La Tierra Esmeralda

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La tierra esmeralda (C. E. Feiling) El elegido Rubén estaba contento. Ya al cruzar Azcuénaga se había deshecho de la bolsita de plástico azul en que le habían entregado el libro, y desde entonces, sin disminuir el ritmo de la marcha, no cesaba de examinar su compra, volver las páginas, registrar uno a uno los detalles de la llamativa pero confusa tapa, verdadero testimonio fósil de una época de patchouli, ropa chillona y música progresiva. (La bolsita azul, arrojada a la calle con poco civismo y movida por el viento que corría por Marcelo T. de Alvear, estaba en ese mismo instante tramitando su ingreso a Ciencias Sociales, 1

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La tierra esmeralda (C. E. Feiling)El elegidoRubnestabacontento.Yaal cruzar Azcunagasehabadeshechodelabolsitadeplstico azul en que le haban entregado el libro, y desde entonces, sin disminuir el ritmo dela marcha, no cesaba de examinar su compra, volver las pginas, registrar uno a uno losdetallesdelallamativaperoconusatapa, verdaderotestimonio!sil deunapocadepatchouli, ropa chillona y m"sica progresiva. #$a bolsita azul, arro%ada a la calle con pococivismo y movida por el viento que corra por &arcelo '. de Alvear, estaba en ese mismoinstante tramitando su ingreso a (iencias )ociales, pugnando por sumarse a la ho%arasca decolillas, propagandas polticas y papeles que adornaban la puerta de la *acultad.+ ,ran casilas siete de una tarde particularmente cenicienta y desagradable, pero a Rubn le parecaque los veteranos colores de aquella tapa y el sello del unicornio con la leyenda -riginalAdult *antasy brillaban con luz propia. ,n un puesto del .arque Rivadavia, el a/o pasado,haba conseguido otros dos libros de esa colecci!n, ledos y reledos con maravillacomparable a la provocada por 'ol0ien o $e1uin2 'he 3ater o the 3ondrous 4sles, de3illiam&orris, y'he$ost (ontinent, de(. 5. (uttlie6yne. ,l quelequemabalas1manos ahora, Red &oon and 7lac0 &ountain, de 5oy (hant, comprado por la ganga de trespesos, casi le haba hecho olvidar su prop!sito de gastar los cincuenta que llevaba en elbolsillo, regalo de la abuela 8ominga por su dcimosexto cumplea/os.Aunquellevabamesesviendoel cartel queanunciabalibrosdesegundamano9vindolocadama/ana, desdelaventanilladel :;R'-G, seguida por el redondelitocon la erre de marca registrada, y aba%o, en letra ms peque/a, -* )(-'$AG8. Al mismo4tiempo que se preguntaba si la marca no debera igurar como 7>R'-GB) y el redondelitocontener una te y una eme 9si, en deinitiva, la etiqueta toda no constituira una chabacanaestrategia de mar0eting de la industria nacional9, Rubn sali! corriendo tras las chicas,decidido a que el gesto magnnimo de devolverles la buanda sirviera para reivindicar suhonor, provocarles un buen ataque de culpa. ,n la esquina tuvo que detenerse a esperar elcambiode luz, peroaunque el tricole permita ver la cuadra siguiente s!lode apantallazos, identiic! con precisi!n el ediicio adonde haban entrado.(uando lleg! all, no supo qu hacer. ,l ediicio era vie%o, de un solo pisoC la plantaba%a la ocupabaunapanadera encuyointerior nosedivisabanotras chicas que lasempleadas, mientrasquelapuertaindependientequellevabaalaplantaaltanoparecapertenecer ni a una casa de amilia ni a ning"n tipo muy identiicable de negocio. $a chapa,en particular, era bastante extra/a2 no por su orma 9el tpico !valo acostado9 ni por el:;IJ en esmalte negro sobre ondo blanco, sino porque deba%o del n"mero, calada sobre unrectngulo negro, se lea en blanco la enigmtica palabra $4K4G1. $a posibilidad de queuese una especie de peluquera ina asust! a Rubn, le quit! todas las ganas de vengarse ylas secretsimas esperanzas de conseguir el telono de su amor a primera vista. 