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La concepción del tiempo de Henri Bergson: el alcance de sus críticas a la tradición y los límites de su originalidad (versión preliminar) Axel Cherniavsky (UBA – CONICET) Versión final en: Revista de Filosofía y Teoría Política, La Plata, Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de La Plata, nº 37, 2006. ISSN 0328-6223. Deleuze define la actividad filosófica como una creación de conceptos, y por eso en sus trabajos llamados “monográficos” intenta, entre otras cosas, diagnosticar cuál es la novedad de un autor, la originalidad de sus tesis, el aporte a la tradición. 1 Junto con Spinoza y Nietzsche, Bergson es una de sus mayores influencias. 2 Probablemente, esta definición le haya sido sugerida por él. No simplemente por ser Bergson el filósofo que tanto se dedicó a la cuestión de la novedad, no por hacer de la creación de novedad la dinámica misma del ser, sino por haber sido él quien, antes, aplicó estas tesis ontológicas al ejercicio filosófico mismo. 3 En efecto, creía Bergson que cada gran filósofo ha sido el autor de una única y simple intuición. Deleuze, entonces, funcionaría como el espejo a través del cual Bergson diagnostica su propia originalidad. Y es cierto, el impacto de los aportes de Bergson no puede ser menospreciado. No nos referimos solamente al primer bergsonismo, el de Le Roy, Jean Wahl o Dauriac. Tampoco a las multitudes acumuladas alrededor de las ventanas del Collège, desde ya. Ni siquiera a los honores más tardíos de un Merleau-Ponty. 4 Sino más bien a la influencia en Lévinas, por ejemplo, quien se apoya en la durée para la construcción de su concepto central de otredad, 5 o en Deleuze, quien forja su ontología a partir de la concepción de la diferencia que halla en Bergson. 6 Pero en la misma medida que el aporte bergsoniano no debe ser menospreciado, los honores de los discípulos y las tesis mismas sobre la creatividad no deberían inducirnos a una sobrevaloración de su originalidad. La precisa evaluación, la justa valoración de la originalidad de la concepción bergsoniana del tiempo es el propósito del artículo. Bergson rebautiza al tiempo con el nombre de “durée” pues le critica a la tradición el haber confundido el tiempo con el espacio. Tras presentar la noción de la durée y su distinción respecto de las concepciones previas del tiempo, procederemos a la evaluación de esta crítica. ¿Qué es la durée entonces, en qué consiste la concepción bergsoniana del tiempo? A lo largo de las obras, para evitar la definición de lo indefinible, la generalización de lo singular, la fijación de lo moviente, Bergson multiplica los sustantivos y las expresiones para referirse a la durée: creación, indivisibilidad, continuidad, sucesión, interpenetrabilidad de las partes,

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  • La concepcin del tiempo de Henri Bergson: el alcance de sus crticas a la tradicin y los

    lmites de su originalidad (versin preliminar)

    Axel Cherniavsky (UBA CONICET)

    Versin final en: Revista de Filosofa y Teora Poltica, La Plata, Departamento de

    Filosofa de la Universidad Nacional de La Plata, n 37, 2006. ISSN 0328-6223.

    Deleuze define la actividad filosfica como una creacin de conceptos, y por eso en sus

    trabajos llamados monogrficos intenta, entre otras cosas, diagnosticar cul es la novedad

    de un autor, la originalidad de sus tesis, el aporte a la tradicin.1 Junto con Spinoza y

    Nietzsche, Bergson es una de sus mayores influencias.2 Probablemente, esta definicin le

    haya sido sugerida por l. No simplemente por ser Bergson el filsofo que tanto se dedic a la

    cuestin de la novedad, no por hacer de la creacin de novedad la dinmica misma del ser,

    sino por haber sido l quien, antes, aplic estas tesis ontolgicas al ejercicio filosfico

    mismo.3 En efecto, crea Bergson que cada gran filsofo ha sido el autor de una nica y

    simple intuicin. Deleuze, entonces, funcionara como el espejo a travs del cual Bergson

    diagnostica su propia originalidad.

    Y es cierto, el impacto de los aportes de Bergson no puede ser menospreciado. No nos

    referimos solamente al primer bergsonismo, el de Le Roy, Jean Wahl o Dauriac. Tampoco a

    las multitudes acumuladas alrededor de las ventanas del Collge, desde ya. Ni siquiera a los

    honores ms tardos de un Merleau-Ponty.4 Sino ms bien a la influencia en Lvinas, por

    ejemplo, quien se apoya en la dure para la construccin de su concepto central de otredad,5 o

    en Deleuze, quien forja su ontologa a partir de la concepcin de la diferencia que halla en

    Bergson.6

    Pero en la misma medida que el aporte bergsoniano no debe ser menospreciado, los honores

    de los discpulos y las tesis mismas sobre la creatividad no deberan inducirnos a una

    sobrevaloracin de su originalidad. La precisa evaluacin, la justa valoracin de la

    originalidad de la concepcin bergsoniana del tiempo es el propsito del artculo. Bergson

    rebautiza al tiempo con el nombre de dure pues le critica a la tradicin el haber

    confundido el tiempo con el espacio. Tras presentar la nocin de la dure y su distincin

    respecto de las concepciones previas del tiempo, procederemos a la evaluacin de esta crtica.

    Qu es la dure entonces, en qu consiste la concepcin bergsoniana del tiempo? A lo largo

    de las obras, para evitar la definicin de lo indefinible, la generalizacin de lo singular, la

    fijacin de lo moviente, Bergson multiplica los sustantivos y las expresiones para referirse a

    la dure: creacin, indivisibilidad, continuidad, sucesin, interpenetrabilidad de las partes,

  • movimiento, dinamismo, novedad, heterogeneidad, imprevisibilidad, irreversibilidad. No

    obstante, Worms propone tres notas para captar su sentido fundamental: la constitucin, la

    continuidad y la sucesin.7 La dure constituye, es decir, crea, produce novedad, innova. Por

    eso es irreversible e imprevisible. Porque sorprende con un futuro inasimilable al pasado. Sus

    partes se distinguen entre s, son distintas, heterogneas. Pero estas partes, por ms

    heterogneas que sean entre s, no merecen ni siquiera ser llamadas partes, pues se

    interpenetran, se confunden, esfuman sus lmites hasta volver a la dure indivisible y

    continua. La sucesin, es finalmente el aspecto dinmico y mvil de la dure, su movimiento,

    su movilidad.

    Adems de caracterizarse segn tres notas fundamentales, la dure se despliega en tres

    dimensiones. En primer lugar, en el Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia, la

    dure es la esencia de la conciencia, el fluir de nuestros estados mentales, el yo y su devenir.

