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La concepcin del tiempo de Henri Bergson: el alcance de sus crticas a la tradicin y los
lmites de su originalidad (versin preliminar)
Axel Cherniavsky (UBA CONICET)
Versin final en: Revista de Filosofa y Teora Poltica, La Plata, Departamento de
Filosofa de la Universidad Nacional de La Plata, n 37, 2006. ISSN 0328-6223.
Deleuze define la actividad filosfica como una creacin de conceptos, y por eso en sus
trabajos llamados monogrficos intenta, entre otras cosas, diagnosticar cul es la novedad
de un autor, la originalidad de sus tesis, el aporte a la tradicin.1 Junto con Spinoza y
Nietzsche, Bergson es una de sus mayores influencias.2 Probablemente, esta definicin le
haya sido sugerida por l. No simplemente por ser Bergson el filsofo que tanto se dedic a la
cuestin de la novedad, no por hacer de la creacin de novedad la dinmica misma del ser,
sino por haber sido l quien, antes, aplic estas tesis ontolgicas al ejercicio filosfico
mismo.3 En efecto, crea Bergson que cada gran filsofo ha sido el autor de una nica y
simple intuicin. Deleuze, entonces, funcionara como el espejo a travs del cual Bergson
diagnostica su propia originalidad.
Y es cierto, el impacto de los aportes de Bergson no puede ser menospreciado. No nos
referimos solamente al primer bergsonismo, el de Le Roy, Jean Wahl o Dauriac. Tampoco a
las multitudes acumuladas alrededor de las ventanas del Collge, desde ya. Ni siquiera a los
honores ms tardos de un Merleau-Ponty.4 Sino ms bien a la influencia en Lvinas, por
ejemplo, quien se apoya en la dure para la construccin de su concepto central de otredad,5 o
en Deleuze, quien forja su ontologa a partir de la concepcin de la diferencia que halla en
Bergson.6
Pero en la misma medida que el aporte bergsoniano no debe ser menospreciado, los honores
de los discpulos y las tesis mismas sobre la creatividad no deberan inducirnos a una
sobrevaloracin de su originalidad. La precisa evaluacin, la justa valoracin de la
originalidad de la concepcin bergsoniana del tiempo es el propsito del artculo. Bergson
rebautiza al tiempo con el nombre de dure pues le critica a la tradicin el haber
confundido el tiempo con el espacio. Tras presentar la nocin de la dure y su distincin
respecto de las concepciones previas del tiempo, procederemos a la evaluacin de esta crtica.
Qu es la dure entonces, en qu consiste la concepcin bergsoniana del tiempo? A lo largo
de las obras, para evitar la definicin de lo indefinible, la generalizacin de lo singular, la
fijacin de lo moviente, Bergson multiplica los sustantivos y las expresiones para referirse a
la dure: creacin, indivisibilidad, continuidad, sucesin, interpenetrabilidad de las partes,
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movimiento, dinamismo, novedad, heterogeneidad, imprevisibilidad, irreversibilidad. No
obstante, Worms propone tres notas para captar su sentido fundamental: la constitucin, la
continuidad y la sucesin.7 La dure constituye, es decir, crea, produce novedad, innova. Por
eso es irreversible e imprevisible. Porque sorprende con un futuro inasimilable al pasado. Sus
partes se distinguen entre s, son distintas, heterogneas. Pero estas partes, por ms
heterogneas que sean entre s, no merecen ni siquiera ser llamadas partes, pues se
interpenetran, se confunden, esfuman sus lmites hasta volver a la dure indivisible y
continua. La sucesin, es finalmente el aspecto dinmico y mvil de la dure, su movimiento,
su movilidad.
Adems de caracterizarse segn tres notas fundamentales, la dure se despliega en tres
dimensiones. En primer lugar, en el Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia, la
dure es la esencia de la conciencia, el fluir de nuestros estados mentales, el yo y su devenir.
Mucho ms tarde, en la Introduccin a la metafsica, afirmar Bergson que el mbito en el
que por excelencia se revela la dure, es el mbito del yo.8 Diremos que la dure es, primero,
una realidad psicolgica. Pero la preeminencia es de orden epistmico. El yo es all donde la
dure aparece por primera vez, all donde es innegable que aparece. Luego, la preeminencia
que prueba el hecho de que la dure como realidad psicolgica gobierne el primer libro de
Bergson, es una preeminencia de orden cronolgico. La dure como esencia del yo es el
primer sentido de la dure que aparece en la obra de Bergson. Diremos entonces que la dure
es primero una realidad psicolgica, pero slo en sentido cronolgico y epistmico. A partir
de la dure interior o psicolgica, a la cual cada uno de nosotros tiene acceso de manera
inmanente en s mismo, hay que concebir por una ampliacin sucesiva una diversidad de
dures correspondientes a los diversos grados del ser.9 La dure interior es la primera que
percibimos. Pero a partir de ella podemos percibir una dure previa en sentido lgico, pues la
dure tiene un sentido ontolgico, posterior en la obra de Bergson, y posterior
epistmicamente. En La evolucin creadora la dure es la dinmica del ser. De la dure
como realidad psicolgica pasamos a la dure como realidad ontolgica: es el salto hacia la
ontologa dice Deleuze.10 Pero slo porque la dure es la dinmica del ser, es luego la
dinmica de nuestros estado mentales. Es el salto hacia la psicologa, diremos nosotros. Si
ms tarde en el tiempo, Bergson asimila la dure y el Espritu, retrospectivamente deberemos
decir que la dure se asimila a mi espritu. En tercer lugar, que la especulacin no esconda el
sentido ms elemental de la dure: ella es el tiempo. La dure es el nombre que Bergson le da
a lo que la tradicin y el sentido comn llaman el tiempo, para distinguir su nocin de la
tradicin y del sentido comn. La dure es el tiempo, el devenir. Lo que bsicamente es
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sucesin, continuidad y constitucin, creacin de incesante novedad, es el tiempo. Tres
dimensiones para la dure entonces: ella es yo, ser y tiempo.
Por qu Bergson bautiza al tiempo con el nombre de dure? Por qu siente la obligacin
de distinguirse de la tradicin? La crtica a la historia de la filosofa es siempre la misma: ha
confundido al tiempo con el espacio. Ha pensado el tiempo como el espacio, como un medio
homogneo. Y lo homogneo es el espacio, no el tiempo, en donde el momento presente se
distingue del pasado y del porvenir, todo el tiempo. Tal es as que cuando Bergson se refiere
al tiempo pensado como espacio, ese tiempo impuro, contaminado de espacio, se refiere a l
como tiempo homogneo. La homogeneidad del espacio es la condicin de su divisibilidad.
Al ser todo igual, el espacio puede dividirse, cortarse, partirse, fragmentarse, y volver a
reunirse, pegarse, juntarse. No as el tiempo que, si bien es absolutamente heterogneo, es
todo continuo, simple, indivisible. Esta es la gran crtica a la filosofa entonces: el haber
pensado el tiempo como espacio, es decir, homogneo y divisible. El error habra comenzado
con Zenn, quien soporta sus paradojas en esta confusin. Se habra prolongado con el
paralelismo de la proposicin VII del libro segundo de la tica. Y se habra alimentado,
fundamentalmente, de Kant.
