LA VENTA. DEL ISTMO I. REFLEXIONES...

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I. REFLEXIONES CANALERAS 0 LA VENTA. DEL ISTMO Por Zelisatio ?mac

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I. REFLEXIONES CANALERAS 0 LA VENTA. DEL ISTMO

Por

Zelisatio ?mac

REFLEXIONES CANALERAS 0 LA VENTA DEL ISTMO

Por 73421154th) 7)14.2415

Qua amarga ironic la de la Historic, enfrenterse al presente con las

monos vocios, impotente ante nuestras pasiones, pero comprendiendo que

ella se levantare como un juez severo, con un orma mos poderosa que le

de nuestros manes y nuestros corazones; un arma que es el simbolo de lo

verdad: La Palabra.

El Istmo de Panama, sujeto hoy a le ruta de las ambiciones norte-

americanes, ajeno a su propio direccion, impulsed° por hombres pequelios

y temerosos, que no saben ni defender sus derechos mas elementales, no

recuerdan hoy que cuondo nos emancipamos, lo hicimos sin sacrificios

Publicado en el "Constitocional", San Salvador, 18 de Julio de 1903. Se ha modernized° ligeramente la sintaxis (N.d.I.D.)

de nodie, sin el esfuerzo de los heroes legendorios de Corabobo y Boyac6,

enfrentandonos al imperio colonial mos grande que conocieron todos los siglos de Grecio y de Roma.

Ciertamente que, todos los colombianos deseamos que se abra el Canal

Interoceanico par nuestro territorio del Istmo, pero ohora que los norte-

americanos hocen la proposician de construirlo y que hon celebrado con

la Repablica de Colombia el Tratado Herran-Hay, con este objeto, asi coma

hay quienes son partidarios de el, a todo trance, y que piden par consi-guiente que este contrato sea aprobado sin modificociones, tombien hay

quienes pensomos que solo podra aceptarse modificandolo y que si ho de

construirse el Canal, sea sin mengua de la integridad de nuestra soberania,

de la honra de to potria, y de nuestro seguridod economic°.

Moderen sus calculos los que imaginan que los norteamericanos hobran de construir esta obro pare nuestro beneficio y recuerdese que estos no han sido capaces de respetar sus obligaciones contractuales desde el olio

1849, en que la seguridad del lstmo ha sido amenazada y controloda

caprichosamente par la direcciOn que le ha venido imponiendo aauel pals.

Los que combotimos at Tratado Herran-Hoy, somos uniformes en

nuestras argumentaciones y logicos con nosotros mismos, no discrepando

en un solo punto. Los canalistas a toda costa, se distinguen por la fait°

de uniformidad y de logic°. No solo se contradicen unos a otros, sino a si

mismos. Nos ha parecido que los primeros son demasiado conformes o

ingenuos para comprender la verdod.

Para los que sostenemos la soberania, to honro, la integridad de to

patrio y lo seguridad economic° del lstmo, la verdad resplandece y nos guia

a todos coma un foco de luz, en tanto quo los que se olvidon de estos

principios, que son de conservacion, se dejan arrastrar par moviles menos

elevados, menos resplondecientes, menos fijos, mos particulores, y par esto se van par diversos vios, empleondo recursos desiguales, como si dijeramos

vehiculos distintos.

Los norteamericonos han tenido dominio obsoluto del istmo desde el

ario de 1849 sobre la lima ferrea de Panama a ColOn, to que consideran

en cierto modo una prolongaciOn de la linea costonero de los Estados Unidos,

y los Istmerios con temor debemos comprender el peligro que entrotio

para nuest o porvenir estos pretensiones del norteamericonismo. El Tratado Herran-Hay no limita las ambiciones y propOsitos norteamericanos, sino

que obre los puertos par completo a to dominaciOn norteomericana. Par

ello deducimos en buena logic° que de oprobarse el Tratado Herr6n-Hay,

esto constituir6 en pocos polobras UNA VENTA DEL ISTMO.

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Acaso queremos echar el Istmo en brazos de los norteamericanos...?

Deshacernos de el por diez millones de pesos en oro... y que...?

Olvidan los istmerios cue nos hen humillado los norteomericanos, tan

solo con el c'ominio de la linea ferrea de Panama a Colon: si les ofrece-

mos y les entregamos una foie de terreno en el Istmo, es logic° que en poco tiempo pretenderen dominor en los 900 miriametros cuadrados del

territorio Cue compone el lstmo de Panama, y si ban de avanzar coma ovanzon hoy, los norteamericanos nos colonizes:in con la mayor firmeza

ropidez,..!

Pero no han de Ilegar...!! Antes de que se cumpla este supuesto desti-

no irremediable, que nos hunda el mar y nos sepulte entre las coroles y

las ostros "

Los publicaciones que hosta el presente se han hecho, no estudian este punto, lo rozon apenas como el batir del ave con sus alas, cuando

advierten que la Constitucion de la Rep6blica a nadie ha conferido, ni al

gobierno, nr al Poder Legislativo, ni a ninguna outoridod, la facultad de

enajenar ni siquiera una pequefia parte de nuestros territorios, ni siquiera

con el prop6sito de odministrar el Canal Interoceanico.

La soberania Colombian° debe ser mantenida a toda costa, iy que fa

bandera tricolor de Colombia, ondee sin temores y sin reticencia dcsde

Bocos del Toro, hosto Cundinomarca...! Que ninguna bandera extranjera

sea planted° en nuestro territorio, ni siquiera con el pretexto de abrir un

camino en nuestro tierra para abrazar los mares...!!

Pot que no creer que este es el principio fundamental de que ninguna

autoridad, por elevado que sea, puede ejercer facultades para enajenar

nuestro territorio y conceder los derechos soberanos? La integridad de la

patria debe ser mantenida a toda costa, y si ha de intentarse construir el

Canal Interoce6nico, que se osegure y se explique que solo nuestro ejercito, nuestro policio, nuestros jueces, podran administrar justicia...!

Todos los trotadistat de derecho, desde Blunstschi hasta Fiore, sin

excepcien de uno solo, sostienen que la soberania es indivisible, que la

soberania es inajenoble, que to soberania es Unica, y que es una condi-

cien inmonente a la nacion. El territorio de la potria no puede ser divi-

dido, ni siquiero alquilodo, ni siquiero con el pretexto de abrir el canal

interoceenico.

No comprendemos que ley de la Rep6blica, que poder del Estado, puede tener facultades para desmembrar nuestro territorio y entregor parte de el a la administracion de los norteamericanos!

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Las cosas hay que hablorlas con entero franqueza y derided. El

Istmo de Panama es decir Colombia simplemente este' ofreciendo la

posibilidod de abrir el Canal Interoce6nico, contando con el mas valioso

capital, que es to tierra y to posici6n geografica, sin cuyo concurs° los

nortearnericanos no podron abrir dicho canal, y Si no que to intenten desde Florida a California...!

El lstmo de Panama es to frunja m6s ongosta del continente ameri-

cana y ofrece su territorio pare la magna obra; no se puede menos-precior el capitol que constituye el aporte de lo RepOblica de Colombia, ya

que es sin dudo el rri6s valioso; porque estamos seguros de que si los norte

americanos no construyen el Canal con todo su enorme capital economic°,

cualquiera otra potencia europea en mejor ocasi6n, preferira nuestra ruta,

a to de cualquier otro pals. Si no, diganlo con elocuencio, los rutas en

proyecto de Tehuantepec y Nicaragua, los cuales fueron chsechadas en minucioso examen y que vino a determinar el proyecto de Lesseps y Bonaparte Wyse.

El orgumento que ha venido esgrimiendo el norteamericano del peligro

europeo, constituye en si una respuesto at peligro norteamericano que

vemos venir con todo el temor los que combotimos el tratado Herran-Hay.

Insistimos en que esa franjo de territorio que se dar6 a los norteamerica-

rios, les har6 dueflo de nuestro territorio, y si no que lo digan con efocuen-

cia la oplicaciOn de la doctrine Monroe en nuestra propia tierra americana, donde bon sembrado sus monos de songre...1!

Los norteamericanos contemplan con todo el colculo la posibilidod

de hacerse duerios del , lstmo de Panama, pero nos dicen con todo el cinismo... "los europeos nos ocechon, estan prontos a devorornos, y es

necesorio que nosotros los protejamos, contra sus intereses imperial:stas • ..."

Cosi pareciera que los norteomericanos son nuestros amigos, a manera del

lobo con la ovejo, siempre que nos dejemos devorar tan solo par ellos aunque bien pienso que est serian iguolmente los europeos indiscutible-mente.

Nos dicen los norteamericanos que serOn nuestro garantia Si les

entregamos una fain de nuestro territorio, pero que seran nuestra arnenaza

Si nos resistimos contra ellos... yo desde el canal frances han venido ame-

noz6ndonos y en tal sentido se ho pronunciado profusamente la prensa

norteamericano.

Se ve, pues, que se nos coloca como los navegantes perseguidos en

Neptund en la Odiseo de Homero, entre Caribdis y Escila; expuestos a

sucumbimos entre los antros, como fauces de uno de los dos monstruos mito-

16gicos; par tanto se desprende que estas cosas deben tratorse con cuidodo;

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s6lo estudiando las preferencios y ventajas un gobiemo inteligente podra

soca mejor provecho de la insistencia nortearnericona, no dejando coer

en el olvido por completo, que entre las naciones europeos pueden encon-

Verse mejores garantias de respeto y de dignided, que la qua nos ofrecen

hoy los norteamericanos con el Voted° Herran-Hay.

Los norteamericanos quieren absorbernos..: vendran aqui con el men-

saje de su lengua y de su folklore, son de uno condicion que no respeta mos hegemonio cultural que la suyo; vendran a colonizarnos, no solo coma se explota una comarco, con prop6sitos comerciales —0 politicos-

sino par media de su culture, sinceromente incompatible con la nuestra.

A donde este' nuestro volor civil, a donde nuestra dignidad, a donde nues-

tro concept° de lo nacionalidod, y de la culturo hispanic°, de nuestros

derechos y de nuestra persona lidad definida...!

Admitimos y cornprendemos el peligro europeo, sabemos que entraiia

tin peligro como el del norteamericano, pero no nos intimida tonto, porque

allende el mar, una vez una gran naci6n pretendi6 dominarnos e impo-

nemos su outoridad par los siglos, y el lstmo, sin armas casi, se levant6 par

su propio voluntad pare deshacer los lozos politicos... LOS CULTURALES

NO, nunca jamas!

Los norteamericanos nos dicen que nos tienen mucho carifio; no pocas

veces hemos leido en la prensa norteamericona, crit;cas violentas contra

lo politico imperialista de los europeos contra los latinoamericanos; no

pocas veces hemos leido en la prensa norteamericana criticas contra la

politico de los europeos, que vienen desarrollando en el continente negro

—de quienes porece que auieren convertirse en defensores-- ique ironia, porn los que defienden la teoria de McKinley de la expansion territorial

y del racismo, y de imponer par la fuerza, uno politico del panamerica-

nismo, que se administra desde las fronteros norteamericanas, si no,

iNganlo con elocuencia... Mexico, Cuba, Haiti, Filipinos, Puerto Rico... o nosotros mismos!

El ponderado carifio de que nos hoblan los norteamericanos, coincide

con su propio interes, proclomando la doctrina Monroe; porque pare su

propia integridad son un peligro las agresiones y amenozas de la Santa

Monza, y si se opusieron a Maximilian° en Mexico, fue par temor a su propia integridad, y si se opusieron a la dominacion de Cuba y de Puerto Rico, por consejo desde los tiempos de Jefferson— fue par ejercer una

hogernonia, que hoy sufrimos, y que ho sido de ingentes provechos poro el

pals de los norteamericanos.

5onceramente estos no son hombres sinceros, hombres de virtud y de polobra, estos no amen los idea les del derecho con alma pura y fe. iQuien

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no recuerdo los dos de songre que hicieron derramar para montener la

esclavitud de los negros en su propia tierra y quien no recuerdo la impasi-

vidad, la indiferencia con que ban visto las colonias de Jamaica y la de

Guayana en el propio centro del enerme pals latinoamericono?

El negro redimido no ha dejado de ser esclavo, y boy, cansado de

recibir ultrojes y horribles brutalidades, en el propio pals donde levont6

Hos de oro con sus propias manos, no conoce ni siquiero el amparo para el, y Ileno de zozobras y de angustias, como un naufrogo vuelve sus ojos

espantados de llonto, ante el misericordioso Zar de todas las Rusios —

padrecito de millones de esclavos — en busca de proteccian.

No hablaremos con detalle de la dominacien norteamericana en

Puerto Rico, porque ella forma parte de una largo pagina de interminables

horrores, denunciados al mundo por Luis Munoz Rivera, y basta citar a Filipinos, perseguida, hostigada, cazada de cerca corno una fiera, que se

extingue en rnedio de torturas y humillaciones, bojo el fuste de sus nuevos omos...!

Que prueba esto? iQue clebemos creer en el carino de los norteame-

ricanos, padres y protectores de la enorme isla del nuevo continente, y

que debemos someternos a su voluntad?

No, y mil veces.. • NO! Porque Panama no necesita del Canal; pero

si ese ha de ser nuestro inexorable destino historic°, que se recuerde que

el Istmo de Panama cuenta con el m6s valioso tesoro para sq construccien

y que ellos no lo construiran sin nuestro concurs°.

No somos, sin embargo, de los que creemos que el lstmo de Pana-

ma debe construir el Cancel a toda costa, aim a riesgo de la desmembra-

cien de nuestra patria colombiana; si es verdad que el lstmo ha adquirido

su propia personalidad a troves de toda su historic' y que tiene el derecho de exigir, como advertimos con claridod en nuestra Acta de Independencia en el oho 1821, LA AUTONOMIA FEDERAL, pore conservar nuestra INDE.

PENDENCIA INTERNA, no soy, repito, de los que creen que debemos

separarnos de Colombia. Ajenas al sueno del Lib?rtador, las provincias

latinoamericanas han ido dividiendose, no consiguiendo otra cosa que su

debilitamiento. Cuando debemos volver nuestros ojos hacia la union latino-

americana, uniendo en un solo pals las provincios que hablan una misma

lengua en una misma cultura no podemos pensor mezquinamente en que

debemos seporamos de Colombia. Tat vez sea esto lo que quieren los

norteamericanos pare dominarnos, sabienc'o que junto a un pals gronde y

fuerte podemos exigir mucho m6s de ellos que coma un pequeno pals debit y aislado.

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El Tratado HerrOn-Hay, irrespetando y violondo los leyes de la

RepOblica Co!emblem, pretende fraccionor nuestrc soberanfa y ponerla

bajo to proteccion norteamericana, y esto constituye una cesiOn falaz, par

medio de un falso arrendamiento, hecho pare acopiar mucho oro, pero solo para los norteamericanos.

No olvidemos que to Historio est6 frente a nosotros, y que sotnos

responsables ante nuestras generociones venideros de to que decidamos hoy; recuerdese que la demosioda confianza en los norteamericanos,

solo nos traer6 remordimientos tordios. Pensemos que, antes que todas

nuestras ilusiones, est6 un deber pore la potria y pare con nuestros hijos: el de conserver integro el potrimonio nacional que nos legaron nuestros

padres.

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II. LA GRAN AVENTURA DE PANAMA

Por

'Philippe 210.1101 -pad11.1

LA GRAN AVENTURA DE PANAMA

de Philippe Bunau Varilla

PRE SENTACION

La Gran Aventura de Panama, de Bunau,Ila, es uric:, entre los

varies fibres y folletos dedicodos por el autor a narrar los acontecimientos

rekrtivos a la construccion del Canal y a la independencia de 'Panama de

Colombia. Como espectodor y actor directo de esos ,acontecimientos no

ofrece dudes el valor de su testimonio.

Dentro del conjunto de su produccion bibliografica La Gran Aventura

In Panama presenta un interes especial. Se trato de un libro donde' su

carter se ha esforzodo por ir mas all6 de la estricta descripci6n de los hechos

pare ubicorlos en el contexto de la historio europea moderna y contem-

poreneo. El resulted° de su esfuerzci'presenta, al menos, la virtud de la

derided: Un poder malefic° originado en tos caballeros teut6nicos medieva-

les, en los junkers germanicos de, la epoco modem° y, finalmente, en el

espiritu °lemon de todos los tiempos, seria la cause Ultimo de los guerras

y desgracias del mundo occidental. Ese poder malefic° amenazo con 'epode:

rune, en diversas coyunturas, del Canal del Panama. Pero, gracias a la

IntervenciOn de Bunau Varilla, que asi justifica su prOpie actuaci6n, aque-

Illos macabros manejos habrian sido desenmascarados y destruidos en -su ana. La creacion del Estado de Panama, y el Trotodo Hay-Bunau Vorilla, turbrion sido, asi, los instrumentos . definitivoS a troves de 'los cuales se impi-

456 ol exponsionismo °lemon alcanzar sus objetivoi en America. 0- - . , .

Una concepcion tol de la historia, to! "interpretocion" -de le inde-

pendencia de Panama; tan sumoriamente apologeticas, openas si merece-

✓ i serio impugnaciOn. Nos permitiremos, sin embargo,' las Siguientes

cbservaciones en obsequio de aquellos que en trance de ingenuided podrian

▪ utilizer" a Bunau Vorille como apoyo de una vie6n hist -twice •que solo

descubra en Panama ref leios de extemos teomaquias metropolitanas:

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1.—Bunau Vanilla escribe su obro en 1919, inmediatamente despues

de la derrota de Alemania. Es evidente que intenta utilizar en

provecho de su tesis el chouvinismo trances, y los sentimientos

antigermanicos difundidos en Occidente con motivo de la primera

Quern° mundiol.

2.—Bunou Vanilla no hace to menor elusion al "peligro germonico"

en ninguno de sus libros y folletos anteriores at desencadena-

miento de to primer° guerro mundial. Ni aun en su libro de mayor aliento: Panama. La Creacion, la Destruecion, la Resurrec-clan (1913). Los incidentes dipldmaticos germano-venezolono-

estodinenses de 1902-1903 no son mencionodos en la obra de

Bunau Vanilla. de 1913. Esos incidentes solo son mencionados en

en su obra de 1919. La razOn es clara: en 1919 aquellos inci-

dentes cobrabon una significocion especial en razon de la fobia germonica imperante.

3.—En su libro De Panama a Verdun. Mis comliates por Franeta, Bunau

Vanilla ratifica informaciones anteriormente ofrecidas en otros

escritos suyos. Entre esas informaciones nos encontramos con la

narraciOn de sus gestiones encominadas a interesar al gobierno

aleman y a la Rusia zarista en la construccion del Canal, despues

del fracas° de la Comparlia Francesa. Bunou Vanilla, ye desde

1870 un adolescente antialemon, no intento explicar nunca, que

sepomos, esta flagrante e increible contradiccion.

A principios de siglo el imperialismo norteamericano y el imperia-

lism° anglo-frances no eran menos agresivos que el imperialism° °lemon.

No intentamos afirmar con ello que Alemania no tuviese minas imperial's-

tas en el continente americano. Lo que si es obvio es que esas minas no

tenion to significaciOn que le otribuye Bunau Vanilla. Pues asi como para

la independencia de Panama no es razor, suficiente el imperialism° de

Teodoro Roosevelt, tompoco lo es el chauvinism° antigermano de Bunau

Va ri I la.

Descontada la vocuidad de conceptos a troves de los cuales Bunau

Vanilla quiere comprender la historic panameria es includable el valor de

su testimonio como actor directo de los acontecimientos. En este sentido,

y desde este punto de vista, su libro La Gran Aventura de Panama es signi-

ficativo y relevante. Este libro, como toda la obra escrita de Bunau Vanilla,

y como su enter° actuacion en relacion con Panama, constituyen un reto

pore la inteligencia panomeria. A lo feliz respuesto a ese reto quieren

contribuir estas lineas y esta traduccien.

R1CAURTE SOLER.

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LA GRAN AVENTURA DE PANAMA

Por "Philippe Zunau-Vazilla

(Capitulo 12 y 13 de LA GRANDE AVENTURE DE PANAMA.

Librairie Plon, Paris - (1919)

— Traduccion de Xicauzie Solet (1)

Testirnonio del cuter sobre el fracas° de las conspiraciones alemanas, gracias a Ito Revaducion de Panama en noviembre de 1903, conspirociones destinadas a obtener de Colombia: 1.— El rechazo de todo tratado con los Estado% Unidos; 2.—La con-fiscacion, en el °folio de 1904, de las propiedades y concesiones de la Campania Frances° del Canal de Panama; 3.—La trans-ferencia de esas propiedades y concesiones al Gobierno Aleman, camuftado bajo el disfraz de una "cornpaiiie estrictarnente colombiana".

Veremos, en lo quo sigue, cam° pude destruir la conspiracian demo-

no en Colombia destinada a opoderarse del Canal de Panama'.

(1) Esto version al costellono ha sido revisada por SOi€1414

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La historic de la revolucion de Panama, que salvo al Canal de las

garras gennanicas que se cernian con el benevolo concurso de Colombia,

ha sido ye escrita, en 1913; pero sin las evidencias.que la gran guerra

ha proyectado sobre los metodos dipbmoticos de los Boches. (*)

En "Panama - La Creacion - La Destruccion - La Resurreccian", me

abstuve de acusar a Alemania coma cause de la "destruccion", asi como

tambien me abstuve de demostrar la pesada derrota que ella sufrio por

obra de la "resurreccion". Mi norma, al escribir la historic del gran drama

de Panama, fue la de no sefialar node que no pudiese prober documen-

talmente.

eCOmo habria yo podido entonces prober la presencia criminal de la

mono boche (1) en todas las perturbaciones interiores y exteriores de coda

nacion, siempre que esas perturbaciones de alguna manera pudieron servir

la cause boche? Yo to sospechaba, pero sin el conocimiento de los hechos

que la guerra ha expuesto a to luz del die y que transformcvon esas sospe-

chas en certidumbre. Los servidores de las intrigas boches habrian derra-

made sabre ml el torrente de sus calumnies usuales, y yo mismd habria

sido incapaz de suministrar las pruebas de sus mentiras y de establecer los

hechos eve serialan con el dedo a la Wilhelmstrosse de Berlin come el

origen de aquellas calumnies.

Hoy, el centro criminal mos grande que el mundo haya conocido

—el Ministerio de Relaciones Exteriores de AVE:mania— se encuentra

temporalmente inactivo. Gracias a la polka° secrete americana, gran

namero de sus infames conspiraciones han side reveladas. Su obra traidora

en los Estados Unidos, Mexico, Argentina, Japan, es en estos momentos

bien conotida. Ahoro es, par consiguiente, focil prober otros crimenes

mediante la reconstruccian y la justa ubicaciOn de los hechos. Es lo que

voy a hacer, mostrando lo que ha side una de las mas negras conspiracio-

nes que hayo planeado el asalto germonico contra las libertades del mun-

do. Es lo que me permite resscribir de nuevo- la historic de esta revolu-

cien de Panama, en lo que tuve la fortuno de estrangular en su cuna la

criminal conjure.

El lector, ahora bien informado, comprendera mejor la significacien,

la importancia y las vastas consecuencias de la revolucion de Panama.

(*) Vease: "Panama - La Crearion - La Destruccion - La Resurec-clan". Plon-Nourrit et Cie, editores, Paris.

(1) Expresion despectiva utilizada en Froncio pare designer a los alemanes (N.d.T.).

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EL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS NO INTERVINO

EN LA REVOLUCION DE PANAMA

Tombien va a comprender el lector, de una manera clara y cabal, que el Presidente de los Estados Unidos no tuvo jameis la menor conniven-

cia con los revolucionarios. Y comprendera ohora el pensamiento verde-dero del serlor Roosevelt cuando exclamo: "Yo tome a Panama".

La divulgacion de la verdad relative o la revoiucion de Panama ayudara tambien a eliminor la presion sobre l conciencia de ciertas

personas, ejercida por la creencia de que Colombia sufriO perjuicios de los

cuales America es cause. Se vero que desde la guerra de independencio

de los colonies ingiesas en America, no ha existido jamas un caso mas

diafano del derecho de una naciOn a disponer de Si m:sma. Colombia no

tiene, por consiguiente, y jamas ha tenido, la menor justificacion pare reci-bir uno indemnizacion por la secesian de Panama.

Mis puntos de vista se expusieron integramente en la corto que escri-

bi al Secretario de Estado sabre este particular, to mariana del 18 de

noviembre de 1903, dia en que firme el Trotado Hay-Bunau Vernla, que

hizo del Canal de Panama una realidad. Reproduzco inmediatamente

.7,4:tuella carte:

Miercoles en la mafiana, 18 de noviembre de 1903

ma querido Secretario de Estado,

Quisiera usted permitirme condenser los ideas que le he expuesto,

de :miner° un tanto deshilvanada, al someter a su consideraciOn ayer mis

de vista sobre la cuestiOn de reserver a Colombia, en pogo de su

oesm^imiento de toda queja, uno parte de los 10 millones de &fares que

Estc.dos Unidos tienen la intencion de otorgar a la RepUblica de P-s-bama?

A juicio mio, tal hecho daria lugar a dos impresiones independientes:

Primera impresion: Del mundo en general. Todo hombre que pogo algo que no debe se consider° inmediata-mente que es victim° de uno extorsion. Todo hombre que page bajo amenaza de extorsion, se consider° ihmediatamente que page para esconder un crimen.

Esto seria la opinion inmediata del mundo si se viese a los Estados Unidos declarer, at mismo tiempo, que ellos no han intervenido en la

Revolucian lstmica, y que, por consiguiente, no tienen que reparar ningan

dafio hecho a Colombia, y sin embargo despues se les ve pager Lino

fuerte sumo pare desembarazorse de una reclamacion de aquella RepUblica.

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La (mica interpretacion que se daria sena la de una confesiOn pUblica

de una falta cometida en contra de la buena fe internacional.

El infiemo esto empedrado de buenas intenciones: quien ha imagina-

do de buena fe esto bella solucion, es un maestro en el arte de empedrar el infierno.

Segundo impresiOn: En el mundo hispanoamericano. Tal acto, que demostraria implicitamente que lo s Estados Unidos han juga-do un popel maquiavelico en Colombia, redundaria, para los hispanoamericanos, en un incurable y amargo resantimiento que resultaria de la oferta, insultante de una pequeria indemnizacion en dinero pora reparar un ultraje inferido al patriotism°.

En un caso como este, las reglas aplicobles a los Tratados de Paz

despues de la guerra no se justifican. En un Tratado de Paz, el asunto

del dinero viene, en terminos generales, unido a otras condiciones. En

este caso, cuando los Estados Unidos afirman, con p3rfecta justicia e indis-

cutible pertinencia, que nada han hecho que no se encuentre en el orden

de las obligociones rigurosas que resultan de los deberes orescritos en los

Trotados y Reglos del Derecho Internacional, si ellos vienen a confesar en

los hechos lo que niegan en la teoria, y si ofrecen una suma de dinero

para curar la herida, semejante actitud seria una ofensa directa al senti-

rniento de dignidad y al orgullo nacional de todos los Americanos Espaflo-

les. Esto equivaldria a uno injuria, que seria sentida desde las fronteras

del Rio Grande hasta el Estrecho de Magallanes.

No; reolmente, no puedo imaginar una acciOn mOs peligrosa y mos

impolitica que aquella: Palos Atenea se encontrarla reemplazada por intro-

misiones de negocios sospechosos.

Releyendo el texto del nuevo proyecto, propongo dos adiciones al articulo 7...

