La Tartamudez O.curacion

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Dr Franois Le Huche (1995)

MASSON, S.A. Ronda General Mitre, 149 - 08022 Barcelona Telfono: (34) 93 253 02 00

LA TARTAMUDEZOPCIN CURACIN

MASSON, S.A. 120, Bd. Saint-Germain - 75280 Pars Cedex 06 MASSON S.P.A. Via F.lli Bressan, 2 - 20126 Milano

Traduccin Merc Calvo i Graells Revisin cientfica Miguel Puyuelo Sanclcmente Profesor Titular de Psicologa Evolutiva y de la Educacin, Universidad de Zaragoza; Presidente de la Asociacin Espaola de Logopedia, Foniatra y Audiologa

Franois Le Huche

Reservados todos los derechos. No puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperacin o transmitirse en forma alguna por medio de cualquier procedimiento, sea ste mecnico, electrnico, de fotocopia, grabacin o cualquier otro, sin el previo permiso escrito del editor.

2000. MASSON, S.A. Ronda General Mitre, 149 - Barcelona (Espaa) ISBN 84-458-0982-2 Edicin espaola Versin espaola de la obra original en lengua francesa Le bgaiement: Option gttrison de Franois Le Huche, publicada por Albin Michel S.A. de Pars

MASSONBarcelona - Madrid - Paris - Milano - Asuncin - Bogot - Buenos Aires - Caracas Lima - Lisboa - Mxico - Montevideo - Panam - Quito - Rio de Janeiro San Jos de Costa Rica - San Juan de Puerto Rico - Santiago de Chile

AlbinMichel S.A., 1998 ISBN 2-226-10558-1 Edicin original Depsito Legal: B. 24.328 - 2000 Composicin y compaginacin: Fotoletra - Aragn, 208-210 - Barcelona (2000) Impresin: Liberdplex, S.L. - Constituci, 19 - Barcelona (2000) Printed in Spain

Prefacio a la edicin espaolaCurar la tartamudez es posible, tanto en el adulto como en el nio, con la condicin de que se deje de creer que el origen de este trastorno es misterioso. En lugar de buscar los medios para evitar o para controlar los accidentes del habla (la tartamudez) debemos tratar de recuperar las desviaciones infligidas a los mecanismos normales del habla por la lucha llevada a cabo desde la infancia contra la tartamudez, olvidando que en el habla normal se tartamudea. Gracias a la orientacin de los padres, esto es ms fcil en el nio menor de 5 aos que en el adulto, en quien las alteraciones tsicas (respiratorias, articulatorias, etc.), psicolgicas y lingsticas estn ms instauradas. El camino hacia la curacin se propone restablecer parcialmente los reflejos que estn en la base del habla espontnea normal, que no requiere ninguna precaucin ni atencin particular en el momen to en que se produce. Este libro describe los medios empleados en 40 aos de ejercicio de la reeducacin fonitrica para llegar a este resultado, incluso aunque un buen nmero de pacientes adultos se conforman estn en su derecho con una simple mejora y detienen su tratamiento .intes de la curacin completa. Estoy muy orgulloso de la traduccin al espaol y de la publicacin de este libro por la editorial Masson, despus de la aparicin de los tres volmenes sobre La voz en colaboracin con A. Allali. Siguiendo esta lnea, espero que ms adelante se editen varias obras ms, una referida tambin a la voz, pero destinada en esta ocasin al pblico en general, y las otras referidas al aprendizaje del lenguaje escrito. Finalmente, deseo expresar mi enorme agradecimiento a Miguel Puyuelo, amigo desde hace mucho tiempo, que me ha hecho el honor de interesarse personalmente por las tcnicas de reeducacin que he puesto a punto y por las que l ha hecho tanto para difundirlas en Espaa. Boulevard Saint-Germain-des-Prs, Pars.FRANOIS L E H U C H E

Prlogo a la edicin espaolaLos orgenes del tratamiento de la tartamudez se remontan siglos atrs a la poca de la Grecia clsica. Desde entonces se han sucedido los intentos para corregirla. Como en otros problemas de la comunicacin y el lenguaje, esto se ha producido de forma especialmente intensa durante el siglo xx. Son numerosas las asociaciones, grupos de investigacin, libros, teoras, etc., tanto sobre el origen como sobre el tratamiento de la tartamudez. Sin embargo, a diferencia de otros problemas del lenguaje y la comunicacin, sigue habiendo muchas incgnitas. El libro que presentamos es fruto de una muy larga experiencia de Franois Le Huche, a quien conoc por primera vez en marzo de 1980, en el Laboratoire de Recherche sur le Langage, Service de Psychopathologie de l'Enfant et de l'Adolescent, del conocido Hospital de La Salptrire en Pars. En aquel momento, el profesor Le Huche colaboraba con la Dra. Claude Chevrie-Muller, del citado Servicio, en una investigacin sobre las alteraciones de la voz en pacientes neurolgicos. Posteriormente, durante aquel mismo ao y en los posteriores tuve ocasin de conocer con l su famoso Mtodo de Tratamiento de la Voz. En 1981, el viejo editor Maloine, en el Boulevard Saint-Germaindes-Prs, conocedor de mi inters por los temas de la voz me regal un libro impagable: Le cant, sa construction, sa destruction, de J. Tharneaud, publicado en Pars en 1946. Tambin revisamos el libro de F. Le Huche La voix satis larynx, objeto de numerosas reediciones en Francia y que en 1982 publicamos en Espaa con el ttulo La voz sin laringe, uno de los pocos manuales prcticos para la reeducacin de la voz en laringectomizados. En 1994 publicamos en espaol los tres volmenes de La voz, ya clsicos, cuya primera edicin se realiz en 1978 en Pars. Posteriormente, F. Le Huche particip en un congreso organizado en la Universidad Ramn Llull (Barcelona) en 1997, explicando su mtodo de tratamiento de la voz. En 1999 volvi a exponerlo en la Universidad de La Corua. Recientemente, en el ao 2000 present su Taller sobre la Tartamudez durante el Congreso de AELFA en la Universidad de La Corua. Aunque lo pueda parecer, el tratamiento de la tartamudez no constituye una nueva faceta del profesor Le Huche. Tal como indiIX

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Prlogo a la edicin espaola

ca en el Prefacio a la edicin espaola, su mtodo para el tratamiento de la tartamudez tiene ms de 40 aos de experiencia. En la dcada de los setenta su mtodo ya era muy conocido en Francia, as como los cursos que imparta junto con su mujer en la Ru Sontay de Pars. La presente obra es fruto de esta experiencia en un mtodo reconocido, y para los que nos apasiona el tratamiento de la disfemia constituye la exposicin de un mtodo que compartimos en gran medida. El libro contiene conocimientos tiles para el logopeda o el foniatra, pero tambin, muy especialmente, para los disfmicos y sus familiares, muy a menudo desorientados. Hoy, en julio del ao 2000, desde el mismo Boulevard SaintGermain-des-Prs, en el que se edit aquel libro de Tharneaud (publicado en 1946), el profesor Le Huche nos obsequia con un nuevo libro sobre la tartamudez. Representa una gran satisfaccin presentar este libro de mi antiguo profesor y amigo, en la seguridad de que ser til para muchas personas.MIGUEL PUYUELO SANCLEMENTE Profesor Titular de Psicologa Evolutiva y de la Educacin, Universidad de Zaragoza; Presidente de AELFA

Prefacio a la edicin francesaHace ya ms de 40 aos, mi primer paciente y quien, de hecho, inaugur mi gabinete de foniatra fue un tartamudo, protagonista de la ancdota que, sin duda, aclarar al lector la teora de la tartamudez que sii-ve de teln de fondo a esta obra de una manera mucho ms grfica que un largo discurso basado en mi experiencia prctica sobre el tema. Este primer paciente tena una cita concertada a las 14:30 h. Se trataba del nico paciente previsto para la tarde de aquel primer da, por lo que cuando vi que no se presentaba, pens: Empezamos bien!. Hacia las 6 de la tarde, no obstante, apareci en la consulta y, con un aspecto ms bien alegre y jovial, me explic: Disculpe si-si-si llego con algn retraso, pe-pepero es que mi m-m-mujer acaba d-d-de intentar suicidarse. Lo dijo como si se tratara de algo completamente banal, lo cual recuerdo que me confirm firmemente la idea de que, contrariamente a lo que se cree muchas veces, no es la hiperemotividad lo que est detrs de la tartamudez, aunque una cierta tensin y sobrevoltaje debidos al esfuerzo del habla pueden causar esa impresin. Ahora bien, las tcnicas empleadas en aquella poca, y an hoy ampliamente extendidas, se basaban y se continan basando en la ejecucin voluntaria del acto del habla por medio de lo que podran denominarse trucos para no tartamudear, excluyendo toda participacin emocional, ya que la emocin se consideraba una perturbacin del ritmo normal del habla. Sin embargo, en este punto cabra preguntarse si el ritmo normal del habla es el de las palabras o el de la emocin, lo cual requerira una cierta reflexin al respecto. Aquella misma maana, en el hospital donde ocupaba un puesto de asesor clnico en otorrinolaringologa, haba pedido, precisamente, algunos consejos a la logopeda encargada de la consulta de foniatra. Su respuesta fue: La tcnica para el control de la tartamudez es muy simple. Slo hay que ensear al paciente a soplar ligeramente al inicio de cada frase. Ver cmo este sistema da muy buenos resultados. De hecho, no he seguido nunca este consejo. Empec, por el contrario, a aplicar a mi paciente una tcnica de relajacin (relajacin denominada de ojos abiertos) que haba aprendido en un curso de arte dramtico que segua desde haca XI

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Prefacio a la edicin francesa

