La Violencia y El Niño Sujeto Punto 2

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El Aprendizaje escolar de Niños en Contexto de Pobreza La pobreza es una realidad que afecta a muchas personas en nuestro país (y no sólo en él). Ha demostrado que las personas sufren, a causa de ella,ciertas limitaciones para insertarse en determinados ámbitos de la esfera social debido a lo que ésta demanda. No sólo eso, sino que los sujetos provenientes de contextos pobres han sufrido- y sufren- distintos tipos de discriminación por su status social, l que actúa a su vez como cierta etiqueta que los auto- segrega del resto. No es ajeno a ello el campo educativo, por tal motivo y desde el enfoque del curso me detengo en el análisis del aprendizaje escolar en niños provenientes de contextos de pobreza, retomando algunos aportes del material e identificando mi postura como docente con respecto a tal situación. Como sabemos, el proceso de construcción de subjetividades se va desarrollando a lo largo de la vida del sujeto y conforma esa aprehensión que se realiza desde el momento mismo de la concepción más todas las experiencias socializadoras que vaya llevando como miembro de diferentes grupos sociales lo cual le va posibilitando la creación de su propia identidad. Por lo tanto, las subjetividades son construcciones individuales que cada hombre realiza atravesado por un tiempo, un espacio y las diferentes significaciones que cada uno le otorga al mismo. A lo largo del recorrido de mis prácticas como docente he podido observar estas construcciones de forma diferente entre niños con carencias material y simbólica y aquellos que no presentan dificultades de este tipo. Mi postura es adherente a la que esboza P. Bourdieu: la escuela reproduce la ideología de la clase dominante y es en esa reproducción o pretensión de que así sea que vemos la imposición. Ahora, podemos adoptar esa postura o bien intentar cambiarla, desde nuestro rol como educadores y no convertirnos en meros escolarizadores. El problema radica en tratar de integrar (¿) al Otro al proyecto “civilizador de la escuela”. Deberíamos mirar ese concepto de integración desde ambas concepciones: yo integro al Otro o es el Otro quien me integra a mi? En esa “diversidad” que se plantea como eje de trabajo en el aula en los últimos años, hay más carga de tendencia excluyente que incluyente de los demás. Prefiero

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El Aprendizaje escolar de Niños en Contexto de Pobreza

La pobreza es una realidad que afecta a muchas personas en nuestro país (y no sólo en él). Ha demostrado que las personas sufren, a causa de ella,ciertas limitaciones para insertarse en determinados ámbitos de la esfera social debido a lo que ésta demanda. No sólo eso, sino que los sujetos provenientes de contextos pobres han sufrido- y sufren- distintos tipos de discriminación por su status social, l que actúa a su vez como cierta etiqueta que los auto-segrega del resto.

No es ajeno a ello el campo educativo, por tal motivo y desde el enfoque del curso me detengo en el análisis del aprendizaje escolar en niños provenientes de contextos de pobreza, retomando algunos aportes del material e identificando mi postura como docente con respecto a tal situación.

Como sabemos, el proceso de construcción de subjetividades se va desarrollando a lo largo de la vida del sujeto y conforma esa aprehensión que se realiza desde el momento mismo de la concepción más todas las experiencias socializadoras que vaya llevando como miembro de diferentes grupos sociales lo cual le va posibilitando la creación de su propia identidad. Por lo tanto, las subjetividades son construcciones individuales que cada hombre realiza atravesado por un tiempo, un espacio y las diferentes significaciones que cada uno le otorga al mismo.

A lo largo del recorrido de mis prácticas como docente he podido observar estas construcciones de forma diferente entre niños con carencias material y simbólica y aquellos que no presentan dificultades de este tipo. Mi postura es adherente a la que esboza P. Bourdieu: la escuela reproduce la ideología de la clase dominante y es en esa reproducción o pretensión de que así sea que vemos la imposición. Ahora, podemos adoptar esa postura o bien intentar cambiarla, desde nuestro rol como educadores y no convertirnos en meros escolarizadores.

