Las Ediciones Clásicas de La Poesía de Quevedo a La Luz de La Nove_Muse 1614 de Marcello Macedonio

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MACROTEXTUALIDAD Y EMULACIÓN: LAS EDICIONES CLÁSICAS DE LA POESÍAS DE FRANCISCO DE QUEVEDO A LA LUZ DE LE NOVE MUSE (1614) DE MARCELLO MACEDONIO  Julio V élez-Sainz University of Massachusetts Amherst D e varios testimonios de la época se puede colegir que Francisco de Quevedo tuvo durante gran parte de su vida la intención de dividir su obra poética (o al menos parte de ella) de acuerdo con una ordenación en la que los poemas respondían al aliento de cada una de las nueve musas del Parnaso. Como indicara Alfonso Rey, ya en el Para todos de Juan Pérez de Montalbán (1633) se hace mención a los versos de nuestro autor como las “Musas” (“Estudio introductorio” 17). Es decir, Quevedo pasa al menos los últimos doce años de su vida (desde la aparición del Para todos hasta su muerte en 1645) considerando cómo distribuir su obra poética 1 . Así, para la comprensión de la poesía qu evediana debemos tener en cuenta no ya los poemas en sí, sino analizar la disposición y ordenamiento de los mismos. Como indica Luis Sepúlveda en este mismo volumen, no debemos dudar en “atribuirle a las poesías contenidas en el Parnaso la condición de macrotexto, es decir, la de un corpus planeado por Quevedo, bien en su conjunto, bien en las cuestiones de detalle, como un todo orgánico [. . .] Esta consideración as ume un indudable alcance en el plano ecdótico y más aún en el inter pretativo”. De hecho, la poesía de Francisco de Quevedo representa uno de los casos más fascinantes de ordenación macrotextual de la poesía del Siglo de Oro. Como es sabido, todas las ediciones de la poesía quevedesca hasta la última de Florencio Janer de 1877 (Rey, “Colección” 257), siguen la ordenación establecida en las póstumas El Parnasso español  (1648) y Las tres últimas musas castellanas (1670), las cuales dividen los poemas a partir de la imagen del Parnaso, monte donde los poetas una vez muertos pasaban a comparti r sus obras con Apolo y las nuev e Musas 2 . Además, sabemos que, si bien Quevedo tuvo intención de ordenarlas por medio de la imagen de las musas, fueron su amigo Jusepe Antonio González de Salas y su sobrino Pedro de Aldrete Quevedo y Villegas quienes llevaron a imprenta (con muy desigual fortuna) los poemas

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  • MACROTEXTUALIDAD Y EMULACIN:LAS EDICIONES CLSICAS DE LA

    POESAS DE FRANCISCO DE QUEVEDO ALA LUZ DE LE NOVE MUSE (1614) DE

    MARCELLO MACEDONIO

    Julio Vlez-SainzUniversity of Massachusetts Amherst

    De varios testimonios de la poca se puede colegir que Franciscode Quevedo tuvo durante gran parte de su vida la intencin dedividir su obra potica (o al menos parte de ella) de acuerdocon una ordenacin en la que los poemas respondan al aliento decada una de las nueve musas del Parnaso. Como indicara Alfonso Rey,ya en el Para todos de Juan Prez de Montalbn (1633) se hace mencina los versos de nuestro autor como las Musas (Estudiointroductorio 17). Es decir, Quevedo pasa al menos los ltimos doceaos de su vida (desde la aparicin del Para todos hasta su muerte en1645) considerando cmo distribuir su obra potica1. As, para lacomprensin de la poesa quevediana debemos tener en cuenta no yalos poemas en s, sino analizar la disposicin y ordenamiento de losmismos. Como indica Luis Seplveda en este mismo volumen, nodebemos dudar en atribuirle a las poesas contenidas en el Parnaso lacondicin de macrotexto, es decir, la de un corpus planeado porQuevedo, bien en su conjunto, bien en las cuestiones de detalle, comoun todo orgnico [. . .] Esta consideracin asume un indudable alcanceen el plano ecdtico y ms an en el interpretativo. De hecho, la poesade Francisco de Quevedo representa uno de los casos ms fascinantesde ordenacin macrotextual de la poesa del Siglo de Oro.

    Como es sabido, todas las ediciones de la poesa quevedesca hastala ltima de Florencio Janer de 1877 (Rey, Coleccin 257), siguen laordenacin establecida en las pstumas El Parnasso espaol (1648) yLas tres ltimas musas castellanas (1670), las cuales dividen los poemasa partir de la imagen del Parnaso, monte donde los poetas una vezmuertos pasaban a compartir sus obras con Apolo y las nueve Musas2.Adems, sabemos que, si bien Quevedo tuvo intencin de ordenarlaspor medio de la imagen de las musas, fueron su amigo Jusepe AntonioGonzlez de Salas y su sobrino Pedro de Aldrete Quevedo y Villegasquienes llevaron a imprenta (con muy desigual fortuna) los poemas

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    del madrileo. De este modo, debemos tener en cuenta la intervencinde ambos editores, aspectos muy discutidos por la crtica. En el presenteestudio, planteamos una posible lectura de la disposicin de lospoemarios clsicos de Quevedo a partir de un triple acercamiento. Enprimer lugar, efectuamos un anlisis de la ordenacin de los poemasen cada libro. Adems, diseccionamos la marginalia que acompaa aambos libros: las notas, ilustraciones y disertaciones de carcter eruditode la edicin de Gonzlez de Salas y los comentarios que inserta Aldreteen la suya. Finalmente, contrastamos ambas ediciones (sobre todo lade Gonzlez de Salas) con Le nove muse de Marcelo Macedonio (1614),fuente de inspiracin para el organigrama general de la poesaquevediana que representan ambos libros.

    Comencemos, por qu no?, por el final. Josef Antonio Gonzlezde Salas, el editor clsico de la obra quevediana que ms confianzainfunde, declara que don Francisco siempre tuvo en mente la divisinde su poesa a partir del motivo de las nueve musas del Monte Parnaso:Concibido habia Nuestro Poeta, el distribuir las Species todas de susPoessias en Clases diversas, a quien las Nueve Musas diesen sus Nbres;apropriandose a los Argumentos la profesin, q~ se hubiese destinadoa cada una (f. r-v)3. La crtica ltima tiende a concluir que la laborde Gonzlez de Salas como editor fue bastante ancilar a la del propioQuevedo como editor y que sta se centr en aspectos muy puntualesy no tuvo que alterar demasiado la estructura general de la obraplaneada por Quevedo (Cacho Casal 296). De este modo, ladisposicin de los poemas y la distribucin en musas se debe a Quevedoquien debi tener acceso a libros en los que se discutiera las profesionesde las musas, as como su nmero y procedencia, lo que son materiade discusin erudita al menos desde Hesodo4. Desde la aparicin ydifusin de un gran nmero de tratados mitogrficos en elRenacimiento y el Barroco europeo, la alegora del Parnaso y las nuevemusas obtuvieron una rica varianza de significados de corte poltico(entradas reales, celebraciones cortesanas y obras de teatro), estticas(como las fuentes y jardines renacentistas) musicales (operas, operetasy zarzuelas), as como resonancias de corte astrolgico (como en elNove muse de Domenico Gisberti de 1672), esotrico (como MistagogusPoeticus or The Muses interpreter de Alexander Ross de 1648), y literarias,o una combinacin de las mismas (el caso ms destacable es Gli furorieroici de Giordamo Bruno). Gonzlez de Salas declara que el propioQuevedo se sirvi de dos fuentes como inspiracin:

    Atte[n]cion, que no observaron los Italianos, qua[n]do MarcceloMacedonio repartio en las mismas nueve Musas ta[m]bien unasbreves Poesias suias, y Pedro Geronymo Gentil Poesias de otros.