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varios aos, como alumno primero y ms tarde como asistente, en el teatro-escuela Perceval, dirigido por Charles Antonetti. Saba que este mtodo de relajacin permita poner orden en la mecnica vocal sin menoscabo de la naturalidad y la expresividad, por lo que pens que poda actuar del mismo modo en los trastornos del habla. As fue como empec a elaborar una teora sobre la tartamudez y como present una publicacin inicial sobre el tema en el primer congreso latino de Logopedia y Foniatra, celebrado en Lovaina en 1967. El ttulo del trabajo era Mil y una teoras explicativas de la tartamudez patolgica, con el subttulo Dos alteraciones fundamentales en el habla del tartamudo. Este ttulo resultaba, quizs, algo redundante, puesto que toda teora es siempre explicativa, pero, en este caso, la idea de la explicacin tena su especial importancia. Tal como comprob ms adelante, muchas de las hiptesis sobre el origen de la tartamudez haban sido enunciadas con la pretensin de dar una respuesta a la pregunta por qu?, mientras que no exista ninguna teora que intentara describir cmo aparece y se instala este problema. Estas dos alteraciones que presentaba yo en mi ponencia, y que se convirtieron aos despus en cuatro y ms tarde en seis, tenan, por el contrario, este propsito concreto. La teora estaba verdaderamente tomando forma y serva de base a propuestas teraputicas cada vez ms precisas. Pens entonces que sera una buena idea compartir lo que haba podido aprender de la prctica educativa y de la reflexin terica con otros profesionales, y ello me llev a la creacin de un seminario anual para logopedas. Son muchos los que conocen ahora esta teora y se basan en ella al hacerse cargo de pacientes tartamudos, teniendo como principal objetivo ya no, como hace algunas dcadas, controlar u ocultar la tartamudez, sino promover la recuperacin del habla normal, cosa completamente distinta, y, lo que es ms importante, impedir que este problema se instale de manera permanente en el nio. Sin embargo, sera falso creer que esta teora es aceptada actualmente por todos los profesionales dedicados a la tartamudez, tanto en Francia como en el extranjero. Por el contrario, en el seno de la Association Parole-Bgaiement (Asociacin Habla-Tartamudez), creada en 1992 con varios colegas y un cierto nmero de personas directamente afectadas por este problema, las discusiones tericas y prcticas siguen an abiertas. Ello no impide, no obstante, que esta asociacin haya llevado a cabo varias campaas de preven-

cin de la tartamudez basadas ampliamente en esta teora, campanas cuya eficacia ha sido unnimemente reconocida. El desarrollo de esta asociacin nos permite esperar que, en el futuro, este doloroso problema dejar de envenenar la vida de tantas y tantas persimas tartamudas.

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IntroduccinLa tartamudez es un problema muy frecuente del que todo el mundo ha odo hablar. Afecta aproximadamente al 1 % de la poblacin mundial, lo cual supone, ciertamente, un nmero imporlante de personas. Sin embargo, se trata de un fenmeno extrao y que nos causa un cierto sentimiento de incomodidad cuando lo descubrimos en alguien. Parece tan simple hablar normalmente que nos resulta difcil comprender esta lucha con las palabras, esos esfuerzos, trgicos y cmicos a la vez, para conseguir que salgan, para expulsarlas. La tartamudez puede ser, a veces, realmente espectacular, con repeticiones de slabas o bloqueos al principio de cada frase, acompaados de crispaciones de la cara y esfuerzos de todo el cuerpo. Puede presentarse, por el contrario, de una manera muy discreta y aparecer slo como una cierta impresin de malestar interior que, muy a su pesar, se trasluce en la cara del individuo y se transforma en pnico cuando ste se da cuenta de que su interlocutor ha notado su tartamudez; como si fuera algo de lo que tuviera que sentirse culpable o avergonzado. Curioso, desconcertante. Cul es la causa de esta lucha? Muchas veces no nos atrevemos ni a creer que existe realmente. Desearamos que se tratara de una broma, de un truco fcil de resolver. Querramos creer que es un falso problema que tiene una solucin sencilla. Cuando se trata de un miembro de la familia, y en particular de un nio, se tiende incluso a pensar que no hay ningn tipo de problema, que se trata simplemente de un poco de nerviosismo que va a arreglarse solo. La gente acostumbra a tener dificultades para sentir y reconocer todo el sufrimiento que, frecuentemente, se esconde detrs de eso tan inaceptable que es la tartamudez. Inaceptable y que, adems, se presta a resultar cmico. Clsicamente, la tartamudez se defina como un problema del ritmo del habla. De una manera ms moderna, se dice ahora que se trata de una alteracin de la fluencia verbal. La palabra fluencia viene del latn fluere, que significa fluir. En ingls, fluere ha evolucionado a flueney, trmino muy empleado por los especialistas anglfonos en tartamudez, que indica que algo discurre de manera fluida, es decir, fcil y continua. La palabra fluencia, que nos XV

vuelve as despus de dar un rodeo por Amrica, es un trmino curioso que podra llevarnos a pensar que el habla normal discurre sin accidentes ni tropiezos, lo que, a menudo, resulta totalmente inexacto. Una palabra viva, una palabra que se busca, que se va construyendo durante una conversacin o una exposicin sigue, ms o menos bien, no solamente el ritmo del pensamiento del que habla, sino tambin la evolucin de los sentimientos que va experimentando acerca de lo que dice y la manera con la que percibe que se le est escuchando. El habla que denominamos normal es mucho ms compleja de lo que podramos creer en un principio. Afortunadamente, lo ms frecuente es que el habla funcione por s sola, sin que haya necesidad de ocuparnos mucho de ella, del mismo modo que ocurre con nuestros pies cuando caminamos. Es perfectamente normal que dudemos al hablar, que volvamos atrs, que nos interrumpamos ligeramente incorporando silencios y algn pues... en el discurso, incluso si todo ello disgusta a los profesores de diccin. El problema de la tartamudez no se limita en modo alguno a una dificultad en el ritmo del habla, sino que lo esencial en l es precisamente lo que llama la atencin desde un primer momento. Se trata de la batalla, de la lucha contra las slabas y las palabras y el perjuicio para la comunicacin que esto conlleva. Es el combate que el individuo parece mantener contra s mismo o, ms bien, contra una parte de s mismo, como si, durante la lucha con sus palabras, se hallara adems en una situacin de guerra civil con la necesidad de disimular, de ocultar su dificultad, empujado por el temor a que los dems puedan intervenir de manera poco afortunada en el conflicto. Para la persona tartamuda, el ncleo del problema se halla ms bien en la incertidumbre del desenlace de este combate: Conseguir pronunciar esta palabra?, y, si lo hago, a costa de cuntos esfuerzos, de qu procedimiento artificial?, o bien debo buscar otra palabra que signifique lo mismo?, llegar a decir lo que quiero decir realmente... y no otra cosa?, no sera mejor callar, tragarme estas palabras que no quieren salir y refugiarme en una actitud de recogimiento?, y, en definitiva, poiqu tengo que padecer este incomprensible problema?, cul es la razn de esta injusticia?. La tartamudez implica a menudo mucho sufrimiento, por lo que tenemos derecho a plantear muchas preguntas sobre ella. Para empezar, cmo se origina?, se han descubierto sus causas?, es la consecuencia de un trauma en algn momento de la infancia o

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se trata ms bien de una enfermedad hereditaria?, consiste en un fallo particular del cerebro o de los rganos del habla, o bien es un problema puramente psicolgico? Podemos continuar con ms preguntas, como cul es su relacin con la personalidad, el nivel intelectual, la emotividad o el desarrollo del lenguaje? Y an, cmo actuar ante una persona tartamuda?, debemos ayudarle a expresarse, proponerle un final para la frase en la que se ha bloqueado, prestarle palabras? o debemos mejor esperar a que acabe? Y, sobre todo, puede curarse la tartamudez?, a cualquier edad? o debe una persona tartamuda resignarse a vivir con el problema lo mejor que pueda?, qu mtodo debe seguir?, existen mtodos infalibles que sean aplicables a cualquier persona tartamuda o tiene que hallarse un mtodo particular para cada caso? Por ltimo, y lo ms importante, puede prevenirse la tartamudez o evitar, al menos, que se cronifique?, pueden los padres de un nio que empieza a tartamudear esperar que, gracias a los consejos adecuados o a una actuacin profesional apropiada, este problema desaparezca rpida y definitivamente?, pueden esperar, en suma, que este nio no se convierta para toda su vida y para todo el mundo en un tartamudo? En este libro intentaremos responder a todas estas preguntas, pero, en una primera etapa, vamos a tratar de disipar ese halo de misterio que envuelve generalmente a la tartamudez, debido sobre todo al desconocimiento de la causa. En el captulo 2, examinaremos la mayor parte de las principales hiptesis que han sido propuestas para explicar el origen de la tartamudez. Personalmente, opinamos que para llegar a alguna conclusin es necesario pensar ms en trminos de factores y mecanismos que en trminos de causas. Se trata de un sistema menos simple, pero ms realista, ya que va a desembocar en aplicaciones teraputicas ms eficaces. Lo que s sabemos actualmente de este problema es que, en efecto, podemos esperar alcanzar una solucin al mismo. Ciertamente, hoy en da es posible acabar con la tartamudez y, por otro lado, somos tambin capaces de evitar su cronificacin, es decir, de impedir que se fije y se convierta en permanente. Esto puede conseguirse sobre todo en los casos en que se puede intervenir antes de la edad de 5 aos, o bien, cuando el nio es mayor, antes de que hayan pasado varios meses desde la primera aparicin del problema. Si se cumplen estas condiciones, la tasa de xito supera el 95 %. No obstante, para lograr estos resultados debe abandonarse la idea de que, en el caso de un nio tartamudo, es

suficiente con esperar a que el problema desaparezca por s solo con la edad. Es cierto que esto ocurre muchas veces, pero como no siempre es as, es mejor ocuparse de todos los nios que tartamudeen. Veremos que el tratamiento es muchas veces extremadamente sencillo; en la mayora de casos, se limita a algunas sesiones de terapia incluso a veces una sola que, de todos modos, resultan siempre beneficiosas. Las sesiones se dirigen, de hecho, tanto al nio como a su entorno y a su manera de reaccionar frente a la tartamudez. Si se presenta en un adulto, la tartamudez puede tambin curarse en la mitad de los casos. Curar significa aqu dejar de ser tartamudo, es decir, en primer lugar, no ser ya reconocido como tartamudo por otras personas, y en segundo lugar, no sentir ya ms la incertidumbre sobre el desarrollo satisfactorio de la propia habla, sin tener que someterla para ello a una vigilancia constante. Cuando no se llega a una curacin completa, conseguiremos al menos casi siempre hacer que la tartamudez sea menos molesta y que la conducta de la persona afectada deje de depender de ella. Esto no es siempre fcil de lograr y requiere una gran dosis de voluntad y constancia (las personas tartamudas, en general, no acostumbran a estar faltas de ninguna de las dos). Sin embargo, tiene que reconocerse que en el adulto el tratamiento de la tartamudez puede convertirse en una larga aventura y, personalmente, no creo en las recetas milagrosas ni en los procedimientos rpidos cuyos resultados son raramente satisfactorios y fiables a largo plazo.