    Mucho ms tarde, en la Introduccin a la metafsica, afirmar Bergson que el mbito en el

    que por excelencia se revela la dure, es el mbito del yo.8 Diremos que la dure es, primero,

    una realidad psicolgica. Pero la preeminencia es de orden epistmico. El yo es all donde la

    dure aparece por primera vez, all donde es innegable que aparece. Luego, la preeminencia

    que prueba el hecho de que la dure como realidad psicolgica gobierne el primer libro de

    Bergson, es una preeminencia de orden cronolgico. La dure como esencia del yo es el

    primer sentido de la dure que aparece en la obra de Bergson. Diremos entonces que la dure

    es primero una realidad psicolgica, pero slo en sentido cronolgico y epistmico. A partir

    de la dure interior o psicolgica, a la cual cada uno de nosotros tiene acceso de manera

    inmanente en s mismo, hay que concebir por una ampliacin sucesiva una diversidad de

    dures correspondientes a los diversos grados del ser.9 La dure interior es la primera que

    percibimos. Pero a partir de ella podemos percibir una dure previa en sentido lgico, pues la

    dure tiene un sentido ontolgico, posterior en la obra de Bergson, y posterior

    epistmicamente. En La evolucin creadora la dure es la dinmica del ser. De la dure

    como realidad psicolgica pasamos a la dure como realidad ontolgica: es el salto hacia la

    ontologa dice Deleuze.10 Pero slo porque la dure es la dinmica del ser, es luego la

    dinmica de nuestros estado mentales. Es el salto hacia la psicologa, diremos nosotros. Si

    ms tarde en el tiempo, Bergson asimila la dure y el Espritu, retrospectivamente deberemos

    decir que la dure se asimila a mi espritu. En tercer lugar, que la especulacin no esconda el

    sentido ms elemental de la dure: ella es el tiempo. La dure es el nombre que Bergson le da

    a lo que la tradicin y el sentido comn llaman el tiempo, para distinguir su nocin de la

    tradicin y del sentido comn. La dure es el tiempo, el devenir. Lo que bsicamente es

  • sucesin, continuidad y constitucin, creacin de incesante novedad, es el tiempo. Tres

    dimensiones para la dure entonces: ella es yo, ser y tiempo.

    Por qu Bergson bautiza al tiempo con el nombre de dure? Por qu siente la obligacin

    de distinguirse de la tradicin? La crtica a la historia de la filosofa es siempre la misma: ha

    confundido al tiempo con el espacio. Ha pensado el tiempo como el espacio, como un medio

    homogneo. Y lo homogneo es el espacio, no el tiempo, en donde el momento presente se

    distingue del pasado y del porvenir, todo el tiempo. Tal es as que cuando Bergson se refiere

    al tiempo pensado como espacio, ese tiempo impuro, contaminado de espacio, se refiere a l

    como tiempo homogneo. La homogeneidad del espacio es la condicin de su divisibilidad.

    Al ser todo igual, el espacio puede dividirse, cortarse, partirse, fragmentarse, y volver a

    reunirse, pegarse, juntarse. No as el tiempo que, si bien es absolutamente heterogneo, es

    todo continuo, simple, indivisible. Esta es la gran crtica a la filosofa entonces: el haber

    pensado el tiempo como espacio, es decir, homogneo y divisible. El error habra comenzado

    con Zenn, quien soporta sus paradojas en esta confusin. Se habra prolongado con el

    paralelismo de la proposicin VII del libro segundo de la tica. Y se habra alimentado,

    fundamentalmente, de Kant.

    Bergson critica la concepcin kantiana del tiempo en repetidas oportunidades.11 Citemos aqu

    la ms detallada y precisa, la del Ensayo: El error de Kant consisti en tomar el tiempo por

    un medio homogneo. No parece haber remarcado que la dure real se compone de

    momentos interiores los unos a los otros, y que cuando reviste la forma de un todo

    homogneo, es porque se expresa como espacio. As la distincin misma que establece entre

    el tiempo y el espacio deviene, en el fondo, una confusin del tiempo con el espacio.12 Kant

    confunde el tiempo con el espacio. Y si dice distinguirlos, en el fondo, esa distincin es una

    confusin. Por qu? La primera frase proporciona una primera indicacin: porque el tiempo

    de Kant es un tiempo homogneo. Ahora bien, cuando la segunda frase llega para desarrollar

    esa crtica, describe a la dure como lo que se compone de momentos interiores los unos a los

    otros, de momentos que se interpenetran, como colores que se esfuman, como las notas de

    una meloda dir en otros lugares. As, lo que desarrolla esta segunda frase, no es la crtica a

    la homogeneidad del tiempo kantiano, sino la continuidad de la dure bergsoniana. Las

    crticas, entonces, son dos: una a la homogeneidad, otra a la divisibilidad. Slo que as como

    falta el desarrollo de la primera, falta la presentacin de la segunda. Kant habra confundido

    el tiempo con el espacio, lo habra pensado como homogneo y divisible.

    Hay una segunda concepcin del tiempo respecto de la cual Bergson empea un libro en

    distinguirse, la concepcin de Einstein. Duracin y simultaneidad termina as: Einstein es el

  • continuador de Descartes.13 Las ltimas palabras del libro afirman que la concepcin del

    tiempo de Einstein es la tradicional. Las primeras, el ttulo, dicen en qu sentido: Einstein no

    trata con el tiempo-dure sino con el tiempo-simultaneidad. La polmica suscitada por este

    libro fue tal que Bergson prohibi su reimpresin. Por eso, no podemos comenzar sin antes

    hacer una aclaracin: en este caso no se trata de la crtica de una filosofa a otra, no se trata de

    la crtica de una filosofa a una teora cientfica, sino de la distincin entre la filosofa y la

    ciencia. Para Bergson, no ocurre que Einstein como filsofo haya pensado mal al tiempo

    desde la filosofa, como es el caso de Kant. Lo ha pensado bien, pero simplemente lo ha

    hecho como un cientfico. No es esto un error, como en el caso de Kant, pues ha hecho lo

    que la ciencia debe hacer. Dicho esto, no podemos pretender, no obstante, que una

    concepcin cientfica del tiempo, por ms novedosa que sea en la historia de la ciencia, sea

    revolucionaria en la historia de la filosofa. Para Bergson, la teora de la relatividad no es la

    aparicin de una nueva concepcin filosfica del tiempo, sino la reiteracin de la concepcin

    cientfica habitual.

    Bergson retoma los resultados de la experiencia Michelson-Morley (contraccin del espacio,

    dilatacin del tiempo y dislocacin de la simultaneidad), y los rastrea en la teora de la

    relatividad restringida y en la teora de la relatividad general. El espacio que se contrae, la

    simultaneidad que se disloca, el tiempo que se dilata, pertenecen siempre a un sistema de

    referencia virtual, nunca a uno real. Si segn el reloj del sujeto S, perteneciente al sistema R,

    el sujeto S, perteneciente al sistema R, envejece ms lentamente que el sujeto S mismo; o si

    el sujeto S, segn el reloj del sujeto S envejece ms lentamente que el sujeto S mismo; S,

    segn su propio reloj, envejece a la misma velocidad que S segn el suyo. Para S, como para

    S, su propio tiempo siempre pasa a la misma velocidad, y dos fenmenos simultneos de su

    propio sistema no podran jams transformarse en sucesivos. La dilatacin del tiempo, como

    la dislocacin de la simultaneidad, ocurre siempre en el sistema ajeno, pero no para el

    habitante del sistema ajeno, sino para el habitante del propio. En otras palabras, la dislocacin

    de la simultaneidad o la dilatacin del tiempo exigen que no nos ubiquemos en ningn

    sistema, que ningn sistema sea el sistema de referencia. Si nos ubicamos en cualquiera de

    ellos, el tiempo cesa de ser relativo. Para ser relativo, el tiempo de Einstein exige que nos

    abstengamos de una decisin, la de habitar tal o cual sistema de referencia. El tiempo que se

    dilata es el tiempo del sujeto S, pero para el sujeto S, y no para el sujeto S. El tiempo que se

    dilata es un tiempo siempre ajeno, siempre de otro sistema, siempre virtual. Basta que

    habitemos un sistema para que deje de dilatarse, basta que lo abandonemos para que

    comience a hacerlo. El tiempo real, el tiempo habitado, no podra dilatarse. La trampa del

  • cientfico relativista consiste en no ubicarse en ningn sistema, y en homologar realidad con

    virtualidad. No est mal que lo haga, si eso le permite mediciones ms exactas y una

    determinacin de las posiciones ms precisa. Pero el filsofo, quien no puede dejar de lado la

    distincin entre la realidad y la virtualidad, se ubica en todos los sistemas al mismo tiempo, y

    en ninguno de ellos el tiempo se dilata. En el tiempo real, en el de la vida y la conciencia, dos

    hechos sucesivos no podrn volverse simultneos, dos hechos simultneos no podrn

    volverse sucesivos. El tiempo real no dura ni ms ni menos, porque ni el ms ni el menos le

    caben a la dure, que no puede cuantificarse, no puede medirse. La determinacin de la

    dilatacin del tiempo como de la dislocacin de la simultaneidad exigen la medida del

    tiempo, su divisin y cuantificacin. Es en este sentido en el que Bergson dice Einstein es el

    continuador de Descartes. Sigue operando con un tiempo mesurable y cuantificable, es

    decir, homogneo y divisible.

