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    La tempestad del Renacimiento.Shakespeare y la experiencia colonial del Renacimiento tardo

    Malena Lpez PalmeroResumen

    Este trabajo se propone considerar, en forma dialogada, los elementos de La

    Tempestad y del relato de viajes de Strachey que contribuyen a crear el marco deinterpretaciones tardo renacentistas sobre la experiencia colonial europea. Se trata dedemostrar que La Tempestad aport una mirada ambigua sobre el proceso de colonizacin,ya que articul los discursos que legitimaban el predominio europeo en Ultramar con losdiscursos crticos respecto de ese nuevo orden. Ambas perspectivas, majestuosamenteentrelazadas en la palabra de Shakespeare, interpelaban a un clima cultural de incertidumbrey crisis de los valores del Renacimiento, en tiempos de la Inglaterra jacobina, lo que se ilustraaqu en la idea de tempestad del Renacimiento.Abstract La Tempestad del Renacimiento examines the elements that, present in both TheTempest and Stracheys voyage of discovery, have contributed to the creation of Late-Renaissance interpretation on Europes colonial expansion. The present work suggests thatThe Tempestpresents an ambiguous outlook on the process of colonization, as it articulatesspeeches legitimating European supremacy overseas with critical approches regarding thenewly created order. Both viewpoints, mastefully connected in Shakespeares word, shouldalso be regarded as the product of cultural uncertainty. The crisis of Renaissance values intimes of James I is thus portrayed in the idea of La Tempestad del Renacimiento.

    Introduccin

    La Tempestad, de William Shakespeare[1], ha sido una obra emblemtica en lo queconcierne al choque cultural que acompa al proceso de conquista imperial de la EuropaModerna. La obra fue presentada en el Palacio de Whitehall, ante la corte de Jacobo, el 1 denoviembre de 1611, y nuevamente en el invierno de 1612 y 1613, como parte de los festejosde la boda de la princesa Elizabeth. En La Tempestad, Shakespeare entrelaz tpicos dediverso tenor las intrigas de poder, el amor, la magia, la otredad- en el marco de una isla casidesierta y accidentalmente poblada por europeos. Los ltimos en arribar a la isla imaginadapor el dramaturgo son sobrevivientes de un naufragio.

    Para la creacin del argumento, Shakespeare se inspir en el relato verdico delnaufragio de la embarcacinSea Adventure, en costas de las Islas Bermudas, en 1609. ElSeaAdventure era uno de los nueve buques de la Compaa de Virginia que, al mando de SirThomas Gates, se diriga a Jamestown, Virginia, con el objetivo de reforzar el reciente yprecario asentamiento colonial, por entonces gobernado por el Capitn Smith. Entre lospasajeros del barco se encontraban Sir Thomas Gates, quien haba sido designado gobernadoren reemplazo de Smith, el Almirante Sir George Somers y William Strachey, accionista ysecretario de la compaa. Una vez en Virginia, este ltimo escribi, en un relato tituladoVerdadero relato del naufragio y redencin del caballero Sir Thomas Gates[2], laexperiencia del naufragio, la estada en Bermudas, el arribo a Virginia y el orden marcial allestablecido. Una vez que retorn a Inglaterra, en julio de 1610, Strachey dio a conocer sumanuscrito en forma de carta, dirigida a una noble dama, cuya identidad permanece en lassombras hasta el da de hoy. Lo cierto y ms trascendente acerca de este relato es que sulectura motiv a Shakespeare a escribirLa Tempestad[3]. Este trabajo se propone considerar, en forma dialogada, los elementos de LaTempestad y del relato de Strachey que contribuyen a crear el marco de interpretaciones

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    El motn de Hopkins termin con un proceso de arrestos, declaraciones,arrepentimientos y, finalmente, con el perdn del gobernador. Sin embargo, no se logr lapacificacin de Bermudas, sino que el conflicto continu, y de manera ms crtica. Hubo untercer motn, cuyo lder fue un noble llamado Henry Paine, quien organiz un asalto alalmacn general para proveer a los rebeldes de armas y fue castigado con la pena capital.Asimismo, fue notable que un miembro de alto rango de la compaa como Sir GeorgeSomers, haya apaado a un grupo de rebeldes que, para evitar embarcarse con destino aVirginia, se intern en el bosque[8].

    De manera anloga, una crisis de autoridad se desata en La Tempestad, cuando alinicio de la obra, en medio de la tormenta que antecede al naufragio, el contramaestre desafa,en una mezcla de esperanza, desilusin y miseria, toda autoridad constituida. El marinoimparte rdenes en la emergencia, a lo que Gonzalo le replica que recuerde a quien tiene abordo, en una clara alusin a las dignidades que viajan en el barco. Desafiante, elcontramaestre responde: A nadie al que yo quiera ms que a m.

    Asimismo, en la isla de Prspero los personajes de alto rango van construyendoespacios de poder, lo cual se manifiesta en las traiciones y conspiraciones. Sebastin, elhermano del rey de Npoles, intenta matar a su hermano para quedarse con el reinado, talcomo haba hecho Antonio, hermano de Prspero, con el Ducado de Miln. As, le dice

    Sebastin a Antonio:Tu caso, amigo mo,Va a ser mi precedente; como hiciste en Miln,Voy a hacer yo con Npoles.[9]Stephen Greenblatt[10]demuestra el enlace entre la conspiracin de estos nobles de

    Shakespeare con la rebelin de Henry Paine, expuesta por Strachey, con la salvedad de queen La Tempestad el ataque a la autoridad es mucho ms dramtico. La conspiracin deSebastin no est dirigida contra una autoridad contractual, como es el caso del gobernador

    Gates, sino contra un orden moral y natural, ya que se subvierte el lazo ms primario, que esel de la sangre.[11]La resistencia a la autoridad tambin se reproduce en el grupo de los subordinados.

    Estfano, el mayordomo borracho, convierte al bufn en su vasallo y a Caliban en sbdito, ypara sellar el rito de autoridad, Estfano los hace arrodillar, jurar y besar su botella. Tambincon el objetivo de trazar puentes literarios entre el texto de Strachey y La Tempestad,Charles Mills Gayley[12]remarc la coincidencia entre los nombres de pila de los personajesrebeldes: Stephen Hopkins y Estfano, respectivamente. Si Hopkins era un noble, culto ypuritano, Estfano era vulgar, borracho y pendenciero, lo cual demostraba, segn Gayley, queShakespeare siempre ridiculiz a lo anrquico, a la vez que mantena sus simpatas por lasextravagancias el puritanismo.[13]

    Un juicio como ste no puede ser refrendado o criticado sin caer en la mismaespeculacin interpretativa que lo sostiene. No obstante, se puede afirmar que la cuestin dela crisis de la autoridad est enfticamente instalada por Shakespeare. Si ste ridiculiz loselementos de insubordinacin en general, tambin propuso elementos farsescos sobre lasjerarquas polticas y sus prcticas. La parodia de Estfano del rito vasalltico puede ser ledacomo un elemento de crtica respecto al orden poltico y social de su tiempo.

