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La política alimentaria con perspectiva de género y

derechos humanos

La política alimentaria con perspectiva de género y

derechos humanos

Colectivo de mujeres campesinas de la Costa Grande de Guerrero S.C.

Unión de pueblos de Morelos A.C.

Elaboraron:

Ana María Suárez Franco, FIAN Internacional

Leticia Correa Miranda, FIAN-México

Dinorah López Velázquez, FIAN-México

FIAN-MEXICODirección:Huatusco 39 Col Roma Sur, Delegación CuauhtémocTel/fax 55 5211-6256 [email protected] .mx

Facilitador@s de talleres, relatorías y fotografía:Laura Gómez FloresElba Meza GarcésGabriela Francescoli VillaMauro Castro Hernández

Colectivo de MujeresRosario Dionicio LeónReyna Alcocer Navarrete

Unión de Pueblos de MorelosTeresa Muñoz CondeLaura Martínez LópezVictorina Sevilla Flores

Promotoras Guerrero:Inocencia Tepetlanco Barrera, Anabel Castro Ángel, Silvia Díaz Díaz, Vianey Chávez García, Rita García Nájera, Cutberta Tolentino Sánchez, Silvia Juárez Hipólito, Margarita Baltazar Arreola, Adela Baltazar Gudiño, Roselia Teodoro Teodoro, Gloria Baltazar Vargas, Josefina Ramírez Velela, Hilaria Bataz Valadéz, Bertana Benítez Hernández, Celida Isoteco Méndez, Alicia Mesino Castro, Emilia Alcocer Navarrete, Maricruz Alcocer Navarrete, Florentina Ramírez Ventura, Deysi Ávila García, Joaquina Castro García, Marbeli Ramírez Castro, Mariana Navarro Dirsio, Sonia Ventura Dorantes, Yanet Fisteco Navarrete y Elda Miguel Chávez y las integrantes del grupo de la comunidad del Nanchal y de la comunidad de Pascala del Oro.Promotoras Morelos:Teresa Muñoz Conde, Adelina López, Ana Herrera Ramírez, Bardomiana Flores R., Consuelo Carrillo Sevilla, Consuelo Torres Morales, Diana Jazmín Jaimes, Elvira Sánchez Espinoza, Emilia Beltrán Manzanares, Erika Belem Pérez Velázquez, Eugenio Subdíaz, Eustolia Galicia Vázquez, Francisca Cabrera Sánchez, Hermelinda Alvarado, Irene Ramírez Alvarado, Isabel Velázquez R., Jenny Teresita Blanco, Jessica Jazmín Pérez Velázquez, Juana Herrera Sánchez, Laura Martínez López, Luvia Alvarado García, Marcela Brito Tapia, Marcelo Pérez Pérez, Miguelina Vergara Sosa, Olga López Praxedis, Regina Elizalde Barranco, Ricarda Herrera Santos, Rocío Enriquez Tellez, Rosalba Jasso de Jesús, Soledad Vázquez Tapia, Victorina Sevilla F.

Índice

1. Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

3. El papel de las organizaciones de mujeres en el empoderamiento de amas de casa que pasan a ser ciudadanas concientes, promotoras de la organización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

4. El Derecho Humano a alimentarse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

4.1 La crisis alimentaria, económica y ambiental . . . . . . . . . . . 34

4.2 Violaciones que padece la mujer al Derecho Humano a ali-mentarse. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

4.3 Monitoreo del Programa Oportunidades. . . . . . . . . . . . . . . 41

4.4 Declaración oral de las mujeres campesinas a la CEDAW 51

4.5 Propuesta de la Política Alimentaria con perspectiva de géne-ro y derechos humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

5. Desarrollo regional con equidad de género . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

6. Lotería de los derechos de la mujer CEDAW . . . . . . . . . . . . . . . 59

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1. PresentaciónCon este Folleto queremos difundir el resultado de los talleres de capacita-ción impartidos en Guerrero y Morelos sobre la Construcción de una política alimentaria comunitaria con perspectiva de género y derechos humanos. El trabajo fue posible gracias al apoyo económico de Oración Mundial, FIAN Internacional, FIAN México, y también al invaluable esfuerzo voluntario de las organizaciones participantes.

En Morelos colaboramos con la Unión de Pueblos de Morelos (UPM) y en Guerrero con el Colectivo de Mujeres Campesinas (COMUCAM) y la comunidad de Pascala del Oro1. Nuestra tarea consistió en difundir lo que son los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESCA), en el nivel amplio de la comunidad, porque aunque l@s ciudadan@s tengan conocimiento de algunos de estos derechos, no entienden por qué es responsabilidad de los gobiernos el que se cumplan – en particular el derecho humano a alimentarse –, y mucho menos que estos derechos tengan exigibilidad, es decir, que puedan reclamarse.

El punto de partida del presente proyecto fueron los problemas identificados en el proyecto anterior: las mujeres enfrentan desigualdades y desventajas para ejercer plenamente su derecho a la alimentación, pues no se reconoce su importante contribución a la seguridad alimentaria familiar; tienen dificulta-des para acceder a la propiedad o tenencia de la tierra y no hay programas de financiamiento para ellas o son insuficientes; tampoco tienen oportunida-des para capacitarse en temas de producción, comercialización, consumo o abasto, ni son consideradas como sujetos de créditos a largo plazo y con bajos intereses, y menos como sujetos de Derechos Humanos y ciudadanos (votan en las elecciones de gobernadores y presidentes municipales, pero en las comunidades no asisten a las asambleas y no participan en la elección de sus autoridades). No hay programas focalizados para mujeres que ayuden a terminar con las desigualdades de género en el acceso, control, gestión y aprovechamiento de los recursos naturales (agua, tierra, bosque, etc). Las mujeres no encuentran fuentes locales de empleo y carecen de salarios dig-nos, en especial las madres jefas de familia y adultas mayores; no cuentan con seguridad social ni con apoyo institucional para la crianza y el cuidado de sus hijos; no se les respetan sus derechos laborales, ni se les garantizan alimentos sanos y suficientes para sus hijos.

1 En la que se dieron algunos talleres.

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Estos problemas son enormes obstáculos y desventajas para las mujeres ru-rales que están limitadas en sus iniciativas de desarrollo. El propósito del pro-yecto consistió en reconocer estas desigualdades de género para construir una alternativa comunitaria que permitiera a las mujeres ejercer plenamente su derecho a la alimentación adecuada.

Analizamos desde una perspectiva de género lo que propusieron las mujeres en los talleres. Entre las propuestas se distinguieron aquellas que las fortale-cen a nivel personal, en cuanto a seguridad, autoestima y toma de decisiones. A nivel familiar se propuso democratizar las relaciones entre pareja e hijos, y redistribuir más equitativamente el trabajo doméstico y de traspatio. A nivel colectivo y comunitario se fortaleció la organización de las mujeres, su par-ticipación en las asambleas comunitarias, el derecho a ser elegidas como autoridades y la seguridad y autoestima que necesitan para que se discuta lo que más les preocupa y les interesa.

Igualmente en los talleres se reflexionó sobre la Convención contra la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) y se hizo una lotería para jugar y compartir con la familia y la comunidad, que sirve como instrumento pedagó-gico sobre la misma.

En la última etapa del proyecto hicimos una encuesta de percepción del Programa Oportunidades, por ser el de mayor cobertura y porque, al menos en su descripción pretende solucionar el problema alimentario. Encuestamos a 913 mujeres en los dos estados.

A pesar de la importancia de las encuestas, para poder determinar la per-cepción que desde su experiencia tienen las mujeres sobre el programa, la realización enfrentó obstáculos que en nuestra consideración influyeron significativamente en los resultados de las mismas. Así por ejemplo, en el municipio de Atoyac, los empleados del programa no colaboraron como es-perábamos; al contrario, corrieron la voz de que a la mujer que participara le quitarían la beca del programa. Las mujeres temían que, si accedían a ser entrevistadas, las excluirían de Oportunidades. A pesar de este inconvenien-te logramos vencer con éxito el obstáculo: ellas aceptaron y pudimos difundir de manera personalizada el derecho humano a alimentarse y el derecho que ellas tienen de evaluar y monitorear el programa. No obstante es importan-te mencionar que por lo que observamos, el temor causado a las mujeres llevó a que en varias de las preguntas de las encuestas las respuestas fre-cuentemente fueran favorables al programa, a pesar de que durante los dos

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años de talleres habíamos recibido informaciones contrarias a las resultantes de las encuestas. Esta distorsión no obstante se menciona en los informes específicos a los resultados de las encuestas, contenidos en este informe.

Queremos dar las gracias a Lorena Paz Paredes2 por el trabajo revisión de este material y las Regidoras de Participación Social de la Mujer Ma. Antonieta Castro Mondragón y de Desarrollo Rural Norma Alicia Mesino Mesino del mu-nicipio de Atoyac, por el apoyo que nos brindaron para realizar la encuesta y llevar a cabo el Primer Foro Sobre la Construcción de una Política Alimentaria Comunitaria con Perspectiva de Género y Derechos Humanos, al que asis-tieron organizaciones de mujeres de otras regiones del estado de Guerrero. También se hizo un Foro con la Unión de Pueblos de Morelos. Como resultado de los foros y con el apoyo de FIAN Internacional,3 en México se registró una Declaración oral de mujeres rurales y campesinas de Guerrero y Morelos que padecen violaciones del Derecho Humano a alimentarse. Este registro se dio a conocer en la 52 Reunión de la CEDAW, realizada en la Ciudad de Nueva York en julio de este año. De esta actividad de abogacía surgieron diversas recomendaciones para el Estado Mexicano en relación con los derechos de las mujeres indígenas y campesinas.4

2 Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural Maya A.C.3 Dr. Jur. Ana María Suárez Franco, FIAN Internacional4 Declaración oral de mujeres rurales y campesinas de los estados de Guerrero y Morelos, en México* con el apoyo de

FIAN Internacional ante la CEDAW.

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2. IntroducciónLa creación de una política alimentaria con perspectiva de género y derechos humanos implica reconocer, en primer lugar, las desigualdades que ponen en desventaja a las mujeres en su desarrollo, y que se originan en la violencia de género: la pobreza, el hambre, la carencia de servicios de salud, la violencia intrafamiliar y social, y los problemas ambientales. Según nuestros intercam-bios con las comunidades, aunque estos problemas pueden afectar a todos, las mujeres rurales de zonas marginadas llevan la peor parte y la mayor car-ga, porque trabajan más, consumen menos y después que los hombres y los hijos, y padecen un intenso desgaste emocional.

Para aspirar a un desarrollo regional con equidad de género, las mujeres indí-genas y campesinas deben ganar autonomía y autoestima para considerarse ciudadanas capaces de exigir sus derechos y de luchar contra la discrimina-ción y la cultura machista en la familia y la comunidad.

