La Política Como Profesión

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EL POLITICO Y EL CIUDADANO. La política como profesión es el título de una conferencia realizada por el sociólogo alemán Max Weber el 28 de enero de 1919 en Mónaco de Baviera, que junto con la conferencia que dictó sobre la ciencia como profesión, se agruparon en una sola obra y posteriormente se publicaron, convirtiéndose en una lectura clásica que hoy conocemos con el título de “El político y el Científico”. Esta obra ha sido considerada como un libro de lectura obligada para los estudiosos de la ciencia política. Max Weber, al igual que Maquiavelo en “El Príncipe”, no tenía idea de la manera en la que influirían sus escritos en las generaciones de estudiosos de la ciencia política, pues su objetivo principal era abrir los ojos a las generaciones de jóvenes alemanes que con una crisis de identidad, y un descontento generalizado por las circunstancias del periodo más oscuro de la crisis de la Alemania imperial, que rodearon la caída de la monarquía, y el nacimiento de la Republica de Weimar, necesitaban una luz hacia dónde dirigir sus frustraciones. Esta conferencia, contiene una reflexión magistral, o, si se quiere, una serie de "tipos ideales" valiosos en la política: los políticos y las alianzas partidistas. La política, para él, no es solo una profesión, sino, específicamente una vocación, como se explica en el título de su discurso Politik del als Beruf, donde el Beruf alemán es una expresión de ambigüedad léxica oscilando entre "Profesión y Vocación” " Weber define la política como una actividad independiente para dirigir e influir en la dirección del Estado, y por tanto, la acción puede ocurrir de dos maneras; o se vive para la política, o se vive de la política. Pero una manera no excluye a la otra. Quién vive la política "para", lo hace en un sentido de su propia vida, es decir, le da sentido a su vida, es su vocación, y lo disfruta; y quienes viven de la política, lo establecen como una profesión para concretar una fuente duradera de ingresos. Antes que Weber, Aristóteles escribió que existían los que llamó “falsos políticos” y decía: "la mayoría de los que participan en política reciben esta denominación incorrecta: en realidad no son

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EL POLITICO Y EL CIUDADANO.

La poltica como profesines el ttulo de una conferencia realizada por el socilogo alemn Max Weber el 28 de enero de 1919 en Mnaco de Baviera, que junto con la conferencia que dict sobre la ciencia como profesin, se agruparon en una sola obra y posteriormente se publicaron, convirtindose en una lectura clsica que hoy conocemos con el ttulo de El poltico y el Cientfico.

Esta obra ha sido considerada como un libro de lectura obligada para los estudiosos de la ciencia poltica. Max Weber, al igual que Maquiavelo en El Prncipe, no tena idea de la manera en la que influiran sus escritos en las generaciones de estudiosos de la ciencia poltica, pues su objetivo principal era abrir los ojos a las generaciones de jvenes alemanes que con una crisis de identidad, y un descontento generalizado por las circunstancias del periodo ms oscuro de la crisis de la Alemania imperial, que rodearon la cada de la monarqua, y el nacimiento de la Republica de Weimar, necesitaban una luz hacia dnde dirigir sus frustraciones.

Esta conferencia, contiene una reflexin magistral, o, si se quiere, una serie de "tipos ideales" valiosos en la poltica: los polticos y las alianzas partidistas.La poltica, para l, no es solo una profesin, sino, especficamente una vocacin, como se explica en el ttulo de su discursoPolitik del alsBeruf,donde elBerufalemn es una expresin de ambigedad lxica oscilando entre "Profesin y Vocacin"

Weber define la poltica como una actividad independiente para dirigir e influir en la direccin del Estado, y por tanto, la accinpuede ocurrir de dos maneras; o se vive para la poltica, o se vive de la poltica.Pero una manera no excluye a la otra.Quin vive la poltica "para", lo hace en un sentido de su propia vida, es decir, le da sentido a su vida, es su vocacin, y lo disfruta; y quienes viven de la poltica, lo establecen como una profesin para concretar una fuente duradera de ingresos.

