laRevista, diciembre 2012

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1 laRevista Diciembre 2012 Colegio Internacional J. H. Newman

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Revista del Colegio Internacional J. H. Newman

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1laRevistaDiciembre 2012

Colegio Internacional

J. H. Newman

El oficio delescritor

Si descubres lalectura...

¿Por qué estaríadispuesto a jugarmela vida?

Impresiones en unatarde de viernes

Matar es legal

Los alumnos en SietePicos

Viaje a Londres

A lo que vamos

El don del límite

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El oficio del escritor

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Frente a esta realidad interactiva se encuentra el libro tra-dicional y la figura del escritor, que no ha cambiado a lolargo del tiempo. Con sus palabras, el escritor fuerza allector a imaginar y dar forma al contenido del texto, locual se contrapone de forma radical al tipo de relaciónque establecemos con cualquier contenido multimedia.

El oficio del escritor consiste, sobre todo, en un ejerciciode sinceridad.

Sinceridad con la propia persona, porque escribir implicauna introspección, una búsqueda interior que lleva alescritor al máximo conocimiento de sí mismo. Sinceridadcon el lector, porque cualquier texto, sin importar la tras-cendencia del tema que trate, revela en cuerpo y en almaal que lo escribe y lo expone a la mirada y al juicio deotros.

Y por último, sinceridad con la vida misma, con los deseosde un corazón que busca la máxima realización. Escribirrefleja la naturaleza del hombre en muchos sentidos, puesencarna, primero, el deseo de reconocimiento de la labor,el deseo de crear y de sentirse fecundo y valioso, y segun-

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El oficio del escritorBeatriz Perez

A día de hoy, podemos afirmar que nos desenvolvemos en un mundo

multimedia. Desde las películas en tres dimensiones hasta los móviles que

se convierten en ordenadores de bolsillo, parece que la lectura, en la que

no podemos incluir ninguna interfaz innovadora que vaya más allá del

dedo que pasa la página, ha quedado desfasada y que no tiene lugar en

esta nueva modernidad tecnológica.

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do, el deseo de belleza, ese gran motor que mueve la vidadel hombre constantemente. Por ello, escribir se convier-te, como muchas otras cosas, en una actividad revelado-ra de las tendencias del alma y un símbolo del compromi-so con ésta.

¿Quién es el escritor, entonces? Pues nada más y nadamenos que un creador de vida, una vida que podemosencontrar latente en cada texto. Es imposible separar laobra de su autor; el papel escrito pasa a ser una parteinseparable del artista desde el momento en el que esmarcado con sus ideas, pensamientos, inquietudes, mie-dos y emociones. Y así podemos decir que el escritor seentrega a sí mismo en un gran acto de generosidad yaltruismo, pues nos cede algo tan valioso como es suexperiencia, su conocimiento sobre el mundo y, en defi-nitiva, toda su vida.

La lectura consiste, pues, en el encuentro entre dos mira-das, la que aprende y la que enseña, la que da y la querecibe, la que educa en la vida y la que quiere vivirla. Es,por consiguiente, un encuentro.

Esto sitúa tanto a escritor como lector en un mismo nivel.La modalidad del conocimiento a través de un encuentroimplica una bilateralidad. El intercambio no se produce enuna única dirección. Es más, el papel del receptor es devital importancia. Ante todo, el lector ha de saber queabrir un libro implica una responsabilidad, la responsabi-lidad que da el tener en las manos la vida de otra perso-na. Esto no es algo banal; cada vez que leemos, nos con-vertimos en los encargados de terminar la accióncreadora que inició el escritor. El lector recrea y da forma

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¿Quién es elescritor,

entonces?Un creador devida, una vidaque podemos

encontrarlatente en

cada texto

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a los personajes, a los paisajes, a los lugares,… y tambiéna las emociones, completando el trabajo de quien escri-be. Y así, mientras aprende, hace posible que se culminela realización del oficio del escritor, que es ver reflejadasu sabiduría a través de otros, sentir que su experiencia esútil, y por tanto, saber que a través de su vida se creanueva vida.

Escribir inicia esta dinámica. El encuentro acciona elimpulso, el deseo. Leer, impregnarse de las palabras queotros nos han regalado, descubrir un universo nuevo ydesconocido; la lectura: ésta es la invitación a ser partíci-pes de la belleza, a ir más allá de la contemplación. Yentonces se pone en marcha el mecanismo; nadie quehaya sentido la fascinación de este encuentro como lec-tor puede mantenerse al margen del papel y del lápiz.

¿Merece la pena escribir? Esta pregunta se traduce en:¿merece la pena soñar, construir nuevos mundos, conti-nuar con este intercambio de experiencias, contribuir a lacreación de vida? ¿Merece la pena conocer a otros yconocernos mejor a nosotros?

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La lectura: ésta es lainvitación a serpartícipes de labelleza, a irmás allá de lacontemplación

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Si descubres la lecturano podras parar´

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Mi primer libro de verdad —me refiero a que no era uncuento— fue «Kiwi», un libro muy bonito de la editorial«Barco de Vapor» blanco. Mi segundo fue «La CenicientaRebelde», de la misma editorial, que, aunque con una his-toria ni mucho menos tan conmovedora, también meagradó, sobre todo, porque a mí nunca me han gustadolas princesas cursilonas, y esta Cenicienta era muy dife-rente a la original.