    Como se seal arriba, el relato verdico de Strachey contribuye a crear la imagen deuna autoridad legtima, basada en el rango, la instruccin y la observancia religiosa. EnBermudas la autoridad y el orden se reforzaban a travs de los sermones:

    Durante nuestro tiempo de residencia en esas islas nosotros tenamos cada domingodos sermones, predicados por nuestro Ministro, adems de todas las maanas y las tardes, altair de la campana [...] los nombres de la compaa entera eran llamados por lista, y as comoestuviesen ausentes, eran debidamente castigados[14].

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    Asimismo, la tarea de Prspero, a travs de toda la obra, consiste en reconstituir elorden, basndose en los principios del rango y la virtud. Si bien Prspero consigue susobjetivos gracias al despliegue de sus artes mgicas, Shakespeare no presenta la restauracindel orden en un marco de exaltacin y felicidad, sino que, por el contrario, tie al final de unanotable melancola. Volveremos sobre este punto hacia el final del trabajo, pero por ahora nosinteresa resaltar que la crisis de autoridad ha sido debidamente instalada, tanto en los hechosreales de Bermudas como en la ficcin del dramaturgo, lo cual fue, indudablemente, un signode su tiempo.

    Peter Linebaugh y Marcus Rediker[15]recientemente han analizado ambos relatoscon el objetivo de sealar los aspectos contradictorios y conflictivos que acompaaron elsurgimiento del capitalismo y de la economa global moderna en el marco de la expansinimperialista europea sobre Ultramar. Para los autores, el naufragio y la rebelin, como tpicoscentrales del relato, no constituyen un episodio de la grandeza y la gloria martimas deInglaterra, ni un ejemplo de lucha heroica por la libertad religiosa, aunque tanto los marineroscomo los radicales religiosos desempearon un papel esencial. () Es necesariamente unahistoria sobre el desarraigo y el desplazamiento de pueblos, la creacin y el desplieguetransatlntico de mano de obra. Es un ejemplo de la explotacin y de la resistencia a laexplotacin, un ejemplo de cmo se utilizara `la savia de los cuerpos.[16]

    Para analizar la colonizacin, entonces, los autores centran su mirada en los de abajoy consideran la transferencia, de Europa hacia Amrica, de una manera diferente al enfoquetradicional. Segn su singular propuesta, no se trata tanto de la transferencia de elementoscivilizadores la cultura, las instituciones- como de los mtodos de resistencia a esacivilizacin. Se transfieren a Amrica los mtodos de resistencia poltica y social. Brotan, de lamano de los europeos relegados, trabajadores, marineros, convictos, expropiados,aspiraciones de un nuevo orden y medios alternativos de subsistencia. Es decir, lasdespiadadas contradicciones que emanan de un capitalismo en construccin, se extrapolan alNuevo Mundo en la bsqueda de un orden emancipatorio. Son estas aspiraciones y su rebeldedinmica, entonces, lo que permiten la transferencia de los violentos mtodos de

    disciplinamiento social de la Metrpoli.A los ojos de Strachey, el disciplinamiento era sinnimo de virtud, ya sea porque seimparta desde el oficio religioso, o porque las autoridades eran dignidades incuestionables.Del gobernador deca que era solcito y cuidadoso, cuyo ejemplo y autoridad podan culpar yordenar sobre nuestra gente.[17] Gates fue indulgente con Hopkins luego de que stedemostrara su arrepentimiento, pero fue inflexible con Paine, quien haba pronunciado surebelda con injurias y blasfemias:

    El mencionado Paine replic con una arraigada violencia, en tan irreverentes trminos

    que ofenderan demasiado al modesto odo como para expresarlo aqu con sus propiaspalabras (), que el gobernador no encontr autoridad para justificar acciones de esanaturaleza () Nuestro gobernador, que tena los ojos enteros de la compaa fijos sobre l, loconden a la horca instantneamente.[18]

    La Tempestadcontiene, asimismo, un episodio de intolerancia semejante. En la escenade la tormenta mencionada anteriormente, luego de que el contramaestre desafiara aGonzalo, ste le dice a los nobles:

    Gran consuelo me da este compaero. Me parece que no tiene signos de vaya a

    ahogarse: Tiene el tipo perfecto para la horca. Encargaos, Fortuna bondadosa, de que loahorquen. Haz que la cuerda del destino suyo sea nuestro cable. Si no naci para ser

    ahorcado, nuestro caso es signo de lstima.[19]

    Linebaugh y Rediker han interpretado este pasaje como una acentuacin del discursode disciplinamiento de clases, lo cual es plausible si tenemos en cuenta que se corresponde conla intolerancia y el tenor de los castigos de la poca. Ello consta en las crnicas de

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    Holinshed[20], de las que se vali Shakespeare para componer su saga sobre la historiainglesa. En el captulo de las diversas clases de castigos aplicados a los delincuentes hay unaexplcita mencin al colgamiento, que vala para todos aquellos que cometan traicin. Para losque cometan felona, homicidio, violacin o piratera, el colgamiento quedaba sujeto a su clasesocial.[21]No obstante, ello no es prueba suficiente para demostrar que Shakespeare sostenaun discurso a favor del orden en general, o del colonialismo en particular. El siguienteapartado brinda elementos que permiten complejizar esta cuestin.

    Discursos y lecturas sobre el orden colonialLa Tempestad fue la primera obra de teatro ingls que represent a un personaje

    indgena, aunque la trascendencia de su libreto es la de proponer el triunfo de la civilizacineuropea, encarnada en la supremaca de Prspero, sobre el otro americano, personificadopor Caliban, quien queda sometido a la dominacin y maltrato del colonizador. As reprochaCaliban a Prspero:

    Por Sycorax, mi madre, me pertenece esta isla, Y t me la arrebatas. Al llegar me tratabas

    Con respeto y caricias; incluso solas darme Agua con bayas dentro, y ensearme los nombres De la luz que es ms grande y de la ms pequea Que alumbran da y noche. Te amaba y te mostr Todas las cualidades de aqu, las fuentes frescas Y los pozos salobres, lo estril y lo frtil. Me maldigo por eso! Que todos los hechizos De Sycorax, murcilagos, sapos y escarabajos, Os caigan! Pues soy todos los sbditos que tienes, Y antes era mi rey; y aqu t me acovachas

    En esta roca dura, mientras me haces a un lado De lo dems de la isla[22].