'ras unossegundos de duda, en que imagin! lo est"pido que poda quedar explicando sus intencionesa travs del portero elctrico, se ech! la buanda al cuello y volvi! hacia &ontevideo. $oscincuenta pesos que le haba regalado su abuela ya le estaban quemando el bolsillo, y elprop!sito inicial de gastar parte de ellos en un %ueguito ocup! su mente otra vez.8esconoca a qu hora cerraba el negocio de computaci!n de &ontevideo y .araguay, perosupuso que el tiempo empleado en revolver libros no le de%aba mucho margen de maniobra.,l aroma a sndalo en que iba envuelto, adems, lo impela a regresar a su casa cuantoantes, ponerse a so/ar un desenlace distinto para el encuentro calle%ero que haba tenido.9&e cago en tu puta madre.)ebastin mascull! la rase, como ensayando para el grito que lanzara inmediatamentedespus. 8urante los "ltimos cinco minutos, y sin el menor xito, haba estado tratando deconcentrarse en su rutina con las pesas. .or lo com"n el e%ercicio sico lograba obliterartodo lo que no uera embeleso narcisista ante los movimientos de sus propios m"sculos, peL5rolocom"nylanormalidad9oloqueenel casode)ebastin(ostas pasabapornormalidad9 haban cesado varias semanas atrs, ya no recordaba cuntas.9E&, (A1- ,G '> .>'M)4&A &A8R,, 645- 8, .>'AF E(-RRR'A$AF$os dos televisores del lot estaban sintonizados en &uch&usic. (omo no haba otrapersona all y )ebastin se hallaba rente a uno de los aparatos, el arrebato de uria pareci!ir dirigido contra el cantante que bailoteaba en ambas pantallas. #Gasty, el gatito siams,llevaba un buen rato en el ba/o ocultndose de su amo, cuya puntera con un par de pilasusadas le haba roto ya una costilla.+ @uiz por el grito, pero probablemente no, $a Koz quel oa todo el tiempo 9que s!lo l oa todo el tiempo9 le dio un respiro a )ebastin, unomuy breve y que apenas le alcanz! para depositar las pesas sobre la alombra y abrir lapuerta ventana que conduca al balc!n. 8esde all la vista era amplia, convencionalmenteagradable2 a la derecha las torres nuevas, el ediicio de $a Gaci!n y el roC al rente la plazaRoma y el monumento a &azziniC a la izquierda los rboles y el trico de la avenida Alem.)ebastinviopocoynadadetodoeso, casi noescuch!las"bitacompetenciaentreelvideoclip de la televisi!n y el estruendo de 7uenos Aires y ni siquiera se dio cabal cuenta9pese a su torso descubierto, sudoroso por el e%ercicio9 de que haba empezado a tiritar.$a temperatura era ba%a para tratarse de ines de septiembre.9Go no no. 'odava no. .rimero lo otro.,l pie descalzo que )ebastin haba levantado para sortear la baranda del balc!n vol!hacia atrs y se estrell! contra el vidrio de la puerta. >n trozo de seis centmetros de largose le qued! clavado en el tobillo durante racciones de segundo, y luego cay! al piso comoel resto de los que haban sido parte del boquete.9?8uele, noA ?8uele mushhoA$a Koz sonaba de nuevo acariciante. ,l hecho de que no proviniera de ning"n sitioidentiicablelavolvaaterradora, yel dequelecostaraarticular ciertos sonidos msaterradora a"n, ms espantosamente real. )ebastin, que tena los o%os llenos de lgrimas yestaba intentando disciplinar el dolor con el in"til y homeoptico mtodo de morderse ellabio de aba%o, movi! la cabeza en se/al de asentimiento. )aba que el gesto era superluo,6as como haba intuido incluso desde antes de gritar que aquel poder registraba hasta el"ltimo de sus deseos, y sera capaz de inligirle todo tipo de tormentos para impedir que selastimase de un modo permanente. Alrededor de su pie las astillas y trozos de vidrio se ibancubriendo poco a poco de sangre.9?