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LA PRIMERA IMPRENTA EN PANAM A Por JUAN ANTONIO SUST O En el "Boletín de la Unión Panameri- cana " correspondiente al mes de Septiem- bre de 1939, publicó el erudito historiado r hondureño, D . Rafael Heliodoro Valle, un interesante trabajo sobre . el "Cuarto Cen- tenario de la Imprenta en América " y en la lista que pone al final de su estudio n o hace mención de nuestro país. Para que se conozcan los orígenes d e la imprenta en el Istmo y las primeras pro- ducciones tipográficas, daremos los si- guientes datos, tomados de una obra d e mayor aliento que tenemos en prepara- ción . Castilla del Oro, luego Tierra Firme, n o ofrecía prácticamente a los españoles nin- gún atractivo . Nuestro clima, menos fa- vorable que el de Guatemala o el Perú , nos los ataba a nuestro suelo, donde n o existía para ellos por otra parte, la opor- tunidad de hacer fortuna rápidaménte , como se la ofrecían los vastos imperio s de los Incas, de los Chibchas y de los Az- tecas . De tal manera que aquella raza em- prendedora, no fundó nada en materia d e cultura, en nuestro país . Sus edificios pú- blicos y sus iglesias, cuyas ruina s perduran, eran los sostenes del poderío español , en lo civil y en lo eclesiástico . Por Panamá pasaban los iberos sól o como una etapa en el camino de l a fortuna, pues las condiciones de todas clase s en el Istmo les eran difíciles, y a ello s e agregaban los frecuentes levantamiento s de los indígenas y de los negros, de la s incursiones de los piratas y sobre todo l a falúa de comercio, que se hizo por el Cab o de Hornos . La Universidad de Panamá, llamada d e San Francisco Xavier, fue de vid a efímera y los panameños emigraron a otro s centros de cultura . Vivos ejemplos so n Francisco de Ribera (Herman o Hernando de la Cruz) y los Aizpuru, en Quito ; Ay ala y Ortíz en Madrid ; López Ruíz en Bo- gotá ; Luna y Victoria en Trujillo ; Gorro- chátegtii en el Cuzco ; Coronado v Ullo a en Lima ; Antequerá y Castro en el Para- guay . Fueron unos pocos hijos de Panamá , los que como 'un paso preliminar para l a emancipación de la metrópoli, hiciero n traer a esta ciudad una imprenta, con e l fin de establecer un periódico liberal cón- sono con su programa independientista . El equipo tipográfico llegó a Panama , procedente de los Estados Unidos de Nor- teamérica, en Marzo de 1820, traído es- pecialmente por don José María Goytía, y en Abril del mismo año vió la luz públic a "La Miscelánea " , periódico semanal de in- tereses general, de que fueron redactore s Juan José Argote, Manuel María Ayala, Juan José Calvo y Mariano y Gaspar d e Arosemena . Este periódico fue suspendid o durante el gobierno del Virrey Sámano . Apareció después, en el año de 1821, l a `'Miscelánea del Istmo . de Panamá " , publi- cado en la misma imprenta, que tenía e l nombre de " Imprenta Libre de Panamá . " (1) Conocemos, a más de las publicacione s citadas, la "PROCLAMA" del Jefe Supe- rior Político del Istmo, General Juan d e la Cruz Murgeón, de 7 de Septiembre d e 1821 y el "ACTA DE LA INDEPENDEN- CIA DE 28 DE NOVIEMBRE DE 1821 " impresa en ese mismo año . La primera obra editada en la Impren- ta Libre, lo fue en el año de 1822, y es l a "Exhortación predicada en la Santa Igle- sia Catedral de Panamá por el Dean Pro - visor general del Obispado Juan José Mar- tínez en el día 25 de Febrero de 1822 co n motivo de jurarse la constitución de la Re - pública de Colombia " , ejemplar que re - posaba en la Biblioteca Nacional de Lima . De esta publicación tratan don José To- ribio Medina y Mr . John Clyde Oswald e n su libro "Printing in the Americas " , edi- ción de New York, 1937, página 565 ; per o ninguno de los dos se refieren a la intro- ducción de la imprenta en Panamá, y po r ello juzgamos que el presente trabajo e s un aporte para el estudio de la imprent a en la América . —o (1) Mariano Arosemena .— "Apuntamiento s Históricos con relación al Istmo de Panamá" 28 Enero, 1868, página 41 . O PAGINA 18 LA LOTERIA

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LA PRIMERA IMPRENTA EN PANAMAPor JUAN ANTONIO SUST O

En el "Boletín de la Unión Panameri-cana" correspondiente al mes de Septiem-bre de 1939, publicó el erudito historiadorhondureño, D. Rafael Heliodoro Valle, uninteresante trabajo sobre. el "Cuarto Cen-tenario de la Imprenta en América " y enla lista que pone al final de su estudio n ohace mención de nuestro país.

Para que se conozcan los orígenes d ela imprenta en el Istmo y las primeras pro-ducciones tipográficas, daremos los si-guientes datos, tomados de una obra d emayor aliento que tenemos en prepara-ción .

Castilla del Oro, luego Tierra Firme, n oofrecía prácticamente a los españoles nin-gún atractivo. Nuestro clima, menos fa-vorable que el de Guatemala o el Perú ,nos los ataba a nuestro suelo, donde noexistía para ellos por otra parte, la opor-tunidad de hacer fortuna rápidaménte ,como se la ofrecían los vastos imperiosde los Incas, de los Chibchas y de los Az-tecas. De tal manera que aquella raza em-prendedora, no fundó nada en materia decultura, en nuestro país . Sus edificios pú-blicos y sus iglesias, cuyas ruina

s perduran, eran los sostenes del poderío español ,en lo civil y en lo eclesiástico .

Por Panamá pasaban los iberos sól ocomo una etapa en el camino de l

a fortuna, pues las condiciones de todas clase sen el Istmo les eran difíciles, y a ello seagregaban los frecuentes levantamiento sde los indígenas y de los negros, de lasincursiones de los piratas y sobre todo l afalúa de comercio, que se hizo por el Cab ode Hornos .