Antes que Weber, Aristteles escribi que existan los que llam falsos polticos y deca: "la mayora de los que participan en poltica reciben esta denominacin incorrecta: en realidad no son de carcter poltico en la verdad, porque el poltico es el que decide las acciones bellas en s mismas, mientras que la mayora elige este tipo de vida en vista de la riqueza y el deseo de poder.

Puede la poltica, el arte de la buena gobernanza, ejercerse con la intencin de influir en la gestin del poder y con la concepcin weberiana de oportunidad poltica" o, en el peor de los casos, tanto para aficionados como "polticos profesionales"? En realidad, polticos somos todos, cuando cruzamos nuestra boleta o expresamos nuestra voluntad de manera similar, por ejemplo, mediante el aplauso o el desacuerdo en una reunin poltica, mitin, conferencia, o evento de gobierno, mediante nuestro comentario sobre la marcha que nuestros gobernantes o representantes dan al Pas, Estado o Municipio; o cuando en una asamblea de vecinos tomamos las decisiones sobre lo que conviene o no para nuestra comunidad y para el inters de nuestras familias.

Sin embargo, se puede decir que son principalmente tres cualidades esenciales para un poltico: pasin, sentido de responsabilidad y previsin. El poltico profesional debe, pues, rehuir los vicios de la vanidad, la ausencia de una causa y la irresponsabilidad.

Un punto clave en la afirmacin de Weber juega el "sentido de responsabilidad", ligado al principio de la "tica de la responsabilidad", la calidad fundamental de cadapolticopara ser y llegar a ser lo que es: el artista de lapolis. Sin embargo, esto da lugar a lacontrovertida cuestindel delicado equilibrio entre la tica y la poltica.

Sobre este punto, y retomando de nuevo a Maquiavelo en el Prncipe" y a su atribuida frase y por costumbre asignada el fin justifica los medios, escriba: "en un prncipe es menester mantener la f y vivir con integridad y no con astucia, sin embargo en la experiencia, existe un abismo entre el ser, y el deber ser, entre la teora y la prctica, entre el valor de la accin.

Max Weber, en este sentido seal que "los que quieren hacer poltica en general, y especialmente a aquellos que quieran practicar la poltica como una profesin, debe ser consciente de esas paradojas y la responsabilidad tica de lo que puede suceder bajo su profesin.

Otro punto importante de sealar, es que Weber argument que no hay otra forma de hacer poltica en la sociedad secular, sino a travs del partido, que, burocrticamente estructurado, ser dirigido por un lder carismtico, idealista, que va a definir sus propios objetivos de la accin poltica. Sin embargo, los partidos modernos de hoy parecen haber perdido el antiguo brillo de la representacin de las causas populares, para convertirse en espectros bastante representativos de los intereses personales y el clientelismo cupular, que han motivado, afortunadamente en nuestro pas, un cambio en la legislacin electoral que da fundamento y legitimidad a la figura del candidato independiente, tan mencionado en el actual proceso electoral.

Ahora bien, esta incursin de ciudadano en lo electoral, nos indica que para que las democracias funcionen de manera ideal, adems de buenos polticos, tambin debemos contar con buenos ciudadanos, pero en un sentido ms amplio y no solo en cumplimento al trmino legal que el artculo 34 de la constitucin otorga a aquel que cumpli los dieciocho aos y tiene un modo honesto de vivir; ni con las limitantes que los artculos 35 y 36 sealan a sus prerrogativas y obligaciones. Sino a un concepto que conlleva la participacin en actividades publicas, la exigencia del respeto a los derechos en todos los aspectos de la vida cotidiana y el inters por estar informado de los acontecimientos. A nadie hace bien un ciudadano aptico, que no se interesa por los asuntos pblicos, y que no expresa lo que piensa y siente sobre su entorno, sus conciudadanos y su gobierno.

Adems, el concepto ideal de ciudadano es el que busca la armona en las relaciones y respeta los derechos humanos, los que corresponden a los nios, a los animales y adems cuida el medio ambiente. El mismo Aristteles estableca una diferencia entre los ciudadanos al sealar en su obra La poltica que toda la discusin precedente ha demostrado en qu la virtud del hombre de bien y la virtud del ciudadano son idnticas, y en qu difieren; hemos hecho ver que en un Estado el ciudadano y el hombre virtuoso no son ms que uno; que en otro se separan; y, en fin, que no todos son ciudadanos, sino que este ttulo pertenece slo al hombre poltico, que es o puede ser dueo de ocuparse, personal, o colectivamente, de los intereses comunes.

