La posibilidad de una ontología hermenéutica unificada

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ARTÍCULO PUBLICADO EN EL NÚMERO 156 (FEBRERO 2015) DE LA REVISTA EL CATOBLEPAS http://www.nodulo.org/ec/2015/n156p09.htm La posibilidad de una ontología hermenéutica unificada Francisco Ariza Lama No se trata tanto de presentar aquí una posible propuesta concreta, sino de alumbrar las condiciones de composibilidad que necesariamente se requieren para la realización material de dicha potencialidad La posibilidad de una ontología hermenéutica unificada Época interesante la que nos toca vivir. Interesante por su contenido histórico, por las cuestiones que atraviesan actualmente al pensamiento contemporáneo, por los lazos que tan heroicamente estamos creando entre diferentes maneras de mirar el mundo. Interesante por la crisis axiológica que venimos encarando, por la amplia gangrena que representa nuestra anquilosada organización económico-social de los recursos comunitarios, y también por los ambiciosos proyectos revolucionarios que se ciernen sobre la esfera pública dominante. Pero interesante, sobre todo, porque, precisamente, nos toca vivir, elegir, posicionarnos, reconociendo nuestra participación (consciente o no) en el mundo que nos rodea. Llegados a este álgido momento requerimos imperiosamente de la filosofía como praxis reflexiva, pues necesario se torna un mesiánico cambio de rumbo. Genérica y vagamente podemos decir que tres miradas divergentes se entrelazan complejizando el nudo filosófico del pensamiento actual. Tres fácticas formas de comprender relacionadas con la consumación de nuestra todavía era moderna: en su forma arcaica, en su forma clásica, y sobre todo como propia superación evolutiva de ésta, suponiendo dicha

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Artículo publicado en el número 156 (febrero 2015) en la revista el Catoblepas.Este artículo trata, no tanto de presentar aquí una posible propuesta concreta, sino de alumbrar las condiciones de composibilidad que necesariamente se requieren para la realización material de dicha potencialidad; es decir, la posibilidad posmetafísica de una unificación cualitativo-temporal de la ontolgía hermenéutica.

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  • ARTCULO PUBLICADO EN EL NMERO 156 (FEBRERO 2015) DE LA REVISTA EL CATOBLEPAS

    http://www.nodulo.org/ec/2015/n156p09.htm

    La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada Francisco Ariza Lama

    No se trata tanto de presentar aqu una posible propuesta concreta, sino de alumbrar las

    condiciones de composibilidad que necesariamente se requieren para la realizacin material

    de dicha potencialidad

    La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada

    poca interesante la que nos toca vivir. Interesante por su contenido histrico, por las

    cuestiones que atraviesan actualmente al pensamiento contemporneo, por los lazos que tan

    heroicamente estamos creando entre diferentes maneras de mirar el mundo. Interesante por la

    crisis axiolgica que venimos encarando, por la amplia gangrena que representa nuestra

    anquilosada organizacin econmico-social de los recursos comunitarios, y tambin por los

    ambiciosos proyectos revolucionarios que se ciernen sobre la esfera pblica dominante. Pero

    interesante, sobre todo, porque, precisamente, nos toca vivir, elegir, posicionarnos,

    reconociendo nuestra participacin (consciente o no) en el mundo que nos rodea. Llegados a

    este lgido momento requerimos imperiosamente de la filosofa como praxis reflexiva, pues

    necesario se torna un mesinico cambio de rumbo.

    Genrica y vagamente podemos decir que tres miradas divergentes se entrelazan

    complejizando el nudo filosfico del pensamiento actual. Tres fcticas formas de comprender

    relacionadas con la consumacin de nuestra todava era moderna: en su forma arcaica, en su

    forma clsica, y sobre todo como propia superacin evolutiva de sta, suponiendo dicha

  • posibilidad una apertura radical a un nuevo abanico de posibilidades an no pensadas.

    Modernidad, postmodernidad y postmetafsica (entendiendo modernidad como consumacin

    metafsica) conforman tres maneras de comprender el mundo, llevando a cabo una lucha de

    racionalidades que viene gestndose como inminente cambio de ciclo, como revolucin de los

    paradigmas inoperantes, el cual suavemente se desliza mientras siguen sucedindose

    acontecimientos cada vez ms determinantes para dicho cambio. Slo llegados a este punto la

    postmetafsica se presenta como superacin de la postmodernidad, es decir, como superacin

    definitiva de la modernidad, atendiendo especialmente a los vestigios metafsicos del

    escepticismo relativista. La ruptura radical con la metafsica inaugura por tanto un nuevo

    periodo verdaderamente apasionante y esperanzador, en el que se abren paso de forma

    heroica nuevas formas de contemplar lo real, radicando la comprensin de las realidades en el

    noble esplendor de las sabiduras antiguas no-duales.

    No busco saber todas las respuestas, sino entender todas las preguntas.{1}

    En esta nueva etapa, especialmente brillante para la mecnica cuntica, se vuelven a

    fusionar los horizontes entre ciencia y filosofa, fraternalizando una relacin irreversible en la

    que las artes salen ganando (pues la filosofa es ciencia y la ciencia es arte, al menos desde

    una determinada perspectiva). Potenciacin de las artes, que tambin son religiosas e

    indisolubles de la tierra por mucho cielo que puedan conquistar. Si es cambio de paradigma es

    vuelta a la praxis espiritual, a la praxis divina como culto a lo sagrado, dejando a un lado los

    absolutos inalcanzables que con tanta sangre y dinero riegan el mundo. Y si dudan de dicha

    perspectiva, la crisis axiolgica responde al respecto con desmesurada contundencia.

    Reconocemos que entre paradigmas inconmensurables slo hay violencia, en mayor o menor

    grado, con mayor o menor virulencia, acordndome de Simn Royo cuando nos recuerda que

    el dilogo representa un nivel mnimo de violencia{2}

    . Y es por ello responsabilidad innata de la

    filosofa analizar la problemtica lingstica existente entre metafsica y ontologa, es decir,

    entre el paradigma de un supuesto absoluto teolgico sinttico y el paradigma de las

    contradicciones ontolgicas absolutas. Caracterizando por tanto la ontologa como

    hermenutica sencillamente nos alejamos de una supuesta ontologa subsumida por la

    supuesta Sustancia metafsica, acercndonos as a la physis{3}

    , al logos{4}

    , al dinamismo que

    exhala lo real y su profundo misterio. Es precisamente en nuestra poca donde de manera

    sublime se desvela la violencia lingstica que constituye a la metafsica, alcanzando niveles

    desagradables de precariedad moral, parasitando en mbitos de la vida an impensados. Slo

    tomando consciencia de sus limitaciones cognitivas (de la metafsica) podemos concebir dicho

    sentir como representacin generosa de una sistmica y avanzada lepra, ampliamente

    asentada en la conciencia del sujeto moderno, alienado por la opulencia exacerbada

    del cogito cartesiano que abriga. Dicha concepcin nihilista y egocrtica del sujeto

    postmoderno nos permite trazar caminos hipotticos para un pensar ya no metafsico, es decir,

    ya no relativista, escptico, positivista o prometeico.

    Nos habla Deleuze sobre la prioridad de pensar el acontecimiento{5}

    . Por lo que la

    postmetafsica puede concebirse como ese pensar el acontecer ontolgico de lo real,

    analizando e investigando sobre la fenomenologa hermenutica que constituye al sujeto, y que

    se imbrica con lo real de sublime y misteriosa manera. Pensamos ms ac de la metafsica,

    atendiendo precisamente a la posibilidad de contemplar dicho acontecer ontolgico.