La Universidad de Panamá, llamada d eSan Francisco Xavier, fue de vid

a efímera y los panameños emigraron a otro scentros de cultura . Vivos ejemplos sonFrancisco de Ribera (Herman o Hernandode la Cruz) y los Aizpuru, en Quito ; Ay

ala y Ortíz en Madrid; López Ruíz en Bo-gotá ; Luna y Victoria en Trujillo ; Gorro-chátegtii en el Cuzco ; Coronado v Ulloaen Lima ; Antequerá y Castro en el Para-guay .

Fueron unos pocos hijos de Panamá ,los que como 'un paso preliminar para l aemancipación de la metrópoli, hiciero ntraer a esta ciudad una imprenta, con e lfin de establecer un periódico liberal cón-sono con su programa independientista .

El equipo tipográfico llegó a Panama ,procedente de los Estados Unidos de Nor-teamérica, en Marzo de 1820, traído es-pecialmente por don José María Goytía, yen Abril del mismo año vió la luz públic a"La Miscelánea", periódico semanal de in-tereses general, de que fueron redactore sJuan José Argote, Manuel María Ayala,Juan José Calvo y Mariano y Gaspar d eArosemena. Este periódico fue suspendidodurante el gobierno del Virrey Sámano .Apareció después, en el año de 1821, l a`'Miscelánea del Istmo .de Panamá", publi-cado en la misma imprenta, que tenía e lnombre de "Imprenta Libre de Panamá ."(1)

Conocemos, a más de las publicacione scitadas, la "PROCLAMA" del Jefe Supe-rior Político del Istmo, General Juan d ela Cruz Murgeón, de 7 de Septiembre d e1821 y el "ACTA DE LA INDEPENDEN-CIA DE 28 DE NOVIEMBRE DE 1821 "impresa en ese mismo año .

La primera obra editada en la Impren-ta Libre, lo fue en el año de 1822, y es la"Exhortación predicada en la Santa Igle-sia Catedral de Panamá por el Dean Pro-visor general del Obispado Juan José Mar-tínez en el día 25 de Febrero de 1822 co nmotivo de jurarse la constitución de la Re-pública de Colombia", ejemplar que re -posaba en la Biblioteca Nacional de Lima .

De esta publicación tratan don José To-ribio Medina y Mr. John Clyde Oswald ensu libro "Printing in the Americas " , edi-ción de New York, 1937, página 565 ; peroninguno de los dos se refieren a la intro-ducción de la imprenta en Panamá, y po rello juzgamos que el presente trabajo e sun aporte para el estudio de la imprentaen la América .

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(1) — Mariano Arosemena .— "Apuntamiento s

Históricos con relación al Istmo de Panamá" —

28 Enero, 1868, página 41 .

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Panameños de la Epoca ColonialPor JUAN ANTONIO SUST O

No posee el Archivo General de Indias l adocumentación completa que sirva par a

formar genealogías de familias paname-ñas . Para ofrecer estos reducidos esbo-zos biográficos de istmeños, que vivieron,actuaron y lucharon en la época colonial .tuvimos que buscar y rebuscar en legajo sy más legajos . Muchas veces, y con hartafrecuencia, tropezábamos con un dat

o vago que, junto con otros encontrados a lazar, vinieron a proporcionarnos la silue-ta inconclusa o el contorno indefinido deestos personajes que hoy ofrecemos con e ldeleite que se experimenta y la fruiciónque produce el hallazgo de lo desconocido .Así, para formar la personalidad de cad aindividuo nos fue preciso verificar la lec-tura de cartas, de memoriales, de exile .dientes enteros, de relaciones de Obispos,de Oidores, de Padrones y de la copiosa co-rrespondencia cruzada entre los Goberna-dores y Virreyes, con la Corona de España .

Vamos a dar a conocer, bajo un aspectocompletamente nuevo, la pujanza d enuestra época pretérita, en la que -dimosmeritorios y bizarros militares, pulcros.oidores, honrados y cristianos sacerdotes ,excelentes médicos, inteligentes ,y sagaces-Obispos, hábiles abogados, fogosos orado -res, poetas y pintores, y también, porquéno, gente de color de singular prestancia.

El archivo hispalense nos proporcion óbiografías llenas de cálido efluvio colonial ,de hechos. repletos de gloria y de interéssobre las familias panameñas Achurra yNúñez del Arco, Aguirre y Bilbao , Arechuay Sarmiento, Arosemena, Ayala, Barrien-tos, Bernal de Contreras, Bolívar, Borges .Bravo de Laguna, Calvo y Segura, Collary Queipo, Coronado y Ulloa, Ladrón d eGuevara, Laya y Bolívar, López de la Flo ry muchas más, las cuales daremos a conocer en un libro próximo a aparece r

s

En la historia de nuestro país, el sigloXVIII viene a marcar una etapa digna d eestudio, en lo referente a los grupos socia -les que convivieron en el Istmo de Pana -

má. A mediados del siglo XVII la ciudadde Panamá, y más tarde las de Natá de lo sCaballeros, Santiago de Veraguas y Po

rtobelo, vinieron a ser el asiento de fami-lias españolas que tuvieron en ellas su sdescendientes, quienes al igual que su sprogenitores, se tornaron en casta privile-giada que predominó sobre los mestizos,los zambos y los esclavos. Para los hijode españoles nacidos en el suelo america-no la Corona tuvo especiales concesiones ;pudieron ingresar en las carreras militar ,eclesiástica v forense. D% la-- familias ci-tadas salieron muchos individuos que sedistinguieron en estas disciplinas .