A lo largo de los años iba leyendo libro tras libro, ylibro tras libro… Mi hermana se quejaba porque enlugar de jugar con ella, casi siempre, no todas lasveces, prefería leer. Y es que los libros también sonuna compañía. Hicieron despertar mi imaginación yfantasía durante mis tiempos libres sobre sus increí-bles historias. Por la noche, antes de dormir, todavíasigo repasando y cambiando algunos finales de mislibros favoritos. Aparte de deleitarme, los libros tam-bién me permitieron ampliar mi vocabulario y mejorarmi ortografía.

El género de libros que más me gusta es la fantasía. Teintroducen en un mundo genial, y yo a veces pienso:¡ojalá todo existiera! Mis libros favoritos son los deHarry Potter y Percy Jackson, y los autores que más megustan son Laura Gallego, J. K. Rowling y Rick Riordan.No puedo explicar con palabras lo que sentí al leerestos libros, pero lo intentaré como buenamentepueda.

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Si descubres la lecturano podras parar

Laura Figueiredo

Desde mi infancia, la lectura siempre me ha atraído. Aprendí a leer antes

de que me enseñaran en el colegio. La lectura me cautiva.

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Con Harry Potter casi sentí que estaba en Howarts, y el díade mi undécimo cumpleaños casi deseé que me llegarauna carta de dicha escuela. Harry, Ron, Hermione, Neville,Snape, Dumbledore, McGonagall, Luna e incluso Volde-mort hicieron que viera el mundo de otra forma, y tam-bién hacer los deberes más rápido para poder coger ellibro. Me terminé la saga en aproximadamente dos mesesy, no puedo expresar bien lo que sentí cuando leí la últi-ma letra de «Las Reliquias de la Muerte»... Sentí decep-ción, porque ya no había más y debo confesar que se mesaltaron algunas lágrimas. Harry Potter me hizo pasarunos días increíbles.

Cuando empecé a leer Percy Jackson ya tenía una breveidea en la cabeza de lo que era. Mi prima me había dichoque no estaba mal, pero que no le había entusiasmado.Por otra parte, era el libro favorito de mi primo, y másgente me había hablado bien de él, así que esperaba queestuviera chulo. Me leí el primero a finales de vacacionesy en cuanto llegué a Madrid, me leí el segundo. Me com-pré mi segundo libro en mi ebook con «Percy Jackson y lamaldición del Titán», y tras él fueron «Percy Jackson y laBatalla del Laberinto» y «El último héroe del Olimpo».

Estos libros te sumergen en la historia de la mitologíagriega (cosa que nunca había leído pero que siemprehabía llamado mi atención) en la época actual; los perso-najes todavía siguen poblando mis sueños. Estos librostambién hicieron que me cayera bien Poseidón, que siem-pre tiene mala fama. Cuando los terminé sufrí algo pare-cido a lo de Harry Potter: un vacío inmenso en el estóma-go que me ha costó superar.

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Los librostambién son

una compañía.Hicieron

despertar miimaginación y

fantasíadurante mis

tiempos libressobre susincreíbles

historias

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Leer es estupendo, yo creo que hay gente que no lee por-que no encuentra libros que les apasionen, y que debebuscar hasta encontrarlos, entonces descubrirá lo que esel mundo de la lectura y ya no podrá parar.

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Hay gente queno lee porqueno encuentralibros que lesapasionen...Debe buscarhastaencontrarlos...Descubrirá loque es elmundo de lalectura y ya nopodrá parar

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Por que estariadispuesto a jugarmela vida?

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Se dispuso a saltar desde 39 kilómetros de altura con laintención de romper la barrera del sonido sin ayudamecánica, estar más de 4 minutos y 36 segundos en caídalibre y ser el primer humano en ascender al punto másalto del planeta hasta el momento.

Se pudo visionar en directo desde el canal de You Tubede la misión llamado «Red Bull Stratos». Se dejó caerdesde la estratosfera con un traje de más de 40 kilos depeso y la única esperanza de vida que llevó consigo fueun simple paracaídas. Pudo haber sido una muerte endirecto.

Felix ya había realizado otras increíbles hazañas como cru-zar el Canal de la Mancha con unas alas a propulsiónfabricadas por él mismo, o lanzarse al vacío desde los edi-ficios más altos de todo el planeta Tierra, pero esta era laacción más arriesgada a la que se había aventurado. ¿Quéha movido a Baumgartner a realizar semejante locura, aarriesgar su vida arrojándose al vacío desde 39.000 metrosde altura?

Es verdaderamente algo que a más de uno nos ha puestolos pelos de punta. En el momento en que vimos el saltoen directo y cómo se precipitaba desde la cápsula pensa-mos: ¡cómo es posible que se haya lanzado!

Efectivamente lo hizo, pero seguramente ninguno de losque lo vimos nos paramos a pensar en el hecho; un hom-

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Daniel Simon

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Félix Baumgartner rompió el pasado 14 de octubre de 2012 tres récords

que después de 52 años nadie se había atrevido a superar.

Por que estariadispuesto a jugarme

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bre acababa de arriesgar su vida para batir unos simplesrécords. Qué absurdo ¿no? Es algo que nunca podréentender. Pero algo así no se puede hacer sin una razón,algo debió empujar a este hombre. Por mucho que lopienso, no consigo entenderlo.

La impresión que me ha provocado este hecho ha propi-ciado que me plantee bastantes preguntas ¿por qué esta-ría dispuesto yo a jugarme la vida?¿Por qué sería capaz dearriesgar tanto? En el fondo pensé que este hombreluchaba por batir un record; ¿y yo?, ¿por qué lucho en mivida?, ¿a qué aspiro?, ¿qué persigo?, ¿hay algo por lo quemerezca la pena arriesgar la propia vida?

