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INFORMACION EXTRANJERA La «telescuola», un ejemplo de la televisión educativa en Italia HENRY R. CASSIRER Miembro de la Secretaria de la Unesco* En Italia, sólo veinticinco de cada cien niños están matriculados en las Escuelas medias (primer ciclo de Enseñanza secundaria), destinadas a niños de once a catorce años. Muchos alumnos abandonan sus estu- dios ario tras ario, de tal manera que sólo dos de esos cien estudiantes terminan su carrera universitaria. Esta situación, que pusieron de relieve las investiga- ciones emprendidas por encargo del Parlamento ita- liano y las estadísticas compiladas por el Ministerio de Educación, demuestra la urgencia de proporcionar mayores oportunidades de educación. El punto más débil del sistema escolar italiano pa- rece ser el de la Enseñanza media, donde el abandono de los estudios alcanza su nivel más alto. En esa fase de la enseñanza, la situación más crítica es la de las Escuelas profesionales o preprofesionales, en que se dispensa a los niños de catorce años un tipo de ense- ñanza general y profesional que les permitirá llegar a ser miembros útiles de la sociedad. En la encuesta realizada por encargo del Parlamento italiano se esti- mó que más de 700.000 jóvenes de catorce a veintiún años de edad no tenían ningún oficio, llegándose a la conclusión de que era ésta una de las causas princi- pales del desempleo. Se puso en evidencia la estrecha relación que existe entre la falta de formación y el desempleo, lo cual confirma la urgente necesidad de proporcionar mayores posibilidades de educación a los niños que están en edad de asistir a las Escuelas medias. En muchas ciudades y comunidades pequeñas no existen Escuelas medias. A los niños les resulta mate- rialmente imposible continuar su educación después de haber asistido a la Escuela primaria, a menos que dejen sus hogares y se trasladen a centros urbanos. Por consiguiente, el Gobierno italiano preparó un vasto plan para ampliar las posibilidades de educación en ese nivel de enseñanza. En primer lugar, se trata de desarrollar la enseñanza en las escuelas que dis- pensan una formación profesional. Sin embargo, la ejecución de dicho plan llevará un tiempo conside- rable. Entre tanto, debe tratarse por todos los medios de remediar lo más rápidamente posible la situación, a fin de evitar que nuevas generaciones de alumnos se agreguen a la masa de los jóvenes que carecen de empleo y de formación. Por consiguiente, en 1958, la televisión italiana decidió cooperar con el Ministerio de Educación mediante el programa llamado Teles- cuola, que consiste en el curso completo de enseñanza que normalmente se dispensa en las Escuelas medias. (*) REVISTA DE EDUCACIÓN agradece a la Secretaria de la Unesco su autorización para publicar, en versión es- pañola, el presente trabajo de Cassirer. Hasta ahora, el Telescuola ha sido el proyecto más importante en que se combina la televisión y la ense- ñanza por correspondencia. Los dirigentes de Teles- cuola saben que la televisión se verá frente a obs- táculos considerables al tratar de cumplir con las fun- ciones que desempeña la Escuela media. Estiman que ese proyecto es sólo una medida de carácter urgente y que no está destinado a suplantar la creación de escuelas públicas. Una vez resueltos esos problemas al ejecutar los planes gubernamentales, se orientará la televisión hacia otras necesidades y se la utilizará para completar y ampliar la enseñanza que se dis- pensa en todo tipo de escuela y universidad. Por el momento, sin embargo, se trata únicamente de satis- facer las necesidades más urgentes de las Escuelas medias. ORGANIZACION Y ANTECEDENTES DE LA TELEVISION PARA LAS ESCUELAS En Italia, la televisión depende exclusivamente de la Radio Televisione Italiana (RAI). Emite progra- mas para todo el país, y en 1959 llegó hasta una gran parte de la población a través de un millón de recep- tores. La mayoría del público presencia los progra- mas en cafés, teleclubs y otros lugares donde se reci- ben los programas en forma colectiva. La RAI inició su primer experimento de televisión escolar en 1954, transmitiendo siete series de progra- mas para las Escuelas medias, seis para las Escuelas secundarias y un programa de religión apropiado para ambas. Dichos programas estaban destinados a com- pletar la enseñanza de las escuelas públicas y a am- pliar el aprendizaje de las materias que se incluyen normalmente en los planes de estudio. En 1955 se rea- lizó un segundo ciclo de cuatro emisiones, que trata- ban de la historia de la industria italiana desde 1870 hasta la fecha. Después de quedar claramente puesta de relieve la crítica situación de la enseñanza, la RAI propuso al Ministerio de Educación que se organizara el progra- ma llamado Telescuola, que comenzó a emitirse el 25 de noviembre de 1958. La RAI proporciona los servicios técnicos y paga todos los gastos a razón de ciento veinte millones de liras (192.000 dólares) por ario escolar y por clase. En 1958-59 se gastó dicha suma para transmitir por Telescuola los cursos co- rrespondientes a la primera clase de la Escuela media. En 1959-60, Telescuola emitió programas para la pri- mera y segunda clase, y en 1960-61 y arios subsiguien- tes se proyecta transmitir programas para las tres

