La Ternura Por Marta Carpentier - Epedagogia

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LaTernura

Por

MartaCarpentier

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Desde aquí miro las olas abrirse como colmillos y caer con fuerzamordiendolaarena.Dicenquevemoselmundocomosomos.Queinclusoloscolores, algo que siempre pensamos que todos compartimos en una mismagamadeaparienciasy tonos,dependendequiénes somos.Looscuroespazparaalgunos,peroterrorparaotros.

Noséporquéescriboesto,porquéahora.Creoqueesporqueenelfondoestoyempezandoaentendercómofuncionaestaislaycómoerandeciertaslaspalabras de mi padre que tanto intentó explicarme la mecánica de sunaturalezaydemímisma.Mipadreamabalosnúmeros,aunquenuncaestudiótantocomoélhabríaquerido.Todoslosmatemáticoscreenquelosabentodo,ytodoslosescritorestambién.Creemosquepodemosacercarnosalascosasylimitarlas, definirlas, estudiarlas, hacerles una tremenda autopsia ymostrárselasalmundocomorealmenteson.Losmatemáticosseenamorandeecuaciones,tedicenqueesoesbelleza,quetodosestamoshechosdenúmeros.Los escritores se piensan que pueden con sus palabras, ya ves, con unaherramienta tan pobre, abarcar la esencia de algo tan asombroso como lamismaexistencia.Somostantorpesymediocresquehastalosmáspoderososterminan sintiendo lástima de símismos, al notar que ni siquiera con poderpuedeunoacercarseunpocoalaesenciadelascosas.

Lanaturalezaeseso,esrabiayliteratura,perolaliteraturanosonpalabrassobreunpapel,nosonfrasesrecitadassobreunaplataformarodeadadegenteenmediodeunagranplaza.Laliteraturaescaos.

Estaislatambiénescaos,lomuestraylorepresentaentodoloquepermitequeenellaocurra.Yosoycomounnervioquesobresaledeella,ydemísemultiplicanendirecciónalvacíomuchosmásnervios,másbrazos,cadaunolleno de células perfectas. Su carga es parpadeante, pero está ciega. Meacuerdodetodasesasvecesquemecaíadepequeñacuandosalíamosaandar,luego besaba mis huesos si me había hecho algún daño y seguía andando.Siempre tan, tan imprudente que se me hacía imposible no sentirme enocasiones una víctima de mí misma, de este empeño incesante porsorprenderme. Mi valentía me permitía quererme un poquito más, perotambiénsuponíairremediablementeunlastre,yaque¿dóndequedalabarreraqueparte lamitadhonradaybelladeatreversey la feroz, laquenosvuelveanimalesquenomidenconsecuenciasmásalláde la inmediata?Aprendesaconvivir contigomisma a veces por pura inercia, y otras, como enmi caso,porque me era muy difícil que importase más lo malo que lo bueno. Enrealidad,lostérminos"malo"y"bueno"sedesvíanmuchodelossignificadosque quieromostrar aquí para analizarlos, aunque sea sólo de paso y con lapuntadelosdedos.

Meadmirabaamímismaenposiciónderezoa losantiguosdiosesde la

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selva,conlabocafríaycasienlaspiedras,seca,conlamiradahaciadentro,aunquemisirisesapuntasenafuera.Golpeabaelsuelosobreelquemehabíaagachado con la palma abierta de par en par, y el mismo suelo subía y seexpandíaalrededorabasedehondas.Yonotabaelmovimiento,cómoestemelevantabalevementetrasmigolpe,cómomipelocaíahastacubrirmisorejasdeltodo.Rezabamuchoantes,depequeñaytambiéndeadolescente,cuandoteníalaedadquetienemihijaahora.Conlosaños,entremuchasotrascosas,unadejaderezar,oalmenosconesafrecuencia.

Mimadre,ynodejadellamarmelaatención,sólorezabaalosdiosesqueella creía superiores, más poderosos o más útiles, o según le convenían almomentode soplar lasvelasyecharen falta.Ellamehabíaenseñadoasí,yconesaenseñanzadebíhabercrecidoyotrashaberlaperdido;perono,porquealfindeestecamino,nopodemosevitarserquienessomos.

Está bien, entonces seamos justo lo que somos. En mi caso, yo rezabasiempreatodos.Alosdiosesdelcoloryalosdelaoscuridad,alosdiosesdela cascada, los dioses de la tortura, a los que se desdibujaban en los ojosdelirantesdelabestiacasimuerta,ytambiénalosqueobservabanimpasibles,satisfechos,lasconcepcionesynacimientos.Yporsinofuerapoco,tambiénrezabaalasnubes,alasrocasyalosárboles.Atodoloquemiojocatalogasecomobello,atodoloquelograsecaptarmiatencióndeunaformafueradelohabitual.Casitodoalrededor,realmente,porquefuiunaniñavivaeinfladadeinocencia a la que todo le sorprendía, le resultaba fascinante y digno deadmiración.Nuncamehasidofácildistinguirniparticipardelatodopoderosadualidaddelaquehacíanusotodos,beberdeesamismacopadondesiadorasloalto,pasasporaltolobajo.Yono,yono.Yolonecesitabasiempretodo,laimagenysureflejo,elvientreyloqueabsorbía,loquedejabandetrásyloqueluegobuscabandesesperadosdelante.

CuandoVictorianació,tanbonitaytandébilalavez,sentíelmensajedelaisla,esavozquesiemprehabíaestadoahísusurrandoentrearrebatosdeimpotenciaqueyolepertenecía,quetantoteníadeellacomoellatambiéndemí,queambaséramosyseríamosparasiempreindivisibles."Dossistemasqueinteractúanunoconelotroduranteundeterminadoperíodo,aunsiendoseparadosdealgunaformadespués,enalgúnmomentoperdidoeneltiempo,sigueninfluyendoelunoenelotrodeunamanerasutil,siendopartedelunoparasiempreyapartedelotro."Unoyotro,otroyuno.Vueltasyvueltasabsurdasquesólodicenlomismo,todoeltiemposindecirlo.Ah,eltiempo,eseinventotanruinfabricadoaduraspenasporelhombre.Loqueesaredichafrasepretendedecireslosiguiente:cuandounlagartoseposamuchosobreunaroca,¿noquedapartedellagartoparasiempreenesaroca?Yenestaislatodoesroca,yyonacísiendoyaunaespeciedelagartoquesetorcíaconelsol,ymicompasiónseextiendehastallegaraesasrocas,ylasincluyeylas

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envuelve.

¿Porquéescriboestoahora?Cinquecentohabíasidosiempreuna isladepescadores,peroamímedabanpena lospeces.Escurioso,porun lado,noparezco de esta isla, con esta extraña obsesión de proteger lo que no puedeprotegerse;peroporotrosoycompletamenteella,comodospartículasenuna.No, no soy tan analítica nimi capacidad de introspección es tan alta comopuedepareceralleerestaspalabras.Miauténticoestadonaturalnoesotroqueeldelaincontinencia.Primeroactúo,ydespués,encasodequeese"después"sehiciese efectivoy llegase a tomar forma,mi pensamientodecide si debíaactuarono.Exacto, llega tarde.Así funcionanmisnerviosymisestadosdealerta,misguerrerosinteriores:llegandotarde.

Recuerdoperfectamenteunamañanadeveranohaceahoraalgunosaños.Bajéalaplaya,mesentésobrelaspiedrasysentíelaguasubirmefríadesdelas piernas a la espalda.Metímimano izquierda en el agua y encontré unapiedraunpocomásalargadaqueelresto,rojacomoelpelodeVictoria,queaún tardaría años en nacer. Al cogerla, surgieron en el lugar donde habíaestadovariasburbujasdelcolordelalluviasucia.Supusequehabíavidaallíabajo.Cadavezqueunogolpeaalgoque todoscreían imposibledegolpear,surgencosas imprevisibles.Cogíotrapiedra,másazulestavez,y luegootraalgomásverde,delverdedelmusgooscuroquecubreyrodeaalcastillo.Yluegometítodasellasenunjoyerodecristalconformadepentágono.Rodeéeljoyeroconuntrozodepapel,sujetoconunlazo,enelcualpodíaleerse"laspiedrasmásbonitasdelaplaya."

La culpa de que el resto de familias que vivían en Cinquecento semarchasen fuesindudade lasguerras.Se luchaysesoportaunaguerra, talvez dos, pero cuando llega a cinco es injusto etiquetar a las personas decobardes. Semarcharon en sus barcos en busca de islas más suaves dondeedificar de nuevo sus castillos y construir sus jardines. Cinquecento estabaseco, lascenizaseranyapartedesumaquillaje, sus ríoscorríanpor inercia,casi sin fuerza, y cerraban los párpados justo antes de fundirse con elmar.Tampocolosanimalesquequedaronparecíanestardemasiadosatisfechos.Aalgunos los cazaron, pero se arrepintieron todos los años que vinieron.Y elocéanono eramás que una trampapara peces, porque si no nos quedase lapesca, ¿de qué viviríamos? Teníamos barcos, claro que los teníamos, lasúnicas dos familias que quedábamos todavía en esta isla, pero ¿a dóndeíbamosair?Ésteeranuestrohogar.

MesentéaexplicarletodoestoaVictoriacuandocumplióloscincoaños,peroentoncescomprendíqueellayalosabíatodo,porqueellamirabaalaislacomolahemiradoyodesdesiempre.Conpiedad.

Después de la última guerra, cuando Jonás, el hijo pequeño deLeroy el

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jardinero, cumplió la edad apropiada para aprender el oficio de su padre,Leroysedirigióamipadreparapedirleunfavor.Yaapenasquedabanplantasen pie alrededor del castillo, el jardín era un lugar al que parecíamejor noentrarsiunobuscabaoesperabapresenciaralgomedianamentedecente,ylaislahabíaquedadoabandonaday sumidaenuncontinuo funeral.Monstruosqueno sedejabancuidar, fueronexactamente laspalabrasqueLeroyutilizópara explicarle su zozobra amipadre. "Zozobra", quépalabramáshorrible.¿Qué sería de su hijo en un lugar como aquél? Ya no había sitio para unjardinero en la isla de las cenizas y las piedras, en la "isla de la muerte".Añadió que cualquier día nos tragaría, por esa "manía" que teníamos poraferrarnosaellaapesardehaberseconvertidoenunlugartaninhóspito.Antelas honestas palabras del jardinero, mi padre decidió mandar a buscarprofesoresqueenseñasena Jonásotro tipodeoficiosy conocimientos,ydeestaformaayudaralmuchachoacontarconherramientassuficientesparasalirdeestaisladeldemonioyencontrarunfuturomejor.