Sinceramente no he conseguido obtener ninguna res-puesta, el salto de este hombre me ha dejado confuso.Pero lo que sí tengo claro es que me seguiré preguntan-do, esta acción aparentemente absurda no ha sido tanabsurda.

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¿Hay algo porlo que merezca

la penaarriesgar

la propia vida?

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Impresiones en unatarde de viernes

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El viernes acudí al acto de inauguración de curso concuriosidad. El título de la conferencia era durito, "El hom-bre es deseo de infinito"; si a mí me pidiesen desarrollarese tema en un examen de oposición me pondría a llorar.

Un rato después de comenzar estaba con los cinco senti-dos pendientes de las palabras del conferenciante, JavierPrades, una persona muy conocida en algunos ámbitos,pero no para mí.

De entrada quedé sorprendida porque el ponente citó laletra de una canción de Enrique Cano, un miembro de Lossecretos, grupo de "la movida madrileña", un hombreatormentado, a quien en esa búsqueda del sentido de lavida, en la que andamos muchos, le llevó a encontrarparaísos artificiales y un prematuro final.

Tengo los discos en casa así que localicé la canción paraescucharla.

Continuó citando a un periodista del que alguna vez heleído algo por encima y a quien, gracias a Javier Prades, apartir de ahora escucharé con más atención.

Que vértigo se siente en esas ocasiones en que uno sedetiene a pensar sobre algo tan sesudo como el sentido

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Impresiones en unatarde de viernes

Ana

Tantas noches sin dormir/ buscando por ahí / hasta otro día /

algo tiene que existir / distinto a lo que vi / En cada esquina /

sueño en algo que me haga salir / de dentro de mí/ y pueda sentir/

que aparte de ti/ hay algo en la vida

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de la vida y su transcendencia. Pero en cualquier caso, labúsqueda de la espiritualidad es algo innato al hombre yparece ser que últimamente la sociedad está volviendo aesa búsqueda, después de un tiempo mirando para nin-gún lado y sin llegar a ningún sitio.

Qué tranquilidad parece dar tener profundas creenciasque ayudan y explican tantas cosas... No es mi caso, no hetenido la suerte de conservar la fe, pero sí la fidelidad alo bueno aprendido, que es lo que queda cuando la fe sepierde.

Es por esto que la segunda parte me resultó menos acce-sible pero no menos interesante.

La figura de Jesús y sus palabras transmitidas a través delos Evangelios son continuas enseñanzas sobre el hombrey esta vida, y es a esto a lo que guardo fidelidad. Por ello,no termino de sentirme excluida de esta comunidad apesar de lo que a veces se escucha en las iglesias. Sólo hayque recordar parábolas como El Buen Samaritano o ElBuen Pastor para darse por aludido. Nadie me malinter-prete, no es que yo me identifique con el buen samarita-no sino más bien con la oveja descarriada.

Esta falta de fe no hace de mi vida un sinsentido, convivocon lo que soy, con lo que tengo y con lo que me rodea,con buenos y malos momentos, como todo el mundo. Ysigo buscando.

En cualquier caso, es tan bueno oír y hablar de estascosas... ¡Es poder abrir una ventana! o mejor dicho unapuerta que da acceso a gente nueva, ideas, creencias y

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No he tenidola suerte

de conservar lafe, pero sí

la fidelidada lo bueno

aprendido, quees lo que

queda cuandola fe se pierde

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formas de entender la vida diferentes, que no son lastuyas, pero que aportan mucho al compartirlas. Pero lomás importante es poder hablar sobre ello.

Sería estúpido conceder más importancia a lo que nossepara que a lo que nos acerca. Personalmente no creoque lo que da valor a una vida sea la fe, sino la cantidadde amor, de compasión y de justicia que somos capacesde dar. Solo hay que leer a San Pablo.

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Sería estúpidoconceder másimportanciaa lo que nossepara quea lo que nosacerca

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Matar es legalTeresa Suarez del Villar

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La definición de eutanasia según la mundialmente cono-cida página Wikipedia dice que: la eutanasia es la accióno inacción hecha para evitar sufrimientos a las personas,acelerando su muerte.

¿Qué ha pasado en nuestra sociedad para llamar al homici-dio "acción o inacción? ¿Por qué tenemos que ocultar lascosas entre envoltorios de palabrería? No hace falta estarenfermo para sufrir. ¿Quién de nosotros no sufre? pero,¿queremos dejar de vivir solo para evitarlo? ¿Quién nodesea que la vida merezca la pena más allá del sufrimiento?Seamos sinceros, ¿verdaderamente es correcto quitar lavida a otro ser humano? ¿No es vivir el mayor regalo que harecibido el hombre? Cuando miro a mi abuelo, sentado ensu sillón. Ausente. Como si estuviera en un lugar muy leja-no al salón en el que se encuentra. Yo veo a mi abuelo, y nome cabe duda alguna de que su valor es infinito. Entonces,¿cómo podemos decidir si alguien debe morir o no?

Scott Routley ha sido protagonista de un hecho revolucio-nario que quizá haya terminado con este debate. Estehombre es un canadiense en estado vegetativo desdehace ya 12 años. Es decir, ha transcurrido un tercio de suvida sin que él fuera consciente de ello. O eso se creíahasta que logró comunicar mediante un escáner que nosentía dolor alguno.

