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LA TiCNICA DE LA DOCUMENTACIÓN EN LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS 13 La técnica de la documentación en los estudios universitarios IGNACIO DE CUADRA ECHAIDE ¿HASTA Qld, PUNTO LOS UNIVERSITARIOS DE HOY SABEN BUSCAR LA DOCUMENTACIÓN CIENTÍFICA? Según se desprende de una encuesta que se ha efec- tuado, al principio del presente curso, entre los alum- nos de la asignatura Política Económica, I, de la Sec- ción de Economía de la Facultad de Ciencias Po- líticas, Económicas y Comerciales de Madrid, más de un setenta por ciento de estos universitarios no habían oído hablar nunca de la clasificación decimal univer- sal de la documentación, y no llegaba a un veinte por ciento el número de los que tenían un concepto claro de lo que es un catálogo-diccionario. Estas respuestas, dada la forma de preparar y reali- zar la encuesta, indican claramente que los alumnos no hubieran obtenido provecho al usar los catálogos sistemáticos de las bibliotecas. Pero otras preguntas más directas que se incluían en ese mismo cuestiona- rio dan una idea más clara del nivel de estos univer- sitarios en cuanto a conocimientos sobre la técnica de la documentación. Al contestar a ¿Cómo adquiriría usted datos sobre la estructura económica de un país extranjero?, pu- sieron de manifiesto estos estudiantes que solamente dos de ellos tenían alguna idea sobre los procedimien- tos de documentarse, aunque no mencionaban más enciclopedia que el Diccionario Espasa y hacían refe- rencia a anuarios estadísticos poco indicados para el caso; más de la mitad de las respuestas se limitaban a confiar en que las Cámaras de Comercio, los Minis- terios de Comercio o de Asuntos Exteriores o las Embajadas y Consulados del país en cuestión, les fa- cilitarían abundante bibliografía, y ningún alumno alu- dió siquiera a la posibilidad de un examen de catá- logos sistemáticos de editoriales o de grandes biblio- tecas, o a la utilización de bibliografía de bibliografías, de abstracts o recensiones de revistas, o a la existencia de servicios de documentación. Don IGNACIO DE CUADRA ECHAIDE es doctor en Cien- cias Económicas y ayudante de Clases Prácticas de Política Económica en la Sección de Economía de la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comer- ciales de Madrid. Es también redactor de la revista Racionalización, del Consejo Superior de Investigacio- nes Científicas. En el presente artículo estudia la con- veniencia de que se enseñen, en las Clases Prácticas de la Universidad, los procedimientos de buscar docu- mentación sobre problemas profesionales y el método más racional y efectivo para facilitar estas enseñanzas. Este rudimentario procedimiento de "asaltar" los despachos de los Ministerios en busca de orientación les parecía aún más indispensable para resolver el problema fundamental de esta encuesta, y que como procedimiento para obtener respuestas más sinceras, exactas y completas habíamos rodeado de las pregun- tas antes indicadas y otras varias: ¿Cómo averiguaría usted cuáles son los libros y los artículos de revista escritos, en los últimos cinco años, sobre la produc- ción española de plomo? Casi un sesenta por ciento de los alumnos no conocían otro procedimiento que dirigirse a algún funcionario público, más o menos relacionado con este ramo de la producción minera, para que les indicase el libro o artículo que primero le viniese a la memoria, y las respuestas que sugerían la posibilidad de buscar personalmente algunas pu- blicaciones lo hacían de una manera vaga e impre- cisa, sin indicar los repertorios bibliográficos, o los catálogos de revistas recibidas en las bibliotecas, que pudieran utilizarse para esta tarea. Claro está que no era la intención de la Cátedra encomendar a todos los alumnos un trabajo de polí- tica económica sobre la producción de plomo en Es- paña; pero la "forma concreta en fecha y asunto" es una de las normas que los especialistas en organiza- ción científica del trabajo señalan con más insistencia entre las establecidas para conseguir exactitud en la información a través de las encuestas. El dato que en este caso pretendíamos obtener era el nivel de cono- cimiento de los alumnos de un grupo de Clases Prác- ticas sobre la técnica de la documentación, con el fin de fijar, completa y definitivamente, el criterio sobre el cuándo y el cómo más indicados para enseñarles lo más indispensable de este arte o técnica. Cuantitativamente es ésta una experiencia dema- siado exigua, y ello no autoriza a extender sus resulta- dos a todos los universitarios españoles, ni aun a todos los matriculados en la Universidad de Madrid. Pero la calidad homogénea de los alumnos cuyo nivel de conocimientos se ha examinado en esta experiencia, le da un valor notablemente mayor que el que hubiera podido obtenerse mediante un sondeo por muestreo o comprobación estadística de calidad, que, en el aná- lisis utilizado por otras ramas de la organización cien- tífica del trabajo, llegan a conclusiones de importan- cia utilizando muestras experimentales más reducidas todavía. Porque los alumnos entre los que se realizó esta encuesta se encuentran en el penúltimo año de la Licenciatura y pertenecen todos a la selecta minoría de este curso que ha podido matricularse sin tener

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LA TiCNICA DE LA DOCUMENTACIÓN EN LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS 13

La técnica de la documentación en los estudios universitarios

IGNACIO DE CUADRA ECHAIDE

¿HASTA Qld, PUNTO LOS UNIVERSITARIOS DE HOY

SABEN BUSCAR LA DOCUMENTACIÓN CIENTÍFICA?

Según se desprende de una encuesta que se ha efec-tuado, al principio del presente curso, entre los alum-nos de la asignatura Política Económica, I, de la Sec-ción de Economía de la Facultad de Ciencias Po-líticas, Económicas y Comerciales de Madrid, más deun setenta por ciento de estos universitarios no habíanoído hablar nunca de la clasificación decimal univer-sal de la documentación, y no llegaba a un veintepor ciento el número de los que tenían un conceptoclaro de lo que es un catálogo-diccionario.

Estas respuestas, dada la forma de preparar y reali-zar la encuesta, indican claramente que los alumnosno hubieran obtenido provecho al usar los catálogossistemáticos de las bibliotecas. Pero otras preguntasmás directas que se incluían en ese mismo cuestiona-rio dan una idea más clara del nivel de estos univer-sitarios en cuanto a conocimientos sobre la técnica dela documentación.

Al contestar a ¿Cómo adquiriría usted datos sobrela estructura económica de un país extranjero?, pu-sieron de manifiesto estos estudiantes que solamentedos de ellos tenían alguna idea sobre los procedimien-tos de documentarse, aunque no mencionaban másenciclopedia que el Diccionario Espasa y hacían refe-rencia a anuarios estadísticos poco indicados para elcaso; más de la mitad de las respuestas se limitabana confiar en que las Cámaras de Comercio, los Minis-terios de Comercio o de Asuntos Exteriores o lasEmbajadas y Consulados del país en cuestión, les fa-cilitarían abundante bibliografía, y ningún alumno alu-dió siquiera a la posibilidad de un examen de catá-logos sistemáticos de editoriales o de grandes biblio-tecas, o a la utilización de bibliografía de bibliografías,de abstracts o recensiones de revistas, o a la existenciade servicios de documentación.