    El lamento de Caliban remite a la situacin de dominacin entendida en trminosclsicos segn la mirada eurocntrica, donde el salvaje retrocede ante el liderazgo de lacivilizacin. En un primer momento, el dominio es armnico y apunta al progreso, ya que elnativo ofrece su tierra y recursos, a cambio de las maravillas de la cultura occidental. En esteprimer momento, por tanto, Caliban brinda los recursos de la naturaleza mientras Prspero letransmite sus conocimientos de astronoma. Cuando la imposicin de la fuerza y la explotacinse hacen presentes, lo cual es denunciado seguidamente por Caliban, el colonizador legitimasus prcticas subrayando el carcter salvaje del nativo:Prspero:

    Que esclavo mentiroso! El ltigo te mueve, no la bondad! Te di Inmundicia como eres, trato humano y lugar En mi cueva, hasta cuando t intentaste violar El honor de mi nia.Caliban:

    Ja, ja! Lo hubiera hecho. Me lo impediste t; si no habra poblado

    Esta isla con Calbanes.[23]Strachey tambin aport una lectura similar con respecto a los indgenas que

    habitaban la regin de Virginia. Segn su relato, la intencin de Gates era, en primerainstancia, mantener un trato cordial con los indgenas. Esto habra cambiado luego de un

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    ataque a un hombre de Gates, por lo que resolvi el uso de la violencia:Desde su primer arribo a este pas evit por todos los medios cualquier procedimiento

    violento contra ellos, por todas las prcticas villanas con las cuales ellos diariamente ponan enriesgo a nuestros hombres, pensando que era posible, a travs de un curso ms tratable, parahacerles ganar una mejor condicin: pero ahora, estando asustado por esto [el ataque], l bienpercibi cun poco incidi el justo y noble trato sobre la disposicin de los brbaros, quefinalmente propuso en cierta medida, tomar revancha.[24]

    La justificacin del dominio como respuesta al salvajismo se evidencia tanto en el relato

    imaginado por Shakespeare como en el verdico de Strachey, aunque no son ms queresonancias del discurso ms frreamente arraigado de la civilizacin occidental. Comosostiene Urs Bitterli[25], la antinomia salvaje civilizado puede remontarse entre losantiguos griegos y romanos, que consideraban brbaros a escitas y germanos,respectivamente. En el Medioevo, se aplic el concepto contra trtaros y, fundamentalmente,mahometanos, mientras que en Renacimiento podemos ver a Petrarca descalificando a suscontemporneos francos y germanos por su rudeza e incultura. Con el descubrimiento ycolonizacin de Ultramar, el uso de los conceptos salvaje o brbaro, se generalizaron como

    dominio simblico del europeo. Bitterli entiende que en esos conceptos radica la esencia deletnocentrismo, el cual quedaba cristalizado en la exclusin del hombre extico y de su inslitaforma de vida, basndose en el prejuicio, la parcialidad, y sobre todo, la conciencia de la propiasuperioridad.[26] EnLa Tempestad, el prototipo del salvaje, cumple con todo el significante clsico deltrmino: Caliban, adems de su clara alusin al trmino canbal, es rudo, grosero, obtuso,taimado, bestial y disoluto. Carece de ley y orden en su vida. La rplica de Miranda as lomanifiesta:

    Esclavo repugnante,

    El bien jams podr dejar en ti una marca, Eres capaz de todo mal! Me apiad de ti, Me esforzaba en que hablaras, te ense a todas horas Esto y aquello. Cuando no sabas, salvaje, Ni lo que t queras decir, y cacareabas Como un bruto, dot tu intencin de palabras Para hacerte entender. Pero en tu raza vil, Aunque aprendiste, haba lo que naturalezas Buenas no admitiran; de manera que fuiste Confinado a esta roca por tus mritos propios, Y habras merecido mucho ms que prisin.[27]

    La expresin de Miranda sugiere que la dominacin es legtima porque es portadora decivilizacin. En este punto, se hacen presentes algunas reminiscencias de las Dcadas delNuevo Mundo, del cronista oficial del emperador Carlos V, Pedro Mrtir de Anglera[28].ste brind un aporte destacado en lo que luego se constituy como la Leyenda Negra de lacolonizacin de Amrica, describiendo que los indios de La Espaola eran felices porqueviven desnudos, sin pesas, sin medidas y, sobre todo, sin el mortfero dinero en unaverdadera edad de oro, sin jueces calumniosos y sin libros[29]. No obstante, otra lecturaposible de este argumento es que, al interpretar a la conquista de Amrica como la inscripcinde la cultura occidental sobre una tbula rasa, Pedro Mrtir tambin admita que slo la

    discrecin del colonizador bastaba para dejar una virtuosa impronta entre los amerindios. Diversos autores se han apoyado en la caracterizacin de shakesperiana de Calibancomo un ser monstruoso, en la utilizacin de conceptos peyorativos y el nfasis que puso eldramaturgo en la demarcacin cultural, para concluir que ste esgrima un discurso a favordel colonialismo.

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    Segn Ronald Takaki[30], para los espectadores, Caliban representaba lo quelos europeos haban sido cuando ellos estaban ms abajo en la escala del desarrollo. Para sercivilizados, ellos crean, requeran de [] la represin de las fuerzas instintivas de lanaturaleza humana. La personificacin del hombre civilizado, Prspero, se identificaba con lamente ms que con el cuerpo. Su epistemologa descansaba en lo visual ms que en lo tctil yen el conocimiento de los libros ms que en el poliforme conocimiento de la experiencia. [...]Desgarrado, Prspero fue capaz de separar su racionalidad de su parte sensorial y todo lo queCaliban representaba, para as alcanzar la autoridad sobre el otro.[31]

    La lectura antiimperialista de Caliban fue primeramente esgrimida por John Wain[32],quien consider a Caliban como smbolo de la gente explotada de todos los lugares [33]. Enesta misma lnea, el poeta y ensayista cubano, Roberto Fernndez Retamar[34], utiliz elconcepto metfora de Caliban para referirse a los condenados por el imperialismo: Nuestrosmbolo no es pues Ariel, como pens Rod, sino Calibn. Esto es algo que vemos conparticular nitidez los mestizos que habitamos estas mismas islas donde vivi Calibn.Prspero invadi las islas, mat a nuestros antepasados, esclaviz a Calibn y le ense suidioma para poder entenderse con l: qu otra cosa puede hacer Calibn sino utilizar esemismo idioma para maldecidlo, para desear que caiga sobre l la roja plaga? No conozco otrametfora ms acertada de nuestra situacin cultural, de nuestra realidad.[35] Tanto Wain

    como Fernndez Retamar vieron en Caliban el smbolo de rebelda.En las antpodas de este enfoque se encuentra el trabajo de Harold Bloom[36], quienno slo neg cualquier signo de opresin colonial en Caliban, sino que lo consider unpersonaje infantil, con escaso dominio de conciencia, de ninguna manera admirable. Lejos delheroico rebelde que nuestros idelogos acadmicos y teatrales quisieran ahora que fuese,Calibn es una representacin shakespeareana del romance familiar en su aspecto msdesesperado, con un autntico nio cambiado que no puede soportar su condicin dedescastado[37].

    La propuesta de Bloom es, por tanto, una crtica manifiesta a los trabajos que analizanla conexin entre literatura, discursos y prcticas polticas. En este sentido, es una vuelta al

    enfoque ortodoxo, que en trminos generales entiende a la expresin artstica desde adentro,como un campo autnomo, universal e intemporal. En sus palabras: lo que no funciona,pragmticamente, es cualquier modo crtico o teatral que intente asimilar a Shakespeare aunos contextos, ya sean histricos o de aqu y ahora[38]. Si Bloom considera que historizar aShakespeare es mutilarlo, este trabajo intenta demostrar lo contrario. Se trata de recrear loscontextos y los textos que influyeron en la composicin de La Tempestad, de analizar sustpicos y las diferentes lecturas que ofrecen a los que, ms que sacralizar a Shakespeare, seafanan por comprenderlo.