Parece ser que las personas en este estado son más cons-cientes y tienen más percepción sobre lo que ocurre a su

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Matar es legalTeresa Suarez del Villar´

No, no se asusten, no defendemos el asesinato... Al menos nosotros,

porque la sociedad en la que vivimos cada vez nos sorprende más.

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alrededor de lo que se pensaba. Gracias a esta increíblerevelación neurólogos de todo el mundo dedicarán susesfuerzos a que enfermos en este estado logren expresar-se, y así demostrar que tienen conciencia.

Porque es la conciencia lo que define al hombre, y este-mos en estado vegetativo, sanos o enfermos, todos tene-mos el mismo valor.

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¿Quién denosotros nosufre? pero,¿queremos

dejar de vivirsolo paraevitarlo?

¿Quién nodesea que la

vida merezca lapena más allá

del sufrimiento?

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Los alumnos en Siete Picos

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Ayer en Siete Picos, Miguel y yo subimos los primeros porla escarpada montaña. Las desconcertadoras vistas nosdieron fuerzas para aguantar la dura marcha.

En la mitad de la marcha había muchas rocas a gran altu-ra, por lo que la subida se hizo especialmente dura. En laexcursión aprendí que un conjunto de piedras se llamahito y gracias a Salva aprendí a moverme más ágilmenteentre las rocas.

Aproximadamente a las once nos tomamos nuestroalmuerzo. Yo comí unas cinco galletas y algunas chuchesque me dieron mis compañeros. Samuel me dio pelota-zos, Leticia compartió sus doritos y Paula me dio patatasfritas. Me dieron tantas chucherías porque les prometírecompensárselo con mis palomitas.

Cuando continuamos la marcha, Miguel, al intentar esqui-var unas rocas, hizo la voltereta y cayó de bruces llenán-dose de barro. Yo me quedé estupefacto por su caída.

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Corrían aires de otoño, y aún con los nervios de quien vuelve a comenzar

un nuevo curso, los alumnos de quinto y sexto de Primaria se aventuraban

a subir a Siete Picos. A continuación, algunas anécdotas contadas por los

protagonistas.

La aventura de MiguelJulio Corraliza

Los alumnos en Siete Picos

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Cuando razoné fui rápidamente a ayudarle, cosa queresultó inútil, ya que con una facilidad inesperada, selevantó y prosiguió la marcha. Cuando conseguimos llegarhasta Salva le contamos la historia, que se lo tomó a risa,y nos contó que él en una excursión cayó y se hizo unagran herida.

Esta excursión me ha gustado mucho porque he disfruta-do de unas preciosas vistas.

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En undeterminado

momento giréla cabeza

y me quedéatónito.

Era tan belloel paisaje que

me quedéperplejo

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Mi anécdota comenzó así: era un día soleado y nos íba-mos de excursión a Siete Picos. Tardamos bastante tiem-po en llegar. Una vez llegados comenzamos la ascensión ala montaña.

Mientras subíamos los pocos metros que nos quedaban,Salva, el profesor que nos guiaba, nos dijo que teníamosque ir viendo el paisaje, contemplando nuestro alrede-dor... Yo iba con parsimonia, pero sin hacer mucho caso alo que nos decía Salva. En un determinado momento giréla cabeza y me quedé atónito. Era tan bello el paisaje queme quedé perplejo y tuve la mala fortuna de tropezar conuna piedra recia.

Mis compañeros se rieron mucho e incluso yo. Fue muydivertido. Me dolió un poco, pero eso no me importabaen absoluto. ¡Qué bien me lo pasé!

Lo que me importaba de verdad era el espectáculo que viaquella misma mañana. Se podían ver las imponentesmontañas, los frondosos bosques de pinos poblados poraquellos seres vivos, etc...

Ese día saqué una conclusión: la vida no es solo dinero,tecnología o tener trabajo. En la vida es muy importantecontemplar lo que tienes a tu alrededor, porque aunqueseas un chico pertinaz siempre puedes disfrutar.

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Un tropezon inesperadoJavier de la Puente

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Viaje a Londres

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Londres, 10 de septiembre, primer día:

Despertar en Madrid. Nervios, muchos nervios. La mayoríanunca hemos estado en Londres. Hay incluso algunos quenunca han subido en un avión. Por eso, cuando llegamosal aeropuerto de Barajas, todo el mundo sonríe. Todosestamos deseando llegar finalmente a Londres, poder oírsu acento tan british y decir «excuse me». En el avión todoson sonrisas, buenas caras y ganas de disfrutar nuestroúltimo viaje colegial. Y de esta manera transcurre nuestroviaje. Algunos se duermen, otros simplemente hablan y losmás «escandalosos» cuentan chistes y juegan a las cartas.

Aterrizamos y pasamos el control bastante bien, aunque aalguno le ponen trabas para pasar. Ya en Londres, coge-mos el tren para llegar a la ciudad, el aeropuerto está alas afueras, y llegamos. Cogemos el metro y nos vamosdirectos al albergue donde vamos a pasar los 3 primerosdías. Es un sitio agradable y bonito. Dejamos todo, des-cansamos un poco y nos vamos a visitar Londres.

Nuestra primera parada es Portobello Road. Los profeso-res nos dejan «libres», y nos dividimos en grupos.Buscamos la calle, y cuando la encontramos, empezamosa bajar. Es una calle colorida, distinta, con tiendecitas detodo tipo y muy larga. Vemos una tienda de ropa con unescaparate lleno de máquinas de coser y una tienda deropa vintage. La recorremos entera, de arriba a abajo,pero como esto es Londres y ya son casi 18.00h, todas las

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Podemos adentrarnos en el viaje que han realizado los alumnos de 2º de

Bachillerato, de la mano de una de las protagonistas.

