Las crónicas de Armikelos

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'Las crónicas de Armikelo' es una novela de ficción pegada a la realidad que vive el País Vasco. Mª Angeles López de Celis narra con sencillez y naturalidad las consecuencias del final del terrorismo de ETA, acercando a toda una sociedad a la paz angustiosamente anhelada. Es un relato esperanzador que, sin olvidar las secuelas y consecuencias del terror, mira hacia el futuro y la convivencia, aunque falten muchas heridas por cicatrizar

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Las crónicas de A r m i k e l onnnnin

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© Ma Ángeles López de Celis© Editorial Odeón, 2014

Tlf.: (+34) 952 714 395Fax: (+34) 952 714 342Canteros 3-7 -29300- Archidona (Málaga). SPAIN [email protected] Editorial Odeón es un sello de © Ediciones Aljibe, S. L.

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I.S.B.N.: 978-84-9700-794-8Depósito legal: MA 365-2014

Diseño y maquetación: Nuria Barea (Equipo de Ediciones Aljibe. S.L.)Diseño de cubierta: Equipo de Ediciones Aljibe, S.L.Imagen de cubierta: © bibiphotoFotografía de la autora: © Luis Álvarez

Del audiolibroVoces: Ma Ángeles López de Celis (autora) Javier Belmar (La nave del misterio)Ingeniero de sonido: Caco RefojoGrabado en: Estudios PKO Estudios. Boadilla del Monte (Madrid)

Imprime: Imagraf. Málaga.

Esta obra, así como el contenido multimedia que la acompaña, está destinada exclusivamente para uso privado. Si desea hacer uso de la misma con fi nes lucrativos o de carácter público, deberá necesariamente solicitar una licencia destinada a tal efecto. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación del contenido de esta obra en parte o en su totalidad, solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.- DE LA OBRA EN PAPEL: diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográfi cos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447).- DEL CONTENIDO MULTIMEDIA: diríjase a [email protected] (952 714 395) si desea emitir contenido audiovisual y elija la licencia de uso que se adapte mejor a sus necesidades.

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Ma Ángeles López de Celis

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A la memoria de los que ya no estánpara que, desde donde estén,

nos ayuden a seguir viviendo sin ellos.

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Í n d i c e

Prólogo ........................................................................................

Primera Parte: el origen ..................................................

Segunda Parte: las treguas ..............................................

Tercera Parte: las víctimas .............................................

Cuarta Parte: los verdugos ..............................................

Epílogo I ..................................................................................

Epílogo II ...............................................................................

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P r ó l o g o

La vida política es una dimensión noble del ser humano, en la medida en que se considera que el ideal que persigue es la articulación de la convivencia en sociedad conforme a la justicia.

Cuando un ciudadano asume una responsabilidad tan singular como la de presidir el gobierno de su país, de un país estigmatizado por la lacra del terro-rismo, a nadie puede extrañar que, desde el primer día, anteponga a cualquier otro objetivo acabar con la violencia y evitar el profundo dolor que causa la muerte. Ninguna tiene sentido, sólo la vida lo tiene, por eso nuestra machacona memoria ha de tener siempre presentes a quienes, de una manera tan insopor-tablemente injusta, la perdieron.

Esta historia de fi cción, pero ubicada en tiempo y espacio reales, nació con varios propósitos. En primer lugar y sobre todos los demás, rendir el más since-ro homenaje a las víctimas del terrorismo; a los que por su causa han perdido la vida; a quienes, en nombre de irracionales reivindicaciones, han sufrido mu-tilación física y/o graves secuelas psicológicas; al sufrimiento de sus familias y amigos; a la desolación y la impotencia de una ciudadanía que durante años ha padecido su azote sin retroceder ni un paso, saliendo a la calle y manifestando su repulsa y su solidaridad con los protagonistas del dolor cada vez que era convocada.

Todos nos hemos preguntado alguna vez, mientras contemplábamos las imágenes del terror, cuál es el mecanismo que opera en un ser humano hasta

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convertirlo en una especie de monstruo sin raciocinio, cuyas normas de con-ducta sólo se rigen por la maldad y la perversión. Búsqueda inútil: no hay expli-cación admisible para el resto de los mortales.

En segundo lugar, estas páginas pretenden convertirse en justo reconoci-miento a cuantos, de una u otra manera, han buscado la paz y han trabajado, hasta la extenuación, para alcanzarla. Son muchos los hombres y mujeres de este país que han dignifi cado y ennoblecido el quehacer político, desechando toda ambición e interés personal en aras de sus ideales, conscientes cada día del peligro que corrían sus propias vidas. De justicia es reconocer sus méritos en un mundo en el que la política es sinónimo, en demasiadas ocasiones, de corrup-ción y búsqueda, en exclusiva, del benefi cio personal.

Ni qué decir de la labor callada, constante, incansable de unas Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado que han cumplido su misión de proteger a la sociedad, actuando como parapeto defensivo y aguantando estoicamente en primera persona el azote del terrorismo y la crueldad de innumerables acciones violentas y de sus consecuencias.

