La Vida en Sisapo

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CAPITULO I: Ex urbe Llegan noticias de Roma Una pequeña familia de mediana categoría social, vivía en el pueblo de Sisapo, en la provincia romana Tarraconense, en el límite con las tierras béticas y muy cerca igualmente de las lusitanas (Siglo IV). En un día caluroso como otro cualquiera, ciertamente el 24 del mes dedicado a Augustus de 307 AD, en aquel entonces gobernaba en Roma el emperador Severo II. Los ríos que estaban en torno a Sisapo eran el Guadalmez y el río Ojailén. Las tierras de Vivius Valerus Alarco, que era habitante de Sisapo, eran fértiles y ricas en producción ya que se alimentaban del agua que llegaba desde estos dos ríos. Casi todos los caminos que se cruzaban en Sisapo procedían de Emérita Augusta y llegaban hasta Sagunto y por la vía Hercúlea hasta Tarraco. Los vecinos de Sisapo eran todos trabajadores de la agricultura y de la ganadería vivían pocos vecinos. El padre se llamaba Vivius Valerus Alarco Caesar y era un buen trabajador, educado, buen padre y marido, trabajaba en el campo

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Narración de vida cotidiana en la Roma antigua del siglo IV de nuestra era.

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CAPITULO I: Ex urbe

Llegan noticias de Roma

Una pequeña familia de mediana categoría social, vivía en el

pueblo de Sisapo, en la provincia romana Tarraconense, en el límite

con las tierras béticas y muy cerca igualmente de las lusitanas (Siglo

IV). En un día caluroso como otro cualquiera, ciertamente el 24 del

mes dedicado a Augustus de 307 AD, en aquel entonces gobernaba

en Roma el emperador Severo II.

Los ríos que estaban en torno a Sisapo eran el Guadalmez y el

río Ojailén. Las tierras de Vivius Valerus Alarco, que era habitante de

Sisapo, eran fértiles y ricas en producción ya que se alimentaban

del agua que llegaba desde estos dos ríos.

Casi todos los caminos que se cruzaban en Sisapo procedían

de Emérita Augusta y llegaban hasta Sagunto y por la vía Hercúlea

hasta Tarraco.

Los vecinos de Sisapo eran todos trabajadores de la agricultura

y de la ganadería vivían pocos vecinos.

El padre se llamaba Vivius Valerus Alarco Caesar y era un buen

trabajador, educado, buen padre y marido, trabajaba en el campo

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que había heredado de su padre. La mujer llamada Valera Cristina

era una buena madre y esposa, tenía 2 hijas y un hijo, las hijas eran

pequeñas, guapas y obedientes, la menor recibía el nombre de

Valera Minor y la mayor recibía el de Valera Maior. El chico se

llamaba Vivius Valerus Alarco, era muy trabajador ya que ayudaba a

su padre a las tareas del campo además de obedecer e intentar

ayudar a su madre en todo lo que podía.

La casa en la que vivían era grande, de piedra, paja y ladrillo,

hecha a conciencia. Tenía un patio central, más o menos grande y

cinco habitaciones que se situaban en el interior de la casa, sus

tierras se extendían por el horizonte. Un día tranquilo, de repente,

el padre se entera de una noticia procedente de Roma que le habían

contado ciertas personas del pueblo. La noticia fue que los romanos

querían llevar esclavos para excavar en aquel lugar, donde vivía

aquella familia, unas minas que habían descubierto para explotar

esas tierras, por lo que tendrían que dejar algunas de sus tierras y

eso iba a ser una pérdida de dinero muy grande para aquella familia

de Sisapo

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Capítulo II: INFANS NOVUS

UN NUEVO MIEMBRO DE LA FAMILIA HA LLEGADO

La madre Valera Cristina estaba embarazada de otro hijo de 8

meses que recibirá el nombre de Gaius Valerus Alarco.

El 26 de diciembre Valera Cristina tuvo el parto en uno de los

cubículos de su casa, su comadrona fue su vecina Lopetia Pilar, su

mejor amiga desde que llegaron a esa casa.

Lopetia Pilar invocaba a la diosa Juno Lucina al mismo tiempo

que tenía lugar el parto. Cuando Gaius nació lo pusieron a los pies

del padre, quien enseguida lo aceptó como hijo legítimo.

En cuanto nació las criadas adornaron la puerta con flores para

anunciar su nacimiento.