Con estas dos adiciones el nuevo proyecto, si le parece satisfactorio,

podria adoptarse para comenzar la construccion del Canal con un nuevo

instrumento homogeneo, que no recuerde los "Errores de Concha".

Muy respetuosamente suyo,

P. BUNAU VARILLA

No tengo que retirar una solo palabra de esta carta; pero si algo

que ariadir.

No hay hoy, como no lo habia en noviembre do 1903, un solo argu-

ment° justificado para sostener la legitimidad de una indemnizacion a

Colombia por la secesion de Panarnct Nada ha Ilenado el vacio de los

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reclornociones colombionos, pero una luz nueva se ha proyectado sobre la

03USO de lo actitud de Colombia en 1902-1903.

La gran guerra significo una violenta ternpestad que socudi6 la

superficie de la tierra, sacando a la luz del die los cables subterraneos

que transmition la energia electrico.

La gran guerro puso al descubierto los cables escondidos que distri-

bu ■on o todas las naciones de la tierro los calumnios, los sofismas, las

enervontes teorios de folso patriotism° grades a las cuoles Alemonia supo,

pare beneficio de sus empresas oriminales, enloquecer a naciones inocentes.

La gran guerra revel6 el sistemo de cables que dirigia —desde Berlin—

la politico anti-americana y deshonesta de Colombia, y que estructuroba

Jo politica pirata de Alemania, tendiente a la capturo del Canal de Panama

contra la voluntd de los hobitantes del Istmo.

Esta es uno justificacian nueva y dolorosa de la sublevacion de los

habitantes de Panam6 contra la abominable tirania ejercida por Coloinbia

pare 6eneficio, y por instigacian, del Boche. No hay, puss, base pare justi-

ficor una indemnizaciOn a Colombia, ni en los °colones del gobierno de

los Estados Unidos, ni en las del pueblo de Panama'.

El gobierno americana habio sido befado y maltratado par Colombia.

No hay el menor reproche que imputar a la politico de los Estack:s Unidos

par haber actuado coma lo merecia la ultrajante conducta de Colombia.

Al preparar la revoluoion, yo evil* en lo medida de lo posible, quo

fuese a ser interpretada coma producto de uno connivencio entre Washing-

ton y los insurgentes. Si el Presidente Roosevelt ho octuado con la rapidez

indispensable al exit° final, despues que la revoluoion tuvo lugor, fue

porque yo habia respetado cuidadosamente su independencia.

Evidentemente, la rapidez de esta °colon hizo de ella el blonco de los

flechas mos venenosas, la mayor porte "made in Germany". La actitud

norteomericana no habria podido resistir el impact° de esos flechos, Si yo

no hubiese evitado todo acto que menoscabard su libe.tad y que, mas tarde,

par consiguiente, tambien habria obstoculizado su °colon.

Lo gente puede sonreir hablando de la "revoluclon de teetra" de

Roosevelt; su sonriso no har6 mas que poner de relieve su oropla tonteria,

y su disposicion o °valor todas las invenciones de una moldad imagi-

nativa.

Yo deseo poner en guardia al lector, par adelantado, contra to irnpre-

skin de que el gobierno americana intervino en la revoluc:On de Panama,

25

porque esta °wain esta fobricado en todas sus piezas, y no tiene ni som-

bro de fundament° en los hechos.

Esto habria sido, como dijo Talleyrand, m6s que un crimen: habrfa

sido un error. Nli el error, ni el crimen, se han cometido. Si el uno o el

otro hubiesen ocurrido, el Canal de Panama estaria hoy, proboblemente,

entre los manos del Boche y la historic del mundo no habrio, quizeis, regis-

trado su derrota en lo hora que vivimos.

UN SUCESO INESPERADO

El 6 de junio de 1903, todos creion que el period° de antagonism°

a la americanizacion del Canal habio finalmente terminado con la firma

del Tratado Herren-Hay. Yo recibi en Paris, ese &a, una tarjeto de una

persona distinguida, con la cuol no habia tenido relociones anterior-

mente. Como Ilegabo de Bogota, expresaba el deseo de ofrecerme una

informacion impot tante.

En unto entrevista ulterior, esa persona me dijo:

"Yo segui con atencion la belle y potriotica comparia que usted hizo por Panama. He creido mi deber, encontrendome en Bogota recientemente —de esa ciudad Ilego— servir su cause frente al Presidente Morroquin.

"Encontre en 61 un hombre convencido, de antemano, de lo que Ie decia, y firmemente consagrado a trabajar por la ratificaciOn del Tratado Hay-Herren.

"Pero debo prevenirle que si usted puede contar con el Presidente Morroquin, hay uric oposicion formidable que se organize contra el Tratado.

"Yo me sorprendi al ver que las elecciones tenian resultados con-trarios a las miros del P esidente Marroquin. Usted sabe cemo se hacen los elecciones aiiá. Debe existir una conspirocion que ha paralizado los sentimientos del President3.

"Este es un hombre sumarnente honrado, pero tiene 80 arios y, a esa edad, no se tiene ye la actividad necesoria en un momenta dificil".

Mostre, entonces, a mi distinguido interlocutor, el texto de los

telegramas que yo habia remitido al President3.

Ellos me explican todo —me dijo--. Las ideas que exponen sus telegromas han inaucablemente insp;rado al Presidente Marro-Quin. El esta imbuido de su espiritu y, oso decirlo, de su texto Aill encuentro las mismos expres.ones que el utilize) conmigo."

Agrodeci vivamente a mi informador espontaneo el servicio que ocaba-

ba de hacer a la cause de Panama, tan importonte pare el.

26

Al seporamos, quede sumamente preocupaclo por la siivaciOn que

ocababa de pintorme.

SOLEMNE ADVERTENCIA AL PRESIDENTE DE COLOMBIA

entonces, enviar un nuevo cable a Marroquin par° reafir-

marl° en su decision al momenta de la apertura del Congreso. ResoIv(

hablar, esta vez abiertamente, de la secesiOn de Panama. El cablegrama

fue enviado el 13 de junio, a Paris, y remitido el 27* al Presidente. He

aqui este importonte mensaje, en el cuol se predecian los acontecimientos

oue habian de realizarse cinco meses mos tarde.

"MARROQUIN, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, Bogotà.

"Me permito expresarle respetuosamente lo que sigue:

"1. Debe admitirse como principio fundamental que los Estados Uniclos constituyen el unico poder que puede construir ahora el Canal de Panama; y que ni los gobie-nos euro-peos, ni las finanzas privodas, se otreverion a luchor, sea contra la doctrina de Monroe, sea contra el tesoro ameri-cano, para construir el Canal de Panama, en el caso de que los americonos escolan a Nicaragua, si el Congreso Colom-biono no ratifica el Tratodo.

"2. Resulta de este principio evidente que el fracas° de la ratificocion solo obre dos cominos: el de la construccion del canal por Nicaragua y la perdida obsoluta para Colom-bia de las yentajas incalculables que resu!tan de la cons-truccion sobro su territorio de la gran arteia del comercio universal; o Ia construcciim del Canal de Panama despues de la secesiOn y la declaracion de la independencia del Wm* de Panama, bajo la proteccion de los Estados Unidos, como sucedia ya en Cuba.

"3. Yo espero que vuestra politico elevoda, patriOtica, solvaro a la patria del precipicio donde pe.eceria o la prosperidad,

o lo intearklad de Colombia, pues a eso conduciran los Conseios de los ciegos y malhechores que deseon rechazor el Tratado o, lo que viene a ser igual, modificarlo".

BUNAU VARILLA

53, Avenue &Jena, Paris

Creo oue nunco un acontecimiento de importancia universal fue pre-

visto con Uinta precisiOn s6lo cinco meses antes de que se produjese.

El plazo onormal de la transmisIan se explica por el mal estado de (as lineas telegrOficas colombianos en esa epoca.

27

Colombia no podra ocusanne de hober octuado contra elle por sorpreso, d-de haber aniquilado las intrigos boches que ella acogio, sin que yo dijese por odelantado como las destruiria.

Las nuevas publicadas por el New York Herald en Paris, tan pronto

como el Congreso Colombiano fue obierto, confirmaron las itnpresiones

recogidas por mi nuevo amigo durante su estancia en Bogota. El Presidente

Marroquin presento el Tratado de manera imparcial, pero sin energia.

Adoptando to actitud de Poncio Pilatos, se lavabo las manos en lo que concern fa at resultado.

LLAMADO FANATICO A LA EXASPERACION DE LAS

PASIONES POLITICAS EN BOGOTA

Los bolcheviques blancos de Bogota habion atemorizado a los cluda-

danos razonables de Colombia, de la misma manera que los bolcheviques blancos de Francio hobion actuado durante el periodo de destruccion de lo gran empreso del Canal de Panama.

Fueron los mismos !Tornados exasperados al patriotismo mos elevado

y a la ma's serena j6sticia, con miros, sin embargo, a cometer, prxisamen-

te, los octos que eran mOs peligrosos pore la patria y los mos hirientes para la justicia.

No es posble dejar de pensar que pasiones similares, Ilevadas a un

estado de frenesi por una propaganda venenosa, tuvieron que provenir del

mismo origen. Nosotros sobemos, ahoro, que este origen es el que en aguel

entonces solo sospechabomos: Berlin. Para dor un ejemplo del modelo de

propaganda .empleado en Bogota paro destruir el provecto del Canal, citare

un pequerio par6grafo del Correo Nacional. Fue publicado el 11 de mayo

de 1903, bajo la firma del Senodor Perez y Soto:

"El Tratodo Hay-Herron sera rechozado, y por voto um:mime, en las dos Cdmoras. Esto es lo que yo espero, porqui no hab-6 un solo representonte de la nocion que escuchor6 las voees de gentes que se hors vendido y que han t?nido la impudicia de recomendar este vergonzoso Tratodo. A pesar de todo, el insulto quo HerrOn ha lanzado sobre el nombre colombiano jamas ser6 laved°. "La horca seria tan castigo leve pares un criminal de este close".

He all( que ataques esposmOdicos recompensoban la correra modesta

e Integra del Dr. Herr6n, quien durante veinte °nos fue fiel secretorio de

to Legacion de Colombia en Washington.

Este es el. prototipo de la propaganda inspirado por los Boches, e

inconscientemente divulgado.

28

Esa propaganda Ilevo el mismo certificodo de origen de la denuncio

que hizo Drummont en 1890 del Canal de Panama y de su inmortal creador

Ferdinand de Lesseps. Nosctros leemos en "La tiItima batalla", el libro

cpe Drummont publica en Paris pore destruir to empresa de Panama, esta

frase con la cual design° a Ferdinand de Lesseps:

"Este malhechor que aparece come triunfador"

La misma literature, el mismo objetivo, el mismo metodo, el empleo

de los mismos gases venenosos por parte del miserable Boche.

Desde el comienzo de la sesion del Congreso Colombian° el 20 de

junio de 1903, hosto su clausura, el 1 de octubre del mismo alio, solo un

hombre habl6 con nobleza. Fue el Senador OboIdle. El Tratodo del Conal

fue rechazado el 12 de agosto. Nadie os6 defenderlo, exceptuando a

Obaldia.

LA PROPOSICION DE NEL OSPINA. MI CABLEGRAMA

Un grupo de Senadores —a lo cabeza de los cuales se encontrabo el

vicepresidente Nel Ospina— propuso una maniobra de extorsion pure y

simple contra la Commit° Frances° de Panama, solicitando 10 millones de &fares a la Comp°,lia a cambio del permiso para transferir su propie-

dad a los Estados Unidos.

Ese proyecto de Ley violoba explicitomente el principio que se encon-

troba en la base de las negociaciones: a sober, quo habria uno independen-

cia absolute entre las condiciones por debotir entre Colombia y los Estodos

Unidos, por uno parte, y la Compaiiia y los Estados Unidos, par la otra.

Este princip .io habio sic'o aceptado par escrito par Martinez Silva en 1901,

en nombre de Colombia.

Se podria calificar duramente at Senador Nel Ospina par este propo-

sician inmoral. Pero, contrariamente a lo que se pudiera suponer, el la

present6 en un intent° de evitar una inmoralidad todavia ma's grande y

todavia menos excusable: La confiscocian pure y simple de la p-opiedad

del Canal.

Yo conoci at setioe Net °spina; habio hablado con el y tenia uno

alta opinion sobre su capacidad de discernimiento.

El 17 de agosto, le cab1egrafie haciendo un llamado al sentimiento

de justicia, at sentido comian y at recto discemimiento de los Colombianos:

"NEL ()SPINA, SENADOR, Bogota.

29

"Hogo un llamado o vuestro espiritu cientifico para deducir de la historic contemporonea cuales serian los terribles e inmediatas consecuencias, pare Colombia, del rechozo o de la modificaciOn del Tratado de Panama. Ello equivaldria a una punalado en el corazon de vuestra patrin, que destruiria su prosperidad y su integridad, en los mementos mismos en que la ratificacian le asegura un glorioso porvenir".

PHILLIPPE BUNAU VARILLA

No puede acusarseme de no hober intentodo todo lo que era posi-

bre pore mostrar a Colombia el buen camino. Pero ella fue arrojodo al

obismo par sus bolcheviques blancos, enloquecidos bajo la influencia de

la quimico moral de los alemones.

DECISION DE CONFISCAR LA PROPIEDAD FRANCESA

Se tomo la resolucian de confiscar, cinica e hip6critoMente, la con-

cesion trances° pare el 31 de octubre del ono siguiente, 1904. La con-

fiscocion era necesaria pare poner todo el asunto en mancs de Colombia.

Franqueada esta etapa, era posible estoblecer una alianza con Alemania,

en la cud l ni los Estados Unidos, ni la Compaiiia Frances°, habrion tenido

node que decir.

La objecion de la misma doctrine Monroe se habrio eludido con foci-

lidad por un camuflage apropiado par parte de Alemania, grades a la

creacion de una compaiiia que se pretendiese "ESTRICTAMENTE COLOM-

B I ANA".

La solucion del problem la encontroron rapidamente los casuistas

germano-colombianos de Bogota.

La Concesian de la Comparlia Frances° expiroba el 31 de octubre

de 1904; pero en 1900 se habia otoraado una prorroga de 6 arias, median- ,

te un pogo Ole alcanzaba la cifro de un millOn de dOlares. Aquel afio,

Colombia se encontrabo en medio de una revolucion.

La ConstituciOn Colombiana prevee con sabiduria que, en caso de

guerra o de revolucian, el poder legislativo se le contio al Poder Ejecutivo.

La prarroga, por consiguiente, habia sido hecha por el Poder Ejecutivo, en

virtud de la outoridad que le do la Constitucion en tal situacion especifica.

Cuando se decidio en Bogota, con mires a un acuerdo con Alemania,

confiscor la propiedad francesa, de inmediato se concibi6 un metodo °pro-

piodo pora alcanzar este objetivo. Una comisiOn del Senado Colombian°

hubo de hacer un informe sobre la cuestiOn de la concesiOn trances°, y, el 14 de octubre de 1903, ese informe se hizo public°.

30

En el se sostenia lo increfble teorfo de que el Congreso Colombiano

podia, a su guise, anular o confirmar la prerroga otorgado en 1900.

Grades a este notable escomoteo legal, el controto solemne coneluldo

entre Colombia y la Compaiiio Froncesa se transformobo en un simple

proyecto que el Congreso podia a•eptar o rechazer a su antojo.

Habiendo asi suspendido de un cabello una espada de Damocles sobre la cobeza de - la Compel-11a Frances°, lo digno comisi6n propuso aplazar

pore el olio siguiente decision solare la conveniencia de cortar aquel

cabello. Esa comision escribi6, entre otros monstruosidades:

"El treinta y uno de octubre del alio proximo, es decir, cuondo ci nuevo Congreso se retina en sesiOn ordinaria, la Concesion habrci l!egado al terrain° de su duraciOn y, CON ELLA, HABRANI EXPIRADO TODOS LOS PRIVILEGIOS CON ELLA RELACIONA-DOS. En este caso, LA REPUBLICA SERA POSESORA Y PROPIE-TARIA,.sin necesidad de decision judicial previa, y sin que haya que pager ninguna indemnizacion, TANTO DEL CANAL MISMO COMO DE LOS EQUIPOS CON EL RELACIONADOS, segun las leyes de 1878 y de 1900. Cuando ese momento Ilegue, la Repu-blica se encontrara en la posibilidad de hater cualquier contrato, y esto sin impedimentos. Estero en una situacien de posesi6n mOs clam, mos definida y mOs ventajosa, a la yes legal Y material-mente".

La conclusion de este notable informe era el de no hocer node y el

de diferir indefinidamente todo decision relotiva a autorizar al Poder Ejecu-

tivo a hacer un nuevo Tratado con los Estados Unidos.

Entre las lineas de este documento extraordinario se puede leer quo

el 31 de octubre del ono siguiente, Colombia —habiendose convertido en

propietoria del capital— concluiria la construccion del Canal. El elemento

necesario, indispensable pore este conclusion del Canal no podia set otro

que el dinero alem6n, y el ingeniero alemen. Ellos debian pone.se de

ocuerdo con Colombia pare recoger los frutos de los planes y de los trabajos

robados al genio trances.

El Senado sigui6 a la letra la recomendocion de su digna cornision,

y 15 dies mOs torde finaliz6 sus labores, el 31 de octubre de 1903. Si

alguna vez ha triunfado unc politico hipOcrito y traidora &rigida a &coo-

ler a America . y a Francia de sus derechos noturoles en beneficio del

Boche despreciable, se puede decir que ese triunfo tuvo lugar entonces en

Colombia.

Pero este triunfo debia ser de cotta duracion, porque la mina que yo

habia prepared° pare aniquilor el complot criminal, bien pronto habia de

hocer explosion.

31

Por su nacimiento, el 3 de noviembre de 1903, to RepUblica de

Panamd destruy6 estas conspiraciones miserables fres diets despues de su

adopcion explicit° y final en Bogota por el Senado.

Voy °Flora o explicar coma me encontre en la posicien feliz de deter-

miner to realizacion de un acontecimiento to! como to creacion de la nueva

repithlica americana, suceso que debia dar lugar, inmediatamente, a enor-

mes consecuencias, y, 10 arios despues, por su influencia sobre el resulta-

do de to guerra, a una serie de otras consecuencias que se pueden a justo

titulo calificar de incalculables.

ARTICULO PROFETICO EN EL "MATIN"

Yo habia, coma se recuerda, anunciado dos veces to secesiOn de %na-

me por cablegram at Presidente Marroquin: Una vez implicitemente el

23 de noviemb-e de 1902, y otra vez explicitamente, el 13 de junio de

1903. Tambien se lo habia anunciado al Vicepresidente del Senado, Nel

Ospina, el 17 de agosto de 1903. Due, en terminos suficientemente claros,

qua la secesion de Panama seria el resultado del rechazo del Tratado

que aseguraba la conclusion del Canal par los Estodos Unidos.

Con el fin de difundir les mismas concepciones publique en Paris,

en el Matin del 2 de septiembre de 1903, lo que legitimamente puede

Ilamarse un articulo profetico. Hoblando del Presidente Roosevelt, decia:

"El puede esperar que la revoiucion que —como se ver6 m6s lejos en nuestros cabgegromcs-- se gesta en el Estado dp Panama, estalle; puede esperar que este Estado se d^clare indvendiente, como lo hizo dos veces el 61timo siglo, en 1840 y 1856 (1) y no tendra entonces mas clue trot-or con el nuevo Estado de Panama".

El articulo concluye osi:

"Al obstruir tan inconsideradamente la realizaciOn del mos gronde de los progresos que el hombre pueda efectuar en la conforma-ciOn del planeta, Colombia sobrepasa sus derechos de propiedad. Al ent•abar el progreso, Colombia act6a como el propietario que, en nombre de sus derechos, pretendiese impedir que un ferroca-rril, o una carretera, atraviese su dominio".

"El derecIto de propiedad de las personas, come el de kis nacio-nes, tiene par timilte el derecho superior de bs necesidades de circulacion de la colectividad humane".

"Y es este derecho superior el que el Presidente Roosevelt est6 decidido a aolicar; el que 61 aplicon5 mariona".

Yo tambien habia, en el mismo articulo, avanzado la idea de una

intervenciOn posible de los Estados Unidos en el lstmo coma consecuencia

del Tratado de 1846.

(1) Se trate de un error de Bunau Varillo. Seguramente se refiere a la creacion del Estado Federal en 1855 (N.d.T).

32

En ese Tratado con la Nueva Granada, que fue la predecesora de lo

toy RepUblica de Colombia, los Estados Unidos hobio recibido el "right

of way" (derecho de tronsito) a troves del Istmo de Panama. Ellcs habian,

corno precio pagado por este privilegio, aceptado la obligociOn de montener

fibre y abler-to el transit° entre' los dos oceanos, y de proteger al lstmo

contra cualquier agresiOn extranjera.

Yo sugeria en el orticulo del Matin que los Estados Unidos, teniendo

et derecho de transit°, tambien poser°, implicitamente, lo facultod de reali-z=r los trabajos necesarios para el disfrute de ese derecho.

Nunca una sugerencia fue hecha rrxis a proposito, porque —coma

vera MeIS torch-- ella me permitio obtener un conocimiento exacto de

les mires del setior Roosevelt con relaciOn a lo politica que pensaba seguir

s:bre la cuestion del Canal de Panama.

Habiendo asi hecho lo que podia, en Paris, decidi regresor a los Esta-

dos Unidos poro tomar en mis monos la cuestiOn, si fuese necesorio. Espe,

rob° encontrarme en Washington, para la renovacion de la actividad poli-

tico, en noviembre.

REGRESO A LOS ESTADOS UNIDOS EN SEPT1EMBRE DE 1903

Un incidente totalmente imprevisto, relacionado con preocupaciones

bre el estodo de salud de ml hio, me impuls6 a viojar de Francia hacia

lcs Estados Unidos a mediados de septiembre de 1903. Desembarque en

Nueva York el 22.

Al dia siguiente me apresure a ir a visitor a un viejo banquero y

comisionado de Panama, el senor Lindo, Jefe de la Casa Piza Nephews

and Co. El estabo en estrecha y continua relacion con el lstmo, y nadie

rnejor que el podia ofrecerme informaciones veraces.

- bien, serior Undo— le due despues del primer intercombio de

saludos. verdod, como se dice, que la gente de Panama va a hacer

una revolucien?

El hizo un gesto desalentador y duo:

—Faltan recursos (1). (Les hace falta medios financieros).

— 1C6mol— dije yo, decepcionado por semejante introduccion.—

Esta gente, que siempre est6 dispuesto o hocer una revoluci6n par cousas

insignificantes, eia a permanecer tranquila cuando Colombia decreto que

mueran de hombre?

(1) En espofiol, en el original (N.d.T.).

33

—jQue quiere usted! —me dijo--. Sin dinero no se puede hacer

ninguna revolucion, de la misrna manera que tampoco uno guerra. Pero,

si usted quiere estar al corriente de la situacion, le dire a Amador que

vaya o verle.

—Como!— dije, sorprendido —iArnador este' aqui?*

—Si— respondi6 Lindo, bojando la voz—. Ha venido precisomente

a procurarse los medios pare hocer una revolucion. Pero ha frocasado y

regresa a Panama dentro de olgunos dies. El le dira todo. Esta desesperado.

AMADOR SE APRESURA A VENIR A VERME

Cuando regrese en lo noche al Waldorf Astoria, encontre dos tarjetas

de Amador, quien hobia venido a las nueve y cinco y o los nueve y vein-

ticinco de la noche. Me solicitaba una cite con urgencia. Telefonee inme-

diatamente al Hotel Endicott, donde se hospedoba, pare anunciarle que lo

esperaria al die siguiente a las 10:30 de la, maliano. Fue, pues, el 23 de

septiembre de 1903, cuando el Tratodo Hay-Herran =Ka por folta de

ratificocion, que se establecio entre Amador y yo el vinculo grocias al cud

Panama se salvo.

El clic, siguiente, o la hora indicado, Amador entr6 en ml departa-

mento, el 1162 del Waldorf Astoria, departamento que merece ser con-

siderado como la cuna de la liberacion del lstmo.

El viejo Doctor estabo palido y enojado. Su espiritu se encontroba,

evidentemente, por largo tiempo sometido o terribles preocupaciones. Un

fuego extrario brillaba en sus ojos. Comenz6 a relatarme la historic del

plan de rebelion concebido en Panama, y el objeto de uno mision. en Nueva

York confioda a un americana., que residia habitualmente en Panama.

Este hombre debio averiguar si podian obtenerse subsidios, armas, muni-

ciones ,barcos, la ayuda del ejercito y de lo marina omericanos, pare la

proyectado revolucien.

ESPERANZAS QUIMERICAS OFRECIDAS A AMADOR

Amodor habio venido por las seguridades ofrecidos por un hombre de cierto importoncia en los asuntos istmicos, pero sin position gubemomental.

Seg6n el, todas estas cosas estarian listas, ton pronto como los Istmenos se encontraran dispuestos a sublevarse.

(*) El Doctor Amodor era una personalidad notable de Panama, antiguamente bajo mis ardenes como medico de la Compaiiia del Ferro-corril de Panama.

34

—Es demasiado bello pow ser verdacl-- dijeron los conspiradores,

y enviaron a Amodor pcira verificar aquellas informaciones. Con intensa

alegria, el nuevo delegado recibi6 las mismas seguridades que le habia

ofrecido el mismo individuo (1) al primer delegado.

Todo entonces pared° hacerle ver o Amador el punto final de sus

mos ordientes esperanzas, cuondo, repentinomente, su protector le volvi6

la espalda. Amador habia obtenido de 6I la promesa explicita de ir a

Washington para ver al Secretorio de Estado Hay. Amador deseaba suscri-

bir un verdadero pact° con el Secretario de Estado. Ese pact° debia consti-

tuir, en el espiritu quimerico de Amador, la promeso escrito de sostener

lo revolucian de Panama con el ejercito, lo marina y el tesoro de los

Estados Unidos.

Cuando todo estaba arreglado, como creio Amador, pare hater el

viaje decisivo a Washington, el intermediario, que suponia ton poderoso,

volvi6 la espolda al infortunodo delegado de los Istmerios, y no fue con 61

a ninguna parte.

Bojo la impronto de ma emocian agudo y de um robio exasperada,

Amador concluy6:

—Cuando iba a verle, ya habia dodo 6rdenes pare que se me dijero

que no se encontraba. Tuve que instalorme en su ontecamoro, paro s.tiar,

por asi decirlo, sus oficinas. Sin ningim resultado. iY aqui estoy yo!

iTotalmente perdido! De un instante a otro, la conspirocian pue:ie ser des-

cubierto y mis amigos juzgados, muertos y confiscadas sus propiedades.

Yo habia pensodo primero en regresar a Panama y compartir su suerte. Pero

ohoro dudo. En vez de morir par morir, si mis amigos son fusilados prefiero

mos bien ofrecer mi existencia vengandolos en aquellos que nos han tan

abominable y cobardemente traicionado.

Mientras Amador hablaba, yo tuve to clara vision del drama en su

totolidad. Comprendi inmediatomente quien era el hombre cuyas prome-

Sas imaginarias habion hecho caer or pobre doctor en el mortal precipicio.

COMO CONCEBIA AMADOR LA REVOLUCION

—Calmese usted, mi pobre doctor— le dile. —Naga un llamado a su roz6n, y no a su posion. Digame cuales son sus esperanzas, cuales sus

posibilidodes de exit°, que metodo esperon ustedes emplear. Digamelo con

calma, con metodo, con precision.