Aquínuncahemossidodeacogeravisitasdurantemuchotiempo,porquedehechocasinuncavienenadie,¿quiénvaavenir?Nohaynadaqueveraquí,almenosparaelque llegayvadepaso,paraelclásiconavegantequeandacentradoensurutaynoseparaaencontrarloquenoestababuscando.Haybellezasqueestánsóloenelojodelquemiraesperandoesabelleza.Creamosloqueesperamos.

Enelbarcoquetopóconnuestraisla,aquelamanecerheladodelinviernomáslargoquerecuerdohaberpasado,veníancuatropasajeros.Laprimeraenbajarse, quejándose por la inclinación de la orilla y el movimiento de laspiedrasalpisarlas,fueLaura,laprofesoradesolfeo.Hestialededicóunadesusfamosasmiradasdedesconfianza,aellayatodosycadaunodelosquebajarondeaquelbarco.Sabíaqueveníangraciasalruegodesupadreyparaecharle unamano a su hermanopequeño, pero le costabamucho confiar deverdadenalguien.Ahoraquelopienso,quitándomeamí,ynosiempre,nolarecuerdoconfiandoennadiemás.Ellallevabasustrenzasrubiassujetassobrelanucayunvestidocolorgrisceniza.Nosabríadecircómollevabayoelpelo.

TrasLaurasebajóAna,unaseñoramayordeexpresiónseriayqueapenasteníacuello.Caminabaechandosucuerpo,casiredondocompletamente,haciaamboslados,comosifueseacaersetodoeltiempo,tantosipisabasobrelaspiedrascomosobresuelofirme.Anaseencargaría,segúnindicómipadrealverla pisar la orilla, de instruir a Jonás enGeografía y en otras lenguas delocéano,idiomasydialectosdeotrasislasypueblosdistintosalnuestro.

LatercerapersonaenbajarfueSonia,unamujeranchadecaderas,depelocortoyojosexcesivamenteabiertosyclaros,queenseñaríaaJonásaleerconpropiedadyaescribirsiguiendotodaslasnormasdeortografía.Y,porúltimo,poniendo sus pies sobre las puntiagudas piedras casi a cámara lenta,

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calculandoexactamenteelángulodeaquellasuperficieycómodebíasituarelpie,seincorporóanuestraislauncaballerodecasicincuentaaños,unosveintemásqueyoyqueHestia,muybienpeinado,mostrandounasonrisaampliaatodo el mundo, que se hacía llamar Raúl y era el esposo de Sonia. RaúlenseñaríaaJonásahacercuentas,losnúmerosylasfórmulas,y,comodecíaLeroy,aconocerloquesomosyloquetodoenelmundorealmentees,desdeloscieloshastalasolas,porqueélpensabaqueenlascifrasseencontrabanlasrespuestasacualquierpregunta,comosifuesenmilagrosas.

Lacenadebienvenidaqueorganizómipadre fue abundantey tranquila,todos cumplieron con su papel correspondiente y comieron y bebieron ysonrieron, incluida mi preciosa Hestia. Yo también comí y bebí hasta quequedé harta y luego, pidiendo permiso educadamente,me puse de pie ymeretiré,buscandoelfrescordelexteriordelcastillo.

Allíabajonohabíaluz,sóloalgúnrayodebiluchoquecaíadelalunaalaspiedras bajomis pies. Sentí entonces unos pasos tímidos detrás demí ymevolvíbruscamente,"Sientoasustarte",dijoelsupuestomaridodeSonia."Nopasa nada", dije yo. A lo lejos, unas nubes imprevistas habían empezado arecubrirpartedeltechoabovedadodelmar.Penséqueesoquizáqueríadecirquellovería,ymeconcentrécerrandofuertelosojospararespirarmuyhondoyno agobiarme,yaque la falta de sol siempremehabíaprovocadoalgodeasfixia.

—¿Estásbien?

Me agaché sin contestar y me senté sobre las piedras. Raúl se agachótambiénparasentarsejuntoamí."Siteincomododímeloymevoysinmás".Meexplicóque se sentíaalgoagobiadoentre tantapared,queallídentroyatodoshablabandelomismo.Teníacanasenelpelodetrásdelasorejas,unastímidasarrugasqueleempezabanenelcuello,ylosojosdeunmarrónmuyparecido al de los troncos cuando son viejos, con pestañasmuy largas.Mepreguntó si solía bajar allí, y yo no supe muy bien qué responder, ya quepensaba que había cosas que no se debían contar a desconocidos. Él noinsistió, se puso a contar cosas sobre sí mismomientras yome dedicaba acolar los dedos entre las piedras. Algunas de las historietas que contaba seasemejaban a algunasquehabíavividoyo. "Yo tengomenos experiencia entodoqueusted",ledije,"perotambiénhevividocosasparecidas".

—Oh,porfavor,nomehablesdeusted—medijo.

Me disculpé y seguí escuchándolo. Era un hombre que sabía decir lascosas, y casi todo lo que decía era agradable, interesante o divertido. Merecordaba a los antiguos trovadores, como los que mi padre había hechollamarenmisprimeroscumpleaños.Unequilibristanuevoquetrabajabaconpalabras en vez de cuerdas u objetos, un cantante que no cantaba, un

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cuentacuentos. Pensé que existía la posibilidad de que todo lo que contasefuese verdad, al fin y al cabo, tenía edad para haberlo vivido.Aventuras detodo tipo, acompañadasdeuna expresividad aveces algo excesiva, pero sinrozar jamás lo inadecuado.De vez en cuando hacía pausas, sonreía, y se lecolabaalgodelalunaentrelaspatasdegalloyenunosdisimuladoshoyuelos,haciéndoleparecermásniño."Sitirasdelacuerda,lasestrellassemecen",medijounavezmiabuelocuandoyoeratodavíamuypequeña.Suvoz,lavozdeRaúl,sebalanceabaenelaireytirabadeesacuerda,ylasestrellasdelcieloparecíaquesemeciesen,queseacercasenunasaotrasyseseparasenluego.

Trasvariashorassinsacarmásdedosfrasesdemí,Raúlsepusodepieysedispusoamarcharse."Eresmásduraquelaspiedras",añadióantesdeirsesacudiéndoselachaqueta.

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Aldíasiguiente,enelcuartillodemaderablancadeljardín,empezaronlaslecciones.LasdeJonásylasdetodos.YobajébuscandoaHestia,peroellanohabíabajadotodavía;allísóloestabaAna,laseñorasincuelloquecaminabahacialoslados,explicándolealgunostérminosenunalenguaextrañaalhijodeLeroy, que lamiraba bastante interesado y tomaba apuntes en su cuaderno.Creo que fue la primera vez que Jonás usaba uno, aunque ya le habíamosenseñado a leer y a escribir años antes. Me senté a su lado unos minutosesperandoamiamiga,ylepaséeldedopordetrásdelaorejaparaquemelaapartaseriéndose,yaquesiemprehatenidomuchascosquillas.Anasacóunodesuslibrosenormesyllenosdeilustracionesdeunabolsagigantescadetelaquehabíatraído,yabrióunodeellosporunapáginaconmuchosanimalesypalabras. No logré entender ninguna. Ella, ante mi interés mostrado por sulibro,sedirigióhaciamíantesdeempezarsuclase.

—Anochetefuistemuyprontoalaplaya.

—Meaburroconfacilidad.

—Estuvistebienacompañada.

—¿Cómodice?

—Tencuidado,niña,esloúnicoquesientolaobligacióndedecirte.

—¿Aquéserefiere?

—ARaúl.

Mesorprendióescucharesodealguienquesupuestamentehabíaviajadoytrabajadomuchotiempojuntoaél.

—¿Puedopreguntarporqué?

—Esmuyamable,¿verdad?Quizádemasiado.

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—Sí,síqueloes.

—Y no dejará de serlo. Digamos que... desde siempre ha mostrado unespecial interés en entretener a jóvenes como tú. Intenta no tomarme amalesteaviso,séqueeslaprimeravezquehablamosy...

—Nosepreocupe.

¿Entretener?Una parte demí sí se sintió ofendida en aquelmomento, apesardequeeraciertoqueyonoleconocíadeabsolutamentenada,peromesentídeprontocomountrofeoinútil,unajovenincautaalaqueaquelseñorhabíaintentadoseducirconextrañosencantamientosotrasmilvecesaplicadosdeigualforma.Era,alfinyalcabo,veinteañosmayorqueyo,ysiesaerasuafición,debíasermuybuenoenella.

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Algunasnochesdespués,volvíabajaralaplaya,estavezacompañadaporHestia. A lo lejos, pudimos ver a Raúl sentado sobre una cuesta de rocasgrandesmirandoalmar.

—He hablado varias veces con él, y ya no hablo ni unamás — me dijoHestia,—quehablecontigo,conmigonotienenadaquehacer.

—Esuntipodivertido—meatrevíadecirenmiinsensatez.

—Es como un fantasma,Elena, dime que tú también lo ves. Es el típicovendedordehumo.

Yoasentíconlacabezaynosvolvimosalcastillo,peromeparecíainjustotenerquerenunciaramismomentosjuntoalmarsóloporquemedecíanquehuyesedeaquelseñor.Noqueríatenerqueseryolaqueseprotegiesedenadani de nadie, y sentía que no tenía por qué hacerlo, fuese o no verdad laadvertenciadeAna.Confiéenmicriterioyenmismecanismosdedefensa:sieraunvendedordehumo,puesquemevendiesehumo,yoteníaclaroquenoestabainteresadaenhumoalguno,yquealmenos,siyoibaaconvertirmeenunentretenimientoparaél, tambiénél loseríaparamí.Al finyalcabo,mehacíagracia sumaneradedecir lascosas,ypenséquenuncaestabademásreírdeverdaddevezencuando.