Don IGNACIO DE CUADRA ECHAIDE es doctor en Cien-cias Económicas y ayudante de Clases Prácticas dePolítica Económica en la Sección de Economía de laFacultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comer-ciales de Madrid. Es también redactor de la revistaRacionalización, del Consejo Superior de Investigacio-nes Científicas. En el presente artículo estudia la con-veniencia de que se enseñen, en las Clases Prácticasde la Universidad, los procedimientos de buscar docu-mentación sobre problemas profesionales y el métodomás racional y efectivo para facilitar estas enseñanzas.

Este rudimentario procedimiento de "asaltar" losdespachos de los Ministerios en busca de orientaciónles parecía aún más indispensable para resolver elproblema fundamental de esta encuesta, y que comoprocedimiento para obtener respuestas más sinceras,exactas y completas habíamos rodeado de las pregun-tas antes indicadas y otras varias: ¿Cómo averiguaríausted cuáles son los libros y los artículos de revistaescritos, en los últimos cinco años, sobre la produc-ción española de plomo? Casi un sesenta por cientode los alumnos no conocían otro procedimiento quedirigirse a algún funcionario público, más o menosrelacionado con este ramo de la producción minera,para que les indicase el libro o artículo que primerole viniese a la memoria, y las respuestas que sugeríanla posibilidad de buscar personalmente algunas pu-blicaciones lo hacían de una manera vaga e impre-cisa, sin indicar los repertorios bibliográficos, o loscatálogos de revistas recibidas en las bibliotecas, quepudieran utilizarse para esta tarea.

Claro está que no era la intención de la Cátedraencomendar a todos los alumnos un trabajo de polí-tica económica sobre la producción de plomo en Es-paña; pero la "forma concreta en fecha y asunto" esuna de las normas que los especialistas en organiza-ción científica del trabajo señalan con más insistenciaentre las establecidas para conseguir exactitud en lainformación a través de las encuestas. El dato que eneste caso pretendíamos obtener era el nivel de cono-cimiento de los alumnos de un grupo de Clases Prác-ticas sobre la técnica de la documentación, con el finde fijar, completa y definitivamente, el criterio sobreel cuándo y el cómo más indicados para enseñarleslo más indispensable de este arte o técnica.

Cuantitativamente es ésta una experiencia dema-siado exigua, y ello no autoriza a extender sus resulta-dos a todos los universitarios españoles, ni aun a todoslos matriculados en la Universidad de Madrid. Perola calidad homogénea de los alumnos cuyo nivel deconocimientos se ha examinado en esta experiencia, leda un valor notablemente mayor que el que hubierapodido obtenerse mediante un sondeo por muestreo ocomprobación estadística de calidad, que, en el aná-lisis utilizado por otras ramas de la organización cien-tífica del trabajo, llegan a conclusiones de importan-cia utilizando muestras experimentales más reducidastodavía. Porque los alumnos entre los que se realizóesta encuesta se encuentran en el penúltimo año dela Licenciatura y pertenecen todos a la selecta minoríade este curso que ha podido matricularse sin tener

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REVISTA DE EDUCACIÓN

pendiente de aprobación ninguna asignatura incompa-tible de los cursos anteriores, grupo que es (y hasido siempre) menor que la quinta parte de los alum-nos matriculados. Se trata, por tanto, de universita-rios bastante maduros y con una voluntad de trabajoconsiderable y que tienen a su disposición en la Fa-cultad, a pocos metros de las aulas, una de las biblio-tecas más cuidadas y mejor ordenadas de Madrid. Lasrespuestas se dieron en condiciones que ofrecen todaslas garantías de objetividad.

LA ENCUESTA COMO INSTRUMENTO PEDAGÓGICO

Es indudable que el conocimiento del nivel de ideasprevias que poseen los concretos alumnos que vayana escuchar cualquier explicación ayuda mucho a rea-lizar la exposición con la intensidad, extensión y for-ma más eficaces. Esta era una de las finalidades per-seguidas con la encuesta a que acabamos de hacerreferencia.

Pero otro objetivo no menos importante de ese"sondeo por escrito" era ambientar las explicaciones,preparando una situación pedagógica favorable paraque fueran asimiladas las nociones expuestas. La ex-periencia de cinco cursos como ayudante nos hacecomprobar que los universitarios de hoy que acudena las aulas tienen una casi exclusiva preocupación poraprender aquello que conduce directamente a obteneruna calificación favorable al final de curso: desprecian,casi todos al menos, cualquier clase de conocimientosde su especialidad profesional que no sean útiles paraterminar pronto la Licenciatura, y mucho más cua-lesquiera otros que no estén relacionados íntimamentecon su especialidad profesional. Por eso, estos conoci-mientos sobre la técnica de la documentación cientí-fica, a primera vista muy poco relacionados con laasignatura Política Económica, I, y aun con la for-mación profesional del economista, se han unido alestímulo directo de considerarse indispensables paraaprobar el curso como alumno oficial: en el primer"examen parcial" se ha exigido presentar un trabajopráctico de documentación sobre el concreto tema deltrabajo de Política Económica que están obligados apresentar a fin de curso. La seguridad de que ambostrabajos son indispensables y el hecho de que el ayu-dante de Clases Prácticas les demuestre, con cifras ycon su testimonio escrito delante, que la inmensa ma-yoría de los alumnos habrían perdido mucho tiempo,para ese trabajo de documentación y hubieran reali-zado, además, un deficiente "trabajo de fin de curso"es el más poderoso incentivo para que escuchen coninterés las explicaciones sobre documentación.

Con esta preocupación inmediata (más o menos sub-consciente), los argumentos fundados en el hecho deque anualmente se publican trescientos mil libros ysetecientos cincuenta mil artículos de revistas cientí-ficas cobran una mayor fuerza e interés actual, yaque comprenden que, si no saben seleccionar con acier-to entre esa multitud de herramientas intelectuales,utilizarán datos inexactos o insuficientes y perderáninteresantes puntos :le vista que podían adquirir conpoco esfuerzo, realizando así estudios imperfectos yque obtendrían poco éxito.

Una vez bien sentada la idea de "necesidad perso-nal" con estas consideraciones, pasamos a presentar el

"trabajo intelectual que la satisface", esto es, la seriede conocimientos sobre documentación que les iban aser facilitados con ese cursillo que iniciábamos. Bas-taba para ello indicar brevemente "cómo hubiera de-bido contestarse a la encuesta", recogiendo las respues-tas más acertadas de los alumnos presentes y aña-diendo todo lo que el ayudante hubiera deseado queescribiesen para considerar las respuestas perfectas. Seles indicó también el orden por el que, en clases suce-sivas, les serían transmitidos todos los conocimientosmás indispensables y urgentes para ellos sobre la téc-nica de la documentación.

