Laelia nº 1

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a e l i a Número 1 DICIEMBRE 2008 Masdevallia glandulosa Königer L R E V I S T A D E L G R U P O D E E S T U D I O Y C O N S E R V A C I Ó N D E O R Q U Í D E A S

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Número 1 de la revista Laelia, editada por el Grupo de Estudio y Conservación de Orquídeas (GECOR)

Transcript of Laelia nº 1

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aeliaNúmero 1 DICIEMBRE 2008

Masdevallia glandulosa Königer

LREVISTA DEL GRUPO DE ESTUDIO Y CONSERVACIÓN DE ORQUÍDEAS

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Como podéis comprobar,esta revista nace con un vigorespecial gracias al abono de lailusión y del esfuerzo, y esta-mos convencidos de que man-tendrá su floración a lo largode muchos años, con una flornueva cada dos meses.

Sin embargo, no basta elempeño de cuatro personaspara mantener el verdor deesta planta, hace falta el vues-tro, el de los socios del “Grupode Estudio y Conservación deOrquídeas”, porque esta orquí-dea no es solamente para vos-otros: es también vuestra.

Así pues, desde aquí ospedimos colaboración, y noporque no sepamos qué publi-car, sino porque queremos darcabida a los trabajos y expe-riencias de todos los socios del“Grupo de Estudio y Conserva-ción de Orquídeas”.

Algunos diréis que aun osfalta experiencia como paraopinar o escribir un artículo.Pero os equivocáis al pensarque todo artículo sobre orquí-deas ha de versar sobre el cul-tivo de nuestras queridasamigas. Podéis escribir acercade vuestra experiencia e inex-periencia, de vuestros miedos,razones, y pasiones, del cómoentrasteis en este mundillo.Poemas, ensayos costumbris-tas, o de cualquier otro tipoque guarde relación con las or-quídeas y su mundo, será

bienvenido.

Tampoco debería preocu-paros razones como “es que yoescribo muy mal”: sencilla-mente mandadnos el artículo y,si fuera necesario y respetandoal máximo su estructura y es-tilo, se harán las correccionesoportunas para que su verda-dero autor luzca una sonrisa alverlo publicado (y ver su nom-bre al pie de éste). O dicho deotro modo: “Lavamos y abri-llantamos su coche, y le repara-mos los arañazos y abolladuras.¡Pero aun limpio y arreglado se-guirá siendo su coche!.”

Podéis enviar vuestros tra-bajos en soporte informático(preferiblemente en “word” ysin formato), bien a Rubén o aManuel, a sus direcciones:[email protected] [email protected],respectivamente, o [email protected].

Indicad en ellos vuestronombre completo, e inclusovuestro número de teléfono(tranquilos, lo del teléfono espor si fuese necesario contac-tar con el autor para algunaaclaración).

Para cualquier duda oconsulta sobre los artículos,- vuestros o no- también po-déis escribir a esos correos.

Ánimo. Os esperamos...

JUNTA DIRECTIVAGrupo de Estudio y Consevación de orquídeas

Presidente: Natividad Montó[email protected]

Vicepresidente: Sylvia [email protected]ía: Roberto Pozuelo

[email protected]ía: Manuel Lucas

[email protected]:

Diego Martínez [email protected]

Rubén Velá[email protected]

Emilio [email protected]

Socios de honorDª Gemma López Vélez

Dª Angela Mirro

Equipo edición de revista

CoordinadoresManuel Lucas

Rubén Velázquez

Colaboradores:Estela Olmos

Emilio Esteban-Infantes

Maquetación:Rubén Velázquez

Foto portada:Masdevallia glandulosa

Rubén VelázquezFoto contraportada:

Dendrobium ” Berry Oda”Emilio Esteban-Infantes

Gecor no se responsabiliza de las opinio-nes vertidas por los distintos autores

en nuestra revista

EDITORIAL

SUMARIO

Carta de la Presidente Natividad Montón 3Pétalos y Pinceles Manuel Lucas 5Mi modesto paraiso Estela Olmos 13El género Masdevallia Rubén Velázquez 17Sección Humboldtiana 23Biografía de Humboldt Manuel Lucas 24Cypripedium calceolus Rubén Velázquez 29El rincón del principiante Emilo Esteban-Infantes 33Finca Dracula Rubén Velázquez 39Fuera del Tiesto Fernando Gerundio 45

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Cuando hace aproximada-mente dos meses decidimos embar-carnos en la preciosa aventura deponer en marcha una asociación de-dicada al estudio y conservación deesas bellas plantas que son las or-quídeas no imaginábamos que entan corto período de tiempo nosíbamos a encontrar con tantos ami-gos dispuestos a secundar nuestroproyecto.

Es una gran satisfacciónpoder constatar que somos muchoslos “locos” por las orquídeas, yasean autóctonas o exóticas; nosune el mismo afán: salvaguardarsu entorno y disfrutar compar-

tiendo experiencias de cultivo.

Hay mucho camino por reco-rrer, apenas estamos dando los pri-meros pasos. Lo hacemos sin prisas,cultivar orquídeas nos ha enseñadoa ser pacientes. Tenemos muchosproyectos que con la participaciónde todos poco a poco se irán ha-ciendo realidad, iniciaremos otroscon vuestras sugerencias, y no des-aprovecharemos la experiencia paramejorar.

Comenzamos poniendo envuestras manos por vez primeranuestra/ vuestra revista”LAELIA”.Es el resultado de muchas horas de

trabajo, y todos los que han colabo-rado para que este ejemplar vea laluz, han puesto cariño y dedicaciónen cada uno de sus artículos. Desea-mos que disfrutéis con su lectura, sinolvidar que también está abierta avuestras aportaciones.

Quiero aprovechar esta oca-sión para desearos unas felices fies-tas y un venturoso 2009.

Un abrazo

Natividad Montón

Presidente del “Grupo de Es-tudio y Conservación de Orquídeas”

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CARTA DE LA PRESIDENTE

Agenda de Actividades

Nuestro grupo nace conel propósito de hacer unaagenda de actividades extensay variada, lo más atractiva quese pueda de cara al socio re-cientemente iniciado o para elya experto.

Por ello pretendemosreunirnos al menos una vez almes, creando talleres de cul-tivo, conferencias variadassobre especies en concreto osobre lugares de interés, ade-más de excursiones al campoa ver orquídeas ibéricas.

Dentro de las excursio-nes que queremos realizardestacarían las visitas a Mur-cia, Coín-Torcal de Antequera,Toledo-Cáceres, Burgos y Piri-neos, sin perjuicio de que aña-damos alguna otra, con el finde abarcar casi toda la geogra-fía peninsular, y poder disfrutarde nuestra variada riqueza enorquídeas, yendo del sur alnorte de nuestro país siguiendola fenología de las plantas.

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Descubrimos una facetadiferente y desconocida pormuchos: De entre los másprestigiosos artistas botáni-cos, Angela Mirro es toda unaespecialista captando la in-creíble belleza de lasorquídeas.

El mundo de las orquí-deas es como un universo sinfin. Podríamos estudiar más ymás y aun envejeceríamos sinconocerlas a todas. Y por sifuera poco, comprende mu-chas otras facetas y aspectos

que no son el mero coleccio-nismo o cultivo. Una de estasfacetas es precisamente supapel en el arte, y obviamenteaquellos que muestran su afánpor plasmar su belleza en unlienzo son tan amantes deellas como quien tiene unaCattleya en el alféizar de suventana.

No me estoy refiriendoa aquellos que han usado lasorquídeas como elementosmeramente estéticos en susobras de arte, sino a los artis-

tas botánicos (Alice Tangerini,Constance Sayas, MargaretFarr, o Martha G. Kemp -porcitar a algunos de los másprestigiosos internacional-mente-), que combinan el artecon la rigurosa descripcióncientífica de las plantas que in-mortalizan con sus pinceles.

Uno de los artistas bo-tánicos más prestigiosos y re-conocidos en la actualidad esla estadounidense AngelaMirro, que con una delicadezaexquisita mezcla en sus obras

PETALOS Y PINCELESTextos Manuel Lucas, reproducciones de Angela Mirro

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el arte, la ciencia, y el amorpor las orquídeas.

Angela Mirro se formóen el Parsons School of De-sign. Continuó su trayectoriaprofesional como diseñadorade ropa -contando comoclientes a Polo Ralph Lauren,y Lee Jofa Inc., entre otros-.Sin embargo ha compaginadosu trabajo con el de artistabotánico, logrando una nota-ble reputación no solo comopaisajista sino muy especial-mente como pintora de orquí-deas.

La propia Angela Mirronos ha permitido reproducirsus propias palabras para des-cribir su experiencia con las or-quídeas y la pintura:

“”Mi placer por pintar

orquídeas comenzó muchosaños atrás y se ha convertidoen un apasionado esfuerzo. Alprincipio, durante la décadade los 80, vivía en un aparta-mento oscuro en la ciudad deNueva York, pero yo introdujea mi madre, Marilyn Mirro, enese placer por las orquídeas yella comenzó a cultivarlas ensu casa de Bayshore, NuevaYork (y además se le dababien). Así pues, ambas com-partimos esa pasión.

Muchas de mis prime-ras pinturas se inspiraron ensus plantas, y eso hizo queella se comprometiera a culti-varlas hasta lograr su máximabelleza, y buscar plantas aunmás espectaculares.

Mis primeros estudiosen arte siempre enfatizaban

en una gran observación, en-tendimiento de formas y es-tructuras, y composición,pero aun así me ha llevadomuchos años desarrollar unestilo propio. Las orquídeasme han cautivado, y me hanpoco menos que forzado apintarlas: son hipnotizantes,sensuales, seductoras por sucolor, y capaces de exudaruna gran energía.

Cuando comencé a re-cibir mis primeros ejemplaresdel boletín de la “AmericanOrchid Society” quedé impre-sionada por los artículosacerca de Henry GeorgeMoon, mostrando también sustrabajos. Él se convirtió enuna pronta influencia para mí.Yo adoraba su obra pictórica yel sentido de la luz que mos-traban sus láminas. Esta ad-miración me llevó a conocer aldoctor Peter Sander, en Ingla-terra, nieto de Frederick San-der (el que fuera el rey de lasorquídeas a finales del sigloXIX), y suegro de Henry Ge-orge Moon. Peter compartióconmigo muchos de los con-ceptos de Henry Moon, e hicepropias muchas de sus ideaspersonales. He visitado mu-chas veces en Inglaterra aPeter y a su esposa, Ma-rianne, y valoro profunda-mente su amistad. Algunosotros artistas a los que ad-miro son Alberto Durero, Mar-tín Jonson Heade, WinslowHomer, John Singer Sargent,Georgia O’Keefe, y MargaretMee.