ndice de captulosCaptulo 1 La tartamudez: cmo se entiende y cmo se vive Aparicin. Evolucin Aparece con mayor frecuencia en los nios Accidentes del habla (tartamudeos) Repeticiones de slabas Bloqueos Prolongaciones Estupefaccin Palabras de soporte Problemas asociados Los tres controladores del habla Controlador de la conformidad con las normas Controlador del contenido del mensaje Controlador de la interaccin lingstica Triple control y casos particulares Tentacin de simplificar el control Habla espontnea. Habla voluntaria Lectura en voz al ta Habla pblica. Habla privada Temor a la tartamudez Telfono La tartamudez como limitacin social y tendencia a encerrarse en s mismo Falsas creencias sobre la tartamudez La tartamudez est causada por una alteracin de los rganos del habla Tartamudear... es de dbiles La forma del discurso tiene ms importancia que el contenido 1 Un habla dubitativa resulta inadmisible Hablar bien es lo ms importante para tener xito en la vida El habla necesita una vigilancia constante Resulta vergonzoso verse obligado a repetir lo que hemos dicho

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La tartamudez: opcin curacin 25 25 26 26 29 33 36 37 40 44 44 46 49 52 53 53 54 55

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Captulo 2 Cul es el origen de la tartamudez? Bsqueda de la causa Lengua Laringospasmo Respiracin Perturbacin de la autoescucha Insuficiencia linguoespeculativa Origen psquico de la tartamudez Deficiencia del sistema nervioso Del habla normal a la tartamudez Tartamudeos del habla normal Primera alteracin en el habla de la persona tartamuda . . . Factores predisponentes. Factores desencadenantes El esfuerzo del habla agrava la tartamudez instalada La eliminacin del esfuerzo del habla previene la cronificacin de la tartamudez en el nio Insuficiencia linguoespeculativa de . Pichn y S. Borel-Maisonny La primera alteracin del habla vara y se atena con la edad Reacciones en cadena Captulo 3 Esto se complica Tartamudeos. Tartamudez Segunda alteracin: prdida del carcter automtico y espontneo del habla Objeto referencial del intercambio verbal (ORIV) Tercera alteracin: prdida del comportamiento tranquilizador Gesto tranquilizador Cuanto ms sealo mis accidentes del habla, menos los advierten los dems Otros mensajes tranquilizadores Salir de la negacin Cuarta alteracin: prdida de la aceptacin de ayuda Quinta alteracin: prdida de la autoescucha Autoescucha y seal de error Sexta alteracin: afectacin de la expresividad Emocin y habla

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ndice de captulos Captulo 4 Tartamudez, comicidad y burlas Personas tartamudas de las que nadie se re Zanahorias y puerros Ms prejuicios que se desprenden de la negacin de la tartamudez La suprema indiferencia El burlador burlado Captulo 5 Acerca de la tartamudez Accidentes del habla normal Palilalias de la disartria parkinsoniana La tartamudez denominada neurolgica Farfulleo Cmo actuar frente a los farflleos? Captulo 6 Evaluacin Cuatro grados de gravedad Contabilizar los accidentes del habla? Escalas subjetivas Escalas APB Evaluacin de la tartamudez. Panel APB: alteraciones del habla Asociacin Haba-Tartamudez. Panel de autoevaluacin (APB) Captulo 7 Prevencin y tratamiento en el nio Tres posibles situaciones Cmo actuar? Tres actitudes nocivas Reproches, burlas, apelar a la voluntad del nio Consejos Falsa indiferencia Actitud idnea: la del interlocutor activo Apuntar la palabra Qu hacer si no sabemos cul es la palabra que el nio quiere decir?

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Hacer preguntas... y proponer tranquilamente respuestas... sin esperar No debemos colaborar con el habla tartamuda Evitar no mencionar el problema Cinco minutos al da de lectura de imgenes Disminuir la velocidad del habla? Lectura comentada Crear una atmsfera ldica y distendida Gua parental Cuando el nio tiene ms de 6 aos Reeducacin Relajacin Control de la respiracin Lectura guiada y comentada El acceso de fiebre que anuncia la curacin Captulo 8 Tratamiento en el adulto El tratamiento de la tartamudez no puede ser uniforme Dos deseos ilusorios de la persona tartamuda Tres tipos de proyectos teraputicos Erradicar. Controlar Paliar las supuestas deficiencias Curar Opcin curacin Principio del tratamiento Informacin Separar el entrenamiento del habla normal Adquisicin de dominio sobre la tensin psicomotriz Dominio de la respiracin y de la actitud corporal Dominio de la emisin vocal Dominio de la mecnica articulatoria Reencarnacin del habla y la fontica Ejercicio de la lectura en voz alta Impulso respiratorio y anticipacin articulatoria de las vocales Las palabras en la boca Lectura expresiva Lectura ante un auditorio ficticio El juego de los significantes Texto con subtexto

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ndice de captulos Ejercicio del dibujo dictado Elaboracin de la imagen Escucharse hablar. Orse decir Cmo actuar durante el uso normal del habla, fuera de las sesiones de entrenamiento Aceptacin de ayuda Prdida del comportamiento tranquilizador Varios ciclos sucesivos El futuro de la opcin curacin Es la opcin curacin la nica solucin posible? Eliminacin de la tartamudez Colombat Manejar la propia tartamudez Transferencia y mantenimiento Desen sib i 1 i zacin Hipnosis. Sofrologa Aparatos Tratamientos medicamentosos Tratamientos psicolgicos Expresin escnica. Escenoterapia Eplogo Anexo Documento 1. La tartamudez, segn la teora de las seis alteraciones del habla Documento 2. Cmo reaccionar cuando el nio tiene dificultades con el habla Documento 3. Lectura de imgenes Documento 4. El habla demasiado rpida. Farfulleo Asociacin Habla-Tartamudez (APB) Bibliografa

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Captulo 1

La tartamudez: cmo se entiende y cmo se viveAparicin. Evolucin La tartamudez suele presentarse de manera muy precoz en el nio; puede darse a partir de los 2 aos y medio, si bien la edad ms frecuente de presentacin es entre los 3 y 4 aos. En algunos casos aparece ms tardamente, alrededor de los 6 aos o incluso hacia los 10 u 11, pero rara vez ms tarde. Excepcionalmente, se declara tambin en el adulto, en caso, por ejemplo, de un traumatismo craneoenceflico. Hablamos entonces de tartamudez neurolgica (v. pg. 80). En el nio, la presentacin de la tartamudez puede ser progresiva o sbita. Se manifiesta en forma de problemas en el habla que aparecen durante algunos das, para despus desaparecer y volver a manifestarse ms adelante de manera peridica y cada vez con mayor intensidad, o bien para instalarse de manera permanente. En la mayora de los casos, la tartamudez precoz desaparece hacia los 5 o 6 aos sin necesidad de tratamiento alguno. Esto es lo que ocurre en la mayora de los casos... pero no en todos! En tres de cada cuatro casos, en efecto, la tartamudez desaparece espontneamente, por lo general antes de que el nio alcance los 6 aos de edad, y siempre antes de la pubertad. Eslo significa, pues, que si no hacemos nada, el cuarto nio seguir siendo tartamudo. Puesto que no existe actualmente sistema alguno para prever cul de los cuatro nios va a ser el que continuar con el problema, el riesgo de no iniciar tratamiento alguno resulta totalmente inaceptable. Para este cuarto nio, que si no ha recibido tratamiento contina tartamudeando despus de los 6 aos, la tartamudez se fija de manera ms o menos estable hasta la adolescencia, si bien pueden tambin sucederse algunos perodos de remisin completa. El pro1

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blema puede desaparecer, por ejemplo, durante las vacaciones escolares, o, por el contrario, acentuarse, si bien esta segunda posibilidad resulta ms inesperada al hallarse el nio en un entorno familiar. Posteriormente, entre los 18 y los 25 aos, la tartamudez llegar a su punto mximo de presentacin e intensidad, para atenuarse despus progresivamente, aunque seguir siendo muchas veces difcil de conllevar. Suele desaparecer al menos aparentemente despus de los 50 aos, tras haber marcado toda una vida con su huella. Incluso aunque esta larga lucha puede tener algunos aspectos positivos, como el de suponer una escuela de tenacidad en el esfuerzo y el favorecer una mejor aceptacin de la debilidad humana, cunta energa desperdiciada en batallar con las palabras! Cuntos proyectos a los que uno se ha visto o se ha credo obligado a renunciar! Cuntas ocasiones perdidas! Al margen de esta evolucin global, podemos notar tambin en su presentacin ciertas variaciones cclicas de una semana a otra, de un mes a otro o de un ao a otro, aunque los perodos de mejora y exacerbacin siguen normalmente unas pautas bastante caprichosas. En ocasiones (pero no siempre), estas variaciones pueden tener relacin con perodos de estrs causado por algn acontecimiento especial o algn cambio en la vida del individuo.

ACCIDENTES DEL H A B L A (TARTAMUDEOS) Clsicamente se describen varios tipos de accidentes del habla, que pueden presentarse en proporciones variables en el discurso de distintas personas tartamudas.

Repeticiones de slabas Las repeticiones de slabas son los accidentes ms conocidos del habla y son los que podramos decir que caracterizan la caricatura de la tartamudez, es decir, lo que se imita fcilmente y lo que suele ser el centro de las bromas. Normalmente, lo que se repite es la primera slaba de la primera palabra de una frase, si bien la repeticin puede afectar tambin a otras palabras o presentarse en las slabas centrales o finales de las mismas. Se ha descrito una forma particular de tartamudez en la que la ltima slaba de las palabras es, precisamente, la nica que se repite. En ocasiones, la repeticin no recae solamente en una slaba, sino en una palabra completa o incluso en toda una parte de la frase. Estas repeticiones de slabas, de palabras o de fragmentos de frase pueden limitarse a tres o cuatro emisiones sucesivas, en un contexto de precipitacin, o, en algn caso, puede llegarse hasta una veintena de emisiones repetitivas estrictamente idnticas, como si la persona afectada, sin ponerse demasiado nerviosa, esperara pacientemente a que el resto de la frase acabara de salir. En este caso, sera ms bien el interlocutor quien tendra tendencia a impacientarse, a no ser que aprovechara el tiempo para reflexionar sobre el problema de la tartamudez y a preguntarse acerca de la mejor manera de reaccionar. Cuando la tartamudez se caracteriza esencialmente por repeticiones de slabas, de palabras o de fragmentos de frases, se dice que se trata de una tartamudez clnica.

Aparece con mayor frecuencia en los nios La tartamudez afecta a los nios con una frecuencia tres o cuatro veces mayor que a las nias. Este hecho ha generado muchas discusiones, especialmente porque los retrasos en lenguaje y habla y las dislexias aparecen aproximadamente en la misma proporcin. Algunos investigadores han sugerido que se trata de una cuestin de diferente organizacin de las clulas cerebrales en los primeros meses de vida. En efecto, durante este perodo, las clulas se desarrollan y migran para ocupar su ubicacin definitiva, proceso que se lleva a cabo de manera distinta en los nios que en las nias, debido a la hormona masculina presente en los primeros. Otra teora para explicar la posible causa de esta distinta proporcin es, segn otros investigadores, que la relacin afectiva entre una madre y su hijo no es la misma si se trata de un nio o de una nia. He aqu una prueba de lo diferentes que pueden ser dos puntos de vista. De todos modos, quizs haya algo de razn en ambas hiptesis.