Segan las explicaciones de Amador, sucedia que Colombia, agotado

por tres orios de guerro civil, no habia enviado nuevos soldodos a Panama.

(1) Se trata de William Nelson Crommwell, enemigo de Bunou Vorillo, y cuyo nombre el autor rehuso escribir en su texto (N.d.T.).

35

Su guarnician de 500 hombres se encontraba elle desde hacio numerosos

°nos —habiendose compenetrado del espiritu de Panama—, y no conser-

vabo ya ningLin sentimiento de fideliciad hacia Colombia.

Amodor of-ladle que con seis millones de dOlares de ayuclo, 61 podrio

comprar armas, municiones, barcos, hundir la flotilla colombiano y obte-

nar la cooperacion inmediota de la guornicion local.

Despedi a Amador con polobros de consuelo, aunque sus ideas me

parecian absolutame.nte quimericas. La obtencion de seis millones de &Ac-

res era un suerio puro y simple. El tiempo necesario pare conseguir ormas

y borcos debio contarse por meses. Durante ese tiempo, Colombia segura-

mente renoveria su guarnician y envioria al Istmo, pare consolidar su tiro-

nia, soldados colombianos energicos y leales.

—Dejerne ref lexionor, ml querido doctor; quiz& puede encontror uti

camino pore hacerle salir de sus dificultades. En todo caso, nuestras rela-

ciones deben, a partir de este momento, ser clondestines. Cuando le

telefonee, me Ilamore Jones. Cuando usted me Dome, adopte el nombre

de Smith—. Le estreche la mono, y se fue, habiendo encontrado su equili-

brio de espiritu, feliz de haber visto tenderse hocia 61 uno mono amigo y

firme: la de un hombre que otrora hobia sido uno de sus superiores.

Tan pronto parti6, vi que la suerte me hobio puesto delante le precio-

sa semilla de un movimiento revolucionario contra Colombia y su onto-

gonica polEtica hocia el Canal. La semilla carecia en ese memento de

valor alguno. Habia siclo destruido y aplastacla. No habia ideas practices,

pero si una sumo espontanea de energios. A ml incumbia ordenorlas, cane-

lizarlas y hacerlas producir los resultados deseados.

iQUE DESEABA EL PRESIDENTE ROOSEVELT,

PANAMA 0 NICARAGUA?

Desde el die siguiente de mi Ilegada a Nuevo York, tuve en mis manos

los hilos de la intrigo revolucionaria frame& en el lstmo.

Las revelaciones del Dr. Amador mostrabon que el hombre que hobia

estimulado con sus promeses a los conjurados se encontraba impotente

pare interesar al gobierno de Washington. Su derrota total, en el momento

en que Amador esperoba ser conducido al gabinete del selior Hay, era

significative. Evidentemente, 61 habia debido buscar par todos los medios

en su poder que el gobierno del sew Roosevelt diese apoyo, bajo uno

forma u otra, a los conjurados. Si aquel personaje habia bruscamente desa-

parecido, era porque( 61 mismo habit' sido severomente desautorizado. Hobfo

sido incopoz de cumplir, oun parcialmente, las promesas que habia hecho

36

at primer enviodo de los Istmelios, y que luego habio renovado a Amador.

Se retirO, entonces, dejando plantados a los desclichados que le habian dodo

su confianza, pretendienclo, en odelante, haberles sido siempre indiferente.

De estos hechos materiales y ciertos se desprende una conclusion

sumamente importante para el estudio del porvenir y to preparacian de

los acontecimientos.

Esta conclusion evidente era la de que el gobierno americano no

queria verse en grad° alguno mezclado en el osunto de una revolucian en el Istmo.

La conclusion era segura. Ella se desprendio de la experiencio y de

los hechos, como una verdad maternatica se deduce de una demostracian limp ida.

Pero esta actitud del gobierno del senor Roosevelt podia ser dictada por dos ordenes de. ideas enteramente opuestos.

Podia resultar del deseo de ocabar definitivomente con el Proyecto de

Panama, y de esperar el cierre del Congreso de Bogota pans iniciar to construccian del Canal por Nicaragua.

Podia tambien resultar del deseo muy natural de evitar todo vergon-

zoso compromiso con los agentes de una insurreccian que habria de esta-

liar en un pals con el cual America se hallabo en paz.

Era capital, para ver con claridad el porvenir, confirmar o la mayor

brevedad posible cued de las dos hipotesis correspondia o la verdod.

La primer° hipatesis no era en si inverosimil. En todas partes, el

fracaso del Tratado Hay-Herran habia hecho florecer nuevamente las espe-

ranzas de los partidarios de Nicaragua. La Ley Spooner ordenaba explici-

tamente at Presidente construir el canal por Nicaragua, Si no podia obtener

un Tratado satisfactorio con Colombia. En general, la opinion era todavia

contraria at Proyecto de Panama. Grandes diarios, populares como el

New York American, o aristocraticos como el New York Herald, continuo-

ban desorrollando una ardiente camparia contra Panama.

El matrimonio de conveniencia contraido con Panama, parecia disuel-

to por to actitud de Colombia, y la inclinacian natural del pueblo ameri-

cana par un momento contenida, volvia a ofirrnarse.

Que hobrio tenido de asombroso que el Presidente Roosevelt quisiese

aplicar la letra y el espiritu de la Ley Spooner? Hociendolo, no solamente

obedecia a la ley, sino que tambien dabo intenso satisfaccian o to mcryo-

ria de la opinion americana.

37

Esto era bien tentodor, por cierto, en el momento en que comenzaban o prepararse los primeras providencios pare la eleccion presidenciol de 1904.

eQue m6s soberbio plotaforma podia tener un condidato pare presen-

terse ante el pueblo, que la solucion del problema del lstmo en el sentido

de las preferencios populores?

Si el Presidente de entonces, candidate en el future pn5xlmo, Sr. Roosevelt, hubiese cedido a consideraciones demagogicas, este primera hip6tesis se habria convertido en certidumbre.

UNA CASUALIDAD INCREIBLE ME REVELA LA

1NCLINACION DEL PRESIDENTE

Un acontecimiento imprevisto vino bruscamente a revelarme la verdad.

Ese suceso me mostr6 que el Presidente Roossvelt no subordinobo el verdodero interes pablico a las preferencias populares.

Su desdefioso rechazo de los intentos hechos pare comprometerlo en la revolucion de Panama no habia sido dictado por el deseo de escoger la

ruta de Nicaragua. Puesto que la primer° hipotesis era false, la segundo tenia que ser la verdadero.

He aqui come me fue posible, por un afortunado incidente, conocer

la verdad sobre los sentimentos intimos del Presidente Roosevelt:

Entre mis mejores y mos fieles amigos en America, contaba al profe-

sor Burr, de la Universidad de Columbia (Universidad de Nueva York),

donde estaba a cargo del curso de Ingenieria Civil.

Burr fue uno de los eminentes ingenieros que el Presidente Moc-K in ley habia escogido, en 1899, pare integrar la Comision del Canal

Istmico, encargada de decidir entre Nicaragua y Panama.

Se encontraba en Paris, con los otros miembros de esta Comision, en

1899, cuondo tuve con 61 numerosas conversociones sabre el valor relativo

de las dos rutas. El fue uno de aquellos que, entre) los primeros, habfa than-

donodo sus preferencias por Nicaragua, haciendose campe6n de la ruta

par Panama junto con el Sr. Morrison. Se estoblecieron entre nosotros relo-

ciones omistosos, y ye no deje de enviarle, desde Paris, el articulo del Matin, aparecido el 2 de septiembre de 1903.

Yo deseaba saber de que manero 61 enfocaba la idea, desarrollada

en aguel articulo, de una coercion sobre Colombia ejercida en virtud del Tratado de 1846.

38

Asi, pues, fu t a verle desde los primeros dim de mi Ilegodo a Nueva York.

Lo encontre poco dispuesto a creer que esta idea fuese aceptable

practicamente.

—El pueblo americano —me dijo-- se encuentra ya tan poco incli-

ned° a aceptar con satisfaccion lo idea de Panama! Ciertamente ese pue-

blo, par estarlo previsto en la Ley, habrio aceptado la elecciOn definitiva

Si el Tratado con Colombia hubiese sido ratificado. Pero, seguromente,

no aceptana que se vaya mos lejos, y que el Presidente sustituya par la

coercion el libre tratado que exige la Ley Spooner.

"Esto no seri° legal... Y, sin embargo, uno de mis colegas de lo

Universidad de Columbia, el profesor de Diplomacia Basset Moore, me dijo,

me parece, algo analog° a lo que usted sostiene".

—Me gustario hablar con el —exclame yo—. He ohi uno autoridad

en derecho diplomatic° que tiene ideas parecidas a las mias. Proceda, pues,

de monera, mi querido Sr. Burr, que yo puedo encontrarme con 61.

—Es muy sencillo —respondi6 el Sr. Burr—. Este usted pasado mafia-

no hacia las diez en la Universidad. Yo invitare al profesor Basset Moore

a venir a mi of icino. El se sentir6, par cierto, encantado de conocerlo. Si

este] . libre, yo se lo hare saber.

Tuve buen cuidado de no faltar a esa cita, de la que sospechaba

toda su importancio. En ello veia la oportunidad de hablor sobre un tema

muy interesante de Derecho Diplomatic° con una autoridad conocida. No

pensaba, par cierto, que de esta conversacion lb° a salir la dor° respuesta

a la pregunta angustiosa que me hada constantemente: "!EL PRESIDENTE

ROOSEVELT PREFIERE NICARAGUA 0 PANAMA; esto por lo solution

popular, o por la solucien cientifica?"

A la hora convenida, el 29 de septiembre, entre en la of icina del

profesor Bur, quien me esperabo con Basset Moore. Se inicid la con-

versac ion.

—Si —dijo el senor Basset Moore— yd soy de opinion que el Trata-

do de 1846 con la Nueva Granada, do a los Estados Unidos el derecho a ejecutar los trobajos necesorios. Su derecho al camino de transit° es iluso-

rio si Colombia, incapaz de construir el Canal, impide que lo hog° los Esta-

dos Unidos, Sin duda, ese derecho no es explicito; pero si es un derecho

implicito. Habil° que arreglar el asunto de la indemnizaci6n. Pero Si asto

no se arregla omistosomente, se puede recurrir al orbitraje.

39

"Lo que mas me ha asombrado es que esto teoria, que yo hable

formulodo sin dare ninguna publicidad, la encontre un dio, desarrollado

fondo, en un diario de Paris".

Yo me encontraba a algunos metros del profesor Basset Moore; segue de ml bolsillo el namero del Mafia. Antes de que to hubiese abierto, antes de haber visto el titulo, ante el solo color ligeramente amarillento del periOdico, 61 exclarna:

—Es en ese diario!

Y bien —dije yo—, senor profesor: Si usted todavia no ha dado

publicidad a su teoria, ha Ilegado el momenta de hacerlo. La adopcion del

proyecto de Panama corre los mas grandes peligros. La autoridad de su

nombre darla un peso considerable a este proyecto. eQuiere usted permi-tirme hablor de 61 al Sun, que opoya con energia la cause de Panama?

—10h, no! —dijo vivamente el profesor—. Nuestra conversacion

debe ser confidencial -haste nueva orden.

—Pero, por que? — replique yo, suponiendo que no tenia mem que

superar un sentimiento de reserve y de modestia.— La situaciOn es critica;

su deber de ciudadono no es el de dar a su pals el beneficio de sus estudios?

Cada vez mas embarazado, y no sobiendo came excusarse, el Sr. Basset

Moore respondia:

—Los condiciones en las cuales tuve qua formular este idea, hacen

cue yo no puede considered° como mia.

No insisti mos, y olgunos minutos despues me retire.

Me fui profundomente asombrado. Tenia el presentimiento de hober

tocodo, por un gran azar, un secrete de los ma's graves.

No se tratabo de una simple concepciOn de orden puromente doctri-

nal. Esto teoria habla sido formulado, y formulada por la m6s alto auto-

ridad de los Estados Unidos en materia diplomdtica, en condiciones que le

imponlan el secreto a su autor.

No !labia mos que dos personas qua tuviesen interes en que tal

consult° fuese formulada, y secretamente formulada. Estes personas eran:

o el Presidente de la RepUblica, el Sr. Roosevelt, a el Secreted° de Estado,

Sr. Hay.

Me dirigi apresuradamente at centro de la ciudad, e krumpiendo

en lo oficino de mi amigo y abogado Frank Pavey:

40

--Estoy —le dije-- sobre ascuas. Digame quiet" es el Sr. Basset

. core, el profesor de Diplomacia de la Universidad de Columbia. Es sumo-

mente importante qua yo sopa cuales son sus vinculos con el Gobierno.

—Es muy sencillo —me duo el senor Pavey---, el profesor Basset

Moore es amigo intimo del Presidente Roosevelt. Ea Subsecretario de

Estado en el Deportamento de Estado cuando el Sr. Roosevelt era Subse-

cretario de Estado en el Deportamento de la Marina durante la insurrec-

clan cubana. Actuaron de concierto durante este periodo, y se cree que

canbos fueron no solomente partidarios decididos de la intervencion ame-ricana, sino los factores esenciales de este intervencion. Sus retook:Ines

sen muy cordiales. Y mire; —anodic!, el sefior Pavey— Basset Moore fue, hcce una quincena, huesped del Presidente Roosevelt en Oyster Bay. Yo- observe su nombre entre los invitados a bordo del Vote Presidencial.

La excursion termin6 a cause de un htracan espantoso, y los invitados del Presidente regresaron aterirlos haste los huesos. Los diorios hen dodo

todos los detallgs sobre esta vacacian de placer frustrada. Mire, yo me

ocuerdo exactamente: fue el 16 de septiembre.

El velo se rasg6 completamente. Sin lugar a dudas, fue para el

Presidente Roosevelt que el profesor Basset Moore habia formulado su prestigioso punto de vista. Y, muy probablemente, fue el mismo Presi-

dente quien le mostr6, el 16, el nOmero del Matin del 2 de septiembre

que yo le habki envied° a Oyster Bay, y que habia debido de Ilegcrle

el 13.

GRAVES Y RAPIDAS CONSECUENCIAS DERIVADAS

DE DOS CON VERSACIONES

Me encontre, asi, en odelante, en posesion de todos los datos del

problem°. Las entrevistas del 24 de septiembre con el Dr. Amador, y del

29 de septiembre con el profesor Basset Moore, me reveloron dare-

mente las coordenadas de la politico americana.

El Presidente habia rechazado con desden la tentative hecha pare

interesar al Gobierno Americano en una insurreociOn de Panama contra

Colombia. Esto era seguro. Al mismo tiempo, deseaba satisfacer el deseo

del Congreso, en especial la preferencia a favor de la Ley Spooner, y

la construccix5n del Canal por Panama. Roosevelt no cambia pora adoptor

el Proyecto de Nicaragua; pensaba, en ese momenta, presionor o Colom-

bia echando mane al Tratado de 1846.

En adelante yo podia actuar; estaba seguro de los sentimeentes frti-

mos del gobierno americana, sin tener que solicitor ningan secret* a

quienquiero que fuese.

41

Me asombr6, una vez mos, la suerte increilole que, constantemente,

durante todo este periodo am.9.ricano de la historie de Panora& me permi-

tio disponer do los medicos de accion en el moment° oportuno.

Yo habia venido a Nueva York por pure casualidad y, antes de

que la semana hubiese finalized°, yo disponia de todos los elementos

necesorios pare actuar. Tenia los hilos de una revoluciOn en el lstmo

si fuese indispensable realizarla. Sabi° que, par° construir el Canal de

Panama, el Presidente Roosevelt estabcr listo, incluso, a emplear la

coercion y la fuerza. Sable, en fin, que si yo tenia que desencodenar

una revolucion en Panama, el mejor medio poro enemistarme con el

Gobierno American° era el de revelarle mis planes. Si me resolvia

adopter este metodo, debia crear los hechos para que el Gobiemo de

Washington pudiese actual- librernente siguiendo sus intereses. Por otra

parts, debia guardarme escrupulosamente de trator de asociarlo, direct°

o indirectamente, a la gestacion de to revoluciOn.

Tel era el conjunto, verdaderomente extroordinario, de dotos precio-

sos que se me habia permitido recoger, en menos de una semen°, des-

pues de haber pisado tierra americana. Tol era la line° de conducta que

los hechos me hobian trozado.

Quedabo por determinor cu61 de las dos salidos previstos por el

articulo del Morin, del dos de septiembre, era la conducente: la revolu-

ciOn, o bien la coercion en virtud del Tratado de 1846.

LLEGO A LA CONCLUSION DE QUE LA SECESION

ES LA UNICA SALIDA POSIBLE

Yo me repetia constantemente; Es preciso seguir la via de la coercion

hacia Colombia en virtud del Tratado de 1846, o la de la secesion merced

una revoluciOn?

En general, estamos siempre dispuestos a adopter la solucion que

exige de los otros, y no de uno mismo, los rn6s grondes esfuerzos. Desde

este perspective, la soluciOn de la coercion sobre Colombia tenia todas

mis preferencias.

Tenia la seguridad de que el Presidente Roosevelt estabo dispuesto

a utilizer este Ultimo medio. Pero, corno?

No podia ser m6s que con la outorizacion del Congreso. Quise enton-

ces saber que probobilidod existia pare que fuese otorgada tai autorizacion.

At terrain° de pocos dias, me convenci de que el fracaso seria el

remitted° inevitable.

42

Como me lo habia expresado el sefior Burr, todos los amigos que

consult-6 fueron unanimes en declaror que el Presidente no Ilegaria jamOs

hasto incluir semejante recomendacion en un Mensaje.

Tuve, incluso, la impresion de que algtmos de mis amigos, viendo

mi insistencio, me consideraban poco sensato.

Mi conviccion tomo muy pronto un sentido bien definido. Lo teoria del Tratodo de 1846 era demosiado abstrocta para ser utilizoda por una

gran democracio. Salo se puede hacer odoptar tan obscu-os razonamientos

a un pueblo, si esos rozona,mientos satisfacen, por sus consecuencias, las

ospirociones y esperanza generates. Ahoro bien, se trataba de todo lo

controrio: esos razonamientos eran mortoles pora el Proyecto de Nicara-

gua, precisamente el Proyecto preferido par la masa del pueblo.

Decididamente, entre los dos caminos que yo hobio descrito en el

Matin del 2 de septiembre, y que en realidad permanecian abiertos, uno

solo era I:tract -Ica y utilizable: la revolucion.

MI DERECHO MORAL A DIRIGIR LA SECESION DE PANAMA

Se me plante6 un grove problema de conciencia.

Tenia yo el derecho moral de tomor parts en esa revoluci6n, de rimular su desarrollo, de dirigir el movimiento secesionisto?

Despues de moduro examen, mi respuesta fue: si.

Si; porque yo hobia previsto en dos ocasiones el ocontecimiento,

notificandoselo asi al Presidente Marroquin, en noviembre de 1902 y en

junio de 7903.

Si, porque yo lo habia notificado nuevamente al Vicepresidente del

Senado, Net Ospina, en agosto de 1903.

Si, porque yo lo habia previsto y universolmente notificado el dos

de septiembre de 1903 desde las paginas del Matin.

Si, porque Colombia proseguia evidentemente con su politico de pira-

teria tendiente a aniquilar o a confiscar la preciosa creacion francesa.

Si, porque la suerte de esta gran obra se encontraba en uno de

esos limites inciertos en que la politico oprime al derecho y viola impu-

nemente la justicia.

Si, porque en ausencia de la protecci6n de la Ley, y en presencia

de las exocciones de la politica, es legitimo oponer a esta Ultima otra

accion politico para hacer triunfar la justicia.

43

Yo tenia el derecho moral de anulor, por una accian politico en

Panama, el efecto fatal que la politico, en Bogota, hatria de tener sobre

el colosat interes franc& del cuol erc yo el anico defensor.

La Unica critica que se me habria podido hacer era la de haber

actuado por sorpresa. Pero yo habia anunciodo 4 veces, individual o

pablicannente, a Bogota lo consecuencia de sus actos.

Colombia no habia querido escuchor nada. Ella habia declarado la

guerra contra la Justicio y contra el Derecho. No quedaba m6s recurso

que hacer frente a eso guerra. Era para mi un cruel deber; pero era mi deber.

Mi conciencia no podia hacerme el menor reproche si yo apoyabo

la revolucion, y si dirigia o oquellos que estaban dispuestos a exponer su

vido para salvor su patria.

Me exponia, ciertamente, por adelontado, a los mas violentos °to-

ques de los colornbionos; pero oseguraba Ia construccion de la obra que

deberia mos tarde hacer fluir lo prosperidad sabre su suelo. Yo habria

de esperor durante largos °nos ocusaciones furibundas; pero el dia habra

de venir en que Colombia mismo me hard justicia y reconocera que me

habia inspirado un interes superior. A la espera de ese momento lejano,

estaba seguro, mientras tanto, de merecer to aprobacian de mundo

civilizodo.

Habiendome ofirmado en estas considerociones, no me quedabo mas

que observar, con toda la discrecian y con toda la penetraci6n que me

era posible, si las miros de Washington concordaban bien con lo que

habia deducido de rni conversocian con el Sr. Basset Moore.

Me fui a Washington en los primeros dias de octubre, pero ninguno

de mis conocidos en la vida politico se encontrabo

Regrese sin haber recogido informacion alguna.

IMPORTANTE VISITA AL PRESIDENTE ROOSEVELT

El viernes 9 de octubre de 1903, me encontroba de nuevo en

Washington, y supe que el serior Loomis estabo de regreso, lo mismo

que el Presidente. Fui a ver al dia siguiente al Subsecretorio de Estado.

Se entablo una conversacion cordial sobre temos diversos. Como yo le dije

que habia adquirido recientemente un importante interes material en el

Matin, sin participor para nada, in embargo, en su direcciOn politica(*)

u otra orientocian cualquiera, el me dijo:

-

(*) Esta regla fue stempre rigurosomente observado por mi Par elk) se cometeria la mos grande equivocacion si se piens° que este libro represent° o compromete de alguna manera lo opinion del Motin.

44

—Pero entonces usted deberia de Ilevar al Presidente los saludos

del Moth,. iConoce usted personalmente at sefior Roosevelt?

—No tengo ese honor, pero lo deseo— respondi.

Despues de uno llamado telefenica a la Cosa Blanca, el serior

Loomis me inform!) que el Presidente Roosevelt me recibirio al medio dia.

Deje of sefior Loomis y, una hora mos tarde, regrese para ir con

el donde el Presidente.

Como Sc cornprendera, me hada muy feliz esto oportunidad de

poner sobre el topete la delicado cuestiOn de Panama, y de observor

personolmente la actitud del Presidente.

El Presidente me recibi6 con su cordialidad habitual.

La conversacion se inicio sobre el Motin. Buscoba un medio de des-

viarla hacia Panama, cuando el sehor Loomis cit6, entre las publica-

clones histericcis del Matin, la del "expediente" del coso Dreyfus.

El pretexto se encontr6.

— El Capitan Dreyfus no ha sido la Unica victimo de las posiones

de lo miserable politico. Panam6 es otra— interrumpi yo.

— Oh, Si! — exclam6 el Presidente, sithitamente interesado.— Es

verdad, usted se ha ocupado enormemente de Panama, sefior Bunau

Varilla. Y bien, ecual cree usted que ha de ser la salida en las circuns-

tancias actuates?

El momento era propicio; yo lance la sonda. Despues de haber

reflexionodo un instante, pronuncie solo estas polabros:

— Sefior Presidente, una revolucion.

En los rasgos del Presidente se manifesto una viva sorpreso. Quizas

estaba influido por los informes sobre el abort° de la conspiraci6n de

Amador.

- revoluciOni— repitiO el maquinalmente. Entonces se volvi6

instintivamente hacia el sefior Loomis, que permanecia de pie, impasible,

y dijo en voz baja, como hablOndose a si mismo: —Una revoluciOn!

Sera posible? Pero entonces, si estolla, que sera del plan en el cual

habiamos pensado?

Yo tenia deseos intensos de decirle:

—Setior Presidente, ese plan, en el cual usted ha pensado, no es

otro que el de una coercion sobre Colombia fundamentada en el Tratodo

de 1846, de acuerdo con la interpretaciOn del profesor Basset Moore.

45

Cloro es que permaneci mudo, ocultando to alegria que to pregunta

escapacia de to boco del Presidente me causaba. El se volvi6 rapidamen-

te y me pregunt6:

—eQue to Ileva a pensar asi?

No habia ningim inter& en ir mem lejos, y respondi:

—Considerociones generates y particulares, sefior Presidente. Como usted sabe, las situaciones revolucionorias son endemicas en el Istmo.

Es cosi seguro que una enfermedad endemica aparezco violentamente

cuando las circunstancias favorables a su desarrollo olconzon su grado optimo. Colombia , decreta la ruin° de la poblocion del Istmo. Este no lo

aceptar6' sin protestor a su manero. Su manera, es la revolution. Yo tengo,

por otro parte, algunos datos especiales que apoyan estos consideracio-nes generates.

La conversation finaliz6 poco despues de este momento. Yo no

deseabo mos. Probablemente, por su lodo, tampoco el Presidente deseaba

escuchor m6s.

DEDUCCIONES DE MI CORTA VISITA AL

PRESIDENTE:

Soli de la oficina del Presidente habiendo odquirido todos los elemen-

tos necesarios para la action.

Tenia, at fin, to confirmation directa de to que habit, deducido por

puro razonamiento. El Presidente mantenia la preferencia por el Proyecto

de Panama.

Si uno revolution producia nuevas condiciones favorables a to adqui-

por parte de los Estados Unidos, de la Zona del Canal, el Presi-

dente Roosevelt aprovechario inmediatomente la °anion.

En adelante, podia estar seguro de este punto capital; tan seguro,

como Si se trotara de un pacto solemnemente suscrito entre nosotros.

Y no se habio dicho una polabra, ni expresado ningin sobreentendido.

Su libertod coma to mia, quedaba intacto.

Soli de Washington hobiendo asi despejado definitivamente la prime-

ro y mos esencial incognita del problema. Yo conocia el pensamiento inti-

mo del gobierno americano sobre la aplicacion de la Ley Spooner, sin

hober hecho ni recibido ninguna confidencia.

46

CONSTRUYO TODA LA TEORIA DE LA REVOLUCION DE PANAMA

Precisoba todavia enfrentar la segundo incognito.

eCorno hacer la revoluciOn sin la coope.racian financiera de los

Estados Unidos, y sin su apoyo militar, explicitamente prometido?

La satisfacciOn intense que me dio lo solucion completa de la prime-

r() ecuocion, IlevO ml espiritu a resolver lo incognito de la segunda.

El grande e insuperable obstaculo era la obtencian de una sumo de

30 millones de francos para los armomentos necesarios.

Buscando reducir esto sumo, la luz se hizo bruscamente en ml espi , ritu durante el viaje de regreso.

Para que debian servir esos treinta millones segan Amador? Para

comprar navies que se armarian en plan de guerra con el fin de hundir los barcos colombionos e impedir el transporte de tropas.

Pero clOnde eran de temerse estos movimientos militares?

En el lstmo propiamente dicho? En manera alguno, porque el Trota-

do de 1846 daba a los Estados Unidos el derecho y el deber de apartar

a todo beligerante de la linea de transito.

Todo este aparato de guerro no tenia, pues, otro fin que el de prote-

ger la insurrecciOn en la parte oeste de la Provincia de Panama, en to

region vecina de Costa Rica.

El lstmo propiamente dicho, esta separado de aquella region por

inrnensos bosques virgenes; al este, infranqueables soledades lo separan

de Colombia.