Al verme aparecer a su derecha, Raúl se echó al lado para que yo mesentase. Estaba un poco más serio que la otra vez. Me preguntó si miprometidovivía en la islay le expliquéqueno,queeradeuna islanomuylejana con la que manteníamos tratados de comercio muy útiles para lasupervivencia de la nuestra. "Sobrevivir es importante", añadió a su largodiscurso sobre islas y sobre comercio. Después yo insistí en que, de todasmaneras, nos ibamuy bien juntos, que hacíamos un buen equipo y quemehacíafeliz,yélparecióregalarmeunasonrisasincera.Sentíqueseabríauna

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puertaparaqueéltambiénmehablasedesumujerysuvidajuntoaella,ymeexpuso tranquilo y con una luz honesta sobre sus ojos lo enamorado queestaba,quenuncaantes sehabía sentidocomose sentía conella, queera lamujer perfecta para él. Todo mi cuerpo se relajó, y pensé que era absurdohaberpensadoquesuamabilidadpudieseformarpartedealgunaestratagemade acoso y derribo hacia mí; eso ya carecía de sentido, sino nome estaríahablandodeesaformadesuesposa.

MequedéentoncesmirándoleensilencioyadmirandolaspalabrasqueleestabadedicandoaSoniaenesemomento,yporprimeravezentodoelratoque habíamos estado hablando, sus ojos marrones soltaron las olas y separaronfrentealosmíos.

—Meencanta—medijo.

—Teencanta¿qué?

—Tuexpresividad,Elena.Eresincreíblementeexpresiva,aunquenotedesnicuenta.

—¿Lodicesenserio?

—Yesosojillosqueponescuandonocomprendesalgo,ocuandotedigoalgo que no te esperas. Ahora acabas de ponerlos cuando te he dicho loexpresivaqueeres.¿Ves?Otravez.

Rompió a reírse a carcajadas y yo no supe reaccionar, demodo quemequedé mitad sonriendo, mitad intentando no hacer ningún gesto exagerado,porquemesentíridículaypenséquesereíademí.

—Eresmuybonita,simepermitesdecirlo.Porfavor,noteenfades.

Ylociertoesque,trasesafrasetansimpleyquemerepetiríadespuésentantasocasiones,semehacíaimposibleenfadarme.Ahoralaleoylaescriboysontansólopalabras.Nosésillenasdehumo,dearenaosal.Peropalabras.

Pasaronmuchos días, a un ritmoque aunhoy soy incapaz de encarcelarentre frases, de acotar con el lenguaje. Jonás aprendíamuchomuy deprisa,porque siempre fue un chico muy listo y muy aplicado. Yo estaba siendoinstruida para tomar cargo del negocio de la isla cuando mi padre faltara.Odiabalapesca,odiabalosbarcos,odiabatodoloodiableydormíasolamentenochessueltas."Sitirasdelacuerda,lasestrellassemecen."

Bajéunade tantasnocheshasta losdormitoriosde los invitadosconunahojapequeñadeunodemiscuadernos,ysobreellaescribí"quepasesmañanaunbuendía",meagaché frente a lapuertadeldormitoriodeRaúly ladejésobrevolar el frío suelo, como a veces sobrevuelan las olasmás pequeñas ytímidas la orilla mojada. Raúl y Sonia dormían en cuartos distintos porexigenciasdemispadres,quesiemprefuncionansegúnsuspropiasyantiguas

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creencias.

A la noche siguiente, mientras me encontraba escribiendo en mihabitación, sentí que algo raspaba el hueco entre mi puerta y la piedra delsuelo,ymeasométraslosbordesdemimesa.Erauntrozomuypequeñodepapelquedecía:"Gracias.Noerestanduracomolaspiedras,meprecipitéaldecirlo."Loleívariasvecesydespuésloarrugué.

—Eres increíblemente divertida, no permitas que te convenzan de locontrario—medijoRaúl en nuestro siguiente encuentro.—En serio, nadieconsiguehacermereírtanto,absolutamentenadie.

Lereconocíque,almenos,síqueerapeculiar,peronuncalohabíavistodeesa forma, y nunca nadie me lo había dicho. Pero él insistió y siguiócontándome cosas, intentando provocar opiniones contrarias en mí. Me dicuenta de que lo hacía para que yome enfadase brevemente, ya que eso ledivertía,perosiempreconlamejordelasintenciones,yaquedecíaquejamássoportaría verme enfadada de veras. De vez en cuando hacía pausas, memirabaysonreía,yyosentíaunaextremaeincómodasensacióndevergüenza,acompañada de ese reconocible calor bajo las mejillas. Aquella noche, trasretirarnosadormir,volvíaescucharelvuelotorpedelpapelymeagachéparaabrirlo."Eresloquedavidaaestaisla",decíalatintasobreelblanco.

Tuve entonces la idea de prepararle algo más original, algo distinto detantacartaytantanochesobrelaspiedras.Escribílafrasecorrespondiente,porsupuesto,perorompíaquelpapelymetícadaunodelostrozosenunapáginadistintadevarioslibrosantiguosdelaenormebibliotecademipadre.Lehicebajarhastaallíybuscarcadaunodeloslibroshastareunirtodosycadaunodelostrozos.Sobreelúnicorincóndearenamojadadelaplaya,conunpalomuyflaco y pequeño, le escribí la primera parte de la frase. Sobre una de laspiedrasgigantesblancuzcas,conunpicodecarbón,lasegunda,yenquélibrosdebíabuscarsucontinuación.Yasíhastaquelastuvotodas,lasmontósobreelsuelodesudormitorioypudoleermimensaje,quedecía"erestúquientraeesavida."

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Hestiaempezabaamirarmecadavezconmásfuria.Meconvencíamuchasnochesparaquemequedaseconellaen los jardinesynobajasea laplaya.Empezaba todas las conversaciones atravesándome con sumirada,más azulqueeluniverso,ymedolíayaantesdequeellaempezaseahablar.

—Jamásloentenderé.

—¿Noentenderásqué,Hestia?

—Cómopuedesllegarasertanridícula.

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—Noséaquéterefieres.

—Oh,Elena,portodoslosdioseshabidosyporhaber.Síquelosabes,lopeordetodoesquelosabes,quelohassabidodesdeelprincipio.

Nosupequécontestarle.Sí,mesentíaridículacuandoellamelodecía,apesardeldescomunalamorconquesolíahacerlo.

—Hestia...

—Notienesjustificación.Enserio,¿porquéhacesesto?Yaescuchastequemás sabe el diablo por viejo que por diablo, y él es de hecho ambas cosas,viejoydiablo.Quizámáslosegundoqueloprimero.

—Noloconoces.

—¿Ycreesquetúsí?

—Somosamigos,Hestia.Yeso,hastadondemimente"ridícula"alcanza,noesalgodeloquehuir.

—Tienestuvida,Elena,yélnoespartedeesavida.Élvino,consubarco,sutrabajo,sumujer.Ycuandoacabeseirá.

Sus palabras se posaron en mi cuerpo haciendo fuerza, y sentí que micorazón hacía a su vez fuerza hacia fuera, defendiéndose del daño. Porqueaquelloeradaño.Tambiénlasrocasvinierondelmismolugarquenosotros,lamisma cuna. Dicen que no albergan vida, pero ¿no es el daño acaso parteintrínsecadetodoloqueexiste?

—Mehaprometidoquenuncanosalejaremosmucho.

Hestiaserioentoncesconganasalescucharme.Paróyarrancódenuevo,tapándosemedia cara e incluso inclinándose hacia detrás.Después volvió adirigirseamíconuntonomássolemne.

—Estábien,imaginemosqueesverdad.Sí,nomemiresasí.Imaginemosquelecomproesehumo,esodequenosealejarádeti.¿Deverdadcreesquedebería?¿Creesquelomejoresquenosealeje?

Abrí la boca para hablar hasta en tres ocasiones, pero ya su sonrisasatisfechasehabíadadoporganadora.No,teníarazón.Algoenmímedecíaque lomejorparaamboseraacabarconaquellaamistadenaquelmomento.Pero a la vez me enfadaba, igual o más que las palabras de mi amiga,solamente atreverme a pensarlo, reconocérmelo amímisma. ¿No podíamosseramigos?,¿taninsostenibleera?LeinsistíotravezaHestia,exponiéndolequehabíagentemásdulcequeotra,queélexpresabadeesaformasuinmensaconfianza en mí y su amistad. "Amistad", "amistad"... Cada vez que esapalabraatravesabamiboca,algoenlaspupilasdeHestiaseabría.

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—Noestuamigo,ytúnoeressuamiga—medijo.

—Porsupuestoqueloes.

—¿Estássegura?

—¿Dóndeestáelproblema?Sí,ladiferenciadeedadesabismal,yoestoyfelizmente prometida y él felizmente casado. Eso no es impedimento paraforjaramistades.

—Elena,túnoeresmásquesuaplausodeturnoenestaparadadesuviaje,queporsupuestonoacabaaquí.

Traguésalivasabiendoquedenadaserviríavolveraenfrentarmeaella,medilavueltaymefui.

Nodejédebajaralaplayaporqueaquellaeramiplaya,nodejédehablarconélporquelaspersonassonsólopersonas,pensé,yélsemerecíademílaconfianza que casi nadie parecía mostrarle. Si algún día la tristeza medespertabay lograbaquebajase la cabeza, él sabía quédecir, cómodecirlo,paralograrconfortarme.Selodije,yélmedijoquesaberqueteníaelpoderdeconfortarmelellenabadeorgullo,yqueyoeraunregalooportunoparaélenunmomento"extraño"desuvida,quemipresencia lehabía iluminadoyhechofeliz,yquesesentíaasombradoyafortunadodequeasífuera.

Loquealprincipiohabíansidosólopalabrasamables, tomaronformadeperlasfascinantesparamí,ymeacariciabaaratosconlasuñasdesuvozhastaque dormía. Aun así, los insectos de la duda lograban algunas veces treparhasta el cabecero para espantarme la paz, de forma que decidí acercarme ahablarconAna,laseñorasincuelloqueconocíatodaslaslenguasdelocéano.Nossentamosenelbancodehierroqueestabajustoalbajardesdelaspuertasde losbaños.Eraunbuen sitioparaconversar,porquedesdeaquel lugarnopodíaverselaplaya,solamenteuntrozolargodemantoazul.

—LlevoañostrabajandoconRaúl,ysólopuedodecirtequenohayrumorinciertosobreél—meconfesóAna.

—¿Ysuesposalosabe?

—Yonovoyaentrarahí.Hemosparadoenotras islas,meacuerdomuybiendetodas.Leshabíaprometidoelcielo,consusnubesysuspájaros,consus...

—¿Ycómoséqueesverdad?

—Sinolosabesya,yomepreocuparía.Grábateestafraseenelcerebro,niña:noeresimportanteparaél.

"Noeresimportanteparaél."