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INFORMACION EXTRANJERA

La «telescuola»,un ejemplo de la televisión educativaen ItaliaHENRY R. CASSIRER

Miembro de la Secretaria de la Unesco*

En Italia, sólo veinticinco de cada cien niños estánmatriculados en las Escuelas medias (primer ciclo deEnseñanza secundaria), destinadas a niños de oncea catorce años. Muchos alumnos abandonan sus estu-dios ario tras ario, de tal manera que sólo dos de esoscien estudiantes terminan su carrera universitaria.Esta situación, que pusieron de relieve las investiga-ciones emprendidas por encargo del Parlamento ita-liano y las estadísticas compiladas por el Ministeriode Educación, demuestra la urgencia de proporcionarmayores oportunidades de educación.

El punto más débil del sistema escolar italiano pa-rece ser el de la Enseñanza media, donde el abandonode los estudios alcanza su nivel más alto. En esa fasede la enseñanza, la situación más crítica es la de lasEscuelas profesionales o preprofesionales, en que sedispensa a los niños de catorce años un tipo de ense-ñanza general y profesional que les permitirá llegara ser miembros útiles de la sociedad. En la encuestarealizada por encargo del Parlamento italiano se esti-mó que más de 700.000 jóvenes de catorce a veintiúnaños de edad no tenían ningún oficio, llegándose a laconclusión de que era ésta una de las causas princi-pales del desempleo. Se puso en evidencia la estrecharelación que existe entre la falta de formación y eldesempleo, lo cual confirma la urgente necesidad deproporcionar mayores posibilidades de educación a losniños que están en edad de asistir a las Escuelasmedias.

En muchas ciudades y comunidades pequeñas noexisten Escuelas medias. A los niños les resulta mate-rialmente imposible continuar su educación despuésde haber asistido a la Escuela primaria, a menos quedejen sus hogares y se trasladen a centros urbanos.Por consiguiente, el Gobierno italiano preparó unvasto plan para ampliar las posibilidades de educaciónen ese nivel de enseñanza. En primer lugar, se tratade desarrollar la enseñanza en las escuelas que dis-pensan una formación profesional. Sin embargo, laejecución de dicho plan llevará un tiempo conside-rable. Entre tanto, debe tratarse por todos los mediosde remediar lo más rápidamente posible la situación,a fin de evitar que nuevas generaciones de alumnosse agreguen a la masa de los jóvenes que carecen deempleo y de formación. Por consiguiente, en 1958, latelevisión italiana decidió cooperar con el Ministeriode Educación mediante el programa llamado Teles-cuola, que consiste en el curso completo de enseñanzaque normalmente se dispensa en las Escuelas medias.

(*) REVISTA DE EDUCACIÓN agradece a la Secretaria dela Unesco su autorización para publicar, en versión es-pañola, el presente trabajo de Cassirer.