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    Admitti io pues el dictamen de D Francisco, si bie[n] con muchamudana, ans en las Professiones, que se applicassen a las Musas;en que los antiguos proprios estuvieron mui varios, como en ladistribucin de las Obras, que en aquellos rasgos primeros, iinformes, el delineaba. segu[n] io juzgu por mejor la conveniencia,i el acierto, lo dispuse; pero con pena siempre (i pena es grande,volverlo a la memoria) mendigando olvidos, i aun desprecios talvez, que fueran suios, para hacer de ellos quenta; siendo tan copiosoel numero, i tan ilustre, que alguna iniquidad nos haba usurpado,si no fueron muchas. Contra quien io exclamar, en tanto que tengavida, con sentimiento en mi corazn condolido y lastimado. (f. v;cf. Blecua I: 91-92)

    Gonzlez de Salas menciona directamente cul es el modelo queQuevedo tuvo en mente para la confeccin de sus Musas: larecopilacin de Pedro Jernimo Gentil de poemas ajenos y Le novemuse (1614) de Marcello Macedonio5.

    El libro de Macedonio presenta inmediatamente una serie de muyinteresantes paralelos con las ediciones clsicas de la poesa deQuevedo. En primer lugar, el tema que dispone los textos en sentidomacrotextual es el mismo, las nueve musas del Parnaso (aunque, comoveremos, el proyecto de Quevedo, Salas y Aldrete difiere mucho delde los Macedonio). En segundo lugar, se trata tambin de una edicinpstuma de poemas que hizo un familiar o un amigo: el hermano deMarcello Macedonio, Pietro, en el caso del italiano; el sobrino y el amigode Quevedo, Aldrete y Gonzlez de Salas, en el caso de Las tres ltimasmusas castellanas y El Parnasso espaol respectivamente. En tercer lugar,los tres editores destacan que otorgan el libro a un mecenas quien debejuzgar y amparar la poesa del difunto. Adems, todos los editoresdestacan la arquitectura del libro a partir de unas metforas concretas:un edificio de poemas o un monumento a la memoria del poeta queimita el ideal fnebre romano: unas exequias textuales6. En cuartolugar, todas las ediciones disponen sus poemas a partir de unaordenacin macrotextual concreta. Finalmente, todos ilustran lospoemas de los difuntos poetas con unas bellas ilustraciones (en lasque los editores participaron como inventores) de las nueve musasdel Parnaso.

    Pasemos al libro del italiano. Le nove muse es la edicin de las obrascompletas del poeta Marcelo Macedonio. Era un escritor de culturaclsica y amplia erudicin. As, tambin en 1614 se editarn poemascontenidos en dos de sus musas, Terpscore y Calope, en una coleccinde baladas e idilios en latn: Ballate, et idillii. Al igual que en el caso deQuevedo, la divisin en musas llegar a perderse posteriormente apartir de la edicin de 1651 de Scielta delle poesie di Marcello Macedonio.

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    Con respecto a Le nove muse, cabe destacar que se public en Npolesen 1614, momento en el que Quevedo se encontraba en la ciudad. Enla actualidad se conserva en la British Library en Londres una edicinque perteneci al duque de Medina Torres, que podra haber consultadonuestro autor.

    Le nove muse est dedicado por Pietro Macedonio, hermano deMarcello Macedonio, al Padrone Colendiss, el Cardenal Borghese. Enla carta al Cardinale, fechada a 29 marzo de 1610, que inicia el libro seexprime la intencin del editor:

    Mi resta brieumente di spiegar lintentione mia sopra la varietdelle compositioni, e de i titoli. E quando io non inclinaua mutatione di stato, supponendo con gli anni di moltiplicar lopere;& hauendo gi posto fondame[n]ti dalcuna; mi venne in pensierodi distribuirle in noue luoghi, sotto i nomi delle noue Muse, secondola propriet de gli antichi Mitologi quelle assegnati. (3v)

    Al igual que Gonzlez de Salas, Pietro Macedonio presenta losnombres de las musas con una breve recensin crtica sobre lasProfessiones y la distribucin de las Obras. Adems, destaca lamisma incertidumbre de Gonzlez de Salas y de Pedro de Aldrete a lahora de recopilar las obras de Quevedo puesto que siempre aparecenalgunas obras nuevas (por ejemplo, Las locuras y necedades de Orlando,texto que se aadi al final de la Musa Urania de Aldrete cuando yaestaba el libro en imprenta). Macedonio destaca, al contrario deGonzlez de Salas, que los antiguos mitlogos s tenan ms o menosclaras las disposiciones y profesiones de las Musas. Para Macedonio lacosa queda as:

    Costoro cauano Clio la Gloria, e celebrit dellanttioni illustri; adVrania la notitia delle cose celesti; Polihymnia la moltitudine, ocopia delle canzoni; ad Erato il canto damore: Calliope la bontdella voce: Terpsicore i versi da ballo; ad Euterpe la soauitdellarmonia; Melpmene I successi tragici; Talia la tenerezzadel canto pastorale. Hauerei dunque potuto sottoponere alla primavn poema heroico; alla seconda i componime[n]ti sacri; a lla terzala canzoni, alla quarta i sonetti amorosi; alla quinta diuersi straccidottaue; che la bont della voce, ondella sintitola, mi par moltocorrispondente questo genere di testura poetica; alla sesta leballate. Madrigali; alla settima i capitoli della belleza, che doueuancrescere in competente numero; e si collocauano benissimo sotto lasoavit dellarmonia; poiche la stessa belleza altro non , che soauit,& armonia [. . .] alla ottaua le tragedie; alla nona, & ultima gli amoriseluaggi, e boscarecci, che si cantano da Teocrito sotto nome dIdillii,e da Vergilio sotto nome decloghe. (f. 3v)

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    Para Pietro y Marcelo Macedonio la disposicin de los poemasdebe ir de acuerdo con cada una de las musas. A la primera, Clo, lecorresponde como musa de la Historia celebrar las acciones ilustrespor lo que le corresponde un poema pico. Urania se convierte, comoMusa de lo sagrado, en recipiente de composiciones de cortedevocional. A Polimnia le corresponden canciones orales pues sunombre - refiere directamente a sta, A rato se le debenlos sonetos de amor. A Calope tambin le otorga Marcelo unaetimologa griega ( ), por lo que le quedan las octavas.Adems, Macedonio razona que las octavas deben adscribirse a la musapor la belleza que exhiben. A Terpscore le otorga baladas y madrigales.Quiz la musa con una explicacin ms complicada sea Euterpe a quiense le asocian composiciones de lo ms diverso por su soauitdellarmonia, lo que hace que recoja igualmente baladas de tipopastoril o composiciones dramticas. A Melpmene se le entregan lastragedias puesto que es una musa que aclara los sucesos trgicos.Finalmente, la ltima musa es Tala, a quien se le acercan composicionesde tono pastoril y de amores al estilo de los Idilios de Tecrito y lasEglogas de Virgilio. Se puede, de este modo, observar que PietroMacedonio desarrolla una primera teora sobre la distribucin de lasprofesiones de las musas y su correspondiente distribucin de lospoemas.

