LA VOZ DE LOS

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LA VOZ DE LOS MUERTOS Orson Scott Card Título original: Speaker For The Dead Traducción: Rafael Marín ©1986 Orson Scott Card ©1993 Ediciones B, SA., Bailén, 84-08009 Barcelona (España) Depósito legal: B.37.966-1998 Edición digital de Questor Revisión de Sadrac Buenos Aires, marzo de 2002 ALGUNOS HABITANTES DE LA COLONIA LUSITANIA Xenólogos (Zenadores) Pipo Joao Figueira Álvarez) Libo (Liberdade Graças a Deus Figueira de Medici) Miro (Marcos Viadimir Ribeira von Hesse) Ouanda (Ouanda Quenhatta Figueira Mucumbi) Xenobiólogos (Biologistas) Gusto (Viadimir Tiago Gussman) Cida (Ekaterina Maria Aparecida do Norte von Hesse-Gussman) Novinha (Ivanova Santa Catarina von Hesse) Ela (Ekaterina Elanora Ribeira von Hesse) Gobernadora Bosquinha (Faria Lima Maria do Bosque) Obispo Peregrino (Armão Cebola) Abad y Superiora del Monasterio Dom Cristão (Amai a Tudomundo Para Que Deus vos Ame Cristão) Dona Crista (Detestai o Pecado e Fazei o Direito Cristã) LA FAMILIA FIGUEIRA Pipo (m. 1948 c.c.) - Conceição Pinpinho (João) - Maria (m. 1936) - Libo (1931 - 1965) - Bruxinha - Bimba (Abençoada) Patinha (Isolde) - Rã (Tomás)

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LA VOZ DE LOSMUERTOSOrson Scott CardTtulo original: Speaker For The DeadTraduccin: Rafael Marn1986 Orson Scott Card1993 Ediciones B, SA.,Bailn, 84-08009 Barcelona (Espaa)Depsito legal: B.37.966-1998Edicin digital de QuestorRevisin de SadracBuenos Aires, marzo de 2002ALGUNOS HABITANTES DE LA COLONIA LUSITANIAXenlogos (Zenadores)Pipo Joao Figueira lvarez)Libo (Liberdade Graas a Deus Figueira de Medici)Miro (Marcos Viadimir Ribeira von Hesse)Ouanda (Ouanda Quenhatta Figueira Mucumbi)Xenobilogos (Biologistas)Gusto (Viadimir Tiago Gussman)Cida (Ekaterina Maria Aparecida do Norte von Hesse-Gussman)Novinha (Ivanova Santa Catarina von Hesse)Ela (Ekaterina Elanora Ribeira von Hesse)GobernadoraBosquinha (Faria Lima Maria do Bosque)Obispo Peregrino (Armo Cebola)Abad y Superiora del MonasterioDom Cristo (Amai a Tudomundo Para Que Deus vos Ame Cristo)Dona Crista (Detestai o Pecado e Fazei o Direito Crist)LA FAMILIA FIGUEIRAPipo (m. 1948 c.c.) - ConceioPinpinho (Joo) - Maria (m. 1936) - Libo (1931 - 1965) - Bruxinha - Bimba (Abenoada)Patinha (Isolde) - R (Toms)Ouanda (n. 1951) - China (n. 1952) - Zinha - PregaLA FAMILIA DE OS VENERADOSGusto (m. 1936) - Cida (m.1936)Mingo (m. 1936) - Novinha (n. 1931) - Marco (Marcos Maria Ribeira) (m. 1970)Amado (m. 1936) - Guti (m. 1936)Miro (n. 1951) - Ela (n. 1952) - Quim (n. 1955) (Estevo Rei) - Olhado (n. 1958) (LauroSuleimo) - Quara (n. 1963) (Lembrana das Milagres de Jesus) - Grego (n. 1964) (GeroGregorio)Todas las fechas se refieren a los aos transcurridos tras la adopcin del CdigoEstelar.NOTAS SOBRE PRONUNCIACINTres lenguajes humanos se utilizan en este libro. El stark, que procede del ingls (serepresenta en castellano en la traduccin). El nrdico, hablado en Trondheim,evolucionado del sueco. El portugus, la lengua nativa de Lusitania. Sin embargo, encada mundo, los nios aprenden stark en la escuela desde el principio.El idioma portugus, inusitadamente hermoso cuando se habla en voz alta, es muydifcil para los lectores por la peculiar pronunciacin de sus fonemas. Si no piensanustedes en leer este libro en voz alta, tal vez se sientan ms cmodos si tienen una ideageneral de cmo se pronuncian los nombres y las frases en portugus.Las consonantes: Se pronuncian ms o menos tal como son, con la excepcin de la que suena siempre como ss. Algunas excepciones son la j, que se pronuncia como lash, y como g cuando va seguida de e o i. La r inicial y la doble rr, se pronuncianaproximadamente entre la h americana y la ch yiddish.Vocales: Las vocales se pronuncian ms o menos como son. Aunque realmente haydos sonidos distintos para la a, tres formas de pronunciar e (, y la e rpida al final deuna palabra) y otras tres de pronunciar la o.Combinaciones consonantes: La combinacin lh como la lli en William; nh, comola . La combinacin ch se pronuncia siempre como la sh inglesa. La combinacin qu,cuando va seguida de e o de i, se pronuncia como k; cuando va seguida por a, o, u, suenacomo qu. Lo mismo sucede con gu. Por tanto, Quara se pronuncia CU-A-RA, mientrasque Figueira se pronuncia Fi-Ge-i-ra.Combinaciones vocales: Se pronuncian tal como suenan: ou, az, ez, eu.Vocales nasales: Una vocal o una combinacin vocal con tilde (normalmente ao o a), ola combinacin am al final de una palabra son siempre nasales. Es decir, se pronunciancomo si la vocal terminase con el sonido ng. Adems, por llevar tilde, la slaba siempre vaacentuada. Por tanto, el nombre Marco se pronuncia Mar-Kung.Si les dijera que cuando la t va antes de i suena como la ch, y que la d sigue el mismomodelo del sonido j en ingls, o si les mencionara que la x siempre suena como sh,excepto cuando suena como z, puede que entonces renuncien por completo a leer estelibro, as que no lo har.PRLOGOEn el ao 1830 despus de la formacin del Congreso Estelar, una nave robot deexploracin envi un mensaje a travs del ansible: el planeta que estaba investigandoencajaba en los parmetros de la vida humana. El planeta ms cercano con problemas depoblacin era Bala; as que el Congreso Estelar les concedi licencia para explorarlo.As pues, los primeros humanos en ver el nuevo mundo fueron portugueses por sulenguaje, brasileos por su cultura y catlicos por su credo. En el ao 1886desembarcaron de su lanzadera, se establecieron all y llamaron al planeta Lusitania, queera el antiguo nombre de Portugal. Se pusieron a catalogar la flora y la fauna. Cinco dasms tarde se dieron cuenta de que los pequeos animales que habitaban los bosques, alos que haban llamado porquinhos, o cerdis, no eran realmente animales.Por primera vez desde el Genocidio de los Insectores a manos del monstruo Ender, loshumanos haban encontrado vida aliengena inteligente. Los cerdis eran tecnolgicamenteprimitivos, pero usaban herramientas, construan casas y hablaban su propio lenguaje.- Es otra oportunidad que Dios nos ha ofrecido - declar el cardenal Po de Baha -.Podemos ser redimidos de la destruccin de los insectores.Los miembros del Congreso Estelar adoraban a muchos dioses, o a ninguno, peroestuvieron de acuerdo con el Cardenal. Lusitania sera colonizada a partir de Baha y, porlo tanto, bajo licencia catlica, como la tradicin demandaba. Pero la colonia nunca podraexpandirse ms all de un rea limitada o exceder de una poblacin determinada. Y debaceirse, sobre todo, a una ley:Los cerdis no tenan que ser molestados.1 - PipoYa que no nos sentimos completamente cmodos con la idea de que los habitantes delpueblo vecino son tan humanos como nosotros, es extremadamente presuntuoso suponerque podemos mirar alguna vez a criaturas sociables que derivan de otras formas deevolucin y no verlas como bestias, sino como hermanos; no rivales, sino compaerosperegrinos viajeros hacia el altar de la inteligencia.Sin embargo esto es lo que yo veo, o deseara ver. La diferencia entre raman y varelseno est en la criatura juzgada, sino en la que juzga. Cuando declaramos raman a unaespecie aliengena, eso no significa que haya aprobado un examen de madurez moral.Significa que lo hemos hecho nosotros.Demstenes. Epstola a los Framlings.Raz era a la vez el ms problemtico y el ms valioso de los pequeninos. Siempreestaba all cada vez que Pipo visitaba su calvero, y haca todo lo posible para responder alas preguntas que la ley le prohiba a Pipo formular. Pipo dependa de l - demasiado,probablemente -, y aunque Raz tonteaba y jugaba como el joven irresponsable que era,tambin observaba, probaba y experimentaba. Pipo siempre tena que estar alerta antelas trampas que Raz le tenda.Un momento antes, Raz haba estado escalando los rboles, agarrndose a la cortezacon slo los artejos de sus talones y sus muslos. En las manos llevaba dos palos - LosPalos Padres, los llamaban -, con los que golpeaba contra el rbol de una maneraarrtmica y sauda mientras escalaba.El ruido hizo que Mandachuva saliera de la casa de troncos. Llam a Raz en elLenguaje de los Machos, y a continuacin en portugus.- P'ra baixo, bicho!Varios cerdis de los alrededores, al or el juego de palabras en portugus, expresaronsu apreciacin frotando sus muslos con rudeza. Eso produjo un sonido sibilante, yMandachuva dio un saltito en el aire agradeciendo sus aplausos.Raz, mientras tanto, se inclin hacia atrs hasta que pareci que se iba a caer.Entonces se solt, dio una voltereta en el aire, aterriz sobre sus patas y dio unos cuantosbrincos sin tropezar.- As que eres un acrbata - dijo Pipo.Raz se le acerc contonendose. Era su manera de imitar a los humanos. Era la formams efectiva y ridcula, porque su hocico aplastado pareca decididamente porcino. Noera extrao que los habitantes de otros mundos les llamaran cerdis. Los primerosvisitantes de este mundo haban empezado a llamarles as en sus primeros informes, allen el 86, y para cuando se fund la Colonia Lusitania en 1925, el nombre ya eraineludible. Los xenlogos esparcidos por los Cien Mundos se referan a ellos como losaborgenes lusitanos, aunque Pipo sabia perfectamente bien que eso era simplementeuna cuestin de dignidad personal: excepto en sus papeles eruditos, los xenlogos lesllamaban tambin sin duda cerdis. En cuanto a Pipo, les llamaba pequeninos, y a ellospareca no importarles, pues se llamaban a s mismos Los Pequeos. Sin embargo, condignidad o sin ella, no haba forma de negarlo. En momentos como ste, Raz pareca uncerdo sostenindose sobre sus patas traseras.- Acrbata - dijo Raz, intentando pronunciar la nueva palabra -. Qu hice? Tenisuna palabra para la gente que hace eso? As que hay gente que hace eso como trabajo?Pipo suspir suavemente y congel la sonrisa en su cara. La ley le prohibaestrictamente divulgar informacin sobre la sociedad humana, pues podra contaminar lacultura porcina.Aun as, Raz jugaba constantemente a exprimir hasta la ltima gota de cuantoimplicaba todo lo que Pipo deca. Esta vez, sin embargo, Pipo no poda echar la culpa anadie, ms que a s mismo, por haber hecho una observacin tonta que abra unasventanas innecesarias hacia la vida humana. De vez en cuando se encontraba tan a gustoentre los pequeninos que hablaba de modo natural. Eso era siempre un peligro. No soybueno en este juego constante de sacar informacin mientras intento no dar nada acambio. Libo, mi silencioso hijo, ya es ms discreto que yo, y slo lleva aprendiendo demi... cunto hace que cumpli los trece aos...? Cuatro meses.- Ojal tuviera artejos en las piernas como vosotros - dijo Pipo -. La corteza del rbolme dejara la piel convertida en jirones.- Eso nos dara vergenza a todos - Raz continuaba en la postura expectante que Piposupona que era su forma de expresar una cierta ansiedad, o quizs un aviso no verbalpara que otros pequeninos tuvieran cautela. Tambin poda ser un signo de miedoextremo, pero, por lo que Pipo saba, nunca haba visto a un pequenino sentir miedoextremo.En cualquier caso, Pipo habl rpidamente para calmarle.- No te preocupes. Soy demasiado viejo y blando para escalar rboles de esa forma. Esmejor que lo hagan vuestros retoos.Y funcion. El cuerpo de Raz se puso otra vez en movimiento.