PROGRAMA PARA LAS EXPLICACIONES EN

UN CURSILLO SOBRE DOCUMENTACIÓN

Preparamos, naturalmente, un plan de trabajo sim-plificado y de extensión muy reducida, ya que las ex-plicaciones y preguntas sobre el contenido propio dela Política Económica requieren un número conside-rable de clases. En cinco lecciones ha sido posible, sinembargo, explicar detenidamente todo lo necesariopara realizar el "trabajo de fin de curso" con unadocumentación suficiente y explicar los conocimientosnecesarios para que cualquiera de los alumnos pueda,por propia iniciativa y sin más consultas, adquirir unaformación bastante completa sobre la técnica de ladocumentación. Con ligeras modificaciones, este pro-grama puede adoptarse en cualquiera de las cienciasaplicadas que, por su carácter evolutivo y dinámico,requieren mucha mayor atención hacia las publicacio-nes recientes que hacia los documentos históricos ycuriosos.

Después de la lección de introducción, realizada conlos comentarios a las contestaciones de la encuesta, sededicó una clase a explicar el empleo de los dicciona-rios enciclopédicos y enciclopedias generales de mayorutilidad para el economista; solamente se dieron deta-lles sobre aquellas ediciones que se han terminado depublicar después del año 1925, incluyéndose, en cam-bio, aquellos repertorios legislativos que se publicanen forma continua y tienen el carácter, aunque no elnombre, de enciclopedias especializadas de DerechoPositivo español. En otra clase se explicaron los dis-tintos tipos de catálogos sistemáticos que existen enlas bibliotecas españolas; se indicaron cuáles, de lasexistentes en Madrid, pueden interesar al economistapor los fondos en ellas reunidos y, especialmente,aquellos que han adoptado la clasificación decimaluniversal. Se mencionaron los principales grupos deesta clasificación que interesan profesionalmente en laEconomía, y se puso a su disposición una lista deta-llada de las subdivisiones de la misma que puedenser útiles para la práctica de la profesión.

Los conocimientos necesarios para averiguar todoslos artículos publicados sobre determinada materia seorientaron, principalmente, al estudio de los problemasde la política económica española y, en particular, alos de los años posteriores al Movimiento Nacional.La quinta clase de este cursillo se dedicó al estudioespecial de los anuarios (de particular importancia enesta rama de la ciencia aplicada) y a facilitar biblio-grafía asequible en Madrid y que les permitiese, siasí lo deseaban, ampliar y completar estos conoci-mientos generales sobre documentación.

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LA .dCNICA DE LA DOCUMENTACIÓN EN LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

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Como suplemento de estas lecciones, y de acuerdocon el delegado de curso del S. E. U., se aprovechóuna hora de espera inactiva en la Universidad entredos clases ("tiempo muerto", le llamaríamos en orga-nización científica) para dar otra clase práctica es-pecial dedicada a resolver dudas o facilitar amplia-ciones. La asistencia a ellas se consideraba como unmérito, pero era voluntaria. Se han mantenido estasexplicaciones voluntarias durante seis semanas, esto es,el período señalado para realizar el trabajo de docu-mentación exigido para aprobar el primer examenparcial del curso. Porque de poco valen las más clarasy completas instrucciones sobre la forma de buscardocumentación científica si no se obliga a los alumnosa ponerlas en práctica en un trabajo concreto.

LA ENSEÑANZA ACTIVA DE LA TkNICADE LA DOCUMENTACIÓN: EL "CÓMO"

EN LA EJECUCIÓN DE UN EJERCICIO

PRÁCTICO

Los alumnos fueron advertidos, a los pocos minutosde iniciarse la primera de las clases prácticas del curso,de que para aprobar el primer examen parcial en lasNavidades, como alumno oficial o libre oyente, seríaindispensable presentar escritas a máquina unas hojasen que se reseñase la documentación que conocían enrelación a determinado tema de Política Económica.Se les incitó reiteradamente a que fuesen pensandoalgún tema que les pareciera a cada uno más indicadopor sus aficiones o conveniencias personales.

En las clases siguientes, en particular en las seisclases especiales voluntarias, se estimuló a que emplea-sen algunos estudios personales previos sobre algúnramo de la producción o que aprovechasen las facili-dades y mayor interés que les opusiesen aquellas in-dustrias o cultivos agrícolas poseídos por sus fami-liares. Sin embargo, pusimos la limitación de que laelección de tema para el trabajo había de ser aprobaday confirmada por el ayudante de Clases Prácticas. Laexperiencia de años anteriores ha puesto de manifiestoque algunos escogen temas demasiado amplios que,de no restringirlos a un aspecto parcial, apenas po-drían abordarse en el escaso tiempo que pueden dedi-car a estas actividades, dado lo sobrecargados queestán con las restantes asignaturas del curso; y, aunlos que escogen un tema suficientemente concreto ydelimitado, es casi imposible que, antes de estudiarla asignatura, adivinen el punto de vista propio deésta, y que se pretende apliquen los estudiantes comocomprobación de que han asimilado el contenido delas explicaciones de la Cátedra. También es necesarioque, de hecho, exista un mínimo de bibliografía uti-lizable sobre el tema escogido, ya que, desgraciada-mente, numerosos problemas importantes de políticaeconómica española no han sido explorados por losinvestigadores, y no puede pedirse al alumno quebusque todos los datos e informaciones de primeramano, puesto que ello constituiría una verdadera tesisdoctoral.

A pesar de todos los estímulos, no hemos conse-guido sino que sea entre un quince y un cuarenta porciento de los alumnos el número de los que escogen eltema del trabajo por propia iniciativa. Es éste un he-cho extraño, pero está confirmado por tres años de

experiencias sobre el particular. Consideramos, sin em-bargo, muy importante que el tema no sea impuestototalmente al alumno, y, para ello, se les hace deter-minar por escrito si prefieren temas agropecuarios otemas fabriles y de empresas expendedoras. Con estasideas generales, el ayudante busca una colección detemas que reúnan las condiciones requeridas, y elalumno opta por unos u otros. También, a propues-ta de quienes explican esta Cátedra, se han seña-lado cuatro problemas de Política Económica de espe-cial actualidad; para facilitar la labor de los alumnosse dividieron estos cuatro temas entre nueve estudian-tes, lográndose así un trabajo "en equipo", que ofrecemayores posibilidades de eficacia en su ejecución.

Escoger un tema adecuado es, sin duda, la primerade las "operaciones elementales" en que pudiéramosdividir esta tarea de "ejecutar un ejercicio práctico dedocumentación"; y no sólo es la primera en ordencronológico, sino también por orden de importancia,puesto que influye, en forma decisiva, para la mayoro menor comodidad y eficacia en la selección y vi-sita de bibliotecas, y también repercute sobre todas lasrestantes operaciones necesarias para llevar a feliz tér-mino ese trabajo. Por la naturaleza de los problemasde Política Económica propuestos a los alumnos, a lamayoría de ellos le fué suficiente aprovechar los datosfacilitados en el cursillo acerca de las bibliotecas deMadrid para escoger, entre las cuatro o cinco queofrecían abundantes fondos de bibliografía y un buenservicio, aquellas cuya consulta les significaba menosmolestias y pérdida de tiempo; a los que trabajaronsobre temas más concretos y particulares, se les indi-caron los Centros de lectura especializados que debíanvisitar.

