ESCUDO DE HUAURA

Ostenta un hermoso escudo otorgado por el Rey de España, Felipe II concedido por cédula real en 1598 y que según la ciencia heráldica es “privilegio de primer orden”. Muestra un cuartelado en cruz, dos cuadros rojos que representan la fortaleza, victoria, alteza, ardid y en cuyo centro figura la cabeza de un moro (Se dice del musulmán que habitó en España desde el siglo VIII hasta el XV) de perfil. Y los otros dos extremos de color blanco que representa la plata con la imagen del rey, evocando pureza, firmeza, obediencia e insignia de integridad. Alrededor se encuentran espacios de color azul que representan la justicia, el celo, la lealtad, caridad y hermosura. Asimismo, cuatro lambrequines dorados (adornos, generalmente en forma de hojas de acanto, que baja de lo alto del casco y rodea el escudo) que representan nobleza, poder, constancia y sabiduría. Finalmente, en la parte superior, se simboliza a la corona real.

ESCUDO DEL GOBIERNO

Finalmente, de acuerdo a la nueva regionalización del Perú, se constituyó la Región Lima, que abarca a las restantes provincias del originario departamento, por lo que es llamada Región Lima-

Provincias. La hoy constituida Región Lima-Provincias cuenta con su propia capital administrativa: la ciudad de Huacho.

ESCUDO DE SANTA MARIA

HISTORIA DE SANTA MARIA

Se encuentran evidencias de la expansión sobre el territorio de Santa María de culturas preincas, como la Tiahuanaco, Wari y Mochica; siendo la cultura Chancay reconocida como una de las que verdaderamente surgió y se desarrolló en esta región. Nombres de sectores como Huacán, Luriama, Chonta, Vispán, Tomicalla y Cuñin (hoy Santa María) son reconocidos desde tiempos incaicos comoayllus ligados a la producción agrícola; durante la época virreinal y de la emancipación, toda esta región fue importante debido a su cercanía a Lima. Así mismo, la historia del distrito está marcada por movilizaciones del Movimiento Obrero y Popular en defensa de la jornada de las ocho horas, entre los años 1916 y 1917. Destacan, de esos acontecimientos históricos, sus dos veneradas heroínas: Irene Salvador y Manuela Chafloje.