@uers que te cureA(asi no hubo intervaloentre lapreguntayel siniestromilagro2depronto estabaeldolorydeprontoyanoestabaC deprontosehabanesumadonos!loloscortes, sinotambinlasangrederramada, ylosvidriosrotosperodenuevolimpioseranla"nicaevidencia de lo ocurrido. >n sarcstico =), claro. E(!mo noF= se le ahog! en la boca a)ebastin, que al mismo tiempo se sinti! me%or que nunca y sexualmente excitado comonunca, con una erecci!n avasallante de puro s"bita transormndole todo el cuerpo en meroy prescindible sostn del pene. Go es que las imgenes que lo invadieron entonces 9el cinedel que sue/a despierto, tan vivido como imposible de ver cuadro por cuadro9 diiriesenmucho de sus antasas anteriores al advenimiento de $a Koz, sino que esa vez lo asustaronporque adivin! que iban a cumplirse, que deban cumplirse. *ormaban parte del plan.9'e convendra darte un ba/o. ,n un rato sals de caza, y en unash horas vas a eshtarconmigo para shiempre.,l impulso de masturbarse all mismo se debilit!. (uando las imgenes empezaron aperdercoherencia9ysupenerigidez9, )ebastinsorte!losvidriosrotosyvolvi!aentrar, maravilladodeque el pieno le doliese ydel extra/o,malvolo bienestarqueloenvolva. ,ra como la exaltaci!n que recorre a un grupo de chicos cuando estn esperandoal debilucho de la clase para mantearlo. Ya no lo molestaba el persistente antasma de laresaca, ruto de dormirse noche tras noche a base de diazepam y vod0a cuando antes susmayores vicios haban sido los anab!licos y %ugos de ruta. @uiz obedecer a $a Koz nouese tan mala idea, pens!C una entidad que obraba milagros y le peda el curioso sacriiciode llevar a la prctica sus antasas bien poda impedir que la ley lo castigara por ello. @uizhasta pudiese impedir que su padre lo orzara a retomar Administraci!n de ,mpresas en la>(A. ,l problema era el =todava no= con que haba detenido su intento de aprovechar la7distancia entre el octavo piso y el asalto de $avalle, lo que a su vez arro%aba dudas sobre elsigniicado de =vas a estar conmigo para siempre=.9Go vash a morir, o me%or dishho vas a morir "nicamente para este mundo.9@u macana entonces, porque eso es lo que la gente entiende por morirse. 6acemeun avor, ?quersA E&-)'RA', )4 )-) 'AG... 'AG...F)ebastin tuvo que de%ar incompleta la rase. Acababa de reparar en otra caractersticaintranquilizadora de $a Koz2 su timbre no era ni masculino ni emenino.9Go podsh verme. 'ampoco vas a poder verme cuando eshtsh conmigo.$ostemoresdelas"ltimassemanasretornaron. ?Ysi estabatanlocoquenos!loalucinaba $a Koz, sino tambin cosas como la sangre y los vidrios rotosA ,n &uch&usichaban empezado a pasar un clip de 7abas!nicos. )ebastin odiaba el roc0 argentino, y casilo alegr! que la pantalla se pusiese de golpe negra, salvo porque el mismo chispazo seguidopor la misma columna de humo grisceo se repiti! en el otro extremo del lot, de%ando sin7abas!nicos ni m"sica a la zona del bar y la mesa de pool. #,l arquitecto culpable de lasreormas padecidas por aquel vie%o departamento no haba dise/ado una vivienda, sino unaviso de shampoo o agua mineral.