Todos los alumnos del Grupo de Prácticas que losolicitaron—una veintena, de hecho—recibieron un do-cumento con sello y membrete de la Facultad, en elque el ayudante indicaba el tema y finalidad del tra-bajo encomendado y solicitaba de las autoridades delas bibliotecas se les diesen facilidades; por amableconcesión de la Secretaría de la Biblioteca Nacional, senos indicó que ello sería suficiente para que estos es-tudiantes pudieran pasar a las salas de lectura y fiche-ros, evitándoseles así las molestias y gastos necesariospara obtener el carnet de lector (indispensable, desuyo, para las consultas reiteradas).

Aparte de eliminar estas dificultades externas, se haprocurado evitarles el desaliento interior que invade atodo el que se encuentra frente a unos interminablesficheros. Los alumnos sabían que solamente habríande consultar determinados grupos de la clasificacióndecimal universal, o unos pocos años de ciertas sec-ciones de "Biblioteca Hispana", y, además, el trabajoquedaba terminado al indicar las enciclopedias y bi-bliotecas que habían consultado, sin que fuese nece-sario que encontrasen alguna publicación que hiciesereferencia al tema; el ayudante podía comprobar laautenticidad y la minuciosidad de esas indagaciones,ya que, al facilitar los temas a la mayor parte de losalumnos, había cuidado de que existiesen varias pu-blicaciones sobre ellos reseñadas en los repertorios bi-bliográficos que habían de consultar los estudiantes.Si, a pesar de este sistema un tanto similar al de "lascarambolas de Fernando VII", el alumno no encon-traba por sf mismo la documentación, tenía siempre la

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16REVISTA DE EDUCACIÓN

enormemente la medida de la extensión de cada tra-bajo, su lectura y su traslado o archivo.

No hay que desconocer, sin embargo, que la iner-cia, la independencia de criterio o una simple falta deatención hacia estos detalles de presentación hacen di-fícil conseguir que se sigan dichas normas. Una exi-gencia inflexible molesta mucho a los estudiantes es-pañoles, y, por ello, conviene dejar pasar faltas depoca monta y, sobre todo, estimular la realización,mediante alabanzas en público, de los aspectos cuida-dos y perfectos de los primeros trabajos de documen-tación que se entreguen al ayudante.

seguridad de que el ayudante le indicaría los dos otres estudios fundamentales para preparar su "trabajode fin de curso".

También se han cuidado otras fases de la elabora-ción en el caso de los alumnos que debían ejecutarun trabajo de "equipo" para desarrollar los temas pro-puestos por la Cátedra. Se les repartieron instruccio-nes copiadas a máquina señalando las bibliotecas yanuncios que debían consultar, la sección de los mis-mos en que se encontraban los datos, los criterios porlos que habían de seleccionarlos y la forma más prác-tica de recopilarlos y presentarlos. También se les in-dicó allí la finalidad del estudio encomendado, los as-pectos que convenía analizar y la importancia de esosproblemas ("los barbechos" y "la expansión del re-gadío") para la Economía nacional. Al parecer, se vaconsiguiendo que estos trabajos "en equipo" tengan,así, la homogeneidad de los datos estadísticos y launiformidad de criterios en su análisis, suficientespara poder acoplarlos.

Este "taylorismo" en la "preparación" y "lanzamien-to" de los trabajos sólo es recomendable, sin embargo,en ciertos problemas, como los indicados, cuya com-plejidad y peculiares características exigen que se en-cauce y dirija la actividad del alumno en las grandeslíneas, quedando todavía un margen amplio para suspuntos de vista e iniciativas personales. En otros casosse dieron, a lo largo de las clases prácticas, instruc-ciones orales a quienes lo solicitaron.

Donde puede y debe exigirse uniformidad a todoslos trabajos es en las características de los elementosempleados para encontrar documentación. Así, porejemplo, indicamos en una nota copiada en la pizarraque era un "número mínimo de dos" el de las enci-clopedias que debían consultarse, que habían de indi-carse los grupos (del orden de las centésimas) de laclasificación decimal universal que se examinaban, yque se debía señalar qué bibliotecas se habían explo-rado para este trabajo de documentación. En esto nohan respondido en algunos casos los resultados a loprevisto, porque ciertas bibliotecas no dan a los lec-tores facilidad para manejar las obras en que aparececompleta la clasificación decimal universal abreviada;en otras ocasiones la omisión se debía a desidia delalumno, y hemos mandado rehacer, por ello, los tra-bajos.

Una completa uniformidad, ya dentro netamente dela "normalización" de materiales, puede conseguirseen lo que respecta a formato del papel, espacios ytipos de la escritura a máquina y demás detalles depresentación externa. Se ha conseguido, desde luego,impedir la presentación en papeles de tamaño de cuar-tilla o en hojas escritas a mano. Una buena parte delos alumnos han seguido exactamente las normas depresentación externa, y el resto ha omitido sólo deta-lles secundarios. Como caso curioso haremos constarque dos alumnos presentaron el trabajo en papeles ta-maño holandesa, haciendo ver—y uno de ellos conplena convicción y sinceridad—que se trataba de ho-jas de tamaño folio. Es sorprendente que desconozcanaspectos tan elementales del instrumental del trabajointelectual, y su ignorancia en esta materia hace pen-sar en lo que ocurrirá con el conocimiento de las clasesy forma de fichas, archivadores, etc. La uniformidaden la presentación poco cuesta al alumno y simplifica

QUE EPOCA DEL CURSO ES MEJOR

PARA HACER CONOCER LA TECNICA

DE LA DOCUMENTACIÓN?

El planeamiento cronológico ya ha quedado muysimplificado y sin gran libertad de opción, como con-secuencia de la misma naturaleza del proceso de en-señanza descrito. Al exponer el "cómo y dónde debeenseñarse", hemos indicado que es indispensable una"enseñanza activa" para aplicar los conocimientos quese faciliten en el cursillo, los que deben, por tanto, ha-berse explicado con antelación; y hemos indicado laconveniencia de que ese ejercicio práctico verse sobreel tema que será objeto del trabajo de Política Eco-nómica, con lo cual es casi inevitable que los últi-mos meses se dediquen exclusivamente a la ejecuciónde este "trabajo de fin de curso", esto es, que el tra-bajo de documentación se haya realizado por enteropreviamente.

Pero existen otros motivos, además, para justificarla conveniencia de que las lecciones sobre documenta-ción se expongan en las primeras Clases Prácticas delcurso. El verdadero conocimiento de una ciencia apli-cada cualquiera sólo se alcanza cuando el alumno escapaz de utilizar los conceptos generales que se lehan explicado para el análisis de casos particularesque no le han sido indicados expresamente como ejem-plos a lo largo del curso, aunque guarden cierta se-mejanza con otros casos mencionados. Solamente hayseguridad de que el estudiante ha asimilado las no-ciones de "transpersonalismo", "módulos locacionales","consorcio y grupo", dimensión óptima de financia-ción" y otras varias referentes a los factores de laproducción o el equilibrio de la empresa cuando seacostumbra a manejarlos con soltura y a pensar va-liéndose de ellos sobre problemas nuevos para él. Estosupone un esfuerzo considerable, que se estimula ha-ciendo saber al alumno, desde que comienza el curso,que es importante para su calificación final que apli-que al caso particular de una industria o negocio con-creto los conceptos generales que va oyendo en lasexplicaciones de Cátedra; conviene, por tanto, quesepa ya algo sobre las características de esa clase deempresa que deberá estudiar concretamente, en el mo-mento de realizarse las explicaciones de Cátedra sobre"localización", "firma óptima", etc., y es preferibleque el tema de ese trabajo de fin de curso haya sidodeterminado según sus inclinaciones o, cuando menos,se le haya permitido optar por "el menos antipático"de los que se proponen por el ayudante.

