la noche en el cementerio

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LA NOCHE EN EL CEMENTERIO Una noche fría de invierno el sepulturero caminaba por las calles oscuras del antiguo cementerio abandonado de Horcajo. De repente, el hombre escuchó el ruido de un coche que acababa de parar frente a la puerta. El hombre vio a lo lejos la silueta de una persona bajarse del automóvil y pudo ver a la lejanía que era el alcalde. Al verlo, el sepulturero rápidamente se escondió tras las lápidas que había frente a la puerta para observar lo que el alcalde hacía allí. El alcalde abría el maletero de su coche y tras mirar a un lado y a otro y ver que no había nadie, o eso se pensaba, cogió un saco con forma sospechosa y lo arrastró hasta la puerta del cementerio, abrió esta y siguió arrastrando el saco hasta encontrarse al lado de una fosa. Dejó el bulto, volvió al maletero y cogió una pala. Mientras, el sepulturero fue a ver lo que había en el saco, abriéndolo para comprobar que era un cuerpo inerte. El hombre se quedó paralizado unos instantes, pero se recuperó del shock al oír cerrarse de golpe la puerta del cementerio. Se volvió a esconder rápidamente, mientras que el alcalde con la pala en la mano sacó el cuerpo del saco, lo tiró bruscamente al hoyo y comenzó a tirar tierra encima de él. En ese instante, el sepulturero se resbaló, tirando un jarrón de una de las fosas, saliendo de su escondite. El alcalde al percatarse del sepulturero salió detrás de él, pero tropezó, cayendo dentro de la fosa y quedó inconsciente. El sepulturero se acercó y al llegar a su altura pudo ver al alcalde tirado dentro. Lo sacó y lo reanimó, recuperando la consciencia: - ソQué haces aquí? –le dijo el sepulturero al alcalde. - No te lo puedo decir o sino me matarán –contestó. Tras ese breve diálogo el sepulturero se abalanzó contra él, con tan mala suerte que al caer sobre el alcalde, lo tiró, dándose con una lápida en la cabeza, muriendo. El sepulturero asustado, decidió enterrar al alcalde y a su víctima. Cuando se disponía a salir de aquel lugar una patrulla de la Guardia Civil llegó al cementerio. Bajando de su coche le preguntaron: - Nos han avisado de que en el cementerio había muchos ruidos extraños. ソHa visto usted a alguien? El sepulturero asustado, tiró la pala que lleva en la mano y salió corriendo hacia el coche del alcalde, se subió y empezó a huir. Los guardas fueron tras él y tras una persecución por todas las calles de Horcajo de Santiago lo cogieron, tras lo cual el sepulturero confesó qué había sucedido en esa larga e intensa noche. El sepulturero fue apresado y llevado a la cárcel. Javier López Campos Samuel Díaz García Miguel チngel Juárez Fernández

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LA NOCHE EN EL CEMENTERIO

Una noche fría de invierno el sepulturero caminaba por las calles oscuras del antiguocementerio abandonado de Horcajo. De repente, el hombre escuchó el ruido de un coche queacababa de parar frente a la puerta. El hombre vio a lo lejos la silueta de una persona bajarsedel automóvil y pudo ver a la lejanía que era el alcalde. Al verlo, el sepulturero rápidamente seescondió tras las lápidas que había frente a la puerta para observar lo que el alcalde hacía allí.

El alcalde abría el maletero de su coche y tras mirar a un lado y a otro y ver que no habíanadie, o eso se pensaba, cogió un saco con forma sospechosa y lo arrastró hasta la puerta delcementerio, abrió esta y siguió arrastrando el saco hasta encontrarse al lado de una fosa. Dejóel bulto, volvió al maletero y cogió una pala. Mientras, el sepulturero fue a ver lo que había enel saco, abriéndolo para comprobar que era un cuerpo inerte. El hombre se quedó paralizadounos instantes, pero se recuperó del shock al oír cerrarse de golpe la puerta del cementerio. Sevolvió a esconder rápidamente, mientras que el alcalde con la pala en la mano sacó el cuerpodel saco, lo tiró bruscamente al hoyo y comenzó a tirar tierra encima de él. En ese instante, elsepulturero se resbaló, tirando un jarrón de una de las fosas, saliendo de su escondite. Elalcalde al percatarse del sepulturero salió detrás de él, pero tropezó, cayendo dentro de la fosay quedó inconsciente. El sepulturero se acercó y al llegar a su altura pudo ver al alcalde tiradodentro. Lo sacó y lo reanimó, recuperando la consciencia:

- ¿Qué haces aquí? –le dijo el sepulturero al alcalde.

- No te lo puedo decir o sino me matarán –contestó.

Tras ese breve diálogo el sepulturero se abalanzó contra él, con tan mala suerte que al caersobre el alcalde, lo tiró, dándose con una lápida en la cabeza, muriendo. El sepultureroasustado, decidió enterrar al alcalde y a su víctima. Cuando se disponía a salir de aquel lugaruna patrulla de la Guardia Civil llegó al cementerio. Bajando de su coche le preguntaron:

- Nos han avisado de que en el cementerio había muchos ruidos extraños. ¿Ha vistousted a alguien?

El sepulturero asustado, tiró la pala que lleva en la mano y salió corriendo hacia el coche delalcalde, se subió y empezó a huir. Los guardas fueron tras él y tras una persecución por todaslas calles de Horcajo de Santiago lo cogieron, tras lo cual el sepulturero confesó qué habíasucedido en esa larga e intensa noche. El sepulturero fue apresado y llevado a la cárcel.

Javier López Campos

Samuel Díaz García

Miguel Ángel Juárez Fernández