+9All no. &ir aqu, que te queda mshh c!modo.$a uerza que le torci! el cuello para dirigir de nuevo sus o%os hacia el televisor mspr!ximo no era irresistibleC era apenas la %usta para sugerir que resistirse hubiese sido unpsimonegocio. .or unos instantes noocurri!nadaC luegolapantallasepusoturbia,lechosa, yinalmentemostr!desdearribaloqueparecaser el indeunbosquedeconieras y la ladera de una monta/a. $as dos lunas y la multitud de estrellas del raro cielo9uncielotanpobladoqueresultabapocoamiliarhastapara)ebastin, inclusosineldetalledelas dos lunas9ycientos deogatas aba%o, entreel bosqueylamonta/a,combatan con bastante eicacia la oscuridad de la noche. Aunque de silueta humana, lascriaturas que se api/aban en peque/os grupos alrededor de las ogatas no le provocarondeseos dever sus rasgos decerca. A%uzgar por suactitudestabanpendientes deunacontecimiento que iba a producirse en las ruinas de una ediicaci!n que haba ocupado la8base de ladera. (uando la imagen cambi! para mostrar las ruinas desde una altura normal yde rente, )ebastin comprendi! que aquello haba sido un t"nel de piedra que una la bocade una caverna en la monta/a con una puerta que daba al bosque, de la que s!lo quedaba enpieparte del inmensomarco. $os bloques quehabanconormadosudintel yahoraobstruan la entrada le recordaron por su tama/o las ilustraciones de los vie%os manuales dehistoria, aquellas que pretendan interesar a los alumnos en las haza/as arquitect!nicas delospueblosprimitivos.A puntoderecobrarenel o%odesumentealgunapginadela6istoria antigua y medieval de (osmelli 4b/ez, lo distra%o un clamor que provena de lascriaturas reunidas en torno a las ogatas. >na de ellas 9que haba causado el disturbio alencaramarseconpasmosarapidezyacilidadsobrelosrestosdelapuerta9empez!aarengar a sus congneres en una lengua de muchas sibilantes. $a criatura era decididamentede sexo masculinoC de hecho, aunque su blanqusima piel careca por completo de pelos,ce%as ypesta/as, loque enella repugnaba era que se trataba de unser demasiadomasculino2 careca tambin de tetillas, y sus agresivos ademanes no necesitaban airmar losvalores de una vida guerrera por sobre los de otro tipo de existencia, sino que nocontemplaban otro tipo de existencia. ,n su diestra blanda una especie de cimitarra, cuyavaina de cuero llevaba en banderola sobre la espalda %unto con un escudo tambin de cuero.Kesta una alda corta, deste/ida pero a"n negra, sandalias toscas y medias de lana cruda.)us o%os eran amarillos, con un tercer prpado como el de los gatos. (uando algunos de suspartidarios se adelantaron para ormar una barrera protectora a sus pies 9pronto se hizoevidentequehabatresacciones, ladelquehablabamenorqueladesusenemigos, yambas muchsimo menores que la de los indecisos9, )ebastin se maravill! de la homoLgeneidad de aquellos seres, que prcticamente se distinguan s!lo por la vestimenta y lacantidaddeadornos, yentrelosques!loal cabodeuntiempodeobservarlospodanpercibirselas dierencias deedadoaltura. >nmotivoquesereiterabaenbrazaletes,collares, anillos y en el pecho de varios de los que llevaban t"nica era el menos armoniosode los tringulos, el escaleno de lados desiguales.