    La crtica de Bergson a Kant es explcita, y la confrontacin con Einstein, pblica.14 Una

    diferenciacin entre la dure y la concepcin husserliana de la temporalidad ha de

    construirse, en cambio, indirectamente a travs de algunos pasajes de Emmanuel Lvinas.

    La alteridad temporal se piensa [en Husserl] como inseparable () de los intervalos

    espaciales, distintos pero iguales, discernibles, recorridos en un movimiento uniforme (tal la

    representacin del tiempo homogneo, denunciada por Bergson), homogeneidad que

    predispone a la sntesis (). El porvenir es protensionado, anticipado, supuesto por la

    sntesis. Prioridad de la presencia y la representacin en la que la diacrona pasa por una

    privacin de la sincrona.15 Lvinas comprende la concepcin del tiempo de Husserl como

    otro caso denunciado por Bergson, otro caso de tiempo homogneo. No quedan dudas cuando

    atendemos a la exposicin que hace de la dure: Es una contestacin a Husserl, en donde

    pasado y porvenir se dibujaban a partir de la presencia retenida o protensionada.16 Por qu

    Lvinas lee la filosofa de la dure como una contestacin a Husserl? Lo que concentra la

    atencin de Lvinas en la dure es su aspecto creador, innovador, productor de novedad.

    Decimos nosotros, la heterogeneidad. Ve all Lvinas la posibilidad de un futuro

    absolutamente incierto, radicalmente desconocido, totalmente otro. Ve all la posibilidad de

    un futuro imprevisible, inanticipable. Y no puede verlo en la concepcin de Husserl, donde la

    protensin lo proyecta, y la retencin lo conserva. La protensin es para Lvinas un signo de

    homogeneidad entre futuro y presente; y la retencin, uno de homogeneidad entre presente y

    pasado. En ambos casos se anula lo mismo, la trascendencia de la alteridad en el plano

    temporal, lo imprevisible, la novedad. Husserl, para Lvinas, ledo desde Bergson, parece ser

    una manifestacin ms de aquella metafsica que privilegia el tiempo presente. La filosofa de

  • Bergson sera la posibilidad de superarla en la direccin de un futuro incierto y novedoso; la

    nocin de dure, la prefiguracin de la alteridad como lo radicalmente otro, como lo que no

    pude ser anticipado y ni siquiera conocido, como lo que no puede ser reducido a lo mismo,

    pues es, todo el tiempo, diferente.

    Tres son las notas fundamentales de la dure (continuidad, sucesin y heterogeneidad), tres

    son sus dimensiones (conciencia, ser y tiempo), y tres son las concepciones de las que se

    distingue (Kant, Einstein y Husserl). La crtica es siempre la misma, no obstante: la tradicin

    filosfica ha confundido el tiempo con el espacio. En trminos precisos, significa que ha

    pensado el tiempo como homogneo, divisible y/o simultneo, segn el caso. Tras la

    presentacin de la dure y de su distincin respecto del tiempo, es necesario proceder a una

    evaluacin de lo segundo. Es cierto que la tradicin en todos los casos ha pensado el tiempo

    como Bergson lo cree? Nos limitaremos a los casos estrictamente filosficos, el de Kant y el

    de Husserl.

    Barthlemy-Madaule, en Bergson adversario de Kant, al analizar el pasaje previamente

    citado,17 revela la fuente de Bergson. Cuando critica a Kant, est pensando en la Esttica

    trascendental. En efecto, los argumentos cuarto y quinto de la Exposicin metafsica dicen

    respectivamente: tiempos diferentes no son ms que partes de un mismo tiempo, y toda

    dimensin determinada de tiempo no es posible ms que por limitaciones de un tiempo

    nico.18 La Esttica trascendental parece contar con un tiempo capaz de ser partido,

    limitado, por lo tanto con un tiempo divisible, y para Bergson, porque divisible, tambin

    homogneo. En este sentido, Barthlemy-Madaule le concede a Bergson la crtica: el

    paralelismo es innegable.19 Pero quiz el Esquematismo de los conceptos puros del

    entendimiento, sin contradecir a la Esttica, ofrezca l mismo la posibilidad de superarla,

    la manera de atenuar los efectos del su paralelismo.

    Este esquematismo del entendimiento puro () es un arte escondido en las profundidades

    del alma humana,20 y del cual es bien difcil arrancar algn secreto. Las palabras

    enigmticas de Kant retumban en la diversidad de interpretaciones que ha ofrecido el pasaje.

    Por lo tanto hay que revelar un supuesto antes de comenzar: nos ocuparemos aqu del

    esquematismo en tanto determinacin trascendental del tiempo. No pretendemos por ello

    sugerir que esta es la nica manera de comprender la seccin. Ni siquiera que es la ms

    relevante. Simplemente, creemos que una tal lectura es posible. Contamos con dos pruebas: la

    expresin Zeitbestimmung y el prrafo 17 de dicha seccin. La expresin

    Zeitbestimmung, que asume el objetivo y la definicin del esquematismo, puede traducirse

    y comprenderse de dos maneras: como determinacin temporal o como determinacin del

  • tiempo. La determinacin puede ser temporal, y en ese caso su objeto seran los fenmenos;

    la determinacin sera una determinacin temporal de los fenmenos. Pero tambin su objeto

    puede ser el tiempo, y as la determinacin sera una determinacin del tiempo mismo. El

    prrafo 17 constituye nuestra segunda prueba porque resume el captulo desde esta segunda

    posibilidad: los esquemas no son ms que determinaciones del tiempo concerniendo la serie

    del tiempo, el contenido del tiempo, el orden del tiempo y el conjunto del tiempo. En sntesis,

    creemos que una lectura de los esquemas como determinaciones del tiempo es meramente

    posible, ni excluyente, ni necesaria. En este sentido preguntamos entonces en qu medida el

    tiempo es determinado de forma a eludir la crtica de Bergson, la acusacin de homogeneidad

    y divisibilidad. Una exploracin detallada de los esquemas guiada por el trabajo de Rosales

    Una pregunta sobre el tiempo21 aportar la respuesta.

    Si bien el esquema de la cantidad determina el tiempo como una serie, confirmando la

    acusacin de divisibilidad y homogeneidad, Rosales reconstruye cierta sntesis sobre la que

    se apoya la sntesis regida por el nmero, y que permanece inexpresa en el pasaje del

    esquematismo. El tiempo que viene a presentarse sin cesar, es aprehendido primeramente

    por una sntesis que lo capta sin interrupciones. Esa sntesis es un fluir, es decir, una

    prosecucin, una mera continuacin, sin fisuras ni fin. La imagen del tiempo que se hace

    consciente en esa sntesis es un quantum continuum. Ese es el modo originario de darse del

    tiempo y el espacio como quanta infinita.22 La sntesis regida por el nmero estara

    operando sobre un tiempo continuo, sin fisuras, sobre un fluir, ms dure que tiempo

    homogneo. El nmero estara dividiendo algo que previamente era indiviso, un continuum.