También ha contribuido a que se escoja la épocade principio de curso el deseo de que los alumnos

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LA TÉCNICA DE LA DOCUMENTACIÓN EN LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

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aprovechen las oportunidades favorables que se les pre-senten para realizar durante las vacaciones el trabajode documentación. Durante las "extraordinariamenteamplias" Navidades, el estudiante puede dirigirse di-rectamente a las bibliotecas, sin tenerse que cuidarde acudir a la Universidad. En muchos casos puedevisitar fábricas (o consultar a técnicos y empresarios)fuera de Madrid, orientando o complementando la do-cumentación bibliográfica con algunas entrevistas alvolver, durante estas semanas, a vivir con sus fami-liares o paisanos de provincias; merece citarse comocuriosidad el trabajo de un alumno que, en este curso1954-55, y tratando de estudiar las dificultades prác-ticas para su aplicación que presenta la reciente Leyde Concentración parcelaria, ha podido en esas vaca-ciones de Navidad realizar, con sesenta y siete labra-dores riojanos, una encuesta que preparó para darsentido realista a este trabajo. Se hace coincidir la fe-cha de entrega del "trabajo de fin de curso" con losexámenes parciales de Semana Santa, cuyos resultadosno se comunican sino a quienes ya lo han entregado;ante la perspectiva de perder los esfuerzos realizadospara buscar la documentación y para asistir a las cla-ses, la inmensa mayoría presenta el trabajo a tiempo,dedicando, si es preciso, algunas horas de la SemanaSanta para rematar y dar fin a su obra.

Con todo lo dicho ya, queda claramente delimitadala época de las diversas operaciones y fases de la en-señanza de la documentación, que no hay necesidadde trazar uno de los gráficos de planning típicos, parala programación cronológica, en los estudios de orga-nización científica del trabajo. Pero todavía se con-creta y delimita más la época de estas actividades, sitenemos en cuenta un último pero no menos impor-tante elemento la situación psicológica del alumno enlas diversas épocas del curso.

Son casi inútiles las explicaciones sobre documenta-ción que precedan inmediatamente a las épocas deexámenes parciales o finales; en ellas, además, es laúnica ocasión en que "el alumno normal" se decide areconocer su ignorancia de algo relacionado con Polí-tica Económica, pidiendo aclaración sobre algunos pun-tos oscuros que--así lo teme—deberá desarrollar en elexamen.

A partir de abril los alumnos viven pendientes de larapidez que la mayor parte de los profesores, por mie-do de no poder exponer todo el programa, dan a susexplicaciones; esto aparte de que por esas fechas se per-catan los estudiantes de su especial abandono en algu-nas asignaturas y procuran ir "recuperando lo no es-tudiado" antes que se convoquen los exámenes finales.

Los tibios y soleados días de otoño y primavera ma-drileños no invitan precisamente (v menos a estos uni-versitarios) a encerrarse en las bibliotecas para adqui-rir conocimientos que puedan perfectamente "dejarsepara mejor ocasión". Quedan, por tanto, los mesesque van desde noviembre hasta abril como los másindicados para ir repartiendo las actividades de docu-mentación que hemos señalado. Y como normas parallevarlas a efecto señalaremos: procurar reducir lasdificultades en la realización del trabajo de documen-tación y darle un carácter "obligatorio para fechafija", exigiéndolo para la aprobación del examen finalde curso y de algunos "exámenes parciales" previos.

Is70 ES POSIBLE ENSEÑAR LA TÉCNICA DE LA DO -

CUMENTACIÓN DE UNA MANERA MÁS SENCILLA?

Es probable que una buena parte de los lectores sehayan hecho ya varias veces la pregunta que encabezaeste epígrafe al ir leyendo los párrafos precedentes.Desde luego, en otras asignaturas no tan relacionadascon la evolución de la tecnología, la sociología y lavida política, esta necesidad de adquirir documenta-ción es menor, según indicaremos más adelante, yquizá podrá satisfacerse de un modo más sencillo.

Es este aspecto de la "simplificación de tareas" unode los más importantes en todo estudio de organiza-ción de cualquier género de actividades y, por ello,agradeceríamos mucho cualquier observación que, eneste sentido, se nos haga. Pero juzgamos conveniente,para una mayor eficacia de estas sugerencias, indicarlos procedimientos de simplificación, que hemos re-chazado a priori por no estimarlos compatibles conel criterio desinteresado y entusiasta que debe presi-dir toda función docente, y aquellos otros métodosque se han ensayado, pero que se abandonaron pordisminuir notablemente la eficacia en cuanto a losresultados obtenidos.

Sin duda, todos los posibles procedimientos de sim-plificación quedan comprendidos en dos géneros: losmétodos que disminuyen el esfuerzo del profesor ylos que reducen el esfuerzo requerido a los alumnos.Analizaremos ahora el aspecto del "menor esfuerzopara el profesor", y en sucesivos epígrafes, con ayudade experiencias de años precedentes, examinaremos laposibilidad de reducir el tiempo y esfuerzo que dedi-quen los alumnos al aprendizaje de la técnica de ladocumentación.

Es muy sencillo, para cualquier catedrático, exigirterminante y tajantemente a todos los alumnos un"trabajo de fin de curso" con determinadas caracte-rísticas en cuanto a número de páginas, cantidad degrabados, índices y bibliografía, abandonando al es-

tudiante a sus propios medios e iniciativa para quealcance el nivel señalado; estaría, además, justificadoen una asignatura como Política Económica, en quees preciso comprobar que el alumno sabe realizar in-formes y trabajos prácticos aplicando los conceptos asi-milados durante el curso. Puede añadirse, incluso, quecontribuiría a combatir esa "atonía"—o inercia e in-diferencia ante los problemas trascendentales y las ac-tividades que sólo conducen a la formación generaldel universitario—con que se ha caracterizado a losestudiantes de hoy por asociaciones religiosas, patrió-ticas y culturales de sumo prestigio.

Pero, sin negar esa "atonía" que se manifiesta enel gran número de "estudiantes" que no acuden alas aulas y llenan los cines o bares y salas de recreo,no puede olvidarse que el nivel exigido en los exáme-nes, los programas muy sobrecargados (en particularantes de pasarse en la Facultad de Economía al plande cinco cursos) y la falta de textos o apuntes exigían,en ese tercer año de licenciatura, un considerable tra-bajo del alumno que pretendiese simplemente "apro-bar" en todas las asignaturas.