$aarenga, interrumpidatantoporlosgritosdeapoyocomoporlosderepudio, seprolong! durante unos minutos y luego degener!2 acabados sus argumentos, el ser comenz!aproerirlasecuenciadesonidostiarasi drlBoshi rasedepormedio, consignaquesuspartidarios retomaban, alzando las armas y las horribles voces al cielo. )ebastin supuso9que aquellos sonidos deban estar vinculados con el smbolo del tringulo, ya que el de laarenga a veces los acompa/aba enrostrndole a la turba el que le colgaba del cuello, comoquien muestra elcrucii%o o lamedallita dela Kirgenpara probarsu ecat!lica. .or elrabillo del o%o, con cierto esuerzo, )ebastin pudo espiar que el otro televisor no estabatransmitiendo el mismo programa, aunque le ue imposible decidir si eso era ms o menosextra/o de lo que hubiera sido hallarlo tambin sintonizado en el canal $a Koz. Antes deque tuviese tiempo de arribar a alguna conclusi!n al respecto, sin embargo, una igura sali!de la caverna y comenz! a caminar a paso irme hacia la asamblea de monstruos. ,n cuantoestosladivisaronhubounaalgarabageneralizada, seguidadeunsilencioproundoeigualmentegeneral. ,l delaarengaba%!entonces desuplataorma, revelandopor suactitud y nerviosos movimientos que no haba esperado aquello y tampoco lo alegraba. )usac!litos lucan conundidos.$os escombrosle impidieron muyprontoa)ebastinseguirelavance de la igura,peromientras uevisiblealole%os l intent!sinxitoentender por quleresultabaamiliar. Aunque el ser no tard! mucho ms de un minuto y medio en arribar a su destino,pasando de costado y en puntas de pie entre dos bloques de piedra como quien se adelgazapara pasar entre la pared y la silla de un comensal distrado, la expectativa multiplic! aqueltiempo varias veces. ,n ese lapso )ebastin cay! en la cuenta de que las imgenes que lemostraba el televisor tenan una proundidad y una nitidez inusualesC concentrndose en lapantalla uno se transportaba all, vea las cosas del mismo tama/o y a la misma distanciaque si se hubiera hallado entre las pesadillescas criaturas, pero a la vez 9no, a la vez no,sucesivamente2 comocondibu%odel patoNcone%ooel delacopaylosdosperiles, elreacomodamiento perceptual necesario para distinguir una orma borraba la otra, yviceversa9 poda ver el aparato, su casa, los muebles y ob%etos que lo rodeaban.,l ser que emergi! de entre los bloques de piedra estaba desnudo. )i bien se pareca alos dems en los o%os y la ausencia de pelos, sus tetillas eran las de un var!n de la especiehumana. Antes de identiicar el rostro, o mientras a"n se negaba a reconocerlo, )ebastinconstat! que la ingle izquierda de aquel hbrido ostentaba una cicatriz como la que le habaquedado a l despus de que lo operaron de varicocele. 'ras avanzar unos pasos, su doblequed! a pocos metros del orador, que lo interrog! en un tono donde se mezclaban el miedo,10la uria y el asombro2 =?6oshA 8a drlBos, da vlBtos, ?hoshArB. )ebastin sinti! el impulsode pronunciar su nombre, pero lo que inalmente sali! de sus labios ue una deormaci!ndel mismo muy seme%ante a la lac!nica respuesta de su otro yo en la pantalla2 =)ebestiar=.$anzando un grito para darse uerzas e incentivar a sus conmilitones 9=E8A 8RB$-),8A ),7,)'4ARF=9, el orador atac!. Go haba recorrido ni un cuarto de la distancia quelo separaba de su ob%etivo cuando algo invisible lo tom! del cuello y elev! a cuatro palmosdel suelo. )us piernas se agitaron en el aire durante unos instantesC despus su cuerpo todoorm! una ve corta y cay!, rota la columna vertebral pero a"n irmemente aerrada en sudiestra la cimitarra, que no haba envainado en ning"n momento desde la arenga. ,l doblede )ebastin ba%! los brazos, que haba estado moviendo de le%os como quien controla auna marioneta. >no de los partidarios del muerto puso una lecha en su arco y lo apunt!.Aunque la velocidad con que se descolg! el arco del hombro extra%o la lecha del carca% ytens! la cuerda ue pasmosa, hasta bella en su blica precisi!n, el asesino de su %ee ue msrpido2 de%! caer la mandbula, abri! la boca al mximo y escupi! 