    Los instantes, los momentos, seran una determinacin producida por la categora de la

    cantidad gracias al esquema del nmero sobre un tiempo originario que no tena instantes,

    que no tena momentos, que no tena partes. Habra un tiempo antes del tiempo, un tiempo

    indiviso. Ese tiempo antes del tiempo, un tiempo que todava no es serie, guarda consigo una

    de las notas de la dure, la indivisibilidad.

    Hay un tiempo antes del tiempo, un tiempo originario dice Rosales, previo al tiempo

    determinado como serie. Ese tiempo antes del tiempo rescata la indivisibilidad de la dure. Y

    hay luego, un tiempo despus del tiempo, del tiempo determinado por la categora de la

    cantidad, es el tiempo determinado por la categora de la cualidad. As como ese tiempo antes

    del tiempo rescata la indivisibilidad de la dure, este tiempo despus del tiempo rescata su

    heterogeneidad. El esquema de la cualidad es el llenado de un tiempo por la sensacin. En

    aquel tiempo ya constituido como serie se dan fcticamente las sensaciones. El esquema de la

    cantidad permite la adicin de unidades homogneas, pero concretamente, esa adicin es la

  • adicin de un mltiple sensorial. El esquema de la cantidad contiene una referencia

    implcita a la materia sensorial en su relacin con el tiempo y el espacio como formas, si

    bien la sntesis prescrita por ese esquema no versa directa y explcitamente sobre esa

    relacin.23 Y Rosales explica un poco antes que no versa directa y explcitamente sobre esa

    relacin porque justamente, para construir cualquier nmero, es necesario que la

    multiplicidad sensorial sea considerada como una serie de unidades homogneas. Para ilustrar

    la propuesta, recurre al ejemplo de una serie de sonidos. Debo hacer abstraccin de esa

    multiplicidad sonante para considerarla como una serie homognea. El ejemplo parece

    elegido para nosotros, que sabemos que la metfora predilecta de Bergson para expresar la

    dure es la de la meloda. Esos sonidos, peculiaridad sensorial que hay que dejar de lado,

    bien pueden ser las notas de una meloda siempre cambiante, siempre distinta, cada vez

    nueva. La homogeneidad construida por el esquema de la cantidad es una abstraccin, un

    momento del mtodo de aislamiento. Basta avanzar en el captulo del esquematismo, basta

    atravesar un esquema ms, el de la cualidad, para ver que en realidad, en concreto,

    fcticamente, ese tiempo que se cuenta es un tiempo lleno de un material sensorial que

    distingue cada momento, y que devuelve al tiempo experimentado toda su heterogeneidad.

    Habamos encontrado un tiempo antes del tiempo como serie, un tiempo originario e indiviso.

    Encontramos ahora un nuevo tiempo despus del tiempo como serie, un tiempo lleno de

    material sensorial, lleno de sonidos, melodioso, un tiempo heterogneo.

    Lamentablemente, el esquema de la cantidad no es el nico problemtico. Los esquemas de la

    sustancia y de la necesidad tambin lo son, pues aunque no confirman la divisibilidad,

    confirman la homogeneidad. El esquema de la sustancia es la permanencia de lo real en el

    tiempo. Es la subsistencia de lo mismo, es la posibilidad de una mismidad en el tiempo. Al

    determinar el tiempo como susceptible de permanencias, lo vuelve homogneo, al menos por

    momentos. Y el esquema de la necesidad, que se construye sobre la base de los esquemas de

    la sustancialidad y de la causalidad 24 afirma Rosales recordando el carcter dependiente de

    los esquemas posteriores sobre los anteriores, repetira el inconveniente. En efecto, el

    esquema de la necesidad es la existencia de un objeto en todo tiempo. Determina al tiempo de

    manera a que pertenezcan a l fenmenos necesarios, es decir fenmenos que tengan que

    existir en todo tiempo, cada vez que se presente su causa. El tiempo es determinado ahora

    como susceptible de necesidad, como susceptible de causas permanentes. La necesidad

    requiere de la mismidad de las causas. Para que haya necesidad debe haber repeticin de una

    causa, permanencia de una causa.

  • Pero en sentido estricto, explica Rosales, esa permanencia no puede ser constituida por

    una sntesis de la imaginacin, sino que slo puede ser presupuesta a travs de un juicio a

    priori.25 En efecto, recordemos que en trminos concretos, un sujeto finito produce en su

    sntesis la permanencia de los objetos que fcticamente experimenta. En otras palabras, el

    esquema de la sustancia presupone ya el esquema de la cualidad, y el tiempo que determina

    es un tiempo lleno de material sensorial. Esa permanencia que produce, por lo tanto, no puede

    ser nunca absoluta, sino relativa. El esquema de la sustancia es una sntesis continua que

    aprehende los contenidos espacializados, dados sucesivamente, e identifica unos con otros los

    contenidos cualitativamente semejantes.26 El esquema de la sustancia determina un tiempo

    sucesivo y ya lleno de contenidos. Esos contenidos, cualitativamente, a lo sumo pueden ser

    semejantes, pero nunca iguales, porque nada absolutamente igual hay en el tiempo, la

    igualdad es siempre relativa, y por eso tambin la permanencia. La sustancia es aqu una

    categora, y no una idea de la razn. Otra vez, ahora desde atrs, el esquema de la cualidad

    salva la heterogeneidad del tiempo. Como dice Rosales, la permanencia de una sustancia, ella

    misma, es pasajera.

    Como el esquema de la necesidad se constituye a partir de los esquemas de la sustancia y la

    causalidad, de la misma manera que se traspasa el inconveniente, se traspasa su solucin.

    Aquellas causas que parecen ser iguales, que parecen repetirse, son en realidad, en sentido

    estricto, fcticamente, en concreto (todas expresiones de Rosales), semejantes ms bien,

    y su repeticin, relativa. El fuego siempre producir humo, pero eso no implica que el fuego

    sea siempre el mismo: al fuego real, al fuego percibido, no le cabe ningn siempre, pues

    cualitativamente es un fuego cada vez distinto. La necesidad no es la permanencia de una

    causa, pues nada permanece en sentido estricto, sino la identificacin en abstracto de causas

    semejantes.

    Finalmente, puede objetarse que el esquema de la accin recproca agrega un nuevo

    inconveniente: la simultaneidad. El esquema de la accin recproca determina dos accidentes

    como simultneos. Presupone as, recuerda siempre Rosales, el esquema de la sustancia, pero

    tambin la constitucin de una pluralidad de sustancias. El esquema de la accin recproca

    hace que podamos considerar como simultneas a las dos caras de un cubo. Ahora bien, como

    lo dicho para el esquema de la sustancia vale tambin para el esquema de la accin recproca,

    esas dos caras de un cubo, simultneas entre s, bien pueden ser ellas mismas sucesivas. La

    dure, no por ser una no admite ramificaciones. Tales las especies en La evolucin creadora.

    Tales los tiempos de los distintos sistemas de referencia en Duracin y simultaneidad. La

    dure, una y sucesiva, se ramifica en distintas lneas sin dividirse, y nada impide la

  • simultaneidad entre esas lneas sucesivas. La simultaneidad del esquema de la sucesin

    recproca no paraliza la sucesin, pues es una simultaneidad entre dos sucesiones.

    La crtica de Bergson a Kant segn la cual habra confundido el tiempo con el espacio

    proviene de su lectura la Esttica. Si atendemos exclusivamente a los esquemas de la

    cantidad, de la sustancia, de la necesidad y de la accin recproca, podramos pensar que la

    Analtica confirma la crtica. Pero la consideracin de una sntesis de la imaginacin previa

    a la actividad de los esquemas y de la determinacin del esquema de la cualidad, obligan a

    descartarla. Gracias a ella, las causas deben ser pensadas como semejantes, la permanencia

    como pasajera, y el nmero como una abstraccin. El tiempo determinado como homogneo

    y divisible no excluira la posibilidad de una experiencia fctica y concreta de un tiempo

    heterogneo, indivisible y sucesivo, de un verdadero tiempo-dure.