- Me gusta subir a los rboles. Puedo verlo todo - Raz se plant delante de Pipo yacerc su cara a la de l -. Traers la bestia que corre sobre la hierba sin tocar el suelo?Los otros no me creen cuando les digo que he visto una cosa as.Otra trampa. Cmo? T, Pipo, un xenlogo, vas a humillar a este individuo de lacomunidad que ests estudiando? O te ceirs a la rgida ley dispuesta por el CongresoEstelar para llevar adelante este encuentro? Haba pocos precedentes. Los otros nicosaliengenas inteligentes que la humanidad haba conocido eran los insectores, haca tresmil aos, y al final todos los insectores acabaron muriendo. Esta vez, el Congreso Estelarquera asegurarse de que si la humanidad fracasaba, sus errores fueran en la direccincontraria. Mnima informacin. Mnimo contacto.Raz advirti la duda y el cuidadoso silencio de Pipo.- Nunca nos dices nada. Nos observas y nos estudias, pero nunca nos dejas pasar laverja y entrar en tu poblado para que os observemos y os estudiemos.Pipo contest todo lo honestamente que pudo, pero era ms importante ser cuidadosoque honesto.- Si aprendis tan poco y nosotros aprendemos tanto, por qu vosotros hablis yastark y portugus mientras yo me esfuerzo con vuestro lenguaje?- Somos ms listos.Entonces Raz se dio la vuelta y gir sobre su trasero para dar la espalda a Pipo.- Vulvete tras tu verja - dijo.Pipo se qued quieto. No muy lejos, Libo intentaba aprender de tres pequeninos cmoconvertan en paja las enredaderas de merdona. Libo le vio y en un momento estuvo conl, listo para marcharse. Pipo le gui sin decir una sola palabra: ya que los pequeninoshablaban con tanta fluidez el lenguaje humano, nunca discutan lo que haban aprendidohasta que estuvieran dentro de la cerca.Les llev media hora llegar a casa, y llova densamente cuando pasaron la verja ycaminaron a lo largo de la cara de la colina hacia la Estacin Zenador. Zenador? Pipopens en la palabra mientras miraba el pequeo letrero sobre la puerta. La palabraXENOLOGO estaba escrita en stark. As es como las lenguas cambian - pens Pipo -. Sino fuera por el ansible, que proporciona comunicacin instantnea entre los Cien Mundos,posiblemente no podramos mantener un lenguaje comn. El viaje interestelar esdemasiado raro y lento. El stark se fragmentara en diez mil dialectos dentro de un siglo.Sera interesante que los ordenadores hicieran una proyeccin de los cambios lingsticosen Lusitania, si se permitiera que el stark decayera y absorbiera el portugus...- Padre - dijo Libo.Slo entonces Pipo se dio cuenta de que se haba detenido a diez metros de laestacin. Tangentes. Las mejores partes de mi vida intelectual son tangenciales, en reasfuera de mi experiencia. Supongo que es por causa de las regulaciones que han colocadoen mi rea de experiencia que me es imposible saber o comprender nada. La ciencia dela xenologa contiene ms misterios que la Santa Madre Iglesia.Su huella dactilar fue suficiente para abrir la puerta. Pipo saba lo que le esperaba elresto de la tarde nada mas entrar. Pasaran varias horas de trabajo en los terminalesinformando de todo lo que haban hecho durante el encuentro de hoy. Despus, Pipoleera los apuntes de Libo, y Libo los de Pipo, y cuando estuvieran satisfechos, Pipoescribira un breve sumario y entonces dejara que los ordenadores trabajaran a partir deah, rellenando las notas y trasmitindolas instantneamente, por ansible, a los xenlogosdel resto de los Cien Mundos. Ms de un millar de cientficos cuya carrera consiste enestudiar la nica raza aliengena que conocemos, y excepto por lo poco que los satlitespuedan descubrir sobre esta especie arbrea, toda la informacin que obtienen miscolegas es la que Libo y yo les enviamos. Esto es, definitivamente, una intervencinmnima.Pero cuando Pipo entr en la estacin, vio de inmediato que no sera una tarde detrabajo firme pero relajante. Dona Crist estaba all, vestida con sus hbitos de monja.Haba problemas en la escuela con alguno de los chicos ms jvenes?- No, no - dijo Dona Crist -. Todos tus hijos lo hacen muy bien, excepto ste, que meparece demasiado joven para estar trabajando aqu y no en el colegio, aunque sea deaprendiz.Libo no dijo nada. Una sabia decisin, pens Pipo. Dona Crist era una mujer joven,brillante y emprendedora, quizs incluso hermosa, pero era antes que nada una monja dela orden de los Filhos da Mente de Cristo. No era agradable contemplarla cuando estabaenfadada por la ignorancia y la estupidez. Era sorprendente el nmero de personasbastante inteligentes cuya ignorancia y estupidez se haban fundido considerablementeante el fuego de su desdn. El silencio, Libo, es una poltica que te har mucho bien.- No estoy para hablar de ninguno de tus hijos - dijo Dona Crist -. Estoy aqu porNovinha.Dona Crist no tuvo que mencionar apellidos. Todo el mundo conoca a Novinha. Laterrible Descolada haba acabado solamente ocho aos antes. La plaga haba amenazadocon aniquilar la colonia antes de que tuviera oportunidad de ponerse en pie; el remediofue descubierto por el padre y la madre de Novinha, Gusto y Cida, los dos xenobilogos.Era una trgica irona que descubrieran la causa de la enfermedad y su tratamiento,demasiado tarde para poder salvarla. El suyo fue el ltimo funeral de la Descolada.Pipo recordaba claramente a la pequea Novinha, all de pie, agarrada de la mano dela alcaldesa Bosquinha mientras el obispo Peregrino deca la misa del funeral. No, noagarrada de la mano de la alcaldesa. La imagen volvi a su mente y, con ella, el modo enque se sinti. Qu es lo que est pensando?, record que se preguntaba. Es el funeralde sus padres, es la ltima superviviente de su familia; sin embargo, puede ver a sualrededor la gran alegra de la gente de esta colonia. Joven como es, comprende quenuestra alegra es el mejor tributo a sus padres? Se esforzaron al mximo y tuvieron xito,encontraron nuestra salvacin antes de morir; estamos aqu para celebrar el gran regaloque nos hicieron. Pero para ti, Novinha, es la muerte de tus padres, igual que la de tushermanos anteriormente. Quinientos muertos, y ms de quinientas misas por ellos en estacolonia, a lo largo de los ltimos seis meses, y todas ellas celebradas en una atmsferade miedo, pena y desesperacin. Ahora, cuando tus padres han muerto, el miedo, la penay la desesperacin no son menores para ti de lo que fueron antes... pero nadie mscomparte tu dolor. Es el alivio del dolor lo que hay en la mayora de nuestras mentes.Mientras la observaba y trataba de imaginar sus sentimientos, slo consiguirememorar su propia pena por la muerte de su hija, Mara, de siete aos, barrida por elviento de la muerte que cubri su cuerpo de tumores cancerosos y grandes hongos quepudran su carne. Con un miembro nuevo, ni brazo ni pierna, surgido de su cadera,mientras la carne se le caa de los pies y la cabeza y dejaba los huesos desnudos, y subrillante mente permaneca inmisericordemente alerta, capaz de sentir todo lo que lepasaba, hasta que tuvo que gritar a Dios suplicndole que la dejara morir. Pipo recordeso, y entonces record su misa de rquiem, compartida con otras cinco vctimas.Mientras permaneca all, arrodillado con su esposa y sus hijos supervivientes, habasentido la perfecta unidad de la gente en la Catedral. Saba que su dolor era el dolor detodo el mundo, que a travs de la prdida de su hija mayor quedaba unido a sucomunidad con los inseparables lazos de la pena, y para l era un consuelo, algo a lo queaferrarse. Era as cmo la pena tena que ser, un lamento pblico.La pequea Novinha no tuvo nada de eso. Su dolor haba sido, si era posible, an peorque el de Pipo. Al menos a l no le haban dejado sin familia, y era un adulto, no unachiquilla aterrorizada por la sbita prdida de los cimientos de su vida. En su pena no sesenta ms unida a la comunidad, sino excluida de ella. Hoy todo el mundo se alegraba,excepto ella. Hoy todo el mundo alababa a sus padres; slo ella lloraba por ellos. Hubierasido mejor que nunca hubieran encontrado la cura para los otros con tal de que hubieranconservado la vida.Su aislamiento era tan intenso que Pipo pudo sentirlo desde donde estaba. Novinha sesolt de la mano de la alcaldesa en cuanto pudo. Sus lgrimas se secaron a medida quela misa continuaba. Al final, permaneci en silencio, como un prisionero que rehsacooperar con sus captores. El corazn de Pipo sangr por ella. Sin embargo saba queaunque lo intentara, nunca podra ocultar su propia alegra por el final de la Descolada, suregocijo, porque no le arrebatara a ninguno de sus otros hijos. Ella lo vera: su esfuerzopor reconfortara sera una burla, la apartara an mas.Despus de la misa, Novinha camin en amarga soledad entre la multitud de gentellena de buenas intenciones, que cruelmente le deca que sus padres seguramente serianelevados a los altares y se sentaran a la derecha de Dios Padre. Qu clase de consueloes se para un nio? Pipo le susurr a su esposa:- Nunca nos perdonar por lo de hoy.- Perdonar? - Conceio no era una de esas esposas que inmediatamentecomprenden la cadena de pensamientos de su marido -. No hemos matado a sus padres.- Pero todos nos alegramos hoy, no? Nunca nos perdonar por esto.- Qu tontera. Ella todava no comprende. Es demasiado joven.Ella comprende - pens Pipo -. No comprenda las cosas Mara cuando era an mspequea de lo que Novinha lo era ahora?A medida que los aos fueron pasando - ocho aos ya - la haba visto de vez encuando. Tena la edad de su hijo Libo, y eso quera decir que hasta que ste cumpli lostrece aos estuvieron juntos en muchas de las clases. La oa dar clases y charlasocasionales, junto con otros nios. Haba una elegancia en su pensamiento, unaintensidad en su claridez de ideas que le sorprendi. Al mismo tiempo, ella parecacompletamente fra, totalmente apartada de todos los dems. El propio hijo de Pipo, Libo,era tmido, pero aun as tena varios amigos, y se haba ganado el afecto de susprofesores. Novinha, sin embargo, no tena ningn amigo, nadie con quien compartir unamirada despus de un momento de triunfo. No haba ningn profesor a quien le gustarade verdad, porque rehusaba corresponder.- Est paralizada emocionalmente - le dijo una vez Dona Crist cuando Pipo lepregunt por ella -. No hay manera de entrar en contacto con ella. Jura que esperfectamente feliz, y que no ve ninguna necesidad de cambio.Ahora Dona Crist haba venido a la Estacin Zenador para hablarle a Pipo deNovinha. Por qu a Pipo? Slo poda suponer una razn para que la principalresponsable de la escuela viniera a hablar con l sobre esta hurfana particular.- Debo entender que en todos los aos que has tenido a Novinha en tu escuela soy lanica persona que ha preguntado por ella?- La nica persona no - dijo ella -. Todo el mundo se interes por ella hace un par deaos, cuando el Papa beatific a sus padres. Todo el mundo le preguntaba si la hija deGusto y de Cida, Os Venerados, haba advertido alguna vez algn hecho milagrosoasociado con sus padres, tal como haban hecho otras muchas personas.- Le preguntaban eso de verdad?- Hubo rumores, y el obispo Peregrino tuvo que investigar - Dona se envar un poco alhablar del joven lder espiritual de la Colonia Lusitania, pues se deca que la jerarquanunca se haba llevado bien con la orden de los Filhos da Mente de Cristo -. La respuestaque dio Novinha fue muy ilustrativa.- Lo imagino.- Dijo, ms o menos, que si sus padres estuvieran escuchando de verdad susoraciones y tuvieran de verdad alguna influencia en el cielo para que se cumplieran susdeseos, por qu entonces no haban atendido a sus oraciones para que regresaran de latumba? Dijo que eso sera un milagro til, y hay precedentes. Si Os Venerados tuvieran elpoder de hacer milagros, entonces esto tendra que significar que no la amaban lobastante para responder a sus plegarias. Prefera creer que sus padres an la amaban yque simplemente no tenan el poder para actuar.