Bloqueos El segundo tipo de accidente del habla es el bloqueo. En este caso, el discurso queda encallado en una palabra o slaba que no sale. El paciente, completamente concentrado durante uno, dos, tres o ms segundos en el esfuerzo que est haciendo, con la mirada baja o ladeada, ayudndose a menudo de ligeros

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movimientos de flexin de la cabeza o del trax en su intento de superar la presin del aire pulmonar, parece decidido a mantener su empuje hasta que el obstculo ceda. En un grado superior, pueden producirse crispaciones de la cara y el cuello, temblor de los labios y el mentn, un lento movimiento de rotacin de la cabeza hacia un lado, que, eventualmente, reemprende varias veces. Despus, bruscamente, se produce el desbloqueo y toda la frase, o desgraciadamente a veces slo una parte de la misma, puede ser emitida sin dificultad. La frecuencia de los bloqueos es muy variable; pueden presentarse slo dos o tres veces en una larga conversacin o sucederse casi a cada palabra. A menudo, se producen solamente en algunas palabras que la persona afectada teme particularmente. Resulta especialmente enojoso cuando, entre estas palabras, se encuentran justamente el propio nombre, el de la profesin que practica o el de la calle donde vive. En ocasiones, se trata de una letra concreta que, colocada al principio de una palabra, hace a sta totalmente impronunciable... siempre que no sea, destaqumoslo, dicha por sorpresa.Decimos una letra, pero deberamos decir un fonema. La nocin de fonema no est suficientemente difundida, lo cual resulta lamentable ya que su uso permitira evitar muchos malentendidos. En efecto, si la letra es el elemento bsico del lenguaje escrito, el fonema es el elemento bsico del lenguaje oral, y no existe una correspondencia absoluta y regular entre letras y fonemas, tal como veremos cuando abordemos el problema de la articulacin y la fontica (v. pg. 143). Es particularmente importante para las personas tartamudas comprender bien la diferencia entre las letras y los fonemas a fin de evitar as cualquier confusin entre ambos conceptos. La persona tartamuda, enfrentada con su dificultad de palabra, se aferra a la imagen de la palabra escrita representando visualmente en su cabeza una serie de letras, sin tener en cuenta que en el habla no se trata de producir letras, sino sonidos. La importancia de esta nocin queda perfectamente ilustrada con esta ancdota contada por la mundialmente famosa Suzanne Borel-Maisonny, creadora de la logopedia francesa, quien, nacida a principios del siglo xx, nos ha dejado recientemente. Al final de una sesin de reeducacin, un paciente tartamudo le dijo: Excusez-moi, Madame si, si, sije ne vous dis pas au revoir, mais mais c'est l'a qui ne passe pas

au revoir (adis) que, segn declaraba, le resultaban totalmente impronunciables. Pone, por otro lado, en evidencia que esta expresin, cuya primera letra es efectivamente una a, comienza oralmente con el fonema [o] (en francs las vocales au se pronuncian [o]). Puede entenderse que el paciente crea que le va a resultar difcil pronunciar au revoir si imagina que debe empezar para ello por la letra a!

A menudo, las personas tartamudas sealan que existen algunas letras que les hacen las palabras difciles de pronunciar. Para algunos son las p, las t y las c; para otros son las l y las r; para unos terceros son las vocales situadas a principio de palabra. La fontica permite comprender que se trata muchas veces de toda una clase de fonemas cuya articulacin y, en particular, su articulacin voluntaria se ha convertido para aquella persona en concreto en incierta y, por tanto, en una fuente de dificultad. No sera, sin embargo, necesario atribuir al problema fontico y articulatorio ms importancia de la que realmente tiene; importancia que vara considerablemente de un individuo a otro. No hay, en efecto, dos tartamudeos parecidos. Se trata de un problema que presenta mltiples facetas y cada una de ellas puede, segn el caso, pasar a un primer plano. El acto del habla se organiza siguiendo unas leyes complejas que son, naturalmente, idnticas para todo el mundo. Por el contrario, las desviaciones respecto a estas leyes que causa la tartamudez pueden variar hasta el infinito, lo cual se traduce en una infinidad de variedades distintas de tartamudeos.

Prolongaciones Un tercer tipo de accidentes del habla son las prolongaciones de sonidos. Se trata ms frecuentemente de vocales que se alargan desmesuradamente, a veces varios segundos, acompaadas a menudo de una elevacin de la voz. Estas prolongaciones pueden afectar a otros fonemas aparte de las vocales. Es el caso de las consonantes denominadas continuas, por ejemplo, tales como la [s], [ch], [v] o incluso [j] o [1], pero tambin de las consonantes denominadas oclusivas sonoras, tales como la [b] o la [d], en las que es posible alargar la parte sonora (vocal) que precede a la explosin de estos fonemas.

(Perdneme, seora, si-si-si no le digo adis, pero pero es que no puedo pronunciar la a). Esta poquea historia resulta doblemente instructiva. Por un lado, nos muestra cmo el paciente ha pronunciado de manera espontnea (por sorpresa, quizs?) las palabras

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Cuando la tartamudez se caracteriza esencialmente por bloqueos o prolongaciones, se dice que se trata de una tartamudez tnica.

Estupefaccin En ocasiones ms raramente el accidente del habla se presenta como una pausa de algunos segundos en los que la articulacin, la voz, el aliento y el gesto parecen como suspendidos por una especie de estupefaccin motriz general. El cuerpo entero parece paralizado, pero el ligero temblor de los labios entreabiertos y las discretas oscilaciones del tronco dejan traslucir una gran tensin interior. Estas pausas trgicas hacen pensar en ciertos estados de pnico, tales como los que pueden experimentarse al topar con un jabal en un sendero forestal mientras damos un paseo... o al ver un ratn junto a la pata de nuestra silla mientras tomamos un caf. Su frecuencia, del mismo modo que ocurre con los bloqueos, es muy variable y, entre pausa y pausa, el habla puede ser en apariencia estrictamente normal. Cuando la tartamudez se caracteriza esencialmente por este tipo de accidentes, se dice que se trata de una tartamudez por inhibicin. Este tipo de tartamudez puede entenderse como una reaccin frente a la tartamudez tnica, la cual, a su vez, aparecera como una reaccin frente a la tartamudez clnica. Para evitar las repeticiones, se pasara inconscientemente a los bloqueos; mientras que, para evitar los bloqueos, se pasara siempre de manera inconsciente a esta estupefaccin motriz que caracteriza a la tartamudez por inhibicin. Se trata de una teora de reaccin en cadena que puede, sin duda, aproximarse a lo que ocurre realmente. Encontramos, sin embargo, otras formas de tartamudez en las que se empieza directamente por los bloqueos.

las expresiones entonces, pues, ah s, pero bueno. Estas palabras y expresiones, siempre las mismas para cada persona en particular, pueden salpicar el discurso de manera no muy frecuente en algunos casos, o bien de manera extremadamente continuada y repetitiva, que, en ocasiones, llega a aparecer varias veces en una misma frase. Se tiene la impresin de que son utilizadas como las piedras de un vado en las que se apoyara el individuo para atravesar el ro; como si hablar fuera un acto peligroso en el que no se pudiera tolerar un solo paso en falso. En realidad, este recurso permite a la persona que lo utiliza evitar las pausas que suponen para ella un verdadero riesgo. En efecto, una pausa, para una persona tartamuda, supone, por una parte, el temor a tener problemas para continuar y, por otra parte, el temor a tener que enfrentarse al interlocutor y a sus preguntas. Volveremos a esto ms adelante.

PROBLEMAS ASOCIADOS

Palabras de soporte A los cuatro tipos de accidentes del habla (de tartamudeos) que acabamos de describir, podemos an aadir lo que llamamos palabras de soporte. Se trata de la introduccin en el discurso de determinadas personas tartamudas de palabras, en general monosilbicas, o expresiones que no tienen relacin alguna con el sentido de la frase. Algunos ejemplos seran las palabras bueno, pero, que, o

Quedndonos todava en la superficie de este fenmeno, es decir, limitndonos a lo que omos, a lo que vemos y a lo que experimentamos, se describen tambin en la tartamudez algunos problemas que acompaan a los accidentes del habla y que denominamos problemas asociados. Hemos sealado ya que el extravo de la mirada, las crispaciones de la cara, de la mandbula y del cuello, as como los discretos movimientos de apoyo del aliento mediante oscilaciones del trax hacia delante, pueden acompaar a los bloqueos y la inhibicin. No obstante, el problema puede ir mucho ms lejos, con aparicin de espasmos respiratorios, rojeces sbitas, sudor en las sienes, fruncimientos de cejas, muecas que deforman la cara, parpadeos exagerados o cierre forzado de los ojos. En casos extremos, pero afortunadamente bastante raros, puede incluso llegarse a comportamientos terriblemente impresionantes, con revulsin de los globos oculares (de manera que slo puede verse el blanco de los ojos), tirones bruscos y entrecortados de la cabeza hacia atrs y hacia los lados, convulsiones del trax, pataleos y hasta saltos. Sin embargo, debemos subrayar que la importancia de estas manifestaciones exteriores de la tartamudez no tiene una relacin directa con su gravedad. El tratamiento de una tartamudez que comporta impresionantes problemas asociados no es necesariamente ms difcil que el de otra que no los tenga. En el mismo orden de co-

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sas, tampoco la molestia experimentada por la persona afectada y el sufrimiento que le inflige su tartamudez se hallan relacionadas necesariamente con estas manifestaciones externas. Una persona que provoca estupefaccin por una tartamudez particularmente demostrativa puede declarar, si osamos hablar del asunto con ella, que la molestia que sufre es moderada, l'or el contrario, otra persona que no presenta ms que algunas dudas apenas perceptibles al hablar afirma que esto le es absolutamente insoportable y que la idea del suicidio cruza algunas veces por su mente. La tartamudez es verdaderamente un fenmeno paradjico y desconcertante.