Hasta ahora, el Telescuola ha sido el proyecto másimportante en que se combina la televisión y la ense-ñanza por correspondencia. Los dirigentes de Teles-cuola saben que la televisión se verá frente a obs-táculos considerables al tratar de cumplir con las fun-ciones que desempeña la Escuela media. Estiman queese proyecto es sólo una medida de carácter urgentey que no está destinado a suplantar la creación deescuelas públicas. Una vez resueltos esos problemas alejecutar los planes gubernamentales, se orientará latelevisión hacia otras necesidades y se la utilizarápara completar y ampliar la enseñanza que se dis-pensa en todo tipo de escuela y universidad. Por elmomento, sin embargo, se trata únicamente de satis-facer las necesidades más urgentes de las Escuelasmedias.

ORGANIZACIONY ANTECEDENTES DE LA TELEVISIONPARA LAS ESCUELAS

En Italia, la televisión depende exclusivamente dela Radio Televisione Italiana (RAI). Emite progra-mas para todo el país, y en 1959 llegó hasta una granparte de la población a través de un millón de recep-tores. La mayoría del público presencia los progra-mas en cafés, teleclubs y otros lugares donde se reci-ben los programas en forma colectiva.

La RAI inició su primer experimento de televisiónescolar en 1954, transmitiendo siete series de progra-mas para las Escuelas medias, seis para las Escuelassecundarias y un programa de religión apropiado paraambas. Dichos programas estaban destinados a com-pletar la enseñanza de las escuelas públicas y a am-pliar el aprendizaje de las materias que se incluyennormalmente en los planes de estudio. En 1955 se rea-lizó un segundo ciclo de cuatro emisiones, que trata-ban de la historia de la industria italiana desde 1870hasta la fecha.

Después de quedar claramente puesta de relieve lacrítica situación de la enseñanza, la RAI propuso alMinisterio de Educación que se organizara el progra-ma llamado Telescuola, que comenzó a emitirse el25 de noviembre de 1958. La RAI proporciona losservicios técnicos y paga todos los gastos a razón deciento veinte millones de liras (192.000 dólares) porario escolar y por clase. En 1958-59 se gastó dichasuma para transmitir por Telescuola los cursos co-rrespondientes a la primera clase de la Escuela media.En 1959-60, Telescuola emitió programas para la pri-mera y segunda clase, y en 1960-61 y arios subsiguien-tes se proyecta transmitir programas para las tres

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139 . XLVIII LA eTELESCUOLA», EJEMPLO DE LA TELEVISION EDUCATIVA EN ITALIA

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clases, de tal manera que el gasto anual total ascen-derá a 360 millones de liras.

La fiscalización de la enseñanza que se da por Te-lescuola está a cargo de un inspector del Ministeriode Educación. El personal docente fue escogido entreprofesores de escuelas italianas, que continúan ense-riando en sus aulas a la vez que consagran parte desu tiempo a Telescuola. Fuera del numeroso personaladministrativo y técnico, Telescuola cuenta con nueveprofesores para las clases televisadas, asistidos por ungran número de profesores auxiliares cuya funciónconsiste en corregir los deberes de los estudiantes quesiguen los telecursos y contestar a las preguntas quese formulan por correspondencia.

Por lo general, los programas de Telescuola se reci-ben en grupo, organizándose puntos de recepción oposti d'ascolto. Para preparar la creación de esos pun-tos de recepción se enviaron circulares a los centrosoficiales, instituciones del Estado y organizaciones nogubernamentales, así como a las organizaciones deproductores agrícolas, asociaciones de servicios socia-les e instituciones de fomento de diversas regiones delpaís. El Ministerio de Trabajo pidió asimismo a losCentros de Formación Profesional y a otros organis-mos locales que colaboraran en la organización de lospuntos de recepción. En las circulares se sugería quelas salas destinadas a tal objeto deberían tener capa-cidad para un mínimo de diez alumnos. Un coordi-nador o instructor se encargaría de cada punto derecepción, en particular para verificar la asistencia,mantener la disciplina y presentar informes periódi-cos sobre la labor de los alumnos a la sede de Teles-cuola en Roma. Si el instructor tiene la preparaciónsuficiente, puede ayudar a los alumnos a realizar sustareas, responder a las preguntas y corregir los tra-bajos de los alumnos. Cuando no está suficientementepreparado, se ocupa de que las tareas de los alumnosse envíen a la sede de Telescuola, donde se les corrigey se les devuelve al punto de recepción.