- Una sofista nata - dijo Pipo.- Sofista y experta en culpa: le dijo al obispo que si el Papa declaraba a sus padresvenerables, sera igual que si la Iglesia dijera que sus padres la odiaban. La peticin de lacanonizacin de sus padres probaba que Lusitania la despreciaba; si se conceda, sera laprueba de que la propia Iglesia era despreciable. El obispo Peregrino se qued blanco.- Veo que envi la peticin de todas formas.- Por el bien de la comunidad. Y hubo todos esos milagros.- Alguien toca el altar y un dolor de cabeza desaparece y gritan Milagro! Os santos meabenaram! Milagro! Los santos me han bendecido!- Sabes que la Santa Sede requiere milagros ms sustanciales que eso. Pero noimporta. El Papa graciosamente nos permiti llamar Milagro a nuestra ciudad, y ahoraimagino que cada vez que alguien pronuncia ese nombre, Novinha arde un poco ms consu furia interna.- O se vuelve ms fra. Uno nunca sabe qu tipo de temperatura produce una cosacomo esa.- De todas formas, Pipo, no eres el nico que ha preguntado por ella. Pero eres el nicoque ha preguntado por ella misma y por su propio bien, no por causa de sus santos yadorados padres.Era triste pensar que, a excepcin de los Filhos, quienes dirigan las escuelas deLusitania, no hubiera habido ms preocupacin por la nia que los pequeos brotes deatencin que Pipo haba desperdigado a lo largo de los aos.- Tiene un amigo - dijo Libo.Pipo haba olvidado que su hijo estaba all. Libo era tan callado que era fcil pasar poralto su presencia. Dona Crist tambin pareca sorprendida.- Creo, Libo, que somos indiscretos al hablar de una de tus compaeras de colegio deesta manera - dijo.- Ahora soy aprendiz de Zenador - le record Libo. Lo que quera decir que ya noestaba en la escuela.- Quin es su amigo? - pregunt Pipo.- Marco.- Marcos Ribera - explic Dona Crist -. El chico alto...- Ah, s, el que parece una cabra.- Es un chico fuerte - dijo Dona CristPero nunca he advertido ninguna amistad entre ellos.- Una vez, cuando Marco fue acusado de algo, ella lo vio y habl en su favor.- Haces una interpretacin generosa del asunto, Libo - dijo Dona Crist -. Creo que esms apropiado decir que habl en contra de los chicos que lo hicieron de verdad yestaban intentando echarle la culpa a l.- Marco no lo ve de esa forma - respondi Libo -. Me he dado cuenta un par de vecespor la forma en que la observa. No es mucho, pero hay alguien a quien le agrada.- Te agrada a ti? - le pregunt Pipo.Libo guard silencio un momento. Pipo saba lo que aquello quera decir. Se estabaexaminando para encontrar una respuesta. No la respuesta que pensaba sera la msadecuada para atraer el favor de un adulto, ni la que provocara su ira: los dos tipos defalacias que la mayora de los chicos de su edad se complacan en ofrecer. Se estabaautoexaminando para descubrir la verdad.- Creo que comprendo que no quiera agradar a la gente - dijo Libo -. Como si ella fueraun visitante que espera volver a casa algn da.Dona Crist asinti gravemente.- S, es exactamente as. Eso es exactamente lo que parece. Pero ahora, Libo,debemos poner fin a nuestra indiscrecin pidindote que te marches mientras nosotros...Se march antes de que acabara la frase. Hizo un rpido movimiento con la cabeza yofreci una media sonrisa que deca s, lo comprendo, y un movimiento tan sigiloso queconvirti su salida en la prueba ms elocuente de su discrecin, que si hubieraargumentado que quera quedarse. Con esto, Pipo supo que estaba molesto por que lepidieran que se marchase: tena una forma de lograr que los adultos se sintieranvagamente inmaduros en comparacin con l.- Pipo - dijo la superiora -, me ha pedido que se la examine antes de tiempo para tomarel puesto de sus padres como xenobiloga.Pipo alz una ceja.- Dice que ha estado estudiando la materia intensamente desde que era una niapequea. Que est lista para empezar a trabajar inmediatamente, sin aprendizaje.- Tiene trece aos, no?- Hay precedentes. Muchos se han presentado a esas pruebas antes. Uno inclusoaprob siendo ms joven que ella. Fue hace doscientos aos, pero se permiti. El obispoPeregrino est en contra, por supuesto, pero la alcaldesa Bosquinha, bendito sea sucorazn prctico, ha sealado que Lusitania necesita un xenobilogo con urgencia.Necesitamos poner manos a la obra en el asunto de desarrollar nuevos brotes de vidavegetal, para que podamos tener un poco de variedad decente en nuestra dieta ycosechas mucho mejores. Sus propias palabras fueron: No me importa que sea unania, necesitamos una xenobiloga.- Y quieres que supervise su examen?- Si fueras tan amable...- Me encantar hacerlo.- Les dije que te gustara.- Confieso que tengo mis motivos.- S?- Debera haber hecho ms por la nia. Me gustara ver que no es demasiado tardepara empezar.Dona Crist se ech a rer.- Oh, Pipo, me alegra que lo intentes. Pero creme, querido amigo, alcanzar su coraznes como baarse en hielo.- Lo imagino. Imagino que la persona que intente acercrsele se sienta as. Perocmo se siente ella? Fra como es, seguramente por dentro debe arder como el fuego.- Eres un poeta - dijo Dona Crist. No haba irona en su voz. Quera decir eso mismo -.Los cerdis comprenden que les hemos enviado al mejor de los nuestros comoembajador?- He intentado decrselo, pero se mantienen escpticos.- Te la enviar maana. Te lo advierto: espera examinarse framente, y resistircualquier intento por tu parte de preexaminarla.Pipo sonri.- Me preocupa mucho ms lo que suceder despus de que se examine. Si suspende,tendr problemas. Si aprueba, entonces los problemas empezaran para mi.- Por qu?- Libo me insistir en examinarse antes de tiempo para Zenador. Y si lo hace, entoncesno habr razn para que no me vaya a casa, me haga un ovillo y muera.- Eres un loco romntico, Pipo. Si hay alguien en Milagro capaz de aceptar a su hijo detrece aos como colega, se eres t.Despus de que la monja se marchara, Pipo y Libo trabajaron juntos, como decostumbre, registrando los sucesos del da con los pequeninos. Pipo compar el trabajode Libo, su forma de pensar, sus reflexiones, sus actitudes, con las de aquellosestudiantes graduados que haba conocido en la Universidad antes de unirse a la ColoniaLusitania. Poda ser pequeo, y haba an mucha teora y muchos conocimientos quetena que aprender, pero ya era un autntico cientfico en su mtodo, y un humanista decorazn. Cuando el trabajo de la tarde termin y volvieron a casa juntos a la luz de lagrande y resplandeciente Luna de Lusitania, Pipo haba decidido que Libo ya mereca sertratado como un colega, se examinara o no. Los tests, de todas formas, no podan medirlas cosas que realmente contaban.Y, le gustara a Novinha o no, Pipo intentara descubrir si ella tena las cualidades, tandifciles de medir, propias de un cientfico; si no las tena, entonces hara que no sepresentara a los exmenes, por muchos hechos que hubiera memorizado.Pipo iba a ponrselo difcil. Novinha saba cmo actuaban los adultos cuandoplaneaban no hacer las cosas tal como ella quera, pero no deseaba ni una pelea niportarse mal. Por supuesto, poda examinarse. Pero no haba razn para apresurarse,tommonos algo de tiempo, asegurmonos de que tendrs xito al primer intento.Novinha no quera esperar. Novinha estaba lista.- Saltar todos los obstculos que usted quiera - dijo.La cara de l se torn fra. Sus caras siempre lo hacan. Eso estaba bien. La frialdad nole importaba. Podra hacer que se helaran hasta la muerte.- No quiero que saltes ningn obstculo.- Lo nico que le pido es que los coloque todos en una fila para que pueda saltarlos conrapidez. No quiero que esto dure das y das.l la mir pensativamente durante un momento.- Tienes mucha prisa.- Estoy preparada. El Cdigo Estelar me permite desafiar la prueba en cualquiermomento. Es un asunto entre el Congreso Estelar y yo, y no he podido encontrar ningnsitio en donde se diga que un xenlogo no pueda intentar adivinar las intenciones de laOficina de Exmenes Interplanetarios.- Entonces no has ledo con atencin.- La nica cosa que necesito para hacer la prueba antes de tener los diecisis aos esla autorizacin de mi tutor legal. No tengo ninguno.- Al contrario - dijo Pipo -. La alcaldesa Bosquinha ha sido tu tutora legal desde el daen que murieron tus padres.- Y estuvo de acuerdo en que podra hacer la prueba.- Siempre y cuando vinieras a mi.Novinha vio la intensa mirada en los ojos de l. No conoca a Pipo, as que pens queera la mirada que haba visto en tantos otros ojos, el deseo de dominarla, de mandarsobre ella, el deseo de reducir su determinacin y romper su independencia, el deseo dehacer que se rindiera.Del hielo al fuego en un instante.- Qu sabe usted de xenobiologa? Slo sale y habla con los cerdis, ni siquiera haempezado a comprender cmo funcionan sus genes! Quin es usted para juzgarme?Lusitania necesita un xenobilogo, y llevan ocho aos sin ninguno. Y quiere que esperenan ms tiempo slo para poder tener el control!Para su sorpresa, el hombre no se acalor, no se bati en retirada. Ni siquiera lecontest airadamente. Fue como si ella no hubiera hablado.- Ya veo que es por tu gran amor a la gente de Lusitania por lo que deseas serxenobiloga - dijo l -. Al ver el inters pblico, te has sacrificado y preparado paradedicarte desde temprana edad a una vida de servicio altruista.Pareca absurdo orle decir eso. Y no era as cmo ella se senta.- No es una buena razn?- Si fuera cierta, sera bastante buena.- Me est llamando mentirosa?- Tus propias palabras te han llamado mentirosa. Has hablado de lo mucho que ellos, lagente de Lusitania, te necesitan. Pero t vives entre nosotros. Has vivido entre nosotrostoda tu vida. Ests dispuesta a sacrificarte por nosotros, y sin embargo no te sientes partede esta comunidad.De modo que l no era como los adultos que siempre crean las mentiras, mientras lahicieran parecer la nia que queran que fuera.- Por qu tendra que sentirme parte de la comunidad? No lo soy.l asinti con gravedad, como si considerara su respuesta.- A qu comunidad perteneces?- Los cerdis son la otra nica comunidad de Lusitania, y no me han enviado ah fueracon los adoradores de rboles.- Hay ms comunidades en Lusitania. Por ejemplo, eres estudiante... Hay unacomunidad de estudiantes.- Para m, no.- Lo s. No tienes amigos, no tienes ninguna relacin ntima con nadie. Acudes a misapero nunca te confiesas, ests completamente al margen de todo lo que significa estar encontacto con la vida de esta colonia en todo lo que es posible, no tocas la vida de la razahumana en ningn punto. Evidentemente, vives en un aislamiento completo.Novinha no estaba preparada para esto. l estaba nombrando el dolor subyacente desu vida, y ella no tena dispuesta una estrategia para enfrentarse a eso.- Si lo hago as, no es culpa ma.- Lo s. S dnde empez, y s de quin fue el fallo que contina hasta hoy.- Mo?- Mo. Y de todos los dems. Pero mo sobre todo, porque saba lo que te pasaba y nodije nada. Hasta hoy.- Y hoy va a separarme de la nica cosa que me importa en la vida! Muchas graciaspor su compasin!Una vez ms l asinti solemnemente, como si aceptara y reconociera la irnicagratitud.- En un sentido, Novinha, no importa que no fuera culpa tuya. Porque la ciudad deMilagro es una comunidad, y tanto si te ha tratado mal como si no, an debe actuar comohacen todas las comunidades, proporcionar la mayor felicidad posible para todos susmiembros.- Lo que quiere decir, todo el mundo en Lusitania excepto yo... y los cerdis.