LOS TRES C ON TR OL AD OR ES DEL H A B L A Otra paradoja, ms conocida en este caso, es que la tartamudez desaparece en el canto, de tal manera que podramos estar tentados a indicar una solucin radical del problema: Ya que no puede usted decirlo hablando, cntelo!. Esto parece suficientemente simple y lgico, pero alguna cosa nos retiene de hacer una proposicin semejante; nos da la impresin de que podra ser tomado como un insulto, y no estaramos equivocados en modo alguno. Sin embargo, es cierto que, efectivamente, la tartamudez, salvo en alguna rarsima excepcin, desaparece en el canto. Desaparece tambin en escena, en el teatro y en el habla solitaria. Esto resulta realmente sorprendente y tenemos verdaderas dificultades para comprender la razn de esta desaparicin. La explicacin no es ciertamente simple, ya que exige, en primer lugar, la admisin de que el habla en estos tres casos canto, teatro y habla solitaria es un habla particular, que difiere en gran medida del habla ordinaria. Es necesario, a continuacin, observar que el habla ordinaria, la de la conversacin corriente, se halla sometida normalmente a un triple control. Como si el habla que es un acto decididamente bastante complicado debiera satisfacer al mismo tiempo las exigencias de tres controladores que cohabitaran juntos en el espritu de la persona que habla.

guaje. El habla son sonidos y es lenguaje. Este controlador exige en principio que la articulacin, la voz y el ritmo hagan el habla audible, que el vocabulario empleado sea suficientemente preciso y que las reglas de la gramtica del lenguaje hablado sean respetadas. Esta gramtica no es, evidentemente, la de la escuela (que concierne al lenguaje escrito) y vara segn el lugar donde se hable. Este controlador tcnico de la conformidad con las normas trabaja habitualmente en la sombra, ya que, normalmente, cuando hablamos no nos ocupamos ms que por un momento y de pasada del detalle de la ejecucin del habla. A este nivel mecnico y lingstico, el habla funciona de manera bsicamente automtica y subconsciente. Ocurre, de hecho, lo mismo cuando andamos: no nos ocupamos de nuestros pies ms que en algn momento excepcional; normalmente los pies se las arreglan solos para llevarnos donde queremos. Cuando alguien al hablar se interesa demasiado conscientemente por su propio modo de expresarse y parece ocuparse en apreciar su voz, su articulacin y los giros de sus frases, decimos que se escucha al hablar y resulta difcil interesarse en lo que dice.

Controlador del contenido del mensaje El segundo controlador es el encargado de velar por el contenido del discurso. Se ocupa de verificar que lo que decimos y la manera de decirlo se correspondan del mejor modo posible con lo que realmente queremos expresar. Este segundo controlador se asegura, en suma, de que el habla est correctamente adaptada intelectual y emocionalmente a lo que se ha dicho. Funciona a un nivel mucho ms consciente que el controlador precedente y tiene un papel de censor. Cuando hablamos, velamos por el contenido de lo que estamos diciendo y somos relativamente conscientes de este control.

Controlador de la interaccin lingstica Controlador de la conformidad con las normas El primer controlador est encargado de velar por la forma del habla en tanto que fenmeno acstico sometido a las leyes del lenEl tercer controlador est encargado de apreciar el efecto que lo que decimos ejerce sobre nuestro interlocutor o auditorio, as como de captar las reacciones intelectuales y afectivas que hemos provocado. Dicho de otra manera, cuando hablamos, esto tiene un

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impacto sobre nuestro interlocutor, el cual puede reaccionar de la forma que habamos previsto, o de manera inesperada, o bien no reaccionar en absoluto. Normalmente, tenemos en cuenta estas reacciones y actuamos en consecuencia. Este tercer controlador se ocupa, pues, de las relaciones con el exterior. Se interesa por todo lo que concierne a la manera en que se desarrollan los intercambios entre quien habla y su interlocutor o auditorio. En otros trminos, podramos decir que es el especialista en la interaccin lingstica. Funciona al mismo nivel de consciencia que el controlador anterior, pero de una manera variable. En efecto, normalmente, cuando hablamos, en ciertos momentos nos ocupamos ms de lo que tenemos que decir, y en otros, ms de la manera como el interlocutor o interlocutores estn reaccionando o podran reaccionar a lo que les estamos diciendo.

Triple control y casos particulares La existencia de este triple control permite darnos perfecta cuenta de que el habla habitual no consiste solamente en alinear las slabas y las palabras en el orden correcto, ni incluso en traducir en palabras el pensamiento. Hablar, en su modo ms corriente, es comunicar a partir de lo que nos viene a la mente (espontneamente o por reflexin) en el marco de una situacin de intercambio (con uno o varios interlocutores). La tartamudez puede aparecer entonces como un desorden que se produce cuando la persona que habla no consigue armonizar las exigencias de los tres controladores del habla que acabamos de describir. Los compromisos entre los con trotadores son, evidentemente, ms simples de establecer cuando no es necesario que intervenga uno u otro de ellos. La armonizacin entre los otros dos resulta entonces ms fcil de asegurar. Es lo que ocurre en el canto, en la escena o en el habla solitaria. En el canto al menos cuando est dirigido a un pblico existe un intercambio, pero se trata de un intercambio algo particular. Las reacciones del pblico estn, ciertamente, bajo vigilancia; el cantante les presta atencin, pero, salvo en caso de catstrofe, no hay nada imprevisto que temer por este lado mientras est cantando. El pblico, en principio, no se manifiesta hasta el final de la cancin, por lo que el tercer controlador no tiene que intervenir de manera constante. Respecto a las palabras, stas han sido fijadas de

antemano; no se le ocurren en el momento de su ejecucin y, por otra parte, si el cantante est perturbado por una emocin mal canalizada, es su voz la que se altera ms que su articulacin. Por lo tanto, el segundo controlador interviene tambin de una manera muy limitada. Por el contrario, el primero, es decir, el controlador tcnico de la conformidad con las normas, que cuida, entre otras cosas, de la voz y la calidad de la articulacin, es el que domina por encima de todos, y puede incluso hacerse ms consciente y voluntario que en el habla ordinaria. Aadiramos tambin que el ritmo, por una parte, y la prolongacin vocal de las notas, por otra, crean una dinmica particular que sostiene y anima favorablemente la articulacin de las palabras. La misma explicacin puede extenderse tambin al teatro y, de hecho, sabemos de ciertos grandes actores que no tartamudeaban en absoluto en escena (pensamos enseguida en Louis Jouvet), pero que eran grandes tartamudos en su vida normal. Jouvet, sin embargo, haba adoptado prolongaciones en su declamacin (slo en las vocales), lo cual le daba un estilo muy particular. Adems, en escena el actor est protegido por el personaje que est interpretando. En caso de dificultad, es al personaje a quien traspasar la responsabilidad. Esto le da unos mrgenes de seguridad y el censor est tranquilo. Respecto al habla solitaria, sta corresponde seguramente a un acto de expresin personal autntica. Se trata de un acto perfectamente natural: es normal hablar con uno mismo y mantener espontneamente monlogos en voz alta... cuando uno est solo. Lo inquietante es hablar solo en presencia de otras personas, olvidando su presencia. A pesar de la autenticidad emocional de este monlogo solitario, la tartamudez no puede producirse porque no hay intercambio. El tercer controlador el censor no interviene y la armona es ms fcil de negociar entre el primero y el segundo. El triple control simultneo es, en cambio, indispensable en el habla normal en su forma ms viva, la que se elabora al instante, que parte a la aventura, que se arriesga a cometer equivocaciones, a enfrentarse a malentendidos y dificultades. Normalmente, al hablar, todos asumimos, ms o menos conscientemente y sin aprensin, este triple control, a pesar del riesgo de encontrarnos, en cada uno de los tres dominios, con problemas inesperados que tendremos que afrontar como lo ms natural del mundo. Al hablar debemos enfrentarnos a lo inesperado de nuestras propias emociones y de nuestros pensamientos, que pueden surgir o tomar otra direccin

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segn cul sea el desarrollo del intercambio; a lo inesperado de las reacciones de los dems, que pueden ser completamente imprevisibles; a lo inesperado, por ltimo, de la mecnica articulatoria o de la construccin de frases, que pueden siempre topar con dificultades debidas a la aceleracin, a las contrariedades o a los hbitos articulatorios defectuosos. Creemos, pues, que la tartamudez no puede instalarse de manera permanente en un individuo que siempre ha podido afrontar, simultneamente y sin demasiadas dificultades, estos tres tipos posibles de problemas inesperados. Puede parecer muy complicado estar pendiente al mismo tiempo de estos tres tipos de factores tan diferentes y orientar, de manera instantnea, la mente hacia uno u otro a fin de reaccionar adecuadamente, segn las necesidades del momento. De hecho, nada resulta ms natural, tanto en ste como en otros dominios. As, mientras una persona conduce un coche, est pendiente, en primer lugar, e incluso si no est prestando directamente atencin a ello, de la manera en que responde el coche y del ruido del motor; en segundo lugar, se est ocupando, de una manera ya ms consciente, de lo que hay delante de ella, en la carretera; y, por ltimo, al mismo tiempo, est atenta a la conversacin que est manteniendo con su pasajero. No obstante, en el momento en que llegue a un desvo o cruce difcil, o si tiene la impresin de or un ruido mecnico anormal, su atencin se desviar momentneamente hacia la circulacin o hacia el ruido, movilizando la conciencia. Ello le obligar a interrumpir su conversacin, la cual volver a reemprender en el mismo punto donde la haba dejado una vez que el problema le parezca solucionado.

locutor simplemente desaparezca para que as no interrumpa su discurso. Se aferran para lograrlo al falso principio segn el cual no se debe jams interrumpir a una persona que est hablando. Afirmando que este principio de buena educacin tan bien conocido es un falso principio, el autor sabe que chocar con mucha gente que considera esta regla como absoluta. No obstante, cuando observamos desde el exterior a varias personas que estn discutiendo de una forma animada, podemos ver una transgresin constante de esta regla y que la mayor parte de las veces, aquel a quien se le ha cortado la palabra no se lo toma a mal. De hecho, puede incluso apoyarse en esta interrupcin para reemprender de manera ms eficaz lo que estaba diciendo: Eso mismo! Es exactamente lo que t dices!. A veces, sin embargo, el que ha sido interrumpido protesta: Djame acabar, por favor!.... As pues, podemos decir que es perfectamente normal cortar la palabra a alguien y que esto puede resultarle incluso til, pero al hacerlo corremos un riesgo, ya que es tambin perfectamente normal que a alguien le resulte insoportable que le interrumpan. Esto forma parte de las curiosas contradicciones de la interaccin lingstica corriente. Un segundo sistema para intentar suprimir alguno de los tres controles consiste en eliminar cualquier emocin en el momento en que vamos a hablar. Algunos mtodos de reeducacin parten del principio de que la persona tartamuda debe luchar contra su emocin, ya que sta perturbara el ritmo normal de las palabras. Esto supone olvidar que normalmente no hablamos tanto siguiendo el ritmo de las palabras como siguiendo ms bien el ritmo de las imgenes mentales y de los sentimientos sugeridos por el contenido de la conversacin y por la manera en que se vive el intercambio verbal en curso. La tartamudez vara mucho segn los sentimientos que experimenta la persona tartamuda y las circunstancias que rodean su discurso. Esto es debido sobre todo a que sta cree que el habla debera poder resistir victoriosamente a la influencia de los sentimientos y a la situacin vivida. Tal como hemos podido comprobar muchas veces en entrevistas con numerosos pacientes en tratamiento, la persona tartamuda enfrentada con su problema de habla llega a decirse de manera ms o menos consciente: Mis sentimientos no ataen a nadie ms que a m mismo; por qu tengo que arriesgar la fluidez de mi discurso para expresarlos?; o A m no me importan para nada mis interlocutores: digo lo que quiero decir y lo que ellos ten-