Cuando los españoles residentes en e lsolar istmeño desearon obtener del Rey d eEspaña una merced para mejorar su si-tuación, o bien una orden civil o militar ,o un título de Castilla, manifestaron pormedio de diferentes testimonios sus varia -dos méritos . En esos testimonios, en lamayoría de las veces, hicieron alarde deun arrojo militar en las luchas contra lo snegros cimarrones en el Bayano ; de la he-róica defensa de las plazas contra los te-rribles y sanguinarios piratas ; de su cruen-to trabajo en la sumisión de los indiosguaymíes o del Darién . Todo esto si pres-taron sus servicios en las carreras de la sarmas. Si se trataba de haber abrazado lareligión de Cristo, narraron de manera,sorprendente cómo hicieron las evangeli-zaciones en los lugares más apartados de lpaís, la fundación de pueblos de infiele spara instruir a los catecúmenos o cuales -quiera otros méritos análogos ; y si, en lu-gar de ser curas o militares, escribieroncon los más vivos colores la manera comocuidaron y defendieron los intereses de lSoberano, mejor que los suyos, par

a halagar a la Monarquía, que año tras año espe-raba ansiosa la llegada de los galeones pa-ra saciar su apetito de plata y oro . Prue-ba palpable de esta codicia son las Reale sCédulas en las que la Corona mandó a cui-dar de sus Reales Haciendas (Tesorerías )en América, en el sentido de que jamás s etocase nada, ni en el caso local más pre-mioso .

Llegados esos testimonios de España, en

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la Secretaría del Consejo y en la Cámara deIndias, se formaba un extracto, que remi-tido a la imprenta, salía con el título de"Relación de Méritos y .Servicios " . Se de-volvían al interesado los originales y s edeliberaba en la Cámara o en el Consejo ,según compeíencia de cada tribunal, paraluego llevar a la aprobación o veto delRey lo que allí se solicitaba .

Los panameños, hijos de españoles, hi-cieron las peticiones en la misma form apero agregando su árbol genelógico : de es-ta manera los datos biográficos de estc,spaisanos nuestros vienen a resultar cortos .para darle realce a sus ascendientes, e ncuyos méritos y servicios fundaron su pro-sapia a la vez que se hacían gratos ala bondad del Soberano, amén de•proba rser "descendientes de españoles, cristiano sviejos y limpios de toda mala raza " .

(1741), estos dos últimos de San Marco

:--de Lima. Pero si todo esto no dejase sa-

Los panameños no se sintieron satisfe-chos con la enseñanza superior y universí-taria que les brindó su patria . Aspirarona algo niás noble : sintieron el natural de -seo de ensanchar sus conocimientos y e lde luchar en otros campos más dilatados ypropicios para sus actividades . Y así ve-mos con íntimo regocijo cómo las Univer-sidades de Nuestra Señora del Rosario yla de San Bartolomé, de Bogotá ; de SanGregorio y la de Santo Tomás, de Quito :y la Real Universidad Mayor de San Mar -cos, de Lima, otorgaron a los istmeños el

titulo de doctor y luego utilizaron sus ser -vicios como Catedráticos en las propia sinstituciones. Varios hijos de Panamá re-cibieron ese honor : el Dr. Rafael Lasso dela Vega, Catedrático de Sagrada Teologí aen el Colegio Mayor de nuestra Señora de lRosario (1806) ; el Dr. Alonso de Corona -do y Ulloa, Catedrático de Prima de Leveeen la Universidad de San Marcos de Lim a(1654) ; el Dr. Francisco Boniche, Catedra -tico de Instituta en la Universidad de San-to Tomás de Quito (1745) ; el Dr. MatheoJoseph de Aizpuru, Catedrático de Institu-ta en la Universidad de San Gregorio d eQuito (1746) ; el Dr . Antonio de la Cueva ,Catedrático de Prima de Teología Mora l(1755) y el Dr. Francisco Flores Lascurain ,Catedrático de Prima de Leyes, la de Vís-peras de Sagrados ,Sánones y la de Código

tisfecho nuestro orgullo nacional, diremos ,a guisa de curiosidad, que tuvimos Obis -pos en Nicaragua, en Trujillo, en Guaman-ga, en el Cuzco, en Mérida de Venezuela ycuatro en Panamá ; médicos en Lima, enBuenos Aires, en el Cuzco, en Quito y e nSanta Fé de Bogotá ; abogados en losVirreinatos de Lima y de Santa Fé ; guí -rreros no sólo en América sino en la Pe-nínsula y para no ser demasiado prolijo sen esta enumeración; terminaremos maní -

, festando que también en la Corte vivierony actuaron dos panameños Caballeros d eCapa y Espada y Consejeros de la Coronade España .

El alud de religiosos con que Iberia inva-dió sus colonias de Ultraxuar tuvo en lo shijos del Nuevo Mundo una barrera contrasu expansión . Los nativos, a raíz de l allegada de los soldados de Cristo, se pu-sieron a su lado, recibieron sus enseñan-zas, los amaran con cariño, fueron sus fie-les servidores y lograron así ingresar e nsus filas . Años después, cuando se esta-blecieron Colegios, Seminarios y Univer-sidades, los indo-americanos estudiaron l acarrera eclesiástica, unos como medio d evida, y los otros, que fueron la mayoría ,como una inclinación natural a las cosa,;divinas, y muchas veces su inquebrantablefé los llevó a tomar los hábitos en las ór-denes monásticas .

Ejemplos dignos, exponentes de virtud ,fueron Fray Francisco Julián de Aguirre .Padre Prior de la Orden de Nuestra Seño-ra de la Merced ; los Padres Agustín Hur-tado, quien estudió en Quito, entró en la smisiones de Mainas y fue nnierto a puña-ladas en el pueblo de Gayes, y Valerio Ni-colás de Aizpuru, ambos de la Compañí ade Jesús ; Fray Alonso de Góngora, de laOrden de Predicadores ; Fray José Agustínde Lila, de la Orden de San Agustín, doc-tor en Teología de la Universidad de Sa nMarcos, Procurador en Madrid y Roma, ,yFray Juan Prudencio de Osorio, de la Or-den de Santo Domingo, Prior del Conven-to del Rosario de Lima y autor de los"Triunfos de la Verdad", obra publicadaen aquella ciudad en 1785 .