Bergson critica la concepcin kantiana del tiempo en repetidas oportunidades.11 Citemos aqu
la ms detallada y precisa, la del Ensayo: El error de Kant consisti en tomar el tiempo por
un medio homogneo. No parece haber remarcado que la dure real se compone de
momentos interiores los unos a los otros, y que cuando reviste la forma de un todo
homogneo, es porque se expresa como espacio. As la distincin misma que establece entre
el tiempo y el espacio deviene, en el fondo, una confusin del tiempo con el espacio.12 Kant
confunde el tiempo con el espacio. Y si dice distinguirlos, en el fondo, esa distincin es una
confusin. Por qu? La primera frase proporciona una primera indicacin: porque el tiempo
de Kant es un tiempo homogneo. Ahora bien, cuando la segunda frase llega para desarrollar
esa crtica, describe a la dure como lo que se compone de momentos interiores los unos a los
otros, de momentos que se interpenetran, como colores que se esfuman, como las notas de
una meloda dir en otros lugares. As, lo que desarrolla esta segunda frase, no es la crtica a
la homogeneidad del tiempo kantiano, sino la continuidad de la dure bergsoniana. Las
crticas, entonces, son dos: una a la homogeneidad, otra a la divisibilidad. Slo que as como
falta el desarrollo de la primera, falta la presentacin de la segunda. Kant habra confundido
el tiempo con el espacio, lo habra pensado como homogneo y divisible.
Hay una segunda concepcin del tiempo respecto de la cual Bergson empea un libro en
distinguirse, la concepcin de Einstein. Duracin y simultaneidad termina as: Einstein es el
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continuador de Descartes.13 Las ltimas palabras del libro afirman que la concepcin del
tiempo de Einstein es la tradicional. Las primeras, el ttulo, dicen en qu sentido: Einstein no
trata con el tiempo-dure sino con el tiempo-simultaneidad. La polmica suscitada por este
libro fue tal que Bergson prohibi su reimpresin. Por eso, no podemos comenzar sin antes
hacer una aclaracin: en este caso no se trata de la crtica de una filosofa a otra, no se trata de
la crtica de una filosofa a una teora cientfica, sino de la distincin entre la filosofa y la
ciencia. Para Bergson, no ocurre que Einstein como filsofo haya pensado mal al tiempo
desde la filosofa, como es el caso de Kant. Lo ha pensado bien, pero simplemente lo ha
hecho como un cientfico. No es esto un error, como en el caso de Kant, pues ha hecho lo
que la ciencia debe hacer. Dicho esto, no podemos pretender, no obstante, que una
concepcin cientfica del tiempo, por ms novedosa que sea en la historia de la ciencia, sea
revolucionaria en la historia de la filosofa. Para Bergson, la teora de la relatividad no es la
aparicin de una nueva concepcin filosfica del tiempo, sino la reiteracin de la concepcin
cientfica habitual.
Bergson retoma los resultados de la experiencia Michelson-Morley (contraccin del espacio,
dilatacin del tiempo y dislocacin de la simultaneidad), y los rastrea en la teora de la
relatividad restringida y en la teora de la relatividad general. El espacio que se contrae, la
simultaneidad que se disloca, el tiempo que se dilata, pertenecen siempre a un sistema de
referencia virtual, nunca a uno real. Si segn el reloj del sujeto S, perteneciente al sistema R,
el sujeto S, perteneciente al sistema R, envejece ms lentamente que el sujeto S mismo; o si
el sujeto S, segn el reloj del sujeto S envejece ms lentamente que el sujeto S mismo; S,
segn su propio reloj, envejece a la misma velocidad que S segn el suyo. Para S, como para
S, su propio tiempo siempre pasa a la misma velocidad, y dos fenmenos simultneos de su
propio sistema no podran jams transformarse en sucesivos. La dilatacin del tiempo, como
la dislocacin de la simultaneidad, ocurre siempre en el sistema ajeno, pero no para el
habitante del sistema ajeno, sino para el habitante del propio. En otras palabras, la dislocacin
de la simultaneidad o la dilatacin del tiempo exigen que no nos ubiquemos en ningn
sistema, que ningn sistema sea el sistema de referencia. Si nos ubicamos en cualquiera de
ellos, el tiempo cesa de ser relativo. Para ser relativo, el tiempo de Einstein exige que nos
abstengamos de una decisin, la de habitar tal o cual sistema de referencia. El tiempo que se
dilata es el tiempo del sujeto S, pero para el sujeto S, y no para el sujeto S. El tiempo que se
dilata es un tiempo siempre ajeno, siempre de otro sistema, siempre virtual. Basta que
habitemos un sistema para que deje de dilatarse, basta que lo abandonemos para que
comience a hacerlo. El tiempo real, el tiempo habitado, no podra dilatarse. La trampa del
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cientfico relativista consiste en no ubicarse en ningn sistema, y en homologar realidad con
virtualidad. No est mal que lo haga, si eso le permite mediciones ms exactas y una
determinacin de las posiciones ms precisa. Pero el filsofo, quien no puede dejar de lado la
distincin entre la realidad y la virtualidad, se ubica en todos los sistemas al mismo tiempo, y
en ninguno de ellos el tiempo se dilata. En el tiempo real, en el de la vida y la conciencia, dos
hechos sucesivos no podrn volverse simultneos, dos hechos simultneos no podrn
volverse sucesivos. El tiempo real no dura ni ms ni menos, porque ni el ms ni el menos le
caben a la dure, que no puede cuantificarse, no puede medirse. La determinacin de la
dilatacin del tiempo como de la dislocacin de la simultaneidad exigen la medida del
tiempo, su divisin y cuantificacin. Es en este sentido en el que Bergson dice Einstein es el
continuador de Descartes. Sigue operando con un tiempo mesurable y cuantificable, es
decir, homogneo y divisible.
La crtica de Bergson a Kant es explcita, y la confrontacin con Einstein, pblica.14 Una
diferenciacin entre la dure y la concepcin husserliana de la temporalidad ha de
construirse, en cambio, indirectamente a travs de algunos pasajes de Emmanuel Lvinas.
La alteridad temporal se piensa [en Husserl] como inseparable () de los intervalos
espaciales, distintos pero iguales, discernibles, recorridos en un movimiento uniforme (tal la
representacin del tiempo homogneo, denunciada por Bergson), homogeneidad que
predispone a la sntesis (). El porvenir es protensionado, anticipado, supuesto por la
sntesis. Prioridad de la presencia y la representacin en la que la diacrona pasa por una
privacin de la sincrona.15 Lvinas comprende la concepcin del tiempo de Husserl como
otro caso denunciado por Bergson, otro caso de tiempo homogneo. No quedan dudas cuando
atendemos a la exposicin que hace de la dure: Es una contestacin a Husserl, en donde
pasado y porvenir se dibujaban a partir de la presencia retenida o protensionada.16 Por qu
Lvinas lee la filosofa de la dure como una contestacin a Husserl? Lo que concentra la
atencin de Lvinas en la dure es su aspecto creador, innovador, productor de novedad.