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Siguieronpasandodías,yunodetantos,derepente,laexpresióndeRaúleradistinta.Fueentoncescuandoempecéacomprender.Comprendernoqueellastuviesenrazón,porqueyoseguíapostandoporélentodomomento,sinocomprender lo idiota que había sido al no haberme dado cuenta de lo quehabíaentradoenmí,condisimulo,depuntillas,comoentrabanlospapelesporlafinísimarajasobreelsuelo.Esperéaquelosdemásseretirasenyescribí,"porfavor,déjameayudarte,nosoportovertemal."Trasdejárselocaersobrelapiedra,meretiréamihabitación,peroalguiengolpeólapuerta.Abríynohabíanadie.Supeentoncesquedebíabajaralaplaya.

—Graciasporlaatención,realmentemehacíafalta—medijoélalllegar.

—¿Vatodobien?Llevasvariosdíasconelgestodelrevés.

—No sabes cómo me alegra que te des cuenta. Eso significa que estáspendiente,queteimporto.

—Porsupuestoquemeimportas.

Reparéenquenohabíapensadoantesdedeciraquello.Él,quenoestabaacostumbrado a que yo fuese la de las frases amables, abrió los ojossorprendido.Mehablódeloespecialqueerayoparaél,cómoenpoquísimotiempohabía logradocrearalgodentrodeélquenoestabaysesentíafrágilfrente a mí. "Eres mi debilidad, Elena", fueron literalmente sus palabras.Sintiendocómoesehumo, realo ficticio,que llegabaamídesde suvoz, secolabapormis párpados, oídosy labios, llegabahastami garganta y bajabahasta el lugar donde casi nada llega, perdí toda capacidad de distinciónrespectoaloslímitesdemispropiasfrases.Dijesinmás,habléloquedemicuerpomiidiomalequisohablar,ymeescuchédesdelejos,comosiunapartedemíyanoestuvieseconmigo.

Ledijequenosabíaquémeocurríajuntoaél,yélrespondióquealosdosnosocurríaexactamente lomismo,quenossentíamosenpazelunojuntoalotro,quesentíamosquepodíamoshablardecualquiercosasinjuzgarnos,quequizájustoporesohabíaentradoyoensuvida"comoentratodalaespumadelasolasenlasrocas,quecortan,perosuavizan."Añadióqueyoyamehabíaganadopreguntarle loque fuese,que jamáspodríamentirme.Yo ledijequemehabíanadvertidocontraél.Asintió,yalosabía,sabíaloquetodoelmundoibacontandodeél.Noleimportaba,esehombredelquehablabannoeraél.Dijoqueningunodeellosleconocía."Yonovoyahacertedaño,¿mecrees?"Dudé antes de contestarle, pero no le molestó. Le comuniqué entonces sinreparos ese oleaje de dudas que aparecían a veces yme asaltaban, y añadióqueélcontraesonadapodíahacer.Merecomendóquemiraseenmiinteriorymecontestaseyomisma.Y justo antesdequeyodijesenada, élmedetuvo

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diciendo"yalohasdichotodoconlosojos."

Cuando le conté aHestia esa conversación, ella se llevó lasmanos a lacabeza.Tardóun buen rato en arrancar, creo que porque no quería hacermedaño.

—Elena,dimeunacosa.

—Pregúntala.

—Perodimelaverdad.

—Yosiempredigolaverdad.

Me creyó porque sabía que era cierto. Siempre lo digo todo con laexpresión,comolosanimalillos.Sitengohambre,lovetodoelquememire.Sitengosueño,también.

—Dimequésientes—medijoHestia.

—Sientoqueesverdadloquedice,ysimientealhacerlo,esunapenaquenolovea,porquelociertoesqueesverdad,queestáahíyyoloveo.

—¿Quéves?,¿dequéhablas?

—Esapaz.Existe,laveaélono,memientaono.Demodoque,encasodeque todo en sus palabras sea mentira, está diciendo algo cierto mientrasmiente,estáhablandolaverdad,aunquecreaquelainventa.

Me escuché, otra vez, desde lo alto, mirándome a mí misma yapuntándome a la vez con el dedo. No quería tener que juzgarme, perotampocoqueríarendirmefrentemímisma,perdermeantemispalabras.

—¿Quévesenél,Elena?

Tardéalgoendarleunarespuesta.Despuésmeconcentréenesepuntodeadentroquetantosabedetodo,quetodoloentiendesiempre.

—Veoloqueélnove,loqueparecequetodosaquíhanperdidodevista.Veouncúmulopreciosodeestrellasconectadasentresíformandoapartirdelbarrounapersona.Veounserqueamayquesufre,queintentasobrevivir,quehablay abrazaydesea, quepierdeyvuelve a empezar.Veounhumano,unhombre.Veoalguieneternoquehaolvidadoqueloes,quehaolvidadoqueesuntrozodeuniversoinconscientedesímismo.Veobelleza.

—Tambiénexisteviolenciaenelserhumano,Elena.

—Nohedichoquenoexista.

—Nohasdichoquelaveas.Respóndemeaalgo:¿aquétemesmásqueanadaenestemundo?

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—¿Porquémepreguntastanto?Yalosabes.

—No,Elena,nolosé.Dímelotú.

—Letemoaldolor.

—Escierto, le temesmuchoal dolor.Le temesporque sabes cómoeres,sabes qué eres, sabes que no llevas bien el daño, que entra en ti como laespumaésadelaqueéltehablaqueentraenlaspiedras,destrozándolas.Peroeldoloresunameraconsecuencia,noesaloquemásdebestemer.

—¿Yaquécreesquedeberíatenerlemuchomásmiedoquealdolor?

EntendíaloqueHestiaestabaintentandohacer,peronoquiseseryolaquese atreviese entonces a verbalizarlo. La dejé hablar a ella, dejé que lo queexplicabaseclavaseenmifrentecomoespinasylasangremecubriesecomounagasalosojos.

—La ternura, Elena.Hay hombres que temen la violencia, que temen elodio, que temen la guerra. Todo eso se puede devolver, todo eso se puedevengar.Simeodias,yoteodiaréenconsecuencia.Siusasviolenciacontramí,yolausarécontrati.Pero,¿cómosedefiendeunodelaternura?Nohayformadedefendersedeella.Sientraenti,silarecibes,laúnicaformadedevolverlaes haciéndola crecer. No haymanera de frenarla, la ternura sólo sirve paradestruiraquelloquelatoca.Conternuraabrazaelaguaasesinaalasrocasquedesgasta,Elena.Con ternuraabrazael sol loqueseca, loquearruga, loqueoxida.Laúnicaformadeganareshuyendodeella,noexisteningunaotra.

Yonosupecontestarle,norecuerdosilohice,simeatrevíadeciralgoquenada tuviese que ver con aquello, algo trivial que intentase desnivelar unasdécimaslabalanzaeinclinarlahaciamiego.

Fue ese día cuando decidí alejarme un pocomás deRaúl, no por él, noporque dudase de él, sino pormí. Le veía de lejos pasear con Sonia por laplaya,porlosjardinesoscuros,porlospasillosdemicasa.Mesorprendíanosentir ni elmásmínimo atisbo de algo parecido a la envidia.Me hacía tanincreíblementefelizverlefeliz,delamaneraquefuese,alladodequienfuese,que la sola recompensa o condición que pedía a cambio demi atención eraésa,aunquefuesealotroextremodelamesa,alotroladodelaspuertas,alolejos en la playa. Poder ser testigo al menos de esos momentos en que éldemostrabaestarfeliz.Notenerquecontemplarsurostroseriojamás,notenerqueobservarlemirartriste,yaquehabíatomadoformaenmíunsentimientoparecidoalquedescribenlosancianoscuandohablandelasmadres,esedeseoincesante de evitarle el sufrimiento a sus hijos, a pesar de la certezadequeésteesinevitableyavecesunbuenmaestro.

Meacostéunadeesasnochesypermanecíen silenciomirandoal techo.

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Nosonóningúnpapel,ningúngolpetraslapuerta.Fueratodoestabaoscuro,perodentro laoscuridaderapeorysólopodíaoírmi latidoa tropezones.Aldespertar,miréelsuelo.Nada.Miréalaplaya,yélestabaallísentado,comotantas otras veces,manoseando unas piedras y tirándolas al agua. Bajé y lehablécomosinohubiesehabladoantesconHestia,comosinohubiesehabidonocheoscuratrasdemí,comosinohubieseenmínadaapartedeternura.

Lehablécomosinadayéltambiénmerespondiócomosinada,sonriendo,mostrándome algunas piedras de colores que tenían formas curiosas. Norecuerdoquémedijo,perorecuerdoloquepensé.Éseeselmayordefectoquehetenidodesdesiempre,yamelodecíamipadredepequeñayyoloveodemayor, el peor defecto de todos. No sé pensar con lamente, pienso con elcorazón. Hestia tenía razón, era imposible defenderse. Opté por no hacerloentonces, por disfrutar en silencio de su voz y de su compañía, hasta quellegase el día en que tuviese que irse. Después, ya me encargaría yo sola,tranquila,dereencontrarmeconmigomisma.

—Gracias,Elena—medijoRaúl.

—¿Graciasporqué?

—Porconfiarenmí.

Mehablósobresuinfanciayalgunasdelascosasquedecíayamesonabande antes. "A este ritmo creo que vas a saberlo todo sobre mí", bromeó.Algunas veces disparaba algún halago que otro, pero ya no conseguíasonrojarme. Supongo que me estaba acostumbrando y me interesaba ahoramucho más no apartar la vista de su rostro, no perderme desde ese palcomagnífico su limpia y abierta risa, que estar pendiente de sus palabras. Eraentonces cuando él decidía dejar caer una broma algo grosera, intentandosorprendermeparahacermereaccionar.

—Yanitecambiaelgesto,tedaigualloquetediga.

Perorealmentenosecreíaloquedecía,poresoguiñabaunojoalhacerlo.

—Séqueestásbromeando,Raúl.

—Vaya,entoncesyadistinguescuándobromeodecuándono.

—Esfácil:siempreestásbromeandoynuncaestásbromeando.

Leimpactóylehizograciamicomentario.

—Chicalista—concluyó.

Algunosrayosdelsol,quesevolvíanmásanchosamedidaquecaían, leaclaraban el pelo. Las pocas canas que mostraba se veían brillantes, comohilosdeorosobreunmanto.Habíaalgoquelecaracterizabaespecialmente,yeransuspestañas.Lasteníalargasymuynegras,comobarrotesquecortaban

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lasbarrasamarillasquenosregalabaelcielo.Cadavezquecerrabalosojosalsonreír,parecíaquesuspestañaslosdefendiesen.¿Demiternura?Puedeser,al fin y al cabo, llegó un momento en que ésta se disparaba en todas lasdirecciones. Igual que el rayo de sol que se estiraba hasta romperse, yomerompíatorpementeymirostroerauncristal,desdeelcualseibanmostrandounoaunomisdemoniosanteelmundo.