El alumno que intentase desarrollar un trabajo ex-

tenso de Política Económica o tuviese que buscar al-guna documentación según sus propios medios e ini-ciativa, emplearía un esfuerzo casi semejante al nece-

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REVISTA DE EDUCACIÓN

sano en una tesis doctoral para preparar un estudiomuy mediocre de Economía aplicada. Los estudiantescon buenas relaciones sociales o suficiente malicia selimitarían a reproducir trabajos inéditos de empresasu organismos oficiales e, incluso, transcribirían publi-caciones poco conocidas. Estimamos que, en la mejorde las hipótesis, se valdrían de estas amistades per-sonales para averiguar directamente la concreta docu-mentación que podía serles útil para el tema, peroque, en ningún caso, los parientes o conocidos delalumno le facilitarían los conocimientos generales so-bre documentación que debe poseer el economista.Tampoco bastaría indicarles algunos libros que reco-jan estos conocimientos, ya que ni siquiera obras tanvaliosas y asequibles como Organización del trabajointelectual, de Chavigny, o Cómo utilizar una biblio-teca, de Lasso de la Vega, permiten ser asimiladasrápidamente, y no facilitan tampoco, inmediata y di-rectamente, todo lo necesario para dominar aquellaparte de la técnica de la documentación que debeconocer el economista de hoy.

LA SIMPLIFICACIÓN MÁXIMA: ENSEÑAR

LA ASIGNATURA SIN QUE SEA PRECISO

AL ALUMNO BUSCAR DOCUMENTACIÓN

Aun cuando se exija un "trabajo de fin de curso",no es indispensable enseñar a los alumnos a buscar ladocumentación. Este fué el criterio que adoptamos enel curso 1952-1953, que fué el primero de los cur-sos en que se dió carácter obligatorio a ese trabajo de"aplicación a un problema de política económica es-pañola de los conceptos explicados en la asignatura".

A los escasos alumnos que manifestaron deseo dededicarse a un tema concreto, se les indicó qué re-vistas debían consultar, señalándoles cuáles de ellasse recibían en la biblioteca de la misma Facultad deCiencias Políticas y Económicas y en qué Centros delectura más asequibles podían encontrar las restantes.Pudimos realizar esta labor con bastante facilidad,gracias al curso de Metodología Económica y FuentesBibliográficas, que figuraba como asignatura volun-taria en el primitivo plan de la Facultad y que ex-plicó don José Vergara, y a la afición personal porestos conocimientos, que nos llevó a leer obras sobreestas materias y a ampliar los informes recopilados conla reseña completa de otras veinte revistas españolas.Sin embargo, para orientar con eficacia a los alum-nos, nos vimos obligados a ampliar de nuevo el fiche-ro de publicaciones españolas; en especial hubimosde ponernos al día en lo referente a las cada vezmás pujantes publicaciones sindicales, labor para laque el Servicio de Información y Publicaciones de laDelegación Nacional de Sindicatos nos prestó eficazapoyo.

En cuanto a los alumnos que no indicaron porpropia iniciativa ningún tema para su trabajo, se lesdi6 a escoger entre una serie de ellos que figurabanen la Revista Sindical de Estadistica y que ofrecíanparticular importancia. Hemos de agradecer aquí laayuda de la Redacción de la misma para seleccionarlos temas más indicados y la generosidad de la Di-rección, que hizo donación de veinticinco ejemplares,escogidos de diversos números de esta publicación,para que fuesen entregados a los alumnos como base

para realizar el "trabajo de fin de curso". Aunqueestos artículos contenían ya los datos suficientes parapoder realizar el trabajo, se indicaron también a estosalumnos las publicaciones que podían servirles decomplemento y que eran asequibles, esto es, que serecibían con regularidad en la Hemeroteca Munici-pal, Cámara de Comercio, Biblioteca Nacional o bi-blioteca de la Facultad.

Con este sistema, el ayudante de Clases Prácticas seve forzado a conocer las principales bibliotecas y amanejar la bibliografía relacionada con su especiali-dad; pero esto, aparte de contribuir a su formaciónprofesional, sólo supone un esfuerzo considerable enel primero o los dos primeros años que siga este mé-todo.

Pero un sistema tan cómodo para los alumnos esel menos conveniente para ellos. En los primeros añosen que llevé estas Clases Prácticas, el "trabajo de finde curso" tenía carácter voluntario, y la comprobaciónde que se habían asimilado los conceptos se realizabahaciéndolos aplicar, por escrito, en comentarios a no-ticias de actualidad, o por preguntas preparadas paraello. El motivo principal por el que en el curso 1952-1953 se die, carácter obligatorio al "trabajo de fin decurso" fué el de haberse cambiado por completo lascaracterísticas del grupo: en vez de ser, como en añosanteriores, una simple aglomeración de todos aquelloscuyo apellido comenzaba por determinadas letras delalfabeto, pasó a constituir una colectividad selecta for-mada por todos aquellos que, al no tener pendienteninguna asignatura de cursos anteriores, iban muyprobablemente a terminar la licenciatura en el plazode un año. Ahora bien: era suficiente que estosalumnos supiesen aplicar los conceptos de la asigna-tura, suponiendo que se les facilitasen la documenta-ción y los datos necesarios para el problema que hayande informar el día de mañana en el ejercicio de laprofesión? Es seguro que en la mayoría de los casos nole será facilitada la documentación al economista porlas empresas privadas o departamentos de la Adminis-tración pública que soliciten sus informes; a los hom-bres de acción no se les puede decir (por el ingenieroo el economista): "He estudiado esto", sino que espreciso afirmar con el lenguaje de los hechos: "Puedoserle útil; basta que usted me indique los problemas;yo los estudiaré a fondo, evitándole muchos quebra-deros de cabeza, y le presentaré las posibles solucio-nes, con todas sus consecuencias, para que ustedelija."

LA OPINIÓN DE LOS ALUMNOS SOBRE EL

APRENDIZAJE DE LA DOCUMENTACIÓN Y

LA POSIBILIDAD DE QUE LO REALICEN SIN

VIGILANCIA NI OBLIGATORIEDAD

Entre las diez preguntas que se formularon a losalumnos al terminar el curso 1952-1953, acerca de susopiniones sobre los procedimientos y normas adopta-dos para llevar las Clases Prácticas de Política Eco-nómica y sus posibilidades de mejorar en años veni-deros, una de ellas se refería a la utilidad que creíanpodía obtenerse de los "trabajos de fin de curso" yla oportunidad de que, con esta ocasión, se facilitasena los alumnos de años venideros algunas nocionesprácticas sobre documentación. Casi un setenta por

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LA rgCNICA DE LA DOCUMENTACIóN EN LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS 19

ciento consideraron importante que se facilitasen en-señanzas sobre documentación, aunque un treinta porciento (o sea algo menos de la mitad de ellos) hicie-ron la reserva de que existía la dificultad de la es-casez de tiempo disponible. Del treinta por cientoque consideraban debía omitirse todo trabajo de do-cumentación, las dos terceras partes aludieron única-mente a la "falta de tiempo" como justificante de estecriterio negativo. Hemos escogido tres de las respues-tas favorables, que son expresivas y aportan intere-santes sugerencias:

"Deben durar las encuestas (comentarios y opinio-nes sobre temas de actualidad: pregunta anterior delcuestionario) hasta final de febrero, y de ahí en ade-lante dedicar las Clases Prácticas a orientar el modode hacer un informe o una monografía, en detalle."