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El Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales5 afirma que el dere-cho a una alimentación adecuada es inseparable de la dignidad inherente de la persona humana y es indispensable para disfrutar otros derechos humanos consagrados en la Carta Internacional de Derechos Humanos. Es también inseparable de la justicia social, pues requiere la adopción de políticas eco-nómicas, ambientales y sociales adecuadas, en los planos nacional e interna-cional, orientadas a erradicar la pobreza y al disfrute de todos los derechos humanos para todos.6

Los derechos humanos son universales, inalienables (nadie nos los puede quitar), interdependientes e indivisibles (no se pueden dividir), lo cual quiere decir que no se pueden cumplir a medias. En el campo no podemos “medio alimentarnos” o conformarnos con poca comida y aceptar que en las ciudades haya más acceso y disponibilidad de alimentos. Si las personas no tienen di-nero suficiente para comprar sus alimentos diariamente, o si no hay suficiente comida en las comunidades, por falta de acción estatal o por que las acciones estatales no son adecuadas, podemos estar en presencia de violaciones de su derecho a la alimentación.

Las personas que no ejercen su derecho a una alimentación adecuada y de calidad, se enferman con más frecuencia porque padecen hambre y se ali-mentan deficientemente, con lo que también se afecta su derecho a la salud. Esta es la Interdependencia de los Derechos Humanos: cuando no se cumple un derecho, se afecta el cumplimiento de otros.

El derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niña o niño, ya sea de manera individual o en colectivo, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla.7

Sin embargo en México el derecho una alimentación adecuada no es ejercido por gran parte de la población que no tiene acceso económico a los alimen-tos, es decir, no tiene dinero para comprarlos o recursos para producirlos. Cuando esta imposibilidad de ejercerlo se deriva del incumplimiento por parte del Estado de sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar el derecho

5 El Comité del Pacto Internacional de los Derechos Económicos y Sociales es el encargado de vigilar que los gobier-nos cumplan con el PIDESC.

6 Párrafo 4. Observación General 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El derecho a una alimentación adecuada (artículo 11): 12.05.99.

7 Párrafo 6 Observación General 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El derecho a una alimentación adecuada (artículo 11): 12.05.99.

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a la alimentación, se puede establecer que estas personas son víctimas de violaciones de su derecho a la alimentación.

• Según nuestro análisis, el inadecuado acceso a ingresos que permitan a la gente vivir dignamente es una de las causas de violaciones del de-recho a la alimentación adecuada. En efecto, en México ocupamos el lugar número 13 en generación de riqueza a nivel mundial.8 Los sala-rios mínimos que paga el país están en el penúltimo lugar de América Latina, por debajo de países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Perú, Venezuela y Bolivia.9 En este sexenio el poder adquisitivo de los salario ha caído 32 por ciento, por debajo de países como China, Haití, República Dominicana o Trinidad y Tobago.10

Con el salario mínimo deberían cubrirse todas las necesidades de una familia. Sin embargo, las más pobres invierten lo que ganan en comprar comida, y se alimentan poco y mal. Y si pagan renta por una vivienda, tienen que renun-ciar a vestirse, a ir al médico o a divertirse. La falta de adopción de medidas adecuadas para corregir esta causa del hambre conduce a concluir que el Estado mexicano está incumpliendo con su obligación de garantizar nuestros derechos económicos, sociales y culturales, particularmente el derecho a una alimentación adecuada, en contra de los compromisos que ha adquirido inter-nacionalmente y en la Constitución.

Una política alimentaria efectiva con perspectiva de género y derechos hu-manos destinada a acabar con el hambre y la malnutrición y a promover el desarrollo integral de las mujeres, fomentando sus oportunidades de producir y comercializar, de obtener ingresos dignos y de capacitarse, debería:

• Garantizar la capacidad de las familias para producir los alimentos que necesitan y para generar excedentes comercializables, sin crear de-pendencia hacia el programa.

• Fomentar que las mujeres tengan un ingreso propio con el producto de su trabajo (que ellas sean los sujetos del programa).

• Reactivar mercados comunitarios y regionales donde puedan comer-cializarse los excedentes.

• Dar capacitación técnica y sobre los derechos humanos de la mujer (CEDAW).

8 Informe junio 2012 del Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana (UIA) Puebla9 Ídem10 Ídem

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La perspectiva de los derechos humanos tiene como fundamento el hecho de que los programas vayan dirigidos a sujetos activos que tienen capa-cidad de evaluar y de proponer los contenidos y los procesos de imple-mentación de los programas, así como de vigilar a las autoridades que los implementan, de exigir la rendición de cuentas y en caso de violaciones de hacerlos jurídica y políticamente responsables.

Desde una perspectiva de derechos humanos los Programas gubernamen-tales no deben crear dependencia, sino aportar las herramientas necesarias para que las personas sean capaces de ganar un salario digno para alimen-tarse o para producir la comida que necesitan.

Según el Comité DESC de la ONU: La formulación y aplicación de estrategias nacionales para el derecho a la alimentación exige el pleno cumplimiento de los principios de responsabilidad, transparencia, participación popular, des-centralización, capacidad legislativa e independencia de la magistratura. Es esencial un buen gobierno para el ejercicio de los derechos humanos, que incluyen erradicar la pobreza, y asegurar medios de vida satisfactorios para todos.11

Según lo que observamos en las comunidades, y como resultado de los ta-lleres y de la encuesta, es claro que el Programa Oportunidades no cumple con la perspectiva de género ni de Derechos Humanos. Las mujeres no son sujetos activas del programa, sino simples beneficiarias que viven con el te-mor de que las becas se acaben (según la encuesta levantada). Con esto se perpetúan las relaciones de subordinación con los empleados del programa (doctor@s), quienes suelen ser arbitrarios y cometen abusos de autoridad: por ejemplo, llegan a las comunidades sin avisar, obligando a las mujeres a reunirse en ese preciso momento, ya que hay una amenaza velada de ser excluidas del programa.

Basta con citar un ejemplo: en San Juan de las Flores12 nos recibió el comisario municipal amablemente y citó a las mujeres en la comisaría. Ya que se habían reunido, la promotora de Oportunidades fue a avisar al enlace municipal, regresó diciendo a sus compañeras que ella no iba a participar en la encuesta y se salió. Afortunadamente hubo 18 mujeres valientes que se quedaron. En La Soledad sucedió algo parecido: estando en una reunión programada con las compañeras del Colectivo, llegó la doctora, sin avisar y 11 Párrafo 23 Observación General 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El derecho a una

alimentación adecuada (artículo 11): 12.05.99.12 Municipio de Atoyac de Alvarez

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sin tener programada una reunión, y mandó llamar a las mujeres diciendo que se tenían que juntar en ese preciso momento. Sin lugar a dudas, no hay ningún respeto por las personas de la comunidad ni por su tiempo.

Si bien es imposible desconocer que el programa, al menos en su objetivo y diseño tiene algunas virtudes, el proceso de implementación del mismo ha de-notado algunas deficiencias, específicamente desde un análisis de derechos humanos. Al revisar la bibliografía sobre el programa encontramos diversos estudios especializados – que citaremos a detalle – que ponen en duda su efectividad en el combate a la desnutrición y la mala alimentación.

En las siguientes páginas retomaremos a profundidad cada uno de los puntos mencionados:

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3. El papel de las organizaciones de mujeres, en el empoderamiento de amas de casa a ciudadanas rebeldes, promotoras de la organizaciónAdemás de enfrentar problemas emocionales, de pobreza, trabajo doméstico no reconocido como trabajo, de violencia intrafamiliar, derivados de la migración de los cónyuges, etcétera. Las mujeres tienen que pasar por un proceso de empoderamiento para mirarse como ciudadanas, capaces de exigir sus derechos, de tomar decisiones personales, y de denunciar la violencia intrafamiliar.

En México somos 112’ millones 336 mil.538 habitantes13 de los cuales:

• 52 millones viven en pobreza.14

• 28 millones de personas con acceso insuficiente a los alimentos.15

13 INEGI Censo 201014 Informe de evaluación de la política social 2011, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social

(CONEVAL)15 Ìdem

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• El 10% más pobre del país percibe el 1.4% del ingreso nacional, mien-tras el 10% más rico percibe el 40%.16

• La tasa de mortalidad infantil es de 10 a 20 veces mayor en los muni-cipios más pobres (3 a 6% de nacidos vivos) que en los más ricos del país (0.3 a 0.6%).17

Las autoridades del Estado son responsables de esta situación en la medida en que incumplen con sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar los derechos.

Así por ejemplo las autoridades del Estado incumplen con su obligación de garantizar cuando no diseñan, adoptan e implementan políticas públicas ade-cuadas, cuando no adoptan las medidas necesarias para garantizar que el salario mínimo sea adecuado para garantizar el derecho de las personas a un nivel adecuado de vida, que les permita una vida digna; cuando no adopta todas las medidas a su alcance para evitar y sancionar la corrupción, cuando adopta políticas, estrategias y programas económicos que son causa de la 16 Gasto Público para la Equidad: Del Estado Excluyente hacia un Estado de Bienestar Universal John Scout, CIDE y

CONEVAL Pág. 617 Ídem.

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desigualdad social, que tiene efectos discriminatorios para las poblaciones más marginadas de la población o cuando incumple con su deber de regular, vigilar investigar y sancionar a actores no estatales que abusan de los dere-chos humanos, como por ejemplo algunas compañías transnacionales.

Muchas personas perciben la pobreza como un fenómeno aislado o una cues-tión del destino sin percatarse de que las causas pueden estar en los mode-los económicos imperantes en donde las personas son instrumentalizadas en contra de la dignidad humana, en donde los productos comerciales reciben mas importancia que las personas o en los que se distribuye la riqueza en forma injusta, generando o perpetuando la pobreza, la cual se expresa en diversas formas de violación de los derechos humanos y genera vio-laciones de los mismos.

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Las personas deben conocer sus derechos para poder exigirlos, pero también deben tener el valor de denunciar su violación. En este proceso, la organiza-ción de las mujeres es muy importante, porque en ella se construye un espíritu colectivo y solidario que se traduce en valor y fuerza personales, y que les permite tener proyectos de vida propios: actuar hoy pensando en un mañana digno.

La vida de las mujeres antes de organizarse Según lo anterior, y como lo ha constatado la experiencia de nuestro trabajo con las mujeres indígenas campesinas en Guerrero y Morelos, la organización de las mujeres se reconoce como una condición que les permite exigir sus derechos. En las sociedades dominadas principalmente por el pensamiento machista, para organizarse las mujeres tienen que vencer muchos obstáculos, entre otras restricciones económicas, dificultad para participar en los espacios de decisión. Así por ejemplo problemas de

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salud derivados de la falta de acceso a servicios de salud que atiendan a su condición biológica como mujeres, limitaciones de movimiento por parte de sus maridos, limitaciones de tiempo derivadas de su deber de cuidar de los hijos, en muchos casos demasiados debido a la imposibilidad a acceder a adecuadas informaciones y servicios sobre salud reproductiva, limitaciones de tiempo por exceso de responsabilidad de contribuir a la subsistencia de la familia de padre y madre incluso cuando son solteras.