Entre los Obispos panameños merece nespecial mención el : doctor Francisco Ja-vier de Luna y Victoria, quien en su ju-ventud sirvió en la milicia, y cuando sa -

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cerdote, fue •Tesorero de la Iglesia de Car-tagena de Indias, Obispo de Pananiá, fun-dador de nuestra primera Universidad en1719, Obispo de Trujillo, y sorprendióle Inmuerte cuando iba a tomar posesión delArzobispado de Chuquisaca ; el doctor Ra-fael Lasso de la Vega, Colegial de NuestraSeñora del Rosario de Bogotá, Catedráticoen ese Colegio de Latinidad, y CanónigoDoctoral. de la Metropolitana, tambiénObispo de Mérida, Diputado al Congresode Cúcuta y Obispo de Quito ; el doctorManuel Joaquín González de Acuña SanzMerino, Convictor en el Colegio de Sannarto'_omé y Obispo de Panamá ; el doctor -Agustin de Gorrichátegui, Obispo del Cuz-co ; el doctor José Andrés de Achurra yNúñez del Arco, Obispo de Trujillo ; el doc-tor Fray José Luis de Lila, Obispo de Gua -manga y los doctores Agustin Ignacio Gó-mez y Miguel Moreno y 011o, obispos am-bos en su tierra .

Largo sería exponer aquí la nómina d elos panameños que abrazaron la carrer aeclesiástica . Solo haremos mención de al-gunos religiosos que actuaron fuera de lpaís de su nacimiento : Pedro ele Aguirianoy Arizaga, doctor en Sagrada Teología dela Real Universidad de San Gregorio deQuito ; Alvaro Joseph Antequera y Castro ,doctor en Teología del Colegio Real deSan Juan de la ciudad de La Plata y Fer-nando, doctor también de la Real Univer-sidad de San Antonio Abad del Cuzco, lo sdos hermanos del doctor Josepli Anteque-ra y Castro, el Jefe de los Comuneros de lParaguay a quien dió a conocer en su con-ferencia en la Academia Colombiana d ela I-Iistoria, mi colega y compatriota clonErnesto J . Castillero R .

Por la Real Cédula de 4 de Noviembr ede 1648 se obligó a que fueran enviados a lCronista Maestro Gil González de Avila to-dos los datos necesarios para la formació n

ele su obra "Teatro Eclesiástico de la sIglesias de América " . En Panamá fuerondesignados dos "criollos", los Canónigo sLicenciados Juan Beranl de Contreras yJuan de Tapia, quienes cumplieron a sa-tisfacción con el real encargo . Los her -manos Domingo y Pedro Díaz Melga rLarraondo, tuvieron brillante actuaciónen Arequipa y en La Paz ; el doctor San-tiago Joseph López Ruiz, hermano del mé-dico y naturalista Sebastián Josepli, gra-

duado en Quito, fue Notarlo Apostólico de lSanto Oficio en Lima, Examinador Sino -dal en Guamanga, Racionario de la . Cate-dral de Quito y autor del libro "PolíticaMoral", relativo a la agricultura y al co -Inercio ; el doctor Angel Luque, candent eescritor, que en 1812 escribió en Lima con-tra el Brigadier Rábago, Secretario de lVirrey y el Tesorero D. Fernando Zanibra-no, causa por la cual fue perseguido y de-clarado autor infamante ; el LicenciadoSimón Marciano de Malpica, Racionero el ela Catedral de Caracas ; el Licenciado Gas-par Moreno de Montenegro, Predicador de lArzobispo de Lima, autor de nn libro quecontiene sus conclusiones, publicado e nesa ciudad en 1619 ; el doctor Luis AntonioTorres y Tuñón, graduado en el Colegio deSan Ildefonso de México, y otros tantos sa-cerdotes, cuyos perfiles se verán proyecta -dos en el libro .

La profesión de médico no se miró e nen tiempo de la colonia, con mucha simpa-tia, a causa de que la legislación de la épo-ca prohibía ejercerla a los que no compro -basen su limpieza de sangre . Este obs-táculo por una parte y la ausencia de mé-dicos y sobre todo de cátedras de medici-na, hizo durante mucho tiempo imposibleel desarrolo de esta carrera . La falta degalenos en las posesiones de América obli-gó a las autoridades a permitir, muy a supesar, que los curanderos ejercieran estasfunciones y a los barberos se les consinti óel que se hicieran cargo de las operacionesde pequeña cirugía . A raíz de la llegadade los conquistadores se estableció en San-ta María la Antigua del Darién un liospi-tal, y años más tarde, en 1513, se fun -dó otro en regla del cual fue Mayordomoel clérigo Hernando de Luque. El F,mpe-rador Carlos V, auxilió en 1521, al hospi-tal que funcionaba en Panamá, y en 1575 ,al de San Sebastián, construido con fondosde particulares y servido por esclavos d eambos sexos, que vino a llenar una nece-sidad, en esa época én que el Istmo fue e lpaso necesario y obligado de los que iba ny venían del Perú . Felipe II concedió li-cencia en 1595 para que los religiosos dela orden monástica de San Juan de Diospudiesen pasar a América a fundar hospi-tales. De Lima llegaron a Panamá cuatro

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monjes de la citada orden, que en 1620 s ehicieron cargo del hospital, mejoraron e :de Portobelo en 1629 y les tocó fundar P Ide Natá en 1670. En 1680 la Universidadde San Marcos de Lima abre una Cátedr ade Medicina y años más tarde varios pana-meños van hacia aquella ciudad a cursa rla ciencia médica en donde se graduaroncon distinción el doctor Sebastián JosephLópez Ruiz y el doctor Isidro Arroyo .Los dos de médicos en la Ileal Universida dde San Marcos de Lima. Más tarda losdos fueron Protomédicos en el Perú, y po rúltimo los dos pasaron a la ciudad d eBogotá en donde fallecieron, el primer oen 1823 y el o,ro, el doctor Arroyo, die zaños después. López Ruiz tuvo varios hi-jos, uno de los cuales fue figura de reliev een el Perú, y Arroyo tuvo en su hijo y ho-mónimo una de las glorias del foro y de lprofesorado de Colombia, según lo atesti-gua el doctor José María Samper en s u"Galería Nacional de Hombres Ilustres".