Una vez que he esco-gido una orquídea para pintar,comienzo siempre con unosprimeros trazos sobre papeltransparente, capa sobre

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capa, hasta alcanzar las pro-porciones correctas. Después,hago un estudio de color parala flor, hojas, y en ocasionespara la inflorescencia. Tengoun pequeño invernadero enBrooklyn, anejo a mi sala deestar. Cuando resulta posible,pido prestada una planta a sucultivador y me la llevo a miinvernadero, lo que me per-mite más tiempo para retra-tarla en condiciones naturales.Para el acabado final, aplicodespacio, capa tras capa, unlavado de acuarela o, si tra-bajo con óleo, una pátina deesmalte transparente hasta lo-grar el color y profundidad de-seada. Debo muchas gratituda todos esos cultivadores deorquídeas que me han pres-tado sus plantas a lo largo detodos estos años.

Aunque yo comencé apintar orquídeas seriamenteallá por 1988, mi primera pin-tura importante de una orquí-dea fue la de unPaphiopedilum Delrosi ‘MariaTeresa’ (delenatii x rothschil-dianum) cultivado por CarlosFighetti. Vi ese espécimen enJunio de 1990 en la exposicióndel “Greater New York OrchidSociety” y me enamoré de él.Aproveché la ocasión para pe-dírselo prestado con el propó-sito de pintarlo, y lo hice en lafiesta del 4 de Julio de aquelaño. Eso fue lo que me “en-ganchó” de veras a las orquí-deas.

Las orquídeas hanabierto un completo mundopara mí a lo largo de estos últi-mos 20 años, y me ha permi-tido conocer a genteencantadora y disfrutar deamistades duraderas hasta eldía de hoy. También he tenido

muchas oportunidades de via-jar y estudiar las orquídeas ensu propio hábitat, y esta expe-riencia ha enriquecido mi vidaprofundamente. Estar pintandoen la selva nubosa de los Andesperuanos es lo más cerca quehe creído estar del cielo. Senci-llamente mágico. Si bien pintar

orquídeas in situ puede ser unreto en sí, no hay como la pro-pia experiencia de hacerlo: Esnecesario ser plenamenteconsciente del momento, per-manecer alerta, percibiendo laatmósfera y entorno del lugar.En esa lucha contra los elemen-tos y una luz cambiante a cada

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hora, uno pierde el sentido desí mismo para tocar lo divino.Me rendí a Perú desde mi pri-mera visita: Rico en flora yfauna, es una tierra de monta-ñas, misterio, y una belleza in-imaginable. Me he encontradoallí con numerosas orquídeasen los últimos ocho años, y hehecho numerosos bosquejos yestudios de color de la vida allí,que luego he volcado a misobras. Había veces que meponía a pintar, sola, entre or-quídeas, completamente in-mersa en aquel entorno, laquietud rota tan solo por el re-voloteo de una mariposa o poruna bandada de loros que so-brevolaban el Valle Sagrado alcaer la tarde. Las orquídeas semostraban como joyas entre el

musgo y los árboles de la selvanubosa. A veces llovía, y enton-ces se intensificaba la fraganciade las flores y los colores de mientorno en contraste con labruma que envolvía las monta-ñas. Una experiencia estimu-lante, sin duda, y yo quieropintar esa experiencia ademásde orquídeas. En algunos demis trabajos he intentado re-producir el hábitat en el queviven, en la creencia de que de-bemos encontrar un modo depreservarlo para las futuras ge-neraciones. Sólido como unaroca y efímero como las nubes,hay un “algo” en Perú que hapermanecido dentro de mídesde entonces.

Quiero hacer desde aquí

una profunda reverencia parala Naturaleza, en la creenciade que las orquídeas, pájaros,plantas, y la vida salvaje, sonun regalo. ¿Qué sería la vidasin ellos?.”“

Su trabajo ha sidoigualmente reconocido en muydiferentes eventos y exposi-ciones, destacando por su no-toriedad los siguientes:

-. VII edición de la Ex-hibición Internacional de ArteBxotánico - The New York Hor-ticultural Society, New York(EE.UU). Año 2004.

-. The Brooklyn Flori-legium Society. Exposición enla Arsenal Gallery; Central

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Park, New York (EE.UU). Año2004.

-. The Brooklyn Flori-legium Society. Exposición enla Steinhardt Gallery; JardínBotánico de Brooklyn. NewYork (EE.UU). Años 2003 y2004.

-. V Exposición Inter-nacional de Orquídeas; exhi-bición de Arte. Club Peruanode Orquideas; Lima (Peru).Año 2003.

-. XXIII Edición delNew York International OrchidShow; Exhibición de arte.Rockefeller Center; New York(EE.UU). Año 2003.

-. The American Soci-ety of Botanical Artists; Ex-posición de Arte. New YorkHorticultural Society; NewYork (EE.UU). Años 1998,2000, y 2002.

-. The New York OrchidShow. En el edificio World Fi-nancial Center, CourtyardGallery. New York (EE.UU).Años 1991 – 2001.

-. The Smithsonian In-stitution Arts and IndustriesBuilding. Exposición de arte“El Talento Artístico de las Or-quídeas”. Washington DC.(EE.UU). Año 2000.

-. Exhibición de laAmerican Society of BotanicalArtists. Jardín Botánico deChicago. Allí recibió el “Premioa la Excelencia”. Chicago(EE.UU). Año 1997.

Su trabajo artísticopuede ser admirado en variascolecciones tanto públicas

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como privadas, citándoseentre otras: The Shirley Sher-wood Collection, Londres, In-glaterra; The Brooklyn BotanicGarden Florilegium Society,Brooklyn, New York (EE.UU);The Atlanta Botanic Garden,Atlanta, Georgia (EE.UU); yespecialmente en la sede de laAmerican Orchid Society enDelray Beach, Florida (EE.UU).

Ha sido igualmente laautora de los carteles publici-tarios para: “The New York In-ternational Orchid Show“(1992-2005); “The Miami Or-chid Show“ (1999-2004); Ex-posición de Orquídeas 2007(Club Peruano de Orquídeas,1997); Exposición conmemo-rativa del 75º aniversario de la

American Orchid Society(1996).

Sus pinturas han ilus-trado las portadas de revistastales como Orchids Magazine(año 2000), The Orchid Digest(año 2001), así como la seriede artículos “Las Orquídeas enel Arte”, publicados en OrchidsMagazine entre los años 2001y 2004. Sus pinturas han ilus-trado igualmente el libro “Van-das and Ascocendas” del Dr.David Grove, Ed. TimberPress, 1995.

A lo largo de los últimosaños ha ofrecido diversasmuestras de su obra “Las Or-quídeas en el Arte e Ilustracio-nes” para diferentes

asociaciones de orquídeas,siendo la más reciente la delMuseo Huntington, en San Ma-rino (California) organizadapor el Orchid Digest.

Además, Angela Mirroes miembro de las siguientesasociaciones: “The AmericanSociety of Botanical Artists”;“The Brooklyn Florilegium So-ciety”; “The Brooklyn Water-color Society”; “The AmericanOrchid Society”; “The GreaterNew York Orchid Society”;“Artists Equity”.

Manuel Lucas García

Consideraciones del autor de este artículo.

Todos podemos hacernos una idea de hastaque punto el mundo de las orquídeas puede hacersegrande y extenso. Podríamos estar toda una vidaestudiando tal o cual tribu o grupo botánico, y en-vejecer sin haber visto otra cosa, aprendiendo díatras día. Lo que nosotros apreciamos en nuestro or-quidario no es estrictamente gracias a los cultivado-res, sino tambien a aquellos que se adentraron enlas selvas para investigar, analizar, describir taxo-nes, pasar muchas horas de laboratorio, etc.

Eso tambien forma parte de nuestras queri-das orquídeas. Quizá, dos aspectos de las orquídeaspoco conocidos por todos nosotros -generalizo deli-beradamente- sea su influencia en la literatura, y enel arte.

Para convertirse en artista botánico hay quepasar muchos años en la sombra del anonimato, rom-per muchos pinceles, y gastar muchos colores, antes deque finalmente -y no siempre- te llegue el reconoci-miento. Ese reconocimiento llega primero por parte dela comunidad a la que perteneces (botánicos, y artistas,en este caso) y finalmente por parte de los demás, entrelos que estamos los aficionados.

Sobra decir que en España estamos a años

luz de retraso en materia y cultura referente a lasorquídeas, superándonos con mucho los países queson un referente en ello, tales como Gran Bretaña,Francia, Estados Unidos, etc. En otros lugares dondelos medios son escasos no falta sin embargo el in-terés popular por las orquídeas y su mundo, tal ycomo sucede en Centroamérica, Perú, Ecuador, Ve-nezuela, o Colombia.

Quizá por eso, por nuestras propias caren-cias -y suplirlas forma parte también de nuestro tra-bajo- no hemos oído hablar de Angela Mirro, ni deningún otro artista botánico, pero he de decir queella se encuentra entre los más prestigiosos y con-siderados en el mundo actual.

Digo esto con gratitud. Y desde aquí ha deagradecérsele su ayuda absolutamente desintere-sada: Angela nos ha permitido usar sus obras dearte -que ella misma nos envía- para nuestros artí-culos, boletines, conferencias, etc, y porque en estecaso su relación -directa o indirecta- con el “Grupode Estudio y Conservación de Orquídeas” nos honray da prestigio a esta casa.

Esa es la opinión del autor de este artículo,pero creo que está bien refrendada por semejantepalmarés, y cómo no, por sus obras, que tambiénpueden ver en: www.angelamirro.com

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Si dispones de una pequeña parcelita de terreno, ilusión a prueba deobstáculos, y un poco de ayuda, quizá estés a punto de dar “el gran salto”, elsueño de todo amante de las orquídeas: Podrías montar tu propio invernadero.¿Crees que es excesivo?. Pues Estela lo hizo; y tiene una historia que contar.

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En el otoño de 2004, enuna de mis innumerables visi-tas a los viveros y floristerías,donde suelo adquirir plantasde terraza y jardín, me acer-qué a la zona de plantas de in-terior. Quería algo que dieravida a la casa durante losmeses de frío.

Me fijé entonces en unabellísima planta con flores dis-puestas a lo largo de susvaras. Llamaban la atenciónsus flores blancas salpicadasde manchas rosáceas y su la-belo en color vino tinto.

- ¿Cuánto vale estaplanta? Le pregunté al depen-diente del vivero.

- ¡Ah, es muy delicada,es el “Ferrari” de las plantas,el no va más!

- ¿Cuánto vale?, Insistí.- ¡Uy, son caras!.No pude evitar pensar

que se estaba ganando el cielocomo vendedor.

- ¡Vale! ¿Podría decirmeel precio?.

- Creo que esa está en38 euros, (contestó por fin).

A pesar de que me pa-reció “cara”, no pude evitar lle-varme ese “Ferrari” a casa.(FOTO 1)

Pero… ¿qué tiene quever todo eso con mi inverna-dero?.

Pues prácticamentetodo, puesto que esa bellaphalaenopsis híbrida fue elprincipio, el primer pasito para

llegar a mi adicción por las or-quídeas.

Su origen, su hábitat,sus necesidades, su reproduc-ción… son algo que estudiocada día desde el momento enque compré mi primera orquí-dea.

Luego llegaron más -varias híbridas- y después deinvestigar me enamoré de lasespecies, las cuales fui adqui-riendo gracias a esa maravillaque lo hace posible: ¡Inter-net!.