Según las experiencias recogidas en Morelos y Guerrero las mujeres en mu-chas ocasiones no pueden acudir a las reuniones porque deben dejar lista la ropa, preparar la comida, organizar el cuidado de los hijos, etcétera.

Mas allá un factor limitante es el temor que sienten las mujeres a jugar un rol activo en la toma de decisiones, la incertidumbre sobre las competencias que esto requiere o sobre las consecuencias que puede tener para ellas en el seno de sus familias o en la forma como son percibidas por la comunidad, etc. Estos factores conducen a que muchas mujeres decidan no participar y queden aisladas.

A pesar de que estos y otros obstáculos que dificultan la organización de las mujeres en torno a la defensa de sus derechos, cuando ellas se animan y deciden participar, encuentran en las reuniones un espacio para platicar con compañeras que padecen los mismos problemas, y con otras que los han superado. De esta manera se hacen concientes de las violaciones de su de-recho, aprenden formas para hacer responsables a quienes las causan y para articularse en la defensa de los mismos.

Adicionalmente este intercambio y sentido de pertenencia a un grupo y el desarrollo de las actividades comunes contribuyen a aumentar la autoestima, una condición necesaria para que las titulares de derechos se atrevan a exigirlos.

En los talleres que realizamos en Guerrero y Morelos, las compañeras dije-ron que antes de estar organizadas, se sentían aisladas, solas en sus casas, la mayoría no tenía amistades, no asistían a capacitaciones y asistían muy poco a las asambleas comunitarias, sólo iban a reuniones para nombrar a los presidentes municipales –y eso por la campaña de los partidos, y porque acompañan a sus esposos, pero no eran concientes sobre sus derechos y la manera de exigirlos.

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Aunque organizarse implique mucho tiempo, y en muchos casos más trabajo es una forma de adquirir poder para exigir nuestros derechos como mujeres, incluyendo nuestro derecho a la alimentación.

Algunas áreas en que las mujeres experimentan dificultades para el ejer-cicio de sus derechos, las experiencias en Guerrero y MorelosDurante los talleres con las mujeres de Guerrero y Morelos, pudimos identificar diversas áreas en las que se dificulta el ejercicio de los derechos de las mujeres, principalmente debido a la existencia de prácticas sociales y la falta de adopción de medidas estatales o locales para eliminar o cambiar estas prácticas, de manera que se garantice que las mujeres puedan ejercer sus derechos en condiciones de igualdad con los hombres.

El trabajo domésticoA través del salario se ha organizado la explotación del trabajo no asalariado. Esta explotación ha sido más efectiva, porque la falta de un salario la ocultaba.18

El trabajo doméstico organiza la vida de la mujer. Es un trabajo sin sueldo, pero si ella no lo hiciera, el campesino o el trabajador no podrían ir a sus labores diarias. Esta división del trabajo según el género ha subordinado a las mujeres y ha impedido o dificultado que se desarrollen personal y colectivamente.

La vida es muy pesada para ellas, trabajan todo el día: cocinando, moliendo el nixtamal, preparando tortillas, sirviendo de comer, lavando trastes, la ropa, ali-mentando a los animalitos, curándolos cuando se enferman, acarreando agua y leña cuando hace falta, son ellas las primeras en levantarse y las últimas en acostarse. En promedio, las jornadas de trabajo de las amas de casa duran 14 horas, porque aún en lo que se consideran sus tiempos de descanso, ellas remiendan ropa o bordan servilletas para vender.

“Muchas veces sentimos una desesperación que nos impide hacer nuestras actividades y convivir con las personas, pero por lo general no se lo platica-mos a nadie, a veces al esposo cuando tenemos buena comunicación, o a la comadre.19”

Tener muchos hijos aumenta el trabajo de las mujeres, pues están a su cui-dado. Por lo general ellas han sido socialmente encargadas de asegurar que 18 Mariarosa Dallas Costa y Selma James, El poder de la mujer y la subversión de la comunidad, México, Siglo XXI,

1975, p. 32.19 Participación de una compañera en los talleres

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se porten bien, que hagan sus tareas, que no anden con malas amistades. También les enseñan a que las ayuden en lo que puedan, pero muy frecuen-temente se repiten los mismos modelos aprendidos en los que las niñas son las que deben aprender los trabajos domésticos e incluso cuidar de sus her-manos menores.

Según las experiencias recogidas, los jóvenes han perdido muchos valores importantes: respetar a sus mayores, no robar. Sin embargo se considera que son las mujeres las principales responsables de esta labor de formación.

En la actualidad, la mayoría de las mujeres también trabajan en el campo, porque con los altos precios de alimentos y otros bienes de consumo impiden que los ingresos existentes en las economías de subsistencia permitan a los hogares contratar fuerza de trabajo adicional. Según los testimonios, ellas también atienden la producción de traspatio, que representa aproximadamen-te un 25% de ingreso para el hogar.20 A pesar de esto, ni el trabajo doméstico ni las actividades de traspatio son adecuadamente valoradas o reconocidas.

Para que se reorganice el trabajo doméstico y se respete así la igualdad de género, toda la familia debe participar en las labores domésticas. Las mujeres deben dialogar, convencer y mantenerse firmes, educando a sus hij@s en una cultura donde el trabajo doméstico sea una tarea colectiva de hombres y mujeres por igual, a contracorriente de las costumbres machistas y en donde las mujeres sientan que pueden exigir sus derechos cuando en la familia no se respeta la igualdad.

20 Dato sacado en los talleres.

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ViolenciaLa violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales e impide total o parcialmente a la mujer gozar de dichos derechos y libertades21…

La vida de una mujer campesina es aún más difícil cuando el esposo es un hombre violento o borracho, lo cual puede suceder porque esta es la cultura en que se educa a los hombres, porque la mujer no tiene derecho a escoger a su marido y/o porque la mujer no tiene instrumentos institucionales efec-tivos para defenderse de dicha violencia o tiene miedo. La falta de medios de defensa o la inefectividad de los mismos se puede deber a que no hay mecanismos efectivos de protección por parte del Estado que sean accesible a las mujeres, o porque aunque hay mecanismos las autoridades nunca los usan efectivamente para proteger a las víctimas de la violencia, o por que las autoridades no han adoptado las medidas necesarias para garantizar que la mujer sepa como denunciar la violencia. Cuando las mujeres tienen miedo a denunciar la violencia, esto pude deberse a que ellas tienen miedo de ser “señaladas” si denuncian y esto sucede porque las autoridades responsables no adoptan las medidas necesarias para evitar esa estigmatización.

Cuando la mujer esta sometida a la violencia doméstica, puede resultar aislada y si además vive en sitios alejados puede quedar desprotegida y sufrir dificultades para participar en organizaciones que le permitan ejercer sus derechos y denunciar la violencia.

Según las experiencias recogidas, cuando la mujer vive con los suegros, ellos no la apoyan si el marido la golpea. Además, en la comunidad casi nunca le hacen caso cuando comunica su situación. Para denunciar, en caso de que se anime a acusar al marido, ella tiene que viajar hasta la cabecera municipal, sin saber bien a dónde dirigirse; a veces ni siquiera tiene para el pasaje. Todo esto hace muy difícil que las campesinas se animen a denunciar la violencia intrafamiliar.

Es urgente que la información y las acciones de las Unidades de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar Municipales se difundan en las comu-nidades de forma continua, en reuniones que sean exclusivamente para mu-jeres y en asambleas generales, para que los hombres adquieran conciencia sobre la existencia de leyes que castigan la violencia intrafamiliar. 21 Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, Asamblea General, párrafo 4.

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También es necesario generar un movimiento que fortalezca la visión de la violencia de género como una situación de violación de derechos contraria a la constitución y las leyes. Así las autoridades comunitarias se sentirán más respaldadas para actuar cuando se presente una denuncia, y si no lo hacen, se sabrá que están violando la ley. Si hay un clima de legalidad donde se ca-lifique la violencia como un delito que no debe de quedar impune, se alentará a las mujeres a presentar sus denuncias y se dará un paso adelante hacia el cambio de la cultura de la violencia contra la mujer,

La mujer que vive en situación de violencia intrafamiliar ve afectada su calidad de vida y termina condenada a la pobreza, por que no puede tener su propio plan de vida y desarrollar actividades productivas que le permitan cubrir sus necesidades. Mientras las mujeres estén condenadas a la pobreza o a la de-pendencia económica, sufrirán serios obstáculos para ejercer sus derechos. “La pobreza y la violencia se han convertido en una cárcel de la que no pode-mos salir de forma aislada y sin organizarnos”.

MigraciónLa desesperación por falta de dinero para mantener a la familia hace que mu-chos hombres se vayan de migrantes a los Estados Unidos o al norte del país. Esto se convierte en un obstáculo para la realización de los derechos de las mujeres, porque además de continuar con su responsabilidad de desempeñar

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el trabajo doméstico, deben hacerse cargo también de la milpa para poder satisfacer sus necesidades alimentarias y la de sus hijos e hijas o familiares mayores de edad. Esto además las afecta en su salud emocional, pues tienen que confrontar la frustración causada por la pérdida de la pareja.

Según las experiencias recogidas, Cuando los hombres son responsables y envían remesas, la familia puede disminuir el sufrimiento, puesto que las mu-jeres saben administrarlo y “logran sacar adelante a sus hijos”. Por el contra-rio, cuando los maridos emigran y no envían dinero, la carencia de recursos para la satisfacción de sus necesidades básicas es mayor y las mujeres ven afectada su salud emocional: la depresión y el desaliento aumentan, pues ellas deben arreglárselas solas para mantener a los hijos.

Las autoridades del Estado deberían adoptar las medidas necesarias para evitar la migración. Además en aquellos casos en que los hombres migran, deberían adoptar todas las medidas necesarias para asegurar que las muje-res y sus familias puedan seguir ejerciendo sus derechos humanos a pesar de la ausencia de los hombres. Esto incluye los derechos a la alimentación, la salud, la educación, la participación política, entre otros.

Ejercicio de Cargos Públicos y otras formas de participación políticaEn la comunidad, se han identificado tratos discriminatorios: las mujeres no tienen voz ni voto, los hombres son más beneficiados que ellas, y hay machis-mo y violencia en su contra; además, se discrimina a las personas que no son de la comunidad.

A nivel comunitario las mujeres realizan tareas de limpieza y participan en los comités de salud y en las escuelas, pero pocas ocupan cargos de autoridad municipal.

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Según el testimonio de una mujer del Cucuyachi (comunidad del estado de Guerrero), hace algunos años ningún hombre quería ser autoridad debido a la violencia que se vivía en su comunidad; sólo entonces nombraron a la pri-mera mujer en un cargo de autoridad comunitaria. Esta experiencia demostró que tuvo que haber una situación excepcional para que se abriera un espacio político para las mujeres, y que estas no tenían dichas oportunidades de par-ticipación en igualdad con los hombres en una situación regular.