Por último, también es objetivo de este libro romper una lanza en favor de periodistas y profesionales de la información que intentan, aunque lo consiguen a duras penas, mantener su independencia en favor de un efi ciente servicio público. La prensa y en general los medios de comunicación son absolutamen-te imprescindibles en una sociedad libre y democrática, pero también debería articularse un sistema que permitiera exigir responsabilidades a periodistas o grupos de comunicación cuando la información que transmiten no es rigurosa, contrastada o premeditadamente sesgada, con el fi n de infl uir y manipular la opinión pública. Pero los lectores y destinatarios de la información también deberíamos hacer autocrítica: ¿no es verdad que sólo leemos o escuchamos los medios que sabemos nos dirán aquello que queremos oír? Nada más cierto.

Lo que es una verdad incuestionable es que los caminos de políticos y pe-riodistas corren en paralelo, sus actividades se interrelacionan de tal manera que es casi imposible concebir a unos sin los otros. Pero esta interrelación debe entenderse no como el resultado de un interés partidista o económico com-partido, sino como quehaceres complementarios de un auténtico servicio a la comunidad.

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13Prólogo

Esta historia sitúa la acción en un tiempo y unas circunstancias próximas a la ruptura del Proceso de Paz que propició el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, tras la tregua de 2006, rota por el atentado de la T-4 del madrileño aeropuerto de Barajas, mientras el Lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, basaba su gestión en el objetivo irrenunciable de la cele-bración de un referéndum en el territorio autonómico que midiera el nivel de aceptación por parte del electorado de una eventual autodeterminación de Euskal Herría. La iniciativa, como ahora sabemos, fue rechazada sin fi suras por el Tribunal Constitucional y, con posterioridad, ilegalizados los partidos de una izquierda abertzale cada vez más perjudicada por la estrategia de ETA y su modus operandi. Finalmente se rompía la teoría del permanente empate técnico, la inercia por la que ETA atentaba y el Estado contraatacaba, y así hasta el infi nito. La sociedad española aguantó el durísimo tirón y el Estado logró consumar la victoria, esquilmando operativamente a la organización a la vez que conseguía importantes avances en otros frentes.

Una vez descrito el escenario, debo advertir que los personajes de la narra-ción son fi cticios y, aunque cualquier parecido con la realidad sea mera coinci-dencia, no cabe duda de que muchos lectores encontrarán paralelismos con los protagonistas verdaderos, que han dejado una huella profunda en la memoria colectiva de dos generaciones de españoles, realmente imposible de obviar, in-cluso para la autora de este respetuoso y sentido relato.

Cuando esta novela contaba ya con su punto fi nal, surgió como una pre-monición esperanzadora el anuncio de ETA del cese defi nitivo de su “lucha armada”, propiciada por el blanqueo de la actividad de una izquierda abertzale que buscó la salida en multitud de ocasiones, encontrándose una y otra vez con la ilegalización. Finalmente, su evolución lógica le ha hecho distanciarse de la táctica de ETA para no verse arrastrada por su fracaso, forzando a la banda a “declarar el cese defi nitivo de su actividad armada”. Sin duda este comunicado, que se producía pocos meses después de su legalización, ha estado propiciado por Bildu formación que, en su primera convocatoria electoral, obtuvo una re-presentación tan abultada como sorprendente; lo que, sin duda, le valdrá un lugar en la historia como el agente político que permitió la pacifi cación de Eus-kadi.

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Que nadie piense, ni por un momento, que esta circunstancia supone la solución fi nal del confl icto ni la sutura cicatrizante y reparadora de las heridas provocadas por un problema vasco que sigue sin desenlace. Muy al contrario, ahora comienza un largo camino en el que serán imprescindibles, de forma in-mediata, el inicio de dilatadas y controvertidas conversaciones entre el gobierno y representantes de la banda terrorista, con el fi n de dirimir las cuestiones rela-cionadas con un proceso político sobre el que se han de asentar la convivencia y la reconciliación futuras.

Sólo resta añadir que el mejor homenaje que se puede rendir a los muertos es que no haya más; que un día podamos contar a las generaciones venideras este hecho como parte de la Historia y que esta lección sirva como aviso a nave-gantes que pudieran tener tentaciones parecidas. Nada se consigue con el uso de la fuerza, sólo el diálogo y la tolerancia llevan aparejado el éxito, cuando los fi nes que se persiguen son justos y las reivindicaciones que se demandan están respaldadas por una mayoría de ciudadanos que acepta las reglas del juego de-mocrático y las normas básicas de una convivencia libre y pacífi ca.

Es tiempo de esperanza, de vivir hoy la legítima satisfacción por la victoria de la razón y del Estado de Derecho en la seguridad de que, por fi n, la nuestra será una democracia sin terrorismo, aunque con la memoria siempre viva.

Ma Ángeles López de Celis

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