Para que solidorizar, en un mismo movimiento insurreccional, estos

dos grupos de territorios tan distantes y tan distintos?

Por que apegarse a la concepcion irracional del Departamento de

Panama sobre el territorio de la nueva Repablico?

Ror que no dare anicamente por territorio, al comienzo par lo

menos, los valles del Chagres y del Rio Grande que se encuentran junto

al Ferrocarril y at trozado del Canal?

Cuanto mos ref lexionaba en esta nueva concepciOn, tont° mas lump-

nose surgia la solucion de todas los dificultades.

En las °rifles de los dos rios, orillas que se juntan en la base de

Culebra, no hay un habitante que no vivo a tiro de fusil de to via de

47

comunicaci& entre los dos oceonos. Ahora bien, el deber de los Estados

Unidos era el de aportar a todo combatiente que se encontrase a tiro de

fusii del Ferrocarril. Por consiguiente, no habia m6s que declarer la Inde-

pendencia sobre ese territorio limitado, y el deber de los Estados Unidos

era el de proteger, al die siguiente, no este territorio, sino a todos sus

habitantes, puesto que cualquier perturbed& del transit° no podia hacer-

se mos que al lode de sus residencies. Ellos se encontrarian, asi, prote-

gidos contra todo agresian colombiano.

PROTECCION OBLIGATORIA DE LA REVOLUCION

UNA VEZ HECHA

Este deber de proteccian pare impedir disturbios, que resulta del

Tratado de 1846, yo lo habia visto cumplir durante la revolucian de 1885.

Un ejercito revolucionorio, lad° los 6rdenes del General Aizpuru, se

habia apoderodo de Panama. Una vez que tomoron la ciudad, las tropas

americanas entraron en Panama pare detener todo desorden y proteger

el transit°. Viendo el orden mantenido par el gobierno revolucionario, las fuerzas de los Estodos Unidos se retiraron, contentandose con ocupar el

Ferrocorril y su muelle, el &ice medio de desembarco pare los novios del Pacifico.

Algunos dias despues, dos navios cargados de tropes del gobiemo

intentaban desembarcar en este mismo muelle.

El General Reyes, que comandaba las tropes colombionas, fue invi-

ted° a retirarse, habiendole prohibido desembarcar el Comodoro Mac Cello.

Yo habia, visto, pues, con mis propios ojos, en 1885, a los revolucio-

narios wotegidos contra la agresion de los tropes del gobierno par las

autoridades militares americanas.

Esto sucedia encontrandose en el mando el Presidente Cleveland,

bale el regimen del Partido Democratic°. Entonces el proyecto de hacer un

Canal American° en Panama no existio, ni siquiera en estodo embrionario.

La prohibician de combatir, a distancia de tiro de fusil de la line°

de transit°, habia sido siernpre, sin excepcion olguna, el principio aplicado

por los Estados Unidos con el consentimiento, y a veces o solicitud, de

Colombia. Esto se desprendia explicit° y formalmente del Tratodo de 1846

entre los Estodos Unidos y la Nueva Granada.

El ofio precedente, en 1902, en el memento de las dificiles negocia-

clones con el serior Concha pore el establecimiento del Tratado relative

o to concesion de la Zone del Canal, el mismo hecho se habio repetido.

48

En septiembre de 1902, el Comodoro MacLean hobo prohibido todo

transporte de soldados por el Ferrocorril. El General Quintero, Comandonte

en Jefe de los Tropas Colombionas, y el General Herrero, que se encontra-

ba a la cabeza de las fuerzos revolucionarias, habian recibido to misma notificoci6n.

Y esto en los momentos en que los mos grandes cuidados debion de

observorse pare no ofender a Colombia

C.6rno dudar que, un oio despues, cuando Colombia habia tornado

una actitud claramente hostil, las fuerzos omericanos no octuorlon en el mismo sentido?

Esto era imposible.

A portir de . entonces habio encontrado la solucion; el problerna

estobo resuelto. La incognito final quedaba al fin despejoda de la manera

m6s elegonte, como dicen los matematicos.

En obsoluto eran ya necesarias sumas enormes paro uno guerra

En obsoluto era yo necesario formular la impos'ble solicitud de pro-

teccion por parte de las fuerzas americanos. Estes cosos, indispensables

para uno insurreccion que se extendiera a toda la Provincio de Panama,

se eliminaban integramente si se limitaba el movimiento liberador at Istmo propiamente dicho.

No habia m6s que hacer la revolucion de Colon a Panama, y auto-

maticament?, sin Convencion anterior, las fuerzas americonas estaban

obligoclos a intervenir.

Su intervencion consistiria en prohibir a toda fuerza armada ocercar-

se, o tiro de fusil, a la zonc de transit°.

Todos los pobloclos, todos los cases, todos los habitantes de la nueva

ReNblica vivian precisomente en est° zone, y disfrutabon, ipso facto, de la

proteccian necesaria.

Una vez asegurada esto protecci6n militor, la nueva RepUblica podria

esperor. Seria o no inmediatamente reconocida? A esto no se podia respon-

der. Pero de entre las dos entidades politicos, to gran potencia protectoro,

y la pequefia potencia protejida, cu61 tendria el mos gronde interes en

hacer cesar esta situacian ridiculo? Evidentemente, los Estodos Unidos.

Y esto sin hablar de su interes en obtener to Concesion del Canal de

Panama.

49

EXPONGO A AMADOR MI NUEVA CONCEPCION

Mientros mos reflexionaba sobre esto nuevo idea, mos la encontra-

be simple, limpid°, determinente.

No me habia equivocado al tener fe en resolver un - problem° que

parecia insoluble a primer° vista.

Sin embargo, en circunstancias tan graves, me puse a madurar varies dies este pensamiento en ml espiritu antes de exponerlo al principal inte-

resedo. No descubri ninguno falta en lo concepcien. Resolvi, entonces,

exponerle el plan a Amador. Quise, sin embargo, interrogarlo nuevamente

acerco de los medics pora hacer lo revolucien.

Como todos los informes de detalle que el me suministr6 encuodraban

perfectarhente con mis perspectives generoles, le revele ol fin mis planes

en el anochecer del martes 13 de octubre.

El me observe con expresien de desagrado. Evidentemente su espi-

ritu se habia ocostumbrado desde hack] un mes a acariciar la idea de uno

de esos pactos con los Estados Unidos, tat como se forjon en las novelas

de aventUres. Se vela a si mismo asociado con el Presidente y el Secretario

de Estado de la poderoso RepC.iblica, disponiendo de sus millones pore la

empresa com6n.

A pesar de mis esfuerzos paro hocerle cornprender la verdad, el se

persuadie que era en Washington, en la "Casa Blanco", o en el Deport°.

mento de Estado, que habio nacido el plan, y no en ml espiritu.

Una especial circunstoncia permitie, seguromente, °firmer esto con-

viccien en su cabeza.

—Usted dice —interrumpi6 el, con aire de disgusto— que este plan

no precisa dinero. Pero, por el contrario, este ser6 necesario. Al dia siguiente

de la revolucien ser6 precise pager los salarios otrosados que se deben a los tropes.

—Lo odmito —replique--; pero pare eso no seren necesorlos 30

millones. Hay 500 hombres. Pongamos 100 Frances, o 500 francos por

hombre. Esto hard un total de 250,000 francos.

— No es suficiente — dijo Amador.

—Pongamos 500,000 francos, si usted quiere — respondi.

El hubo de reconocer que 500,000 francos serfan suficientes.

—Y bien, doctor — le dile — este es una sumo pequeria. Yo podre,

quizes, pedirla prestado aqui en Nueva York.

50

si no la consigue? — dijo 61.

—Bien, entonces la dare de mi bolsillo —replique--. Yo puedo hocer

ese sacrificio, pero no podria dor 30 millones.

Evidentemente, la idea de que'yo expondria 500,000 francos de mi

fortune personal para salvor lo obra de Panama no entra jam& en el espi-

ritu del buen doctor. Vio allf, ciertamente, la sombre de esos misteriosos

tesoras de tondos secretos americanos, que existen en los imaginociones,

pero no en otro parte.

—No —dijo finalmente Amodor—; nosotros no podemos hacer el

movimiento de eso monera. En Panama, todos nosotros somos, mem o menos,

propietorios en el resto de la Provincio. Lo idea de escindlr lo Provincia

en dos, los cuales le quedaran a Colombia, mientras que el lstmo propio-

mente dicho serf una Repablica independiente, descorazonaria o todo el mundo.

—Pero —replique— yo estoy definiendole solomente el primer perio-

do. Una vez asegurada la independencia, y rotificodo el Tratodo, ustedes

tendran 10 millones de &fares que podrain emplear en lo conquisto del

resto 1e la Provincia.

—No —dijo 61— eso no puede ser.

Yo me levonte impociente.

—Doctor Amodor —le dije--: Puesto que sus ojos quieren permo-

necer cerrodos, no yea node. Usted vino el 23 de septiembre a solicitorme,

desesperodo, un apoyo. Hoy, 13 de octubre, yo se lo doy. Usted lo rechazo;

entonces, no tengo node mos que decirle.

Nos separomos friamente.

Al die siguiente, en la mariona, fui despertado temprono par dos

golpes discretos en lo puerto.

Fui o obrir; era Arnodor.

Lo encontre palido, los rasgos tensos:

—Ho dormido usted? — dijo, a manero de soludo.

—Perfectomente, y usted?— respondi.

—Ni un segundo —replico, sentOnclose--; pero he pensodo, que yo

soy un tonto o un loco. He comprendido; perd6neme, obedecere.

—Bien dicho —le dile—. Y bien, no tenemos nada mos que decir-

nos, puesto que usted al fin ha comprendido.

51

Debo i-r merlon° jueves a la inauguracion de la estatuo del General

Sherman en Washington. Estoy invited° por su sobrina, la seriera Sherman

Mac Callum. Yo encontrare, quizes, el medio de completer el ciclo de mis

informaciones. Preparese a sour pare el lstmo en el oroximo barco el

_rnartes 20 de octubre. A mi regreso de Washington, le definire todo el

programa preciso de accion. Dejeme solo pore prepararlo a discrecion.

Yo queria librorme de su presencia pare estructurar un plan de accion

radon& y moduro. No queria dare tiempo pare discutir los detalles.

MI ENCUENTRO CON EL SEROR HAY, SECRETARIO

DE ESTADO

Yendo a Washington, no solomente quedabo solo conmigo mismo;

deseaba tambien entrar en contact° con el serior Hay.

Yo habia encontrado solamente uno vez a este hombre eminente, en

case del serior John Bigelow; pero no habio tenido ocasiOn de converser

con el.

La casualidad vino en mi ayuda. Yendo a estrechar la mono del seller

Loomis, en el Deportamento de Estado, el seller Hay, cuya oficina quedaba

contiguo a la suya, entre pare solicitor un informe, y el serior Loomis me

present6.

Muy cordialmente, el seller Hay, una vez intercomblados los primeros

cumplimientos de bienvenida, me invite a poser a su propio despacho.

La conversacien trat6, naturalmente, primer°, sabre nuestro amigo

com6n, John Bigelow.

Apenas hobta comenzado, cuando el portero entre y entreg6 una

tarjeta al setior Hay. Un cierto embarazo se dibujo en su rostro.

Yo intervine:

Secretario de Estado, sentirla mucho que mi presencio ines-

perada interrumpiera el curse de sus recepciones. Le ruego que me permi-

to retirarme, y esperar una ocosion mejor pare continuer este conversation.

—Usted me ve, en efecto, muy embarozado — respondi6 el senor

Hay. — Yo deseo vivamente hablar con usted sabre un tema que me

preocupo: Ponam6. Usted est6, per cierto, mucho mejor informado que

nosotros mismos. Pero, par ctra parte, hey es la recepci6n de los Embaja-

dores, y me resulto dificil no cumplir con este otro deber, que me tomar6

poco men o menos una here.

52

—Que esta conversoci6n no lo impido —replique—. Voy a retirorme,

y sera un gran placer regresar cuando su recepcion hoya finalizado.

—Y bien; puesto que usted me lo permite —me dijo el Sr. Hay—,

dejeme enviarle un mensaje pora fijar una cita que nos ponga al abrigo de estos interrupciones.

Pocos momentos despues de ml regreso al hotel, recibi una tarjeta del Sr. Hay.

Me invitaba a venir, no ol Departamento de Estado, sino a su caso, a tres de la tarde.

Es asi que tuve, par primera vez, la ocasion de conocer personal-

mente a este hombre por tan diversos titulos eminente.

Siempre me habia imaginodo un hombre frio y severo, uric especie de canciller de hierro americano. Esta era la impresion que daban sus fotografias y su octitud politico.

iQue diferente era, cuando se despojabo de su armodura exterior!

En este espiritu delicado y fino, cosi tiemo, la preocupacion constante

era la de obtener, por la accion politico, un acrecentamiento del bien moral

y material del hombre.

El consideroba a los Estados Unidos, sabre todo, coma una vocacion &rigida al progreso de la condici6n humane. Sirviendo a su pals con todos

las fuerzas de su espiritu, no creo que el haw jam6s establecido diferen-cias entre los intereses de ague' y los de la humanidad.

Vela en la apertura del Canal de Panama el mos grande servicio que

se pudiera hacer a la gran familia humane.

Como sus ideas coincidian rigurosamente con las mias en este punto, una viva y reciproca simpatia se establecio espontaneamente entre nosotros.

Juntos, deploramos la ciega oposicien de Colombia.

Yo le relate los vanos esfuerzos que habia hecho poro esclarecer Ia opinion de su gobierno.

—Cuando todos los consejos de la Prudencia y de la Arnistad froca-

son, Ilega —le dije— un momenta en que es preciso callarse y esperor

los acontecimientos.

—Y esos acontecimientos, cuelles cree usted que seri:51 .0— Pregunto el.

—Yo se lo dije el otro dia at Presidente Roosevelt —respondi---, todo

53

esto va a desembocar en una revolucion. Usted debe esperarla, si no quiere

que los acontecimientos to tomen desprevenido.

—Si —dijo--; esto es, en efecto, desdichadamente, to mais probable

de las hip6tesis. Pero nosotros no estoremos desprevenidos. Se bon girodo

ordenes a fuerzas navoles surtos en el Pacifico, para que se oproximen at lstmo.

EL "CAPITAN MACKLIN"... iSIMBOLO 0 AUTORIZACION PARA ACTUART

La conversacion tom6 entonces un giro mos general; hablamos de lo

facilidad con que el descontento politico tomaba en esas regiones formas

violentas.

—Yo acabo, precisamente —dijo el Sr. Hoy— de finalizar la lectura

de una novelo deliciosa: El Capitiin Macklin. Es la historia de un alumno de West Point, que abandon° la escuela militar pora convertirse en revolu-

cionario en la America Central. Va a enrolarso bajo las 6-denes de un

General, antiguo oficial trances, que dirige un ejercito revolucionario en

Honduras.

"El joven y ambicioso americano y el viejo oficial trances, que corn-

parte el generoso desinteres de su raza, son deliciosos fisonomias de perse-

guidores del ideal. Tome --aPiadi6 el Sr. Hay— lea, pues, ese volumen; lo

cautivara — y me lo ofreci6."

He conservado de esta entrevista una emocion que no se borrar6 de

ml corazOn. Yo me habla acercodo a uno de los mos nobles corazones que

me haw sido posible encontrar en el curso de mi vida.

El curso posterior de los acontecimientos habia de grabar mos pro-

fundomente en ml esta primera impresi6n. Es asi que he conservodo par

lo memoria del Sr. Hoy una admiraciOn cosi religioso.

Lei, con el inter& que es Mail comprender, el Capiton Macklin.

La caballeros° fisonomio del viejo hombre de guerra trances, que es

el verdadero heroe de la historia, respondia bien a to descripcion que de

Cl habia hecho el Sr. Hay. El perseguia, a la cabeza de su ejercito, en la

selvo virgen, un fin constante de justicia y progreso.

No pude dejar de creer que el Sr. Hay quiso, al ofrecerme ese libro,

hocer uno de.licada alusiOn a mis propios esfuerzos por la causa de justicia

y progreso que yo defendia.

Quizos, incluso, quiso el Ilevar m6s lejos la alusi6n. Queria hacerme

comprender asi que presentia el popel personal que yo no le habia reve-

54

!ado? Querict decirme, simbelicamente, que habia visto claramente que

la revolucion que estaba en preparaciOn cora la victoria de la Idea era

dirigida por mi?

Nunco intente esclarecer este delicodo misterio. Sin embargo, actue

como si la historic del Capitan Macklin hublese sidai el vinculo sutil, to

outorizacion para actuar cfrecido por el Sr. Hay. De este modo, encubria

lo que el cuidodo de nuestro honor nos prohibit:1 expresar.

SIN QUE EL SR. HAY HUBIESE DICHO NADA,

YO LO SABIA TODO

La entrevista con el Sr. Hay ocab6 con mis 61timas duclas, si acaso

ellas subsistion todavia en ml espiritu.

El Secretario de Estado no hobia querido decirme que en Washington

se esperaba una revolucion, y que los Estados Unidos Fithian tornado medi-

dos militares.

Esas medidas eran, proboblemente, consecuencia de la afirmacion

tojante que yo habia hecho delonte del Presidente Roosevelt la semona

precedente, y venian a aiiadirse a todos los rumores que Ilenaban la prensa.

NO quedabo, pues, mos que octuar. Los Estodos Unidos tendrian

fuerzas suficientes en las cercanias si la revolucion se realizaba, para asegu-

ror la paz a lo largo de la limo de trOnsito, de conformidad con el Tratado

de 1846.

Yo me habia asegurado de la Onica cosa que podia poser sobre mi

conciencia: La protecciOn de las personas que iban a arriesgar su vida confiodas en ml polobro y en mis inducciones puramente rocionoles.

CtrOles serion los destinos ulteriores de la nueva Rep6blica? Impor-

tabo poco determinorlo par odelantado. Se podia dejar ese capitulo sujeto

a los eventualidades del porvenir. Desde el moment() en que se podia evitar

que mis amigos fueran oplostados por los fuerzas colombianas, mi espiritu

quedoba libre pora preparar los acontecimientos.

Tan pronto soli de la coso del Sr. Hay, tome el primer tren paro

Nueva York

Al poser por Baltimore, a las 7:50 de la noche, remiti un telegramo

a Amodor diciendole que "Jones" to esperario en la mariana del die

siguiente, s6bado, a las 9:30.

55

DOY A AMADOR LAS INSTRUCCIONES COMPLETAS

A to bore fijada, el Dr. Arnador tocabo en ese Departamento 1162 del Hotel Waldorf Astoria, que merece ser considered° como la cuna de

la Repablice de Panama, y, por consiguiente, de la construccion del Canal.

Yo habra meditado, durante ml estancia en Washington, el plan preciso de acci6n, y habia escrito todos los documentos necesarios.

Conociendo el temperament° indeciso de los hispanoamericanos, creia necesorio que Amador, no teniendo otra cosa que hacer, portiere. Yo habia prepared° la proclamacion de la independencia, un plan metOdico de

operaciones militores y de seguridad que debia realizarse en el curse de

los tres primeros dies de la revolucion; y, en fin, un codigo que permitiese

establecer comunicaciones indescifrables entre Amador y yo.

Me habia procured° la Constitucion de Cuba, que se ajustoba perfec-temente tombien al lstmo de Panom6, y que acaboba de ser redactada par jurisconsultos americanos y cubanos.

Solo quedoba por hacer la bonder° de la nueva Repablit°.

Mientras regresabo de Washington habia concebido la idea de que

pore conducir r6pidamente los operaciones diplomaticas, yo era la persona

mos indicada.

Era preciso conocer a fondo el terreno resbaloso y movedizo de

Washington, terreno que yo habio estudiado desde hacia varios °nos. AIli,

yo hobia conquistado posiciones solides, y preciosos puestos de observacion,

que podion transformarse, en un instante, en dispos.tivos de accion.

—Dr. Amodor— le dije, cuondo entre) en mi Departamento--, el

momento de actuar ha Ilegado. Contentese usted, pues, con ms °firma-

clones. No hay m6s tiempo pore entrar en el detolle de su genesis.

"Yo puedo aseguror que ustedes seran protegidos por las fuerzas ame-deems 48 horas despues de haber conquistado su independencia.

"Entonces comenzar6 un periodo deka& El del reconocimiento defi-

nitivo de la nuevo Rept.%lica. La accion tendr6 lugar en Washington.

Yo °sumo la responsobilided. Asumo, iguolmente, la responsabilidad de hocer que se les suministren, o de suministrarles yo mismo, los 500 mil

francos que les son necesarios. Pero ml intervencion politico o financier°

no comenzar6 sino cuando ustedes hayan realized° to que les incumbe; la

conquista de su libertad. Esta ha de ser obra exclusive de ustedes mismos. Si no se sienten capaces de erigir, por ustedes mismos, sin ayuda exterior,

un nuevo gobierno en el lstmo propiamente dicho, entonces, es mejor que

no hogan node.

56

St ustedes creen poder hacerlo, sigon entonces su libre discernimiento.

Y cuando todo se hayo realized°, cuondo ustedes hayon conquistodo y

adquirido su libertod ,entonces sera mi turn° de actuar. Yo trobajare pore

ustedes y con ustedes, a fin de que puedon conserver eso libertad.

"Para adorer sus ideas, he prepared° una serie de documentos que

le ofrezco a tituto de simple sugerencio.

"Usted hor6 con ellos lo que desee: Se trate del programa de opera-

clones militores, de la Declaracion de Independencle, de unas bases pore

la Constitucion de la nueva RepUblica, y, en fin, de un codigo pore nuestro correspondencie.

"Se lo repito: el vinculo no puede, ni debe, comenzor conmigo, sino

cuando Uds. hayon forjcdo pr sus propias manos el instrumento de su

propia liberoci6n.

A partir de ese momento, Si Ilego, comenzar6 uno funcion de extrema

importancia. Eso funcion consistira en osegurar la vide de vuestra creaci6n,

y la entrado de la nueva RepUblice en la familia de las naciones. Eso fun-

ci6n creo que nadie podr6 cumplirlo mejor que yo. Me expreso esi, porque

nadie conoce mejor que yo el propOsito final, que es la construccion del

Canal y de los medios pare logrorlo. Convendr6, pues, que 59 me nombre,

desde su formaci6n, Ministro Plenipotenciario de la nueva RepUblico".

El Dr. Amador escuchoba este exposicion con una llama en los ojos.

Ella se °pogo bruscomente, cuando me referf al asunto de la representa-clot, diplomatic°.

Este combio sabito de actitud me hizo comprendsr que el habia pen-

sado en otro pora ese puesto esencial, y que ese otro era oquel que habia

venido como Ernbojador secreto de los conjurados, es decir, el mismo.

Amodor aventur6 entonces olgunas objeciones sabre la ofrento ol

amor propio que el escogimiento de un extronjero serio pore la poblacion

del Istmo.

—Me doy perfecto cuenta —le respondi— pero una ley supremo

debe dictor nueotros decisiones. Ella nos ordena conjugar todos los elemen-

tos posibles pare el exit final. En Washington, se va a libror una batalla

terrible quo debe dirigirla quien se encuentre mejor armed° pare gonarla.

—Pe-o, no se podria nombrar un ponamerio cuya obediencio yo le

garantice? —replic6 Amador—; usted guioria sus octos y dictorla sus

pa labros.

—No, ml querido doctor —insisti yo--; soluciones coma esa nada

volen cucndo de uno palabro, de un acto, de un minuto puede chpender

57

el exit° o el fracas°. Es necesoria una libertad de decision absolute o

quien dirige' sobre el terreno to batallo. Por to demos, esto es ml opinion.

Si no es la suya y la de sus amigos, sigan sus planes personales. En ese

caso, pueden 'ustedes contar con que yo hare todo para ayudarlos; pero

insisto en decirle tambien que no asumo ninguno responsabilidad si Uds.

no siguen rigurosamente la line° del maximum de posibilidades.

Amador escuchoba con aspect° obatido.

—En fin— dijo; intentare hocer triunfar sus ideas.

—No quedo m<is —conclui yo— que hacer un modelo de bandera; yo

me ocupare dq eso. Ire mai -Iona, doming°, donde ml fomilia que se encuen-

tra en el camp°. Encontrare alto los dedos 6giles y discretos que harem

el nuevo estandarte.

Nos seoaramos. Yo me apresure a ir a compror at almocen mos proxi-

mo la seda necesoria para la confeccion de la bander° de esa Rep6blico,

cuyo nacimiento debia hacer salir de la tumba la obra del genio frames.

Pose el resto del die corrigiendo y dejando listos los documentos que

habia prepared° pare el Dr. Amador.

El volvi6 a encontrarme en la tarde, siempre preocupado por el osunto

del escogimiento del Plenipotenciario en Washington.

Evidentemente, no habla aceptado los razonamientos que le habfa

formulddo. No podia combatir la poderosa logical, de esos razonamientos

pero la ambicion escondida, que Ilenabo su espiritu, de ser el mismo ese

Plenipitenciario, no le abandonabo. Yo mantuve inexorablemente to line°

necesorio de =don, decidido como estoba a no dejar que el inter& per-

sonal redujese, par poco que fuera, las posibilidodes de exit° de esto dificil

empresa.

EL PRIMER MODELO DE BANDERA HECHO

POR LA SEFIORA BUNAU-VARILLA

Al dIa siguiente, domingo temprano, me dirigi a Highland Falls, en

Hudson, a reunirme con los mios, que °Ili disfrutabon de la encantadora

hospitaliclod de to familia Bigelow.

En el m6s grande secreto, to sefiora Bunau-Varilla, encerrado en sus

aposentos durante toda la tarde, confeccion6 la bandero liberadora. Escogi,

°parte de ml mujer, por 6nico confidente, a ml hijo Etienne, entonces de

13 &los, en cuyo espiritu yo queria imprimir el recuerdo de oquel emocio-

nonte periodo.

58

No quedaba m6s, para el dia lunes, que mandar a copiar los docu-

mentos por una dactilografa que ignorase el espaiiol, y cuya discrecion me hubiesen garantizodo.

Una joven, empleoda par ml amigo el setior John Bigelow como secre-

taria, y que trobajoba a su lado, vino a Nuevo York con ese propOsito.

Ella realize, el trobajo, lejos de todo ojo indiscreto en la case, entonces inhabitado, del Sr. John Bigelow.

En lo tarde del tunes todo estaba listo. Amador vino a admirar la

bandera. Lo encontro perfecto. Se inspirabo en el dibujo de la bandera de

los Estodos Unidos; pero el blanco fue reempozado par el amarilla que coracteriza la bander° espoliola y la colombiana.

En lugar de estrellas blancos, sembrados sabre el fondo azul de la

esquina superior izquierdo figuraban dos soles amarillos de oro unidos

par una banda del mismo color. Estos soles simbolizaban los dos continen-

tes, como los estrellas de la bandera americana en ese lugar simbolizaban

los diferentes Estados de la Union. Yo estaba convencido de que esa

bandero seria modificada. El hombre esta siempre mos d spuesto a modi-

ficor que a crear, y yo queria asegurarme de que Amador actuaro con

prontitud.

Despues de haberse compenetrado de lo tetra y el espiritu de las

instrucciones que le impartf, Amodor me dijo:

—Se precisoran 15 dies, despues de ml Ilegada, pare preporor el

movimiento.

— 105mo! —exclame yo—. Es lo mismo que decir que Uds. retro-

ceden. Usted parte el 20, y Ilegara el 27. En dos dias pueden actuar.

