La traición neoliberal del Partido Comunista y Revolución Democrática a las luchas sociales. La...
-
Upload
miguel-fuentes -
Category
Documents
-
view
7.734 -
download
0
description
Transcript of La traición neoliberal del Partido Comunista y Revolución Democrática a las luchas sociales. La...
1
La traición neoliberal del Partido Comunista y Revolución Democrática a las luchas
sociales. La pelea por la educación gratuita y el concepto de Asamblea Popular
Constituyente
Miguel Fuentes Muñoz
Licenciado en Historia (Universidad de Chile)
Licenciado en Arqueología (Universidad de Chile)
Maestría en Arqueología / Programa de Doctorado (University College London)
Resumen
El creciente cuestionamiento al papel del Partido Comunista (PC) al interior del gobierno de la Nueva
Mayoría y al rol pro-bacheletista de Giorgio Jackson y su organización Revolución Democrática (RD),
plantea un importante problema para el conjunto de las organizaciones sociales: esto es, la necesidad
de reconocer y enfrentar a aquellos que, accediendo a determinados espacios institucionales, los
terminan utilizando para traicionar sus procesos de lucha. Aunque todavía en sus inicios producto de la
escasa agudización de la lucha de clases en Chile y la preservación (aunque debilitado) del “consenso
bacheletista”, este reconocimiento constituiría un importante desafío para el avance del movimiento
obrero, popular y estudiantil chileno, aquello tal como han demostrado las recientes movilizaciones de
las bases del Colegio de Profesores en contra de la dirección de Gajardo. En este ensayo planteamos
que la actuación del PC y RD constituye una de las primeras traiciones políticas de envergadura que
enfrenta el ciclo actual de movilizaciones sociales, abierto por la lucha estudiantil del 2011 por la
educación gratuita y el fin del lucro. Se propone la existencia de un cambio en el carácter de clase del
PC, esto como producto de una triple traición política: a su historia, su estrategia y al campo popular,
discutiéndose además el papel pro-gubernamental (institucionalista) que ha venido cumpliendo la
agrupación representada por Jackson. Se plantea, finalmente, que la denuncia y el desplazamiento de
los partidos de la Nueva Mayoría y sus aliados de los espacios de conducción de las organizaciones
sociales constituye, de este modo, uno de los aspectos claves del cuestionamiento de los pilares del
neoliberalismo en Chile. Aquello como un paso necesario en el reimpulso de la lucha por la educación
gratuita, el fin del lucro y la conquista de una Asamblea Popular Constituyente en nuestro país, posibles
bases para el desarrollo de un nuevo horizonte estratégico revolucionario para la lucha de clases chilena.
2
Secciones
1. ¿Quién es el enemigo de clase?
2. ¿Basta con reconocer al enemigo de clase? Una “añeja” (pero necesaria) reflexión histórica
3. La triple traición del PC: a su historia, a su estrategia y a las luchas sociales. Siguiendo el
camino del Eurocomunismo luego de más de dos décadas
4. La traición de los “estudiantes” a la lucha del 2011. O la rápida adaptación bacheletista de
Giorgio Jackson y su club
5. ¡Son todos PENTA! ¡Son todos ARCIS! ¡Hay que retomar la lucha por la educación gratuita
ya!
6. El concepto de Asamblea Popular Constituyente… y un adelanto de nuestro horizonte
estratégico
3
1. ¿Quién es el enemigo de clase?
Esta pregunta no admite dos respuestas diferentes. El enemigo de clase son los empresarios y
sus organizaciones políticas, por ejemplo los partidos de derecha, los más férreos defensores
de la herencia dictatorial. Son ellos, los parlamentarios PENTA, los partidos de los Novoa y
los Larraín, los senadores y diputados de la impunidad patronal, los representantes y protectores
más decididos del régimen neoliberal chileno.
Pero la derecha dictatorial (que sigue tan pinochetista a pesar de sus intentos por “olvidar” su
pasado reciente), no ha actuado sola, sino que ha contado con numerosos aliados. Como
sabemos, uno de aquellos aliados ha sido, históricamente, la Concertación, en los hechos el
principal garante de la estabilidad neoliberal hasta su transformación en la Nueva Mayoría. Y
es que fue justamente la acción de los partidos concertacionistas, como es de público
conocimiento, uno de los elementos claves en la preservación (y ajuste) de las bases del
régimen económico, social y político post-dictatorial chileno. Todo esto, claro, a pesar de las
tradicionales rencillas de los partidos patronales entre sí (más o menos violentas, más o menos
tranquilas) por el control del aparato estatal y sus diferentes posiciones ante temas valóricos o
aspectos parciales (a menudo menores) del modelo económico, social y político vigente hoy
en Chile.
Un ejemplo de esto puede encontrarse actualmente en el impulso de las llamadas “reformas
estructurales” del gobierno de Bachelet, especialmente las llevadas adelante en el ámbito
educativo y laboral. Tal como ha venido señalando la CONFECH y una serie de organizaciones
4
estudiantiles y sindicales, estas reformas no constituirían, en realidad, más que un mero retoque
de las condiciones actuales, constituyendo además dispositivos funcionales a la reproducción
de las lógicas neoliberales. Y si la derecha y un sector del empresariado chillan y se retuercen
ante el avance de estas “reformas”, esto ha tenido que ver, más que con el carácter
transformador de las mismas, con aquella prepotencia latifundista que caracteriza tan bien a
una fracción de las clases dominantes en nuestro país, acostumbradas por décadas a una forma
de dominio tan directo como incontestado. Esto último, así como también el temor que sienten
los sectores conservadores (y una parte del llamado “progresismo”) a que el impulso del
programa de reformas de Bachelet pueda producir un resultado inesperado: esto es, alentar a
los trabajadores y sectores populares a ir por más.
En el primer caso, es justamente dicha prepotencia hacendal (tan bien expresada en las Von
Baer y los Novoa, por lo menos hasta el caso PENTA) la que podría explicar, en una especie
de actualización de la frase de Pinochet en torno a que en Chile no se mueve una hoja sin que
ellos lo sepan, el rechazo semi-medieval de la derecha ante el aborto terapéutico. En el segundo
caso; es decir, el temor de una fracción de las clases dominantes al impulso de reformas
parciales en un contexto de conflictividad social creciente, un ejemplo podría encontrarse,
aunque en otro contexto histórico, en la reacción que tuvieron una serie de sectores
conservadores ante la llamada “chilenización” del cobre durante los años 60’s.