Viaje a LondresMarta Alonso

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tiendas están cerrando. Así que volvemos al albergue ycenamos. Después, y tras una cena «interesante», volve-mos a coger el metro y nos vamos a Piccadilly Circus.Llegamos, y el asombro recorre nuestras caras. Es unagran plaza llena de grandes pantallas que, alumbran todo.Alrededor de la plaza hay cuatro calles muy anchas ador-nadas con banderas de distintos países.

Ya tarde, volvemos agotados de andar todo el día, perocontentos de nuestro gran primer día.

Londres, 11 de septiembre, segundo día:

Comienzo del día. Líos con la hora a la que nos tenemosque levantar (confusiones sobre si son las 6 ó las 7) y oje-ras. Pero también sonrisas. El desayuno deja algo quedesear, pero es comestible. Nos preparamos y nos pone-mos en marcha. Primero vamos a una iglesia anglicanaque está cerca del albergue, y que tiene el pináculo másalto de Londres. Rodeamos el Scientific Museum, un granmuseo de ciencia donde podemos experimentar y ver,por ejemplo, cómo seremos de viejos o qué partes delcuerpo reaccionan según distintos estímulos.

Después vamos andando al oratorio de Newman. Allí, uncura nos cuenta un poco sobre la historia del oratorio ysobre cómo lidiaron los curas católicos tras la ruptura deInglaterra con Roma. Damos una vuelta por la iglesiamientras él nos va explicando las distintas capillas que hayalrededor de la nave central. Entre ellas hay una dedica-da a Newman.

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Rodeamos elScientific

Museum, ungran museo deciencia donde

podemosexperimentar y

ver, porejemplo, cómo

seremos deviejos

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Otra vez a andar, llegamos a Harrods, donde se encuen-tra el gran centro comercial. Entramos en pequeños gru-pos porque si no nos dejan pasar, y nos encontramos conuna pequeña ciudad dentro del centro comercial. Haytodo lo que puedas imaginar: restaurantes, ropa, delica-tessens, maquillaje, juguetería, peluquería, manicura,pedicura, muebles, colchones, tecnología, perfumes, ytoda una planta en la que encuentras todo tipo de bol-sos. Eso sí, todo hecho para el bolsillo londinense. Poreso, casi ninguno compra nada. Nos sorprendió lo lujo-so que es todo allí.

Después de comer, nos vamos a St. Paul, la catedral angli-cana. Es una iglesia enorme, con la segunda cúpula másgrande del mundo. La iglesia en sí es bonita, pero tampo-co transmite mucho más. Lo que sí que es impresionantees la vista que tienes de Londres si subes hasta lo alto dela cúpula. Hay dos partes en las que te puedes parar. Enla primera, ves la iglesia desde lo alto, lo que te da la sen-sación de que eres enano, y si sigues subiendo llegas a loalto, y descubres una de las vistas más bonitas que jamáshe visto. Caminando alrededor de la cúpula puedes vertodo Londres, desde the Globe hasta el Big Ben.Disfrutamos el poco tiempo que tenemos de esa vista tanmaravillosa, y después bajamos y nos dan tiempo librepara comer. Cuando nos volvemos a reunir, Rafa se hacomprado una careta de un actor famoso, DavidHasselhoff, que resulta que al final ninguno conoce.Desde allí vamos andando hasta the Globe. The Globe esel teatro donde Shakespeare estrenó muchas de sus obrasmás famosas. Vamos a ver una comedia suya, As you like

it. La obra es una maravilla, pero llevamos todo el díaandando, el inglés es antiguo y difícil de entender, la obra

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The Globe es elteatro dondeShakespeareestrenómuchas de susobras másfamosas

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dura tres horas y nuestros asientos no son muy cómodos.Por eso, muchos se duermen. Sin embargo, personalmen-te tengo que decir que muy pocas veces había disfrutadotanto de algo. Después de la obra, volvemos al albergue ya dormir. Ha sido otro gran día en Londres.

Londres, 12 de septiembre, tercer día:

Nuevo día en Londres, desde bien temprano despiertos ydesayunados, y con ganas de seguir disfrutando de Londres.El desayuno vuelve a ser igual que el día anterior, es decir,que deja mucho que desear, pero aun así está lleno de risasy buenas caras. Después de desayunar nos preparamos ynos vamos al British Museum, donde Juan Ramón nos reco-mienda visitar a petición de Gabi varias salas del museo. ElBritish es un museo enorme donde hay pinturas, esculturasy objetos importantes de casi todas las épocas de la histo-ria. Es tan grande que sin la recomendación de Gabi segu-ramente no habríamos sabido qué ver. Empezamos porEgipto, y vemos sarcófagos y esculturas del Antiguo Egipto.También vemos momias, tanto de personas como de anima-les que suponemos eran sagrados, y joyas que ponían en lastumbas de los faraones. Después nos movemos a Grecia, ydescubrimos el Partenón, viendo cómo deberían ser algunasde las imágenes que están incompletas, y el uso que tenía.También encontramos estatuas griegas muy impactantes yque están perfectamente talladas. Cuando terminamos enesa sala nos dirigimos hacia la de la Edad Media cristiana, yvemos cálices preciosos, grandes espadas, joyas, armadurasy pinturas. Al lado de esta sala descubrimos otra muy curio-sa: una sala llena de relojes de todo tipo. Pequeños, gigan-

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El desayunovuelve a ser

igual que el díaanterior, es

decir, que dejamucho que

desear, peroaun así está

lleno de risas ybuenas caras

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tes, medianos, de cuco, con forma de barco, de animal, decasa, lujosos, de oro…

Después nos vamos andando hasta Covent Garden, unantiguo mercado de flores que ahora se utiliza como unmercado de tiendas típicas. Tiendas maravillosas de té, demuffins, de chocolate… y en una terraza en el piso deabajo hay cinco músicos tocando violines, viola y violon-chelo de una manera que jamás había visto, tan sólo enlas películas. Ellos interactúan con el público, hacen ges-tos, se mueven, bailan y tocan una música alegre.Disfrutamos viéndoles, pero tenemos hambre y hay queirse. Nos compramos unos sándwiches y comemos en elsuelo, como los típicos turistas.