— jAhl —Ud. no conoce a nuestros amigos —respondio Amodor—.

Habra que celebrar conferencias y mos conferencias!

—Es cierto — le dije; pero es una verdod mucho mayor que Colom-

boo ha concentrado tropos en Cartagena, y que, de un moment° a otro,

pueden enviorse a Colon para osegurar la sujeciOn del lstmo. Lo que es

focil boy, puede ser imposible merlon°. Es necesario act= inmediata-

mente despues de su Ilegada. El exito sera el prernio de la rapidez y de

la decision.

—Mire— arta& le doy haste el 3 de novie.mbre, como plozo mciximo

pare actuar. Si Uds. no han hecho la revoluciOn el 3 de noviembre, me

considerare relevodo de todo vinculo con Uds.; y de todo responsobilidad.

—Concedame hasta el 5 de noviembre-- dijo Amador.

59

—De ninguna manera replique—; si lids, no se encuentran listos en

7 dies para hacer lo quo han prometido, es que son incapaces de olcan-

zar su libertad. De ser asf, continiten siendo lo que son.

Amodor me dej6, despues de hober hecho cite pare to motion° del

die siguiente a lag nueve. Debfa detenerse en ml case, antes de ember-

corse, pore tomor y Hover los objetos preciosos que iban a asegurar el

movimiento liberador de su potria.

Yo prepare, antes de su regreso, la formula del telegram° que debfa

enviarme el Jefe de gobierno uno vez establecida la Repablica. Esta fOrmu-

la resumfa nuestros ocuerdos, y definfa el limite en que terminaba su accien

y comenzaban mis responsabilidades.

El telegrama estabo asf concebido:

(Troduccion)

El Gobierno acaba de formarse por el querer popular. Su autoridad se extiende desde Colon o Panama, inclusives. Le ruego ac9ptar la mision de Ministro Plenipotenciario pore obtener el reconoci-miento de la Repalica y el Tratado del Canal. listed tiene poder paro nombror el banquero de la Repot)lice en Nuevo York, y abrir un credio inmediato pare los gastos urgentes.

Tendiendo el telegram° a Amador, le dije:

—Mientras Uds. no esten en condiciones de enviarme este telegrama,

ninguna responsabilidad me incumbe, pose lo que pose. A partir del me-

mento en que yo recibo este telegram°, comenzar6 ml enter° response-

bilidad. Yo tengo el deber de procurarles entonces, inmediatamente, 100

mil &fares en ore americano, y, en el termino de 48 floras, asegurar la

protecciOn de ustedes.

"El (mice period° peligroso, en el quo Lids. tienen quo asurnir los

riesgos, durar6 desde el memento en quo estalle la revoluciOn hosta 48 horas despues de hober yo recibido el telegram° de Uds."

Amodor me dej6 pore ir a embarcorse, despues de hober °firmed°

solemnemente su perfecto acuerdo con las condiciones asi definidas y esta-

blecidas.

En este memento preciso, a las 9:30 de la motion° del martes 20

de octubre de 1903, comenzaba al fin el period° de la acci6n.

Algunos instantes despues, regres6 Amador:

—Una palabra todavfa— dijo en voz baja a troves de la puerto

entreabierta, qtte debo hacer con ObaIdle? El es en este memento Gober-

nodor de Panama. Sus simpatias estOn, ciertamente, con nosotros. Debo

60

revelarle todo? Considere ml situation, si yo no le digo nada. Es ml amigo

de toda la vida. El es ml huesped en este momento; come en ml mesa. Me

siento muy perplejo.

—No le diga una polabra de todo esto —le respondi—. No coloque

Obaldia entre sus simpatias y su honor.

Amador cerr6 la puerto, y se fue, este vez definitivamente.

ME COLOCO EN POSIBILIDAD DE SUMINISTRAR QUINIENTOS MIL MANGOS

Bien pronto decoy6 en ml la tension de espfritu que naturalmente

habia acompariado la preparation de instrucciones al emisario encargado

de la formidable empreso.

Pense entonces en movilizarme a fin de poder cumplir mis obligacio-

nes en to relativo a los primeros recursos que seri° preciso suministrar

a la nuevo RepUblice.

Disponi° de 7 &as para ello.

Mi primera idea fue la de corffiar el proyecto al serior Pierpont Morgan o at senor Isaac Seligman, con quienes mantenio relaciones perso-

nates. Habia escrito a uno y otro de estos senores, solicittindoles uno cito;

pero sin decirles el proposito de la misma.

En el momento de inicior estas diligencias, diversos obstOculos, que

no me hobia plonteado at principio, surgieron frente a mi.

Era posible que los representantes de ton considerables intereses

pudiesen correr el riesgo de compromeferse en semejante oventura?

Si la revolution fracasaba, la responsabilidad moral que podia resul-

tar pare ellos seria enorme. Si tenia exito, el beneficio seri° insignificante.

eUn banquero estaria tentado a intervenir en un osunto en el cuol las dos

salidas posibles eran estas?

Semejante operation no podia tentor mos que a un banco de secjundo

orden, y no a cases como aquellas cuyos jefes acabo de mencionor.

En estas circunstancios se exigirio de to nuevo RepUblice una comi-

sion usuraria proporcionada a los riesgos. Por otra parte, quien impediria

al Banco en cuestion hater uno fOcil especulocion con las acciones de

Panama?

Una revolution exitosa, que asegurora la yenta de los intereses fran-

ceses a America, debia necesariarnente triplicar el valor de sus titulos en

61

la balsa. Lo que a ml me parecia uno despreciable especulocion, podia ser

considerado, por un bonquero de segundo orden, como una operacion absolutamente legitima.

Por otra parte, para solicitor este emprestito eventual, me iba a ver

en la necesidad de exponer un plan ultrasecreto. eQuien podia garanti-zorme que me guardarion el secreto? Quien podia gorantizarme que en la

mismo tarde no partiria un cable hocia Bogota, y que, al mismO tiempo que Amodor, no desembarcarion tropas colombianas en Colen?

Todas estas consideraciones hocion absolutamente imposible un empres-

tito eventual, contratado con terceros, en nombre de la futura RepUblica.

Pero yo estaba comprometido bajo polabra de honor. No tenia otra

alternativo que suministrar los fondos de mi propia fortuna personal, y

correr yo mismo el riesgo de perder esta suma considerable.

Era la Unica manera de osegurarme que no se cometerfa ninguna

indiscrecien y que no habria ninguna especulacien.

Mi resolucien la tome en la noche del miercoles 21 de octubre. A la

una de lo mafiona, el 22, cablegrafie a Eu-opo a dos Bancos, donde tenia

titulos en deposito, solicitando a coda uno un prestamo de 250 mil francos.

Les rogaba, en caso afirmativo, enviar inmediatamente esa sumo a

la Agencia B del Credit Lyonnais. Est° agencia me suministrabo usualmente

dinero por cable, a medido que lo necesitabo, duronte mis estancias en

America.

Nerdaderamente hay que admirar la extroordinaria elasticidod del

aporato financiero de nuestro epoca!

Yo habia remitido por telegrafo mis dos mensajes el jueves a la una

de la mariana. Hobiendo ido a reposar despues, a las 8 me despert6 la

domestica que me trait) la primera respuesta. A los 11 Ilegaba la segunda. Todo estoba concluido: los 500 mil francos liobian sido expedidos a mi

favor en la Agencia B.

No tenfa mos que dar la orden de tronsferirlos por cable a Nuevo

York. Ninguna prisa era yo necesaria. Di esta orden el domingo siguiente.

Antes que Amador Ilego-a al lstmo, yo disponi° en Nueva York de 100

mil Mores en el Banco Heidelbach Ickerlheimer et Cie. Estaba preporado.

Una vez orreglado este aSunto, listo, como acobo de decirlo, en la

moicna del lunes 22 de octubre, no tenia mos que esperar los aconteci-

mientos.

62

RETRASO PROVIDENCIAL DEL GENERAL COLOMBIANO TOVAR

No tengo necesidad de decir con clue ansiedad abrie coda marten° los diaries.

Toda lo suerte del Canal de Panama dependia del movimiento de

tropes colombianas concentrodas en Cartagena.

El 26 de octubre, la vispera de la Ilegada de Amador, lei con una

alegria indecible, el siguiente despacho:

Barranquilla (Puerto colombiano sobre el Atleintico, vecino de Cartagena) anuncia que el General Toyer, que se esparcba ver partir bien pronto pare el lstmo, podria no salir antes de comien-zos de noviembre. Ha recibido la orden de hacer un informe sabre las condiciones de la artillerio de los fuertes y defenses de Barranquilla, Puerto Colombia, Cartagena y los puertos del Atlantic°.

Por otra parte, la vispera, el 25 de octubre, el Sun de Nuevo York

habia publicado un despacho de Filade!fie, que tenia pore mi sumo impor-

tancia. Ese despecho anunciaba que el crucero Dixie se habio hecho al

mar urgentemente, con ardenes selladas, Ilevando 400 hombres de infan-

teria de marina a bordo.

Tres dies mas tarde, los peri6dicos publicaban un despocho de

Washington, en particular el New York Times del 28, anunciondo que el

Dixie Ilegaria a Guantanamo (Isla de Cuba). La noticia ariadia que, en

caso de revolucion en el lstrno, el Dixie seri° enviado a Colon.

Otro periodic° decia que la Infanteria de Marina desembarcario en el

Istmo pore montener el orden a lo largo de la lima de comunicacian inter-

oceanica. El mismo Despacho anunciabo que otro crucero, el Nashville, se

encontraba en Kingston (Jamaica).

Evidentemente, los movimientos de Arnodor habion sido vigilodos por

Washington, y su salido hacia el Istmo, despues de sus conferencias con-

migo, habian dodo la alarm° sabre el peligro de una revolucion al momento

de clausurarse el Congreso Colombian°.

El envie del Dixie a Guantanamo, traducia la preocupacion del

Gobierno americana, que no disfrazabo la naturaleza de sus comunicados

la prensa.

Este simple hecho no ofrece, 61 solo, un brillante desmentido a los

gentes clue han pretendido, y todavia pretenden, que la revolucian de Pana-

ma fue subrepticiamente organizado pot el Gobierno americano?

63

Sin duda en Washington se habio relacionado la partida de Amador

con las predicciones que yo habia formula& en mi entrevista con el Presi-

dente Roosevelt el 9 de octubre, y con el Sr. Hay, el 16, sobre la inmi-

nencia de una revoluci6n.

De estos hechos se desprendio implicitamente la conclusion de que

la particle de Amador sign ificabo el comienzo de las operociones revolu-

cionaries.

El serior Hay, acordOndose de mi consejo, y pensando tambien que

los Estados Unidos no debion dejarse sorprend3r por una revoluciOn, habia

envie& los tropes, ciertamente, a cause del viaje de Amador. El Nashville,

o Jo espera en Kingston, se encontraba evldentemente dispuesto a marcher

sabre el lstmo a la primera

Los intenciones del Gobierno americano se desprendlon con nitidez

absolute de este conjunto de hechos.

Y esas intenciones venian a confirmar rigurosamente todas mis induc-

ciones onteriores.

Decididomente todo evolucionaba con uno admirable precision, en el

sentido que mis deducciones logicas habfan previsto.

Amodor no tenia mos que encender la mecha antes de la Ilegada de

los tropes colombianas, y la obra de Panama estarfa salvo.

Para ester mos seguro todavfa, viaje el 27 de noviembre (1) a Washington. Noda de lo que oi me suministr6 ninguna nuevo indicacion.

Era el die en que Amador Ilegaba al lstmo.

CABLE SIBILINO DE AMADOR. YO LO INTERPRETO

El 27 y el 28 de octubre pet-maned sin informaciones de Amador.

Esto no tenfa nada de asombroso. Yo esperaba para el 29 le gran nueva.

En lugor de recibirla, se me remiti6 el cable siguiente, a las nueve de la

motif:Ina:

"Tower. New York. —Pate news bad powerful tiger urge vapor Colon. Smith".

La direccion "Tower. New York" era la del Sr. Lindo, el amigo de

Arnador, que, se recordarO, me lo habfa enviado desde mi llegada en

septiembre pare solicitor mi apoyo en la desgrocia.

(1) Evidentern3nte, no el 27 de noviembre, sino el 27 de octubre. (N.d.T.)

64

El se habfo encargado de trasmitir to correspondencia telegrafica

secrete entre Amador y yo, ignorando su contenido, que solo el codigo

convencional, que le di a Amodor, explicabo. De esta monera los cables

podian transmitirse sin despertar la otenciOn de las outoridades colombionas.

Descifre con estupefaccion las primeras palabras:

Fate — este cable es pare el Sr. Bunau-Varilla.

News — Megan fuerzas colombianas

Bad — Atlantic°

Powerful — cinco dfas

Tiger — ms de doscientos.

Ninguno de las palabros que seguian: Urge vapor Colon, se encon-trabo en el c6digo. Necesoriamente habia, pues, que tomer su sentido literal en espariol, el cue! era: Apresure vapor Co:6n.

La firma "Smith" querfa decir "Amador".

El comienzo del mensaje era perfectamente claro. Amador me anun-

ciabo la Ilegoda, en cinco dias, de mos de 200 soldados colombianos por

la costa del Atlantic°, es decir, el 2 6 3 de noviembre. Pero, que querfo

decir el resto: "urge vapor Colon"?

Nada en mis instruccicnes a Amador prevefa tat cosa. El hecho de que

estas polabras escapabon at c6cligo, lo demostroba, por otra parte, de

manera suficiente.

De repente la luz se hizo en mi espfritu.

Entrevi la escena que habfa engendrado este curioso e inexplicable

mensoje.

Amador habfa portido del lstmo cuando todos estaban bob a el efecto

de las ilusiones creadas par las locos e irrealizables promesas que el envie-

d°, inicial pretendfa que le habian sido hechas por... Amador, y sus amigos,

crefan, firmemente, que el serf presentado par... el Secretario de Estado

para firmer con este una ConvenciOn en regla. Ellos esperoban, pues, que

Amodor traiero un verdadero Tratado, que les asegurara el opoyo de las

fuerzos americanas y el desembolso en su favor de una treintena de

millones.

Eqe cuento de hadas, como todas las quimeras prolongados, termini:5

par parecerles una realidad

En lugar de traer el Tratado, Amodor regresoba Ilevondo en su bohallo

sal° las promesas de un particular.

65

Sin duda, ellos me conocion desde hada tiempo; sin duda, tenfon fe

en mi palabra. Pero de °Ili c comprometer sus vidas en semejante oventuro,

habia un abismo.

Para salver ese abismo, Amodor debi6 hoberles asegurodo que yo

era el portavoz del Gobierno Americana. Proboblernente el mismo Arnador

tambien estaba persuadido de ello. No habia dicho el, con ospecto de

enterado: "Quien le ha sugerido este plan?", at dia siguiente de aquel en

que le expuse ml concepcion de una RepUblica reducida al Istmo de Pana-

ma propiamente dicho?

Entonces, mientras Amador se esforzaria por convencer a los conju.

rados renuentes, uno de ellos debio haberse levantado para decir: "Si

Bunau-Vorilla es tan poderoso, entonces que to demuestre. El dice que

nosotros estaremos protegidos 48 ho-as despues de haber establecido la nueva lice. Bien; nosotros le creeremos si el es capaz de envier un

navio de guerra a solicitud nuestro, a Colon".

Era est°, evidentemente, la explicaciOn del mensaje, pues de otra manera resultoba incomprensible.

Una vez formada esta interpretacion en ml espiritu, adquiri6 brusca-

mente la solidez de una certeza matematica.

No se trataba de una noticia que se me enviaba; era una prueba a la que se me sometio.

Supe mem torde, por el sefioe Carlos Arosemena, uno de los conju-

rados que fue despues ml Secretario de Legacion y mi amigo, que esta

interpretaciOn era rigurosamente exacta.

La Ilegoda de los 200 soldados colnmbianos era imaginaria. Y, sin

embargo, por coincidencia extraordinaria, esa Ilegoda se produjo en la

fecha anunciada, el 3 de noviembre, coma se ver6 m6s °detente.

Tan pronto como percibi con claridad la signifIcacion del misterioso

telegram°, comprendi que era a ml a quien estoba destinada la tare° de

encender la mecha. Amodor hobia frocasado. Era a ml a quien corres-

pondia el deber de desencadenor el movimiento.

IUN NAVIO DE GUERRA! SI NO, EL CANAL SE PIERDE PARA SIEMPRE

Toda la cuestion de la vida o de la muerte del Canal estaba resumi-

do en estos polobras: "Aseguror el envio de un navio de guerra americana

a Colon". Si yo alcanzaba ese objetivo, el Canal se salvaria; si frocasaba,

el Canal se perdici.

66

Despues de tantes ides y vueltas de la fortuna, todo el problema de

la preservacion de to gloriosa empresa estaba concentrado alli.

Podia reflexionar lo mismo en el tren que en mi apartamento del hotel.

Si encontraba la solucion viajando de Nueva York a Washington,

podria actuar inmediatamente. Sin pensado mos, hice mi motet° y tome

el primer tren. Cuando Ilegue, mi plan estaba hecho.

El mismo se basoba sabre lo que habian publicado los diarios de la

vispera. No habian informado que el Dixie habia conducido tropes a Cuba

en prevision de una insurreccion en el Istmo? No habion informado que el Nashville se encontraba en Kingston? Evidentemente, el Gobierno ameri-

cano estaba listo a !lever fuerzos que ocsiparan el Istme, disponiendose a realizar una vez mos su oficio de policia pare mantener la circulacion de

los trenes entre Colon y Panama, tal como lo obligaba el Tratado de 1846.

Entonces, comprendi que bastaba una ligera presiOn pare hacer incli-

ner del buen lado el platillo de esta balanza en equil'brio. Era suficiente

hcicer comp -ender al Gobierno Americano que su deber era el de envier

inmediatamente un crucero, en prevision de los acontecimientos, en vez de

esperar su desencadenamiento.

Esta ligera presi6n tuve bien pronto la oportunidad de ejercerla.

Yo habia recibido la nueva de la Ilegada de las tropes colombianas

pare el 2 O 3 de noviembre.

Yo tenia el derecho de recorder que el incendio es el resultado inme-

diato de un conflicto armada, cuando este se produce en una ciudad de cases de madero.

Tenia el derecho de citar el ejemplo histOrico de la destruccion de

Colon, en abril de 1885, dzstrucciOn de la cuel fui testigo.

Tenia el derecho de decir que habia sido testigo de la critica impla-

cable que la opinion americana habio hecho a la inactividad del, Coman-

dente Kean. El Capiten del navio de guerra americono surto en Colon, el

Galena, en equella epoca lejana, hebfa sido violentamente censurado por

no haber impedido la lucha y preserved° to ciudad de su destruccion.

Cuando de.scendf del tren, tenia en le cabeza la formula neta y clara

de la cual debia necesariamente resultar to acciOn esperada por el Gobier-

no American°.

A la pregunta que todos me hacion: "82ue va a suceder"?, yo

respondia:

67

—Recuerde usted lo fecha del 3 de noviembre de 1903. En esa fecha

se van a repetir los acontecimientos del 19 de abril de 1885: el incendio

de Colon.

"En todas partes se espera el conflicto armed° que sera la cause

de ese incendio; de 61 se hoblo pablicamente en los diarios. La Unica dife-

rencia que existe entre 1885 y 1903, es que la censure no se hare este

vez a un Comandante de Navfo, sino al pobierno mismo. El Presidente

Cleveland habfa enviado un nevi° de guerrc que no supo intervenir a tiem-

po. Mariana, el desastre sera imputado al Presidente Roosevelt par no haber

tornado la m6s elemental medida de proteccion anticipada. No habra

enviado ni siquiera un solo pequerio crucero. No habra actuado como el

Presidente Cleveland."

Yo repetfa esto a todos aquellos de mis amigos que encontraba, suavi-

zando la formula segim los casos. Estaba seguro que los ecos Ilegarian rapi-

damente a la Casa Blanca.

Fui a visitor, en su casa, al Sr. Loomis.

Allf repeti la misma profecfa, suprimiendo, naturalmente, todo lo

que se referia a la responsabilidad eventual del gobierno. El Sr. Loomis

era un hombre demasiado fino y demasiedo inteligente para no sacar 61

mismo la conclusion.

Comprendi, observando la gravedad particular de su fisonomia, que

la parabola lo habia alcanzado; y que la inminencia de un peligro nuevo

e inesperado le preocupaba.

En la mariana del dfa siguiente me preparaba a dejar Washington

antes del mediodia. Para poser el tie`mpo, fui a pasear, dudondo sobre la

cuesti6n de sober si deberia tambien hacer Lino visite al seflor Hay. Mi

bue.na estrella hizo que me encontrara con el Sr. Loomis cerca de la

Casa Blanca.

—He reflexionado acerca de lo que usted me expresa oyer —me

dijo—. Este situaciOn presenta, en efecto, un peligro muy serio pare la

ciudad de Colon. Serb e deplorable ver repetirse la catastrofe de 1885.

Si a usted le Ilegan noticias, escribame.

Este solicitud habria de quedar sin efecto. Yo escribf, efectivamente,

los dfas siguientes; pero pare decir que no habfa recibido ninguna nueva

noticia.

Me despedf de 61. Era inatil pare ml, en esa oportunidad, ver al Sr.

Hoy. Las palabras que acobaba de escuchar no podfan tener otra inter-

aretacian que esta: "Urr crucero ha sido o va-a ser enviado a Colon". Ese

68

crucero no podia ser otro que el que estuviera mos cercono at Isom, el

Nashville, el cual se encontraba, yo lo he dicho, en Kingston, a 500 millas

de Colon. Se trataba de un pequeno navio que hada poco mos o menos

10 millas por hora. En dos dias podia recorrer la distancia. Afiadiendo una

docena de horas para los preparativos, todo ello hacia un total de dos &as y medio poco mers o menos.

CABLEGRAFIE EL 30 DE OCTUBRE A PANAMA

QUE EL NAVIO LLEGARIA

Sall de Washington hocia Nueva York a las once; pero me detuve en Baltimore.

Fui at telegrafo y envie el despacho siguiente: PIZALDO PANAMA.

Al'right will reach ton and half obscure.. JONES

Su significacien era:

"PIZA NEPHEWS (Casa del Sr. Linda) Panama.

Muy bien Ilegora dos dios (Ton) y medio. Este cable es para Amador

(obscure). —BUNAU-VARILLA (Jones).

Al enviar este telegram°, estabo seguro de que no produciria ningun

efecto mientras el navio no hubiese Ilegado.

Si, contra mis presuposiciones, el Gobiemo Americana no tomabo

ninguna medida de proteccion, no podia resultar de ese telegroma ningart

mat. En efecto, nada se produciria hasta tanto el navio no apareciese. Pero

Si el Gobiemo no hcbia querido permanecer insrte frente at deber cloro

y preciso que le dictaban los circunstancics, entonces la revolucion estabo hecha.

La revoluciOn estaba hecha porque la Ilegado del navio de guerro

materializaba, a los ojos de los conjurados, la facultod de actuar que

Amador debio haberles dicho que yo poseia.

Evidentemente, ellos se figuroban esa facultod de octuar muy dis-

tinta de la que era en realidad. La craion el resultado de una occion

material y grosera. No podion concebirlo tat como en realidad era. No la

creian fundoclo en la interpretacien maternatica de las fuerzas en juego; y

que, entre ellas, los que resultoban del deber y del interes del Gobiemo

American° eran las preponderantes en cuanto a la direccien de los hechos.

El cable que debia, en fin, prender la mecha y determiner la explo-

sion en el Istmo, fue asi, puss, puesto en el telegrafo central de Baltimore a los 12:10, el treinta de octubre de 1903.

69

El cable debia Heger en la noche del 30 de octubre; los conjurados

contoban osi con dos dies y medio a partir de ese moment°. Esto les hacia

esperar el navio de guerra pare la merlon° del 2 de noviembre.

Habiendo vuelto a abordar el tren en Baltimore, Ilegue de noche a

Nueva York. Alil encontre un nuevo cable de Panama', anunciandome la

Ilegada de fuerzas colombianas por el Pacifico pare dentro de 10 dies.

El cable concluia preguntandome cuando Ilegaria el novio a Colon.

Este cable, remitido a las 7:10 de la noche, habia sido puesto en

Panama, evidentemente, antes de la Ilegada de mi despacho de Baltimore.

A esta nueva pregunta, respondi, coma a la primero, fundando en un

calculo maternatico la probabilidad de los acontecimientos.

Determine en que momento debia tener lugar el arribo probable de

las fuerzas novales cuya expedicion par el Pacifico el viler Hay me habia anunciado el 16 de octubre. Una noticio del Evening Post del 22 de octubre

serialaba la salida de San Francisco del Marblehead y del Mohican para hacer una trovesia hacia el sur.

Su verdadero destino era evidentemente aguel al cual el Sr. Hay habia hecho elusion.

Hay 3,000 millas de San Francisco a Panama. La distanea a diez

nudos par hcro podia cubrirse en doce o trece dies. Ellos podian Heger hacia el 3 6 4 de noviembre.

Fundandome en ese calculo, telegrafie a Amador que se encontratian

navios americanos en el Pacifico dentro de 4 dies; y dentro de dos dies en el Atlantic°.

Noble reducido de dos dies y medics a dos dias el plaza a que yo habia aludido en mi telegrama de Baltimore. Habian transcurrido, en efecto,

m6s de 9 horas entre el primer y el segundo cable.

Es °sr que fue flied° par° el dia 3 el esquema de los futuros aconte-

cimientos.

RESPUESTA A LAS CRITICAS DE LA DIPLOMACIA RAC1ONAL

Se podra, quizas, criticarme el haber anunciado °sr, sin mcis certi-

dumbres materiales, los hechos par venir, pues aguel anuncio no respo-

saba m6s que sabre conjeturas logicas.

A los censores de mi proceder respondere que no tienen ninguna

nocion del meted° cientifico.

70

Yo construi todo este delicado edificio diplomatic° como se canstruye

un puente, es decir, calculando sus diversos elementos, y no solicitando

informociones directas que dichos elementos hobrian sido incopoces de suministrar.

Las operociones abstractos de la trigonometric conducen a resultacks

mds certeros que las mediciones fisicos, cuando pueden emplea se las unas

o las otros. Pero, la mayor parte del tiempo, solo la trigonometric' es posi-ble. Todo contacto material me - estabo prohibido; por ello, yo emplee en

la diplomacio el mismo metodo que se uti!iza para medir a distancia longi-tudes entre puntos inaccesibles, grades a lo trigonometric.

Sin duda, semejontes metodos les pareceron incomprensibles a much° gente.

A ellos respondo que su espiritu no puede elevarse a to concepcian

de una obra como la de Panama'. Los procedimientos nuevos que su realiza-

cion exigen, en todos los ordenes de la actividad intelectual, con segu-

ridcd siempre se les escaporon. Se puede repetirles to que Pascal respon-

dia a aquellos que discutian sin espiritu moternatico los infinitesimales:

"Oa'mese en profesiones diferentes. Hay muchos en las cuales su espiritu

puede ser 6til. Pero, par favor, no sei emperie en penetrar en un orden

de ideas en el que usted pierde su tiempo, y donde sus esfuerzos seran vonos."

LA PRENSA POSTERIOR ANUNCIA LA SALIDA

DEL "NASHVILLE"

Un despacho fechado at dia siguiente, y que ver;ficabo rigurosa-

mente ml inducciOn, fue publicodo par el New York Times, dos dias

despues, el 1 9 de noviembre de 1903.