- El xenobilogo es muy importante en una colonia, especialmente en una como sta,rodeada por una cerca que limita para siempre nuestro crecimiento. Nuestro xenobilogodebe encontrar el modo de cultivar ms protenas e hidratos de carbono por hectrea, loque significa alterar genticamente el trigo y las patatas tradas de la Tierra para hacer...- Para hacer posible el uso mximo de los nutrientes disponibles en el entorno lusitano.Cree que pienso presentarme al examen sin saber cul ser el trabajo de mi vida?- El trabajo de tu vida es dedicarte a mejorar la vida de la gente a la que desprecias.Ahora Novinha vio la trampa que l le haba dispuesto. Haba aparecido demasiadotarde.- De modo que piensa que un xenobilogo no puede hacer su trabajo a menos queame a la gente que usa las cosas que una hace?- No me importa si nos amas o no. Lo que tengo que saber es lo que quieresrealmente. Por qu tienes tanto inters en hacer esto.- Psicologa bsica. Mis padres murieron en este trabajo, y por tanto intento ocupar supuesto.- Tal vez s - dijo Pipo -. Y tal vez no. Lo que quiero saber, Novinha, lo que tengo quesaber antes de dejarte hacer la prueba es a qu comunidad perteneces.- Ya lo ha dicho usted antes! No pertenezco a ninguna!- Imposible. Cada persona est definida por las comunidades a las que pertenece y alas que no pertenece. Yo tengo una serie de definiciones positivas y otra negativa. Perotodas tus definiciones son negativas. Podra hacer una lista infinita de las cosas que noeres. Pero una persona que cree realmente que no pertenece a ninguna comunidad,invariablemente acaba con su vida, bien matando su cuerpo, bien perdiendo su identidady volvindose loca.- sa soy yo. Loca hasta la raz.- Loca, no. Obsesionada por un sentido del propsito que es preocupante. Si haces esaprueba la aprobars. Pero antes de dejarte que te presentes a ella, tengo que saberlo:en qu te convertirs cuando la apruebes? En qu crees? De qu eres parte? Porqu te preocupas? Qu es lo que amas?- Nada de este o de otro mundo.- No te creo.- Nunca he conocido a ningn hombre bueno o a ninguna buena mujer excepto mispadres, y estn muertos! E incluso ellos. Nadie comprende nada.- T.- Soy parte de algo, no? Pero nadie comprende nada, ni siquiera usted, que pretendeser tan sabio y compasivo, pero slo me hace llorar as porque tiene el poder para impedirque haga lo que quiero hacer...- Y eso no es la xenobiologa.- S que lo es! Es una parte, al menos!- Y cul es el resto?- Lo que usted es. Lo que hace. No slo lo est haciendo mal, lo est haciendo demanera estpida.- Xenobilogo y xenlogo.- Cometieron un estpido error cuando crearon una nueva ciencia para estudiar a loscerdis. Fueron un puado de antroplogos viejos y cansados que se pusieron unsombrero nuevo y se llamaron a s mismos xenlogos. Pero no se puede comprender alos cerdis solamente observando la manera cmo se comportan! Provienen de unaevolucin diferente! Hay que comprender sus genes, lo que hay en el interior de susclulas. Y en las clulas de los otros animales tambin, porque no se les puede estudiarsolos, nadie vive en aislamiento...No me des sermones - pens Pipo -. Dime lo que sientes. Y para provocar que fuerams emocional, susurr:- Excepto t.Funcion. Del fro desdn ella pas a una calurosa defensiva.- Nunca los comprender! Pero yo s!- Qu te interesa de ellos? Qu son los cerdis para ti?- No podra comprenderlo nunca. Es usted un buen catlico - pronunci esta palabracon desdn -. Es un libro que est en el ndice.La cara de Pipo se ilumin de una comprensin repentina.- La Reina Colmena y el Hegemn.- Vivi hace tres mil aos, quienquiera que fuese, el que se llamaba a s mismo elPortavoz de los Muertos. Pero comprendi a los insectores! Los aniquilamos a todos, a lanica raza aliengena que conocamos, los matamos a todos, pero l comprendi.- Y t quieres escribir la historia de los cerdis de la misma forma que el Portavozoriginal escribi la historia de los insectores.- Por la forma en que lo dice, parece tan fcil como hacer un trabajo para la escuela.No sabe lo que cost escribir la Reina Colmena y el Hegemn. La agona que soport...imaginarse dentro de una mente aliengena, y salir de ella lleno de amor por la grancriatura que destruimos. Vivi en el mismo tiempo que el peor ser humano que hayavivido jams, Ender el Genocida, el que destruy a los insectores... e hizo todo lo posiblepara deshacer lo que Ender haba hecho. El Portavoz de los Muertos intent devolverlos ala vida...- Pero no pudo.- Lo hizo! Logr que vivieran de nuevo, lo sabra si hubiera ledo el libro! No s muchosobre Jess, escucho al obispo Peregrino y no creo que tenga poder para sanar las llagaso perdonar un miligramo de culpa. Pero el Portavoz de los Muertos hizo que la reina -colmena volviera a la vida.- Y entonces dnde est?- Est aqu! Dentro de m!l asinti.- Tambin hay alguien ms en tu interior. El Portavoz de los Muertos. Eso es lo quequieres ser.- Es la nica historia verdadera que he odo. La nica que me importa. Es eso lo quequera or? Que soy una hereje? Y que todo el trabajo de mi vida va a ser aadir otrolibro al ndice de verdades cuya lectura los buenos catlicos tienen prohibida?- Lo que quera or - dijo Pipo con suavidad - era el nombre de lo que eres, en vez delnombre de todas las cosas que no eres. Eres la reina de la colmena. Eres la Portavoz delos Muertos. Es una comunidad muy pequea, pequea en nmero, pero grande decorazn. As que eliges no ser parte de las bandas de chiquillos que se agrupan con elnico propsito de excluir de sus filas a otros, y la gente te mira y dice, probrecita, esttan sola, pero t conoces un secreto, sabes quin eres realmente. Eres el nico serhumano capaz de comprender la mente aliengena, porque eres la mente aliengena;sabes lo que es ser inhumano porque nunca ha habido ningn grupo humano que te hayadado credenciales como homo sapiens.- Ahora me dice que ni siquiera soy humana? Me hace gimotear como una niapequea porque no me deja presentarme a la prueba, me hace que me humille, y ahorame dice que no soy humana?- Puedes presentarte a la prueba.Las palabras colgaron en el aire.- Cundo? - susurr ella.- Esta noche. Maana. Empieza cuando quieras. Detendr mi trabajo para hacer quepases por las pruebas lo ms pronto posible.- Gracias! Gracias! Yo...- Convirtete en Portavoz de los Muertos. Te ayudar si puedo. La ley me prohbetomar a nadie bajo mi tutela excepto a mi hijo Libo para salir a estudiar a los pequeninos.Pero te dejaremos ver nuestras notas. Te mostraremos todo lo que aprendamos. Todasnuestras suposiciones y especulaciones. A cambio, t tambin nos mostrars tu trabajo,lo que descubras sobre las pautas genticas de este mundo, que pudiera ayudarnos acomprender a los pequeninos. Y cuando hayamos aprendido suficiente, juntos, podrsescribir tu libro, podrs convertirte en Portavoz. Pero esta vez no ser el Portavoz de losMuertos. Los pequeninos no estn muertos.Ella sonri a su pesar.- El Portavoz de los Vivos.- Tambin he ledo la Reina Colmena y el Hegemn - dijo l -. No encuentro un nombremejor para ti.Pero ella an no se fiaba de l, an no crea en lo que l pareca prometerle.- Querr venir aqu a menudo. Todo el tiempo.- Cerramos esto cuando nos vamos a la cama.- Entonces el resto del tiempo. Se cansarn de m. Tendrn que decirme que memarche. Me ocultarn sus secretos. Me dirn que me calle y que no mencione mis ideas.- Acabamos de empezar a hacernos amigos y ya crees que soy un mentiroso y untramposo, zoquete impaciente.- Pero lo har. Todos lo hacen. Todos desean que me marche...Pipo se encogi de hombros.- Y qu? En una ocasin o en otra, todo el mundo desea que todos los dems semarchen. A veces desear que te marches. Lo que te estoy diciendo es que incluso enesos momentos, aunque te diga que te marches, no tienes que marcharte.Era la cosa ms desconcertante que le haba dicho nadie.- Es una locura.- Slo una cosa mas. Promteme que nunca intentars ir con los pequeninos. Porqueno puedo dejar que lo hagas, y si lo haces de todas formas, el Congreso Estelar cerrartodo nuestro trabajo aqu, prohibir cualquier contacto con ellos. Me lo prometes? O delo contrario, todo, mi trabajo y tu trabajo, ser deshecho.- Lo prometo.- Cundo realizaremos la prueba?- Ahora! Puedo empezar ahora mismo?l se ri con suavidad, entonces alarg una mano y sin mirar toc el terminal. stecobr vida y los primeros modelos genticos aparecieron en el aire por encima.- Tena el examen preparado - dijo ella -. Estaba dispuesto! Saba que me dejarahacerlo desde el principio!l sacudi la cabeza.- Lo esperaba. Crea en ti. Quera ayudarte a hacer lo que soabas hacer. Siempre ycuando fuera algo bueno.Ella no habra sido Novinha si no hubiera encontrado otra puya que decir.- Ya veo. Es usted el juez de los sueos.Quiz l no saba que era un insulto. Sonri y dijo:- Fe, esperanza y amor... esos tres. Pero el mayor de todos es el amor.- Usted no me ama - dijo ella.- Ah - contest l -. Yo soy el juez de los sueos y t eres la juez del amor. Bien, teencuentro culpable de soar buenos sueos, y te sentencio a toda una vida de trabajo ysufrimiento por el bien de tus sueos. Slo espero que algn da no me declares inocentedel crimen de amarte - reflexion un instante -. Perd una hija en la Descolada. Maria.Ahora slo seria unos pocos aos mayor que t.- Y yo se la recuerdo?- Estaba pensando que no se habra parecido a ti en nada.Ella empez la prueba. Le llev tres das. La aprob con una nota muy superior a la demuchos estudiantes graduados. Ms adelante, sin embargo, ella no recordara la pruebapor haber sido el principio de su carrera, el final de su infancia, la confirmacin de suvocacin hacia el trabajo que ocupara su vida. Recordara la prueba porque sera elprincipio de su estancia en la Estacin de Pipo, donde Pipo y Libo y Novinha formaranjuntos la primera comunidad a la que perteneci desde que sus padres fueron devueltos ala Tierra.No fue fcil, especialmente al principio. Novinha no perdi instantneamente sucostumbre de enfrentarse framente a los dems. Pipo lo comprenda, estaba preparadopara soportar sus andanadas verbales. El desafo fue mucho mayor para Libo. LaEstacin del Zenador haba sido un sitio donde l y su padre podan estar solos y unidos.Ahora, sin que nadie le hubiera consultado su opinin, se haba aadido una tercerapersona, una persona fra y exigente que le hablaba como si fuera un cro, incluso a pesarde que tenan la misma edad. Le molestaba que ella fuera una xenobiloga completa, contodos los privilegios de adulto que eso implicaba, mientras l era an un aprendiz.Pero intent soportarlo con paciencia. Era de naturaleza tranquila, y la discrecin eraparte de su carcter. No era propenso al resentimiento. Pero Pipo conoca a su hijo, y levea consumirse. Despus de una temporada, incluso Novinha, pese a lo insensible queera, empez a darse cuenta de que estaba provocando a Libo ms de lo que ningn jovenpodra soportar. Pero, en lugar de dejarlo correr, empez a considerarlo como un desafo.Cmo podra forzar alguna respuesta de este joven hermoso, tranquilo y generoso?- Quieres decir que habis estado trabajando todos estos aos y ni siquiera sabiscmo se reproducen los cerdis? - le dijo un da -. Cmo sabis que todos son machos?- Les explicamos los trminos masculino y femenino al ensearles nuestros lenguajes -explic Libo suavemente -. Ellos eligieron el de macho. Y se refirieron a los otros, a losque nunca hemos visto, como hembras.