Terminada la comida, nos reunimos todos y hacemos untour por todos los monumentos importantes de Londres.Vemos la casa del primer ministro, llena de policía, la aba-dia de Westminster (donde escuchamos las vísperas),Buckingham palace, the London Eye, el puente deLondres, el Globe y así hasta llegar a la Torre de Londres,lugar donde Enrique VIII decapitó a dos de sus mujeres. Elpaseo es maravilloso, además el tiempo es bastantebueno. Cuando llegamos a la torre de Londres estamostodos cansados, y además llegamos tarde a la cena.Corriendo, cogemos el metro y llegamos al albergue bas-tante más tarde de lo que deberíamos. Menos mal quenos dejan entrar y cenar, porque estamos todos ham-brientos. Después de cenar, algunos se van a pasear yotros nos quedamos jugando a las cartas y a un juego demanos, nos hacemos amigos de unos alemanes que, pordesgracia, demuestran que pillan los juegos a la primera,y casi nos ganan.

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Tiendasmaravillosas deté, de muffins,de chocolate…y en unaterraza en elpiso de abajohay cincomúsicostocando

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Ya tarde, nos vamos a la cama y nos dormimos en segui-da. Estamos agotados, realmente agotados, pero ha vali-do la pena. La belleza de Londres cada vez nos impresio-na más.

Londres, 13 de septiembre, cuarto día:

Último día en Londres. Nos levantamos con un tiempoagradable, aun no nos ha llovido ni un solo día. Nos ducha-mos, vestimos y vamos a desayunar. Otra vez el mismodesayuno, que deja mucho que desear. Después, nos tocadía de compras por la zona de Portobello Road. Vamosandando hasta allí, y nos dividimos en grupos pequeños,aunque de vez en cuando nos vamos encontrando. Cuandollegamos, las tiendas están abriendo, así que bajamos lacalle entera, para comparar precios y volver a ver la calleporque es preciosa, y cuando estamos subiendo entramosen la tienda. Cada uno se compra lo que quiere, y cuandonos volvemos a reunir vamos enseñándoles a todos lo quehemos comprado y viendo lo que otros han comprado. Esdestacable que casi todas las chicas nos compramos lamisma camiseta con distintos dibujos, así que cuando la lle-vemos al colegio seguramente coincidiremos entre noso-tras. Es una mañana tranquila y sin mucho más. Después delas compras, cogemos las maletas y nos vamos a la estaciónde tren porque nos vamos a Oxford.

En cuando llegamos a Oxford, nos distribuyen en habita-ciones y después de un poco de descanso nos vamos a visi-tar el Trinity College. Los colleges en Inglaterra son comopequeñas universidades dentro de una gran universidad, y

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Los colleges enInglaterra son

comopequeñas

universidadesdentro de una

granuniversidad

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en ellos se hace toda la vida. El que visitamos nosotros esuno de los mejores y más bonitos. Tiene una pequeñacapilla que es preciosa, y césped verde y muy bien cuida-do, aunque no se puede estar en él, y un comedor antiguomuy bonito. Es una maravilla de sitio realmente, dan ganasde quedarse allí a estudiar. Hay un ambiente de estudio, derelajación, de seriedad y compromiso que sorprenden.Luego vamos al Magdalen College, otro de los mejores, yes un sitio igual de impresionante, aunque personalmenteprefiero el primero. Después damos un paseo por uncamino que hay al lado de los colleges. Cuando decidimosdar la vuelta, volvemos y nos vamos a la calle principal deOxford, donde nos encontramos una tienda enorme dechucherías y dulces, con muebles antiguos y chuches enor-mes. Estamos como quince minutos dentro, y cuando con-seguimos salir volvemos al albergue a cenar. Después de lacena, es noche de encuentro. Hablamos de lo que nos estápareciendo el viaje, contamos anécdotas y después juga-mos con «furor» entre chicos y chicas. Quedamos enempate. Cuando terminamos nos vamos a las habitacionesy a dormir.

¡Descubrir Inglaterra agota!

Oxford, 14 de septiembre, quinto día:

Quinto y penúltimo día de viaje, que amanece soleadocomo el resto de días. Después de prepararnos para empe-zar el día, nos vamos a visitar otro college, esta vez el ChristChurch College. Éste es el college más antiguo de Oxford,y es donde se han grabado las escenas de Harry Potter del

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Es unamaravilla desitio realmente,dan ganas dequedarse allí aestudiar. Hayun ambientede estudio, derelajación, deseriedad ycompromisoquesorprenden.