Ese despacho estoba concebido asi:

"NASHVILLE", DE SALIDA... PARA COLOMBIA?

Kingston (Jamaica), 31 octubre.— El crucero americano Nashville • sallo esto mariana con 6rdenes en sobre sellado. Se cree que su

destino es Colombia.

El Nashville hobo salido, efectivamente, la maw° del 31 de octu-

bre. Debia, pues, Ilegar el 2 de noviembre en la mai:lona con su march°

de 10 nudos par hora.

Mi pre.visiOn habria debido, pues, realizarse. De hecho no se reoliza.

Fue en la noche, y no en la, ?notion° del 2 de noviembre, cuonclo el Ncsh-

ville anclO en el Puerto de Colon.

71

Yo espere el 2 de noviembre, y dirigi al Dr. Amodor un despacho

que contenia una solo palabra: "Boy".

Esa palabro significaba: Nada ha sucedido que requiera una modi-

ficacion.

Era este el aviso definitivo que debia dirigirle, en el Ultimo momento,

pore advertirle que la ruta se encontroba libre, y que no percibia ningim obsteculo.

EL NAVIO DE GUERRA LLEGA POR FIN; 1TOVAR TAMBIENI

El die 2 transcurri6 sin ninguna nueva. Al dia siguiente expiraba el 6Itimo die del piazo de una semana que yo habit" fijada, para la revolucion,

plaza filed° a partir de la Ilegda de Amador a Colon.

Mortalmente preocupodo por no recibir noticia alguna, me dirigia el

3 en la mariana a la oficina del seAor Lindo. Queria preparar alli, con su

codigo usual, un cable que ml codigo convencional no me permitio expedir.

Queria hocer un supremo 'lamed° a la energia y al coraie de los istmerios.

Tuve mucha dificultad en confeccionar este despacho con un codigo

destined° exclusivamente a las operaciones comerciales.

En el momenta en que soli° del edificio para dirigirme hacia el tele-

gra°, a troves de la ciudad desierta por cause de las elecciones que tertian

lugar el mismo die, un vendedor de periodicos corri6 hacia mi. Compre

mecOnicamente el Evening Telegram.

El diario anunciaba el desembarco del General Toyer y de tropes

colomb'enos, la misma mariana; y la Ilegada, la vispera en la noche, del

Nashvire a Colon. Nada mos; ninguna noticia sobre ningrn levantamiento.

Todo pared° irremediablemente perdido.

Rompi el telegrama que habia prepared°.

Regrese al Waldorf Astoria con el alma destrozado y el corazen vacio.

Cref, por primer° vez en ml vida, que la obra de Panama habia muerto

definitivamente.

Era la pruebo supremo del destino, porque era ese of instante mismo

en que, como el fenix, la obra de Panama resurgia de sus cenizas.

Pose la tar& en un estado proximo at desvanecimiento. Mi querida

mujer me p-odigobo palabras de &lento, intentando reconfortarme en ml

inf inito dolor. -

Al fin, ella me convenciO de qua fuera a cenar donde nuestros amigos

Bigelow.

72

TODO PARECIA PERDIDO ...

iTODO SE HA SALVADO!

De regreso al Waldorf Astoria, hada las diez de la noche, se me

entreg6 un telegram°. Estaba redacted° sin cedigo, y firmed° por Arnador. Decia simplemente:

Proclomado Independeneio del Istmo sin songre.

(La independencla del lstmo proclamada sin efusien de sangre.

AMADOR).

iSe habia solvado la vide de la gran obra en el momenta mismo en

que pared° destruida para siempre!

El rumor de la liege& del novio del guerro americono, anunciado por

mi, se habia filtrodo velozmente, y se habia extendido por todo el lstmo.

Desde el 2 de noviembre en la motion°, todos los habitentes de Colon

miraban en direcci6n a Kingston con la esperanza de que apareciera en

el horizonte el navio que simbolizaba la proteccion americana.

A medida que las horos transcurrien, la decepci6n iba invadiendo

los corazones.

Hacio la card° de la tarde, la desesperacien era general, cuando, de

repente, una ligera columna de humo se elev6 al noreste.

Los corazones palpitaron: isi fuero el libertador tan esperodo!

Poco a poco la columna de humo se fue agrandando, haste que emer-

gi6 el nevi° en el horizonte. Bien pronto, el pabellon estrellado del crucero

dominaba la rade de C.°16n.

Un estremecimiento de entusiasmo delirante sacudi6 a todo el lstmo.

"Era, pues, verdad; Bunau-Varilla hobia, pues, realmente obtenido

pare el desventurado pais sacrificed°, la proteccion de la podercsa

RepUblica!"

En ese momento, sin que se hubiese proferido una solo palabra, la

revolucion se habia realized° en todos los corozones. El regimen de la

tirania colombiana habia finalized°.

La alegria general era de to? manera enervante, que se dejoron poro el dia siguiente los asuntos serios.

En lugar de guarnecer los muelles de Colon con una fuerza ormodo que se opusiera al posible desembarco de tropas colombianas, nada se hizo.

73

Esto habria ocarreado la inmediata intervencion del crucero amen-

cane, impidiendo asi desembarcos que dieran lugar a desordenes.

Pero los conjurodos habion olvidado ese detalle en su ciego felicidod.

Ahora bien, sucedi6 que aquella Ilegada de las tropas colombianas,

que los conjurados inventaron pore justificar el telegrama "Urge vapor

Colon", se realiza precisamente el die anunciado por ellos.

En la maiiana del 3 de noviembre el General Toyer desembarcaba

tranquilamente en Colon, con 500 hombres poco mos o menos.

Era esa la noticia que me habia suministrado el Evening Telegram.

El imprevisto acontecimiento desperto a los conjurados. Los agentes

del Ferrocarril de Panama pretextaron diferentes causes tecnicas pare

retarder la -prepa-acian del tren especial solicitado par las tropes.

El General Toyer sali6 pare Panama, dejando sus tropes en Colon.

La excitacion patriotica suscitada par lo Ilegoda del Nashville creole

coda vez mos, y habia ganado ya a toda la poblacion, .lo mismo que a la

guamicion de Panama.

El viejo Dr. Amador die entonces el ejemplo. Se dirigio al Cuartel y

desencodena todo el movimiento. Hizo arrester al General Toyer y sus

oficiales par el Comandonte de la guarnicion, el General Huertos.

La Repablice independiente de Panama fue proclamada inmedia-temente.

La Revolucion se hizo sin derramar una goto de sangre. Ello se debit')

a le explosion unanime de un pueblo que no queria morir estrangulado

por la politico de Bogota'.

como sucede a los pueblos que ban estado sometidos a una

large opresion militar, ese explosion no tuvo fugal- sine cuondo ese pueblo

ye no se sintiO solo.

Este revolucion, que hobria sic'o ton Mail de realizar desde el 27 de

octubre, cuando ningan obstaculo se le °peril°, el pueblo la bade frente

a las tropas del tirano, las misrnas que haste ese entonces lo hebion

aterrorizado.

Si hubiesen Ilegado 24 hares antes, nadie, se habria movido.

Pero habian desembarcado 12 hares despues que la Ilegoda sisnbalica

del Nashville habia encendido, en todos los espi itus, la llama de la espe-

ranza, devolviendo a todos la confianza en si rnismos. Se habia vista . 1a

mono tendida de la poderosa Repablica vecina. Y esta manifestacian de

°misted habit, hecho salter los corazones, y habia desencodenado todos

los energies.

La Repablica cle Panama habia, pues, nacido. Surgia de la mos legi-

tima de las reacciones contra la mas intolerable de los opresiones.

74

LA REVOLUCION NO FUE FOMENTADA POR

LOS ESTADOS UNIDOS.

Colombia puede hoy decir que esta revoluciOn flack) en virtud de la

proteccion americana. Esto es verdad, si se entiende por la palabra protec-

ci6n la solidaridad en la justicia y la defensa de los intereses legitimos.

Pero ella no nocio de un complot urdido por las autoridades americanos.

Se desorrollo a tray& de movimientos paralelos de una misma aspirocion

en dos medios distintos: Esa aspirocion no era otra que el Canal de Panam6.

Coda uno de esos movimientos, tendientes al mismo fin, permanecio en

su propio lugar, desemperiando coda uno su legitima funcion.

El selior Roosevelt excluy6, a partir de los primeros intentos revolu-

cionarios, todo °quell° que pudiera porecer una complicidad vergonzosa.

El abandon° de Amador por aquel que todo lo hcbia p-ometido, es la

pruebo evidente de que el, Gobierno americano habia rehusado prestarse

a cualquier iniciativa que lo comprometiese.

La acciOn del Presidente Roosevelt fue tan correcta como activa y

decidida*

(*) Esto declaraci6n, yo expresada en terminos identicos en el libro publicado par el outor en 1913: Panama, la Creacion, la Destruccion, to Resurreccion, ha sido confirmada par el Coronel Rcosevelt en su libro de febrero de 1.916: Temed a Dios y aceptad vuestra parte.

He aqui algunas cites de ese libro del antiguo Presidente de los

• Estados Unidos:

"Yo vi en esa epoca muchos hombres, americanos, panamehos y europeos que me dijeron, todos, que creian que una revolucion era inminente. Muchos de entre ellos me solicitaron tomor partido de un lado o de otro. La mos conocida de esas personalidades, entre las que yo recuerdo, era el serior Bunau-Varilla. El, sin embargo, no me solicit:5 tomor partido en uno forma u otra. A ninguno de esos hombres di yo seguridad personal de ningi.in genera, sea de un lado, sea de otro. Simplemente me remiti los declaraciones puiblicas que habia hecho. "Por cie-tas rozones, diferentes diarios ban repetido varias veces que el serior X. Y. (nornbre que figura en el libro del Sr. Roose-velt, pero que no reproduzco en el presente) (1) era resconsable de la revoluc;On. Yo no recuerdo si el senor' X. Y. se erKontrabo o no entre aquellos clue me visitaron durante los mPses aue prece-dieron a la revolucion; pero si el se encontroba entre ellos, cierta-mente yo no discuti con el ningtin hecho que se relociono-a con aquello revoluci6n. Yo no recuerdo aue el me haya hcblodo de la sublevacion, s'no de,-pues de clue esta esta 1 16, y mi conviccion fue, y todavia lo es ahora, que el no tuvo absolutansente nado

(1) Aclaracion de Bunou-Varillo (N. de T.)

75

Colombia puede blandir su titulo de propiedad sobre el !still°. Su

actitud es la de Shylock cuando quiso reclamar lo libra de come a su

deudor. El derecho de Shylock estabo perfectamente estoblecido, pero su

solicitud era insostenible.

La solicitud de Colombia es y sera' insostenible porque ella misnlo

hizo caduco su derecho, par su politico de Shylock.

Sus derechos se estrellaron contra derechos superiores: Aguellot que

resultan para un pueblo de la necesidad de subsistir, y los que resulton

para la humanidad de la necesidad de circular.

Colombia, con un trazo de plumo, violo el fundamento mismo del

derecho a la soberanio, que comporta, para el soberano, el deber de

proteger a todo su pueblo.

Colombia, con un trazo de pluma, condene al pueblo de una de sus

provincias a desaparecer.

Colombia, con un trazo de plumo, desafie a la humanidad entera;

pero la humanidad tenia el derecho preeminente de circulacion a troves

del Istmo.

Colombia, con un trazo de plum°, cinicamente anuncia su voluntad

de confiscar lo que quedabo, a los accionistas franceses, de los restos del

naufragio de la gran empresa.

que ver con el movimknto revolucionario que tuvo lugar. "Segiin las informaciones recibidas despues del aconteci-

miento, yo creia entonces, y todavia lo creo, que el movimiento revolucionario que tuve lugar en realidad, fue aquel con el cual coopera el Sr. Bunau-Voriro.

"El fue enviado como Ministro Plenipotenciario a los Estados Unidos par el Gobierno de Panama ton pronto coma Panama se convirtio en' Estado independiente, y no hizo ningUn secreto del hecho que habia sido uno de los organizadores de la revolu-cion que habia tenido exit°, al igual que el Pre-idente y otros altos funcionarios de la nueva RepCiblica.

"En rozon de las dos actitudes del gobierno colombiano, actitud de tirania a Panama y de bandolerismo hacia la Compa-ilia Franceso, el senor Bunau-Varilla pensa que era su deber ayudar con todo su poder a la gente de Panama a rechazar el yugo colombiano. YO CREO QUE SU MANERA DE VER ESTABA ABSOLUTAMENTE JUSTIFICADA. Pero no fue sino despues de los acontecimientos que yo tuve conocimiento de lo que el habio hecho, fuera de lo que sobre el se sabia de parte de todas los personas inteligentes al corriente de los asuntos del Istmo. Yo no le di mi ayuda ni eEtimulo. Ninguna persona v'nculado al Gobier-no americano ha sido instigadora de la revolucien."

76

Colombia, en fin, con un trazo de pluma,-reneg6 sus comprornisos

solemnes hocia la Compel-11a francesa, so pretexto de que no se hobian

cumplido algunas formalidades, siendo asi que su cumplimiento era fisi-

camente imposible, y por culpo de la mismo Colombia.

Son esas violaciones de principios superiores del derecho los que han

hecho de la revolucion de Panama la mos legitima de las protestas contra lo tirania.

Son esas violociones de principios superiores del derecho las que vician las protestas de Colombia, de lo misma manero que la rnateria mis-mo del contrato de Shylock viciabo su pretensiOn de hocerlo voter.

CONSECUENCIAS INMEDIATAS DE LA REVOLUCION

No me extendere sobre los incidentes que siguieron a la revolution de Panama, porque ellos formon parte de eso porciOn de la h:storia que se puede leer en la prenso diaria.

Gracias a la valiente decision de la poblaciOn istmica y de sus jefes:

Arnador, Arongo, Arias, Carlos Arosemeno y otros, yo habia arrancado el

Istmo, y su gran via navegable, a la tirania germano-colombiona.

Demostre entonces al Secretario de Estado, Hay, que los laureles de

la victoria final habrian de pertenecer a quien desplegara la acciOn m6s ropida.

El Gobierno americano, completamente independiente de todo con-

nivencia embarazosa con los revolucionarios, se encontr6 libre pore actuar.

El Gobierno de Panama me delego poderes ilimitodos pare repre-

sentar a la RepUblica, no solomente frente al Gobierno de Washington,

sino tambien frente a todos los gobiernos que tuviesen Embajadas y Lego-

clones en Washington.

Yo podia actuar inmediatamente, y la antipatio, suscitada en todo

el mundo par la actitud inadmisible de Colombia, encontr6 su expresion

en todos los Gobiernos de la tierro.

El Gobierno alernan no deseaba, noturalmente, exceptuarse de oque-

Ila tendencia revelondo, par su aislamiento, qua parte habia tenido en la

politico colombiana. Ese gobierno reconoci6 a Panama cosi tan rapidcmente como lo hicieron las otras nociones. Los sucesos siguientes Sc sucedieron con

una rapidez fulminante.

La revolucion de Panama tuvo lugar el 3 de noviembre de 1903.

Tres dies despues, el 6 de noviembre, el nuevo Gobiemo fue reconocido,

77

de facto, por los Estados Unidos. Diez dias despues fue reconocido, de jure,

por el Presidente Roosevelt. Trece dias despues era reconocido de jure por

el Gobierno frances. Quince dies despues yo firmaba el Tratado Hay-

Bunou Varillo, que otorgaba a perpetuidad a los Estados Unidos los dere-

chos sobre el Canal de Panama, y que garantizoba la proteccion del nuevo

Estodo, reafirmando, a la vez, los derechos de la Campania froncesa.

Treinta dies despues, el 2 de diciembre, el Trotado fue retificodo por

Panama. Finolmente, el 23 de febrero de 1904, fue ratificodo por el

Senado de los Estados Unidos sin cambiar una palab-a de su texto, con-

virtiendose, de acuerdo con la Constitucion Americana, en ley del pals.

La ropidez con la cual ese importante documento se confeccion6,

merece una menciOn especial.

Despues de mi recepcion oficial por el Presidente como Ministro Pleni-

potenciario de la RepUblica de Panama, el viernes 13 de noviembre, yo le

insisti al Secretario de Estado que concluyera a la mayor brevedod el

Tratado que hab-ia de reemplazar el Convenio Hay-Herran. Dos dies ma's

tarde, el doming° 15, el me envie un proyecto de Tratado que no era mos

que el Hay-Herren con insignificantes modificaciones. Yo observe muchos

defectos en ese Tratado, defectos que podrion ser utilizados por la oposi-

ciOn para poner numerosos obstaculos a su ratificacion. Comence al die

siguiente, el 16, a las seis, a redactor otro totalmente nuevo. A las diez de

la noche estaba listo; lo Ileve personalmente a la residencia del Secretario

de Estado. Como las luces estaban apagados, regrese, trayendolo conmigo,

y se lo envie la manana del dia siguiente, 17 de noviembre.

En el curso del dia, tuve una conferencio con el Secretario de Estado.

El me elogi6 la derided del nuevo texto. Acept6 todas mis proposiciones,

y nos pusimos de acuerdo sobre la espinosa cuestiOn de la neutralidad de

la via navegable. A las seis y cuarenta de la tarde del 18 de noviembre,

el Tratodo, confeccionado en 16 horas, dos dies antes, fue firmac -io sin

otra modificacion que la contenida en el Articulo 21 donde las polobras:

"Do en disfrute a perpetuidad", fueron reemplazadas por estas: "Cede a los Estados Unidos a perpetuidad el uso, ocupacion, y control."

A pesar de los violentos ataques hechos en el Senado, el texto estobo

tan solieamente tejido, que no se encontr6 un punto donde hacer un hueco.

Ese Tratado existe boy tal como era cuando, con el senor Hay, lo firma-

mos hace dieciseis aries.

Yo he ofrecido una version detailed° de aquellos palpitantes debates

senatoriales en mi libro: "PANAMA, la Creackin, la Destruccion, la Resu-

rreccion". Como las conspiraciones boches organizadas pora hundir el

Tratado Hay-Bunau Varilla —aunque haven podido, en cierta medida,

78

influir en lo batotia—, no eran claromente aporentes, no me extendere

sabre esta materia. Ruego at lector remitirse, si se encuentra especialmente

interesado en el tema, at libro de 1913 cuyo titulo ocabo de serialar.

LA NORA DE LA RESURRECCON DEL CANAL DE PANAMA

Na quedaban mos que dos formalidades que cumplir: la promulgaciOn

del Trotado por el Presidente de los Estados Unidos, y el intercambio de ratificaciones.

La primera formalidad se cumplio el 25 de febrero. La segunda al dia siguiente, 26 de febrero de 1904.

A las once de la mahana, el sehor Hay y yo intercambiamos los dos

Trotados, debidamente ratificados por nuestros respectivos gobie nos.

Al poner nuestros firmas sobre el instrumento que registraba ese gran

acontecimiento, haciamos sonar lo bora de la RESURRECCON DEL CANAL

DE PANAMA

Fue porn el y para ml uno de esos instantes que se grabon en la

memoria para el resto de la vida.

Sentimos pasar por nuestros corazones una emocion intensa y profunda.

Esos dos trazos de pluma sellaban definitivamente la suerte del gran

pensomiento que desde hacia cuatro siglos alucinaba a la humanidad.

En un segundo vi poser delante de mis ojos los esfuerzos y las luchas

de los siglos para arroncar a la naturalezo su misterio y at hombre sus

prejuicios.

Pense en todos esos heroes, mis comparieros en la botalla mortal,

dignos hijos de aquellos franceses que conquistaron el mundo moderno, y

que caian, en la lucha contra lo Naturaleza, con to sonrisa en los tablas,

felices de sacrificer su vida a esta obra quo habria de hacer brillar una

vez mos sobre el mundo la gloria del genio frances.

Pense en la vergonzosa conjuro de todas las posiones, de todos los

odios, de todos los celos, de todas los cobardias y de todas los ignorancios

para crucificar esto gran idea y, con ella, a todos aquellos que, por ello,

hobian esperado dar a la Patria una pagina gloriosa mos en la historic

de to Humanidad.

Pense en mi labor solitaria, cuando iba predicando la verdod pot los

caminos, Ifevando desgarrada sobre mi corazon la bandera de la inmortal

empresa, decidido a usar ml sangre, mis nervios y mi cerebro para ee nuevo coser piadosamente los pedazos y hacerla ondear otro vez cl viento

de la admiraciOn universal.

79

Pense en la contidad de tonterias que me habio sido preciso denun-

ciar, en to cantidad de prejuicios que tuve que desenmasca -or; en to cant-i-

d:Id de injurios que habia tenido que sufrir, de intereses que habia sido

necesario frustrar, de conspiraciones que habio sido preciso deshacer para

aseguror el triunfo de la VERDAD sobre el ERROR, y senalar al fin la

hora de la RESURRECCIONI DEL CANAL DE PANAMA.

El senor Hay comportia silenciosomente ml emociOn profunda, porque

el habia sido testigo de los cuatro Ciltimos meses de esfuerzos; y su pensa-

miento, como el mio, abarcaba los veinte orlos que habian precedido a

esos esfuerzos.

Estarnpadas las dos firmas, nos estrechamos en silencio las manos,

y yo lo deje, diciendole solo estas palabras.

_me parece que hemos hecho juntos olgo muy grande.

Yo me aleje, al fin, desembarazado de la pesada cargo que desde

hada tontos arias presionaba mi corazon.

Habia cumplido la triple misiOn que me habia propuesto:

Salvor la obra del genio nacional;

Vengar el honor del nombre trances;

;Yo hobia servido a Franck)!

EPI LOGO

Al solir del Departamento de Estado, trosmiti desde la primera ofici-

na de telegrafo que encontre un despocho anunciando al Gobierno de

Panorn6 que habia cumplido ml torea, y que cesaba en mis funciones de

Ministro Plenipotenciario de la Repiklica de %nom&

Poco despues, el Gobiemo americono ejercia los derechos de opci6n

que le fueron concedidos el 4 de enero de 1902, par la Compaiiia Nueva.

Dos eminentes jurisconsultos americanos, los senores W. A. Day, Primer

Subsecretorio de Estado del Ministerio de Justicia, y Charles W. Russell,

otro Subsecretorio de Estado en el mismo Departamento, vinieron a Paris

para firmor el Contrato de transferencia con la Compaiiia Nueva.

El Contrato, firmado el 22 de abril de 1904, se convirtiO en defini-

tivo, at dia siguiente, par la ratificacion de la Asamblea General de los

Acc ion istas.

Despues de haber suministrado a la casa Pierpont Morgan y Cia.,

cuarenta millones de &dares para que fuesen depositados a nombre de la

Comparlia Nueva, el Gobierno americono emprendi6, el 4 de mayo de

1904, la continuaci6n de los trabajos encominados o terminar la gran

obra franceso.

80

LA GRATITUD DE FRANCIA, DE LOS ESTADOS UNIDOS Y DE PANAMA

Entre last expresiones de grotitud que me Ilegaron desde las mOs diver-

SOS fuentes, y que mis amigos manifestoron bajo la forma de una admi-

rable plaqueta de Chaplain, °curio& por la Maned°, citare las tres siguien-

tes. Elias expresan los sentimientos de los gobiernos de los tres poises direc-

tomente interesados.

El Gobierno de la RepUblica francesa me confiri6 inmediatomente la

Cruz de Oficial de lo Legion de Honor. Esta era to primer° distincion con-

cedida en relociOn con el Canal de Panama, despues de la quiebra de to

empreso, honor que daba a las circunstancias una significacian particu-

larmente especial para mi.

El Gobierno de los Estodos Unidos tuvo como interprete al Secreta-

rio de Estado, el senor Hay.

El me escribi6, en relacion con la distinci6n que me habia conferido

el Gobierno fronces, este simple y elocuente testimonio del reconocimiento

de Americo:

;No es frecuente que se le hava of-ecido a un hombre la posibi-lidad de hacer tol servicio a dos naciones y at mundo civilizado, como usted lo ha hecho!

En cuanto a la RepOptic° de Panama, la expresi6n de su reconoci-

miento fue mas tardio; pero no pudo ser mos elocuente y mos explicit°.

Cuondo el Dr. Amador muri6, despues de hober ocupado la Presi-

dencia de la RepUblica, yo no me °cord& naturalmente, mos que del papel

decisivo y valiente que el habia desempefiado en la liberacien de su

Patria.

Telegrafie, el 3 de mayo de 1909, at Presidente ObaHi°, el siguiente

despacho:

En el moment° de To muerte de vuestro ilustre predecesor, deseo expresar a Vuestro Excelencia cuanto comport° el dolor de la Rep(kilo° que el contribuyo a eregir. Su nombre permanecer6', para siemp-e, asociado a la obra de la fibre union de los grandes oceanos de la tierro, la cud l habria seguido siendo una quimero sin to fundocion de la RepUblica de Panama.

Mi espiritu se remonta, con emoci6n, hacia aquellos instantes tragicos de septiembre de 1903, cuando Amador, traicionado y abandonado, vino a confiarme su desesperaci6n, y cuando noso-tros emprendimos juntos la liberacian del lstmo, que estuvo en la base de la realizacian del Paso de Panama. Su patriotism° heroico condujo at exit° la Revolucian del 3 de noviembre. La muerte de la OpresiOn desencaden6 el Progreso.

BUNAU VARILLA

81

El 13 de mayo, recibi la respuesta del Presidente Oboldia:

"Le ogradezco sus expresiones de tristeza motivados por la muerte del Presidente Amador.

Los recuerdos a cue usted elude hen emocionado p ofundamente el sentimiento pablico.

Esto es uno pagina de nuestra historia. Nuestro pueblo guardara eternamente grabodas en su memoria vuestros fecundos servicios y pondr6 en lugar prominente el nombre de Amador y el suyo propio.

La gratitud nacional les do el titulo de Benefactores de Panama*.

OBALDIA

CAPITULO XIII

Conclusibn

He conducido, al lector, haste chore, a troves del laberinto de intri-

gas y de conspiraciones boches de las cuoles Panama fue el centro desde

1888 hosta 1903; es deck, durante 15 orios enteros.

Yo fui testigo, pufos cerrados y apretodos los dientes, del desmorona-

miento de Francia en 1870-1871, cuando era un niiio de i i arios. El

destino hizo de ese nifio, 15 ahos mcis tarde, el Ingeniero Jefe del Canal

de Panama. Durante los 34 arlos que tronscurrieron desde 1885 haste

1914, dos ambiciones Ilenaron ml corazon y ml cerebro. Lo que yo deseaba,

mem que no importa que otra satisfacciOn material cr moral, era: primero,

ver la creacion inmortol del genio frances en Panama' finalmente concluida,

pare la utilidad y servicio de la civilizaciOn; y ver, enseguida, a Francia

lavando con sangre prusiana la pizorra de lo historic, y escribiendo con

la suya propio, en letros luminosas, la fecha de su triunfo.

He vivido siempre con la esperanza de ver obrirse la segunda fase,

inmediatomente despues de finalizoda la primera.

Por una coincidencia extraordinaria, la guerra gloriosa de 1914

comenza exactamente el mismo die que el primer gran novio de aka mar

poso del Atlantic° al Pacifico, atrovesando la Cordillera de Centro Ameri-

co. Yo me encontrabo en ese navio, el Cristobal, el 3 de ogosto de 1914.

Las aclamaciones de aquellos que saludaban la conclusion de la mos

grande marovilla del Viejo y del Nuevo Mundo, me porecia el eco lejano

del rugir de los cationes que defendian el suelo sagrado de Frond° contra

su viejo invosor.