2. ¿Basta con reconocer al enemigo de clase? Una “añeja” (pero necesaria) reflexión
histórica
Esta pregunta tampoco admite dos respuestas diferentes. No. No basta con reconocer al
enemigo de clase. Este es sólo el primer paso, necesario, pero no el único. Aquello sobre todo
si recordamos que una de las tácticas preferidas de los partidos patronales para llevar su
influencia al seno de las organizaciones populares ha sido, históricamente, la cooptación
(directa o indirecta) de las mismas. Esto para atraerlas, de mejor manera, atrás de uno u otro
interés empresarial. Igualmente, debe tenerse aquí en cuenta que una de las estrategias centrales
de los partidos de izquierda en Chile durante el siglo XX fue, concordantemente con dichas
políticas de cooptación, el impulso de alianzas programáticas con supuestos sectores
“democráticos” de la burguesía nacional, definidos estos últimos como anti-imperialistas,
populares o progresistas. En otras palabras, el establecimiento de alianzas electorales con los
mismos partidos democrático-patronales interesados en llevar adelante las políticas de
cooptación del mundo obrero y popular ya referidas.
Durante los años 60’s, un ejemplo de cooptación directa de los sectores populares por parte de
los partidos patronales fue el impulsado por la Democracia Cristiana (DC) y su llamada
“Revolución en Libertad”, mismo partido que bendijo posteriormente la realización del golpe
militar de 1973. En el caso de la ya mencionada “chilenización del cobre”, aquella consistió,
como sabemos, en una maniobra que intentó un sector del empresariado nacional e
internacional para amagar (y anular) la demanda de nacionalización del cobre que el
movimiento obrero y popular ya había tomado en sus manos. En décadas anteriores, un papel
similar fue el cumplido por el Partido Radical y sus gobiernos de Frente Popular, partido que
llevó al gobierno a fines de los años 40’s a González Videla, artífice de la “Ley Maldita”. En
uno y otro caso, se trató entonces de sectores patronales que intentaron tomar en sus manos
(aunque parcialmente) algunas reivindicaciones en boga del movimiento obrero y popular, esto
con la finalidad de distorsionarlas en favor de sus intereses, así como también buscando
confundir y engañar mejor a sus organizaciones. ¿Con qué objetivo? El mismo de siempre.
Contener, limitar y finalmente absorber dichas demandas en los marcos del régimen de
5
explotación capitalista imperante, pudiendo ser este último tanto uno de tipo desarrollista como
el existente a mediados del siglo XX, o bien el sistema neoliberal actual. ¿Cómo? De la misma
forma que intentan hacer hoy en el caso de la demanda de la educación gratuita. Sacando al
pueblo de las calles y llevando sus esperanzas de cambio al terreno hostil (anti obrero) de los
salones ministeriales y el Parlamento.
Ahora bien, conscientes de los límites que poseen estos partidos democrático-burgueses para
influenciar a las organizaciones obreras y populares (esto especialmente en momentos de
mayor conflictividad social), aquellos se ven obligados, en determinadas circunstancias, a
impulsar una segunda forma de cooptación de las mismas, esta vez de tipo indirecto. Uno de
los casos más característicos de lo anterior fue, en diversos escenarios a lo largo del siglo XX,
el impulso de alianzas programático-electorales entre dichos partidos patronales (los radicales
de ayer o los socialistas de hoy) y organizaciones de izquierda. ¿Para qué? La misma dinámica
que en el caso previo, aunque esta vez utilizándose dichas alianzas como una herramienta con
la que transformar a las propias organizaciones de izquierda en “correas de transmisión” de los
intereses empresariales en el movimiento popular. Esto último con la complicidad (consciente
o inconsciente) de todos aquellos partidos de izquierda que, como dijimos, se han dedicado
históricamente ha promover este tipo de acuerdos, designándolos bajo la siempre útil
designación de “alianzas tácticas”. Un ejemplo clásico de esto fue la participación del PC,
influenciado en aquellos momentos por la política internacional del estalinismo y sus acuerdos
geopolíticos con las potencias imperialistas, en los ya mencionados Frentes Populares,
impulsados durante los años 30’s y 40’s por los comunistas y socialistas junto a los radicales.
Más tarde, otro ejemplo de la misma política (aunque ahora sin la presencia directa de grandes
partidos burgueses) fue la experiencia de la Unidad Popular y sus constantes llamados a un
acuerdo democrático con la DC.
¿Pero no son estas, acaso, discusiones un tanto “añejas”? ¿Acaso la política chilena actual no
se encuentra tan lejana de dichos escenarios? ¿No se deberá tener aquí en cuenta que la “Guerra
Fría” terminó hace ya mucho? ¿Y qué pueden tener que ver hoy las políticas estalinistas de
acuerdos democráticos de la década de 1940, o bien los diálogos de Allende con la DC? En
muchos sentidos, esto es cierto, existen muchas diferencias y vivimos en un mundo,
claramente, diferente. Con todo, sin Allende, sin “Guerra Fría” y sin Stalin, veremos a
continuación que aquellas discusiones poseen una vigencia algo mayor a una mera “reflexión
histórica”.
Y es precisamente por dicha actualidad la razón por la cual hoy tampoco basta, así como ayer,
con reconocer donde están nuestros enemigos de clase, siendo necesario además enfrentar las
políticas de cooptación por medio de las cuales aquellos actúan para influenciar al movimiento
obrero y popular, intentando para esto vestirse, en palabras de Lenin, como “amigos del
pueblo”. Asimismo, es por lo anterior que se hace necesario, tal como ayer, denunciar y
enfrentar a todas aquellas organizaciones que, denominándose de izquierda, le hacen el juego
a dichos sectores: los Alessandri de principios del siglo XX, los Aguirre Cerda y Frei Montalva
de ayer, las Bachelet de hoy.
Pero dejemos ya estas “añejas” (aunque necesarias) discusiones históricas, las cuales tampoco
podemos abordar en este ensayo ya que implicarían una reflexión estratégica, política e
histórica mucho mayor y discutámoslas, en cambio, en un escenario más “moderno”: el
gobierno de la Nueva Mayoría.
6
3. La triple traición del PC: a su historia, a su estrategia y a las luchas sociales. Siguiendo el
camino del Eurocomunismo luego de más de dos décadas
Producto del desgaste del ciclo democrático post-dictatorial iniciado en 1990, uno de los
bloques principales del campo político empresarial chileno: la Concertación, ha debido en el
último tiempo buscar nuevos aliados con los cuales intentar revertir su declive hegemónico.
Esto tal como en el caso de otros conglomerados patronales en el pasado.
La táctica fue así, como es usual, golpear la puerta de las organizaciones obreras y populares.
Casi de inmediato, de manera perfectamente cortés, fue nuevamente el PC el que respondió el
llamado. Pero no se trataba ahora de aquellos viejos partidos patronales que supieron vestirse
tan bien de “dirigentes populares”, tal como hicieron algún día los carismáticos Aguirre Cerda
o Frei Montalva al tomar en sus manos (tramposamente) las aspiraciones del movimiento
obrero y popular. Esta vez quien tocó la puerta fue, nada menos, que la grisácea e insípida
tecnocracia neoliberal, aquella casta de semi-gerentes y semi-ciudadanos que ha caracterizado,
por más de un cuarto de siglo, a la médula de los antiguos partidos concertacionistas. Como
decimos, fueron ahora algunos “grandes estadistas” de la transición pactada como Ricardo
Lagos, las “combativas” Carolina Tohá y una serie de insignes “luchadores populares” de la
calaña de los Fulvio Rossi y los Lagos Weber quienes tocaron la puerta, todos ellos bajo el
mando de otra de las figuras emblemáticas del statu quo neoliberal: Michelle Bachelet.