    Como una contestacin a Husserl, lea Lvinas la concepcin bergsoniana del tiempo. Como

    prembulo, comencemos por algunas aclaraciones de orden historiogrfico. No hay

    menciones a Husserl en la obra de Bergson. Y en sentido inverso, Husserl no parece haber

    tenido de la obra de Bergson demasiadas noticias, si no fuese por su discpulo polaco Roman

    Ingarden. En agosto de 1916 Husserl e Ingarden habran discutido un trabajo del segundo que

    se volvi luego la disertacin Intuicin e intelecto en Henri Bergson. Ingarden se la ley a

    Husserl en octubre de 1917, y atestigua haber visto sobre el escritorio de Husserl una

    traduccin al alemn de La evolucin creadora.27 Mucho despus, en 1928, Husserl va a

    rechazar una invitacin de Gouhier para escribir un artculo sobre Bergson.28 Y eso es todo,

    demasiado poco para considerar la concepcin de la dure como una contestacin. Era la

    expresin metafrica? En efecto, el filsofo puede desentenderse de las circunstancias

    histricas para atender al dilogo conceptual. Desde este punto de vista entonces, las

    preguntas a formular son las siguientes: acaso el tiempo de Husserl es un tiempo

    homogneo? Es la protensin una anticipacin del porvenir?

    Como en el caso de Kant, algo es innegable. A partir del anlisis formal del tiempo, que no

    tiene en cuenta sus contenidos, el tiempo es homogneo. Transcurre siempre igual. El

    movimiento es el mismo en todo momento: de protensin a impresin y de impresin a

    retencin. Pero decir que desde el punto de vista formal, el tiempo es homogneo, equivale a

    decir que nicamente es homognea la forma del tiempo. Qu sucede cuando consideramos

    los contenidos de la experiencia? Se ajustan a la forma, es cierto, pero le confieren plenitud.

    Ella se llena de una experiencia que luego sedimenta retencionalmente. Con el llenado del

    tiempo y la sedimentacin de los contenidos, la homogeneidad comienza a resquebrajarse

  • pues, en principio, los contenidos son siempre distintos. En realidad, antes de afirmar esto,

    deberamos preguntarlo: son los contenidos siempre distintos? No existe cierta

    homogeneidad en cuanto a los contenidos? La respuesta no puede ser absolutamente negativa

    porque el yo anticipa las protensiones en el futuro en funcin de lo que ya ha sedimentado. La

    experiencia sedimentada determina y motiva la anticipacin. Las protensiones guardan cierta

    homogeneidad con la posesin retencional. Se espera que la experiencia futura sea como la

    pasada. Pero si la homogeneidad formal del tiempo era una homogeneidad rgida, la

    homogeneidad de sus contenidos es ahora variable pues depende de las confirmaciones y

    decepciones. Cuantas ms confirmaciones, ms fuerte es la espera protensional. Cuantas ms

    decepciones, ms dbil. De la sntesis temporal a la sntesis asociativa, pasamos de una

    homogeneidad rgida a una variable.

    Qu tienen en comn la sntesis temporal y la asociativa? Ambas son pasivas. Quiz, del

    lado de la actividad del yo, la homogeneidad contine su proceso de disolucin. Si la sntesis

    temporal constituye un tiempo rgidamente homogneo y la sntesis asociativa, uno

    variablemente homogneo, la sntesis de la voluntad disminuye aun ms la homogeneidad del

    tiempo. Frente a las primeras sntesis pasivas, la sntesis activa de la voluntad hace intervenir

    al yo de manera a que la experiencia retencional sedimentada tenga menos influencia en la

    anticipacin protensional. Ahora los procesos temporales dependen de la accin. El acto de la

    voluntad ya no refleja la experiencia pasada con tanta fidelidad como la sntesis asociativa

    pasiva. E incluso aqu podramos distinguir, entre las habitualidades, las propiamente dichas

    y las habitualidades de intereses. Mientras que las primeras reflejan exclusivamente la

    experiencia pasada, las segundas introducen una orientacin hacia el futuro. No dejan de ser

    habitualidades, porque crean un estilo de comportamiento, pero lo son de intereses en

    cuanto no estn atadas a un mundo pasado, sino que proyectan uno nuevo. La sntesis activa

    de la voluntad, entonces, que independiza todava ms al futuro del pasado, es otro paso en la

    direccin de la heterogeneidad del tiempo.

    Demos uno hacia atrs ahora, y volvamos al anlisis formal del tiempo. Notamos que incluso

    en el marco del anlisis formal, Husserl se esfuerza por salvar la diferencia radical y

    cualitativa entre protensiones, retenciones e impresiones.29 Las primeras son siempre vacas.

    Las ltimas, siempre tienen plenitud. No estamos violando los lmites del anlisis formal

    introduciendo la plenitud? No, porque se trata aqu de una plenitud cualquiera, no de tal o

    cual plenitud. Si las impresiones se distinguen de las retenciones o protensiones, en el marco

    de la sntesis activa, gracias a sus contenidos, en el marco del anlisis formal, se distinguen

    por el hecho de tener un contenido. Lo homogneo es el hecho de que una protensin vaca

  • siempre se plenificar al momento de devenir impresin. En otras palabras, lo homogneo es

    el transcurrir del tiempo, no el tiempo mismo. Existe una diferencia radical entre protensiones

    y retenciones, e impresiones, pues slo las ltimas estn siempre llenas de un contenido.

    Husserl expresa esta diferencia al decir que la impresin siempre viene de afuera, mientras lo

    dems es producido por la espontaneidad de la conciencia. No estamos falseando la

    pasividad de la sntesis temporal al hablar de espontaneidad? No, se trata de una

    espontaneidad pasiva, ms de una costumbre que de una decisin. Atendamos al apndice

    primero del prrafo 11 de la Fenomenologa de la conciencia del tiempo inmanente: el

    tiempo es una produccin continua de modificaciones y de modificaciones de las

    modificaciones.30 Recordemos la clebre frmula de Bergson: produccin continua de

    incesante novedad. Lo ms curioso es que ambos recurren a la misma metfora, la meloda.

    La semejanza de las frmulas y la identidad de la metfora, explican la exclamacin de

    Husserl al escuchar la descripcin de Ingarden de la dure: eso es totalmente como si yo

    fuera Bergson!31

    En efecto, si bien la sntesis temporal pasiva indica que el transcurrir del tiempo es

    homogneo, la sntesis asociativa pasiva y la sntesis activa de la voluntad diluyen esa

    homogeneidad: al llenar el tiempo de contenidos a lo sumo semejantes, al permitir que el yo

    espere un porvenir irreducible a la experiencia pasada. Lo nico que permanece como

    inexorablemente homogneo parece ser el transcurrir del tiempo. Lo homogneo no es tanto

    el tiempo mismo, sino la forma de su sucesin. Y creer que Bergson dice otra cosa es creer

    que el pensador de la irreversibilidad admite que el pasado pueda venir antes que el futuro.