    Pietro Macedonio favorece una divisin genrica, estrfica ytemtica con respecto a sus musas. As, en primer lugar se puedenseparar aquellas musas que dependen del medio o gnero literarioescogido. A Polimnia y a Terpscore les corresponden canciones detipo oral, a la primera canciones populares y a la segunda baladas ymadrigales. A su vez, a Melpmene se le asocia con el teatro puestoque es la musa de las tragedias. Con respecto a la divisin temtica sepuede ver que Tala contiene glogas, Clo un poema pico y Uraniapoemas sacros por lo que tambin se observa una cierta divisin detema7. Finalmente, destaca una distribucin estrfica en la queMacedonio insiste a lo largo de la introduccin. Para l, las estrofas sedeben distribuir con respecto a la siguiente ordenacin:

    Nella terza poche canzoni [Polimnia], e nella quarta poche sonetti[rato]. Ne quantit maiore dottaue, e di versi da ballo nella quinta[Calope], e nella sesta I oi nella settima una parte de capitoli, enellottaua lAdone, che per esser assatto priuo di fauola, nonsarroga il titolo di tragedia, ma solamente di poema dramatico, orappresentatiuo [Euterpe]. (f. 4r.)

    A rato le adjudica Pietro Macedonio sonetos amorosos y a Calopealgunas octavas y canciones, igualmente en Euterpe se encuentra una

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    fbula dramtica LAdone puesto que la tragedia favorece larepresentacin de un poema representativo y dramtico.

    Quevedo y el equipo que edit su poesa no parten pues de lanada a la hora de distribuir sus Musas correspondientes y tienen comoclaro (y reconocido) punto de referencia Le nove muse de MarceloMacedonio. No obstante, Quevedo y Salas establecen una serie decambios con respecto a la fuente que hace que el proyecto de losMacedonio y los de Quevedo y sus editores difieran profundamentetanto en el sentido macrotextual de los poemarios como en lapresentacin de poeta y editores dentro del libro.

    En primer lugar, como aclara Gonzlez de Salas, El Parnasso espaolest concebido como un proyecto comn de ambos eruditos: con estasasperezas habemos erigido este ESPAOL PARNASO. Que habemos,digo, y al trmino quita la invidia o la disonancia nuestra antigua ynunca contenciosa amistad, continuada en mutua ans y benignacorrespondencia (Iv: 92). Si bien Pietro Macedonio observa que ladisposicin de las musas y la ordenacin de los poemas es productonico suyo y habla en singular a la hora de explicar la intencin demencionar las musas lintentione mia o de mi venne in pensiero,Gonzlez de Salas, quien es el responsable ltimo de la edicin,mantiene que la amistad fue el principal detonante para la edicinconjunta8.

    En segundo lugar (y relacionado con el primer punto), Gonzlezpresenta una justificacin para la distribucin en musas. De Quevedose destaca, por encima de todo, la fecundidad y variedad de su ingenio.As, a lo largo de la introduccin se pueden leer frases como Diversoen este Parnasso, pues, se ha de hallar el genio de nuestro poeta puesMucha es la variedad de argumentos y assumptos en que ejercit supluma que manera que un compuesto se viniese a formar que seenfrenta a otro compuesto igual que se le oponga (Blecua I: 92).Igualmente, se habla de la fecundidad superior y rara de Quevedo,as como de su fecundo ingenio, rico y copioso en la multiplicacinde los conceptos, de modo que tan slo se le puede comparar conOvidio: solo hay memoria que le pueda semejar, como los eruditossaben, el perspicuo, blando y opulentsimo poeta Ovidio Nasn. Delos dems, todos, ans griegos como latinos, distantes los rumbos quepudieron seguir (I: 92). Si de Lope se favorece el natural (porejemplo, en la Fama pstuma de Prez de Montalbn) y de Gngora sedestaca el aspecto de vates iluminado de su poesa (por ejemplo, en elManuscrito Chacn9), de la musa potica de Quevedo se destaca, porencima de todo, su variedad. Quevedo, al igual que Ovidio, resultaperspicuo y opulentsimo, es decir, su ingenio es tan variado que slouna distribucin mltiple como la de las Musas del Parnaso (que

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    correspondan a todas las ciencias poticas de la Antigedad) podracontenerlo.

    En tercer lugar, Quevedo y Gonzlez de Salas cambian ladisposicin macrotextual del poemario. Si bien Macedonio favorecauna cierta distribucin genrica, estrfica y temtica del poemario,Quevedo y Salas, a la vez que mantienen algunas de las mismasdivisiones, prefieren otras. En cuanto a las divisiones genricas,temticas y estrficas, Quevedo y Salas mantienen una cierta divisinsegn el gnero al que pertenezcan las musas. Salas aclara que a cadauna de las proprias Musas se atribuien diversas Species Poeticas; comoia se ha visto, i se ir adelante reconociendo (306), de modo que admitemantener una divisin razonada y no arbitraria de las musas y losgneros (especies) poticos. Pasemos a ver las musas con un poco msde detenimiento.

    A la primera musa, Clo, se le atribuyen la posibilidad de cantarpoesas heroicas, las cuales se entienden como elogios, y memoriasde prncipes, y varones ilustres lo que Salas apunta con un poema deEpicuro (f. 1). Clo, de este modo, contiene elogios y elegas, lo que enla disertacin que la acompaa (que compuso Gonzlez de Salas) lelleva a comparar al difunto Quevedo con Pndaro y Aristfanes. Noteel lector que El Parnasso espaol comienza con la misma musa que Lenove muse, Clo y que ambas comienzan sus cantos con una elega alcampo de poder al que se adscriben10. La Clo de Macedonio le dedicaun panegrico a la Gloria de la santidad del Papa, mientras que la Clode Quevedo elogia una estatua de Felipe III en los dos primeros poemas.Resulta interesante observar que tanto Macedonio como Quevedocomienzan sus poemarios con elegas en las que desarrollan una cfrasisde una estatua al Papa o al Rey. Macedonio declara que con el poemaacaba de comenzar un palacio, un palacio cominciato (3v), a la vez,el panegrico de Macedonio se convierte en Quevedo en dos sonetos ados estatuas: O quanta Majestad, o quanto numen (5) y Mas debronce ser que tu figura (6). Si bien las estatuas de Quevedo destacanen su grandeza, las de Macedonio resultan engaosas en surepresentacin pues declara que dentro del palacio dedicado a lamemoria del Papa las estatuas estatuas no [sono] de marmol ms destucco (3v). Es decir, dentro del palacio dispuesto a la memoria delPapa se pueden ver los temas del desengao y del engao a los ojos.El tema del desengao no llegar al poemario de Quevedo hasta eltercer poema, el conocidsimo Buscas en Roma a Roma, o Peregrino,donde tambin se desarrolla el tpico del engao a los ojos:

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    Buscas en Roma a Roma, oh, peregrino!,y en Roma misma a Roma no la hallas:cadver son las que ostent murallas,y tumba de s proprio el Aventino. (f. 6; cf. Blecua poema 213)

    Salas (o el propio Quevedo) recalca el sentido de desengao barrocoal indicar en el epgrafe que el poema est dedicado a A Romasepultada en sus ruinas. De este modo, tanto el poemario deMacedonio como el de Quevedo comienzan con una serie de metforasde corte arquitectnico en las que se destaca el tempus fugit y la funcinde exequias de los poemarios. El libro se entiende como si de unmonumento se tratara. Hay que tener en cuenta tanto Gonzlez deSalas (y Pedro de Aldrete) como Pietro Macedonio creen que sus textosson unas exequias textuales a la memoria eterna de sus favorecidos.Salas y Quevedo, no obstante, rompen con la distribucin estrfica dela fuente pues combinan diversos gneros poticos en la Musa Clo.Tras una serie de 24 sonetos, siguen las octavas Quando glorioso entreMoyses, i Elias (f. 20), una silva Esclarecidas seas de Fortuna (f.27), un soneto que se separa del resto Faltar pudo a Scipion Romaopulenta, el Elogio al Duque de Lerma don Francisco, y una cancinpindrica.

    La segunda de las musas que destaca Quevedo es Polimnia. Enesta musa se produce una de las principales variantes de Quevedo conrespecto al original, si bien Macedonio mantena que Polimnia era lamusa de los bailes (aspecto que realizar Terpscore en El Parnassoespaol), Quevedo cambia su funcin y hace que cante poesas morales:Esto es, que descubren y manifiestan las pasiones y costumbres delhombre, procurndolas enmendar. No nos debe sorprender lainclusin de sta con un ncleo de poesas morales pues, para elmomento, la stira cumpla una funcin moral. Recuerda FranciscoCascales con respecto a la poesa satirica que todo esta poesa esmorata, porque en ella no se haze otra cosa que enmendar lascostumbres; y, por tanto, el satrico debe saber mucho de la filosofamoral. Ama un dezir proprio y puro, y en las sentencias, la agudeza(183), tambin Covarrubias insiste en la conexin al indicar que la stiraes un gnero de verso picante, el qual reprehende los vicios, ydesrdenes de los hombres. El escritor clsico escogido para ilustrarel ejemplo es Sneca, lo que se repetir a lo largo del libro y muestrauna cierta intencin por parte de Salas de enlazar el proyecto poticodel neoestoico Quevedo con el pensamiento del neoestoicohispanorromano. Bajo esta musa se renen 110 sonetos morales, msel Sermn estoico (en silvas) y la Epstola satirica y estoica (en tercetos),

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    es decir, obras que procuran, ante todo, la enmendacin de lascostumbres.

    La tercera musa en el orden de Quevedo es Melpmene, la cualcanta poesas fnebres, Esto es, inscripciones, exequias y funeralesalabanzas / De personas insignes / La parte suya de accin trgica, quetambin le pertenece, / Queda remitida a la restitucin, de quien hoi lausurpa (147). Anuncia, de este modo, Salas que la funcin deMelpmene es bastante pareja a la de Clo aunque se le debe aadirtambin las poesas trgicas (es decir, el teatro), a la vez que indicaque el teatro de Quevedo aparece con el nombre de otras personasquienes usurpan la obra del madrileo (quiz se refiera a la hoyperdida Quien ms miente, medra ms [1631] escrita a medias con AntonioHurtado de Mendoza). Melpmene cuenta con 30 sonetos, doscanciones que, divididas rodean a un madrigal y dos silvas. La auctoritasclsica es, como otras ocasiones, Seneca.

    La cuarta musa es rato, la cual es la musa del amor para Gonzlezde Salas, lo que concuerda con la nocin de Pietro Macedonio quienrecogi los sonetos amorosos de su hermano Marcelo bajo esta musa.Para Salas, rato: Canta poesas amorosas / Esto es, / Celebracin dehermosuras / Afectos proprios, i comunes de el / Amor i particularestambien de / Famosos enamorados: / Donde el auctor tiene, convariedad, / La maior parte / Contenido todo en la Primera seccion / Deesta Musa (185). El cambio fundamental en esta musa es laintroduccin de dos secciones bajo la misma musa, la primera seccinque recoge poesas dedicadas a diversas mujeres y el Canta sola a Lisi,donde el referente fundamental es, como bien ha sealado SantiagoFernndez Mosquera, lo que en el siglo XVII se consideraba uncancionero petrarquista [. . .] aunque est alejado del Canzionere [dePetrarca] (368). La primera seccin incluye 50 sonetos, 7 madrigales(divididos en dos grupos iguales), 3 idilios, 3 canciones, un poema enquintillas, otro en redondillas y 12 romances mientras que la segundacontiene 51 sonetos, 1 madrigal y 4 idilios. As, en la musa IV de ElParnasso espaol se combina el modelo petrarquista de cancionesdedicadas a una sola mujer (Canta sola a Lisi) con el de inspiracin enmujeres varias.

    La quinta musa es Terpscore, quien recoge los poemas cantados:CANTA POESIAS, QUE SE / CANTAN, I BAILAN. / Esto es, /Letrillas satyricas, burlescas, i / Lyricas; / Xacaras; / I / Bailes de musicainterlocucin (303). La Terpscore de Quevedo mantiene la funcinde la Polimnia de Macedonio, el baile y el canto. De este modo,Terpscore contiene 20 letrillas satricas, 5 burlescas, 3 lricas, 15 jcarasen romance y 10 bailes. Quiz lo ms destacable de Terpscore es quees el ejemplo que mejor ilustra la correspondencia de los grabados de