Y fue justamente en este momento, al escuchar a la puerta a los grises políticos noventeros del
neoliberalismo, que el PC decidió traicionar, ya no a Recabarren y al programa bolchevique
que inspiró su fundación (dicha traición se realizó, en realidad, hace ya muchas décadas), sino
que a su propia historia. ¡Con ellos! Con esos productos del marketing y la frase pegajosa, con
aquella ralea de políticos decadentes y miserables, quizás los peores en la historia de Chile…
Con ellos, con ese ejército de candidatos vitalicios cuya única “virtud” es aquella sonrisa
eterna, vacía y perfectamente estúpida.
Es cierto que, para ser justos, el PC tenía ya antes de su inserción a la Nueva Mayoría, como
hemos dicho, un largo historial de “alianzas táctico-programáticas” con partidos patronales.
Aun así, como concordará cualquiera que conoce algo la evolución de la izquierda chilena
durante el último siglo, puede afirmarse que lo de hoy posee un carácter inédito. Esto es, la
completa subordinación: táctica, estratégica y programática del PC a un gobierno tan
perfectamente neoliberal (aunque con retoques importantes en curso) y que posee una
continuidad neoliberal tan evidente con las anteriores administraciones concertacionistas, que
7
ninguna comparación con la experiencia de los Frentes populares (¡y menos con la Unidad
Popular!) puede ya ser creíble.
Estamos frente entonces, a todas luces, a un cambio de “táctica”. Ya no se trata para el PC de
establecer alianzas con la burguesía nacional, esto con el objetivo de impulsar, gracias a una
determinada correlación de fuerzas y su peso en el seno de las organizaciones obreras y
populares, la “democratización del Capitalismo” (o como ellos llaman: una supuesta
Revolución Democrática). Por el contrario, de lo que se trataría ahora seria de arrodillarse ante
los partidos patronales, obedecer sus lineamientos programáticos y mendigar una que otra cuota
parlamentaria, uno que otro viatico ministerial y uno que otro “parche neoliberal” (denominado
grandilocuentemente como “reforma estructural”), esto para suavizar, no eliminar ni
cuestionar, uno que otro aspecto del salvaje modelo neoliberal chileno. Todo aquello,
finalmente, para publicar cada tanto una portada de Bachelet en El Siglo acompañada de una
frase del tipo “Estamos avanzando” y poder explicar así a los trabajadores y al movimiento
popular chileno que, pese a todas las evidencias, sus intereses están siendo “bien” defendidos.
Extraña “defensa” de los intereses del pueblo explotado, de la mano de los mismos que han
venido legitimando el avance de todos y cada uno de los planes privatizadores de las últimas
décadas, extrañísima “defensa” que, como hemos señalado, le ha valido al PC traicionar sus
propias tradiciones históricas.
Como dijimos, no se trata aquí de una traición al partido de Recabarren que formó parte y
adoptó el programa de la III Internacional y la Revolución Bolchevique, programa que terminó
de abandonar este partido en la década de 1930 al calor del avance de las políticas estalinistas.
Fue ahora a su propia tradición democrática-reformista, aquella formada al alero de los
Lafferte, Labarca, Teitelboim y Marín, la misma que fue probada (y derrotada) al calor del
ascenso revolucionario de los 70’s, la cual han traicionado. Muestras de esta traición auto-
infligida a manos de la tecnocracia neoliberal concertacionista pueden encontrarse hoy por
montones. Veamos brevemente algunos ejemplos, contundentes, de esto último.
Ya a pocas semanas de la asunción del gobierno de la Nueva Mayoría, fue el mismo presidente
del PC quien se encargó de explicar a los trabajadores la misión de su partido como miembro
del gabinete bacheletista. En sus propias palabras, que ya no se trataba de contraponer los justos
intereses de la clase obrera y el movimiento popular en contra de sus explotadores: los
empresarios, sino que de impulsar una política país, en beneficio de todos. Dicho de otra forma,
el abandono público, explicito, transparente, de una política basada en la lucha de clases.
¿Astucia política? ¡Claro! Como nos diría Teillier… Lo anterior no se trataría, en realidad, más
que de una “táctica”: esto es, eliminar toda referencia en el lenguaje a dicho “concepto” (la
lucha de clases), aquello en pos de la necesaria “unidad bacheletista”. Mal que mal, sonreiría
traviesamente este dirigente comunista… ¿acaso no seguimos hablando de lucha de clases, a
veces, en nuestras reuniones internas? Más importante aún… ¿acaso no seguimos defendiendo
dicho “concepto”, aunque sin nombrarlo, por ejemplo al calor del impulso de políticas
concretas, a favor de los intereses concretos de los trabajadores y trabajadoras de Chile?
Pero no se trata aquí de un asunto de meros “conceptos”, sino que justamente de políticas
concretas. Veamos esto, nuevamente, con un par de ejemplos. En el caso de la política
internacionalista del PC se trata, nada menos, que del concreto abandono que ha hecho este
partido de todo rastro de un programa anti-imperialista (¡incluso reformista!). Abandono total
no sólo de algunas políticas históricas de la izquierda chilena en este terreno: entre otras el no
pago de la deuda externa y la estatización de la minería del cobre, sino que además una
subordinación completa, avasallante, a la política exterior del gobierno de Bachelet (es decir
8
de subordinación) ante Estados Unidos y el Imperialismo. He incluso en el caso de la demanda
marítima de Bolivia, el PC no ha sido capaz de recordar (tal como en el caso del fallo en La
Haya ante Perú) sus propios planteamientos de “solidaridad internacional” ante Evo Morales,
cerrando en cambio filas junto a Bachelet (y la derecha) tras una irrestricta defensa de los
“intereses nacionales”. Asimismo, este partido tampoco ha sido capaz de defender, desde los
cargos públicos que posee, los planteamientos que ha hecho su propio centro de estudios (el
Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz) en torno a una posible “soberanía compartida” entre
Chile, Perú y Bolivia en el extremo norte de nuestro país, esto para responder a la demanda
boliviana. Pero Teillier, nuevamente, nos deslumbra (y nos sonríe). Y es que todo esto se
trataría, otra vez, de una “táctica”. No es así que el PC haya abandonado todo rastro de lucha
anti-imperialista, sino que ha debido adaptarse, momentáneamente (y aquí viene la misa):… “a
la correlación de fuerzas al interior de la Nueva Mayoría y la sociedad chilena”. ¿Acaso no
queda todo esto claro (nos dice enérgicamente Teillier) si consideramos los numerosos stands
de solidaridad con Cuba y las FARC tan comunes en la tradicional Fiesta de los Abrazos? ¡Y
vaya que tenemos allí fotografías y pósteres del Che y Fidel!