A partir de la última década, el número de mujeres con cargos de autoridad en las comunidades ha aumentado, igual que su participación en las asambleas comunitarias, pues ellas se sienten más preparadas y con capacidad para expresar sus ideas. La formación que reciben en los talleres y la coordinación que tienen con los grupos de mujeres han contribuido a lograr esto, ya que es ahí donde han aprendido y han vencido el miedo.

Sin embargo, aún son muy pocas las mujeres con cargos de autoridad: en el municipio de Atoyac, las Comisarias, Comisariadas, representan sólo el 20%22 de los cargos. Es claro que se vive una marcada desigualdad.

22 Dirección de la mujer, Ayuntamiento Atoyac de Alvarez Gro.

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También es importante señalar que las mujeres siempre hacen frente a los problemas de violencia. Por ejemplo, en Cd. Juárez, las madres están al frente de la lucha contra el feminicidio y la violencia. Otro ejemplo es el Comité Pro-Defensa de Presos Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México, hoy Comité ¡Eureka! y fundado en 1977 por Doña Rosario Ibarra de Piedra junto con otras madres de desaparecidos.

EducaciónLas discusiones en los diversos talleres nos permitieron afirmar la importancia de enseñar a los hijos los valores de la justicia, el respeto, la honradez, la res-ponsabilidad, la democracia y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, para desarrollar nuevas costumbres en la familia y en la comunidad. La educación de los hombres sobre la perspectiva de género y los derechos de las mujeres es esencial para garantizar la igualdad y el Estado debería tomar medidas para asegurar que esta tenga lugar. En efecto, se pudo obser-var que las hijas de las primeras dirigentas ahora se casan con hombres más abiertos que sus padres, porque pudieron recibir una educación mas justa en materia de género. En las nuevas generaciones la mayoría de las mujeres

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terminó la primaria y algunas hasta la secundaria, mientras que sus madres sólo habían cursado los primeros años de primaria, o de plano no estudiaron.

Los cambios de mentalidad y de costumbres también se deben a que ac-tualmente se habla más de los Derechos Humanos y de los derechos de las mujeres, es por esto que la promoción de los derechos con una perspectiva de género, como parte de la políticas y programas del Estado es necesaria para proteger los derechos de las mujeres: “Cuando saben que las mujeres tienen derechos que pueden exigir ante las autoridades los hombres se la piensan antes de soltar un golpe”.

En materia de el acceso a la educación de las mujeres hemos encontrado un progreso en la educación formal: la matrícula escolar femenina fue de 39 millones 222 mil 04523 en el ciclo escolar 2007-2008. Sin embargo, el problema principal es la baja calidad de la educación, más grave todavía en las telesecundarias y en la educación media superior. Hay un abismo que separa la educación media o bachillerato y la educación superior, a la cual sólo ingresa el 6.7% de las mujeres con preparatoria.

23 Fuente: SEP. Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos. Principales cifras. Ciclo escolar 2007-2008.

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Para la realización del derecho a la alimentación de las mujeres, que requie-ren un ingreso adecuado para vivir dignamente, es imperante que las autori-dades del Estado asuman todas las medidas necesarias para cumplir con su obligación de garantizar el derecho de las mujeres a la educación adecuada y sin discriminación.

Un poco de historia: Lo avanzado y lo que hay por avanzar para lograr que las mujeres puedan ejercer sus derechos: Cómo la organización cambia nuestra vida.Hace 30 años comenzaron a organizarse los campesinos de todo el país. De aquellas primeras agrupaciones mixtas salieron muchas de las organizacio-nes de mujeres que hoy luchan por sus derechos de forma independiente. El auge de la organización social en diversas áreas – ya fuera de productores, de Derechos Humanos, del movimiento feminista, de la lucha por la democracia, etcétera – contribuyó a que aparecieran estos grupos autónomos de mujeres.

Las mujeres se separaron de aquellas organizaciones mixtas porque los hombres las utilizaban para obtener recursos que no se invertían en proyectos para ellas. Las dirigentas fueron adquiriendo experiencia en la coordinación de proyectos, pudieron tomar el liderazgo y asumieron el reto de independizarse.

Las mujeres empiezan a organizarse en sus comunidades porque quieren participar en algún proyecto, no simplemente por el ánimo de juntarse, y ge-neralmente asisten por invitación de sus compañeras.

Sus experiencias organizativas comenzaron con la gestión de molinos de nix-tamal. Estos primeros proyectos fueron muy importantes para ellas, ya que les permitieron salir de sus casas, reunirse y platicar con otras mujeres de

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sus problemas. Ahí empezaron a darse cuenta de que la violencia que vivía cada una también la padecían sus compañeras, que compartían problemas similares con los hijos, el sufrimiento de la pobreza, el que nadie reconociera su esfuerzo y su trabajo, el cansancio físico y la soledad emocional.

Entonces las mujeres empezaron a capacitarse, a asistir a talleres y reunirse, el intercambio de experiencias se convirtió en un factor clave para la organi-zación que hoy en día contribuye a la salud emocional de las integrantes y les da educación informal: “las que ya no se acordaban de cómo escribir, vieron en los talleres que todavía podían y lo pusieron en práctica”. Además de tener éxito en sus proyectos.

Las mujeres organizadas en Morelos han logrado entrar a programas de vi-vienda y ahora se sienten más seguras; también han fortalecido sus activi-dades productivas, generando un ingreso propio. En Atoyac, el Colectivo ha gestionado créditos para 550 mujeres con el Fondo Campesino e Indígena de Guerrero,24 con el COMUCAM de aval; además, se han organizado grupos de ahorro, gracias a lo cual las mujeres pueden atender imprevistos de salud. En Morelos, las compañeras han tomado cursos de la Universidad Campesina del Sur, en el proyecto educativo encabezado por la Unión de Pueblos de Morelos, han aprendido agricultura orgánica, tienen un programa de abasto y en sus casas hay huertos y compostas.

Además de estos logros económicos que han mejorado su vida, las mujeres afirman que gracias a la organización se han desarrollado como personas: tienen más amistades, conocen más lugares, tradiciones y formas de vida, saben de organizaciones en otros estados, han adquirido conocimientos, y muchas han ocupado cargos dirigiendo la organización. Con esto han asumi-do mayores responsabilidades, han podido librarse del miedo y fortalecerse para la exigibilidad de sus derechos. , Se han sentido apoyadas y seguras en-tre sus compañeras; además, se comunican mejor con sus familias y pueden platicar de sus actividades; han compartido experiencias con otras personas y ahora saben cuáles son sus derechos como ciudadanas: “Siempre he sido madre soltera pero hoy me siento apoyada por mi organización25”.

A través de la organización, las mujeres viven un proceso de desarrollo perso-nal que les da herramientas para transformar sus relaciones familiares y en-frentar conflictos, empezando en el hogar, pues ganan valor y se empoderan

24 FOCIGRO, Administrado por el Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural Maya A.C. 25 Participación de una compañera en los talleres.

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para defender sus derechos, para hablar con sus esposos y hacerles escu-char su propio punto de vista. En sus hogares, muchas empiezan a desempe-ñar papeles distintos al del ama de casa: ahora es la mujer la que tramita un crédito a través de su organización, ahora ella es la socia de la caja de ahorro.

Este desarrollo trasciende hasta la comunidad, porque ahora las mujeres no tienen tanto miedo de participar en las asambleas y decir lo que piensan, han aprendido a analizar los problemas y a trabajar en grupo, así que tienen más seguridad en ellas mismas. Además, las respaldan los logros individuales en el grupo de mujeres, que de esta forma va ganando un espacio propio en la comunidad.

En los talleres, aprendieron que las diferentes maneras de ser y de sentir de los hombres y las mujeres, vienen de la educación que recibimos: nacemos con sexo masculino o femenino, pero es la educación, la cultura, las costum-bres, la religión, lo que define el tipo de mujer que hay en cada sociedad; entonces nos enseñan que la mujer debe ser sumisa, amorosa, dependiente, etc. Si las madres educan a sus hijos con una cultura en contra de la violencia y la discriminación, estarán formando hombres y mujeres más human@s, más just@s, más respetuos@s a las diferencias y a la vida.

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Las mujeres que pasan por un proceso organizativo y de educación popular como este, que incluye la formación en derechos humanos, son más seguras de sí mismas, cuentan con un ingreso propio, conocen sus derechos, son capaces de defenderse y de defender a otras mujeres. Es por esto que las au-toridades estatales a nivel federal y local deberían adoptar todas las medidas necesarias para fortalecer los procesos organizativos de las mujeres, que las tengan a ellas como principales sujetos de su desarrollo y que las fortalezcan en la exigibilidad de sus derechos humanos, incluyendo su derecho a la ali-mentación adecuada.

Estos resultados, como ha señalado Paul Freire en La educación como práctica de la libertad, se deben a que las mujeres organizadas han tomado conciencia de sus problemas, las experiencias individuales se han vuelto conocimiento común y el grupo ha forjado un espíritu colectivo, y estos elementos les permiten transformar su realidad para convertirse en titulares activas de sus derechos humanos y especialmente sus derechos como mujeres.

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4. El Derecho Humano a AlimentarseEn las Metas del Milenio, se establece que el primer compromiso de los go-biernos de diferentes países es erradicar la pobreza extrema y el hambre a nivel mundial. En México, se está muy lejos de cumplirlo, porque la crisis ha hecho que el número de personas que padecen hambre se incremente más de 9 millones en sólo dos años: en el 2008 habían 19.5 millones de personas en pobreza alimentaria; en el 2010, la cifra aumentó a 28 millones26, y la mitad son mujeres.

En el párrafo 1 del artículo 11 del Pacto Internacional de los derechos econó-micos, sociales y culturales, los Estados Partes reconocen “el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia”.

En el párrafo 2 del artículo 11 reconocen que posiblemente deberán adoptarse medidas más inmediatas y urgentes para garantizar “el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre” y la malnutrición. El de-recho a una alimentación adecuada es de importancia fundamental para el disfrute de todos los derechos.

Sin embargo, según el testimonio que tuvimos dentro de los talleres, las ac-ciones del gobierno se quedan cortas, no tienen el impacto que deberían para garantizar la realización del derecho a la alimentación de todos y todas, y sobre todo, las autoridades han perdido poder ante las empresas transnacio-nales, especialmente aquellas que abusan de los derechos humanos. Hemos podido observar que el estado no está cumpliendo adecuadamente con su obligación de protección frente a las mismas. Esto se deriva en que muchos mexicanos y mexicanas no puedan ejercer su derecho a la alimentación.