    Necesitamos plantear la problemtica pregunta desde una perspectiva que englobe al todo

    como uno ontolgico, es decir, como unidad inclusiva, como jerarqua de desarrollo

    (holoarqua) y no como jerarqua de dominacin (dialctica platnico-hegeliana). Por ello

    representa una esperanzadora inquietud el noble intento de concebir propositivamente la

    diferencia ontolgica entre consciencia (unidad ontolgica) y conciencia (pluralidad teolgica),

    determinando humildemente que pensar la consciencia como acontecer teolgico (aletheia{6}

    )

    representa la motivacin principal que conmueve al pensar (y sobre todo al obrar) ya no

    metafsico. Las estructuras polticas emergentes muestran, por ejemplo, como nos orientamos

  • hacia un obrar ya no basado en el principio de la realidad supuestamente nica, monolgica y

    pura, sino a travs de dinmicas inclusivas que propicien cierta flexibilidad sinttica ante las

    nuevas situaciones emergentes, siempre paradigmticas temporalmente. Ah la frescura del

    bello momento histrico que envuelve a nuestra anquilosada Cultura judeo-cristiana: repensar

    la relacin entre el todo teolgico y el uno ontolgico, reformulando las fantasmagricas

    instituciones que supuestamente nos sostienen, trabajando por aportar un estatuto teolgico

    digno para todos los seres vitales basado en la diferencia ontolgica entre ser (como principio

    comn) y ente (como autonoma particular).

    Tomo una concreta perspectiva axiolgica cuando afirmo que la metafsica, como

    absolutismo egocrtico de la conciencia, representa un impedimento prioritario a superar frente

    a la esperanzadora posibilidad de avanzar evolutivamente hacia una Cultura colectiva ms

    cooperativa y solidaria, inclusiva de las particularidades, integradora de lo complejo, consciente

    de su propia temporalidad, radicando un pensar ya no metafsico basado en la concepcin

    modal del absoluto y no en el supuesto Uno numrico-sustantivo (pretenciosamente absolutista

    y dogmtico). Nos apoyamos en Heidegger cuando afirmamos que la sublimacin metafsica

    representa precisamente el reconocimiento consciente de su fracaso histrico{7}

    , materializando

    la imperiosa necesidad de un cambio de paradigma cognitivo que pueda atender a la compleja

    riqueza del mundo en el que cotidianamente vivimos. Pues la metafsica est agotada, y por

    ello nos impide seguir avanzando; y no slo agotada sino que se tambalea en pos de una

    inminente cada. Una vez asesinado Dios, ha salido toda la ptrida bazofia que llevamos

    dentro; eso s, mierda en plata y oro. Representando por tanto una ptima situacin para una

    emancipacin ms efectiva, requiriendo para ello de una ms autntica manera de iluminar las

    problemticas filosficas que nos interpelan hoy y nos inquietarn siempre, trabajando por

    alumbrar la funcionalidad falaz de la metafsica y sus adecuacionismos especulativos,

    preparando al ego para meterlo en quirfano. Es aqu que operamos la estafa axiolgica que

    representa la supuesta Razn Pura para nuestra corporalidad mental. El postoperatorio es duro

    y se requiere reposo y digestin; al cabo de unos das ya podemos comenzar a afirmarnos

    hermenuticamente.

    No escuchndome a m, sino al lgos, es sabio reconocer que uno es todo{8}

    Nos remangamos las mangas de la camisa cuando reconocemos en la hermenutica la

    categorialidad constitutiva de la ontologa fundamental, relacionando de manera ntima no slo

    ontologa y hermenutica sino carcter hermenutico y regionalidad ontolgica. Perseguimos

    con ello una emancipacin del pensamiento aqu y ahora, plantendonos dicho objetivo como

    un medio para transformar las condiciones materiales de nuestra existencia particular,

    alejndonos de posibles dogmatismos ideolgicos. Para ello construimos (lingsticamente)

    nuestra particular manera de comprender la fenomenologa espiritual, enajenados en la

    contemplacin del desierto de lo real (recordando Matrix{9}

    ). Cada cual despliega sobre el

    terreno su particular criterio epistemolgico para juzgar; y bien que juzgan: adoptando en masa

    el catastrfico vector metafsico, aunque en la mayora de los casos el sujeto ignore la

    constitutiva temporalidad de su propia realidad. Celebramos por tanto las construcciones

    temporales frescas y holsticas que comienzan a brotar con firmeza en el mundo civilizado,

    colaborando en una escatolgica deconstruccin metafsica orquestada como decimos por las

    sabiduras antiguas no-duales.

    Intenciones no faltan para reciclar los escombros (en la medida de lo posible), no para

    construir bien sino para construir mejor, proponiendo un nuevo tablero de juego y no una

    moralidad reformada. Por lo que concentramos nuestra voluntad y conocimiento sobre la

    ambiciosa posibilidad (necesaria) de una ontologa hermenutica (temporalmente) unificada,

    operando como criterio de interpretacin integral de todos los fenmenos posibles,

    determinando por ende nuestra percepcin de la ciencia y las artes, de nuestra religiosidad

  • constitutiva, de nuestras posibilidades ms virtuosas y tambin de aquellas que conforman la

    Naturaleza como un todo integrado ontolgicamente. Ontologa hermenutica unificada como

    poema efmero de la simplicidad voluntaria. Es dicho paradigma revolucionario? La posibilidad

    temporal de una ontologa hermenutica unificada temporalmente siempre est presente;

    podemos tomar consciencia o ignorarla, aunque va llegando el momento de responsabilizarnos

    de nuestra mayora de edad y construir algo juntos (me refiero a algo decente). Encaramos

    pues una posible revolucin paradigmtica, atendiendo especialmente a la consecuente

    reestructuracin funcional del saber que inevitablemente conlleva.

    Dicha propuesta temporal no es necesaria, pues lo necesario es lo real como diferencia

    ontolgica. La autenticidad de nuestras posibles unificaciones abiertas e inclusivas es que

    representan una posibilidad necesaria, es decir, que teolgicamente son necesarias para

    aportar cohesin espiritual al sujeto, atribuyendo as un sentido integral a nuestra efmera

    temporalidad. Tenemos cada vez ms claro que nuestras construcciones colectivas tienen

    fecha de caducidad, y que adems se requiere necesariamente que apunten a una felicidad

    escasamente platnica, es decir, alcanzable, experimentable, aunque sea de manera precaria

    y efmera. Por ende la intensidad emerge teolgica, orientando al sujeto en el desarrollo de las

    virtudes esenciales. La posibilidad temporal de una ontologa hermenutica unificada basada

    en el acontecer consciente colabora en la fundacin tica de nuestras creaciones lingsticas,

    acercndonos a la alegra del anima y a la serenidad espiritual de un ego cultivado en la

    contemplacin de una ms aurea belleza. Propiciamos tambin con este tipo de propuestas un

    cohesionado argumento por el pluralismo ontolgico, eligiendo la va del medio entre realistas y

    antirealistas (relativistas y escpticos, metafsicos ambos), hermanando lo relativo y lo absoluto

    a travs de la teologizacin cultural, es decir, de la puesta en movimiento de nuestra

    linguisticidad consciente y su derivada libertad condicional. Construimos por tanto a partir de la

    libertad de conciencia, que es libertad lingstica, que a su vez interacta con las condiciones

    materiales de existencia. Superamos la metafsica a travs de una (re)optimizacin de nuestra

    estima, construyendo nuestra particular autonoma simbitica como una renovada dignidad

    rebelde, recuperando una visin antidualista que enlace con lo sagrado en la intensidad del

    aqu-ahora. Esta mirada probablemente es muy revolucionaria, especialmente para las

    personas interesadas en cultivar una supuesta absolutizacin material del ego (esa ideolgica

    inmortalidad tan fantstica que voluntariosamente trata Hollywood de vendernos, es decir, que

    nos vende y que ilusamente compramos).