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    las Musas que acompaan e iluminan los poemas con los gnerospoticos que representan cada una de ellas, as, Terpscore aparececantando y bailando. Como indica Salas: i los que alli a Terpscoreexprimen, bien confirman nuestro concepto. Figurando una Moaelegante, de spiritu alentando, i hermosso, que con la airosa accion desu movimiento, ansi en los pies, con la postura de Baile; como en lasmanos, ocupadas en tocas un instrumento de cuerdas, significancuidadosamenrte medir en un mismo tiempo, a la consonancia de suCithara los compases de su Voz (306-07). En la disertacin se aclaracul es la posicin de la Terpscore del grabado que acompaa lospoemas (Lmina 1). De este modo, se ven que los grabados de la edicindel Parnasso, al contrario que los de Le nove muse, estn dispuestos enrelacin con los textos que presentan. Si bien los grabados de Le novemuse estn ideados por un nico ilustrador, los grabados del Parnassose deben a un grupo de autores. Felice Paduano, (seguramente unpseudnimo) el ilustrador nico de Le nove muse no parece tenerconexin con los editores sino que resulta ser un dibujante dependientede la imprenta de Giovanni Ruardo. Por otro lado, tanto el inventorcomo el dibujante responsables de las ilustraciones del Parnasso sonJusepe Antonio Gonzlez de Salas y Alonso Cano (cada uno de elloscon la marca de inv. y del. en los grabados). Jos Manuel Matillaha demostrado que estos participaron en la edicin de los grabadosantes de drselos a Juan de Noort (Melpmene), a Herman Paneels(Clo, Polimnia, rato y Tala) y al mismo Cano (Terpscore) para quelos grabara para publicacin (quienes aparecen en los grabados conlas marcas es. sculp. y exc.) (88)11. De este modo, Terpscoredemuestra la autora mltiple de los grabados que acompaan alParnasso y recalca los distintos momentos de gestacin del libro.

    La sexta musa es Tala o Thalia quien Canta poesias jocoserias,/ Que llam / Burlescas / El auctor / Esto es, / DESCRIPCIONESGRACIOSAS, SVCCESSOS / DE DONAIRE, I CENSURASSATYRICAS / DE CVLPABLES COSTUMBRES; / Cuio stylo es todotemplado de / BURLAS, I DE VERAS (309). Tala recoge 80 sonetos,4 canciones, 1 madrigal, 2 dcimas, 2 composiciones en quintillas, unaen redondillas, la disputa burlesca con el Duque de Lerma La Espera,en que divide bien conpuestas y Vuestro Soneto es tan bueno, 101romances, y una stira en tercetos. Tala es, con mucho, la musa quemayor nmero de composiciones contiene y ocupa 241 pginas muypor encima de las 27 de Melpmene y las 49 de Clo, por ejemplo. Lamusa Tala del Parnasso difiere de nuevo significativamente de la deMacedonio, puesto que la funcin de aqulla era contenercomposiciones de tono pastoril y de amores, mientras que la deQuevedo aparece directamente asociada con la farsa. El mismo juego

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    de cambios y continuidades aparece en las ilustraciones (Lminas 2 y3). Si bien Macedonio y Salas coinciden en presentar a Tala con lospechos desnudos, coronada con Mirto y con la mscara de la comediaen la mano izquierda, Salas introduce algunos cambios significativos.Por ejemplo, en el segundo plano desarrolla la conexin de Tala conel teatro al introducir un tablado con una representacin de la Tarasca.La musa Tala del grabado de Le nove muse sostiene una careta y unabarba (que posiblemente representen a galanes y ancianosrespectivamente) mientras que la Tala del Parnasso aparece sosteniendouna lira invertida, la misma que tapa la cojera de Quevedo en elfrontispicio de la obra (Vlez-Sainz, Quevedo 268).

    Con respecto a las tres musas restantes, Euterpe, Calope y Urania,las cuales aparecen en Las tres ltimas musas (1670) edicin de Pedrode Aldrete, nos movemos en terrenos ms farragosos puesto que juntoa poemas que son indudablemente quevedescos recoge otros que nolo son, aade obras de teatro mal atribuidas o, incluso, algunas obrasque se reconocen mal situadas dentro del macrotexto como Las locurasy necedades de Orlando enamorado. Aunque la mala labor editorial deAldrete no permite hablar con certeza de la intencionalidad de Quevedo(o del equipo que recogi las musas) a la hora de la disposicin de lostextos, no creo que debamos dudar que el equipo que recogi las tresltimas musas sigui el deseo de don Francisco. En principio, se debedestacar que Salas anuncia que la separacin de las musas responde arazones de ndole estilstica. Como indica Gonzlez de Salas:

    El haber crecido tanto las Poesias de las seis Musas antecedentes,i no parecer capaz un Volumen solo, para juntamente contener aEVTERPE, VRANIA, i CALIOPE, que ahora restan, oblig a que sehuviesse de partir su Choro, i con buen acuerdo: pues dividirse ansien Dos Partes todo Choro de Musicas Vozes, mui desde susprincipios, nos ensea Iulio Plux, haber sido puesto en constumbre;i ia lo observ io tambien en la Poetica. A estas otras Musas, quedespues han de salir, a que escuchen sus Versos, acompaarn otrosgeneros de Poesias Dramaticas, que por ser mas legitimas a la Accionde Interlocutores, se separaron de todo estotro Canto, que propriorespecto tiene a la Musica, que sus Maestros llaman Harmonica, ipodran ansimismo, siendo de mucha saon, i donaire, recrear, iremittir la Mesura, i Grandea, con que habran cantado antesaquellas tres Musas, a quien proprio es aquel ritmo mas grave. A Ellaspues ahora queda remitido el Auditorio, que hasta aqu ha asistidoen este PARNASSO, sino ha juzgado por mal entretenimiento midasu attencion. (666)

    Es decir, Salas (o el equipo que edit el Parnasso) reconoce que elritmo de Euterpe, Urania y Calope es ms grave (ms alto) que el de

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    las musas anteriores. Segn la concepcin potica clsica de los tresestilos humilis, medriocris y gravis, los poemas se dividen con respectoa la temtica y al gnero. De manera muy general, el estilo humildecorrespondera a los poemas de amor y estara representado en lasglogas virgilianas, el mediano a los poemas sobre el trabajo y su mayorejemplo seran las Gergicas y el grave a los poemas sobre batallas y sumayor representante sera la poesa pica (con la Eneida tambinvirgiliana como ejemplo)12. La divisin entre estilos se puede observarclaramente, entre otras muchas poesas ureas en la Cancin V a laFlor del Gnido de Garcilaso, donde empieza el toledano: Si de mibaja lira (vv. 1-12) para marcar el tono burlesco de su bajacomposicin13. Igualmente, Cervantes a la hora de escribir su picaburlesca el Viaje del Parnaso tambin le pide a las musas: Descerrajadvuestro ms rico almario, / y el aliento me dad que el caso pide, / nohumilde, no ratero ni ordinario (Cap. V. vv. 88-93). De este modo, ladecisin, posiblemente muy precipitada, de separar las musas quedacubierta con un velo de legitimidad al separar precisamente tres musasque podan representar ritmos graves. Euterpe, la musa de lo pastoril,tena una funcin muy original en Le nove muse pues poda contenerbaladas pastoriles y composiciones dramticas, lo mismo que hace laEuterpe de Las tres ltimas musas. Por su parte, tanto Calope comoUrania recogen composiciones de muy elevada inspiracin. Calopees la musa de la pica y recoge poemas de corte marcial. Urania contienepoesas de carcter sacro y devocional lo que favorece que se site alfinal de la serie puesto que su tema es el ms grave de todos.