4.1 La crisis alimentaria, económica y ambientalDesde marzo del 2008, FIAN-México (Red por el Derecho a alimentarse) y la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua y el Espacio DESC, declaramos nuestra preocupación por la llamada crisis alimentaria mundial, que fue una crisis en los precios de los alimentos que ocasionó dis-turbios sociales en varios países asiáticos, debido a la escasez de alimentos. 26 Informe de evaluación de la política social 2011, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social

(CONEVAL)

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En ese entonces exigimos al gobierno mexicano que hiciera un plan emergen-te de prevención. Sin embargo, como es usual, el gobierno no nos escuchó. Hoy continúa esta grave situación alimentaria, a la cual se suman las crisis económica y ambiental.

Desde FIAN consideramos que el problema de escasez de alimentos no se debe a que haya disminuido su producción, sino a la inequidad en la distribución de los recursos que permiten producirlos o de los alimen-tos mismos. Según lo hemos observado en las noticias, algunas empresas trasnacionales y nacionales en uso de su posición dominante esconden los alimentos para manipular los precios, siguiendo prácticas especulativas y mo-nopólicas que impiden y/o dificultan el acceso económico de las personas a alimentos adecuados. Esta situación afecta especialmente a aquellos grupos poblacionales en mayor situación de vulnerabilidad como los pobres urbanos y rurales, principalmente los grupos de indígenas y campesinos y tiene un im-pacto negativo en la realización de los derechos de las mujeres. En la medida en que el Estado no ejerce su obligación de protección de estas compañías a través de regulación, vigilancia, investigación y sanción, y permite que aumen-te el hambre, incurre en violaciones de sus obligaciones internacionales bajo el PIDESC y de los derechos consagrados en la constitución. Estas violacio-nes se evidencian en las cifras del hambre.

Los siguientes productos de la canasta básica han subido de precio en los porcentajes indicados. Con estas cifras :

• Las tortillas 270 %; • El fríjol 167 %; • El arroz 140 %; • El jitomate 115 % • La leche 73 %,

Teniendo en cuenta estos incrementos en los alimentos básicos de la cultura alimenticia mexicana y que en general toda la canasta básica ha elevado va-rias veces su valor.27 Es necesario preguntarse ¿Cuántas personas se van a dormir con hambre? ¿Cuántas mujeres piensan que mañana no ten-drán qué darle de comer a sus hijos? Aunque los datos no son claros, sin duda se trata de una situación de incertidumbre y de privación, que es contra-ria al principio fundamental de los derechos humanos: La Dignidad humana.

27 Informe junio 2012 del Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana (UIA) Puebla

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Los derechos humanos en el contexto de las crisis:En el marco de las mencionadas crisis hemos identificado algunas situa-ciones que afectan el derecho a la alimentación de las comunidades de Morelos y Guerrero, como se explica en el presente cuadro.La crisis alimentaria:

• Las familias no pueden conseguir alimentos suficientes y adecuados para cubrir sus necesidades nutricionales; el hambre provoca desnu-trición, anemia y otras enfermedades. Las familias no tienen seguridad alimentaria ni nutricional.

• Aunque haya alimentos, las empresas mexicanas y transnacionales no los venden para enriquecerse por su especulación.

• Los productos suben de precio; la diferencia de costo la paga el con-sumidor y se la queda el comerciante, de manera que gran parte del precio nunca llega al productor.

• Cada vez menos gente trabaja el campo; por eso ya no hay campesi-nos jóvenes.

Crisis económica:• No se tiene dinero para comprar comida suficiente y nutritiva.• Los productos de los campesinos y campesinas valen muy poco, por

lo que muchos campesinos han dejado de sembrar. No hay precios de garantía que regulen el mercado, ni programas de apoyo a la co-mercialización para los campesinos y campesinas a pequeña escala, entonces los productores caen en manos de acaparadores.

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• El trabajo es escaso y los sueldos son insuficientes para que las fami-lias puedan cubrir los costos de una vida digna.

• Los campesinos y campesinas no tiene acceso a la tierra y rentarla es muy caro.

• Los apoyos de los programas para la producción, específicamente fer-tilizantes y Procampo no llegan a tiempo, además de que se practica la corrupción en ellos.28

• Los campesin@s que no son ejidatari@s, no tienen acceso a progra-mas adecuados que les permitan obtener apoyos para la producción

• El círculo de la pobreza, el hambre y la enfermedad es una cárcel que parece no tener salida.

Crisis ambiental: • El modelo económico neoliberal, en su voracidad por el crecimiento

económico ha resultado devastador de los recursos naturales renova-bles, como los boques, y los recursos no renovables, como el petróleo han sido sobreexplotados;

• En el afán productivo se ha contaminado el ambiente, pues a los ex-plotadores no les importan las generaciones futuras y no hay suficien-tes medidas que permitan garantizar la sustentabilidad del desarrollo, sino que la mayoría de las acciones se dirigen principalmente a la producción de dinero.

• El cambio climático provocado por años y años de esta explotación contaminante y no sustentable, ha tenido repercusiones extremas en la agricultura. Hay eventos climáticos extremos como sequías o inun-daciones y vientos arrasadores, así como plagas que disminuyen la producción de alimentos y afectan la seguridad alimentaria.

• Actualmente, la explotación minera, además de contaminar, hace que una gran cantidad de tierras se concentren en manos de particulares, quienes en muchas ocasiones actúan en nombre de de las empresas transnacionales, a pesar de la resistencia de las comunidades en el norte del país y en la Costa Montaña de Guerrero.

• La resistencia frente a los Megaproyectos, como el de la hidroeléctrica la Parota en Guerrero, son un ejemplo de cómo los campesinos luchan por vivir dignamente, impidiendo que se lleven a cabo atentados con-tra el medio ambiente.

28 Dicho por las participantes en los talleres

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Esta crisis es mundial y se viene gestando desde hace más de 20 años, cuando los gobernantes de nuestro país y de otros del tercer mundo, adop-taron las políticas de “ajuste estructural” impuestas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, que generaron efectos negativos para la realización de los derechos humanos de las personas, a causa de consecuencias derivadas de las políticas y progra-mas impuestos, por ejemplo:29

• El abandono de la producción agrícola por parte del Estado Mexicano, al retirar a los campesinos y no proporcionar a las campesinas: créditos, subsidios, precios de garantía, apoyos técnicos productivos y para la co-mercialización, con el objetivo de implementar el Tratado de Libre Comercio (TLC), que favoreció la importación de alimentos y granos básicos.

• El desmantelamiento del mercado interno nacional y de los merca-dos regionales es consecuencia de que se importen productos altamente subsidiados, afectando directamente a l@s campesin@s de más escasos recursos (competencia desleal y desigual). Por ejemplo, los productores de jamaica, los copreros, se vieron muy afectados con la entrada de pro-ductos asiáticos; lo mismo ocurrió a los mieleros, los productores de maíz, frijol, etc.

• Pérdida de la Soberanía Alimentaria, porque nos convirtieron en un país importador de comestibles y granos básicos, que antes producíamos y que son parte de la cultura alimenticia de nuestros pueblos.

• Generación de pobreza masiva: Debido a la injusta distribución de la riqueza, hoy varias trasnacionales son más ricas que muchos países po-bres, mientras más de 1100 millones de personas padecen hambre en el mundo.

• Salarios de hambre, que representan el “robo legalizado”, porque una familia no puede vivir con un salario mínimo, así que cada persona debe tener dos o más trabajos. Esto quiere decir estamos viviendo una escla-vitud disfrazada.

• La migración creciente de la población de países pobres hoy es un éxodo incontenible. Repetidamente se violan los derechos de los migran-tes, quienes han perdido su categoría no solamente de ciudadanos, sino de personas. La migración se ha convertido en un gran negocio para las muchas compañías transnacionales y para los países ricos. Los más po-bres tienen que abandonar a sus familias y su tierra, y son los que ingresan dinero a sus países desde el otro lado de la frontera, en forma de remesas.

29 Folleto “Mujeres contra la extrema pobreza” FIAN México 2007

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En estas condiciones, derivadas de políticas públicas incoherentes con las obligaciones internacionales de derechos humanos que ha asumido el Estado no se puede ser libre, ni ejercer la democracia, simplemente porque la des-esperada lucha por sobrevivir no deja un respiro para reflexionar. Por eso, la pobreza se ha convertido en un instrumento de sometimiento, manipulación y compra de votos al servicio de las “democracias” corruptas.30

Aunque esta difícil situación nos afecta a todos y todas, pero especialmente a los más pobres o a las clases medias que caen en la pobreza. La mujer lleva la mayor carga, que se traduce en más trabajo físico. Así, por ejemplo, en el campo ella tiene que acarrear el agua cuando los servicios de suministro no llegan hasta la casa o la familia no puede cubrir los costos de instalación y su-ministro del servicio. Muchas veces y debido al acaparamiento de los recursos hídricos o a la escasez producida por el cambio climático las mujeres tienen que caminar distancias mas largas para abastecer de agua a sus familias., con la escasez de agua, las labores domésticas se hacen más difíciles y re-quieren más tiempo. Las crisis económica, alimentaria y climática han hecho que las familias campesinas no sepan si el día de mañana tendrán que comer, y esta angustia deteriora la salud emocional, principalmente la de las mujeres.

30 Conclusión de los talleres Mujeres contra la extrema pobreza y en defensa del derecho humano a alimentarse

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Hombres y mujeres en el campoDatos de la población por sexo: INEGI 2010

Cuadro 1

Tipo de Población Pobladores %

Población Nacional 20101 112,336,538 100%

Hombres 54,855,231 48.83%

Mujeres 57,481,307 51.17%

Población Rural 24,938,538 22.2%

Fuente: INEGI, Censo 2010

Según el censo de 2005, la población rural representaba 25% del total nacio-nal. En el 2010, representaba el 22.2%, lo cual implica que las condiciones de pobreza y la migración han expulsado de las áreas rurales a un 2.8% de los mexicanos.

Población Rural hombres y mujeres INEGI 2010

Cuadro 2

Tipo de Población Pobladores %

Población Rural 24,938,538 100 %

Hombres 12,177,489 48.83 %

Mujeres 12,761,049 51.17 %

Productores ejidatarios y co-muneros: Sagarpa 2008 5,000,000 20.04 %

Productores hombres 4,000,000 16.03 %

Productoras mujeres 1,000,000 4.01 %

En México hay 12 millones 761 mil 049 mujeres rurales y la mayoría padecen pobreza alimentaria. Las mujeres que participan en la producción ejidataria y comunera eran cuatro veces menor que los hombres en el año 2008.

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4.2 Violaciones que padece la mujer al Derecho Humano a alimentarse en estas comunidades31: Desde la experiencia de las comunidades de mujeres con las que hemos tra-bajado:

• La mayoría de las mujeres campesinas no tienen acceso a los progra-mas de apoyo a la producción, por no ser ejidatarias.

• Las mujeres están descapitalizadas y no tienen acceso a los progra-mas de activos productivos, lo cual contribuye a que ellas representen la mitad de la población que vive en pobreza rural.

