cavar en lo profundo de un concepto,
ahondando en el fango infra-categorial sobre el cual nada, para ir ms all de sus sentidos
usuales y as aclarar su significado fundante, originario o esencial, no es per se un propsito
justificado, ni es una investigacin que se legitime automticamente a s misma. De la misma
manera, elevarse por encima de las concepciones recurrentes, para desprenderse de las cargas
locales de sentido, que no slo se suceden sino que coexisten en cada iteracin del trmino
hombre, orientndose hacia una generalizacin cada vez ms abstracta y desprendida de los
diversos contextos de ocurrencia, tampoco es una empresa que tenga por s misma valor.
Trascendiendo los conceptos usuales mediante la bsqueda escalonada de una perspectiva
celestial o auscultando analticamente su anatoma semntica profunda en el inframundo de la
inmanencia, mirando hacia arriba o hacia abajo, por ms justificaciones que se ofrezcan de las
empresas as diseadas en relacin con algn valor digno o elevado, sea este la claridad, la
precisin, la exactitud o el conocimiento de una verdad lo ms distante posible de las apariencias,
lo ms probable es que nos alejemos de lo que significa para nosotros, y a cada momento, ser
humanos.
Lo dicho no implica que se deba renunciar a los tratos elevados o profundos con el concepto para
desarrollar en su lugar una teora que permanezca esttica en el medio. De lo que se trata es,
ms bien, de comprender la funcin del abordaje terico en el contexto del problema del hombre.
El trato terico con el concepto hombre implica asumir la posibilidad de establecer los
contornos que limitan los posibles y efectivos usos de un trmino en una lengua dada; implica
creer en la posibilidad de hallar lgicamente, esto es, en el lenguaje, algn lmite de las mltiples
variaciones de lo mismo como lo sugiere la variacin eidtica husserliana (Php, 9) . Lo
que no se puede hacer, sin embargo, desatendiendo olmpicamente la dinmica contingente del
significado, desestimando el poder de los desplazamientos semnticos el poder metamrfico
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de las metforas, que pululan en toda lengua . Para echar un vehculo a andar no se puede
ignorar abiertamente los recursos de navegacin y el medio en el que se navega. Ya sea que mire
hacia arriba, hacia abajo o en el medio, el tratamiento terico se alimenta de la ilusin de
conquistar cierta univocidad fundada o justificada del concepto, persiguiendo la estabilizacin y
el aseguramiento del texto. Pero no lo hace por un simple terco empeo de negacin de la
realidad. En la debacle dinmica que es la funcin de sentido de todo texto, en la diseminacin
inherente a todo acto de escritura, las empresas de aseguramiento del sentido, con sus teoras y
conceptos, constituyen una salvaguarda al desbordamiento incontrolado del sentido; son, por
decirlo as, navos que nos quieren ayudar a nadar entre ocanos turbulentos. Si la investigacin
con vocacin terica que aborda el concepto hombre persigue un concepto mejor, navegando
en otro que considera insuficiente, no es slo porque tema que el concepto bsico y presente
que le sirve de vehculo pronto se hunda en virtud de sus huecos o de su peso, sino tambin
porque, como tabla de flote, hecha del mismo material bsico del mar en el cual se halla, es cada
vez y siempre un recurso provisional, tan finito como aqul que quiere agarrarse a l y en l
sobreaguar. No olvidemos que todo barco que sea construido con la pretensin de nunca
hundirse, tarde o temprano terminar en el fondo del mar.
El proceder de la reflexin que aqu se desarrolla no pretende extraer consecuencias ontolgicas
de una postura metodolgica previamente adoptada, sino que es plenamente consciente de la
mutua implicacin que hay entre los contenidos antropolgicos y el modo de aproximarse a ellos.
Por lo que tambin se asume que un ejercicio como el que aqu se plantea, de naturaleza circular,
obliga a la presentacin diacrnica y fracturada de una tesis que requiere de su comprensin
previa para su comprensin. Frente al riesgo de prdida, se le pide al lector ser comprensivo y
tener en cuenta que no necesariamente el orden de la exposicin empata con el orden de la
argumentacin.