as s

En la carrera de las armas se distinguie-ron muchos panameños : don Pablo deArosemena y Lombardo, Coronel de Mili-cias de Veraguas, que luego ocupó el mis-mo cargo en Panamá, en las Milicias dis-ciplinadas. Hombre de cuantiosa fortu-na, de gran talento y educación esmerada ,mereció el alto honor de ser Caballero d ela distinguida orden de Carlos _ III . Fuedon Pablo abuelo de don Justo Aroseme-na, tino de los valores auténticos e indis-cutibles del continente, y del doctor Pabl oArosemena alumno distinguido del Colegi oMayor de Nuestra Señora del Rosario yhombre de brillante actuación en la tierr ade Murillo Toro, de los Zapatas y Mosqueeras, lo mismo que en la del Istmo, dondefue Presidente del Estado Soberano y lue-go de la República .

Don Gabriel Calvo y Bustillo Vallejo ,Coronel (le Caballería en los ejércitos his-panos, estuvo en 170;1 en toda la campañ ade Portugal, en el socorro al reino de Va-lencia (1705) en donde fue herido, en el si-tio de Barcelona (1706), en la batalla d eAlmansa, en la toma de Lérida (1707), e nla rendición de Tortosa (1708) . Vivió ycasó en Madrid y en 1710 tomó parte en l abatalla de Villaviciosa, y en 1715 regresó

a su patria en donde desempeño varioscargos de importancia .

Don Jose Maria Chiari, ebrazó como s upadre la carrera militar . Fue Cadete des-de 1784, a los diez años de e(.ad y TenienteCoronel en 1819. Más tarde, Comandant ede las fortalezas de Portobelo, Mayor d ePlaza, Teniente de Rey de Panamá y con -decorado con la Cruz de San Hermenegi! -(lo, corno premio a su constancia militar .Desde 1821 sirvió a Colombia y llego a se rComandante del Departamento de Pana -má. En 1822, comisionado para envia rdesde Cruces auxilios de transportes álbatallón de patriotas . Nombrado Gober-nador político y militar de Veraguas, endos ocasiones . En 1823, desempeño lasfunciones de Comandante del Batalló nGirardot, sirviendo a la vez la Secretari ade la Comandancia General . El Gobier-no de Colombia le reconoció el empleo d eTeniente Coronel y posteriormente le co :a-firió el grado de Coronel . Don José Marí afue padre del Doctor Miguel Chiari, tam-bién nacido en Panamá colegial en 182 3del Mayor del Rosario, instituto de que fu écatedrático y vicerector . Se recibió deabogado en 1835 y desempeño los destino sde oficial mayor de la Secretaria delinte-rior y relaciones exteriores, carácter con e lque se encargó en 1810 ; fiscal del tribunalde Ctmdinamarca ; Gobernador de Pana-má en 1842. Formó el doctor Chiari en e lgrupo de eminentes jurisconsultos que elá-boraron los "Doce Códigos de Cundina-marca" y le correspondió la redacción de lcódigo civil . Casó el doctor Chiari, alláen Bogotá, con doña María Josefa Leiva yCaicedo.

Don Francisco Jiménez Cuevas, quien alos 13 años ingresó en el Batallón Fixo d ePanamá, en calidad de Cadete, debido alas circunstancias de hijodalgo de su pa-dre y por ser éste, Comandante del citadoBatallón, cosa permitida, previa licenci a

real. Su esmerada educación militar l a

recibió en España. Por Real Despacho d e1801 fue nombrado subteniente de la pri-mera compañia del Batallón Fixo de Pana -má y en 1804, Teniente del mismo batallón .La carrera militar de Jiménez Cuevas fu e

en extremo brillante : como Mayor General

estuvo en Junio de 1816 bajo las órdenesde Juan Sámano en la Cuchilla de Tambo ;actuó como Fiscal en las causas seguidas a

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los patriotas de Santa Fé. Siendo Coman-dante del Batallón "tambo', llevó el es-tandarte de la Inquisición en la solemn eprocesión que presidió Sámano en las ca-lles de Bogotá. Jiménez Ceuvas hizo la scampañas de 1817 y 1818, en Venezuela .Luego en la campaña de 1818, estuvo man-dando siempre como jefe, en la torna deCariaco, en la que recibió una herid amortal .

En la batalla de Boyacá el Coronel Ji-ménez Cuevas, era Jefe de la Tercera Di-viisón, del Ejército de Morillo, qae man-daba el General Barreiro . Hechr, prisienero, fue fusilado en Bogotá el 11 deoctubre de 1819, de orden del Vice-Presi-dente de Colombia General Santanderjunto con el Genera'- Barreiro y sus otros:38 compañeros .

Hemos dejado de manera intencional ,para el final de esta disertación, a un in-dividuo, que fué genuino representante denuestra cultura e indudablemente la figu-ra más destacada de la época colonial .Nos referimos a don Manuel Joseph deAyala .