Tentacin de simplificar el control Asegurar el triple control necesario para un habla espontnea y viva puede, sin embargo, por una razn u otra y en particular en los casos de tartamudez, convertirse en algo extraordinariamente difcil. Resulta entonces especialmente tentador intentar que uno u otro de los tres controles no tenga que intervenir. Un primer medio para lograrlo es desatender de manera sistemtica las reacciones del interlocutor. Para que esto sea ms fcil, el individuo tiene que conseguir que el interlocutor no intervenga en la conversacin o, al menos, mientras no haya acabado de hablar. Muchas personas tartamudas funcionan de este modo y su deseo es que el inter-

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La tartamudez: opcin curacingan que indicar al respecto no me interesa; o Poco importa lo que siento respecto a lo que tengo que decir o a quien lo digo, con tal que diga lo que quiero decir; o Ya tengo bastantes problemas para articular las palabras, as que slo me faltara, adems, tener que ocuparme de las personas a quien hablo. Esto, trasladado al ejemplo de la conduccin automovilstica, equivaldra a que el conductor se dijera: No tengo bastante trabajo en controlar el volante, los pedales y los intermitentes, que adems pretendis que vigile tambin la carretera que se encuentra "detrs" del parabrisas. El problema es que ni los sentimientos ni el interlocutor dejan de existir, estn bien presentes en el intercambio y no se pueden dejar de lado indefinidamente sin hacer subir peligrosamente la presin de la energa psicomotriz (carburante especial del que volveremos a hablar), lo cual aumentar el riesgo de accidentes.

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Al eliminar el interlocutor o los sentimientos, o los dos a la vez, la persona tartamuda puede naturalmente consagrarse con un cierto xito al control directo de la mecnica del habla, logrando dar as, durante un cierto tiempo al menos, una impresin de habla normal. El inconveniente es que se limita de este modo a un discurso laborioso y artificial, falto de manejabilidad y que no puede adaptarse fcilmente a lo imprevisto. Tal como indica la logopeda belga Lucie Goldsmith (1979), el individuo tartamudo puede hablar as de una manera bastante correcta casi todo el tiempo, excepto cuando tiene realmente algo que decir. Otra falsa solucin para intentar eludir la dificultad del triple control natural, consiste en recurrir a la velocidad para superar todos los obstculos mecnicos: as, podemos decir, que el individuo corre por delante de la tartamudez con la esperanza de que sta no logre alcanzar este discurso super speed (a alta velocidad). Esto puede, efectivamente, funcionar durante un tiempo, pero cuando la tartamudez alcanza al habla, qu catstrofe! Se venga cruelmente y causa un bloqueo implacable. La clera produce el mismo efecto, ya que puede provocar, si est bien motivada, un discurso sin incidentes, que fluir como un torrente arrastrando todo a su paso. Sin embargo, en otros casos puede causar un bloqueo absoluto.

blar, con sus tres sistemas de control que intervendrn en mayor o menor medida y que entrarn en mayor o menor rivalidad entre ellos segn las circunstancias. Recordemos que estos controles funcionan lo cual no simplifica precisamente la situacin tanto de manera inconsciente o subconsciente y automtica como de manera consciente y voluntaria. Ahora bien, entre lo voluntario y lo automtico existe una diferencia de escala considerable. All donde un movimiento automtico es del orden de 1 mm, el movimiento voluntario que quiere imitarlo es tal vez, al principio, del orden de 3 cm, es decir, 30 veces mayor o 30 veces ms lento. Del mismo modo, all donde la percepcin subconsciente es del orden de una dcima de segundo (0,1 seg) el tiempo de un guio, la toma de conciencia clara requiere al menos 3 seg, y muchas veces, incluso ms. En el caso del habla, aun cuando el habla espontnea funciona de manera bsicamente automtica, puede tambin ponerse, ms o menos y de manera momentnea, bajo el control de la voluntad. Muchas aparentes extravagancias podran explicarse a partir de este fenmeno.

L E C T U R A EN VOZ ALTA Muchas personas tartamudas declaran que no tienen problema alguno con la lectura en voz alta. Efectivamente, si se les propone un texto, podemos comprobar que, muchas veces, pueden leerlo sin la menor dificultad. No obstante, esta lectura la llevan a cabo, en general, en un tono de voz totalmente estereotipado. Se trata de uno de esos ronroneos montonos existen en varias especies como los que se pueden or alguna vez en la radio, cuando el locutor, al mismo tiempo que recita su texto, tiene su mente claramente ocupada pensando en lo que har una hora despus o en alguna otra cosa por el estilo. Cuando lee en voz alta, la persona tartamuda no hace ms que una lectura de las palabras, es decir, una lectura reducida a traducir simplemente en sonidos las palabras ledas. Los sentimientos y las imgenes mentales que surgen normalmente en la mente del lector no aparecen en esta lectura, lo cual no tiene por qu impedir, en general, a la persona que lee la comprensin del sentido del texto. Sin embargo, puede darse el caso algunas veces de que esta persona nos diga, al final del texto, que no sabe qu es lo que ha ledo, que su lectura ha sido completamente automtica, lo cual puede observarse tambin, de hecho,

HABLA ESPONTNEA. HABLA VOLUNTARIA Todas las fluctuaciones, los altibajos de la tartamudez, pueden explicarse si tenemos en cuenta esta complejidad del acto de ha-

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eri las personas no tartamudas. Sea como sea, si en una segunda lectura intervenimos de vez en cuando para expresar alguna opinin sobre lo que est leyendo, perturbaremos de manera considerable al lector, el cual empezar a tartamudear igual o incluso ms que en su habla ordinaria. En otras ocasiones, es precisamente en la lectura en voz alta cuando la persona tartamuda halla ms dificultades, ya que al leer le resulta imposible ocultar su problema seleccionando las palabras. En efecto, en la lectura tiene que pronunciar obligatoriamente las palabras que estn escritas y no puede, por tanto, reemplazarlas por otras que le resulten ms fcilmente pronunciables. En este caso, se tratara ms bien de una tartamudez en la que el problema articulatorio (dominio del primer controlador) se hallara en primer plano, y en la que los problemas de expresividad y de relacin con el interlocutor quedan relegados a un plano secundario.

Sin embargo, la situacin inversa se presenta con igual o mayor frecuencia. En estos casos, en familia, el habla es prcticamente normal y es en el mbito profesional o en los momentos de tensin cuando el individuo se enfrenta con mayores dificultades. Esto es debido a que estas personas se ven especialmente afectadas por el estrs, lo cual conlleva una elevacin de la tensin psicomotriz (de nuevo este famoso carburante) que a partir de un determinado umbral desencadena la aparicin de accidentes del habla. Es precisamente en estos casos en los que el temor a la tartamudez interviene de una manera ms nefasta.

T E M O R A LA T A R T A M U D E Z El temor a la tartamudez es algo perfectamente comprensible, ya que este problema, cuando se presenta, entraa muchos e importantes inconvenientes. En el plano personal, se traduce en un sentimiento de injusticia que se vive a menudo como desvalorizante. Socialmente y, en particular, en el terreno profesional, crea una molestia que puede ser considerable en las relaciones directas con otras personas, clientes o, especialmente, superiores. A este nivel puede incluso suponer, por ejemplo, un grave obstculo para la promocin profesional. Desgraciadamente, el miedo a tartamudear favorece justamente los accidentes del habla: el temor a tartamudear favorece el tartamudeo, y aqu entramos en un crculo vicioso infernal. Cmo podramos quitarnos este temor de la cabeza? Esforzarse en no pensar en la tartamudez implica ya evocarla y, por tanto, temerla, e incluso cuando no pensamos en ella puede presentarse de manera completamente inesperada. Esto no es, pues, ninguna solucin. Afortunadamente, existen otras soluciones ms eficaces.Alguna vez se haba llegado a creer que la nica causa de la tartamudez era el temor a la misma y que bastara slo con borrar esta palabra de nuestro vocabulario para hacer desaparecer la tartamudez de la faz de la tierra. La realidad es, lamentablemente, mucho ms complicada, pero, no obstante, esta teora del miedo a tartamudear como causa de la tartamudez comporta al menos una parte de verdad. As se explica, por ejemplo, que cuando la tartamudez es deseada no se presente... o lo haga de manera mucho ms ligera. Es lo que ocurre frecuentemente en la consulta fonitrica cuando un paciente tartamudo acude para ser tratado y consta-

H A B L A P B L I C A . H A B L A PRIVADA En algunos casos, el individuo tartamudea mucho en familia, mientras que puede tener un habla aparentemente normal en sus relaciones profesionales. Esto indica que, gracias a un cierto esfuerzo, esta persona es capaz de controlar mecnicamente su discurso en el contexto profesional, en el que los sentimientos tienen una intervencin limitada, mientras que, en privado, su esfuerzo se relaja y la espontaneidad le devuelve a su tartamudez. Esto significa que la tartamudez se halla instalada en profundidad en los automatismos psicomotores del habla, que vienen condicionados desde la infancia, del mismo modo que una antigua mala costumbre y todos sabemos lo tenaces que pueden ser estas ltimas. Si queremos eliminarla completamente, ser necesario recolocar en su lugar estos automatismos que se desviaron en la infancia y la adolescencia, durante la evolucin de la tartamudez y a consecuencia de los esfuerzos que el individuo puso en prctica para luchar contra ella. Una persona con este tipo de tartamudez acostumbra a tener a menudo grandes dificultades para leer en voz alta. Seguimos aqu en el dominio del primer controlador, el de la conformidad con las normas, cuyo error principal, en este caso, es el de funcionar a un nivel demasiado consciente en lugar de permanecer, como debera, en un segundo plano.

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La tartamudez: opcin curacinta, muy perturbado, que su tartamudez parece no haber acudido a la cita. Cmo podr el mdico diagnosticar!, piensa simplemente. Sucede lo mismo cuando, por ejemplo, un joven piensa que gracias a su tartamudez lograr escapar al servicio militar: totalmente despechado, se encuentra con que su tartamudez le ha fallado.