La personalidad del instructor y el interés que pongaen su trabajo son de importancia capital. Como enlos Estados Unidos, donde se observó que la eficaciade la enseñanza por televisión depende en gran partede la actitud que con relación a dicho medio adoptael maestro de la clase ; la experiencia en Italia demos-tró que la personalidad del instructor tiene una in-fluencia decisiva en la labor realizada por el grupoque sigue los programas. «Repetidas veces hemos te-nido oportunidad de observar que el provecho quesacan los alumnos de los programas de Telescuolaestá en proporción directa con el interés y la educa-ción del instructor», declaran los organizadores. «Porconsiguiente, no establecemos normas uniformes paranuestros puntos de recepción y creemos que cuandose sigue el programa de televisión en grupo se pro-porciona una oportunidad de expresión personal tantoa los instructores como a los alumnos.

Al comenzar el segundo ario escolar en 1959 habíaunos 2.000 puntos de recepción situados, sobre todoen las regiones rurales de Italia, cada uno de los cua-les agrupaba de quince a veinte alumnos. Además, secontaba con un público importante que seguía losprogramas en sus hogares, así como en fábricas, hos-pitales, prisiones y otros lugares donde se había orga-nizado la recepción de los programas en forma regu-lar. Esas personas también tienen derecho a enviarsus tareas a la sede para que sean corregidas, de talmanera que puedan aprovechar la enseñanza de Te-lescuola. Se calculaba que seguían los cursos de Te-lescuola entre 50.000 y 100.000 alumnos, pero es difícilcalcular el número exacto, porque muchos de ellosenvían sus deberes en forma muy irregular.

Otro indicio que revela el número de alumnos quesiguen regularmente los cursos es la venta de unos65.000 ejemplares de los libros de texto que corres-pondían a los cursos. Se calculó que más de un millónde personas siguen uno o varios de los cursos deTelescuola. Aunque los programas se reciben tambiénen un número reducido de Escuelas medias, los tele-cursos están destinados esencialmente a los niños queno pueden asistir a ellas.

Asimismo, muchos adultos aprovechan esta oportu-nidad de recibir educación. Más del 70 por 100 de losespectadores de Telescuola habían terminado los estu-dios primarios hacía largo tiempo, y muchos de ellosreanudaron el aprendizaje diez o veinte arios despuésde haber dejado la escuela. Algunos ni siquiera po-seen el certificado de aptitud de la Escuela primaria,que por lo general se otorga a los diez años de edadaproximadamente. Sin embargo, se les autoriza a pa-sar exámenes al final de cada ario de formación pre-profesionai o a presentarse al examen por el que seotorga el diploma de fin de estudios, si tienen por lomenos catorce años de edad. Destinada en un prin-cipio a los niños, Telescuola se ha convertido así enun elemento de la enseñanza regular de los adultosy es seguida por personas de todas las edades y for-maciones, incluso un estudiante de noventa arios, alque se ha dado el sobrenombre de el abuelo de Teles-cuola.

En 1958-59, los programas de Telescuola se trans-mitían seis días por semana, de lunes a sábado, delas catorce a las quince diez, divididos en dos clasesde media hora, con un intervalo de diez minutos.Cuando en 1960-61 se añadan los programas destina-dos al segundo y tercer ario de la Escuela media, setransmitirán en total tres horas y media de progra-mas. Por el momento, estas emisiones se transmitenpor una sola red nacional de la RAI. Si, como seprevé, se crea una segunda red que tranmitirá prin-cipalmente programas culturales, se espera que Teles-cuola podrá ser transmitida a horas más apropiadaspara los alumnos que siguen estos cursos.

PROGRAMAS

Las principales materias abarcadas por Telescuolafueron : italiano, historia, geografía, instrucción cívi-ca, matemáticas, observación científica y francés. Paramuchas de estas materias se transmitían dos emisio-nes de media hora por semana. Además, se transmi-tían cursos de menor duración, por lo general de diezminutos, para algunas materias, tales como religión,dibujo industrial, carpintería, economía doméstica, ca-ligrafía y gimnasia.