El problema radica en tratar de integrar (¿) al Otro al proyecto “civilizador de la escuela”. Deberíamos mirar ese concepto de integración desde ambas concepciones: yo integro al Otro o es el Otro quien me integra a mi? En esa “diversidad” que se plantea como eje de trabajo en el aula en los últimos años, hay más carga de tendencia excluyente que incluyente de los demás. Prefiero hablar de alteridad, esa necesidad de ponerme en el lugar del Otro, que se presenta a mi y sin el cual es imposible construir nuestra propia subjetividad. Qué hago yo sin el Otro no estaría allí?...

La etiquetas son varias en el ámbito educativo para los niños o escuelas de contextos pobres y es común escuchar en salas de profesores o en los pasillos de las mismas instituciones frases como: “Qué más se puede hacer con estos?”, “Yo trabajo este tema porque para otros no van a poder”, “Pedirle o exigirle más es pedirle peras al olmo”, etc. ; etiquetas que limitan el accionar docente ya que se descree de antemano de las posibilidades del Otro y que, además, genera representaciones negativas en el sujeto que aprende que, en la mayoría de los casos, influye en su relación con el saber, en ese “deseo” que necesitamos para lograr aprender. El Otro es Posibilidad, sujeto que se construye en interacción con los demás y de lo cual somos responsables como educadores, potenciadores de cualidades innatas. La construcción de subjetividades en cada uno de nosotros abre puerta a nuestra singularidad, con lo cual nos mostramos ante el mundo y con el cual intercambiamos significados.

Seguramente los niños de contextos menos favorecidos son los que presentan, en términos escolares; “problemas de aprendizaje” y tomando el concepto de María Inés Rosbaco, hasta hablamos de “desnutrido escolar”, haciendo referencia a estas carencias que lo afectan. Si bien

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podríamos decir “los problemas de aprendizaje no existen” (según plantea Boggino), la escuela está acostumbrada a estigmatizar a los alumnos con carencias bajo este y otros rótulos y de esa manera terminar cumpliendo las profecías de autocumplimiento que proyecta sobre ellos.

Aprenden diferente los niños de contextos más pobres? Siempre tienen dificultad para aprehender las demandas específicas que genera la escuela? Es a ellos a quienes más afecta la selección de contenidos curriculares y su correspondiente metodología de enseñanza y evaluación? Pues ciertamente sí, por el mecanismo hegemónico que subyace en las escuelas, las clases más pobres son aquellas que más “sufren” los vestigios de tal sistema. De todos modos, los niños presentan “resistencia” a tal imposición cultural y es ahí donde surge el conflicto entre aquellos aprendizajes que el niño trae desde su contexto y aquellos que se trata de inculcar en situación de aprendizaje escolar.

A lo cual reflexionamos luego de tanto aporte teórico de la siguiente manera: ¿qué podemos hacer desde nuestro espacio?, ¿cómo contribuimos para que tales niños aprendan de manera significativa los contenidos que le presentamos desde la escuela y le atribuyan significado sin dejar de lado aquello que traen desde su cotidianeidad?

Entiendo al sujeto en términos de Sartre cuando afirma que vamos construyendo nuestra existencia en esa relación con el mundo y los Otros. De ahí, no existe ningún determinismo para el hombre o limitación sino más bien somos en esencia libres. Si partimos de esa concepción, podemos atribuir a nuestras prácticas pedagógicas sentido de creación, de posibilidades para el otro, de otorgarle identidad y libertad para su propia creación en función de sus deseos, anhelos, significados.

El Otro se me presenta como una realidad que, más allá de que yo quiera que exista, existe y nada hace que no sea así. Está en mi, educador, ser un Sócrates en este tiempo, ayudar a mi alumno a descubrir el conocimiento que tiene dentro, potenciarlo –no limitarlo-, motivarlo, valorar su mundo y sus significados, partir de el para que aquello nuevo que aprende en la escuela pueda tener relación y ser objeto de deseo del saber del niño.

Claro, la realidad es dura pero no imposible de ser cambiada. Los niños manifiestan resistencia cuando se trata de anular sus aprendizajes cotidianos e inculcar otros que quizás ellos lo vean lejanos y absurdos. Aprendamos de ello y resistamos la idea de la imposibilidad, pensemos al Otro como persona sin mirar su condición social como obstáculo de realización sino más bien como punto de partida para mejores y mayores aprendizajes...

No dejemos nunca de creer que la educación es un instrumento importante para la concientización y el cambio social, para la justicia y la igualdad social.