    Para ello, algunos autores han considerado el contexto de produccin de LaTempestad, remarcando los vnculos existentes entre Shakespeare y la Compaa de Virginia.Con la mera pretensin de demostrar la influencia decisiva que ejerci el relato de Stracheysobre Shakespeare, Gayley remarc las relaciones entre ste y lderes del ala liberal delparlamento ingls y a la vez miembros influyente de la Compaa de Virginia, entre los que sedestacaron Edwin Sandys y el conde de Southampton[39]. Adems, not conexiones entrepersonajes que demostraban fluidos intercambios financieros y artsticos- entre la compaacolonizadora y el mbito teatral de Londres. Trabajos ms recientes tambin subrayan estascorrespondencias, aunque, como dice David Kathman[40], algunas de las conexiones entreShakespeare y la Compaa de Virginia sean ms especulativas que otras. Ms arriesgado anes el aporte de Linebaugh y Rediker, puesto que sostienen que Shakespeare invirti comoaccionista en la Compaa, por lo que estaba particularmente interesado en promover elinters por la colonizacin en la clase dirigente inglesa.[41]

    En este sentido, y con el objetivo de dilucidar el carcter de las negociacionesshakespereanas, Greenblatt destac los vnculos existentes entre el mundo del teatro y el dela colonizacin. Primeramente, traz un paralelo entre las prcticas corporativas de laCompaa de Virginia y las de Los Hombres del Rey, la compaa teatral de patronazgo realque tena a Shakespeare como accionista, actor y dramaturgo principal: Encargadas de su

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    propia supervivencia, para atraer inversin de capital y obtener beneficios, ambas compaasdependan de su propia habilidad para vender historias que exciten, interesen y atraigan a losinversionistas.[42]Avanzando un poco ms, y en la misma lnea que haba seguido Gayley,Greenblatt destac la existencia de una amplia red de relaciones que compartan losmiembros de ambas compaas, con el propsito de proponer que la relacin entre la obra ysu supuesta fuente es una relacin entre compaas corporativas, aunque no se tratara deuna relacin contractual directa, sino de un importante nmero de vnculos sociales einstitucionales [que] vinculan a Shakespeare con los accionistas y directores de la compaa

    de Virginia. Desde la crtica literaria, Takaki se propone encontrar las bases culturales histricas dela segregacin racial en Norteamrica, y analiza a la obra de Shakespeare como el prlogopara la racializacin de la dominacin europea. Para ello, recrea el entorno de los primerosaos de colonizacin efectiva en Virginia, cuando an no era un centro productor de tabaco ylas relaciones intertnicas eran pocas y relativamente pacficas. Ello se deba a que los colonosrecurran necesariamente a los intercambios con los nativos como principal fuente desubsistencia. En ese marco, la obra de Shakespeare fue fundamental para definir las fronterasentre la civilizacin y el salvajismo. Aunque entiende que Shakespeare no se propusodeliberadamente instalar el racismo, Takaki sostiene que La Tempestad, como farsa,

    contribuy a la creacin de una nueva sociedad en Amrica: la obra nos invita a ver laexpansin inglesa, no slo como imperialismo, sino tambin como un momento definitorio enla construccin de una identidad angloamericana basada en la raza[43].

    Greenblatt, luego de considerar los elementos de la crisis de autoridad que emergen dela comparacin entre los textos de Strachey y Shakespeare, llega a la conclusin de que losefectos ideolgicos deLa Tempestad son ambiguos. El entramado de utopas, sediciones y elreestablecimiento del orden estaran, segn el autor, deliberadamente dirigido a crearansiedad en el pblico. La ambigedad y la ansiedad no se resuelven en una crticacoherente al discurso colonial, pero funcionan como un desencadenamiento de sus elementospara darle fluidez a esa corriente.[44]

    Este planteo nos lleva a considerar ms de cerca una de las licencias mssobresalientes de Shakespeare respecto al relato de Strachey. ste esgrimi argumentosracionales acerca de la viabilidad del asentamiento en Bermudas:

    ...Yo deseo librar al mundo de un vil y general error: est siendo comentado pormuchos que [Bermudas] no puede ser habitada por hombres, sino que, por el contrario, estentregada a los demonios y malvados espritus, mientras que, en realidad, nosotrosencontramos ahora por experiencia que es tan habitable y cmoda como la mayora de lospases del mismo clima y situacin; de tal modo que, si el acceso fuese tan fcil como el lugaren s mismo, habra sido habitada desde un tiempo atrs, como otras islas. Por lo tanto,demostremos que la verdad es la hija del tiempo y que los hombres no deben negar ningunacosa que no sea sujeta a sus propios sentidos [45].

    Este alegato a la colonizacin contrasta fuertemente con la utopa del personajehumanista de Shakespeare, Gonzalo:

    Si fuera aqu el rey, sabis qu hara yo? (...)En mi comunidad se haran todas las cosasDe la manera inversa. Porque no admitiraNingn tipo de trfico ni de magistratura.Letras, no se sabran. Ricos, pobres, y empleo

    De servidumbre, nada. Contratos, sucesionesDivisiones, fronteras, cultivos, vias, ni uno.Ningn metal, ni granos, tampoco vino, aceite.Ninguna ocupacin: hombres todos ociosos,Y tambin las mujeres, pero castas y puras.

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    Soberanas: nada (...)Todo en comn saldra de la naturalezaSin sudor ni trabajo. Felona, traicin,Pica, espada, cuchillo, can, o cualquier mquina,No tendra jams; pues la naturalezaDara por s misma cosechas y abundanciaPara nutrir a mi inocente pueblo. (...)Mi gobierno sera ms perfecto, seor,

    Que la propia Edad de Oro[46].La referencia a la Edad de Oro de Ovidio se inserta aqu para plantear una utopa que

    superara en virtud a las propias proyecciones de los antiguos. Para Gonzalo no habra divisindel trabajo, ni mercado, ni jurisprudencia, ni burocracia, ni letrados, ni soberana. Gonzalosupona que, sin estado, la explotacin, la guerra, la injusticia y la pobreza no tendranposibilidades de realizacin. Para componer este estado ideal, que paradjicamente era un no-estado, Shakespeare se apoy en la lectura el clebre ensayo de Michel de Montaigne [47],De los Canbales (1580), cuya traduccin estuvo a cargo de un allegado suyo, John Di Florio,en 1603[48]. En la descripcin que Montaigne hizo de los tup de Brasil, pueden verse

    claramente los trazos que ms tarde Shakespeare puso en palabras de Gonzalo:

    No existe ningn tipo de comercio, ningn conocimiento de letras; ninguna ciencia delos nmeros; ningn nombre de magistrado ni de cargo poltico; ninguna costumbre devasallaje, de riqueza o de pobreza; ningn contrato; ninguna sucesin; ningn reparto;ninguna ocupacin que no sea ociosa; ningn respeto de parentesco que no sea comn,ninguna ropa; ninguna agricultura; ningn metal; ningn uso del vino o del trigo Cun lejosde esa perfeccin aparecerisele la repblica que [Platn] imagin![49]

    La virtud de este tipo de organizacin indgena, y de la imaginada por Gonzalo, reside

    justamente en la inexistencia de lo que constituyen los pilares de la civilizacin occidental.Esto ha sido remarcado por aquellos que ven en La Tempestaduna crtica al orden colonial.Como sostiene Wain, podra ser slo un sueo, pero es un sueo reparador y generoso,alojado en un sitio preferido en la mente de un hombre justo.[50]

    Desde un punto de vista contrario, Paul Brown[51], en un ensayo de escasatrascendencia en el mbito acadmico, interpret a la utopa de Gonzalo como la frmula enla cual el colonizado es denigrado, ms an, si esto parece ser simplemente un vagopensamiento de un cortesano abandonado.[52] Segn Brown, esto se debe a que,justamente, el nativo est definido por la negativa, es decir, por la carencia de todos loselementos que hacen a la civilizacin occidental: ley, gobierno, matrimonio, establecimientopermanente, etc. Tal como ocurre con las Dcadas de Pedro Mrtir, el discurso utpicotambin sera un argumento a favor de la misin colonizadora como civilizadora.