Tras comprar una im-portante cantidad de orquí-deas empecé a plantearmealgo más serio para poder cul-tivarlas en condiciones.

No vivo en el lugar másapropiado para cultivar algu-nas de ellas (como las cattle-yas) pero aún así estánfloreciendo en el ático (últimaplanta de mi vivienda, conventanas tipo “velux” en eltecho) y como tengo laenorme suerte de disponer deun pedacito de jardín, co-mencé a maquinar la idea deconstruir un pequeño paraísopara mis “Ferrari”.

He de decir que mipadre es un artista modelandochapas; y mi novio, otro ar-tista con paciencia sin límites.Así que con tan buena combi-nación de mano de obra –la deellos- e insistencia –la mía-comenzó la construcción del

invernadero.

Un primer diseño conmedidas de 2 x 2,5 metrosacabó, sobre la marcha, enunas dimensiones de 3 x 4metros.

Las fotos dicen muchomás que mil palabras:(número 2)

Este es el croquis de undiseño casi definitivo. La cons-trucción comenzó a finales delverano de 2007.(número 3)

La estructura.(número 4)

Colocadas las placas delsuelo y montando el policarbo-nato.(número 5)

Interior con las bande-jas de rejillas e iluminaciónterminadas.(número 6)

La pared con malla tipo“gallinero” para plantas mon-tadas.(número 7)

Deposito para almace-nar agua de lluvia.(número 8)

¡Comenzando a lle-narlo!(número 9)

Aspecto desde el exte-rior con la malla de sombreo

MI MODESTO PARAISO: ¡ MI INVERNADERO!Textos y fotografías por Estela Olmos

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provisional.(número 10)

Algunos detalles impor-tantes para quien se anime ahacerlo, en mayor o menormedida.

-. El policarbonato debequedar bien sellado en sus ex-tremos, debido a que lo querealmente aísla es el aire quese encuentra en el interior deéste, y debe permanecer está-tico, inmóvil. De hecho, en elmontaje del mío hubo quehacer algún corte que despuésha sido muy difícil sellar.

-. La silicona a utilizarsiempre debe ser de pH neu-tro, las que venden habitual-mente son de pH ácido y conel tiempo se despegan o sim-

plemente no pegan.-. La altura del inverna-

dero también es importante,debiendo dar la máxima quepodamos: cuanto más altura,de más luz y volumen de airedispondrán.

-. En cuanto a la orien-tación se debe buscar lo másiluminada posible, teniendosiempre en cuenta la zona enla que vivimos y las tempera-turas máximas/mínimas quese alcanzará. Evitad las zonasque estén desprotegidas delos fuertes vientos.

Estas son solo unas no-ciones básicas, pero importan-tes, que he querido incluir.

Pocas cosas son compa-

rables a la floración de las or-quídeas -sin duda el momentode mayor excitación para susenamorados-. Lo cierto es quecon tan solo unos mínimoscuidados, la mayoría de ellasmuestran su belleza en innu-merables formas, tamaños ycolores.

Me emociono cuandoveo aparecer una vara, unbrote, e incluso una raíz; ellasmatan la monotonía de losquehaceres del día a día; memantienen expectante, entre-tenida, y emocionada; se po-dría decir que me dan vida. Asíque ¿por qué no darles vidayo?

De momento cultivarlas

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me esta dando muchísimasalegrías y algunas especies dedifícil cultivo se han conver-tido en un reto. Me refiero es-pecialmente a una belleza deorquídea terrestre que nohace falta ir a buscar a paísesexóticos, pero no por ello se

trata de una planta fácil, yaque requiere otros cuidadosmuy distintos –pero no másfáciles-, entre otros, el frío.¡Mucho frío!: el Cypripediumcalceolus. Esta seductora or-quídea no vive en mi inverna-dero, sino en mi jardín, no

lejos de un primo suyo, hí-brido, Cypripedium Ulla Sil-kens, de quien os muestrouna fotografía.

Estela Olmos

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EL GENERO MASDEVALLIA LAS JOYAS ANDINAS

Textos y fotografías por Rubén Velázquez

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En 1777 se organiza unaexpedición botánica a los te-rritorios del Virreinato delPerú, que comprendía el ac-tual Chile y Perú, bajo el lide-razgo de Hipólito Ruiz López(Belorado, Burgos 1752-Ma-drid 1816), que, sin haber fi-nalizado sus estudios defarmacia, fue nombrado di-rector de la Expedición. Juntoa él iría como segundo botá-nico, el médico francés JosephDombey. También José Anto-nio Pavón y Jiménez, (Casate-jada, Cáceres 1754-Madrid1840), que era farmacéutico,fue nombrado botánico de laexpedición a Perú y Chile, tra-bajando estrechamente conHipólito Ruiz. Completaban laexpedición, los ilustradores deplantas Joseph Bonete e Isi-dro Gálvez. En las innumera-bles recolectas apareció unaplanta en 1779 utilizada paracrear un nuevo génerocuando se publicó la desco-munal obra de Ruiz y Pavónen 1794, llamada Flora Peru-viana et Chilensis Prodromus.

Era la Masdevallia uni-flora, utilizada para designareste nuevo género dedicadoal botánico y médico español

Jose Masdevall, que trabajabaen la corte de Carlos III.

Tras esta primera descrip-ción, llegaron otras muchasde la mano de botánicos y ex-ploradores de renombre comoHumboldt, Bonpland, Des-courtilz, Godot, y otros mu-chos.

En la actualidad este gé-nero engloba a más de 400

especies, aunque hasta hacepoco tiempo eran más de 700especies. Estudios en profun-didad hicieron desgajar deeste gran género otros comoDracula, Scaphosepalum, Po-rroglossum, Trisetella o Drya-della.

Debido a ser un génerotan nutrido, en la actualidadse divide en más de 36 divi-siones entre subgéneros, sec-ciones y subsecciones.Incluso algunas como la sec-ción Durae que engloba espe-cies como M. princeps o M.ayabacana, se está conside-rando la posibilidad de sacarlaen un género aparte.

Descripción

Son plantas sin pseudo-bulbos, con cortos rizomasrasteros o erectos llamadosramicaules, que portan unaúnica hoja de lanceoladahasta ovaladas, más o menoscoriáceas hasta herbáceas,con un sistema radiculardenso. La flor es la parte másdistintiva de estas orquídeasconstituida por la unión de los

Masdevallia amabilis

Masdevallia ignea

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sépalos en una cúpula con ápi-ces más o menos alargados yllamativos, llamados prolonga-ciones sepalinas. Los pétalosse encuentran muy reducidosasí como el labelo que sueletener coloraciones muy distin-tas de la cúpula sepalina. Lainflorescencia puede ser uni-floral, o multifloral racemosa ode floración casi continua.

Distribución y hábitat

Repartidas desde Méxicohasta Bolivia, unas pocas es-pecies aparecen por centroa-mérica, constituyéndosecomo centro de dispersióngenética principal el área an-dina de Ecuador, Colombia yPerú, existiendo otro menosnumeroso en Bolivia. Los há-

bitats en las que aparecenprincipalmente son las selvashúmedas montañosas, vi-viendo como epifitas, inclusoalgunas especies viven encondiciones hiperhúmedas enlas cejas de selva conviviendocon un género interesante delque ya hablaremos: Telipo-gon, adaptados a unas míni-mas de -1ºC de noche ymáximas diarias que nopasan de los 20ºC con nieblascasi permanentes. Unaspocas especies crecen enzonas bajas, en selvas peren-nes cálidas y húmedas

Cultivo

Luz

Podremos intuir que la

mayoría de las especies vivenen condiciones lumínicasbajas, necesitan una luz di-fusa, protegidas del sol directoen todo momento, pero hayexcepciones como la mayorparte de especies de zonasfrías andinas, que suelen vivirsobre rocas desnudas a plenosol, pero claro con máximasque en ningún momento so-brepasan los 25ºC...

Humedad

Salvo contadas excepcio-nes como M. floribunda quetolera una humedad relativapor debajo del 50%, la mayorparte de las especies necesitaun intervalo de entre el 70 y el90% para poder desarrollarsecon normalidad.

Masdevallia lehmannii

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Masdevallia strobelii Masdevallia racemosa

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RiegosAbundantes durante todo

el año. Tenemos que vigilar noencharcar el sustrato en de-masía, debe estar siempre hú-medo, pues si se secademasiado la planta se estresarápidamente.

VentilaciónEste junto con la calidad

del agua es uno de los factoresmás importante de cultivo.Debe ser al menos moderada,las plantas deben “moverse”un poco. Con este movimientodel aire circundante logramosdisminuir la temperatura tantodel sistema radicular como delfoliar, por la evapotranspira-ción tanto del sustrato comodel tiesto. Esos pocos gradosde diferencia con el ambientehacen posible que podamoscultivar especies de frío ex-tremo. En verano, para evitaruna desecación excesiva deltiesto-sustrato, debemosponer las plantas sobre una li-

gera lámina de agua perma-nentemente de unos 2 mmpara que el tiesto por capilari-dad vaya evaporandola sin“sacarla” del medio de cultivo.

Sustrato y tiesto.El sustrato ideal de cultivo

en nuestras condiciones am-bientales es una mezcla deSphagnum y corteza de pinofina en un porcentaje 70-30%.Incluso usando Sphagnumpuro de fibra larga se obtienenresultados satisfactorios.

Lo ideal esque el tiesto seade barro, pues si unimos el fac-tor ventilación es el mejor paraevaporar parte de la humedady lograr bajar la temperatura.El de plástico no es efectivopara este menester.

Transplante.Tras muchos años culti-

vando éstas especies he lle-gado a una serie deconclusiones: si no se realizan

transplantes anuales los ejem-plares se llenan de hojas, pero,o florecen bastante menos o nolo hacen. Tendremos unaplanta espectacular, llena dehojas, pero sin flores... Sólo sitransplantamos cada año con-seguimos floraciones regulares.Además un exceso de salesacumuladas en el sustrato sonnocivas para el denso sistemaradicular por lo que con la re-novación periódica consegui-mos evitar este hecho.

AbonadosEs conveniente aplicar

abonados ligeros en Prima-vera- Verano. Deberá ser com-pensado y diluirlo al menosuna décima parte de lo que re-comienda el fabricante. Unavez al mes es adecuado regarcon agua destilada para lavarel medio de sales nocivas.

Plagas y enfermedades.En cuanto a plagas, no son

muy propensas a sufrirlas, a

Masdevallia nidifica

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veces se presentan ataquespuntuales de cochinillas o lasvaras florales se ven atacadaspor pulgones. Se combatencon facilidad con los insectici-das específicos. Una plagaque sí hace estragos son losmoluscos: caracoles y babo-sas comen brotes radiculares,y sobre todo floraciones...dando al traste con un año decultivo y espera.