    El objetivo de la interaccin de las filosofas debera ser desarrollar un sistema intelectual

    comprensivo en el cual todos los elementos de nuestra total experiencia sean entrelazados, en el

    cual sea generado un patrn consistente y a pesar de todo abierto e inclusivo, en el cual lo que

    parece forneo se establezca dentro de un todo o ser omniinclusivo, sin desarraigarlo de lo que

    pueda ser su espacio ontolgico y psico-cultural; el fin ltimo de semejante esfuerzo es

    comprender el ser y las formas de su auto-expresin, incluyendo el fenmeno humano.{10}

    Atendiendo al ttulo del presente artculo no trato de presentar aqu una posible propuesta

    concreta, sino alumbrar las condiciones de composibilidad que necesariamente se requieren

    para la realizacin material de dicha potencialidad. Aunque siempre que hay reflexin hay algo

    de juicio, o si lo prefieren, de discernimiento. Ese discernimiento que se relaciona con la

    temporalidad de las elecciones fenomnicas traza un camino que construye al paso,

    experimentando y reflexionando sobre la marcha. Significa que toda propuesta de

    composibilidad conlleva una determinacin probabilstica de los fenmenos. Es decir, que uno

    termina ponindose de fango hasta arriba, sin por ello borrar la serena sonrisa que proyecta la

    consciencia del momento presente. Nos posicionamos hermenuticamente afirmando la

    imposibilidad ontolgica de los fundamentos formales que falazmente constituyen la metafsica.

    Y posicionarnos contra ello es revolucionario, atendiendo a las implicaciones epistemolgicas,

    polticas o culturales que dicha perspectiva tendr sobre la carcomida representatividad de

  • nuestras instituciones. Reconocer la diferencia ontolgica representa otra contradiccin

    insalvable para el Stablishment metafsico{11}

    . Afirmamos por ejemplo que la concepcin trgica

    de aletheia como accin a travs de la cual la verdad se desvela como acontecimiento

    teolgico (es decir, deviniendo consciencia presente) representa, sin lugar a dudas, un

    merecido funeral para el cogito cartesiano y suAmerican Dream{12}

    . Negamos la propuesta

    metafsica a travs de la reformulacin hermenutica de los primeros principios,

    empapndonos de physis y logos, de movimiento y transformacin, reconocindonos en la

    procesualidad que constituye nuestra impermanente presencia. Por ello apostamos (con mucho

    respeto pero sin miedo) por la vacuidad objetiva de nuestra emancipada voluntad, liberando la

    vida de imposiciones mercantilistas a travs de la articulacin de un criterio satlite (unificado

    temporalmente) para la interpretacin integral de los fenmenos espirituales. Una tarea

    ambiciosa en lo ontolgico, apasionante epistemolgicamente y esperanzadora para nuestro

    devenir teolgico.

    La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada temporalmente se asienta en la

    reconstruccin de las nociones filosficas y sus limitaciones operativas. La clsica pirmide de

    la filosofa, la ciencia, el arte y la religin bien merece una crtica relectura, tratando de

    reconstruir las ciencias humanas a travs de una exgesis profunda de nuestras anquilosadas

    creencias. Para desarrollar un posible sistema abierto e inclusivo deviene fundamental la

    reformulacin de los elementos que filosficamente conforman el nudo borromeo del

    pensamiento postmetafsico: la necesidad del fundamento ontolgico de lo real, la posibilidad

    (necesaria) del fundamento teolgico del ser del ente, y la posibilidad (contingente) del

    fundamento epistemolgico para el ente. Dicho malabarismo lo ponemos en pie a travs de la

    negacin formal del omnifundamento lgico que la metafsica propone para el todo-uno,

    atribuyendo a dicha idea un carcter de contingencia ms que posible. Por limitaciones de

    espacio no argumentamos ms la inoperatividad manifiesta que arrastra el fundamentalismo

    lgico de la metafsica (por mucha ontologa que la Razn Pura proclame{13}

    ), adems de que

    reconozcamos de manera honesta y firme que ya es hora de pensar el mundo con los cinco

    sentidos.

    Las tareas actuales que atribuimos al pensar alcanzan progresivamente mayor

    complejidad, requiriendo de voluntad multidisciplinar y neto carcter interactivo. Repensar la

    ontologa fundamental ms ac de la metafsica nos propicia herramientas tiles para una

    comprensin fenomenolgica que integre los opuestos dialcticos, manteniendo en todo

    momento la jerarqua (de desarrollo y no de dominacin) de la diferencia ontolgica.

    Requerimos fundamentos flexibles y resistentes (o mejor dicho, resistentes por su flexibilidad),

    y especialmente requerimos atribuir un complejo estatuto categorial a las realizaciones

    fenomenolgicas del mundo espiritual que cotidianamente experimentamos. Eligiendo esta

    senda particular nos orientamos hacia un ensamblaje abierto e inclusivo de las regionalidades

    ontolgicas del uno, integrando un pluralismo fundamental que requiere ser reconstruido a

    travs de vectores integrales, ms validos relativamente respecto del absoluto y su unidad

    modal. Pluralismo ontolgico que irremediablemente se asienta en el respeto de la diferencia

    ontolgica, que a su vez posibilita de manera fresca la posibilidad de configurar un determinado

    estatuto fundacional para cada disciplina filosfica, en orden a la funcionalidad holorquica de

    la estructura, es decir, a su operatividad modal.

    Deca Einstein que si queremos resultados diferentes no tenemos que apostar por lo de

    siempre{14}

    ; toca abrirnos por ello a las posibilidades ms utpicas, aquellas que colaboran a la

    apertura del espectro contemplativo, aceptando las repercusiones cognitivas que

    imperativamente conllevan. Pues si queremos plantear un tablero de juego en el que todos los

    fenmenos se sientan como en casa tendramos que hablar forzosamente de fundamento y

    fundamentalidad, incluyendo cientficamente la posibilidad de lo que supone contrariedad frente

    al fundamento, abrindonos por tanto a lo inexplorado an en sus radicales consecuencias:

  • pensar las posibilidades de lo que se autofundamenta, o tambin de lo que pudiera no tener

    fundamento, aceptando la honesta posibilidad de la ausencia de fundamento estable para el

    ente, es decir, imposibilitando una objetividad supuestamente absoluta. Algunas personas

    interpretan dicha carencia de fundamento atemporal para el ente como un castigo; otras sin

    embargo conciben dicha posibilidad como la puerta a una felicidad ms autntica e intensa.

    Elegimos por tanto de manera consciente aquella fundamentalidad adecuada a cada saber,

    integrando todas las posibilidades fundamentales en un nico modo de conocimiento, radicado

    irremediablemente en el logos gnoseolgico que intuitivamente nos constituye. Deconstruimos

    por tanto para recrear una renovada estabilidad, basada paradjicamente en la estabilidad del

    cambio, es decir, de lo supuestamente inestable: tan contradictorio como pudiera ser el

    fundamento ontolgico, el excelentsimo vaco cuntico o un supuesto principio del caos.