La tartamudez: cmo se entiende y cmo se vive LA T A R T A M U D E Z C O M O LIMITACIN S O C I A L Y T E N D E N C I A A E N C E R R A R S E EN S M I S M O

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Telfono Es la bestia negra para la mayora de personas tartamudas, y podemos comprender fcilmente por qu. Por telfono, el habla se halla sin recurso alguno y debe, por tanto, arreglrselas sola. En cuanto a la persona que est al otro lado de la lnea telefnica, existe siempre el riesgo de que cuelgue el auricular si la tartamudez enlentece excesivamente la comunicacin. Sin embargo, hay tambin excepciones. Algunas personas que sufren este problema ven cmo desaparece su tartamudez como por encantamiento cuando estn hablando por telfono. Resulta difcil de explicar. Puede ser que en su interior consideren al interlocutor despersonalizado por la distancia y por la tecnicidad telefnica, pero esta explicacin est an por demostrar. Sea cual sea la razn, estas excepciones son ms bien raras y lo ms frecuente es que el telfono se confirme como el enemigo nmero uno de las personas tartamudas. Por otra parte, la dificultad es mucho mayor cuando se trata de llamar a alguien que cuando se responde a una llamada; esto es sencillo de justificar. Cuando llamamos por telfono, no sabemos exactamente cundo nuestro interlocutor descolgar el auricular. Por ello, la persona tartamuda corre el riesgo de que su habla se bloquee justo en el temido momento de iniciar la comunicacin, ya que el estrs va aumentando con la idea de tener que presentarse. Por el contrario, la angustia es menor para quien recibe una llamada, ya que puede descolgar el telfono en el momento que le parezca oportuno y slo tiene que decir diga o s. Despus tiene un respiro ya que le toca el turno de hablar a su interlocutor. Por esta razn, el autor cree que las personas tartamudas deberan pedir a sus allegados o compaeros de trabajo que llamaran por ellos a sus interlocutores y les pasaran luego la comunicacin. Algunos especialistas pueden considerar esto, sin duda, un comportamiento de evitacin que se debe rechazar, si bien el autor lo considera ms bien una peticin de ayuda realista y meritoria. La discusin sobre este asunto queda, pues, abierta .

El hecho de que hacer una simple llamada telefnica se convierta en un problema angustioso constituye una desventaja social bastante ms grave de lo que podramos creer en un principio. El telfono ha entrado de tal modo en nuestras vidas, que nos resulta difcil darnos cuenta de las consecuencias que puede conllevar el tener problemas para usarlo. Pero la tartamudez implica otras dificultades: cosas tan simples como pedir un caf o una barra de pan pueden causar a una persona tartamuda una angustia insoportable. No poder tomar parte en una discusin animada para defender el propio punto de vista puede generar una frustracin muy penosa, y no hablemos ya del calvario en que pueden transformarse un simple examen oral o una entrevista de trabajo. Existe, pues, para la persona tartamuda una fuerte tentacin a encerrarse en s misma, con lo cual favorece la rumia interior, que no mejora en modo alguno la situacin.

FALSAS CREENCIAS SOBRE LA TARTAMUDEZ

Esta tendencia de las personas tartamudas a encerrarse en s mismas facilita que discurran e imaginen explicaciones y consecuencias de su tartamudez que estn frecuentemente muy alejadas de la realidad. De estas falsas creencias, el autor ha destacado siete, si bien son probablemente algunas ms, y presenta a continuacin su opinin acerca de cada una de ellas, consciente no obstante de que hace falta mucho ms que estas explicaciones para hacer abandonar definitivamente certezas que, en algunos casos, llevan mucho tiempo slidamente fijadas.

La tartamudez est causada por una alteracin de los rganos del habla Esta primera creencia se basa en la idea de un origen orgnico de la tartamudez. As, este problema sera la consecuencia de una enfermedad de los rganos del habla o de una debilidad particular del cerebro. Tal como veremos en el captulo siguiente, se ha investigado mucho en este sentido, intentando encontrar la causa de

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la tartamudez. Es cierto que algunas afecciones (p. ej., parlisis cerebral) o ciertas perturbaciones psicolgicas (p. ej., tendencia paranoide) predisponen a la tartamudez, pero, por el contrario, la presentacin de una tartamudez no presupone nada en sentido inverso.

cmodo, pero, de hecho, lo que le importa por encima de todo es lo que sta tiene que decirle. Un interlocutor es, en primer lugar, uno de los participantes en un intercambio y no un juez. Al cabo de unos momentos de conversacin, el interlocutor es capaz de olvidar completamente la tartamudez, siempre y cuando sta no sea demasiado importante.

Tartamudear... es de dbiles Un habla dubitativa resulta inadmisible Segunda creencia: la tartamudez desvaloriza a la persona que la sufre porque la hace aparecer a los ojos de todo el mundo como un dbil de espritu o un enfermo mental. A esto el autor simplemente responde que la tartamudez muestra a la persona tartamuda sencillamente como un tartamudo. En esto nadie, o casi nadie, puede equivocarse... salvo si se trata de una tartamudez tan bien compensada que resulta difcil de reconocer. Estos casos son ms bien enojosos, ya que el interlocutor tiene problemas para interpretar la impresin de malestar que percibe a causa de la sobretensin psicomotriz debida al trabajo de compensacin. Si, por casualidad, descubre de repente tras esta sobretensin la tartamudez que todo el mundo conoce, puede, finalmente, hacerse cargo de lo que ocurre (la moral de la historia radica en que no es nada bueno ocultar la tartamudez). Naturalmente, la tartamudez es una desventaja y provoca sufrimiento; a pesar de ello, an se presta a originar sonrisas e incluso risas. Realmente intolerable! Sin embargo, no existe solamente la parte negativa. Detrs de una tartamudez encontramos siempre fuerza de voluntad y tenacidad. Aparte de las personas tartamudas, que al vivir el problema interiormente no disponen de un punto de comparacin, todo el mundo puede sentir esta fuerza. Afortunadamente no! Esta cuarta creencia subestima gravemente la capacidad del interlocutor, el cual, gracias al sofisticado ordenador que funciona bajo su bveda craneal, puede comprender no slo unas cuantas frases aisladas, sino tambin la conversacin de una persona que habla. Ms all de las palabras, a travs de las dudas, los retrocesos en el discurso, las rectificaciones, etc., percibe cmo se ha elaborado el pensamiento que se est intentando expresar. Esto le permite afinar sus propias hiptesis y evitar mejor los errores de interpretacin. El punto de vista de la persona que tartamudea ser comprendido mejor si sta deja aparecer los esbozos previos que le han servido para expresarlo.

Hablar bien es lo ms importante para tener xito en la vida De acuerdo con esta quinta falsa creencia, sera imposible hacer cosas importantes en la vida con un habla defectuosa. Es cierto que la habilidad de hablar bien es una cualidad y una baza importante en la vicia, pero es, sin duda, menos esencial que la habilidad de comunicar bien, y se puede ser muy mal comunicador a pesar de hablar de una manera magistral. Seguramente todos hemos conocido a alguna de esas personas capaces de disertar elocuentemente sobre todo y al mismo tiempo nada durante horas, pero que no se molestan en escuchar ni en plantearse siquiera cul es la opinin de quienes estn escuchando. Y ah permanece su interlocutor, incapaz de hacer una sola rplica que por otro lado no es en absoluto deseada, esperando a que este molino acabe finalmente de hacer girar sus aspas. No. La facilidad de palabra no es un don supremo y hay muchos ejemplos de personas que han logrado xito en la vida a pesar de tener un discurso mediocre; sin contar los personajes famosos que eran tartamudos. Olvidemos a Moiss y

La forma del discurso tiene ms importancia que el contenido Esta tercera falsa creencia se comprende en la medida en que una persona tartamuda se preocupa, a menudo y de manera especial, en el detalle de la ejecucin de su discurso, mientras que, salvo alguna excepcin, no ocurre lo mismo en modo alguno para una persona no tartamuda, para la cual la calidad formal del habla es algo ms bien secundario. Naturalmente, el interlocutor que est hablando con una persona tartamuda puede sentirse algo in-

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Demstenes, quienes probablemente no sufran este problema, pero pensemos en Esopo, Newton, Jean-Jacques Rousseau, Lewis Carol, Darwin, Churchill, Louis Jouvet... La lista completa sera increblemente larga.

En uno de los prximos captulos (v. pg. 60) introduciremos la nocin del objeto referencial del intercambio verbal (ORIV), que se construye conjuntamente con el interlocutor. Esta nocin, que el autor considera esencial, permite acabar con la idea, muy extendida, de que hablar no es nada ms que traducir en palabras el pensamiento.

El habla necesita una vigilancia constante Esta sexta creencia demuestra una trgica desconfianza del habla frente a frente, que es vivida como algo peligroso, como si permitiera que se supiera todo acerca de nosotros, como si nos hiciera transparentes para nuestro interlocutor, lo cual nos obligara a controlar atentamente todo lo que quisiramos decir. Esto implica atribuir al interlocutor una extraa intencin de rebuscar en nuestro psiquismo, como si ste fuera su principal centro de atencin, como si no tuviera nada ms en qu pensar. Por otra parte, lo que piensa sobre nosotros una persona con la que hablamos concierne seguramente ms a ella misma y a sus propias proyecciones particulares que a nosotros mismos.

Resulta vergonzoso verse obligado a repetir lo que hemos dicho Esta sptima y provisionalmente ltima falsa creencia proviene, al parecer, de la idea de que el interlocutor no soportara no comprender inmediatamente lo que queremos decir. Sera necesario, pues, que nuestro mensaje fuera dicho de manera perfectamente clara y usando el menor nmero de palabras posible para que fuera as ms fcil de captar. Sera un desagradable fracaso por nuestra parte si no se nos comprendiera al primer intento (casi como un insulto) o si nos viramos obligados a dar explicaciones complementarias. Nada ms falso. Hacerse comprender es siempre una empresa incierta, ya que no podemos prever los malentendidos que pueden surgir. El interlocutor no est siempre preparado para entendernos; puede no estar al corriente de los trminos de los mismos sectores que dominamos nosotros; no tiene los mismos conocimientos, ni las mismas preocupaciones habituales, ni las mismas experiencias anteriores, ni los mismos gustos. Como dice la cancin: Y cuando lo has dicho todo, te das cuenta de que no has dicho nada, ya que no todos tenemos los mismos delirios.