En cuanto a enfermeda-des fúngicas, éstas si son fre-cuentesLa peor es el mal delpie provocado por hongos delos géneros Phytium oRhyzoctonia, que hacen caer

las hojas en verde, la defolia-ción es intensa y muy rápiday la planta muere en la mayo-ría de los casos. Para evitarlaes fundamental no encharcarel sustrato y ventilar muybien la planta. Si los factoresde cultivo hacen estresar unpoco la planta, ésta se debilitay aparecen sobre todo du-rante la época estival, man-chas que afean las hojas peroque no matan la planta. Setrata de hongos que provocanantracnosis y septoriosis quese tratan con fungicidas deamplio espectro. Las manchasno desaparecen, pero una vezque la hoja cae por vejez y

salen nuevas, la planta re-nueva su aspecto.

Tratamientos preventivoscon Physan diluido al 3% sonideales para mantener a rayaa estos hongos indeseables.

En definitiva, tenemosante nosotros un grupo de es-pecies ideales por su llama-tiva y abundante floración,que con unos mínimos cuida-dos conseguiremos disfrutarsin apenas problemas. Sinduda se tienen ganado lo deser las joyas de la gran familiade las orquídeas.

Rubén Velázquez

Masdevallia patula Masdevallia norops Masdevallia mejiana

Masdevallia floribundaMasdevallia ariasiiMasdevallia princeps

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HUMBOLDTIANA

120 ORCHIDS FEBRUARY 2008 WWW.AOS.ORG

Sacred Valley I

2006. Oil on board. 19 ! 23 inches

(47.5 ! 57.5 cm). Angela Mirro, óleo, 2008

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En su momento, fue elmayor naturalista de todos lostiempos. Pero tras su muerte,y hasta el día de hoy, no havuelto a repetirse una figuratan insigne. Humboldt fue unaautoridad en ciencias como laetnografía, antropología,física, zoología, climatología,oceanografía, astronomía, ge-ografía, geología, miner-alogía, botánica, vulcanologíay –por si fuera poco- el hu-manismo.

SU VIDA.Friedrich Heinrich Alexan-

der, Barón de Humboldt, nacióen 1769 en la ciudad de Berlín(Alemania). Tuvo la suerte denacer en el seno de una fami-lia noble y adinerada. Supadre era oficial en el ejércitode Federico II de Prusia, encuya corte no le faltaban con-tactos; y su madre, Marie-Eli-zabeth von Hollwege, poseíauna gran fortuna al serviciode la familia. Tanto así, que elhermano mayor de Alexander,Wilhelm von Humboldt llega-ría a ser ministro, además deun reconocido lingüista (yfundador de la Universidad deBerlín –hoy “UniversidadHumboldt de Berlín”-).

Su familia le apartó detoda idea de convertirse enmilitar, y encaminaron aljoven Alexander para for-marse como Ingeniero deMinas en la Universidad deFreiberg (Sajonia) –hoy, launiversidad de metalurgia yminas más antigua del

mundo-, trabajando poste-riormente como funcionariopara el gobierno de su país.

El barón de Heinitz lo con-trata para su departamentoen la Dirección de Minas, yeso le lleva a realizar un viajede mineralogía y de historianatural por Holanda, Inglate-rra, y Francia, bajo la direc-ción del célebre naturalistaGeorg Forster (que acompa-ñara al mítico Capitán Cooken su vuelta al mundo). A lo

largo de este período, que du-raría varios años, publicó“Flora Fribergensis”, así comodiversos trabajos sobre físicay química. Sin embargo,Humboldt tenía otras aspira-ciones: Aquellos viajes le lle-varon a soñar con otros másambiciosos donde volcar todosu ingenio y su pasión por laobservación.

Tras un intento fallido deexplorar la Cordillera del Atlasen el Norte de Africa, Hum-

Alexander von HumboldtTexto de Manuel Lucas

Retrato de Alexander von Humboldt; óleo de FriedrichGeorg Weitsch (1806), Staatliche Museen zu Berlin -Preußischer Kulturbesitz, Nationalgalerie / A II 828.

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boldt decide viajar a Madrid,en febrero de 1799, donde elembajador de Sajonia, barónPhilippe de Forell -para colmo,mineralogista de vocación- lepropicia la aprobación del ReyCarlos IV para un viaje de ex-ploración por buena parte deAmérica.

Humboldt no es un natu-ralista como los demás: Porprimera vez alguien empren-día un viaje de estas caracte-rísticas con absolutaindependencia de Reyes y me-cenas. Humboldt contaba consu propio patrocinio y no ne-cesitaba de otra fortuna paracumplir con los muchos gastosque le acarrearon estos viajes,lo que le permitió por añadi-dura una libertad absoluta, nosolo para viajar a lo largo yancho de América, sino paradetenerse a su antojo y obser-var lo que quisiera. El pasa-porte y licencia que leconcediera el Rey Carlos IVpara recorrer sus dominios enultramar le permitían ademáshacer uso de archivos reserva-dos, y le prodigaban un tratode excelencia por parte de

cualquier autoridad civil.

Antes de su partida, mien-tras se ultimaban los prepara-tivos en Madrid, Humboldt nodesperdició su estancia en Es-paña. Después de disfrutar deuna corta estancia en Aranjuezviajó por buena parte de la pe-nínsula Ibérica donde llevó acabo diversos trabajos sobreclimatología, astronomía, geo-logía y botánica, poniendo enpráctica por primera vez diver-sos aparatos y dispositivos demedición que le permitieronregistros con una precisión noalcanzada hasta entonces.

«En las provincias de Ca-taluña y de Valencia el paísparece un eterno jardín, rode-ado de cactus y de maguey.Los dátiles altos de 40 a 50pies, cargados de racimos defrutos, rivalizan con la alturade los conventos. Los camposparecían bosques de árbolesde pan, olivares y naranjales,muchos de los cuales estáncoronados como los perales(...). La exuberancia de la ve-getación de la cuenca de Va-lencia no tiene parangón enEuropa. Uno cree ver por pri-mera vez árboles y hojasfrente a esas palmeras, a esosgranados, esas ceratonias,esas malvas, etc». Carta del20-4-1799, escrita en Aran-juez para su antiguo preceptorKurl Ludwig Willdenow.

Acompañaba a Humboldtel ilustre botánico francésAimé Bonpland, y juntos salie-ron desde La Coruña en la cor-beta Pizarro en dirección a lasIslas Canarias, recalando en laGraciosa y Tenerife entre el 19y el 25 de junio de 1799. As-cendieron al cráter del volcánTeide y allí analizaron el aire.

Cuenta en su diario que pasa-ron «seis días en Tenerife,Santa Cruz, Laguna, PuertoOrotava y en el pico delTeide». En ese mismo diariorecoge su impresión de SantaCruz de Tenerife, y dice que«en las estrechas calles trans-versales, entre los muros delos jardines, las hojas colgan-tes de las palmas y de las pla-taneras forman pasajesarqueados, sombríos: un re-fresco para el europeo queacaba de desembarcar y parael que el aire del país es de-masiado caluroso». En suabundante epistolario dirá que«los canarios son gente hon-rada, sobria y religiosa; des-pliegan menos industria entreellos que en los países extran-jeros. Un espíritu inquieto yemprendedor les lleva a estosinsulares (...) a América, ydondequiera que haya esta-blecimientos españoles, desdeChile y la Plata hasta NuevoMéxico. A ellos se deben engran parte los progresos de laagricultura en estas colonias».

«Place a los canarios con-siderar su país como parte dela España europea. Han au-mentado en efecto las rique-zas de la literatura castellana.El nombre de Clavijo, autor delPensador, los de Viera, Iriartey Betancourt son conocidoshonrosamente en las cienciasy las letras: el pueblo canarioestá dotado de la vivacidad deimaginación que distingue alos habitantes de Andalucía yGranada, y es de esperar quealgún día las Islas Afortuna-das, donde experimenta elhombre, lo mismo que entodas partes, los beneficios ylos rigores de la naturaleza,serán dignamente celebradaspor un poeta indígena». Hum-

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boldt, Al. de; A. Bonpland,Viaje a las regiones equinoc-ciales del Nuevo Continente.

Desde las Islas Canariaszarpa con rumbo a Cumaná(Venezuela), a donde llegatras dos meses de singladura.Allí, su frenesí viajero es im-presionante: Entre 1799 y1800 recorre la costa de Paria(Venezuela), viaja por las pro-vincias de Nueva Andalucía(Venezuela) y Nueva Barce-lona (Guayana). En Enero de1800 abandona Caracas paraatravesar los inmensas llanu-ras donde se remansan losríos Apure y Orinoco (el pri-mero afluente del segundo).Descendió luego por el Apurehasta alcanzar su desemboca-dura y desde allí remontar elOrinoco hasta llegar al naci-miento del río Negro (elafluente más importante delrío Amazonas), que descendióhasta alcanzar San Carlospara desde allí regresar a Cu-maná, luego a Nueva Barce-lona, y en su puerto tomó unbarco hacia La Habana.

A lo largo de este periplo,Humboldt y su compañero

Bonpland no desperdician nitiempo ni recursos. Llevan acabo exhaustivas anotacionesy registros sobre flora, fauna,minerales, ríos, suelo, fenó-menos, geografía, clima, etc.Igualmente observa las cos-tumbres de los indígenas, yde la sociedad de cada uno delos lugares que visita. Entranlibremente en dependencias yarchivos oficiales, recibenayuda de científicos criollos ypeninsulares sobre botánica,climatología, geografía, y sele facilita gran cantidad de no-ticias históricas y científicas,que Humboldt utilizará luego

para desarrollar un nuevomodelo de análisis históricode las sociedades. Conoceráen Santa Fe de Bogotá al ilus-tre botánico José CelestinoMutis. Contrasta sus medicio-nes astronómicas con Fidalgo,y luego se aloja en Turbaco,en casa de su amigo José Ig-nacio de Pombo, académico, yuno de los más agudos escri-tores económicos de la Vene-zuela colonial.

El 22 de Marzo de 1803zarpa desde Guayaquil (Ecua-dor) para arribar en Acapulco(México), y viaja por Chilpan-cingo, Taxco, Ciudad de Mé-xico, las minas de Pachuca,Real del Monte Morán y Gua-najuato. También visita la ciu-dad en Huehuetoca, y seacerca en Septiembre de1803 a la cumbre del volcánJorullo, que apareciera súbita-mente 44 años atrás (como lohizo el volcán Paricutín en1943) en el estado de Micho-acán. Continúa luego su viajepor Puebla, Cholula, y Jalapa,para regresar a Veracruz, y deallí a La Habana y luego a losEstados Unidos.

Humboldt y Bompland en la selvaamazonica del río Casiquiare; óleode Eduard Ender (c.1850).

Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland al pie del volcánChimborazo; óleo de Friedrich Georg Weitsch (1810), Staa-tliche Museen zu Berlin - Preußischer Kulturbesitz.

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En total, Alexander vonHumboldt y Aimé Bonpland,recorrieron más de diez mil ki-lómetros en sus tres etapascontinentales, desde Vene-zuela hasta Estados Unidos,pasando por Colombia, Ecua-dor, Perú, México y Cuba. Des-cribieron y recolectaron másde 6.000 especies de plantasamericanas, muchas de ellasnuevas para la ciencia, y quedieron a conocer en Europatras su vuelta en 1804.