Decimos nosotros, la heterogeneidad. Ve all Lvinas la posibilidad de un futuro
absolutamente incierto, radicalmente desconocido, totalmente otro. Ve all la posibilidad de
un futuro imprevisible, inanticipable. Y no puede verlo en la concepcin de Husserl, donde la
protensin lo proyecta, y la retencin lo conserva. La protensin es para Lvinas un signo de
homogeneidad entre futuro y presente; y la retencin, uno de homogeneidad entre presente y
pasado. En ambos casos se anula lo mismo, la trascendencia de la alteridad en el plano
temporal, lo imprevisible, la novedad. Husserl, para Lvinas, ledo desde Bergson, parece ser
una manifestacin ms de aquella metafsica que privilegia el tiempo presente. La filosofa de
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Bergson sera la posibilidad de superarla en la direccin de un futuro incierto y novedoso; la
nocin de dure, la prefiguracin de la alteridad como lo radicalmente otro, como lo que no
pude ser anticipado y ni siquiera conocido, como lo que no puede ser reducido a lo mismo,
pues es, todo el tiempo, diferente.
Tres son las notas fundamentales de la dure (continuidad, sucesin y heterogeneidad), tres
son sus dimensiones (conciencia, ser y tiempo), y tres son las concepciones de las que se
distingue (Kant, Einstein y Husserl). La crtica es siempre la misma, no obstante: la tradicin
filosfica ha confundido el tiempo con el espacio. En trminos precisos, significa que ha
pensado el tiempo como homogneo, divisible y/o simultneo, segn el caso. Tras la
presentacin de la dure y de su distincin respecto del tiempo, es necesario proceder a una
evaluacin de lo segundo. Es cierto que la tradicin en todos los casos ha pensado el tiempo
como Bergson lo cree? Nos limitaremos a los casos estrictamente filosficos, el de Kant y el
de Husserl.
Barthlemy-Madaule, en Bergson adversario de Kant, al analizar el pasaje previamente
citado,17 revela la fuente de Bergson. Cuando critica a Kant, est pensando en la Esttica
trascendental. En efecto, los argumentos cuarto y quinto de la Exposicin metafsica dicen
respectivamente: tiempos diferentes no son ms que partes de un mismo tiempo, y toda
dimensin determinada de tiempo no es posible ms que por limitaciones de un tiempo
nico.18 La Esttica trascendental parece contar con un tiempo capaz de ser partido,
limitado, por lo tanto con un tiempo divisible, y para Bergson, porque divisible, tambin
homogneo. En este sentido, Barthlemy-Madaule le concede a Bergson la crtica: el
paralelismo es innegable.19 Pero quiz el Esquematismo de los conceptos puros del
entendimiento, sin contradecir a la Esttica, ofrezca l mismo la posibilidad de superarla,
la manera de atenuar los efectos del su paralelismo.
Este esquematismo del entendimiento puro () es un arte escondido en las profundidades
del alma humana,20 y del cual es bien difcil arrancar algn secreto. Las palabras
enigmticas de Kant retumban en la diversidad de interpretaciones que ha ofrecido el pasaje.
Por lo tanto hay que revelar un supuesto antes de comenzar: nos ocuparemos aqu del
esquematismo en tanto determinacin trascendental del tiempo. No pretendemos por ello
sugerir que esta es la nica manera de comprender la seccin. Ni siquiera que es la ms
relevante. Simplemente, creemos que una tal lectura es posible. Contamos con dos pruebas: la
expresin Zeitbestimmung y el prrafo 17 de dicha seccin. La expresin
Zeitbestimmung, que asume el objetivo y la definicin del esquematismo, puede traducirse
y comprenderse de dos maneras: como determinacin temporal o como determinacin del
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tiempo. La determinacin puede ser temporal, y en ese caso su objeto seran los fenmenos;
la determinacin sera una determinacin temporal de los fenmenos. Pero tambin su objeto
puede ser el tiempo, y as la determinacin sera una determinacin del tiempo mismo. El
prrafo 17 constituye nuestra segunda prueba porque resume el captulo desde esta segunda
posibilidad: los esquemas no son ms que determinaciones del tiempo concerniendo la serie
del tiempo, el contenido del tiempo, el orden del tiempo y el conjunto del tiempo. En sntesis,
creemos que una lectura de los esquemas como determinaciones del tiempo es meramente
posible, ni excluyente, ni necesaria. En este sentido preguntamos entonces en qu medida el
tiempo es determinado de forma a eludir la crtica de Bergson, la acusacin de homogeneidad
y divisibilidad. Una exploracin detallada de los esquemas guiada por el trabajo de Rosales
Una pregunta sobre el tiempo21 aportar la respuesta.
Si bien el esquema de la cantidad determina el tiempo como una serie, confirmando la
acusacin de divisibilidad y homogeneidad, Rosales reconstruye cierta sntesis sobre la que
se apoya la sntesis regida por el nmero, y que permanece inexpresa en el pasaje del
esquematismo. El tiempo que viene a presentarse sin cesar, es aprehendido primeramente
por una sntesis que lo capta sin interrupciones. Esa sntesis es un fluir, es decir, una
prosecucin, una mera continuacin, sin fisuras ni fin. La imagen del tiempo que se hace
consciente en esa sntesis es un quantum continuum. Ese es el modo originario de darse del
tiempo y el espacio como quanta infinita.22 La sntesis regida por el nmero estara
operando sobre un tiempo continuo, sin fisuras, sobre un fluir, ms dure que tiempo
homogneo. El nmero estara dividiendo algo que previamente era indiviso, un continuum.
Los instantes, los momentos, seran una determinacin producida por la categora de la
cantidad gracias al esquema del nmero sobre un tiempo originario que no tena instantes,
que no tena momentos, que no tena partes. Habra un tiempo antes del tiempo, un tiempo
indiviso. Ese tiempo antes del tiempo, un tiempo que todava no es serie, guarda consigo una
de las notas de la dure, la indivisibilidad.
Hay un tiempo antes del tiempo, un tiempo originario dice Rosales, previo al tiempo
determinado como serie. Ese tiempo antes del tiempo rescata la indivisibilidad de la dure. Y
hay luego, un tiempo despus del tiempo, del tiempo determinado por la categora de la
cantidad, es el tiempo determinado por la categora de la cualidad. As como ese tiempo antes
del tiempo rescata la indivisibilidad de la dure, este tiempo despus del tiempo rescata su
heterogeneidad. El esquema de la cualidad es el llenado de un tiempo por la sensacin. En
aquel tiempo ya constituido como serie se dan fcticamente las sensaciones. El esquema de la
cantidad permite la adicin de unidades homogneas, pero concretamente, esa adicin es la
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adicin de un mltiple sensorial. El esquema de la cantidad contiene una referencia
implcita a la materia sensorial en su relacin con el tiempo y el espacio como formas, si
bien la sntesis prescrita por ese esquema no versa directa y explcitamente sobre esa
relacin.23 Y Rosales explica un poco antes que no versa directa y explcitamente sobre esa
relacin porque justamente, para construir cualquier nmero, es necesario que la
multiplicidad sensorial sea considerada como una serie de unidades homogneas. Para ilustrar
la propuesta, recurre al ejemplo de una serie de sonidos. Debo hacer abstraccin de esa
multiplicidad sonante para considerarla como una serie homognea. El ejemplo parece
elegido para nosotros, que sabemos que la metfora predilecta de Bergson para expresar la
dure es la de la meloda. Esos sonidos, peculiaridad sensorial que hay que dejar de lado,
bien pueden ser las notas de una meloda siempre cambiante, siempre distinta, cada vez
nueva. La homogeneidad construida por el esquema de la cantidad es una abstraccin, un
momento del mtodo de aislamiento. Basta avanzar en el captulo del esquematismo, basta
atravesar un esquema ms, el de la cualidad, para ver que en realidad, en concreto,
fcticamente, ese tiempo que se cuenta es un tiempo lleno de un material sensorial que
distingue cada momento, y que devuelve al tiempo experimentado toda su heterogeneidad.