"Los trabajos de aplicación son interesantes desdeel punto de vista de que se familiariza uno con lostrabajos, indudablemente necesarios para el día demañana, y para conocer actividades (económicas) im-portantes. Sin embargo, es preferible hacerlos en elprimer trimestre del curso, y a lo más, en el segundo,pero NUNCA en el tercer trimestre, por agobio detiempo."

"Caso de tener tiempo, son muy interesantes lostrabajos propuestos (temas de los mismos), como loserían muchos otros. En unos por tener que aplicarconocimientos que obligan a consultar libros, o bienexigen acostumbrarse a circular y manejarse por bi-bliotecas, sindicatos, etc., cosa más que útil."

Hemos transcrito estas tres respuestas por cuantoque hacen referencia a varias de las afirmaciones quehacemos en este trabajo; pero lo importante en estaindagación de la opinión de los alumnos son los por-centajes que hemos indicado, ya que las muestrasreunían los requisitos que exigen la Estadística y latécnica de las encuestas para poder obtener conclu-siones válidas.

Las varias referencias que hemos hecho al empleode la Estadística y del sistema de encuestas nos mue-ven a hacer constar que sólo sobre determinadas ma-terias y en determinadas circunstancias consideramosaxiomático e/ aforismo vox populi, voz Dei; hastael punto de que, seguramente, hubiésemos enseñadoalgo sobre documentación en años venideros, aunquelos alumnos del curso 1952-1953 hubiesen dado untestimonio desfavorable y opuesto a estas actividades.Pero, en cualquier caso, es sabido que no se puededirigir con acierto la actividad de un grupo humano(llámese empresa o Clase Práctica) sin conocer laspersonales opiniones de los subordinados acerca de laforma ideal de desarrollarla. Por ejemplo, esta en-cuesta nos indicó que en el curso 1953-1954 las acti-vidades para aprender documentación debían quitar elmenor tiempo posible a los alumnos y habían de ter-minar antes del tercer trimestre.

El afán de dirigirles a la biblioteca más indicadapara cada trabajo nos llevó, en el curso 1953-1954, aconfeccionar una lista completa de todas las bibliote-cas de Madrid que poseen fondos útiles para el estu-dio de la Economía, Tecnología industrial o agrícolay demás disciplinas afines con la Política Económica,señalando especialmente las que habían adoptado yala clasificación decimal universal en sus ficheros. Unavez más recibirnos, para esto, el apoyo y orientación

incondicionales de don Justo García Morales, jefe delServicio de Información y Documentación de la Bi-blioteca Nacional. El conocimiento de las condicionesestablecidas para utilizar las bibliotecas contribuyótambién a evitar pérdidas de tiempo a los alumnos.

En dicho curso 1953-1954 se dieron ya tres leccio-nes sobre documentación, comprendiendo los temasque en el curso 1954-1955 hemos expuesto y antes seindicaron.

Se ensayó el procedimiento de permitir a cuatroalumnos que en lugar de presentar un trabajo sobrePolítica Económica, lo hicieran sobre "La Bibliografíaen la Política Económica", debiendo presentar unarelación de las obras que de aquellos grupos de laclasificación decimal universal más relacionados conla asignatura encontrasen en determinadas bibliotecas.Posteriormente hemos comprobado que es preferiblelimitar esta labor de exploración a dos o tres subgru-pos de dicha clasificación (precisamente aquellos másrelacionados con el "trabajo de fin de curso") e im-poner este ejercicio en forma obligatoria.

E! resultado, poco brillante, de este procedimientopuramente persuasivo nos llevó a la conclusión de queera imprescindible vigilar y orientar la parte activade la enseñanza de la documentación, tal como se hahecho en el presente curso 1954-1955. Las respuestasa la encuesta de final de curso—en la que se dedica-ron dos preguntas a las opiniones sobre el aprendi-zaje de la documentación--acusaron el efecto de nues-tras explicaciones y encomios sobre estas enseñanzas,ya que eran más expresivas y unánimes que las delaño precedente, que antes consignamos. Pero, de todasformas, en el año siguiente hemos impuesto con ca-rácter obligatorio el ejercicio de "enseñanza activa" dela documentación, aunque, según expusimos, cuidan-do de evitar las pérdidas inútiles de tiempo o esfuer-zo. Porque en esta materia, más que en otras muchas,es aplicable lo de video ~llora proboque: deteriorasequor.

¿PUEDEN OBTENERSE DE ESTAS EXPERIENCIAS

CONCLUSIONES VÁLIDAS PARA OTRAS ASIGNATU-

RAS, FACULTADES O CENTROS UNIVERSITARIOS?

Ya hemos indicado que los alumnos con los quese han obtenido estas experiencias formaban un gru-po selecto por su madurez y voluntad de trabajo.Disponían—a pocos metros de las aulas y con facili-dades para utilizarla—de una biblioteca cuidadosamen-te ordenada sobre materias de su especialidad, y die-ron las respuestas a los cuestionarios en condicionesque ofrecen las máximas garantías de objetividad. Labuena calidad de esta muestra estadística no nos per-mite, sin embargo, obtener conclusiones que se ex-tiendan más allá de unos años (piénsese, por ejemplo,en la reciente reforma de la Enseñanza Media), yel material estadístico utilizado no nos permitiría ob-tener tampoco un conocimiento inductivo de lo quesucede en otras Facultades o Distritos Universitarios.Nos consta, por diversos informes de tipo personal,que la enseñanza de la documentación debería ini-ciarse o intensificarse en la ma por parte de los Cen-tros de Enseñanza Superior españoles; pero no de-searíamos hacer generalizaciones sin poseer mejor ymás completa información.

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Lo que, desde luego, consideramos conveniente ad-vertir con insistencia es que, tanto en el programa delcursillo como en el sistema de "enseñanza activa", elmétodo adoptado habrá de ser sensiblemente dife-rente para el que trate de formar sobre documenta-ción a los alumnos de asignaturas en que predomineel conocimiento de tipo histórico.