• No tienen acceso a programas de crédito con interés social.• Los esposos que emigran dejan a las mujeres trabajando la tierra, sin

legalizarla a nombre de ellas. Muchas padecen violencia por parte de los familiares del esposo, que les quieren quitar las tierras y el estado no las protege ante este fenómeno.

• No existe un programa especial de capacitación que permita a las mu-jeres producir con calidad y de forma ecológica, elaborar abono orgá-nico y plaguicidas, y así vender mejores productos con más valor en el mercado.

A esta situación de pobreza y marginación, se suman las desigualdades de género de la cultura machista, que no es fácil de combatir y para cuyo cambio el Estado aún no ha implementad medidas efectivas. Por eso es necesario que las autoridades competentes adopten e implementen efectivamente pro-gramas especiales sobre los derechos de la mujer, donde no sólo se capaciten ellas, sino toda la comunidad, y donde se incluya también la sensibilización y capacitación de las autoridades municipales, estatales y nacionales sobre sus obligaciones y sobre las normas internacionales y nacionales de derechos humanos que deben cumplir en el ejercicio de sus funciones, incluyendo las relativas al derecho a la alimentación adecuada y la nutrición.

4.3 Monitoreo del Programa Oportunidades:En primer lugar, nos referimos a la situación de pobreza en que vive la mayor parte de la población mexicana; aclaramos los problemas que enfrentan las mujeres para ejercer su derecho a alimentarse y señalamos los problemas de desigualdad de género que se tienen que resolver si se aspira a un desarrollo 31 Estas violaciones fueron analizadas por las mujeres participantes en los talleres.

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regional con equidad entre hombres y mujeres. Esto ha servido para evaluar el impacto del programa Oportunidades desde estas problemáticas.

Para levantar la encuesta intentamos coordinarnos con los empleados del programa a nivel municipal (sin éxito) y con las autoridades comunitarias.

Objetivos de la encuesta:• Analizar si un programa específico de seguridad alimentaria o de com-

bate a la pobreza se adecua a las obligaciones internacionales de Derechos Humanos bajo el PIDESC y de las Directrices Voluntarias sobre el Derecho a la Alimentación, en el marco de la seguridad ali-mentaria nacional, así como de la Convención contra la Discriminación Contra la Mujer, CEDAW.

• Contribuir a que las mujeres con quienes ha estado trabajando FIAN México puedan entender las carencias del programa. También se bus-ca establecer un programa de incidencia para adaptar el programa actual a los estándares internacionales relativos al derecho de las mu-jeres a una alimentación adecuada.

Para cumplir con los objetivos de la encuesta, ésta se dividió en las siguientes dimensiones del Derecho a una alimentación adecuada que corresponden:

1. PoblaciónLas comunidades donde se aplicó la encuesta fueron 14 de Morelos y 23 de Guerrero, se levantaron 913 encuestas en total. La mayoría de las entrevis-tadas tienen 8 años en el programa y manifiestan temor a la pérdida de este.

2. Determinación de la garantía del derecho mínimo de las mujeres a acceder a alimentación adecuada y eventual mejoramiento de acceso a recursos, mercados, educación y nutrición para ellas y sus familias. Mejoramiento de la situación de Seguridad y soberanía alimentaria.Descripción de los componentes del programa relacionados con el derecho a la alimentación adecuada:

El programa Oportunidades entrega un monto mensual máximo por familia de $1,515 para educación básica, y de $2,440 para familias con becarios en educación superior, la entrega se hace bimestralmente. En el cuadro se des-glosa por rubro, pero el monto es por familia, sin importar el número de hijos que tenga estudiando.

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Semestre julio-diciembre del 2010 se detalla en el siguiente cuadro:32

Apoyo Con becarios en educación básica

Con becarios en educación media superior

Apoyo Alimentario 220 220

Apoyo Energético 60 60

Vivir Mejor 120 120

Monto Máximo Becas 1,115 2,040

Monto Máximo mensual de Apoyos $1,515 $2,440

Un 41% de las entrevistadas considera que el programa las ha beneficiado principalmente en la alimentación y nutrición, un 34% percibe que las ha im-pactado en salud y un 25% en educación.

En cuanto la mejora a la alimentación un 30% opina que come más gracias al programa y un 62% que come más nutritivo.

Un 19% tuvo que renunciar a los programas alimentarios: leche Liconsa y Despensas del DIF, lo que a todas luces es injusto por tratarse de familias catalogadas como población en “extrema pobreza”.

Es lógico que haya una percepción favorable en cuanto al mejoramiento de la alimentación, pues tener un ingreso fijo permite a las personas comprar más alimentos y aunque la encuesta no es un estudio especializado para compro-bar esa mejora hay otras investigaciones que dan cuenta de lo siguiente:

Un estudio realizado por la Facultad de Economía de la UNAM, por encargo de la Auditoria Superior de la Federación (Ramírez, 2004), Para ver el impacto del Programa en cuanto a la disminución de la nutrición en las personas bene-ficiarias del Programa concluye:

El estudio revisó 14,152 registros de diagnóstico nutricional estipulados en 2,079 tarjetas de control de niños beneficiarios de los servicios de Salud esta-tales e IMSS-Oportunidades. Se reporta que en 4,438 registros, 32 por ciento de los casos presentan diferencias entre el diagnóstico calculado a partir de la fecha de nacimiento y el peso señalado, y el reporte dirigido a Oportunidades.

32 Reglas de Operación del Programa Oportunidades 2011, Secretaría de Desarrollo Social. La Política Alimentaria en México, 2011, Ávila Curiel Abelardo, Flores Sánchez Jesús, Rangel Faz Gabriela, Centro

de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentara (CEDRSSA), Cámara de Diputados, p 170-181

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En cuanto al impacto del Programa en la recuperación nutricional de los niños, el estudio evidencia que su seguimiento en este ámbito no puede ser utilizado como una fuente de datos para realizar ningún tipo de valoración sobre su im-pacto. En la medida en que no existen técnicas estandarizadas, no es posible hacer comparaciones y el porcentaje de error en el diagnóstico que reporta este estudio invalida cualquier reporte o estadística ya que se deriva de datos poco confiables.

De manera exploratoria disponemos ya de varias observaciones a escala nacional acerca de las diferencias en el estado de nutrición atribuibles al Programa. Una observación pionera es el estudio Factores demográficos y socioeconómicos asociados a la desnutrición infantil en México a principios del siglo XXI (Guillen, 2006)33, El estudio esperaba demostrar que los niños de las familias pobres que recibían transferencias, es decir, las beneficia-rias de Oportunidades, tenían menor riesgo y menor probabilidad de pa-decer desnutrición; sorprendentemente los resultados indicaron un RRR34 mayor en los niños de las familias pobres beneficiarias de Oportunidades (1.80), que en quienes no lo era (1.36), así como también una probabilidad mayor de padecer desnutrición (0.47 vs. 0.36).

Para asegurar el acceso a la alimentación a largo plazo, un 74% de las entre-vistadas piensa que deben impulsarse actividades productivas, que los pro-ductos del campesino deberían venderse a precios justos que les permitan mantener a la familia, también opinaron que las personas que trabajan en las ciudades deberían ganar salarios dignos; un 26% opina que sí le ayudan los programas alimentarios.

Conclusiones:

El programa proporciona dinero en efectivo a las familias de manera bimes-tral, y en su mayoría las mujeres dicen que lo invierten en alimentos, y también en educación y salud.

Las mujeres tienen claro que la solución al problema alimentario es la falta de fomento y apoyo a la producción propia de alimentos y la falta de fuentes de trabajo. El que la mayoría de las mujeres encuestadas reivindique la pro-ducción y el trabajo, y en menor grado los apoyos asistenciales a la población 33 Ídem34 Las variables con razones de riesgo relativo (RRR) más elevadas fueron residir en municipio indígena y condición

de pobreza familiar.

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pobre, habla de que las personas prefieren la autonomía a la dependencia y esto es parte esencial de su dignidad humana. 35

Recomendaciones: • Exigir que el gobierno mexicano haga un estudio confiable a nivel na-

cional con instituciones especializadas, sobre el impacto del Programa Oportunidades en el combate de la desnutrición infantil.

• Que se tomen las medidas necesarias para que la información que brinda el personal involucrado en el seguimiento de la situación de ni-ños desnutridos sea confiable, y se sancione al personal que manipule los datos.

• Que se proporcione un subsidio a producción agrícola campesino, que se retire a los granos básicos del tratado de libre comercio, y que se generen fuentes de empleo con salarios dignos.

3. Identificación de disminución o no en las causas de violencia y dis-criminación que generan violaciones del derecho a la alimentación de las mujeres.Aunque en la encuesta solo tocamos la violencia física, que es la más evi-dente, las entrevistadas nos dejaron percibir otro tipo de violencia más sutil y disfrazada, como la emocional, la económica, el abuso de autoridad, coartar la libertad de expresión de las personas, que también son actos de violencia. En febrero del 2012 se realizó un taller de violencia en Atoyac, al que asistió la directora de la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar quién informó de las actividades llevadas a cabo. Pero dos compañeras ahí presentes dijeron que ellas participaron y no fueron bien atendidas. La direc-tora se comprometió a escucharlas, y juntas calendarizaron recorridos por las comunidades del municipio, pero en la Unidad nunca tuvieron tiempo, ni personal para dar las pláticas.

En la pregunta sobre si ha tenido diferencias con sus familiares sobre el uso del dinero: el 92% dijo que nunca, el 3.5% si las ha tenido principalmente con los hijos, suegros y en menor grado con los esposos, sin embargo las infor-maciones recibidas de las entrevistadas durante dos años de talleres en los cuales no percibían la entrega de la información como pérdida de el acceso al programa, los testimonios fueron muy diferentes al resultado de la encuesta.

35 Es la pregunta 4.10 de la encuesta

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Conclusiones:

Por vergüenza o temor a perder la beca de Oportunidades, las mujeres no acabaron por reconocer toda la violencia intrafamiliar que sufren; pues sólo un 10% de las entrevistadas reportan sufrir violencia; mientras que la Encuesta Nacional sobre Dinámica de Relaciones de los Hogares ENDIREH 2006 cita un 43% de violencia de pareja. Un elemento que dificulta que las mujeres no denuncien la violencia de la que son objeto, es que no saben a donde acudir a presentar su denuncia, así lo manifestó el 60% de las encuestadas.

No hay información sobre dónde acudir para denunciar la violencia que su-fren, en este sentido hace falta información precisa, orientación y mayor sen-sibilización para que las mujeres se sientan seguras y se atrevan a hacer la denuncia correspondiente.

Existe una necesidad de incorporar en el programa un elemento que contribu-ya a la orientación de los hijos de secundaria y preparatoria sobre el uso del dinero, y la importancia del control del mismo por las madres. De hecho, la falta de formación a este respecto y el conocimiento de los niños y niñas sobre los nuevos recursos que ingresan a la familia han generado conflictos intrafa-miliares. “Muchos pelean por manejar ellos mismos su beca, para malgastarla o comprarse celulares, no entienden que es un apoyo a la familia para que ellos sigan estudiando.”