—Nomepuedodefender.

EsofueloqueledijeundíaaHestia,justocuandoyaelúltimosolnaranjahabíaentradoporcompletoenelocéano,derramándoseytiñendotodaelaguademiltonos.

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Losdíassesucedieron,yahoraalgunosseentremezclanylosdetallessepierden en mi cabeza. Ahora aprieto los codos sobre la mesa y un pocotambiéndepasolasneuronasmásdormidas.

Recuerdoaqueldíaenquemesentía inmensamente tristeacausadeunapelea que había tenido con Hestia, y cómo él canceló las lecciones que yahabíaorganizadoconJonásparaesedíaparapasarhorasconmigointentandoqueme olvidase de todo. Sentí esa cercanía y amistad de las queme habíahablado,quenoestabasolasiélobservabaenmirostrolatristeza.

Recuerdo tambiénaquellamañanaquenos tumbamosen laspiedras,misdedossobrelossuyosysumanoapretandolamía.Midedoíndicepeinandolospelosdesubrazo, justoantesde llegara lamuñeca,y luegosubiendoalcuelloyacariciándolodespacio,mientrasobservabaungestoincomparabledepazdibujarsesobresucaratranquila.

Y sobre todo recuerdo el día en que se marcharon como si fuese ayermismo, como si hubiera despertado estamañana y no hubiese pasado ni unaño.Niunsóloaño.

JonásyLeroysemostraronagradecidosysatisfechos,seabrazaronatodosycadaunodeellos.Laura,tandulceytanabiertacomosiempre,ledeseólomejoraJonásydespuéssedespidiódeHestiaconpalabrasmuyamables.Anatambiénlohizo,aunqueasuforma,mássobriayunpocomenossentimental.Sonialassiguiódespués,muysonrienteycercana,recordándoleaJonásqueno tardase en poner en práctica todos sus nuevos conocimientos, ya que notodoslosmuchachosdesuedadlosteníanyesoeraunprivilegioincreíblequenodebíajamásobviar.Mipadrelesdedicótambiénalgunaspalabrasyyolesdi un breve abrazo a cada uno. Cuando llegué a donde estaba Raúl, queacababadedarleunapalmadaenlaespaldaaJonásyledecíaadiósaHestiasinatreverseaacercarsedemasiado,intentédecirlealgo,peronopude.

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—¿Vasahablar?—meinvitóél,conunamediasonrisa.

—Reconocequedisfrutascomounniño.

—Disfrutocomounadulto.

Trasdecireso,mediolaimpresióndequenoestababromeando,porquealdecirlonovolvióasonreírmás,ysusojossecubrierondeunaireserio.Quisedecirlequenohacíafaltadecirnada,peroyaestaríahablandodetodasformas,yeraabsurdogastarvozparanodecirapenas.Meacerqué,élabriólosbrazos,y yo caí sobre ellos abriendo losmíos como un pájaro que cae a descansardespuésdeunvuelomuylargo,oqueintentaincrementartodalafuerzaqueposeejustoantes,precisamente,deesevuelo.

Unapequeñaoracióndirigidaalinmensoydesdentadoocéanoseseparódemislabios,unaoraciónquepedíaprotecciónparatodos,ysobretodoparaél."Ten cuidado con el mar, no atiende a lógica alguna cuando se enfurece",decidídecirlealfinenplenoabrazo,conlabarbillapegadaasucuello."Esteabrazotanlargoesunaestrategiamagníficaparaocultarmetucara",contestóélentresusurros.Teníarazón,asíquesonreídenuevocerrandolosbrazosunpocomás,yyaporfinlesolté.

Lemirémientrassubíaenaquelbarcodemaderaazulyobservécómolaembarcación subíapoco apoco los escalonesde lasolas, entrando seguroyfuerteenelmar."Ibaapasar",hablóHestiadetrásdemí.Cuandoyanoseveíanirastrodelbarco,meretirédeaquellaorilla,deprontotangrande.Siemprehabíaestadoallí,perosupasoporellalehabíacambiadoelrostroatodaslasrealidadesquehabíanformadoestaisla.

Caminéhasta los jardines siguiendoaHestia, aunqueamitadde caminoalgoconsiguiófrenarme.Misorpresafuemásgrandequeelvacíoqueacababadesentir.Miréalsuelo,alaspiedras,yamispies…Algovibrababajoellas,algodistinto.Hestiaseacercóhastadondeyomehabíaquedadoinmóvil,sumiradamepreguntóquéocurría,ylafraseresbalódemislabioscasisinhaceryofuerza:"laislaestárespirando."

Paramipadrefueinclusomássorprendente.Cuandomehizollamarasudespacho,notuveclarosiestabaenfadadoosimplementeenestadodealerta.Sehabíasentadomirandoalaventana,pensativo.

—Hola,padre.Supongoquemehasllamadoporqueteinquietalaisla.

—¿Escierto?

—Sí.Perolepondréremedio,loprometo.

—Muchospensaríanqueestamoslocos,peronohanvividonuncaenestaisla.

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—Nonospuedejuzgarnadie.

—Nos dirían que cómo podemos intentar frenar el aire, que cómo nosatrevemos a ponerle barreras a la vida, que cómo puede faltarnos tantasensibilidad.

—Vananacerflores,padre—traguésaliva,reconozcoqueasustada,trasdecireso.

—¿Creesquenolosé?Puedequesealoquemásmepreocupa.Yahemoshablado de esto: las flores adornan lo suficiente hasta quemueren, ningunaflor de ésas que salgan ahora va a aguantar el día a día de esta tierra, lapesadezdeesteviento,lafaltadecalidezdeestosmuros.Caeráncomotodaslasdemáscayeronantes,yvolveremosaserunpuñadodeseresquejumbrosossobre unmontón de agua sólida que deambulan sombríos, deseando que suislafuesemásacogedoraalgunasveces,perosabiendolaverdad.Alfinal,unosólopuedeydebeserloquees.

Sepusoentoncesdepieymemiróantesdeseguirhablando.Vio loquehabía trasmisojos.Sentípenademímisma,decómoalguienpodía ser tanextremadamentefrágilmientrasfingíaqueerapocomenosqueinvencible.Mediopenamipropiasoberbiayechédemenosel rencory la rabiaprimitivascon lasquehabíacrecido,peroahorayanoeraesachiquillacontestonaquenadasabíadelmarnidelaroca.Ahorapodíasostenerlelamiradaamipadrepor muy turbia que ésta fuese y levantar la barbilla, aunque estuviesearrodilladapordentro.

—Elena,túsabesquiéneres.Puedequelohayasolvidadoyqueloolvidesaveces,nopasanada,todoslohacemos.Peroyoséquelosabes:sabesquiéneresysabesquéeres.

—Quésuertetengodetenerte.

—No,hija.Soyyoelafortunadoportenerteati.

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Crecieronflores,ymuchas,ylasodiémientrascrecían;ylarespiracióndela isla,alprincipio tanenérgicayvital,cadavezse levantabadesu infiernocon más trabajo. Ahí abajo debía hacer mucho calor, y su aliento sabía acentrodelatierra,asangredelcorazóndelmundo.

Elaireavecesvenía limpiocon lasolas,que refrescan todoaquelloqueacarician, y otras venía como humo, llenándolo todo de nostalgia,impregnandolosvestidos,losabrigos,losmuebles,depegajosa,insoportablememoria. Me convencí de que esa playa había estado siempre así, pero lociertoesqueahoraeraotraplayadistinta.

Mecaséconelqueeramiprometidoalgunosmesesmástarde,enlaisla

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delaqueélvenía,bajounsolmaravilloso,ynomuchodespuésllególaquesería la sorpresamásgrandede todas, lamás bella con tanta diferencia quehizo que todo lo demás, cualquier daño, cualquier lástima, se volviese degolpeinsignificante.Victoria.

AlnacimientodeVictoria le siguió la repentina enfermedadymuertedemimarido.Lospocosquequedábamosen la islavivimosun largoypesadoluto.Losañospasaron,comopasanlasolassinmirarloquedejanatrásniloquebarrenconsigo.Hestiaconocióaunmuchachodeotra islay tambiénsecasaron, y vinieron a vivir con nosotros a Cinquecento. El hijo de Hestia,Leonardo,naciócuandoVictoriayahabíacumplido losnueveaños.Teníaelpelotanrubiocomoellaeigualdeabundante.

Leroyymipadretambiénmurieron,comomurieronlasflores,desgastadostambiénporelaguayporelfrío.Elexcesodehumedadsecolóensushuesosviejos y nos dejó levitando de dolor sobre las piedras. No recuerdo haberlloradotantoentodamividacomoeldíaenquetuvequeenterraramipadre.

La isla ahora eramía, y tendría que encargarmede sus negocios y de lapesca,locualalprincipiofuebastanteduro,peronoteníamásremedio.Jonásviajópormultituddesitiosytrabajódetodoloqueunopuedetrabajar,antesdedecidiralfinquedarsetambiénaquí,consufamiliayamigos,descansandoydeleitándonosmuchasnochesconlashistoriasdesusaventuras.Estababientenerotrohombreenlaisla,aunquefueseunotanjoven,apartedelpequeñoLeonardo,cuyopadreestabasiempreenaltamar.

Lamisma noche del décimo quinto cumpleaños deVictoria, unos gritosprocedentesdelaplayanosdespertaron.MepusedepietemblandodelsustoyenelpasillomeencontréaunaceleradoJonás.Juntosbajamosdeinmediatoaverquéocurría.Setratabadeunnavíogigantequesehabíadesviadoenmitaddelatormentahastaacabarvolcándoseychocandocontranosotros.Algunosde mis hombres, que pasaban la noche en unas cabañas junto a la playaesperando a que amaneciera para echarse almar, consiguieron con esfuerzosacar de aquella vorágine de láminas rotas, velas y enseres, los cuerpos dealgunoshombres.Era plenamadrugaday apenas se podía ver a causa de laterribletormenta.Apestabaasalyalgas,yloscuerposdeaquellosnaveganteshabíansidomaltratadosporlosgolpesdelasolasylasrepentinasrocas.