La Violencia y el Niño:

Intervenciones en la Casa y la Escuela

La violencia es reconocida como un problema grave en todo el mundo, particularmente en América Latina y el Caribe desde hace cinco décadas. Los efectos de la violencia en niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad son considerables. Podemos destacar: los riesgos a la integridad física y posible muerte, el trauma psicológico por el hecho de ser víctima directa o indirecta de la

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violencia, la disminución Del ingreso familiar en función de la invalidez o muerte de los padres o el abandono escolar para evitar situaciones de violencia.

Uno de los factores que pueden llevarnos a comprender la violencia en la edad adulta es la exposición del niño a situaciones de esa naturaleza. De esta manera, las iniciativas destinadas a reducir la violencia deben tener en cuenta la necesidad de reducirla aún durante la infancia.

De acuerdo a investigaciones fueron determinantes para la formulación de los proyectos-piloto de intervención que tienen como meta reducir el comportamiento violento o agresivo entre los niños.

El tema de la violencia es extremadamente complejo ya que abarca diversos “problemas” relacionados con los niños y su desarrollo. Uno de estos es el efecto de la violencia en el niño y el otro, la contribución de éste para los altos índices de situaciones violentas, generalmente evaluados por su nivel de agresividad durante la infancia.

Pobreza y Desarrollo Humano Una estructura teórica y relevante para entender cómo la pobreza afecta el desarrollo humano es la Teoría del desarrollo del sistema ecológico. Ella nos permite entender cómo el individuo y su familia son influenciados por el contexto de su vecindad, escuela, cultura, situación económica y la sociedad como un todo. Este abordaje considera el desarrollo como la adaptación, sujeta a cambios constantes, que se vive paulatinamente entre el ser humano en crecimiento y el medio ambiente inmediato.

Cuatro sistemas ambientales son descritos

1 – El microsistema. Es el ambiente inmediato donde el niño actúa e interactúa con los demás. El principal ambiente de un niño con edad entre cero y cinco años es su casa. La interacción entre la madre o responsable y el niño que es influenciada por la participación de otros familiares y amigos que forman una red social de apoyo informal.

2 – El mesosistema. Al desarrollarse, el niño pasa a formar parte de más de un ambiente inmediato: el hogar y la guardería(o escuela). La interacción entre esos dos ambientes puede ser positiva y constructiva dependiendo de la participación de los padres, nivel de comunicación, valores compartidos etc.

3 – El exosistema. Los dos niveles mencionados anteriormente y la interacción entre ambos está relacionada con prácticas y organizaciones societarias más amplias: condiciones del local de trabajo de los padres, servicios sociales (salud, saneamiento etc.)

4 – El macrosistema. Es un nivel más elevado de influencia. La recesión económica y nuevas leyes referentes a la protección infantil, por ejemplo, pueden influenciar la vida de los niños. Ese modelo nos ayuda a comprender que para que esas intervenciones de hecho mejoren la vida de los niños, pueden llegar actuar en diferentes niveles: directamente en el niño, en su familia, su comunidad, cultura o instituciones aún mayores.

En situaciones de pobreza, todos los ambientes que influencian el desarrollo de los niños son frágiles e insuficientes, provocando serios riesgos a un desarrollo integral satisfactorio. El desarrollo infantil es multidimensional, un proceso en el cual cada una de las áreas distintas: psicológica, emocional, cognitiva y social se interrelacionan y refuerzan. Pruebas, de diferentes

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fuentes, se han acumulado constatando que el crecimiento físico es afectado por la interacción entre varias intervenciones psicosociales y nutricionales.

La pobreza, las enfermedades y la violencia son los principales factores que impiden la sobrevivencia de los niños, principalmente de los que habitan en favelas urbanas, viviendo en una pobreza crónica. La violencia, más que nada, es un factor que pone en riesgo el derecho al desarrollo y hasta mismo a la sobrevivencia de niños y adolescentes.

La adolescencia: características generales

La adolescencia es un momento de la vida en el que se producen diferentes cambios físicos, psíquicos y sociales que son esperables. Se la considera como un proceso, durante el cual se va a ir conformando la identidad del sujeto. Los cuestionamientos más comunes en este momento ponen en evidencia la incertidumbre frente al futuro: ¿qué hacer?, ¿seguir estudiando?, ¿trabajar?, ¿realizar ambas cosas?, ¿formar una familia?, ¿irse a otro lugar lejos de la familia?, etc.