    Aparte de los cambios producidos a cada una de la musas hay unaserie de elementos nuevos que indican divergencia de intencionalidadentre Macedonio y Salas. En primer lugar, al contrario que la obra deMacedonio, la distribucin macrotextual promociona la obra eruditade Gonzlez de Salas. As, con respecto a la Musa I, Clo, resultaintrigante que Salas (o Quevedo) decidan separar Faltar pudo a ScipionRoma opulenta y Faltar pudo su patria al grande Ossuna (f. 12). YaCrosby apunta que el de Escipin parece una versin anterior del queempieza Faltar pudo su Patria al grande Ossuna (En torno), aspectotambin estudiado en la biografa de Pablo Jauralde (Quevedo). Vamosbrevemente ambos poemas:

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    Faltar pudo a Scipin Roma opulenta, Faltor pudo a su patria el grande Osuna,mas a Roma Scipin faltar no puedo; pero no a su defensa sus hazaas;sea blasn de su envidia que mi escudo, dironle muerte y crcel las Espaas,que del mundo triunf, cede a su afrenta. de quien l hizo esclava la Fortuna.

    Si el mrito africano la amedrenta, Lloraron sus envidias una a unade hazaas y laureles me desnudo; con las propias naciones las extraas;muera en destierro en este bao rudo, su tumba son de Flandres las campaas,y Roma de mi ultraje est contenta. y su epitafio la sangirenta luna.

    Que no escarmiente alguno en m quisiera En sus exequias encendi al Vesubioviendo la ofensa que me da por pago, Partnope, y Trinacria al Mongibelo;porque no falte quien servirla quiera. el llano miliar creci en diluvio.

    Nadie llore mi ruina ni mi estrago, Diole el mejor lugar Marte en su cielo;pues ser a mi ceniza, cuando muera, la Mosa, el Rhin, el Tajo y el Danubioepitafio Anbal, una Cartago. murmuran con dolor su desconsuelo.

    (f. 30; cf. Blecua poema 234) (f. 12; Blecua poema 223)

    La saga de los escipiones (Escipin africanao y Escipin hispano)conquistaron Cartago y Numancia. Por su parte, Osuna fue Virrey deNpoles y Sicilia: Partnope y Trinacria respectivamente. Al igualar elcomienzo de los poemas, resulta obvio que nuestro autor trata deestablecer una conexin entre ambos sujetos histricos, pero hay algoms. Gonzlez de Salas no parece haber separado el poema de Escipiny el de Osuna nicamente con el propsito de resaltar el paralelo entreuno y otro, de este modo, al insistir en los paralelos, Salas destaca algoms:

    A este soneto dio el argumento y mucha parte de su locucin lailustre epstola LXXXVI de nuestro Lucio Sneca, escrita a Luciliodesde la misma casa del campo de Publio Cornelio Scipin, junto aLinterno, ciudad de Campania. De ella, famosa con el destierro deeste gran varn, de su casera, de su ara y de su sepulcro, disputo yodignamente en mi ilustracin latina a la Geografa de nuestro espaolPomponio Mela, no en la castellana. La memoria, pues, de la quejade Scipin aqu contenida, me advirti de haber careado con ellanuestro poeta la de otro valeroso capitn, en todo bien semejante.Quien cotejare con ste el soneto 13, arriba referido, A la inmortalmemoria de don Pedro Girn, Duque de Osuna, sentir luego laconsonancia y a ambos ejemplos dos sensibles de las patrias ingratas.(431n)

    De este modo, la separacin entre un poema y otro le sirve a Salaspara establecer un aparte de carcter erudito con el fin de destacar unaobra suya: la ilustracin en latn a la Geografa de Pomponio Mela. De

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    este modo, algunos de los cambios que efecta Salas con respecto almodelo tiene como fin promocionar su propia obra.

    En segundo lugar, como ya hemos observado Salas efecta unaserie de cambios iconogrficos de importancia con respecto al modelo.A Clo le corresponde la Gloria y la antigedad clsica, por lo quePietro incluye un poema heroico (que imita, por lo tanto, la funcinhistrica de los modelos clsicos). Asimismo, Pietro recalca la relacincon la pica y con los poemas clsicos en el grabado que acompaa ala musa Clo de Le nove muse (Lmina 4). En este grabado, basado contoda seguridad en la Iconografa de Cesare Ripa se puede ver cmoClo aparece adelantando el pie izquierdo, coronada de laurel, ysosteniendo con la mano derecha la trompeta de la fama que funcionacomo bordn para la bandera y el escudo de la casa Borghese queaparece simbolizada por los atributos comunes de la casa: la mitra ylas llaves de San Pedro papales, el guila imperial y el grifo. En lamano izquierda, Clo mantiene la obra de Tucidides que le sirve deinspiracin. En la base del grabado aparece el inventor con unpseudonimo Felice Paduano. Por su parte, Jusepe Antonio Gonzlezde Salas juega ms con la imagen de Clo, pues, aunque parte de laIconologa de Cesare Ripa, modifica sus fuentes de manera bastantecreativa (Lmina 5). Si bien coincide con Ripa y con Macedonio endestacar la corona de Laurel de Clo y en adelantar el pie izquierdosobre el derecho, el grabado de Clo de Gonzlez de Salas es muyoriginal. En lugar de presentar a Clo de pie, la sita recostada en labase de una haya. La trompeta de la fama de la mano derecha de lamusa de Macedonio aparece en el suelo a los pies de la de Quevedo,adems, la sustituye por una pluma encendida que abarca el centro dela perspectiva del grabado y que apunta al fondo del grabado (en lasilustraciones el libro de Macedonio faltan los dobles fondos tpicos deEl Parnasso espaol y Las tres ltimas musas) y que seala una doblecolina. Al grabado de Clo se le aade un lema latino y una explicacinen castellano (al igual que al resto de las seis musas de El Parnassoespaol y las tres de Las tres ltimas musas) lo que subraya el carcter deemblema de la obra.