Habamos encontrado un tiempo antes del tiempo como serie, un tiempo originario e indiviso.
Encontramos ahora un nuevo tiempo despus del tiempo como serie, un tiempo lleno de
material sensorial, lleno de sonidos, melodioso, un tiempo heterogneo.
Lamentablemente, el esquema de la cantidad no es el nico problemtico. Los esquemas de la
sustancia y de la necesidad tambin lo son, pues aunque no confirman la divisibilidad,
confirman la homogeneidad. El esquema de la sustancia es la permanencia de lo real en el
tiempo. Es la subsistencia de lo mismo, es la posibilidad de una mismidad en el tiempo. Al
determinar el tiempo como susceptible de permanencias, lo vuelve homogneo, al menos por
momentos. Y el esquema de la necesidad, que se construye sobre la base de los esquemas de
la sustancialidad y de la causalidad 24 afirma Rosales recordando el carcter dependiente de
los esquemas posteriores sobre los anteriores, repetira el inconveniente. En efecto, el
esquema de la necesidad es la existencia de un objeto en todo tiempo. Determina al tiempo de
manera a que pertenezcan a l fenmenos necesarios, es decir fenmenos que tengan que
existir en todo tiempo, cada vez que se presente su causa. El tiempo es determinado ahora
como susceptible de necesidad, como susceptible de causas permanentes. La necesidad
requiere de la mismidad de las causas. Para que haya necesidad debe haber repeticin de una
causa, permanencia de una causa.
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Pero en sentido estricto, explica Rosales, esa permanencia no puede ser constituida por
una sntesis de la imaginacin, sino que slo puede ser presupuesta a travs de un juicio a
priori.25 En efecto, recordemos que en trminos concretos, un sujeto finito produce en su
sntesis la permanencia de los objetos que fcticamente experimenta. En otras palabras, el
esquema de la sustancia presupone ya el esquema de la cualidad, y el tiempo que determina
es un tiempo lleno de material sensorial. Esa permanencia que produce, por lo tanto, no puede
ser nunca absoluta, sino relativa. El esquema de la sustancia es una sntesis continua que
aprehende los contenidos espacializados, dados sucesivamente, e identifica unos con otros los
contenidos cualitativamente semejantes.26 El esquema de la sustancia determina un tiempo
sucesivo y ya lleno de contenidos. Esos contenidos, cualitativamente, a lo sumo pueden ser
semejantes, pero nunca iguales, porque nada absolutamente igual hay en el tiempo, la
igualdad es siempre relativa, y por eso tambin la permanencia. La sustancia es aqu una
categora, y no una idea de la razn. Otra vez, ahora desde atrs, el esquema de la cualidad
salva la heterogeneidad del tiempo. Como dice Rosales, la permanencia de una sustancia, ella
misma, es pasajera.
Como el esquema de la necesidad se constituye a partir de los esquemas de la sustancia y la
causalidad, de la misma manera que se traspasa el inconveniente, se traspasa su solucin.
Aquellas causas que parecen ser iguales, que parecen repetirse, son en realidad, en sentido
estricto, fcticamente, en concreto (todas expresiones de Rosales), semejantes ms bien,
y su repeticin, relativa. El fuego siempre producir humo, pero eso no implica que el fuego
sea siempre el mismo: al fuego real, al fuego percibido, no le cabe ningn siempre, pues
cualitativamente es un fuego cada vez distinto. La necesidad no es la permanencia de una
causa, pues nada permanece en sentido estricto, sino la identificacin en abstracto de causas
semejantes.
Finalmente, puede objetarse que el esquema de la accin recproca agrega un nuevo
inconveniente: la simultaneidad. El esquema de la accin recproca determina dos accidentes
como simultneos. Presupone as, recuerda siempre Rosales, el esquema de la sustancia, pero
tambin la constitucin de una pluralidad de sustancias. El esquema de la accin recproca
hace que podamos considerar como simultneas a las dos caras de un cubo. Ahora bien, como
lo dicho para el esquema de la sustancia vale tambin para el esquema de la accin recproca,
esas dos caras de un cubo, simultneas entre s, bien pueden ser ellas mismas sucesivas. La
dure, no por ser una no admite ramificaciones. Tales las especies en La evolucin creadora.
Tales los tiempos de los distintos sistemas de referencia en Duracin y simultaneidad. La
dure, una y sucesiva, se ramifica en distintas lneas sin dividirse, y nada impide la
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simultaneidad entre esas lneas sucesivas. La simultaneidad del esquema de la sucesin
recproca no paraliza la sucesin, pues es una simultaneidad entre dos sucesiones.
La crtica de Bergson a Kant segn la cual habra confundido el tiempo con el espacio
proviene de su lectura la Esttica. Si atendemos exclusivamente a los esquemas de la
cantidad, de la sustancia, de la necesidad y de la accin recproca, podramos pensar que la
Analtica confirma la crtica. Pero la consideracin de una sntesis de la imaginacin previa
a la actividad de los esquemas y de la determinacin del esquema de la cualidad, obligan a
descartarla. Gracias a ella, las causas deben ser pensadas como semejantes, la permanencia
como pasajera, y el nmero como una abstraccin. El tiempo determinado como homogneo
y divisible no excluira la posibilidad de una experiencia fctica y concreta de un tiempo
heterogneo, indivisible y sucesivo, de un verdadero tiempo-dure.
Como una contestacin a Husserl, lea Lvinas la concepcin bergsoniana del tiempo. Como
prembulo, comencemos por algunas aclaraciones de orden historiogrfico. No hay
menciones a Husserl en la obra de Bergson. Y en sentido inverso, Husserl no parece haber
tenido de la obra de Bergson demasiadas noticias, si no fuese por su discpulo polaco Roman
Ingarden. En agosto de 1916 Husserl e Ingarden habran discutido un trabajo del segundo que
se volvi luego la disertacin Intuicin e intelecto en Henri Bergson. Ingarden se la ley a
Husserl en octubre de 1917, y atestigua haber visto sobre el escritorio de Husserl una
traduccin al alemn de La evolucin creadora.27 Mucho despus, en 1928, Husserl va a
rechazar una invitacin de Gouhier para escribir un artculo sobre Bergson.28 Y eso es todo,
demasiado poco para considerar la concepcin de la dure como una contestacin. Era la
expresin metafrica? En efecto, el filsofo puede desentenderse de las circunstancias
histricas para atender al dilogo conceptual. Desde este punto de vista entonces, las
preguntas a formular son las siguientes: acaso el tiempo de Husserl es un tiempo
homogneo? Es la protensin una anticipacin del porvenir?
Como en el caso de Kant, algo es innegable. A partir del anlisis formal del tiempo, que no
tiene en cuenta sus contenidos, el tiempo es homogneo. Transcurre siempre igual. El
movimiento es el mismo en todo momento: de protensin a impresin y de impresin a
retencin. Pero decir que desde el punto de vista formal, el tiempo es homogneo, equivale a
decir que nicamente es homognea la forma del tiempo. Qu sucede cuando consideramos
los contenidos de la experiencia? Se ajustan a la forma, es cierto, pero le confieren plenitud.