El adolescente atraviesa desequilibrios e inestabilidades que implican transformaciones, tanto para el grupo familiar al que pertenece como para él mismo. Una de ellas está referida al esquema corporal. Generalmente se observa que el adolescente toma modelos con fuerte valoración social e intenta adecuar su esquema a ellos. Los medios de comunicación tienen una incidencia relevante en este proceso. A su vez, los adultos que conforman su contexto familiar y social también adhieren a esos modelos, situación que genera enfrentamientos intergeneracionales a partir de una franca competencia entre lo que se desea y lo que se tiene (la imagen pretendida y la real). Cabe destacar que los cambios corporales y la identificación con las personas que desempeñen el rol de padre y madre son elementos de gran incidencia en la constitución de la identidad sexual.

Por otra parte, las exigencias que le llegan de mano de los adultos, en función de responder a los parámetros socialmente aceptados, configuran una situación de fuerte presión por la que muchas veces se siente invadido. Ante esto hay una tendencia a replegarse sobre sí mismo, como reacción ante situaciones de cambio; busca reconectarse con su pasado y los modos adquiridos para funcionar en la sociedad y desde allí enfrentar el futuro, apelando a los elementos que le brinden mayor seguridad. Estos cambios y comportamientos dan cuenta de la búsqueda de su nueva identidad.

El adolescente escolarizado en contextos desfavorables

Si bien la condición de adolescencia implica un estado de mayor vulnerabilidad, por lo que se es más susceptible a circunstancias del medio, en el caso de contextos desfavorables el impacto alcanza a incidir directamente en su permanencia en la escuela, en tanto la necesidad económica lo impulsa a insertarse en el ámbito laboral (generalmente en trabajos precarios), potenciado en muchos casos por el desempleo del jefe/a de hogar (con la consecuente pérdida de la seguridad social).

También los contextos de pobreza generan que estos adolescentes deban asumir responsabilidades propias de los adultos, como el cuidado de hermanos y las tareas del hogar. La contención familiar se dificulta no sólo por la falta de espacios de diálogo, hecho posible en

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cualquier contexto, sino también por la asunción de roles no pertinentes a la edad. Esto obliga a la búsqueda de respuestas en el ámbito social y condiciona el tipo de vínculos requerido por los adolescentes en estas circunstancias. Aquí el medio opera con mayor incidencia en la estructuración de valores individuales y sociales.

A modo de síntesis, entre las problemáticas más relevantes que se manifiestan en los jóvenes escolarizados podemos observar:

violencia institucional, adicciones (tabaquismo, alcoholismo, sustancias psicoactivas, etc.), asunción de roles adultos e inserción temprana en el ámbito laboral, embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, trastornos de la alimentación.

Los diferentes factores intervinientes en el denominado contexto desfavorable no implican necesariamente fracaso escolar, pero sí generan condiciones de riesgo para la promoción a término y el desarrollo de aprendizajes con calidad. A su vez, cabe recordar que los grupos etarios con mayor predisposición a la deserción y a la sobreedad son los correspondientes al tercer ciclo de EGB y Polimodal.

Desde este análisis, los elementos para entender el problema del fracaso escolar de los adolescentes se conformarían por la biografía escolar de cada joven (bajas calificaciones, repitencia recurrente, sobreedad), y también por los impactos del contexto cultural, diferencias sociolingüísticas, lenguaje restringido, la representación desvalorizada de sí mismo, de sus capacidades y de sus propios saberes. Todo ello también interactúa con el incremento de la violencia sociofamiliar.

La escuela, entonces, podrá significar un ámbito propicio para el desarrollo de acciones tendientes a favorecer una adecuada socialización, contribuir al fortalecimiento de la autoestima como parte de la construcción de la identidad, y de esta manera promover la inclusión, retención, permanencia y calidad en los aprendizajes.