En la medida en que este trabajo de investigacin es un proyecto filosfico, no sobra reconocer
desde un comienzo que opera heredando un lenguaje y unos modos de proceder que no son
nuevos y que se han articulado en varios de los textos que sirven de fuentes primarias para la
reflexin. Pero tales herencias no nos comprometen a asumir un derrotero nico en el propsito
aqu trazado de plantear filosficamente un problema, al orientarnos con una tesis que intenta
provisionalmente darle respuesta no por obvia modestia sino por consistencia interna con lo
que la tesis enuncia . No se trata aqu ni de una bsqueda de explicaciones bajo el marco de un
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aparato terico excluyente, ni es tampoco este trabajo la aplicacin sistemtica de un mtodo de
reflexin a la espera de conclusiones que se desprenden de premisas inicialmente concedidas. Si
la presente investigacin se compromete filosficamente con algo, es, ms bien, con una pesquisa
en la que se intenta dar cuenta de un acontecimiento: el de la deconstruccin no programada
del ser del hombre en la modernidad, mediante distintos movimientos de navegacin, yendo-a
y volviendo-de distintos textos, autores y problemas, haciendo los rodeos necesarios para circular
filosficamente en torno a remolinos inapresables y tomando prestados las metforas y los
conceptos que ms oportunamente se adapten a la funcin de sealar un camino de pensamiento.
En breve, el movimiento hermenutico ser de ida y vuelta (hin und zurck)11. Esto es as porque
asumimos de entrada las tareas tericas como una forma de praxis existencial, que como otras,
est tambin al servicio de la vida incluso o sobre todo cuando a algunos les parece que toma
demasiada distancia de ella . El ejercicio de investigacin que el lector tiene en sus manos no
puede por ello pretender ser otra cosa que una navegacin ms por un ocano ya muchas veces
navegado y lleno de barcos.
Para comenzar en materia e ir desarrollando los puntos clave de este trabajo en cada uno de los
captulos, resulta conveniente preparar al lector con respecto a la forma como aqu trataremos los
conceptos y las metforas, as ya hayamos dicho algunas cosas al respecto y as existan pasajes
ms adelante donde estas cartas se pondrn otra vez sobre la mesa, argumentadas con base en la
discusin del problema antropolgico que articula el trabajo. Trminos clave a los que apelamos
a lo largo de toda la investigacin, como son, por ejemplo, distanciamiento, elaboracin,
recepcin, rodeo, trabajo, descarga, compensacin, trato hermenutico y
deconstruccin, pero tambin significatividad, funcionalidad, rendimiento vital,
retrica, antropologa, smbolo o metfora, etc., no los entendemos como conceptos
puros con sentidos establecidos e invariables, si bien somos conscientes de que han sido
tomados prestados de textos filosficos con articulacin argumentativa propia, en los que el
11 La idea de caracterizar la incursin filosfica en trminos de ida y vuelta aparece implcita en el ttulo de una de las ediciones pstumas de textos de Blumenberg hecha por Manfred Sommer: Zu den Sachen und zurck (Hacia las cosas y de vuelta), donde se juega con el lema de la fenomenologa A las cosas mismas!. Sobre el lema fenomenolgico vase nuestro comentario en la seccin 2.4 de la presente tesis. El tema de la ida y la vuelta lo ha trabajado Otto Bollnow en Hombre y espacio [Mensch und Raum] de 1963 (He, 59-60, 81-173), donde se usa explcitamente la expresin hin und zruck (He, 81) que aqu hemos tomado prestada para hacer referencia no slo a los modos de ser del hombre algunos oscilatorios, otros en una sola va sino sobre todo para caracterizar el proceder hermenutico que desplegamos a lo largo de los captulos de esta investigacin, siguiendo la orientacin del propio Blumenberg.
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desempeo del concepto, para ser funcional, depende de una relativa continuidad de sentido
tanto como depende de las discontinuidades de sentido . Aqu, el uso recurrente de tales
conceptos le permitir al lector ir asentando el hilo conductor de sentido que vincula cada una de
sus apariciones, pero en este tejido no esperamos iluminar todos los conceptos con la oscuridad
de uno solo, sino ms bien mutuamente apoyar la parcial opacidad de cada uno de ellos en su
trato cercano y provisional con la parcial luminosidad de los dems, con lo que no siempre se
ilumina todo, sino que se mantiene un juego alterno de luces y de sombras respetuosamente
guardadas. En el conjunto de conceptos utilizados en esta investigacin no debe buscarse un
rgimen gobernado por alguno de ellos en particular, sino una aristocracia funcional, que acepta a
sus integrantes sin necesariamente ser estos de noble cuna, con divisin de poderes y lo
suficientemente dinmica como para permitir jerarquas temporales entre iguales. No hemos
pretendido privilegiar per se uno solo de los sentidos en los que alguno de tales conceptos haya
sido alguna vez utilizado, sino que nos aprovechamos premeditadamente de las explosiones de
sentido y la multiplicidad de referencias que puedan evocar o invocar, potenciando mediante
asociaciones una forma de comprensin simblica y holstica que fluye sin contornos
permanentes ni siempre fijos.
Se podra decir que aqu no se trata tanto con conceptos unvocos, sino ms bien con metforas,
que en sus mltiples iteraciones, cuya significatividad no pretendemos controlar, se nutren unas a
otras. La presente investigacin no