- Pero, por todo lo que sabis, se reproducen por apareamiento? O por mitosis!Su tono era desdeoso, y Libo no respondi con rapidez. Pipo sinti como si pudieraor los pensamientos de su hijo, reestructurando una y otra vez su respuesta hasta questa fuera amable y segura.- Ojal nuestro trabajo se pareciera ms a la antropologa fsica. Entonces estaramosms preparados para aplicar tu investigacin sobre las pautas de vida subcelulares deLusitania a lo que aprendemos de los pequeninos.Novinha pareca horrorizada.- Quieres decir que ni siquiera tomis muestras de tejido?Libo se sonroj ligeramente, pero cuando contest, su voz continu tranquila. Pipopens que el muchacho no cambiara de actitud ni ante un interrogatorio de la Inquisicin.- Supongo que es una tontera - dijo Libo -, pero tememos que los pequeninos sepreguntaran por qu tomamos pedazos de su cuerpo. Si uno de ellos enfermara despuspor casualidad, pensaran que nosotros causamos la enfermedad?- Y si tomarais algo que ellos sueltan de forma natural? Se puede aprender mucho delpelo.Libo asinti; Pipo, que observaba desde su terminal al otro extremo de la habitacin,reconoci el gesto: Libo lo haba aprendido de su padre.- Muchas tribus primitivas de la Tierra crean que los despojos de sus cuerposcontenan parte de su vida y de su fuerza. Y si los cerdis pensaran que estamospracticando magia contra ellos?- No sabis su lenguaje? Crea que algunos de ellos hablan tambin el stark - ella nohizo ningn esfuerzo para disimular su desdn -. No podis explicarles para qu son lasmuestras?- Tienes razn - dijo l tranquilamente -.Pero si les explicramos para qu usamos las muestras de tejidos, podramosaccidentalmente ensearles los conceptos de la ciencia biolgica un millar de aos antesde que alcancen ese punto de manera natural. Por eso la ley nos prohbe explicar cosascomo esa.Finalmente, Novinha claudic.- No me daba cuenta de lo frreamente que estis atados por la doctrina de laintervencin mnima.Pipo se alegr al or que se retiraba de su arrogancia, pero su humildad era an peor.La muchacha estaba tan aislada del contacto humano que hablaba como un libro deciencia excesivamente formal. Pipo se pregunt si ya sera demasiado tarde paraensearle a convertirse en un ser humano.No lo era. En cuanto ella se dio cuenta de que eran excelentes en su trabajo cientfico,del que ella apenas saba nada, desterr su agresividad y adopt casi el extremo opuesto.Apenas le habl a Pipo y Libo durante semanas. Al contrario, estudi sus informes,intentando comprender el propsito de lo que hacan. De vez en cuando tena unapregunta, y preguntaba; ellos contestaban amablemente y a conciencia.La cortesa dio paso gradualmente a la familiaridad. Pipo y Libo empezaron a conversarabiertamente delante de ella, aireando sus especulaciones sobre las causas que habanllevado a los cerdis a desarrollar aquellas extraas pautas de conducta, qu significadosubyaca detrs de algunas de sus extraas expresiones, por qu permanecan tanenervantemente impenetrables. Y como el estudio de los cerdis era una ramacompletamente nueva de la ciencia, no pas mucho tiempo antes de que Novinhatambin fuera experta en ella, aunque lo fuera de segunda mano, y pudiera ofreceralgunas hiptesis.- Despus de todo - dijo Pipo, animndola -, todos estamos ciegos en este asunto.Pipo haba previsto lo que iba a suceder a continuacin. La paciencia de Libo,cuidadosamente cultivada, le haba hecho parecer fro y reservado ante los chicos de suedad, y Pipo era para l ms importante que cualquier intento de socializacin; elaislamiento de Novinha era ms espectacular, pero no ms intenso. Ahora, sin embargo,su inters comn en los cerdis les acercaba; con quin ms podan hablar, si nadieexcepto Pipo podra comprender sus conversaciones?Descansaban juntos y se rean hasta que se les saltaban las lgrimas ante chistes queno podran divertir a ningn otro luso. Como los cerdis parecan tener un nombre paracada rbol del bosque, Libo se dedic a nombrar todos los muebles de la EstacinZenador, y peridicamente anunciaba que ciertos elementos estaban en mal momento yno tenan que ser molestados.- No os sentis en Silla! Tiene otra vez el perodo!Nunca haban visto un cerdi femenino, y los machos siempre se referan a ellas conuna reverencia casi religiosa; Novinha escribi una serie de informes satricos sobre unaimaginaria mujer cerdi llamada Reverenda Madre, que era jocosamente mandona yexigente.No todo eran risas. Haba problemas, preocupaciones y en una ocasin sintieron miedoautntico de que hubieran hecho exactamente lo que el Congreso Estelar haba intentadoprevenir: crear cambios radicales en la sociedad cerdi. Empez con Raz, naturalmente.Raz, que insista en hacer preguntas desafiantes e imposibles, como: Si no tenisninguna otra ciudad de humanos, cmo podis ir a la guerra? No hay ningn honor enque vayis a matar a los Pequeos. Pipo farfull algo referente a que los humanosnunca mataran a los pequeninos, pero saba que sa no era la pregunta que Raz estabahacindole realmente.Pipo saba desde haca aos que los cerdis conocan el concepto de guerra, pero Liboy Novinha discutieron apasionadamente durante das si la pregunta de Raz probaba quelos cerdis consideraban la guerra como algo deseable o simplemente inevitable. Habaotros fragmentos de informacin de Raz, algunos importantes, otros no... y muchos cuyaimportancia era imposible de juzgar. En cierto modo, el propio Raz era la prueba de lasabidura de la poltica que prohiba a los xenlogos hacer preguntas que pudieran revelarexpectativas humanas y, por tanto, prcticas humanas. Las preguntas de Razinvariablemente les daban ms respuestas que las que obtenan de sus respuestas a suspropias preguntas.La ltima informacin que Raz les dio, sin embargo, no iba incluida en una pregunta.Fue una suposicin dicha a Libo en privado, mientras Pipo estaba con algunos otroscerdis examinando la manera en que construan la casa de troncos.- Lo s, lo s! - dijo Raz -. S por qu Pipo est an vivo. Vuestras mujeres sondemasiado estpidas para saber que l es sabio.Libo se esforz en encontrar sentido en este galimatas aparente. Qu pensaba Raz,que si las mujeres humanas fueran ms listas mataran a Pipo? Hablar de matar erapreocupante: esto era, obviamente, un asunto importante, y Libo no saba cmo llevarlosolo. Sin embargo, no poda pedir ayuda a Pipo, pues estaba claro que Raz queradiscutirlo donde Pipo no pudiera or.Al ver que Libo no contestaba, Raz insisti.- Vuestras mujeres son dbiles y estpidas. Se lo dije a los otros y me dijeron quedeba preguntarte. Vuestras mujeres no ven la sabidura de Pipo. Es cierto?Raz pareca muy excitado, respiraba agitadamente y se arrancaba pelos de los brazos,a puados de cuatro o cinco a la vez. Libo tena que responder.- La mayora de las mujeres no le conocen - dijo.- Entonces cmo sabrn si debe de morir? - pregunt Raz.De repente, se qued muy tranquilo y aadi, en voz muy alta:- Sois cabras!Entonces apareci Pipo, preguntndose a qu venan los gritos. Vio de inmediato queLibo estaba desesperado. Sin embargo, no tena ni idea de qu haba tratado laconversacin, cmo podra servir de ayuda? Todo lo que saba era que Raz estabadiciendo que los humanos - o al menos Pipo y Libo - eran como las grandes bestias quepastaban en manadas en la pradera. Pipo ni siquiera era capaz de decir si Raz estenfadado o feliz.- Sois cabras! Vosotros decids! - seal a Libo y luego a Pipo -. Vuestras mujeres noeligen vuestro honor, vosotros lo hacis! Igual que en la batalla, pero todo el tiempo!Pipo no entenda de lo que hablaba Raz, pero poda ver que todos los pequeninosestaban inmviles como rboles, esperando que l - o Libo - contestaran. Estaba claroque Libo se senta demasiado asustado por la extraa conducta de Raz para que seatreviera a responder. En un caso as, Pipo no pudo sino decir la verdad; era, despus detodo, una pieza de informacin relativamente obvia y trivial sobre la sociedad humana. Ibaen contra de las leyes que el Congreso Estelar haba establecido, pero no contestar seraincluso ms peligroso, y por eso Pipo continu.- Los hombres y las mujeres deciden juntos, o deciden solos. Uno no decide por el otro.Era, aparentemente, lo que todos los cerdis haban estado esperando.- Cabras - dijeron, una y otra vez; corrieron hacia Raz, riendo y silbando.Lo cogieron y se lo llevaron rpidamente a la espesura. Pipo intent seguirles, pero dosde los cerdis lo detuvieron y negaron con la cabeza. Era un gesto humano que habanaprendido con anterioridad, pero para los cerdis tena un sentido an ms fuerte. A Pipo lequedaba absolutamente prohibido seguirles. Iban a ir con las hembras, y se era el nicolugar al que los cerdis les haban dicho que no podan acudir.De vuelta a casa, Libo inform de cmo haba empezado el problema.- Sabes lo que dijo Raz? Dijo que nuestras mujeres son dbiles y estpidas.- Eso es porque no conoce a la alcaldesa Bosquinha. Ni a tu madre.Libo se ech a rer, porque su madre, Conceio, diriga los archivos como si fuera unaantigua estao en el salvaje mato: si entrabas en sus dominios, quedabasirremediablemente sujeto a su ley. Mientras se rea, sinti que algo se le escapaba, algoque era importante... de qu estaban hablando? Libo lo haba olvidado, y pronto olvidtambin que haba olvidado.Esa noche escucharon el sonido de los tambores que Pipo y Libo crean parte dealguna especie de celebracin. No suceda muy a menudo, era como si golpearangrandes tambores con gruesos palos. Esa noche, sin embargo, la celebracin pareca queiba a durar para siempre. Pipo y Libo especularon que quizs el ejemplo humano deigualdad sexual haba dado a los pequeninos machos alguna esperanza de liberacin.- Creo que podramos catalogar esto como una seria modificacin de la conducta de loscerdis - dijo gravemente Pipo -. Si resulta que hemos causado un cambio real, tendr quehacer un informe, y el Congreso probablemente ordenar que el contacto humano con loscerdis se interrumpa durante una temporada. Aos, tal vez.Era una idea preocupante: realizar su trabajo a conciencia tal vez hiciera que elCongreso Estelar les prohibiera seguir hacindolo.Por la maana, Novinha fue con ellos hasta la puerta de la gran verja que separaba laciudad humana de las colinas de los bosques donde los cerdis vivan. Como Pipo y Liboan estaban intentando asegurarse mutuamente que ninguno de ellos podra haber hechonada malo, Novinha se adelant y lleg primero a la puerta. Cuando los otros llegaron,seal una mancha fresca de tierra roja a unos treinta metros colina arriba.- Eso es nuevo - dijo -. Y hay algo all dentro.Pipo abri la puerta y Libo, por ser ms joven, corri a investigar. Se detuvo al borde dela mancha y se qued completamente inmvil, mirando lo que all haba. Pipo, al verle, sedetuvo, y Novinha, temiendo sbitamente por Libo, ignor las reglas y atraves la puerta.Libo ech la cabeza hacia atrs y se arrodill; se llev las manos a los rizados cabellos yexhal un terrible grito de remordimiento.Raz yaca abierto en el claro. Le haban sacado las vsceras con el mayor cuidado:cada rgano haba sido separado limpiamente, y las fibras y filamentos de sus miembroshaban sido separados y esparcidos siguiendo un modelo simtrico en el suelo. Todotena an conexin con el cuerpo: nada haba sido amputado completamente.El grito de agona de Libo era casi histrico. Novinha se arrodill junto a l y lo abraz,lo meci e intent tranquilizarlo. Pipo sac metdicamente su cmara y tom fotos desdetodos los ngulos para que el ordenador pudiera analizarlo con detalle ms tarde.