    Lo cierto es que, por lo menos en primera instancia, el alegato de Gonzalo se contradicecon los principios del orden burgus en general y colonial en particular, lo cual refuerza el tonoambiguo de toda la obra. Asimismo, existe otro pasaje donde subyace una condena respectode los cimientos de la cultura occidental, ya que Caliban le reprocha a Miranda:

    Me enseaste el lenguaje, y el provecho que obtuve Es que s maldecir. Que te de peste roja Por mostrarme tu idioma![53]

    Al impugnar, en la voz de Caliban, al propio lenguaje del colonizador, el dramaturgointroduce un cuestionamiento acerca de las bases de la superioridad europea. En este puntotambin es crucial la influencia de Montaigne, quien resalt que entre los indgenas

    incluso las palabras que significan mentira, traicin, disimulo, avaricia, envidia,

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    detraccin, perdn, son inauditas!.[54]Las similitudes entre Shakespeare y Montaigne no se agotan en lo meramente

    literario, ya que ambos cuestionaron valores de la sociedad de su tiempo, ms sutil el primero,ms explcito el segundo. El francs analiz al canibalismo de los indgenas, verdaderoparadigma del salvajismo para exaltar las virtudes guerreras de los otros y paracontraponer esa barbarie a otra ms terrible, la de los europeos, envueltos en el marasmode luchas religiosas y conflictos sociales.

    Bien podemos por tanto llamarlos brbaros si consideramos las normas de la razn

    mas no si nos consideramos a nosotros mismos que los superamos en toda clase debarbarie[55].

    Como sostiene Greenblatt, si la utopa de un orden virtuoso y la impugnacin a lacultura europea que se encuentran en La Tempestad son elementos que pueden ser ledoscomo discursos anticolonialistas, y ello se contrapone a la mirada colonialista que encierra lafigura de Caliban o la autoridad colonial de Prspero, Shakespeare encierra una evidenteambigedad que es preciso desentraar.

    Segn lvaro Llosa Sanz[56], la clave se encuentra en el registro literario que adoptaShakespeare. Se trata de una pieza de tragicomedia, que mixtura un argumento trgico conun final feliz, con lo cual no responde ni a la solemnidad trgica ni tampoco a la burla cmica.Esta ambigedad le permite al autor criticar cmodamente a la sociedad y sus valores,aunque sin arriesgarse ideolgicamente como podra suceder con el drama histrico. La explicacin que ofrece Greenblatt se apoya en el recurso estilstico de

    Shakespeare. ste se vale de discursos contradictorios para provocar la ansiedad delpblico que se resuelven, finalmente en el triunfo de Prspero, es decir, delcolonizador. En sus palabras, la ambigua estructura discursiva de la obra pareceapoyar el tipo de autoridad que ejercida en Strachey.[57]

    De manera similar, Brown entiende que la ambigedad discursiva es un riesgoque adopt Shakespeare como recurso argumentativo para sostener un discurso afavor de la colonizacin. Para Brown, entonces, la ambivalencia discursiva de no estanto una reflexin sobre las prcticas coloniales como una deconstruccin del discursooficial. Se tratara de una narrativa que busc armonizar y trascender lasirreconciliables contradicciones discursivas de su poca, en un momento en queimperan las batallas en la produccin de discursos coherentes, adecuados con loscomplejos requerimientos del colonialismo ingls en su fase inicial[58].

    As, vemos que, tanto Greenblatt desde su concepto de ansiedad, como Brown,desde la idea de riesgo, asumen la existencia de elementos de crtica al orden colonialen Shakespeare, aunque se tratara, para ambos, de un recurso del que se vale eldramaturgo para defender el orden colonial. En la misma lnea, Roberto FernndezRetamar dijo que los discursos opuestos el concepto de Caliban y la utopa deGonzalo- son perfectamente conciliables a la hora de considerar lo americano desdeuna mirada imperialista[59].

    Si Shakespeare adhiri al orden colonial, entonces cmo se explica lamelancola con la que Prspero asume la restauracin del orden? O lo que es msconfuso, Por qu pide la indulgencia del pblico por su actuacin en escenario-isla? SiShakespeare quiso hacer un alegato del orden vigente, por qu hace renunciar aPrspero a su magia redentora? No hay elementos del eplogo que demuestren, comodice Llosa Sanz, que se trata de un final feliz. El eplogo, por el contrario, muestran a un

    Prspero culpable, desesperado y, sin su magia, miserablemente humano.Prspero:

    Ya carezco, en tanto,

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    De espritus, del arte del encanto, Y mi fin es la desesperacin, Si es que no me socorre la oracin, Y penetra hasta la piedad ms alta Al punto que libere toda falta. Si por pecados esperis clemencia, Hacedme libre con vuestra indulgencia.[60]

    La magia de PrsperoHasta aqu se ha considerado la cuestin del orden, desde las crisis de autoridad hasta

    los argumentos colonialistas, pasando por los discursos subversivos de Gonzalo y deCaliban. Pero un anlisis deLa Tempestad no sera completo sin un debido tratamiento sobreel tema de la magia, el componente esperanzador por excelencia. La magia de Prspero libera Ariel, permiti un naufragio sin vctimas, evit homicidios y teji el romance entre Miranday Fernando, que seran la encarnacin de una monarqua purificada.

    Eugenio Garn[61] sostiene que la magia era bsicamente un rescate de aquellossaberes y prcticas antiguas que la teologa medieval haba combatido, por lo que se trataba

    de un saber de carcter disruptivo en el Renacimiento. Era una magia que instalaba alhombre en el centro del universo, en tanto manipulacin de las formas y auto creacinhumana. Por ello, afirma el autor, la magia redundaba en una liberacin respecto a laautoridad divina[62].

    En su estudio genealgico sobre el saber occidental, Michel Foucault[63]entendi quela magia era un tipo de conocimiento erudito del Renacimiento. Ello se debe a que, entre elsiglo XVI y mediados del siglo XVII, la semejanza era el criterio del conocimiento porantonomasia, lo cual supona esencialmente correspondencias entre la naturaleza y el cosmosmediante una serie de operaciones intelectuales, tales como la convergencia, la proximidad olejana, la proyeccin, la analoga, y la simpata o antipata entre signos[64]. La magia,

    permita las semejanzas, era inherente a la manera de conocer, y estaba estrechamente ligadaa la erudicin. A partir de la hermenutica aplicada al juego de las semejanzas, puedendevelarse los signos ocultos (y anteriores al lenguaje), aquellas marcas ocultas en lanaturaleza o en el cosmos, para corresponderlos con otros signos y/o sus significantes[65].