    La nica homogeneidad que puede atribuirse de manera fundamentada al tiempo de Husserl,

    es la homogeneidad de la sucesin. Pero esa homogeneidad no es la que se opone a la

    heterogeneidad de la dure; y la dure, siempre distinta de s, es distinta de s siempre, es

    decir homogneamente. No creemos que se pueda acusar a Husserl de pensar en un tiempo

    exclusivamente homogneo sin confundir, de alguna manera, a la dure con una de sus notas,

    la sucesin. La dure, ella misma heterognea, es homogneamente sucesiva.32

    Qu es lo ms original entonces en la concepcin del tiempo de Bergson? No puede serlo la

    heterogeneidad, la distincin del tiempo respecto de s mismo, porque esa heterogeneidad no

    est excluida de las concepciones de Kant y de Husserl. Ninguna de ellas adhiere a una

    homogeneidad total y de forma exclusiva, de manera a encarnar la crtica de Bergson y

    Lvinas al tiempo homogneo. No obstante, aunque las consideraciones de Lvinas no

    advierten a nuestro juicio cul es la originalidad de la dure, alertan sobre uno de sus

    caracteres ms problemticos, la alianza de notas distintas. No debemos confundir la

  • heterogeneidad de la dure con la homogeneidad de su sucesin. No debemos confundir la

    sucesin y la heterogeneidad. No es esta la alianza ms problemtica, sin embargo, sino la

    que se produce entre la heterogeneidad y la continuidad. La crtica que Bachelard hace de la

    concepcin bergsoniana del tiempo en La dialctica de la dure, descubrir la dificultad, tal

    como lo hizo la crtica de Lvinas a Husserl.

    La dialctica de la dure se presenta como una propedutica a una filosofa del reposo, y en

    su primer captulo, como buena dialctica, se opone a la nocin de dure bergsoniana. No se

    declara en contra de la totalidad del concepto, sino de una de sus notas: la continuidad. La

    fundacin de una filosofa del reposo requiere, ante todo, refutar la continuidad de la dure

    bergsoniana. Anuncia Bachelard que efectuar la empresa en tres tiempos: primero se va a

    ocupar del plano del discurso, luego del plano psquico, para luego extraer las consecuencias

    en el plano metafsico.

    En el plano del discurso, segn Bachelard, Bergson privilegia los juicios afirmativos por

    sobre los negativos.33 Las palabras negativas, para Bergson, no tendran sentido ms que por

    las positivas que niegan. Toda negacin, en el fondo, sera una afirmacin. Bachelard no dice

    todo lo contrario, pues no dice que el privilegio lo tiene la negacin, pero pone en un pi de

    igualdad a la negacin y la afirmacin. No quiere, en el fondo, una filosofa del reposo, sino

    una dialctica del reposo y el movimiento. No quiere negar la dure en su totalidad, sino slo

    su continuidad. Qu significa poner en un pi de igualdad la negacin y la afirmacin en el

    plano discursivo? Significa que si Bergson cree que toda negacin es en el fondo una

    afirmacin, bien podemos pensarlo al revs. Todo juicio, es un juicio contra. Quien afirma,

    niega lo que afirm otro. Todo conocimiento, por definicin, es polmico. En trminos

    concretos, en trminos histricos y epistemolgicos, si un cientfico afirma que la mesa es

    blanca, es porque otro afirm previamente que era de otro color, negra o azul, y porque ahora

    se trata, ante todo, de refutar la vieja afirmacin por el hecho de constituir un obstculo

    epistemolgico. Si para vaciar algo debe estar antes lleno, parafrasea Bachelard a Bergson,

    tambin es cierto que para llenarlo debe estar antes vaco. Esto ensea la dialctica de lo

    lleno y lo vaco.

    Ya en el primer movimiento, en el plano del discurso, Bachelard anticipa las conclusiones

    que va a extraer ms tarde, a nivel metafsico: Es naturalmente la misma correlacin

    detallada, discursiva, la que se establece entre el ser y la nada cuando se quiere vivir bien la

    oscilacin dialctica de la realizacin y de la nihilizacin. () No estalla de manera

    evidente que la nada no puede ser una cosa, que el reposo no puede ser un modo de

    movimiento?34

  • En el plano del psiquismo, Bachelard recurre en primer lugar a la psicologa de la decisin, y

    luego al anlisis de las funciones psquicas. En el primer caso, retoma las consideraciones del

    plano discursivo. As como toda afirmacin puede pensarse como una negacin, toda

    decisin puede pensarse como el rechazo de otra, toda eleccin, como la negacin de otra.

    Elegir una opcin es siempre dejar de lado otra posibilidad. Y si antes Bachelard le daba una

    cierta positividad a la negacin en el discurso, ahora le da, tambin contra Bergson, una cierta

    positividad a la posibilidad en la eleccin. Decir s ante una posibilidad, es decir no ante

    otra, as va el pensamiento: un no contra un s y sobre todo un s contra un no.35

    Con una dialctica del s y del no Bachelard afirma la discontinuidad del tiempo, o mejor:

    niega su continuidad. El anlisis de las funciones psquicas confirma lo que precede. No hay

    funcin que no presente ritmos distintos, no hay funcin que no se debilite, que no se

    fortalezca, que no se debilite porque previamente se fortaleci.36 Con su teora de las

    oposiciones complementarias, Bergson se asegurara el xito absoluto en todas las esferas de

    la vida. Si cuando la inteligencia se adormece el instinto se despierta, no hay lugar para el

    error, no hay lugar para el equvoco, no hay lugar para el desperfecto. La vida es xito.

    Podemos caminar con seguridad an cuando no sabemos adnde vamos. Es lo que garantiza

    una filosofa de la plenitud, que expulsa toda imperfeccin, todo vicio y toda forma del mal

    hacia el exterior.37 La materia bergsoniana, segn Bachelard, tiene el aspecto de no ser ms

    que la sustancializacin de nuestras desilusiones, de nuestros infortunios, de nuestros errores.

    Por lo cual sugiere: y si acaso hubiese un en s del fracaso? Y si los obstculos estuviesen

    tan llenos de vida como el tiempo mismo? Y si la vida misma a veces quisiese morir?

    Generalizando las conclusiones particulares del plano discursivo y del plano psquico,

    Bachelard termina: la vida se opone a la vida, el cuerpo se devora a s mismo y el alma se

    roe.38 Bachelard termina: encontramos esparcida en el tiempo la dialctica del ser y la

    nada.39 Es que Lo posible y lo real, la crtica a la idea de nada que all se ejecuta, es para

    Bachelard lo que supone la plenitud que l condena. El problema del ser y la nada es un falso

    problema para Bergson, pues todo lo que hay es ser. Nada no hay. Y la plenitud del lan, es

    lo que para Bachelard garantiza la continuidad. Siempre la misma idea subyace la filosofa de

    Bergson: el ser no tiene lagunas.

    Lo que pretende contestar Bachelard es la continuidad de la dure. Sus argumentos son la

    intermitencia de las funciones en el plano psquico, el carcter polmico de toda afirmacin

    en el plano discursivo, y que a nivel ontolgico, nada no es meramente otra cosa. Pero

    Bergson, en Lo posible y lo real, jams sostiene que nada sea otra cosa. Lo que es otra cosa

    es siempre algo, siempre es ser. Cuando sostiene que la nada es ms que el ser, pues implica a

  • todo el ser y adems, a la operacin intelectual de su negacin, se refiere a lo que la tradicin

    metafsica ha entendido por nada, y no a lo que l mismo entiende por nada. Para

    Bergson, la nada no es, y todo lo que hay es ser. Y si ese ser puede hospedar diferencias tan

    radicales como para confundirlas con la nada, es porque a pesar de su continuidad, est

    dotado de la ms rotunda heterogeneidad. Bergson no ignora que las funciones son

    intermitentes. Es justamente lo que entiende por las variaciones de atencin o desatencin a

    la vida. La lectura que Bachelard realiza de Bergson equivale a interpretar que Bergson no

    remarc que los hombres duermen o se distraen. Y lo uno como lo otro es explicado por una

    baja de atencin a la vida, por un debilitamiento de las funciones. A lo largo de todo el

    captulo, Bachelard califica a la dure indistintamente de continua y homognea.40 Es esta

    indistincin lo que le permite criticar la continuidad de la dure en nombre de una dialctica.