- An estaba vivo cuando hicieron esto - dijo Libo, cuando se calm lo suficiente parapoder hablar. Incluso as, tuvo que pronunciar las palabras despacio, con cuidado, comosi fuera un extranjero que aprende a hablar -. Hay tanta sangre en el suelo... y llega hastatan lejos... su corazn tuvo que estar latiendo cuando le abrieron.- Ya lo discutiremos ms tarde - dijo Pipo.Ahora, el detalle que Libo haba olvidado el da anterior volvi con cruel claridad.- Es lo que Raz dijo ayer sobre las mujeres. Deciden cundo deben morir los hombres.Me dijo eso y que...Se detuvo. Naturalmente que no hizo nada. La ley requera que no hiciera nada. Y enese momento decidi que odiaba la ley. Si la ley implicaba que haba que permitir que lehicieran esto a Raz, entonces la ley era absurda. Raz era una persona. Uno no semantiene al margen y deja que esto le pase a una persona slo por el hecho de que laests estudiando.- No le hicieron esto como deshonor - dijo Novinha -. Si hay algo claro, es el amor quesienten por los rboles. Vis?En el centro de la cavidad pectoral de Raz, por lo dems vaca ahora, habaimplantada una semilla muy pequea.- Ahora sabemos por qu todos los rboles tienen nombre - dijo Libo amargamente -.Los plantan como lpidas para los cerdis que torturan a muerte.- Este bosque es muy grande - dijo Pipo con suavidad -. Por favor, reduce tus hiptesisa lo que sea remotamente posible.Se calmaron con su tono tranquilo y razonado, con su insistencia de que, incluso ahora,se comportaran como cientficos.- Qu hacemos? - pregunt Novinha.- Tenemos que hacerte regresar al permetro inmediatamente - dijo Pipo -. Tu estanciaaqu est prohibida.- Me refiero al cuerpo... Qu hacemos con l?- Nada - dijo Pipo -. Los cerdis han hecho lo que suelen hacer, por las razones quetengan.Ayud a Libo a ponerse en pie. El muchacho tuvo problemas para sostenerse alprincipio; tuvo que apoyarse en los dos para poder dar sus primeros pasos.- Qu es lo que dije? - susurr -. Ni siquiera s qu es lo que dije para que lo mataran.- No fuiste t - dijo Pipo -. Fui yo.- Es que creis que sois sus dueos? - demand Novinha -. Creis que su mundogira en torno vuestro? Los cerdis lo hicieron, por las razones que sean. Est bastanteclaro que no es la primera vez: la viviseccin fue demasiado perfecta para que se trate dela primera vez.Pipo lo tom como un chiste macabro.- Estamos quedndonos atrs, Libo. Se supone que Novinha no sabe nada dexenologa.- Tienes razn - contest Libo -. Sea lo que sea lo que ha impulsado esto, lo han hechoantes. Una costumbre - intentaba parecer sereno.- Pero eso es an peor, no? - dijo Novinha -. Es una costumbre suya destriparse vivosmutuamente.Mir a los otros rboles del bosque que empezaba en la cima de la colina y se preguntcuntos otros tenan sangre en sus races.Pipo envi su informe por el ansible, y el ordenador no le dio ningn problema sobre elnivel de prioridad. Dej la cuestin en manos del comit supervisor, para que stedecidiera si el contacto con los cerdis debera de ser detenido. El comit no pudoidentificar ningn error fatal.- Es imposible ocultar la relacin existente entre nuestros sexos, ya que es posible quealgn da una mujer sea xenloga - dijo el informe -, y no encontramos ningn punto en elque no actuaran razonable y prudentemente. Nuestra conclusin es que fueron partcipesinvoluntarios de alguna clase de lucha por el poder, que se decidi en contra de Raz, yque deben continuar con su contacto empleando toda la prudencia razonable.Era una absolucin completa, pero no result fcil aceptarla. Libo haba crecidoconociendo a los cerdis, o al menos oyendo a su padre hablar de ellos.Conoca mejor a Raz que a ningn otro ser humano aparte de su familia y Novinha. Lecost das regresar a la Estacin Zenador, semanas volver a los bosques.Los cerdis no dieron muestras de que nada hubiera cambiado; si acaso, fueron anms abiertos y amistosos que antes. Nadie habl jams de Raz, menos que nadie Pipo yLibo. Sin embargo, hubo cambios por parte de los humanos. Pipo y Libo nunca seseparaban ms que unos pocos pasos mientras estaban entre ellos.El dolor y la desesperacin de aquel da hicieron que Libo y Novinha confiaran uno enel otro ms que antes, como si la oscuridad les hiciera acercarse juntos a la luz. Loscerdis parecan ahora peligrosos e impredecibles, igual que haba parecido siempre lacompaa humana, y entre Pipo y Libo se interpona ahora la duda de quin era elculpable, no importaba cunto intentaran reconfortarse mutuamente.As que lo nico bueno y seguro en la vida de Libo era Novinha, y en la vida deNovinha lo nico era Libo.Aunque Libo tena madre y hermanos, y Pipo y Libo siempre volvan a casa, Novinha yLibo se comportaban como si la Estacin Zenador fuera una isla en la que Pipo fuera unaespecie de amoroso, pero siempre remoto Prspero. Pipo se preguntaba si los cerdis erancomo Ariel, que guiaba a los jvenes a la felicidad, o como pequeos Caliban, apenasbajo control y siempre dispuestos a cometer asesinatos.Despus de unos cuantos meses, la muerte de Raz se desvaneci en la memoria, ysus risas regresaron, aunque nunca lleg a ser como antes. Cuando cumplieron diecisieteaos, Libo y Novinha estaban tan seguros el uno de la otra que hablaban rutinariamentede lo que haran juntos dentro de cinco, diez, veinte aos. Pipo nunca se molest enpreguntarles por sus planes de matrimonio. Despus de todo estudiaban biologa de lamaana a la noche. Tarde o temprano, se les ocurrira explorar estrategias reproductorasestables y socialmente aceptables.Mientras tanto, era bastante que se preguntaran incesantemente por cmo y cundolos cerdis se apareaban, considerando que los machos no tenan ningn rganoreproductor distinguible. Sus especulaciones sobre cmo los cerdis combinaban materialgentico invariablemente los condujo a chistes tan picantes que Pipo tuvo que recurrir atodo su autocontrol para pretender que no los encontraba divertidos.As, la Estacin Zenador durante aquellos pocos aos fue un lugar de autnticacamaradera para dos jvenes brillantes que, de otra manera, habran sido condenados auna fra soledad. A ninguno se le ocurri que aquel idilio terminara bruscamente, y parasiempre, y bajo unas circunstancias que sacudiran de temor a los Cien Mundos.Fue tan simple, tan cotidiano... Novinha analizaba la estructura gentica de los juncosinfestados de moscas que haba junto al ro, y se dio cuenta de que el mismo cuerposubcelular que haba causado la Descolada estaba presente en las clulas del junco. Hizoaparecer otras varias estructuras celulares en el aire por encima del terminal delordenador y las hizo girar. Todas contenan el agente de la Descolada.Llam a Pipo, que estaba enfrascado con la trascripcin de la visita a los cerdis del daanterior. El ordenador mostr comparaciones de todas las otras clulas de las que tenanejemplos. Ajena a la funcin celular, ajena a la especie de la que provena, cada clulaaliengena contena el agente de la Descolada, y el ordenador declar que su proporcinqumica era absolutamente idntica.Novinha esperaba que Pipo asintiera, le dijera que pareca interesante, tal vez queproporcionara una hiptesis.En vez de eso, se sent y volvi a examinar la prueba, preguntando cmo operaba lacomparacin del ordenador, y despus qu era lo que haca realmente el agente de laDescolada.- Padre y Madre no llegaron a descubrir qu la provocaba, pero el agente de laDescolada produce esta pequea protena, bueno, pseudo protena, supongo, que atacalas molculas genticas, empezando por un extremo y deshaciendo las dos cadenas de lamolcula justo hasta el centro. Por eso la llaman la descoladora... tambin separa el ADNde los humanos.- Mustrame lo que hace en las clulas aliengenas.Novinha puso el simulador en movimiento.- No, no slo en la molcula gentica... en todo el entorno de la clula.- Es justo en el ncleo - dijo ella. Ampli el campo para incluir ms variables.El ordenador lo realiz ms lentamente, ya que estaba considerando millones deenlaces aleatorios de material nuclear a cada segundo. En la clula del junco, a medidaque una molcula gentica se despegaba, varias grandes protenas ambientales sepegaban a los tejidos abiertos.- En los humanos, el ADN intenta recombinarse, pero las protenas aleatorias seinsertan de tal forma que la clula se vuelve loca. A veces experimentan una mitosis,como el cncer, y a veces mueren. Lo que es ms importante es que en los humanos loscuerpos de la Descolada se reproducen locamente, pasando de clula en clula. Porsupuesto, todas las criaturas aliengenas ya las tienen.Pero Pipo no estaba interesado en lo que deca. Cuando el descolador haba terminadocon las molculas genticas del junco, mir a una y otra clulas.- No es slo significante. Es lo mismo - dijo -. Es lo mismo!Novinha no vio lo que l haba advertido. Lo mismo de qu? Tampoco tuvo tiempo depreguntar. Pipo ya se haba puesto en pie, haba agarrado su abrigo y se encaminabahacia la puerta. En el exterior, llova. Pipo se detuvo solamente para llamarle.- Dile a Libo que no se moleste en venir. nicamente mustrale la simulacin y ve sipuede darse cuenta antes de que yo regrese. Lo sabr... Es la gran respuesta. Larespuesta a todo.- Dmela!l se ech a rer.- No hagas trampas. Libo te la dir si no la puedes ver sola.- Adnde vas?- A preguntarle a los cerdis si tengo razn, naturalmente. Pero s que s, aunque memientan. Si no he vuelto en una hora, es que he resbalado con la lluvia y me he roto unpie.Libo no lleg a ver las simulaciones. La reunin del comit planificador dur ms de lacuenta por una discusin referente a la ampliacin del ganado, y despus Libo an tuvoque recoger las compras de la semana. Cuando regres, Pipo llevaba fuera cuatro horas,oscureca, y la lluvia se converta en nieve.Salieron a buscarle de inmediato, temiendo que les costara horas localizarle en elbosque. Lo encontraron pronto. Su cuerpo estaba casi congelado por efecto de la nieve.Los cerdis ni siquiera haban plantado un rbol en su interior.2 - TrondheimLamento profundamente no haber podido atender su peticin de ms detallesreferentes a las costumbres de apareamiento de los lusitanos aborgenes. Esto debe estarcausndoles una angustia inimaginable o de lo contrario nunca le habran pedido a laSociedad Xenolgica que me reprendiera por no cooperar con sus investigaciones.Cuando los futuros xenlogos se quejan de que no estoy consiguiendo el tipo de datosadecuados de mis observaciones de los pequeninos, siempre les hago volver a leer laslimitaciones que me impone la ley. No se me permite llevar a ms de un ayudante en misvisitas; no debo hacer preguntas que puedan revelar expectativas humanas; no puedoquedarme con ellos ms de cuatro horas seguidas; excepto mis ropas, no puedo emplearen su presencia productos derivados de la tecnologa, lo que incluye cmaras,grabadoras, ordenadores o incluso bolgrafo y papel; tampoco puedo observarlos aescondidas.En resumen: no puedo decirles cmo se reproducen los pequeninos porque ellos hanelegido no hacerlo delante mo.Naturalmente que nuestra investigacin es incompleta! Naturalmente que nuestrasconclusiones sobre los cerdis son absurdas! Si tuviramos que observar nuestrauniversidad bajo las mismas limitaciones que nos atan para observar a los aborgeneslusitanos, sin duda llegaramos a la conclusin de que los humanos no se reproducen, noforman grupos afines, y dedican su ciclo vital entero a la metamorfosis de estudiante larvala profesor adulto. Podramos incluso suponer que los profesores detentan un podernotable en la sociedad humana. Una investigacin competente revelara rpidamente loinadecuado de tales conclusiones... pero