En los albores de la democracia, en la antigua Grecia, surgi la idea que las decisiones deban tomarse por los ciudadanos en su conjunto, y que sus ideas deban debatirse. Tambin encontraron que aunque muchos tenan ese derecho, solo unos pocos tenan la capacidad. Cmo podan resolver este problema?

Decidieron entonces darle instruccin a los menos favorecidos, equilibrando de esta manera la desigualdad de condiciones en el debate y la toma de decisiones, le agregaron el convencimiento que lo que realmente le daba sentido a la marcha de la poltica era el inters de la comunidad y la pasin. Inters como un concepto opuesto al inters particular, que no representaba la suma de intereses particulares como origen de un inters comn, sino que a partir de este concepto naca un concepto elevado a un plano superior casi divino que tena punto de expresin mximo en la ley y la virtud.

De esta manera, el hombre que no se preocupa de los dems, de manera personal, y no nicamente dando cumplimiento a la obligacin que un mandato popular le confiere, no puede ser considerado ciudadano en el sentido Aristotlico del trmino, y al que aspiramos llegar en un futuro mediato.

Nuestra realidad nos manda cada da un retrato de contrastes, pues mientras encontramos personas y organizaciones que se preocupan y se ocupan de sus semejantes, mediante la educacin, la ayuda humanitaria, y la defensa de los derechos de los menos favorecidos; tambin encontramos infinitas muestras de abuso de aquellos, que aprovechando la pobreza o la ignorancia de sus hermanos, buscan en estas debilidades el beneficio propio. La discriminacin en razn de la condicin econmica, el sexo, el grado de conocimientos, el color de la piel, religin y preferencia poltica, e incluso la procedencia geogrfica, es una constante en nuestra ciudad, nuestro pas y el mundo entero.

Este retrato de la realidad es un indicador que la lucha de la democracia y de la poltica es tambin la lucha por las virtudes y los valores positivos y que no deben ser responsabilidad nica de los gobernantes o las instituciones de educacin, y debe dejarse su mayor carga en los ciudadanos de bien, -que como en una guerra- deben salir cada da a cumplir con sus actividades cotidianas, y en cada una de ellas exigir sus derechos y los de sus conciudadanos y a seguir dando la batalla a travs de la educacin, pero con ese ingrediente principal que significa el convencimiento que esta es la solucin al nepotismo, la corrupcin, la impunidad y la gran mayora de los males que como sociedad padecemos y que desencadenan el cncer de la violencia la desconfianza en los dems y la falta de armona.

Es as, que adoptando como ciudadano los conceptos de: pasin, sentido de la responsabilidad y de previsin que Weber seala a los polticos, el ciudadano como usted y como yo participando de las decisiones de nuestra comunidad, del club deportivo, la congregacin religiosa, la junta de vecinos y de la escuela, entre muchas otras formas de participacin; podemos reivindicar el concepto de poltica; rescatar la confianza en las autoridades y en nuestros semejantes, y convertimos finalmente en polticos de primera categora.

Viendo los conflictos polticos y las luchas electorales que se desarrollan en nuestro pas de manera particular y en el resto del mundo de manera general, no hay lugar a dudas que debemos conocer las enseanzas de autores clsicos como Aristteles, Maquiavelo y Weber, para encontrar un nuevo significado a la poltica. Slo de esta manera la poltica adquirir un significado digno de los hombres de bien, as como el lugar que merece en la historia, dejando de ser un trmino despectivo para sealar los vicios que teniendo el hombre individual, se trasladan a los hombres en el poder, denigrando tan noble profesin.

As pues, es urgente retomar sus ideas, empezando en nuestros hogares con nuestras familias y nuestra comunidad, dndole un sentido de tica, pasin e integridad a todos los asuntos pblicos y privados.

Othn Herrera y Cairo YarahanProfesor de CtedraITESM, Campus Sinaloa.