«Mientras tanto, le ruegohacer llegar nuestro agradeci-miento por los innumerablesfavores que debemos a los es-pañoles en todas las partes deAmérica que hemos visitado,porque seríamos bien ingratossi no hiciéramos los más gran-des elogios de vuestra nacióny de vuestro gobierno, que noha cesado de honrarnos y pro-tegernos». Carta del 22-4-1803, dirigida desde México alabate Antonio José Cavanilles.

Permanecería en Parísdesde 1804 hasta 1827, reco-pilando todo el material reco-gido a lo largo de los últimos 5

años, y que se publicaría entreinta volúmenes que llevanpor título “Viaje a las regionesequinocciales del Nuevo Conti-nente”. Esta asombrosa obrarecogía novedosos estudiossobre vulcanismo asociado ala evolución de la corteza te-rrestre, así como sobre la dife-rencia de temperaturas delOcéano Pacífico en ciertasépocas del año por causa deuna corriente oceánica, quedesde entonces lleva el nom-bre de Corriente de Humboldt.

En 1827 regresa a Berlín yallí goza de la amistad del ReyFederico Guillermo II de Pru-sia, convirtiéndose en suchambelán y principal conse-jero. Como diplomático, recibeen 1829 un encargo del ZarNicolás I para viajar por Sibe-ria, llegando hasta la cordilleradel Altai en su frontera conChina.

Murió en 1859, sin fortunay sin descendientes, pero atiempo de dejar editada suobra “Cosmos” acerca de laestructura del universo, y quele llevó 20 años de prepara-ción. Sus restos reposan en elpanteón de Tegel, Berlín.

SU LEGADO.El legado de Humboldt es

tan variado y extenso que,aunque parezca sorprendente,buena parte de éste está aunpendiente de una valoraciónactual. De hecho, en Alemaniacarece del reconocimiento quesí tiene en Venezuela, México,Francia, e incluso España,aunque en la actualidad haymovimientos culturales en supaís natal –e incluso en elnuestro- que presentan su fi-gura como paradigma delcientífico e ilustrado. Cabe

decir que buena parte de susestudios geográficos y climáti-cos que llevó a cabo durantesu estancia en España estánigualmente pendientes de va-lorar. Y a propósito de climato-logía, a él se le atribuye el usode palabras tales como isodi-námicas, isoclimas, isotermas,y tempestad magnética. Des-arrolló –entre otras- la geo-grafía física, geofísica,sismología, y vulcanología, de-mostrando que el empirismoes la base del conocimientopara todo científico.

En cuanto a zoología y bo-tánica, hay más de una do-cena de animales que hacenhonor a su nombre (quizá unode los más conocidos sea elpingüino de Humboldt –Sphe-niscus humboldti-). ¿sabránlos lectores que ese bello an-turio rojo que mantienen en sucasa se llama Anthurium hum-boldtianum?. Además de esaespecie, hay cerca de unaveintena que llevan su nom-bre. Entre nuestras queridasorquídeas está Phragmipe-dium humboldtii, Schomburg-kia humboldtii, Myrmecophilahumboldtii, y Acineta hum-boldtii.

Pero si Humboldt es consi-derado como el “Padre de laGeografía Moderna Universal”,no podía faltar en su habertoda suerte de elementos geo-gráficos con su nombre: mon-tañas, picos, glaciares,quebradas, cuencas, ríos, pan-tanos, y hasta una corrienteoceánica, que entre todossuman la veintena. Con sunombre hay media docena dereservas forestales en distintospaíses de América; tres Conda-dos en los Estados Unidos (enlos estados de Iowa, Nevada, y

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California); una veintena depoblaciones (la mayor parte deellas, en Estados Unidos); tresbuques; un asteroide; una cor-dillera y un “mar”, ambos en laLuna; y casi un centenar deinstituciones repartidas portodo el mundo, entre colegios,institutos, asociaciones, etc,que llevan igualmente su nom-bre como señal de identidad.

Esa señal de identidad es

la que llevará esta sección,que encontrarán aquí, en laspáginas centrales de cadaejemplar de “Laelia”.

«Admiro entre los habi-tantes de estos lejanos para-jes esa lealtad, esa sencillezde carácter, esa mezcla deautoridad y de bonhomía, queha sido siempre característicade la nación española. Si las

luces no están muy extendi-das, mucho menos lo está lainmoralidad. (...) Mientrasmás vivo en las colonias espa-ñolas, más me gustan. Al re-gresar a Europa medesespañolizaré con granpesar». Carta del 3-2-1800 di-rigida desde Caracas a Philippede Forell.

Manuel Lucas

SEMINARIO DE DIBUJO Y PINTURACON ANGELA MIRRO.

Enero-Febrero de 2009.

Tendrá lugar los días 30 y 31 de Enero y 1 deFebrero de 2009, en el Hotel Inkaterra Machu-Picchu, situado en el corazón de la Reserva His-tórica de Machu Picchu (Perú), una de las nuevasSiete Maravillas del Mundo.

Los participantes podrán explorar los bellosalrededores del hotel, montañas, flora y faunatropical, en uno de los parajes que, según laAmerican Orchid Society, ostenta el record mun-dial de orquídeas nativas creciendo en su hábitatnatural (372 especies), junto con 192 especiesde aves (de las que 18 son de colibríes), 111 es-pecies de mariposas silvestres, 108 especies dehelechos, y muchas otras maravillas de la natu-raleza. Todo ello en esa serenidad mística delhotel.

Este seminario de dibujo y pintura ofrece asus participantes la oportunidad de conexión conel entorno y su expresión a través de bocetos alápiz y estudios de color, poniendo especial énfa-sis en las acuarelas.

Los participantes serán invitados a seguir suinstinto para reflejar las cualidades botánicas delas plantas, tomando como modelo especiesvivas en su propio hábitat.

Serán bienvenidos tanto los artistas princi-piantes como los experimentados. Los estudian-tes deberán aportar su propio material detrabajo.

Estos tres días de seminario se centrarán en

el bosquejo y estudio de orquídeas con acua-relas. Aprender las claves de un buen trabajopreliminar garantizará un mejor acabado en sufase de pintura.

El Hotel Pueblo ofrece unos maravillosos en-tornos, con un "Paseo entre Orquídeas", dondese nos conducirá campo a través para estudiarlas orquídeas justo allí donde crecen. Las excur-siones tienen como objetivo reunir la inspiracióny la información esencial para la correcta com-prensión y captura de la planta, así como suscondiciones de crecimiento. A través de una cer-cana observación, los estudiantes plasmarán loque ven a bosquejos a lápiz, notas de campo, yestudios de acuarela, que luego podrán ser des-arrollados a pinturas acabadas.

Cuando sea posible, los estudiantes podránrecolectar especimenes y continuar trabajandocon ellos en el aula. En este aula de pintura habrásesiones diarias de trabajo en la que los partici-pantes podrán integrar su información obtenidade las observaciones y la importancia del diseñoglobal (como por ejemplo la creación de la com-posición más apropiada que la planta permitaelaborar de sí misma).

Habrá igualmente charlas sobre diferentesvalores de la pintura, tonos de luz, medios tonos,y sombras; demostraciones de mezclas de color,pinceladas, capas de lavados, y variedad de téc-nicas de pintura con acuarela.

Los participantes de cualquier nivel son bien-venidos y recibirán instrucción individual y críti-cas como parte del taller.

Para más información pueden escribir direc-tamente a Angela Mirro, en su dirección de correoelectrónico [email protected]

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Comenzamos esta seriededicada a las orquídeas ibéri-cas describiendo a la que paramuchos es la reina europeapor su tamaño, su rareza, susformas... el zapatito de damao Cypripedium calceolus.

Englobada dentro de lasubfamilia Cypripedioideae, esel único representante en laEuropa occidental. El nombredel género lo dió Linneousando esta especie, en suGenera Plantarum en 1737,basándose en el griego K!prisy en el latin: Cypris que signi-fica Afrodita o Venus, la diosade Chipre, y del griego pédi-lon, sandalia, o calzado.

Su descubrimiento ennuestro país es al menos cu-rioso, hace años, cuando tra-bajaba en el Real JardínBotánico de Madrid, cayó enmis manos un libro de flora deÁvila de finales del siglo XIX,que ya lo citaba en “sus altasmontañas”, aunque por la na-turaleza del terreno sea unacita del todo errónea, pues esprácticamente imposible queesta orquídea aparezca comoya veremos en su hábitat.

También Pío Font Quer, locitó para el Moncayo en 1762-1763, pero al no existir pliegostampoco se cree verosímil,aunque aquí sí que se daríanlas condiciones óptimas paraque apareciese. Igual, estu-dios en los lugares más recón-ditos del Moncayo nos den enun futuro muy cercano estagrata sorpresa

El descubrimento feha-ciente en nuestro país se pro-dujo por el azar. Un profesordel centro de ecología de Mon-tagnarde, situado cerca de lafrontera española, llamadoJean-Jacques Lazare, en elcurso de una excursión consus alumnos a finales de laprimavera de 1995, divisó, através de la ventana del auto-bús en el que viajaban, unasflores muy parecidas a la es-pecie que comentamos, cuyapresencia en Francia estabaacreditada en los Alpes y elMacizo Central. Su sorpresafue enorme y no contentoquiso cerciorarse comprobán-dolo él mismo. Para ello llamóa su amigo Luis Villar, investi-

gador del Instituto pirenaicode Ecología.

Dos semanas despuéspudo comprobar con enormealegría que su visión no eraerrónea, se trataba del Cypri-pedium calceolus, y estabacreciendo muy cerca de la ca-rretera que sube por el vallede Tena a Portalét.

Lo llamativo de esta situa-ción, es que paralelamente, elbotánico español Jordi Mira-lles, gracias a la informaciónde un senderista, pudo locali-zar en esas mismas fechas yalgo menos de 200 killómetrosmás al este, en la sierra delCadí, otros pies de esta misma

CYPRIPEDIUM CALCEOLUSSERIE ORQUIDEAS IBÉRICAS Textos Rubén Velázquez

Fotografía: Rubén Velázquez

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especie. Los 3 investigadores,Lazare,Villar y Miralles, publi-caron su descubrimiento en1987, en los Anales del RealJardín Botánico de Madrid.

Como podéis ver, aún hoyen día, en los lugares más in-sospechados pueden aparecerespecies muy llamativas, aúnen sitios muy transitadoscomo en la carretera al Porta-lét...

Os recuerdo que la pre-sencia de esta especie ennuestro país, aunque concitas en herbarios y en biblio-grafía botánica, como yahemos visto, había sidopuesta en duda desde el sigloXVIII hasta nuestros días.

Debido a la facilidad del

acceso del lugar y de la infor-mación suministrada por di-versos medios, todos losaños, en Junio, se puede dis-frutar de una peregrinaciónde curiosos e investigadorespara ver esta especie emble-mática.

Tambien, fruto de los des-aprensivos de costumbre, elgobierno de Aragón ha tenidoque proteger de forma increí-ble estos pies, y aposta día ynoche, durante la fase vege-tativa de la planta, a unequipo de voluntarios queacompañan a cualquier per-sona a "cazar" las orquídeascon sus cámaras fotográficas.