    En consonancia con Garn y Foucault, Frances Yates[66]ha entendido a la magia dePrspero como una afirmacin propiamente renacentista, en tanto prefiguracin de la ciencia,sistema intelectual y movimiento moral y de reforma. Todos estos aspectos haban estadopresentes en las empresas misioneras de Giordano Bruno, las cuales tuvieron lugar enInglaterra en los formativos aos de Shakespeare (1582-85).

    A la hora de su destierro, su consejero Gonzalo tom la precaucin de proveerlo devitales herramientas para la supervivencia: sus libros. Se trata, por tanto, de una magiaabocada a fines prcticos, y su misin es reformadora. Es una magia virtuosa, encontraposicin con la brujera o la hechicera sucia, propia del medioevo y que en la obra esla que ejerce Sycorax, la madre de Caliban. Yates adems agrega que el recurso de la magiaes tambin un guio que hace referencia al clima poltico de su tiempo, concibiendo a Prsperocomo una transposicin de John Dee, quien haba sido un matemtico, mago, cabalista yalquimista muy respetado en la poca isabelina. Cuando tuvo lugar el asenso de JacoboEstuardo y la aplicacin de polticas de persecucin y censura, Dee fue reducido a un vulgarcharlatn y conjurador. Ese hostil clima cultural oper como teln de fondo para la invocacinde Shakespeare a la magia reparadora de la poca isabelina. Como dice Yates, Shakespearevolvi a las inspiraciones de su juventud y crey verlas renacer, o esper verlas renacer, en

    una generacin ms joven[67].EnLa Tempestad, la restauracin del poder poltico de Prspero queda sopesada conla prdida de la autoridad espiritual que le confera el dominio de la magia. Ahora bien, dequ manera se vinculan la magia y el discurso colonial? Tanto la magia como la empresa colonial eran transformadoras radicales de la realidad,

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    puesto que ofrecan aventuras, riquezas y gloria. Ambas contenan un caudal deoportunidades. La empresa colonial auspiciaba nuevos productos, nuevos mercados, nuevosvasallos. En la colonizacin del Nuevo Mundo se depositaban las esperanzas imperiales de laelite como as tambin de los lacerados por el sistema capitalista en formacin, de losperseguidos en materia religiosa, de las v ctimas de las pavorosas leyes del estado. Siendo que la incipiente colonizacin de Amrica del Norte daba sobradas muestras defracaso, violencia, miseria, rebelin, desesperanza y muerte, qu tan legtimo era el proyectocolonial? Era acaso menos ilusorio y pasajero que la magia de Prspero?

    En busca de asilo

    A lo largo de este derrotero, que abarc desde Bermudas hasta algn lugarinsular del Mediterrneo, hemos querido ver cmo la literatura de viajes produjo el resto delmundo. Como acertadamente ha planteado Mary Louise Pratt[68], se trata de ver cmo lasprcticas literarias codificaron, legitimaron las aspiraciones de expansin econmica yconstruccin imperiales, y cmo las traicionaron.

    La Tempestad sigue siendo una obra crptica respecto a la codificacin de laexperiencia colonial y ha sido abordada, quiz como ninguna otra obra de Shakespeare, desde

    muchas y diferentes miradas, a excepcin de Bloom, que no ve en La Tempestadms queuna extravagancia del dramaturgo. Bloom descart cualquier intencin discursiva deShakespeare, sosteniendo que ste trascenda los asuntos seculares de su tiempo, abocandosu pluma a la sublime e intemporal tarea de caracterizar personalidades universales, lo cual loconvierte, segn su opinin, en el inventor de lo humano.

    Los dems autores aqu analizados tomaron posicin, o bien destacando los elementoscrticos del colonialismo, o bien resaltando la intencin de Shakespeare de defender esedominio. Entre estos ltimos, se encuentra el trabajo de Greenblatt, que luego resaltarinteligentemente la ambigedad discursiva de Shakespeare, termina por dictar una dudosasentencia a favor del colonialismo. Por ello, considero que su trabajo se desmerece en la

    especulacin y que el autor pierde la oportunidad de llegar a una comprensin ms profunda,que no slo contemple la crtica textual, sino tambin que atienda a los elementosparatextuales, o dicho de otra manera, al contexto de produccin del texto.

    La obra de Shakespeare, al igual que todas las expresiones culturales de todas lassociedades de todos los tiempos, es un producto histrico. Por tanto, es insoslayable untratamiento, aunque sea somero, del contexto histrico en el cual la obra se inscribe. Lostrabajos de Linebaugh y Rediker y de Takaki, no son tan relevantes por la posicin quealcanzan ambos aseguran el carcter colonialista de Shakespeare- como por el vector quetrazan respecto al contexto econmico-social y poltico.

    Desde un enfoque marxista, Linebaugh y Rediker advirtieron sobre la transferencia deaspectos culturales de Europa a Amrica, pero esta vez, no desde los sectores dominantes,sino desde los de abajo. Segn ellos, fueron los marineros del Sea Adventure los queasociaron el comunismo primitivo de los nativos americanos con el comunismo plebeyodel Viejo Mundo, en alusin a los open fieldsy al sistema de propiedad campesina en Irlanda,gestando as experiencias de insubordinacin e implementando sistemas de propiedad comnen los primeros aos de la colonizacin de Norteamrica.

    Takaki enfatiz el contexto poltico, haciendo hincapi en la empresa expansionista deInglaterra sobre Irlanda, y not una especial analoga entre Caliban y los irlandesescontemporneos a la obra, entendiendo que se trataba de los mismos prejuicios, que en sumisin civilizadora, los ingleses transfirieron primero a Irlanda y luego a Amrica[69].

    Claramente, en La Tempestad se cruzan elementos de la realidad histrica que

    influyen decisivamente en la ambigedad adoptada por el dramaturgo, y ms si se tiene encuenta que ste compuso y represent la obra para la corte del Rey Jacobo, quien mantuvoun orden esencialmente intolerante y con fuertes iniciativas en ultramar. Los dislocamientossociales y polticos que traa el desarrollo del capitalismo, a su vez, generaban un clima deinestabilidad e incertidumbre muy marcado. Segn William Bouwsma[70], la creciente

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    aceptacin del cambio, para muchos, no era tranquilizadora, sino todo lo contrario[71].La conmocin por el cambio y la turbacin frente al otro abran el juego tanto a los

    discursos disruptivos como a aquellos que bregaban por un orden y Shakespeare supoincorporarlos en una trama lo suficientemente ambigua como para interpelar a ambos. Nopodemos afirmar si abrigaba las esperanzas renacentistas de un orden ms humano, a travsde la magia o de utopas ms dignas que la que los excelsos antiguos o si, por el contrario,defendi las jerarquas tradicionales en general y al orden colonial en particular. Tambincabe pensar que podran ser ambas cosas a la vez, y que Shakespeare imaginaba la

    reconciliacin entre naturaleza y arte, o entre Caliban y Prspero, en una perfecta armona.Estas lecturas de La Tempestad s nos demuestran de qu manera Shakespeare

    expona alternativas de comprensin y accin frente a las cuales sera posible y necesariooptar en la incipiente colonia inglesa. Era una colonia en transicin, que haba fracasado en susprimeros intentos, y que en los ltimos aos de Shakespeare segua evidenciando sudebilidad. La opcin fue adoptada en 1624, cuando Jacobo disolvi la Compaa de Virginia.Este fue el fin de la autonoma de la colonia y el comienzo de una dinmica deliberada deexterminio de indgenas.