    La familiarizacin con las renovadas concepciones culturales promueve un proceso de

    asimilacin digestiva que irremediablemente transforma y reorienta nuestras investigaciones

    cientficas. Nuestro planteamiento conlleva una reelaboracin programtica respecto de las

    funcionalidades tradicionales asignadas a los diferentes elementos que conforman y

    desarrollan la realizacin de las posibilidades. Por este motivo la concepcin hermenutica de

    la ontologa deviene revolucionaria respecto de la metafsica, desplegando una serie de

    utilidades que cohesionan el pensamiento y fomentan su integralidad holstica. Seguimos

    avanzando en el conocimiento complejo de lo real a travs de sus probables realidades,

    trazando enredos conceptuales que proponen una mejorada comprensin del carcter

    mistrico de la unidad ontolgica que tan sutilmente nos constituye.

    Fresca tiene que ser por tanto nuestra concepcin de lo real frente a la supuesta Realidad

    nica que propone la metafsica: pantesmo humilde como actual cohin{1}

    del pensamiento

    contemporneo, tratando de operar una escatologa honesta de las ideas pretenciosamente

    absolutistas. Siendo as que llegamos a pensar en un doble principio dialctico ya no basado

    en la jerarqua dominante del Uno numrico-sustantivo, tratando de escapar a la (sin)razn de

    supuestas independencias radicales concebidas al abrigo de una visin manquea francamente

    inoperante. Qu relacin tan ontolgica envuelve a la nada y al ser, a la vacuidad y la

    impermanencia? Cul es la relacin entre ser del ente y la consciencia de ser aqu-ahora?

    Cmo construir un estatuto estable para el ente sin erigir al ser como fundamento de ste? A

    tan complicadas cuestiones tiene que hacer frente el hipottico aunque riguroso planteamiento

    de una posible ontologa hermenutica unificada temporalmente, sin por ello devenir receta

    moralista e iluminada que termine mercantilizando una supuesta verdad objetiva. Por lo que

    considero que la teorizacin genuina de las categoras teolgicas (como nexo cognitivo entre la

    cognoscitividad epistemolgica y la gnoseologa ontolgica) ejerce como objetivo

    postmetafsico y vehculo (trans)epocal, permitiendo una evolucin que se adapte a las nuevas

    potencialidades desarrolladas en cada periodo histrico.

    Si hemos reconocido la posibilidad necesaria del carcter hermenutico (es decir,

    teolgico) de la ontologa es porque consideramos el conocimiento como herramienta,

    vislumbrando por ende la coherente proposicin de una posible caja de herramientas, la cual

    opere como deseado criterio satlite (inmaterial) de la comunicacin dialgica. Por ello este tipo

    de proyectos tienen un intrnseco ADNcolectivo, inherente pues su carcter comunitario impone

    la democratizacin filosfica del saber, brotando como puente hacia lo no pensado an (al

    margen de las tradicionales clasificaciones sociolgicas), atendiendo a las implicaciones

    colaterales que puedan derivar de nuestra reformulada posicin. ADN colectivo realizado a

    travs del trabajo cooperativo, libre, abierto, intersubjetivo, temporal, no dogmtico, apostando

    por una pluralidad concntrica como interpretacin de interpretaciones, hasta el infinito y el ms

    ac. Numerosas son las cualitativas aportaciones que pueden recogerse de nuestras

    pluralistas historias de la filosofa; tan cualitativas como aquellos orientalismos que tan

    sigilosamente nos estn calando. Pensamiento de las categoras, por tanto, que requiere de un

  • dilogo crtico acerca del carcter hermenutico de la ontologa. Colaboramos as con el

    debate construyendo puentes entre pensamientos postmetafsicos, reconociendo las

    influencias positivas que al respecto nos sugieren las propuestas lingusticas de Alejandro

    Escudero, especialmente en su artculo La teora de las categoras en una ontologa

    hermenutica{16}

    . Por evidentes razones espaciales slo abstraeremos algunos puntos que

    estimamos de especial inters, los cuales nos ayudan a trazar bosquejos (siempre inacabados)

    que imperativamente permitan seguir profundizando en nuestra hipottica perspectiva.

    A travs de este excelente artculo Alejandro Escudero afirma que las categoras apuntan

    a que la comprensin de algo es siempre como algo, compareciendo con rasgos que portan

    y sostienen un conjunto de propiedades y/o relaciones, dotados as de un determinando

    sentido; es decir, entendiendo las categoras como agrupaciones de rasgos, tipos de

    propiedades y relaciones. Por otro lado valoramos positivamente su afirmacin de que la

    comprensin del sentido es siempre y constantemente categorial, sentenciando que las

    categoras lo son de los entes; es decir, de los entes que comparecen en la comprensin,

    en el saber (sea cientfico o artstico, por ejemplo). Por tanto la sntesis del sentido no sera una

    sntesis conceptual sino una sntesis esquemtica. Un alto grado de luminosidad

    vislumbramos en dicha perspectiva. Por ltimo reproducimos ntegramente sus conclusiones al

    respecto: Una hermenutica filosfica que no renuncie a su profunda vocacin ontolgica est

    obligada a proponer una teora de las categoras, sea en los trminos que hemos apuntado o

    en otros que se demuestren ms rigurosos y acertados.{17}

    Manifiesta por tanto la coherencia de una posible propuesta de unificacin temporal,

    enraizando nuestras comprensiones teolgicas en un proceder ya no metafsico, es decir,

    acorde a la ontologa y su constitutivo carcter hermenutico, reconociendo que la unidad

    ontolgica es modalidad absoluta y no Sustancia (Pura) divisible en esencias parciales.

    Tratamos de desarrollar las implicaciones del giro copernicano en todos los mbitos de la

    existencia, derivando acertadamente en giros lingsticos y hermenuticos, fortaleciendo dicha

    tendencia a travs de una regeneracin espiritual de nuestro modo de conocer. Dnde

    quedaron las Ciencias del espritu? Rpido olvidamos cuando nos come la agitacin nerviosa

    del tecnologizado ego: amnesia producida por el tempo mercantil de la Razn (supuestamente)

    Pura y Universal. Y las ciencias humanas y las ciencias naturales, dnde se sitan

    actualmente respecto de las formalidades cognoscitivas de la Filosofa y la Ciencia? Podemos

    delimitar por ejemplo las relaciones entre psicologa y antropologa? Son la lingstica y la

    tica mbitos constitutivos del ser humano? Y la religiosidad? Y la democracia? Aparente

    facilidad para responder? Ms problemtico se torna por el contrario realizar un ensamblaje

    coherente que permita la integralidad del conocimiento (y su categorizacin teolgica) a travs

    de una vlida (temporalmente) propedutica cientfica.

    Podemos concluir con mesurada inocencia que la posibilidad temporal de una ontologa

    hermenutica unificada no es slo realizable sino deseada por su carcter necesario,

    abrindonos as a un abanico de posibilidades no metafsicas que recuperen la dignidad divina

    que merecemos, no slo los seres humanos, sino el resto de seres animados. Como bien

    hemos reconocido no hay diferencia alguna (o no debe haber) entre disear un camino y

    transitarlo, alejados ya de una especulacin teortica que rechace una experimentacin

    consecuente de sus valores. Por lo que afirmar hoy la posibilidad de un proyecto de tan

    ambiciosa envergadura significa afirmarnos hermenuticamente (como temporalidad modal) a

    travs de nuestras propuestas particulares, es decir, a travs de nuestro aprendiz de tratado

    motivadoramente intitulado aletheia. Ontologa Hermenutica Unificada{18}

    . Esta caja de

    herramientas reconoce su historicidad compleja, concebida en unas coordenadas concretas del

    espacio-tiempo contemporneo y antagnico de la metafsica establecida; dicho proyecto brota

    y crece como se lo permite su ADN, tan abierto e inclusivo como crtico y antidogmtico.