9ue algo voluntario, nounaarcada2 escupi!comouncolegial segurodeme%orarsumarcaprevia9unv!mitoespeso. 'ras describir una parbola perecta, el lquido empap! a su enemigo. $os gimoteosde dolor tardaron unos segundos en comenzar, pero aquel cido pronto derriti! el arco ytransorm! a quien tan hbilmente lo haba manipulado en un gui/apo humeante. .eque/oscrculos de pasto en llamas marcaban los sitios donde algunas gotas se haban separado delgrueso del v!mito para precipitarse a tierra.$a segunda muerte pareci! convencer a lascriaturasdequeestabananteunserdignodeveneraci!n, ymientraslapantallaseibaponiendo de nuevo lechosa, )ebastin escuch! que unan sus voces vivando a su otro yo,vivndolo a l2 ),97,)9'4AR, ),97,)9'4AR, ),97,)9'4AR, ),97,)...$a Koz aguard! a que cesaran las imgenes, permitindole a su elegido disrutar deltriuno.9?6ay tratoA)ebastin sonri!, una mueca exttica. Ya no le importaban el estado de los televisores,que no volveran a transmitir videoclips, o la historia de su vida hasta entonces. $a Koz lehabahechoversudestino. 4baaba/arse, terminarconGasty9unsacriiciodeyapa,11pens!9 y usar la camioneta para salir de caza por "ltima vez, pero tambin por "nica vezverdadera. )u respuesta ue casi inaudible.9?@ue si hay tratoA ?@u9te9pa9re9ce, locoAA (lara le arda el tatua%e reciente. 6aber perdido la buanda no le preocupaba, pero alchocar contra el chico del blazer verde se haba pegado %usto en el hombro derecho, dondedesde haca unas horas llevaba el dibu%o de una rosa. )i se le inectaba o algo, el 4ngeniero-lhagaray y se/ora se enteraran muy pronto, y no en el verano y en la playa, de que ellahaba desobedecido sus instrucciones expresas de no tatuarse. ,staba eno%ada con &ilita, ybastante eno%ada tambin consigo mismaC aunque su amiga la haba llevado al local de lagalera7ond)treetyconseguidoqueeldue/odesestimaralaadvertenciadesupropiavidriera )e tat"a a menores de :O a/os acompa/ados de sus padres y con 8G49, el modoenquehabanagredidoal chico, queademseraunsantopor nohaberlescontestadoninguna barbaridad, le daba mucha vergHenza. Go poda de%ar de pensar,supersticiosamente, que lo intempestivo y gratuito de aquella agresi!n le traera mala suertecon el tatua%e. Y para colmo iba a volver tardsimo, o no tardsimo pero s tarde para nohaber avisado. &ilita le haba prometido que pasaban apenas un rato por la disco, donde sunovio traba%aba de barman, y despus la acompa/aba a casa para reorzar ante sus padres lahistoria de haber ido %untas a la 7iblioteca del (ongreso 9=?c!moA ?seguro que no lesavisA=9, pero ya eran casi las diez. $a auna del $iving, la que cenaba all mismo o setomaba unos tragos tranquilos como preludio al baile, estaba empezando a llegar. $as doschicassehabancambiadoel uniormeenel ba/o, mientrascompartanunporro, pero(lara notaba desaprobaci!n en el ambiente. )aba por anteriores visitas a la disco que elpromedio de edad de los habitus rondaba los treinta a/os2 a las tipas no les gustaba lacompetencia desleal, y los tipos 9que no hubieran tenido empacho en sacarlas a bailar conel sitio lleno y las luces