Muy bien, lo entendemos, es un asunto de “tácticas”. ¿Pero qué hay de un ámbito más casero
como el de la política nacional? ¿Es aquí, nuevamente, una táctica la humillación del embajador
comunista Contreras al retractarse de sus afirmaciones en torno a la derecha y la DC, o bien
aquella otra humillación pública que significó para el PC homenajear recientemente al golpista
Frei Montalva? Tácticas, tácticas y más tácticas, responde a coro Teillier y sus jóvenes
aprendices Vallejo y Cariola. ¿Pero es que alguien puede creer, realmente, que todo esto se
trata de meros asuntos tácticos?
¡No! ¡Nada de tácticas! ¡Nada de maniobras! Por el contrario, la más completa subordinación
estratégica, política… y táctica, a la democracia neoliberal y a los ex partidos concertacionistas.
Subordinación histórica, inédita, que nos hablaría no sólo de la traición de este partido a su
propia historia y a su marco estratégico tradicional, sino que además de su muerte definitiva
como partido de la clase trabajadora. En otras palabras, el cambio del carácter de clase del PC
desde un partido obrero a uno en vía acelerada de “cristalización democrático-burguesa”,
siguiendo así el curso tomado en los 90’s por el Partido Socialista. Curso de “degeneración
democrática” visible retrospectivamente en la transformación que experimentaron numerosos
partidos de izquierda alrededor del mundo durante dicho periodo, perdiendo incluso la mayoría
de estos sus propios nombres de “Partidos Comunistas”. Seria precisamente este proceso, que
se sintió con fuerza en el viejo mundo bajo el nombre de Eurocomunismo, pero que no se
expresó inmediatamente en el PC chileno, aquello debido al cierre reaccionario del periodo
dictatorial (transición pactada) que impidió una inclusión inmediata de este partido en la
administración del régimen democrático, lo que se encontraría hoy, más de dos décadas
después, en la base del cambio de su carácter de clase. Esto al modo de un efecto retardado (en
el ámbito nacional) de la caída de la URSS y el campo socialista, la cual tuvo como
consecuencia, como ya hemos dicho, la desaparición de una gran parte de los partidos
estalinistas tradicionales alrededor del mundo, partidos de los cuales el PC chileno fue uno de
los más representativos en la escena internacional.
Es precisamente en esta dirección, aunque sacando una lección incorrecta: la necesidad de que
el PC “retome sus responsabilidades con la clase obrera”, en la cual se desplaza el ex dirigente
comunista Mario Benavente Paulsen (miembro del Comité Central de dicho partido por más
de dos décadas). De acuerdo a aquel, el “curso liquidacionista” del PC, entendiéndose aquí por
liquidacionismo el abandono que ha hecho este partido de sus tradiciones obreras y marco
estratégico tradicional, habría tenido su origen en fechas tan tempranas como su XV Congreso
9
(1989), momento en el cual la fundación del PC chileno fue retrotraída a la del Partido Obrero
Socialista (POS). Es decir, a un momento previo a la adopción del programa bolchevique de la
III Internacional por Recabarren. Otros ejemplos que da Paulsen respecto a este fenómeno es
la relativización que ha venido haciendo el PC, durante las últimas décadas, respecto a su
carácter como partido obrero, así como también el hecho de que el actual porcentaje del
componente proletario de su comité central no llegaría a más de un 8%.
Somos testigos así de un fenómeno político novedoso en la historia del movimiento obrero
chileno. Esto es, la doble traición del que fuera durante el siglo XX el principal partido obrero
a su historia y a su propio marco estratégico. Doble traición que habría comenzado a gestarse
a partir de su política de apoyo a la campaña del NO (1988) y a la elección presidencial de
Patricio Aylwin (1989) y que hoy, un cuarto de siglo después, ha cristalizado en la liquidación
del carácter obrero de este viejo partido reformista. Y es esta, quizás, una de las victorias más
contundentes de la gris y decadente tecnocracia concertacionista. Han sido ellos, los Rossi,
Lagos Weber y las Tohá quienes, con su abrazo de oso neoliberal, han terminado de asfixiar
los últimos restos del poderoso partido estalinista que una vez fue el PC chileno. Que fea y
triste muerte, incluso para un viejo partido reformista, aquella organización que fue una vez el
partido de Lenin, Trotsky y la III Internacional, el partido de Recabarren. Y si este viejo partido
había nacido durante los años 30’s traicionando los principios estratégicos, políticos y
organizativos de aquel gran dirigente obrero, ahora muere como partido obrero reformista
volviendo a traicionar, nada menos, que a otra de sus figuras icónicas: Allende. Doble muerte
estratégica. Doble renuncia al horizonte revolucionario, primero a su formulación leninista: la
Dictadura del Proletariado, luego a su distorsionada versión reformista del Socialismo: la
Revolución Democrática y sus numerosas variantes (“Revolución de la empanada y el vino
tinto”, “Vía chilena al socialismo”, “Vía pacífica”, etc.).
Y es justamente sobre esta doble auto-traición (histórica y estratégica) del PC a la que nos
hemos referido, que este partido ha comenzado a transitar, aceleradamente, por otra vereda: la
traición directa, pública, obscena, de las propias luchas obreras, populares y estudiantiles.
Tercera traición histórica, en menos de un año… Es, sin duda, el paso definitivo del PC al
campo de los enemigos de clase. Veamos, para terminar por ahora con Teillier, algunos
ejemplos de lo anterior.
No basta buscar mucho para encontrar estos ejemplos. ¡Tan abundantes son! Es nuevamente el
antiguo dirigente comunista Benavente Paulsen quien, lamentando con razón el curso
neoliberal del que fuera una vez su partido, nos los entrega. Es justamente él, ex dirigente
comunista, quien nos recuerda la traición de la directiva de Gajardo a la lucha de las bases del
magisterio, traición que incluyó no sólo el llamado “telefonazo” de la Moneda, sino que
además, entre otras cosas, la solicitud que hizo aquél a carabineros para reprimir la toma de la
sede del Colegio de Profesores de la Araucanía. Es el mismo Paulsen, ex dirigente comunista,
quien nos habla en torno al papel pro-neoliberal que han tenido las Juventudes Comunista en
el movimiento estudiantil, perdiendo por ello la mayoría de las federaciones universitarias que
controlaban. Es también Paulsen, ex dirigente comunista, quien se refiere a la defensa que ha
venido haciendo el PC en las recientes luchas sociales de los intereses del gobierno neoliberal,
esto último en abierta contradicción (y estamos citando textualmente a Paulsen) con los
intereses populares. Y es también Paulsen, ex dirigente comunista, quien se refiere al carácter
funcionalmente neoliberal que cumplen hoy las actuales “reformas estructurales” del gobierno
de Bachelet, por ejemplo en el caso de la reforma laboral. Dejamos aquí a Paulsen, cuyo dolor
de viejo comunista comprometido con los trabajadores (desde su particular óptica reformista)
10
es tan evidente, que hubiéramos querido incluso no utilizarlo en nuestro discusión. Diremos
para consolarlo que en él parecen vivir todavía las tradiciones de Corvalán y Neruda.