    Desarrollar los postulados en los que se asienta nuestra perspectiva metodolgica significa

  • afirmarnos a travs de las posiciones limitadamente argumentadas en este artculo,

    construyendo un puente transitable y de inters general para trabajar nuevas miradas

    paradigmticas (aprovechando la coyuntura axiolgica que se presente en los tiempos de

    crisis). Frente a la metafsica y sus confusiones ontoteolgicas (resultado de la inversin

    natural de las condiciones de posibilidad entre ser y ente) proponemos una analtica

    del dasein (ser del ente) ya no metafsica, pues no recaemos en realizar dicha investigacin al

    margen del ente sino precisamente (y sobre todo) a travs de su corporalidad mental, es decir,

    a travs de las condiciones cognitivas con las que experimentamos el acontecer ontolgico de

    la consciencia teolgica (aletheia). Pues no es el ser la meta de nuestras indagaciones, sino la

    determinacin de sentido que nos aporta la comprensin y entendimiento contemplativo de

    nuestro propio ser. Ah la consciencia respetuosa de la diferencia ontolgica, precisamente

    fundando el carcter teolgico del lmite y sus basculaciones temporales, marcando el ritmo

    entre los tambores del ser comunitario y las flautillas del ente particular.

    Desde nuestra humilde estima pensamos que lo menos que podemos hacer es presentar

    levemente algunos conceptos claves que articulan y cohesionan nuestra precaria

    fundamentalidad, aquella mostrada en el texto aletheia. Ontologa Hermenutica Unificada.

    Comprendiendo que la deconstruccin metafsica no slo se realiza a travs de las prcticas

    culturales (transformaciones materiales) sino tambin a travs de la reflexin lingustica,

    situando la prioridad de nuestra lucha como guerra axiolgica contra el (mono)pensamiento

    metafsico y su mtrtica Razn-Concepto, proponiendo un exhaustivo tratamiento para

    (im)purificar el ego (con la experiencia). A travs de nuestra forma de percibir comprendemos

    de dnde venimos y a dnde vamos, analizando nuestra situacin actual para trazar

    colectivamente utpicas culturalidades. Slo as podemos organizar la marcha, aunando

    nuestros esfuerzos para decrecer la egocrtica conciencia que nos perturba, y restablecer con

    armona un sendero transitable que propicie una rebelin holstica al interior del sujeto, la cual

    opere estableciendo temporalmente una supuesta superacin integral del nihilismo alienado

    que parasita en el Yo-Conciencia. Pues un criterio integral de interpretacin requiere

    constitutivamente de la inclusividad para responder a la complejidad real de los fenmenos, en

    el que todo es todo a travs del movimiento y la vibracin energtica, orquestados por la

    autonoma que permite el ser a las diferentes entidades que coexisten interactuando. Tareas

    para las que requerimos de un lenguaje autnomo, teleonmico{19}

    respecto de nuestras

    experiencias particulares, que es precisamente lo comn que podemos encontrar en otras

    propuestas sistemticas postmetafsicas que cohabitan la noosfera{20}

    contempornea. Aunque

    consideramos medida de salud posicionarnos correctamente antes de construir ningn puente,

    fomentando una sana intuicin que ejerza como vector satlite ante la confusin y el caos

    axiolgico temporal que nos impone la metafsica.

    En el glosario introductorio que aparece en la pgina 483 de aletheia. Ontologa

    Hermenutica Unificada se desglosan pedaggicamente los 20 conceptos claves que operan al

    interior de nuestra calibrada propuesta. Prefiero por el contrario aprovechar esta oportunidad,

    no para duplicar contenidos sino para compartir las principales reflexiones que caracterizan

    nuestra sistemtica propuesta, las cuales han sido divulgadas de manera informal en el

    Congreso Internacional de Ontologa de San Sebastin (el cual certifico tiene mucho ms de

    metafsica positivista que de ontologa hermenutica; slo tenemos que iluminar con serenidad

    qu y cmo se laurea). En dicho documento caracterizamos la posibilidad epistemolgica de

    una ontologa hermenutica a travs de postulados cientficos flexiblemente constituidos,

    dirigiendo nuestro esfuerzo intelectual hacia un desarrollo ptimo de nuestra potencialidad

    lingstica. Slo as existe ruptura radical con la metafsica y sus limitadas (simplistas)

    concepciones, orientndonos a un ms profundo enriquecimiento de nuestra pluralidad cultural.

    El texto aletheia.Ontologa Hermenutica Unificada, como ilustrada representacin de

    nuestro andar-investigando, comprende la ontologa como ciencia que estudia la physis, es

  • decir, analizando la naturaleza inmaterial que nos constituye unitariamente como multiplicidad

    teolgica, atendiendo as al respeto cientfico de la diferencia ontolgica, de la ley del cambio

    como doble principio o del vaco ontolgico como modalidad dialctica. Ello conlleva interpretar

    la metafsica como falacia lgica y afeccin mental producida por los absolutismos egocrticos

    de la conciencia. Dicho modo limitado de contemplar el mundo, influenciado por la

    desmesurada (sobre) valoracin ontolgica de las matemticas, deviene fenomnica a travs

    de una (supuesta) razn-concepto pura, universal e independiente, la cual invierte la jerarqua

    natural entre ser y ente, es decir, entre condicin de posibilidad y probabilidad realizada. De

    hecho, ms que olvido del ser, la metafsica representa el olvido de la nada, es decir, de la

    vacuidad ontolgica de todo lo que es.

    Frente al absoluto sinttico de la metafsica proponemos las basculaciones ontolgicas de

    un lmite contradictorio: el que marca la diferencia entre lo necesario y lo contingente a travs

    de lo posible (que no es moral suprema sino lmpida voluntad). La contemplacin de la

    diferencia ontolgica permite comprender que dicho lmite une y separa a la misma vez,

    aportando cohesin fenomnica a travs de vectores holorquicos que trabajan en la limitacin

    consciente de los absolutismos conceptuales, propiciando una determinada concepcin de la

    razn como temporalidad dinmica. A travs de una rigurosa analtica epistemolgica de los

    principios del conocimiento derivamos una posible (por su relatividad fenomnica) fundacin

    cientfica, no slo de la posibilidad del conocimiento, sino tambin de la posibilidad de

    veracidad cognitiva, nunca absoluta sino como espiralidad ascendente en la comprensin

    simblica de lo particular y lo diverso. Contemplando la impermanencia fenomnica del ser y la

    vacuidad axiolgica de la nada comprendemos las carencias lgicas de un supuestamente

    posible fundamento absoluto del Uno como Sustancia, egocntrico, antropomrfico y

    extracsmico. Pero el problema no es si Dios existe o no, sino los contenidos que afirmamos

    cuando nos reconocemos en la existencia de algo. Pues como dijimos antes, todas las

    personas tienen sus vectores axiolgicos, ya sean el Dios cristiano o musulmn, el hare

    krishna o el dinerito electrnico de las Bolsas burstiles. Necesitamos sincerarnos y alumbrar

    mejor nuestra concepcin del absoluto, dejando a un lado la imposibilidad ontolgica de un

    fundamento absoluto de carcter formalmente lgico. Ah es cuando la basura se desborda, y

    no por huelga del personal.