Un teleprofesor, que es también autor de los librosde texto correspondientes a los telecursos, preparalos programas y los presenta. Se trata sobre todo deofrecer programas tomados directamente de la reali-dad, aunque también se utiliza todo tipo de auxiliarvisual, desde la representación de escenas (por ejem-plo, a fin de crear un ambiente típico para una clasede francés) hasta las demostraciones, películas, grá-ficos y fotografías. Si bien no puede negarse la impor-tancia de esos auxiliares visuales, especialmente delas películas, por lo general los profesores completanla lección con explicaciones para que el espectadorpueda entender y retener mejor las informaciones.Cualquiera que sea el valor de las películas y de lasfotografías que se utilizan en la emisión, el elementomás importante, según se estima en Italia, siguesiendo la personalidad del profesor.

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Las diferencias fundamentales que existen entre lasdiversas provincias de Italia plantean un problemaparticular para la producción de Telescuola. Los inte-reses y antecedentes culturales e históricos difierenenormemente del Norte al Sur, como asi también lalengua hablada. En general, el personal docente hablael dialecto de los alumnos y puede explicarles las ca-racterísticas regionales. Sin embargo, el programa detelevisión, que se emite para todo el país desde Roma,tropieza con obstaculos considerables, particularmenteen las regiones del sur de Italia, porque a los alum-nos les resulta difícil comprender al teleprofesor, yporque a menudo las materias guardan muy poca re-lación con las cuestiones que interesan al alumno. Estees uno de los problemas derivados de que la televisiónactúa en un solo sentido, sin contacto entre el maestroy el alumno.

Otro de los inconvenientes de la televisión es que losalumnos no pueden hacer preguntas en el momento.Para prever muchas de las preguntas que podríanquerer hacer los alumnos se hace participar a cinconiños en el programa. Dichos niños siguen los cursosen el estudio y se les selecciona de tal manera querepresenten un promedio de la edad y de la inteli-gencia del alumno corriente que sigue las clases portelevisión. Constituyen un elemento muy útil para laTelescuola. Los productores de los programas tienenparticular cuidado en insistir en que el profesor debeexponer su lección mirando directamente hacia lacámara —es decir, hacia los espectadores— y no haciael grupo del estudio, de tal manera que el alumnoque sigue la lección televisada tenga la impresión deque el maestro se dirige a él personalmente. Sin em-bargo, los cinco alumnos que están en el estudio par-ticipan en diversos aspectos de la clase. Pueden hacerpreguntas sobre los puntos que no han comprendidoy discutir con el profesor los problemas que se pre-sentan en las lecciones de historia o de geografía.Se les hace pasar al pizarrón para que desarrollenfórmulas matemáticas o escriban los puntos esencia-les de la lección, y todos ellos participan activamenteen las clases de francés. Cuando la materia lo exige,por ejemplo la literatura, también se incluyen entre-vistas con diversas personalidades en el curso de laslecciones.

Una razón más para incluir en los programas uncurso para niños, contrariamente a la práctica usualde la mayoría de los servicios de televisión, es que enItalia los telespectadores no están en las salas declase. Los productores de Telescuola tratan de crearpara niños el ambiente escolar que falta en los cen-tros locales de recepción.

Para mantener un contacto constante entre los pro-ductores de los programas y los espectadores, unequipo ambulante llamado telesquadra visita perió-dicamente los grupos de alumnos de toda Italia. Losinformes que presenta a la sede se basan en entre-vistas a los instructores y a los alumnos, y en lasimpresiones obtenidas al asistir a la recepción y altrabajo de continuación de la lección televisada. Te-lesquadra filma asimismo películas que dan a conoceral público en general la labor de los grupos que siguenlos cursos.

Otro de los medios de que se sirve Telescuola paraobtener informaciones sobre los grupos de alumnosson las hojas de matrículas, que el instructor adjuntaa su informe mensual. En ellas anota la asistencia decada alumno y las notas que ha obtenido en cada ma-teria. Una vez por semana se selecciona al azar entrediversos grupos a dos o tres de los mejores alumnos,y se les invita a acudir a Roma, por lo general consu instructor. En Roma, los productores de los pro-

gramas cambian impresiones con los niños y sueleninvitarlos a que aparezcan en los programas.