    El cambio social constitua el cimbronazo de la cultura del Renacimiento, la tempestadque antecede al naufragio de los valores y las esperanzas de los clsicos. Al final, Prspero

    abdica su magia, absuelve a los desviados y retoma el control de sus asuntos seculares:Ya mis hechizos los dej de lado,Slo mis propias fuerzas me han quedado.Y son escasas...[72]Lo que sobreviene es un orden que, lejos de ser virtuoso, opera como espejo de una

    realidad que responde al cambio con intolerancia y rigor, a la vez que el orgullo por la magia ylas ambiciones humansticas se van apagando. Otras luces pronto surgiran, de la mano de laIlustracin, para comprender y justificar el dominio colonial.

    Malena Lpez Palmero.

    Bibliografa.Anglera, Pedro Mrtir, Dcadas del Nuevo Mundo. Edicin de E. OGorman, Porra,Mxico, 1694Bitterli, Urs,Los salvajes y los civilizados

    . El encuentro de Europa y Ultramar, Fondo deCultura Econmica, Mxico, 1981.Bloom, Harold, Shakespeare. La invencin de lo humano. Grupo Editorial Norma, BuenosAires, 2001.Bouwsma, William, El Otoo del Renacimiento, 1550-1640, Barcelona, Crtica, 2001.Brown, Paul, `This thing of darkness I acknowledge mine: The Tempest and the discourseof colonialism, En Dollimore and Sonfield (Eds.), Political Shakespeare, New Essays in

    cultural materialism, Manchester, University press, 1985Chambers, E. K., William Shakespere. A study of facts and problems. Clarendon Press,Oxford, 1930

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    Cro, Stelio, El buen salvaje y la Edad Moderna: Hackluyt, Montaigne y Pedro Mrtir.http://cvc.cervantes.es/obref/aih/pdf/10/aih_10_1_046.pdfFernndez Retamar, Roberto, Todo Caliban, Clacso, Buenos Aires, 2004.Foucault, Michel,Las palabras y las cosas, una arqueologa de las ciencias humanas,BuenosAires, Siglo XXI, 2005.

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    Knight; upon, and from the Ilands of the Bermudas: his comming to Virginia, and the estate ofthat Colonie then, and after, under the government of thhe Lord La Warre, July 15. 1610-Compilado en Samuel Purchas,Purchas His Pilgrimes. Contaigning a history of the world insea voyages and lande travells by Englishmen and others. Vol. XIX, James MacLehose andsons, Glascow, 1906, pgs. 5- 72.Vior, Eduardo J, Visiones de Calibn, visiones de Amrica, Cuyo, Anuario de FilosofaArgentina y Americana, ao 2000, N 17, pgs. 89-103.

    Wain, John,The living world of Shakespeare: a playgoers guide. Pelican Books, London,1964.Yates, Frances, Las ltimas obras de Shakespeare: una interpretacin,Cap. IV, La magiaen las ltimas obras de La Tempestad. Mxico, FCE, 1986.

    [1]William Shakespeare,La Tempestad, Buenos Aires, Losada, 2005.[2]William Strachey, A true reportory of the wracke, and redemption of Sir Thomas Gates Knight; upon, and from theIlands of the Bermudas : his comming to Virginia, and the estate of that Colonie then, and after, under the government ofthhe Lord La Warre, July 15. 1610- Compilado en Samuel Purchas, Purchas His Pilgrimes. Contaigning a history of theworld in sea voyages and lande travells by Englishmen and o thers. Vol. XIX, James MacLehose and s ons , Glascow,1906.Traduccin del autor.[3]Existe un amplio consenso entre los analistas deLa Tempestaden afirmar que Shakespeare se inspir en la lectura de losmanuscritos de Strachey (publicados por primera vez en 1625, en la compilacin de relatos de viajes de Samuel Purchas, quea su vez continu la obra de Hackluyt), ms all de que algunos tambin consideren a otros panfletos del naufragio deBermudas, especialmente el primero que circul en Inglaterra, escrito por Sylvester Jourdain. En la introduccin de lareciente edicin de Losada (2005), Pablo Ingberg sost iene que Shakespeare se bas es pecialmente en el relato deJourdain. No obs tante, las evidencias muestran a todas luces que el manuscrito de Strachey fue decisivo.

    [4]A causa de la hostilidad e imprevisibilidad del clima, las islas Bermuda eran conocidas por los hombres de mar como lasIslas del Diablo. Los rpidos cambios de la direccin del viento provocaban cambios climticos vertiginosos y lastormentas eran temerarias. Segn la descripcin de Strachey, esas islas son a menudo afligidas y desgarradas portempestades , grandes golpes de truenos, y rayos y lluvia en la extremidad de la violencia. Strachey, op. cit,p. 15.[5]Strachey, op. cit., p. 26.[6]Ibid, p. 28.[7]Ibid,p. 31.[8]El Almirante envi una peticin al gobernador para que s te autorice a los sediciosos a permanecer en la isla. Si bien el

    permiso fue denegado, Somers no pudo evitar que dos de ellos se quedaran cuando el resto de la compaa embarc haciaVirginia. Strachey, op. cit, pgs. 34-37.[9]Shakespeare, op. cit, p. 97.

    [10]Stephen Greenblatt, Shakespearean negotiations. The circulation of social energy in Renaissance England. Cap. 5,Martial law in the Land of Cockaigne, Oxford Clarendon Press , England, 1988.[11]Ibid, p. 156.[12]Charles Mills Gayley, Shakespeare and the founders of liberty in America,Mc Millan Company, New York, 1917.[13]Ibid,pgs. 64-65. Gayley no contina este enunciado, pero podemos inferir que la idea de extravagancia que utiliza

    para referirse al puritanismo se debe a que Shakespeare era catlico, por lo que el credo y prcticas de los puritanos noseran, en principio, ms reprobables que la de los anglicanos .[14]Strachey, op. cit. p. 37.[15]Peter Linebaugh y Marcus Rediker,La hidra de la revolucin. Marineros, esclavos y campesinos en la historia ocultadel Atlntico. Crtica, Barcelona, 2005.[16]Ibid, pgs. 27-28.[17]Strachey, op. cit, p. 28.