Ella se llena de una experiencia que luego sedimenta retencionalmente. Con el llenado del
tiempo y la sedimentacin de los contenidos, la homogeneidad comienza a resquebrajarse
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pues, en principio, los contenidos son siempre distintos. En realidad, antes de afirmar esto,
deberamos preguntarlo: son los contenidos siempre distintos? No existe cierta
homogeneidad en cuanto a los contenidos? La respuesta no puede ser absolutamente negativa
porque el yo anticipa las protensiones en el futuro en funcin de lo que ya ha sedimentado. La
experiencia sedimentada determina y motiva la anticipacin. Las protensiones guardan cierta
homogeneidad con la posesin retencional. Se espera que la experiencia futura sea como la
pasada. Pero si la homogeneidad formal del tiempo era una homogeneidad rgida, la
homogeneidad de sus contenidos es ahora variable pues depende de las confirmaciones y
decepciones. Cuantas ms confirmaciones, ms fuerte es la espera protensional. Cuantas ms
decepciones, ms dbil. De la sntesis temporal a la sntesis asociativa, pasamos de una
homogeneidad rgida a una variable.
Qu tienen en comn la sntesis temporal y la asociativa? Ambas son pasivas. Quiz, del
lado de la actividad del yo, la homogeneidad contine su proceso de disolucin. Si la sntesis
temporal constituye un tiempo rgidamente homogneo y la sntesis asociativa, uno
variablemente homogneo, la sntesis de la voluntad disminuye aun ms la homogeneidad del
tiempo. Frente a las primeras sntesis pasivas, la sntesis activa de la voluntad hace intervenir
al yo de manera a que la experiencia retencional sedimentada tenga menos influencia en la
anticipacin protensional. Ahora los procesos temporales dependen de la accin. El acto de la
voluntad ya no refleja la experiencia pasada con tanta fidelidad como la sntesis asociativa
pasiva. E incluso aqu podramos distinguir, entre las habitualidades, las propiamente dichas
y las habitualidades de intereses. Mientras que las primeras reflejan exclusivamente la
experiencia pasada, las segundas introducen una orientacin hacia el futuro. No dejan de ser
habitualidades, porque crean un estilo de comportamiento, pero lo son de intereses en
cuanto no estn atadas a un mundo pasado, sino que proyectan uno nuevo. La sntesis activa
de la voluntad, entonces, que independiza todava ms al futuro del pasado, es otro paso en la
direccin de la heterogeneidad del tiempo.
Demos uno hacia atrs ahora, y volvamos al anlisis formal del tiempo. Notamos que incluso
en el marco del anlisis formal, Husserl se esfuerza por salvar la diferencia radical y
cualitativa entre protensiones, retenciones e impresiones.29 Las primeras son siempre vacas.
Las ltimas, siempre tienen plenitud. No estamos violando los lmites del anlisis formal
introduciendo la plenitud? No, porque se trata aqu de una plenitud cualquiera, no de tal o
cual plenitud. Si las impresiones se distinguen de las retenciones o protensiones, en el marco
de la sntesis activa, gracias a sus contenidos, en el marco del anlisis formal, se distinguen
por el hecho de tener un contenido. Lo homogneo es el hecho de que una protensin vaca
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siempre se plenificar al momento de devenir impresin. En otras palabras, lo homogneo es
el transcurrir del tiempo, no el tiempo mismo. Existe una diferencia radical entre protensiones
y retenciones, e impresiones, pues slo las ltimas estn siempre llenas de un contenido.
Husserl expresa esta diferencia al decir que la impresin siempre viene de afuera, mientras lo
dems es producido por la espontaneidad de la conciencia. No estamos falseando la
pasividad de la sntesis temporal al hablar de espontaneidad? No, se trata de una
espontaneidad pasiva, ms de una costumbre que de una decisin. Atendamos al apndice
primero del prrafo 11 de la Fenomenologa de la conciencia del tiempo inmanente: el
tiempo es una produccin continua de modificaciones y de modificaciones de las
modificaciones.30 Recordemos la clebre frmula de Bergson: produccin continua de
incesante novedad. Lo ms curioso es que ambos recurren a la misma metfora, la meloda.
La semejanza de las frmulas y la identidad de la metfora, explican la exclamacin de
Husserl al escuchar la descripcin de Ingarden de la dure: eso es totalmente como si yo
fuera Bergson!31
En efecto, si bien la sntesis temporal pasiva indica que el transcurrir del tiempo es
homogneo, la sntesis asociativa pasiva y la sntesis activa de la voluntad diluyen esa
homogeneidad: al llenar el tiempo de contenidos a lo sumo semejantes, al permitir que el yo
espere un porvenir irreducible a la experiencia pasada. Lo nico que permanece como
inexorablemente homogneo parece ser el transcurrir del tiempo. Lo homogneo no es tanto
el tiempo mismo, sino la forma de su sucesin. Y creer que Bergson dice otra cosa es creer
que el pensador de la irreversibilidad admite que el pasado pueda venir antes que el futuro.
La nica homogeneidad que puede atribuirse de manera fundamentada al tiempo de Husserl,
es la homogeneidad de la sucesin. Pero esa homogeneidad no es la que se opone a la
heterogeneidad de la dure; y la dure, siempre distinta de s, es distinta de s siempre, es
decir homogneamente. No creemos que se pueda acusar a Husserl de pensar en un tiempo
exclusivamente homogneo sin confundir, de alguna manera, a la dure con una de sus notas,
la sucesin. La dure, ella misma heterognea, es homogneamente sucesiva.32
Qu es lo ms original entonces en la concepcin del tiempo de Bergson? No puede serlo la
heterogeneidad, la distincin del tiempo respecto de s mismo, porque esa heterogeneidad no
est excluida de las concepciones de Kant y de Husserl. Ninguna de ellas adhiere a una
homogeneidad total y de forma exclusiva, de manera a encarnar la crtica de Bergson y
Lvinas al tiempo homogneo. No obstante, aunque las consideraciones de Lvinas no
advierten a nuestro juicio cul es la originalidad de la dure, alertan sobre uno de sus
caracteres ms problemticos, la alianza de notas distintas. No debemos confundir la
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heterogeneidad de la dure con la homogeneidad de su sucesin. No debemos confundir la
sucesin y la heterogeneidad. No es esta la alianza ms problemtica, sin embargo, sino la
que se produce entre la heterogeneidad y la continuidad. La crtica que Bachelard hace de la
concepcin bergsoniana del tiempo en La dialctica de la dure, descubrir la dificultad, tal
como lo hizo la crtica de Lvinas a Husserl.
La dialctica de la dure se presenta como una propedutica a una filosofa del reposo, y en
su primer captulo, como buena dialctica, se opone a la nocin de dure bergsoniana. No se
declara en contra de la totalidad del concepto, sino de una de sus notas: la continuidad. La
fundacin de una filosofa del reposo requiere, ante todo, refutar la continuidad de la dure
bergsoniana. Anuncia Bachelard que efectuar la empresa en tres tiempos: primero se va a
ocupar del plano del discurso, luego del plano psquico, para luego extraer las consecuencias
en el plano metafsico.