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comedor y las escaleras. Así que como locos nos ponemosa hacer fotos de todas partes. Luego visitamos su capilla,que es bastante grande, y luego nos vamos a Littlemore, elpueblo donde el cardenal Newman vivió bastantes años desu vida, y donde se convirtió al catolicismo. Dos monjasque viven donde él vivió nos cuentan la historia de su con-versión - impresionante- , y nos enseñan su escritorio y sudormitorio. Tras la visita allí, muy impactante, nos volvemosa Oxford y nos dejan tiempo para comer. Comemos rápi-damente, y después nos volvemos a reunir. Vamos a visitaruna iglesia que hay en el centro de la ciudad, y después nosvuelven a dar tiempo libre. Casi todos se van al albergue ya pasear y descansar, y un pequeño grupo, con los profe-sores incluidos, nos colamos en un college que está en eldia de puertas abiertas. Como sólo pueden pasar los quevayan acompañados de sus padres, cada profesor hace depadre de una o dos de nosotras, y por fin podemos ver lashabitaciones y la biblioteca, que tanto nos apetecía ver. Yavisto todo, nos dan un folleto donde pone el precio, y cal-culamos que de media un año allí te cuesta 30.000 libras.Descartamos la idea de estudiar allí. Cuando salimos, inten-tamos visitar una tienda dedicada a Alicia en el país de lasmaravillas, pero está ya cerrada, así que nos volvemos alalbergue. Cenamos y mientras que la mayoría del grupo sequeda en el albergue, algunos nos volvemos a colar, estavez en el pub donde se reunían Tolkien y Lewis todas lassemanas, pero al pedirnos el DNI y ser menores, nos vamosal de enfrente, donde no nos lo piden.

Al llegar después al albergue tenemos preparada una des-pedida para Zoe, que en vez de volver con nosotros sequeda en Londres trabajando todo el año. Cantamos unascanciones que a ella le gustan mucho y hace varios solos,

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le encanta cantar, y le damos una tarjeta firmada portodos. Después pijama y a dormir.

Oxford, sexto día, 15 de septiembre:

El último día de viaje ha llegado, y como todos los díasanteriores hace sol y el desayuno no es bueno, pero nos dabastante igual. El plan para ese día es, como recomenda-ción, que vayamos a un museo que hay cerca y que des-pués hagamos lo que queramos hasta la hora de irnos. Asíque la mayoría vamos al museo, que tiene unas coleccio-nes bastante buenas de Egipto y Grecia, y después vamos ala tienda de Alicia que el día anterior no pudimos ver. Porfin entramos y nos encanta, pero es bastante cara, así quenadie compra nada. Cuando ya cogemos las maletas y lle-gamos a la estación después de haber comido un sándwich,nos damos cuenta de que nos han vendido mal los billetesdel tren, y al final tenemos que comprar otros. Después deun viaje bastante tranquilo, casi todo el mundo se duerme,llegamos a la estación en Londres, y desde allí cogemos elmetro hasta el aeropuerto. Allí simplemente facturamos,pasamos el control y esperamos hasta la hora de embarcar.En el avión dormimos, cantamos, rezamos, contamos histo-rias, nos cambiamos de sitio, escuchamos música y hace-mos de todo, eso sí, siempre sin molestar a nadie.

Ha sido un gran viaje, casi podría decir que el mejor detodos los que hemos hecho juntos. Gracias a todos porello.

Ahora a por un gran curso.

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A lo que vamos

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Podría pasar horas enumerando todas las alternativasarbitrarias y generalistas que hemos utilizado para darexplicación a esta situación. Además, todos aquellos quecreen tener la solución a todos los problemas que nosafectan se dedican a avasallarnos a preguntas. Preguntasque intentan presentar en primera persona, pero que enúltima instancia plantean a sus oyentes; es absurdo pen-sar que a ellos, que ya lo saben todo, alguien, aunque seaellos mismos, se atreva a preguntarles algo.

Harto de preguntas retóricas y con un trasfondo indicati-vo voy a presentar algo que días lleva punzando todos ycada uno de mis minutos. Este punzón violento y repeti-tivo dice algo así: "la problemática es el abandono de lamesa como lugar central de las relaciones humanas". Lamesa, claro está, no objeto mobiliario si no como espacioen el que los hombres se encuentran para compartirparte de su tiempo.

La proliferación de fastsfoods y congelados ha reducidode forma drástica la importancia de la mesa en el desarro-llo de una persona. No es un problema de valores en elsentido moral (entendida como regla bajo la cual unodebe confrontarse), es la pérdida total de los cinco senti-dos. Al no preparar aquello que comemos, no hace faltaoler cada una de los ingredientes ni la mezcla posterior detodos ellos; al tener un tiempo escaso para comer, nomiramos la presentación de la comida; al tener tanta prisa

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A lo que vamosEduardo Rosello

Desde hace años escucho que la pérdida de valores es la que nos ha

llevado a la situación actual; que hemos dejado en manos de la riqueza y

el poder todo lo que somos.

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intentamos comer solos, por lo tanto, no hace falta escu-char a nadie; no hacen falta manteles, así que, el tactoqueda totalmente olvidado y, por último y más importan-te, no conocemos ninguno de los ingredientes por sísolos, por ello el gusto solo sabe identificar lo vomitivo delo comestible.

Se podría pensar que la delgadez de los que sufrimos estetipo de comida es notable y afecta a toda la sociedad.¡Pues no! Cada vez son más los niños que sufren obesidadpor la cantidad de grasas que ingieren. Hay un nuevo fac-tor: la televisión, ese aparato que ameniza las comidas ycenas; en muchos casos, por desgracia, los niños no sesientan en la mesa, sino que hacen lo propio delante deltelevisor (no podemos olvidar la dependencia que gene-ra el televisor en cualquier situación. Consigue que nues-tros cerebros queden en reposo). El televisor, por lotanto, se convierte en nuestro gran compañero y, en losniños es evidente, nos somete irreversiblemente.

