La purificación del Santuario está dentro del contexto de los grandes imperios mundiales. Por lo tanto, su importancia es fundamental.

La purificación del Santuario está dentro del contexto de los grandes imperios mundiales. Por lo tanto, su importancia es fundamental.

Babilonia sale del escenario escena profético. Daniel comienza su visión con Medo-Persia.

Tanto Daniel 2, como Daniel 7, ofrecen interpretaciones completa, ofrecidas por el mismo Dios.

Sin embargo, en Daniel 8 encontramos una diferencia: la explicación queda incompleta.

Daniel 8:15. “Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de entenderla…

Daniel 8:15. “Yo, Daniel... Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla.

Daniel no había entendido la parte de la visión que trataba de las 2.300 tardes y mañanas del versículo 14.

La posibilidad de que los judíos serían restaurados a su tierra después de 2300 años, aterrorizaba al profeta. El se lo había entendido diferente:“Entendía… que el número de los años… era de setenta años” (Daniel 9:2)Era eso lo que Jeremías había predicho: “Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré” (Jer. 29:10-12)“Pero cuando se hayan cumplido los setenta años, yo castigaré por su iniquidad al rey de Babilonia” (Jer. 25:12)

De acuerdo con esta promesa, es un hecho que el Señor restauró al pueblo a la tierra cuando él dijo que lo haría.

Esto es lo que ordena:

Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo…me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén…cualquiera que pertenezca a Judá, que se vaya, y que el Señor su Dios lo acompañe.” 2 Crónicas 36:23

El cumplimiento de esa promesa todavía estaba algunos años en el futuro. Daniel no fue testigo de ese cumpliento

Volví mi rostro a Dios el Señor… Y oré al SEÑOR mi Dios e hice confesión y dije: Ay, Señor, el Dios grande y temible… hemos pecado, hemos cometido iniquidad… nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas… Oh SEÑOR… hemos pecado contra ti… Al Señor nuestro Dios pertenece la compasión y el perdón

● Y ahora, Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo … Abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre… Señor, escucha!

● ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y actúa! ¡No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío! Porque tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.

● Daniel 9:17-19

1. Daniel reconocía los pecados de su pueblo; no había excusas de su parte para justificar las acciones de ellos.

2.  Daniel aclara que su pecado involucraba haberse apartado de la Palabra de Dios.

3. Aun en medio del castigo, la tristeza y el juicio, todo lo cual merecían, Daniel apeló a Dios pidiendo misericordia, gracia y restauración.

El punto es que en ninguna parte de esta oración Daniel pide entendimiento. La última vez que Daniel necesitó comprensión fue en relación con la profecía de los 2.300 tardes y mañanas.

Daniel 8 Daniel 9

Daniel no entendió la visión El ángel vino para ayudarlo a entender

El mensajero fue Gabriel El mensajero fue Gabriel

Fue una profecía de tiempo Fue una profecía de tiempo

El lenguaje es común en ambas visiones

De este modo, tenemos dos palabras para el término “visión” en Daniel 8: hazon para toda la visión, mareh para Daniel 8:14, la visión acerca de los 2.300 días y la purificación del Santuario; esa es la parte que Daniel no entendió (Dan. 8:27).

En Daniel 8:1 y 2, Daniel hace referencia tres veces a la “visión” del capítulo, y cada vez se usa en hebreo la misma palabra, hazon: “En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión [hazon] a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes. Vi en visión [hazon]

Y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión [hazon], estando junto al río Ulai” (Dan. 8:1, 2)

En contraste, cuando habla específicamente de los 2.300 días, Daniel usa una palabra diferente para visión: mareh.

“Y la visión [mareh] de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera [...]. Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión [mareh], y no la entendía” (Dan. 8:26, 27).

Ahora, en Daniel 9, estas dos palabras aparecen de nuevo cuando viene Gabriel a Daniel. “Aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión [hazon] al principio [...] habló conmigo diciendo: [...]. Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión [mareh]” (Dan. 9:21-23)

¿Entiendes de cuál mareh se trata? Hay solo una: la mareh de los 2.300 días que Daniel dijo específicamente que no entendía.

Claramente, la explicación de Daniel 9:26 y 27 está vinculada con los 2.300 días del capítulo anterior. Gabriel vino para abrir ante Daniel la comprensión acerca de la mareh de los 2.300 días

Daniel 8 termina con la mareh de los 2.300 días no explicada. Gabriel, el mismo ángel intérprete que actúa en Daniel 8, aparece en Daniel 9 y le indica que entienda la mareh. La única mareh que él no comprendía era la mareh de Daniel 8:14 y 8:26, que era una profecía de tiempo. Entonces, inmediatamente después de decirle que entendiera la mareh, una profecía de tiempo, ¿qué le proveyó Gabriel a Daniel? Otra profecía de tiempo.

Este vínculo será importante cuando estudiemos la profecía de las setenta semanas.