Los guardas, en concretoFernando y Elisa, cuidan conmimo los pies, haciendo ver a

todos la fragilidad del medio,evitando pisotear los renue-vos de la orquídea, debido ala torpeza de muchos, provo-cada por la emoción de veresta planta en flor, y lo digopor propia experiencia, hayque vivirlo para saber lo quese siente...

A veces, como nos co-mentaba Fernando esta úl-tima primavera, la gente llorade emoción al ver el Cypripe-dium con el fondo aún nevadode los altos picos.

En este mismo lugar,cerca de los pies de la orquí-dea pueden también verseotras orquídeas como Coelo-glossum viride, Listera ovata,Nigritella austriaca, Neottianidus-avis, Orchis ustulata,

Fotografía: Emilo Esteban-Infantes

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Dactylorhiza maculata y D.fuchsii; plantas carnívoras,como la Pinguicula vulgaris; yotras plantas escasas, como eltrébol de agua, Menyanthestrifoliata...

DescripciónPlantas perennes, herbá-

ceas, con tallos de hasta 70cm de altura que parten de unrizoma no estolonífero, con ra-íces más o menos fibrosas. Lashojas son de lanceoladas aovales de hasta 10 cm de lon-gitud, y presentan 7-9 nervioslongitudinales muy marcados .

La flor es la pieza más ca-racterística. Los sépalos late-rales se encuentran soldadosen casi toda su longitud, situa-dos detrás del labelo y el cen-tral presenta 3 nervios bienmarcados. Los pétalos son depocos milímetros de longitud,generalmente de color púr-pura excepto su base que esamarillenta. El labelo es lapieza distintiva, ovoide, cón-cavo a modo de zapatito, deahí su nombre vulgar, de coloramarillo.

La función del labelo,como ocurre con los génerosafines Paphiopedilum o Phra-mipedium, es la de facilitar lapolinización, pero sin ofrecernada al insecto, la “bolsa” seconvierte en una trampa, y laúnica salida para el desafortu-nado insecto, que lo único quebusca es un néctar que noexiste, son los pasillos latera-les del labelo, donde residenlas masas de polen, que no seencuentran agrupadas, carac-terística de la subfamilia, a di-ferencia de otras muchasorquídeas en que está agru-pado en masas polínicas o po-linios.

EcologíaEsta orquídea, en nuestro

territorio, aparece ligada a cla-ros de hayedos y pinares porencima de los 1200 metros,alcanzando los 1700 metrosen la Sierra del Cadí en Barce-lona. Las poblaciones españo-las se encuentran divididas en3 núcleos bien claros, una po-blación nutrida se encuentraen el valle de Tena, cerca deSallént de Gállego, al menosmás de 2000 pies de Cypripe-dium se han llegado a conta-bilizar en el hayedo. Otra

población menos importanteaparece en el valle de Ordesay en el de Pineta constitu-yendo el núcleo aragonés.

En el Pirineo catalán apa-rece en una pequeña pobla-ción en Girona, de recientedescubrimiento y en la prepi-renaica de la Sierra del Cadíen Barcelona donde apareceen nutridas poblaciones a granaltitud entre los hayedos.

Crecen sobre diferentessustratos, aunque con prefe-rencia sobre las calizas del De-

Fotografía: Emilo Esteban-Infantes

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vónico, donde se unen losmateriales de la orogenia her-cianiana y la alpina.

DistribuciónEsta especie se reparte a

nivel mundial por casi todaEuropa llegando a las monta-ñas de Grecia y de Crimea,además de Siberia, China, yNorteamérica.

FenologíaEs una especie alpina,

presenta un periodo dur-miente donde queda sepul-tada por una buena capa denieve, a veces de metros,desde Septiembre-Octubrehasta Abril, donde comienzana despuntar sus yemas entrela nieve remanente. Su pe-riodo de floración oscila segúnla climatología desde finalesde Mayo hasta bien entrado elmes de Junio.

CultivoAunque se trate de una

especie en serio peligro deextinción, muy vulnerable porla fragilidad de su hábitat, ymuy “apetecible” por parte demuchos coleccionistas sin es-crúpulos, en la actualidad haynumerosos programas deconservación a partir de me-ristemación o por semillado,

tanto de organismos oficialescomo de viveros comercialesque hacen posible el intento desu cultivo en casa.

Para ello deberemos res-petar escrupulosamente suscondiciones: un periodo frío,pero sin heladas muy severas,pues la nieve hace de amorti-guador térmico, conservandolos rizomas a unos -2-0ºC aun-que en el exterior baje por de-bajo de -20ºC.

La exposición deberá sera pleno sol si estamos en elNorte de la Península o a se-misombra para el Centro o elSur. Lo ideal es intentar natu-ralizarlo en un jardín, acol-chando los pies conabundante materia orgánica yhojas y en un sitio húmedo.

Al ser propenso a sufrirpudriciones hay que tener es-pecial cuidado con los riegosque deberán ser abundantespero a la vez espaciados si lostenemos en un tiesto. Admiteabonados muy ligeros en losmeses de verano.

También podemos inten-tar el cultivo de otras especiesamericanas o asiáticas igualde llamativas que nuestra es-

pecie, o incluso más fáciles deconseguir son los innumera-bles híbridos que están dispo-nibles en la actualidad.

UsosPor el alto contenido de

aceites esenciales, taninos yglucósidos se utilizó paracombatir los dolores de ca-beza provocados por nervios,insomnio y depresiones,sobre todo en Norteaméricadonde ésta y otras especiesse encuentran con más facili-dad. Incluso hay noticias desu uso para combatir doloresmusculares, pero no está con-trastado científicamente.

Rubén Velázquez

C. californicum

C. flavum C. franchetii C. reginae

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¿Nunca te has preguntadocómo hacen las plantas paramantener el perfecto equilibrioentre la capacidad de absorberagua de las raíces, la de evap-orar agua de sus hojas, la dealmacenar agua de toda laplanta y, en el otro lado, ladisponibilidad de agua del en-torno, el rango de temperat-uras, la humedad del aire y laconcentración de sales delagua?.

Como encargado de “ElRincón del Principiante” voy aser el responsable de transmi-tiros los conocimientos bási-cos que vamos a necesitarpara cultivar con éxito nues-tras orquídeas. En esta sec-ción trataremos temas muyvariados, algunos de caráctergeneral, como los riegos, lahumedad, la temperatura, laventilación, abonos, etc, yotros un poco más concretossobre las normas generales decultivo de determinadosgéneros y especies; todo ellocon la finalidad de procurarque los que estáis empezandoen este maravilloso mundopodáis tomar decisiones concierto criterio y -eso sí- procu-rando siempre que las explica-ciones sean claras y prácticas.

En este empeño, y dadoque no soy biólogo ni espe-cialista en botánica, parte demi trabajo será coordinar yrecopilar toda la informaciónposible de libros y enciclope-dias especializadas enorquídeas, así como de artícu-

los y colaboraciones de sociosy amigos del GECOR, y paraempezar, me ha parecido quelo mejor será partir de lo másbásico: como funcionan lasplantas. Para ello cuento conla ayuda de Jesús Soler, sociode la ACAO (Asociación Cata-lana de Amigos de lasOrquídeas), químico por launiversidad autónoma deBarcelona, y que lleva 34 añostrabajando en el laboratoriode aguas de Barcelona.

Jesús Soler preside actual-mente el “Grup de Defensa delTer” (activa asociación ecolo-gista con más de 700 socios),es consejero del “Consell perl’us sostenible de l’aigua” de laagencia catalana del agua, dela Generalitat de Cataluña y,sobre todo, un buen amigo, yun apasionado de lasorquídeas que ha escrito estapequeña maravilla que vais aleer a continuación.

En este primer contactovamos a estudiar el papel quejuega el agua, las condicionesfísicas del entorno y las salesen disolución, en el “fun-cionamiento” y desarrollo delas plantas. Esto nos ayudará acomprender cómo, cuándo ypor qué actuar con nuestrasorquídeas de la mejor maneraposible y encontrar respuestasadecuadas a las preguntas desiempre: riego, abonos, aguas,humedad, temperaturas…

EL MOTOR OSMOTICO.

“”Tal y como yo lo veo, lasorquídeas al igual que todaslas plantas, hace millones deaños que inventaron y “funcio-nan” con el famoso motor deagua.

Se trata de un motor tanpoderoso, eficiente y limpio,que permite, sin ruidos, sincontaminación y sin averías,por ejemplo, a una sequoia oa un eucalipto, levantar cadadía, toneladas de agua a 100metros de altura. Semejantemaravilla puede realizarsegracias a un fenómeno físicoque se llama ósmosis.

Explicado de manera sen-cilla, la ósmosis deriva de unaextraordinaria característicadel agua que no es otra que suenorme poder de disolución delas sales. Este poder, hace queel agua tenga una “tendencia”a desplazarse hacia dondehaya más cantidad de salespara “diluirlas” cada vez más.Esta “tendencia” del agua setraduce en una fuerza que sellama presión osmótica, y esde tal magnitud, que combi-nada con el fenómeno de lacapilaridad, permite a nuestrasequoia realizar el enorme tra-bajo que os contaba, sin es-fuerzo aparente, y también,claro, a todas las demás plan-tas, desde el más humildemusgo a la más suntuosa cat-tleya, las cuales viven y crecengracias a ese genial fenómeno.

Ahora bien, ¿por qué, si

EL RINCÓN DEL PRINCIPIANTEEL MOTOR OSMÓTICO Textos y fotografías Emilo Esteban-Infantes

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esto es cierto, las hojas de lasequoia, hasta las cuales laósmosis hace subir el aguadel suelo, tienen una concen-tración de sales mayor que lasraíces?. La respuesta está enla evapotranspiración.

Una buena parte del aguaque llega a las hojas, seevapora a través de los es-tomas (minúsculos agujeritosque tienen todas las hojas).¡Pero sólo el agua se evap-

ora!. Las sales que ese agua(llamémosle “savia”) llevabaen solución, se quedan en lahoja, con lo cual la concen-tración de sales en esa saviaaumenta y se hace mayor quela savia que está en las raícesy el tronco, con lo cual sepone en marcha el motor os-mótico.

Para terminar de verloclaro, imaginad qué pasaría,si agarramos nuestra sequoia

(o nuestra cattleya) ysumergimos sus raíces enagua salada. Ahora el agua delas raíces tiene mucha másconcentración de sales que laque está en las hojas, con locual, el motor osmótico sepone a trabajar en sentidocontrario: bajando el agua delas hojas al suelo. Resultado:La planta, rápidamente seseca se deshidrata y muereen un pispás, a pesar de tenersus raíces sumergidas enagua.

Comprender este fun-cionamiento, nos permite en-contrar respuestas a multitudde preguntas.