    Se abre paso con firmeza la concepcin hermenutica (modal) de la unidad ontolgica. La

    diferencia ontolgica reina como absoluto a travs de una jerarqua de desarrollo y no de

    dominacin, determinando que todo es ser y equiparando el uno con el vaco cuntico que nos

    propone la contempornea fsica de partculas. El acontecer teolgico de la consciencia nos

    permite comprender como el uno legisla imposibilitando los absolutismos nticos de la lgica

    matemtica, colaborando en la concepcin del lmite como afirmacin contradictoria y

    antifundamental de todo lo que es. Para ello necesitamos de una teora categorial de las

    ontologas regionales, materializando el estatuto epistemolgico de una genuina Teologa

    ontolgica. Rebuscamos en el bal de la filosofa y reciclamos las sugestiones que vamos

    encontrando, descubriendo que no necesitamos mirar tanto a fuera si valoramos bien lo que

    tenemos en casa, es decir, lo que podemos construir nosotrxs mismxs a travs del

    entendimiento. Analizamos los fenmenos a travs de nuestro criterio de interpretacin integral,

    dictaminando la capital importancia de la intencionalidad de la conciencia (la conciencia

    siempre es conciencia de algo) como afirmacin constitutiva del carcter ontolgico de los

    procesos culturales, reconociendo la cultura y la vida como proceso teleonmico,

    acercndonos as, por ejemplo, a las interpretaciones actuales de la biologa molecular sobre

    los sistemas abiertos. Escapamos por tanto a la metafsica rechazando la concepcin de la

    naturaleza humana como Sustancia, abrindonos a las posibilidades no dogmticas de una

    condicin comn de todos los seres animados.

  • Conscientes del cataclismo que dicha propedutica cientfica supone para

    elStablishment positivista proponemos una restructuracin crtica e interdisciplinar de los

    diferentes saberes tcnicos, filosficos y artsticos, llevando a cabo una consecuente

    deconstruccin teolgica de las aporas metafsicas de nuestra egocrtica Cultura.

    Desdramatizando en la medida de lo posible para comprender mejor que no todo es revolucin

    espontnea del paradigma actual, revalorizando el valor lingstico de las sabiduras antiguas

    (especialmente la tragicidad griega y el no-dualismo oriental). As nos reconocemos de manera

    dionisiaca en la apoteosis cuntica del pensamiento postmetafsico. Aportaciones hay muchas,

    en diferentes direcciones y sentidos; al sujeto consciente determinar cules son sus

    necesidades para poner en marcha las prioridades que ms le interesen. Hay muchas ideas

    que trabajar y validar temporalmente, pero sobre todo emergen renovadas prcticas por (y

    para) experimentar cognitivamente, suponiendo en ltima instancia libertades por las que

    luchamos para legitimarnos en una determinada direccin axiolgica.

    En ltima instancia, como dice Jess Mostern, no se trata de encontrar morales sublimes

    sino de dejar sosteniblemente de hacer el cafre{21}

    . La deseada superacin de nuestras

    limitaciones mentales la experimentamos a travs de aprendizajes digestivos, permitiendo una

    relacin simbitica con el todo que fomente una apertura cognitiva no dogmtica. Reconocer

    nuestra libertad como determinismo teleonmico (a priori cultural de los fenmenos

    teleolgicos) asienta la responsabilidad de nuestras decisiones en nuestra constitutiva

    autonoma simbitica, posibilitando una libertad condicional que nos permite seguir

    avanzando en el cultivo del acontecer teolgico como consciencia presente. Nuestro proceso

    de complejizacin nos dirige progresivamente a un ms amplio nivel de autoorganizacin,

    colaborando en la transformacin paulatina de nuestras condiciones materiales de existencia.

    Por ello no se proponen recetas alternativas sino una renovada manera de concebir la cocina,

    poniendo en prctica un pensar (que es obrar lingsticamente) ya no metafsico.

    Y aunque es verdad que hace tiempo que no nos atrevemos a entablar tratados

    sistemticos que propongan un orden formalmente cohesionado, no es por ello que carecemos

    de la suficiente capacidad crtica para reconocer dichas propuestas en mbitos del saber no

    especficamente especulativos, es decir, encuadrados generalmente en las ciencias naturales y

    humanas. Abriendo nuestro espectro intersubjetivo valoramos positivamente las mltiples

    sugestiones sistemticas que nos llegan tanto de la mecnica cuntica como de las

    matemticas, de la psicologa o la medicina holstica pasando por la biologa molecular. La

    Teora de Campo unificado, la Teora de conjuntos, la Teora General de Sistemas abiertos, el

    Sistema adaptativo complejo (CAS), AQAL, la Spiral Dynamics o las medicinas integrales

    (china, ayurvdica u homeoptica) son algunas de las ontologas hermenuticas unificadas

    temporalmente que no slo se preguntan por el qu del ser sino que, especialmente, atienden

    al cmo de la physis que ontolgicamente nos constituye. Una vez ms comprendemos que no

    es nuestra intencin desplegar las formalidades concretas de cada propuesta metodolgica,

    sino de comprender el sentido profundo de sus objetivos para fundar epistemolgicamente la

    posibilidad de proponer formalidades procesuales coherentes con una posible temporalidad

    sinttica no dogmtica, a travs de la cual estemos en condiciones de interpretar mejor el

    mundo fenomnico (que tambin, de cierta manera, relativamente, nos constituye). Nos

    interesa por tanto comunitarizar el por qu de sus necesidades, dejando para investigaciones

    especficas el estudio comparado de las diferentes propuestas, sin negar una vez ms que es

    precisamente a travs de la complejidad concreta de lo real que accedemos a una

    comprensin cientfica del sentido del mundo fenomnico, es decir, de su cmo categorial

    (de su modus operandi).

    Dejando a un lado, como decimos, los tratamientos mdicos integrales (los cuales

    tambin derivan de una comprensin ontolgica del uno), atendemos a las propuestas

    modernas que se estn dando en el mbito de las ciencias naturales y las ciencias humanas.

  • Reconocemos la riqueza de las particularidades que conforman cada propuesta, atendiendo

    especialmente a la colectivizacin de los postulados epistemolgicos en los que se asientan

    todas estas propuestas de manera temporalmente estable. Ontologa Hermenutica Unificada

    significa categorizacin (epistemologa) hermenutica (teolgica) del uno (de lo ontolgico).

    Representa por tanto la proposicin abierta y no violenta de un tablero de juego en el cabe todo

    lo posible, aportando una descripcin rigurosa (en la medida de nuestra inteligencia) de las

    complejidades elementales que participan de esta presencia comn. Ello lo comprende la

    Teora General de Sistemas (abiertos), que propone un estudio interdisciplinar de los diferentes

    sistemas y sus niveles, comprendiendo los sistemas vivos como autopoiesis, es decir, como

    redes cerradas de autoproduccin de los componentes que las constituyen. Ello lo comprende

    el Sistema adaptativo complejo (CAS) por medio de la concepcin ontolgica del uno como

    principio de complejidad autosimilar, atendiendo en todo momento a los vectores de

    complejidad, emergencia y sistematicidad macroscpica. Quizs ms arriesgada sea la

    interpretacin de la Teora de conjuntos como una proposicin matemtica descriptiva del uno

    ontolgico, pero al menos es as como queremos entenderla, es decir, como intento paradjico

    de captar matemticamente el carcter no mtemtico (simblico) del uno. Son precisamente

    sus propuestas sistemticas de axiomas lo que ahora ms nos interpela, categorialidad

    operativa a travs de la lgica matemtica atendiendo a las cualidades de los conjuntos,

    tratando de esbozar sus posibilidades totales. Es el corpus filosfico de mpetu unificador lo

    que perseguimos en cada fenmeno, desplegando nuestra forma de proceder en todos los

    aspectos del saber y en todos los mbitos de la vida.