El adolescente marginal:

Los adolescentes marginales tienen sus propios rasgos. Los adolescentes que viven junto con la pobreza están dominados por su cultura. Además de tener un nivel bajo de ingresos esa cultura es una representación positiva sin la cual los pobres difícilmente podrían salir adelante.A menudo tendemos a normalizar, es decir, por ejemplo, cuando vemos en un barrio marginal con parámetros de racionalidad los interpretamos como carencias en vez de cómo aspectos emocionales. Pero como profesionales no debemos de dejar de indagar aquellas actitudes inertes a formas culturales que pueden convertirse en aliadas tanto en la motivación como en el proceso de aprendizaje.Un problema importante de la educación es que tendemos a educar sobre dos tipos de contenidos: los sagrados que son los conocimientos abstractos y lo profano que son las habilidades sociales, lo mental.Algunos rasgos de alumnos en ambientes desfavorecidos son los siguientes:

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• En lo socioafectivo es prioritario la inseguridad ya que nos suelen tener ni apoyo ni afecto por parte de sus familias.

• En la estructura de personalidad, tienen más intuición porque han experimentad más problemas, tiene mayor resistencia a acontecimientos graves y se creen omnipresentes, es decir, se arriesgan sin temor a las consecuencias. Esto es propio de los adolescentes.

• En las estructuras mentales y cognoscitivas, es decir, sus discursos son más inductivos que deductivos. Aprenden mejor con ejercicios basados en la experiencia y en la acción.

Por tanto, debemos crear las orientaciones que nos empujan a “salvar” a esos alumnos que se quedan al margen de la educación. Pero l que a nuestra sociedad le interesa es que esos jóvenes produzcan en un futuro pero la educación también debe aportar desarrollo a esos niños. Se suele practicar más la primera ya que la sociedad necesita seguridad por tanto, la educación que hoy en día se imparte intenta que nadie se salga de la norma, educándolos a todos por igual y si no lo cumples eres excluidos y marginados. Debemos guiar a esos niños, a través de la experiencia para que se motiven y quieran seguir aprendiendo evitando su marginación.Los cuatro pilares de la educación de la UNESCO, los expondremos orientados hacía este tipo de niños:– Aprender a conocer: Comprender la realidad en la que viven, el mundo, que lleguen a la experiencia de placer por conocer.

– Aprender ha hacer: Para este tipo de alumnos sería el primero de los pilares. Capacitarlos para una tarea material bien definida, que aprendan a través de la experiencia y de la acción…– Aprender a vivir juntos. Conocer al otro, ponerse en su lugar…

– Aprender a ser: Conseguir la autoestima entre estos adolescentes y lograr una imagen positiva de uno mismo. Que sean capaces de pensar por uno mismo, autónomamente.

En último lugar, comentaremos los tanteos para una didáctica adecuada. Para estos niños ir a la escuela es tener una madurez intelectual que no han podido alcanzar por sus condiciones. Por tanto, lo que se plantea en esta nueva didáctica es que debemos dejar a la “educación de la inteligencia racional” porque al fin y al cabo esta educación se basa en la memorización y ni para un niño de clase alta ni para un niño de suburbios sirve. Deben dejar que estos chicos piensen cosas por si mismo, que sean capaces de plantearse cual es su realidad, que deben cambiar para que se desarrollen y puedan madurar tanto efectivamente como socialmente.

Cuando se educa hay dos tipos de contenidos:

– Lo “sagrado”, que son los conocimientos abstractos

– Lo “profano”. Que son las habilidades sociales, lo mental.

Los rasgos que la educación debe tomar en los procedimientos son:– A los alumnos les importa acabar antes el trabajo que hacerlo bien, llevando a no respetar el material…por tanto la educación, al ver esos errores, debería dejar que el alumno reflexionara sobre ellos lograr un regenten sobre la calidad del propio trabajo.

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En cuanto a los conceptos:

– Los alumnos tiene problema para aplicarlos según orden o para que sirven. Por tanto la educación deberá contar anécdotas o experiencias para que al alumno se le “quede” mejor en la memoria a través de esa ejemplificación.

– Lo mismo pasa con la retención de los nombres de las herramientas, de los materiales…como ensoldar que es soldar, es decir, que les falta vocabulario. La educación debe insistir en el léxico del vocabulario, ayudar a que lo memoricen y considerar el vocabulario como un factor básico par la integración social.– También tienen tendencia a n reflexionar sino que contestan mecánicamente. Es decir, puede ser que ellos hagan bien una actividad pero que no entiendan la función. La intervención educativa deberá explicar para que sirven las actividades para descubrir lo que se creía que estaba asimilado.