Si además nos fijamos enel otro fenómeno físico queacciona el motor osmótico -laevaporación del agua en lashojas- y nos preguntamos dequé depende, vemos en-seguida que es un fenómenode intensidad muy variable yque depende de dos factoresimportantísimos: la tempe-ratura y la humedad relativadel aire. Resulta claro que laevaporación del agua serátanto más rápida cuantomayor sea la temperatura. Encambio si la humedad relativadel aire fuese baja, el agua seevaporaría con mucha mayorrapidez que si el aire tuvierauna humedad elevada, hastael punto que, si la humedadrelativa fuese del 100% elagua no podría evaporarse enabsoluto, ya que ese aire yacontiene toda el agua quepuede contener.

Y ahora viene lo más in-teresante. Si aplicamos estoshechos a nuestras orquídeas,nos daremos cuenta de

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porqué cada planta tiene unasexigencias concretas de tem-peratura y humedad ambien-tal. La evolución natural hamodelado las especies paraadaptarlas a la perfección alentorno en el que viven y hanevolucionado.

La estructura de cada es-pecie de orquídea, sus raíces,el tamaño, la forma de sushojas, los pseudobulbos,tienen las características pre-cisas para funcionar a la per-fección en su entorno natural.Se establece así un perfectoequilibrio entre la capacidadde absorber agua de lasraíces, la capacidad de evapo-rar agua de sus hojas, la ca-pacidad de almacenar agua detoda la planta y en el otrolado, la disponibilidad de aguadel entorno, el rango de tem-peraturas, la humedad del airey la concentración de sales delagua. Cuando estas variablesson las adecuadas hacen quela velocidad de su motor os-mótico sea la correcta y laplanta no se pudra ni sedeshidrate.

Cuando tenemos dos di-soluciones de distinta concen-tración (separadas pormembranas celulares) la ter-modinámica obliga a equilibrarlas concentraciones. Estosupone que el agua “tiende”implacablemente a fluir de lasolución más diluida a la másconcentrada. Esa poderosa“tendencia”… ¡es la presión os-mótica!.

Veamos en este ejemplocomo la temperatura y lahumedad influyen decisiva-mente sobre la velocidad delmotor osmótico de la planta:supongamos que tenemos una

drácula de esas de Ecuagé-nera, montadita en su pedazode corcho, con su poquito demusgo en nuestro comedor(en el barrio de Moratalaz,Madrid), la colgamos al laditode la ventana -que no le dé elsol- y cada día la contem-plamos con ojitos amorosos yla pulverizamos cinco vecescon agua de óptima calidad.

Lo más probable es queveamos angustiados, cómo

“día sí día no” va perdiendohoja tras hoja y en quince díasno sea más que un ovillito deraíces secas. ¿¡Pero porqué!?.Pues esta claro: la culpa es delcalorcito y la humedad. ¡Perosi al ladito mismo tengo unabegonia y un anthurium yestán preciosos!. Ya sabíamosque las drácula proceden delas frescas selvas nubosas enlas laderas de los Andes ecua-torianos. Allí evolucionaronestas especies de orquídeas,

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adaptando sus organismos deuna manera exquisita y pre-cisa a lo largo de los mileniosa esas especiales condicionesambientales. Temperaturasfresquitas, sin grandes oscila-ciones y humedad ambienteconstante, cercana a la satu-ración.

La maquinaria evolutiva,construyó unas estructurasvegetales que funcionan comoun reloj en esas condiciones.Raíces pequeñas y finas, lojustito para sujetar la planta yabsorber sin descanso un pe-queño caudal de agua casidestilada, que está constante-mente a su disposición, yaque las nubes envuelven per-manentemente esos bosques,ningún pseudobulbo para al-macenar agua o reservas(¿para qué?) y hojas finas,

delicadas, con estomas siem-pre abiertos, para asegurar lamáxima superficie posible enrelación con el volumen de laplanta, con el fin de conseguirevaporar la mayor cantidadde agua posible, cosa nadafácil en un aire casi saturadode humedad. El resultado detoda esta adaptación sonunas encantadoras plantitasverde esmeralda cuya“bomba osmótica” trabaja efi-cientemente a una velocidadperfectamente acompasada alritmo vital de la planta. Yclaro, constantemente salpi-cadas de bellísimas flores tri-angulares, que me tienenrobado el corazón.

Ahora tomamos una deestas bellezas y la ponemosen nuestro comedor. El resul-

tado de ello ya lo conocemos.Pero, ¿qué ha sucedido exac-tamente en el organismo dela planta?. Pues que estosdías gozamos en Moratalaz deuna temperatura diurna de34ºC y una humedad ambien-tal del 25%. Claro, las hojasde nuestra drácula, en estascondiciones, evaporan aguacomo locas, ya que cuantomás alta sea la temperaturay menos humedad tenga elaire más y más deprisa seevaporará el agua. La bombaosmótica se pone a funcionara toda velocidad, intentandoacarrear rápidamente toda elagua que se volatiliza en lashojas, y las raíces agotan enpoco tiempo toda la quehabían podido recoger denuestras asiduas pulveriza-ciones. Y aunque dándonos

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cuenta de la dramáticasituación, sumergiéramos enagua las raíces, su capacidadde absorción y la capacidad detransporte de los vasos capi-lares, no conseguiría satisfacerel ritmo frenético de la bomba,e inexorablemente la plantaira perdiendo su agua in-tracelular hasta morir.

Ese era un caso extremo,pero con menor intensidad, serepite día tras día en innumer-ables plantas que siguiendoeste esquema, se deshidratanmás o menos rápidamente ymueren en las casas de todoslos colegas que intentamoscultivarlas en parecidas cir-cunstancias.

El principio físico de la ós-mosis es inexorable. Si en lashojas hay mayor concen-tración de sales que en lasraíces, la bomba osmóticasube el agua hasta ellas. Noimporta cuáles sean estassales. Por supuesto los abonosquímicos son sales y si su con-centración en el agua de riegoes mayor que la de las hojas,la bomba osmótica invierte elsentido y la planta se secarápidamente. ¡Hemos “que-mado” la planta por exceso deabono!. Cada especie deplanta ha evolucionado paraadaptarse a unas condicionesconcretas propias del entornoen donde vive. Y claro, haydiferencias enormes entreellas respecto a sus márgenesde tolerancia, ya sea de tem-peraturas, de humedad, deperíodos de carencia de aguay de concentración de sales enese agua.

Cada especie de plantatiene un rango de concen-tración de sales propio, en el

citoplasma de sus células fo-liares, resultado de esta evolu-ción adaptativa. Ese intervalode concentración, es el que laplanta debe mantener en lasavia de sus hojas para seguirviviendo y creciendo. Y lo con-sigue -dentro de un orden-evaporando más o menosagua y consecuentementeacelerando o ralentizando labomba osmótica. Esa concen-tración citoplasmática, carac-terística de cada especievegetal, es la que determina lasalinidad máxima que laplanta puede soportar en elagua que llega a sus raíces.

Y he aquí la explicación delporqué de uno de los consejosmás repetidos entre los culti-vadores de orquídeas: Paraabonarlas hay que poner lamitad o menos de la dosis deabono que dicen las instruc-ciones de uso. La mayor partede las orquídeas de nuestrospecados son epifitas. Estánadaptadas a vivir agarraditasa los árboles y a disfrutar delagua de lluvia que discurre porel tronco. Naturalmente eseagua recién caída contienemuy pocas sales y pocos nutri-entes. Sus organismos se hanadaptado a estas circunstan-cias y sus células tienen unabaja concentración de sales.Resultado de ello, su super-vivencia exige el riego conagua con pocas sales y/o pocoabono. En algunas especies,como las disas, poquísimo.

Cuanto más concentradaestá el agua de riego, menores la diferencia de concen-tración entre las hojas y lasraíces, la presión osmótica dis-minuye y la bomba se varalentizando. La planta va dis-minuyendo su ritmo vital, se

para, y pasado su límite,muere.

Las plantas que viven enel suelo tienen generalmentemucha mayor tolerancia a laconcentración de sales delagua, ya que el suelo lasaporta en cantidades variablesdependiendo de su composi-ción. Esa es también la razónpor la que a menudo se re-comienda regar por inmersión,al menos cada cierto tiempo,ya que de esta forma, las salesque poco a poco va acumu-lando el substrato, al irseevaporando el agua que lohumedece, vuelven a disol-verse en el agua dondesumergimos la planta.”“

Después de leer cómo fun-ciona el motor osmótico de lasplantas comprendemos más ymejor las necesidades denuestras orquídeas, ypodemos perfeccionar másaun la primera de las reglas:“observación”. No solo denuestras orquídeas, sino tam-bién del medio que las rodea,y prever algunos de esos de-sastres a los que no encon-trábamos explicación y nosdejaban con una pregunta enla boca: “¿Por qué se mueremi planta?”, “¿Qué he hechomal?”.

Hasta el próximo número,amigos.

Emilio Esteban-Infantes Be-nayas

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Escondido entre la niebla a más de 2000 me-tros de altitud, nos encontramos con un cartelmisterioso que nos avisa, Finca Drácula, pintadocon llamas de fuego y gotas de sangre... nada máslejos de la realidad, su interior alberga una de lasdiez colecciones de orquídeas mejores del mundo

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Panamá, este extraordina-rio país centroamericano, des-conocido por la mayoría, yfamoso por su canal, escondeen sus tierras de mayor altituduna de las diez mejores y nu-merosas colecciones de orquí-deas a nivel mundial.

Las tierras altas de Chiri-quí se han convertido, para lospanameños y algunos extran-jeros despistados o notanto..., en uno de los sitiosfavoritos para pasar unas ma-ravillosas vacaciones, o paravivir. Con un clima tropical

templado y agradable, pueblospintorescos, el carácter afablede la gente y dos parques na-cionales ( PN de la Amistad yel PN del volcán Barú) hacende esta tierra un sitio de noto-riedad, y de fácil acceso.

La provincia de Chiriquí sesitua colindante con Costa Rica,(archiconocida por nosotros alser destino predilecto de vaca-ciones), y posee una natura-leza que en nada envidia al paísvecino.

En este territorio se en-

cuentran las mayores eleva-ciones de Panamá, destacandoel volcán Barú, que con sus3474 metros hace que, desdesu cima y en días despejados,se pueda disfrutar de la vistadel océano Atlántico y del Pa-cífico a la vez. El parque nacio-nal que lo protege, con más de14.000 hectáreas, está pla-gado de distintos ecosistemastanto selváticos como de altamontaña.

De entre los pueblos másimportantes de Chiriquí, quizáel más conocido es Boquete,una comunidad de casi 20.000habitantes de variadas nacio-nalidades.

Muchos dicen que esta di-versidad es lo que hace de Bo-quete un lugar único: “chic”casual, con ambiente de pue-blo y aire cosmopolita, dondese disfruta, en un espacio depocos kilómetros, de restau-rantes de primera categoríacerca de las mismas siembrasde donde se recogen las frutasy legumbres frescas para coci-nar.

“Nada que envidiarle a losjardines de Babilonia”, dijouna vez un boqueteño al pre-guntarle cómo definía la vege-tación y los jardines en lastierras altas chiricanas. No sa-bemos si es cierto, pero sí sepuede asegurar que el orgullode los chiricanos por sus floreses histórico.