En el plano del discurso, segn Bachelard, Bergson privilegia los juicios afirmativos por
sobre los negativos.33 Las palabras negativas, para Bergson, no tendran sentido ms que por
las positivas que niegan. Toda negacin, en el fondo, sera una afirmacin. Bachelard no dice
todo lo contrario, pues no dice que el privilegio lo tiene la negacin, pero pone en un pi de
igualdad a la negacin y la afirmacin. No quiere, en el fondo, una filosofa del reposo, sino
una dialctica del reposo y el movimiento. No quiere negar la dure en su totalidad, sino slo
su continuidad. Qu significa poner en un pi de igualdad la negacin y la afirmacin en el
plano discursivo? Significa que si Bergson cree que toda negacin es en el fondo una
afirmacin, bien podemos pensarlo al revs. Todo juicio, es un juicio contra. Quien afirma,
niega lo que afirm otro. Todo conocimiento, por definicin, es polmico. En trminos
concretos, en trminos histricos y epistemolgicos, si un cientfico afirma que la mesa es
blanca, es porque otro afirm previamente que era de otro color, negra o azul, y porque ahora
se trata, ante todo, de refutar la vieja afirmacin por el hecho de constituir un obstculo
epistemolgico. Si para vaciar algo debe estar antes lleno, parafrasea Bachelard a Bergson,
tambin es cierto que para llenarlo debe estar antes vaco. Esto ensea la dialctica de lo
lleno y lo vaco.
Ya en el primer movimiento, en el plano del discurso, Bachelard anticipa las conclusiones
que va a extraer ms tarde, a nivel metafsico: Es naturalmente la misma correlacin
detallada, discursiva, la que se establece entre el ser y la nada cuando se quiere vivir bien la
oscilacin dialctica de la realizacin y de la nihilizacin. () No estalla de manera
evidente que la nada no puede ser una cosa, que el reposo no puede ser un modo de
movimiento?34
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En el plano del psiquismo, Bachelard recurre en primer lugar a la psicologa de la decisin, y
luego al anlisis de las funciones psquicas. En el primer caso, retoma las consideraciones del
plano discursivo. As como toda afirmacin puede pensarse como una negacin, toda
decisin puede pensarse como el rechazo de otra, toda eleccin, como la negacin de otra.
Elegir una opcin es siempre dejar de lado otra posibilidad. Y si antes Bachelard le daba una
cierta positividad a la negacin en el discurso, ahora le da, tambin contra Bergson, una cierta
positividad a la posibilidad en la eleccin. Decir s ante una posibilidad, es decir no ante
otra, as va el pensamiento: un no contra un s y sobre todo un s contra un no.35
Con una dialctica del s y del no Bachelard afirma la discontinuidad del tiempo, o mejor:
niega su continuidad. El anlisis de las funciones psquicas confirma lo que precede. No hay
funcin que no presente ritmos distintos, no hay funcin que no se debilite, que no se
fortalezca, que no se debilite porque previamente se fortaleci.36 Con su teora de las
oposiciones complementarias, Bergson se asegurara el xito absoluto en todas las esferas de
la vida. Si cuando la inteligencia se adormece el instinto se despierta, no hay lugar para el
error, no hay lugar para el equvoco, no hay lugar para el desperfecto. La vida es xito.
Podemos caminar con seguridad an cuando no sabemos adnde vamos. Es lo que garantiza
una filosofa de la plenitud, que expulsa toda imperfeccin, todo vicio y toda forma del mal
hacia el exterior.37 La materia bergsoniana, segn Bachelard, tiene el aspecto de no ser ms
que la sustancializacin de nuestras desilusiones, de nuestros infortunios, de nuestros errores.
Por lo cual sugiere: y si acaso hubiese un en s del fracaso? Y si los obstculos estuviesen
tan llenos de vida como el tiempo mismo? Y si la vida misma a veces quisiese morir?
Generalizando las conclusiones particulares del plano discursivo y del plano psquico,
Bachelard termina: la vida se opone a la vida, el cuerpo se devora a s mismo y el alma se
roe.38 Bachelard termina: encontramos esparcida en el tiempo la dialctica del ser y la
nada.39 Es que Lo posible y lo real, la crtica a la idea de nada que all se ejecuta, es para
Bachelard lo que supone la plenitud que l condena. El problema del ser y la nada es un falso
problema para Bergson, pues todo lo que hay es ser. Nada no hay. Y la plenitud del lan, es
lo que para Bachelard garantiza la continuidad. Siempre la misma idea subyace la filosofa de
Bergson: el ser no tiene lagunas.
Lo que pretende contestar Bachelard es la continuidad de la dure. Sus argumentos son la
intermitencia de las funciones en el plano psquico, el carcter polmico de toda afirmacin
en el plano discursivo, y que a nivel ontolgico, nada no es meramente otra cosa. Pero
Bergson, en Lo posible y lo real, jams sostiene que nada sea otra cosa. Lo que es otra cosa
es siempre algo, siempre es ser. Cuando sostiene que la nada es ms que el ser, pues implica a
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todo el ser y adems, a la operacin intelectual de su negacin, se refiere a lo que la tradicin
metafsica ha entendido por nada, y no a lo que l mismo entiende por nada. Para
Bergson, la nada no es, y todo lo que hay es ser. Y si ese ser puede hospedar diferencias tan
radicales como para confundirlas con la nada, es porque a pesar de su continuidad, est
dotado de la ms rotunda heterogeneidad. Bergson no ignora que las funciones son
intermitentes. Es justamente lo que entiende por las variaciones de atencin o desatencin a
la vida. La lectura que Bachelard realiza de Bergson equivale a interpretar que Bergson no
remarc que los hombres duermen o se distraen. Y lo uno como lo otro es explicado por una
baja de atencin a la vida, por un debilitamiento de las funciones. A lo largo de todo el
captulo, Bachelard califica a la dure indistintamente de continua y homognea.40 Es esta
indistincin lo que le permite criticar la continuidad de la dure en nombre de una dialctica.
Pero lo que en realidad no acepta Bachelard es la homogeneidad. Y a ella, tampoco la acepta
Bergson. Por eso Vieillard-Baron escribe de la crtica de Bachelard: vemos bien que la
crtica a Bergson es ms aparente que real, en la medida que la dure no tiene nada de un
flujo homogneo, sino que constituye una emergencia de novedad.41 Bergson no niega los
cambios de ritmo en la dure, pero lo que l llama diferencia, creacin o novedad,
Bachelard lo llama dialctica. La confrontacin se desvanece si precisamos el sentido de
las palabras; se sostiene slo bajo el precio de la confusin de la continuidad con la
homogeneidad, o ms generalmente, del tiempo con el espacio. Los problemas surgen cuando
uno de ellos llama continuidad a lo que el otro llama homogeneidad, y se disuelven
cuando le devolvemos el sentido tcnico a cada uno de los trminos.