    En tercer lugar, Salas (de manera muy original) introducetransiciones entre una y otra musa de manera que se enfatiza el aspectocoral de la composicin. Por ejemplo, en el caso de Clo se introducenestos versos:

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    Ansi cantaba Clioal son de la trompeta de la Famai, el numen, que la inflamasuspenso aqu; desacordado, i frio,cesso, i entre las floreslos vientos quiso oir murmuradores. (44)

    Muy posiblemente est Salas refirindose al grabado y poema deClo que presenta la seccin puesto tanto en el grabado como en elpoema se resalta la pluma de Clo. En el grabado la pluma ocupa elcentro de la composicin, lo que, adems, se destaca con un haloalrededor de la pluma. Adems, en el poema se identifica la Plumacon el Plectro del numen que la inflamaba. Tanto el grabado comolos versos que lo acompaan o los versos transicionales recalcan elcarcter de enthousiasmos potico de las musas. Clo se inflama por unnumen que le dicta los versos que debe decir. Quevedo/Salas sigue ladoctrina de Rafael quien en su Parnaso (Stanza della Segnatura,Vaticano) mantiene que los poetas y los pintores trabajan por mediodel sistema abductivo del numine afflatur o inspiracin divina (Watson124). Cuando la musa acaba la cancin, queda el numen deshinchado.Con respecto a Polimnia se indica que

    Aqu Polymnia, en tantoQue la Stoica attenta imprimeEn laminas quiso el Canto;Pero esta fue su clausula postrera:De el Coraon en la inmortal Esphera;No en bronce, o marmol, que el cincel anime;Mortales, imprimid mi Voz severa. (146)

    Salas mantiene que la musa Polimnia canta poemas que se debencincelar y escribir en lminas. La disposicin grfica de las letras as losugiere pues pasa de la versal a la cursiva. Tambin podra estar aquSalas reflejando el grabado que introduce los poemas morales deQuevedo. Como en el resto de los grabados la imagen presenta unplano doble (Lmina 6). En el primer plano, Polimnia, sigue con lavista la representacin de un discurso (moral) cuya actuacin serepresenta en segundo plano. Con la mano izquierda la musa marcalos movimientos, los nmeros, del discurso del sabio, es decir, conel dedo la musa imprime el canto moral del discurso. No obstante,el canto de Polimnia que cierra los poemas morales de Quevedo destacala utilidad y la funcin pblica de la poesa moral, la moralidad ha deimprimirse no ya en el bronce o en el mrmol sino en el globo, lainmortal esfera. Sin embargo, la transicin clave de todas las musas

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    es la de Tala, pues en esta aparece la siguiente musa, Euterpe, quien leindica que debe parar su canto14:

    Ia aqu, dandola de el codo,La dixo EVTERPE mui fria,Seora Doa THALIA,Piensa cantarselo todo?Ella dex su Cancion,I en chana volvio a su queja:Ia hech la pulga en la oreja,Haga agora operacion. (f. 666)

    Como viramos con las otras musas, en las transiciones se destacael aspecto polifnico y coral de las composiciones, las musas luchanpor cantar los poemas de Quevedo. Adems, destaca el tono jocosocon que se tratan una y otra musa: dandola de el codo, Piensacantarselo todo?, en chana, hech la pulga en la oreja. La jocoserade ambas corresponden con el estilo desenfadado bajo, que lescorrespondera a una y otra musa segn el patrn musal de los estilosde la potica clsica. Tala y Euterpe son tradicionalmente musas de loagradable. Como indico en El Parnaso espaol, Ausonio mantiene queEuterpe tiene dulces flautas pastoriles, Cesare Ripa y Ross la adscribena lo agradable y en la edicin de Aldrete se mantendra que es smbolode la pasin suave amorosa; por otro lado, Tala siempre queda puestaen relacin con lo festivo desde Ausonio aunque se le suela adscribirdesde la mitologa de Ripa (que influye directamente en Le nove musey El Parnasso espaol) a la farsa y al teatro y Gngora destacara en elPolifemo que es culta, aunque buclica (41). Lo burlesco y pastoril seentretejen en estas musas de manera que indican el estilo humilde queles corresponde. De este modo, la posicin de ambas musas (una alfinal de las musas del Parnasso, la otra al principio de Las tres musas)apunta una gradacin en la disposicin macrotextual del final delParnasso y el principio de Las tres musas de Quevedo que ira del humilisstilus de Tala y Euterpe al ritmo ms grave de Calope y de Urania(musas de la pica y de lo sacro respectivamente).

    En resumen, las ediciones clsicas de la poesa de Quevedo partende un libro que se publicara 34 y 56 aos antes respectivamente: Lenove muse de Marcello Macedonio. La fuente de inspiracin, queQuevedo podra haber consultado en sus aos italianos, es clara y laemulacin se realiza sin peros ni ambages. Quevedo, Salas, Aldretey el resto de las personas que llevaron a cabo las ediciones (los editores,los libreros e incluso los diseadores) parten de la concepcin en laque Macedonio dio a disponer sus poesas, unos poemas divididos enmusas con grabados que los acompaan y a los que las musas otorgan

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    sentido estrfico, genrico y temtico. No obstante, se procura superarel modelo al disponer las musas con una serie de cambios de carctertemtico, potico e incluso iconogrfico que recalcan la posicin delos poetas y los editores. Como conclusin, cabe destacar que la ltimamanera en que se supera el modelo es por medio de la disposicinmisma de las musas. Si las musas de Macedonio correspondan a estilos,gneros y temas, Quevedo/Salas juega con esta referencia para indicarque la disposicin macrotextual de las ediciones clsicas de Quevedobuscan pasar de un estilo ms grave (Clo y la Historia, Polimnia y loMoral) a un estilo medio (Melpmene y lo fnebre, rato y lo amoroso),a uno bajo (Terpscore y lo bailable, Tala y lo satrico), y de aqu a unomedio (Euterpe y lo buclico) y de vuelta al ms alto (Calope y lapica, Urania y lo sacro). Este apunte indicara que la coleccin clsicade poemas de Quevedo, conformado por El Parnasso espaol y Las tresmusas, tiene una distribucin macrotextual en la cual se procuradistinguir a Quevedo como un poeta cuyo variado ingenio abarca todoslos estilos posibles de la poesa del momento. La distribucin musalfavorece que el lector de poesa del momento observe una ciertadisposicin ascendente y descendente de los poemas de Quevedodentro de la escalera de estilos disponible para un hombre de letras dela poca. Fuera quien fuera la cabeza pensante (Quevedo, Gonzlez deSalas), los poemas de Quevedo estn dispuestos de manera que imitanla distribucin macrotextual de un modelo italiano anterior, Le novemuse de Marcello Macedonio, pero yendo mucho ms all puesto queprocuran demostrar que la coronacin de Quevedo dentro del Parnasode las Letras del imperio espaol responde a su manejo de los msvariados estilos. De manera metafrica se puede ver que los poemasde estilo grave que comienzan y acaban los poemarios reflejan lascumbres, los de estilo medio la meseta y los del bajo el valle de las doscumbres del Parnaso espaol quevedesco.