Y podríamos incluso seguir con este recuento, sacando a colación el otro “telefonazo” de la
Moneda, esta vez a Bárbara Figueroa el año pasado con motivo de la aprobación del sueldo
mínimo. No lo haremos, los hechos hablan por sí mismos. El rol del PC como nuevo
colaborador de la administración neoliberal es evidente y comienza a serlo también para miles,
cada día que pasa.
¡El PC ha muerto para los intereses de los trabajadores y el pueblo! Nada bueno puede
esperarse, entonces, de este partido, ni siquiera ya una articulación coherente de sus antiguas
políticas reformistas. Han devenido en algo más que una simple “correa de transmisión” de los
intereses de la burguesía en el movimiento obrero y popular. Este término de Lenin les queda
ya, ciertamente, corto. En términos “modernos”, se han convertido en una especie de “banda
ancha” (con la rapidez de un “telefonazo”) de dichos intereses.
4. La traición de los “estudiantes” a la lucha del 2011. O la rápida adaptación bacheletista
de Giorgio Jackson y su club
Pero el PC no se ha encontrado solo en su traición neoliberal. Por el contrario, ha estado
acompañado, en su propio conglomerado, por otras organizaciones con pretendida “vocación
social”. Una de aquellas es Izquierda Ciudadana (IC), formada por la fusión de la antigua
Izquierda Cristiana y otras agrupaciones menores. Igualmente, el PC ha contado con la
colaboración (indirecta) de otra organización que ha tenido durante los últimos años una
importante exposición mediática: Revolución Democrática (RD), la agrupación del actual
diputado Giorgio Jackson.
En el caso de IC, no hay mucho que decir. Uno de sus líderes es el diputado Sergio Aguiló,
antiguo militante de izquierda durante el periodo dictatorial que devino, tal como tantos otros,
en concertacionista histórico. Hablar de Aguiló es, por lo tanto, hablar de un concertacionista
cualquiera. Está claro para quien trabaja, incluso aun reconociendo el hecho de su participación
en la lucha en contra de la dictadura. Asimismo, tampoco hay mucho que decir en torno a IC
tratándose de una organización en la que una de sus figuras centrales es Cristian Méndez, ex
“anarquista” que ha terminado, al cabo de unos pocos años de “luchador popular” en la Facultad
de Ciencias Sociales de la U. de Chile, como vocero de la mismísima DC y los demás partidos
de la Nueva Mayoría. En realidad, con IC la única pregunta que podemos hacernos es cómo
aguantaron fuera de la Concertación tanto tiempo, entendiendo por “tanto tiempo” un periodo
mayor a algunos años.
Pasemos así a Revolución Democrática, fenómeno hoy más interesante que el de IC por el
papel dirigente que les ha tocado jugar, desde sus trincheras de combate en la Universidad
Católica y Providencia, en el movimiento estudiantil. Ahora bien, es importante destacar que
en este caso no ha existido aquí traición a programa de transformación obrero o popular alguno.
Ellos jamás han sido, como es de público conocimiento, una organización obrera. He incluso
el componente “popular” de la militancia RD es, a todas vistas, pasmosamente inexistente.
Digámoslo así, RD es el perfecto retrato de aquello que algunos han denominado como
“whiskey izquierda”. No es, por lo tanto, al pueblo trabajador o al movimiento popular a
quienes estos hijos rebeldes de Providencia han traicionado, sino que, como veremos a
continuación, a los miles de estudiantes que vieron en aquellos una mínima esperanza de
cambio al calor de la gran lucha estudiantil del 2011.
11
Partamos entonces diciendo algo en torno a la traición de RD a la lucha por la educación
gratuita y el fin del lucro: es decir, su rápida (y casi inmediata) adaptación a Bachelet. No nos
tardaremos mucho, es algo sencillo, los ejemplos de lo anterior son aplastantes.
Busquémoslos, para empezar, en la oficina del propio ministro-gerente Eyzaguirre. De hecho,
no tenemos que ir allí, sólo debemos marcar su teléfono en el ministerio y preguntar por
Nicolás, esa especie de yuppie boy versión ciudadana. Lamentablemente, quien nos contesta
no es Eyzaguirre, sino que su asesor personal: Miguel Crispi. Y ¿quién es Crispi? ¡Exacto!
Crispi es uno de los fundadores de RD y, además, la copia perfecta de Jackson (o más bien su
molde). Pero Crispi, miembro político y de sangre de la “familia bacheletista” (es hijo de una
ex ministra concertacionista), es reservado y no tiene muchas cosas nuevas que aportarnos,
salvo repetirnos que él es uno de los artífices de aquel pastiche neoliberal (a la medida de la
DC) llamado “reforma educacional”. Y cuando preguntamos a Crispi si aquel considera que
los estudiantes que se movilizaron en el 2011 tenían en mente, precisamente, dicho pastiche
neoliberal (del cual él y su organización RD son cómplices) al impulsar el proceso de tomas y
marchas de ese año, aquél nos cuelga. Lo entendemos, Crispi es reservado, sabe que ha sido
contratado sólo para ser el muñeco ventrílocuo de Nicolás y que, por lo tanto, no puede decir
más que aquello que le ordena su jefe.
Se nos ocurre entonces la idea de llamar a otros “muñecos-asesores” (esta vez amigos cercanos
de Jackson y Crispi), por ejemplo los ex dirigentes estudiantiles expertos en diálogo con la
Concertación: Felipe Melo y Rodrigo Roco. Pero estos tipos tampoco están disponibles, se
encuentran muy atareados en una importante misión, encomendada por la mismísima
presidenta: esto es, pensar en nuevas e ingeniosas estrategias comunicacionales para “explicar
mejor” la reforma educativa: o bien, en realidad, nuevas vías para seguir engañando (pero
mejor) a los estudiantes con respecto a esta última. Asimismo, Melo y Roco se hayan ocupados
discutiendo la próxima batería de maniobras ministeriales que utilizarán para mantener al
movimiento estudiantil fuera de las calles a partir de Marzo. Permitamos así que estos
“muñecos de Eyzaguirre” continúen con su trabajo creativo.