Una semana después de haber nacido Gaius Valerus Alarco, el

hijo menor de Vivius Valera Alarcón Caesar y de su mujer Valera

Cristina, avisaron a todos los vecinos para celebrar en su casa una

fiesta llamada lustratio, en la fiesta al hijo le pusieron el nombre de

Gaius Valerus Alarco.

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Para la comida Vivius Valerus Alarco Caesar mató un cordero y

un cochino para todos los vecinos, los niños jugaban por la casa y la

ensuciaban.

Los pedagogos iban a dar la clase a casa de Vivius y Valera y

Cristina para que las dos chicas pudieran aprender música y

gimnasia.

El hijo mayor estaba trabajando con su Padre en el campo

cultivando hortalizas y otros frutos para su familia, pero cuando su

padre se fue a trabajar a las minas, el hijo ya no le podía ayudar al

padre por lo que se quedaba en su casa cuidando a los animales

que tenían.

La madre se encargaba de las labores domesticas de la casa, la

principal era tejer o hilar.

La madre en su tiempo libre se dedicaba a cuidar su aspecto.

El padre se iba a trabajar a las minas, que era un trabajo muy

duro, por lo que llegaba agotado a su casa.

CAPITULO 3: IN oppido

Un DIA en sisapo

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En Sisapo, después de la llegada de Roma, se trabajaba en las

minas pero antes se trabajaba en el campo (agricultura y ganaderia).

De las minas se sacaba cinabrio, que era una arena permeable, se

extraía y se fundía a 75º, mas tarde se enfriaba para su posterior

utlización.

Después de los agotadores trabajos, las familias se iban a las

fiestas que se celebraban en el pueblo

El 27 de febrero la familia y todo el pueblo acudieron a la fiesta

de Equirria que celebraban en la plaza del pueblo. En esa fiesta

honraban a Marte.

Todas las familias participaban en carreras de caballos en el

campo de Marte, que era un amplio llano que se parecía a el que

había en la ciudad de Roma, y era un lugar dedicado a los dioses.

La familia acudió al teatro romano para ver representaciones

de tema religioso.

En la ciudad había un mercado muy grande todos los días en la

plaza del pueblo.

Al mercado sólo iba la criada y todos las semanas compraba

un saco de harina para hacer pan y mucha verdura, para luego las

comidas de la casa.

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En la ciudad también se encontraban termas públicas a las que

acudían los hombres. El padre y el hijo todos los sábados iban a las

termas a lavarse y bañarse.

Las mujeres de la familia acudían todos los años a la fiesta de

Lupercales el día 15 de Febrero y rezaban a Fauno Luperco para que

fueran fértiles.

Los hombres acudían cada año a las fiestas Liberalia el 17 de

Marzo que estaban consagradas al dios antiguo Liber, durante esta

festividad los jóvenes de 17 o 18 años tomaban la toga viril,

símbolo de mayoría de edad. Además se daba al dios harina, aceite

y miel para solicitar la protección de las cosechas.

Justo en ese año el hijo de la familia tomó la toga viril.

Los domingos el padre acudía a la basílica, donde Vivius se

reunía con todos los vecinos del pueblo para hablar de negocios y a

veces también se utilizaba como juzgado en la administración de

justicia.

También la familia acudía al templo capitolino, donde las

familias rendían culto sobre todo a los dioses, Júpiter, Juno y

Minerva, y a otros más.

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CAPITULO 4: Labor

Un día en las minas

En Sisapo los hombres trabajaban en las minas sacando

cinabrio, un mineral de color rojo bermellón. Los hombres

trabajaban en las minas, cerca de la villa, todo el día.

El cinabrio era una fuente muy importante de mercurio.

El cinabrio se utilizaba como primera capa de pintura de las

casas, para que así cogiera mejor la segunda capa de pintura. Las

casas de los romanos tenían un color rojizo muy apreciado en el

interior, para revestir las paredes que en estos tiempos era muy

apreciado.

Antes de ir a las minas, todos los mineros se reunían en un

punto concreto, casi siempre era en una villa. Cuando ya estaban

todos reunidos, partían hacia la mina de la gran montaña. Era una

mina larga, muy parecida a un laberinto, de donde principalmente

se sacaba el cinabrio.

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Las minas no eran muy seguras, había cascos pero muy

débiles, las minas eran estrechas y se respiraba muy difícilmente

debido al poco oxígeno que había.

El trabajo era bastante agotador, debido a que trabajaban

bastante tiempo en las minas, concretamente desde que el sol

surgía hasta que anochecía, solamente disponían de un descanso de

una hora y era a la hora de comer, los esclavos llevaban un cocinero

que preparaba la comida, solamente a los encargados se les añadían

piezas extra como era el queso.