Recomendaciones:• Que se establezcan mecanismos de monitoreo, con la participación de

las mujeres titulares del programa, para dar seguimiento a los casos de violencia que se presentan y que como consecuencia las autorida-des responsables adopten todas las medidas necesarias para dar fin a estas situaciones de violencia, mediante intervenciones consultadas con las afectadas.

• Que las autoridades responsables del Programa coordinen sus activi-dades en los municipios y a nivel estatal con las instituciones especia-lizadas sobre el tema de violencia, especialmente de violencia contra la mujer.

• Que se incluya el tema de violencia y los mecanismos para prevenir-la, monitorearla, denunciarla y sancionarla en las capacitaciones de Oportunidades y que se imparta formación al respecto en las Unidades de Violencia Intrafamiliar en los municipios.

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• Que se incluya un componente dentro del programa o complementario al mismo para prevenir la violencia entre hijos y padres, informando a los jóvenes por parte de maestr@s y doctor@s en que se debe de gastar el dinero y la importancia de su administración por parte de las madres de familia.

4. Determinación de la opción real de influir en la definición, implementación y monitoreo del programa y acceso recursos de queja ante irregularidades. (Respeto al procedimiento y organización del programa, responsabilidades y capacidad de tomar decisiones)

En términos generales casi el 91% sabe perfectamente que éste es un Programa Federal que identifican con la Presidencia de la República, y el 93% sabe que proviene de los impuestos que pagan los trabajadores.

El 76% opinó que las decisiones del Programa no las toman ellas: las toma el Gobierno Federal (39%), las autoridades del Programa (21%) y los doctores (16%).

En cuanto a las situaciones más cercanas sobre su participación en el ingreso y baja de las beneficiarias, un 50 % opinó que no participa.

Los motivos de la baja los tienen bastante claros, en orden de importancia opinaron: el 37% dijo que a causa de no asistir a citas médicas; un 30% por no presentarse a las pláticas médicas o capacitaciones de los doctores; y un 23% debido a no asistir a las capacitaciones.

Solo el 5% ha presentado alguna queja y la mayoría lo ha hecho utilizando el buzón, pero solamente a la mitad se le resolvió de manera favorable.

Conclusiones:

El Programa tiene una estructura vertical que impide la participación de las titulares, y en todo lo que se refiere a operación, información y transparencia, esto se evidencia en que:

La participación de las beneficiarias se limita a asistir las capacitaciones, visi-tas médicas, y a las labores de limpieza en la comunidad, bajo la amenaza de que si no las cumplen serán dadas de baja en el Programa.

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Oportunidades carece de una estructura comunitaria real que otorgue poder de decisión a las beneficiarias y que les permita a ellas monitorear las acti-vidades de los doctor@s y demás personal del programa, quienes sí tienen poder de decisión, pero para cuyas irregularidades no existen mecanismos claros de responsabilidad.

El hecho de que solo un 5% de las entrevistadas haya presentado quejas quiere decir o que el Programa funciona muy bien o que las beneficiarias no se atreven a presentar quejas por temor a que las den de baja o que no cono-cen la posibilidad de presentar quejas.

Recomendaciones: • Que se reforme la estructura del comité de Oportunidades, de manera

que sus miembros sean elegidos en asamblea comunitaria.• Que se establezcan mecanismos de monitoreo y evaluación para la

asamblea comunitaria, para que esta pueda evaluar su funcionamien-to y las actividades de los servidores públicos responsables.

• Que la asamblea comunitaria, doctor@s y comité, evalúen conjunta-mente los avances del Programa en la comunidad y adopten medidas correctivas periódicamente, para evitar los posibles efectos adversos del programa en los derechos de las mujeres.

• Que el abuso de autoridad sea sancionado.• Que las nuevas integrantes al Programa se nombren en Asamblea co-

munitaria y que el empleado que hace el censo verifique si cumplen con los lineamientos.

5. Determinación del incremento de educación en temas relacionados con el derecho a la alimentación.Las beneficiarias refieren haber recibido escasa capacitación referente a eco-nomía doméstica, elaboración de huertos familiares y a la alimentación en las diferentes etapas de la vida. En cambio dicen haber recibido amplia capaci-tación respecto a alimentación adecuada y balanceada; daños a la salud por consumo de alimentos chatarra y la alimentación en las diferentes etapas de la vida.

Si bien el 91% de las entrevistadas refiere gustar de las capacitaciones, hay un 15% que manifiesta inconformidad por ser éstas obligatorias.

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Conclusión:

Las entrevistadas solo consideran como capacitación la que dan los doctor@s

Recomendación:• Incluir los temas de violencia intrafamiliar• Planificación familiar• Economía doméstica• Huertos familiares• Elaborar materiales didácticos para cada tema que responsan a las

capacidades y necesidades de las beneficiarias, de acuerdo a su nivel educativo.

6. Determinación del acceso de las mujeres a espacios de participación en los que se definen temas relacionados con acceso a recursos, mer-cados, nutrición y otras dimensiones del derecho a la alimentación.El 86% no ha recibido capacitación sobre el derecho de las mujeres a la te-nencia de la tierra y a tener títulos de propiedad, el acceso a disponer de fertilizantes u otros subsidios, el derecho y oportunidad de obtener créditos,

Solo del 17% al 26% de las entrevistadas dice haber recibido pláticas sobre prácticas patriarcales en relación al derecho a la alimentación.

Conclusiones:

En el Programa Oportunidades esta ausente la perspectiva de derechos hu-manos y de género.

Dicho Programa no incluye los temas mencionados en la capacitación, ni pro-picia espacios de discusión como pudieran ser los Foros municipales con es-pecialistas y organizaciones sociales.La capacitación que las beneficiarias han recibido sobre temas con la pers-pectiva de derechos humanos y de género, no ha provenido del Programa sino de sus propias organizaciones, como lo mencionaron en los talleres.Recomendaciones:

• Que se incluya la perspectiva del derecho a la alimentación desde los derechos humanos y la de género en las capacitaciones del Programa.

• Que se incluya en la capacitación sobre los derechos de la mujer CEDAW

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7. Conciencia de los hombres de la comunidad sobre igualdad de géne-ro y derechos de las mujeresAl 97% de los hombres entrevistados les parece justo que las mujeres sean las beneficiarias del Programa; el 93% piensa que las tareas que les exige el Programa a las mujeres, les incrementa su carga de trabajo; el 96% dice que la familia colabora en las actividades domésticas.

Siete de cada diez varones (71%) dice que participa en la decisión de cómo se gasta el dinero del Programa, cuando las mujeres respondieron a esta misma pregunta que solo un 19% de ellas tomaba la decisión con el esposo.

Recomendaciones:

Incluir en el programa elementos de concientización de los hombres de la comunidad sobre la igualdad de género, el carácter violatorio de derechos humanos de conductas violentas y discriminatorias contra la mujer, poniendo énfasis en el poco acceso a recursos naturales y públicos, y al derecho a la alimentación que por estos comportamientos sexistas padecen las mujeres.

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4.4 La Declaración oralRetomando el análisis de las violaciones del derecho a la alimentación de las mujeres, realizado con ellas en los talleres, así como las recomendaciones derivadas de la encuesta de percepción del Programa Oportunidades, se lle-varon a cabo los foros de Atoyac y de Morelos los días 28 y 29 de mayo del 2012 sobre la política alimentaria con perspectiva de género y derechos hu-manos. Como resultado de estos Foros 134 mujeres elaboraron y presentaron la siguiente declaración en la 52 reunión de la CEDAW. Estaremos muy aten-tas las medidas que el gobierno Mexicano adopte para la implementación de las recomendaciones emitidas por la CEDAW. La articulación de las mujeres para utilizar estas recomendaciones de la CEDAW en la corrección y adopción de políticas públicas es un paso relevante para avanzar en la realización de sus derechos humanos, especialmente de su derecho a la alimentación ade-cuada y la nutrición.

Declaración oral de mujeres rurales y campesinas de los estados de Guerrero y Morelos, en México* con el apoyo de FIAN Internacional ante la CEDAW. Damos la bienvenida a la consagración constitucional en el 2011 del derecho a la alimentación. Esta declaración fue preparada por un grupo de organiza-ciones de mujeres rurales y campesinas que vienen trabajando desde hace seis años por la promoción de su derecho a la alimentación adecuada desde una perspectiva de género, con el apoyo de FIAN México.

En México 28 millones de personas sufren de hambre y desnutrición, de es-tos. 22 millones viven en el campo y la mitad son mujeres y niñas. Para el caso específico de los estados de Guerrero y Morelos nuestras organizacio-nes han identificado los siguientes principales obstáculos en la realización de su derecho a la alimentación adecuada:

Dificultades en el acceso a programas productivos

Si bien las mujeres se dedican principalmente a la producción en pequeña escala de granos tradicionales para su subsistencia y la de sus familias, el principal programa en nuestra región dedicado a fomentar esta producción es PROCAMPO, el cual exige para acceder a sus beneficios que ellas posean el certificado agrario para demostrar su propiedad, no obstante que solo una quin-ta parte cuenta con dicho documento. Esta condición limita la posibilidad de las mujeres de producir los alimentos que necesitan para llevar una vida digna.

52

Por el contrario, para el caso de la producción de café existe la experiencia favorable del programa CECAFE al que pueden acceder sean propietarias o no, mientras demuestren actividad productiva.

Solicitamos a la CEDAW que recomiende al Estado Mexicano, que todos los pequeños campesinos y campesinas, tengan acceso a estos progra-mas tengan o no el titulo de la tierra.Debido a la migración de los hombres en busca de nuevas fuentes de ingreso, las mujeres permanecen trabajando las tierras para poder sobrevivir, sin em-bargo no existen mecanismos efectivos para traspasar la tenencia jurídica de las tierras a estas mujeres. Esta situación genera obstáculos para que ellas puedan acceder a programas, proyectos y otras facilidades, que requieren la titularidad de la propiedad. Esta situación las hace vulnerables a la violencia intrafamiliar, por los miembros de las familias que se quedan y afecta su salud física y emocional.

Solicitamos a la CEDAW, que recomiende al Estado Mexicano adoptar todas las medidas necesarias, para que las mujeres de los migrantes, puedan legalizar fácilmente su relación con las propiedades que ellas necesitan para garantizar su derecho a la alimentación.Si bien el Estado mexicano viene implementando programas de ayuda alimentaria como el Programa Oportunidades, que mejoran la seguridad alimentaria de las mujeres a corto plazo, estos programas tienen un carácter esencialmente asistencialista y no se encuadran dentro de una estrategia que les permita garantizar dicha seguridad alimentaria de manera autosuficiente y autónoma.