La simultaneidad de estas dos ambiciones paralelas me coloc6, natu-

ralmente, en posicion de poder observer los relaciones entre dos Ordenes

82

de hechos que han escaped° a la atenciOn de otras personas. Yo podia ver

distintamente k:s hilos finos y disimulados que existian entre las conspiro-

clones alemonas y el problema de Panama, a troves de todos los suce

politicos de Francia, de los Estados Unidos, de Colombia y cle Venezuela.

En la batalla de Verdim perdi la pierna derecha arribo de la rodllo;

pero, como Stephane Lauzanne me escribi6, quedaron intoctos mi carom:on y ml cerebro.

Me siento profundomente feliz por hober sido capaz —gracias a esto preservacien providencial— de exponer pablicamente los hilos misteriosos que durante tante tiempo solo fueron visibles pore mi.

He serialado que todo 'hace dirigir las sospechas hacia Berlin cuando

se examine la mina submarine que, en 1888, hizo ir a pique el nevi° que Ilevabe la suerte de la empreso de Panama'.

He serialado, reproduciendo una corto escrito y publicada en 1906,

que el outer del articulo que en 1892 hizo frocasor po-a siempre la Com-

peril° Frances° del Canal, lo Campania de las de Lesseps, es Ernest Judet,

el periodista que tenia entonces tan gran reputacion, y que chore se

encuentro sometido a uno acusacian de alto traician por actos cometidos durante la gran guerra.

He mostrado carno esas conspiraciones mortales se dirigion a la des-

truccian de la salud moral de Frond°, intsntando cortar los tendones indis-

pensables a una nocian pore hacer la guerra: iLa confianza en elle misma,

y la confianza en sus jefes!

He selialado c6mo fui capaz de desbaratar aquellas intrigas perfidas

y nefastas, y, despues de 10 °hos . de lucha, c6mo pude yo rehabilitar el

genio trances determinando la adopcion, por los Estados Uniclos, de la solu-

clan extranjera y trances° de Panama, de preferencia o lo que habia siem-

pre sido considerado la solucion nacional y americana; es decir, la solu-cian de Nicaragua.

He mostrado camo —clespues de haber sufrido este derrota, y aun antes, cuando ello comenzabo a °punter en el horizonte— el Boche cambia

sus baterias y comenz6 a echar sus redes a la vez en Colomba y en Vene-

zuela pare obtener la posesion del mismo Canal, yi al mismo tiempo la

posesion de una base naval en Venezuela con la oyuda de la cual se habria

podido eiercer un control militar sobre la desembocadura del Canal en

el Atlantic°.

He serialado coma las redes colocadas en Venezuela, a comienzos de 1902, fueron destruidos al finalizar ese mismo ario, por el ultimatum oudoz

y en6rgico del Presidente Roosevelt.

83

He sefialado cam° el Boche, cuando fue derrotado por segunda vez,

despues de haber oporentemente oflojado sus intrigas en Colombia, desin-

teresandose de &las, las renov6 durante el alio 1903, con nuevas adiciones

de criminoles presiones.

He mostrado c6mo los closes dirigentes de Colombia octuaron de

acuerdo con los conspiradores olemanes durante el ario de 1903, recha-

zando el Tratado Hoy-Herran con los Estados Unidos, los proposiciones

pora Nor las condiciones de un nuevo Tratado que hobria de reemplazarlo,

y decidiendo, mos bien, adoptar la actitud necesaria Para confiscar la

propiedad froncesa en octubre de 1904. Y todo ello con la intencion

evidente de traspasar esta propieead a Alemania, disfrazandose la manio-

bra detras del comuflage de una comparlia por acciones, estructurada segiin la ley colombiana.

He mostrodo coma tuve yo la felicidad de desbaratar este vii complot

mediante la organizacion de una rebelion en el Istmo, y mediante la forma-

clan de la nuevo Reathlica de Panama. Esta rebeli6n fue la m6s sincera

expresion de lo legitima insurgencia de uno nociOn de 250 mil almas,

que reclomaba el eerecho de disponer de ella misma y de no ser aplastado

por los planes egoistas del tirano colombiono.

La Revolucion de Panama constituye el climax victorioso y culmi-

nante de la historio de la Gran Aventura de Panama. -

He mostrado cOrno la nueva RepLiblica fue recibida con los brazos

abiertos a su entroda en el mundo por el gran hombre aue los Estados

Unidos habian escogido como su Presidente, Teodoro Roosevelt, y c6mo el

y su coajutor, John Hoy, aceptaron el Tratado que yo habio redactado.

Este era el Tratodo quo fren6 los osaltos de toeos Fos esfuerzos exospera-

dos de aquellos cuyos intereses politicos, tecnicos, financiercs y egoistas,

tenian que ser socrificados par la marcho imperturbable del carro de Jogger-

flour del progreso y de la justicio. Este era el Tratado que, despu6s de 100

dios de lucho desesperado, fue ratificado par el Se.nado American°, sin

reservas ni modificaciones.

He mostraeo calm° este final victorloso de La Gran Aventura de

Panama no solo desrnantel6 las formidobles posiciones que el Boche habfa

erigido contra Fonda y contra los Estodos Unidos, sino que constituy6

tambien el fundament° del acercamiento moral entre estos dos poises, y

que, en una polobra, renov6 la amistad franco-americara que habia sido

destruida, en 1870, par culpa de to expedici6n mejicana sugerida a Napo-

leon III par los perfidos agentes del Boche.

He mostrado c6mo esto influencio moral fue empleado pot el Presi-

dente Roosevelt, en 1905, para paralizar la agresiOn alemona incubodo

84

ese ario; y por el Presidente Wilson, en 1914, para impedir la prohibician

de exporter las municiones de guerro americanas, y, en 1917, para desen-

cadenar a intervencien americana en la guerro, ton deseada desde hooka mucho tiempo.

No he mostrado, pero es conveniente decirlo aqui, despues de las

tres derrotas sucesivas de los conspiraciones boches relocionadas con Pana-

ma, en 1902 y en 1903, que una nuevo conspirociOn boche se desorroll6

en 1908, dirigida siempre al control militar de Panama. El objetivo de eso

Ultimo conspiraciOn era la compra de las Islas Galapagos al Ecuador par

parte de Alemonia. Islas que controlan la entrado del Canal en el °cecina

Pacifico. Ese proyecto fracasa grades a la vigilancia de Elihu Root,

Secretario de Estado de los Estados Unidos. Todo ello no obstante, mos

torde todavia, en 1914, justamente antes del comienzo de la gran guerro,

Alemania intento nuevamente inmiscuirse en el dominio militar del Canal

de Panama. Reclam6, par via diplomatic°, pero con violencia, el derecho

a participar en el control de la s Aduanas Haitianas. Si la guerra hubiese

finalized° con la victoria de Alemania, Haiti se habrio convertido pare

°quell° nocion en una base admirable desde la cud l podria organizer y

lanzor expediciones de chontaje contra Washington.

Puedan estas informaciones sinceras sobra la inteligencia y la perceve-

ramie de los conspiraciones Boches, de 1888 a 1914, hacernos meditar

sobre sus peligros en nuestra politico interior y sobre los desastres que

aquellas conspiraciones pudieron crear.

Mantengamos un ojo siempre obierto sabre todos los contactos que

vengan de Alemania a troves de las asociociones financieras, econ6micos,

religiosas y politicos, cuando el Estado Mayor general de esas asociaciones

tiene su cabeza en Alemania o en los Estados asociados con ello.

Esas asociaciones son los naturales trasmisoras de sus intri-

gas criminales sutilmente disfrazadas. Cuanto mas inocente parezca la

noturaleza de esas asociaciones, tanto mas peligrosas son porque el Boche

utilizara el credit() y la autoridad de que gozan pare convertirlas en instru-

mentos de sus nefastas conspirociones envenenodas.

Puede ser que los Gobiernos de los Estados Unidos, de Gran Breto-

Pio y de Francia logren estructurar un sistema para supervigilor esas cons-

pirociones Boches y par° prevenir sus mortoles consecuencias.

Puede ser que los Gobiernos de esas tres grandes naciones recuerden

siempre que su union fue la causo principal de la victoria, y ser6 el 6nico

pero poderoso factor poro el mantenimento de la paz.

85

Pueda ser que el gran triangulo del Atlantic°, America-Gran Bretafia-

Francia logren constituir el fundamento de la ciyilizacian future.

Pueda ser que las lecciones que se desprenden de La Gran Mental.*

de Panama, logren mostrar a coda uno de aquellas naciones que to trinidad

del tricolor, Azul-Blanco-Rojo, debe en adelante guiar a to humanidad,

e impedir at nefasto blonco y negro de Prusia incubar sus crfrnenes pora

la conquista del mundo y la destruccian de todas los razes no germahicas.

(1919)

86

III. LA INDEPENDENCIA DE

PANAMA DE COLOMBIA

Por

XleatftiC Selez

LA INDEPENDENCIA DE

PANAMA

DE COLOMBIA

- SOBRE EL PROBLEMA NACIONAL

HISPANOAMERICANO -

Por

Xicauzie $olet

INTRODUCCION

lniciamos esta exposiciOn con el proposito definido de former un

concepto en torno a la lndependencia de 1903. Ese propOsito debe entcri-

ces aclarar, desde chore, que la narrative de los acontecimientos tiene

un lugar subordinado en la presente exposicion. La cronologio, y °tin ke

anecdote de lo hechos de la independencio, encuentran en lc obra de Oscar

Teron, desde el punto de vista de un anti-imperialismo de derecha, uric

relacion bastante esclarecedora. Lo que no es esclarecedor son 1os concep-

tos utilizados en la apropiaciOn racional de los acontecimientos. Se ignoran,

en efecto, las especificidades de nuestra historia. De hecho se consider°

91

que no hay una historia que nos sea propia. El retraso en la formaciOn del

Estado-Nacion panamerio ha conducido con frecuencia a ver en las tres

de la tarde del 3 de noyiembre de 1903, la hora cero en que se invent -6

a Panama. Conviene, por tonto, que reflexionemos, en primer termini°,

sabre las causas y consecuencias de ese retraso en la formacion de nuestra

entidad estatal.

LA COLONIA Y EL RETRASO EN LA FORMACION DEL ESTADO NACIONAL PANAMEFIO.

Durante el siglo XVIII la historia panameria reproduce, en sentido

inverso, la historio de Hispanoarnerica. He ahi la razon por la cual Panama

no acompario al Ecuador y Venezuela en el momento de desogregaciOn

de la Gran Colombia en 1830. Y de ahi la razor) panameria par la cual

Panama continua su proceso de especificaciOn duronte el siglo XIX hasta

culminar en el Estado de 1903. Tambien hay <Arcs razones, no paname-

rms. A ellas nos referiremos oportunamente.

El registro de especificidades de la historia panameria de los siglos

XVI y XVII dice relacion directa con la posiciOn geografico, ese "morgen

constante de la historia", de tan especial significaciOn en nuestro caso.

El esfuerzo del Estado esporiol por asumir directomente el proceso de descu-

brimiento y conquista del Istmo en 1514, aunque no vinculado al descu-

brimiento de la via transistmica, tuvo efectos cloramente diferenciodores.

Pedrarias no es un conquistador-encomendero que se hare) pagar con mayo-

magas sus servicios, sino un conquistador-funcionario que directamente

representa la Corona. Consecuentemente, los capitones de Pedrarias que

recorrieron el lstmo no firmaron Capitulaciones con la Corona que son-

cionaran privilegios feudoles. Tempranamente, por otro parte, desaparece

en el Istmo la eficacia econOrnica y social de reportimientos y encomien-

das. Y la via transistmica determino uno amplia circulacion mercantil de

efectos enclOgenos al definir un marco geo-econornico en tomb a la zona

de transit°. En una palabra, y en comparacion con las otras regiones de

H;sponoarnerica, Panama, aurante los siglos XVI y XVII, define una reali-

dad especifica donde es relevante la ausencio de acentuados relaciones

economicas y sociales serioriales, feudales. Todo ello es, en gran parte,

efecto interno de la politico mercantilisto de la metropoli durante el proceso de conquisto y colonizacion.

Pero esa dependencia de la metropoli no podia dejar de creor contra-

dicciones y antogonismos. La conformidad panameria con la politica metro-

politan° se expreso claramene cuando a mediados del siglo XVI la pode-

rasa rebeliOn de los conquistadores-encomenderos centro y suramericanos

no encontro en Panama mas que un eco informe, difuminado ref lejo que

92

revela la ausencia de propio substancia. Nada podia sctisfecer c-as

poblacion del lstmo que la politico metropolitan° que oblgcba a *oda el

comercio suramericano a utilizar la via tronsistmico del eje Pcsicirno-P-sso-

belo. Pero los peligros de la dependencia metropolitan° tomb4in se hide-

ron presente en este period°. Las protestas panamerias por el oornwcap

Manila-Acapulco, que escopaba al tronsitismo istmerio, no encontraron eco en la MetrOpoli. Todo dependia de su politico. Y . en el coso particular de(

Istrno esa politico se revelo catastrofIca durante el siglo XVIII.

La liberally:xi& del comercio entre las regiohes hisponoomericanos, la

apertura de nuevos puertos en la metropoli y en sus colonias par° el comer-

cio reciproco, el cambia de ruta de Panama al Estrecho de Magallanes

para el cometcio con el Pacifico: Todas estas medidas del despotism°

Ilustrodo contribuian, a nivel hispanoamericano, a acrecentar la circulacion

mercantil y a abrirle nuevas posibilidodes al yo intenso contraband° en

barcos ingleses y holandeses. A nivel panameno °quell° politXo tenia

efectos diametralmente opuestos. Es un topic° lo decodencia economic°

istmeria durante el siglo XVIII. Recientes investigaciones compruaban el

estancamiento demografico en las ciudades y en el campo • (1) Panama

se convirtio en "situado", es decir, en region dependiente fiscalmente de

otra hispanoamericana mas fovorecida. MOs que nunca hubo, durante este

period°, una "fugo de cerebros", como diriamos hoy. El "curriculum" de

la efirnera.Universidad solo revela atroso o tradicionalismo En uno polo-

bra, coma dijimos. durante el siglo XVIII la historic de Panama reproduce

en sentido inverso la historic de Hispanoomerica.

Era el efecto de una determinado politico de la Metropoli. Los peli-

gros de la dependencia, apenas vislumbrados anteriormente par la reolidad

del "gale& de Manila", alconzaban ahoro consecuencias terribles • Vera

cruz, Guayaquil, Buenos Aires, La Guayro-Caracas, y demos ciudodes y

puertos hispanoamericanos, of recian realidades y posibilidades muy dife-

rentes a las de Panama y Portobelo. Esta Ultima se convirt:6 en villorrio,

en tanto que la poblacion de La Habana, por ejemplo, credo el 117%

en 19 ailos (1791-1810). (2) Es indudable que la acrecentada circulacian

mercantil, dentro del mercado mundial en formacion, creabo nuevas fuer-

zos econOmico-sociales que estaran en la. base de la formed& estatal-

nacional de los diversos Estados hispanoomericanos. Aquellas fuerzas no

fueron suficientes pora estructurar en una solo la unidad Estatal-nocional

hispanoamericona. Su ausencio en el Istmo durante el siglo XVIII explicc

la imposibilidad en que se encontr6 para realizar el Estado notional paw-

mei° o principios del siglo XIX.

93

EL LIBERALISMO HISPANOAMERICANO Y LAS NACIONES HISPANOAMERICANAS•

Desde finales del siglo-XVIII hosta el segundo tercio del XIX corres-

pondi6 al liberalismo In tarea de dor direccion y sentido a la formacion de

los diferentes Estados nacionales hispanoamericanos. Conviene, par ello,

examinor olgunas corrientes sociolOgicas actuales que intentan un enfoque

sabre el liberalism° hispanoomericano, sin discriminar periodos, que lo

responsabilizan de nuestro subdesorrollo; de nuestra pasada y actual supe-

ditacien al imperialism°. Al negar la existencia de relaciones econemicas

y sock:des de cankter feudal duronte la CoIonia, aquellas corrientes recha-

zon, consecuentemente, el carecter progresivo de la etapa heroica del libe-

ralism°, interpretando sus empehos coma simples reflejos anglefilos de los

intereses expansionistas del capitol brit:mica.

Precisemos esquernatica y, diriamos, programiticamente, olgunos

puntos.

A.—En la Colonic' hispanoomericana si predominaron relaciones de

producci6n de caracter feudal.

1.—No hay un mode de produccion capitalista hasta el siglo XVIII.

Los siglos XV y XVII senalan una expansion aCin no capitalista. Recientes

investigaciones localizon en la crisis general del siglo XVII el punto de

inmediata transickin hacia la produccion capitalist°. (3)

2.—Lo aristocracia feudal, en el caso de Espolia, presenta un carac-

ter especifico, en razor' de los muchos Cid Campeadores que afirrnaron su

poder en los triunfos y guerros de Reconquista.

3.—La burguesia naciente de Esparia qued6 aplastada en la baton°

de Vil!afar, que liquid6 la rebelien de los comuneros; primera y prematuro

revolucion burgueso del mundo moderno. La evolucion posterior de la

burguesia y eel capitalism° espariol Ilevaron el signo de aquel fracas°

politico de 1521 (Tesis de Anibal Ponce desorrollando a Marx). (4)

4.—La monarquia espatiola no presenta un carOcter modemo sino

mos bien "osi6tico". Al reves que en el resto de Europa no es la unifica-

dora de sociedod civil (Tesis de Marx). (5) En el marco de estos condiciones

especificas, econ6micas, sociales y politicos, Esparia inicia el proceso de

conquista y colonizacien de America

5.—Las Capitulaciones entre la Corona y los conquistadores legitima-

ban repartos de tierras, y encomiendos de indios para que los trabajaran

No existia uno fuerza de trobajo libre; los indigenas trabajaban servil-

mente lo Verna.

94

6.—Despues del trauma de los leyes nuevas y de los consigui* es sublevaciones de conquistadores-encomenderos, a mediados del siglo XVI,

los repartimientos y encomiendos adquirieron formes d.stintos pero con

el mismo contenido servil. El paternalism° monarquico se explico por lo

pugna con los criollos en cuanto a to report - mien del excedente producido

por los indigenes. En el cos° de Guatemala y Centroarnerica el indio

pagaba, edemas del tributo al Rey, un tribute feudal al encomendero, terra-

teniente o no, en trabajo o especie (Tesis de Severo Martinez Pelaez). (6)

El "cuatequil" mexicano, o la "mita" peruana, presentan "tambien uno

forma de trobajo obligatorio de tipo feudal". Sobre las condiciones de

trabajo del indio es decidor el hecho, observado por Humboldt, de que

cuando Juan de Reinago quiso introducir camellos que reemplazaran a los

indios como bestias de cargo los encomenderos se opusieron. El mismo

Humboldt, observando simpaties y diferencias entre feudos y encomiendas

ofirmoba, sin embargo, que "todos los defectos del sistema feudal se hon

trasplantado de un hemisferio al (Aro • " (7)

7.—La felt° de correspondencia, que se habria mantenido durante

casi tres siglos, entre una infroestructura no feudal y una superestructura

ideologic° feudal, es un fenomeno que jernes podr6n explicor los actuales

campeones de la tesis del capitalism° colonial hispanoomericano coma

satelite del capitalism° metropolitan° espatiol. El curriculum medieval de

las universidades hispanoomericanos, la fisica ensellada sobre los textos de

Aristoteles, la metafisico explicada a base de Duns Scoto o de Suarez,

la vigencia del derecho canonic°, constituyen expresiones ideologicas del

capitalismo hispanoamericano?; del capitalism° espotiol?; del capitalisrno ingles?

El oaracter puramente circulacionista de la tesis que comentomos,

flue nada tiene que ver con el valor cognoscitivo del concepto de modo

de produccion, encuentra una impugned& particulormente clara, entre

otros textos, en los Fundamentos de la Critica de la Economia Politico, de

Marx: "Cuando una naciOn industrial, que produce sobre la base del capi-

tal, como Inglaterra par ejemplo, precede a intercemb'os con le China

(o los Estados Unidos del siglo posado), absorbiendo el valor bajo la forma

de diner° y de mercancia a partir de la produccion de ese pass, o mas bien

involucnindolo en la esfera de circulacion de su capital, sago a la vista

que los chinos no deben par ello producir ellos mismos a titulo de cool-

talistas."... (8)

8.—El empefio del liberalism° en destruir las relaciones de produc-

cion feudales definen un period° heroico, nocional y progresivo en lo histo-

ria hisponoamericana.

95

"La nation no es simplemente uno categoric historic°, sino una cote-

gone historic° de una Opoca determined°, to epoca del capitalismo ascen-

dente. El proceso de liquidation del feudalismo y de desarrollo del capita-

lism° es, al mismo tiempo, un prates° de constitution de los hombres en naciones." (9) La cita es de Stalin. De su mejor obro teorica: El marxismo

y lo cuesthin nocionol (1913), estudio inspirodo par Lenin.

De la cite transcrita, y de ese estudio en su con junto, se desprenden las

siguientes conclusiones:

1.—No existen naciones milenarias. Quienes desde el punto de vista

marxista of irman to existencia de naciones milenarios, Egipto par ejemplo,

°fronton el problema de tener que °firmer to existencia de caracteristicas

nacionoles que sobreviven incolumes a to sucesiOn de diferentes modos

de producci6n (10).

2.—Las naciones pre-existen a la formation de una burguesio indus-

trial y a la consolideciOn del mOdo de production capitalist°. Es osi que

en el texto citado se nos habla, entre otros casos, de la nation americana

de fines del siglo XVIII, de la nation georgiana de lo segunda mitad del

siglo XIX, etc.; es decir, de lo existencia de naciones en un period° en que

la burguesia industrial y el capitalism° industrial estOn ausentes. (1 1)

Es pues, cloro, que la formecion nacional es inseparable de un determined°

periodo de transicion: el que define el proceso de liquidation del feudalis-

m° y de desarrollo del capitalismo. Esa transition corresponde en Europa

a diferentes cronologios, segUn las particularidades histOricos nocionales.

En Hisponoamerica esa transiciOn, pare las nociones de menor retraso, se

extiende desde finales del siglo XVIII haste el segundo tercio del siglo XIX.

Y aqui se inscribe, precisamente, el period° heroico, notional y pro-

gresivo del liberalismo hisponoarnericano.

Pues si es heroico. Lo es en to medida en que prohijondo el pensa-

miento politico de la burguesia revolucionaria europea se ernpetiO en asimi-

larlo a los condiciones del proceso independentista. Ha de ser objeto de

investigation el dilucidar haste donde aquel emperio implicaba uno ideolo-

gizaciOn eficaz o una generosidad utopica. Heroico lo es, igualmente, en

la medida en que las reformas liberates del siglo XIX solo pudieron triun-

far despues de sumergir en enorme caudal de sangre el poder social con-

servodor. Heroico, dijimos. Y tambien national. Al liquidar mayorazgos

feudates, oduanas internes, alcabalos y bienes de manos muertos: fuerzas

todos que negaban la unidad econOmica national y mediotizaban el poder

fiscal del Estado. Nacional, at eliminar el fuero de eclesiOsticos y mili-

tares. —Estados dentro del Estado--. Nacional, en fin, al liquidar las

96

ideologias feudales, el morropolio cultural de la iglesio, y al afirrnor la

hegemonia de la "sociedod civil" a troves de una codificacion inspiroda

en la Revolucion Francesa.

Tombien dijimos que el liberalism°, en este period°, fue progresivo.

Se desprende de lo anteriormente opuntodo. De esos comprobaciones tarn-

bien se derivo que el concepto de "oligorquios liberal-conservadoras", utili-

zado sin discriminaciOn cronologica, conduce a abarrociones onti-nocionales

y reaccionarias. Es la obstracciOn sin contenido que, por ejemplo, klentirfico

al Juarez liberal en lucho armada contra la intervencion extranjero, con el

Miramon y el Zuloaga conservadores, en lucho armada a favor de la inter-

vencion extranjera. Desde las metropolicas perspectivas del econornismo

circulacionista de Gunder Frank, estas distinciones son insignificantes. Pero

que intelectuales progresistos hispanoomericanos suscriban sus puntos de

vista hace pensar que los modas "marxitas" extronjeros tombien engendran

sus colonizados culturales.

LA INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS Y LA DEPENDENCIA DE HISPANOAMERICANA.

"Cuando estallO la guerra de secesion los capitales ingleses colocados

en los Estados Unidos eran considerables, particularmente en los ferrcca-

rriles de New York y Eric, de Baltimore y de Ohio, de Filadelfia y de Reading

y del Illinois Central; en sociedades de seguros tales coma la New York

Time y la American Life; en sociedades mineras tales coma lo Pennsyl-

vania Bituminous Coal, Land and Timber, y Leigh Coal and Mining; en

empresas toles como ki Boring Holding en Maine, y la American Land

Company Holding en Virginia Occidental". (12) Marx, en El Capital, esti-

mob° que a los Estados Unidos, desde el punto de vista econOmico,.podia

considerarsele todavia como una colonic, europeo. Pero no ccbe duda de

que a partir de la guerra civil comienzo el prcceso de efectivo liberac:On y

°firm:mien del capitol norteamericano frente al capital ingles. El proceso

exactomente contrario fue el seguido par la sociedad lotinoomericana duron-

te el, Ultimo tercio del siglo XIX. Los ferrocarriles argentinos, chilenos,

mexiconos, incluso oquellos que en primera instancio eron propiedod de hispanoomericonos, rapidamente fueron enajenadcs al cop:tal ingles. lgual

con la riqueza miner°. Y con la actividad bancaria. Es un topic° la ob9or-

cion de la economia lotinoomericana par el capitalism° ingles d.-de el

altimo tercio del siglo XIX hosto 1914. Despues, el capitalism° norte-

americano tom6 el relevo.

eCeimo puda suceder que en el period° historic° exacto en que el

capital norteamericano se libera y of Irma frente al Inglis, el capitol hispo-

noamericano se convertio en su desnacionalizado aperklke? El proyecto

97

liberal-burgues hisponoomericano, en su periodo progresivo, en los momen-

tos histericos de lucha antifeudal, Ileg6 a cantor con teOricos brillantes que

cumplidamente expresabon la magnitud de la contienda, la profundidad

teorica de su anOlisis, la terrible potencia de su proyecto nacionalista.

Alberdi, en Argentina, p-ofundizaba en el analisis economic° y social pare

extroer la teorio de la efectivo independencia. Exigia la descolonizacion

cultural; la formacion de una filosofia nacional, popular: "El pueblo sera

el grande ente, cuyas irnpresiones, cuyes leyes de vida y de movimiento,

de pensamiento y progreso trataremos de estudiar y de determiner... De

aqui es que la f ilosof ía americana debe ser esencialmente.politica y social

en su objeto, ardiente y profetica en sus instintos, sintetica y organic° en

su meted°, positive y reolista en sus procederes, republican° en su espiritu

y destinos". (13)

Por su parte, Lostarria, en Chile, ajustabo una filosof ía de la histo-

ria de propio elaborocion al imperative de la construccion national chilena.

Y sabre todo, Mariano Otero, en Mexico, estructuraba los prodromos de

un materialism° historic°, de propia inspiracion, adaptado al proyecto de

la hegemonia burguesa pore la cohesion nacional de Mexico, y para su

reconstrucciOn despues de la derrota frente a los Estados Unidos. CoOrrio

pudo, pues, sucedsr que el albor de algunos prOcticas econamicas natio-

nalistas, estimulados por el ardiente profetismo de la teoria hispanoameri-

can°, se convirtiero en la humillonte caricature del proceso efectivamente

realized° por los Estados Unidos?