Es innegable que en todo libro o documento el valordel mismo como instrumento de investigación o ele-mento básico para el estudio está notablemente afec-tado por la fecha en que se redactó e imprimió elejemplar que examine el estudioso. Pero así como enlos problemas de Filosofía o ciencias puras importamucho conocer los textos originales de antiguos maes-tros (que presentan las ideas en forma más clara omás apta para sugerir fecundos desarrollos de los mis-mas) y en los estudios de tipo histórico tiene mayorvalor aquel documento que, por su fecha más cercanaal hecho que se reseña, puede contener informes másfidedignos o significativos, en las ciencias aplicadasson las publicaciones de fecha más reciente las másútiles e importantes. En las ciencias aplicadas, los últi-mos manuales o tratados suelen presentar la teoríaen forma más completa, sistemática y adaptada a lasnecesidades habituales y actuales de aplicación que lostextos precedentes, recogiendo, sin embargo, todo lorealmente útil que aquéllos contenían. Esta sólida ycada vez más perfecta base teórica y la gran cantidadde investigadores que a estas ciencias se dedican danocasión a que, continuamente, surjan nuevas aplica-ciones y se perfeccionen los antiguos métodos, por loque es imprescindible conocer los artículos de revistas,ponencias de congresos científicos o técnicos y bole-tines informativos de las principales instituciones na-cionales y extranjeras dedicadas a cada especialidad.Este es un problema acuciante para el ingeniero, elgeólogo, el arquitecto, el licenciado en Farmacia, elquímico, el militar, el pedagogo, el veterinario oel médico, pero es quizá mayor para el economistaque, sobre la sólida base científica construida por lasescuelas de Cambridge y de Lausana, ha de ir colo-cando tanto los firmes avances que cada año logranlos estudios deductivos sobre dinámica económicacomo las eficaces teorías elaboradas por los estudiosempíricos de organización y administración de em-presas.

Pero, además, hemos de tener presente las peculia-res características de la Política Económica que, tanacertadamente, ha expuesto Walker en su obra De laTeoría Económica a la Política Económica. Quéjansealgunos buenos pedagogos de que los distintos planesde enseñanza que han seguido los alumnos que aellos llegan en cada promoción (o las distintas orien-taciones que se introducen en los cursos venideros) lesfuerzan, cada año, a modificar su plan de enseñanza;muchos abogados se lamentan de los continuos cam-bios de la legislación que deben aplicar, y muchosarquitectos, artistas o literatos reniegan porque el ve-leidoso público concede su favor a otras corrientes ar-tísticas presentadas por los innovadores. El economis-ta, además de todos los cambios tecnológicos en laorganización o métodos (que le preocupan a él tantoo más que al químico o al ingeniero), ha de contar,como el pedagogo, con que se alterará el nivel deeducación en las nuevas promociones de operarios;

debe lamentarse con el abogado de que probablemen-te cambiará el régimen laboral o legal de su negocioen plazo breve, y también son suyas las preocupacio-nes del artista o arquitecto por los cambios en los gus-tos y preferencias del público. Aunque esto no suceda,para poner el más sencillo de los casos, es probable,sin embargo, que aumente la población o que se distri-buya de modo distinto sobre el territorio nacional yque se alteren el comercio exterior y el valor de lamoneda o de algunos precios.

No sería posible manejar tantos datos e informa-ciones a no ser porque el ámbito de los problemas dela industria o Servicio público en que cada econo-mista ejerza sus actividades es sólo afectado por al-gunas de esas posibles alteraciones y, sobre todo, por-que la zona geográfica que le interesa estudiar sereduce a una determinada región y, a lo sumo, a lasque gozan de parecidas o algo más avanzadas carac-terísticas, en cuanto a estructura económica (en sunación y en algunos países semejantes a ella). Enesto los ingenieros, médicos o químicos se encuentrancon mayor dificultad, ya que los ensayos en cualquierlaboratorio o clínica del mundo pueden serles de graninterés práctico, mientras que el buen economista sólodebe atender a los países que no son demasiado dife-rentes de aquel en que actúa.

En suma: que en todas las ciencias aplicadas sedeja sentir una gran necesidad de saber seleccionar laspublicaciones más recientes y con mayor valor cien-tífico.

CONCLUSIÓN: TAREA URGENTE Y DE

IMPORTANCIA PARA LA FORMACIÓN

DEL UNIVERSITARIO

Ningún ayudante o adjunto de la Universidad po-drá alegar que resulta difícil hacer una encuesta porescrito entre los alumnos de uno o varios grupos delas Clases Prácticas que dirija. La parte mecánica decopia de las respuestas puede eliminarse, bastandopara ello poner cuidado en que las respuestas venganescritas con claridad y utilicen tan sólo una sola ca-rilla del papel (con lo que resulta sencillo recortarlasy agruparlas). El orden, el número de las preguntas yla forma de redactarlas requerirían algunas instruc-ciones más detalladas a quien prepare la encuesta,pero el buen sentido es suficiente para confeccionarun cuestionario bastante aceptable. Sobre todo, cree-mos que, por mal que estuviesen redactados los cues-tionarios, aparecería de forma indudable que los uni-versitarios actuales no han tenido ocasión de adquirirnociones claras sobre la técnica de la documentación.

Quedó indicado, en las líneas con que se inicia estetrabajo, que no llegaban a un veinte por ciento elnúmero de los alumnos del grupo de Clases Prácticasmencionado que, al iniciarse el curso 1954-1955, te-nían idea clara de lo que es un catálogo-diccionarioen una biblioteca. Lo más grave no es esto, sino quemás de la mitad de esos alumnos no tenían ningunaidea de qué cosa pudiera significar esa denominacióny que, en el treinta por ciento que considerábamos"algo orientados" sobre la pregunta, las respuestas fue-ron tan vagas e imprecisas como "el lugar donde seencuentran las obras de todo" o "una estructuración

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de las diversas fichas de libros". Más de un setentapor ciento ignoraba lo que significa "signatura topo-gráfica" de una ficha en una biblioteca, y uno la de-finió como "aquellas señales y signos que nos permi-ten conocer la Topografía" (i ...!). No creemos quepueda aceptarse que solamente dos alumnos hubieranmanejado repertorios de legislación actual (el Aran-zadi, en concreto) y que, para obtener una informa-ción inicial rápida o sobre detalles técnicos, no su-piesen, en su sesenta y cinco por ciento, acudir a otraenciclopedia que al diccionario Espasa.

El manejo inteligente de las enciclo pedias, libros orevistas técnicas y el traslado de los conocimientos ad-quiridos a notas o ficheros ordenados son las princi-pales herramientas de muchos trabajadores intelectua-les; aunque con notable pérdida de tiempo y tras va-rios años de observar a un "maestro consagrado", es-tos estudiantes de Clases Prácticas se verán obligadosa adquirir dichos conocimientos generales de docu-mentación a lo largo de su especialización profesional,aunque probablemente lo harán de forma incompletay muy imperfecta.

Puede que algunos "hombres situados" se resistan,más o menos subconscientemente, a entregar a los no-veles ese "secreto profesional" que los encumbra y per-mite mantener su prestigio. Pero aun cuando admitié-semos un sistema de formación "gremial" y lento de"maestros oficiales" en la investigación científica apli-cada, nos parece indispensable que todos los universi-tarios actuales adquieran los conocimientos sobre do-cumentación que les permitan ilustrarse en todas lasramas del saber. Sea por medio de la clasificación de-cimal universal o por el manejo de las fuentes ge-nerales de documentación, es preciso que los "univer-sitarios" puedan iniciarse en una "universalidad" decriterios; hay que huir de las deformaciones de unaexagerada especialización que reduzca el saber a "com-partimientos estancos" y, por lo mismo que el estu-diante de hoy dispone de muy poco tiempo para estalabor imprescindible, es más necesario que sepa acu-dir a los extractos y reseñas que pueden orientarlecon garantías de acierto y facilitarle, además, la pos-terior lectura de escogidos autores o de las obras dedivulgación o iniciación cultural más indicadas.