Solicitamos a la CEDAW recomendar al Estado Mexicano que Impulse un programa de producción de alimentos dirigido específicamente a las mujeres, que en el mediano plazo les permita garantizar su derecho a la alimentación de manera digna, autónoma y autosuficiente.En varias de nuestras comunidades persisten prácticas patriarcales, y cuan-do los alimentos son escasos las mujeres son las primeras en sacrificar su acceso a los alimentos. Solicitamos a la CEDAW recomendar al Estado Mexicano la adopción de medidas para corregir dichas prácticas, prote-giendo el derecho a la alimentación de las mujeres y las niñas.

53

4.5 Propuesta de una política alimentaria comunitaria con perspectiva género y derechos humanos

“…la máxima participación de la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre, en todos los campos, es indispensable para el desa-rrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz.”36

En nuestro país hay 24 millones 938 mil 538 habitantes en las comunidades rurales, de los cuales 12 millones 761 mil 049 son mujeres y la mayoría viven en pobreza alimentaria y sólo un millón son ejidatarias. Hay varios indicadores que revelan entre los más pobres se encuentran las mujeres campesinas e indígenas. En un medio donde predomina la cultura machista y la violencia in-trafamiliar, las personas que además de vivir en la pobreza, viven en violencia crónica, están siendo afectadas en su dignidad y padecen un extremo estado de vulnerabilidad.

Por esta situación para poder desarrollarse, las mujeres necesitan ganar auto-nomía, capacidad de decisión sobre sus vidas, su trabajo, sus ingresos y sus

36 CEDAW Preámbulo párrafo 12

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cuerpos, para valorarse como personas, como ciudadanas. En este proceso no bastan programas productivos o alimentarios para mujeres, si no tienen el enfoque de género y derechos humanos; a los cuales las organizaciones de mujeres deben dales seguimiento.

Una propuesta de política alimentaria con perspectiva de género y derechos humanos debe de cumplir con las siguientes premisas:

Objetivos Generales:Promover la perspectiva de los derechos humanos: partiendo de que los programas deben incidir en la formación de sujetos activos, con la capacidad de decidir, evaluar y proponer. Los programas no deben generar dependencia, sino aportar herramientas para que todas las personas tengan la capacidad de alimentarse.

Promover la perspectiva de género: El sujeto social del programa o de los programas deben de ser las mujeres, para incidir en su desarrollo personal, empoderamiento económico, en mejorar su capacidad en la toma de decisio-nes, en su desarrollo organizativo, en su participación a nivel comunitario y municipal.

Capacitar: El programa debe dar capacitación comunitaria técnica (para la producción y la comercialización) y sobre los derechos de la mujer (CEDAW), que capacite a todas las integrantes beneficiarias y forme promotoras para no crear dependencia.

Objetivos Específicos• Producir: Garantizar que las familias campesinas tengan los medios y

condiciones para producir los alimentos que necesitan, y para vender los excedentes; es requisito para no crear dependencia hacia el programa.

• Comercializar: reactivar el mercado comunitario y regional para la venta de excedentes agropecuarios de familias campesinas.

• Ingreso: Dotar a las mujeres de oportunidades y capacidades para que con su trabajo generen ingreso propios (que ellas sean las titula-res del programa).

El punto de partida de esta propuesta es La soberanía alimentaria, un con-cepto más político promovido por la organización mundial Vía Campesina, que insiste sobre la importancia del modo de producción y del origen de los

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alimentos, y se refiere también al derecho de los campesinos a trabajar la tierra. Esta perspectiva reivindica el derecho de los pueblos a determinar su propia alimentación y agricultura, a proteger y regular la producción agrícola y el comercio nacional con el objetivo de alcanzar un desarrollo sustentable.37

El concepto oficializado pone énfasis en la seguridad alimentaria en la dispo-nibilidad de alimentos les da igual que se compren o se produzcan. Sin embar-go la experiencia nos ha demostrado que los precios del mercado mundial no se mueven por buena fe o con criterios de justicia, por eso no podemos confiar en ellos. En la medida que el gobierno saque del Tratado de Libre Comercio (TLC) los granos básicos, fomente la producción campesina del país, México podrá volver a abastecerse de alimentos propios, de nuestro campo, y podre-mos dejar de padecer hambrunas. Esa es la gran diferencia en la propuesta de Vía Campesina y la oficial que se reduce a la seguridad alimentaria.

5. Desarrollo comunitario con equidad de Género...…El crecimiento a lo bruto no tiene frutos, el desarrollo tiene frutos, las pla-gas crecen a lo bruto38….

El crecimiento y el desarrollo son diferentes, porque el crecimiento no siempre lleva al desarrollo, por ejemplo las plagas crecen a lo bruto, provocando des-trucción en lugar de bienestar.

En el Desarrollo comunitario los ciudadanos tenemos una participación activa, sabemos de nuestros problemas de producción, comercialización, abasto, ali-mentación, salud, educación, de servicios básicos, de transporte, de violencia intrafamiliar, violencia social, de cambio climático; y nos interesa analizarlos y proponer soluciones.

Para desarrollarnos necesitamos organizarnos en la comunidad para luchar por el bien común, sin importar religión o partido político.

Para construir un desarrollo con equidad de género, las mujeres organizadas deben tener proyecto económico en su comunidad que les permita capitalizar-se y asegurar un ingreso propio, así como tomar decisiones propias sobre su proyecto de vida. Los fondos de ahorros comunitarios que maneja el Colectivo 37 Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales. El derecho a la alimentación adecuada en la ciudad de

México. Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) Pag. 4

38 Conclusión del taller

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de Mujeres Campesinas de Atoyac, son un buen ejemplo, porque han permiti-do que las mujeres resuelvan juntas problemas que tienen que ver con los im-previstos como enfermedades (uno no sabe cuando se va a enfermar), viajes de emergencia, también para planear mejor los gastos.

Estos Fondos de Ahorro activan la economía de la comunidad, el dinero de las ahorradoras sirve de apoyo solidario para todas. El bajo interés que cobran es un beneficio que se distribuye entre las socias. Han servido para que las mujeres se mantengan organizadas.

Además estos fondos tienen buenos efectos en hombres y mujeres; los gru-pos de ahorradoras se ganan reconocimiento en la comunidad porque el be-neficio no es solo para ellas.

Para que los Fondos de ahorro se desarrollen las compañeras han tenido que ser muy cuidadosas, seleccionando a las mujeres que entran, por su respon-sabilidad, honradez y compromiso, Si un grupo no realiza trabajo de educa-ción y concientización con sus integrantes, se viene abajo; se necesita crecer en calidad y no solo en cantidad.

El organizar el dinero de muchas familias pobres tiene repercusiones eco-nómicas, sociales, organizativas, y permite avanzar en la equidad de género cuando las mujeres son las responsables de esta gran tarea, porque se ca-pacitan, aprenden a manejar el dinero, a planificar sus gastos y sobre todo a ahorrar, que es lo más difícil. Se piensa que los pobres no pueden ahorrar, sin embargo esa disciplina de ahorrar poquito pero sin falta es el único medio que les permite hacerse de un pequeño capital.

Este proceso de aprendizaje fortalece a las mujeres, en sus casas las miran con más respeto su esposo e hijos. En los grupos ellas han aprendido a co-municarse, a expresar sus puntos de vista, a escuchar a las compañeras y muchas enseñanzas las comparten con su familia y sobre todo las llevan a la práctica.

Proyectos autogestivos como los fondos de ahorro, son buen ejemplo de or-ganización de mujeres, pero también importa que en las comunidades las familias cultiven maíz, fríjol, arroz, hortalizas, crianza de animales de traspatio y tengan estanques piscícolas, porque eso les da seguridad alimentaria, si tienen excedentes, también ingresos por su comercialización.

Es por esto que en sus políticas públicas el Estado Mexicano debería apoyar y replicar iniciativas como estos fondos de ahorros, que han demostrado ser

57

una medida adecuada para la garantía de la realización del derecho de las mujeres y sus familias a la alimentación adecuada.

Para fortalecer el desarrollo comunitario necesitamos:

¡¡¡¡Que en México haya democracia, Paz y Justicia Social, exigiendo la vigencia de los Derechos Humanos!!!

Incansables promotoras del Derecho Humano a Alimentarse.

Blanquita Narro: socia fundadora del Frente por el Derecho a la Alimentación y de FIAN México, educadora popular impulsora de la Escuela de Promotores de Comités contra el Hambre y de proyectos de mujeres sobre alimentación y salud alternativas.

Aldegunda Olascoaga: promotora del derecho humano alimentarse, espe-cialista en germinados y huertos urbanos, socia de la cooperativa Piedra y Encino del Ajusco Medio.

Carmen Pedrazini: defensora de los derechos humanos, de las causas de los más necesitados y de la democracia, su participación fortaleció el trabajo de FIAN México.

Bibliografía:Censo 2010, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática Cálculos de consulta página http//cuéntame.inegi.org.mx

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, febrero 2010.

El poder de la mujer y la subversión de la comunidad. Mariarosa Dallas Costa y Selma James, editorial Siglo XXI, 1975

Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2011 (ENDIREH 2011)http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/Proyectos/Encuestas/Hogares/especiales/endireh/endireh2011/default.aspx

Estudio descriptivo sobre los procesos de medición y registro nutricional y de valoración sobre la recuperación nutricional en niños menores de 5 años en el marco del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, México, Poder Legislativo- Auditoria Superior de la Federación/Facultad de Economía UNAM. Ramírez, G (coord.) 2004

Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación, FAO, http://www.fao.org/docrep/014/i2330s/i2330s.pdf

Factores demográficos y socioeconómicos asociados a la desnutrición in-fantil en México a principios del siglo XXI, tesis de maestría en Demografía, México, El Colegio de México. (Guillen, 2006)

La participación de las mujeres en los programas de SAGARPA, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación México, 22 de mayo de 2008

La Política Alimentaria en México, 2011, Ávila Curiel Abelardo, Flores Sánchez Jesús, Rangel Faz Gabriela, Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentara (CEDRSSA), Cámara de Diputados

Mujeres y hombres en México 2010, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI con el Instituto Nacional de las Mujeres, 2010

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Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, adoptado y abierto a firma 16 de diciembre de 1966, ratificado por México el 23 marzo 1981.

Reglas de operación del Programa Oportunidades, Secretaría de Desarrollo Social http://www.oportunidades.gob.mx/Portal/wb/Web/reglas_de_opera-cion_oportunidades_2012_Sistema Educativo de los Estados Unidos Mexicanos, Principales cifras 2008-2009 Secretaría de educación Pública SEP. http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/1899/1/images/PrincipalesCIF2008-2009.pdfVI Congreso Latino Americano de Humanidades “Humanidades y tecnología: una interacción necesaria” Ponencia: Empoderamiento femenino: Alternativa para reconstruir la esperanza. Visión crítica del desarrollo tecnológico globa-lizado desde la Nicaragua del siglo XXI. Aura Violeta Aldana Saraccini Mayo del 2003

Esta edición consta de 1000 ejemplares mássobrantes para reposición y se terminó de

imprimir en octubre 2012 en los Talleres Gráficos de

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