Alamañanasiguiente,quetantotardóenllegar,estábamostodosagotadosy todavía con el susto en el pecho.Hestia se había pasadohoras intentandodormiraLeonardo,yVictorianodejabadehacerpreguntasydeasomarsealas cabañas de los trabajadores, donde habíamos logrado recostar, curar unpocoy limpiarpor encimaa aquelloshombres.Unodeellos abrióunojoysolamentedijo"¿cuántosquedamos?"Yohabíapasadotodalanocheytodalamadrugadajuntoaellos,preocupadaporsuestado,ylecontestéquehabíamos

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logrado salvar a siete. "Siete...", repitió aquel hombre, visiblementeentristecido.Meexplicóenvozmuybaja,casiimperceptible,queenelnavíoviajabanmás de setenta.Después siguió tosiendo, yme sorprendió que aúnquedasealgodeaguamarinaensuspulmones.

—Seloshatragadoelmar.Losiento.

Nosupemuybienquéañadir,eraunasituacióndesagradablepara todos.Miplayaestabarepletadepiezassueltasydestrozadasdesubarco.Tantasqueseguramente todavía deben quedar a día de hoy. El océano acabará porllevárselastodasalgúndía.

Como lamayoría demis trabajadores se tuvieron quemarchar,mandé aVictoriaaquedarsejuntoaJonáseneldespachoyyomequedésentadajuntoaalgunosdeesoshombres.Mepaseabadevezencuandodeunladoaotroydecabañaencabaña,pendientedeloquepudiesennecesitar.Habíadosenlaprimeracabaña,otrosdosenlasiguiente,yenlaterceralostresrestantes.Elresto de las cabañas habían sido construidas tierra adentro y no hizo faltautilizarlas.Todosmis trabajadores tuvieronquereorganizarseparadormirenellascomobuenamentecupiesen.

Lestrajejarrasconaguaalosquevimásdispuestosyyamásrecuperados.Yalosqueparecíanmostrarsemáspreparadosmentalyfísicamente,tambiénalgo de comida. Al principio en forma de purés y de caldos, después máselaborada.

—Estaislaestámaldita—medijounodeellossinpestañear.Leexpliquéquenoeracierto,peroqueelmarnocomprendíadelasvidasquelorompenni de las almas que lo navegan. Elmar todo lo hace a ciegas, se lo intentéexplicar bien, porque en el fondo es oscuro, aunque desde fuera todos loveamoscolorazul.Sumajestuosidadnosengaña,comotodoloqueesbelloenunprincipio.Perosibesaslasolas,simeteselcuerpoenteroentreolayola,sitedejasarrastrarporelaguaquehasbesado,empiezasadartecuentadequesolamentehayfríoyoscuridadallíabajo.Quesolofuebellodesdeafuera.

Salí de la segunda cabaña yme dirigí entonces a la tercera.De los treshombresquehabíaallí,unodeellosestabamoribundo, tanexhaustoquenoqueríabebernadayeraincapazdemirartecuandolehablabas.Supusequenotardaríamuchoendejarnosynomeequivoqué.Lamismarabiasalvajequelohabíaempujadoaquífuelaqueselollevó,sobreunabalsaserena,alatumbamásantiguaymássagradadetodas.

Elsegundodeesoshombreseraunviejocascarrabias.Despuésdedosotresdías,insistióenlevantarseyponerseamontardenuevoelbarco.Estabaclaro:habíaperdidolarazón.Sepensabaqueélsololograríaencajartodaslaspiezasylevantarsunavíodenuevo,yquepodríanseguirconsurutacomosi

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nada.Nuncasabrésimemaravillamás la inocenciade losniñoso lade losancianos.Amboscompartenesasabiduríaquesólotedasentirteaunodelosextremosdelavida.Tambiéndedujequepartedeloadorableenaquelhombremeloproducíaelhechodevermetanreflejadaenél.Esedeseodehacertodoloqueelespíritumehabíapedidosiempre,sinatenderaórdenes,nialíneastrazadas, ni a mapas. Yo había pasado ya la imponente frontera de loscuarenta, y el mundo no era tan bravo ni tan sorprendente como antes. Lajuventud se me estaba escapando entre los dedos y todo a mi alrededorempezaba a parecerse a la isla quedescribía el buenodeLeroy.Arenabajotierra, personas miserables, solitarias o simplemente decepcionadas. Seguíaviendo lo bello, lo seguía reconociendo, pero ya no penetraba enmis poroscomoelaire,yanoinundabamiexistencianimispulmones.Habíaaprendidoadefendermedeloindefendible.

El tercero de los hombres que ocupaban esa cabaña era Raúl. Lo habíareconocido desde que lo vi tirarse desde proa enmitad de la tormenta, darvariasvueltassobrelaspiedrasprotegiéndoselosojosycaercasialospiesdeunodemishombres, que lohabía levantadoy llevado a la cabaña.Llevabaconfiebrevariosdíasyhabíavomitadotodoloquelehabíamosllevadoparacomer. Hestia me había pedido que no pasase mucho tiempo allí, pero nohabía insistido. Le rodeamos el cuello con unas vendas, ya que se habíaarañado y temíamos que sangrase demasiado. Mostraba unas ojeras muyblancasyrespirabaconalgodedificultad.

Esperévariassemanashastaqueélempezóamejorar.Cuandoporfinpudohablar, aunque todavía seguía tumbado y sin mucha fuerza en las piernas,logró incorporarse un poco ymemiró agradecido. Pensé que sus ojos eranexactamentelosmismos,queesodebíaseralgoquejamásenvejecía.

—Estás igual — arrancó a decirme finalmente. Su voz también era lamisma,sóloqueahoraenladurezanoseintuíasuavidad.Tosióvariasvecestrashablar,yluegobajólavistaasumanoparaversihabíasangre.Nohabía,deformaquesuspiróconalivio.

—Sabesqueno—lecontesté.

—Prácticamente.Nodeberíasestaraquí,sólohayenfermos.

—Poresoestoyaquí.

Nohabíaelmásmínimorastrodedulzuraenmispalabras,enel tonodemivoz,nienmimirada.Lasentíasalirdemírobustacomolasrocasyposarseen sus pupilas agotadas por la fiebre. Pensé en lo que él pensaría demí enaquelmomento.Habíaconocidohacíamásdequinceañosaunamujerjovenyentregada, llenadebrilloe ilusiónen losojos,que lehabíaofrecido todo,ocasitodo.Habíahechoquerespiraseunaislayagastadadetristeza.Lahabía

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hechorespirarporél.

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Fueron días raros. Una tarde, a mitad de camino, Hestia me paró en laplayaymedijoquequeríahablarconmigo.Asentíconlacabezaypaseamos.Ella sí que había envejecidomás que yo, su pelo antes fue rubio era ahoracolor gris ceniza, y susojosdesconfiados semostraban siempre tristes.Unapena,porquenoconocínuncamujermásguapaqueHestia.

—Raúlprontopodráandar,Elena.Deberíasprocurarlesalosquesalgandeéstaunabarcaencondicioneseirpreparandosumarcha.

Teníarazón,esoerajustoloquedebíahacer,asíquemedispuseahacerlo.Puseamuchosdemishombresaprepararunabuenaembarcaciónqueecharalmarconlosquesobreviviesen.

Las tardesy lasnoches se sucedíanyRaúl fuemejorando, aunque todoslos demás, uno a uno, fueron cayendo en el abismo somnoliento de la isla.Todosperdieron lavidacon lentitud, sin fiereza.Simplementeestabaescritodeesaforma.Raúlfuemejorandoyelcolordesusmejillasfuetomandocadadíamásforma.Decidínofrenarlaconstruccióndesubarca,ynoteníaporquésermás pequeña de lo que había sido pensada en un principio. Sí, sería elúniconavegantesobreellaytodavíanoestabaclaronisipodríavolverausarsuspiernas,pero¿mequedabaotra?

Unamañana,cuandotodavíaelsolnihabíaasomadosucoronasobrelasolas,meacerquéhastalacabañadeRaúl.Élaúnseguíadormido,asíquemesentéenunasillademaderaqueunodemishombreshabíadejadoallíparamí.Al poco tiempo, él se pasó lamano por los ojos y los abrió, y despuésintentóestirarelcuerpoentero,peroeldolorlefrenó.Miróasuderecha,peroseencontróconlapareddetroncosdelacabaña.

—Pediréqueteabranunaventana—ledije.

—Notienesporqué,meirépronto.

—Nopuedesandaraún.

Sentíque,porunaparte,élnoparecíatenerdemasiadointerésenpasarniunsegundomássobreestaisla,yloentendíporque,¿quiénquerríapasartantotiempoaquí?Nadiecomprendecómofunciona,nisiquieralosquenacimosyestamoshechosdeella,suscriaturas,susmonstruos.Notémigestocambiar,noté cómoelviejo ecodel insomnioacumuladoaparecíay sepegabaamispárpados. Miré al suelo y respiré hondo. Le expliqué que estábamosconstruyéndoleunbarco,peroélseguíadesviandolavistahacialasotrasdoscamas, tan endebluchas e improvisadas como la suya, ahora vacías ymalolientes.Leprometíqueeseolor se iría enalgunosdías,yél asintió sin

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mirarme.Mepusedepieentoncesparairme,perovicómosubrazosealzabaparahacermeunapregunta.Mesentédenuevoentoncesyesperéaquefueseélquienmehablase.

—Victoriasepareceati—medijo.

—Nosésiesoesbuenoomalo,perogracias.

Sonrió.Semirólasdospalmasdelasmanos,nosébiensibuscandoalgoconcreto.

—Noestoydurmiendomuybien,Elena.

—Si quieres pido que te trasladen arriba, pero he pensado que cuantomenostemoviese...

—Claro,no.Aquímejor.

El silencio, pormuy breves que fuesen sus apariciones, lucía un cuerpodensoyresplandeciente.Eraunapersonamás,unfantasmahechodecarneydeaguaquepedíaagritosparticiparcadavezquealgunohablaba.

—Yanoenseñasnúmerosachicosperdidos—ledije.

—No,yano.Ahoraayudoatransportarmercancías.

—Lavidanopasasóloporlaspiedras,pasatambiénpornosotros.

—Síquelohace.¿Cómohaidotodoporaquí?SélodetumaridoyLeroyy...Losientomucho.

—Notepreocupes.Lasmuerteslleganporquehacenfaltatambién.

—Percibolaisladistinta,¿estoyloco?