En cuanto a las actitudes:

– Los alumnos tienen una falta de confianza en ellos mismos, ya pueden comparar su trabajo con los de los otros compañeros o romper su propio trabajo por rabia al no salirle bien. La educación debe valorar al alumno según sus propias posibilidades y según el propio progreso.– También esa falta de seguridad les conducen a la falta de compromiso personal. Es decir, siempre necesitan al maestro para saber si lo están haciendo bien o mal., esto no les deja ser autónomos. La educación debe concienciar sobre sus propias posibilidades, animando y motivando.

En cuanto a los procesos que suelen seguir los alumnos se diferencia del habitual que se prevé en la enseñanza. En primer lugar hay que ayudar al alumno a salir del círculo que lleva a ver a los demás como a enemigos. Para esto el profesor debe comprender al alumno y tener un trato de confianza con él. Si supera esta fase el alumno será capaz de comprender a los demás, el maestro le resultará un adulto cercano, reconocerá la función de la escuela, deseará superarse, tendrá un mejor lenguaje, sabrá expresarse mejor, y por tanto será capaz de insertarse en el mundo laboral.

Por otro lado, enumeraremos las pautas para una didáctica adecuada:

• Es indispensable conocer el bagaje personal con que el alumno llega ala escuela, así como el proceso, afín de que su aprendizaje sea real.

• Hay que comprobar lo que consigue y como llega a cada uno de los objetivos que nos hemos propuesto.• Dada la dificultad que conlleva al alumno aprender cosas nuevas, hemos de hallar un tipo de repetición que no se preste a la mecanización, es decir, presentar un mismo concepto desde diferentes aspectos.

• Para motivar al alumno se ha de corregir sus errores pero deberemos adaptarnos al nivel real del alumno.• Necesitan pautas para la adquisición de procedimientos y de actitudes.

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• Debemos desglosar los objetivos para que el alumno pueda llegar a priorizar un objetivo asequible.• La importancia de la discriminación auditiva es muy importante, ya que, los alumnos suelen tener una percepción borrosa que luego emplean indiscriminadamente.

• Hay que encontrar las estrategias para ayudar a dar el salto a todo lo que supone salir de su yo y de su mundo.

• El aprendizaje de los alumnos no podrá llevarse a cabo sin el aprendizaje del vocabulario.

Los objetivos de la intervención educativa:

– Conocer el modo de progresar de los alumnos en las categorías de espacio y tiempo.– Estudiar en equipo el tipo de respuesta de los alumnos a las diversas presentaciones propuestas pos los maestros a fin de encontrar actuaciones adecuadas.

– Llegar a establecer principios didácticos válidos, para potenciar el desarrollo mental de espacio y de tiempo para los aprendizajes.

– Contar con la importancia de la Zona de Desarrollo Potencial. Llegar a aceptar el nivel real de desarrollo del alumno.

Los aprendizajes de los alumnos se deben evaluar:

– En relación con el aprendizaje de procedimientos de orden técnico, es decir, saber realizar, utilizando instrumentos adecuados para lograr el objetivo, trabajando siguiendo las orientaciones generales de un técnico. Para esto deben de ser capaces de hacer el proceso mentalmente siguiendo la acción que ha hecho el técnico, además de conocer los motivos de la actuación. Es preferible que el alumno trabaje con creatividad.

– En relación con la adquisición de conceptos y sistemas conceptuales. Es decir, percibir de forma clara en contexto general que se trata. Dominar las características comunes de la técnica concreta Dominar las características comunes de la técnica concreta de que se trabaja para conseguir agilidad en la realización del trabajo y en calidad.

Ser capaz de realizar mentalmente el trabajo, es decir, asimilar ya que podrá representar la proyección a futuras actuaciones.

– En relación con la asimilación de actitudes y hábitos. Es decir, el chaval debe sentirse motivado, debe mostrar interés, gusto por conseguir calidad de su propio trabajo, intentar superarse en cada uno de los trabajos que realice para mejorar esa calidad.