La Pedagogía Inclusiva (5)

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IV. Inclusión histórica y vocacional: la persona posee una historia y es capaz de realización 10. La Dimensión de vocacional y autorrealización. Somos seres históricos y no solo seres en el tiempo. Somos seres históricos y capaces de realización. Esta característica es importante para la educación. Si no tenemos una capacidad de realización a través del tiempo no podemos educarnos. La historicidad del educando no es solo tener en cuenta su historia pasada sino, también, su proyección futura: su vocación. No podemos educar sino conocemos al educando, su vida: debilidades (problemas, sufrimientos y angustias) y fortalezas (talentos, habilidades y aptitudes). Debemos sanear las primeras y fortalecer las segundas. El hombre ser-en-el-tiempo, El hombre es un "ser en devenir": está en marcha. Y como caminamos nos convertimos en peregrinos, desplegándonos entre un "antes" y un "después". Esta realidad nos hace personas en continua situación de decidir, de autodeterminarnos. Somos seres-en-constante-decisión. Aún aunque no queramos hacerlo lo estamos haciendo ya que esta es nuestra situación existencial. Yo ahora soy lo que soy por mis decisiones ante las circunstancias, pero podría ser de mil maneras diferentes, pero en el fondo sería YO mismo. Ortega y Gasset decía “Yo soy yo y mis circunstancias” (ORTEGA Y GASSET J., "Meditaciones del Quijote", Madrid, 1975, p. 30) El presente es fruto del pretérito y anticipación del futuro. El hombre es ahora "por algo" (por lo que ha sido) y "para algo" (para lo que será) (Cf. RUIZ DE LA PEÑA J.L., "La otra dimensión", Santander, 1986, 3a. edic, pp. 18-23.). El hombre está siempre motivado desde el pasado que se hace presente mediante el recuerdo y proyectado hacia un futuro cargado de esperanzas. Sin el hombre habría "movimientos", pero no "tiempo" propiamente dicho, porque faltaría el espíritu que lo hace presente recordando el pasado y esperando el futuro. El ser humano no sólo vive en el tiempo, sino que es histórico. Porque el hombre tiene la capacidad de decisión: puede ir articulando sus opciones libres a través del tiempo. Por eso tiene historia, personal y comunitaria. Sólo el hombre es un ser- histórico, porque es libre. Puede modificar su vida corpórea y espiritual, construyendo así su propia existencia. El hombre puede anticipar su futuro, se puede proyectar en la planificación. "El hombre no tiene una naturaleza ya hecha que basta desarrollar, sino que debe crear su propia naturaleza en forma de cultura" (EID V., "El concepto de autonomía y su importancia ético-social", en rev. Concilium, n 8 192, 1984, p. 207). Pero como el hombre es esencialmente comunitario la historia la construye con otros. Mi historia es un collage de partes de historias compartidas que también son de otros. Nuestra historia es una historia-con-otro, la historia-con-otro forja la cultura de un pueblo y nos vincula con el tú del pasado que me enriquece. La enseñanza se basa en la historia-con-otro a través de nuestros próceres, de personajes ejemplares pero también de aquellos que nos han dejado sus investigaciones

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Inclusión histórica y vocacional: la persona posee una historia y es capaz de realización10. La Dimensión de vocacional y autorrealización.11. La Dimensión Histórica. Pedagogía de la Identidad y de la esperanza.

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IV. Inclusión histórica y vocacional: la persona posee una historia y es capaz de realización

10. La Dimensión de vocacional y autorrealización. Somos seres históricos y no solo seres en el tiempo. Somos seres históricos y

capaces de realización. Esta característica es importante para la educación. Si no tenemos una capacidad de realización a través del tiempo no podemos educarnos.

La historicidad del educando no es solo tener en cuenta su historia pasada sino, también, su proyección futura: su vocación.

No podemos educar sino conocemos al educando, su vida: debilidades (problemas, sufrimientos y angustias) y fortalezas (talentos, habilidades y aptitudes). Debemos sanear las primeras y fortalecer las segundas.

El hombre ser-en-el-tiempo, El hombre es un "ser en devenir": está en marcha. Y como caminamos nos convertimos en peregrinos, desplegándonos entre un "antes" y un "después".

Esta realidad nos hace personas en continua situación de decidir, de autodeterminarnos. Somos seres-en-constante-decisión. Aún aunque no queramos hacerlo lo estamos haciendo ya que esta es nuestra situación existencial.

Yo ahora soy lo que soy por mis decisiones ante las circunstancias, pero podría ser de mil maneras diferentes, pero en el fondo sería YO mismo. Ortega y Gasset decía “Yo soy yo y mis circunstancias” (ORTEGA Y GASSET J., "Meditaciones del Quijote", Madrid, 1975, p. 30)

El presente es fruto del pretérito y anticipación del futuro. El hombre es ahora "por algo" (por lo que ha sido) y "para algo" (para lo que será) (Cf. RUIZ DE LA PEÑA J.L., "La otra dimensión", Santander, 1986, 3a. edic, pp. 18-23.).