El profesor argentino Ricardo Leven e

en su "Introducción a la Historia del De-recho Indiano", dice de nuestro compatrio-

ta : "El Consejero Ayala resultar ser el

más destacado jurista indiano de esta épo-ca (Siglo XVIII) no solo por su pacient elabor de revisión y ordenación de materia lsino por su obra preparatoria de una nue-va recopilación de las leyes de Indias" .Ayala nació en la ciudad de Panamá en

1726. Hasta los 12 años permaneció al la-do de sus padres dedicado al aprendizaj ede las primeras letras y de los elemento snecesarios para poder cursar sus estudio s

primarios y secundarios . En 1728 entrócomo Colegial de número en el de San

Agustín y San Diego, que fundó su abuel odon Rodrigo de Calderón, habiendo justi-ficado antes, como fue costumbre su lim-pia ascendencia . Allí estudió Gramátic ay Retórica. Pasó a estudiar Artes en e lColegio de San Ignacio de Loyola, de laCompañia ele Jesús y luego a la Universi-dad de San Francisco Javier. Fue Ayalaen su tierra, Promotor Fiscal del Juzgad oEclesiástico y Agente Fiscal de la Beal Au-

diencia. Pasó a España y en Sevilla obtu -vo el título de Bachiller en Cánones, pa-sando a Madrid, en donde fue nombrad oen 1760, Archivero y Oficial de la Secreta-ria del Supremo Consejo de Indias, --re-glando los papeles de ese mismo Consej oy el de la Secretaría Universal de Indias .Le tocó a Ayala promover la creación delos archivos de la Secretaria del Perú y dela Nueva España, que en la actualidad for -man la Sección Quinta dei Archivo Gene-ral de Indias, con un total" de 18 .395 lega-jos de documentos. No vamos a hacer re-lación de los cargos que desempeñó Ayalay diremos que fue fundador de la Socie-dad de Amigos del Pais de Madrid en 1775y se le concedió el ser Caballero de la rea ly distinguida orden de Caros III y Minis-tro de Capa y Espada del Supremo Con-sejo de Indias .

La obra de Ayala alcanza más de 600 to-mos los cuales reposan en la Biblioteca delPalacio Narional de Madrid .

s

s.

Panamá, cuyas entrañas dió vida a esto spersonajes que acabamos ele bosquejar ,tiene un indiscutible valor histórico y mar -ca el panto de partida de la civilización de lNuevo Mundo . Las gestaciones del muni-cipio americano arrs_ncan de Santa Marí ala Antigua del Darién, modelo de los ca-bildos del continente y la Audiencia dePanamá, cuyos limites imprecisos llegaro nhasta la Argentina, fue la primera de Tie-rra Firme, y el modelo para las posterio-res. La era de las conquistas en el terri-torio istmeño vienen a revolucionar l ageografía y a ser el comienzo de los descu-brimientos. Almagro y Pizarro, sientanlas bases del imperio español .

En Castilla de Oro sc intentó establece rla primera monarquía americana . Pasa-ron por ella en larga caravana los desfilesde aventureros, de virreyes, de religiosos y

de hombres de ciencia. Fue teatro de la s

hazañas de los filibusteros y ,piratas, ave sde rapiña, que codiciaron el arreo metal

que iba a la metrópoli . La raza negra tu-vo su campo de experimentación y la es-clavitud sentó sus reales y su tráfico fue la

prosperidad del comercio. Sus entrañasse intentaron abrir desde los albores de l aconquista para unir los dos mares y las fe-

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rias de Portobelo fueron su engrandeci-miento económico .

Bolivar soñó que Panalnú seria el centr odel Mundo c11 las siguientes palabras :

"Los estados del Istmo de Panalnú bast aGuatemala formarán quizá una asociación .T?sfa magnífica posición entre los dos grasl-des usares, podrá ser con el tiempo el em-porio del uuiNerso, -Lis Canales acortarán

las distancias (le] inundo, estrecharán losla os coDlerciales de Europa, América yAsia ; Iraerán a tan feliz región los b'ibu-tos de las cuatro parles del onlndo . Acasosolo alli podrá fijarse algún dia la capita lde la tierra Como preleudió Constantinoque fuese llizancio la del antiguo heinis-ferio!"

NUMEROS FAVORECIDOS POR LA SUERTE EN 1943

Fecha Sorteo Primero Segundo Tercero Fecha Sorteo Primero Segundo Tercero

ENERO 3 1241 5734 9243 5842 JULIO 4 1267 3017 9248 154 610 1242 8755 ({685 7180 11 1268 9477 7827 491 017 1243 0878 3980 3505 1,8 1269 8147 4405 668 524 1244 6376 6264 5784 25 1270 5493 7277 930 431 1245 3395 7736 3537

AGOSTO 1 1271 8700 3736 9701FEBRERO 7 1246 4037 3257 3005 8 1272' 3783 2874 229 2

14 1247 4028 7897 5057 15 1273 5611 0418 092 821 1248 9035 6895 9169 22 1274 3451 4014 745 628 1249 4447 3058 9608 29 1275 6344 7299 3542

MARZO 7 1250 6036 3865 0577 SEPT . 5 1276 5420 5273 517814 1251 4939 9824 2796 12 1277 8697 7761 891 121 1252 0032 6331 6245 19 1278 0641,11 1949 340 528 1253 9859 2670 4185 26 1279 2556 5657 998 6

ABRIL 4 1254 9641 4013 4579 OCTUBRE 3 1280 7258 6820 203 311 1225 7557 3350 7416 10 1281 1756 1383 562 718 1256 0335 2745 9929 17 1282 7527 0572 133 125 1257 0522 5448 0720 24 1283 2174 0906 005 4

31 1284 4570 5676 616 5

MAYO 2 1258 8224 2563 066 7

9 12,59 8532 6971 4190 NOV. 7 1285 !L1 ¡s 3400 774 516 1260 2997 7561 1359 14 1286 8079 5707 212 123 1261 1020 4328 0971 21 1287 8251 5714 973 130 1262 7423 9157 733128 1288 4601 2061 5161

JUNIO 6 1 .263 3788 7389 1387 DIC . 5 1289 1147 6352 357 013 1264 9379 9097 1039 12 1290 3441 7466 254 220 1265 5053 3467 1623 19 1291 0112 0991 151 727 1266 0748 3403 0868 26 1292 8304 8309 7884

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LA L OT E R I A

LA CIUDAD QUE SE PERDIOEL PIRULI

Por FRAY RODRIG O

(Santiago MacKay )

Nuestra ciudad ha tenido tipos caracte-rísticos que han ido desapareciendo a me-dida que ella se acicala y se viste de lim-pio ; ellos han dejado historias inolvida-bles que no se han perdido del todo ; vivie-ron en la época en que la Capital era asien-to de una Prefectura

y alborotaron tántonuestras calles que la chiquillería de en-tonces tiene que recordarlos hoy con el ca-riño con que se recuerdan las cosas qu enos han hecho sonreír o han prendido en-tusiasmos y alegrías en nuestros cora-zones .