Será necesario por lo tanto dirigirnos a la oficina parlamentaria del mismo Jackson. Esto para
preguntarle, como hicimos ya con Crispi, si aquél considera que los estudiantes que se
movilizaron el 2011 estarían satisfechos al conocer el destino de sus esfuerzos por alcanzar la
gratuidad. Es decir, como letra muerta en los pasillos del Congreso y convertidos en meras
frases en las interminables conversaciones (y negociados políticos) que ha venido impulsando
este diputado con sus nuevos colegas parlamentarios. Pero Jackson es tajante. Su respuesta es
inmediata: un portazo en la cara. Es que nuestro revolucionario está demasiado ocupado en sus
extensas reuniones con la Nueva Mayoría, siempre aprobando (pero criticando), o criticando
(pero aprobando), todas y cada una de las políticas de Bachelet. No se puede olvidar aquí que
Jackson ha sido favorecido con recientes favores electorales y que es necesario, igualmente,
mantener bien aceitada la triangulación con Crispi en el ministerio y los dirigentes
universitarios de Nueva Acción Universitaria (NAU) en la CONFECH. Lo entendemos, el
“trabajo técnico” para la puesta a punto de la reforma educativa es, sin duda, estresante.
Dejemos también a Jackson por ahora. Nuestro diputado estudiantil se encuentra además un
poco malhumorado. Las cosas no andan bien en su comuna. Los problemas familiares de una
de sus madrinas políticas, la aristocrática alcaldesa de Providencia Josefina Errázuriz, le han
afectado anímicamente.
Recurramos, pues, al sector “combativo” y pidamos entrevista con la ex presidenta NAU de la
FEUC Nashla Abruman. Le haremos la misma pregunta que hicimos ya al resto de las figuras
12
de RD y sus amigos. Esta vez, Naschla nos escucha con mayor atención. Viene llegando de
una marcha y es, realmente, combativa. Ha entregado una carta al ministro, tal y como los ex
dirigentes universitarios ya mencionados: los Crispi, Melo y Roco, fervientes entusiastas del
combativo método de las “marchas-cartas” (aquel que le diera su sello tan particular a la
política universitaria en décadas pasadas), le han enseñado. Pero Nashla, que ya está pensando
en su próxima “marcha-carta” destinada a fortalecer la presión que los dirigentes NAU
descargarán, enérgicamente, sobre las autoridades gubernamentales en el próximo té con
galletas que tengan con Eyzaguirre, no puede respondernos. Naschla nos repite, como lo ha
repetido hasta el cansancio, que NAU “no mantiene ninguna relación orgánica con Jackson ni
con RD”, esto a pesar de sentir, claro, un “profundo respeto por Giorgio”. Reglón seguido,
Naschla se va… marchando resuelta a su próximo té con galletas con las autoridades.
¿Hace falta continuar nuestro diálogo con esta gente, entregando más detalles acerca de la
adaptación de Jackson y su club al statu quo neoliberal? No creemos que sea necesario, estamos
seguros de que el lector se encuentra perfectamente informado respecto a como estos tipos se
han transformado en las más recientes mascotas de los partidos concertacionistas. Mascotas un
tanto extrañas, es cierto, para el ambiente parlamentario chileno, pero graciosas al fin y al cabo
para cualquier experimentado diputado y senador concertacionista. ¡Son la nueva delicia del
show parlamentario! Mascotas a veces algo agresivas cuando les sale al paso un parlamentario
de derecha (recordemos que incluso hasta las ardillas a veces muerden), pero a menudo
simpáticas. Una de sus piruetas preferidas es girar y girar como los hámsteres en el hemiclo
del Parlamento y en las reuniones de la “Comisión de Educación”, llamando a dicha pirueta y
a aquella “rueda de hámster” que es a menudo el Parlamento burgués para los intereses de los
trabajadores y el pueblo: “lucha por la educación gratuita y el fin del lucro”.
¡Miserables! No es su traición a la adscripción a un programa revolucionario o de clase lo que
les reprochamos (ustedes han sido siempre ajenos a aquello) sino que, simplemente, su traición
a aquella básica pero honesta voluntad de lucha y transformación democrática que, por un
segundo, miles de estudiantes identificaron en ustedes. Esa misma voluntad de transformación
que alguna vez los millones que lucharon en contra de la dictadura depositaron en los dirigentes
PS, PPD e incluso DC, esos que al segundo después de la elección de Patricio Aylwin se
pusieron a trabajar, codo a codo, con la derecha y los empresarios en la administración del
legado de Pinochet. ¡Ratas Democráticas! Ese es el significado oculto de RD, roedores
engañosos al servicio de los intereses del gobierno de los patrones (versión Bachelet). ¡Tres
veces ratas! Ustedes han actuado para traicionar las esperanzas del movimiento estudiantil del
2011. ¡Deberán pagarlo caro!
13
5. ¡Son todos PENTA! ¡Son todos ARCIS! ¡Hay que retomar la lucha por la educación
gratuita ya!
La democracia patronal post-pinochetista se pudre. El hedor de las corruptelas políticas inunda
cielo, mar y tierra de este paraíso neoliberal llamado Chile. Olor venenoso, que llega a nuestras
narices en cada bocanada de aire putrefacto, puesto a punto por el calor de un verano que lo
vuelve insoportable. Dicha pus infecta, maloliente, es la de los parlamentarios PENTA, la de
los cancilleres Miami Vice y la de los diputados ARCIS. Atmósfera de corrupción y servilismo
pro-empresarial que nada, absolutamente nada, ni siquiera la apertura relativa del escenario
político con la reforma del binominal, puede cambiar. Por el contrario, la vuelve más visible,
porque sabemos bien que aquello es producto del temor que comienzan a sentir estos políticos,
verdaderos eunucos pro-empresa, a un peligro que comienza a acecharlos. Esto es, el peligro
de la lucha obrera y popular que ensaya ya sus primeros golpes a lo largo y ancho del país.
¡Que se acabe el Chile patronal! ¡Son todos PENTA! ¡Son todos ARCIS!
El enemigo de clase, sus partidos políticos y sus aliados en la administración del gobierno
neoliberal se encuentran cuestionados. En el caso de la derecha, aquella está momentáneamente
paralizada y dividida, sobre todo su sector más reaccionario: la UDI, los capataces de la
herencia de Pinochet. La Nueva Mayoría comienza a desenmascararse como lo que
verdaderamente es: los continuadores de la neoliberal Concertación. Y los nuevos aliados de
“izquierda” de esta última en el gobierno: PC, IC y RD, han comenzado a ser criticados, cada
vez más duramente, por los sectores populares y sus organizaciones. En este contexto, la
opinión pública es testigo de sus ataques mutuos. Ataques en los cuales, por cada golpe que se
propinan, saltan fragmentos de la gran verdad de esta democracia neoliberal: la de los políticos
patronales como servidores rastreros de los patrones. ¡Esos gusanos que se arrastran por
“raspados de ollas”! ¡Esas víboras que reptan por unos “milloncitos más” para la última
campaña!