—No,noloestás.Suformahacambiadomuchodesdeentonces.Cuandoenterramosamipadre,dosnuevosacantiladosseabrieronmirandoalnorte,yelríoqueatraviesaelbosqueesahoramuchomásancho,conmáscorrienteymáshierro.

—¿Hierro?

—Loarrastradelasmontañas.

Memirabasorprendido.Volvióabajarlavistadespaciohastasusmanos,yluegoseincorporóunpocomás,intentandoestarmáscómodo.

—Nuncamehablastedelbosque,delinteriordelaisla.

—Noesunsitioqueyosuelapisarmucho.Quizádebería.

—Leroydecíaqueallísóloquedabantumbasdeplantasmuertas.

—Tambiénquedananimales.Sucasaeselinterior,lamíaeslaorilla.

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—¿Ostienenmiedo?

—Temenacercarsealmar,demasiadaexposición.

—Parecepartedeuncuentodeterrorparaniños.Todoesoquemecuentasdelascriaturastemerosasydelbosque.

Sonreí,porqueteníatodalarazón.

—Supongoquesí.

—Tuhijaquiereviajar,Elena.Quieresalirdeaquí.

Miré unos segundos al mar a través de la entrada a la cabaña. Despuésvolví a dejar posarsemis pupilas en las suyas comomariposas negras. Sinaletearapenas,sinhacermuchoruido.

—Losé.¿Quéfuedetuesposa?

—Aquelloseechóaperderpocodespuésdemarcharnos.

—Vaya,losiento.

— No hay mucho que contar. Sigo intentando amarrarme a la marea,seguirconlacorrienteintentandonopisarla.Peroavecesesdifícil,sobretodocadavezqueellaaceleraoquemedetengoyo.

Asentíconlacabezaydejéquesiguiesehablando.

—He echado de menos esto. El olor a mar revuelto, el vuelo de lasgaviotasporlasmañanas...Laluz.Heechadodemenoslaexposición.

Ambos nos sonreímos. Le pedí a todos los dioses que sus frases noacabasenconalgúninnecesario"yati."

—Notecreo—decidícontestarle.Esperabaqueélmedisparaseentoncesalgúngestodedesaprobación,peroensu lugar tansólosepusoapasarseeldedoporlascaderas.Apretabaalgunasvecesparaversiledolía,ysoltabaungritomudomomentáneo.

—¿Cuándovoyapoderlevantarme?—preguntófinalmente.

—Cuantomás te toques,más tedolerá.Lascosas securancuandonosetocan.

—Avecesnotengoclarosiloqueparecemaloenelfondohasidobueno,yalrevés.

—Esonospasaatodos.

—¿Tambiénalascriaturasdelbosque?

—¿Loestáspreguntandoenserio?

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—Siempre.

—¿Yporquésonríestanto?

—Esperabasquemeofendiesecuandohasdichoquenomecrees.Nomeofendes. Te adoré entonces por eso, porque siempre me decías lo quepensabas.Mealegraquesigassiendoasí.

—Sigoteniendotambiénlosmismosdefectos.

—Siemprequeesonolosepanlascriaturasdelbosque...

Ambos reímos de nuevo. Sí que sonaba ridículo eso de los animalessalvajes, desconocidos, las dichosas criaturas del corazón de la isla, así queintentéponermeporunmomentomásseriaycogíimpulsoparaexplicarlo.

—Somostodoslomismo,Raúl.Lascriaturas,túyyo.

—¿Nosonalgomáscobardesquenosotros?Yocreoquesí,queloson.

Optépornocontestaraeso.Malditasea,¿nosomostodoscobardescuandonos toca, animaluchos perdidos entre enigmas naturales y divinos que seencuentranysepierden,quevivenysedesvivenimplorandounosgramosdeternura,yquedespuésdetenerlosnosabenquéhacerconellos?

—¿Vesloquetedigo,Elena?Losquenopisanlaorillatetienenmiedo.

—Porsupuestoqueno.

—Porsupuestoquesí,túeresmuchomásvaliente.

—Mihijamerecuerdaamíalgunasveces,perosomosmuydistintas.Yloagradezco.

—Noseastanduracontigo,noerestanhorrible.

—Soycomplicada,losabes.

—Loqueséesquenoloeres.Nilaislaestancomplicada,nitútampoco.Todos somos más simples de lo que parecemos. Todo es insultantementesimplesiempre.

Yo no quise añadir nada más. Ya habíamos dicho bastante para unencuentro como aquel.Aquella noche, cenando,Victoriamepreguntó quiéneraexactamenteel"supervivienteamabledelacabaña",yyoleaclarésinmásque un viejo amigo. "Nunca me habías hablado de él", insistió. "No esimportante,cariño.Lagentevieneyseva."Hestiameatravesabaconsusojoscansadosjustodesdeelotroextremodelamesa.Cuandoacabamosdecenar,Victoriasefueasucuartoyyomedispuseentoncesadirigirmealmío,hastaqueme di cuenta de queHestiame seguía.Me volví levantando la cabeza,quizáparadefendermedesuincesantejuicio,deesalanzaasesinaquedispara

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conlosojossiemprequenoapruebaalgo.Esonoenvejecenunca,esonuncaselearruga.

—Noteatrevasamirarmedeesaforma,Elena—medijo.

—Noséquéquieresdecirme,perodimeloqueseaydejaquemeretire.

—Yalosabes.

—No,Hestia, no lo sé.Y, ¿sabes qué?, no creo que deba saberlo. Estáspodridaentimisma,bébetetúesevenenoydéjameenpazamí.

Nomedio tiempoavolverme,niadarunpasoadelante,cuandovolvíaescucharlahablar.

—Leescribiste,Elena.

Soltéelpicaporte.

—¿Dequéestáshablando?

—Leescribistemuchascartas,peroélno tecontestó,yalcabodealgúntiempofuistetúlaquelevolvióaescribir,siempreerastú.Leescribisteyéltedijo, enunacartamuchísimomásbreveque la tuya,quenopodríavolveracontestartehastaquetuviesealgomásdetiempo,queesperasesaqueélfueseelqueescribiera,quecuando tuviese tiempo teescribiríamuchomás,yquevendríaavisitarteyqueteañorabatantoqueselehacíainsufriblevercadadíaelocéano.Tedijoqueledolíanlosojosdesdequenopodíanverte.

—Esoessólounaexpresión,noseasimbécil.

—¿Unaexpresión?

—Sonpalabras.

—¿Noerantuyastodasesaspalabras,Elena?,¿notepertenecían?¿Cuántotiempohapasado?

—Nomeimportaenabsoluto,Hestia.Tedejasenevidencia.

—¿Estássegura?Seolvidócompletamentedeti,devuestrasupuestamentemaravillosaamistad,de...

Lainterrumpícogiéndoladelcuelloconfuerza,casilevantandoapulsosucuerpo de los bloques de piedra helada del suelo. Empezó a golpearme y aarañarmelosdedosparasoltarse,peroyoapretabamás.Mirésusojospedirmeque la soltara, sus labios intentando respirar, y al final solté lamano ymequedéallídepie, juntoaellasin tocarla,mientras laveía tosiendoasustada.Entoncesmeagachéunpocoy lamiré sinpiedada losojos. "Novuelvasamolestarmeparadecirmelaverdad,Hestia."

**

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Algunassemanasmástarde,melevantéymevestíparabajaralaplaya.Alirmeacercandoalacabaña,videlejosaRaúlintentandoandarélsolosobrelaspiedrasmovedizas, abriendomucho losbrazospara sostenersebienynoperder el equilibrio.Corríhasta élgritándoleque secaería,peroélme rogóque le dejase hacerlo, así que seguí sus pasos de cerca por si daba algúntraspiés.Pocoapoco,fueacercandolosbrazosdenuevoasucuerpo,yparamigratasorpresa,logróandarhastalaorilla.

Al llegar, se dio la vuelta despacio conmuchísimo cuidado, y abrió losbrazos otra vez, pero esta vez para pedirme que le abrazara. Le abracé sinaspavientos.Sucuello teníaelmismoolorenelquehundímibarbillahacíacasiveinteañosaldespedirmedeél.Comoarrastradaporunainerciaantigua,pasé lapalmaderechaporsunuca,yporunbrevemomentoparecióquenohubiese pasado por la isla tantísimo tiempo, que no la hubiesen atravesadotantos veranos, con sus golpes de calor faltos de misericordia, ni tantasprimaveras,consudesplieguedeformasycolores,nitantosinviernoslargosdifuminando a su paso esas formas y colores. Parecía que ese mar, el queahoranosenmarcabayflanqueabaporlosbordes,fueseelmismoquelehabíavistomarcharsedosdécadasatrás.

Nosseparamos,yélmesujetólacaraconambasmanos."Gracias.Graciasotravezportodo.Porelcuidadoincesante,porlasnochesdevigilia..."Bajólasmanosyyolecontesté.Ledijequenopodíaactuardeotramaneraconél,que mi actitud hacia él nunca sería distinta a una de benevolencia ycompasión.Quenomeimportabaeltiempoquepasara,loqueélhicieseonohiciese,cuántasolassemarcharanycuantas llegasen luego.Había intentadode veras sonar cordial, no vehemente. Él abrió mucho los ojos y despuéssonriódenuevo."Pormuchosañosquepasen,nodejarásdesorprenderme."Lellevéhastadondeestabanconstruyendosubarco,yporsugestosupusequelegustabaelprogreso.Si lo terminabanpronto,podríaescaparotravezyyanovolveraCinquecentojamás.

Aquella noche al tumbarme, un cúmulo de recuerdos me punzó la sienhirviendo, como suelen llegar ellos, de esa forma inesperada y angustiosa.ComprendílaactituddesafiantedeHestia,esasobreprotecciónydurezaconlaquesiempremehabíahablado.Porquehayvecesenquesí,enquelaentiendo.

Parpadeévariasveces,mepesabalavista.Sinhaceresfuerzoapenas,doslágrimas anchas como serpientes, calientes comoel aguade loshoyosde laorilla,bajaronarañandomicaraentera,deextremoaextremo,deojoacuello.Siempretuvieronrazón:laternuraesmuchomáspeligrosaquecualquierotrosentimiento.Logradoblegar la esenciadel animal cuyocuerpoposee,yunavezqueformapartedenosotros,esimposiblecurarla,seexpandeyextiendecomounaaraña tejiendosupropiacasaennuestrasangre, transformándonospor dentro y para siempre. Nos esclaviza y no deja lugar a la claridad, la

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dignidado la lógica.Nosdescentraynos restaperspectiva.Estabaenferma,llevabaañosenfermaymoriríayaconesaenfermedadmetidadentro,agarradaalcorazóncomounniñoqueseabrazaasumadreparanocaeralsuelo,comoun primate que aprieta las ramas fuertes del árbol temeroso de sudar yresbalarse.Mirasdebajode ti,perosólovesabismo,yenfrenteelmundoseasomacontodasudeslealtad,perosabesquenopuedesarreglarlo,quetúnoerespartedeeso.