    Especialmente sugestiva consideramos la Teora cuntica de campo unificado,

    entendiendo que respecto de nuestra investigacin nos concierne especficamente su intento

    de reconciliar las cuatro fuerzas fundamentales (nuclear fuerte, nuclear dbil, electromagntica

    y gravitacional). En analoga con nuestra perspectiva integral valoramos positivamente los

    hipotticos planteamientos sobre el Campo de Higgs, entendiendo su ntima relacin con la

    energa oscura como campo unificado. Por tanto el bosn de Higgs, como cuanto del campo de

    Higgs, estara en relacin irremediable con la materia oscura y la materia observable. Es en

    dicho tablero de juego y a travs de dicha concepcin elemental que entendemos el todo como

    una red vivracional en la que alegremente interactan la energa y la materia (observables)

    como onda y partcula, postulando un doble principio dialctico como holoarqua interna del uno

    ontolgico. Por ltimo y no precisamente como menos importantes (atendiendo al carcter

    humano de nuestras motivaciones) referenciamos las noosfricas propuestas de Ken Wilber

    (AQAL), Christopher Cowan y Don Beck (Spiral Dynamics), las cuales marcan lneas de

    investigacin similares al Proyecto aletheia. Y son precisamente estas dos propuestas

    metodolgicas integrales y holsticas las que ms informacin filosfica nos aportan acerca de

    la hermenutica modal que determina el desarrollo probabilstico de las posibilidades

    particulares.

    Gracias a la perspectiva integradora de ambas propuestas, podemos dilucidar algunas

    premisas a las que irremediablemente tiene que atender una posible ontologa hermenutica

    temporalmente unificada. Ya hemos reconocido el carcter holorquico (basado en la

    concepcin de los holones{22}

    categoriales) de dichas estructuras (como jerarquas de

    desarrollo y no de dominacin). Podemos afirmar tambin que ninguna propuesta integradora

    es totalmente falsa (y por oposicin tampoco absolutamente verdadera). Enfatizamos que

    dichas propuestas son concebidas como contenedores (axiolgicos) y no como contenidos

    (ideolgicos). Revelan la posibilidad necesaria de la existencia de niveles interdependientes,

    atendiendo as a la requerida categorizacin regional de la ontologa. No tan sloAQAL y

    la Spiral Dynamics, sino tambin la Teora General de Sistemas (abiertos) coinciden con el

    Proyecto aletheia en la relacin funcional de las categoras, entendiendo que lo inferior

    establece las posibilidades de lo superior, y que lo superior establece las probabilidades de lo

    inferior. El movimiento natural entre categoras marca una tendencia natural al ascenso

  • consciente, atendiendo a la creciente complejidad y a la progresiva autoorganizacin. En

    resumidas cuentas concluimos que ejercen como meta-paradigmas, representando una red de

    paradigmas intrincados que se desvelan hermenuticamente como criterios holsticos de

    interpretacin integral para cualquier fenmeno posible. Retroalimentando desde tan rica

    perspectiva nuestra evaluacin epistemolgica de otras propuestas unificadoras que trabajen

    en la construccin de sentido ontolgico para el uno y sentido teolgico para la consciencia

    (como posibilidad necesaria de la conciencia particular).

    La necesidad de elaborar colectivamente propuestas acerca de una posible unificacin

    hermenutica de la ontologa conllevar evidentemente implicaciones consecuentes con sus

    particulares interpretaciones. Respecto de la filosofa y el conocimiento tratamos de realinear

    los sentidos del saber y de otros fenmenos animados, renovando nuestro compromiso (o no)

    en todo momento con una u otra determinada manera de mirar el mundo. De capital

    importancia resulta entonces la potenciacin dialgica de la comunicacin, erigindose como

    vector procesual de las transformaciones culturales que emergentemente acontecen. Dicha

    tarea conlleva la organizacin propedutica de las praxis analticas, poniendo en marcha una

    gestin efectiva del cambio fenomnico (tico, poltico, esttico, etc.). Nuestra interpretacin

    integral trata de desarrollar y fortalecer la autonoma cultural de los diferentes elementos que

    borroneamente conforman lo real, capacitando axiolgicamente al sujeto y aportando tiles

    temporales para el tratamiento epistemolgico de las diferentes realidades fenomnicas. Slo

    as puede consolidarse el estatuto abierto, inclusivo y no dogmtico (es decir, democrtico) de

    las pluralidades polticas y estticas. Slo as puede abordar el sujeto la superacin dionisiaca

    de la alienacin nihilista.

    Por otro lado la Teora General de Sistemas colabora en el descubrimiento de

    isomorfismos en distintos niveles de realidad. Ello permitira usar los mismos trminos y

    conceptos para describir rasgos esenciales de sistemas reales muy diferentes. Ello nos

    permitira tambin encontrar leyes generales aplicables a la comprensin de su dinmica. Una

    vez ms recordamos la imposibildad de prescribir recetas industriales que nos dirijan al

    despertar de la conciencia. Ms bien trabajamos experimentando y concentrando nuestro

    esfuerzo en el feed-back que del todo recibimos. Apoyndonos en la TGS tratamos de

    favorecer la formalizacin de las descripciones de la realidad, para, a partir de ella, permitir la

    modelizacin de las interpretaciones que se hacen de ella. De esta manera facilitamos el

    desarrollo terico en campos en los que es difcil la abstraccin del objeto (como la filosofa o

    las ciencias humanas), atendiendo a la complejidad histrica de los fenmenos y su carcter

    nico. Por ello la hermenutica se presenta como el criterio de interpretacin ptimo para el

    anlisis histrico de los fenmenos culturales, pues los sistemas histricos estn dotados de

    memoria, y no se les puede comprender sin conocer y tener en cuenta su particular trayectoria

    en el tiempo.

    Apologas varias para finalmente tratar de superar la maniquea perspectiva del sentir

    metafsico, aportando a sta su merecido estatuto sentimental. Pues una posicin

    genuinamente holstica tiene que integrar no tan slo la visin analtica de los fenmenos,

    basada en operaciones de reduccin, sino atender imperativamente a la concepcin sistmica

    del mundo que nos rodea, basndose en la composicin elemental de las posibilidades

    realizadas. Slo desde una perspectiva integradora casan con ordenada armona los opuestos

    ontolgicos, hermanando definitivamente teleologa y teleonoma (telos y cultura), trazando

    analogas entre conciencia y consciencia, construyendo sentido propio a travs de una libertad

    lingstica responsable (y por ende antiegocrtica, es decir, antiautoritaria), integrada sin

    distorsiones en la complejidad real de su propia realidad, cultivada para la contemplacin

    benevolente de la belleza aurea que impregna el todo.