El negrito Pirulí era un jamaicano quea duras penas hablaba cuatro o cinco pa -labras en castellano ; producto legítimo delas clases trabajadoras del Canal, pront ose convenció de que pico y pala eran ins-trumentos de trabajo Inuy pesados para s ucuerpo enclenque y optó por ganarse elpan de cada día vendiendo caramelos .

Pregonando su golosa mercancía, nues-tras calles asoleadas sintieron la vehemen-cia de sus pasos cansados y el aire sintiólos latigazos de sus gritos estridentes : "ElPiruli" y al pregón ponía una música sor -da que pronto aprendió la muchachad aque solicita acudía a él en busca de cara-melos de todos los colores .

Pirulí era un negro alto, muy seco d ecarnes, mal vestido y mal calzado si zapa-tos hubieran podido llalnarse sus botine scompletamente destrozados ; llevaba sumercancía con singular orgullo y al cae rde la tarde la había realizado por conn-pleto. Cargando un trozo de madera ama-rilla limpiecita, labrada en forma redon-da y llena de innumerables huecos en don -de se colocaban los caramelos presentado scon una finísima varilla vegetal, Pirulí sa-lía todas las tardes a sufrir las impertinen-cias de los chicos que le molestaban contoda clase de bromas y le enfurecían co nuna serie de travesuras que a cualquier ahubieran sacado de quicio. Pronto llegó

a ser un personaje ampliamente conocid oen la ciudad .

De la noche a la mañana, Pirulí desapa-reció a causa (le la competencia que l epresentó un muchacho criado en casa delpanadero Gregorio Moncayo, a quien seapodó Pelele primero y Comi-Calla des-pués. La chiquillería, que jamás ha sidoingrata con nadie, confirmó a los próxi-mos vendedores de caramelos con el mis .mo remoquete: Pirulí y así hubo Pirulí sde todos los colores y de todas las raza spero ninguno de ellos fue como aque lchombito alto y seco de carnes, mal ves-tido y peor calzado . . . .

Junto con Pirulí, alegraba nuestras ca-lles aquel célebre chinito regordete, esqui-

vo, grosero y trabajador que todas las ma-ñanas se iba a las playas cercanas a la s

Bóvedas de Chiriquí con magnífico equi-po para atrapar longorones .

Efectuado su trabajo y llenas las jabasdel codiciado y delicioso marisco, ator-mentaba las calles con un grito seco y sór-dido : "Longolón" y respondiendo al pre-

gón las mujeres acudian presurosas, co nsus platos limpios a comprar al chinito

que como buen comerciante tenia clien-tela fija, personas a quienes vendía al cré-dito y otras a quienes no permitía queacercaran a sus repletas jabas, siquiera .

El chinito Longolón fue como Piruli co-

nocido en toda la ciudad . Estos dos per-sonajes, cada uno en su linea, apenas s e

conocieron . Quién sabe qué honda satis -

facción sentían nuestras calles cuando la s

hollaban diariannente en su afán de ga-narse el diario sustento y quién sabe cuán-tas veces sus pregones, sueltos en un cas-tellano maltratando, fueron presagios de

este cruce de razas y de este chocar de len-guas al que asistimos con los brazos cru-zados como si tuviéramos miedo de hacer

LA L O T E R I A

PAGINA 25 0

frente al cosmopolitismo desmoralizado rque nos ahoga .

Piruli y Longolón pertenecen ahora anuestras tradiciones y no queda de ello ssino un recuerdo vago porque no ha sidoposible que salten por allí dos tipos capa -ces de imitarles en la gracia ingénita d esus actividades comerciales .

En cambio, hoy tenemos como una nu-be de comerciantes de catálogos de casas

norteamericanas, buhoneros de saco ycorbata, vendedores de artículos que ha nde pagarse a plazos largos, pregoneros sin

gracia que mucho aprenderían, si ello fue-ra posible, si dable les fuera contemplarpor un momento siquiera, la estrafalari afigura de aquel inolvidable Piruli de mi sañoz mozos y la cómica presencia del chi-nito Longolón con sus jabas repletas d e

ese marisco delicioso y codiciado . . . .

JOSELITOLo vieron cientos de hombres, carreti-

lla por delante, cruzar diariamente las ca-lles de nuestra ciudad, alegre como uucascabel, gritando a pleno pulmón todo ssus caprichos como si la algarabia incon-fundible de la vida le bailoteara en la len -gua y como si alguien le hubiera estad ocantando en el oído, como para desespe-rarlo, la inquietante cancioncilla del al-borozo.

Joselito, de quien nadie se ha ocupad o

de conservar—pero un recuerdo, quién n olo tiene?—el prestigio de su nombre, fueel tipo representativo de la despreocupa-ción que hace menos dura la vida, meno ssufrido el corazón y más llevaderas todas

las tristezas que aletean a nuestro alrede-dor. El solo motivo de su vida lo encon-tró en su flamante carretilla y en su pre-gón particularisilno y oportuno que tuvo ,en distintas y múltiples ocasiones, la raravirtud del presagio certero .

De Joselito, hace una decena de año s

desaparecido, se conservan anécdotas so-berbias y hasta su figurilla enclenque y es-trafalaria parece cruzar aún nuestras ca-lles que sintieron el azote de sus pisada s

mucho más fuertes cuanto más dominado

por el alcohol estaba .