    Pero lo que en realidad no acepta Bachelard es la homogeneidad. Y a ella, tampoco la acepta

    Bergson. Por eso Vieillard-Baron escribe de la crtica de Bachelard: vemos bien que la

    crtica a Bergson es ms aparente que real, en la medida que la dure no tiene nada de un

    flujo homogneo, sino que constituye una emergencia de novedad.41 Bergson no niega los

    cambios de ritmo en la dure, pero lo que l llama diferencia, creacin o novedad,

    Bachelard lo llama dialctica. La confrontacin se desvanece si precisamos el sentido de

    las palabras; se sostiene slo bajo el precio de la confusin de la continuidad con la

    homogeneidad, o ms generalmente, del tiempo con el espacio. Los problemas surgen cuando

    uno de ellos llama continuidad a lo que el otro llama homogeneidad, y se disuelven

    cuando le devolvemos el sentido tcnico a cada uno de los trminos.

    Como la crtica de Lvinas a Husserl reposaba en una confusin entre la heterogeneidad de la

    dure y la homogeneidad de su sucesin, la crtica de Bachelard a Bergson reposa en una

    confusin entre la homogeneidad y la continuidad. Por eso decimos que si bien estas crticas

    no revelan el carcter ms original de la dure, alertan sobre lo ms problemtico, a saber: la

    alianza entre tres notas distintas. Y como en el caso de la continuidad y la heterogeneidad, la

    distincin adopta casi la forma de una oposicin, entre las combinaciones posibles, tal vez sea

    sta la ms problemtica. La paradjica alianza, dice Vieillard-Baron para referirse a ella,

    la misteriosa alianza, dice Janklvitch. Y en ellos quiz piense Chenet cuando escribe:

    Pareciera que la duracin es definida por atributos cuya compatibilidad es inconcebible,

    como lo subrayaron varios exegetas.42

    Tras la evaluacin de las crticas del bergsonismo a Kant y Husserl y de Bachelard a Bergson,

    tal vez podamos precisar ahora en qu consiste la originalidad de la dure. No puede reposar

    en ninguna de sus notas fundamentales. No puede fundarse en la heterogeneidad, pues las

  • sntesis asociativa y activa, como el esquema de la cualidad, permiten vislumbrarla. No puede

    fundarse en la continuidad, pues una sntesis previa a la del esquema de la cantidad, segn

    Rosales, la supone. Tampoco en la sucesin, desde ya, la nota ms tradicional del tiempo

    quiz. La sucesin, la heterogeneidad y la continuidad ya aparecen en las concepciones

    previas del tiempo criticadas por el bergsonismo. Suponer una diferenciacin radical entre la

    dure y las concepciones del tiempo previas, como lo hace toda acusacin veloz de tiempo

    homogneo, implica una de dos tesis insostenibles: o bien que en las concepciones del

    tiempo previas los contenidos son idnticos, o bien que Bergson no concede la posibilidad de

    semejanzas entre el pasado y el futuro. Implica uno de dos ridculos: o bien que Kant o

    Husserl no sospecharon que la vida no se desarrolla como una frrea y glacial monotona, o

    bien que Bergson no not, que en alguna medida, el da de maana ser probablemente

    bastante parecido al de hoy. Ambas posibilidades han de ser dejadas de lado. La primera

    gracias a la aventura a travs del esquematismo y de las sntesis asociativa y activa. Lo

    segundo, queda claro: Bergson sabe de la existencia de un tiempo homogneo y divisible, es

    el tiempo de la ciencia. Queremos significar que las tres concepciones del tiempo son

    equivalentes? De ningn modo. Queremos significar que la diferencia no reside en la

    heterogeneidad, en la continuidad, o en la sucesin, en las notas de la dure. En el fondo,

    argumentamos contra las formas de la exageracin: menosprecio de la dure en un caso,

    sobrevaloracin en el otro. No creemos que antes de Bergson la homogeneidad y la

    divisibilidad se hayan apoderado del tiempo de manera exclusiva. Pero tampoco que no haya

    una novedad en el planteo bergsoniano.

    En qu consiste la originalidad de la dure entonces? Si los sistemas de Kant y Husserl

    vislumbran o suponen la heterogeneidad o la continuidad, el de Bergson las subraya, las

    resalta. Si la creacin continua de novedad est implcita o sugerida en las filosofas pre-

    bergsonianas, se explicita y pone de manifiesto con la dure. Husserl, Kant y Bergson, en el

    fondo, se concentran en tiempos distintos. Los primeros privilegian el de la ciencia, Kant en

    mayor grado que Husserl probablemente; Bergson, el de la vida. Ninguno de ellos desconoce

    la existencia del otro. El otro aparece en cada caso como un rastro. Pero en cada caso, el

    tiempo que es rastro, es otro. La originalidad de Bergson consiste en poner el acento en un

    determinado tiempo, lo cual significa un movimiento doble bien preciso: privilegiar el tiempo

    de la vida por sobre el tiempo de la ciencia, y, consecuentemente, darle la dimensin

    ontolgica que hace depender al resto de los problemas de l. La novedad de Bergson es que

    se concentra fundamentalmente en el tiempo de la vida. Se concentra: hace del tiempo de la

    vida el centro de su filosofa. Se comprende mejor ahora por qu insistamos en la

  • preeminencia ontolgica de la dure cuando presentbamos sus niveles: de alguna manera,

    anticipaba parte de la originalidad del movimiento bergsoniano, el hacer del tiempo la

    dinmica del ser. No son las notas intrnsecas de la dure ni su problemtica alianza lo que

    hace a la originalidad de la filosofa de Bergson, sino una posicin extrnseca en la gramtica

    conceptual. Diremos as que lo ms novedoso no es lo ms problemtico, sino lo ms

    evidente: que Bergson se ocupa ante todo del tiempo, siempre y cuando entendamos estas

    formulas ligeras en su sentido tcnico, como el movimiento doble de reordenamiento

    jerrquico y ontologizacin. Reordenamiento jerrquico: privilegiar el tiempo de la vida por

    sobre el tiempo de la ciencia. Ontologizacin: hacer del tiempo de la vida la dinmica del ser

    a partir de la cual se explican el resto de los fenmenos. A la inversa, podremos decir que lo

    ms problemtico no es lo ms novedoso. Pues si la alianza entre heterogeneidad y

    continuidad resulta difcil de asumir, no hay razones para no considerar a la alianza de sus

    opuestos, homogeneidad y divisibilidad, igualmente paradjica. El mismo razonamiento que

    nos sugiere que lo heterogneo es divisible, sugiere que lo homogneo es indivisible. Es el

    que confunde la heterogeneidad con la complejidad, y la homogeneidad con la simpleza. La

    dure bergsoniana, no por ser heterognea es compleja; y el tiempo de la Esttica, no por

    ser homogneo es simple. El segundo es divisible, aunque homogneo; y la primera es

    indivisible, aunque heterognea. La originalidad de la dure no reposa en lo que las crticas

    de Lvinas y Bachelard revelan como lo ms problemtico, sino en lo ms evidente: su

    posicin en el conjunto de la obra. Muchos problemas filosficos sern explicados en

    trminos de una problemtica alianza entre la heterogeneidad, la sucesin y la continuidad.

    Pero lo novedoso no es la problemtica alianza, sino todo lo que pretende explicar. No es su

    constitucin intrnseca, sino su posicin extrnseca. El tiempo que el esquematismo dejaba

    entrever, o que el anlisis de la temporalidad permite reconstruir, deviene ahora la dinmica

    misma del ser.