Como la crtica de Lvinas a Husserl reposaba en una confusin entre la heterogeneidad de la
dure y la homogeneidad de su sucesin, la crtica de Bachelard a Bergson reposa en una
confusin entre la homogeneidad y la continuidad. Por eso decimos que si bien estas crticas
no revelan el carcter ms original de la dure, alertan sobre lo ms problemtico, a saber: la
alianza entre tres notas distintas. Y como en el caso de la continuidad y la heterogeneidad, la
distincin adopta casi la forma de una oposicin, entre las combinaciones posibles, tal vez sea
sta la ms problemtica. La paradjica alianza, dice Vieillard-Baron para referirse a ella,
la misteriosa alianza, dice Janklvitch. Y en ellos quiz piense Chenet cuando escribe:
Pareciera que la duracin es definida por atributos cuya compatibilidad es inconcebible,
como lo subrayaron varios exegetas.42
Tras la evaluacin de las crticas del bergsonismo a Kant y Husserl y de Bachelard a Bergson,
tal vez podamos precisar ahora en qu consiste la originalidad de la dure. No puede reposar
en ninguna de sus notas fundamentales. No puede fundarse en la heterogeneidad, pues las
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sntesis asociativa y activa, como el esquema de la cualidad, permiten vislumbrarla. No puede
fundarse en la continuidad, pues una sntesis previa a la del esquema de la cantidad, segn
Rosales, la supone. Tampoco en la sucesin, desde ya, la nota ms tradicional del tiempo
quiz. La sucesin, la heterogeneidad y la continuidad ya aparecen en las concepciones
previas del tiempo criticadas por el bergsonismo. Suponer una diferenciacin radical entre la
dure y las concepciones del tiempo previas, como lo hace toda acusacin veloz de tiempo
homogneo, implica una de dos tesis insostenibles: o bien que en las concepciones del
tiempo previas los contenidos son idnticos, o bien que Bergson no concede la posibilidad de
semejanzas entre el pasado y el futuro. Implica uno de dos ridculos: o bien que Kant o
Husserl no sospecharon que la vida no se desarrolla como una frrea y glacial monotona, o
bien que Bergson no not, que en alguna medida, el da de maana ser probablemente
bastante parecido al de hoy. Ambas posibilidades han de ser dejadas de lado. La primera
gracias a la aventura a travs del esquematismo y de las sntesis asociativa y activa. Lo
segundo, queda claro: Bergson sabe de la existencia de un tiempo homogneo y divisible, es
el tiempo de la ciencia. Queremos significar que las tres concepciones del tiempo son
equivalentes? De ningn modo. Queremos significar que la diferencia no reside en la
heterogeneidad, en la continuidad, o en la sucesin, en las notas de la dure. En el fondo,
argumentamos contra las formas de la exageracin: menosprecio de la dure en un caso,
sobrevaloracin en el otro. No creemos que antes de Bergson la homogeneidad y la
divisibilidad se hayan apoderado del tiempo de manera exclusiva. Pero tampoco que no haya
una novedad en el planteo bergsoniano.
En qu consiste la originalidad de la dure entonces? Si los sistemas de Kant y Husserl
vislumbran o suponen la heterogeneidad o la continuidad, el de Bergson las subraya, las
resalta. Si la creacin continua de novedad est implcita o sugerida en las filosofas pre-
bergsonianas, se explicita y pone de manifiesto con la dure. Husserl, Kant y Bergson, en el
fondo, se concentran en tiempos distintos. Los primeros privilegian el de la ciencia, Kant en
mayor grado que Husserl probablemente; Bergson, el de la vida. Ninguno de ellos desconoce
la existencia del otro. El otro aparece en cada caso como un rastro. Pero en cada caso, el
tiempo que es rastro, es otro. La originalidad de Bergson consiste en poner el acento en un
determinado tiempo, lo cual significa un movimiento doble bien preciso: privilegiar el tiempo
de la vida por sobre el tiempo de la ciencia, y, consecuentemente, darle la dimensin
ontolgica que hace depender al resto de los problemas de l. La novedad de Bergson es que
se concentra fundamentalmente en el tiempo de la vida. Se concentra: hace del tiempo de la
vida el centro de su filosofa. Se comprende mejor ahora por qu insistamos en la
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preeminencia ontolgica de la dure cuando presentbamos sus niveles: de alguna manera,
anticipaba parte de la originalidad del movimiento bergsoniano, el hacer del tiempo la
dinmica del ser. No son las notas intrnsecas de la dure ni su problemtica alianza lo que
hace a la originalidad de la filosofa de Bergson, sino una posicin extrnseca en la gramtica
conceptual. Diremos as que lo ms novedoso no es lo ms problemtico, sino lo ms
evidente: que Bergson se ocupa ante todo del tiempo, siempre y cuando entendamos estas
formulas ligeras en su sentido tcnico, como el movimiento doble de reordenamiento
jerrquico y ontologizacin. Reordenamiento jerrquico: privilegiar el tiempo de la vida por
sobre el tiempo de la ciencia. Ontologizacin: hacer del tiempo de la vida la dinmica del ser
a partir de la cual se explican el resto de los fenmenos. A la inversa, podremos decir que lo
ms problemtico no es lo ms novedoso. Pues si la alianza entre heterogeneidad y
continuidad resulta difcil de asumir, no hay razones para no considerar a la alianza de sus
opuestos, homogeneidad y divisibilidad, igualmente paradjica. El mismo razonamiento que
nos sugiere que lo heterogneo es divisible, sugiere que lo homogneo es indivisible. Es el
que confunde la heterogeneidad con la complejidad, y la homogeneidad con la simpleza. La
dure bergsoniana, no por ser heterognea es compleja; y el tiempo de la Esttica, no por
ser homogneo es simple. El segundo es divisible, aunque homogneo; y la primera es
indivisible, aunque heterognea. La originalidad de la dure no reposa en lo que las crticas
de Lvinas y Bachelard revelan como lo ms problemtico, sino en lo ms evidente: su
posicin en el conjunto de la obra. Muchos problemas filosficos sern explicados en
trminos de una problemtica alianza entre la heterogeneidad, la sucesin y la continuidad.
Pero lo novedoso no es la problemtica alianza, sino todo lo que pretende explicar. No es su
constitucin intrnseca, sino su posicin extrnseca. El tiempo que el esquematismo dejaba
entrever, o que el anlisis de la temporalidad permite reconstruir, deviene ahora la dinmica
misma del ser.
Notas 1 Es una de las tesis de Arnaud Bouaniche en Au croisement des philosophies de Bergson et de Deleuze: la
nouveaut (hypothse propos de lunit de la pense deleuzienne). Se trata de una presentacin hecha el 5 de marzo del 2003, en el marco del grupo de estudios La philosophie au sens large, dirigido por Pierre Macherey, en la Univesridad de Lille 3. Publicado en el portal de investigacin de dicha Universidad, y accesible con el siguiente link: http://stl.recherche.univ-lille3.fr/seminaires/philosophie/macherey/Macherey20022003/Bouaniche.html.
2 A tal punto que Michael Hardt estructura su Gilles Deleuze: An Apprenticeship in Philosophy (2003, Regents of the University of Minnesota), segn estas tres influencias.
3 Bergson, H., (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF. 4 Ver el artculo Bergson se faisant en Merleau-Ponty, M., (1953), Lloge de la philosophie, Pars, Gallimard.
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5 Ver por ejemplo el libro de Lvinas, E., (1998), De Dieu qui vient lide, Vrin, Pars, p. 238. 6 Ver el artculo de Deleuze La conception de la diffrence chez Bergson, en Deleuze, G., (2002), Lle
dserte, Pars, Les ditions de Minuit. 7 Worms, F., (2000), Le Vocabulaire de Bergson, Pars, Ellipses, p. 20. 8 Bergson, H., (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF, p. 182. 9 Worms, F., (2000), Le Vocabulaire de Bergson, Pars, Ellipses, p. 21. Salvo indicacin contraria, todas las
traducciones son nuestras. En las notas, transcribimos el texto original. A partir de la dure intrieure ou psychologique la quelle chacun de nous a accs de manire immanente en lui-mme, il faut donc concevoir par un largissement successif une diversit de dures correspondant aux divers degrs de ltre.