ba%as9 miraban ahora con cierto astidio los arrumacos de &ilita ysu novio, como escandalizndose del estupro del barman.9Kamos, che. Kamos.12,l novio de &ilita, un espa/ol que se llamaba Roque y al que le decan Roc0y, se sinti!molesto por la nueva interrupci!n 9era la cuarta o quinta9 de (lara, que en realidad leestaba haciendo un avor. Roc0y viva en la eliz ignorancia de que abundaban los cuerpos%!venes y bronceados como el suyo dispuestos a traba%ar en discotecas y pizzeras de modahasta que las pasarelas los reclamaran. 6izo un esuerzo por mirar mal a (lara, pero comosus rencores no duraban mucho ms que sus restantes operaciones mentales, para cuando&ilita haba terminadode contestar, ya estaba sonriendode nuevo. ,ra una personaencantadora.9(incominutos. 8ale, (la, bancanoscincominutos, queigualdentrodeunratitoRoc0y no nos va a poder dar ni bola. ?Go ves que empieza a caer la genteA(larabu!. Goreconocalam"sicaqueestabanpasando, yel hechodequelosinnumerables televisores transmitieran una y otra vez la misma pelcula de la demolici!n deun ediicio, que al principio le haba parecido simptico, raro, comenzaba a hartarla.9&is vie%os me van a matar.98ale, (laaa. &e la debs. Y Roc0y te hace un gin tonic tambin a vos, ?sA$a sonrisa de Roc0y le deca que s a todo. (lara se tent!2 de su (orona, con que nohaba podido quitarse de la boca la sequedad acre de la marihuana, quedaba s!lo un restotibio,yaunquetena sus dudasde que el gin uera agustarle,la botella azulentrevistamientras el barman le preparaba su trago a &ilita la haba ascinado estticamente.9-0ey, cinco minutos, pero que el gin tonic sea como el tuyo, de7omba...&ilita tomaba cualquier cosa que tuviera bastante alcohol y lo disimulara con burbu%as,de modo que ue incapaz de ayudarla con la marca. Go as su novio.97ien por ti, hi%a. >na conocedora. &archa un gin tonic de 7ombay )apphire.13Keinte minutos y ms de un gin tonic y medio ms tarde, (lara se senta horrible. >natal &!nica, de treintaipico no muy rescos, coqueteaba displicentemente con Roc0y2 saltabaa la vista que lo haca casi por prctica, que no estaba empe/ada de veras en irritar a &ilita,pero tambin saltaba a la vista que alguna vez haba ocurrido algo entre el espa/ol y ella.(histesenclave, lengua%ecorporal deextremaconianza9el saludo, laacaricianteyblanda manera en que le haba tomado una mano entre las dos suyas al besarlo, estirndosepor sobre la barra9, y el colmo de preguntar si ya haba puesto cortinas en sudepartamento, noeranel tipodeactitudeshaciaunmuchachoquecontribuyesenalatranquilidad de nimo de su chica. (lara, cuyos silencios recargaban la explosiva situaci!n,descubri! de pronto que tena que ir al ba/o, aunque uera para veriicar si all tambin elmundo giraba enloquecido. Go escuch! cuando &ilita le prometa por ensima vez que yase estaban yendo, que se tomaban un taxi y ella pagaba.8e camino por el largo pasillo que rodeaba la pista de baile, llena en ese momento porlas mesas de los que se disponan a cenar, (lara ue interceptada por alguien del que s!lovio un cintur!n con pager, un vientre abultado y una camisa le/adora. $a pregunta =?solita,lindaA= le pareci! casi inverosmil pese a su evidente carga de irona 9tan antediluviana,incluso para un chiste, como la camisa le/adora9, pero por ortuna el gracioso no la sigui!hasta el ba/o.,n el espe%o se not! muy plida. Aunque el tatua%e no le arda menos que antes, esamolestia haba pasado a un segundo plano. Al inclinarse sobre el lavabo sinti! las primerasnuseas, que el agua ra sobre la cara moriger! apenas un poco. ,staba transpirando, y elleveolor amarihuanaquea"npersistaenel ambienteempeorabasudescompostura.8ecidi! que le convena irse sin avisar, aprovechando que la salida no era visible desde labarra. Go quera ni discutir con &ilita ni recibir ayuda ni vomitar para el amable p"blico.