La más importante fuente de información sobre lainfluencia de los programas de Telescuola en la ense-ñanza la constituyen las tareas que se envían regu-larmente a la sede Esas tareas no sólo dan una ideade la labor que realiza cada alumno en su punto derecepción, sino también de los resultados alcanzadospor los espectadores que siguen el curso en sus casaso en otros lugares sin contar con la ayuda del ins-tructor. Para corregir esas tareas y contestar a lasnumerosas preguntas que se hacen se necesita un per-sonal considerable de profesores y secretarios. Se haestimado que el profesor que trabaja para Telescuoladespués de haber dictado sus cursos regulares en unaescuela, puede corregir hasta cien ejercicios de losalumnos por semana. Se calcula que si esos profeso-res trabajaran únicamente para Telescuola podríancorregir por lo menos cuatrocientos ejercicios por se-mana.

REPERCUSION Y RESULTADOS

Gracias a la televisión, los profesores más compe-tentes pueden entrar en contacto con los alumnos detodo el país, por muy lejos que estén de los centrosurbanos, mediante lecciones en que se cuenta conuna variedad mucho más amplia de ilustraciones yejemplos que en los cursos que se dictan corriente-mente en las aulas. Esta es la principal ventaja de latelevisión, según estiman los organizadores de los pro-gramas italianos. Sin embargo, cabe poner de relieveque la mayoría de las lecciones televisadas tienencomo base una presentación oral del profesor, mien-tras el aspecto puramente visual de la televisión sólose utiliza como medio auxiliar. El mayor inconve-niente de la televisión es la falta de contacto per-sonal entre el educador y el alumno. Esta es una delas razones por las que muchos profesores italianosmanifestaron en un principio gran escepticismo y has-ta antagonismo con relación a Telescuola. Pero enel breve período de experiencia se ha demostrado cla-ramente que el alumno que sigue los cursos de Teles-cuola no está obligado a ser únicamente un especta-dor pasivo que estudia sin orientación alguna.

El principal objetivo de Telescuola consiste en des-arrollar la personalidad y el trabajo independientedel alumno En geografía e historia, por ejemplo, sepide a los alumnos que realicen investigaciones en elmedio ambiente que les es propio. Se les invita a es-tudiar su región, la historia de sus familias o de sualdea, método que resulta particularmente apropiadodada la importancia del regionalismo italiano a que sealudió más arriba. De esa manera se estimula la inicia-tiva de los alumnos y se suscita un interés sin prece-dentes por la importancia del pasado. «Cuando se dancuenta de que la historia es la vida de sus padres, lavida de sus hermanos, que la histbria es su propia vida,la vida que ellos mismos viven día tras día, se llegaa una fase en que se supera su indiferencia. En esemomento sienten que están participando en el cursoininterrumpido de la historia humana, y comienzana interesarse por la forma en que se producen losacontecimientos (1).

Se puede decir que la televisión constituye un es-tímulo para la actividad intelectual del alumno. Elniño que se inscribe voluntariamente en los telecur-

(1) Informe da la RAI a la Unesco, Departamento deInformación, en respuesta a un cuestionario, 1959

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139 . XLVIII LA UNIVERSIDAD EN LA INVESTIGACION CIENTIFICA EN BELGICA [831 83

sos es por lo general más activo que el alumno dela escuela, y realiza con más esmero sus tareas. Lalección televisada tiene un carácter más concentradoy coherente que la enseñanza escolar corriente. No sepierde tiempo en verificar la asistencia, en examinarlas tareas que los alumnos realizan en sus casas, enhacer repetir las palabras nuevas a cada estudiantepor separado. Todo esto se hace después de la emi-sión. Por consiguiente, puede considerarse que unalección televisada de media hora de duración equivalea una o dos horas de clase en una escuela.