    Notas

    1Un gran nmero de estudiosos se han centrado en las primeras edicionesclsicas de la poesa quevediana. Se puede dividir la crtica en varios grupos.En primer lugar, estaran aqullos estudiosos que intentan desvelar la relacinentre Quevedo y Gonzlez de Salas: destacan en este grupo Jos ManuelBlecua en su edicin (I, xi-xxxviii); Luis Seplveda (A vueltas y el trabajoque se edita en este volumen), Pablo Jauralde Pou (211-31) y Rodrigo CachoCasal (245-300). Por otro lado, destacan aqullos que intentan restituir laecdtica quevedesca a la senda inaugurada por la edicin de Gonzlez deSalas (agrupar los poemas de acuerdo con las musas). El primero fue JamesCrosby quien hace esta distribucin en su edicin de la obra de Quevedo einsiste en ella en algunos artculos posteriores (Huella 111-23). Alfonso

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    Rey quien trabaj los poemas que se agrupan bajo la musa Polimnia, SantiagoFernndez Mosquera estudia el Canta sola a Lisi (segunda seccin de la musarato) con los cancioneros petrarquistas del seiscientos; tambin IgnacioArellano y Victoriano Roncero editaron la musa Clo. En tercer lugar, destacanaquellos crticos que apuntan soluciones ecdticas a poemas concretosquevedescos, por ejemplo, Fernando Plata Parga (23-29), La Schwartz eIgnacio Arellano (Introduccin lxxii-iv) y, de nuevo, Alfonso Rey (Coleccin257-77; Criterios 131-39; Soneto 331-56; Variantes 309-44).2En mis estudios me refiero a la edicin de Quevedo/Salas como El Parnassoespaol, en contra de la transcripcin ms comn El Parnaso espaol (sin esesgeminadas). Cabe destacar que en la poca se haca distincin entreParnasso y Parnaso. En las Anotaciones a la poesa de Garcilaso Fernandode Herrera aclara que Los griegos lo escriven con doblada s, los latinos unavez con doblada , otra con simple, porque no doblavan los antiguos lasconsonantes (435). Un hombre con la erudicin clsica de Quevedo, que sejacta de traducir y mejorar a Anacren en repetidas ocasiones (Espaadefendida 164; cf. Jauralde 936), que traduce a Epicteto y al pseudo-Phocilides yque demuestra tanto inters en el motivo parnasiano, no puede ignorar ladiferencia. La mejor edicin de la traduccin de Anacreonte es la de BlecuaIV volumen (239-344).3Cito de la edicin princeps de El Parnasso espaol que se encuentra en labiblioteca de la Real Academia Espaola (signatura 12-IV-38, HOL.). El lectorque tenga a su disposicin la edicin cannica de Blecua encontrar en suObra potica de Quevedo una trascripcin modernizada de la introduccinde Gonzlez de Salas Blecua (I: 91-92). Agradezco al siempre amable personalde la RAE su disponibilidad para la consulta del original en verano de 2006.4El lector que tenga inters en la evolucin del motivo mitolgico del Parnaso,de Apolo y de las Musas as como de la evolucin de sus resonancias polticas,estticas, sociales, musicales, astrolgicas y esotricas puede consultar laintroduccin y el primer captulo de mi El Parnaso espaol: Canon, mecenazgoy propaganda en la poesa del Siglo de Oro en el que trazo la evolucin del motivodesde Pausanias al Siglo de Oro.5Consultamos el libro de Marcelo Macedonio a partir de la edicin princepsdel texto que se encuentra en la Houghton Library de la Universidad deHarvard (signatura Typ 625.14.546). El ttulo completo es como sigue: LE /NOVE MUSE / DI MARCELLO MACEDO / NIO / Raccolte e date alla stampa/ de Pietro Macedonio / suo Fratello // ALL ILL.mo ET REV.mo SIG.re / ILSIG.r CARDINA / LE / BORGHESE // In Napoli: Ad instanza di Gio Ruardoall insegna del CompaSso. 1614". Agradecemos al personal de la Bibliotecasu atenta y gentil disposicin.6Defino el trmino con ms detenimiento en El Parnaso espaol (63-64).7Cabe destacar que Las tres ltimas musas del Parnaso de Pedro de Aldretetiene exactamente la misma divisin temtica que estas tres de MarceloMacedonio. Si bien Macedonio recoga la divisin entre glogas, pica ypoemas sacros desde Tala, Clo y Urania respectivamente, Aldrete utiliza aEuterpe, Calope y Urania para la misma divisin entre poemas pastoriles,picos y sacros.

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    8Esta amistad ha quedado desacreditada en los ltimos tiempos. Como bienrecuerda Rodrigo Cacho Casal el nico testimonio del momento que tenemospara creer que ambos eruditos eran amigos lo da el propio Jusepe Gonzlezde Salas en sus comentarios. Por el contrario, Salas no aparece en lacorrespondencia de Quevedo, ni Pablo de Tarsia lo menciona en su tempranabiografa del escritor. Coincido hasta cierto punto con la opinin de CachoCasal, sobre todo, en cuanto nos permite ahondar en los intereses particularesde Salas en la edicin de la obra.9Sobre la autorrepresentacin del natural del Lope se pueden consultarlos trabajos de Antonio Carreo y Antonio Snchez-Jimnez en la bibliografa,sobre el de vates de Gngora, vase mi El Parnaso espaol (91).10Sobre la espinosa relacin de Quevedo con los crculos de poder delmomento se debe consultar el nuevo y fascinante libro de Carlos Gutirrezmencionado en la bibliografa.11"Inv es la contraccin de invenit (inventor), del.de delineavit (diseador)sculp. de sculpebat (esculpidor) y es. y exc. de excudit (editor). Sobre laautora y confeccin de los grabados que acompaan e ilustran El Parnassoespaol tambin puede el curioso lector consultar mi Quevedo. Si el trabajode Matilla se centra en la obra de Cano como grabador, el mo consiste msbien en un anlisis semitico de los grabados.12La insistencia en identificar cada uno de los estilos con una obra de Virgiliollev a la creacin de reglas mnemotcnicas como la rota Virgilio o rueda deVirgilio que aprendan los estudiantes de retrica. en Por ejemplo, Juan deGarlandia recoge en su Poetria que: Item notandum quod in rota Vergiliiquam pre manibus habemus ordinantur tres columpne in circuitu et permultas circumferentias ordinantur tres stili. In prima columpna continentur,similitudines et nomina rerum ad humilem stilum pertinencium; in secundaad mediocrem; in tercia ad gravem [Ntese que en la rueda de Virgiliotenemos tres columnas ordenadas en crculo y en muchas circunferenciasordenados los tres estilos. En la primera columna se encuentran los smiles ylos nombres de las cosas de pertenencia al estilo humilde, en la segunda elmediocre y en la tercera el grave] (900).13El tema de la cancin es pedirle a Violante Sanseverino que libere a MarioGaleoto de su hechizo venreo (con todas las consecuencias que este trminotiene en el momento), lo que favorece que el canto deba ser modulado enbajo estilo.14Reproducimos a continuacin los textos de las dems musas. De Melpmenese menciona que: Con funesta harmonia / Era ansi de Melpomene el lamento,/ Quando, desacordado el instrumento, / Al viento vago, i a un cypres le fia:/ El suspenso, i su voz suspensa, en tanto / Que al excelso Cothurno acuerdael Canto (177). De rato explica que: Cansada ERATO ia de arder gemidos,/ I de Cantar suspiros, i dolores, / Qual nunca tiernos mas fueron oidos, /Templar quiso al desden tantos rigores: / Amad, Amad, Amad,correspondidos, / Dixo, si sois discretos Amadores; / I que el desprecio novengare necio, / La Edad le vengara de aquel desprecio (299). De Terpscorese dice que: Suspender quiso su Canto / Terpscore aqu, depuesto / SuInstrumento, porque tanto / Peligra en ser, como el Llanto / Ansi el Deleitemolesto (397).

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