La jornada minera se dividía en tres partes, la primera era

desde que salía el sol hasta que se llegaba el medio día, que era la

hora de comer, la segunda era desde el medio día hasta que

acababan de comer, de vez en cuando el jefe observaba a sus

trabajadores y si decidía que sus trabajadores habían realizado un

buen trabajo en la primera parte les concedía una hora extra

aproximadamente que era desde el medio día hasta que los

encargados lo decidían, la tercera parte y final era desde que

terminaban de comer hasta que se empezaba a ocultar el sol, estaba

anocheciendo y recogían para volver a sus hogares. El trabajador se

levantaba, se lavaba, realizaba algún ejercicio físico y se marchaba a

trabajar, cuando volvía se realizaba el deipnon o cena. Las personas

que pertenecían a un estatus social alto, como el administrador de

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la mina, realizaban el sympósion, que consistía en beber un vino

acompañado de dulces, frutas y legumbres secas.

Vivius Valera Alarcón pertenecía a un grupo social mediano,

con lo cual podía celebrar el sympósion, pero no todos los días, sólo

de vez en cuando.

CAPITULO 5:Nuptiae

Se celebra Una boda en la Bienvenida

El día que nació Violera María, los padres de Vivius

Valerus Alarco y los de la chica que eran parientes lejanos y

muy amigos, concertaron su matrimonio.

Los padres de Vivius Valerus Alarco, cuando éste fue

mayor y tomó la toga viril, acordaron con los padres de

Violera, en pagarles unas tierras a cambio de que su hija se

casara con su hijo y tuvieran hijos, ya que su hija era muy

guapa y tenía muchos pretendientes.

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Los dos novios no pudieron opinar, pues, como buenos

romanos, eran muy piadosos y obedientes y respetaban

mucho las decisiones de sus padres.

Los novios se veían en las reuniones familiares y se

hicieron amigos, hasta que con el paso del tiempo se

empezaron a querer.

Cuando llegó el momento de formalizar el matrimonio

acordado, Violera le ofreció sus juguetes y la toga praetexta

a los dioses, y Vivius Valerus Iunior, para sellar el

compromiso, le ofreció el anillo que Violera se puso en el

dedo anular de la mano izquierda.

Se casaron en el mes de junio, exactamente el día 27 a

la hora nona.

Violera tenía catorce años y Vivius Valera tenía

diecisiete años cuando se casaron.

La modalidad de ceremonia que utilizaron fue la de

confarreatio.

La ceremonia fue solemne y los novios realizaron un

acto religioso ante el pontifex maximus delante de diez

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testigos. Los novios unieron sus manos derechas en

presencia de la pronuba y el paranymfus. El altar estaba

rodeado por la familia, que ofrecía un pan de harina de

trigo (pan farreus) al dios Júpiter y, a continuación, lo

partían y lo comían.

La boda se celebró en la casa de los padres de Vivius

Valerus Alarco.

Tres amigos del novio acompañaron a la novia a su

nuevo hogar y le preguntaron su nombre y ella respondía

<< donde tu Gayo, yo Gaya >>

Al día siguiente Valera Violera se vistió de matrona y

recibió los regalos de su familia, mientras ofrecía sacrificios

a las divinidades domesticas y un nuevo banquete a los

familiares.

Los dos se querían mucho por lo que su matrimonio

era cum manu. Valera Violera dependía de Vivius Valerus y

podía compartir sus bienes.

Al tercer día, como cualquier mujer acomodada, Valera

Violera se hizo cargo de las tareas domesticas de su nuevo

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hogar, pero al mismo tiempo tenía que cuidar su aspecto

físico. También hilaba y tejía, esta tarea era muy importante

para una buena uxor romana.

La materia prima que utilizaba era la lana, que

procedía de ovejas criadas en sus propias tierras.

También se utilizaba el lino, para algunas prendas de

verano con las madejas que traían a la ciudad los tratantes

y vendedores desde los puertos del levante, pues esta fibra

se cultivaba en torno al Mediterráneo.

Con las telas se hacían prendas de vestir y tejidos para

el hogar.

El muchacho empezó a trabajar con su padre de

capataz en las minas para poder comprar comida para

comer.

Al cabo de un año tuvieron dos hijos, una hija y un

hijo, a los que llamaron Valera Gémina a la chica y Vivius

Valera Alarco Géminus al chico.

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FIN