Aún es demasiado pronto para evaluar los resulta-dos de Telescuola tomando como base el trabajo delos alumnos en los exámenes. Sólo después de haberterminado los cursos correspondientes a los tres añosse pide a los alumnos que se inscriban para pasar elexamen por el que obtendrán su diploma, aunque siasi lo desean pueden pasar exámenes intermedios cadaario. Al final del primer ario de emisiones, unos 1.000a 2.000 alumnos se inscribieron para el examen, idén-tico al que pasan los alumnos de las escuelas medias.Los resultados obtenidos por los alumnos que seguíanlos telecursos fueron prácticamente los mismos quelos de los otros alumnos : el 30 por 100 de ellos que-dó aprobado en todas las materias, el 50 por 100 noobtuvo la calificación suficiente en algunas materias,mientras un 20 por 100 fué suspendido en todas lasmaterias. Pero no es posible sacar una conclusiónde los resultados dada la reciente aplicación de ese

medio de enseñanza, el número relativamente redu-cido de los alumnos que se incribió para los exáme-nes y el hecho de que la inscripción se hizo en formavoluntaria.

Después de un comienzo tan alentador, los organi-zadores de Telescuola estudian la posibilidad de am-pliar los programas. Actualmente, los cursos sólo abar-can la parte correspondiente a la enseñanza indus-trial en las Escuelas medias. Es probable que en lospróximos arios se dictarán asimismo las materias co-rrespondientes a la otra parte de la enseñanza, enque se dispensa una formación preprofesional en ma-teria de agricultura y comercio.

Una característica enteramente nueva de Telescuolaserá su empleo para la alfabetización de los adultos,ya que todavía son numerosos los hombres y mujeres,sobre todo en las zonas rurales de la Italia meridio-nal. que no dominan las técnicas de la lectura y dela escritura.

Demostrada la utilidad de la televisión como mediode enseñanza, los educadores examinan asimismo laposibilidad de utilizar la televisión en circuito cerra-do, particularmente para la enseñanza superior dematerias tales como medicina y física. En opiniónde los que lograron convertir a Telescuola en un ele-mento tan importante de la enseñanza en Italia, «latelevisión ocupará en lo futuro el primer lugar entrelos medios complementarios de enseñanzas en las es-cuelas».

Nueva cooperaciónde la Universidad en la investigacióncientífica en Bélgica

LA COMISION NACIONAL DE CIENCIAS

El Gobierno belga creó en 1957 una Comisión Na-cional de Ciencias, a la que fué encomendada la mi-sión de estudiar y proponer las medidas urgentes re-queridas para evitar que el país se encuentre en unfuturo próximo en una posición desfavorable respec-to a su nivel de desarrollo tecnológico frente a lasdemás naciones que forman parte de la llamada Pe-queña Europa. A inquietudes similares respondió lacreación posterior, en Bélgica, de un Ministerio deAsuntos Culturales (Ministère des Affaires Culturel-les), cuyo titular es en la actualidad M. Harmel, yque ha venido dedicándose primordialmente al fo-mento de la investigación científica, recurriendo a losmás diversos medios.

En el informe presentado el 12 de enero de 1959por el Rey Leopoldo al Gobierno belga se hacia re-ferencia a las conclusiones principales a que ha lle-gado la citada Comisión, de la que es presidente elpropio Monarca. En ellas se prevé la adopción peren-toria de las dos siguientes medidas :

1.a Creación de un Comité Ministerial Permanentepara la investigación científica.

2.a Creación de un Consejo Nacional de PolíticaCientífica, integrado por representantes de la Ense-ñanza superior, los organismos científicos más impor-tantes y las «fuerzas vivas» económicas y sociales delpaís. El Consejo mantendrá al día un inventario gene-ral de todo el material de investigación existente enlas Universidades, Laboratorios y otros establecimien-tos científicos belgas ; propondrá la distribución delas inversiones destinadas por el Estado para sufragarla labor de investigación a desarrollar en el ejercicioeconómico siguiente ; informará sobre los resultadosobtenidos a este respecto en el año precedente, y es-tudiará, por último, las bases para la estructuración deun amplio plan nacional de política científica. El Con-sejo Nacional Belga de Política Científica gozará deuna cierta autonomía jurídica con el fin de que puedacumplir su misión asesora según su propio criterio,no influido desfavorablemente por injerencias ni in-tereses ajenos.

La Comisión de Ciencias belga ha recomendado, porotra parte, que se preste mayor atención al fomentodel desarrollo científico y tecnológico del territorio delCongo. Sugiere con este fin que la metrópoli apoyefinancieramente al Congo y Ruanda Urundi para lamejora de sus establecimientos de enseñanza superior