Bambito no se queda

FINCA DRACULAREPORTAJE Texto y fotografías Rubén Velázquez

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La fértil provincia del Chiriquí

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atrás. Con una entrada mís-tica, es parte de Cerro Punta,famoso por sus fresas y caba-llos pura sangre.

Andrés Maduro, estudiosode las orquídeas panameñas,descubridor de muchas espe-cies y con su nombre dedicadopor botánicos de renombre in-ternacional en muchas de ellas(Oncidium maduroi, Draculamaduroi, etc…), creó en 1969,este paraíso de las orquídeas,dando rienda suelta a su afi-ción, pues el clima permite undesarrollo óptimo de muchasespecies raras. En la actuali-dad alberga más de 2600 es-pecies sobre todo del trópicoamericano, y con la especiali-dad de los pleurotalínidos,pero se encuentran represen-tadas muchas otras por su-puesto.

Se ha convertido en la ac-tualidad lugar de peregrina-

ción de aficionados y científi-cos a nivel mundial.

Para llegar a Finca Drá-cula, nombre dedicado a unade las pasiones de Maduro, las

especies del género Dracula,deberemos ir hasta el pueblode Bambito de Cerro Punta, yseguir subiendo hasta el case-río de Guadalupe. Hay quehacer notar que se debe llevar

Subiendo a Guadalupe

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un buen todoterreno, pues enlos últimos kilómetros el ca-mino se hace demasiado difi-cultoso para cualquier otrotipo de vehículo.

Cada vez que nos adentra-mos más y más en estas mon-tañas, nos damos cuenta deque cada metro disponible deterreno en estas empinadasladeras está dedicado a lasiembra de frutas y vegetales.Cultivos de lechuga, tomate,cebollas y papas se repartenpor doquier. Esta zona de Pa-namá es la canasta de comidadel país, proporcionando entreel 80% y el 90% de toda lasiembra que produce el país.No hay que extrañarse que elclima de este lugar sea aptopara el cultivo de orquídeasexóticas.

Una vez llegado a Guada-lupe, ya a unos 2000 metrosde altitud, hay que pasar elhotel Los Quetzales Lodge &Spa, y a unos cientos de me-

tros aparecerá el cartel con elnombre Drácula goteando ensangre… nada más lejos de larealidad, ante nosotros seabre un maravilloso jardín conmultitud de especies curiosas,rodeado por lagunas, fuen-tes… por supuesto con los ár-boles plagados de orquídeasnaturales y naturalizadas. Losmúltiples senderos nos lleva-rán hasta los rincones más be-llos, acompañados por loscariñosos perros que viven enel jardín. El clima tan húmedohace necesario llevar un buenimpermeable pues los chapa-rrones y la neblina son muyfrecuentes durante todo elaño.

Aquí nos recibe el encar-gado de la finca Mizael Rodrí-guez, que conoce a laperfección todas las orquídeasque se miman en el inverna-dero. Al entrar al invernadero,se nos descubren una multitudde orquídeas tanto en tiestoscomo montadas que obligan al

aficionado cultivador o estu-dioso a hacer un esfuerzo casisobrehumano para escudriñary contemplar todas las peque-ñas orquídeas que se distribu-yen por todos los sitios, es enestos lugares donde se echade menos el tener ojos de ca-maleón…

Mizael asegura que la co-lección de la Finca Dráculaestá entre las diez más gran-des del mundo, algunos en-tendidos aseguran que es laséptima más numerosa… Aun-que el terreno de la finca es de10 hectáreas, el orquidiarioapenas ocupa hectárea ymedia. Como la colecciónsigue aumentando, actual-mente se construyen cuatroinvernaderos más.

La mejor época para visitareste lugar es en los meses deMarzo y Abril, aunque el restodel año, a pesar de la lluvia, ennada desmerece la belleza quenos vamos a encontrar.

Mizael dando una clase de botánica a mi hermana

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Como colofón a esta ex-cursión de varios días por su-puesto es recomendablevisitar el Sendero de los Quet-zales, donde disfrutaremos dela abundante avifauna, el vol-cán Barú, con sus lagunasque a 1200 metros de altitud,cubren unas 142 hectáreastambién lugar predilecto parala observación de aves, y porsupuesto el parque nacionalde la Amistad, que con su27000 hectáreas es otra joyade la naturaleza panameña,englobando parte de la Cor-dillera de Talamanca.

En definitiva, la bonanzadel clima, el verdor de las tie-rras, un volcán con vistas es-pectaculares, gastronomía dealtura, hoteles cómodos y dosparques nacionales, hacen delas tierras altas chiricanas undestino ideal para todos losgustos, y un sitio del cual nonos podremos olvidar con fa-cilidad.

Desde estas líneas tengoque agradecer a mi buenamigo panameño WilhelmFranqueza, cultivador de or-quídeas y defensor a ultranzade la riqueza natural de Pa-namá, por la paciencia y de-dicación mostrada paraenseñarme todos estos bellí-simos rincones de su país.

Os dejo un enlace a unvideo de la Finca para que oshagáis idea de la cantidad deespecies del lugar:

http://www.paradisee-arth.com/2008/05/finca-dra-cula-orchid-farm.html

Rubén Velázquez

P.N. Volcán Barú, lagunas

Cima del Volcán Barú

Ciudad de Panamá

Sendero de los Quetzales

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Todo se pega (hasta la lo-cura).

Me llego por fin a casadespués de una jornada deesas largas, de las que hacensentir que te has ganado el sa-lario del mes, pero no el tuyo,sino el de tu jefe. En esoscasos, cuando aparco la motoy abro la puerta, mis primerospasos no son hacia la sala deestar o la cocina: voy a ver amis nenas, a buscarles brotesnuevos, cazar cochinillas mal-hadadas, o lo que se puedaterciar bueno o malo a primergolpe de vista. Compruebo latemperatura y la humedad re-lativa del orquidario, y si lascosas están como Dios mandaentonces me sonrío y meapresto a disfrutar mejor loque me quede de tarde. “Unsesenta y cinco por ciento...Eso es que mi Luisa les hadado ración extra de pulveri-zadores y ventilador” –medigo-.

En esto que ella me asaltadesde atrás, me toca, me daun beso, el de “hola cariño,qué tal”, pero hoy en vez desaludarme como de costumbreme espeta un “oye, llevo todoel día que no sé por qué mesale continuamente la palabraneotia. ¿Eso que és?”.

O dicho de otro modo: mimujer tiene un virus en eldisco duro. No se lo ha bo-rrado, no, pero es como si unespíritu travieso estuvieracontinuamente chateando con

ella a base de latinajos. Pobre-cita.

“Mi vida” –le digo- “¿y deveras no sabes que significaneotia, no te acuerdas paranada?”. “No” –me contesta-“sospecho que es alguna detus orquídeas, pero no sé loque es”.

Le explico que neotia seescribe con dos “tes”, o sea,neottia, y es el género de unaorquídea saprofita, de esasque se convierten en parásitosde un hongo, no... ...

“...No tienen hojas y separecen a un champiñón” –meinterrumpe contundente-.“Ahora me acuerdo: Neottianidus-avis. La vimos en la ex-cursión al Calar del Mundo. Yademás fui la primera en veral Limodorum abortivum, quecomo estaba cerrado más pa-recía un espárrago moradoque otra cosa.”

“Jo, como controla estatía” –me digo-. Y es que lo demi mujer ha sido un fenómenodigno de estudio, por muchoque ella diga lo contrario. Laverdad es que Luisa no ha me-morizado un latinajo en todasu vida, y menos aun asociarimágenes mentales con taxo-nes de seres vivos, ni de unahormiga o un ave, y menosaun con una lechuga por muybonita que sea. Se queja in-cluso de que justo acaba deleer un libro y no es capaz derecordar ciertos detalles onombres. “Cariño, mi memoria

es de pez” –me dice- “cadavez me cuesta más trabajo re-cordar ciertos nombres o su-cesos...”

La prueba de que se tratade un virus, podría estar en elhecho de que en menos de unaño mi mujer se ha vistocapaz de diferenciar, así, ge-néricamente, un oncidium deun dendrobium, y que no sonlo mismo que un epidendrum.Distingue una cattleya comoun leopardo a un chimpancé, osea, sin posibilidad de error, yse refiere a nuestras doritae-nopsis con una naturalidadque me pasma, como quienhabla del puntito ácido de lamayonesa, vaya.

Lo bueno de todo es queella, mi Luisa, no es quiencuida las orquídeas, sino yo; osea, que todo esto se le ha idopegando de puro roce, de res-pirar el mismo aire contami-nado, de compartir las mismassábanas virulentas, de esosbesitos inocentes que, segúnveo, tienen mucha culpa de loque le pasa. Y se grilla lapobre, claro.

Y además las nenas debenintuirlo, porque la Prostecheacochleata es con mucho su fa-vorita –le vuelve loca ese la-belo invertido de formaacucharada (eso es exacta-mente lo que significa cocle-ata)- y la matita lo sabe. Esincreíble como en mitad de loscalores del verano, mientraslas otras hacen lo que pueden,

FUERA DEL TIESTO“Todo se pega, hasta la locura” parte I

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ésta lanza brotes cada dospor tres, acabando en genero-sos ramilletes de media do-cena o más flores. Mi mujerda saltitos de alegría cada vezque las ve, como si a su vezintuyera que la planta fabricacucharas por hacerle feliz, yno necesariamente porquetenga que cumplir con su pe-riodo anual de floración.

No, no las cuida, perocomo si las cuidase. Quizásería más feliz cuidándolas. Ysi no lo sería, pues como si lo“seriese”, vaya.

Lo cierto y verdad es quelas orquídeas en esta casa sehan convertido en un patri-monio conyugal. Si pasan fríole ponemos el radiador (y

nosotros una manta para dor-mir –no sé si distinguen la di-ferencia-). Y en verano, mimujer les enchufa el ventila-dor, suavecito, porque nos-otros no necesitamos de taleslujos y nos basta ir en cuerospor la casa para mitigar estecalor sahariano.

Curioso, oigan, porquemientras la Paqui (¿recuer-dan?, es la mujer de mi malamigo Dani), lleva a su ma-romo -o sea, a Dani- biencorto de correa para evitarque se vicie coleccionando losmuñecos del “kinder sor-presa”, la mía no es que melleve ni corto ni largo, sinoque participa de mi mismo co-llar.

Ya ven: hay cursillos quete garantizan hablar inglés enseis meses, como si de algotan extraordinario se tratara –tanto, que merece la publici-dad-. Aquí, en mi infectadohogar, garantizamos que enun añito, no importa si su me-moria es de pez o de “peza”,chapurreará el latín y serácapaz de identificar más es-pecies de orquídeas en un trisque famosillos del tres alcuarto en un programa deprensa rosa, tan patéticos yde moda ahora. Y lo que esmás: usted sabrá lo que lepasa, se sabrá infectado perole gustará, y le garantizamosque hasta se sentirá bien.

Fernando Gerundio

Neottia nidus-avis, fotografía Manuel Lucas

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