Es lomismo que desgasta y que deforma a las piedras, recordé, el besocruel de las olas, ese amorde espumay frío quenunca llegadel todoni semarcha para siempre. Lomismo que nos ha hecho personas, lomismo quealguna vez nos ayudó a sentir vida, es lo que nos aniquila después. Lamiserable,triunfanteymajestuosaternura.

Me levanté de la camay fui hasta el cuarto deHestia.Leonardodormíatranquilo bañado en la suave luz de la luna.Hestia se sorprendió al verme,peromeinvitóapasarsinproblema.Nossentamosenelfilodesucama.Yonomeatrevíaamirarlaalosojostodavía,despuésdeloquelehice.

Hablóellaprimero,quéremedio,yaqueamínomesalíalavoz.

—Teloadvertí,lohicedesdeelprimerdía.

—Losé.

—Tedijequeesa actitud tanvalientequemostrabas sólo lograría traertedecepción,quecadavezquehicieraactodepresencia,selollevaríatodoconella.Tedijequeerapeorqueelmiedoyquelaviolencia.

—Losé.

—Teexpliquécuántodestruía.

—Perotambiéncrea.

—Oh,Elena.Perosiahorayalosabes:sabesquedestruyesiempremuchomásdeloquecrea.Sinisiquieraeltiempo,queeselmáspoderosoytemidoadversariodetodos,puedederrotarleaún.

—No,nisiquieraloroza—Laspalabrascaíandesdemibocasinfuerza.Noté lamanodeHestia acariciarme el pelo, peronoquería sentir ni elmásmínimoatisbodelástima.Temoalalástimamásquealamuerte.Meretirélosrestosdellantosecoconlosdedosymeincorporédespacioparairme.Hestianoquisodecirnadamás,sólomemirómarcharmeyvolvióaacostarsejuntoasuhijo.

**

Ylamañanavolviócomovuelvetodosiempre.

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—¿Tegustatunuevonavío?—lepregunté.

—Noesperabanadamenosdeti.

Ya casi andaba perfectamente, aunque a veces todavía parecía que sucaderasequedabaalgoencogidaconalgunosmovimientos.

—Enpocotiempoestaráslisto.

—Elena.

—¿Quéocurre?

—Séquedebíhaberteescrito,pero...

—Niseteocurra.Nohagaseso.

—Déjamequemeexplique.

—Noquiero tuexplicación.Hanpasadomuchasolasporaquí,yanomeinteresanadadeloquequierasdecirme.

—Todavíanocomprendoquévisteenmí.

—Quétontería.

—¿Esoesunatontería?

—Nohenecesitadonuncavernadaconcretoenti.Teviati,yesoyameparecíasuficiente.Nohacefaltabuscarnadabajoeso,nohayunsecretoentrelíneas,nohaynadamás.

—Eresincreíble.

—Puesyomecreobastante.

Esa fue mi última frase antes de volver arriba para comer con mi hija.Desde que había empezado la construcción del navío había estadopersiguiéndomeypidiéndomemarcharse a otras islas a estudiar.Quequeríaconocermundo,decía,aprenderotrosidiomascomoJonás,conocerelmisteriodelosnúmerosydelasecuaciones.Mepreguntósieraciertoquehabíaunafórmulamatemáticaparaabsolutamentetodo,ysepasabalosdíasentrandoenla biblioteca de mi padre, buscando libros de Geografía. También insistíamucho en que Jonás sabía hablar demúsica, y que la música era algo queestabarelacionadoconlosnúmeros."Todoloestá",lehabíacontestadoRaúlenunaocasión,allí juntoa lacabaña.Penséqueeraquizáaesoa loquesereferíacuandodecíaqueVictoriasílerecordabaamí,aesacuriosidadcrudaqueleinfectabalavidayhacíadeellaloqueera.

**

Cuando el navío fue finalmente acabado, le hicimos también varias

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pruebasbajoel solydespuésbajo la luna,yaqueelnaufragiohabíacreadomiedosnuevosenlamentedeRaúl.Ahorasemostrabaserioatodashorasalsaberquetendríaqueviajarsoloyrepetíatodoeltiempoquenoqueríapecarde imprudente. Cuando por fin decidimos que estaba listo para echarse alocéano de nuevo, preparamos la comida, el agua, la ropa y todo lo quepensamosqueleharíafaltayloqueélnoshabíapedido.

—Noquierovolveraverloquevientilaotranoche—mehabíadichoamíHestiapocoantesdeaqueldía.Leinsistíenquenodebíapreocuparse,yaqueelhechodequeélvolvieseairseerasindudalomejordeunaenfermedadasí.Elmomentoenquerecuerdaslopequeñosquerealmentesomosyhemossidotodos.

—Mesentiréunpocomáscansadalosprimerosdías,despuéssemepasará—lecontesté.

—Noquierovertecansada.

—Sentiré el órgano que siempre trabaja, y sentir tanto el trabajo de eseórganomeagota.

—Puesvigílamelobien,queyasécómofunciona.

—Tranquila, sigue ahí metido en su cabaña sin ventanas a la orilla,tosiendoymirandoluegosusmanosporsiechasangre.

Selodijesonriente,serena.Erayolaquelatranquilizabaaellaahora.Alfin y al cabo, ya me sabía esa historia: la isla respiraría unos días, tal vezalgunas semanas, y después todo sería como había sido desde antes, y yoapretaríalospuñosparagolpearelsueloylaspiedrastraselgolpetemblarían,escupirían su polvo como un dragón gigantesco que se despierta asustado.Naceríanalgunasflores,yHestialasarrancaríaylasdejaríaenlaorilla,ylosdientesdelasolasvendríanparabuscarlas.

Laropaqueleprestéhabíasidodemipadre.Unacamisadelcolordelaarena seca, una chaqueta en perfectas condiciones de color azul oscuro, unpañueloparaelcuelloyunasbotas.Lailusiónporpartiryseguiradelanteconsuvida iluminabasurostroconmásorgulloqueeldía.Quisesubirmeaesecarro,peromispiernasyanoerantanaltascomomisganas,yanoeraaquellaniñatanfácildesonrojarquehabíaapostadolaisla,lamañanaylasestrellasporél.TeníarazónRaúlenalgo,enelfondotodoessimplesilomiramosdefrente,sindarlemuchasmásvueltas,comomiramosalmar.

SedespidióunoaunodetodosmishombresydeHestia,alaquebesólamano mientras ella lo miraba con desprecio. Él no se lo tuvo en cuenta.DespuésabrazóaJonásylepidióaVictoriaqueestudiaseyqueviajase,peroquetambiéncuidasedemí.Alfinalllegóamiencuentroymesonriódeoreja

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aoreja;nosupeadivinarsihabíatristezaensusojos.

—Tencuidadoconelmar,noatiendealógicaalgunacuandoseenfurece—ledijesinapartarmimiradadelasuyaestavez.

—Bien sabes que una parte de mí se quedó para siempre en esta isla,Elena,yhasidounabsolutohonorreencontrarla.Rezaparaqueelocéanosemuestrenobleconmigo.

—Es tu corazón, Raúl, el que domina el océano— le cogí de las dosmanos apretando antes de continuar. — Cuando te despiertes triste o conmiedo,recuerdaqueunapartediminutadeestemundo,uncuerpoconvidayvoz,estarásiemprepreocupadaporti.

—¿Eluniversorecuerda?

—El universo lo oye todo.Y cuando la onda de ruegos que se expandepartiendodesdenosotrosestangrande,nopuedefingirsiquieraquelaignora.Miondaesinabarcable.

—Iréenpazalencuentrodelmar,entonces.

—Veenpaz,amigomío.Novasaviajarsolojamás.

Élseacercóyapoyósubarbillaenmihombroderecho,ydespuésabriólosbrazos y yo los míos también, para recibir su abrazo sin lucha y sinaspavientos.

**

LosdíassiguientesaqueVictoriayRaúlsemarchasen,cadaunoenunadirecciónyconunrumbodistinto,fuerondíaslargosyvacíosdepalabrasporpartedeHestia.Enunade tantascenas,mesenté juntoaellay ledije"eresincreíbletalcomoeres."Ellasoltólacopadevinoquebebía,medevolviólamirada y contestó "siempre he sido increíble pero nunca suficiente." Pudehaberla ahorcado en tantas ocasiones de haber querido, pensé, pero ¿de quéhabría servido? Sus palabras seguirían resonando, creando ecos repetitivos,con el tono de su puntillosa voz, sobre mi cráneo día tras día, noche trasnoche,aunquesucuerpoysusojosyanoestuviesendelante.

Sí,podíamatarlaaella,peronopodríamatarlasideasnilaspalabras.Demodoquememarchéy cerrémi dormitorio, y pedí quenadie entrase hastaqueyonosaliese.Comílojustoydormísólocuandoyamismúsculospedíandesesperadoseldescanso.Suruegoeraelqueformulanlaspiernascuandohanandadoyamucho,ylostendonesserompenysóloentoncesempiezasasentirquesehacenfuertes.Sólocuandoserompenescuandocrecen.

Escribir, eso es lo que más he hecho desde entonces. Abrir la ventanaenterapararespirardelvientoquemellegadelasolas,escuchandoesechoque

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delaguacontralaspiedras,delascolumnasmarinasquesedeshacenypierdenentrelaarena.Nadiesabeenrealidadsilaprimeraintencióndelmarhasidobesarla, besar la arena paciente que le dio forma a las rocas.Nadie sabe sihuboalgoensucorazóndealgasquerealmentelatieseporella.Nadiesabesien el fondo de su estómago, donde todos aseguran que sólo haymonstruosazules, tambiénalberga ternura,enmitadde larabiayde la tinta,yaquedeallísalencosasasombrosas,miserables,perotambiénesebesodesalmadoquemojayrajalaarena.

Yo no soy nadie aquí para juzgar, yo sólo puedo observarlo. Soy unaprivilegiada por poder verlo tan cerca, desde este palco en el cual elespectáculosemagnifica.