Enteco, de baja estatura, tostado por e l

sol tropical, vistiendo siempre amplio pan -talón azul de sarga ordinaria y camisa ro-

ta estropeada la más de las veces por e lsudor y la mancha de los bultos que aca-

rreaba ; con el sombrero de paja, barato ytostado por la mugre, puesto con incons-ciente abandono sobre la cabeza de cabe-llos crespos y alborotados y con los piesdescalzos, Joselito fue el padre del alboro-to callejero y resistió las burlas sangrien-tas de la muchachada de aquellos años consus sátiras que a veces por lo brutales ycrudas, hirieron los oídos de persona spudorosas estremecidas con la gruesa yabultada factura de sus amenazas y de-safios .

Como todos los humanos, Joselito fue mrferviente admirador de nuestros hombre spúblicos y representativos de los distintos

partidos politicos que como dos gallos de

pelea no pueden verse frente a frente si naprestarse para la riña que ha de termina r

en "tablas" .

Joselito fue un "anunciador de Presi-dentes". Mucho antes de que Belisari oPorras escalara el Poder y mucho ante sde lo que lo pensara Ramón Valdés y so-bre todo Lefevre, ya Joselito gritaba po resas calles de Dios a todo pulmón y co ntoda su alegría inconfundible : "Viva Po-rras`, o "Viva Valdés" o "Viva Lefevre" .

Y en medio de su locura aparente y en

medio de su sana alegría, a sus entusias-mos y a sus pregones siempre respondió larealidad como un bofetón para los que aella aspiran con el arma quebradiza de l a

hipocrecia .

Joselito, como nadie lo ha vuelto a ser

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LA L OT E R I A

en la ciudad, fue un carretillo clásico qu edesafío, trabajando, a todos los hombres ,que jamás tuvo miedo a la policía y par aquien la vida, si no tino desdichas dura-deras ni desenganos atroces, no le priv ódel raro derecho de reir y burlarse de tod ocomo si la carcajada en su boca tuvier auna significación más honda que la mis -ma alegría .

Quién recuerda haber,observado a unhombre más contento y menos preocupad oque Joselito? Nadie .

Enamorado de su profesión, Joselito—ysu apellido no interesa ni importa a na-die—supo cantar a todas horas y mientrasel peso de sus tareas le fatigaba y le ha -'ría sudar y le proporcionaba las monedasque habían de caer después sobre el suciomostrador de cantina de arrabal, siempr etenia una fuerte canción en los labios ás-peros y siempre parecía aturdirse con l agracia incomparable de su pregones muypanameños en donde prendía una sátir aamarga que a veces era cortante como un

látigo o colgaba una bandera de coloresruidosamente alegre como una carcajada .

Un buen (ia, quizá Im Domingo, Joserlito, hastiado de su vida azarosa, aburrid ode su carretilla y de las calles de la ciutdad que tánto le mimaba, murió, avergoirzado de su pobreza, en una buhardilla .Cuando doblaron las campanas y lo lleva-ron apresuradamente al cementerio comose lleva el viento las pajas y plumas de losnidos abandonados, la ciudad sintió unhondo estremecimiento de pena, sintió e llatigazo del dolor incontenible y luego sebebió trago a trago, el acíbar de la ausen-cia del personaje que vieron cientos dehombres, carretilla por delante, cruza rdiariamente las calles de nuestra ciudad ,alegre como un cascabel, gritando a plen opulmón todos sus caprichos como si la ale-gria inconfundible de la vida le bailotearaen la lengua y como si alguien le hubier acantado en el oído, como para desespe-rarlo, la inquietante cancioncilla del albo -rozo . . . .

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LA LOTERIA PAGINA 27 9

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bombillas eléctricas para poder trabajar sin interrupción por espacio de 24 hora spor día. Como consecuencia, existen restricciones en los suministros d eBombillas G.E. Mazda .

Siempre es un buen proceder el comprar lo mejor, pero especialmente cuand olos suministros son limitados ; por consiguiente, les aconsejamos que adquiera nun suministro de reserva de Bombillas G .E . Mazda sin demora, cuando esté ndisponibles, con el objeto de evitarse desengaños probables más adelante .

Podemos asegurarles que por nuestra parte estamos haciendo todo lo posibl epara satisfacer la demapda de nuestros clientes y distribuimos los suministro sdisponibles con una imparcialidad escrupulosa .

C41APAÑIA PANAMEÑA DE FUERZA Y LUZSIEMPRE A SUS ORDENES

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7.7

SUBSIDIOS DE MATERNIDAD:Según lo dispuesto en la nueva Ley, la Caja de Seguro Social concederáa las aseguradas en estado de gravidez, además de todos los beneficio spor enfermedad y maternidad, un subsidio en dinero .

En Qué Consiste el Subsidio de Maternidad .-El subsidio de maternidad consiste en un auxilio en dinero que la Cajapagará a la interesada, equivalente aproximadamente a UNA VEZ YMEDIA del promedio de sueldo ganado por la asegurada durante losSEIS meses anteriores a la fecha de la solicitud del auxilio .—Ej. : si laasegurada ha devengado durante los seis meses anteriores un promediode sueldo de B/ .80.00 recibirá un total aproximado de 131.120.00.

Para Obtener el Subsidio de Maternidad . -La asegurada deberá presentar un certificado médico al completar e lSEPTIMO mes de embarazo. Si es maestra deberá comprobar ademá sla fecha de su separación del empleo para mantenerle su derecho a loabeneficios.

Cómo se Paga el Subsidio de Maternidad.-El subsidio de maternidad se paga en dos partidas, la mitad seis semanasantes de la posible fecha del parto, o sea alrededor del séptimo mes, yla otra mitad una vez producido el alumbramiento .

Cuando el Alumbramiento se Produceal Séptimo Mes.-

La Caja de Seguro Social entregará inmediatamente a la interesada e ltotal del auxilio a que tenga derecho una vez comprobado el caso po rel médico que la hubiere asistido.