Los políticos patronales están cuestionados, se dividen. Es a todas luces una oportunidad
política: esto es, la oportunidad de preparar el retorno a las calles, arrebatándoselas por la fuerza
a aquel engendro de la derecha llamado CONFEPA. ¡Hay que propinarles una lección que no
olviden nunca! Ellos deben saber que las calles son nuestras y que no estamos dispuestos a
compartirlas con la derecha reaccionaria y los empresarios. Este es el camino para poner en el
centro de la agenda política nacional, nuevamente, nuestras reivindicaciones: las
reivindicaciones de los trabajadores y el movimiento popular chileno que Bachelet ha logrado
desviar y contener hasta ahora. ¡Que se vayan todos! ¡Son todos PENTA! ¡Son todos ARCIS!
En este marco, es clave prepararnos para retomar la lucha estudiantil del 2011 por la educación
gratuita y el fin del lucro. Pero para esto deberemos romper hoy, no mañana, todos los puentes
de diálogo con el gobierno neoliberal de Bachelet y su ministro: el gerente Eyzaguirre. ¡Es la
dinamita de la lucha la que tiene que volarlos! Esto es vital porque ha sido justamente este
gobierno quien ha venido maquinando mediante sus agentes en el movimiento estudiantil,
reunión tras reunión, mes tras mes, para empantanar nuestra lucha, aquello llevándola al
camino de las negociaciones estériles y las discusiones parlamentarias. Todo esto para ganar
tiempo y poder preparar mejor la defensa del modelo de educación empresa que ellos buscan
preservar. ¡No debemos darles el tiempo que necesitan! ¡Hay que desplazar ya a los agentes
bacheletistas de todos los espacios de conducción estudiantil! ¿Y es que hoy puede alguien
dudar que aquel ha sido, el de agentes gubernamentales, el rol del PC, RD y la legión de ex
dirigentes CONFECH que hoy repletan las oficinas ministeriales? ¡Hay que dinamitar los
14
puentes del diálogo, puentes a través de los cuales el enemigo prepara la derrota definitiva del
2011!
En este camino, los estudiantes deberán además ajustar cuentas con aquellas organizaciones de
izquierda que, con su política permanente de conversaciones con el gobierno y presiones
“mediáticas”, han sido los principales responsables del “pacto desmovilizador” con Eyzaguirre.
Fueron dichas organizaciones, por ejemplo Izquierda Autónoma (IA) y el Frente de Estudiantes
Libertarios (FEL), miembros del actual “bloque de conducción” de la CONFECH, quienes han
venido jugando un rol de verdaderos “administradores del retroceso”, llevando al movimiento
estudiantil al campo yermo de las presiones ministeriales. Han sido ellos, el diputado “rebelde”
Boric, socio principal de aquella marioneta bacheletista llamada Jackson, así como también los
libertarios del FEL y su combativo método de las conferencias de prensa, quienes han venido
subordinando con sus políticas conciliadoras al movimiento estudiantil ante el gobierno. ¡Ellos
han entregado las calles a la derecha reaccionaria! ¿O acaso esto no queda claro, si tenemos en
cuenta el rol que jugó la dupla Melissa Sepúlveda-Naschla Abruman al interior de la
CONFECH durante el 2014, demostrándonos a todos en qué consisten los métodos de lucha
anarquistas-libertarios? Los combativos métodos de las banderas rojinegras del FEL, así como
también los combativos métodos del Autonomismo universitario, que han repuesto, al más puro
estilo noventero, las tradicionales marchas universitarias para “entregar cartas” a los ministros.
Las “marchas-cartas” de IA y el FEL, aprendidas sin duda de sus antecesores en la dirección
de la CONFECH: las actuales juventudes neo-concertacionistas del PC, RD y toda aquella casta
de burócratas universitarios que hoy han comenzado sus auspiciosas carreras ministeriales.
¡Hay que desplazar a los “carteros del diálogo”! ¡Hay que imponer al “bloque de la
conciliación” en la CONFECH un plan de lucha para retomar la pelea por la educación gratuita
y el fin del lucro! Retomar las calles, las marchas, las tomas, las barricadas y los métodos de
auto-defensa para enfrentar a las fuerzas represivas. ¡Ese es el camino para obligar a los
dirigentes autonomistas y libertarios a luchar! O luchan… o son barridos ¡Ese es el “menú”
que es necesario presentarles! Y que ellos elijan lo que les venga en gana.
Un plan de lucha que plantee no sólo la unificación de universitarios y secundarios, sino que
incluya además a los cuerpos académicos de las universidades y profesores de educación media
y básica, así como también a los trabajadores funcionarios. ¡Estos son los verdaderos puentes
de diálogo que debemos construir! ¡Los puentes del diálogo de la unificación de nuestras
fuerzas! ¡Los puentes de la unidad de los que luchan! Y esto porque serán precisamente estos
“puentes de diálogo” (y no los que se empeñan en construir los Jackson y Boric con el gobierno
y los empresarios) los que permitirán al movimiento estudiantil unificarse con el campo popular
que ya ha comenzado a dar importantes pasos de organización a lo largo del país. ¡No existe
otra opción! Nuestro enemigo es poderoso y actúa de manera coordinada, siempre en contra de
15
nuestros intereses. ¡Es la única vía! Debemos aprender las lecciones de las pasadas luchas
estudiantiles del 2006 y el 2011 y recordar que, a pesar de los millones que se movilizaron,
aquellas no contaron con la fuerza necesaria para hacer retroceder a los gobiernos
empresariales. ¡A pesar de los millones de estudiantes que han salido a las calles en los últimos
años, no se ha logrado modificar una sola coma del sistema de educación empresa heredado de
la dictadura! ¡Ni una sola coma! Y es que sólo la clase obrera y los sectores populares podrán
dotar al movimiento estudiantil de la fuerza necesaria para la conquista de sus demandas,
conectando así la lucha por la educación gratuita con un cuestionamiento más general de las
bases del modelo económico, político y social existente en Chile. En otras palabras, los pilares
del neoliberalismo pinochetista imperante.
6. El concepto de Asamblea Popular Constituyente… y un adelanto de nuestro horizonte
estratégico
Una instancia con la cual asumir la perspectiva de lucha anterior podría ser, tal como empiezan
a discutir una serie de actores sociales y políticos, la convocatoria a una Asamblea
Constituyente. Dicho de otro modo, una instancia en la cual los trabajadores, sectores
populares, estudiantes, pueblos indígenas, minorías sexuales e intelectuales puedan discutir
unitariamente y resolver en torno a sus demandas históricas: educación gratuita, derechos
laborales, nacionalización de la minería, reformas del régimen político, derechos nacionales de
los pueblos indígenas, etc. Una Asamblea Constituyente impulsada por la más amplia
movilización y auto-organización de los trabajadores y el movimiento popular, resguardada
por los métodos de la auto defensa de masas. ¡Esta puede ser una de las vías para avanzar en el
cuestionamiento y la abolición de la maldita herencia de Pinochet que carga sobre nuestros
hombros!