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Captulo 2

Lengua La primera idea fue, naturalmente, buscar esta causa en una alteracin de los rganos del habla (fig. 2-1). En el siglo xix, la tartamudez se atribuy, en primer lugar, al frenillo de la lengua, ese repliegue que aparece como un pequeo tabique vertical cuando levantamos la lengua hacia el paladar. Se crea que si este tabique era excesivamente corto, poda limitar la libertad de la lengua, que era considerada el principal rgano del habla. Se cortaron entonces numerosos frenillos de la lengua y es probable que con ello se obtuvieran algunos resultados. Sin embargo, no eran ms que mejoras transitorias que pueden explicarse perfectamente por el hecho de que, mientras persista el dolor de la intervencin, el paciente tenda automticamente a disminuir la velocidad del habla, lo cual constituye en s un medio eficaz para reducir la tartamudez. Si bien resulta difcil disminuir a propsito la velocidad del habla sin desnaturalizarla, el dolor en este caso, s que permita hacerlo de una manera, podramos decir, natural. Ante la reaparicin, ms o menos rpida, de la tartamudez despus de la intervencin, algunos cirujanos pensaron que era necesario llegar ms lejos. Siempre con la intencin de liberar la lengua, seccionaron entonces la insercin anterior del principal msculo del suelo de la boca, el msculo milohioideo. Se trata de una operacin simple: basta con deslizar verticalmente un bistur tras los incisivos inferiores y seccionar el tendn de este msculo que se inserta en la cara posterior del hueso maxilar inferior, justo en el lugar donde apoyamos el pulgar cuando cogemos a alguien por la barbilla. El msculo, privado de su fijacin anterior, se repliega hacia la nuez de Adn, y la mecnica de la mandbula y de la lengua quedan evidentemente modificadas. La historia no nos dice por qu se abandon este tipo de operacin, pero probablemente dej de practicarse al comprobar que no se evitaban las recidivas ms eficazmente que con el mtodo anterior. Y aqu se detuvo la escalada quirrgica, si bien debemos permanecer vigilantes, puesto que las soluciones simples pueden tentar siempre a alguna buena alma bienintencionada.

Cul es el origen de la tartamudez?En el caso de la tartamudez, del mismo modo que ocurre con la prosperidad, la delincuencia, la dislexia y, por qu no, la Revolucin Francesa o la cada del muro de Berln, buscar la causa no tiene, en realidad, mucho sentido. Estos fenmenos y acontecimientos no responden a una sola causa, sino ms bien a un conjunto de factores mltiples: factores predisponentes, que preparan el terreno, y factores desencadenantes, que precipitan su aparicin. A esto se aade la implicacin de las reacciones individuales y colectivas cuando aquello ocurre o cuando amenaza con ocurrir. Todo esto constituye una concatenacin de mecanismos complicados que podemos tener dificultades en analizar. Sin embargo, una de las tendencias del espritu humano es esforzarse en imaginar una causa simple para explicar un fenmeno complejo. Esto permite, especialmente cuando se trata de algo molesto o negativo, llegar a una cmoda conclusin: esto es culpa de..., que desembocar despus, de manera natural, en una solucin radical del tipo y no hay ms que....

BSQUEDA DE LA CAUSA En este sentido, se lia propuesto y previsto toda una serie de posibles causas de la tartamudez, cada una de las cuales suscit la esperanza de hallar una teraputica infalible para este fenmeno singular y extrao que tiene el mal gusto de mofarse de la humanidad desde la noche de los tiempos y que pretendemos hacer entrar en razn y solucionar de una vez por todas.

Laringospasmo Se sugiri tambin que la tartamudez fuera consecuencia, no ya de una patologa de la lengua, sino de las cuerdas vocales (figs. 2-2 y 2-3). 25

C u l es el o r i g e n de la t a r t a m u d e z ?

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La tartamudez: o p c i n curacin Adn, se contina con la laringe, al inicio de la cual se halla la glotis, dispuesta en forma de media boca horizontal dirigida de delante hacia atrs. Son los labios de esta media boca los que reciben impropiamente el nombre de cuerdas vocales, aunque su nombre oficial, acordado en 1976 por la comisin internacional de nomenclatura de trminos anatmicos, es el de pliegues vocales e l autor hubiera considerado, no obstante, ms adecuado el de labios vocales. Los labios de esta media boca, cuya longitud es de 1 a 2 cm, pueden separarse o aproximarse hacia atrs para abrir o cerrar la trquea. Para producir un sonido hemos de aspirar algo de aire hacia los pulmones a travs de la trquea, abriendo la media boca

Las cuerdas vocales no son, evidentemente, unas cuerdas, sino unos labios situados casi en el extremo de la trquea, es decir, del conducto que sube verticalmente bajo la piel del cuello, desde los pulmones y los bronquios, y que desemboca justo detrs de la base de la lengua. El extremo superior de la trquea, situado tras la nuez de

Fig. 2-2.

Corte frontal de la laringe.

Fig. 2-1. rganos de la voz y del habla. Gracias a una figura humana dispuesta con la cabeza de perfil y el cuerpo de frente, como en las pinturas egipcias, podemos visualizar de una manera bastante completa los rganos que intervienen en la produccin de la voz. 1. 2. A nivel respiratorio, obsrvense el msculo diafragma (descrito en el texto), los pulmones, los bronquios y la trquea. A nivel larngeo, vanse el emplazamiento de la glotis (espacio comprendido entre los pliegues vocales) y la epiglotis, esa pequea vlvula que se pliega hacia atrs en el momento de la deglucin para evitar que los alimentos y la saliva penetren en la trquea (cuando esto ocurre, a pesar del cierre de la epiglotis, decimos que nos hemos atragantado y ello nos hace toser). A nivel superior, ntese el paladar duro (seo) prolongado hacia atrs por el velo del paladar (muscular). El velo puede tomar una posicin baja (trazada con una lnea de puntos en el diagrama), lo cual permite la respiracin nasal. Puede tambin elevarse en su parte central para cerrar el paso entre las fosas nasales y la faringe. Es lo que ocurre en el habla, salvo cuando pronunciamos vocales o consonantes nasales (an, in, on, m, n):

Epiglotis (desplazada hacia dolante por la traccin de la lengua) Falsa cuerda vocal (pliegue vestibular) Cuerda vocal (pliegue vocal) Glotis Cartlago aritenoides

La alternancia rpida de estas dos posiciones por la accin de la espiracin pulmonar origina la vibracin de los pliegues vocales Bordes de las cuerdas vocales en posicin de abortura

Bordes de las cuerdas vocales en posicin de cierro

3.

Fig. 2-3. Laringe vista desde arriba durante la respiracin (A) y la fonacin (B). Obsrvese, delante de los pliegues vocales, la epiglotis desplazada por la traccin de la lengua. Tambin destacan los pliegues vestibulares, repliegues algo parecidos a los labios vocales y que Intervienen en ocasiones para bloquear la laringe (p. ej., en caso de estrs).

Cul es el origen de la tartamudez?

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La tartamudez: opcin curacin produce habitualmente cuando lo que se va a decir no resulta especialmente evidente y necesita, por ejemplo, de una cierta prudencia antes de soltarlo, como se suele decir. En la tartamudez, estos arranques directos del habla sin inspiracin previa son mucho ms frecuentes, y a veces incluso sistemticos, lo cual llega a ser patolgico. Por regla general, la emisin del habla se encadena inmediatamente despus del impulso inspiratorio, del mismo modo que, cuando vamos a clavar un clavo empezamos por levantar bien el martillo por encima del clavo, para hacerlo caer acto seguido sobre la cabeza del mismo. No sera, en modo alguno, una buena tcnica detener el martillo en el aire, en lo ms alto de su trayectoria, antes de golpear el clavo. An resultara menos eficaz empezar poniendo la cabeza del martillo sobre el clavo para empujarlo y hundirlo as en la pared. Esta ltima tcnica slo sera eficaz si el clavo fuera extraordinariamente puntiagudo, si la pared fuera muy blanda o si tuviramos una fuerza muscular considerable. Es muy til recordar esto en una discusin especialmente difcil en la que tenemos que hundir un clavo: un impulso inspiratorio bien ajustado resulta la mejor tcnica!

que forma la glotis. Despus, tras haber aproximado los pliegues vocales, los hacemos vibrar mientras expulsamos un poco de aire a travs de la hendidura que los separa, exactamente del mismo modo que hace un trompetista con los labios en la embocadura de su instrumento. Naturalmente, hacemos todo esto sin saberlo y de manera automtica. Si en el momento en que expulsamos el aliento estos labios estn separados, el aire pasa a travs de ellos sin ningn ruido. Si se han aproximado, sin llegar a cerrarse demasiado, el aire, al pasar, los hace vibrar. SI estn an ms cerrados, el aire no puede pasar y este bloqueo resulta extraordinariamente til. Nos permite, por ejemplo, apoyarnos mejor en el trax cuando vamos a realizar un esfuerzo importante e inhabitual, como levantar una caja o empujar un mueble para desplazarlo.

En la tartamudez, se ha constatado desde hace mucho tiempo y por medio de exmenes particulares (electroglotogrficos) la presencia de espasmos de la glotis que provocan que sta se bloquee brevemente justo antes de la emisin de la palabra o durante la misma. La mayor parte de los autores considera estos espasmos como crispaciones anlogas a los movimientos asociados que hemos descrito en el captulo anterior. Sin embargo, otros, como Martin Schwartz (1977), creen que estos espasmos de la laringe son la anisa de la tartamudez. En este caso, conseguir la desaparicin de los laringospasmos sera el nico, o al menos el principal, objetivo del tratamiento. La experiencia nos muestra que este punto de vista resulta algo ligero: la tartamudez no puede reducirse a una simple disfuncin de la laringe.

El impulso inspiratorio del habla est formado, pues, en general, por una inspiracin moderada que se encadena sin interrupcin con la emisin del habla. El habla se alimenta de la espiracin, que se alarga ms o menos a fin de sostenerla. La inspiracin se lleva a cabo gracias a la accin de los msculos inspiradores y, en particular, de la del diafragma, que es el msculo inspirador principal que todo el mundo conoce. En efecto, todo el mundo ha odo hablar del diafragma, pero, dado que la idea que se tiene de l acostumbra a ser ms o menos discutible, le dedicaremos unas lneas. El diafragma (v. fig. 2-1) es una gruesa lmina muscular que se presenta como un tabique en forma de bveda y separa las visceras abdominales situadas por debajo de l (estmago, hgado, bazo, intestinos, etc.) de las visceras del trax (corazn, pulmones, etc.), situadas por encima. Cuando se contrae, este tabique muscular desciende desplazando hacia abajo las visceras del abdomen, que buscan entonces espacio y empuja ligeramente la pared abdominal hacia delante y hacia los lados. El descenso del diafragma provoca la entrada de aire en los pulmones, aproximadamente del mismo modo que el movimiento del mbolo de una jeringuilla cuando aspiramos lquido hacia su interior, con la diferencia, no obstante, de que el cuerpo de la jeringuilla no vara de dimetro al aspirar, mientras que la accin

Respiracin El habla necesita