    Notas 1 Es una de las tesis de Arnaud Bouaniche en Au croisement des philosophies de Bergson et de Deleuze: la

    nouveaut (hypothse propos de lunit de la pense deleuzienne). Se trata de una presentacin hecha el 5 de marzo del 2003, en el marco del grupo de estudios La philosophie au sens large, dirigido por Pierre Macherey, en la Univesridad de Lille 3. Publicado en el portal de investigacin de dicha Universidad, y accesible con el siguiente link: http://stl.recherche.univ-lille3.fr/seminaires/philosophie/macherey/Macherey20022003/Bouaniche.html.

    2 A tal punto que Michael Hardt estructura su Gilles Deleuze: An Apprenticeship in Philosophy (2003, Regents of the University of Minnesota), segn estas tres influencias.

    3 Bergson, H., (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF. 4 Ver el artculo Bergson se faisant en Merleau-Ponty, M., (1953), Lloge de la philosophie, Pars, Gallimard.

  • 5 Ver por ejemplo el libro de Lvinas, E., (1998), De Dieu qui vient lide, Vrin, Pars, p. 238. 6 Ver el artculo de Deleuze La conception de la diffrence chez Bergson, en Deleuze, G., (2002), Lle

    dserte, Pars, Les ditions de Minuit. 7 Worms, F., (2000), Le Vocabulaire de Bergson, Pars, Ellipses, p. 20. 8 Bergson, H., (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF, p. 182. 9 Worms, F., (2000), Le Vocabulaire de Bergson, Pars, Ellipses, p. 21. Salvo indicacin contraria, todas las

    traducciones son nuestras. En las notas, transcribimos el texto original. A partir de la dure intrieure ou psychologique la quelle chacun de nous a accs de manire immanente en lui-mme, il faut donc concevoir par un largissement successif une diversit de dures correspondant aux divers degrs de ltre.

    10 Deleuze, G., (1998), Le bergsonisme, Pars, PUF, p. 52-53. 11 Bergson, H., (2003), Lvolution cratrice, Pars, PUF, p. 360; (1997), Matire et Mmoire, Pars, PUF, pp.

    237-238; (2003), La pense et le mouvant, Pars, PUF, p. 141; (2003), Essai sur les donns immdiates de la conscience, Pars, PUF, pp. 174-180. .

    12 Bergson, H., (2003), Essai sur les donns immdiates de la conscience, Pars, PUF, p. 174. Lerreur de Kant a t de prendre le temps pour un milieu homogne. Il ne parat pas avoir remarque que la dure relle se compose de moments intrieurs les uns aux autres, et que lorsquelle revt la forme dun tout homogne, cest quelle sexprime en espace. Ainsi la distinction mme quil tablit entre lespace et le temps revient, au fond, confondre le temps avec lespace

    13 Bergson, H., (1998), Dure et simultanit, Pars, PUF, p. 181. 14 Aludimos al encuentro Bergson Einstein el 6 de abril de 1922 en la Sociedad Francesa de Filosofa. 15 Lvinas, E., (1998), De Dieu qui vient lide, Vrin, Pars, 1998, p. 238. Laltrit temporelle se pense [chez

    Husserl] comme insparable () des intervalles spatiaux, distincts mais gaux, discernables, parcourus dans un mouvement uniforme (telle la reprsentation du temps homogne, dnonce par Bergson), homognit qui prdispose la synthse (). Lavenir est protenu, anticip, suppos par hypothse (). Priorit de la prsence et de la reprsentation o la diachronie passe pour une privation de la synchronie.

    16 Lvinas, E., (1996), Transcendance et Intelligibilit, Genve, Labor et Fides, p. 36. Cest une contestation de Husserl, o pass et avenir se dessinaient partir de la prsence retenue ou protenue.

    17 Barthlemy-Madaule, (1996), Bergson adversaire de Kant, Paris, PUF, p. 38. 18 Kant, I., (1980), Critique de la raison pure, Pars, Gallimard, pp. 98-99. 19 Barthlemy-Madaule, (1996), Bergson adversaire de Kant, Paris, PUF, p. 47. 20 Kant, I., (1980), Critique de la raison pure, Pars, Gallimard, pp. 193. 21 En Rosales, A., (1993), Siete ensayos sobre Kant, Mrida (Venezuela), Universidad de los Andes. 22 Rosales, A., (1993), Una pregunta sobre el tiempo, en Siete ensayos sobre Kant, Venezuela, Mrida, p. 231. 23 Ibid, p. 233. 24 Siete ensayos sobre Kant, Una pregunta sobre el tiempo, Venezuela, Mrida, 1993, p. 243. 25 Ibid, p. 236. 26 Ibid, p. 238. 27 Ingarden, R., (1968), Edmund Husserl. Briefe an Roman Ingarden, La Haya, Martinus Nijhoff, p. 130. 28 Schumann, K., (1977), Husserl-Chronik, La Haya, Martinus Nijhoff, p. 216. 29 Husserl, E., Fenomenologa de la conciencia del tiempo inmanente, Buenos Aires, Nova, pp. 79-80. 30 Husserl, E., (1980), Lecciones de Fenomenologa de la conciencia interna del tiempo, Madrid, Trotta. 31 Ingarden, R., (1968), Edmund Husserl. Briefe an Roman Ingarden, La Haya, Martinus Nijhoff, p. 130. La

    traduccin es del profesor R. Walton. 32 Agradecemos muy especialmente al profesor R. Walton, sin quien no hubiese sido posible construir esta

    confrontacin entre la dure y la concepcin de la temporalidad de Husserl, ni consultar la bibliografa correspondiente.

    33 Bachelard, G., (1950), La dialectique de la dure, Paris, PUF, p. 12. 34 Ibid, p. 11. Cest naturellement la mme corrlation dtaille, discursive, qui stablit entre ltre et le nant

    quand on veut bien vivre loscillation dialectique de la ralisation et de lanantissement. () Nclate-t-il pas de manire vidente que le nant ne peut pas tre une chose? que le repos ne peut tre un mode de mouvement?

    35 Ibid, p. 19. Ainsi va la pense: un non contre un oui et surtout un oui contre un non. 36 Ibid, p. 23. 37 Ibid, p. 21. 38 Ibid. 39 Ibid, p. 25. 40 Ibid, p. 8, 23, 24, 26.

  • 41 Vieillard Baron, J.-L., (1999), Bergson et le bergsonisme, Paris, Armand Colin, p. 81. On voit bien que la

    critique de Bergson est plus apparente que relle, dans la mesure o la dure na rien dun flux homogne, mais constitue une mergence de nouveaut

    42 Chenet, F., (2000), Le temps, Paris, Armand Colin, p. 104. Bibliografa Bachelard, G., (1950), La dialectique de la dure, Paris, PUF. Barthlemy-Madaule, M., (1996), Bergson adversaire de Kant, Paris. Bergson, H., (2003), Lvolution cratrice, Pars, PUF. -, (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF. -, (2003), La Pense et le mouvant, Pars, PUF. -, (1997), Matire et Mmoire, Pars, PUF. -, (1998), Dure et simultanit, Pars, PUF. -, (2003), Essai sur les donns immdiates de la conscience, Pars, PUF. -, (2003), La pense et le mouvant, Pars, PUF. Bouaniche, A., (2003), Au croisement des philosophies de Bergson et de Deleuze: la nouveaut (hypothse

    propos de lunit de la pense deleuzienne). Se trata de una presentacin hecha el 5 de marzo del 2003, en el marco del grupo de estudios La philosophie au sens large, dirigido por Pierre Macherey, en la Univesridad de Lille 3. Publicado en el portal de investigacin de dicha Universidad, y accesible con el siguiente link: http://stl.recherche.univ-lille3.fr/seminaires/philosophie/macherey/Macherey20022003/Bouaniche.html.

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