en el caso de los cerdis, no se permite ni secontempla ninguna investigacin de ese tipo.La antropologa no es nunca una ciencia exacta: el observador nunca experimenta lamisma cultura que el participante. Pero stas son limitaciones naturales a la ciencia. Sonlas limitaciones artificiales las que nos atan de manos, a nosotros y a ustedes a travs denosotros. Con este ritmo de progreso, lo mismo dara que les enviramos cuestionariospor correo a los pequeninos y espersemos que ellos entregaran trabajos eruditos comorespuesta.Joo Figueira lvarez, rplica a Pietro Guataninni de la Universidad de Sicilia, Campusde Miln, Etruria, publicada pstumamente en Estudios Xenolgicos, 22:4:49:193.La noticia de la muerte de Pipo no tuvo solamente importancia local. Fue transmitidainstantneamente, a travs del ansible, a los Cien Mundos. Los primeros aliengenas,descubiertos desde los tiempos de Ender el Genocida, haban torturado a muerte a unhumano cuya misin era observarles. En cuestin de horas, eruditos, cientficos, polticosy periodistas empezaron a asumir sus papeles.Pronto se lleg a un consenso: Un incidente, bajo circunstancias confusas, no pruebaque la poltica del Congreso Estelar hacia los cerdis est equivocada. Al contrario, elhecho de que slo un hombre muriera parece demostrar la sabidura de la presentepoltica de inaccin casi completa. Deberamos, por tanto, no hacer nada excepto seguirobservando a un ritmo ligeramente menos rpido. El sucesor de Pipo tena instruccionesde que no visitara a los cerdis ms a menudo que de costumbre, y de no estar con ellosms de una hora seguida. No tena que instar a los cerdis a responder preguntas referidasa su conducta con Pipo. La vieja poltica de inaccin qued reforzada.Tambin hubo mucha preocupacin sobre la moral de la gente de Lusitania. Se lesenviaron muchos programas de entretenimiento a travs del ansible, a pesar del altocoste, para ayudarles a que distrajeran sus mentes de tan horrible asesinato.Y despus de haber hecho lo nico que poda hacerse por los framlings, quienesestaban, despus de todo, a aos luz de Lusitania, la gente de los Cien Mundos volvi asus preocupaciones locales.Fuera de Lusitania, slo un hombre del casi medio billn de seres humanos de los CienMundos sinti la muerte de Joo Figueira lvarez, apodado Pipo, como un gran cambioen su propia vida. Andrew Wiggin era Portavoz de los Muertos en la ciudad universitariade Reykiavik, renombrada como conservadora de la cultura nrdica y situada en lasafiladas pendientes de un fiordo que taladraba el granito y el hielo del mundo helado deTrondheim justo en el ecuador. Era primavera, y por eso la nieve desapareca, y unascuantas flores y hierbas asomaban con todas sus fuerzas en busca de un poco de sol.Andrew estaba sentado en la cima de una colina soleada, rodeado por una docena deestudiantes que analizaban la historia de la colonizacin interestelar. Andrew sloescuchaba a medias la apasionada discusin de que si la completa victoria humana en lasGuerras Insectoras haba sido un preludio necesario a la expansin humana. Esasdiscusiones siempre degeneraban rpidamente en una difamacin del monstruo humanoEnder, que comandaba la flota estelar que cometi el Genocidio de los Insectores.Andrew sola dejar que su mente divagara; la materia no le aburra exactamente, peroprefera que tampoco requiriera toda su atencin.Entonces, el pequeo ordenador implantado como una joya en su odo le cont la cruelmuerte de Pipo, el xenlogo de Lusitania, e instantneamente Andrew se puso alerta einterrumpi a sus estudiantes.- Qu sabis de los cerdis? - les pregunt.- Son nuestra nica esperanza de redencin - contest uno, que tomaba a Calvinomucho ms en serio que a Lutero.Andrew mir al instante a la estudiante Plikt, pues saba que no podra soportar talmisticismo.- No existen para ningn propsito humano, ni siquiera el de la redencin - dijo Plikt confulminante desdn -. Son autnticos ramen, como los insectores.Andrew asinti, pero frunci el ceo.- Usas una palabra que no es todava koin comn.- Debera serlo - dijo Plikt -. Todo el mundo en Trondheim, todo norteo en los CienMundos debera haber ledo ya La Historia de Wutan en Trondheim de Demstenes.- Deberamos, pero no lo hemos hecho - suspir un estudiante.- Haz que deje de pavonearse, Portavoz - dijo otro -. Plikt es la nica mujer queconozco capaz de pavonearse sentada.Plikt cerr los ojos.- El lenguaje nrdico reconoce cuatro tipos de extranjeros. El primero es el habitante deotras tierras, o utlanning, el extrao que reconocemos como humano de nuestro mundo,pero que pertenece a otro pas o a otra ciudad. El segundo es el framling:Demstenes simplemente cambi el acento de la palabra nrdica frmling. Se trata delextranjero que reconocemos como humano, pero de otro mundo. El tercero es el raman,el extranjero que reconocemos como humano, pero de otra especie. El cuarto es elautntico aliengena, el varelse, que incluye todos los animales, con los cuales no esposible la conversacin. Viven, pero no podemos adivinar qu propsitos o causas leshace actuar. Puede que sean inteligentes, puede que sean conscientes de si mismos,pero no tenemos medio de saberlo.Andrew advirti que varios estudiantes estaban molestos. Requiri su atencin.- Pensis que estis molestos por la arrogancia de Plikt, pero no es as. Plikt no esarrogante, sino simplemente precisa. Os avergonzis con razn por no haber ledo lahistoria de Demstenes sobre vuestra propia gente, y por eso en vuestra vergenza osenfadis con Plikt, porque no es culpable.- Crea que los Portavoces no crean en el pecado - dijo un muchacho malhumorado.Andrew sonro.- T crees en el pecado, Styrka, y actas siguiendo esa creencia. Por tanto, el pecadoes real para ti, y al conocerte, el Portavoz debe creer en el pecado.Styrka no quiso darse por vencido.- Qu tiene que ver toda esta charla de utlannings, framlings, ramen y varelse con elGenocidio de Ender?Andrew se volvi hacia Plikt. Ella pens un momento.- Tiene que ver con la estpida discusin que mantenamos. A travs de la distincinnrdica de los grados de extranjera, podemos ver que Ender no era un autnticogenocida, pues cuando destruy a los insectores los conoca nicamente como varelse;no fue hasta aos despus, cuando el primer Portavoz de los Muertos escribi la ReinaColmena y el Hegemn, que la humanidad comprendi por vez primera que los insectoresno eran varelse en absoluto, sino ramen. Hasta entonces, no haba habido comprensinninguna entre los insectores y los humanos.- El genocidio es el genocidio - dijo Styrka -. El hecho de que Ender no supiera queeran ramen no hace que estn menos muertos.Andrew suspir ante la actitud de Styrka, incapaz de perdonar: era comn entre loscalvinistas de Reykiavik negar cualquier peso al motivo humano para juzgar el bien o elmal de un hecho. Los hechos son buenos o malos en s mismos, decan; y ya que losPortavoces de los Muertos tenan por nica doctrina que el bien y el mal existenenteramente en los motivos humanos y no en los hechos, los estudiantes como Styrkasolan ser bastante hostiles con Andrew. Afortunadamente, Andrew no se ofenda:comprenda el motivo que haba detrs.- Styrka, Plikt, dejadme que os ponga otro ejemplo. Supongamos que nos enteramosde que los cerdis, que han aprendido a hablar stark, y cuyos lenguajes han aprendidotambin algunos humanos, sin provocacin o explicacin alguna, han torturado de repentehasta la muerte al xenlogo enviado para observarlos.Plikt salt inmediatamente ante la pregunta.- Cmo podemos saber que no hubo provocacin? Lo que a nosotros nos pareceinocente podra ser insoportable para ellos.Andrew sonro.- Incluso as. Pero el xenlogo no les ha hecho dao, ha dicho muy poco, no les hacostado nada... bajo ningn sistema de pensamiento que podamos concebir, merece esamuerte dolorosa. No convierte a los cerdis en varelse en vez de ramen esteincomprensible asesinato?Ahora le tocaba el turno a Styrka para responder rpidamente.- El asesinato es el asesinato. Esta charla de varelse y ramen no tiene sentido. Si loscerdis asesinan, entonces son malvados, como los insectores lo fueron. Si el acto esmalvado, el actor es malvado.Andrew asinti.- se es nuestro problema. El acto era malo o, de alguna manera, al menos para lacomprensin de los cerdis, era bueno? Son los cerdis raman o varelse? De momento,Styrka, calla la boca. Conozco los argumentos de tu calvinismo, pero incluso Juan Calvinodira que tu doctrina es estpida.- Cmo sabe que Calvino...?- Porque est muerto - rugi Andrew -, y por esto tengo derecho a hablar por l!Los estudiantes se rieron, y Styrka se encerr en un silencio testarudo. Andrew sabaque el muchacho era brillante; su calvinismo no sobrepasara su educacin antes de quese graduara, aunque la escisin sera larga y dolorosa.- Talman, Portavoz - dijo Plikt -. Habla usted como si esa situacin hipottica fuera real,como si los cerdis hubieran matado de verdad al xenlogo.Andrew asinti con gravedad.- S, es cierta.Fue preocupante. Despert ecos del antiguo conflicto entre humanos e insectores.- Reflexionad un momento - dijo Andrew -. Descubriris que bajo vuestro odio haciaEnder el Genocida y vuestro pesar por la muerte de los insectores, tambin sents algomucho ms feo. Tenis miedo del extrao, sea utlanning o framling. Cuando pensis queese extrao mata a un hombre a quien conocis y valoris, entonces no importa quforma tiene. Entonces es varelse, o peor... djur, las espantosas bestias que rondan por lanoche con sus mandbulas esclavizantes. Si tuvierais la nica arma de vuestro pueblo, ylas bestias que han masacrado a vuestra gente volvieran, os pararais a pensar sitambin tienen derecho a vivir, o actuarais para salvar a vuestro pueblo, a la gente queconocis, la gente que depende de vosotros?- Segn ese razonamiento suyo, deberamos de matar a los cerdis ahora, porprimitivos e indefensos que sean! - grit Styrka.- Mi razonamiento? He hecho una pregunta. Una pregunta no es un razonamiento, amenos que sepas que conoces mi respuesta, y te aseguro, Styrka, que no la sabes.Pensad en esto. La clase ha terminado.- Hablaremos maana sobre esto? - preguntaron.- Si queris... - dijo Andrew, pero saba que si lo discutan, sera sin l.Para ellos, el tema de Ender el Genocida era simplemente filosfico. Despus de todo,las Guerras Insectoras haban sucedido ms de tres mil aos antes. Estaban en el ao1948 CE, contando a partir del ao en que el Cdigo Estelar fue establecido, y Enderhaba destruido a los insectores en el ao 1180 antes del cdigo. Pero para Andrew loshechos no eran tan remotos. Haba hecho ms viajes interestelares de lo que susalumnos se atreveran a suponer: desde que tena veinticinco aos, hasta que lleg aTrondheim nunca se haba quedado ms de seis meses en ningn planeta. El viaje a lavelocidad de la luz entre los mundos le haba hecho saltar como una piedra sobre lasuperficie del tiempo. Sus estudiantes no sospechaban que su Portavoz de los Muertos,que seguramente no tena ms de treinta y cinco aos, posea recuerdos muy claros delos sucesos de tres mil aos antes, que de hecho esos sucesos slo le parecan alejadosunos veinte aos, la mitad de su edad. No tenan idea de lo profundamente que lapregunta de la antigua culpa de Ender quemaba en su interior, y cmo la habacontestado en un millar de formas insatisfactorias. Conocan a su maestro solamentecomo Portavoz de los Muertos: no saban que cuando era un simple chiquillo, su hermanamayor, Valentine, no poda pronunciar el nombre de Andrew y que por eso le llamabaEnder, el nombre que l mismo volvi infame antes de cumplir los quince aos. As quedej que el severo Styrka y la analtica Plikt reflexionaran sobre la gran pregunta de laculpa de Ender; para Andrew Wiggin, Portavoz de los Muertos, la pregunta no eraacadmica.Y ahora, mientras caminaba por la colina bajo el aire helado, Ender - Andrew, elPortavoz -, slo poda pensar en los cerdis, que estaban ya cometiendo crmenesinexplicables, como los insectores haban hecho descuidadamente cuando por primeravez contactaron con la raza humana. Era inevitable que cuando dos extraos seencontrasen tuvieran que marcar ese encuentro con sangre? Los insectores habanmatado a seres humanos, pero slo porque tenan una mente colmenar; para ellos, la vidaindividual era tan preciosa como la ua de un dedo, y matar a un humano o no erasimplemente su manera de hacernos ver que estaban en el vecindario. Podran tenertambin los cerdis una razn para matar?Pero la voz en su odo haba hablado de tortura, un ritual similar a la ejecucin de unode los propios cerdis. Los cerdis no eran una mente colectiva, no eran los insectores, yEnder Wiggin tena que saber por qu haban hecho aquello.