  • Slo nos queda sealar la verdad, apuntando hacia ella con mistrico silencio. Pero a

    travs de lo que es velo puede construirse ciencia, concibiendo precisamente los impedimentos

    limitantes que obstaculizan nuestra espiritualizacin progresiva, recordando las sugestiones

    epistemolgicas de Bachelard{23}

    . Sealamos inocentes a la guerra lingstica en curso, batallas

    entre metafsica y ontologa por lograr una estabilidad determinada (cada una la suya) del

    conocimiento cientfico de lo que es. El positivismo muestra permanentemente sus lmites,

    tecnologizando progresivamente el circo metafsico de la produccin identitaria, adornando con

    lgrimas de sangre un mundo con ridculo sentido, infantilizado por su Poder, su Dinero y su

    inutilidad teolgica.

    Me parece a m que no slo las fminas musulmanas de oriente medio llevanburka,

    concluyendo que tanta ciruga esttica ha logrado evaporar nuestras tradiciones culturales, y

    que tanta televisin ha forzado nuestra reversible miopa. Sentimentalismos aparte

    reconocemos que una perspectiva unificada de la ontologa hermenutica tiene repercusiones

    colaterales en todos los mbitos del ser vital, tanto a nivel cognitivo como cognoscitivo, tanto

    lingstico como sociolgico, tanto artstico como religioso. Si nuestras perspectivas tienen que

    asentarse en una determinada manera de contemplar la realidad, elijamos por tanto una

    manera de mirar no violenta, abierta, no dogmtica, inclusiva, no dualista, integradora; en

    resumen: tratemos de elegir la forma de mirar menos ignorante, o al menos, una forma de mirar

    que no ignore la fundamentalidad ontolgica de la epistmologa, atendiendo a la complejidad

    teolgica que nos constituye necesariamente como posibles seres alegres y serenos.

    Atendiendo a lo esencial nos responsabilizamos de nuestros actos, de nuestros pensamientos,

    de nuestras propuestas metodolgicas, de nuestras hiptesis cientficas, de nuestras violencias

    cotidianas y de sus multidisciplinares consecuencias.

    Comprender con profundidad trgica y serenidad estoica las implicaciones teolgicas de

    la concepcin ontolgica de aletheia supone una autntica revolucin para el paradigma

    metafsico de la totalitaria Razn Pura, produciendo turbulencias no slo en el mbito

    estrictamente filosfico sino, sobre todo, en los mbitos cientfico, artstico o religioso. Desde

    dicha perspectiva aportamos nuestro granito de arena al respecto, concibiendo nuestro

    aprendiz de Tratado aletheia. Ontologa Hermenutica Unificada como lugar de (inter)cambio y

    (re)encuentro pasional con la praxis filosfica (un pensar ya no metafsico) a travs de la

    espiritualidad inherente a todo proceso cultural. Esperando sinceramente que nuestras

    sugestiones fenomenolgicas no confundan an ms el enmaraado mundo de la metafsica

    positivista, evitando as que la egocrtica y precaria existencia de la supuesta Razn Pura nos

    arrolle, en su inminente cada axiolgica, al (ciber)mundo de los (neo)absolutismos.

    Diciembre 2014

    Francisco Ariza Lama

    www.aletheia.comoj.com

    BIBLIOGRAFA

    Ariza, Francisco. aletheia.Ontologa Hermenutica Unificada, CuantoCaos, 2014.

    Escudero, Alejandro. La teora de las categoras en una ontologa hermenutica, Eikasia,

    mayo 2012.

    Fliguer, Jos Lus. La ontologa de Nicolai Hartmann en la encrucijada del pensamiento

    biolgico contemporneo.

    Larrique, Diego. La hermenutica como ontologa de las ciencias sociales, Espacio

    Abierto.

    Royo, Simn. Del materialismo histrico a la ontologa hermenutica, A parte rei n19.

    Sinari, Ramakant. Filosofas en interaccin y la posibilidad de una ontologa unificada,

    trad. de Juan Diego Moya.

  • Notas

    {1} Sentencia annima popularmente atribuida a la filosofa Kung-Fu, la cual interpreta, en

    analoga con la filosofa de Gaston Bachelard, que la ciencia no produce verdad sino que

    busca interrogar mejor, colaborando en la reestructuracin epistemolgica del conocimiento,

    potenciando el saber y respetando la diferencia ontolgica.

    {2} Del materialismo histrico a la ontologa hermenutica: anomalas de la dialctica ser-

    devenir, Simn Royo, A Parte Rei n 19.

    {3} Physis como naturaleza inmaterial que constituye al todo como uno.

    {4} Logos como indisolubilidad ontolgica del uno y el todo.

    {5} Lgica del sentido, Gilles Deleuze, ed. Paids, Barcelona, 1989

    {6} Concepcin trgica (grecia antigua) de la verdad como desvelamiento (a-letheia).

    {7} Nietzsche, Martin Heidegger, Destino, 2005.

    {8} Sentencia atribuida a Herclito por Teresa Oate en su libro El nacimiento de la filosofa en

    grecia. Viaje al inicio de occidente, ed. Dykinson, 2004.

    {9} The Matrix (1999) es una pelcula de ciencia ficcin escrita y dirigida por Lana y Andy

    Wachowski, protagonizada por Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss y

    Hugo Weaving, la cual puede representar un moderno remade del mito platnico de la

    caverna.

    {10} Filosofas en interaccin y la posibilidad de una ontologa unificada, Ramakant Sinari, trad.

    de Juan Diego Moya.

    {11} Pudiendo entender por Stablishment metafsico la teora de las ideas de Platn y el

    absoluto sinttico de Hegel, ambos artfices de una dialctica limitadamente hermenutica.

    {12} American Dream como desmesura egocrtica del sujeto postmoderno, aqul que ha

    asesinado a Dios para poner en su lugar al Poder-Dinero, desarrollando un relativismo

    escptico que conduce irremediablemente al nihilismo metafsico.

    {13} Ontoteologa kantiana en el argumento de los posibles, Irene Borges, Universidad de

    vora.

    {14} El mundo como yo lo veo, Albert Einstein, Brontes, 2012.

    {15} Punto de encuentro dialgico, fusin de horizontes gadameriana que recojo en boca de

    Teresa Oate.

    {16} La teora del las categoras en una ontologa hermenutica, Alejandro Escudero, Eikasia,

    mayo 2012.

    {17} La teora de las categoras en una ontologa hermenutica, Alejandro Escudero, Eikasia,

    mayo 2012, pp. 158.

    {18} Texto de 497 pgs. publicado por CuantoCaos editorial bajo licencia libre

    (www.aletheia.comoj.com).

    {19} La teleonoma es un trmino ideado por Jacques Monod que se refiere a la calidad de

    aparente propsito y de orientacin a objetivos de las estructuras y funciones de los

    organismos vivos, la cual deriva de su historia y de su adaptacin evolutiva para el xito

    reproductivo.

    {20} Concepcin acuada por Vladimir Ivanovich Vernadsky, aunque a nosotrxs nos interesa la

    concepcin de Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), que explica la noosfera como un

    espacio virtual en el que se da el nacimiento de la psiquis (noognesis), un lugar donde

    ocurren todos los fenmenos (patolgicos y normales) del pensamiento y la inteligencia.

    {21} Jess Mostern es el ms conspicuo representante de los derechos de los animales en

    nuestro pas y el ms firme defensor de una conciencia animalista en el campo filosfico.

    {22} Un holn es algo que es a la vez un todo y una parte. La palabra fue acuada por Arthur

    Koestler en su libro El espritu de la mquina.

    {23} Epistemologa, Gaston Bachelard, Anagrama, 1989.