Creemos haber planteado correctamente olgunos terminos del proble-

m°. Lejos estamos de la pretension de resolverlo: Consideremos, sin embar-

go, algunas variables.

La inmensa mayoria de la poblacion norteamericana, ol momento de

la independencia, era campesina. Pero en el norte, por ono primer° inmi-

gracion, se habia asentodo una poblociOn puritan° portadora de la protes-

t° burguesa contra el absolutism°. En un ambito geografico econornica-

mente homogeneo inicio, a troves de la pequeria produccion mercantil,

una large march° hacia la producciOn industrial. En el cur, despues de to

revolucion inglesa, se asent6 una poblacion sefiorial despojada de sus privi-

legios, con practice y rnentalidad pre-capitalist°. (14) !nide , su rapick

marcha hocia la produccion esclavista. La confrontacian inevitable,

guerra civil, se sold6 por un compromise. Pero no of nivel del modo de

producciOn, 'sin° al nivel de los prejuicios rociales, de los derechos civites

concuicados, etc. La produccien capitalista se encontre, entonces, libre de

valladares int-ernes, En Hispanoamerica la situacian era raclicalmente diver-

sa. Nonce hubo en la colonia. hisponoomericana on espacio geografico

economicamente homogreneo donde se ,desarrollaro to pequeria producciarl

98

mercantil. Por eso nos parecen ilusorias las lamentaciones sobre las paten-cialidades del ortesanodo, truncadas por el librecambismo. (15) Verticol-mente, Si se nos permite la expresion, tampoco huba homogeneidad. Al modo de produccion asiotico, no liquidado durante 'dem tiempo, de incos

y aztecas, se superimpuso el modo de producci6n feudal. En empties regio-

nes el esclovismo reemplaz6 formes primitives de producciOn o SC insti-

tucionaliz6 poralelamente a otros modos de produccion. Y de la produc-

don esclavo y feudal, este Ultimo predominante, obtuvo beneficios, a troves de Espana, la circulaciOn mercontalista y el posterior capitalism° holandes

e ingles. En estas circunstancias los nUcleos burgueses-comerciantes, los

terratenientes laicos y sin mayorozgos, los burocratas y profesionales que

surgieron al ampere de las instituciones estatalss, en uno palabra los libe-rates del period° progresivo pudieron si, superar parcialmente la fragmen-

ted& feudal, pero at precio de renunciar de hecho a la unidad hispano-

americana. En el period° de transicion del feudalismo al capitalism° pudie-

ron tembien odelantor elementos de la superestructuro capitalist°. En Nica-

ragua existe el divorcio y en Italia no. Pero en la fundomentalidad del

proceso economic° Hispanoomerica no alcanz6 el objetivo.

Es que tambien, como en los Estados Unidos, en Hispanoamerica la

confronted& del proyecto liberal-burgues con los modos pre-capitalistas se

sald6 por un compromiso. Pero con la radical diferencia que este 'month

solo la transformed& del latifundio "vinculado" y de manos muertas en

latifumrio la ,co. Con la diferencia, tambien, de que la jacquerie produc-

don rnercantil, geogreficamente disperse y siemae estrangulada par los

modes pre-capitalistas de producci6n, no podia aprovechar las reformos libe-

rates pare pretender a un destino autonomo. En estas condicionss le burgue-

sia liberal s6lo oplastO al artesanado pare convertirse en apendice del impe-

rialism°. No fue, pues, la alianza liberal-imperial la que, en primerItermino,

enajeno a Hispanoamerica. Fue la conjuncion feudal-imperial la que liquid6

el proyecto liberol-nocional trabajosamente delineado desde fines del siglo

XVIII haste el segundo tercio del siglo XIX.

Al nivel de la conciencia el fracas° del liberalism° expres6 su frus-

trod& y decodencia. En olgunos de sus m6s lUcidos representontes, un

Flores Mogen, un Gonzalez Prada, un Ingenieros, se guise tender un puen-

te a Ics ideologies de izquierda. Pero la tOnica predominante fue el profe-

tismo, el pesirnismo, o la demi° de lo patolcgia transmutada en ciencia

social., En Argentina, un rocismo agresivo. En Uruguay, el anti-imperialismo

romantic° e idealist° de Roe.6. En Mexico, el porfirismo, surgido del glorio-

so liberalism de Lerdo, Ocampo, Arriogo y Juarez, se autointituI6, y con

razon, neo-conservatismo.

99

Y par todas partes el diagnostic° de nuestras enfermedodes sociales.

Un curioso antecedente de esta sorprendente ciencia medico lo encontra-

mos en el Mexico de 1785-1787, en un Informe economic° de Hipolito

Villarreal, publicado en 1831 con el titulo de "Enfermedades politicos que

padece la capita de Nueva Espaiia". (16) A finales del siglo XIX y princi-pios del XX se trata de toda una Focultad de Medicina Politico, a nivel

continental. El venezolano Cesar Zumeta escribe El Continente Enfermo. Ardiente y jacobino, el argentin° Agustin Alvarez nos ofrece su Manual de PatoIcgla ,Politica. Flancisco Encino analiza el "Chile Patologico"

Salvador Mendieto diagnostic° La Enfermedad de Centro America. Poste-riormente, con inspirocion fascista y premio Mussolini el boliviono Alcides

Arguedas culinina con su dramatic° Pueblo Enfermo. Es en este context°

que alcanza resonancia hispanoomericana la Independencin de Panama de

Colombia en 1903.

LA INDEPENDENCIA DE PANAMA DE COLOMBIA

EN EL CONTEXTO HISPANOAMERICANO.

De las consideraciones anteriores se desprende que no hubo en la

base econornita y social unidad que sustentoro una naciOn continental

hispanoamericana. El proyecto liberal-burgues no introdujo, por ello,

fragmentacion alguna. La fragmentaciOn pre-existia a su empeflo en los

compartimientos estancos ajustodos o los modos de produccion pre-capita-

list-as. La circulaciOn mercantilist°, y to posterior circulacien capitalista

mundial, utilize y aproveche lo produccion precopitalista hispanoameri-

cana, pero no transforme sus modos de producciOn. De la mismo monera

que la produccion esclavista norteamericana fue condicion y no nega-

den de la industrio textil del capitalismo ingles. Es lo que no pueden ver

los improvisados denegodores de las relociones de produccien feudaies en

H ispanoomerica.

Dodos las especificas condiciones de Panama, dijimos, el transitismo

istmelio era indisoluble de la politica mercantilista de la Metrepoli. Duran-

te los siglos XVI y XVII esa politico sirvie para definir un cierto espacio

geo-econemico alrededor de la zone de transit°. Pero durante el siglo XVIII

esa misma politica determine la decodencia economic°, el estancomiento

demografico y la emigraciOn de la cultura en los precisos momentos en

que Hisponoamerica afirmaba acelerodamente el proceso inverso. En estas

circunstancias la independencia de Panama de Esparia, en 1821, exhibit!,

formas especificas pero dentro de las condiciones creadas por los ejercitcs

de Bolivar, De °Ili la agregacien, este es el termino exacta, a la Gran

Colombia.

100

El proyecto liberal-nacional hispanoamericano, en su etapa progre-

siva, encontre tambien en el Istmo brillantes definiciones. Pero con la peal-

cularidad de que en nuestra circunstancia se unia a la tarea de la estruc-

turacion de un Estado ya realized° por los otras nacionalidades hispano-

americanas, con la excepcien de Cuba y Puerto Rico. El emperio en la reali-

zacion del Estado, autonomo o independiente, concret6 en la accion y

pensamiento de autenticos proceres: Mariano Arosemena, Tomas Herrero,

Santiago de la Guardia. Y el mos importante de todos: Justo Arosemeno.

Como resultado, la indepenclencia de hecho, o la autonomia efectiva, jab-

non diversos coyunturas, suficientemente conocidos, del siglo XIX. La

respuesta colombiana a estos esfuerzos se perfila en una diplomacia est-pida que abri6 las puertas a la intervencion norteamericana. Al Estado del

lstmo, funeado por Tomas Herrera, Colombia responde con el Tratado

Mallarino-Bidlack (1846-1848). En ese Tratado Colombia pide a Estados

Unidos que garantice su soberania sabre el lstmo, precisamente en los

mementos en que les Estados Unidos despojan de dos millones de kilome-

tres cuodrados a Mexico. Con posterioridad, intervenciones armadas forte-

arnericanas, solicitadas y no solicitados, se suceden con frecuencia en el

lstmo. Ds este manera se fueron creancfo las condiciones para la inter-

vencion, inevitable e inminente del imperialism° en la formacion del

Estado en 1903.

Como en el resto de Hispanoamerico, tambien en Colombia la con-

frontacion liberal-conservadora se salc'6 por un compromiso, quiz& aqui

mos inestable, pero no por elle menos definitivo. Los inicios de ese com-

prom's° lo vemos en el regimen de Rafael NUfiez, opoyado par el censer-

vatismo y un sector del liberalismo. El intento mos notable pared romper

el pacto, que estaba yo inscrito en el fracaso del proyecto liberal-burgues

y en la enajenociOn al imperialismo, lo encentramos en la guerra de los

1,000 dias, confrontacion armada importonte entre liberales y con-

servadores, no solo en Colombia sino en toda Hispanoamerica. Que la

degeneracion liberal hada inevitable el compromiso lo ha revelodo, en

nuestros dies, lo verglienza de la llamado "unien nacional", que ha san-

cionado constitucionalmente el maridaje en la alternancia ciclica del poder

politico. En Ponam6, el liberalismo particip6 tombien del fracas° que

observamos en Hispanoamerica y Colombia. Pero en nuestro cos° la incum-

plida tarea de la construccien del Estado acucioba la voluntad prolongando

ci empefio. Como la lucha contra un conservatism° debil nunca puso verde-

deramente en peligro to hegemonia liberal, la direccien de su esfuerzo

se centre en el federalism°, es decir, en la lucha por la autonomia econ6-

mica y politico. En el contexto del Estado colombiano centralizado a portir

de NUriez, to voluntad de ser se expres6 en moltiples modos: En el perio-

dismo, en sociedades patri6ticas, en agrupaciones culturales. En su requi-

101

sitoria contra "La Regeneration" y la centralista constituciOn de 1886

—"La Reaccion, en Colombia"—, Justo Arosemena intenta una postrera

defense de la autonomic,. Finalmente, donde con mayor vigor se °firma,

aquella voluntad de ser fue en la guerro de los 1,000 dies. Los interminables

conflictos entre el mando militar colombiono y el mando civil panamerio

constituyen explicitos testimonios. Es que a travei del pendon liberal colom-

biano el liberalismo panernerio exigia la autonomic politico y economic°. (17)

Y par t.inica vez en la historic de las contiendas armadas colombia-

nos el pueblo ponamefio particip6 realmente en le lucha. El Interior nunca

fue definitivamente vencido. Brotes de guerrilla urbane se registraron en

Santa Ana. Continuando uno acciOn popular de matices propios, que en

1830 Mick!) Jose Domingo Espinar, Victoriano Lorenzo determine la parti-

cipaciOn de las mesas indigenes en la guerra civil. En estas condiciones

solo la derroto total del liberalism° en el resto de Colombia hizo posible el pacto del Wisconsin.

Es este el contexto en que se inscribe la lndependencia de 1903. Un

liberalism° panamerio aplastado en su lucha armada por conquistar la

outonomia econornice y politica. Un liberalismo colombiano que ye habia

fracosado en su misi6n nacional de estructurar un Estado economicamente

independiente, y que habia iniciado las primeras identificaciones en el

conservatism°. Un liberalism° hispanoamericano que se negaba a si mismo

despues del fracaso continental en hacer la revolucion nacionol democro-

tico-burguesa. Un capitalism° norteamericano, cede vez mOs independiente

de Inglaterra despues de la Guerra Civil, y que se hada tambien coda

vez ms imperialista desde finales del siglo XIX. Tales son los marcos

historicos de 1903. En estos circunstancias los individuos actuoron dentro

de los posibilidades que ofrecian estas determinaciones hist-Orion. Con el

agravante de que las mejores posibilidades no fueron siempre realizadas.

La tordanza en la realized& del Estado, tardonza que tiene sus raices

en la Colonic, conjur6 en su contra todas las fuerzas negatives y media-

tizadoras que hemos serialado. Es par ello que, y es indudable que, Manuel

Amador Guerrero, Federico Boyd y Jose Agustin Arango proyecton una

triste figu-a en la historic panameria. Sobre todo Si se las compare can los

proceres del periodo progresivo del proyecto nocionol poi-lamella: Mariano

Arosemeno, Tomos Herrera, Santiago de la Guardia, Just° Arosemena.

En esta °firmed& queremos solo dejar sentado que, las actuaciones indi-

viduoles eston tombien sujetas a la explicacion y juicio de la historic. Pero

ese no es el objetivo que hoy nos hemos propuesto. Si Teodoro Rocsevelt

pudo afirmar "Yo me tome a Panama porque Bunau-Varilla me la ofreci6

en bandeje de plata", hay debemos pensar los panamerios que al nivel

individual no solo Bunou-Varilla firm6 el famoso Tratado. Y hay debemos

pensor tambien, los panamerios y los hispanoomericanos, que la historic

102

y la sociedod, pommel° e hispanoomericana, crearon las condiciones

para el ejercicio efectivo del "Destino Manifiesto". Hoy, solo el conoci-

miento cientifico de esa historic y sociedod hace , posible su transform°. ciOn progresista.

Con los datos historicos destocados, y ye en trance de conclusion,

hemos de °firmer el caracter progresivo de la independencio de Panama

de Colombia. Y esto a despecho de la verglienza que pueda producir la

actuacion individual de cualquier actor de los ocontecimientos. Pues yo la vergLienza, dice Marx, es . un sentimiento revolucionorio.

Los consideraciones esbozadas nos permiten, pues, las siguientes conclusiones:

1.—Los nociones surgen en el period° de transiciOn del feudalism°

al capitalism°. Elias mismas constituyen una fuerzo progresiva, poderosa,

en el proceso de liquidaciOn de los modos de produccion precapitalistas.

2.—EI surgimiento de las nociones hispcinoomericanos se inscribe en

ese mismo proceso de transicion. En consecuencio, desde finales del siglo

XVIII hasta el segundo tercio del siglo XIX la democracia liberal define

un period° progresivo de lucho antifeudal y de construcci6n nocional.

3.—El fracaso del proyecto liberal nacional, patente desde finales

del siglo XIX, obedece a condiciones internos y fuerzas externas. Como

condiciOn interne destacamos la conservatizacion de la democrocia liberal.

Esa,conservatizacion expresa, a nivel politico, desde la CoIonia haste el

siglo XIX, el poder de las relaciones precapitalistos de producciOn y la

debilidad de, los fermentos capitalistas. Como fuerzas externas destacomos

la exponsiOn imperialist° que encontr6 asi el terreno aboriado.

4.—Con el retraso que explican nuestras especificos realidades colo-

niales la democracio liberal istmeria deline6 el proyecto nacionol-estatal

durante todo el transcurso del siglo XIX hosto la guerra de los mil dias.

Ese fue un prioyecto progresivo en to medida y en_ el sentido en que lo

fue la estructuraciOn estatal de coda una de los nociones hisponoame-

ricanos.

5.—El Estado, como tat, se realize) en 1903. Desde sus propias perspec-

tivos y posiciones el imperialism° lo hizo posible. Pero al abrir cauce , a un

proyecto histOricamente legitimado; economic°, social, politico y cultural-

mente progresivo, el imperialism° conjur6 un nuevo fantasma: el nociona-

lismo ponamerio. Ese nacionalismo yo ha mostrado su ardor. Y continuara

hcciendolo.

103

La exposiciOn que precede se ha esforzado en discriminar lo progre-

sive y to regresivo en la historic] de Panama y de America. lgualmente los

fUerzas histericas que le son intemas y las que le son externes. Estes

distinciones son neceseries. Algunos intelectuales que quieren inspirorse en Marx han negado to evidencia de to eficacia historic° del feudalismo.

Y consecuentemente hon negodo el valor historic° de las luchas antifeuda-

les del liberalism° hispanoomericano. Es asi que con el pretexto de echor

cosos en el basurero de la historio hen convertido to historia en basurero.

Dentrcr del mismo orden de pensamiento se hace de la historia intema dé Hispanoarnerica el palido ref lejo del platonic° paradigma metropolitano.

Metropolis que engullen sub-metrOpolis, que engullen satelites, que engu-

lien sub-satelites, etc. Con lo cual la compleja dialectic° de lo interno y lo

externo queda asi reducidd'a to vacua vulgaridad de que el pez mos grande se come at mas chico.

Esas corrientes son desnacionalizadoras en su fondo. De hecho coinci-den con el anti-imperialismo de derecha, el de Oscar Teran, por ejemplo, pore quien Panama, se invent6 en la hora cero de las tres de la torde del 3 de noviembre de 1903.

Estomos urgidos de una vision de la historia que explique y pro-

rnueva el nacionalismo pommel° de hoy, que es el instrumento mos eficaz pare resistir la absorciOn imperial. Para elk) la inteligencia pane-

mefia tiene coma tare° ineludible le de cornprender el posed° y nociona-lizar su historia.

(Febrero de 1973)

NOTAS

1.--Cf. Omar Jaen Suarez. El hombre y to tierra en Nato de 1700 a 1850. Editorial Universitaria. Panama, 1971. Sabre la decodencie ecoromica y estancomiento demografico dunante el siglo XVIII, cf. tambien Alfredo Castille-o C.: "Fundornentos econ6micos v socioles de la Independencia de 1821". Tames No. 1, Panama, octubre 1960.

2.—Lo despoblacion acrecentaba, seguramente, las condiciones de insa-lubridad. Desde to epoca colonial era verdod que "ir a Panama es ir a to muerte", motivo por el cual, coma recuerda Pierre Chaunu, los galeones reducion at minimo su permanencia en las ciudades del Atlantic°. Veose de este autor su Historic de America Latina. Edito-rial Univers:taria de Buenos Aires, 1964. peg. 45.

3.—Int3resantes dialogos y controversies sobre este particular pueden consuItarse en: P. M. Sweezy; M. Dobb; K. T. Takahashi; R. M. Milton; C. Hill; G. Lefebvre: La Trans/cion del feudolismo al capita-lism*. Editorial Ciencia Nueva S. L Madrid (1967). Cf. tambien de Emesto Laclou: "Feudalism° y Capitalism° en America Latina", en el volumen colectivo de Rodolfo Puiggros; Andr6 Gunder Frank;

104

Ernesto Laclou: America Latina: Feudalism° o Capitalism"? Editorial La Oveja Negro, Bogota, 1972. Vease especialmente peg. 137 y ss.

Anibal Ponce: "Examen de Espana". En Humanism* y Siglo Veintiuno, Editores, S. A. Mexico, Argentina, Espana, 1970, pegs. 145 y ss.

5.—.Cf. Marx, C., Engles, F. La Revolucien Espanola. Articulos y Crenicas.

1854-1873. Ediciones Ariel, Caracas-Barcelona (1960). Cf. prigs. 82 y ss.

6.—Cf. Severo Martinez Peloez: La Patna del CrioIlle. Ensaye de Inter-pretacien de la Realidad Colonial Guatemalteca. Editorial Universi-taria, Guatemala. P6gs. 92 y ss.

7.—Cf. Charles Minguet: Alexander de Humboldt. Historian et Geographe d' Amerique Espagnele 1799-1804. Francois Maspero, Paris, 1969. Pegs. 131; 220.

8.—Citado por Roger Dangevilie en: Karl Marx; Frie.drith Engels: La Guerre Civile aux Etats-Unis. (1861-1865). 10/18, Paris, 1970.

P6g. 12 (noto).

9.—J. Staline: Principaux Ecrits. Avant la Revolution d' Octebre. Editions La Taupe. Bruxelles, 1970. Pegs. 210-211.

10.—El punto de vista de la existencia de nacianes milenarias ha sick), desarrollado recientemente por Anuar Abdel Malek. Cf. su tipologia

de las formociones nocionales en su obra Dialectique du Social, de proximo aparicion en castellano, y su opilsculo: Mancisrne et Soceo-legie des Civilisations. Extrait de Diogene, No. 64. Octobre-Decembre, 1968.

11.-1. Staline: Op. Cit. pp. 201; 207-208.

12.—Roger Dangeville: Op. Cit. pp. 279-280.

13.—Juan Bautista Alberdi: "Ideas pare presidir a la confecciOn del CIMS0 de Filosofia Contemporonea. En el Colegio de Humanidades. Monte-video. 1842". En Jose Gaos: Antelogic del Pensamiento de League

Espanola en la Edad Contemporonea. Editorial Seneca, Mexico, 1945_

pp. 306-308.

14.—Una actuolizado comporacion entre to conquifto y eolonizocion de la America hispana y la de la America scion° se encuentro en la Ultima edicion del libeo de Rodolfo Puiggros: De la Colonic a To Revolucion. 5a. EdiciOn, (arnpliada). Carlos Perez, Editor. Buenos Aires, 1969. Pags. 78 y ss. -

15.—SegOn el lugar de procedencia de su materio prima se orients los intereses de muchos grupos artesanales. Por ello no todas eran antagonistas del libre comercio exterior. Cf. Severo Martinez Peke-4 op. cit. pOgs. 313 y ss.

16.—Cf. JesCis Reyes Heroles. El Liberalism" Mexicane. Tomo IL La socie-dad fluctuante. Universidad Nacional de Mexico. Focultad de Dere-cho, 1958. pag. 96. Noto 4.

105

17.—El autonomismo federalista es prohijodo por Belisario Porras, aun un poco despues de la guerra de los 1000 dies (julio de 1903), en un document° que explicitamente rechoza la total independencia de Panama de Colombia: "si es verclad que el Istmo ha adquirido su propio personalidad a troves de toda su historia y que tiene el dere-cho de exigir, como advertimos con claridad en nuestra Acta de lndependencia en el alio 1821, LA AUTONOMIA FEDERAL, para conservar nuestra INDEPENDENCIA INTERNA, no soy, repito, de los que creen que debemos separarnos de Colombia". Bel:sario Porras: "Ref lexiones_Canaleras o La Venta del Istmo". En Revista Tareas No. 5,- Panama, agosto-diciembre de 1961, pag. 10.

106

iCienel ?e la Xedita "C7atg45

Jose de JesUs Martinez: Coif& (On Prolog° y Tres Actos). Panama

1961. 71 p.

Jose de JesUs Martinez: Enemigos (Pieza en Dos Actos). Panama

1962. 40 p.

Rogelio Sinan: Cana Comer, (Cuento). Panama, 1963. 17 p.

Jose de JesUs Martinez: Ideas pare Roder. (Aforismos Bicornes).

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Ricaurte Soler: Modelo Mecanicista y Meted° Dialectic°. Panama

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Justo Arosemena: Apuntamientos pare la Introduccien a (as Ciencias

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Guillermo Rolla P.: Desarrollo o Anticoncepcien. Panama, 1968

37 pags.

110

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Ricaurte Soler: Materialism° e Idealisme: Una Alternative de Inv. ducciOn a la Filosofia. Panam6,.1971, 64 p. (29 Ed., 1972).

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Jose de Jesus Martinez: Segundo AsaIto. Panama, 1971, 24 p.

Sydia de ZUrliga: Una Rosada Estrella en la Vendimia. Panama. 38 p.

Carlos Bolivar Pedreschi: Comentarios al Proyetto de Tretado sabre

Defense y Neutralided del Canal. Panama, 1971, 30 p.

* TIRAJE TOTAL DE1 LA REVISTA "TAREAS" HASTA EL

INIUMERO VEINTICINCO - 27.000

TIRAJE TOTAL DE LIBROS Y FOLLETOS DE EDICIONES DE LA REVISTA "TAREAS". 41.000

TIRAJE TOTAL DE "TAREAS"; REVISTAS LIBROS Y FOLLETOS 68.000

111

COLABORADORES DE "TAREAS"

Del Extranjero: Ardao, Arturo (Universidad de Montevideo); Auhturc

Charles (Universidad de Paris); Bueno, Miguel (Univers:dm!

Nacional Autonoma de Mexico); Cohen, Julieto Fe7nandez

de (Mexico); Deleuze, Henri (Francia); Del Mazo, Gobriel

(Argentina) (+); Godoy, Pedro (Universidad de Chi'e);

GuiIlen, Fedro (U.N.A.M.); Lo Celso Fleurent, Eduardo

(Peril); Martinez Matiella, Gaston (Mexico); Rinc6n, C&cr

David (Venezuela); Undurraga, Antonio de (Chile); Pro.2o,

Jorge del (Peri.5); Bosch, Juan (Rep. Dominicona).

Nacionales: Alfredo Castillero C.; Carlos E. Ayala; David Turner M.; Leo-

poldo Fuentes del Cid; Guillermo C. Cohen Degovia; Riccurte

Soler; Miguel Mega Dutary; Martinez Ortega; Reina Torres

de AroCa; Ornel E. Urriola; Manuel Ferrer Valdes; Hum-

berto E. Ricord; Cesar Young Natiez; Rogelio Sinan; Ri-

cardo J. Bermadez; Cesar A. Quintero; Isaias Garcia (+);

Guillermo Rojas Sucre (+); Alfonso Rojas Sucre (+); Jose de

JestIs Martinez, Homero lama Sanchez; Cesar Pereira Bur-

gos; Alberto Dutary; Ramon de Aguilar; Pedro Salazar

Chambers; Zelma Alvarado de Aguilar; Enrique Chuez; Jose

Franco; Hugo Victor; Carlos Garcia de Paredes; Pedro Rive-

ra; Humberto Zarate; Carlos de Aguilar Merlo; Victor Avi-

la; Milvia Arbaizo; Carlos Changmarin; Dimas Lidio

Pitti; Moravia Ochoa Lopez; Jose Eulogio Torres; Bolivar Da-

vales; Federico Talon; Raman Oviero; Sydia de ZUrliga;

Miguel Brenes; Juan A. Tack; Carlos M. Gasteazoro; Sergio

Sandoval; Ruben Oro; Nestor Porcell; Eloy Benedetti;

Moises Goldstein; Armando Murioz Pinz6n; Patria L. Coride

de Pousa; Alexander Cuevas; Arrigo Guardia; Julio C. More-

no Davis; Aura Lescure de Russo; Alfonso Jotiva; Rodrigo

Miro; Ricardo Rios Torres; Ivan Tejeira; Alberto Mckay;

Luis Felipe Mora; Guillermo Ros Zanet; Erasrno de la Guar-

dia; Moises Chong M.; Eustorgio Chong Ruiz; Daly° Figue-

roa; Lisandro Barahona; Eduardo Charpentier hijo; Julio

Arosemena; Carlos Ivan arliga; Bernardo Fernandez G.;

Mario Galindo; Marcos Ganclasegui; DoIva Acuria; Ricardo

A. Rodriguez; Guillermo Rolla P.; Bertalicio PeroIto; Agus-

tin del Rosario; Alonso Villarreal P.; Nils Castro; lasirno

Wong; Rail A. Leis.

TAREAS No. 25

Panama, noviembre 1972 - mayo 1973

INDICE

RELACIONES ENTRE PANAMA Y LOS ESTADOS UNIDOS

Pogina

Belisario Porras: Reflexiones Cana!eras o to

Venta del Istmo 9

Philippe Bunou Varilla: La Gran Aventura

de Panama

19

Ricaurte Soler: La lndependencia de Panama

de Colombia (Sabre el Problem° Nacional

Hispanoamericano) 91

IMP, CERVANTES 18930