$o que necesitaba era aire resco, aunque eso signiicara volver a su casa a pie 9no lequedaba un centavo, lo que haba contribuido a su tolerancia con las demoras de su amiga9 y exponerse a una reprimenda paterna.,stuvo a punto de vomitar en el descanso de la escalera, y de hecho s!lo consigui!apartarse unos metros de la puerta de la disco antes de que su est!mago expulsara los gintonics y la cerveza sobre el cord!n de la vereda. >na camioneta que pasaba por la calle14ren! violentamente, pero (lara no se dio cuenta de que su ocupante descenda y caminabahacia ella hasta que se le par! al lado.9?,sts bienA(larasehaba vomitadolaszapatillas,una mangadelpul!ver y lamochilaen quellevaba el uniorme y los libros del colegio. ,l hombre le oreci! un pa/uelo, sin esperar larespuesta a su pregunta. 9'om. $impiate un poco. 91racias.&ientras obedeca, (lara se descubri! rogando que el punzante aroma del Garcise quele haba robado a su madre disimulara el del v!mito. ,l tipo deba tener unos veinticincoa/os 9buenmocsimo, mucho ms buen mozo que Roc0y2 pelo rubio oscuro, o%os verdes,cuerpo de deportista9 y su camioneta era una &itsubishi IxI, igual a la del hermano de&ilitaperonegra. (uandoellatermin!dequitarselasmanchaslome%orquepudo, lealarg! automticamente a su due/o el ya impresentable pa/uelo. 98e%. 'iralo. ?(!mo tesentsA 9Y...9?'embleque todavaA 'e debe haber ba%ado la presi!n.(lara supuso que para no quedar como una completa idiota se impona decir la verdad,o esa mitad de la verdad que no inclua la marihuana.9,s que tom gin, y no estoy acostumbrada al alcohol.,l tipo le mostr! unos dientes perectos. &irndolo bien se vea un poco demacrado,pero por lo dems era un actor de 6ollyDood.9?@uers que te lleve a tu casaA9Go... 1racias, tengo que encontrar un bar donde cambiarme, en la mochila hay ropa.)i llego as mis padres se van a morir del susto. 9?8!nde vivsA9Ac cerca... bueno, cerca cerca no. *rente a .laza )an &artn. 9&ir, si te parecepodemos pasar por mi departamento...yo estoy en $avalle y Alem, y despus de ah tealcanzo a tu casa, que es al toque.15Gormalmente (lara hubiese desconiado de la oerta, pero a"n se senta mareada, y leencantaba la idea de tener una historia para contarle a suamiga. #.ens!que podatransormar al graciosode la camisa le/adora enel prncipe azul conel que estabahablando, %ustiicar surepentinahuidadeladiscodeunmodoromnticoysinhacerreerencia a las nuseas. 'ambin le pareci! que un tipo que paraba su coche y se ba%aba aayudar porque vea a una chica vomitando no representaba grandes peligros.+9.ero eso es mucha molestia, seguro que ibas a alg"n lado y yo...9.ara nada. )al a dar una vuelta porque estaba podrido de estudiar, tengo un parcialen la acu el lunes. Yo me llamo )ebastin (ostas, ?vosA(uando (lara entr! al lot del octavo piso, lo primero que le llam! la atenci!n ue quesobrelacamahubieseunabuandaidnticaalaquehabaperdido. $osegundoquelellam! la atenci!n ue el cuerpo desnudo, boca aba%o en medio de un charco de sangre, y lotercero el gato muerto sobre la mesa de pool.*uente2 *eiling, (. ,. #