El hombre está siempre motivado desde el pasado que se hace presente mediante el recuerdo y proyectado hacia un futuro cargado de esperanzas. Sin el hombre habría "movimientos", pero no "tiempo" propiamente dicho, porque faltaría el espíritu que lo hace presente recordando el pasado y esperando el futuro.

El ser humano no sólo vive en el tiempo, sino que es histórico. Porque el hombre tiene

la capacidad de decisión: puede ir articulando sus opciones libres a través del tiempo. Por eso tiene historia, personal y comunitaria. Sólo el hombre es un ser-histórico, porque es libre. Puede modificar su vida corpórea y espiritual, construyendo así su propia existencia. El hombre puede anticipar su futuro, se puede proyectar en la planificación.

"El hombre no tiene una naturaleza ya hecha que basta desarrollar, sino que debe crear su propia naturaleza en forma de cultura" (EID V., "El concepto de autonomía y su importancia ético-social", en rev. Concilium, n8 192, 1984, p. 207).

Pero como el hombre es esencialmente comunitario la historia la construye con otros. Mi historia es un collage de partes de historias compartidas que también son de otros.

Nuestra historia es una historia-con-otro, la historia-con-otro forja la cultura de un pueblo y nos vincula con el tú del pasado que me enriquece.

La enseñanza se basa en la historia-con-otro a través de nuestros próceres, de personajes ejemplares pero también de aquellos que nos han dejado sus investigaciones

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y descubrimientos para que los aprendamos. Esto no se bebe solamente en Historia sino en toda ciencia donde alguien dejo su legado a través de su historia.

Decir que el hombre es un ser histórico equivale a decir que realiza la propia existencia a partir de un nivel cultural alcanzado por otras generaciones, en tensión esencial hacia un futuro lleno de posibilidades.

Esto es clave en la escuela, se trasmite un contenido heredado, el joven lo interpreta, lo asimila, lo adapta a su realidad personal para proyectarlo en su futuro próximo: personal, laboral o profesional.

11. La Dimensión Histórica. Pedagogía de la Identidad y de la esperanza. Los seres humanos somos sujetos históricos, tenemos la capacidad de hacernos,

construirnos y de hacer y rehacer permanentemente la sociedad. Vivir es hacerse, construirse, soñarse, inventarse, llegar a desarrollar todas las potencialidades. En la actualidad, el conformismo, el gregarismo y la imitación se imponen a través de la publicidad, el consumo y los medios de comunicación. Se hace lo que hace la mayoría, lo que nos indica que hay que hacer. No hay metas, objetivos, sueños, ideales, proyecto. Por eso, es objetivo de la educación es orientar al educando a una vocación de los seres humanos como constructores y transformadores del mundo.

La tarea esencial de la educación es recuperar su misión humanizadora, orientada a formar sujetos autónomos y ciudadanos de la nueva sociedad. Se trata, en consecuencia, de la creación continua de una nueva manera de ser persona.

El ser humano se humaniza humanizando el mundo. La formación de la dimensión histórica supone garantizar las competencias esenciales para que los educandos sean capaces de leer críticamente las historias oficiales organizadas en torno a héroes y batallas que ocultan la vida, los esfuerzos y el hacer histórico del pueblo. Competencias para que se asuman como sujetos históricos, conscientes de su propia singularidad y de su propio estar en el mundo, pertenecientes a una familia y un pueblo determinado que deben valorar. Competencias para que sean capaces de recuperar la memoria histórica y se asuman como constructores de una historia siempre inacabada y se comprometan con entusiasmo y esperanza en la gestación de una sociedad igualitaria y participativa.

El desarrollo de la dimensión histórica implica una pedagogía de la identidad y de la esperanza. Pedagogía que, en palabras de Mounier, despierte el ser humano que todos llevamos dentro, nos ayude a construir la personalidad y encauzar nuestra vocación en el mundo. Se trata de provocar la libertad de pensamiento y de expresión, y la crítica sincera, constructiva y honesta. Esto implica ayudar a cada educando a conocerse, valorarse y emprender el camino de su propia realización, lo que postula tiempos y espacios para el silencio, la reflexión y el cuestionamiento personal. Implica también conocerse y valorarse como parte de un pueblo, de un país, del que hay que recuperar la memoria histórica que posibilite una mejor comprensión del presente para la invención del futuro. La historia deja de ser un mero recuento de héroes y batallas, para pasar a ser la historia de un pueblo que camina en busca de su propia identidad.

Esta perspectiva histórica que busca la propia identidad, no puede dejar de lado la perspectiva cultural, como sistema de significación y comprensión de la misma. Al decir “pedagogía de la identidad”, estamos indudablemente aceptando que existe una pedagogía de las formas culturales en donde se forja la identidad. Si el concepto “cultura” nos permite equiparar la educación a otras actividades culturales, el concepto

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“pedagogía” permite que se realice la operación a la inversa, es decir, las otras actividades culturales son también pedagógicas. Por lo tanto, lo cultural se vuelve pedagógico y la pedagogía se vuelve cultural..

Bibliografía:

1. Fundamentos antropológicos para una educación inclusiva, Jorge Luis Prioretti 2. Colección programa internacional de formación de educadores populares, La

educación popular y su pedagogía – Federación internacional Fe y Alegría.