- Cundo se ha enterado de la muerte del xenlogo?Ender se dio la vuelta. Era Plikt. Le haba seguido en lugar de regresar a las Cuevasdonde vivan los estudiantes.- Antes, mientras estbamos hablando. - Se toc el odo; los terminales implantadoseran caros, pero no raros del todo -. Le ech un vistazo a las noticias antes de ir a clase.Entonces no se saba nada. Si una historia de esa importancia viniera a travs del ansible,habra habido una alerta. A menos que le lleguen a usted las noticias directamente delinforme del ansible.Plikt, obviamente, pensaba que tena un misterio en las manos. Y, de hecho, lo tena.- Los Portavoces tienen acceso de alta prioridad a la informacin pblica - dijo.- Le ha pedido alguien que hable en nombre de la muerte del xenlogo?l neg con la cabeza.- Lusitania est bajo Licencia Catlica.- A eso me refera. No tendrn portavoz propio all. Pero tendrn que dejar que unovaya si alguien lo pide. Y Trondheim es el mundo ms cercano a Lusitania.- Nadie ha pedido un Portavoz.Plikt le tir de la manga.- Por qu est usted aqu?- Sabes por qu vine. Habl de la muerte de Wutan.- S que vino con su hermana, Valentine. Ella es una profesora mucho ms popularque usted, y contesta las preguntas con respuestas; usted slo las responde con mspreguntas.- Eso es porque ella sabe algunas respuestas.- Portavoz, tiene que decrmelo. He intentado hacer averiguaciones sobre usted. Sentacuriosidad. Su nombre, de dnde viene. Todo est clasificado. Clasificado tanprofundamente que ni siquiera puedo averiguar qu nivel de acceso tiene. El propio Diosno podra enterarse de la historia de su vida.Ender la tom por los hombros y la mir a los ojos.- No es asunto tuyo cul es el nivel de acceso.- Es usted ms importante de lo que nadie sospecha, Portavoz - dijo ella -. El ansible leinforma antes que a nadie ms, no? Y nadie puede encontrar informacin sobre usted.- Nadie lo ha intentado nunca. Por qu lo has hecho t?- Quiero ser Portavoz.- Contina entonces. El ordenador te entrenar. No es como una religin. No tienes quememorizar ningn catecismo. Ahora djame solo.Se separ de ella con un pequeo empujn. Ella dio un paso atrs mientras l semarchaba.- Quiero hablar por usted! - chill.- Todava no estoy muerto! - replic l.- S que va a ir a Lusitania! Lo s!Entonces ya sabes ms que yo, pens Ender. Pero se ech a temblar, aunque el solbrillaba y llevaba puestos tres jerseys para protegerse del fro. No saba que Plikt tenatanta emocin en su interior.Obviamente se identificaba con l. Le asustaba que la muchacha necesitara algo de ltan desesperadamente. Llevaba aos sin efectuar ningn contacto real con nadie exceptocon su hermana Valentine; con ella y, por supuesto, con los muertos por los que hablaba.Todas las otras personas que haban significado algo en su vida estaban muertas.Valentine y l les haban sobrevivido siglos, mundos.La idea de echar races en el helado suelo de Trondheim le repela. Qu quera Pliktde l? No importaba. No lo dara. Cmo se atreva a demandar cosas de l, como si leperteneciera? Ender Wiggin no perteneca a nadie. Si ella supiera quin era, le repudiaracomo al Genocida; o le adorara como al Salvador de la Humanidad.Ender record que la gente tambin sola hacer eso, y tampoco le gustaba. Inclusoahora slo le conocan por su papel, por el nombre de Portavoz,Talman, Falante, Spieler, o como quiera que llamaran al Portavoz de los Muertos en lalengua de su ciudad, nacin o mundo.No quera que le conocieran. No les perteneca a ellos, a la raza humana. Tena otrameta, perteneca a alguien ms. No a los seres humanos. Ni tampoco a los malditoscerdis. O eso pensaba.3 - LIBODieta observada: Primariamente macios, los gusanos brillantes que viven entre lasenredaderas de merdona en la corteza de los rboles. Se les ha visto masticar a veceshojas de capim. A veces (accidentalmente?) ingieran hojas de merdona con los macios.Nunca les hemos visto comer nada ms. Novinha analiz los tres alimentos (macios,hojas de capim y hojas de merdona), y los resultados fueron sorprendentes. O bien lospequeninos no necesitan muchas protenas diferentes o tienen siempre hambre. Su dietacarece seriamente de muchos elementos bsicos. Y la dosis de calcio es tan baja que nospreguntamos si sus huesos lo requieren de la misma manera que los nuestros.Pura especulacin: Ya que no podemos tomar muestras de tejido, nuestro nicoconocimiento de la anatoma y fisiologa de los cerdis es el que hemos podido sacar denuestras fotografas del cadver diseccionado del cerdi llamado Raz. Sin embargo, hayalgunas anomalas obvias. Las lenguas de los cerdis, que son tan fantsticamente gilesque pueden producir cualquier sonido de los que nosotros hacemos, y muchos otros queno podemos hacer, deben de haber evolucionado para algn propsito. Tal vez parasorber los insectos en la corteza de los rboles o en nidos en el suelo. Si algnantepasado cerdi haca eso en el pasado, ahora sus descendientes ciertamente no lohacen. Y los artejos de sus pies y el interior de sus tobillos les permiten escalar losrboles y colgarse de ellos por las piernas. Por qu evolucionaron? Para escapar dealgn depredador? No hay en Lusitania ningn depredador lo suficientemente grandepara lastimarles. Para colgarse de los rboles mientras buscan insectos en la corteza delos rboles? Eso encaja con la forma de sus lenguas, pero dnde estn los insectos?Los nicos insectos son las moscas y los pulador, pero no anidan en los rboles y loscerdis, de todas formas, tampoco los comen. Los macios son grandes, viven en lasuperficie de la corteza, y se les puede coger fcilmente haciendo bajar las enredaderasde merdona; no necesitan escalar a los rboles.Especulacin de Libo: La lengua y la capacidad para escalar a los rbolesevolucionaron en un entorno diferente con una dieta mucho ms variada, en la que seincluan los insectos. Pero algo (una edad del hielo?, una migracin?, unaenfermedad?) hizo que el entorno cambiara. No ms insectos en la corteza, etc. Tal vezentonces desaparecieron todos los grandes depredadores. Eso explicara por qu hay tanpocas especies en Lusitania a pesar de las condiciones favorables. El cataclismo puedehaber sido reciente (medio milln de aos?), y por eso la evolucin no ha tenidooportunidad de diferenciarse mucho todava.Es una hiptesis tentadora, ya que no hay ninguna razn obvia en el presente entornopara que los cerdis hayan evolucionado. No hay competicin para ellos. El espacioecolgico que ocupan podra ser llenado con ardillas. Por qu iba a ser la inteligenciauna caracterstica adaptada? Pero inventar un cataclismo para explicar por qu los cerdistienen una dieta tan aburrida y poco nutritiva es probablemente demasiado. La cuchilla deOckham corta esto en pedazos.Joo Figueira lvarez. Notas de Trabajo 14/4/1948 CE, publicado pstumamente enRaces Filosficas de la Secesin Lusitana, 2010-33-4-1090:40.En cuanto la alcaldesa Bosquinha lleg a la Estacin Zenador, el asunto escap delcontrol de Libo y Novinha. Bosquinha estaba acostumbrada a tomar el mando, y su actitudno dej mucha oportunidad para protestar o ni siquiera para considerarlo.- Esperad aqu - le dijo a Libo casi en cuanto se hizo cargo de la situacin -. Cuandorecib tu llamada, envi al Juez para que se lo dijera a tu madre.- Tenemos que traer su cuerpo - dijo Libo.- Tambin llam a algunos de los hombres que viven cerca para que ayudaran ahacerlo. Y el obispo Peregrino est preparando para l un lugar en las tumbas de laCatedral.- Quiero estar all - insisti Libo.- Comprende, Libo, que tenemos que tomar fotografas, en detalle.- Fui yo quien les dijo que haba que hacer eso para el informe para el Comit Estelar.- Pero no deberas de estar all, Libo - la voz de Bosquinha era autoritaria -. Adems,nos hace falta tu informe. Tenemos que notificarlo al Congreso Estelar lo antes posible.Puedes hacerlo ahora, mientras est fresco en tu mente?Tena razn, naturalmente. Slo Libo y Novinha podan escribir informes de primeramano, y cuanto ms pronto lo hicieran, mejor.- Lo har - dijo Libo.- Y t, Novinha, pon tus observaciones tambin. Escribid vuestros informes porseparado, sin consultaros. Los Cien Mundos esperan.El ordenador ya haba sido alertado y sus informes se enviaron por ansible mientras losescriban, con errores y correcciones incluidas. En los Cien Mundos, la gente msrelacionada con la xenologa ley cada palabra a la vez que Libo y Novinha las escriban.A muchos otros se les entregaron sumarios escritos instantneamente por el ordenador. Aveintids aos-luz de distancia, Andrew Wiggin se enter de que el xenlogo JooFigueira Pipo lvarez haba sido asesinado por los cerdis, y se lo cont a susestudiantes incluso antes de que los hombres de Milagro trajeran de vuelta el cuerpo dePipo.Una vez terminado el informe, Libo qued inmediatamente rodeado por la Autoridad.Novinha le observ con angustia creciente a medida que vea la incapacidad de loslderes de Lusitania y cmo ellos mismos intensificaban el dolor de Libo. El obispoPeregrino fue el peor: su idea del consuelo fue decirle a Libo que, en toda su apariencia,los cerdis eran realmente animales, sin alma, y por tanto su padre haba sidodespedazado por bestias salvajes, no asesinado. Novinha estuvo a punto de gritarle:Significaba eso que el trabajo de la vida de Pipo no consista ms que en estudiar a lasbestias? Y que su muerte, en vez de deberse a un asesinato, era un acto de Dios? Perose contuvo por el bien de Libo: estaba sentado en presencia del obispo, asintiendo y, alfinal, se deshizo de l con su sufrimiento ms rpidamente de lo que Novinha habrapodido hacer con sus argumentos.Dom Cristo, del Monasterio, fue bastante ms valioso, al preguntarle cosasinteligentes sobre los hechos del da, lo que hizo que Libo y Novinha fueran analticos yno emocionales en sus respuestas. Sin embargo, Novinha pronto dej de contestar. Lamayora de las personas preguntaba por qu los cerdis habran hecho una cosa as; DomCristo preguntaba qu haba hecho Pipo recientemente para provocar su muerte.Novinha saba perfectamente bien lo que Pipo haba hecho: les haba dicho a los cerdis elsecreto que haba descubierto en su simulacin. Pero no mencion este dato, y Libopareca haber olvidado que ella se lo haba dicho apresuradamente unas cuantas horasantes, mientras salan en busca de Pipo. l ni siquiera haba mirado la simulacin.Novinha se alegraba de ello; su mayor preocupa