El cuidado de la mesa muestra la pasión que cada unotiene por cuidar los detalles. No es simplemente sentarse,sino que consiste en cuidar el mantel y las servilletas, encómo servir los platos o la jarra que contiene el agua. Lamesa es el lugar donde se recuperan las energías que sepierden mientras se vive. Pero como sabiamente decíaJesús: "No solo de pan vive el hombre". Es en una mesacuidada donde esas palabras toman una fuerza avasalla-dora. No es un problema místico.

La mesa es el lugar en el que el mundo entero se dispo-ne a disfrutar. Las verduras, las carnes y pescados llegan alas manos del cocinero provenientes de distintos lugares

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La proliferaciónde fastsfoods ycongelados ha

reducido deforma drásticala importanciade la mesa en

el desarrollo deuna persona. Esla pérdida total

de los cincosentidos

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del mundo donde han sido cultivados con la máximaatención para conseguir un buen producto. Todos losingredientes comienzan a multiplicar su sabor y variar sutextura en las manos del cocinero, hombre apasionadopor cuidar todos los detalles. Pero el cocinar necesita dealgo más, puesto que solo tiene sentido si lo sirves; es unaacción completa cuando se presenta para ser comido.Todos cocinamos para presentárselo a otro, algunas vecesa un extraño. Ese gesto de servir es el punto en el que lamesa se torna inmensamente importante. Es magníficover todo lo cocinado presentado en una gran mesa. Esesta, la mesa que hemos olvidado y, sin lugar a dudas, hadestruido amistades, negocios y familias.

Dejémonos de valores y recuperemos el gusto por elbuen comer y, mejor aún, el deseo de cocinar.Recuperemos el mercado, lugar donde descubrir la infini-dad de ingredientes desconocidos. Recuperemos aquellosvermuts de mediodía que finalizaban en acaloradas discu-siones de política, fútbol o cualquier otra cosa a altashoras de la noche. La mesa es el gran lugar para disfrutarcon nuestros hijos de todo aquello que la naturaleza nosofrece.

Quizás, embriagado al recordar grandes comidas regadaspor mejores bebidas, puedo afirmar que el abandono dela mesa como parte central de la vida de un hombre es laforma más violenta de ateísmo.

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Dejémonosde valoresy recuperemosel gusto por elbuen comery, mejor aún,el deseo decocinar

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El don del limite´

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El don del limiteMaria Gomez

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Siempre he querido ayudar a todos aquellos que veía«limitados», para sentirme útil, sentirme bien conmigomisma. Contribuir a que los demás se pudiesen realizar yasí encontrar una satisfacción.

Esta intención inicial me ha ido desbordando con el tiem-po y ha llegado un punto en el que me faltaba paz, elhacer me ha generado más desasosiego. En muchos casoshe conseguido que aquellos a los que ayudaba superasenun límite determinado, pero no era suficiente. Iba ponien-do parches. Quizá necesarios pero parches al fin y al cabo.

Este año he conocido a una persona que ante todos, antela sociedad, está llena de límites, es imperfecta, y portanto nunca llegará a realizarse de acuerdo a unos cáno-nes establecidos. Comencé intentando parchear una vezmás. Llegado un momento, me planteé: ¿y yo voy a sercapaz de ayudar a esta persona? Lo más extraño es queeste encuentro ha generado en mí un cambio, he com-prendido que realmente en la vida no puedo ir poniendoparches.

Estar frente a ella me ha removido de una forma inespe-rada porque se han puesto de manifiesto todos los lími-tes que yo tengo y que, de alguna forma, nunca he mira-do ni aceptado. Ella me ha cuestionado, provocado, hahecho que me expusiera en primera persona. Me ha

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Siempre he pensado que el límite era una barrera, una carencia, un

obstáculo para alcanzar un objetivo que socialmente está marcado.

Los límites impiden que nos realicemos en toda nuestra plenitud.

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puesto frente a mí misma. Ha hecho que yo me pregun-te cuál es mi valor. Ver su límite y comprenderlo ha sidoun regalo. Me ha regalado con la sencillez de su ser, elpoder empezar a descubrirme a mí misma, porque mivalor no radica en lo que hago. Ella me ha mostrado suhumanidad, mientras todos escondemos nuestra humani-dad tras nuestras aptitudes y capacidades aparentes. Meha enseñado cómo las circunstancias que para otropodrían parecer aplastantes te hacen mejor, te hacen serconscientes del verdadero valor de las cosas. Por esoahora sé que fui una ilusa al pensar que yo por mis fuer-zas o mis capacidades podría ayudar.

He comprendido que debo darme aceptando primero mipropio límite para realmente llegar al fondo de lo que esel ser humano.

Sé que no está todo descubierto, que me queda muchocamino, que volveré a afanarme por cambiar y parchear.Pero también sé que habrá otro encuentro que haga queretome este camino de ayuda verdadera que ya he empe-zado.

Estoy agradecida.

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Hecomprendido

que debodarme

aceptandoprimero mi

propio límitepara realmente

llegar al fondode lo que es el

ser humano

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Las personas

nos influyen

,

las voces no

s conmueven,

los libros no

s convencen,

los hechos n

os

entusiasman

J. H. Newman

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Un colegio que teabre al mundo