10 Deleuze, G., (1998), Le bergsonisme, Pars, PUF, p. 52-53. 11 Bergson, H., (2003), Lvolution cratrice, Pars, PUF, p. 360; (1997), Matire et Mmoire, Pars, PUF, pp.
237-238; (2003), La pense et le mouvant, Pars, PUF, p. 141; (2003), Essai sur les donns immdiates de la conscience, Pars, PUF, pp. 174-180. .
12 Bergson, H., (2003), Essai sur les donns immdiates de la conscience, Pars, PUF, p. 174. Lerreur de Kant a t de prendre le temps pour un milieu homogne. Il ne parat pas avoir remarque que la dure relle se compose de moments intrieurs les uns aux autres, et que lorsquelle revt la forme dun tout homogne, cest quelle sexprime en espace. Ainsi la distinction mme quil tablit entre lespace et le temps revient, au fond, confondre le temps avec lespace
13 Bergson, H., (1998), Dure et simultanit, Pars, PUF, p. 181. 14 Aludimos al encuentro Bergson Einstein el 6 de abril de 1922 en la Sociedad Francesa de Filosofa. 15 Lvinas, E., (1998), De Dieu qui vient lide, Vrin, Pars, 1998, p. 238. Laltrit temporelle se pense [chez
Husserl] comme insparable () des intervalles spatiaux, distincts mais gaux, discernables, parcourus dans un mouvement uniforme (telle la reprsentation du temps homogne, dnonce par Bergson), homognit qui prdispose la synthse (). Lavenir est protenu, anticip, suppos par hypothse (). Priorit de la prsence et de la reprsentation o la diachronie passe pour une privation de la synchronie.
16 Lvinas, E., (1996), Transcendance et Intelligibilit, Genve, Labor et Fides, p. 36. Cest une contestation de Husserl, o pass et avenir se dessinaient partir de la prsence retenue ou protenue.
17 Barthlemy-Madaule, (1996), Bergson adversaire de Kant, Paris, PUF, p. 38. 18 Kant, I., (1980), Critique de la raison pure, Pars, Gallimard, pp. 98-99. 19 Barthlemy-Madaule, (1996), Bergson adversaire de Kant, Paris, PUF, p. 47. 20 Kant, I., (1980), Critique de la raison pure, Pars, Gallimard, pp. 193. 21 En Rosales, A., (1993), Siete ensayos sobre Kant, Mrida (Venezuela), Universidad de los Andes. 22 Rosales, A., (1993), Una pregunta sobre el tiempo, en Siete ensayos sobre Kant, Venezuela, Mrida, p. 231. 23 Ibid, p. 233. 24 Siete ensayos sobre Kant, Una pregunta sobre el tiempo, Venezuela, Mrida, 1993, p. 243. 25 Ibid, p. 236. 26 Ibid, p. 238. 27 Ingarden, R., (1968), Edmund Husserl. Briefe an Roman Ingarden, La Haya, Martinus Nijhoff, p. 130. 28 Schumann, K., (1977), Husserl-Chronik, La Haya, Martinus Nijhoff, p. 216. 29 Husserl, E., Fenomenologa de la conciencia del tiempo inmanente, Buenos Aires, Nova, pp. 79-80. 30 Husserl, E., (1980), Lecciones de Fenomenologa de la conciencia interna del tiempo, Madrid, Trotta. 31 Ingarden, R., (1968), Edmund Husserl. Briefe an Roman Ingarden, La Haya, Martinus Nijhoff, p. 130. La
traduccin es del profesor R. Walton. 32 Agradecemos muy especialmente al profesor R. Walton, sin quien no hubiese sido posible construir esta
confrontacin entre la dure y la concepcin de la temporalidad de Husserl, ni consultar la bibliografa correspondiente.
33 Bachelard, G., (1950), La dialectique de la dure, Paris, PUF, p. 12. 34 Ibid, p. 11. Cest naturellement la mme corrlation dtaille, discursive, qui stablit entre ltre et le nant
quand on veut bien vivre loscillation dialectique de la ralisation et de lanantissement. () Nclate-t-il pas de manire vidente que le nant ne peut pas tre une chose? que le repos ne peut tre un mode de mouvement?
35 Ibid, p. 19. Ainsi va la pense: un non contre un oui et surtout un oui contre un non. 36 Ibid, p. 23. 37 Ibid, p. 21. 38 Ibid. 39 Ibid, p. 25. 40 Ibid, p. 8, 23, 24, 26.
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41 Vieillard Baron, J.-L., (1999), Bergson et le bergsonisme, Paris, Armand Colin, p. 81. On voit bien que la
critique de Bergson est plus apparente que relle, dans la mesure o la dure na rien dun flux homogne, mais constitue une mergence de nouveaut
42 Chenet, F., (2000), Le temps, Paris, Armand Colin, p. 104. Bibliografa Bachelard, G., (1950), La dialectique de la dure, Paris, PUF. Barthlemy-Madaule, M., (1996), Bergson adversaire de Kant, Paris. Bergson, H., (2003), Lvolution cratrice, Pars, PUF. -, (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF. -, (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF. -, (1997), Matire et Mmoire, Pars, PUF. -, (1998), Dure et simultanit, Pars, PUF. -, (2003), Essai sur les donns immdiates de la conscience, Pars, PUF. -, (2003), La pense et le mouvant, Pars, PUF. Bouaniche, A., (2003), Au croisement des philosophies de Bergson et de Deleuze: la nouveaut (hypothse
propos de lunit de la pense deleuzienne). Se trata de una presentacin hecha el 5 de marzo del 2003, en el marco del grupo de estudios La philosophie au sens large, dirigido por Pierre Macherey, en la Univesridad de Lille 3. Publicado en el portal de investigacin de dicha Universidad, y accesible con el siguiente link: http://stl.recherche.univ-lille3.fr/seminaires/philosophie/macherey/Macherey20022003/Bouaniche.html.
Chenet, F., (2000), Le temps, Paris, Armand Colin. Deleuze, G., (1998), Le bergsonisme, Pars, PUF. -, (2002), La conception de la diffrence chez Bergson, en Lle dserte, Pars, Les ditions de Minuit. Hardt, M., (2003), Gilles Deleuze: An Apprenticeship in Philosophy, Minnesota, Regents of the University of
Minnesota. Husserl, E., (1980), Lecciones de Fenomenologa de la conciencia interna del tiempo, Madrid, Trotta. -, Fenomenologa de la conciencia del tiempo inmanent, Buenos Aires, Nova. Ingarden, R., (1968), Edmund Husserl. Briefe an Roman Ingarden, La Haya, Martinus Nijhoff. Kant, I., (1980), Critique de la raison pure, Pars, Gallimard. Lvinas, E., (1996), Transcendance et Intelligibilit, Genve, Labor et Fides. -, (1998), De Dieu qui vient lide, Vrin, Pars. Merleau-Ponty, M., (1953), Bergson se faisant, en Lloge de la philosophie, Pars, Gallimard. Rosales, A., (1993), Una pregunta sobre el tiempo, en Siete ensayos sobre Kant, Venezuela, Mrida. Schumann, K., (1977), Husserl-Chronik, La Haya, Martinus Nijhoff. Vieillard Baron, J.-L., (1999), Bergson et le bergsonisme, Paris, Armand Colin. Worms, F., (2000), Le Vocabulaire de Bergson, Pars, Ellipses.