    [18]Ibid, p. 34.[19]Shakespeare, op. cit, p. 37-38. En prosa en el original. Aqu es interesante la referencia que aporta el editor: Quiennaci para ser ahorcado jams va a ahogarse era un proverbio ingls de la poca.[20]Rafael Holinshed- William Harrison,Descripcin de la Inglaterra Isabelina.Edicin a cargo de Rogelio Paredes,Soledad Justo y Gabriela Monezuelas. Coleccin de libros raros, olvidados y curiosos. Facultad de Filosofa y Letras,

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    Buenos Aires, 1997.[21]La crnica define el delito de felona para todo individuo malo y perverso de naturaleza indomable y lasciva que no sesoporta por temor del mal ejemplo y ni de de corrupcin de los otros (p. 214). Asimismo, demuestra la violencia en laaplicacin de los castigos , como por ejemplo: si una mujer envenena a s u esposo, se la quema viva; si un sirviente mata asu amo, se lo ejecuta por despreciable traidor; al que envenena un hombre se lo cuece has ta morir en agua o en plomo

    Ibid, p. 215.[22]Shakespeare, op. cit, p. 63.[23]Ibid, p. 63.[24]Strachey, op. cit, pgs. 62- 63.

    [25]Urs Bitterli,Los salvajes y los civil izados. El encuentro de Europa y Ultramar, Fondo de Cultura Econmica,Mxico, 1981.[26]Ibid, p. 445.[27]Shakespeare, op. cit, p. 63- 64. Algunos editores modernos atribuyen es tos versos a Prspero.[28]Pedro Mrtir de Anglera,Dcadas del Nuevo Mundo. Edicin de E. OGorman,Porra, Mxico, 1694. Las Dcadasfueron escritas entre 1503 y 1530 y editadas en 1555.[29]Ibid, p. 121.[30]Ronald Takaki,A different mirror. A history of multicultural America, Little, Brown and Company, Boston, 1993.[31]Takaki, op. cit, pg. 32.[32]John Wain, The living world of Shak espeare: a playgoers guide.Pelican Books, London, 1964.[33]Ibid,p. 252.

    [34]Roberto Fernndez Retamar, Todo Caliban, Clacso, Buenos Aires, 2004. Este trabajo sumariza el trabajo que autorpublic como Caliban. Apuntes sobre la cultura de nuestra Amrica, En revista Casa de las Amricas, N 68, sept-oct. de1971.[35]Roberto Fernndez Retamar, Caliban contra la leyenda negra,Universidad de Lleida, Barcelona, 1995. p. 43.[36]Harold Bloom, Shakespeare. La invencin de lo humano. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2001.[37]Ibid, p. 670.[38]Ibid, p. 31.[39]Sandys fue miembro del Cons ejo de la Compaa de Virginia desde 1607, mientras que el Conde de Southampton lo fuedes de 1609.

    [40]Kathman, David, DatingThe Tempest, En http://shakespeareauthorship.com/tempest.html. A este respecto, verCharles Norman, So worthy a friend: William Shakespeare. Collier Books, United States of America, 1961. Aqu, el bigrafosuma, entre los allegados a Shakespeare, a Sir Walter Raleigh, quien comand dos intentos de colonizacin de

    Norteamrica, en 1585 y en 1587, ambos fracasados.[41]Linebaugh y Rediker, op. cit, p. 28.[42]Greenblatt, op. cit, pg 148.[43]Ibid, p. 26.[44]Greenblatt, op. cit, pg.[45]Strachey, op. cit, p. 14.[46]Shakespeare, op. cit, p. 88.[47]Michel de Montaigne,Ensayos, Barcelona, Altaya, 1997. Cap. XXXI, De los Canbales.[48]Si Di Florio no fue amigo personal de Shakespeare, como sugieren algunos, al menos comparta con la red de relacionessociales. Tambin s e ha afirmado que Shakespeare ley esta traduccin porque existe un libro en el Museo Britnico conuna firma semejante a la suya, aunque est comprobado que esa firma es apcrifa. Ver E. K. Chambers, William Shakespere.

    A study of facts and problems. Clarendon Press, Oxford, 1930, Vol. 1, p. 506.[49]Montaigne, op. cit, p. 269.[50]Wain, op. cit, p. 256.[51] Paul Brown, `This thing of darkness I acknowledge mine: The Tempest and the discourse of colonialism, EnDollimore and Sonfield (Eds.),Political Shakespeare, New Essays in cultural materialism, Manchester, University press,1985, pgs . 48-71.[52]Ibid, p. 56.[53]Shakespeare, op. cit, p. 64.[54]Montaigne, op. cit, p. 269.[55]Ibid, p. 273.[56]lvaro Llosa Sanz, El Dios ves tido de hombre y el hombre vestido de Dios: magia, escena y autoridad en Caldern yShakespeare, enEspculo. Revista de estudios li terarios.Universidad Complutense de Madrid, 2004.

    [57]Greenblatt, op. cit, pgs . 157-158.[58]Brown, op. cit, p. 48.[59]Fernndez Retamar, op. cit, p. 26[60]Shakespeare, op. cit, p. 177.[61]Eugenio Garn, Medioevo y Renacimiento. Estudios e investigaciones, Taurus , Madrid, 1981.

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    21/8/2014 La tempestad del Renacimiento

    [62]Ibid, p. 114.[63]Michel Foucault,Las palabras y las cosas, una arqueologa de las ciencias humanas,Buenos Aires, Siglo XXI,2005.[64]En una episteme en la que los signos y s imilitudes s e enroscan recprocamente en una voluta que carece de fin () eranecesario que se pensara en la relacin entre microcosmos y macrocosmos como garanta de es te saber y trmino de suefusin. Debido a esta misma necesidad, este saber deba acoger, a la vez, y en un mismo plan, la magia y la erudicin.Foucault, op. cit, p. 40.[65]Foucault no considera que la magia comporte una disrupcin respecto a la autoridad divina, ya que la tarea erarevelar un lenguaje previo repartido por Dios en el mundo. Se adivinaba, por lo tanto, lo divino . op. cit, p. 66.

    [66]Frances Yates,Las ltimas obras de Shak espeare: una interpretacin,Cap. IV, La magia en las ltimas obrasde La Tempestad. Mxico, FCE, 1986.[67]Yates , op. cit, p. 133. Esa generacin ms joven es tara encarnada, en el plano de la ficcin, en los personajes deMiranda y Fernando. En el plano real, Shakespeare cuenta con el auditorio de una nueva generacin, en la corte deJacobo, en ocasin del estreno de la obra, durante la boda de la princesa Isabel, en 1611. Los consejos de Prspero aFernando, especialmente la insistencia en la castidad antes del matrimonio, pueden leerse como un mensaje para la

    joven pareja.[68]Mary Louise Pratt, Ojos imperiales. Literatura de viajes y transculturacin, Universidad Nacional de Quilmes, BuenosAires , 1977.[69]Takaki lo fundamenta diciendo que cuatro de los participantes de la invasin a Irlanda fueron colonizadores de

    Norteamrica: Sir Humphrey Gilbert, Lord De la Warre, Sir Francis Drake y Sir Walter Raleigh. Adems, Shakespeare conocaa Gilbert y a De la Warre (quien reemplaz a Gates en el cargo de gobernador de Virginia). Uno de sus amigos personalesfue el gegrafo y compilador de relatos de viajes, Richard Hackluyt. Takaki, op. cit, p. 29.[70]William Bouwsma, El Otoo del Renacimiento, 1550-1640, Barcelona, Crtica, 2001.[71]Ibid,p. 168.[72]Shakespeare, op. cit, p. 177.