Ahora bien, teniendo en cuenta que ya han empezado a escucharse voces por una Asamblea
Constituyente desde diversos referentes patronales, caracterizadas por defender modelos de
funcionamiento al alero de la legalidad imperante y por apuntar así, por lo tanto, a una
recomposición de las instituciones democrático-burguesas, creemos necesario reflexionar en
torno a una propuesta que permita disputar, de mejor manera, la hegemonía obrero y popular
de esta instancia. Lo anterior a partir de un modelo de Asamblea Constituyente basado en dos
condiciones democráticas elementales, necesarias para asegurar la plena libertad y soberanía
de esta última: estas son, la disolución de las Fuerzas Armadas golpistas (garantes de la defensa
y preservación de la democracia neo-pinochetista imperante) y el cese de funciones del
Parlamento patronal (garante de la legalidad y el marco constitucional heredado de la
dictadura). ¡No se puede concebir ningún tipo de Asamblea Constituyente destinada a discutir
y resolver las demandas más sentidas de los trabajadores y el pueblo bajo la sombra amenazante
16
del Ejército de Pinochet y el Parlamento de los ricos, centro de operaciones de los enemigos
del pueblo! Buscando así diferenciar nuestro modelo de Asamblea Constituyente con aquellos
que, como dijimos, empiezan a difundir una serie de referentes políticos pro-patronales a través
de los medios de comunicación (por ejemplo Marco Enríquez-Ominami), proponemos aquí su
designación como Asamblea Popular Constituyente. Esto al modo de una definición abierta
con la cual comenzar a reflexionar en torno a la dinámica de clases que las organizaciones
revolucionarias deberán buscar imprimir a esta última, teniendo además la finalidad de empezar
a enfrentar las propuestas de los partidos burgueses en este ámbito.
Con todo, entendemos que cualquiera sea el nombre, la Asamblea Constituyente constituiría, a
la vez que una instancia potencialmente progresiva para la lucha de clases, el último reducto (o
bien un nuevo comienzo) para la democracia burguesa. Es decir, una instancia de reforma-
refundación in extremis del régimen democrático patronal. De lo que se trata entonces sería
pensar este espacio como una posible tribuna desde la cual impulsar (tal como en el caso del
Parlamento) una verdadera alternativa anti-capitalista para la lucha de clases chilena,
planteándola así como un paso táctico para la conquista de un gobierno obrero y popular
mediante la toma del poder. Esto último, o bien utilizar la reivindicación de Asamblea Popular
Constituyente como una táctica de propaganda posible de ser desechada incluso antes de su
consecución práctica, aquello en la medida en que sea la misma lucha de clases la que ofrezca
alternativas más progresivas. En otras palabras, pensar esta demanda tanto como una consigna
de agitación y discusión política, así como también una reivindicación de contenido
transicional destinada a potenciar los elementos más progresivos de la lucha de clases, aunque
desde una perspectiva estratégica que buscaría la liquidación revolucionaria (y no la
“refundación constituyente”) de la democracia capitalista.
¡Liquidar y no reformar la democracia de los capitalistas! ¡Ese debe ser nuestro horizonte y el
mejor de nuestros tributos a la República y a la Democracia! Tributo honesto, su muerte
heroica. ¡Que mueran como nacieron! ¡Por la Guillotina de la Historia!
17
Y que de las cenizas de la Republica burguesa nazca su heredera: la Democracia de los
trabajadores y el pueblo, defendida por su mejor y más noble gendarme: la Dictadura del
Proletariado (terror de los capitalistas), la herramienta más eficaz jamás descubierta para
aplastar a nuestros enemigos. ¡Este es el horizonte! La ruta de fuego de la Comuna y la
Republica de los Soviets. Y que los estúpidos se engañen o se sonrían… pensando que esto son
sólo palabras.
En esta senda, levantar una corriente de intelectuales, artistas y pensadores marxistas que estén
dispuestos a ocupar cada espacio al servicio de esta lucha. La catedra, la publicación, la
instalación artística, la intervención literaria. ¡Basta de intelectuales al servicio del régimen de
los patrones! ¡Basta de artistas y poetas serviciales al statu quo! ¡Basta de académicos y artistas
neutrales! ¡A tomar partido! ¡La victoria, la venganza, nuestra lucha!
Enero 17, Santiago
Notas
-El texto citado de Mario Benavente Paulsen es el siguiente: “El PC debe asumir la
responsabilidad que le corresponde como partido de la clase obrera”. Disponible en línea en la
página Rebelión (Chile) en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=194085.
-Todas las imágenes utilizadas en este documento han sido tomadas de Google Images.
18
Intervenciones político-académicas del autor
1
Ensayos, comunicados, entrevistas y notas de prensa
Respuesta al “Manifiesto de los Intelectuales Chilenos” y discusión con el Partido Comunista
y el Autonomismo. ¿Intelectualidad crítica funcional al Neoliberalismo o intelectualidad al
servicio de la lucha de clases?
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/250409331/Respuesta-a-Manifiesto-de-Intelectuales-Chilenos-
Borrador
Restitución de insumos de investigación a la comunidad rapanui, órganos patrimoniales e
instituciones académicas… y la necesidad de una producción de conocimiento con utilidad
social y el camino para lograrlo. La lucha por una Asamblea Popular Constituyente y una
“Comisión Nacional Científica de los Trabajadores y el Pueblo”
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/208795075/Restitucion-de-insumos-de-investigacion-a-la-
comunidad-Rapanui
La Academia Universitaria y el ámbito de los proyectos de investigación como espacios de
lucha política a favor de los trabajadores, estudiantes, movimiento popular y pueblos
indígenas. Entrevista Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Chile.
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/186110211/Libro-Rapa-Nui-y-la-Compania-Explotadora-
Entrevista-FACSO
Una contextualización histórica necesaria. Introducción al Manifiesto Poético “La Poesía
como Instrumento de la Verdad”, elaborada para la Revista digital Critica.cl.
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/251342462/Introduccion-Manifiesto-Revista-Critica-cl-Borrador
2
Colaboraciones con organizaciones sindicales e indígenas
Organizaciones sindicales
Proyecto audiovisual “Sindicalismo, Dictadura y Resistencia. Testimonio de una Memoria”.
Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/61580502/Presentacion-Documental-Sindicalismo-Dictadura-y-
Resistencia-FACSO-U-de-Chile
19
Documental en línea (parte 1 de 6):
https://www.youtube.com/watch?v=5vwbmA8vvfg
Transmisión vía ARTV (Canal Cultural de Chile):
https://www.youtube.com/watch?v=LtpPf0KMHbg
El Conflicto Étnico-Territorial en Rapa Nui. Comunicado de la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT).
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/138997017/Comunicado-Central-Unitaria-de-Trabajadores-
Rapa-Nui
Organizaciones indígenas
El conflicto étnico en Rapa Nui. Documento del Parlamento Rapanui (Isla de Pascua).
Disponible en:
https://www.scribd.com/doc/139177207/Parlamento-Rapanui
3
Documentos académicos y varios
Pagina web
https://www.scribd.com/MiguelFuentesM